4- Conversaciones públicas y privadas

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FICHA DE LECTURA 

CONVERSACIONES PÚBLICAS Y PRIVADAS  Cuando conversamos con alguien normalmente estamos en dos conversaciones a la vez. Por un lado, estamos en la conversación pública que mantenemos con la otra persona. Por otro lado, estamos, también, en una conversación privada con nosotros mismos en la que enjuiciamos lo que sucede en la conversación pública. Mucho de lo que pensamos y sentimos y que forma parte de nuestra conversación privada, no lo decimos en la conversación pública pues consideramos que ello podría molestar al otro o comprometer lo que procuramos alcanzar en ella. Filtramos lo que forma parte de nuestra conversación privada y normalmente lo hacemos en forma automática.

BENEFICIOS DE COMPARAR LA COLUMNA DERECHA E IZQUIERDA ● Nos permite conciliar una conversación difícil ● Revelar los pensamientos y sentimientos ocultos y utilizarlos mejor ● Darnos cuenta de la diferencia entre nuestro diálogo interno y externo.

EL EJERCICIO DE LA COLUMNA IZQUIERDA El ejercicio de la columna izquierda es una herramienta que permite revelar y analizar la conversación oculta que está por detrás de lo explícitamente dicho. 1- La oportunidad de aprendizaje: recordá una conversación insatisfactoria. Puede ser una conversación que no ha funcionado o que no funcionará La mejor materia prima es la que proviene de interacciones problemáticas recurrentes: disputas repetidas que nos amargan la vida y que nos distancian de nuestro interlocultor. 2- El marco contextual: ¿qué acontecimientos te llevaron o llevarían a tener esa conversación? ¿Cuál fue el contexto donde tuvo lugar? ¿Quiénes participaron en ella? ¿Qué pensamientos y emociones sentías al inicio y cuáles intuías que tenían los otros? ¿Qué objetivo querías conseguir? 3- Trazá una línea vertical en el medio de una hoja . en la columna derecha transcribí el diálogo lo más literal posible (evitá interpretaciones). Dejá la columna izquierda en blanco, por el momento.

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4-Conversación a solas: poner en la columna izquierda los pensamientos y sentimientos propios que no expresaste Anotá tanto los pensamientos y sentimientos mientras hablabas como cuando escuchabas 5- Resultados y Reflexiones: después de haber completado los pasos anteriores, escribí uno o dos párrafos sobre los resultados de la conversación y tus pensamientos sobre los mismos incluyendo: - ¿Qué salió mal? - ¿Por qué considerás que salió mal? - ¿Cuáles fueron los efectos de la conversación sobre el tema tratado? - ¿Cuáles fueron los efectos de la conversación sobre el vínculo con el otro? - ¿Cuáles fueron los efectos de la conversación sobre vos? (¿Cómo te sentiste después?) 6- Auto indagación y Rediseño: - ¿ Por qué no expresaste (o creés que no lo harías)el contenido de la columna izquierda? - ¿ Qué creés que hubiera pasado de haber dicho literalmente lo que pensabas - con respecto al problema tratado - en tu vínculo con el otro - con vos mismo? - ¿Qué consecuencias tuviste por no haber expresado toda tu verdad - sobre el problema tratado - sobre tu vínculo con el otro - sobre vos mismo? - ¿Qué suponés que contiene la columna izquierda del otro? - ¿Por qué suponés que el otro eligió no decir el contenido de su columna izquierda? - ¿Qué harías de manera diferente si tuvieras nuevamente esa conversación? - ¿Qué podrías hacer ahora para reducir los efectos perniciosos de la conversación? - ¿Por qué no hiciste eso mismo durante la conversación original?

EL CONTENIDO DE LA COLUMNA IZQUIERDA Si uno le echa una mirada a su columna izquierda, probablemente encontrará interpretaciones, opiniones, juicios negativos, prejuicios sobre el carácter o motivación de otros. También podrá encontrar emociones como miedo, enojo, tristeza, culpa, vergüenza, resignación, resentimiento, ansiedad, hastío, estrés. A veces, también, las personas se guardan sentimientos de ternura, compasión, simpatía y amor. Aún cuando estos últimos sentimientos son considerados positivos, muchos se sienten incómodos y vulnerables al revelarlos. La intimidad puede ser tan atemorizante como el conflicto. Cuando uno revisa su columna izquierda y descubre las “sombras” que allí yacen, puede sorprenderse. ¿es posible que yo tenga pensamientos y sentimientos tan borrascosos? Sí, es posible. ¿ Los demás, también, tienen pensamientos y sentimientos similares? Ciertamente, sí. EntreNar-T Entre Ríos Consultora y Escuela de Coaching www.entrenarter.com

Este ejercicio revela un enorme territorio sobre las interacciones humanas, que por lo general permanece oculto. Sin embargo, esto no es tan sorprendente.

DECIDIENDO QUE HACER CON LA COLUMNA IZQUIERDA Uno puede decidir que la mejor manera de tratar con las “sombras” de la columna izquierda es eliminarlas. Lamentablemente, esta estrategia no es viable. Las palabras, sentimientos e imágenes que aparecen en tu columna izquierda no pueden ser desplazadas o eliminadas. Uno no puede elegir lo que va a pensar o sentir, de la misma forma en que no puede elegir si tener o no un dolor de cabeza o ataque de tos. ​La columna izquierda no es una elección, ocurre con independencia de la voluntad de la persona. El poder de decisión que SI tenemos es el elegir qué hacer con nuestros pensamientos: si expresarlos u ocultarlos. Expresar lisa y llanamente la columna izquierda puede producir un alivio inmediato. Volcar la columna izquierda sobre el otro nos da un cierto placer. Pero los efectos secundarios son severos. Como basura tóxica, los pensamientos “crudos” suelen contaminar el espacio conversacional y generar conflicto, agresión, falta de cooperación, recelos y malestar en los otros. Cuando uno derrama sin procesar el contenido de su columna izquierda, su vínculo con los otros se asienta en la inconciencia, la impulsividad y los mecanismos automáticos de defensa. “Vomitar” la columna izquierda puede parecer que uno se sienta mejor, incluso le puede permitir creerse honesto. Pro esa honestidad es lamentable. Tal honestidad “expresada en forma literal es totalmente improductiva y antisocial: dificulta la resolución de los problemas, destruye las relaciones humanas y contradice nuestro principio acerca del respeto que nos merece el otro. Esta es la razón por la cual tanta gente conserva escondidas sus columnas izquierdas. Pero “tragarse” los pensamientos y sentimientos tampoco produce resultados del todo felices. El silencio, si bien evita la dificultad inmediata, no produce soluciones. Cuando la situación real no sale a la luz, se pierde una inmensa cantidad de tiempo discutiendo temas tangenciales. Además, quedarse con todo este material tóxico en las tripas es insalubre. Hay evidencias médicas acerca de cómo esos pensamientos y sentimientos reprimidos se reflejan en trastornos corporales( (migrañas, malestares estomacales, alta presión arterial, etc.) y psicológicos (estrés, ansiedad, resentimiento, depresión, etc). A veces estos conflictos ocultos se vuelcan en el lugar equivocado y la descarga sobre algún inocente.

EL DILEMA DE LA COLUMNA IZQUIERDA Primero, uno no puede controlar la aparición de los pensamientos y sentimientos que hay en su columna izquierda. Segundo, si uno los expresa, puede arruinarlo todo. Los pensamientos y sentimientos de la columna izquierda son tan tóxicos que crean conflicto, impiden la solución de los problemas, pueden destruir los vínculos y atentan contra los valores éticos de la persona. EntreNar-T Entre Ríos Consultora y Escuela de Coaching www.entrenarter.com

Tercero, también es malo no expresarlos en absoluto. Las toxinas se vuelven en contra de uno mismo, que acumula estrés, oculta el verdadero problema, genera relaciones hipócritas y traiciona su propia honestidad. Cuarto, ¡realmente no hay alternativa! Aunque podemos guardar los detalles del contenido de la columna izquierda, no se puede esconder su energía.

TRANSFORMANDO LA COLUMNA IZQUIERDA Todo dilema nace a partir de una condición que se supone invariable. Al modificar esa condición, nace una tercera opción. En el caso de la columna izquierda, el supuesto a reconsiderar es que los pensamientos y sentimientos tóxicos deben mantenerse en su forma original. Por eso, decirlos o no decirlos se presenta como única alternativa. Pero hay otra: “procesarlos”, destilando la columna izquierda hasta encontrar su esencia de pureza y efectividad. Al igual que al petróleo crudo, podemos refinar nuestra columna izquierda y transformarla en energía que impulse nuestra efectividad, nuestros vínculos y nuestra dignidad. La misma columna izquierda que genera las peores rutinas defensivas, es materia prima capaz de cimentar conversaciones efectivas, amistosas y honorables. El objetivo de procesar la columna izquierda es crear nuevas formas de pensar, de ser y de interactuar que resulten más efectivas. Al tomar conciencia de los pensamientos y sentimientos que yacen debajo de la superficie, uno puede identificar qué es importante y por qué es difícil expresarlo. Al pulir la columna izquierda en busca de su expresión esencial, lo que se encuentra es altamente generativo. El problema es que este corazón precioso, como todo diamante en bruto, está recubierto por una capa de carbón tóxico. El secreto está en quitar la capa irritante y revelar el valioso centro.

TRES NIVELES DE EXPRESIÓN Capa Cosmética: Columna Derecha (Quien quiero que los demás crean que soy)

Capa reactiva: Columna izquierda (Quien creo que soy)

Corazón: Verdad profunda (Quien soy en realidad)

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La columna izquierda está compuesta por pensamientos y sentimientos evocados por la situación, que aparecen más allá de todo control voluntario de la persona. Como explicamos, esta capa reactiva es sumamente tóxica, por lo cual (sanamente) la mayoría de las personas intenta mantenerla fuera de la conversación. La estrategia más corriente es esconderla detrás de una capa de maquillaje que lo haga parecer a uno más civilizado. Aunque se cubra de urbanidad, la columna izquierda sigue siendo tóxica. Es por ello que tanto decirla (derramarla) como no decirla (taparla) son estrategias conversacionales fallidas. Cada una de estas capas corresponde a cierta porción de nuestra auto imagen. La capa reactiva es quien uno cree ( y teme) ser. En la intimidad de la propia mente, uno se ve como naturalmente tóxico. Ello genera vergüenza y miedo de se descubierto. Por eso es que la máscara de la columna derecha no es solo una estrategia para controlar la conversación, es también un intento de controlar la imagen que uno proyecta hacia el exterior. El afán es conseguir que los demás crean que uno es algo que realmente no es. La paradoja es que quien uno auténticamente es, en lo profundo de su corazón, es mucho más brillante aún que quien uno pretende ser en su fachada. La clave es sumergirse hacia lo más hondo de uno mismo y encontrar el diamante en bruto que yace allí escondido. Procesándosete diamante, es posibles disolver el dilema operando simultáneamente con efectividad, respeto, honestidad e integridad.

LOS PASOS DEL PROCESAMIENTO DE LA COLUMNA IZQUIERDA El primer paso del procesamiento es la toma de conciencia. Antes de ser auténtico con los demás, uno debe ser auténtico con uno mismo. El hecho de escribir la columna izquierda implica un esfuerzo de auto-observación genuina. A esto le sigue el proceso de auto-aceptación. Necesitamos abrir la conciencia para aceptar incluso aquellas cosas que contrarían nuestra auto-imagen. Aceptar o quiere decir validar. Uno puede aceptar que experimenta un impulso automático de agredir a quien está en desacuerdo con lo que dice, pero eso no significa que apruebe esa tentación. El espíritu de aceptación no tiene nada que ver con el espíritu de indulgencia. El segundo paso es asumir la responsabilidad. Hacerse cargo de que uno siempre tiene la posibilidad de responder a sus circunstancias. La persona responsable mira con autenticidad su columna izquierda y se pregunta: ¿en qué medida estoy contribuyendo a la pobreza de esta conversación?¿en qué medida puedo responsabilizarme de la creación y posible cambio de estas rutinas defensivas? Esto no excluye que el otro también pueda hacerse responsable pero es más operativo hacerse cargo de que es uno quien puede influir sobre los resultados que lo afectan. En el mejor de los casos, cada interlocutor estará asumiendo un 100% de responsabilidad por el proceso y los resultados de la interacción. Llamamos a esto operar con 200 % de responsabilidad en la relación. Tomar la responsabilidad es distinto a carga con culpas. Uno puede hacerse cargo de su columna izquierda sin echarse culpas. En vez de creer que la columna izquierda es un “error” o una “desgracia”, quien opera con responsabilidad, considera a los EntreNar-T Entre Ríos Consultora y Escuela de Coaching www.entrenarter.com

pensamientos difíciles como la semilla para una mejora en la efectividad y en las relaciones. El tercer paso es revisar las propias intenciones respecto de la conversación. En nuestra cultura existe una tendencia a dominar la conversación: tener el control es más importante que ser efectivo. Objetivos como “convencer al otro de que tengo la razón”, “hacer que cambie de idea” o “conseguir que haga lo que quiero” son sospechosos. La regla de oro a aplicar aquí es: “no hagas a los demás lo que no querés que te hagan a vos”. La manera de transformar estos objetivos – objetivos que llamamos “de resultado otro-dependiente” ya que están bajo el poder de otros - es convertirlos en objetivos de proceso o “auto-dependientes: en vez de condicionar es éxito a la conducta del otro, incorporar una condición de satisfacción solo condicionada a la conducta de uno mismo. Por ejemplo,”convencer al otro de que tengo la razón” se convierte en “explicarle mi razonamiento”; “hacer que cambie de idea” en mostrarle las ventajas que veo en una idea alternativa”; y “conseguir que haga lo que quiero” en “pedirle que haga lo que quiero e incentivarlo mostrándole los valores que ambos podemos adquirir”. Estos objetivos de proceso no niegan los deseos de resultado, pero e vez de manipular se presentan respetuosos de la autonomía del otro. El cuarto paso es analizar en forma crítica las opiniones e interpretaciones de la columna izquierda. Este análisis ayuda a ver que la columna izquierda no es LA verdad, sino UNA perspectiva posible de la situación. El análisis sigue los siguientes puntos: ● Apropiarse de la opinión reconociendo que es una expresión subjetiva. ● Fundar dichas opiniones con hechos. Separar hecho de interpretación. ● Encontrar el interés o la preocupación que hace que la opinión será relevante. ● Estimar las consecuencias para la acción que deriven de esa interpretación. ● Comparar esas acciones con los valores éticos personales, para elegir un curso de acción efectivo y honorable. El último paso es: ● darse cuenta de que así como uno puede procesar su propia columna izquierda, también puede procesar las expresiones tóxicas de sus interlocutores.

LAS TRES FASES DE LAS CONVERSACIONES 1 – PREPARACIÓN: Antes de iniciar la conversación, conviene preparar el contexto. Crear las circunstancias externas ( tiempo, lugar, participantes, información previa, etc) e internas ( objetivos claros de aprendizaje mutuo, serenidad, conciencia) adecuadas. Estos preparativos NO son estrategias para Vencer o convencer al otro; el propósito de la conversación no es ganar, sino ser efectivo en los tres niveles fundamentales: en la tarea, en la relación con el otro y en los valores personales. 2- EJECUCIÓN: Durante la interacción, la prioridad es mantenerse consciente. La dificultad más grande es “acordarse” de usar e forma correcta las herramientas conversacionales en medio de la acción. En el calor de la discusión, es fácil caer presa de impulsos emocionales. Pero es necesario adquirir una disciplina fundamental, una práctica que precede al uso de cualquier herramienta: la respiración conciente.

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Cuando uno siente aumentar la presión de la columna izquierda, en vez de vomitándola o tragándola (reprimirla), podés hacer una respiración profunda. En el espacio de tiempo necesario para inhalar y exhalar la mente puede realizar millones de operaciones. La respiración conciente permite la aceptación de emociones y pensamientos, el análisis crítico de su validez y el diseño de su expresión efectiva y honorable. Respirar de esta manera alista al cuerpo, las emociones y la mente para usar las herramientas conversacionales. La conciencia corta el círculo vicioso de la agresión y la reacción, para abrir una perspectiva más efectiva y honorable. Esto no resulta fácil. Por eso se necesita de una práctica sostenida. 3- REFLEXION: El ejercicio de la columna izquierda es un ejemplo de reflexión. Con posterioridad a los hechos uno puede revisar la conversación buscando oportunidades de aprendizaje y mejoramiento.

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