La Magia de Fotografiar en Modo Manual

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LA MAGIA DE FOTOGRAFIAR EN

MODO

M A N UA L Autores: Caro Musso y Alexa de Blois Dirección Editorial: Mario Pérez Producción: Blog del Fotógrafo SL Editado y publicado por Blog del Fotógrafo

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LA MAGIA DE FOTOGRAFIAR EN

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INDICE Introducción........................................................................................................................................................................ 6 Capítulo 1. Principios Básicos del Modo Manual..................................................................................................... 7 Capítulo 2. Cómo Utilizar los Modos Manuales y Semimanuales de tu Cámara de Fotos ......................... 22 Capítulo 3. Otros Ajustes Manuales que Debes Cuidar ...................................................................................... 31 Capítulo 4. Truco de Magia 1: Larga Exposición...................................................................................................... 44 Capítulo 5. Truco de Magia 2: Lightpainting............................................................................................................. 49 Capítulo 6. Truco de Magia 3: Contraluz................................................................................................................... 56 Capítulo 7. Truco de Magia 4: Clave Alta, Clave Baja............................................................................................ 65 Capítulo 8. Truco de Magia 5: Retratos Que Dejan Sin Aliento.......................................................................... 70 Capítulo 9. Truco de Magia 6: Cielos Estrellados................................................................................................... 76 Capítulo 10. Truco de Magia 7: Agua con Efecto Seda......................................................................................... 82 Capítulo 11. Truco de Magia 8: Una Milésima de Segundo.................................................................................. 87 Capítulo 12. Truco de Magia 9: A Oscuras (o Casi)................................................................................................. 93 Capítulo 13. Truco de Magia 10: Bokeh...................................................................................................................... 98 Capítulo 14. Truco de Magia 11: Barrido.................................................................................................................... 103 Capítulo 15. Accesorios Imprescindibles Para Exprimir el Modo Manual al Máximo................................... 109 Capítulo 16. La Mejor Cámara de Fotos Para Conseguir un Modo Manual Perfecto....................................114 Capítulo 17. Cómo Mejorar Tu Técnica Con el Modo Manual..............................................................................118

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INTRODUCCIÓN

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racias por adquirir tu ejemplar de La Magia de Fotografiar en Modo Manual, un libro esencial en la biblioteca de cualquier fotógrafo aficionado. Con este trabajo nuestra intención es ayudarte a comprender el funcionamiento de tu cámara en modo manual y a interactuar con ella para producir fotografías que hechicen a quien las observe.

Mario Pérez Blog del Fotógrafo

No voy a negar las bondades del modo automático. Desde su invención, la vida del fotógrafo cambió muchísimo. Ciertamente a mejor, en algunos aspectos: encuadrar y disparar, sin más, y no tener que preocuparse por los ajustes de la cámara, es una verdadera maravilla. Es rápido, es instantáneo. Es genial. Sin embargo el modo automático jamás ha podido sustituir, ni por asomo, la magia de disparar en modo manual. Pulsar el disparador de una cámara no le convierte a uno, en mi humilde opinión, en fotógrafo. Hacer fotografía va mucho más allá. Ser el artífice de una fotografía significa responsabilizarse de todos y cada uno de los elementos que la producen. La verdadera fotografía es aquella en la que la cámara y tu cerebro van íntimamente conectados, convirtiéndose la cámara en una extensión más de tu cuerpo. Hacer fotografía significa conocer y controlar cada uno de los ingredientes que componen una foto (composición, exposición, color, enfoque, etcétera.) y combinarlos en la medida y proporciones justas para conseguir una obra visual tuya, única y propia. Las fotografías tomadas en modo automático son fotografías correctas, sin más. Las que son tomadas en modo manual traspasan eso para expresar emociones y contar historias. El modo manual te da el poder de crear fotografías que cautivan, que atrapan, que encantan y hechizan a quien las ve. El modo manual te permite controlar aspectos visuales de la foto que afectan directamente las emociones y sentimientos de quien la observa, lo cual te convierte en una especie de mago de las emociones. En este libro te ayudamos a iniciarte en la “magia” de tomar fotos en modo manual. A lo largo de las próximas páginas te explicaremos todos los elementos que necesitas conocer para tomar una gran fotografía en modo manual. Te desvelaremos, también, una serie de trucos de magia con los que podrás impresionar a cualquier persona que vea tus fotos. Prepárate para decir adiós al modo automático.

Capítulo 1

PRINCIPIOS BÁSICOS DEL MODO MANUAL

Tras la emoción de sostener en tus manos tu primera cámara Réflex (EVIL o similar), la que tanto has ansiado, esperado, anhelado, con la que siempre has soñado y que ahora es tuya, sí tuya, qué cosquilleo, ¿eh?, es cuando llegan las primeras desilusiones: “Vaya, si yo pensaba que con esta cámara lograría mejores fotos”. También surgen las primeras preguntas… “¿Por qué me sale borrosa? ¿Por qué aparece casi todo blanco (o negro)?” Y después de varios interrogantes sin respuesta, decepciones varias y fotos perdidas, te lanzas al modo automático como un náufrago que se aferra a un salvavidas en medio del océano. Pero claro, tú no te has comprado una cámara de este tipo para disparar en automático, ¿verdad? Tú ambicionas lograr fotografías como las que tanto te han impactado con el fondo desenfocado, con luces que parecen serpientes, con objetos en movimiento mientras el resto de la foto permanece nítida, etcétera. Anhelas un tipo de fotografías que no consigues de este modo. Estás de enhorabuena, hemos de comunicarte que acabas de llegar a tierra, ya puedes soltar el salvavidas del automático y disfrutar de la fotografía, estamos aquí para mostrarte los modos manuales de tu cámara, para ayudarte a lograr todas aquellas fotografías con las que soñaste. Para ello, comenzamos contándote los principios básicos de tu cámara. Los ajustes con los que tendrás que jugar para hacer magia con tu nueva e inseparable compañera de vida fotográfica, tu cámara.

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APERTURA DE DIAFRAGMA

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o primero que debes aprender a controlar en fotografía es la luz. Existen tres parámetros básicos que forman lo que se conoce como el triángulo de la luz: apertura, velocidad e ISO. Si bien los vamos a explicar por separado, debes saber que van íntimamente relacionados, poco a poco irás conociendo esta relación (un trío muy bien avenido).

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pexels

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Comenzaremos hablándote de la apertura del diafragma y de forma muy clara, como si estuviéramos tomando un café con un amigo y nos preguntara qué es la apertura, de este modo nos aseguraremos de que lo entiendas, porque es lo que nos importa, no escribir un manual técnico e indescifrable . Bien, todo objetivo tiene una ventana, el diafragma, que se abre en el momento del disparo para dejar entrar la luz y permitir que la foto sea posible (sin luz no hay fotografía). El diafragma puede abrirse mucho o poco, según desees y dependiendo del objetivo. Lo explicamos. El hueco de esa ventana se conoce como apertura y se ajusta con el número f/ que también se conoce como profundidad de campo (en la cámara también lo puedes encontrar como F). Se mide en pasos, imagina que esa ventana tiene distintas posiciones, entre una y otra es lo que se denomina paso. Lo vemos mejor con un esquema.

Entre f/2 y f/2.8 se dice que hay un paso, cuando leas, o escuches, que tienes que subir o bajar un paso se refiere a esto. Entre un paso y otro entra el doble (o la mitad) de luz. Es decir, si estás en f/4 y abres el diafragma a f/2.8 estás permitiendo que entre justo el doble de luz.

¡CUIDADO! Fíjate que menor apertura de diafragma implica mayor profundidad de campo y al revés, mayor apertura significa menor profundidad de campo. Es un poco lioso, lo sabemos, aunque enseguida le pillas el truquillo .

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Esta es una escala de un paso, según la cámara también la puedes encontrar de medio paso y de un tercio. La apertura sirve para, obviamente, controlar la entrada de luz, pero también para otro efecto muy importante: la profundidad de campo o zona enfocada de la imagen. Cuando abres mucho el diafragma, obtienes una profundidad de campo pequeña, es decir, puedes enfocar una mínima parte de la imagen. Sin embargo, cuando lo cierras, además de entrar menos luz, puedes enfocar más planos de la escena. Un ejemplo de apertura amplia o poca profundidad de campo (número f/ pequeño) es el de las aves de antes, la siguiente imagen de las montañas es la opuesta, una apertura pequeña o mucha profundidad de campo (número f/ grande).

¡RECOMENDACIÓN! Si quieres saber más sobre la apertura, te recomendamos que leas este artículo en el blog.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de BKD

En el siguiente capítulo te contaremos dónde puedes modificar la apertura y el resto de parámetros según los modos manuales y semimanuales, por ahora lo que nos interesa es que te quedes con los conceptos y los comprendas .

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VELOCIDAD DE OBTURACIÓN

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l obturador es un dispositivo que regula el tiempo durante el cual el sensor recibe luz. Ese tiempo es la velocidad de obturación. Para entenderlo mejor, vendría a ser la rapidez con la que se abre y se cierra la ventana de la que te hablábamos antes. Se mide en segundos y fracciones de segundo y también se representa en pasos; de un paso a otro (por ejemplo, de 1/125 a 1/60) se deja pasar el doble de luz, si, por el contrario, saltas de 1/250 a 1/500 se reducirá la entrada de luz a la mitad. En el siguiente esquema te mostramos una escala de un paso, también las hay de medio paso y un tercio de paso, dependiendo de la cámara (al igual que ocurre con la apertura).

Resumiendo, a una velocidad lenta (derecha) entra más luz y a una velocidad rápida (izquierda) menos. Esto también tiene un efecto colateral: el movimiento. Las velocidades más lentas capturan el movimiento de los sujetos (y también de la cámara). Cuando utilices velocidades muy bajas, no te quedará otra que estabilizar tu cámara. Lo verás ya en el primer truco de magia, la larga exposición, aunque, debido a su importancia, te lo recordaremos en los capítulos que consideremos necesario. Ahora te mostramos una imagen en la que se congela el movimiento con una velocidad rápida.

¡CUIDADO! Una velocidad lenta también captura el movimiento de la cámara, lo que hace necesario estabilizarla o utilizar un trípode.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de tpsdave

Aunque la bici está en movimiento, no se aprecia, lo intuimos porque sabemos que no vuela. Todo aparece nítido y estático, se ha congelado el movimiento con una velocidad rápida. En esta otra imagen, capturada con una velocidad lenta se puede apreciar el movimiento de las personas sobre las rocas, al igual que vemos cómo el agua adquiere un efecto sedoso (truco que te revelamos detalladamente en el capítulo 10).

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Unsplash

La velocidad de obturación para congelar un sujeto o un objeto en movimiento dependerá de la velocidad con la que se mueva y la dirección en que lo haga. Pero no te asustes, en los siguientes capítulos te iremos aclarando ideas y la práctica te resolverá todas las dudas. De momento quédate con que: »» A más velocidad (obturación rápida): menos luz y menos movimiento (sujetos más nítidos). »» A menos velocidad (obturación lenta): más luz y más movimiento (sujetos más borrosos).

¡TRUCO! La velocidad mínima para evitar trepidaciones ha de estar por encima de la distancia focal (hablaremos de ella en el capítulo 3). Por ejemplo, si usas una focal de 200mm tendrás que disparar al menos a 1/250s.

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ISO Nos lanzamos ahora a presentarte el tercer elemento del triángulo de la luz. Se trata de la sensibilidad ISO, y es la que te tocará ajustar cuando con la apertura y la velocidad no consigas la exposición correcta (o deseada). El valor ISO de tu cámara determina la sensibilidad del sensor a la iluminación. Es decir, cuanto más subas este valor, más sensible será el sensor a la luz o, dicho de otra forma, más luz captará.

La sensibilidad ISO más baja es 100, la más alta depende de la cámara, en algunas llega hasta 1.200 y otras hasta 16.000 (o más). Ahora pensarás: “Bueno, pues qué fácil, cuando esté muy oscuro subo la ISO al máximo y ¡adiós problemas!”. Pues no, sentimos decirte que esto no es tan fácil como parece. Aquí también tenemos un efecto colateral grave. Se trata del ruido, y no del que hace tu vecino cuanto pasa el aspirador, sino del grano que aparece en tu foto, como si estuviera sucia. Este, a veces, puede ser buscado como efecto creativo y quedar bien, pero lo normal es que arruine tu imagen. Para que sepas de qué hablamos, mejor lo vemos en una imagen.

¡RECOMENDACIÓN! Procura no disparar en AUTO. Decide tú qué ISO te viene mejor en cada momento. en el blog.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de RyoFUKAsawa

Como podrás percibir, se produce una gran pérdida de nitidez. El valor a partir del cual aparece el ruido depende de la cámara. Lo ideal es que realices varias pruebas para conocer cómo funciona tu amiga y dónde está su límite granuloso .

¡TRUCO! Realiza una misma fotografía modificando la ISO, dispara con todos los valores que ofrezca tu cámara. Después, y mejor ampliando la imagen en el ordenador, comprueba con qué ISO comienza a verse el grano. De este modo conocerás mejor tu cámara y sabrás hasta dónde subir este valor manteniendo la nitidez.

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Recuerda que la fotografía es una forma de expresión artística, por lo que no existe un uso correcto o incorrecto del grano. El nivel de ruido que pueda tolerar una foto depende única y exclusivamente de la persona que realiza la foto, o sea, tú. Tú decides cuánto ruido admite tu foto, cuándo está bien y cuándo no.

MODOS DE MEDICIÓN DE LUZ Vistos los tres elementos del triángulo de la luz, vamos a introducir otros conceptos y ajustes que necesitas conocer para trabajar el modo manual. Le toca el turno a los modos de medición de luz. No es preciso decir que el ojo humano funciona de forma muy diferente a una cámara. Mientras nosotros vemos de una manera, nuestro amado aparato lo capta de otra forma. Esto ocurre, por ejemplo, con la luz. El procesamiento que hace nuestro ojo de una escena es mucho más complejo que el de una cámara. Se adapta mucho mejor, por ejemplo, a las diferencias entre las sombras y las luces. La máquina, sin embargo, no trabaja igual y, para exponer correctamente, necesita medir en el lugar adecuado, algo que a veces funciona bien en automático, pero son muchas las situaciones en las que no ocurre así. Aquí tenemos otra de las ventajas del modo manual, que te permite decirle a la cámara exactamente dónde debe medir la luz para exponer correctamente. Porque no será lo mismo una escena en la que esté todo iluminado de forma homogénea que una en la que haya zonas muy iluminadas y muy oscuras. Para ello nos ayudamos de los modos de medición de luz, que te los contamos a continuación y, además, te explicamos para qué situaciones suelen ser más adecuados.

Medición evaluativa

También conocida como Medición Inteligente o Modo Matricial, calcula la exposición en función de un amplio número de lecturas realizadas por todo el encuadre. Digamos que es el modo que puedes usar en la mayoría de situaciones y, probablemente, será el que tu cámara use por defecto, pero con cuidado, que es complicado saber cuándo fallará. Lo que sí sabemos es que te irá muy bien cuando toda la escena esté iluminada de forma similar, sin grandes contrastes, o cuando busques que no haya zonas en sombra y zonas iluminadas.

¡RECOMENDACIÓN! Si te has quedado con ganas de conocer más sobre la sensibilidad ISO o sientes curiosidad por saber por qué aparece el grano, no te pierdas este completísimo artículo del blog.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pok-Rie

¡RECOMENDACIÓN! Para comenzar sin marearte demasiado, te recomendamos que utilices la medición evaluativa, hasta que te encuentres situaciones específicas que te pidan a gritos que cambies el modo.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Skitterphoto

Medición puntual

Si el anterior realiza algo así como una media de la escena, este modo es mucho más preciso y exacto. Mide justo en el punto en el que tú le indicas que ha de medir (si tu cámara lo permite), y si no en el centro. Para medir la luz en este modo se utilizan los mismos puntos del enfoque. Es el más adecuado para escenas con mucho contraste entre luces y sombras, o cuando quieras destacar un motivo por encima del resto. Por ejemplo, es el más indicado para capturar una silueta o en condiciones de poca luz. Hablaremos de esto más adelante.

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Medición ponderada al centro

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En este caso se otorga más importancia al centro del encuadre, aunque también se tiene en cuenta el resto de la escena. Es el más adecuado si tu motivo se encuentra situado en el centro de la imagen. Úsalo cuando en la escena haya diferencia de luces y quieras destacar la parte central de la escena pero dando información del resto.

Medición parcial

Algunas cámaras también disponen de medición parcial que lee (según la cámara) entre un 6 y un 10% de la zona central de la imagen. Se recomienda utilizar cuando el fondo es mucho más luminoso que el motivo, por ejemplo, en un contraluz en el que no busques una silueta oscura.

Comparativa de los distintos modos de medición

A continuación, puedes ver cuatro imágenes tomadas exactamente con los mismos parámetros salvo el modo de medición.

Medición parcial

Medición puntual

Medición ponderada al centro

Medición evaluativa

COMPENSACIÓN DE LA EXPOSICIÓN ¿Te has encontrado ya con un botón que pone +/- y aún no sabes para qué es? Mmm… no te has leído el manual de instrucciones, ¿verdad? Bueno, bueno, tenemos que admitir que no eres ni la primera persona ni la última. ¿Quién no ha cometido este pecado? Lo tuyo tiene pase porque estás haciendo algo para compensar esta falta, y es leer esta publicación . Y, hablando de compensación, estábamos con un botón: +/-, pues sirve para compensar la exposición. Un nombre muy aparatoso, ¿no? Vamos a ponerlo más fácil.

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A veces, lo visto hasta ahora no es suficiente para obtener una exposición correcta o a nuestro gusto. Para ello sirve el botón de compensación de la exposición. Con él, básicamente lo que puedes lograr es oscurecer o aclarar la fotografía, según lo muevas hacia el “-“ o hacia el “+” (en algunas cámaras el símbolo “-“ está a la izquierda y en otras a la derecha). Tiene sentido compensar en los modos Prioridad a la Apertura y Prioridad a la Velocidad, que veremos en el capítulo 2, pues en Automático ya lo decide la cámara por ti y en Modo Manual tienes todo el control en cuanto a entrada de luz, por lo que no necesitas esta compensación, ni puedes realizarla. Resumiendo, cuando dispares en Modo Manual no te va a funcionar, pero si disparas en modo Prioridad a la Apertura o Prioridad a la Velocidad y tu foto resulta subexpuesta (demasiado oscura) puedes solucionarlo compensando (es decir, modificando este parámetro) hacia el lado positivo. Si por el contrario obtienes una fotografía quemada (sobreexpuesta), compensa hacia el lado negativo. También encontrarás situaciones en las que el fotómetro de tu cámara se verá engañado y tendrás que compensar sí o sí, como, por ejemplo, a la hora de fotografiar la nieve, que te tocará compensar entre +1,5 o + 2 puntos para lograr una correcta exposición. No te agobies, no tienes que saber esto ahora, irás descubriendo poco a poco cuáles son esos momentos.

Acabas de adquirir los conocimientos más básicos, los ingredientes principales para cualquier receta fotográfica. Si ahora te parecen un mundo, no desesperes, esto es como cuando aprendiste a montar en bici, qué difícil parecía, ¿verdad? Mantener el equilibrio, pedalear, sujetar el manillar para no torcerte demasiado, tener cuidado de no atropellar a nadie… Poco a poco, con la práctica, todo fue yendo sobre ruedas y, ahora, cuando montas en bici no piensas en nada de esto, ¿a que no? Es todo tan automático que no te das ni cuenta. Pues lo mismo te ocurrirá con todos estos ajustes, cuanto más practiques antes los dominarás de forma automática. Por eso, antes de continuar leyendo, te recomendamos que busques tu cámara y realices distintas pruebas, ahí mismo, desde tu asiento, no hace falta que te muevas demasiado si no quieres. Lo importante es que dediques un rato a familiarizarte con estos parámetros y a jugar con el triángulo de la exposición (apertura, velocidad e ISO) para asimilar su funcionamiento. Vamos, ¿a qué esperas?

¡CUIDADO! Cuando modifiques este parámetro, ten cuidado porque se mantiene al cambiar de modo y te puedes llevar sorpresas. Mejor, cuando acabes, vuelve a ponerlo a cero antes de seguir disparando, te lo decimos por experiencia .

Capítulo 2

CÓMO UTILIZAR LOS MODOS MANUALES Y SEMIMANUALES DE TU CÁMARA DE FOTOS Después de hacerte con una cámara de fotos Réflex o similar, la segunda mejor decisión que puedes tomar relacionada con la fotografía, es trabajar en manual. Pero no te asustes, el Modo Manual no es una esclavitud. Si bien es cierto que con él puedes lograr todo tipo de fotografías y cuanto más perfecciones su uso, con mayor rapidez responderás a situaciones complejas, no es siempre obligatorio, la mejor opción ni la más práctica, existen modos intermedios que pueden serte de muchísima utilidad. Veámoslos.

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TIPOS DE MODOS No solo del manual y del automático vivimos sabes cuándo utilizarlos.

. Por suerte, existen otros modos intermedios que resultan muy útiles si

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de PublicDomainPictures

Automático

Seguramente no necesita presentación porque a estas alturas debéis conoceros bastante bien, lo que es genial para poder saltar al resto de modos y dejarlo descansar una buena temporada . A modo de resumen, podemos decir que en el Modo Automático la propia cámara decide todos los valores relacionados con la imagen a excepción del encuadre y el foco. Es decir, controla todas las variables del triángulo de exposición (apertura de diafragma, velocidad de obturación e ISO), el balance de blancos (que veremos en el próximo capítulo), e incluso el flash, y te permite encuadrar libremente sin tener que pensar en ellos, lo que quizás no estaba mal para empezar en esto de la fotografía Réflex pero es un modo del que, a partir de ahora, te animamos a desengancharte de raíz .

Programable (P)

Es muy parecido al automático con la diferencia de que permite personalizar algunos aspectos como el balance de blancos, el valor ISO, el flash, el tipo de medición y el punto de enfoque. Podríamos decir que es una versión benigna del Modo Automático, aunque sigues sin poder controlar la profundidad de campo o la velocidad de obturación, lo que implica que una buena parte de las fotografías con las que sueñas no son posibles en este modo.

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Como partir de aquí el tema se pone realmente interesante, te animamos a prestar especial atención. Los modos Prioridad a la Apertura, Prioridad a la Velocidad y el Modo Manual, son los que te permitirán hacer magia con tu cámara.

Modo de Prioridad a la Apertura (A o Av)

El modo de Prioridad a la Apertura te permite decidir la apertura de diafragma (valor f/) mientras tu cámara escoge automáticamente una velocidad acorde con ella para lograr una exposición adecuada. Esto significa que tienes absoluto control sobre la cantidad de luz que entra hacia el sensor (recuerda, más luz a medida que abres el diafragma, menos luz a medida que lo cierras) y sobre la profundidad de campo o cantidad de zona enfocada en la imagen, como te explicamos en el capítulo anterior. Seguro que te viene a la mente algún retrato que te haya cautivado donde el protagonista aparecía aislado del fondo. Pues bien, con este modo esa imagen es tuya .

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de ElvisClooth

Modo de Prioridad a la Velocidad (S o Tv)

El modo de Prioridad a la Velocidad de obturación te permite controlar la velocidad a la que se abre y cierra el obturador mientras que la cámara, según este dato, escoge una apertura para que la exposición de la imagen resulte correcta. Como te comentábamos en el capítulo anterior, la velocidad se asocia a su vez con la capacidad de captar el movimiento, ya sea congelando la escena o bien retratando su rastro; cuanto más tiempo abierto permanece el obturador, más se capta el rastro de movimiento (por ejemplo en fotografías de larga exposición) y cuanto más rápido se abre y cierra el mismo, más estático es este. Resumiendo, tú decides la velocidad pero no tienes control sobre qué partes de la escena quedarán nítidas. Es muy útil para fotografiar sujetos que se mueven y esperas que salgan nítidos pero no tienes mucho tiempo de ajustar parámetros, por ejemplo, en la ardua tarea de retratar niños (despiertos) .

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Modo Manual (M)

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Este es el modo estrella, el que te permite controlar absolutamente todas las variables de la escena: la velocidad, la apertura, el valor ISO, el balance de blancos, el flash, etcétera. Todo, absolutamente todo, lo puedes lograr en manual. Quizás te parezca un hueso duro de roer, pero te aseguramos que dedicándole el tiempo que necesites (poco o mucho) a interiorizar los tres conceptos del triángulo de exposición, el trabajo está hecho. Una vez que tengas asimilados esos conceptos y cómo se relacionan entre sí; con la gran ayuda del fotómetro de tu cámara que te irá diciendo si necesitas más o menos exposición; y con mucha paciencia para el ensayo-error, te resultará más fácil de lo que imaginas.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de marcoreyes

“¿Fotómetro? ¿Y eso qué es?” Si esto acaba de pasar por tu mente mientras te echabas las manos a la cabeza, antes de continuar debemos hacer un pequeño inciso. Vamos a contarte qué es eso del fotómetro o exposímetro (sí, añadimos nueva palabra). Se utiliza indistintamente, aunque más correcto sería decir exposímetro. Ahora bien, como se trata de facilitar las cosas y no de complicarlas, nos quedamos con fotómetro que parece más fácil de pronunciar y su uso está más extendido. Pues bien, para lo que sirve es para medir la luz de la escena y darte, a partir de ahí, unos valores de exposición óptimos. Es decir, te chiva, según el modo que esté utilizando, qué apertura y/o qué velocidad de obturación debes utilizar para lograr una (supuesta) exposición correcta. Si no tienes un fotómetro de mano que te calcule los parámetros puedes usar el integrado en tu cámara. Cuando miras por el visor y enfocas apretando el botón de disparo a la mitad, ves algo parecido a esto:

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Puede variar en función de la marca de tu cámara, en Nikon, por ejemplo, está al revés, el “+” está a la izquierda. Lo que te rodeamos en rojo es el cursor que se puede mover hacia el “+” o hacia el “-“.

Cuando este cursor está en el centro, te está indicando que la foto resultará (lo más probable), bien expuesta. Si se mueve hacia el “+”, avisa que posiblemente quedará sobreexpuesta y, si se desplaza hacia el “-“, que obtendrás una imagen subexpuesta. Esto en teoría, por eso decimos probablemente, supuestamente, etcétera, porque en la práctica luego puede no ser así. Encontrarás situaciones en las que la lectura no sea correcta y quede mejor con el cursor desplazado, si bien lo normal es que busques un equilibrio y modifiques los parámetros (apertura, velocidad o ISO) para hacer coincidir el cursor con la flechita central que equivale al “0”. Lo irás viendo sobre la marcha y comprobando el histograma.

“¿Histograma?, ¿otra palabra nueva?” No, no es necesario que te muerdas las uñas ni que cunda el pánico, al final del capítulo 3 te lo encontrarás explicado. Es mucho más fácil de lo que el nombre da a entender .

¿CÓMO UTILIZARLOS? Cómo utilizar el Modo Manual

Comenzaremos por el más complicado y lo explicaremos a través de un par de ejemplos concretos para que sea más fácil de comprender.

Ejemplo 1.

Supongamos que te dispones a fotografiar un paisaje a plena luz del día. Ante esa escena te has de plantear varias preguntas sobre los resultados que esperas obtener: ¿quieres foco en toda la escena?, ¿en una parte?, ¿buscas congelar el movimiento?, ¿es la nitidez clave? » Pongamos que: quieres nitidez y foco en todas las partes de la fotografía para que se vea la amplitud del paisaje y, como no hay agua ni nada que necesites que refleje movimiento, decides que quieres una imagen lo más estática posible. » Eso se traduce en: estableces un valor ISO bajo (por ejemplo 100) para conservar la nitidez de la escena (puesto que hay suficiente luz no tendrás problemas), luego configuras la profundidad de campo a través de un valor de apertura de diafragma elevado (por ejemplo f/16) y, por último, ajustas la velocidad. Te aseguras de que esta sea suficiente para que la imagen no tenga movimiento y a la vez quede bien expuesta.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de jpeter2

Ejemplo 2.

Ahora pongamos que estás en un interior con poca luz y quieres un retrato. Te vuelves a plantear las preguntas necesarias en base a los resultados deseados: ¿buscas aislar al protagonista mediante la profundidad de campo?, o bien ¿lo quieres todo enfocado?, ¿vas a retratar el movimiento o prefieres una imagen nítida? »» Pongamos que: puesto que no tienes mucha luz tu prioridad es conseguir nitidez al menos en el rostro del retratado. »» Eso se traduce en: comienzas configurando una apertura que te permita enfocar el rostro independientemente del fondo, puedes probar con un f/3.5, por ejemplo. Luego configuras una velocidad mínima dependiendo de la distancia focal del objetivo (ya falta poco para hablar de distancias focales y aclararte más ideas, será en el próximo capítulo). Digamos que tienes en las manos un 50mm, configurarías una velocidad mínima de 1/60s (como te contamos en el primer capítulo, la velocidad debe estar algo por encima de la distancia focal utilizada para evitar trepidaciones) y, por último, guiándote por el fotómetro, ajustas el valor ISO para que puedas trabajar con los parámetros que has elegido.

Cuándo utilizar el Modo Manual El principal inconveniente del Modo Manual es que es algo más lento que el resto de modos, por lo que para situaciones en las que necesites ser muy rápido en tus disparos, puede que no sea un gran aliado. No obstante, para el común de los mortales, la fotografía se practica como un hobby tranquilo, así que te funcionará bien en la mayoría de los casos. »» Retratos »» Fotografía de objetos »» Paisajes »» Fotografía de larga exposición »» Fotografía de alta velocidad »» Bokeh (capítulo 13) »» Macrofotografía »» Y, en general, todo lo que se te ocurra

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Josh13

Cómo utilizar el modo de Prioridad a la Apertura Este es un modo muy utilizado y con muchos adeptos, porque te permite dominar la profundidad de campo, que suele dar mucho juego a la hora de aislar al sujeto o integrarlo en la escena. Su uso es tan fácil como configurar el dial de modos en las letras (A o Av) y escoger una apertura según el resultado deseado. ¿Quieres mucha profundidad de campo? Elige entonces una apertura de valor elevado como f/16 ¿Que buscas una reducida profundidad de campo? Abre el diafragma dándole un valor f/ más bajo, por ejemplo f/1.4, f/2.8, etcétera. La cámara calculará una velocidad que permita una correcta exposición en base a la apertura y al valor ISO indicado.

Cuándo utilizar el modo de Prioridad a la Apertura La opción de Prioridad a la Apertura de diafragma es ideal en todas aquellas escenas en las que la profundidad de campo sea decisiva o en aquellas en las que necesites una dosis extra de luz. »» Retrato »» Fotografía de producto »» Fotografía culinaria »» Bokeh »» Paisaje »» Fotografía de interiores o con luz escasa »» Documental »» Street photography

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de jpeter2

¡TRUCO! Coloca la cámara en un trípode y fotografía un objeto estático variando la apertura de diafragma. De este modo interiorizarás de forma visual y amena cómo afecta este gesto a la profundidad de campo y al aspecto general de la imagen y observarás cómo la cámara va cambiando la velocidad de disparo.

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Cómo utilizar el modo de Prioridad a la Velocidad Al igual que con el modo de Prioridad a la Apertura, buscas en el dial de modos la opción S o Tv según la marca de la cámara. Al hacerlo, automáticamente le estás comunicando a la máquina que la prioridad es la velocidad, que tú la gestionarás y que ella debe encargarse de darte un valor adecuado de apertura de diafragma que te permita trabajar en unos valores de exposición correctos.

Cuándo utilizar el modo de Prioridad a la Velocidad El modo de Prioridad a la Velocidad es ideal en todas aquellas situaciones en que la velocidad sea la protagonista de la escena, sea para retratar su rastro o para congelarlo. Por ejemplo: »» Fotografía de larga exposición • Fotografía nocturna • Efecto sedoso del agua • Lightpainting • Estrellas »» Fotografía de alta velocidad • Deportes • Gotas de agua • Niños

Truco! Para entender la relación entre velocidad y movimiento, prueba a fotografiar agua cayendo del grifo de tu casa, por ejemplo, y ve variando la velocidad, de más rápida a más lenta. La cámara en un trípode, para que obtengas exactamente la misma imagen en todas las ocasiones y tu mal pulso no influya en el resultado .

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Capítulo 3

OTROS AJUSTES MANUALES QUE DEBES CUIDAR

Qué cantidad de cosas has descubierto que puedes controlar en manual, ¿verdad?, pues no te creas que la cosa acaba aquí. Cuando señalamos que el Modo Manual te permite controlar todos los aspectos de la escena, no mentimos, lo decimos literalmente . Hablamos de controlar la profundidad de campo, el movimiento, o la luz, pero también de dónde situar el foco y por qué, de qué tonalidad final tendrá la imagen, e incluso de cómo afecta la elección de un objetivo u otro al resultado final. ¿Sientes curiosidad por profundizar un poco más en los entresijos del mundo manual? Sigue leyendo, porque aquí vienen unos ajustes extra que te serán de muchísima ayuda.

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BALANCE DE BLANCOS A pesar del terrible enunciado, el balance de blancos no es más que la tonalidad dominante de la imagen. Si la observación es una de tus virtudes, habrás notado que las fotos que capturas en interiores no tienen la misma tonalidad que las que tomas, por ejemplo, en exteriores en pleno mediodía. O incluso que las que logras en exteriores a última hora de un día despejado no tienen nada que ver con las que puedas obtener en el mismo lugar a la misma hora en un día nublado. Eso se debe a que la luz tiene diferentes “temperaturas de color”, es decir, puede ser fría, cálida o neutra. Como curiosidad, te contamos que la temperatura de color se mide en Kelvin (K), y que se considera una temperatura neutra o sin dominante la de la luz de día o flash, situada aproximadamente en los 5.500K.

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Cuanto más bajo es este valor, más cálida es la luz dominante, por ejemplo, sobre 2.700K correspondería a una bombilla convencional (las que hay en casa y las culpables de esas fotos anaranjadas) y cuanto más alto es el valor, más fría es la temperatura de color (por ejemplo, la de un día nublado correspondería a unos 6.500K). Dejando los Kelvin a un lado, lo que te interesa saber es que determinadas luces tiñen tu imagen con tonos fríos y cálidos y que debes neutralizarlos (en ciertas ocasiones). Con este fin se utiliza el balance de blancos, para corregir esta variación fría o cálida y dejarla neutra, es decir, sin dominantes, blanca, como la luz del flash o la luz de día. En las siguientes imágenes, tomadas con los diferentes balances de blancos, se aprecian las distintas tonalidades.

¿Cómo se corrige el balance de blancos? Puesto que el objetivo es dejar la imagen con una dominante neutra o cero, la forma de corregirla es aplicarle su contrario. Es decir, si la imagen es demasiado cálida, debes enfriarla y, si es demasiado fría, tienes que calentarla, como una sopa que quisieras tomarte templada De modo aproximado, las opciones de balance de blancos incluidas en las cámaras son las siguientes:

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Puesto que la mayoría de veces las tonalidades de la imagen no se ven a simple vista, es importante disparar la foto y analizarla detenidamente. Si observas una dominante en ella, corrígela con una de las opciones anteriores. Tienes la zona derecha correspondiente a la corrección de los tonos fríos (sombras, nublado, etcétera) o la zona izquierda correspondiente a la corrección de los tonos cálidos (tungsteno o lámparas caseras y amaneceres o atardeceres) y, en medio, el flash, la luz neutra.

¿Debo corregirlo siempre? La respuesta es no, depende exclusivamente de ti y del resultado que desees conseguir. Ya sabes cómo nos encantan los tonos cálidos del amanecer o el atardecer, después del madrugón, ¿querrías corregirlos? No, ¿verdad? Perfecto, por ello es importante que utilices bien el balance de blancos, quizás de forma general te apañes con el automático, pero si no quieres que te corrija tonos que para tu imagen son necesarios, es mucho mejor que trabajes en manual.

¡TRUCO! Una forma sencilla de trabajar con tonalidades dominantes es disparar en formato RAW, que te permitirá olvidarte del balance de blancos y corregirlo (o no) en el procesado de la imagen.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de prunkova

RAW Vaya, acabamos de introducir un nuevo término, así, por la cara, ni más ni menos que RAW. Otra vez te has echado las manos a la cabeza… Bájalas, te lo vamos a explicar muy brevemente, porque esta palabrita te la vas a encontrar un montón de veces a lo largo de esta publicación. Y con motivo. Bien, RAW es uno de los formatos en los que la cámara puede archivar la foto. Te sonará JPEG y seguramente lo de RAW también lo habrás escuchado o leído por ahí. Pues estos dos son los formatos que, generalmente, utilizan las cámaras para guardar las imágenes. Cuál de ellos es algo que decides tú, en el manual de instrucciones te explica dónde y cómo seleccionar uno, otro o los dos a la vez. Si seleccionas RAW, la imagen se archivará con toda la información de la escena, digamos que sería un guardado en bruto. En JPEG, se guarda solo la información que la cámara considera. Imagina cuando hace unos años toda la fotografía era analógica y llevabas los negativos a revelar. En el laboratorio se ocupaban de darle más luz, más contraste, etcétera (aunque tú no te enterabas), y te daban la foto en papel. Pues para que lo entiendas mejor, te diremos que el archivo RAW sería como ese negativo y el archivo JPEG como la foto en papel que recogías. Sobre el negativo

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puedes seguir trabajando y realizando modificaciones, con la foto en papel, estás mucho más limitado, como no pintes encima… . Algo así es lo que ocurre con RAW y JPEG. Cuando disparas en RAW, como se recogen muchos más datos de la escena, a la hora de editar todo es más fácil, puedes modificar el balance de blancos, tienes mayor información en cuanto a luces y sombras, etcétera. Sin embargo, en JPEG, casi toda esta información se queda en el camino y, salvo que vuelvas atrás en el tiempo, no existe opción de recuperarla. Claro que el RAW tiene sus desventajas, como el hecho de tener que procesarlo y que pesa mucho más. Pero si tienes pensado editar tu fotografía, no lo dudes, dispara en RAW, también lo recordaremos en casi todos los capítulos (te avisamos con antelación ) .

DISTANCIA FOCAL La distancia focal es la distancia en milímetros que existe entre el sensor (o plano focal) y el centro óptico de la lente (donde se cruzan los rayos de luz dentro del objetivo). Más allá de definiciones algo complejas, lo importante es saber que la distancia focal define la cobertura angular o el ángulo de visión (si cubre poco o mucho ángulo de la escena) y cuánto nos podemos acercar con nuestro objetivo a lo que queremos fotografiar.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de qimono

¡RECOMENDACIÓN! Para profundizar en las ventajas e inconvenientes del formato RAW, puedes echar un vistazo a este artículo del blog.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Kalle Gustafsson

A grandes rasgos diremos que: » Cuanto menor es el valor de la distancia focal, mayor es el ángulo de visión que tenemos de la escena y mayor es la distancia entre el primer plano y el fondo (aumenta la sensación de profundidad de la escena). Observa el ejemplo de los árboles, fotografiado con un gran angular. » Cuanto mayor es el valor de la distancia focal, en cambio, menor es el ángulo de visión (o lo que es lo mismo, vemos menor porción de escena) y menor es la distancia entre el primer plano y el fondo (comprime la imagen y reduce la sensación de profundidad de la misma). Puedes ver el efecto en la foto de los monos, disparada con un teleobjetivo. » El término medio o estándar entre las diferentes distancias focales se sitúa en una distancia focal aproximada de 35-50mm, que es la que más se asemeja a la perspectiva y ángulo del ojo humano. Con el siguiente esquema comprenderás muy bien la relación entre la distancia focal y el ángulo de visión.

¡CUIDADO! La focal del objetivo depende del sensor de tu cámara. Las distancias focales se calculan para uno Full Frame (35mm), aunque la mayoría de cámaras de inicio tienen el sensor algo más pequeño. En este caso debes aplicar un factor de conversión (depende de la cámara) que le otorga más distancia focal que la que indica el objetivo. Puedes profundizar en este tema aquí.

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Igualmente, a la hora de escoger entre una u otra, es importante conocer que una mayor distancia focal incide en la profundidad de campo. Es decir, un Teleobjetivo no solo acerca la imagen y trabaja con ángulos más cerrados, también lleva intrínseca una menor profundidad de campo que uno Gran Angular, por lo que nos es más fácil aislar a los sujetos en el encuadre que cuando trabajamos con distancias focales bajas.

ENFOQUE Por mucho que sea el gran olvidado, es uno de los aspectos más importantes a dominar en modo manual. El enfoque dirige la mirada, muestra el centro de interés y/o enseña el camino a seguir a través de la imagen. La cantidad de zona enfocada en la imagen, como ya hemos dicho anteriormente, viene determinada por la apertura de diafragma que regula la profundidad de campo. Pero no solo hablamos de cantidad de zona enfocada cuando trabajamos el foco, también es importante la elección de la zona enfocada, o cómo le decimos a nuestra cámara que debe escogerla por nosotros.

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Tipos de enfoque De forma general, podemos distinguir entre modo de enfoque manual y modo de enfoque automático. En el Modo Manual, eres tú quien enfoca haciendo girar la rueda correspondiente del objetivo. El Modo Automático, si bien enfoca solo, te permite escoger la forma en que lo hace, basándose principalmente en el estatismo de lo que vas a fotografiar. Lo vemos.

Modo Manual Es útil para todas aquellas situaciones en las que necesites una gran precisión de enfoque, pero sobre todo para aquellas situaciones en las que el Modo Automático de tu cámara se pierde buscando foco. » » » » » » » »

Macrofotografía Producto Retrato Estrellas Luna Sol Paisaje Escenas con poca luz

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Cbill

Modo Automático En Modo Automático dispones de tres posibilidades. »» AF-S u One Shot: es el más preciso, ideal para situaciones estáticas (por ejemplo para retratos, fotografía de producto, arquitectura, etcétera). »» AF-C o AI Servo: es el más indicado para sujetos en movimiento, puesto que se encarga de perseguir al sujeto que se mueve por el encuadre (por ejemplo para deportes o niños). »» AF-A o AI Focus: este modo es capaz de predecir si un sujeto se pone en movimiento (conciertos, conferencias, etcétera).

Área de enfoque No solo es importante el tipo de enfoque que escojas para cada ocasión, también es importante tener en cuenta el área de enfoque, que es la zona de la imagen en la que quieres situar el foco. »» Área de punto único: es la más precisa, la que le indica a la cámara exactamente el punto en que quieres el foco. Muy útil para situaciones estáticas. »» Área dinámica: parecida a la de punto único pero con más área de enfoque alrededor del punto indicado. Muy útil para situaciones estáticas en las que preveas movimiento.

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»» Área automática: deja a elección de tu cámara el área de enfoque basándose en lo que ella considera el centro de interés, que suele escoger según tamaño, contraste o cercanía. Si el centro de interés es muy claro (por ejemplo, un retrato cercano a la cámara sin distracciones en el fondo) te funcionará bien, pero no es demasiado recomendable dejar que una máquina escoja por ti el foco en la escena .

Prioridad de la toma ¿Verdad que alguna vez te ha pasado que apretabas el obturador como si no hubiera un mañana pero que este no respondía? Bien, probablemente era porque tu cámara no había conseguido aún enfocar la escena. Y, seguramente, también porque, sabiéndolo o no, tenías configurada en tu cámara un modo que prioriza el enfoque al disparador. Y es que existen dos modos al respecto: »» Prioridad de enfoque: con él le dices a tu cámara que no dispare hasta que lo que le hayas indicado que deba estar en foco, lo esté. Si necesitas enfoque por encima de todo, este es tu sistema, sobre todo para sujetos estáticos. Ejemplos: • Retratos • Paisaje • Producto »» Prioridad al disparador: para sujetos en movimiento o escenas donde es prioritario conseguir la imagen antes que un foco perfecto. Ejemplos: • Deportes • Fotografía callejera • Niños jugando • Animales

HISTOGRAMA Si bien este no es un parámetro que puedas ajustar, te lo explicamos aquí por ser otro aspecto muy importante a la hora de trabajar en manual, pues es donde, más allá de lo que el fotómetro te diga o tus ojos vean en la pantalla (sobre todo a plena luz del día), comprobarás realmente cómo está expuesta la imagen. Vamos a intentar explicarlo de forma simple y resumida, ya sabes que lo que pretendemos es que entiendas los conceptos bien, no escribir un manual purista pero indescifrable . El histograma es un gráfico que te indica cómo se distribuyen los píxeles en base a su luminosidad, es decir, cuántos claros y cuántas sombras hay en la imagen y en qué cantidad.

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En el eje horizontal están representadas las sombras, tonos medios y altas luces y en el vertical la cantidad de cada uno de ellos. Ahora la pregunta es cómo leer el histograma de tu imagen para saber si está o no bien expuesta. Lo vamos a explicar con tres ejemplos:

¡RECOMENDACIÓN! Si deseas ampliar la información sobre el histograma, te recomendamos que leas este completo artículo.

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En el histograma de la izquierda puedes observar que toda la información se sitúa en el extremo izquierdo, la zona media y derecha están completamente vacías. Esto significa que la foto está subexpuesta. El central tiene repartida la información por todo el eje horizontal, lo cual indica que la imagen contiene todos los tonos y está bien expuesta. Esta sería la situación supuestamente ideal, aunque verás que no siempre tiene que ser así. A la derecha vemos otro histograma en el que la información se acumula en el extremo derecho y en el resto apenas hay información. Lo más probable es que con un histograma así, la imagen esté sobreexpuesta. También puede darse el caso de que la información se acumule de forma predominante en una zona, esto no significa que la foto no esté correctamente expuesta, sino que hay una predominancia de tonos. Has de tener claro que el histograma te ofrece una información que tú tienes que interpretar. Es una ayuda cuando en la pantalla no puedas verlo claro o cuando el fotómetro te diga que estás subexponiendo pero tú creas que los parámetros sean los correctos, porque igual la predominancia es de tonos oscuros pero tienes todos los tonos. Por ejemplo, en la siguiente fotografía, la exposición está a nuestro gusto, ni mal ni bien expuesta, sino tal y como nosotros la queremos, sin embargo, puedes ver que en el histograma la información se concentra en la derecha pues hay una dominancia de tonos claros.

Te lo iremos recordando en los sucesivos capítulos, es una buena (y necesaria) costumbre revisar el histograma después de disparar tu foto, una manera de llegar a casa y no tirarte de los pelos . Para saber dónde se mira, no te queda más remedio que ojear el libro de instrucciones, pero si tienes un botón “DISP”, púlsalo varias veces hasta que te aparezca. Dicho todo esto, podemos continuar. Nos lanzamos directamente a los trucos de magia, ¿impaciente? Normal, aunque antes de sumergirte en ellos, nos gustaría que te tomaras un tiempo para interiorizar los conceptos vistos hasta ahora. Ve a por tu cámara y trastéala un rato, cambia el balance de blancos, juega con el enfoque, dispara a distintas distancias focales, revisa el histograma, subexpón, vuelve a revisarlo, sobreexpón, míralo otra vez . Así hasta que te hayas familiarizado con ellos y accedas a los parámetros sin tener que consultar continuamente el manual de instrucciones o pulsar siete botones antes de dar con el correcto. ¿Ya? ¿Has pasado a tener una relación más “íntima” con tu cámara? Pues entonces es el momento de zambullirte y sentir los efectos de la magia del modo manual. ¡Adelante!

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Capítulo 4

TRUCO DE MAGIA 1: LARGA EXPOSICIÓN

Si bien en los inicios parece que debamos huir de todas aquellas imágenes que no sean suficientemente nítidas y nos pasamos el día asegurándonos de tener bastante luz a través de la ISO, de la velocidad, o del diafragma, lo cierto es que unirse al bando enemigo es una de las posibilidades que te ofrece el modo manual que no puedes desaprovechar. Trucos como saber jugar con el movimiento a la hora de exponer tus imágenes supondrán un antes y un después en la forma en la que concibes la fotografía. ¿Lo vemos?

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de bulletrain743

EQUIPO Puesto que la intención es grabar en el sensor el movimiento de lo que ocurre en la escena, pero NO el que sucede al sostener la cámara, se necesita algo más que la cámara y un buen pulso: 1. Trípode. Si bien puedes usar tu inventiva para salir del paso ante una escena magnífica sin el trípode cerca (bancos, muros, espaldas de amigos, etcétera ), un resultado perfecto solo lo conseguirás con un trípode correctamente estabilizado. Cualquier movimiento, por pequeño o imperceptible que parezca, quedará impreso en la escena mientras el obturador permanezca abierto. 2. Disparador remoto. Un disparador remoto te permite abrir y cerrar el obturador sin tener que tocar el botón de disparo, evitando así cualquier pequeña vibración que pudieras transmitir al apretarlo directamente en la cámara. Son muy baratos y fáciles de conseguir, no obstante, si no dispones de ninguno, puedes programar el disparador retardado de tu cámara, que se activará después de los segundos que le indiques. 3. Cámara con ajustes manuales. Evidente, ¿no? Más si te has decidido ganarle la batalla al manual para exprimir todas sus posibilidades .

¡TRUCO! Si tu trípode es poco robusto y hace algo de viento es posible que se mueva. Prueba a colgarle una bolsa con arroz o similar para añadirle estabilidad.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Bergadder

AJUSTES La prioridad en la fotografía de larga exposición es la velocidad, concretamente una velocidad lenta o, lo que es lo mismo, que el obturador esté abierto el tiempo suficiente como para que el movimiento de la escena quede impreso en la fotografía. El modo manual se basa en dominar el juego entre las tres variables del triángulo de exposición que te presentamos en el primer capítulo: ISO, apertura de diafragma y velocidad. El truco es aprender cuál hay que priorizar en cada momento y poner las otras dos al servicio de la primera. Y nos dirás, “vale, todo esto está muy bien, ¿pero yo qué tengo que poner en la cámara?” Bien, pues te diremos que depende, depende concretamente de lo que tengas delante, de la luz de la que dispongas o la velocidad a la que se mueva. No es lo mismo fotografiar estrellas que coches en una ciudad iluminada en la noche. No es la misma luz, ni la misma velocidad de movimiento. Dicho esto, no pienses que te vamos a dejar en la estacada. Sí que existen unas indicaciones básicas que puedes seguir para lograr las fotografías de larga exposición.

¡RECOMENDACIÓN! Una buena forma de empezar es con ciudades al anochecer, ya que dispones de cierta oscuridad sin ser exagerada, luces en movimiento (coches) y diferentes elementos arquitectónicos para enmarcar tu imagen.

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»» ISO: como te contamos en el capítulo 1, se relaciona con la sensibilidad del sensor y a la vez con la aparición de ruido en la imagen. Para esta ocasión, y puesto que interesa que el sensor tenga poca sensibilidad para poder tener el obturador más tiempo abierto, mantenla baja (100 ISO, por ejemplo). »» Apertura de diafragma: una apertura de diafragma cerrada (por ejemplo f/11), también se aliará para evitar la entrada excesiva de luz y permitirá que mantengas el obturador abierto más tiempo. »» Velocidad de obturación: una vez tengas los valores de ISO y apertura de diafragma más o menos decididos, seguramente la cámara te dará unos valores de velocidad suficientemente lentos como para que el movimiento se imprima en la escena. Cuanto más oscura esté la escena y menos permitas la entrada de luz gracias a las otras dos variables, más lenta será. »» Bloqueo del espejo: apúntate bien esto, te servirá para toda la fotografía de larga exposición (aunque te lo iremos recordando). Algunas cámaras presentan la opción de bloquear el espejo para minimizar el movimiento, si la tuya ofrece esta posibilidad, actívala. »» Estabilizador: desactiva el estabilizador de tu cámara u objetivo cuando utilices el trípode para evitar problemas. Si ya está afianzado en él, este sistema resulta contraproducente. »» RAW: es probable que cuando trabajes con largas exposiciones te encuentres con diferentes tipos de luces mezcladas, por lo que te será difícil escoger un balance de blancos adecuado para cada imagen. Nuestra recomendación es que trabajes en formato RAW, no solo para poder solucionar el tema del balance de blancos, sino también para que puedas realizar todo pequeño ajuste que necesites sin perder calidad y teniendo el máximo control de la escena. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Davide D’Amico

¡RECOMENDACIÓN! Recuerda la importancia del histograma a la hora de analizar la exposición de la imagen. Puedes revisarlo en el capítulo anterior.

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CÓMO LOGRARLO? 1. Antes de comenzar, echa un vistazo a algunos ejemplos de fotografía de larga exposición para que veas todas las posibilidades que te brinda. En el blog publicamos 10 ejemplos espectaculares de fotografía de larga exposición, puedes empezar con ellos . 2. Una vez que tengas una idea aproximada de lo que deseas conseguir, lo siguiente es elegir el lugar. Procura que exista un contexto que enmarque el movimiento para añadirle interés o complementarlo. A veces, por sí mismo, el movimiento dice poca cosa, pero si está en un entorno adecuado, lo encumbra y se convierte en una magnífica fotografía. 3. Realiza los ajustes que hemos comentado en el apartado anterior. Luego, escoge un encuadre y planta el trípode bien estable. 4. Analiza tu fotografía y rectifica los ajustes que consideres necesarios; si crees que estaría bien tener más rastro de movimiento en la escena, modifica ISO y/o apertura de diafragma para que entre menos luz y poder tener el obturador abierto más tiempo. Si, en cambio, te has pasado, modifica los valores para que entre más luz y el obturador se cierre antes. En la larga exposición verás que hay mucha prueba-error-modificación, paciencia . ¡No decaigas!

¡CUIDADO! Asegúrate de llevar las baterías de tu cámara bien cargadas, tener el obturador abierto tanto tiempo consume mucha batería. Además, realizarás numerosas pruebas hasta conseguir la imagen deseada, por lo que es indispensable que no te fallen . aquí.

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Capítulo 5

TRUCO DE MAGIA 2: LIGHTPAINTING

Vamos adentrándonos en los trucos de magia y llega la hora de presentarte uno de los más mágicos, de los más impactantes y divertidos de realizar. Se trata del lightpainting o, lo que es lo mismo, pintar con luz. Y como siempre es mejor verlo que leerlo, te lo vamos a mostrar para que sepas de qué estamos hablando (si no lo conoces ya) y comprendas por qué es tan mágico. Puede que te estés preguntando en qué consiste o cómo es posible. ¿Magia? No, fotografía. ¿Photoshop? No necesariamente. Profundicemos en esta técnica tan interesante para que puedas practicarla, aprenderla y divertirte con ella a la vez que obtienes curiosas y fantásticas fotografías.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de lillie kate

EQUIPO Si bien viene a ser una larga exposición como te acabamos de explicar en el capítulo anterior, en cada truco te enumeraremos el material necesario por si los quieres leer de forma individual, saltártelos, o recurrir con el tiempo a uno concreto. Vamos a contarte entonces qué es lo que vas a necesitar para pintar con luz, porque esta vez no te vale con un lienzo y un pincel . 1. Cámara con controles manuales. Evidentemente, si estás leyendo esto lo más probable es que tengas una, pero por si se te había ocurrido intentarlo con una cámara que solo funcione en automático, olvídate . Mejor que mejor, si dispone de modo Bulb, que te permite escoger manualmente el número de segundos que el obturador de la cámara permanece abierto simplemente apretando el disparador al iniciar la toma, y volviéndolo a apretar al finalizar. 2. Trípode. Tendrás que estabilizar tu equipo para que la imagen quede nítida. A estas alturas ya sabes que cuando el obturador está abierto más tiempo, capta el movimiento, bien sea el temblor de tu mano, el movimiento de la respiración de tu cuerpo o incluso del viento. Por lo que es imprescindible que estabilices convenientemente tu trípode y que le pongas un poco de peso (recuerda el truco de la bolsa de arroz que te hemos contado antes, y apúntatelo bien, que te servirá para otros trucos y ya hay otros conceptos y consejos que te vamos a repetir hasta la saciedad como para añadir este también ).

¡CUIDADO! Si hace mucho viento, mejor trabaja en interiores o coloca el trípode con el equipo en un lugar en el que esté resguardado por alguna pared o similar.

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3. Disparador. Realizarás exposiciones largas, por lo que cualquier mínima vibración de la cámara puede estropear tu obra de arte, aunque solo sea apretar el botón de disparo. Por este motivo, no te queda más remedio que disparar a distancia con un disparador o, en su defecto, recuerda que si no tienes uno ni posibilidad de hacerte con él, puedes utilizar el temporizador de la cámara. El resultado es el mismo con uno que con otro, pero la comodidad del disparador está a años luz y ya te hemos comentado que lo puedes conseguir muy baratito. 4. Luz para pintar. La luz que utilices dependerá del resultado que desees obtener y del tipo de fotografía que tengas en mente. Puedes pintar con linternas, paneles LED, hilos luminosos, tiras de LED, neón flexible o incluso, si tienes hijos, usar uno de sus juguetes luminosos. También puedes utilizar artículos de pirotecnia, como bengalas, lanza bolas o fuegos artificiales. Si optas por estos, por favor, extrema las precauciones. Aunque este es el equipo necesario, a continuación, te recomendamos algunos otros elementos que te facilitarán la experiencia y te servirán para disparar tu creatividad: • Uno o varios ayudantes. Desde luego no son imprescindibles, pero casi. Suponen buena compañía, resultan de ayuda para mover las luces o para disparar mientras que tú pintas con luz, sirven de modelos para retratarlos, para dibujar su silueta, etcétera. En definitiva, una persona que se anime a compartir tu experiencia será una gran aliada. • Otras fuentes de luz. Puedes pintar con una fuente de luz o mezclar varias, también existe la posibilidad de añadir efectos con un flash externo o con varios. • Paciencia. Quizás este deberíamos haberlo incluido en equipo necesario, pero como técnicamente no lo es, pues aquí lo dejamos ). Y decimos lo de necesario porque esta técnica requiere mucha, pero que mucha, paciencia. Se trata de probar, de ensayo-error, de disparar muchas veces hasta encontrar el resultado que más te satisfaga. Insistimos, que más te satisfaga. No consiste en obtener una foto correcta o perfecta, sino en crear y lograr la fotografía que a ti te guste.

¿CUÁNDO? Necesitarás oscuridad, el lightpainting no se puede practicar con luz ambiente porque eclipsaría tu pintura. Debes buscar un lugar oscuro, apartado. El crepúsculo puede resultar una buena opción en ocasiones. Tras la puesta de sol, en la llamada hora azul, cuando el cielo está azul pero aún no es noche cerrada, se añade interés a la parte superior del encuadre aportando más ambiente.

¡TRUCO! Si quieres colorido y tu luz es blanca, puedes colorearla poniéndole un papel celofán del color que desees.

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¿DÓNDE? A la hora de pintar con luz, el lugar es muy importante por varias razones. La primera es que un lugar atractivo te ofrece la posibilidad de realizar una maravillosa fotografía de paisaje, o de incluirlo como fondo o parte de la composición con el fin de encuadrar la pintura de luz en un marco más imponente. Por otro lado, tendrás que decidir si quieres trabajar en exteriores o interiores, con las ventajas e inconvenientes que presentan ambas opciones. Te las contamos a continuación.

Exterior vs. interior En exteriores tienes la ventaja de hallar escenarios espectaculares con los que lucirte con tu lightpainting, sin embargo, chocarás con algunos inconvenientes, como el frío, el viento, la luz ambiente o de la luna, que por mucho que te apartes de las ciudades te la encontrarás y deberás planificarte para aprovechar las noches sin ella. Si bien los interiores suelen ser lugares menos atractivos, te aportan la ventaja de evitarte las adversidades anteriores. Es mucho más fácil tenerlo todo bajo control en un interior. De hecho, al menos cuanto estés empezando, te recomendamos que realices pruebas en tu casa o en un interior que tengas a mano, porque hasta que le cojas el truco, tendrás que disparar unas cuantas veces y reajustar otras tantas. No es muy difícil pero tampoco es llegar y acertar a la primera. También es aconsejable realizar unas pruebas en interior cuando vayas a utilizar un material por primera vez. Imagina que te trasladas a un lugar idílico, has comprado un material que crees que le va a ir de cine, te has desplazado unos cuantos kilómetros, has convencido a media pandilla para que te acompañen (de modelos, de ayudantes, de apoyo moral, etcétera), y ahora resulta que la luz que creías que iba a quedar fantástica no funciona como pensabas, no te gusta nada el haz de luz que deja en la foto. Menudo chasco, ¿no? Mejor pruébalo antes .

¿CÓMO LOGRARLO? Una vez decidido el lugar y más o menos la composición, toca ponerse manos a la obra y trabajar en Modo Manual “M”, que de eso va este libro . Veamos paso a paso cómo realizar tu pintura de luz después de colocar correctamente la cámara sobre tu trípode:

¡RECOMENDACIÓN! Componer a oscuras es bastante complicado, por eso te recomendamos que acudas al lugar con suficiente antelación, cuando aún es de día, para componer tu imagen o imágenes, estudiar bien el lugar y decidir dónde y cómo encuadrar. También puedes ir unos días antes .

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1. ISO. Configura un valor ISO bajo. Dependerá de tu cámara, pero si a 400 ya notas ruido, bájalo aún más. Si, por el contrario, aguanta a 400, puede ser un buen valor para comenzar a probar. 2. Balance de blancos. Ajusta el balance de blancos en función del resultado que desees obtener. Puedes efectuar varias pruebas antes de decidir. Si no lo tienes claro, acude a la opción de disparar en RAW y resolverlo en la edición. De esta forma no corres riesgos y puedes cambiar de opinión . 3. Apertura. Prueba con una apertura de f/8 para ir modificando en función del resultado deseado. Recuerda que si necesitas más escena enfocada tendrás que cerrar el diafragma, es decir, utilizar un número mayor de f/8. Si por el contrario necesitas que entre más luz y no te importa perder enfoque en otros planos que no sea el principal, elige un número “f” más pequeño o, lo que es lo mismo, una apertura mayor. 4. Enfoque. Por la noche, tu equipo puede volverse loco enfocando en automático, en ese caso no te queda otra que realizar un enfoque manual. Si no se te da bien, mejor practica antes en casa (puedes repasar el enfoque en el capítulo 3 ). Has de enfocar donde vayas a pintar con la luz, para lo que te puede venir bien tu ayudante, o colocar un objeto, aunque luego lo retires. 5. Velocidad. Un buen punto de partida pueden ser 10 segundos. Pero, al igual que con otros ajustes, tendrás que probar y comprobar si consigues tu resultado esperado o necesitas configurar más o menos tiempo. También dependerá del haz de luz que desees pintar. En esto no hay una regla fija. Lo sentimos . 6. Bloquea el espejo, siempre que sea posible y desactiva el estabilizador. Como te mencionamos en el capítulo anterior, si la cámara está estabilizada en el trípode es mejor no utilizar esta opción. 7. Dispara siempre con el disparador automático o con el temporizador. 8. Revisa el histograma. Es hora de revisar cómo va la exposición de tu fotografía, echa un vistazo para ver si te interesa reajustar algún parámetro.

El resultado o la forma en la que aparezcan las luces en la imagen, dependerá del movimiento que realices a la hora de pintar, de las fuentes de luz que uses, de si es luz continua o de parpadeo, etcétera. Te indicamos algunos dibujos que puedes realizar y cómo: 1. Siluetas. Bordeando el contorno de una persona o de un objeto con tu linterna. 2. Círculos. Girando la luz o haciéndola bailar con una cuerda puedes lograr círculos y otras formas redondas. 3. Bandera. Si utilizas una luz alargada con varios colores quedará un efecto como de bandera. 4. Línea discontinua. Puedes lograrla con una linterna de parpadeo. 5. Lluvia de luces. Si prendes fuego a un estropajo de lana de acero y lo haces girar muy rápido, lograrás un efecto como el de la fotografía.

¡TRUCO! Obtendrás mejores resultados enfocando las fuentes de luz hacia la cámara.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Unsplash

CONSEJOS EXTRA Tal vez te estés preguntando cómo puedes pintar algo sin que se vea la persona que sostiene las luces. Bien, como aparece en movimiento, si está en la oscuridad y las luces no le dan directamente, no se verá. Vestir de negro es una ayuda. El que aparezca o no un sujeto dependerá también de lo que tú desees crear . Cuando pintes con luz es importante que abras tu mente a la imaginación, que dejes volar tu creatividad pues, a fin de cuentas, esta es otra forma de arte, de crear. No importa tanto una foto perfecta como algo original, creativo y que a ti te satisfaga. Ahora bien, no puedes perder de vista que hablamos de fotografía y, como siempre decimos, la imagen ha de emocionar, transmitir un sentimiento o narrar una historia. De otro modo, difícilmente podría ser interesante para el público, por lo que te recomendamos que pienses en una idea y crees una historia con tu pintura de luz. Todo aquello que tengas en mente, lo puedes representar con el lightpainting.

¡RECOMENDACIÓN! A la hora de buscar inspiración, no dejes de visitar la galería de “El niño de las luces” o esta otra de ”Riders of light”.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Izzy Prior

Antes de cerrar este capítulo, te vamos a desvelar un secreto, cómo conseguir resultados espectaculares. Mira a tu alrededor, ¿hay alguien escuchando o leyendo esto? ¿No? Pues entonces podemos continuar. El secreto es practicar. Sí, sí, practicar. La única forma que encontrarás de lograr fotografías impresionantes de lightpainting es trabajando. Las primeras veces igual son un poco frustrantes, pero verás como vas afinando el resultado y, antes de que te des cuenta, darás saltos de alegría por haber conseguido una fotografía extraordinaria. ¡A pintar! Tú puedes ser el próximo Picasso de la luz. Depende de ti. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Javier ruiz

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Capítulo 6

TRUCO DE MAGIA 3: CONTRALUZ

La vida te da sorpresas. El contraluz también. Si existe un tipo de luz que puede llegar a ser tan decepcionante como sorprendente es el contraluz. Es probable que alguna vez hayas disparado un retrato cuando el sol estaba a las espaldas de tu modelo y hayas obtenido una silueta oscura, ¿verdad? Menuda decepción, o no… Las siluetas, bien tomadas, son un motivo fotográfico de lo más interesante, de hecho, son muy perseguidas. Pero contraluz no implica solo siluetas, es mucho más: texturas, transparencias, perfiles de luz, calidez, cercanía… El contraluz es todo un mundo por descubrir.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Unsplash

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de makamuki0

¿Y por qué lo tratamos en una publicación sobre el modo manual? Pues porque conseguir un buen contraluz en automático es algo parecido a lanzarte a una piscina sin agua . Para dominar una situación a contraluz es necesario controlar determinados ajustes. Si bien puedes conseguirlo en automático, será más bien fruto de la casualidad, pues lo normal es que salte el flash arruinándote la fiesta o que la cámara no mida la luz en el lugar correcto, como mínimo.

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TIPOS DE CONTRALUZ Lo primero es situarnos y explicarte qué es el contraluz. Ocurre cuando la fuente de luz se sitúa frente a la cámara y el motivo se encuentra entre ambos.

Como te hemos adelantado, el contraluz no es solo una silueta, también puedes utilizarlo para destacar texturas, para perfilar el motivo de luz, para revelar las transparencias de las alas de una mariposa o una libélula, para lograr los creativos flare (o destellos) y cargar tu imagen de una dosis extra de calidez o romanticismo. Mejor te detallamos los tipos de contraluz que existen.

Contraluz para realzar Los perfiles iluminados, las transparencias de unos pétalos, los cabellos que parecen brillar con luz propia, etcétera, son fruto de este tipo de contraluz. Prueba a lograr una fotografía similar en automático y verás los resultados . Esta es la magia del modo manual. En este caso, la fuente de luz se sitúa detrás del sujeto pero el fondo también ha de estar iluminado.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de makamuki0

Contraluz completo El contraluz completo se consigue con una única fuente de luz que se sitúa detrás del motivo, dando como resultado una silueta oscura. Para lograrlo debes medir en el fondo, en la fuente de luz, como te desvelamos más adelante, y reencuadrar en caso necesario. Es muy importante que exista una gran diferencia de iluminación entre el fondo y el sujeto para obtener la silueta. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de skeezae

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Parcial

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Caro Musso

Cuando, además de la luz de detrás del motivo, existen otras fuentes de iluminación, se conoce como contraluz parcial. Con este esquema puedes lograr unos retratos impresionantes y muy atractivos. Te puedes ayudar del flash de mano o de un reflector en función de si deseas unos resultados más fríos o más cálidos, o de si buscas más o menos naturalidad. Utiliza este tipo de contraluz para imprimir un aura mágica en tu modelo o para lograr fondos más interesantes. Recuerda que la luz del fondo ha de ser la principal, es decir, más fuerte que los otros puntos de luz, de lo contrario no será un contraluz . Este esquema será, probablemente, el que más oportunidades te ofrezca. Tanto con luz natural como con luz artificial, suele ser muy habitual.

EQUIPO En este caso lo que necesitas es una cámara con controles manuales, una luz potente detrás de tu sujeto y ganas de practicar. Fácil, ¿no? Ahora bien, también puedes necesitar, en algunos casos de contraluz parcial, flash de relleno o un reflector. Aunque siempre te puedes ayudar de reflectores naturales o de otras fuentes de luz ambiente, que la falta de flash o reflector no te limiten .

AJUSTES A continuación, te indicamos cómo ajustar los parámetros de tu cámara: » Medición puntual: lo hemos adelantado en el primer capítulo, usa la medición puntual para medir la luz exactamente en la zona que quieres, bien en el fondo para obtener la silueta o en el sujeto para que quede iluminado.

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»» Balance de blancos: no olvides ajustar el balance de blancos para cada situación. Si quieres olvidarte de él, ya sabes, dispara en RAW. Lo que no debes hacer es disparar con él en automático sin comprobar que funciona y después darte cabezazos porque no puedes modificarlo . »» ISO: utiliza valores ISO bajos para evitar el granito molesto. »» Velocidad de obturación: cada situación que se presente será distinta, no hay una receta mágica. Pero lo normal es que utilices, sobre todo con motivos en movimiento, una velocidad más o menos rápida para que estos salgan nítidos. Prueba con velocidades a partir de 1/125 y vas reajustando. Recuerda también el truco de poner un valor superior a la distancia focal del objetivo. »» Si tu cámara se vuelve un poco loca al enfocar un fondo, pásate al enfoque manual (capítulo 3). Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Unsplash

¿CÓMO LOGRAR UN CONTRALUZ?

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Como ya habrás comprobado, puedes encontrarte con diversas situaciones a la hora de fotografiar a contraluz, aun así, tenemos para ti unas consideraciones generales: 1. Utiliza profundidades de campo amplias (número f/ grande). Aunque esto va a depender mucho de los resultados que busques, pero como los fondos suelen ser parte interesante no usarás aperturas muy amplias, excepto en retratos y primeros planos. 2. Apaga el flash de la cámara (salvo en los casos en los que quieras iluminar bien el sujeto en lugar de lograr una silueta). Incluso en estos casos preferiblemente usar un flash externo en lugar del de la cámara o un reflector. 3. Captura siluetas atractivas, bien definidas para que el ojo del espectador reconozca fácilmente lo que es. Si incluyes varias dentro del encuadre, procura que no se solapen para no confundir. Los retratos en silueta resultan más interesantes de perfil

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de jill111

¡TRUCO! Cuando la silueta no salga muy oscura y el fondo resulte demasiado iluminado, prueba a compensar la exposición en -1 o -2. ¿Lo recuerdas del capítulo 1?

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4. Aunque los destellos se han considerado durante muchos años un error o fallo fotográfico, por suerte ahora son vistos con otros ojos y se buscan. De hecho, te los puedes encontrar hasta en películas de animación (introducidos artificialmente, por supuesto). Por eso te animamos a que los utilices como elemento creativo en tus contraluces (observa la imagen del principio de este capítulo). 5. Horas doradas, tus mejores aliadas. El atardecer y el amanecer, pese a no ser los únicos momentos del día en que podrás lograr contraluces, te serán de gran ayuda. Aprovéchalos. 6. Incluir o no la fuente de luz en el encuadre dependerá de lo que quieras transmitir o de la composición que resulte más atractiva. En los casos en los que busques un perfil de luz alrededor del motivo, no te quedará más remedio que esconder la fuente de luz. Para lo demás, crea tu foto como prefieras. Lo mejor de la fotografía digital es que puedes realizar tantas pruebas como desees.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Unsplash

7. A la hora de realzar, por ejemplo, el cabello de un modelo, o dibujar un perfil, utiliza una fuente de luz secundaria que ilumine de forma trasera y lateral al sujeto. También puedes aprovechar la luz del sol cuando esté baja. En ese caso, el rostro debe quedar iluminado por la luz ambiente o mediante alguna superficie reflectora.

¡CUIDADO! Fotografiar el sol puede no resultar tan fácil como uno quisiera, si te decides a incluirlo en el encuadre, echa un vistazo a este artículo del blog.

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8. No te olvides de la importancia de la composición. Con las siluetas, sobre todo, cobra una especial relevancia. Procura colocar los elementos dentro del encuadre de forma que resulte una composición atractiva. Y si puedes contar una historia, tu imagen ganará en interés y en belleza. 9. Paciencia. Bien, tenemos que avisarte, el contraluz no siempre resulta fácil, te lo hemos dicho al principio, puede ser bastante frustrante. Un poco de práctica, paciencia e ilusión es todo lo que necesitas para lograrlo. No tires la toalla a la primera de cambio o te perderás todo un mundo de maravillosos contraluces.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Caro Musso

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de conquero

10. Prueba también en blanco y negro. Las fotografías a contraluz suelen verse muy favorecidas en escala de grises. ¿Ves la cantidad de efectos diferentes que puedes crear con la luz en contra y tu cámara en manual? Ahora los resultados dependen de ti. Y como la vida es cuestión de elecciones, te proponemos una: seguir leyendo o ir a por tu cámara y practicar. Para esto último no es necesario ni un precioso atardecer, ni tan siquiera un modelo o un escenario bonito (ahora se trata de practicar, no de lograr la foto del año, todo llegará ). Te vale un flexo, una lámpara o una ventana y tu cámara; colocar cualquier objeto en medio y… ¡que empiece la diversión! Tú eliges. Pero elige bien

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Freepht

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¡RECOMENDACIÓN! Para unas siluetas más oscuras, prueba a subir los negros en el posprocesado (otro motivo más para disparar en RAW).

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Capítulo 7

TRUCO DE MAGIA 4: CLAVE ALTA, CLAVE BAJA

Existen muchas formas de impactar con una fotografía, por ejemplo, a través de una historia, un retrato hiper expresivo, un paisaje de ensueño o una fotografía en clave alta o clave baja. Como es muy posible que ya te estés preguntando qué es clave alta y clave baja, vamos a definirlas. Clave alta o baja es una técnica fotográfica que consiste en realizar fotografías con un predominio de tonos altos o bajos, respectivamente. Es decir, imágenes muy claras las primeras y muy oscuras las segundas. Y no, no nos referimos a imágenes sobreexpuestas o subexpuestas, por muy habitual que resulte esta confusión, sino a fotografías muy iluminadas y con la escena muy blanca las de clave alta, y con un fondo negro y una luz estratégicamente dirigida, las de clave baja. Lo mejor es que te mostremos un par de ejemplos para que lo entiendas a la perfección.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pexels

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Gilmanshin

La diferencia es considerable, ¿verdad? Los sentimientos que evocan una y otra son muy distintos y no solo por sus protagonistas sino por la iluminación que refuerza las emociones provocadas por la niña y el hombre. Puedes observar que ambas están correctamente expuestas, por lo que no se trata, como hemos adelantado, de quemar una foto (sobreexponer) o dejarla demasiado oscura (subexponer), sino de controlar la luz a tu antojo. Veamos cómo puedes conseguir una y otra y para qué temáticas son más recomendables, aunque antes te presentamos la escala de zonas.

En esta escala, creada por el fotógrafo Ansel Adams, los tonos claros o altos son los que se sitúan a la derecha y los oscuros o bajos los de la izquierda.

¡TRUCO! Como habrás podido imaginar, en un estudio o en interiores es mucho más fácil realizarlas, pues la iluminación es más controlable. Lo cual no significa que no puedas probar en exteriores .

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CLAVE ALTA Las fotografías en clave alta (high key), por su predominio de tonos claros (tonos altos de la escala tonal, del VII al X), evocan sentimientos positivos, de paz, armonía, felicidad, ternura, alegría, etcétera. En definitiva, son fotografías repletas de luz en todos los sentidos, tanto a nivel visual, como emocional o espiritual. Por eso es una técnica adecuada (no exclusiva) para: • Retratos femeninos, de niños o bebés • Flores • Premamá • Preboda • Parejas • Desnudos femeninos • Fotografía de producto • Fotografía macro Y decimos que no es exclusiva puesto que también puedes utilizarla en otras situaciones, como por ejemplo un paisaje que desees convertir en mágico u onírico, o un retrato masculino en el que quieras potenciar estos sentimientos.

¿Cómo lograr imágenes en clave alta? Llegamos a la parte técnicamente difícil con la intención de hacerlo técnicamente fácil

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1. Preparación. Estas fotografías no suelen ser producto de la improvisación o el azar. Requieren una planificación para preparar y controlar todos los detalles que te enumeramos a continuación. 2. Fondo blanco. Sí o sí. Si no es blanco entero, al menos que lo sea casi al 100% o muy claro. 3. Elemento de contraste. Para lograr un mejor resultado, incluye dentro de la composición un elemento que contraste, puede ser el cabello oscuro de tu modelo, un adorno, la ropa, etcétera. En el ejemplo de la niña son las flores las que cumplen esta función. 4. Iluminación. Necesitarás mucha luz y, preferiblemente, que no llegue de forma directa. El protagonista y la escena han de estar completamente iluminados, por todos lados y de forma homogénea. Puedes ayudarte de luz de flash, aunque en ese caso te recomendamos que lo utilices rebotado (dirígelo hacia el techo, pared o superficie blanca) o difuminado (utiliza difusores de luz). Si se trata de luz natural, procura que sea suave o difusa. 5. Ajustes. ISO al mínimo, tienes luz, de modo que no lo necesitas , configura una apertura amplia, entre f/3.5 y f/5.6. Para sujetos estáticos puedes utilizar un trípode y disparar a una velocidad entre 1/5 y 1/10 (mejor con disparador remoto o el temporizador de la cámara), ahora bien, como se trate de niños despiertos esto no te va a

¡CUIDADO! Insistimos, no se trata de una fotografía de alto contraste o sobreexpuesta, debes poner atención en que el detalle se aprecie, que exista textura y que aparezcan todos los tonos de la escala, aunque predominen los altos.

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servir. Apertura al máximo y velocidades más rápidas. También puedes probar con el modo semimanual Prioridad a la Velocidad que te presentamos en el capítulo 2. No te olvides de revisar el balance de blancos o disparar en RAW para evitar problemas de tonalidades.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de quinonesnaomy

6. Dispara, comprueba y reajusta. Comprueba que has acertado con la velocidad, que la apertura es la que deseas y, si no es así, reajusta y vuelve a disparar. 7. Revisa el histograma. Este debe estar a la derecha, aunque también debe llegar hasta el extremo izquierdo, de lo contrario, hablaríamos de una imagen sobreexpuesta y eso no hay editor que lo arregle (este milagro aún está pendiente ).

CLAVE BAJA Contrarias a las imágenes que te acabamos de presentar, las realizadas en clave baja (low key) tienen un predominio de tonos oscuros (entre el 0 y el II en la escala tonal), aunque también incluyen tonos del extremo opuesto e intermedios. Son fotos con una iluminación estratégicamente dirigida, una luz puntual colocada en el lugar exacto, en aquella parte de la escena que deseas destacar; el resto, permanecerá en la oscuridad. Habrás llegado a la conclusión de que este tipo de fotografías generan sentimientos más oscuros o negativos, suelen ser imágenes más dramáticas, que provocan mayor intimidad y que están asociadas a la soledad, tristeza, misterio, intriga, tensión o agresividad. El efecto logrado es realmente interesante y cautivador. Sirve también para destacar siluetas o texturas, así como para centrar la atención del espectador en un detalle. ¿Cuándo utilizar la clave baja? En retratos masculinos, desnudos (masculinos y femeninos), siempre que desees lograr una mayor intimidad entre la escena y el espectador, retratos de perfil, fotos de misterio o intriga, para representar agresividad o crear tensión.

¡TRUCO! Cuando la silueta no salga muy oscura y el fondo resulte demasiado iluminado, prueba a compensar la exposición en -1 o -2. ¿Lo recuerdas del capítulo 1?

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Angle-weixin

¿Cómo lograr imágenes en clave baja? La composición se vuelve un punto importante en este tipo de fotografías. Tu centro de interés debería ser un motivo suavemente iluminado, procura evitar los excesivamente brillantes. Y ahora, paso a paso: 1. Preparación. Te decimos lo mismo que en clave alta. Sin embargo, aquí también puedes aprovechar situaciones que se presenten, momentos en los que pienses que no es buena idea disparar porque no hay luz. Mejor dale una vuelta, siempre hay otra forma . Acerca tu motivo a la poca luz disponible y busca emocionar con una clave baja. 2. Fondo negro. Lo ideal es contar con un fondo negro o lo más oscuro posible. Igualmente, los accesorios o vestimenta del sujeto y los objetos de la escena funcionan mejor cuando son negros o muy oscuros. 3. Medición. En este caso te recomendamos una medición puntual, midiendo la zona iluminada. Por supuesto, como el tipo de luz puede ser muy diferente, mejor realiza una prueba para comprobar el resultado. También puedes probar con medición ponderada al centro. 4. Iluminación. Necesitas una sola fuente de luz, aunque si lo prefieres te puedes ayudar de alguna otra para destacar una textura o borde. Las luces duras funcionan bastante bien. Lo importante es que la dirijas adecuadamente a la zona a destacar. Si usas un flash de mano utiliza una potencia baja.

5. Ajustes. Buscas una foto oscura, ajusta la sensibilidad ISO a 100, prueba por ejemplo con parámetros como f/4 y una velocidad de 1/250 y modifica hasta dar con el resultado esperado. Eso sí, en manual para que tengas todo el control. Puedes enfocar en automático si en manual te cuesta un poquitín más. 6. Dispara, comprueba y reajusta. Repetimos los pasos de clave alta. Una vez que dispares, comprueba si el resultado está a tu gusto y, si no es así, realiza los ajustes necesarios hasta dar con la clave, cuando tengas más o menos lo que buscas puedes pasar al punto siguiente. 7. Revisa el histograma. Debería estar hacia la izquierda, aunque debe llegar hasta el extremo derecho, lo cual indica que incluye también los tonos claros necesarios para el contraste de una clave baja. Ahora solo te queda practicar. Ningún mago logra sus trucos simplemente por arte de magia, nunca mejor dicho, practican mucho antes de presentarse delante de su público a sorprenderlos. Te toca hacer lo mismo, recuerda cuánto te gusta la fotografía, recuerda cuánto te gusta provocar emociones.

¡CUIDADO! Procura que en tu imagen aparezcan zonas completamente oscuras para que todos los tonos de la escala estén incluidos y se cree ese contraste tan impactante.

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Capítulo 8

TRUCO DE MAGIA 5: RETRATOS QUE DEJAN SIN ALIENTO

Hay retratos y retratos. Igual que pruebas platos que no puedes dejar de devorar y otros que con un simple bocado tienes suficiente y no te importaría no volver a probarlos, existen retratos que pasan por delante de tus ojos como si pasara un mosquito y otros que te atrapan y no puedes dejar de mirar, como si fueran de hierro y tus ojos un imán. ¿Qué es lo que diferencia a un retrato de otro? ¿Qué hace que te deje sin aliento? ¿Por qué no puedes dejar de mirarlo? Tal vez estés pensando que esta responsabilidad recae sobre el modelo o la modelo. Lo sentimos, sí, no nos queda más remedio que contradecirte de nuevo. Puedes disponer de un modelo espectacular y obtener un retrato vacío, sin interés, de esos en los que la mirada no se posa ni un nanosegundo. Por el contrario, puedes fotografiar a una persona normal, o incluso que no es excesivamente agraciada y, sin embargo, que te regale un retrato de los que te dejan sin aire.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Mark_Mook_Fotografie

¿Cómo? Con tu cámara en manual

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Son muchas las formas con las que puedes dar vida a un retrato, hoy nos vamos a concentrar principalmente en la relacionada con la apertura, aunque también te daremos algunos otros consejillos que te servirán para robar las almas de tus retratados y quitar el aliento al público. Acomódate

APERTURA. LA GRAN ALIADA DEL RETRATO La gran ventaja de disparar en Modo Manual (o semimanual Prioridad a la Apertura) es que puedes abrir el diafragma todo lo que quieras (dentro de lo que te permita el objetivo con el que vas a disparar, claro). ¿En qué se traduce esto? A estas alturas sabes de sobra que una apertura grande implica una mínima parte de la escena enfocada. Si trasladamos esto a un retrato supone un impacto enorme. ¿Por qué? Bien, es tan sencillo que resulta difícil de explicar, pero procuraremos que lo comprendas a nivel técnico y también a un nivel más profundo.

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En la vida real, lo que te conecta de verdad con alguien es la mirada. Es por ello que en numerosas ocasiones rehuimos miradas y que en otras las mantenemos con un elevado grado de conciencia. Dicen que los ojos son el espejo del alma, la ventana por la que puedes ver el interior de una persona. Y es una gran verdad, ¿no crees? Pues en un retrato ocurre igual. Los ojos, la mirada, son protagonistas indiscutibles en cualquier retrato. Miren o no a la cámara directamente, estén abiertos o cerrados. No importa, han de ser el centro de interés. Cuando utilizas una profundidad de campo pequeña, o lo que es lo mismo una apertura grande, y enfocas a los ojos, estás concentrando toda la atención en esta pequeña área del rostro, en el corazón del retrato. Unos ojos bien enfocados y el resto desenfocado atrapará la mirada sí o sí. Conectará con ella, sin distracciones. Es cierto que hay otros muchos aspectos que ayudan, la luz, sin duda, es más que una gran aliada; la composición; tu capacidad para ver qué esconde o cómo es esa persona; su expresión, etcétera. Pero cuando no tienes tiempo, o te falla el recurso de la luz, o no conoces de nada a tu modelo, este truco es infalible. Es mágico. Ya no hay que explicar mucho más al respecto, ¿verdad? Utiliza el objetivo más luminoso que tengas, abre el diafragma al máximo (o casi), enfoca a los ojos y dispara.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Caro Musso

¿Y ya está? Sí y no. Con esto puede ser suficiente, lo que pasa es que tú no te conformas con algo suficiente, ¿a que no? Tú quieres más, aspiras a resultados brillantes, no suficientes. Deseas quitar el aliento, no un simple “…mmm, no está mal”. Por eso te vamos a dar algunos trucos relacionados con la profundidad de campo. » Utiliza un teleobjetivo: no es necesario, por supuesto, pero con un teleobjetivo la sensación de desenfoque es mucho más profunda, pues, como te adelantamos en el tercer capítulo, a mayor distancia focal el efecto es mayor. Obtendrás menor profundidad de campo (más partes desenfocadas) con un 300 mm que con un 200mm y más con un 85 mm, que con un 35 mm. » Distancia a tu modelo del fondo: a mayor distancia del fondo también es mayor el efecto. Este truco puede serte muy útil cuando el objetivo que tengas no sea demasiado luminoso y no cuentes con otra opción en ese momento. » Aléjate del sujeto: este es otro factor que influye en la profundidad de campo. Cuanto más cerca estés del motivo a fotografiar, menor será la profundidad de campo, es decir, menor será la parte desenfocada y mayor la que se verá nítida. A continuación, te desvelamos otros recursos que pueden ayudarte en el maravilloso arte de robar almas y quitar alientos .

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ILUMINACIÓN Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pexels

Te lo hemos adelantado, la iluminación, que es clave en cualquier tipo fotografía, es otra de las grandes aliadas del retrato. ¿Recuerdas el capítulo anterior? ¿Te acuerdas de que tanto la clave baja como la clave alta eran muy recomendables para retrato? ¿Por qué será…? Al margen de claves altas o bajas, la luz, según su dirección, su calidad (dura o suave), o si es natural o artificial; puede modificar por completo lo que transmite un rostro. Eso es lo que hace que sea tan importante cuidarla. Trabajar en manual te ayudará a dominarla y controlarla. En las tres fotos de la mujer puedes comprobar cómo diferentes esquemas de iluminación ofrecen resultados completamente distintos en una misma persona y con un disparo casi idéntico.

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COMPOSICIÓN Si bien es cierto que la composición de una imagen no es algo que vaya directamente ligado al disparo en manual, no podemos obviarla. Por mucha fuerza que tenga el retratado, por mucho que cuides la iluminación, por muy poca profundidad de campo que utilices, si no cuidas la forma en que encuadras a tu modelo, probablemente fracasarás. Las reglas también están para saltárselas, por supuesto, lo cual no implica que no debas conocerlas. Para poder transgredirlas es necesario saber aplicarlas bien, de lo contrario se notará que es un fallo y no un recurso artístico o creativo. A la hora de retratar acuérdate de: »» La ley de la mirada. »» La regla de los tercios, no coloques los ojos en el centro de la imagen (salvo excepciones). Procura que caigan en alguno de los puntos de interés. »» Probar con perspectivas diferentes. »» Cuidar el fondo. Por mucho que vayas a desenfocarlo, no lo descuides, un fondo que distraiga arruinará el mejor de los retratos. Vigila los colores y las formas. »» Rellenar el encuadre, no temas cortar. Resalta lo importante y acércate todo lo que puedas para transmitir intimidad. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Nahid Sheikh

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CREATIVIDAD El modo manual también te permite dar rienda suelta a la creatividad y lograr retratos originales. El límite lo pones tú. ¿Hasta dónde quieres llegar? Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pexels

Después de leer este capítulo gozas de recursos suficientes para lograr un impactante retrato. De ti depende dejar toda esta información en un rincón de tu masa gris desvaneciéndose entre miles de estímulos que te llegan cada día o ponerla en práctica. Optar por esta segunda opción será lo único que te ayude a lograr el título de ladrón o ladrona de almas. Tú decides

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¡RECOMENDACIÓN! Si te has quedado con más ganas, si has descubierto que lo tuyo es el retrato, no te reprimas, léete nuestra Guía Para Dominar la Fotografía de Retrato.

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Capítulo 9

TRUCO DE MAGIA 6: CIELOS ESTRELLADOS

Si bien la fotografía de cielos estrellados puede parecer cosa de fotógrafos súper especializados del National Geographic, lo cierto es que cualquiera puede lograr maravillosas y sorprendentes imágenes de un cielo repleto de estrellas. Eso sí, requiere algo de paciencia y de espíritu intrépido (no apto para quienes temen la oscuridad ).

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EQUIPO La fotografía de estrellas es otra modalidad de larga exposición, por lo que volvemos a enumerar un material similar: 1. Cámara con ajustes manuales. 2. Trípode. Acuérdate de estabilizarlo para que cualquier pequeño movimiento no afecte a la calidad de tu imagen final. 3. Objetivo Gran Angular. Como es una forma de fotografiar paisajes, este tipo de objetivos te serán de gran utilidad, puesto que te permitirán fotografiar una mayor porción de la escena. Si no dispones de uno, no te preocupes, llévate el de menor distancia focal. 4. Disparador remoto. Para evitar cualquier pequeña vibración derivada de apretar el obturador. En su defecto, recuerda utilizar el disparador retardado de la cámara. 5. Baterías. La fotografía de larga exposición, como hemos comentado anteriormente, gasta mucha batería. Siempre recomendamos tener más de una y llevarlas bien cargadas, imagínate quedarte sin batería justo cuando estás a punto de conseguir la foto después de unas cuantas pruebas, en medio de la montaña, de noche… ¡Qué drama! 6. Linterna. Principalmente para no romperte un pie en plena oscuridad , pero también porque te puede ayudar a iluminar ciertas partes de la imagen si durante las pruebas ves que puedes aportarle algo más de vida y/o creatividad a tu escena (básicamente pintarla con luz, como te contamos en el capítulo 5). 7. Teléfono móvil. Sí, suponemos que a estas alturas es como decirte que te lleves los zapatos puestos. Pero no vaya a ser que el día que te vayas de excursión nocturna te dejes el teléfono en casa, o lo lleves sin batería. Por seguridad, cerciórate de que está bien cargado y guardado en el bolsillo. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de skeeze

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AJUSTES Esta vez sí que vas a saborear el modo manual en todo su esplendor , hasta el foco lo vas a hacer manual. No te asustes, que lo explicaremos paso a paso. Pero, ¿hay algo mejor que conseguir una buena imagen teniendo control de todos y cada uno de los parámetros y acciones que la forman? »» Configura la cámara en Modo Manual (M) en el dial de modos. »» Apertura de diafragma: escoge una apertura de valor bajo (f/1.4, f/2, f/2.8, etcétera). »» ISO: elige un valor ISO elevado según permita tu cámara, ya sabes muy bien que a mayor ISO más ruido y que cada aparato es diferente. La mayoría soporta bien valores de hasta 2.000 ISO e incluso 4.000. Deberás probar hasta que te convenza el nivel de ruido. »» Reducción de ruido: algunas cámaras ofrecen la opción de reducir el ruido lo que, para este tipo de fotografías donde necesitas trabajar con una ISO elevada, no es una mala elección, aunque tiene un inconveniente, la foto tarda el doble en hacerse. Si hablamos de fotografías de 1/1000s, casi no notarías la diferencia, pero en casos de 15 a 30s el doble lo sufres más. »» Estabilizador de tu cámara u objetivo: con la cámara estabilizada por un trípode, recuerda desactivarlo.

¡TRUCO! Una buena alternativa es reservar la artillería pesada solo para la imagen definitiva, es decir, desactiva la reducción de ruido para las pruebas previas, y actívala cuando tengas los ajustes definitivos para la foto final.

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»» Bloquea el espejo: si dispones de esta opción no dudes en utilizarla. »» Formato RAW o RAW+JPEG: dispara en RAW con el fin de poder optimizar tu imagen al máximo en la edición. Si seleccionas RAW+JPEG, obtendrás una imagen sin procesar para poder trabajarla, corregir exposición, balance de blancos, etcétera; o bien si te gusta la que te propone la propia cámara (JPEG), puedes quedarte con ella y descartar el RAW más adelante. »» Enfoque manual: desactiva el enfoque automático de tu objetivo, normalmente puedes hacerlo desde el mismo objetivo, en una pequeña pestaña que permite cambiar de automático (AF) a manual (MF), como en la imagen. Una vez que lo tengas en manual, enfoca al infinito, es decir lo más lejos que puedas hasta que te aparezca el símbolo ∞. »» Velocidad de obturación: comienza con un tiempo de obturación elevado (por ejemplo 30s). Es posible que la imagen salga algo quemada. En función de si te has acercado más o menos, disminuye el tiempo de obturación hasta dar con la exposición adecuada. Sí, lo sentimos, no hay una receta exacta, pero es parte del encanto de este tipo de fotografía, te entretendrá un buen rato .

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de skeeze

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¿CÓMO CAPTURAR UN CIELO ESTRELLADO? Bueno, ya tienes todos los ingredientes, suerte que este libro es digital y puedes llevártelo contigo a tu excursión nocturna. Las primeras veces es posible que debas seguir las indicaciones paso a paso para no olvidarte ninguna, luego ya será cosa tuya, en breve lo tendrás interiorizado .

Busca un entorno adecuado Ante todo, cerciórate de que el contexto es el más idóneo para conseguir este tipo de fotografía. Es decir, si quieres un buen resultado necesitas que el cielo y el entorno estén en las mejores condiciones posibles. »» Sin nubes a la vista: obvio, ¿no? Pero a veces nos dejamos llevar por la ilusión y no pensamos en ello, así que lo mejor es que confirmes que ese día no hay nubes a la vista, o si hay alguna, procura que no salga en tu encuadre. »» Sin luna a la vista: bueno, luna puede haberla, pero lo menos llena posible. Te asombrarías de lo que puede llegar a iluminar nuestro satélite. Si está muy crecida no dejará ver la luz de las estrellas. »» Sin contaminación lumínica: lo mejor es alejarse de las ciudades y de su contaminación lumínica nocturna. Cuanto más oscuro y despejado esté el cielo, mayor será la oportunidad de ver el brillo de las estrellas en toda su plenitud.

Busca la Vía Láctea… …o la mayor concentración de estrellas posible. Si no la ves o no sabes cómo dar con ella, puedes ayudarte de algunas aplicaciones diseñadas para localizar estrellas: Stellarium (para ordenador), o Starwalk, Sky View, Star Chart, SkyMap, TheNightSky, etcétera (para Android o iPhone).

¡CUIDADO! Procura que sea un lugar que has ido a conocer previamente, de fácil acceso y sin barrancos o lugares peligrosos por los que puedas caer en la oscuridad. Así mismo, no está de más que te asegures de tener cobertura móvil allá donde vas.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de skeeze

Añade interés al encuadre Por muy fascinante que pueda resultar a la vista un cielo repleto de estrellas, lo cierto es que, fotográficamente hablando, puede quedar algo aburrido. Es por ello que la composición y el encuadre que decidas serán claves a la hora de captar el firmamento. Procura añadir parte del paisaje a tu cielo: unas montañas, el reflejo de un lago, una casa, un árbol, la silueta de una persona, etcétera.

¡CUIDADO! Ten en cuenta que cuanto más despejado y oscuro esté el cielo, mejor resultado tendrás. Evita la contaminación lumínica, la luna llena y las noches nubosas.

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Capítulo 10

TRUCO DE MAGIA 7: AGUA CON EFECTO SEDA

Seguro que más de una y de dos veces has visto imágenes de paisajes maravillosos donde el agua se transforma en una especie de neblina o textura sedosa y te has preguntado: “¿Eso qué es y cómo se hace?” No es para menos, porque el efecto sedoso del agua es uno de los regalos que nos ofrece la magia de trabajar con el modo manual. Solo valientes como tú se beneficiarán de sus secretos .

¿Qué es el agua con efecto seda? Su efecto es tan sorprendente que puede que al ver las imágenes hayas pensado que es la brujería de algún programa de edición . Pero no, simplemente es la misma larga exposición que vimos en el primer truco de magia del capítulo 4, aunque con una diferencia crucial: este tipo de larga exposición se hace principalmente de día, puesto que normalmente se trata de fotografía paisajística e interesa capturar el panorama de alrededor.

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EQUIPO Para lograr el efecto sedoso necesitarás: 1. Cámara con ajustes manuales. Preferiblemente con opción de modo Bulb que, si recuerdas, te permite decidir el número de segundos que el obturador de la cámara permanece abierto. 2. Trípode. No hace falta que repitamos otra vez lo de estabilizarlo, ¿verdad? 3. Disparador remoto (o el disparador retardado de la cámara). 4. Filtro de Densidad Neutra (ND). Si quieres realizar larga exposición diurna es necesario que te hagas con uno, ya que estos filtros se encargan de reducir la entrada de luz sin modificar los colores. Los más habituales son los que restan 6, 8 o 10 diafragmas. Si no fuera posible, intenta buscar lugares o momentos con una iluminación más tenue. 5. Gran Angular. Por su capacidad de encuadrar mayor porción de escena, es el objetivo clásico para fotografiar paisajes. Si no dispones de él, te decimos lo mismo que con las estrellas, fotografía con el objetivo de menor distancia focal que tengas, no pasa nada .

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de pooch_eire

¡CUIDADO! Procura siempre mantener el sensor, la lente de tu objetivo y cualquier filtro que tengas pensado añadirle, bien limpios y en buen estado, de lo contrario, cualquier impureza puede quedar impresa en tu imagen.

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AJUSTES

Como, al ser una fotografía de larga exposición, la protagonista de la escena vuelve a ser la velocidad, de nuevo toca poner apertura e ISO al servicio de esta. »» ISO: mantenla lo más baja posible. Esto le restará sensibilidad al sensor (menos luz) y además te permitirá mantener una buena calidad de imagen. »» Apertura de diafragma: cuanto más cierres el diafragma, menos luz entrará hacia el sensor y, además, más profundidad de campo tendrás (zona enfocada en la imagen), lo que es ideal para poder trabajar con velocidades lentas y además para fotografiar paisajes nítidos en todos los planos. Es por ello que te recomendamos unos valores aproximados de f/11 o más, según lo que necesites reducir la velocidad de disparo. »» Velocidad de obturación: en este caso, lo ideal es trabajar a velocidades lentas. Cuanto más lentas, más vistoso el efecto, hasta llegar a fotografías donde el agua prácticamente parece niebla de lo etérea y difuminada que queda. Por regla general, recomendamos unos 30s o más, dependiendo de lo que esperes conseguir. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de strikers

¡TRUCO! Esta técnica no se limita al agua, también te permite conseguir un efecto similar con las nubes del cielo. Si dispones de un filtro ND, pruébalo, seguro que no te defrauda el resultado.

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¿CÓMO LOGRARLO? Antes de que te frustres, te avisamos de que aquí también necesitarás varias pruebas hasta dar con un resultado que te satisfaga, siempre dependiendo de tu grado de perfeccionismo . Dicho esto, veamos cómo lograrlo paso a paso: 1. Escoge el lugar y el encuadre. Si dispones de un filtro de densidad neutra, la luz, en principio, no será un problema; si no, procura buscar un entorno con poca luz y una iluminación lo más homogénea posible. 2. Coloca la cámara en el trípode. Cerciórate de que está firmemente colocado, recuerda que cualquier mínimo movimiento puede echar a perder tu foto. 3. Selecciona el Modo Manual (M) de tu cámara. 4. Bloquea el espejo, si puedes

.

5. Realiza los ajustes necesarios según la exposición que te hemos comentado en el apartado anterior. Comienza configurando la apertura de diafragma a un valor elevado, tipo f/11 o f/16 y la ISO a un valor bajo (100, por ejemplo). Mueve la velocidad de obturación hasta un valor en el que consigas una exposición correcta. Si dispones de un filtro de densidad neutra: cuanto más opaco sea tu filtro (más pasos de diafragma resta a la luz ambiente), más oscuro será y más difícil le resultará a la cámara enfocar o medir la luz. Por ejemplo, el que resta 10 pasos es completamente oscuro, por lo que tu cámara será incapaz de medir o enfocar. En este caso, deberás apuntarte los valores de la exposición (ISO, diafragma y velocidad) para restar los pasos manualmente; pasos que restarías a la velocidad. Lo explicamos mejor. Fíjate en los siguientes valores que corresponden a la velocidad de obturación:

¡TRUCO! Los márgenes de los ríos estrechos con frondosa vegetación pueden ser un buen lugar para fotografiar el agua si los árboles limitan el paso de luz y consigues un entorno más oscuro.

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Recuerda lo que te explicamos en el primer capítulo en cuanto a la velocidad y los pasos. Cada uno de ellos es un paso. Y cada uno de ellos dobla al anterior. Por ejemplo, 8s es el doble de 4s que a su vez es el doble de 2s. Para calcular la velocidad manualmente, simplemente tienes que tomar el valor que te indique la cámara (sin el filtro puesto) y restar los pasos indicados según el filtro que tengas.

Ejemplo.

Sabemos que son muchos conceptos aparentemente complicados, así que veamos un ejemplo práctico. Pongamos que has elegido tu encuadre, colocado tu cámara en el trípode y realizado unos ajustes de ISO 100 (poca sensibilidad a la luz y buena calidad de imagen) y apertura de diafragma f/16 (entra poca luz y tienes mucha profundidad de campo). La velocidad que te indica el fotómetro es 1/8s y digamos que tienes un filtro que resta 8 pasos. Si vuelves a la gráfica anterior, verás cómo hemos ido, mediante flechas, indicándote este ejemplo. De la velocidad inicial 1/8, pasaríamos a 1/4s, 1/2s, 1s, 2s, 4s, 8s, 15s, y finalmente a 30s. Si cuentas los pasos, verás que son 8. 6. Enfoca manualmente. O automáticamente y una vez tengas un enfoque correcto, cambia el modo de enfoque a manual, si no cuando vuelvas a poner el filtro intentará enfocar (sin éxito) y te hará perder el foco de nuevo. 7. Añade el filtro (si lo tienes

).

8. Dispara. 9. Comprueba el histograma de tu cámara, para ver con precisión si los valores de exposición son o no correctos. ¿Te vas a perder la posibilidad de convertir el agua en seda? Lo dudamos. Ve a por ella. La magia te espera.

¡CUIDADO! Recuerda que para este tipo de fotografía la cámara consume mucha batería, lleva siempre las baterías bien cargadas (y más de una).

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Capítulo 11

TRUCO DE MAGIA 8: UNA MILÉSIMA DE SEGUNDO

Seguro que más de una y dos veces has visto alguna imagen capaz de detener el tiempo en el instante preciso, en una milésima de segundo irrepetible, una gota cayendo en un vaso, un globo de agua estallando en mil pedazos. Sin duda también, te han dejado con la boca abierta y, acto seguido, te has convencido de que eso solo lo consiguen los expertos en un estudio profesional. Pues bien, este capítulo te demostrará que, incluso aquello que te parece imposible de alcanzar, es posible cuando aprendes a exprimir los modos manuales de tu cámara. Veamos cómo .

¿Qué es la fotografía de alta velocidad? Como su nombre indica, son fotografías donde el obturador se abre y se cierra a una velocidad muy alta, dejando expuesto el sensor a la imagen durante un espacio de tiempo muy breve. Esto permite congelar el movimiento en las situaciones más extremas, aquellas que escapan incluso a nuestra mirada. Hablamos de velocidades de obturación muy altas, a partir de aproximadamente 1/500s en adelante. Dependiendo de la cámara conseguirás valores de hasta 1/8000s.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Quadronet_Webdesign

IDEAS PARA FOTOGRAFÍA DE ALTA VELOCIDAD Se pueden obtener muchos tipos de fotografía de alta velocidad, y cada uno requiere un planteamiento y un material diferente; no es lo mismo intentar capturar la explosión de un globo o de un cristal, que pretender captar una gota en el preciso instante en que golpea contra el agua, o aspirar a fotografiar un rayo o un martillo golpeando una bombilla.

Ejemplo.

• Rayos • Gotas de agua u otros líquidos • Explosiones (globos, bombillas…) • Pájaros o insectos • Grifo goteando • Taza volcándose con líquido dentro • Deportes de alta velocidad • Etcétera

¡TRUCO! Jugar con fondos de diferentes colores te regalará imágenes completamente distintas.

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La fotografía de alta velocidad tiene infinitas posibilidades aunque, para iniciarte, te recomendamos capturar una gota de agua. Fotografiar una gota de agua, si bien requiere paciencia, tiene la ventaja de que logísticamente no tiene tanta complicación como otro tipo de imágenes de alta velocidad (hay quien utiliza hasta escopetas de perdigones para hacer estallar objetos ).

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de

EQUIPO 1. Cámara de fotos con ajustes manuales. 2. Trípode. 3. Fuente de luz. Una fuente de luz que permita trabajar con velocidades por encima de 1/500s: ventana, lámpara, flash externo. 4. Disparador remoto. En realidad, en este tipo de fotografía no es necesario, sin embargo, si te aficionas, puedes plantearte el mirar los disparadores remotos específicos para alta velocidad que incluyen unos sensores para detectar el momento justo del disparo. Pero lo dicho, solo si le pillas el gustillo a esto de la ultra velocidad y necesitas dar un paso más, de momento simplemente dispara y practica . 5. Material extra. Depende del tipo de imagen que vayas a realizar. En este caso necesitas: cartulina o fondo para la imagen, vaso o recipiente lleno de agua y un utensilio que te permita el goteo.

¡CUIDADO! Si vas a utilizar el flash, presta atención a la velocidad máxima de sincronización de tu flash antes de configurar la velocidad de obturación, a veces esta no es muy elevada.

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AJUSTES Una vez que tengas todo el escenario preparado (el fondo de la imagen, el recipiente con agua hasta el borde y algo o alguien que te ayude a que gotee el agua siempre en el mismo lugar), coloca la cámara en el trípode y encuadra. • Para empezar, busca la M de manual en el dial de modos de la cámara como vienes haciendo habitualmente. • A continuación, configura una velocidad elevada, a partir de 1/1000s (o más). • Ajusta una apertura de diafragma que permita una profundidad de campo suficiente como para que salga la gota bien enfocada. Por ejemplo, f/5.6 o f/8. • ISO: busca una sensibilidad que mantenga la velocidad de obturación y la apertura de diafragma en los valores indicados. Recuerda que a mayor ISO, más sensibilidad del sensor a la luz pero también más ruido. • Enfoque manual: la cámara es incapaz de enfocar en este tipo de situaciones. Realiza varias pruebas para determinar el lugar exacto donde cae la gota y detener allí el foco. Recuerda no mover nada una vez tengas el punto exacto enfocado, de lo contrario cambiaría el foco y tendrías que hacerlo de nuevo. • Dispara en RAW. • Si no dispones de suficiente luz, activa el flash para que se dispare en el momento de apretar el obturador.

¿CÓMO LOGRARLO? Vamos a verlo paso a paso: 1. Para empezar, monta todo el escenario. Prepara el recipiente con el agua, la iluminación, el fondo de la imagen y tu sistema de goteo, de modo que la gota siempre caiga en el mismo lugar para que no pierdas el foco. 2. Coloca la cámara en el trípode y escoge un encuadre. 3. Enfoca manualmente en el lugar donde cae la gota. Para ello, como hemos comentado en el apartado anterior de ajustes, no te recomendamos aperturas demasiado abiertas (f/1.4 por ejemplo) puesto que, si bien proporcionaría muchísima luz extra a tu imagen, te dificultaría a la hora de conseguir el enfoque. 4. Ahora, simplemente dispara con la mayor gracia que puedas e intenta captar el instante preciso. Y no olvides tener paciencia, difícilmente conseguirás tu imagen a la primera.

¡RECOMENDACIÓN! Tal vez seas como Billy el rápido con el obturador y tengas unos reflejos prodigiosos para cazar gotas de agua. Pero puede que no sea así y no caces ni una . Prueba a configurar el modo de disparo en ráfaga, así es más probable que consigas exactamente la imagen que deseas.

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Joe Dyer

¡RECOMENDACIÓN! La experimentación es la clave de todo. Prueba diferentes encuadres y fondos, varía la orientación de la luz, etcétera. Incluso la profundidad del recipiente que utilices afectará al modo en que se forma la gota al golpear contra el agua.

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TRUCOS Y CONSEJOS Los estudios caseros te deparan gratas sorpresas, pero la fotografía de alta velocidad no solo se consigue entre cuatro paredes. Es posible que te apasionen pájaros, insectos, rayos o carreras de coches. No importa, todo tiene en común el trabajo con velocidades que congelan el movimiento. ¡Vamos! ¿A qué estás esperando?

¡TRUCO! Experimenta no solo con gotas de agua, puedes probar con otros líquidos como leche o aceite. Solo recuerda que el fondo debe destacar el centro de interés.

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Capítulo 12

TRUCO DE MAGIA 9: A OSCURAS (O CASI)

Fotografiar sin luz no es posible. ¿Por qué dedicar entonces un capítulo a fotografiar a oscuras? Por dos motivos. Primero, fíjate en el casi que hemos introducido en el título entre paréntesis; segundo, porque a oscuras completamente es muy difícil estar, aunque creas estarlo. Siempre habrá un resquicio de luz que se cuele por una puerta o ventana, una luz que llegue de algún lugar cercano, la luna si estamos en plena montaña o incluso la contaminación lumínica. Vamos, que como no te metas en un búnker no vas a estar completamente a oscuras. Lo cual supone una suerte porque de nada te serviría tu cámara. La fotografía es luz, es dibujar con luz. Igual que no existe fuego sin oxígeno, tampoco existe fotografía sin luz. Lo que sí que existen son ocasiones en las que la luz es tan escasa que dificulta la tarea de lograr una foto en condiciones. Es en esas veces en las que nos encontramos casi a oscuras y nos frustramos porque las fotos salen subexpuestas. Por esto, principalmente, dedicamos este capítulo a la oscuridad . Queremos ayudarte a solventar este problema y, no solo eso, también a extraer lo mejor de estas situaciones, porque, aunque no lo creas, un momento como este puede convertirse en una gran oportunidad.

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OPTIMIZAR LA LUZ En este apartado, te daremos algunas ideas para solucionar los problemas de falta de luz para una mejor exposición; en el siguiente, te mostraremos cómo convertir este inconveniente en una oportunidad.

Acércate a la fuente de luz Por muy obvio que parezca, es algo que a veces se olvida. Por dos razones, una porque te concentras tanto en otros ajustes, en la composición, las prisas, si hay alguien observando, si tu motivo se mueve demasiado, o un sinfín de circunstancias más que te absorben y no te dejan pensar; y dos, porque en muchas ocasiones en las que estás dentro de una habitación y crees que está uniformemente iluminada, en realidad no lo está. Y en verdad tú la ves así, iluminada, porque de alguna manera tu ojo se adapta, sin embargo, tu cámara no lo captura así, lo que capta el sensor es la luz que en realidad hay y esto es algo parecido a lo que ocurre en este esquema de la derecha: En la zona de la izquierda se sitúa la ventana y se va perdiendo intensidad conforme te acercas a la pared contraria. Por ello, si colocas a tu motivo en la zona de la derecha, la exposición será probablemente insuficiente, igual que si se sitúa mirando hacia el lado derecho. Para aprovechar toda la luz, el primer paso es acercar tu motivo a la fuente y que además esté mirando hacia esta. También puedes encender luces, que a veces cuesta tomar la decisión porque cambia la temperatura de color de la foto, pero para eso está el balance de blancos (puedes repasarlo en el capítulo 3), para corregir esta distorsión, y la opción de disparar en RAW y olvidarte de ello hasta la hora de la edición, como te hemos repetido en casi todos los capítulos (es que no queremos que se te olvide ).

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pexels

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Juega con el triángulo de exposición A veces no existe la opción de acercarte a la luz, bien porque ya estés muy cerca de ella y sea insuficiente, incluso encendiendo todas las luces habidas y por haber, o porque el motivo sea inamovible. Es el momento de abrir más el diafragma, utilizar una apertura lo más grande posible para capturar la mayor cantidad de luz. No te vamos a decir qué apertura porque ya sabes que depende de la zona que necesites enfocar y del objetivo que utilices, pero usa la máxima apertura que permita nitidez en toda el área que quieras enfocada. Cuando tampoco resulte suficiente, baja la velocidad de obturación, es el momento en el que corres el riesgo de que tu foto salga movida, necesitarás un trípode o algún otro apoyo. Y si el motivo se mueve, no podrás utilizar velocidades muy bajas. Aquí es donde entra el valor ISO. Ahora comienza a subirlo, siempre vigilando que el ruido no estropee la foto. Amplía una zona para cerciorarte de que el ruido no es molesto. Ahora bien, ante perder una gran foto, un instante de verdad maravilloso, mejor una foto con ruido que ninguna foto. No es lo mismo que estés fotografiando un bodegón que los primeros pasos de tu hijo. El bodegón puede esperar, esos primeros pasos no se repetirán nunca, mejor capturarlos con ruido que dejarlos que se pierdan. El instante es lo que marcará la diferencia.

Utiliza reflectores… Cuando nada de lo anterior resulte suficiente, puedes recurrir a los reflectores de luz. Cualquier superficie blanca que refleje la luz te servirá para iluminar tu motivo. Puedes ayudarte de una pared, una tela blanca, una cartulina (si el motivo es pequeño), o de un espejo.

… o incluso flash ¡Sin miedo al flash! Si sabes utilizarlo y sacar el máximo partido del flash (mejor externo) no le temas, úsalo y salva con luz artificial lo que la luz natural no te permite.

OPTIMIZAR LA OSCURIDAD Ahora nos toca hablarte de esas situaciones en las que no debes preocuparte por obtener más luz, sino por aprovechar la oscuridad y descubrir toda la belleza que esconde. Porque donde hay oscuridad, la luz brilla con más fuerza.

Blanco y negro En escasez de luz, te puedes encontrar con escenas de alto contraste. Una estancia o lugar casi a oscuras, iluminado solo en parte por una fuente de luz. Aprende a mirar estos momentos con otros ojos y prueba a convertirlos a escala de grises. Si sabes mirar bien, el resultado merecerá la pena.

¡RECOMENDACIÓN! Amplía la información sobre reflectores leyendo este artículo.

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Ayúdate de luces mágicas

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Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de harutmovsisyan

Luces de velas, fuego, linternas u otras fuentes de luz pueden servirte para iluminar a tu sujeto a la vez que aportan un extra a la escena. La luz puede servir como elemento creativo e incluso como protagonista absoluta de la imagen. Deja que sea la estrella.

Dibuja siluetas y perfiles Situaciones de escasa luz pueden ser una excelente ocasión para dibujar siluetas o destacar perfiles. Crea intriga, misterio, transmite nostalgia, ayuda a que el espectador deje volar su imaginación, tienes todo este poder en tus manos, no lo desperdicies. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Unsplash

Clave baja Hemos dedicado un capítulo a explicarte la técnica en clave alta y clave baja, por eso ahora solo la mencionamos, y es que es importante que asumas que las condiciones de poca luz suelen ser una gran ocasión para emocionar y conmover al espectador. Analiza bien la escena, y sus condiciones, y sácale todo el partido que te ofrece. Es una forma de revertir la situación a tu favor. No pierdas la oportunidad.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Alex Alvisi

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¿Y cómo hacer toda esta magia? Buena pregunta, las palabras mágicas que tienes que recitar cuando agites tu varita son: Enfoque Manual y Modo de Medición Puntual. Ahí está la clave. ¿Recuerdas los modos de medición del primer capítulo y el enfoque del tercero? Pues aquí tienes una buena excusa para usar el puntual y enfocar en manual cuando el automático se resista. Tratar de aprovechar la oscuridad con el modo automático es como pretender darte un chapuzón en medio del desierto. Sabemos que a partir de ahora verás la escasez de luz con otros ojos. Es más, no dudamos de que más de una vez vas a bajar persianas, apagar luces o incluso esperar a que el astro rey se esconda tras el horizonte para capturar escenas a oscuras (o casi). La vida está repleta de oportunidades, de tu mano está aprovecharlas o dejar que se escapen. La decisión es solamente tuya.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Transformer18

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Capítulo 13

TRUCO DE MAGIA 10: BOKEH

El modo manual rebosa magia y efectos sorprendentes, de esos que te hacen abrir la boca y pensar automáticamente: “Photoshop”, pero no, muchos de ellos, como te hemos ido desvelando, no son Photoshop ni ningún editor que se le parezca, los puedes conseguir simplemente conociendo y explotando las oportunidades que te ofrece este modo. Llevamos doce capítulos demostrándotelo. En este caso vamos a ver uno de los efectos de jugar con la apertura de diafragma: el Bokeh.

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¿QUÉ ES EL BOKEH? Antes de entrar en especificaciones más técnicas, explicaremos el Bokeh de la forma más sencilla posible. El efecto Bokeh no es más que el desenfoque de una zona de la imagen. Así de fácil. Igual que cuando admiramos una escena bien nítida con un fondo bien desenfocado. Solo que con un añadido; en ese fondo hay varias luces que, al formar parte de esa zona desenfocada, nos regalan este efecto tan vistoso. Observa detenidamente la imagen de las velas porque encontramos que es muy aclaratoria. A medida que se pierde el foco las mismas llamas de las velas del primer plano enfocado pierden su forma y se convierten en unas redondas difuminadas, ¿lo ves? Eso es lo que llamamos Bokeh.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Fe Ilya

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pexels

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EQUIPO Este es el equipo recomendado aunque, como verás, te facilitaremos alternativas para cuando te falle alguno de los elementos principales: 1. Cámara con ajustes manuales. Cualquier cámara que te permita jugar con el triángulo de exposición (velocidad, apertura e ISO) será magnífica para practicar con el Bokeh. 2. Objetivo lo más luminoso posible. Al equipo de Blog del Fotógrafo se nos ve el plumero con el 50mm f/1.4, el que llamamos el Rey de los objetivos, pero es que no es para menos, es una maravilla y, para hacer Bokeh, da la casualidad de que es perfecto, debido principalmente a su gran luminosidad, que permite trabajar a valores de apertura de diafragma enormes como el f/1.4. • En caso de que no dispongas de él, que no cunda el pánico, seguramente tendrás un objetivo con una focal larga (200mm, por ejemplo), utilízalo. Recuerda que los objetivos con focales largas reducen la profundidad de campo y crean un efecto parecido. • Si tampoco dispones de una focal larga, inténtalo con el objetivo más luminoso que tengas (el que tenga un valor más bajo de apertura de diafragma: f/1.4, f/2.8, f/3.5, f/4, f/5.6… Ya sabes, cuanto menor sea el valor más luminoso. 3. Trípode. Como trabajarás en un entorno con poca luz, lo ideal es que te aprovisiones de un trípode para evitar que el movimiento te destroce el Bokeh.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Salyasin

4. Luces. Para que te hagas una idea, lo ideal son luces del tipo árbol de Navidad, porque son muchas y pequeñas, permitiendo así conservar un ambiente tenue a la vez que iluminan lo suficiente como para crear el Bokeh. 5. Protagonista. Puede ser una persona o un muñeco, tu perro o lo que se te ocurra, pero piensa en algo interesante para situar en primer plano; el Bokeh será el fondo de tu imagen.

¡TRUCO! Si bien la forma más fácil de empezar es con las luces del árbol de Navidad, cualquier pequeño elemento que refleje luz te servirá: gotas de agua del rocío iluminadas por el sol, velas, farolas, luces de coches, etcétera.

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AJUSTES El Bokeh viene determinado por la apertura de diafragma que, como bien sabes, es la que controla no solo la cantidad de luz que entra por el objetivo, sino también la profundidad de campo o zona enfocada en la imagen. »» Apertura de diafragma: cuanto más cerrado esté el valor de esta, más se reduce la profundidad de campo aumentando el desenfoque de las luces que usarás para hacer el Bokeh. Por lo tanto, escoge siempre el valor mínimo que permita tu objetivo. Con el Rey de los objetivos ya te hemos indicado que sería f/1.4, pero podría ser f/2.8, f/3.5, f/4, etcétera. »» Velocidad: si vas a fotografiar un muñeco y has colocado previamente tu cámara en un trípode, tener que trabajar con una velocidad lenta no supondrá un problema, pero si quieres hacer un retrato de tu mascota, está claro que necesitarás una velocidad más elevada para intentar congelar el movimiento (o esperar a que se duerma ). »» ISO: recuerda (sí, otra vez ) que a mayor ISO, más sensibilidad del sensor a la luz, o lo que es lo mismo, más luz disponible con la que jugar, pero peor calidad de imagen. Si puedes bajarla a un valor mínimo, mejor. Aunque si necesitas más velocidad para que la foto no te salga movida, no dudes en aumentar la ISO, como te hemos desvelado antes, normalmente la calidad de las cámaras de hoy en día hace que soporten bien valores de ISO más elevadas. Mejor eso que no tener imagen . »» Balance de blancos: si todas las luces tienen un mismo tono, puedes dejarlo en automático o controlarlo manualmente, pero como normalmente aparecen varios tipos de luz mezclados, volvemos a recomendarte que trabajes en RAW. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía StevenGuzzardi

¡RECOMENDACIÓN! Prueba también el Bokeh en Blanco y negro, no solo su resultado es fantástico sino que elimina cualquier problema que pudieras tener con el balance de blancos de la imagen.este artículo.

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¿CÓMO LOGRARLO? 1. Prepara el escenario. Para ello, necesitas luces en un segundo plano que te sirvan como fondo de la imagen y un entorno de luz tenue para que la luz de estas destaque por encima de la luz del ambiente. 2. Escoge y aleja a tu protagonista del fondo lo suficiente para que el foco recaiga exclusivamente en él y permita que las luces queden bien desenfocadas. 3. Coloca la cámara en el trípode y decide el encuadre. 4. Realiza los ajustes de la cámara que hemos adelantado en el apartado anterior. 5. Enfoca bien a tu protagonista. 6. Dispara. 7. Ya lo tienes

.

8. ¿No te satisface? Prueba otra vez, varía el encuadre, la composición el punto de vista, etcétera.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de PublicDomainPictures

¡TRUCO! Si quieres un efecto aún más original, recorta una cartulina con una pequeña forma en su parte central (estrellas, corazones, etcétera) y colócala en el centro del objetivo, verás cómo las luces conseguirán esta forma sin afectar a la figura en primer plano.

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Capítulo 14

TRUCO DE MAGIA 11: BARRIDO

Como bonus (o extra) de los trucos de magia que te hemos ido presentando, te traemos algo muy impactante que puedes lograr ajustando tu cámara en manual y siguiendo unos cuantos consejos (que vamos a contarte). Se trata del barrido o panning, una técnica cuyo resultado es un objeto nítido con un fondo que parece estar en movimiento. Lo mejor es que te pongamos una imagen, que siempre se ve mucho más claro. Ahora sí, ¿verdad? ¿A que te gusta el efecto? Pues es lo que se conoce como panning o barrido y no, tampoco aquí necesitas un editor. Lo puedes lograr solo con tu cámara, eso sí, que no se te ocurra intentarlo en automático porque no lo vas a conseguir .

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EQUIPO

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Dragan

Necesitas, como para el resto de trucos, una cámara con la que puedas ajustar manualmente la exposición, de eso no te libra nadie . También precisas de: 1. Monopié o trípode. No es imprescindible pero te ayudará. Mejor el primero que el segundo, porque te da el apoyo pero más movilidad. Si no dispones de monopié pero sí de trípode, siempre que te permita realizar el movimiento horizontal bloqueando el vertical, te servirá. 2. Teleobjetivo. Tampoco es obligatorio, sin embargo, con un teleobjetivo obtendrás mejores resultados. Aunque con este recurso se hace más necesario el trípode o monopié . 3. Objeto en movimiento. Te lo ampliamos en el próximo apartado. 4. Paciencia. Otra vez más, hemos de avisarte de que la paciencia es casi tan imprescindible como la cámara. Y es que no te va a salir un barrido en condiciones ni a la primera ni a la segunda (salvo por la suerte del principiante). Tendrás que practicar mucho para lograrlo, si no vas con esto claro te cansarás pronto y no volverás a intentarlo. Por eso te lo contamos, no con la intención de desanimarte, al contrario, te recomendamos encarecidamente que lo pruebes, es divertido y cuando logras un buen barrido te dan ganas de bailar hasta hasta un cha-cha-chá. Merece la pena intentarlo .

¡CUIDADO! Cuanto más te acerques al motivo, más rápido se moverá. Y cuanto más rápido vaya, más te costará lograr el efecto.

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¿QUÉ? Es tan importante el qué fotografiar como el dónde para lograr un barrido de esos que arranquen al espectador un: ¡“Woooooow”! Vamos a ver primero el motivo y después el lugar. Precisas de un objeto o sujeto en movimiento. Eso está claro. Ahora bien, ¿vale cualquier elemento que se mueva? Sí. Una pelota, un coche o un pájaro te pueden servir. Si nos preguntas que si los resultados son los mismos tenemos que responder que no. Cuantos más elementos móviles tenga el motivo a barrer, más elementos movidos saldrán en la imagen. ¿Significa eso que no es correcto? Para nada. Tú decides qué efecto quieres lograr o qué sensaciones deseas transmitir. Vamos a explicártelo. Tendrás que disparar con una velocidad lenta, eso se traduce en que cualquier parte móvil saldrá movida, las ruedas de un coche, las patas de un perro o las alas de un pájaro. Si fotografías un coche en una carrera, lo único que se moverán serán las ruedas y tampoco se notará mucho porque son más o menos lisas y no tendrá un efecto muy impactante. Por el contrario, si capturas a un grupo de niños en un trineo mientras se deslizan montaña abajo sobre la nieve, te aseguramos que vas a encontrarte más de una extremidad movida. Esto no quiere decir que una resulte un mejor barrido que la otra, simplemente que el efecto causado será diferente. Tú decides qué quieres transmitir y/o qué deseas fotografiar. En este ejemplo, puedes apreciar cómo la figura no está completamente nítida, ya que es una persona que mueve todas las partes visibles de su cuerpo mientras es capturada por la cámara. Podría parecer que no es un barrido correcto, pero cuando se trata de creatividad, todo vale, pues puedes transmitir sensaciones completamente diferentes jugando con este tipo de detalles.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Tuncay

¿Qué opinas tú? ¿Te gusta este resultado? ¿Te parece interesante? Observar diferentes barridos te puede servir para saber qué quieres, qué te gusta y qué buscar o no.

¡CUIDADO! Cuidado con el exceso de luz, recuerda que trabajas con velocidades lentas

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¿DÓNDE? Si te decimos que el lugar que elijas es importante, es principalmente por el fondo. ¿Por qué? Porque un fondo liso será infinitamente menos espectacular. Tanto, que si es muy liso no se notará que es un barrido y de nada te servirán los esfuerzos. Será como una foto normal en la que se congela el movimiento con un disparo a velocidades rápidas. A continuación, puedes ver un ejemplo con el fondo liso, se aprecia un poco el barrido por el mar y por el extremo del ala, pero en el cielo nada de nada. ¿Lo ves? Tal vez, si hubiera habido nubes, se habría apreciado algo mejor, pero con un cielo tan despejado no se valora la calidad del barrido y el efecto es menos impactante. Para un panning, es más interesante un fondo que tenga líneas, figuras geométricas o cualquier otro dibujo, diferentes colores, o incluso con numerosas luces. En el ejemplo de la derecha puedes ver una imagen con estas características para que aprecies la diferencia. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Bernal Saborio

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de angela n

¿Notas cómo en esta segunda imagen la percepción del movimiento es mucho mayor? Las luces, los taxis y los diferentes elementos que componen el fondo convierten la imagen en un barrido más impactante, ¿verdad? Busca un lugar en el que pasen vehículos, bicis, personas corriendo o incluso animales, un espacio en el que el fondo te ofrezca la oportunidad de reflejar el movimiento y donde puedas esperar y practicar con comodidad.

¡TRUCO! Se puede multiplicar por 1 dispara 1,5 la velocidad a la que va el motivo. Por ejemplo, si se mueve a 120 kilómetros por hora, disparan a 1/125 o 1/80. Puede ser una buena pista para comenzar.

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¿CUÁNDO? Al trabajar con velocidades lentas, si disparas con mucha iluminación, tu foto puede resultar sobreexpuesta. Esto se puede solucionar disparando en manual y cerrando el diafragma, pero es que es más recomendable que uses aperturas no muy cerradas para desenfocar el fondo, mínimo f/5. Por eso, te recomendamos que para practicar al principio aproveches los días nublados o deseches las horas centrales de un día muy soleado. La noche también es una buena opción. Una vez que le cojas el punto podrás adaptarte a cualquier situación y solventar estos pequeños inconvenientes sin problemas, pero al inicio, cuanto más te facilites la tarea, mejor que mejor .

¿CÓMO LOGRARLO? Ahora vamos a intentar explicarlo de forma muy sencilla y paso a paso: 1. Ajusta tu cámara con una ISO lo más baja posible. 2. Prueba primero con velocidades alrededor de 1/20 y ve reajustando según el resultado y lo que busques. Esto dependerá también del motivo que fotografíes, pues no es lo mismo la velocidad de un coche de carreras que la de un lindo gatito paseando. Por ejemplo, 1/20 te puede servir para gente que camina rápido, mientras que para coches en una carrera igual tienes que probar con 1/200. 3. En función de la velocidad deberás configurar la apertura para lograr un equilibrio de exposición. En este caso la prioridad es la velocidad. 4. Como el enfoque es muy importante, también es conveniente que realices alguna prueba por si te interesa más disparar en un modo de enfoque u otro. Comienza con AF-C o AI Servo y modifica si no te convence (puedes repasar este aspecto en el capítulo 3). 5. Enfoca el motivo y aprieta el disparador. Síguelo hasta que escuches el clic que te indica que el obturador se ha vuelto a cerrar (y mejor aún si continuas un poco después). Debes seguir la trayectoria de su movimiento girándote sobre tu propio eje y más o menos a la misma velocidad a la que se desplaza. El seguimiento debe ser en paralelo a su movimiento. Sería algo más o menos así:

¡CUIDADO! Procura que tu movimiento sea lo más continuo y homogéneo posible. Cuanto más lineal sea el movimiento del motivo mejor será también el resultado.

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6. Una vez que obtengas resultados más o menos satisfactorios en cuanto a la fuerza del barrido y la exposición, puedes concentrarte más en otros aspectos también importantes como la composición.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Dragan

La clave de los barridos está en la práctica, cuanto más los trabajes mejor te saldrán. No vale con aprenderte todo esto de-pe-a-pa y pretender con dos disparos lograr una obra maestra. No funciona así. Antes de continuar leyendo, busca tu cámara y sal a practicar. Eso sí, diviértete, que si no… no tiene gracia

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¡RECOMENDACIÓN! No hay un solo modo de hacer un barrido, tu creatividad juega un papel importante, cuida la composición, cambia la perspectiva, aplica la ley de la mirada y provoca distintas sensaciones jugando con pendientes de subida o bajada.

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Capítulo 15

ACCESORIOS IMPRESCINDIBLES PARA EXPRIMIR EL MODO MANUAL AL MÁXIMO Estamos llegando al final de esta publicación, lo cual significa que ya sabes mucho más que al principio. Y una de las cosas que has aprendido es que son necesarios algunos accesorios para sacarle el máximo partido al modo manual. Porque no nos engañemos, determinadas fotografías no se pueden realizar solo con tu cámara y tu pasión. Por eso, aunque hemos ido dejando algunas pistas a lo largo de los distintos capítulos, vamos a dedicar este capítulo 15 a contarte cuáles son los accesorios imprescindibles para aprovechar al máximo todo el potencial del modo manual y poder realizar cualquier fotografía que te apetezca. Para que tu cámara no tenga límites.

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TRÍPODE Esto seguro que ya lo tienes claro. Sin un trípode difícilmente lograrás una fotografía de larga exposición en condiciones. Por mucho estabilizador o por mucho que apoyes tu cámara en algún lugar, siempre acabará moviéndose y, por poco que sea, será demasiado para la imagen. Ahora bien, ¿qué trípode necesitas? Pues ocurre algo parecido a las cámaras, no existe el trípode perfecto, sino el que mejor se ajusta a tus necesidades. Eso sí, lo ideal es que sea sólido, estable y que no sea demasiado ligero. Los trípodes pesados, si bien son más farragosos a la hora de transportar, son mucho más estables y no se mueven con el viento. De ti depende elegir si prefieres algo más cómodo o más seguro, todo será en función del uso que le vayas a dar. Otro aspecto a tener en cuenta es que tenga el mínimo de controles, es decir, que no necesites mover diez tuercas para hacer una fotografía porque igual la pereza acaba venciéndote. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de PucblicDomainPictures

Por último, entre quedarte sin trípode por no poder pagarlo y quedarte sin poder realizar un montón de fotografías como las que has visto durante todos estos capítulos, sin duda, te aconsejamos que adquieras aunque sea uno económico. Si puedes comprarte uno excelente, adelante, es una inversión de la que no te arrepentirás, si no es el caso, hazte con uno económico, los hay más que aceptables.

¡RECOMENDACIÓN! No solo vale con tener un trípode, también hay que saber colocarlo. Te recomendamos nuevamente que te leas este artículo del blog.

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OBJETIVO LUMINOSO No lo dudes, que tu próxima compra en cuanto a objetivos sea uno muy luminoso. ¿Quieres un buen Bokeh?, ¿lograr fotos más luminosas?, ¿con velocidades rápidas pero bien expuestas?, ¿fotos con luz escasa? Un objetivo luminoso te ayudará a marcar la diferencia una vez que controles el modo manual.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Andrés Nieto Porras

Un objetivo se considera muy luminoso cuando tiene una apertura de f/1.8 o mayor, si es una focal fija o, si es un teleobjetivo o de focal variable, a partir de f/2.8.

FLASH Un flash externo te salvará en situaciones de luz insuficiente, cuando no puedas convertir el problema en oportunidad, cuando necesites luz de relleno, cuando desees una luz secundaria para potenciar efectos o destacar texturas, para fotografía de alta velocidad, etcétera. Un flash, por muy bonita que sea la luz natural, puede sacarte de más de un apuro y encima puedes utilizarlo para lograr imágenes más creativas. Para pensárselo bien, ¿a que sí?

DISPARADOR REMOTO Imagínate que te dejas gran parte de tus ahorros comprándote un trípode, que lo transportas a la espalda en el ascenso de una montaña para fotografiar un espectacular paisaje nocturno de estrellas, por ejemplo, y ahora llegas y al apretar el botón la cámara se mueve y tu foto sale trepidada. ¿No te entrarían ganas de tirarte de los pelos? Pues bien, eso tiene una solución bien sencilla, te lo hemos ido adelantando en todos los capítulos en los que te hablábamos de velocidades lentas, se trata de un disparador remoto, que cuesta bien poco y te ahorra estos disgustos, merece la pena, de verdad, pues por mucho que tengas la opción de usar el temporizador de la cámara para emergencias, es demasiado engorroso.

¡RECOMENDACIÓN! Para no perderte en la oscuridad a la hora de adquirir un flash, no te pierdas este artículo del blog.

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Disparadores remotos tienes de dos tipos: »» Inalámbrico: no lleva cable, por lo que te sirve para disparar a una distancia mayor. Ahora bien, tienes que enfocar al sensor infrarrojo directamente. Esto a veces dificulta el hecho de disparar desde detrás de la cámara y si vas a salir en la foto mejor que tenga el botón de retardo para que te dé tiempo a esconderlo . »» Con cable: igualmente tiene sus ventajas e inconvenientes. Puedes disparar desde tan lejos como llegue el cable aunque no necesitas enfocar al sensor infrarrojo. 1. Existen también otras alternativas de disparo, que están limitadas a las prestaciones de tu cámara o a las condiciones de cada una de ellas. Por ejemplo, se puede disparar desde un ordenador con una aplicación, con el inconveniente de que dependes de un enchufe o de la duración de la batería y de conexión Wi-Fi o cable. Si te interesa el tema, pincha aquí.

FILTROS Por mucho que los filtros hayan caído en el olvido en los últimos años, no podemos perderlos de vista. Si bien existen infinidad de editores y filtros para añadir en la posproducción de una fotografía, en algunas ocasiones ninguno de estos recursos te funcionará como un filtro colocado en tu objetivo a la hora de disparar.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de SplitShire

¡CUIDADO! A la hora de comprar un disparador remoto asegúrate de que sea compatible con tu cámara.

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Los filtros pueden servir para dar colorido a tu imagen, para proteger la lente, para saturar determinados colores, etcétera. Pero claro, esto imprescindible imprescindible no es, ¿verdad? ¿Cuáles son, entonces, esos filtros tan indispensables que deberías llevar en tu mochila? Pues para aprovechar al máximo el modo manual, te presentamos estos: »» Filtro de densidad neutra (ND ó DN): este filtro te lo hemos recomendado en el truco de magia del efecto seda del agua. No modifica para nada las tonalidades de la escena. Su función es reducir la luz entrante. “¿Pero no era mejor trabajar con luz?” Es muy probable que te hayas hecho esta pregunta y, sí, tienes razón, para muchas ocasiones. Existen otras, sin embargo, en las que querrás utilizar velocidades bajas y, por mucho que cierres el diafragma, seguirá entrando tanta luz que tu imagen resultará sobreexpuesta. Esto puede ocurrir, como ya te dijimos, a la hora de fotografiar el efecto sedoso del agua a plena luz del día. »» Filtro polarizador: también muy útil para fotografiar el agua, pero en este caso su función es eliminar los reflejos. Además, potencia el contraste entre el cielo azul y las nubes blancas. »» Filtro de degradado neutro: te servirá cuando tengas una escena muy contrastada de zonas claras y oscuras y no puedas exponer bien ambas a la vez. No te agobies si crees que todo esto es demasiado. Son accesorios imprescindibles para sacar el máximo partido al modo manual, no para disparar. Es decir, puedes seguir haciendo fotos aunque no tengas ninguno de estos accesorios, estos son para darte vida, ofrecerte más posibilidades y optimizar el recurso que tienes en la mano (tu cámara). Su ausencia no ha de limitarte y mucho menos empujarte a aparcar tu equipo, o a volver al modo automático.

¡CUIDADO! Si vas a comprar un filtro, que sea de calidad. De poco sirve tener una cámara muy buena con un excelente objetivo, si delante pones un cristal de dudosa calidad. Puedes estropear la foto en lugar de mejorarla.

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Capítulo 16

LA MEJOR CÁMARA DE FOTOS PARA CONSEGUIR UN MODO MANUAL PERFECTO Cuanto más nos adentramos en los entresijos de la fotografía, más nos damos cuenta de lo importante que es nuestro papel como fotógrafos a la hora de conseguir una imagen. Pasamos de ser sujetos pasivos maravillados por el modo automático, a ser sujetos activos que quieren dominar cada uno de los aspectos de la imagen. Este momento es genial, es el momento de la creatividad sin límites, de los grandes avances, de las grandes decepciones, de las grandes fotos. Ahora bien, siempre decimos que la cámara no hace al maestro, y es cierto, pero sí que hay una cámara ideal para cada uno de nosotros. Veamos cuál es la tuya .

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TIPOS DE CÁMARAS Grosso modo, podemos distinguir, según su funcionamiento, cuatro tipos de cámaras de fotos: Compactas, EVIL, Bridge y Réflex. Si bien los cuatro abarcan numerosos modelos, categorías y precios, veamos a grandes rasgos cuáles son sus características.

Compactas Las cámaras compactas o de bolsillo son eso, cámaras de reducido tamaño, peso y precio, pensadas para llevar en el bolsillo y para apuntar y disparar. Con ópticas integradas y un zoom aproximado de 2x a 5x, no tienen opción de intercambiar objetivos y están pensadas para trabajar de forma rápida en modo automático o, a lo sumo, con algunos modos semiautomáticos predefinidos. Debido a su reducido tamaño, también suelen carecer de visor, que queda compensado por las pantallas, bastante grandes en proporción al tamaño total de la cámara.

¿Las recomendamos? Pues bien, sí y no . Cada máquina tiene su uso particular y estas cámaras también, por supuesto. Pueden ser muy útiles e incluso la mejor cámara para algunas personas, dependiendo de la forma de trabajar y de los resultados que se quieran obtener. Ahora bien, para este caso concreto de exprimir los entresijos del modo manual, no es la mejor opción, pues no permite la libertad del control absoluto de todos los ajustes.

Si aun así quieres añadir una cámara compacta a tu equipo fotográfico, te recomendamos que consultes nuestro listado con las cámaras compactas que más recomendamos desde Blog del Fotógrafo

Bridge Como su propio nombre indica, son un tipo de cámaras consideradas “Puente” entre las compactas y las Réflex, por sus prestaciones, precio y tamaño. Comparándolas con las compactas, estas se caracterizan por tener un sensor más grande y, consecuentemente, mayor calidad de imagen (pero también mayor tamaño), así como ajustes menos automatizados. Algunas permiten trabajar el modo RAW, con ajustes semimanuales e incluso manuales, pero no poseen objetivos intercambiables.

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¿Las recomendamos? Pues también depende, sí, seguro que hay quienes encuentran en las cámaras Bridge justo lo que necesitan, pero para ti, que ahora mismo quieres dominar el modo manual a toda costa, existen opciones mejores. Seguimos viéndolas.

EVIL Las cámaras EVIL (por sus siglas en inglés Electronic Viewfinder Interchangeable Lenses) o sin espejo son, a día de hoy, duras competidoras de las Réflex. Si bien hay gamas, precios y calidades muy diversas dentro de este grupo, de forma general, estas son sus características principales: » No tienen espejo, por lo que son más silenciosas, de menor tamaño y, consecuentemente, pesan menos que las DSLR (Réflex). Además, sus diseños suelen estar muy cuidados (entran por la vista). » Tienen sensores más grandes que las Bridge, por lo que disfrutan de mejor calidad de imagen. Algunas incluso disponen de sensores equivalentes a los de las Réflex. » Poseen objetivos intercambiables de buena calidad. » Ofrecen la posibilidad de trabajar en todos los modos de disparo: automático, semimanual o manual. » Sus precios, si bien empezaron algo desorbitados, van equilibrándose y siendo cada vez más competitivos.

¿Las recomendamos? Esta vez sí, sin peros (o con muy pocos ). Evidentemente hay millones de modelos, calidades y precios, pero pueden ser una muy buena opción para cualquier fotógrafo loco por el diseño y con ganas de exprimir las posibilidades del modo manual. ¿En contra? Bueno, a veces el precio está algo inflado y, en general, tienen menos variedad de objetivos con los que trabajar (que las Réflex).

Aquí tienes nuestras 10 mejores recomendaciones en material de cámaras de fotos EVIL

Réflex o DSLR (Digital Single Lens Reflex) Estas son las cámaras con las que todos hemos soñado por lo menos una vez en la vida, sobre todo si nos hemos ido aficionando poco a poco y hemos ido saltando de las más sencillas (compactas) en adelante. Y no es un sueño injustificado, porque por mucha competencia (dura y ardua en muchos casos) que tengan a día de hoy las cámaras Réflex, lo cierto es que siguen estando muy arriba en prestaciones, calidad, modelos, precios y, no menos importante, variedad de accesorios y objetivos.

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Las cámaras Réflex te permiten un control total de la escena. Todas cuentan con opción de trabajar en manual y controlar, por lo tanto, todas las variables del triángulo de exposición (ISO, apertura de diafragma y velocidad de obturación), así como con sensores de buena calidad y tamaño (desde el APS-C (23x15mm aproximadamente) hasta el formato completo (36x24mm)). Además, dependiendo de las marcas, cuentan con muchos años en el mercado, tanto en analógico como en digital, lo que se traduce en muchísima variedad en ópticas y complementos donde elegir. Los precios, debido a la alta competencia de las principales marcas, suelen estar ajustados y, no solo eso, existen tantos modelos como fotógrafos. Lo que te permite navegar entre muchas de ellas hasta dar con la cámara perfecta para ti.

¿Las recomendamos? Suponemos que a estas alturas ya te habrás dado cuenta de que sí, rotundamente sí, las recomendamos sin peros. Bueno, peros los hay, pero no para ti, que has decidido entrar de cabeza en la fotografía, por la puerta grande, que no has empezado la casa por el tejado sino por los cimientos. Las Réflex son una apuesta segura, con la que no creemos que tú, si estás leyendo esto, puedas fallar . Ahora bien, cámaras Réflex encontrarás muchas, de muchas calidades, prestaciones y precios y, aunque pueda sonar extraño, más caro no siempre es mejor. No existe la cámara perfecta por mucho que pagues por ella. Lo importante es escoger la que mejor se adapte a tus necesidades.

¿Quieres una recomendación? Aquí tienes nuestras cámaras Réflex favoritas

TU MEJOR APUESTA Tu mejor apuesta, como te hemos anticipado, es conseguir una cámara que se adapte a tus necesidades concretas. Ni más, ni menos. Ni una cámara profesional, pesada y complicada con la que vayas a pagar una morterada de dinero y de la que luego no sepas aprovechar ni el 1% de ella, ni una compacta con la que no puedas ni elegir la ISO. Pensando en ello, te recomendamos este artículo de Blog del Fotógrafo, donde te proponemos una selección de las que consideramos las mejores cámaras de fotos para principiantes. Puede que entre ellas esté tu cámara ideal .

¡RECOMENDACIÓN! Antes de comprar cualquier modelo, échale un ojo a las puntuaciones de los usuarios y a sus comentarios. Un buen lugar para verlo es Amazon, donde se puntúan las cámaras con estrellas.

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Capítulo 17

CÓMO MEJORAR TU TÉCNICA CON EL MODO MANUAL Que estés leyendo esta publicación y que hayas llegado hasta este último capítulo significa algo importante. Tienes ganas de aprender, de mejorar, de superarte. Felicidades. Posees actitud y la actitud pesa casi más que la aptitud, es decir, que hace más quien quiere que quien puede. Y tú pareces, al menos, ser de las personas que quieren. Ya tienes parte del camino recorrido. Deberías sentir una gran satisfacción por ello . Ahora (si has ido practicando como te hemos recomendado) entras en el final del trayecto, esa parte del camino que puede ser tan larga como tú decidas. El aprendizaje suele ser al principio muy rápido, luego parece haber una sensación de estancamiento, de sentir que no avanzas, y esto es porque los progresos a determinados niveles son más lentos o menos visibles. Existen algunos trucos y recursos para mejorar tu habilidad fotográfica con el modo manual y mitigar la sensación de parón. Y de ellos vamos a hablarte en este último capítulo.

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OBSERVAR OTROS TRABAJOS Contemplar con detenimiento el trabajo de otras personas es una labor que debe realizar quien aspire a lograr grandes fotografías, sin excepción. Igual que una escritora lee infinidad de libros o un músico escucha música a todas horas. Esto es así. Puedes llamarle inspiración, aprendizaje o como desees, lo importante es que no dejes de hacerlo, porque es más que necesario. Antes de la era digital resultaba todo más complicado, solo a través de exposiciones y libros podías acceder a otros trabajos, ahora no tienes ni que moverte de la silla. ¿Vas a desaprovechar esta grandísima oportunidad? Date un paseo por las galerías fotográficas que existen en Internet (Pixabay, Flickr, 500Px, etcétera). Puedes incluso acceder a los bancos de imágenes más importantes (shutterstock, iStockphoto, etcétera) pues para usar las fotos tienes que pagarlas mientras que mirarlas es gratis . Ahora bien, esto no significa que no vayas a exposiciones ni ojees libros de fotografía, sino que tienes muchas más opciones al alcance de tu mano . Cuando veas una fotografía que te impacte, que te parezca sorprendente o realmente buena, que te guste, que te atrape, sea por la razón que sea, párate. Obsérvala con detenimiento. Analiza cómo ha sido realizada, si es una larga exposición, qué apertura se ha utilizado, si se ha tomado con luz natural o artificial, cuál es la dirección de la luz, etcétera. Estudia hasta el más mínimo detalle, desgrana la fotografía como haría una niña que descuartiza un despertador para ver sus entrañas porque necesita conocer el funcionamiento. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de klimkin

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ANALIZAR LOS DATOS EXIF Esta es otra acción que te servirá de gran ayuda. Los datos EXIF (vamos a decir una burrada para los puristas) son como la caja negra de un avión pero de una foto. Así seguro que lo has entendido, pero, por si acaso, te lo explicamos mejor. EXIF es una abreviatura, aunque no viene al caso explicar de dónde viene. Lo que necesitas saber es que los datos EXIF contienen toda la información asociada a una imagen, desde la fecha de captura hasta los ajustes con los que se ha realizado la toma, pasando por el software utilizado para editarla (si lo ha habido). ¿Por qué es útil analizar estos datos? Cuando tú no eres capaz (es que no siempre es fácil) de saber cómo se ha tomado una fotografía, estos datos ayudan. ¿Nunca te has preguntado cómo se ha realizado una foto? Apostamos a que un montón de veces. La apertura utilizada, la velocidad de obturación, la ISO, etcétera, lo puedes ver viendo los datos EXIF. Por ejemplo, si entras en Flickr, una de las galerías más conocidas que te hemos mencionado antes, debajo de la fotografía te encuentras con esto: Si haces clic donde te marca la flecha azul, se despliega toda la información asociada a esta foto, los famosos datos EXIF. Aunque en realidad no hace falta desplegar, con los que te aparecen junto al dibujo de la cámara tienes bastante, son los más importantes. 1. Apertura: f/4.0 2. Distancia focal: 18.0 mm 3. Velocidad de obturación: 1/1000 4. ISO: 100 5. Flash apagado Suficiente, ¿verdad?

¡RECOMENDACIÓN! Tómate un pequeño descanso de la lectura y echa un vistazo a una foto que te guste de la red e intenta analizarla, una vez que creas saber más o menos cómo ha sido realizada, mira los datos. Puedes repetirlo tantas veces como te apetezca .

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PARTICIPAR EN RETOS Y CONCURSOS Una forma de obligarte a rescatar tu cámara del armario es mantenerte en plena actividad. La inactividad llama a la inactividad, y al revés. Los retos y concursos resultarán de gran ayuda para mantener activa tu creatividad, tus ganas de disparar y serán la excusa perfecta para no dormirte en los laureles pues, por mucho que leas, analices fotos o datos EXIF, si no disparas, de poco te servirá. Lo importante no es que ganes dichos retos o concursos, que si bien es cierto que una mención siempre motiva y alegra hasta a la persona más apática, lo que de verdad importa es que practiques y encuentres motivos y excusas para mejorar tu técnica o poner a prueba tu creatividad. Otro tema esencial es que compares las imágenes. Es decir, que no te limites a enviar tu imagen al reto o concurso en cuestión y te sientes a esperar el resultado, sino que dediques un tiempo a ver las fotografías del resto de participantes, si es posible. Encontrarás fotografías que te parecerán mejores que la tuya y otras peores, no te quedes con eso, analízalas y descubre por qué crees que son mejores o peores. Así aprenderás más, de tus errores y de tus aciertos.

Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Pexels

Si no sabes por dónde comenzar, te invitamos a probar con la Inspiración Semanal en Blog del Fotógrafo.

¡CUIDADO! Esto no ha de servir, en ningún caso, para desmotivarte. Todo lo contrario, ha de ser una inyección para mejorar y querer practicar más.

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REALIZAR UN PROYECTO FOTOGRÁFICO Otra manera de progresar y obligarte a disparar es embarcarte en un proyecto fotográfico. Tú eliges el tema, decides la frecuencia de disparo, la duración del proyecto o la forma de llevarlo a cabo. Solo necesitas tenerlo claro y comprometerte contigo. ¿Con quién si no? Este es el camino, no existe otro. Lo esencial es la práctica, sin ella no hay aprendizaje. De ahí vienen los innumerables refranes del tipo “la práctica hace al maestro”. Porque no encontrarás una verdad más cierta que esta. La lectura está bien, la teoría es la base, sin embargo, si no la pones en práctica se perderá en el olvido. Sé paciente y practica todo lo que puedas. Son los mejores consejos que te podemos dar para cerrar este capítulo y esta publicación. No desesperes. La fotografía es un camino largo, tanto como gratificante. Sería una pena que te quedaras a mitad porque la pereza te derrotara. Tú no quieres eso, ¿verdad? El equipo de Blog del Fotógrafo tampoco . ¡Tu cámara te espera! El modo manual también. Ve con ellos y haz magia. Queremos verla. Fotografía bajo licencia Creative Commons, cortesía de Jason Thomas

¡RECOMENDACIÓN! Para comenzar, echa un vistazo a estos 9 Pasos Para Llevar a Cabo Tu Primer Proyecto Fotográfico y a estas 13 Ideas (Con Consejos) Para Tu Próximo Proyecto Fotográfico.

FIN Gracias por leer

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