Cuento para niños enfermos

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Diana Laura Hernández Cardona Visité al pequeño Jeremy Jadiel de 5 años de edad en el Hospital del IMSS el día miércoles 6 de febrero. El niño llevaba 2 días de estancia intrahospitalaria porque se le realizó una Apendicetomía. Al verlo con su carita triste, me di cuenta que él era el indicado para leerle un cuento que pudiera sacarle una sonrisa, así que decidí leerle el cuento “Nicolás y Lucas: En busca del Agua Mágica”. Al inicio estuvo un poco serio, pero conforme iba avanzando en el cuento, se notaba la mejoría en su estado de ánimo. Al terminar el cuento, le pregunté si el no quisiera tener un cerdito que se pareciera a Lucas y pudiera transformarse en unicornio y hablara, él me comentó que tenía un perrito, al cual le gustaría que fuese como el cerdito, porque a él le encantaba jugar. Ahí fue donde obtuve una sonrisa del pequeño. Hablamos unos minutos sobre cómo se sentía, el que haría en cuanto fuera dado de alta y el siempre respondía feliz que a jugar con su perrito. Comentario: Creo que el leer un cuento no solo nos trae sonrisas y sentimientos encontrados, nos ayuda a hacer nuevos amigos, a devolver un poco de esa alegría que se esfuma en el momento en que la enfermedad llega y más cuando son niños pequeños. Ellos son almas puras, inocentes, que a pesar de que siente dolor, en un segundo pueden estar sonriendo felices de la vida, echando a volar su imaginación con cuanto escuchan y ven. Nosotros como médicos, no solo debemos ir a hacer obras que ayudan a traer momentos agradables, sino también hacerlo para sanar esos momentos donde nosotros mismos también nos adentramos a un mundo se sobras y depresión por todos los pendientes del día a día.