XX. Escritos homiléticos (6.º. Enarraciones sobre los Salmos (2.º) (BAC, Madrid, 1958-1965)

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Obras de SAN AGUSTÍN XX ¿narraciones sobre los Salmos (2.°)

UBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS

OBRAS

BIBLIOTECA

DE

AUTORES Declarada

CRISTIANOS

de interés

nacional

SAN

AGUSTÍN

EN

EDICIÓN

ESTA COLECCIÓN SE PUBLICA BAJO LOS AUSPICIOS Y ALTA DIRECCIÓN DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA LA COMISIÓN DE DICHA PONTIFICIA UNIVERSIDAD ENCARGADA DE LA INMEDIATA RELACIÓN CON LA B. A. C. ESTÁ INTEGRADA EN EL AÑO 1965 POR LOS SEÑORES SIGUIENTES:

BILINGÜE

XX Enarraciones

sobre los Salmos

(2°)

EDICIÓN PREPARADA POR EL PADRE

PRESIDENTE:

Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. MAURO RUBIO REPULLÉS, Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la Pontificia Universidad. VICEPRESIDENTE:

limo. Sr. Dr. Luis Magnífico.

SALA BALUST,

BALBINO MARTIN PÉREZ, O. S. A.

Rector

VOCALES: Dr. Luis ARIAS, O. S. A., Decano de la Facultad de Teología; Dr. ANTONIO GARCÍA, O. F. M., Decano de la Facultad de Derecho Canónico; Dr. ISIDORO RODRÍGUEZ, O. F. M., Decano de la Facultad de Filosofía y Letras; Dr. JOSÉ RIESCO, Decano adjunto de la Sección de Filosofía; Dr. CLAUDIO VILÁ PALA, Sch. P., Decano adjunto de Pedagogía; Dr. JOSÉ MARÍA GUIX, Subdirector del Instituto Social León XIII, de Madrid; Dr. MAXIMILIANO GARCÍA CORDERO, O. P., Catedrático de Sagrada Escritura: Dr. BERNARDINO LLORCA, S. I., Catedrático de Historia Eclesiástica; Dr. CASIANO FLORISTÁN, Director del Instituto Superior de Pastoral. SECRETARIO:

Dr.

MANUEL USEROS,

Profesor.

LA EDITORIAL CATÓLICA, S. A.— APARTADO 466 MADRID * MCMLXV

BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID •

MCMLXV

ÍNDICE

GENERAL

Págs. SALMOS:

41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 4950. 51. "jí. 5354. 55. 56. 57. 58. 5960. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 6970. 71. 72. 7374. 75. NIHIL OBSTA! : DR. ANDRÉS MERINO, O. S. A., VIC. PROV.

FR DE LUCAS, CENSOR. IMPRIMÍ P O T E S ! : IMPRIMATUR: DR. RICARDO BLANCO, V J O * U I ° MADRID, 2 7 ABRIL 1 9 6 5 .

Registro núm. 3.031 - 1965.—Depósito legal M. 1.542 - 1958-

MANUEL GENERAL.

[Ardientes deseos del desterrado por ver nuevamente el santuario] [Continuación del anterior] [Lamentación por el estado de opresión en que se halla el pueblo] [Canto nupcial] [Dios, protector de su pueblo] [Venida de las gentes al reino de Dios] [Canto a la liberación de Jerusalén] [Firme esperanza del justo en la inmortalidad] [El culto aceptable a Dios] [Confesión de los pecados y súplica del perdón] [Oración contra un enemigo jactancioso] 'i.'C'asvrgü ¿re 'ros viemiígm ¿re feTsíeVj [Oración contra los enemigos] [Oración contra los enemigos] [Firme confianza en Dios en medio de los peligros] [Oración confiada en el peligro] [Increpación contra los jueces injustos] [Oración contra los enemigos] [Petición de la victoria después de una derrota] [Oración después del triunfo] [Sólo en Dios hay que esperar] [Oración de David fugitivo en el desierto] [Los consejos del impío, frustrados por Dios] [Acción de gracias por una abundante cosecha] [Acción de gracias por una liberación] [Loa universal a Dios] [Canto triunfal] [Oración del pueblo vejado] [Instante petición de socorro] [Oración de un justo en su ancianidad] [El Rey Mesías] [Vanidad de la dicha del impío] [La desolación del templo destruido] [Dios, juez de los enemigos de su pueblo] , [Canto triunfal después de la victoria]

3 27 39 60 101 121 137 158 201 243 271 1S'"7' 310 327 364 393 417 456 497 517 529 565 591 614 641 673 695 750 800 816 871 896 927 961 981

EN MIRACIONES SOBRE LOS SALMOS II

SALMO

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[ARDIENTES DESEOS DEL DESTERRADO POR VER NUEVAMENTE EL SANTUARIO)

SERMÓN AL PUEBLO 1 [v.1.3]. Ordinariamente, nuestra alma desea alegrarse con vosotros en la palabra de Dios y manteneros en él, porque es nuestra ayuda y nuestra salud. Oíd por mí lo que Dios da y alegraos conmigo en él, en su palabra, caridad y verdad. Hemos emprendido la exposición de un salmo apto a vuestro deseo. Comienza este salmo por un santo deseo, y dice así el cantor: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! ¿Quién dice esto? Si queremos, nosotros. ¿A qué buscas fuera de ti quién sea éste, cuando está en tu poder ser lo que buscas? Sin embargo, no es un hombre, sino un cuerpo, y el cuerpo de Cristo es la Iglesia. Tampoco se encuentra este deseo en todos los que entran en la Iglesia. Sin embargo, quienes gustaron la suavidad del Señor y percibieron el contenido del cántico, no piensen que son solos, sino crean que tales arbustos se hallan plantados en el campo del Señor, que ocupa toda la tierra, y que de cualquier unidad cristiana es esta voz: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! Por tanto, se entiende correctamente que esta voz es la PSALMUS

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SERMO AD PLBBEM

1 [v.1.3]. Olim est ut desiderat anima nostra in verbo Dei gaudere vobiscum, et in illo vos salutare, qui est nostrum adiutorium et salutare. Quod ergo Dominus dat, audite per nos, et in illo exsultate nobiscum in sermone eius, et in veritate et in charitate eius. Psalmus enim suscepimus, de quo loquendum est vobis, congruum desiderio vestro. Coepit enim ipse psalmus a sancto quodam desiderio, et ait qui sic cantat: Quemadmodum desiderat cervus ad fontes aquarum, ita desiderat anima mea ad te, Deus. Quis ergo est qui hoc dicit? Si volumus, nos sumus. Et quid quaeras extra quisnam sit, cum in tua potestate sit esse quod quaeris? Tamen non unus homo est, sed unum corpus est: corpus autem Christi Ecclesia est (Col 1,24). Nec in ómnibus qui intrant Ecclesiam, invenitur tale desiderium: sed tamen quicumque suavitatem Domini gustaverunt, et quod eis sapit agnoscunt in Cántico, non putent se solos esse; sed talia semina sparsa credant in agro dominico, toto orbe terrarum, et cuiusdam unitatis christianae esse vocem hanc: Quemadmodum desiderat cervus ad fontes aquarum, sic desiderat anima mea ad te, Deus.

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de aquellos que, siendo aún catecúmenos, corren a la gracia del santo bautismo. De aquí que se cante solemnemente este salmo en tal acto, para que así anhelen la fuente de la remisión de los pecados del modo que desea el ciervo el manantial de las aguas. Acontezca esto, y se entienda veraz y habitualmente por la Iglesia. Sin embargo, hermanos, me parece que en el bautismo de los fieles aún no queda saciado tal deseo, pues si conocen dónde se hallan peregrinando y hacia dónde han de encaminarse, se inflamarán más ardientemente. 2. El título del salmo es el siguiente: Salmo para el fin, a los hijos de Coré, de entendimiento. En los títulos de otros salmos encontramos también a los hijos de Coré; recuerdo haber tratado ya de esto y de haberos indicado el significado de este nombre. Así, pues, ahora ha de ser conmemorado este título de suerte que de antemano no nos predisponga a no hablar más de lo que ya dijimos, de modo que en adelante ya no digamos más, puesto que en donde hablamos de este nombre no estaban todos. Coré fue un hombre que existió en realidad y tuvo hijos, a los que se les llamó hijos de Coré. Sin embargo, nosotros escudriñemos el secreto del misterio para que el nombre nos dé a conocer el arcano que encierra. Es un gran misterio que los cristianos se llamen hijos de Coré. ¿De dónde les proviene que se llamen hijos de Coré? De llamarse hijos del esposo, hijos de Cristo. Pues los cristianos son llamados hijos del esposo (en el Evangelio). ¿Por qué es llamado Cristo Coré? Porque Coré significa cráneo o calavera. De muy lejos se toman las aguas. Preguntaba por qué Cristo se llama Coré; pero con más interés pregunto Et quidem non male intelligitur vox esse eorum qui, cum sint catechumeni, ad gratiam sancti lavacri festinant. Unde et solemniter cantatur hic psalmus, ut ita desiderent fontem remissionis peccatorum, quemadmodum desiderat cervus ad fontes aquarum. Sit hoc, habeatque locum intellectus iste in Ecclesia et veracem et solemnem. Verumtamen, fratres, videtur mihi etiam in Baptismate fidelibus nondum esse satiatum tale desiderium: sed fortassis, si norunt ubi peregrinentur, et quo eis transeundum sit, etiam ardentius inflammantur. 2. Denique titulus eius est: In finem, in intellectum filüs Core, Psalmus. Filios Core invenimus et in alus Psalmorum titulis (Ps 43-48), et iam tractasse nos meminimus, et locutos esse quid sibi hoc nomen velit: ita tamen nunc commemorandus est iste titulus, ut non nobis quasi praeiudicet quod iam diximus, ut deinceps non dicamus: non enim ubicumque diximus, omnes adfuerunt. Core aliquis homo fuerit, sicut fuit, habueritque filios qui appellarentur filii Core (Num 26,11): nos tamen arcanum sacramenti scrutemur, ut nomen hoc mysterium, quo gravidum est, pariat. Magni enim sacramenti res est, ut Christiani appellentur filii Core. Unde filii Core? Filii sponsi, filii Christi. Dicti sunt enim Christiani, filii sponsi (Mt 9,15). Quare ergo Core Christus? Quia Core interpretatur Calvaría. Multo remotius est hoc. Quaerebam quare Core Christus: intentius quaero quare Christus ad Calvariam pertinere

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5 por qué Cristo aparezca que pertenece a la calavera. ¿Acaso no se llevó a cabo la crucifixión en el lugar de la calavera? Sin duda se llevó a cabo allí. Luego los hijos del esposo, los hijos de su pasión, los hijos redimidos con su sangre, los hijos de su cruz que llevan en la frente lo que los enemigos fijaron en el lugar de la calavera, se llaman hijos de Coré. A ellos se les canta este salmo para que entiendan. Luego desperecemos nuestro entendimiento para que, si se nos canta, entendamos. ¿Qué hemos de entender? ¿En qué sentido se canta este salmo? Me atrevo a decir que las cosas invisibles de El, desde la creación del mundo están a la vista por medio de las que han sido hechas. Ea, hermanos, percibid mi anhelo, haced causa común conmigo en este anhelo; amamos juntos, juntos nos inflamemos en esta sed, corramos juntos a la fuente de este entendimiento. Deseemos la fuente como el ciervo, pero no la fuente que anhelan los que han de ser bautizados por la remisión de los pecados. Los ya bautizados deseemos aquella fuente de la cual dice otro salmo: En ti está la fuente de vida. Esta fuente es luz, porque en tu luz veremos la luz. Luego, si es fuente y es luz, con razón es también entendimiento, porque sacia al alma ávida del saber; y todo el que entiende es iluminado por cierta luz no corporal, no material, no externa, sino interna. Luego, hermanos, existe cierta luz interna, de la cual carecen los que no entienden. De aquí que ya el Apóstol habla rogando a los que desean esta fuente de vida, y de la cual perciben algo, diciéndoles: Ya no caminéis como cavideatur. Nonne iam occurrit in loco Calvariae crucifixus? (Mt 27,33). Occurrit omnino. Ergo filii sponsi, filii passionis illius, filii redempti sanguine illius, filii crucis illius, portantes in fronte quod inimici in Calvariae loco fixerunt, appellantur filii Core: illis cantatur iste psalmus in intellectum. Intellectu itaque excitemur; et si nobis cantatur, intelligamus. Quid intellecturi sumus? in quem intellectum psalmus iste cantatur? Audeo dicere: invisibilia enim eius a creatura mundi per ea quae facta sunt intellecta conspiciuntur (Rom 1,20). Eia, fratres, aviditatem meam capite, desiderium hoc mecum communicate: simul amemus, simul in hac siti exardescamus, simul ad fontem intelligendi curramus. Desideremus ergo velut cervus fontem, excepto illo fonte quem propter remissionem peccatorum desiderant baptizandi, et iam baptizad desideremus illum fontem, de quo Scriptura alia dicit: Quoniam apud te est fons vitae. Ipse enim fons et lumen est: quoniam in lumine tuo videbimus lumen (Ps 35,10). Si et fons est, et lumen est; mérito et intellectus est, quia et satiat animam avidam sciendi; et omnis qui intelligit, luce quadam non corporali, non carnali, non exteriore, sed interiore illustratur. Est ergo, fratres, quaedam lux intus, quam non habent qui non intelligunt. Unde iam eos qui desiderant hunc fontem vitae, et inde aliquid carpunt, alloquitur Apostolus obsecrans, et dicit: Ut iam non ambuletis sicut et Gentes ambulant in vanitate mentís suae, obscurati intelligentia, alienati a vita Dei per ignorantiam quae est in illis, propter caecitatem cordis

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minan las gentiles, en la vanidad de su sentir, cegados en la inteligencia, privados de la vida de Dios, debido a la ignorancia que tienen por causa de la ceguedad de su corazón. Si ellos tienen entenebrecida la inteligencia, es decir, si están en tinieblas porq u e n o entienden, luego los q u e e n t i e n d e n están iluminados. Corre a la fuente, desea la fuente de agua. E n Dios está la fuente de vida, fuente p e r e n n e ; en su luz encontraréis la luz q u e n o se oscurece. Desea esta luz, esta fuente, esta luz que n o conocen tus ojos. El ojo interior se apresta p a r a ver esta luz, la sed interior se inflama para beber de esta fuente. Corre a la fuente, desea la fuente. P e r o n o corras de cualquier m o d o , como cualquier animal; corre c o m o el ciervo. ¿Qué significa "corre como el ciervo"? Q u e n o sea lento el correr; corre veloz, desea p r o n t o la fuente. El ciervo posee una vertiginosa velocidad. 3. Pero quizá n o sólo quiso la Escritura q u e considerásemos esto en el ciervo, sino t a m b i é n otra cosa. Oye q u é otra cosa hay en el ciervo. El ciervo m a t a las serpientes, y, después de haberlas matado, se inflama con mayor sed. Matadas las serpientes, corre a la fuente con sed m á s acuciante. Las serpientes son tus vicios; mata las serpientes de la iniquidad, y entonces desearás con m á s ardor la fuente de la verdad. Quizá la avaricia susurre a tu oído algo sombrío; susurre contra la palabra de Dios, contra sus m a n damientos. Si te dice desprecia algo, n o cometas iniquidad, pues si prefieres cometer iniquidad antes q u e despreciar u n bien temporal, eliges ser m o r d i d o p o r la serpiente antes q u e matarla. C u a n d o aún acaricias tu vicio, tu concupiscencia, tu avaricia, tu serpiente; cuando te veo enredado en tales deseos, ¿cómo has de ipsorum (Eph 4,17-18). Si ergo iüi obscurati sunt intelligentia, id est, quia non intelligunt, obscurantur; ergo qui intelligunt illuminantur. Curre ad fontes, desidera aquarum fontes. Apud Deum est fons vitae et insiccabilis fons: in illius luce lumen inobscurabile. Lumen hoc desidera, quemdam fontem, quoddam lumen quale non norunt oculi tui; cui lumini videndo oculus interior praeparatur, cui fonti hauriendo sitis interior inardescit. Curre ad fontem, desidera fontem: sed noli utcumque, noli ut qualecumque animal currere; ut cervus curre. Quid est, ut cervus? Non sit tarditas in currendo, impigre curre, impigre desidera fontem. Invenimus enim insigne velocitatis in cervo. 3. Sed forte non hoc Scriptura solum nos in cervo considerare voluit, sed et aliud. Audi quid aliud est in cervo. Serpentes necat, et post serpentium interemptionem maiori siti inardescit, peremptis serpentibus ad fontes acrius currit. Serpentes vitia tua sunt: consume serpentes iniquitatis, tune amplius desiderabis fontem veritatis. Avaritia forte in te tenebrosum aliquid sibilat, et sibilat adversus verbum Dei, sibilat adversus praeceptum Dei: et quia tibi dicitur, Contemne aliquid, ne facías iniquitatem; si mavis faceré iniquitatem, quam aliquod commodum temporale contemnere, morderi eligís a serpente, quam perimere serpentem. Cum ergo adhuc faveas vitio tuo, cupiditati tuae, avaritiae tuae, serpenti

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correr a la fuente de las aguas? ¿Cómo has de desear la fuente de la sabiduría, siendo así q u e a ú n bebes el v e n e n o de la malicia? Destruye en ti todo lo que es contrario a la verdad, y, cuand o te veas libre de las perversas codicias, n o te quedes ocioso, c o m o si n o tuvieses n i n g u n a cosa q u e desear. H a y algo a d o n d e debes e n c a m i n a r t e si ya lograste en ti q u e n o haya nada q u e se te oponga. Quizá m e dirás si eres ciervo: D i o s sabe q u e ya n o soy avaro, q u e ya n o deseo cosa alguna, q u e ya n o a r d o en deseos de adulterio, q u e ya n o m e c o n s u m o p o r el odio y la envidia y los demás vicios semejantes. C i e r t a m e n t e q u e dirás: Y a n o m e aprisionan estas cosas; sin e m b a r g o , quizá buscas en q u é cosa deleitarte. A n h e l a deleitarte, desea la juente de las aguas. D i o s tiene con q u é refrigerar y llenar al q u e se acerca a El como cierv o veloz a apagar la sed después de haber m a t a d o las serpientes. 4. T o d a v í a hay algo m á s q u e debes notar en el ciervo. Se cuenta de los ciervos, y lo vieron algunos, pues n o se narraría tal cosa de ellos a n o ser c o m p r o b a d o , que, cuando c a m i n a n en reb a ñ o o c u a n d o n a d a n d o se dirigen a otras tierras, colocan sus cabezas unos sobre otros, de tal m o d o q u e u n o guía; y detrás de éste sigue otro, q u e coloca su cabeza sobre él; a continuación, en fila, siguen otros, p o n i e n d o sus cabezas sobre el anterior, hasta el ú l t i m o con el q u e termina la recua. C u a n d o el p r i m e r o q u e llevaba el peso de la cabeza del siguiente se ha cansado, se dirige a la cola p a r a q u e le suceda el segundo c o m o p r i m e r o , y así éste descanse de su fatiga recostando la cabeza en el último. tuo; quando in te invenio tale desiderium, quo curras ad fontem aquarum? quando concupiscis fontem sapientiae, cum adhuc labores in veneno malitiae? Interfice in te quidquid contrarium est veritati: et cum te videris tanquam vacare a cupiditatibus perversis, noli remanere quasi non sit quod desideres. Est enim aliquid, quo te tollas; si iam egisti in te, ut non sit impeditor contra te. Dicturus enim es forte iam mihi, si cervus es: Deus novit non me iam avarum, non me iam cuiusquam rem concupiscere, non adulterii cupiditate flagrare, non cuiusquam odio invidiaque tabescere, et caetera huiusmodi; dicturus es, Non habeo haec: et quaeris forte unde delecteris. Desidera unde delecteris; desidera ad fontes aquarum: habet Deus unde te reficiat, et impleat venientem ad se, et sitientem post interemptionem serpentium, tanquam velocem cervum. 4. Est aliud quod animadvertas in cervo. Traduntur cervi, et a quibusdam etiam visi sunt; non enim de illis tale aliquid scriberetur, nisi antea videretur: dicuntur ergo cervi vel quando in agmine suo ambulant, vel quando natando alias terrarum partes petunt, onera capitum suorum super se invicem poneré, ita ut unus praecedat, et sequantur qui supra eum capita ponant, et supra illos alii consequentes, et deinde alii, doñee agmen finiatur: ille autem unus qui pondus capitis in pnmatu portabat, fatigatus redit ad posteriora, ut alius ei succedat, qui portet quod ille portabat, atque ille fatigationem suam recreet pósito capite, sicut et caeteri ponebant: ita vicissim portando quod grave est, et

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Llevando de este modo alternativamente la carga, ejecutan el recorrido y sin abandonarse unos a otros. ¿Por ventura no habla a ciertos ciervos el Apóstol cuando dice: Sobrellevad los unos los pesos de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo? 5. Este ciervo fundado en la fe, que aún no ve lo que cree y que desea entender lo que ama, soporta a los adversarios no ciervos, faltos de la luz de la inteligencia, colocados en tinieblas interiores, cegados por el deseo de los vicios; aún más, que vituperan, diciendo al creyente y al que no les hace ver lo que cree: ¿Dónde está tu Dios? Oigamos cómo reacciona este ciervo frente a estas palabras, para que, si podemos, les hagamos también ciervos a ellos. Primeramente manifiesta su sed, diciendo: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! Pero ¿y si el ciervo desea el manantial de las aguas para bañarse, pues ignoramos si le desea para beber o bañarse? Oigamos lo que sigue y no interroguemos: Mi alma está sedienta del Dios vivo. Lo que digo (y habla el ciervo): Como el ciervo desea el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios!, es lo mismo que mi alma está sedienta del Dios vivo. ¿De qué tiene sed? ¿Cuándo iré y apareceré ante la presencia de Dios? La sed que tengo es de ir y ver el rostro del Señor: Siento sed en la peregrinación, siento sed en el camino; seré saciado a la llegada. Pero ¿cuándo llegaré? Cuanto más cerca está Dios, más se retarda el cumplimiento del deseo. ¿Cuándo llegaré y me presentaré ante la presencia de Dios? De este deseo dimana aquello por lo que clama en otro sitio: Una sola cosa pedí al Señor y ésta buscaré: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida. viam peragunt, et invicem se non deserunt. Nonne quosdam cervos alloquitur Apostolus, dicens: Invicem onera vestra pórtate, et sic adimplebitis legem Christi? (Gal 6,2). 5. Talis ergo cervus in fide constitutus, nondum videns quod credit, cupiens intelligere quod diligit, patitur et contrarios non cervos, obscuratos intelligentia, in tenebris interioribus constitutos, vitiorum cupiditate caecatos; insuper insultantes et dicentes homini credenti, et quod credit non ostendenti: Ubi est Deus tuus? Quid ergo iste cervus fecerit contra haec verba, audiamus, ut et ipsí, si possumus, faciamus. Primo expressit sitim suam: Quemadmodum, inquit, cervus desiderat ad fontes aquarum, ita desiderat anima mea ad te, Deus. Quid si cervus ad fontes aquarum lavandi causa desiderat? Utrum ergo bibendi an lavandi causa, nescimus. Audi quid sequitur, et noli quaerere: Sitivit anima mea ad Deum vivum. Quod dico, Quemadmodum cervus desiderat ad fontes aquarum, ita desiderat anima ad te, Deus, hoc dico, Sitivit anima mea ad Deum vivum. Quid sitivit? Quando veniam et apparebo ante faciem Dei. Hoc est quod sitio, venire et apparere. Sitio in peregrinatione, sitio in cursu: satiabor in adventu. Sed quando veniam? Et quod citius est Deo, tardum est desiderio. Quando veniam et apparebo ante faciem Dei? Ex illo desiderio est et hoc, ex quo clamatur alibi: Unam petii a Domino, hanc requiram, ut inhabitem in domo Domini per omnes dies vitae meae.

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¿Y para qué esto? Para contemplar—dice—el deleite del Señor. ¿Cuándo iré y veré el rostro del Señor? 6 [v.4]. Entre tanto, mientras considero, mientras corro, mientras estoy en el camino antes de llegar y aparecer en tu presencia, mis lágrimas son mi pan día y noche, cuando se me dice todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Mis lágrimas—dice— me son no amargura, sino pan. Estas lágrimas me eran deleitables, porque, teniendo sed de esta fuente, como aún no podía beber, comía mis lágrimas con más avidez. N o dijo: Me sirvieron de bebida estas lágrimas, ni parece que las deseó como el manantial de las aguas, sino que, persistiendo aquella sed por la que ardo, por la que soy arrastrado a la fuente de las aguas, al ser retenido, las lágrimas se me convirtieron en panes. Y ciertamente, comiendo sus lágrimas, sin duda siente más la necesidad de la fuente. Mis lágrimas son mi pan día y noche. Este alimento que se llama pan le comen los hombres durante el día, por la noche duermen. El pan de lágrimas se come de día y de noche, ya tomes por día y noche todo el tiempo de la vida, ya entiendas por día la prosperidad de esta vida, y por noche su adversidad. En las cosas prósperas de este mundo y en las adversas, yo—dice—, derramo las lágrimas de mi deseo, yo no pierdo la avidez de mi deseo, y, cuando se acomoda al mundo, me resulta un mal antes de presentarme ante Dios. ¿Por qué me obligas como a felicitar al día cuando me sonríe alguna prosperidad de este mundo? ¿Por ventura no es engañosa? ¿No es incierta, perecedera, mortal? Quare hoc? Ut contempler, inquit, delectationem Domini (Ps 26,4). Quando veniam et apparebo ante faciem Domini? 6 [v.4]. Interim dum meditor, dum curro, dum in via sum, antequam veniam, antequam appaream, Vuerunt mihi lacrymae meae pañis die ac nocte, cum dicitur mihi per singulos dies: Ubi est Deus tuus? Vuerunt mihi, inquit, lacrymae meae, non amaritudo, sed pañis. Suaves erant mihi ipsae lacrymae: sitiens illum fontem, quia bibere nondum poteram, avidius meas lacrymas manducabam. Non enim dixit, Factae sunt mihi lacrymae meae potus, ne ipsas desiderasse videretur sicut fontes aquarum: sed servata illa siti, qua inardesco, qua rapior ad fontes aquarum, pañis mihi factae sunt lacrymae meae, dum differor. Et utique manducando lacrymas suas, sine dubio plus sitit ad fontes. Die quippe ac nocte factae sunt mihi lacrymae meae pañis. Cibum istum qui pañis dicitur, die cornedunt homines, nocte dormiunt: pañis autem lacrymarum et die et nocte comeditur; sive totum tempus accipias diem et noctem; sive diem intelligas pro huius saeculi prosperitate, noctem vero pro huius saeculi adversitate. Sive, inquit, in prosperis rebus saeculi, sive in adversis rebus saeculi, cgo desiderii mei lacrymas fundo, ego desiderii mei aviditatem non desero: et cum in mundo bene est, mihi male est, antequam apparebo ante faciem Dei. Quid ergo diei quasi gratulan me cogis, si aliqua huius saeculi prosperitas arriserit? nonne deceptoria est? nonne fluxa, caduca, mortalis? nonne temporalis, volatica, transitoria? nonne plus habet deceptionis quam delectationis? Cur ergo non et in ipsa fiant mihi lacrymae meae

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¿No es temporal, voluble, pasajera? ¿No tiene más de decepción que de atractivo? Luego ¿por qué no han de ser estas cosas mi pan de lágrimas? N o nos olvidemos que, cuando la felicidad de este mundo nos sonríe, mientras vivimos en cuerpo, caminamos hacia Dios y que continuamente se me dice: ¿Dónde está tu Dios? Si un pagano me dijere esto, ¿no le puedo yo también preguntar?: ¿Dónde está tu Dios? Cuando él me muestra a su dios con el dedo, dirigiendo su dedo hacia una piedra, y me dice: He aquí a mi dios, puedo seguir preguntándole: ¿Dónde está tu Dios? Si me río de la piedra y se avergüenza quien me la mostró, aparta sus ojos de ella; mira al cielo, y quizá apunta con su dedo al sol, y de nuevo dice: Ahí está mi dios. De nuevo puedo decirle: ¿Dónde está tu Dios? El encuentra algo que mostrar a los ojos de la carne, pero yo no puedo mostrarle nada; no porque no tenga qué mostrarle, sino porque carece de ojos a los cuales les muestre mi Dios. El pudo mostrar a los ojos de mi cuerpo su dios, el sol. ¿A qué ojos mostraré yo el Creador del sol? 7. Sin embargo, oyendo todos los días: ¿Dónde está tu Dios?, y alimentado cotidianamente con mis lágrimas, pensé día y noche lo que oí: ¿Dónde está tu Dios?; y busqué yo también a mi Dios, para que, a ser posible, no solamente creyese en él, sino que asimismo le viese. Veo, pues, las cosas que hizo mi Dios, pero a El, que las hizo, no le veo. Mas como deseo, al parigual que el ciervo, el manantial de las aguas, y en él hay fuente de vida, y como este salmo se escribió para inteligencia de ios hijos de Coré, y como asimismo las cosas invisibles de Dios se patentizan por las que han sido hechas, ¿qué haré para ver a mi Dios? Pondré la mirada en la tierra; ella fue hecha. Grande es la pañis? Siquidem et cum felicitas saeculi circumfulget, quamdiu sumus in corpore, peregrinamur a Domino (2 Cor v.6); et dicitur mihi quotidie: Ubi est Deus tuus? Quia paganus si hoc mihi dixerit, non illi et ego possum dicere: Ubi est Deus tuus? Deum quippe suum dígito ostendit. Intendit enim digitum ad aliquem lapidem, et dicit: Ecce est Deus meus. Ubi est Deus tuus? Cum lapidem irrisero, et erubuerit qui demonstravit, tollit oculum a lapide, suspicit caelum, et forte in solem digitum intendens, iterum dicit: Ecce Deus meus. Ubi est Deus tuus? Invenit Ule quod ostenderet oculis carnis: ego autem non quasi non habeam quem ostendam, sed non habet ille oculos quibus ostendam. Potuit enim ille oculis corporis mei ostendere Deum suum solem: quibus ego oculis ostendam solis creatorem? 7. Verumtamen audiendo quotidie, Ubi est Deus tuus? et in lacrymis meis quotidianis pastus, die ac nocte meditaras sum quod audivi, Ubi est Deus tuus? quaesivi etiam ego ipse Deum meum, ut si possem, non tantum crederem, sed aliquid et viderem. Video enim quae fecerit Deus meus, non autem video ipsum Deum meum qui fecit haec. Sed quoniam sicut cervus desidero ad fontes aquafum, et est apud eum fons vitae, et in intellectum scriptus est Psalmus filiis Core, et invisibilia Dei per ea quae facta sunt intellecta conspiciuntur; quid agam, ut inveniam Deum

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hermosura de la tierra, pero tiene su artífice. Portentosas son las maravillas de las semillas y de todos los seres que engendran, pero todas estas cosas tienen su Creador. Contemplo la amplitud del dilatado mar; me aturdo, me admiro, yo busco al Artífice. Miro al cielo, y veo la belleza de las estrellas; contemplo el esplendor del sol ejerciendo el señorío del día y observo la luna atemperando la oscuridad de la noche. Maravillosas son estas cosas; son dignas de ser alabadas o de ser admiradas; no son terrenas, sino celestes. Con todo, allí no está el anhelo de mi sed. Admiro estas cosas, las alabo, pero siento sed de Aquel que las hizo. Entro en mi interior' y sondeo quién sea yo que indago estas cosas, y veo que tengo cuerpo y alma; uno, al que debo regir; otro, por el que debo regir; el cuerpo debe obedecer, el alma mandar. Distingo que el alma es mucho mejor que el cuerpo, y veo que el mismo investigador de estas cosas no es el cuerpo, sino el alma; y, sin embargo, todas estas cosas que examiné conozco que las examiné mediante el cuerpo. Alabé la tierra, la conocí por los ojos. Alabé el mar, le conocí por los ojos. Alabé el cielo, las estrellas, el sol y la luna, los conocí por los ojos. Los ojos son miembros de carne; son las ventanas de la mente, dentro está el que ve por ellos; cuando falta el pensamiento, en vano están abiertos. Mi Dios, que hizo estas cosas que veo con los ojos, no debe ser buscado por ellos. Mire también el alma algo por sí misma, y vea si existe algo que no perciba por los ojos, como los colores y la luz; ni por los oídos, como el canto y el ruido; ni por las narices, como la fragancia de los olores; ni por el paladar y la meum? Considerabo terram: facta est térra. Est magna pulchritudo terrarum; sed habet artificem. Magna miracula sunt seminum atque gignentium; sed habent ista omnia creatorem. Ostendo magnitudinem circumfusi maris, stupeo, miror; artificem quaero: caelum suspicio et pulchritudinem siderum; admiror splendorem solis exserendo diei sufficientem, lunam nocturnas tenebras consolantem. Mira sunt haec, laudanda sunt haec, vel etiam stupenda sunt haec; ñeque enim terrena, sed iam caelestia sunt haec. Nondum ibi stat sitis mea: haec miror, haec laudo; sed eum qui fecit haec, sitio. Redeo ad meipsum, et quis sim etiam ipse qui talia quaero, perscruror: invenio me habere corpus et animam; unum quod regam, aliud quo regar; corpus serviré, animam imperare. Discerno animam melius esse aliquid quam corpus, ipsumque inquisitorem talium rerum non corpus, sed animam video: et tamen haec omnia quae collustravi, per corpus ea me collustrasse cognosco. Terram laudabam, oculis cognoveram; mare laudabam, oculis cognoveram; caelum, sidera, solem lunamque laudabam, oculis cognoveram. Oculi membra sunt carnis, fenestrae sunt mentís: interior est qui per has videt; quando cogitatione aliqua absens est, frustra patent. Deus meus qui fecit haec, quae oculis video, non istis oculis est inquirendus. Aliquid etiam per seipsum animus ipse conspiciat: utrum sit aliquid quod non per oculos sentiam, quasi colores et lucem; non per aures, quasi cantum et sonum; non per nares, quasi odorum suavitatem; non per palatum et linguam, quasi sa-

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lengua, como el sabor; n i p o r todo el cuerpo, como lo d u r o y lo blando, lo frío y lo caliente, lo áspero y lo suave; sino si hay algo q u e vea en el interior. ¿Qué significa q u e vea en el interior? Q u e vea lo q u e n o es color, ni sonido, ni olor, ni sabor, ni calor, n i frío, ni dureza, ni suavidad. Se m e diga q u é color tiene la sabiduría. C u a n d o pensamos en la justicia y nos gozamos por su hermosura i n t e r n a m e n t e en el pensamiento, ¿qué oímos? ¿Qué cosa c o m o vapor sube a nuestra nariz? ¿ Q u é cosa se gusta en la boca? ¿Qué palpamos con las m a n o s q u e nos deleite? Y, sin e m b a r g o , ella está dentro, y es bella, y se alaba, y se ve; es más, si nuestros ojos están a oscuras, el alma se goza con su p r o p i a luz. ¿Qué es lo que veía T o b í a s cuando, ciego, aconsejaba con palabras de vida eterna a su hijo, q u e veía? Luego hay algo q u e el alma, señora, rectora, habitadora del cuerpo, ve; p e r o n o lo percibe por los ojos, ni por el oído, ni p o r la nariz, ni p o r el gusto, n i por el tacto del cuerpo, sino p o r sí misma, y mejor p o r sí m i s m a q u e p o r su servidor. T a m b i é n acontece, sin duda, q u e el alma se ve a sí misma, y p a r a verse n o p i d e auxilio a los ojos corporales; es más, para verse a sí m i s m a en sí misma, para conocerse a sí m i s m a j u n t o a sí, se retira hacia sí separándose de todos los sentidos del cuerpo como de objetos q u e alborotan e impiden. ¿Pero acaso es Dios algo parecido a lo q u e es el alma? D i o s ciertamente sólo p u e de ser visto p o r el alma, p e r o n o p u e d e ser visto como se ve el alma. El alma busca algo q u e es D i o s , p o r lo cual n o se burlen de ella quienes le dicen: ¿Dónde está tu Dios? Busca u n a reali-

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dad inmutable, u n a sustancia perfectísima. El alma n o es tal, porq u e progresa y decae, conoce e ignora, recuerda y se olvida, u n a vez quiere y otra n o quiere. Esta m u d a n z a n o se da en Dios. Si dijese que D i o s es m u d a b l e , se burlarían de m í los q u e dicen: ¿Dónde está tu Dios? 8 [ v . 5 ] . Busco a m i Dios entre las cosas visibles y corporales, y n o le encuentro. Busco su sustancia en m í m i s m o , c o m o si fuese algo igual a m í , y n o la hallo. Siento q u e es algo q u e está por encima del alma. Para percibirle medité estas cosas y derramé mi alma dentro de mí. ¿Cuándo percibirá m i alma lo q u e se busca por encima de ella si n o es cuando se vuelque sobre sí misma? Si permaneciese inactiva, n o se vería más q u e a sí, y al verse n o vería a su Dios. D i g a n ya mis mofadores: ¿Dónde está tu Dios? H a b l e n . Y o mientras n o veo, en ranto que n o sea arrebatado, m e a l i m e n t o día y noche con mis lágrimas. D i g a n todavía: ¿Dónde está tu Dios? Y o busco a m i D i o s en todo lo corpóreo, ya terrestre, ya celeste, y n o le encuentro; busco en m i alma su sustancia, y n o la encuentro; m e e n t r e g u é a la b ú s q u e d a d e m i Dios, y p o r las cosas que h a n sido hechas deseé ver las cosas invisibles de m i Dios. Derramé mi alma sobre mí, y ya n o m e queda a q u i é n llegar a percibir sino a m i Dios. Sobre m i alma está la casa de m i D i o s ; allí habita, desde allí m e mira, desde allí m e creó, desde allí m e gobierna, desde allí m i r a p o r m í , m e anima, m e llama, m e dirige, m e guía y m e conduce. 9.

porem; non per totum corpus, quasi duritiem et mollitiem, rigorem atque fervorem, asperitatem lenitatemque pertractem; sed uttum sit aliquid intus quod videam. Quid est, intus videam. Quod ñeque color sit, ñeque sonus, ñeque odor, ñeque sapor, ñeque calor, aut frigus, aut duritia, aut mollitudo. Dicatur ergo mihi, quem colorem habeat sapientia. Cum cogitamus iustitiam, eiusque intus in ipsa cogitatione pulchritudine fruimur, quid sonat ad aures? quid tanquam vaporeum surgit ad nares? quid ori infertur, quid manu tractatur et delectat? Et intus est, et pulchra est, et laudatur, et videtur: et si in tenebris sunt oculi isti, animus illius luce perfruítur. Quid est íllud quod Tobías videbat, quando vídenti filio caecus consilium vitae dabat? (Tob 4.2). Est ergo aliquid quod animus ipse corporis dominator, rector, habitator videt; quod non per oculos corporis sentit, non per aures, non per nares, non per palatum, non per corporis tactum, sed per seipsum: et utique melius quod per seipsum, quam quod per servum suum. Est prorsus; seipsum enim per seipsum videt, et animus ipse ut norit se, videt se. Nec utique ut videat se, corporalium oculorum quaerit auxilium: imo vero ab ómnibus corporis sensibus, tanquam impedientibus et perstrepentibus abstrahit se ad se, ut videat se in se, ut noverit se apud se. Sed numquid aliquid tale Deus ipsius est, qualis est animus? Non quidem videri Deus nisi animo potest, nec tamen ita ut animus videri potest. Aliquid enim quaerit animus iste quod Deus est, de quo illi non insultent qui dicunt: Ubi est Deus tuus? Aliquam quaerit incommutabilem veritatem, sine defectu substantiam. Non est talis ipse animus: déficit, proficit; novit, ignorat;

Ansias de un desterrado por ver el santuario

A q u e l q u e tiene la excelentísima casa en lo escondido,

meminit, obliviscitur; modo illud vult, modo non vult. Ista mutabilitas non cadit in Deum. Si dixero, Mutabilis est Deus, insultabunt mihi qui dicunt: Ubi est Deus tuus? 8 [v.5]. Quaerens ergo Deum meum in rebus visibilibus et corporalibus, et non inveniens; quaerens eius substantiam in meipso, quasi sit aliquid qualis ego sum, ñeque hoc inveniens; aliquid super animam esse sentio Deum meum. Ergo, ut eum tangerem, Haec meditatus sum, et effudi super me animam meam. Quando anima mea contingeret quod super animam meam quaeritur, nisi anima mea super seipsam effunderetur? Si enim in seipsa remaneret, nihil aliud quam se videret: et cum se videret, non utique Deum suum videret. Dicant iam insultatores mei, Ubi est Deus tuus? dicant: ego quamdiu non video, quamdiu differor, manduco die ac nocte lacrymas meas. Dicant illi adhuc, Ubi est Deus tuus? quaero ego Deum meum in omni corpore, sive terrestri, sive caelesti, et non invenio: quaero substantiam eius in anima mea, et non invenio: meditatus sum tamen inquisitionem Dei mei, et per ea quae facta sunt, invisibilia Dei mei cupiens intellecta conspicere (Rom 1,20), efjudi super me animam meam; et non iam restat quem tangam, nisi Deum meum. Ibi enim domus Dei mei, super animam meam: ibi habitat, inde me prospicit, inde me creavit, inde me gubernat, inde mihi consulit, inde me excitat, inde me vocat, inde me dirigit, inde me ducit, inde me perducit. 9. Ule enim qui habet altissimam in secreto domum, habet etiam

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tiene también en la tierra el tabernáculo. Su tienda o tabernáculo en la tierra es su Iglesia, todavía peregrina. P e r o aquí ha de buscarse, p o r q u e en el tabernáculo se encuentra el camino q u e conduce a la casa. C u a n d o vaciaba sobre m í m i alma para lograr ver a mi Dios, ¿por q u é hice esto? Porque he de entrar en el lugar del tabernáculo. Pues fuera del lugar del tabernáculo erraré buscando a m i Dios. Entraré en el lugar del admirable tabernáculo hasta la casa de Dios. E n t r a r é en el lugar del tabernáculo, del admirable tabernáculo, hasta la casa de Dios. Pues ya a d m i r o muchas cosas en el tabernáculo. H e aquí cuántas cosas c o n t e m p l o en él. El tabernáculo de Dios en la tierra son los h o m bres fieles. En ellos a d m i r o la obediencia de sus m i e m b r o s , porq u e n o reina en ellos el pecado obedeciendo a sus deseos; ni prestan sus m i e m b r o s al pecado c o m o instrumentos de iniquidad, sino que se ofrecen a Dios vivo en las buenas obras; t a m b i é n observo que los m i e m b r o s están bajo el d o m i n i o del alma para servir a Dios; asimismo c o n t e m p l o al alma q u e obedece a D i o s o r d e n a n d o las obras de sus actos, refrenando la concupiscencia, d e p o n i e n d o la ignorancia y ofreciéndose a soportar todas las tribulaciones y molestias, consagrándose ante todo a la justicia y a la caridad. C o n t e m p l o estas virtudes en el alma, p e r o aún m e encuentro peregrino en el lugar del tabernáculo. D e j o a u n lado todas estas cosas, y, a u n q u e es maravilloso el tabernáculo, m e lleno d e estupor cuando llego a la casa de Dios. D e esta casa dice en otro salmo al proponerse la trabajosa y difícil cuestión de por q u é muchas veces en la tierra les va bien a los malos, y m a l a

los buenos, y r e s p o n d e : Tomé a mi cargo conocerlo, pero me es un gran trabajo hasta tanto que entre en el santuario de Dios y entienda las postrimerías. Allí, en el santuario de D i o s , en la casa de Dios, está la fuente del e n t e n d i m i e n t o . Allí e n t e n d i ó éste las postrimerías y resolvió la cuestión de la felicidad de los i m p í o s y del sufrimiento de los justos. ¿ D e q u é m o d o la resolvió? Viend o q u e , c u a n d o aquí se tolera a los malos, se les reserva p a r a las penas eternas, y, c u a n d o sufren los buenos, se les ejercita para q u e consigan la heredad en el ú l t i m o día. Esto lo conoció en el santuario de Dios, lo c o m p r e n d i ó en las postrimerías. Subiend o al tabernáculo, llegó a la casa de Dios. Sin e m b a r g o , mientras contemplaba las partes del tabernáculo fue conducido a la casa de D i o s arrastrado p o r cierta dulzura y n o se q u é oculto deleite interior, c o m o si en la casa de D i o s sonase d u l c e m e n t e algún órg a n o q u e le sedujese. C a m i n a n d o , p u e s , p o r el tabernáculo, al oír cierto sonido interior, fue arrastrado por la dulzura, y, siguiendo a lo q u e sonaba, abstraído de todo ruido de carne y de sangre, llega a la casa de Dios. Y de tal m o d o recuerda su c a m i n o y dirección, que, c o m o si le dijésemos: En esta tierra quedaste p r e n dado del tabernáculo; entonces, ¿cómo llegaste al secreto de la casa de D i o s ? , contesta: Por las voces de gozo y de alabanza de la música del que celebra fiesta. C u a n d o los h o m b r e s celebran en la tierra sus fiestas m u n d a n a s tienen la costumbre de colocar ante la casa algunos instrumentos músicos, o de ajustar a flautistas, o de proporcionar cualquier clase de música q u e halaga e incita a la sensualidad. Al oír ésta y p r e g u n t a r los q u e pasamos cerca de allí q u é sucede, se nos r e s p o n d e : Se c o n m e m o r a u n a

in térra tabernaculum. Tabernaculum eius in térra, Ecclesia eius est adhuc peregrina. Sed hic quaerendus est, quia in tabernáculo invenitur vía, per quam venitur ad domum. Etenim cum effunderem super me animam meam, ad attingendum Deum meum, quare hoc feci? Quoniam ingrediar in locum tabernaculi. Nam extra locum tabernaculi errabo quaerens Deum meum. Quoniam ingrediar in locum tabernaculi admirabilis, usque ad domum Dei. In locum tabernaculi ingrediar, admirabilis tabernaculi, usque ad domum Dei. Iam enim multa admiror in tabernáculo. Ecce quanta admiror in tabernáculo! Tabernaculum enim Dei in térra, homines sunt fideles: admiror in eis ipsorum membrorum obsequium; quia non in eis regnat peccatum ad obediendum desideriis eius, nec exhibent membra sua arma iniquitatis peccato, sed exhibent Deo vivo in bonis operibus: animae servienti Deo membra corporalia militare admiror (Ib. 6,12.13). Respicio et ipsam animam obedientem Deo, distribuentem opera actus sui, frenantem cupiditates, pellentem ignorantiam, extendentem se ad omnia áspera et dura toleranda, iustitiam et charitatem impendentem caeteris. Miror et istas virtutes in anima: sed adhuc in loco tabernaculi ambulo. Transeo et haec: et quamvis admirabile sit tabernaculum, stupeo cum pervenio usque ad domum Dei. De qua domo dicit in alio psalmo, cum proposuisset sibi quamdam duram et difficilem quaestionem, quare in hac térra plerumque bene est malis, et male est bonis, et ait: Suscepi cognoscere, hoc labor est ante me, doñee introeam. in sanctuarium Dei,

et intelligam in novissima (Ps 72,16.17). Ibi est enim fons intellectus, in sanctuario Dei, in domo Dei. Ibi ¡ntellexit iste in novissima, et solvit quaestionem de felicitate iniquorum, et labore iustorum. Quomodo solvit? Quia malí cum hic differuntur, ad poenas sine fine servantur; et boni cum hic laborant, exercentur, ut in fine haereditatem consequantur. Et hoc ille in sanctuario Dei cognovit, intellexit in novissima. Ascendens tabernaculum, petvenit ad domum Dei. Tamen dum miratur membra tabernaculi, ita perductus est ad domum Dei, quamdam dulcedinem sequendo, interiorem nescio quam et oceultam voluptatem, tanquam de domo Dei sonaret suaviter aliquod organum: et cum ille ambularet in tabernáculo, audito quodam interiore sonó, ductus dulcedine, sequens quod sonabat, abstrahens se ab omni strepitu carnis et sanguinis, pervenit usque ad domum Dei. Nam víam suam et ductum suum síc ipse commemorat, quasi diceremus ei, Miraris tabernaculum in hac térra; quomodo pervenisti ad secretum domus Dei? In voce, inquit, exsultationis et confessionis, soni jestivitatem celebrantis. Festa cum hic homines celebrant suae quoque luxuriae, consuetudinem habent constituere organa ante domos suas, aut poneré symphoniacos, vel quaeque música ad luxuriam servientia et illicientia. Et ubi audita fuerint haec, quid dicimus qui transimus? Quid hic agitur? Et respondetur nobis, aliqua esse festa. Ñatalitia, inquit, celebrant, nuptiae hic sunt; ut non videantur inepta illa

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fiesta; se celebra un natalicio; hay una boda. Y se nos dice esto' para que no nos parezcan inoportunos aquellos cánticos, sino que se excuse la magnificencia en gracia de la festividad. En la casa de Dios, la festividad es eterna, no se celebra allí algo transitorio y que pasa. El coro de los ángeles celebra fiesta eterna ante la presencia de Dios con alegría incesante. Allí no comienza ni termina el día de fiesta. Cuando no hace ruido el mundo, perciben los oídos del corazón, procedente de aquella eterna y perpetua festividad, algo cadencioso y dulce. El sonido de aquella festividad cautiva el oído del que anda en este tabernáculo y considera las maravillas de Dios en la redención de los fieles; y asimismo arrastra al ciervo a la fuente de las aguas. 10 [v.6.7]. Pero, hermanos, como, mientras vivimos en el cuerpo, peregrinamos hacia Dios, y el cuerpo corruptible agrava al alma, y la morada terrena deprime el espíritu que piensa en muchas cosas, aunque de cualquier modo, andando con el deseo, desvanecidas ya las tinieblas, nos esforcemos para conseguir algo de aquella casa de Dios, no obstante, mientras llegamos a este sonido (de las dulzuras de la casa), debido a cierto gravamen de nuestra flaqueza, tornamos a caer en lo acostumbrado y nos deslizamos a lo ordinario y como allí encontramos el motivo del gozo, así no falta aquí la causa del gemido. En efecto, este ciervo, alimentándose día y noche con sus lágrimas, al ser arrastrado por el deseo al manantial de las aguas, es decir, a la interna dulzura de Dios, derrama sobre sí su alma para llegar a conseguir lo que está sobre ella, y, caminando en el lugar del admirable tabernáculo hasta llegar a la morada de Dios, es atraído por el cántica, sed excusetur festivitate luxuria. In domo Dei festivitas sempiterna est. Non enim aliquid ibi celebratur et transit. Festum sempiternum, chorus Angelorum: vultus praesens Dei, laetitia sine defectu. Dies hic festus ita est, ut nec aperiatur initio, nec fine claudatur. De illa aeterna et perpetua festivitate sonat nescio quid canorum et dulce auribus cordis: sed si non perstrepat mundus. Ambulanti in hoc tabernáculo et miracula Dei in redemptionem fidelium consideranti, mulcet aurem sonus festivitatis illius, et rapit cervum ad fontes aquarum. 10 [v.6.7]. Sed quia, fratres, quamdiu sumus in corpore hoc, peregrinamur a Domino (2 Cor 5,6), et corpus quod corrumpitur aggravat animam, et deprimit terrena inhabitatio sensum multa cogitantem (Sap 9,15): etsi utcumque nebulis diffugatis ambulando per desiderium, ad hunc sonum pervenerimus interdum, ut aliquid de illa domo Dei nitendo capiamus; onere tamen quodam infirmitatis nostrae ad consueta recidimus, et ad sólita ista dilabimur. Et quomodo ibi inveneramus unde gauderemus, sic hic non deerit quod gemamus. Etenim cervus iste manducans die ac nocte lacrymas suas, raptus desiderio ad fontes aquarum, intetiorem scilicet dulcedinem Dei, effundens super se animam suam, ut tangeret quod est super animam suam, ambulans in locum tabernaculi admirabilis, usque ad domum Dei, et ductus interioris et intelligibilis soni iucunditate, ut omnia exteriora contemneret, et in interiora raperetur; adhuc

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placer del sonido interior e inteligible, de suerte que desprecia todas las cosas externas y es arrebatado a las internas. Con todo, aún es hombre, aún gime en este mundo, aún lleva la frágil carne, aún peligra entre los tropiezos de este siglo. Ahora mira hacia sí, y, dándose cuenta que viene de allí (de ver las dulzuras inefables), se dice a sí mismo estando colocado entre las amarguras, que compara con aquellas cosas que entró a ver y que después de vistas se salió: ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? He aquí que estamos alegres debido a cierta dulzura interior; ve que ya pudimos contemplar con la mirada de la mente algo inmutable, aunque fue rozando y apresuradamente. ¿Por qué todavía me conturbas? ¿Por qué aún estás triste? Ya no dudas de tu Dios, ya tienes algo que decir a aquellos que gritan: ¿Dónde está tu Dios? Ya que llegaste a conocer algo inmutable, ¿por qué me turbas todavía? Es-pera en Dios. Y como si le respondiese su alma en el silencio (le dice): ¿Por qué te turbo si no es porque aún no estoy allí en donde se halla la dulzura de donde fui arrebatada momentáneamente y como de paso? ¿Por ventura bebo ya de aquella fuente sin temor alguno? ¿Ya no debo temer ningún tropiezo? ¿Ya estoy segura de todas las concupiscencias, como si estuviesen domadas y vencidas? ¿Acaso el diablo, mi enemigo, no acecha contra mí? ¿No me tiende cotidianamente lazos insidiosos? ¿No quieres que me turbe hallándome en el mundo y alejada todavía de la casa de mi Dios? Espera en Dios, responde a su alma, que a sí misma se conturba y que parece rendir cuentas de su perturbación debido a los males de los que este mundo abunda. Entre tanto vive en esperanza. Pues "la esperanza de lo que se ve no es esperanza; si lo que no vemos esperamos, con paciencia aguardamos". tamen homo est, adhuc hic gemit, adhuc carnem fragilem portat, adhuc ínter scandala huius mundi periclitatur. Respexit ergo ad se, tanquam inde veniens, et ait sibi constituto Ínter has tristitias, et comparans haec illis ad quae videnda ingressus est, et post quae visa egressus est: Quare, inquit, tristis es, anima mea, et quare conturbas me? Ecce iam quadam interiore dulcedine laetati sumus, ecce acie mentís aliquid incommutabile, etsi perstrictim et raptim, perspicere potuimus: quare adhuc conturbas me, quare adhuc tristis es? Non enim dubitas de Deo tuo. Non enim non est quod tibí dicas, contra illos qui dicunt: Ubi est Deus tuus? Iam aliquid incommutabile persensi, quare adhuc conturbas me? Spera in Deum. Et quasi responderet illi anima eius in silentio, Quare conturbo te, nisi quia nondum sum ibi, ubi est dulce illud, quo sic rapta sum quasi per transitum? Numquid iam bibo de fonte illo, nihil metuens? iam nullum scandalum pertimesco? iam de cupiditatibus ómnibus tanquam edomitis victisque secura sum? Nonne adversus me diabolus vigilat hostis meus? nonne Iaqueos mihi quotidie deceptionis intendit? Non vis ut conturbem te posita in saeculo, et peregrina adhuc a domo Dei mei? Sed, Spera in Deum respondet conturbanti se animae suae, et quasi rationem reddenti perturbationis suae, propter mala quibus abundat hic mundus.

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11. Espera en Dios. ¿Por qué te digo espera? Porque le confesaré. ¿Qué le has de confesar? Salud de mi rostro (es) mi Dios. Mi salud no puede proceder de mí. Esto diré, esto confesaré: Salud de mi rostro (es) mi Dios. Por tanto, estando con temor sobre las cosas que de cualquier modo conoció, preocupado, volvió a examinarlas de nuevo para que no se introdujese subrepticiamente el enemigo. Por eso aún no dice: Estoy por completo a salvo. En efecto, teniendo nosotros las primicias del espíritu (sin embargo), gemimos dentro de nosotros mismos esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Tendremos la perfecta salud cuando nos encontremos viviendo sin fin en la casa de Dios y alabando eternamente a Aquel a quien se dijo: Bienaventurados los que habitan en tu casa y te alaban por los siglos de los siglos. Esto aún no ha llegado, porque todavía no nos ha sido dada la salud que se promete; por eso confieso a mi Dios en esperanza y le digo: Salud de mi rostro (es) mi Dios. Por la esperanza hemos sido salvados, y la esperanza de lo que se ve no es esperanza. Persevera, pues, en la esperanza para que llegues; persevera hasta tanto que llegue la salud. Oye a tu Dios, que te habla en tu interior: Espera en el Señor, obra con fortaleza y confórtese tu corazón, y espera en el Señor, porque quien perseverare hasta el fin, éste será salvo. Luego ¿por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? Espera en Dios, porque le confesaré. Esta es mi confesión: Salud de mi rostro (es) mi Dios. 12. Mi alma está conturbada dentro de mí. ¿Acaso se turba

en Dios? En mí está conturbada. Se repone en el inmutable, se perturba en el mudable. Conozco que permanece la justicia de Dios, ignoro que persista la mía. Pues el Apóstol me aterra al decir: El que cree estar en pie, vea no caiga. Luego, como no poseo la firmeza ni confío en mí, mi alma está conturbada dentro de mí. ¿No quieres ser conturbado? N o descanse tu alma en ti mismo y di: A ti, Señor, elevé mi alma. Oye esto mismo más claramente. No confíes en ti, sino en Dios. Porque, si confías en ti, tu alma se conturba dentro de ti, porque aún no halló cómo ha de estar segura de ti. Luego como mi alma está conturbada dentro de mí, ¿qué falta si no es la humildad para que no presuma el alma de sí misma? N o le queda más que hacerse por completo pequeña, no le resta más que humillarse para que merezca ser exaltada. N o se atribuya nada a sí misma a fin de que se le confiera por Dios lo que le es útil. Luego como mi alma está conturbada dentro de mí y la soberbia es la causa de esta perturbación, por eso me acordé de ti, ¡oh Señor!, desde la tierra del Jordán y desde el pequeño monte de Hermán. ¿Desde dónde me acordé de ti? Desde el pequeño monte y desde la tierra del Jordán. Quizá desde el bautismo, donde se da la remisión de los pecados. En efecto, solamente corre a la remisión de los pecados el que se confiesa pecador, y nadie se confiesa pecador si no es humillándose delante de Dios. Luego desde la tierra del Jordán me acordé de ti y desde el pequeño monte. N o desde el gran monte, para que tú hagas de un monte pequeño un monte grande, porque el que se ensalza será humillado y el que se

Interim habita in spe. Spes enim quae videtur, non est spes: si autem quod non videmus speramus, per patientiam exspectamus (Rom 8,24.25). 11. Spera in Deum. Quare Spera? Quoniam confitebor illi. Quid ei confiteberis? Salutare vultus mei, Deus meus. A me mihi salus esse non potest; hoc dicam, hoc confitebor: Salutare vultus mei, Deus meus. Etenim ut metuat in his, quae utcumque intellecta cognoscit, respexit iterum sollicitus ne obrepat inimicus: nondum dicit, Salvus sum ex omni parte. Etenim primitias habentes Spiritus, in nobismetipsis ingemiscimus, adoptionem exspectantes redemptionem corporis nostri (Ib. 23). lila perfecta in nobis salute, erimus in domo Dei viventes sine fine, et sine fine laudantes eum cui dictum est: Beati qui habitant in domo tua, in saecula saeculorum laudabunt te (Ps 83,5). Hoc nondum est, quia nondum est salus quae promittitur: sed confíteor Deo meo in spe, et dico illi, Salus vultus mei, Deus meus. Spe enim salvi facti sumus: spes autem quae videtur, non est spes (Rom 8,24). Persevera ergo ut pervenias; persevera doñee veniat salus. Audi ipsum Deum tuum de interiore tibi loquentem: Sustine Dominum, viriliter age, et confortetur cor tuum, et sustine Dominum (Ps 26,14); quoniam qui perseveraverit usque in jinem, hic salvus erit (Mt 10,22, et 24,13). Quare ergo tristis es, anima mea, et quare conturbas me? Spera in Deum, quoniam confitebor illi. Haec est confessio mea, Salutare vultus mei, Deus meus. 12. Ad meipsum anima mea turbata est. Numquid ad Deum turba-

tur? Ad me turbata est. Ad incommutabile reficiebatur, ad mutabile petturbatur. Novi quia iustitia Dei mei manet: utrum mea maneat, nescio. Terret enim me Apostolus dicens: Qui se putat stare, videat ne cadat (1 Cor 10,12). Ergo quia non est in me fitmitas mihi, nec est mihi spes de me, Ad meipsum turbata est anima mea. Vis non conturbetur? Non remaneat in teipso, et dic: Ad te, Domine, levavi animam meam (Ps 24,1). Hoc planius audi. Noli sperare de te, sed de Deo tuo. Nam si speras de te, anima tua conturbatur ad te; quia nondum invenit unde sit secura de te. Ergo quoniam ad me conturbata est anima mea, quid restat nisi humilitas, ut de seipsa anima non praesumat? Quid testat, nisi ut omnino minimam se faciat, nisi ut se humiliet, ut exaltan mereatur? Nihil sibi tribuat ut ei ab illo quod utile est tribuatur. Ergo quia ad me turbata est anima mea, et hanc perturbationem facit superbia: Propterea memoratus sum tui, Domine, de térra lordanis et Hermoniim a monte parvo. Unde memoratus sum tui? A monte parvo, et de térra lordanis. Forte de Baptismo, ubi est remissio peccatorum. Etenim nemo currit ad remissionem peccatorum, nisi qui displicet sibi; nemo currit ad remissionem peccatorum, nisi qui se confitetur peccatorem; nemo se confitetur peccatorem, nisi humillando seipsum Deo. Ergo de térra lordanis memoratus sum tui, et de monte parvo: non de monte magno; ut de monte parvo tu facías magnum: quoniam qui se exaltat, humiliabitur; et qui se humiliat, exaltabitur (Le 14,11, et 18,14). Si autem et interpretationes

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humilla será ensalzado. Si indagas el significado de los nombres, Jordán significa bajada de ellos. Baja tú para que seas ensalzado; no te ensalces, no sea que seas quebrantado. Y desde el pequeño monte de Hermán. ¿Qué significa Hermón? Detestación. Detéstate, desagrádate. Si te agradas a ti, desagradas a Dios. Luego como Dios nos da todos los bienes por ser bueno, no porque nosotros seamos dignos; como El es misericordioso, no porque nosotros lo merezcamos, desde la tierra del Jordán y desde el Hermán me acordé de Dios. Merecerá gozar exaltado el que se humilla; el que se gloría en el Señor no se exalta en sí mismo. 13 [v.8]. Un abismo llama a otro abismo con el sonido de tus cataratas. Quizá podré terminar el salmo ayudado por vuestro deseo, pues advierto vuestro interés. N o me preocupo gran cosa de la fatiga que sintáis al oír, puesto que a mí que os hablo me veis también esforzarme en este trabajo. Viéndome cómo trabajo, sin duda colaboráis, pues no trabajo para mí, sino para vosotros. Luego oíd, pues veo que lo deseáis. El abismo llama al abismo con el sonido de tus cataratas. Aquel que dijo a Dios que se acordó de él desde la tierra del Jordán y del Hermón, dijo también admirándose: Un abismo llama a otro abismo con el sonido de tus cataratas. ¿Qué abismo llama? ¿A qué abismo invoca? Ciertamente que este conocimiento es un abismo. Pues abismo es cierta profundidad impenetrable e incomprensible. De modo particular suele llamarse abismo a la inmensidad de las aguas. En ellas hay hondura y profundidad, de tal suerte que no puede llegarse hasta el fondo. En efecto, en un salmo se dijo: nominum quaeras, Iordanis est Descensio eorum. Descende ergo, ut leveris; noli extolli, ne elidaris, Et de Hermoniim monte parvo. Hermonüm Anathematio interpretatur. Anathema teipsum, displicendo tibi: displicebis enim Deo, si placueris tibi. Ergo quia nobis Deus omnia bona praestat, quia ipse bonus est, non quia nos digni sumus; quia ille misericors est, non quia in aliquo promeruimus; de térra Iordanis et Hermoniim commemoratus sum Dei. Et quia humiliter commemoratur, exaltatus perfrui merebitur: quia non in se exaltatur qui in Domino gloriatur. 13 [v.8]. Abyssus abyssum invocat, in voce cataractarum tuarum. Petagere Psalmus possum fortasse, adiutus studio vestro, cuius fervorem video. De labore autem vestro non satis curo, ut audiatis; quando et me qui Ioquor, ita in his labotibus sudare cernatis. Aspicientes me laborantem, profecto collaboratis: non enim mihi laboro, sed vobis. Ergo audite; quia velle vos video. Abyssus abyssum invocat, in voce cataractarum tuarum: Deo dixit ille qui eius commemoratus est de térra Iordanis et Hermoniim: hoc admirando dixit, Abyssus abyssum invocat, in voce cataractarum tuarum. Quae abyssus, quam abyssum invocat? Veré quia iste intellectus abyssus est. Abyssus enim est profunditas quaedam impenetrabilis, incomprehensibilis: et máxime solet dici in aquarum multitudine. Ibi enim altitudo, ibi profunditas: quae penetran usque ad fundum non potest. Denique quodam loco dictum est, ludida tua abyssus multa (Ps 35,7): hoc volente Scriptura commendare, quia iudicia Dei non

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Tus juicios son como profundo abismo. La Escritura quiere recordar por esto que los juicios de Dios son incomprensibles. ¿Cuál es el abismo que llama a otro abismo? Si la profundidad es un abismo, ¿juzgaremos que el corazón del hombre no es un abismo? ¿Qué cosa hay más profunda que este abismo? Podemos hablar a los hombres, podemos verlos en el ejercicio de sus miembros y oírles en la conversación; pero ¿quién penetra en su pensamiento, quién ve su corazón? ¿Quién conoce lo que lleva dentro, lo que puede, lo que hace en su interior, lo que ordena, lo que quiere y no quiere en su corazón? Creo entender, no sin razón, que el hombre es el abismo del que se dijo en otro lugar: Se aproxima el hombre al corazón profundo y Dios es exaltado. Si el hombre es un abismo, ¿cómo un abismo llama a otro abismo? ¿El hombre invoca a otro hombre? ¿Pero le invoca al estilo como Dios es invocado? No. Invoca significa llamar hacia sí. Se dice de un hombre que invoca a la muerte; es decir, que vive de tal manera, que llama hacia sí a la muerte. Nadie hay que orando pida la muerte; pero, viviendo mal, los hombres llaman a la muerte. Un abismo llama a otro abismo, un hombre a otro hombre. Así se aprende la sabiduría, así se comprende la fe llamando un abismo a otro abismo. Los santos predicadores de la palabra de Dios invocan a un abismo. ¿Acaso no son ellos también un abismo? Para que sepáis que también son ellos un abismo, dice el Apóstol: En nada tengo el ser juzgado por vosotros o en dia de audiencia humana. Oídle más claro cuan grande sea este abismo: Ni yo me juzgo a mi mismo. ¿Creéis que hay tanta profundidad en el hombre que se oculte al mismo hombre en el cual existe? ¡Qué inmensa profundidad de flaquecomprehenduntur. Quae ergo abyssus, quam invocat abyssum? Si profunditas est abyssus, putamus non cor hominis abyssus est? Quid enim est profundius hac abysso? Loqui homines possunt, videri possunt per operationem membrorum, audiri in sermone: sed cuius cogitado penetratur, cuius cor inspicitur? Quid íntus gerat, quid intus possit, quid intus agat, quid intus disponat, quid intus velit, quid intus nolit, quis comprehendet? Puto non absurde intelligi abyssum hominem de quo alibi dictum est: Accedet homo ad cor altum, et exaltabitur Deus (Ps 63,7.8). Si ergo homo abyssus est, quomodo abyssus invocat abyssum? Homo invocat hominem? invocat quasi quomodo Deus invocatur? Non. Sed invocat, dicitur ad se vocat. Nam dictum est de quodam, Mortem invocat1: id est, sic vivit, ut mortem ad se vocet. Nam nemo hominum est qui orationem faciat, et invocet mortem: sed male vivendo homines mortem invocant. Abyssus abyssum invocat, homo hominem. Sic discitut sapientia, sic discitur fides, cum abyssus abyssum invocat. Abyssum invocant sancti praedicatotes verbi Dei. Numquid et ipsi non abyssus? Ut novetis, quia abyssus et ipsi, Apostolus ait: Mínimum est ut a vobis diiudicer, aut ab humano die. Quanta autem abyssus sit, audite amplius: Ñeque enim ego meipsum diiudico (1 Coi 4,3). Tantamne ptofunditatem 1

AESOP., Fab.

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za se ocultaba en P e d r o cuando, i g n o r a n d o qué había en su interior, p r o m e t í a t e m e r a r i a m e n t e q u e había de m o r i r p o r el Señor o con el Señor! ¡Qué p r o f u n d í s i m o abismo había en él! Sin embargo, este a b i s m o estaba p a t e n t e a los ojos de D i o s . P o r q u e Cristo le predice lo que P e d r o en sí m i s m o ignoraba. Luego todo h o m b r e , a u n q u e sea santo, a u n q u e sea justo, a u n q u e se halle adelantadísimo en la virtud, es u n abismo; y u n abismo q u e invoca a otro abismo c u a n d o anuncia al h o m b r e la fe o la verdad en torno a la vida eterna. P e r o es útil el abismo al abismo invocado c u a n d o esta invocación o l l a m a m i e n t o se ejecuta " p o r la voz de tus cataratas". Un abismo invoca a otro abismo, u n h o m b r e gana o conquista a otro h o m b r e ; mas n o con su voz, sino con la voz de tus cataratas. 14. E n t e n d e d de otro m o d o un abismo invoca a otro abismo con la voz de tus cataratas. Y o , q u e m e estremezco cuando se turba m i alma d e n t r o de m í , t e m o sobremanera p o r tus juicios, pues tus juicios son un inmenso abismo y un abismo llama a otro abismo. P o r q u e bajo esta carne mortal, desolada, pecadora, repleta de molestias y tropiezos, sometida a \a concupiscencia, existe cierta condena debida a tu juicio, p o r q u e tú dijiste: Morirás con muerte; y: Con el sudor de tu rostro comerás tu pan. Este es el p r i m e r abismo de tu juicio. Pero, si los h o m b r e s vivieren m a l en este m u n d o , un abismo invoca a otro abismo, p o r q u e de u n a pena pasan a otra; de tinieblas, a tinieblas; de u n a profundidad, a otra profundidad; de u n suplicio, a otro suplicio; del ardor de la concupiscencia, a las llamas del infierno. Luego quizá esto es lo q u e temió este h o m b r e cuando dijo: Mi alma está turbada creditis esse in homine, quae lateat ipsum hominem in quo est? Quanta profunditas infirmitatis latebat in Petro, quando quid in se ageretur intus nesciebat, et se moriturum cum Domino vel pro Domino temeré promittebat! (lo 13,37); quanta abyssus erat! Quae tamen abyssus nuda erat oculis Dei. Nam hoc illi Christus praenuntiabat, quod in se ipse ignorabat. Ergo omnis homo licet sanctus, licet iustus, licet in multis proficiens, abyssus est, et abyssum invocat, quando homini aliquid fidei, aliquid veritatis propter vitam aeternam praedicat. Sed tune est utilis abyssus abysso invocatae, quando fit in voce cataractarum tuarum. Abyssus abyssum invocat, homo hominem lucratur: non tamen in voce sua, sed in voce cataractarum tuarum. 14. Alium accipite intellectum: Abyssus abyssum invocat, in voce cataractarum tuarum. Ego qui eontremisco, cum ad me perturbata est anima mea, a iudiciis tuis timui vehementer: indicia enim tua abyssus multa (Ps 35,7), et, abyssus abyssum invocat. Nam sub hac carne mortali, laboriosa, peccatrice, molestiis et scandalis plena, concupiscentiis obnoxia, damnatio quaedam est de iudicio tuo: quia tu dixisti peccatori, Morte morieris, et, In sudare vultus tía edes panem tuum (Gen 2,17, et 3,19). Haec abyssus prima iudicii fui. Sed si male hic vixerint homines, abyssus abyssum invocat: quia de poena in poenam transeunt, et de tenebfis ad tenebras, et de profunditate ad profunditatem, et de supplicio ad

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dentro de mí; por eso me acordé de ti, ¡oh Señor!, desde la tierra del Jordán y del Hermán. D e b o ser h u m i l d e . M e horroricé e n tus juicios y temí sobremanera tus justicias; p o r eso mi alma está turbada dentro de mí. Y ¿qué juicios tuyos temí? ¿Por ventura son p e q u e ñ o s estos juicios tuyos? Son grandes, rígidos, m o lestos. ¡Ojalá fuesen los únicos!, m a s un abismo llama a otro abismo con el sonido de tus cataratas. Pero t ú amenazas, t ú dices q u e después de estos trabajos aún q u e d a otra condenación: Con el sonido de tus cataratas, un abismo llama a otro abismo. ¿ A d o n d e iré lejos de tu presencia, a d o n d e huiré de t u Espíritu, si u n abism o invoca a otro abismo, si después de estos sufrimientos se tem e n otros m á s graves? 15 [v.8}. Todas tus ondas y olas se echaron sobre mí. Las olas, en las cosas q u e e x p e r i m e n t o ; las ondas, en las cosas con q u e amenazas. T o d o m i sufrimiento son tus olas, toda amenaza tuya son tus ondas. E n las olas llama este abismo, en las ondas llama a otro abismo. Todas tus olas están reflejadas en lo q u e sufro; todas tus ondas q u e se echaron sobre m í se manifiestan en aquello con q u e m á s g r a v e m e n t e m e amenazas. El q u e amenaza n o sobrecarga, sino q u e deja en suspenso, como onda. Pero, p o r q u e libras, dije esto a m i alma: Espera en Dios, porque le confesaré; salud de mi rostro (es) mi Dios. C u a n t o más frecuentes sean los males, tanto m á s dulce será tu misericordia. 16 [ v . 9 ] . Por eso prosigue: El Señor envió su misericordia durante el día, y por la noche la declarará. A nadie deja de oír en la tribulación. A t e n d e d cuando os va bien; oíd c u a n d o lo supplicium, et de ardore cupiditatis in flammas gehennarum. Ergo hoc timuit fortassis homo iste, cum ait: Ad meipsum anima mea turbata est: propterea memoratus sum tui, Domine, de térra Iordanis et Hermoniim. Humilis esse debeo. Exhorrui enim iudicia tua, vehementer timui iudicia tua: ideo ad me anima mea turbata est. Et quae iudicia tua timui? Patvane iudicia sunt tua ista? Magna sunt, dura sunt, molesta sunt: sed utinam sola essent! Abyssus abyssum invocat, in voce cataractarum tuarum. Quia tu minaris, tu dicis et post illos labores réstate alteram damnationem: ln voce cataractarum tuarum, abyssus abyssum invocat. Quo ergo abibo a facie tua, et a spifitu tuo quo fugiam (Ps 138,7); si abyssus abyssum invocat, si post istos labores timentur graviores? 15. Omnes suspensiones tuae et fluctus tui super me ingressi sunt. Fluctus in his quae sentio, suspensurae in his quae minaris. Omnis perpessio mea, fluctus est tuus: omnis comminatio tua, suspensura tua est. In fluctibus invocat abyssus ista, in suspensuris invocat altetam abyssum. In eo quod laboro, omnes fluctus tui: in eo quod minaris gravius, omnes suspensiones tuae super me ingressae sunt. Qui enim minatur, non premit, sed suspendit. Sed quia liberas, hoc dixi animae meae: Spera in Deum, quoniam confitebor illi; salutare vultus mei, Deus meus. Quia magis crebra sunt mala, dulcior erit misericordia tua. 16 [v.9]. Ideo sequitur: ln die mandavit Dominas misericordiam suam, et nocte declarabit. Nulli vacat audite in ttibulatione. Attendite cum vobis bene est; audite cum vobis bene est: discite, cum tranquilli esris,

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pasáis bien. A p r e n d e d la enseñanza de la sabiduría y acoged la palabra de D i o s c o m o alimento cuando estáis tranquilos. C u a n d o alguien se encuentra en la tribulación, le debe aprovechar lo q u e oyó estando sosegado. D i o s te envía t a m b i é n su misericordia en los asuntos prósperos si fielmente le hubieres servido, p o r q u e te libra de la tribulación; p e r o n o te declara esta misericordia q u e te envió d u r a n t e el día, sino en la noche. C u a n d o llega la tribulación n o te falta su ayuda; en la n o c h e te declara la realidad de lo q u e te dio d u r a n t e el día. E n efecto, así se escribió en cierto lugar: Magnífica es la misericordia del Señor en el tiempo de la tribulación, como las nubes de lluvia en tiempo de sequía. El Señor envió su misericordia durante el día y por la noche la declarará. N o te manifiesta q u e te socorre sino c u a n d o te ha sobrev e n i d o la tribulación, de la q u e te librará A q u e l q u e te p r o m e t i ó d u r a n t e el día. Por eso nos aconseja imitar a la hormiga. C o m o la prosperidad del m u n d o representa el día y la adversidad del siglo simboliza la noche, así, p e r o de otra manera, la prosperidad del m u n d o representa el verano, y su adversidad, el invierno. ¿Y q u é hace la hormiga? D u r a n t e el v e r a n o recoge \o q u e le sirve de alimento d u r a n t e el invierno. L u e g o en el t i e m p o de verano, es decir, cuando vivís en prosperidad, c u a n d o estáis tranquilos, oíd la palabra de Dios. ¿Cómo p o d r á suceder q u e en m e d i o de la tempestad de este m u n d o atraveséis todo este m a r de la vida sin tribulaciones? ¿Cómo p o d r á suceder esto? ¿A q u é h o m b r e acontece esto? Si acontece a alguien, m u c h o ha de temerse la calma. El Señor envió durante el día su misericordia, y por la noche la declarará.

17 [v.10.12]. ¿Qué harás en esta peregrinación? ¿Qué harás? En mí está la oración (que dirigiré) al Dios de mi vida. C o m o ciervo sediento y. que desea la corriente de las aguas, recordando la dulzura de su voz, p o r la q u e fui conducido, a través del tabernáculo, hasta la casa de Dios, digo a q u í mientras este cuerpo que se c o r r o m p e d e p r i m e al alma: En mí está la oración (que dirigiré) al Dios de mi vida. Para rogar a D i o s n o he de comprar algo de país extraño, ni p a r a q u e m e oiga Dios navegaré a fin de traer de lejos incienso y aromas; ni tampoco presentaré u n becerro o carnero entresacado del rebaño. En mí está la oración (que dirigiré) al Dios de mi vida. D e n t r o tengo la víctima que inmolaré, d e n t r o tengo el incienso q u e ofreceré, d e n t r o tengo el sacrificio con el que aplacaré a m i Dios. Sacrificio para Dios es el espíritu afligido. ¿Qué sacrificio de espíritu atribulado tengo en mi interior? Oye: Diré a Dios; tú eres mi protector; ¿por qué te olvidaste de mí? D e tal m o d o sufro en este m u n d o , q u e parece que tú te olvidaste de m í . T ú m e ejercitas, pues conozco q u e difieres, p e r o q u e n o m e quitas lo q u e m e prometiste; sin embargo, ¿por qué te olvidaste de mí? Conforme a nuestro clamor, t a m b i é n clamó nuestra Cabeza: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me abandonaste? P o r tanto, diré a Dios: tú eres mi protector; ¿por qué te olvidaste de mí? 18. ¿Por qué me rechazaste de la sublimidad del manantial de la inteligencia i n m u t a b l e de la verdad? ¿Por qué me rechazaste? ¿Por qué, debido a la pesantez y carga de m i iniquidad, estando allí absorto, fui arrojado a estas cosas? En otro lugar dice esta voz: Yo dije en mi arrobamiento, es decir, cuando vio algo

sapientiae disciplinam, et verbum Dei ut cibum colligite. Quando enim quisque in tribulatione est, prodesse illi debet quod securus audivit. Et enim in rebus prosperis mandat tíbi Deus misericordiam suam, si ei fideliter servieris; quia liberat te de tribulatione; sed non tibi declarat ipsam misericordiam, quam tibi per diem mandavit, nisi per noctem. Cum venerit ipsa tribulatio, tune adiutorio te non desetit: ostendit tibi verum fuisse quod tibi per diem mandavit. Etenim scriptum est quodam loco: Speciosa misericordia Domini in tempore tribulationis, sicut nubes pluviae in tempore siccitatis (Eccli 35,26). In die mandavit Dominus misericordiam suam, et nocte declarabit. Non tibi ostendit quia subvenit tibi, nisi venerit tibi tribulatio, unde eruaris ab illo qui tibi per diem promisit. Ideo admonemur ímitari formicam (Prov 6,6). Sicut enim prosperitas saeculi significatur die, adversitas saeculi significatur nocte: ita alio modo prosperitas saeculi significatur aestate, adversitas saeculi significatur hieme. Et quid facit fórmica? Per aestatem colligit, quod ei per hiemem prosit. Ergo cum est aestas, cum bene est vobis, cum tranquilli estis, audite verbum Domini. Unde enim fieri potest ut in hac tempestate saeculi huius sine tribulatione totum hoc mare transeatis? unde fieri potest? cui hoc hominum contigit? Si contigit alicui, plus metuenda est ipsa tranquillitas. In die mandavit Dominas misericordiam suam, et nocte declarabit.

17 [v.10.12]. Quid ergo agas in hac peregrinatione? quid agas? Apud me oratio Deo vitae meae. Hoc hic ago cervus sitiens et desiderans ad fontes aquarum, recordans dulcedinem vocis iüius qua ductus sum per tabernaculum usque ad domum Dei: quamdiu hoc Corpus quod corrumpitur aggravat animam (Sap 9,15), Apud me oratio Deo vitae meae. Non enim ut supplicem Deo, emptutus sum de transmarinis locis; aut ut exaudiat me Deus meus navigabo, ut de longinquo afferam thura et aromata, aut de grege adducam vitulum vel arietem: Apud me oratio Deo vitae meae. Intus habeo victimam quam immolem, intus habeo thus quod ímponam, intus habeo sacrificium quo flectam Deum meum: Sacrificium Deo spiritus contribulatus (Ps 50,19). Quod sacrificium contribuían spiritus intus habeam, audi: Dicam Deo, Susceptor meus es, quare mei oblitus es? Sic enim hic laboro, quasi tu oblitus sis mei. Tu autem exerces me: et novi quia differs mihi, non mihi aufers, quod promisisti: sed tamen, quare mei oblitus es? Tanquam de voce nostra clamavit et caput nostrum, Deus, Deus meus, quare me dereliquisti! (Ps 21,2, et Mt 27,46). Dicam Deo, Susceptor meus es, quare mei oblitus es? 18. Utquid me repulisti? ex illa altitudine fontis intelligentiae incommutabilis veritatis, Utquid me repulisti? Quare gravedine et pondere iniquitatis meae, iam illuc inhians, ad ista deiectus sum? Dicit alio loco ista vox: Ego dixi in ecstasi mea, ubi vidit nescio quid magnum, exces-

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extraordinario en el enajenamiento de la mente, yo dije en mi arrobamiento: Fui arrojado de la presencia de tu vista. Comparó estas cosas en las que vivía con aquellas a las que había sido arrebatado, y se vio arrojado lejos de la presencia de Dios, como también (éste) aquí, y por eso dice: ¿Por qué me rechazaste y •por qué ando afligido al oprimirme el enemigo y quebrantar mis huesos? Es decir, al oprimirme el diablo tentador, el cual con reiterados tropiezos aflige y oprime por doquier, llevando por la abundancia de ellos al enfriamiento la caridad de muchos. Cuando vemos muchas veces caer por los tropiezos a los fuertes de la Iglesia, ¿no dirá el cuerpo de Cristo: El enemigo quebrantó mis huesos? Los huesos son los fuertes, y de cuando en cuando caen los mismos fuertes por las tentaciones. Cuando alguno del cuerpo de Cristo considera estas cosas, ¿acaso no ha de clamar por la voz del cuerpo de Cristo: ¿Por qué wie rechazaste y por qué ando atribulado al afligirme el enemigo y al quebrantar mis huesos? N o solamente desgarra mis carnes, sino que también quebranta mis huesos, a fin de que veas que quienes se creían fuertes caen en las tentaciones, para que desconfíen los débiles viendo sucumbir a los fuertes. ¡Qué infinidad de peligros existe, hermanos míos! 19. Me insultaron los que me atribulan. De nuevo repite lo anterior al exclamar ahora: Cuando me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? De modo especial profieren estas palabras en las tribulaciones de la Iglesia: ¿Dónde está tu Dios? ¿Cuántas veces no oyeron estas voces los mártires que sufrían con valentía por el nombre de Cristo? ¿Cuántas veces no se les dijo: ¿Dónde está tu Dios? Os libre si puede. Los hombres veían exsu mentís, Ego dixi in ecstasi mea, Proiectus sum a facie oculorum tuorum (Ps 30,23). Comparavit enim haec in quibus esset, illis in quae erectus erat, et vidit se longe proiectum a facie oculorum Dei, sicut et hic: Utquid me repulisti, et utquid contristatus incedo, dum affligit me inimicus, dum confringit ossa mea, tentator ille diabolus, scandalis ubique crebrescentibus, quorum abundantia refrigescit charitas multorum? (Mt 24,12). Cum videamus fortes Ecclesiae plerumque scandalis cederé nonne dicit corpus Christi: Confringit inimicus ossa mea? Ossa enim fortes sunt, et aliquando ipsi fortes tentationibus cedunt. Haec cum quisque considerat ex corpore Christi, ex voce corporis Christi, nonne clamat: Utquid me repulisti, et utquid tristis incedo, dum affligit me inimicus, dum confringit ossa mea? Non carnes meas tantum, sed etiam ossa mea: ut in quibus putabatur esse aliqua fortitudo, videas cederé in tentationibus, ut caeteri infirmi desperent, quando fortes vident succumbere. Quanta ista pericula, fratres mei! 19. Exprobraverunt mibi qui tribulant me. Iterum illa vox: Dum dicunt mihi per singulos dies, Ubi est Deus tuus? Et máxime ista dicunt in tentationibus Ecclesiae, Ubi est Deus tuus? Quantum haec martyres audierunt, pro nomine Christi fortes et patientes, quantum illis dictum est, Ubi est Deus vester? Liberet vos, si potest. Tormenta enim ipsorum

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teriormente sus torturas, pero no veían interiormente las coronas. Me insultaron los que me atribulan cuando me dicen diariamente: ¿Dónde está tu Dios? Y yo, debido a esto, puesto que mi alma está turbada dentro de mí, ¿qué le diré si no es aquello: ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? Y, como si le respondiese, dice ella: ¿No quieres que te turbe, colocada aquí en tantos peligros? Suspirando por los bienes eternos, sintiendo sed y trabajo, ¿no quieres que te atribule? Confía en Dios, porque todavía le confesaré. Vuelve a manifestar la confesión y a repetir el apoyo o seguridad de la esperanza: ha salud de mi rostro es mi Dios. SALMO

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[CONTINUACIÓN DEL ANTERIOR]

SERMÓN AL PUEBLO Sobre el día del juicio. Predicado en la tarde 1. Este salmo es corto; con todo, llenará las mentes de los oyentes sin molestar el estómago o causar fatiga en los cuerpos de los que ayunan. Se alimente de él vuestra alma, de la cual dice el que canta en este salmo que está triste. Creo que el alma está triste por cierto ayuno, o más bien por cierta hambre particular, puesto que el hambre se debe a la necesidad, y el ayuno a la voluntad. Tiene hambre la Iglesia, tiene hambre el cuerpo de Cristo, y también aquel hombre extendido por el mundo cuya extrinsecus homines videbant, coronas intrinsecus non videbant. Exprobraverunt mihi qui tribulant me, dum dicunt mihi per singulos dies, Ubi est Deus tuus? Et ego propter haec, quoniam ad me turbata est anima mea, quid ei aliud quam illud dicam, Quare tristis es, anima mea, et quare conturbas me? Et quasi respondenti, Non vis ut conturbem te, hic posita in tantis malis? suspirans ad bona, sitiens et laborans, non vis ut conturbem te? Spera in Deum, quoniam adhuc confitebor Mi. Dicit ipsam confessionem, repetit spei confirmationem: Salus vultus mei et Deus meus. PSALMUS

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SERMO AD POPULUM

In die ieiunii, post meridiem habitus. 1. Psalmus iste brevis est: sic satisfacit mentibus auditorum, ut molestus non sit ventribus ieiunotum. Pascatur ex hoc anima nostra, quam tristem esse dicit, qui cantat in hoc psalmo: tristem, credo, ex aliquo ieiunio suo, vel potius ex aliqua fame sua. Nam ieiunium voluntatis est, fames necessitatis. Esurit Ecclesia, esurit Corpus Christi, et homo ille ubique diffusus, cuius caput sursum est, membra deorsum: eius vo-

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cabeza está arriba y los m i e m b r o s abajo. D e b e m o s tener por cosa conocidísima y familiarísima q u e su voz es como si fuese la nuestra en todos los salmos, ya cante, ya gima, ya manifieste alegría en la esperanza, ya suspire p o r alguna realidad. Luego n o hay por q u é demorarse demasiado insinuándoos q u i é n es el q u e habla. Esté cada u n o en el cuerpo de Cristo y hablará aquí. 2 [ v . l ] . T a m b i é n sabéis todos quiénes adelantan, quiénes suspiran por la ciudad celeste, quiénes conocen su peregrinación, quiénes están en el camino, quiénes clavaron c o m o áncora la esperanza en el deseo de aquella firmísima tierra. Sabéis asimismo q u e esta clase de h o m b r e s , esta b u e n a semilla, este trigo de Cristo, g i m e entre la cizaña; y esto hasta tanto q u e llegue el t i e m p o de la siega, es decir, hasta el fin del m u n d o , conforme lo atestigua la Verdad, q u e n o se equivoca. G i m i e n d o , pues, entre la cizaña, es decir, entre los h o m b r e s malos, entre los falaces y seductores, ya agitados p o r la ira o envenenados p o r las asechanzas; viendo que se halla mezclado con ellos en t o d o el m u n d o c o m o en el m i s m o campo, recibiendo una m i s m a lluvia, azotado i g u a l m e n t e por el viento, alimentado c o n j u n t a m e n t e con ellos en las adversidades y teniendo a una con ellos estos dones c o m u n e s de D i o s concedidos p o r igual a los buenos y a los malos p o r A q u e l que hace nacer el sol sobre buenos y malos y q u e llueve sobre justos e injustos; viendo el linaje de A b r a h á n , la estirpe santa, cuántas cosas comunes tenga ahora con los malos, de quienes en algún t i e m p o ha de ser separado, p u e s t o q u e nacen lo m i s m o , les cabe en suerte la m i s m a condición del g é n e r o h u m a n o , pues llevan del m i s m o m o d o cuerpos mortales, a u n a gozan de la luz, de las fuentes, de los frutos, de las prosperidades y adversidades del cem in ómnibus Psalmis vel psallentem vel gementem, vel laetantem in spe, vel suspirantem in re, notissimam iam et familiarissimam habere debemus, tanquam nostram. Non ergo diu est immorandum, ut insinuemus vobis quis loquatur: sit unusquisque in Christi corpore, et loquetur hic. 2 [ v . l ] . Nostis autem omnes qui proficiunt, et qui caelesti illi civitati ingemiscunt, qui peregrinationem suam norunt, qui viam tenent, qui in desiderio terrae illius stabilissimae spem tanquam ancoram praefixerunt: nostis ergo quia hoc genus hominum, hoc semen bonum, hoc frumentum Christi inter zizania gemit; et hoc doñee veniat tempus messis, id est usque in finem saeculi, sicut exponit quae non fallitur veritas (Mt 13,18). Gemens ergo inter zizania, id est inter malos homines, inter dolosos et seductores, aut ira turbulentos, aut insidiis venenatos; circumspiciens simul cum illis esse se tanquam in uno agro per totum mundum, unam pluviam excipete, pariter perflari, pariterque secum inter adversa nutriri, habere simul ista communia dona Dei, malis bonisque concessa communiter ab illo qui facit solem suum oriri super bonos et malos, et pluit super iustos et iniustos (Ib. 5,45): videns ergo semen Abrahae, semen sanctum, quanta cum malis a quibus quandoque separandum est nunc habeat communia, aequaliter nasci, eamdem conditionem

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siglo; ya de h a m b r e o de abundancia, de p a z o de guerra, de salud o de peste; viendo, en fin, cuántas cosas c o m u n e s tiene con los malos, con quienes, sin e m b a r g o , p o r otra parte, n o tiene nada q u e ver, p r o r r u m p e con estas palabras: Júzgame, ¡oh Dios!, y separa mi causa de la gente no santa. Júzgame—dice—, ¡oh Dios!; n o temo tu juicio, p o r q u e conozco tu misericordia. Júzgame, ¡oh Dios!, y separa mi causa de la gente no santa. Ahora, mientras estoy en esta peregrinación, a ú n n o has establecido m i p r o p i o lugar, p o r q u e vivo j u n t o con la cizaña hasta el t i e m p o de la siega. Todavía n o has separado m i lluvia, todavía n o has separado m i luz; separa a lo m e n o s m i causa. Se diferencia entre la de aquel q u e cree en ti y entre la de aquel q u e n o cree. La flaqueza es igual, p e r o desigual la conciencia; el sufrimiento es el m i s m o , p e r o el deseo distinto. El deseo de los impíos perecerá. D e l deseo de los justos deberíamos dudar si n o procediese de u n p r o m e t e dor incontrovertible. El t é r m i n o de nuestro deseo es el m i s m o Prometedor. Se dará a sí m i s m o q u i e n se dio a sí m i s m o . Se dará a sí m i s m o , inmortal, a los inmortales, p o r q u e se dio m o r t a l a los mortales. Júzgame, ¡oh Dios!, y separa mi causa de la gente no santa. Líbrame del hombre perverso y falaz. Esto es lo m i s m o q u e de la gente no santa. Del hombre, d e cierta clase de h o m bres, p o r q u e habrá dos clases de h o m b r e s , y de entre éstos, " u n o será t o m a d o y el otro dejado". 3 [ v . 2 ] . Y, como hay necesidad de soportar con paciencia hasta el t i e m p o de la siega, a cierta si p u e d e denominarse indivisa división, pues está mezclada, y, p o r tanto, a ú n n o se halla sepageneris humani sortiri, pariter mortalia ferré corpora, simul uti luce, fontibus, fructibus, prosperitatibus atque adversitatibus saeculi, sive fame, sive abundantia, sive pace, sive bello, sive salute, sive peste; videns quanta habeat communia cum malis, cum quibus tamen non habet causam communem, erumpit in hanc vocem: ludica me, Deus, et disceme causam meam de gente non sancta. ludica, inquit, me, Deus: non timeo iudicium tuum, quia novi misericordiam tuam. ludica me, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta. Nunc interim in hac peregrinatione nondum discernís locum meum, quia simul cum zizaniis vivo usque ad tempus messis; nondum discernís pluviam meam, nondum discernís lucem meam: discerne causam meam. Distet inter eum qui in te credit, et eum qui in te non credit. Par infirmitas est, sed dispar conscientia: par labor, sed dispar desiderium. Desiderium impiorum peribit: de desiderio autem iustorum, nisi certus esset pollicitator, dubitare deberemus. Finís desiderii nostri, ipse promissor. Seipsum dabit, quia seipsum dedit: seipsum dabit immortalibus immortalem, quia seipsum dedit mortalibus mortalem. ludica me, Deus, et disceme causam meam de gente non sancta. Ab homine iniquo et doloso erue me: hoc est, de gente non sancta. Ab homine, a quodam genere hominum, quia quídam homo et quidam homo, et in his duobus unus assumetur, et unus relinquetur (Ib. 24,40). 3 [v.2]. Et quoniam patientia opus est ferendi usque ad messem, quamdam, si dici potest, indiscretam discretionem; simul enim sunt, et ideo discreta nondum sunt; zizania autem zizania sunt, et frumenta fru-

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rada, a u n q u e la cizaña ya es cizaña y el trigo ya es trigo, y, en c u a n t o a esto, ya están separados; y c o m o para esto es necesaria la fortaleza, la debemos recabar de A q u e l q u e m a n d a q u e seam o s fuertes, p o r q u e , si n o nos hace fuertes A q u e l q u e dijo: Quien perseverare hasta el fin se salvará, n o seremos lo q u e m a n d a . Para q u e el alma n o se debilite arrogándose la fortaleza como cosa propia, añade a continuación: Pues tú, Dios mío, eres mi fortaleza, ¿por qué me rechazaste y por qué ando triste cuando me oprime el enemigo? A h o r a investiga la causa de su tristeza, diciendo: ¿Por qué ando triste cuando me aflige el enemigo? Ando triste, pues m e aflige el e n e m i g o con tentaciones cotidianas, insp i r á n d o m e la idea de q u e a m e m a l o q u e tema sin m o t i v o ; y al luchar el alma contra ambas cosas, si n o cae, a lo m e n o s tambalea, y se apodera de ella la tristeza y dice a D i o s : ¿Por qué? Lo p r e g u n t e a D i o s , y oirá por qué. En el salmo investiga el m o t i v o de su tristeza, diciendo: ¿Por qué me rechazaste y por qué ando triste? Lo oiga de boca de Isaías: El espíritu procede de mí y yo hice todo soplo; por el pecado le contristé un poquito y aparté mi rostro de él; y se entristeció, y así va triste en su camino. Lo que pretendías conocer: ¿Por qué me rechazaste? ¿Por qué ando triste?, lo oíste: Por causa del pecado. El m o t i v o de tu tristeza es el pecado, sea el m o t i v o d e tu alegría la justicia. Quieres pecar y n o quieres sufrir. Poco te sería ser injusto si n o hubieras q u e r i d o que lo fuese A q u e l p o r q u i e n n o quieres ser vengado. Escucha otra palabra m á s excelsa en otro salmo: Me es un bien el haberme humillado tú para que aprenda tus ''justicias. A p r e n d í , soberbio, mis iniquidades; aprenderé, humillado, menta sunt, et ideo discreta iam sunt; quia ergo fortitudine opus est, implorando ab illo qui iussit ut fortes simus, et nisi fortes ipse fecerit, non erimus quod iussit, ab illo qui dixit, Qui perseveraverit usque in finem, bic salvus erit (Ib. 10,22, et 24,13); ne sibi ipsa anima arrogando fortitudinem debilitetur, continuo adiungit: Quia tu es, Deus meus, fortitudo mea; utquid me repulisti, et utquid tristis incedo, dum affligit me inimicus? Causam quaerit tristitiae suae. Quare, inquit, tristis incedo, dum affligit me inimicus? Tristis ambulo, inimicus affligit me quotidianis tentationibus, immittens vel quod male amemus, vel quod male timeamus: et contra utrumque pugnans anima, etsi non capta, tamen periclitans, contrahitur tristitia, et dicit Deo, Utquid? Quaerat ergo ab ipso, et audiat utquid. Quaerit enim in Psalmo causam tristitiae suae, dicens: Utquid me repulisti, et utquid tristis incedo? Audiat ex Isaia, succurrat illí lectio, quae modo recitata est: Spiritus, inquit, a me prodiet, et omnem flatum ego feci: propter peccatum modicum quid contristavi illum, et averti faciem meam ab illo; et contristcttus est, et abiit tristis in viis suis (Is 57,16.17). Quid ergo quaerebas, Utquid me repulisti, et utquid tristis incedo? Audisti: propter peccatum. Causa tristitiae tuae peccatum est, causa laetitiae tuae iustitia sit. Peccare volebas, et laborare nolebas; ut parum tibi esset quod esses iniustus, nisi et eum iniustum voluisses, a quo in te vindican noluisses. Réspice vocem meliorem in alio psalmo:

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tus justicias. ¿Por qué camino triste cuando me aflige el enemigo? T e quejas del enemigo; sin duda que te aflige, p e r o tú tienes la culpa, puesto que le aposentaste en tu casa. A h o r a está en tu m a n o el obrar. Elige este consejo: admite en tu casa al Rey y arroja de ella al tirano. 4 [ v . 3 ] . Para hacer esto, ¿qué dice, q u é ruega, q u é pide? Atiende. Pide lo que oyes, p i d e cuando oyes, pues de todos nosotros es esta voz: Envía tu luz y tu verdad; ellas me condujeron y llevaron a tu santo monte y a tus moradas. T u luz y tu verdad son dos nombres, p e r o u n a misma cosa. Pues ¿qué es la luz de D i o s sino la verdad de Dios? ¿O qué es la verdad de D i o s sino su luz? Y ambas cosas son u n solo Cristo. Yo soy la luz del mundo; quien cree en mí no anda en tinieblas. Yo soy el camino, la verdad y la vida. El es la luz, El es la verdad. Luego venga y nos libre a p a r t a n d o ahora nuestra causa de la gente n o santa. N o s arranque de las m a n o s "del h o m b r e " inicuo y mentiroso; separe ya el trigo de la cizaña. Porque El enviará sus ángeles al t i e m p o de la siega p a r a recoger de su reino todos los escándalos y enviarlos al fuego inextinguible y congregar en el granero su trigo. Envíe su luz y su verdad, porque ellas nos condujeron y llevaron a su santo monte y a sus moradas. T e n e m o s las arras; esperemos el p r e m i o . Su santo monte es su santa Iglesia. Es aquel m o n t e q u e , según la visión de Daniel, creció de la piedrecita y aniquiló todos los reinos terrenos, y tan inmenso se hizo, q u e ocupó toda la faz de la tierra. Desde este m o n t e afirma q u e Bonum est mihi quod humiliasti me, ut discam iustificationes tuas (Ps 118,71). Didiceram elatus iniquitates meas, discam humiliatus iustificationes tuas. Utquid tristis incedo, dum affligit me inimicus? De inimico quereris; revera affligit, sed tu ei locum dedisti. Et nunc habes quod agas: elige consilium, regem admitte, tyrannum exelude. 4 [v.3]. Sed ut hoc faciat, quid dicit, quid supplicat, quid orat attende. Ora quod audis, ora cum audis; omnium nostrum sit ista vox: Emitte lucem tuam et veritatem tuam; ipsa me deduxerunt et perduxerunt in montem sanctum tuum, et in tabernáculo, tua. Quia ipsa lux tua et veritas tua: haec nomina dúo, res una. Quid enim aliud lux Dei, nisi veritas Dei? aut quid veritas Dei, nisi lux Dei? Et hoc utrumque unus Christus. Ego sum lux mundi: qui credit in me, non ambulabit in tenebris (lo 8,12). Ego sum via, veritas et vita (Ib. 14,6). Ipse lux, ipse veritas. Veniat ergo, et eruat nos, discernens modo causam nostram a gente non sancta; eruat ab homine iniquo et doloso: separet frumentum a zizaniis: quia ipse mittet Angelos suos messis tempore, ut colligant de regno eius omnia scandala, et mittant in ignem ardentem, frumentum autem eius congregent in horreum (Mt 13,41.43). Emittat lucem suam et veritatem suam; quia ipsa iam nos deduxerunt et perduxerunt in montem sanctum eius et in tabernacula eius. Pignus habemus, praemium speramus. Sanctus mons eius, sancta Ecclesia eius. Mons ille est, qui crevit ex mínimo lapide, secundum visionem Danielis, confringens regna terrarum; et in tantum excrescens, ut impleret universam faciem terrae

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fue oído el que dijo: Llamé al Señor con mi voz y me oyó desde su santo monte. El que pide fuera de este monte no espere ser oído en orden a la vida eterna. Muchos son oídos en otras muchas cosas. Pero no se congratulen por haber sido oídos; los demonios fueron oídos al pedir entrar en los puercos. Anhelemos ser oídos respecto a la vida eterna, atendiendo al deseo con que decimos: Envía tu luz y tu verdad. Esta luz busca el ojo del corazón: Bienaventurados—dice—los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Ahora estamos en su monte, es decir, en su Iglesia, en su tienda o tabernáculo. La tienda es propia de los que peregrinan; la casa, de los que viven de asiento. El tabernáculo o tienda de campaña es propia de peregrinos y militares. Cuando oyes la palabra tabernáculo o tienda, acuérdate de la guerra, ponte en guardia contra el enemigo. ¿Cuál será la casa? Bienaventurados los que moran en tu casa; por los siglos de los siglos te alabarán. 5 [v.4]. Luego conducidos ya a la tienda o tabernáculo y establecidos en su santo monte, ¿qué esperanza poseemos? Entraré al altar de Dios. Hay un altar sublime e invisible al cual no se acerca el injusto. A este altar sublime sólo se acerca el que se acerca seguro a su santo monte. En este altar sublime encuentra su vida aquel que distingue su causa en el santo monte. Entraré al altar de Dios: desde (el otro altar), es decir, desde su santo monte, desde su tienda, desde su Iglesia, entraré al altar sublime de Dios. ¿Qué sacrificio existe allí? El mismo que entra es tomado en holocausto. Entraré al altar de Dios. ¿Qué significa al altar de Dios? A Dios que alegra mi juventud. Juventud signifi(Dan 2,35). In hoc monte se exauditum dicit, qui dicit: Voce mea ad Dominum clamavi, et exaudivit me de monte sancto suo (Ps 3,5). Quisquís praeter istum montem orat, non sese speret exaudiri ad vitam aeternam. Exaudiuntur enim multi ad multa. Nec sibi plaudant quod exaudiuntur: exauditi sunt daemones, ut in porcos mitterentur (Mt 8,32). Exaudiri ad vitam aeternam concupiscamus, propter desiderium quo dicimus: Emitte lucem tuam et veritatem tuam. Illa lux oculum cordis inquirit: Beati enim, inquit, mundi corde, quoniam ipsi Deum videbunt (Mt 5,8). Modo in monte eius sumus, id est in Ecclesia eius, et in tabernáculo eius. Tabernaculum peregrinantium est, domus cohabitantium: est et tabernaculum peregrinantium et militantium. Cum audis tabernaculum, bellum intellige, hostem cave. Domus autem quae erit? Beati qui habitant in domo tua, in saecula saeculorum laudabunt te (Ps 83,5). 5 {V.4]. Iam etgo perducti ad tabernaculum, et positi in monte sancto eius, quam spem gerimus? Et introibo ad altare Dei. Est enim quoddam sublime altare invisibile, quo non accedit iniustus. Ad illud altare ille solus accedit, qui ad istud securus accedit: illic inveniet vitam suam, qui in isto discetnit causam suam. Et introibo ad altare Dei: de monte sancto eius, et de tabernáculo eius, de sancta Ecclesia eius, introibo ad altare Dei sublime. Quale ibi sacrificium est? Ipse qui intrat, assumitur in holocaustum. Introibo ad altare Dei. Quid est quod dicit,

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ca cosa nueva; por tanto, es como si dijese: A Dios, que alegra mi cosa nueva. Alegra mi cosa nueva quien contristó mi vejez. Ahora camino triste en vejez, entonces permaneceré gozoso en novedad. Te alabaré al son de mi cítara, ¡oh Dios mío! ¿Qué significa alabar con la cítara y con el salterio? N o siempre se alaba con la cítara ni siempre con el salterio. Estos dos instrumentos músicos tienen entre sí diferente y distinta disposición, digna de ser considerada y de encomendarla a la memoria. Ambos se sostienen y tocan con las manos, y simbolizan ciertas obras corporales nuestras. Bueno es saber tocar el salterio y la cítara. Pero como el salterio es un instrumento que tiene la concavidad en la parte superior, es decir, es un instrumento triangular de madera y cóncavo en el que se sustentan las cuerdas que suenan, y la cítara es un instrumento parecido, también de madera, cóncavo y sonoro en la parte inferior, por lo mismo deben distinguirse nuestras obras y saber cuándo pertenecen al salterio y cuándo a la cítara. Con todo, ambas son agradables a Dios y dulces a sus oídos. Cuando, movidos por los preceptos de Dios, ejecutamos algo sometiéndonos a sus mandatos y obedeciéndole en el cumplimiento de sus preceptos, al obrar y no soportar acción externa, entonces tocamos el salterio. Así obran también los ángeles, pues no padecen o se ven forzados a obrar por alguna cosa extraña. Cuando en la tierra soportamos tribulaciones, tentaciones y escándalos, al soportarlos por causa de la parte inferior, es decir, porque somos mortales, porque traemos este bagaje, procedente de nuestra primera condición, y además porque soportamos muchas cosas de parte de aquellos que son inferiores, enad altare Dei? Ad Deum qui laetificat iuventutem meam. Iuventus novitatem significat: tanquam diceret, Ad Deum qui laetificat novitatem meam. Laetificat novitatem meam, qui contristavit vetustatem meam. Incedo enim modo tristis in vetustate, tune autem stabo gaudens in novitate. Confitebor tibí in cithara, Deus, Deus meus. Quid est in cithara confiteti, et in psalterio confiteri? Non enim semper in cithata, nec semper in psalterio. Dúo haec organa musicorum habent inter se distinctam discretamque rationem, dignam considetatione et commendatione memoriae. Utrumque hoc manibus portatur et tangitur, et significat opera quaedam nostra corporalia. Utrumque bonum, si quis norit psallere, si quis norit citharizare. Sed quia psalterium istud otganum dicitut, quod de superiore parte habet testudinem; illud scilicet tympanum et concavum lignum cui chordae innitentes resonant: cithara veto idipsum lignum cavum et sonorum ex inferiore parte habet: discetnenda sunt opeta nostra, quando in psalterio sint, quando in cithata, utraque tamen placita Deo et suavia eius auditui. Quando ergo ex praeceptis Dei aliquid agimus, iussis eius obtempetantes et obaudientes ad implenda praecepta eius; ubi facimus et non patimur, psalterium est. Faciunt enim ita et Angelí: non enim aliquid patiuntur. Cum autem aliquid patimur tribuíationum, tentationum, scandalorum in hac térra; quia non patimur nisi ex inferióte patte, id est ex eo quod mottales S.Ag. 20

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tonces tocamos la cítara. Pues en esta circunstancia procede el sonido suave de la parte inferior; luego sufrimos y salmeamos, o, mejor dicho, tocamos la cítara. Cuando decía el Apóstol que evangelizaba y predicaba el Evangelio por toda la tierra conforme al mandato de Dios, como afirmaba que aquel Evangelio no le había recibido de los hombres ni por el hombre, sino por Jesucristo, sonaban las cuerdas en la parte de arriba. Mas cuando decía: Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación labra paciencia; la paciencia, prueba, y la prueba, esperanza, sonaba la cítara en la parte inferior, pero sin duda agradabilísimamente. La paciencia es agradable a Dios. Si desfalleces en estas tribulaciones, rompes la cítara. Luego ¿por qué dijo ahora: Te alabaré con la cítara? Por lo que había dicho antes: ¿Por qué ando triste cuando me aflige el enemigo? Sufría algo debido a la aflicción interior, y, sin embargo, en esto quería agradar a Dios, e intentaba dar gracias a Dios permaneciendo fuerte en la tribulación; y, como no podía estar sin tribulaciones, ofrecía a Dios la paciencia: Te alabaré con la cítara, ¡oh Dios mío! 6 [v.5]. De nuevo, dirigiéndose a su alma al percibir el sonido de aquel instrumento sonoro y de madera, dice: ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? Me hallo en tribulaciones, en flaqueza, en angustia ¿Por qué me turbas, oh alma mía? ¿Quién habla? ¿A quién habla? Todos sabemos que habla el alma; es evidente que a ella dirige sus palabras: ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? Se pregunta por la persosumus, ex eo quod primae nostrae causae quiddam tribulationum debemus, et quia patimur multa ab eis qui non sunt desuper, cithara est. Venit enim sonus suavis ex inferiore parte: patimur et psallimus, vel potius cantamus et citharizamus. Quando dicebat Apostolus evangelizare se, et praedicare Evangelium toto orbe terrarum ex praecepto Dei; quia illud Evangelium se non ab hominibus ñeque per hominem, sed per Iesum Christum accepisse dicebat (Gal 1,12), desuper sonabant chordae: cum vero dicebat, Gloriamur in tríbulationibus; scientes quia tribulatio patientiam operatur, patientia probationem, probado spem (Rom 5,3 et 4); cithara sonabat ex inferiore quidem, sed tamen dulciter. Omnis enim patientia dulcis est Deo. Si autem in ipsis tríbulationibus defeceris, citharam fregisti. Quare ergo modo dixit: Confitebor tibí in cithara? Propter illud quod dixerat: Utquid tristis incedo, dum affligit me inimicus? Patiebatur enim quiddam ex inferiore afflictione, et in eo ipso tamen volebat placeré Deo, et grafías gestiebat agere Deo, fortis in tríbulationibus: et quia sine tribulatione esse non poterat, patientiam Deo debebat, Confitebor tibí in cithara, Deus, Deus meus. 6 [v.5}. Et rursus ad animam suam, ut ex inferiore illo sonoro ligno capiat sonum: Utquid tristis es, inquit, anima mea, et tttquid conturbas me? In tríbulationibus sum, in languoribus, in moeroribus, utquid me conturbas, o anima? Quis dicit? cui dicit? Animae dicit, omnes novimus; planum est enim, ad illam directus est sermo. Utquid tristis es, anima mea, et utquid conturbas me? Quaeritur persona loquens. Numquid caro animae loquitur, cum caro sine anima non loquatur?

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Ansias de un desterrado por ver el santuario

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na que habla. ¿Por ventura la carne habla al alma, siendo así que la carne no habla sin el alma? Es más natural que el alma hable a la carne que la carne hable al alma. Pero como no dijo: ¿Por qué estás triste, carne mía, sino: ¿Por qué estás triste, alma mía?, y además, como teniendo en cuenta que, si se hablase a la carne, quizá no dijera: ¿Por qué estás triste?, sino: ¿Por qué te dueles?, pues el dolor del alma se llama tristeza y la molestia que siente el cuerpo puede llamarse dolor, pero no tristeza, aunque por el dolor del cuerpo muchas veces se contriste el alma, por eso importa conocer qué duela y qué cosa contriste. Duele la carne y se contrista el alma. Patente es la expresión ¿Por qué estás triste, alma mía? Luego el alma no habla a la carne, porque no dijo: ¿Por qué estás triste, carne mía?; ni la carne al alma, puesto que es absurdo que lo inferior hable a lo superior. Por tanto, debemos entender que tenemos algo en donde está la imagen de Dios, a saber, la mente y la razón. La mente invoca a la luz de Dios y a la verdad de Dios. Ella es aquella por la cual percibimos lo justo y lo injusto, ella es aquella por la que distinguimos lo verdadero de lo falso. Ella se llama entendimiento, del cual carecen las bestias. Si alguno desprecia y pospone el entendimiento a las demás cosas que tiene y le envilece como si no le poseyese, oye lo del Salmo: No seas como el caballo y el mulo, en los que no hay entendimiento. Luego nuestro entendimiento habla a nuestra alma. Esta se halla decaída en las tribulaciones, cansada en las angustias, encogida en las tentaciones, enferma en los sufrimientos; pero la mente, que percibe desde arriba la verdad, la levanta y le dice: ¿Por qué estás triste, alma mía; por qué me turbas? Proprium enim magis est, ut anima carnem alloquatur, quam ut caro alloquatur animam. Sed quia non dixit, Quare tristis es, caro mea, sed ait: Quare tristis es, anima mea? (Si enim carnem alloqueretur, fortasse non diceret: Quare tristis es; sed, Quare doles? Dolor enim animae tristitia dicitur: molestia vero quae fit in corpore dolor dici potest, tristitia non potest. Sed ex dolore corporis plerumque anima contristatur. Interest tamen quid doleat, et quid contristetur. Dolet enim caro, tristis est anima; et apena ista vox est, Utquid tristis es, anima mea?) Non ergo anima alloquitur carnem; quia non dixit, Utquid tristis es, caro mea? nec caro, animam; quia absurdum est ut inferior alloquatur superiorem. Ergo intelligimus habere nos aliquid ubi imago Dei est, mentem scilicet atque rationem. Ipsa mens invocabat lucem Dei et veritatem Dei. Ipsa est qua capimus iustum et iniustum; ipsa est qua discernimus verura a falso; ipsa est quae vocatur intellectus, quo intellectu carent bestiae; quem íntellectum quisquís in se negligit, et postponit caeteris, et ita abiicit quasi non habeat, audit ex psalmo: Nolite esse sicut equus et mulus, quibus non est intellectus (Ps 31,9). Intellectus ergo noster alloquitur animam nostram. Ista in tríbulationibus marcida est, fessa in angoribus, contracta in tentationibus, aegra in laboribus. Erigit eam mens desuper capiens veritatem, et dicit Utquid tristis es, anima mea, et utquid conturbas me?

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7. V e d si n o es ésta la alocución del Apóstol en aquel conflicto, en el q u e , simbolizando en sí m i s m o a algunos, y quizá a nosotros, decía: Me complazco en la ley de Dios según el hombre interior, pero veo otra ley en mis miembros, es decir, ciertos movim i e n t o s carnales; y, estando en esta lucha y c o m o desesperación, invoca la gracia de Dios, diciendo: Hombre miserable yo; ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? La gracia de Dios por nuestro Señor Jesucristo. T a m b i é n el m i s m o Señor se d i g n ó prefigurar en sí a los q u e de este m o d o c o m b a t e n cuando dijo: Triste está mi alma hasta la muerte. El sabía a lo q u e había venido. ¿Acaso t e m í a la m u e r t e q u i e n había dicho: Tengo potestad de entregar mi vida y de nuevo volverla a tomar? N a d i e m e la quita; yo mism o la e n t r e g o y de n u e v o la t o m o . P e r o el q u e dijo: Mi alma está triste hasta la muerte, prefiguraba en sí a ciertos m i e m b r o s suyos. D e ordinario, la m e n t e ya cree con firmeza y conoce a las m i l maravillas q u e el h o m b r e , según su creencia, ha de verse en el seno de A b r a h á n . Cree esto, y, sin e m b a r g o , cuando llega el p e ligro de la m u e r t e , se turba p o r la familiaridad q u e ha tenido con el m u n d o ; entonces aplica el oído a la voz interna de D i o s , y oye i n t e r i o r m e n t e el canto de la razón. Así, pues, en m e d i o del silencio suena algo de arriba, n o a los oídos, sino a la m e n t e ; de suerte q u e cualquiera que oye esta melodía se disgusta ante el r u i d o corporal y toda esta vida h u m a n a le es u n alboroto ensordecedor q u e i m p i d e oír el sonido celeste, sobremanera deleitable, incomparable e inefable. C u a n d o esto acontece p o r alguna perturbación, el h o m b r e padece violencia y dice h a b l a n d o a su 7. Videte si non est ista allocutio in illo conflictu Apostoli, in se praefigurantis quosdam, et forte nos, et dicentis, Condelector legi Dei secundum interioren} hominem, video autem aliam legem in membris meis, id est motus quosdam carnales: et in quadam lucta et quasi desperatione, invocat gratiam Dei, Miser ego homo, quis me liberabit de corpore mortis buius? Gratia Dei per lesum Christum Dominum nostmm (Rom 7,22.25). Tales ita pugnantes etiam ipse Dominus in se praefigurare dignatus est, cum ait: Tristis est anima mea usque ad mortem (Mt 26,38). Ule enim noverat ad quod venerat. Ule passionem pavebat qui dixerat: Potestatem babeo ponendi animam meam, et potestatem babeo iterum sumendi eam; nemo tollit illam a me, sed ego ipse pono eam a me, et iterum sumo eam? (lo 10,17.18). Sed, Tristis est anima mea usque ad mortem, qui dixit, quaedam membra sua in se figuravit. Pletumque enim iam mens bene credit et bene novit futurum hominem secundum fidem suam in gremio Abrahae: credit hoc, et tamen cum venerit aliquis articulus mortis, turbatur ex familiaritate quadam saeculi huius; erigit auditum in illam vocem Dei internam, audit rationabile carmen intrinsecus. Ita enim desuper in siientio sonat quiddam, non auribus, sed mentibus; ut quicumque audit illud melos, taedio afficiatur ad strepitum corporalem, et tota ista vita humana tumultus ei quídam sit, impediens auditum superni cuiusdam soni nimium delectabilis, et incomparabilis, et ineffabilis. Et revera cum ita contingit ex aliqua per-

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alma: ¿Por qué estás triste y por qué me perturbas? ¿O es q u e quizá se turba p o r q u e difícilmente se encuentra u n a vida p u r i ficada c u a n d o juzga A q u e l q u e sabe juzgar hasta la m i s m a pureza y limpieza? A u n q u e se lleve u n a vida plausible entre los h o m bres, de suerte q u e éstos n o t e n g a n con razón q u é reprender, sin e m b a r g o , al tener lugar el e x a m e n a los ojos de D i o s , al aplicar la regla q u e nivela sin engaño, D i o s encuentra en el h o m b r e algunas cosas que censurar q u e n o advertían los h o m b r e s q u e debían ser censuradas, ni t a m p o c o aquel q u e debe ser i n t e r i o r m e n t e juzgado. T e m i e n d o estas cosas el alma, se turba, y p o r eso le habla la m e n t e , c o m o diciendo: ¿A q u é temes por los pecados, ya q u e n o p u e d e s evitarlos todos? Espera en el Señor, porque le alabaré. La presente alocución cura ciertas faltas; la fiel confesión p u r g a las demás. T e m e de verdad si te proclamas justo, pues aquí tienes las palabras de otro salmo: No entres en juicio con tu siervo. ¿Por q u é dices n o llames a juicio a tu siervo? P o r q u e m e es necesaria tu misericordia, puesto q u e si te presentas a juicio sin misericordia, ¿adonde iré? Si atiendes, ¡oh Señor!, a las iniquidades, Señor, ¿quién resistirá? No llames a juicio a tu siervo, porque ningún viviente se justificará en tu presencia. Luego si n i n g ú n viviente se justificará en tu presencia, cualquiera q u e viva aquí, p o r m u y justamente q u e viva, ¡ay de él si D i o s entrase en juicio con él! D e este m o d o r e p r e n d e de c u a n d o en cuando a los h o m b r e s arrogantes y soberbios p o r otro profeta, diciendo: ¿Por qué queréis pleitear conmigo? Todos me abandonasteis, dice el Señor. N o pleitees con D i o s ; sé justo y, p o r m u y justo q u e seas, confiésate pecador; espera siempre la misericordia. turbatione, vim patitur homo, alloquens animam suam: Utquid tristis es, anima mea, et utquid conturbas me? An forte ideo quia diffícile purgata vita invenitur, cum ille iudicat qui novit ad purum et liquidum iudicare? Quia etsi probabilis iam vita est inter homines, ita ut nomines quid iam reprehendant iuste non habeant: procedit examen ab illius oculis, proceda regula exaequans non fallaciter, et invenit in homine quaedam quae reprehendat Deus, quae homines reprehendenda non videbant, nec ille ipse intus qui iudicandus est. Haec timens anima forte conturbatur: alloquitur eam mens, quasi dicens, Quid times de peccatis, quia non potes omnia devitare? Spera in Dominum, quoniam confitebor Mi. Quaedam sanat praesens allocutio, reliqua purgat fidelis confessio. Plañe time, si iusrum te dicis; si non habes illam vocem ex alio psalmo: Ne intres in iudicium cum servo tuo. Quare, Ne intres in iudicium cum servo tuo? Misericordia tua mihi opus est. Nam si iudicium exhibueris sine misericordia, quo ibo? Si iniquitates observaveris Domine, Domine, quis sustinebit? (Ps 129,3). Ne intres in iudicium cum servo tuo, quia non iustificabitur in conspectu tuo omnis vivens (Ps 142,2). Ergo si non iustificabitur in conspectu tuo omnis vivens, quia quicumque hic vivit, quantumlibet iuste vivat, vae illi si cum illo in iudicium intraverit Deus. Nam ex alio propheta arrogantes et superbos identidem sic obiurgat: Utquid vultis mecum iudicio contendere? Omnes dereliquistis me, dicit Do-

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Enarraciones sobre los Salmos

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Y en esta humilde confesión habla seguro a tu alma, que te turba y que se alborota contra ti, y dile: ¿Por qué estás triste, alma mía, y por qué me turbas? Quizá querías confiar en ti: Espera en el Señor, no en ti. En ti misma, ¿qué eres? Por tu parte, ¿qué eres? Sea el que tomó las heridas por ti tu salud. Espera—dice— en el Señor, porque le alabaré. ¿Cómo le alabaré o confesaré? Diciendo: Salud de mi rostro (es) mi Dios. Tú eres la salud de mi rostro; tú me curarás. Como enfermo te hablo; conozco al médico, no me vanaglorio de estar sano. ¿Qué significa: Conozco al médico, no me vanaglorio de estar sano? Lo que se dice en otro salmo: Yo dije: Señor, compadécete de mí, sana mi alma, porque pequé contra ti. 8. Esta súplica, hermanos, es prudente, pero atended a las obras buenas. Tocad el salterio obedeciendo los preceptos. Tocad la cítara soportando las tribulaciones. Divide tu pan con el pobre, habéis oído por boca de Isaías. Pues no creas que te basta el ayuno. El ayuno te mortifica, pero no socorre al prójimo. Provechosas serán tus privaciones si ofreces al prójimo aquello de lo que te privas. Mira que defraudaste a tu alma. ¿A quién darás lo que te quitaste? ¿Dónde pondrás lo que a ti te negaste? ¡A cuántos puedes dar de comer con lo del ayuno de hoy! Ayuna de tal modo que, por haber comido otro, te goces de haber comido tú por la oración, para que así seas oído. Sobre esto dice Isaías: Hablándote aún, te diré: Presente estoy si dividieses de buen grado el pan con el hambriento, porque la mayoría de las veces se da refunfuñando y con tristeza, para evitar más bien las mominus (Ier 2,29). Noli ergo iudicio contendere: da operam esse iustus: et quantumcumque fueris, confítete te peccatorem; semper spera misericordiam: et in ista humili confessione securas alloquere turbantem te, et tumultuantem adversus te animam mam. Utquid tristis es, anima mea, et utquid conturbas me? Forte in te voiebas sperare: Spera in Dominum, noli in te. Quid enim es in te? quid es de te? Ule sit sanitas in te, qui suscepit vulnera propter te. Spera, inquit, in Dominum, quoniam confitebor Mi. Quid illi confiteberis? Salutare vultus mei, Deus meus. Tu es salutare vultus mei, tu sanabis me. /Eger ad te loquor: agnosco medicum, non me iacto sanum. Quid est, agnosco medicum, non me iacto sanum? Quod in alio psalmo diritur: Ego dixi, Domine, miserere mei, sana animam meam, quoniam peccavi tibi (Ps 40,5). 8. Haec vox, fratres, tuta est: sed vigilate in operibus bonis. Tangite psalterium, obediendo praeceptis: tangite cithatam, tolerando passiones. Frange esurienti panem tuum, audisti ab Isaia: noli ieiunium putare sufficere. Ieiunium te castigat, non alterum reficit. Fructuosae erunt angustiae tuae, si alteri praestiteris latitudinem. Ecce fraudasti animam tuam: cui dabis quod tibi abstulisti? ubi pones quod tibi denegasti? Quam multos pauperes saginare potest intermissum hodie prandium nostrum! Ita ieiuna, ut alio manducante prandisse te gaudeas, propter orationes, ut exaudiaris. Ibi enim ait: Adhuc loquente te dicam, Ecce adsum; si fregeris ex animo esurienti panem (Is 58,7.9 et 10): quia ple-

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lestias del que pide que para calmar el hambre del necesitado; pero Dios ama al que da con alegría. Si das el pan entristeciéndote, pierdes el pan y la recompensa. Luego dalo con buen ánimo, para que Aquel que ve dentro, aún estando hablando tú, diga: Aquí estoy. ¡Con qué celeridad se reciben en el cielo las oraciones de los que obran bien! Y esta bondad del hombre en la vida presente es el ayuno, la limosna, la plegaria. ¿Quieres que tu oración vuele a Dios? Dótala de dos alas: del ayuno y de la limosna. Nos encuentre el Señor aparejados de este modo para que la luz y la verdad de Dios nos hallen llenos de confianza cuando venga a librarnos de la muerte el que ya vino a padecer la muerte por nosotros. Amén.

SALMO

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[LAMENTACIÓN POR EL ESTADO DE OPRESIÓN EN QUE SE HALLA EL PUEBLO} SERMÓN AL PUEBLO

1. Este salmo habla de los hijos de Coré, como lo declara el título de él. Coré significa calvez o calavera, y sabemos por el Evangelio que nuestro Señor Jesucristo fue crucificado en el lugar de la calavera. Luego es evidente que este salmo se canta a los hijos de su pasión. También tenemos sobre esto el clarísimo y solidísimo testimonio del apóstol San Pablo, porque, al encontrarse la Igiesia envuelta en las persecuciones de los gentiles, tomó rumque fit a tristibus et a murmutantibus, ut careant taedio interpellantis, non ut reficiant viscera indigentis: Hilarem autem datorem diligit Deus (2 Coi 9,7). Si panem dederis tristis, et panem et meritum perdidisti. Ergo ex animo fac: ut ille qui intus videt adhuc loquente te, dicat, Ecce adsum. Quam celeriter accipiuntur orationes bene operantium: et haec iustitia hominis in hac vita, ieiunium, eleemosyna, otatio. Vis orationem tuam volate ad Deum? Fac illi duas alas, ieiunium et eleemosynam. Tales nos inveniat, ut secutos inveniat lux Dei, et vetitas Dei, cum venerit liberare nos a morte, qui iam venit subiré pro nobis mortem. Amen.

PSALMUS

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SERMO AD PLEBEM

1. Psalmus iste filiis Core dicitur, sicut eius titulus praefert. Interpretatut autem Core Calvitium vel Calvaría, et invenimus in Evangelio Dominum Iesum Christum in loco Calvariae crucifixum (Mt 27,33). Etgo clarum est, quod filiis passionis eius cantetur hic psalmus. Habemus autem hinc evidentissimum et fitmissimum testimonium apostoli Pauli: quia tum cum in persecutionibus Gentilium laboratet Ecclesia, hinc

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Emanaciones sobre los Salmos

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de este salmo el versillo que introduce en su epístola a los Romanos para exhortar a la paciencia y consolar a los fieles. En este salmo se dijo lo que incluyo en su epístola: Por tu amor somos mortificados de continuo y considerados como ovejas de degüello. Oigamos en el salmo la voz de los mártires, y ved qué buena causa defienda esta voz cuando dice por tu amor. También el Señor por este mismo motivo añadió por causa de la justicia cuando dijo: Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, para que así nadie que padezca persecución recabe la gloria de la misma pena cuando le falta en la misma pena la buena causa. De aquí que, exhortando a los suyos, dice: Seréis bienaventurados cuando los hombres os dijeren y os infirieren estas y estas cosas por mí. Luego por esto se dice: Por tu amor somos mortificados de continuo. 2 [v.l]. Es un designio de Dios de gran consideración y de inmensa profundidad, porque después de haber sacado a nuestros patriarcas y a todo el pueblo de Israel con mano fuerte de Egipto, sumergiendo en el mar a los perseguidores enemigos, y haberlos conducido a través de naciones enemigas, y haberlos colocado en la tierra prometida venciendo a los adversarios, y haber obtenido grandes victorias con un puñado de ellos contra ingente multitud de contrarios, le agradase como alejarse de su pueblo para que sus santos padeciesen el estrago de la carnicería y de la muerte sin oponerse nadie, sin que hubiese quien les defendiese, sin prohibírselo ninguno, apareciendo como si hubiese apartado su atención de sus gemidos, como si se hubiese olvidado de ellos, como si no fuese su Dios el que con mano robusta y brazo fuerte, con evidentísimo poder, estableció en reino a nuestros padres; sumpsít versum, quem interponeret ad exhortationem et consolationem patientiae. Hic cnim dictum est, quod ille in Epístola sua posuit: Propter te mortificamur tota die, deputati sumus velut oves occisionis (Rom 8,36). Vocem ergo martyrum audiamus in Psaimo: et vox martyrum videte quam bonam causam habeat, cura dicit, Propter te. Nam et Dominus ideo addidit, propter iustitiam, cum diceret: Beati qui persecutionem patiuntur propter iustitiam (Mt 5,10): ne quisquam persecutionem patiens, ex ipsa poena quaereret gloriam, non bonam habens causam. Et hinc exhortatus suos ait, Beati eritis cum vobis illa et illa fecerint vel dixerint nomines, propter me. Hinc ergo vox, Propter te mortificamur tola die. 2 [v.l]. Est autem magnae considerationis et magnae profunditatis consilium Dei, quid causae fuerit ut cum patres nostros Patriarchas, et totum illum populum Israel eduxerit in manu fortissima de Mgypto, et persequentes inimicos eorum in mari demerserit, duxeritque per contradicentes gentes, debellatisque hostibus in terram promissionis posuerit, victoriasque magnas ex pauritate suorum in magna inimicorum multitudine fecerit: postea placuerit ei quasi avertere se a populo suo, ut stragem occisionis et mortis paterentur sancti eius, et nemo resisteret, nemo defenderet, nemo prohiberet; quasi averterit fatiem suam a gemitibus eorum,

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es decir, a aquel pueblo que, como dije, librado de la tiranía egipcíaca venció y expulsó de su propia tierra a los gentiles, admirando todos el haber sido vencidos muchas veces muchos por muy pocos. Esto comienza a ser contado en este salmo con gemido de confesión. N o en vano sucedieron estas cosas. Acontecieron para que se entienda por qué causa fueron hechas. Por tanto, como es evidente que se llevaron a cabo, ha de investigarse con miras elevadas por qué motivo fueron hechas. N o se escribió sólo en el título del salmo: Para los hijos de Coré, sino: Para entendimiento a los hijos de Coré. Estas mismas cosas también se hallan consignadas en el salmo del cual pronunció el Señor desde la cruz el primer versillo: ¡Dios mío, Dios mío!, mírame; ¿por qué me abandonaste? Prefigurándonos en lo que decía y en su cuerpo, puesto que también nosotros somos su cuerpo y El nuestra Cabeza, no habló desde la cruz por su boca, sino por la nuestra. Pues Dios nunca le abandonó ni El jamás se separó del Padre, sino que dijo por nosotros esto: ¡Dios mío, Dios mío; ¿por qué me abandonaste? Pues a continuación añade: Las palabras de mis delitos están lejos de mi salud. Por tanto, manifiesta en esto por quién lo dijo, pues en El no puede haber pecado. Te invocaré —dijo también en el mismo salmo—durante el día, y no me oirás; y durante la noche (se sobrentiende: Y no me oirás); pero añade: mas no para mi necedad. Es decir, el no oírme no es para mi necedad, sino para que entienda. ¿Qué significa: Y no me oirás para que entienda? N o me oirás tocante a las cosas temporales para que entienda que de ti deben desearse las eternas. Luego quasi oblitus sit eos, quasi ipse non sit Deus, qui in manu valida et brachio excelso evidentissima potentia patres nostros, id est illum populum, sicut dixi, ab Mgypto liberatum, victis pulsisque de térra sua gentibus constituerit in regno, mirantibus ómnibus quod saepe a paucis multi victi essent. Hoc ergo in gemitu confessionis incipit cantari in psaimo isto. Non frustra enim ista facta sunt, nisi ut ¡ntelligatur quare facta sint. Proinde quia facta sunt, manifestum est: quare sint facta, altius quaerendum est. Ideo titulus non habet tantum, filiis Core; sed, In intellectum filiis Core. Hoc et in illo psaimo est, cuius primum versum ipse Dominus de cruce dixit: Deus meus, Deus meus, réspice in me, quare me dereliquisti? Transfigurans enim nos in id quod dicebat, et in corpus suum (quia et nos sumus corpus eius, ille caput nostrum), vocem de cruce non dixit suam, sed nostram. Non enim unquam eum dereliquit Deus, nec ipse a Patre unquam recessit; sed propter nos dixit hoc: Deus meus, Deus meus, utquid me dereliquisti? Nam sequitur ibi: Longe a salute mea verba delictorum meorum. Et ostendit ex quorum persona hoc dixerit; non enim in ipso delictum potuit inveniri. Clamabo ad te, inquit in ipso psaimo, per diem, et non exaudies; et nocte, subauditur utique, et non exaudies; sed addidit: et non ad insipientiam mibi (Ps 21,2.5), id est, boc ipsum quod non exaudies, non ad insipientiam mihi, sed ad intellectum. Quid est, ad intellectum non exaudies? id est, me non exaudies ad temporalia, ut intelligam a te desideranda sempiterna. Non ergo relinquit Deus, et cum videtur relinquere, tollit quod male deside-

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Dios no abandona; y, cuando parece que abandona, quita lo que deseaste mal y enseña lo que debes desear bien. Si Dios nos favoreciese siempre en los bienes temporales, de suerte que abundásemos en todos ellos, y no soportásemos en el tiempo de nuestra mortalidad tribulaciones, diríamos que éstos son los únicos y supremos bienes que da Dios a sus siervos y no anhelaríamos de El otros mayores. Por eso a esta vida engañosamente dulce la mezcla con las amarguras de las tribulaciones, para que se busque la otra, que es saludablemente dulce, esto es, para entendimiento de los hijos de Coré. Oigamos ya el salmo y comprobemos esto en él. 3 [v.2.3]. Con nuestro oído, ¡oh Dios!, hemos oído; nuestros padres nos contaron la obra que ejecutaste en sus días y en los días antiguos. Admirándose de que en estos días tuviese Dios como abandonados a los que quiso ejercitar en los trabajos, hacen un recuento de las cosas pasadas que oyeron de boca de sus padres, como si dijeran: No nos contaron nuestros padres las cosas que padecemos. También se dijo esto en aquel salmo 21: En ti confiaron nuestros padres, y los libraste; mas yo soy gusano y no hombre, oprobio de los hombres y desprecio del pueblo. Ellos confiaron, y los libraste. ¿Acaso no confié yo también, y me abandonaste? ¿Por ventura sin razón creí en ti y sin motivo se halla grabado mi nombre en ti, y el tuyo en mí? Nuestros padres nos declararon estas cosas: Tu mano aniquiló las gentes y estableciste a nuestros padres; destruíste las naciones y las disipaste; es decir, arrojaste a las naciones de su tierra para introducir y establecer en ella a nuestros padres y afianzar por tu misericordia su reino. Esto hemos oído de nuestros padres.

4 £v.4]. Pero quizá pudieron ellos llevar esto a cabo porque eran luchadores, fuertes, inquebrantables, ejercitados en las armas, guerreros. Lejos de pensarlo. N o nos dijeron esto nuestros padres; no se consigna esto en la Escritura. ¿Qué afirma? Lo que sigue: No poseyeron la tierra a punta de su espada, ni su propio brazo los salvó, sino tu diestra y tu brazo y la iluminación de tu rostro. Tu diestra es tu poder. Tu brazo es tu Hijo. La iluminación o el realce de tu rostro, ¿qué es? Presentarles tales signos, que entendían estar tú en su presencia. ¿Acaso, cuando Dios se halla presente por algún milagro, vemos su rostro con los ojos? Con todo, debido al milagro, manifiesta a los hombres su presencia. Y, si no, ¿qué dicen todos los que contemplan esta clase de prodigios? Vi a Dios presente. Tu diestra y tu brazo y la iluminación de tu rostro (los salvó), porque te complaciste en ellos. Esto es, obraste con ellos de tal suerte, que manifestaste amarlos, a fin de que todo el que reparase cómo se obraba con ellos dijese: Verdaderamente Dios está con ellos y los guía. 5 [v.5]. ¿Qué hemos de pensar? ¿Era Dios entonces uno, y otro ahora? No hay tal cosa. ¿Qué sigue? Tú eres el mismo, rey mío y Dios mío. Tú eres el mismo; no has cambiado. Veo los tiempos cambiados. El creador de los tiempos no ha cambiado: Tú eres el -mismo, rey mío y Dios mío. Tú sueles conducirme, gobernarme y protegerme. Tú que envías la salud a Jacob. ¿Qué quiere decir que envías? Aun cuando por tu naturaleza y sustancia, por la que eres lo que eres, te hallas por completo oculto a los ojos de los hombres, y, por tanto, no te presentaste a nuestros

rasti, et docet quid debeas bene desiderare. Si enim semper Deus in istis prospetitatibus faveret nobis, ut omnia nobis abundarent, nullamque in tempore isto mortalitatis nostrae tribulationem, nullas pressuras angustiasque pateremur; non diceremus nisi ista esse summa bona quae praestat Deus servís suis, et maiora ab illo non desideraremus. Ideo autem huic vitae male dulci míscet amaritudínes tribulationum, ut alia quae salubriter dulcis est, requiratur; hoc est, In intellectum filiis Core. Denique audíamus Psalmum, et ibi potíus hoc vídeamus. 3 [v.2.3.]. Deus, auribus nos tris audivimus; paires nostri annuntiaverunt nobis, opus quod operatus es in diebus eoruin, et in diebus antiquis. Adínirantes quare in istis diebus tanquam deseruerit eos quos in passionibus exercere voluerit, recolunt praeterita quae audierunt a patribus, tanquam dicentes: Non ea quae patimur nobis retulerunt patres nostri. Nam et in illo psalmo hoc dixit: In te speraverunt patres nostri, speraverunt, et eruisti eos: ego autem sum vermis, et non homo, opprobrium hominum, et abiectio plebis (Ps 5,7). lili speraverunt, et liberasti eos: egone speravi, et dereliquisti me; et sine causa credidi in te, et sine causa nomen meum scriptum est apud te, et nomen tuum scriptum est in me? Haec ergo nobis indicaverunt patres nostri. Manus tua gentes disperdidit, et plantasti eos; infirmasti populas, et expulisti eos: id est, populos expulisti de térra sua, ut istos introduceres atque plantares, eorumque regnum tua misericordia confirmares. Haec audivimus a patribus nostris.

4 [v.4]. Sed forte ideo illi ista potuerunt, quia fortes erant, quia praeliatores, quia invicti, quia exercitati, quia bellicosi? Absit. Non hoc indicaverunt nobis patres nostri, non hoc habet Scriptura; sed quid habet, nisi quod sequitur? Non enim in gladio suo haereditate possederunt terram, et brachium ipsorum non salvos fecit eos; sed dextera tua, et brachium tuum, et illuminatio vultus tui. Dextera tua, potencia tua; brachium tuum, ipse Filius tuus. Ut illuminatio vultus tui: quid est hoc? Quia talibus signis eis affuisti, ut praesens intelligereris. Numquid enim quando nobis Deus aliquo miraculo adest, faciem ipsius oculis nostris videmus? Sed effectu miraculi suam praesentiam insinuar hominibus. Denique omnes qui mirantur ad huiuscemodi facta, quid dicunt? Vidi Deum praesentem. Sed dextera tua, et brachium tuum, et illuminatio vultus tui: quoniam complacuisti in eis: hoc est, sic cum eis egisti, ut bene placeres in eis, ut quisquis eos attenderet quomodo cum eis ageretur, diceret quia veré Deus est cum lilis, et Deus illos agit. 5 [v.5]. Quid ergo? Alter erat tune, et alter est nunc? Absit. Quid enim sequitur? Tu es ipse rex meus et Deus meus. Tu es ipse, non enim mutatus es. Témpora mutata video, creator temporum non mutatur. Tu es ipse rex meus et Deus meus. Tu me soles ducere, tu me soles regere, tu mihi soles subvenire. Qui mandas salutem Jacob. Quid est, Qui mandas? Etiamsi tu per tuatn prorsus substantiam atque naturam qua es quidquid es, oceultus es, nec per hoc quod es interfuisti patribus, ut facie ad

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Enarraciones sobre los Salmos

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padres de m o d o q u e te viesen cara a cara, sin e m b a r g o , p o r m e d i o de alguna criatura, tú envías la salud a Jacob. La visión completa y perfecta de D i o s se reserva p a r a los libertados, en la resurrección. Aquellos padres y t a m b i é n los del N u e v o Testam e n t o , a u n q u e c o n t e m p l a r o n los misterios revelados, a u n q u e a n u n ciaron los secretos a ellos descubiertos, sin e m b a r g o , afirmaron q u e vieron en espejo y en e n i g m a y q u e se reserva el ver cara a cara para m á s tarde, para c u a n d o llegue lo q u e dice el m i s m o Apóstol: Ahora estáis muertos y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, apareciere, entonces también vosotros apareceréis con El en gloria. Luego para e n t o n ces se reserva la visión perfecta, sobre la q u e dice San J u a n : Carísimos, ahora somos hijos de Dios y aún no apareció lo que seremos. Sabemos que, cuando apareciere, seremos semejantes a El, porque le veremos como es. Luego si entonces nuestros padres n o te vieron cara a cara, según lo q u e t ú eres, a u n c u a n d o se reserva esta visión para la resurrección, con todo, a pesar de q u e los ángeles se presentaron (a A b r a h á n ) , t ú envías la salud a 'Jacob. N o sólo p o r ti estando presente, sino por cualquiera criatura tuya que te presentares, t ú ordenas, a t e n d i e n d o a la salud de tus siervos, lo que t ú haces p o r ti m i s m o ; y asimismo se hace esto en atención a la salud de tus siervos, p o r aquellos a quienes ordenas que lo hagan. Luego, siendo t ú m i s m o m i rey y m i Dios y el q u e envías la salud a Jacob, ¿por q u é ahora padecemos estas cosas? 6 [ v . 6 ] . ¿Por ventura nos fueron sólo narradas las cosas pasadas y n o ha de esperarse algo igual del futuro? ¿Qué digo? H a faciem te viderent; tamen per quamlibet creaturam tu mandas salutem Iacob. Etenim illa visio facie ad faciem, liberatis in resurrectione servamr. Et illi patres etiam Novi Testamenti quamvis revelata mysteria tua viderint, quamvis revelata secreta annuntiaverint; tamen in speculo se videre dixerunt et in aenigmate: servari autem visionem in futurum facie ad faciem (1 Cor 13,12), quando venerit quod ipse Apostolus ait: Mortui enim estis, et vita vestra abscondita est cum Christo in Deo; cum autem Christus apparuerit, vita vestra, tune et vos apparebitis cum ipso in gloria (Coi 3,3.4). Tune ergo nobis servamr visio iiia facie ad faciem, de qua et Ioannes dicit: Dilectissimi, filii Dei sumus, et nondum apparuit quid erimus; scimus quia cum apparuerit, símiles ei erimus, quoniam videbimus eum sicuti est (1 lo 3,2). Etsi ergo tune patres nostri non te viderunt facie ad faciem secundum quod tu es, etiamsi ista visio servatur in resurrectione, tamen etsi Angelí affuerunt, tu mandas salutem lacob. Non solum per te ades, sed per quamcumque creaturam mam affueris, tu mandas hoc propter salutem servorum tuorum quod tu ipse per te facis; hoc autem fit pro salute servorum tuorum quod faciunt quibus mandas. Cum ergo tu ipse sis rex meus et Deus meus, et tu mandes salutem Iacob, quare ista nunc patimur? 6 [v.6]. Sed forte praeterita tantum narrata sunt nobis, de futuro autem non est aliquid tale sperandum. Imo vero sperandum. In te inimi-

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de esperarse. Por ti aventaremos a nuestros enemigos. C i e r t a m e n t e , nuestros padres nos contaron lo q u e obró Dios en sus días y en el t i e m p o a n t i g u o ; esto es, que destruyó a las gentes y arrojó de sus naciones a los pueblos y q u e les estableció a ellos en ellas. Estas son cosas pasadas. E n el futuro, ¿qué acontecerá? Por ti aventaremos a nuestros enemigos. Llegará t i e m p o en q u e todos los enemigos de los cristianos sean aventados c o m o paja, sean lanzados al aire c o m o polvo, sean arrojados de la tierra. Luego si las cosas pasadas se nos n a r r a r o n de este m o d o y t a m b i é n se predijeron las futuras, ¿por q u é soportamos las presentes si n o es para entendimiento de los hijos de Coré? Por ti aventaremos a nuestros enemigos y en tu nombre hollaremos a los que contra nosotros se levantan. Esto se refiere a lo futuro. 7 [ v . 7 ] . No confiaré en mi'arco, c o m o n o confiaron nuestros padres en el suyo. Y mi espada no me salvará. 8 [ v . 8 ] . Tú nos salvaste de los que nos afligían. Esto se dice figuradamente en pasado, m i r a n d o a lo q u e sucederá. Se dice c o m o pasado p o r q u e es tan cierto, q u e ha de hacerse c o m o si ya se hubiera hecho. E n t i e n d o , p u e s , p o r esto p o r q u é hablan m u c h a s veces los profetas c o m o si hubiesen sucedido las cosas q u e predicen q u e han de suceder y q u e todavía n o se h a n c u m plido. D e este m o d o predice el profeta la futura pasión del Señor, diciendo: Taladraron mis pies y mis manos y contaron todos mis huesos. N o dijo: T a l a d r a r á n y contarán. Y ellos mismos me miraron y me vieron; n o dijo: Ellos m e m i r a r á n y m e verán. Y dividieron mis vestidos entre sí; n o dijo: D i v i d i r á n . Todas estas cosas se narran c o m o pasadas, siendo a ú n futuras, p o r q u e para eos nostros ventilabimus. Ergo patres nostri indicaverunt nobis opus quod operatus es in diebus eorum, et in diebus antiquis: quia manus tua gentes disperdidit, eiecisti populos et plantasti eos. Ista praeterita sunt: de futuro vero quid erit? In te inimicos nostros ventilabimus: veniet tempus quando omnes inimici Christianorum, sicut palea ventilentur, sicut pulvis ventilentur, et de térra proiiciantur. Ergo si et praeterita sic sunt nobis narrata, et futura talia praenuntiata; in medio praesentium quare laboramus, nisi in intettectum filiis Core? In te inimicos nostros ventilabimus: et in nomine tuo spernemus insurgentes in nos. Hoc de futuro. 7 [v.7]. Non enim in arcu meo sperabo: quomodo nec patres in gladio suo. Ut gladius meus non salvum faciet me. 8 [v.8]. Salvos enim fecisti nos ex affligentibus nos. Et hoc figura praeteriti de futuro dicitur: sed ideo tanquam praeteritum dicitur, quia tam certum est quasi factum sit. Intendite quare pleraque Prophetae ita dicunt tanquam praeterita sint, cum praenuntientur futura, non facta. Nam et de ipso Domino futura passio praenuntiabatur, et tamen, Foderunt, inquit, manus meas et pedes meos, dinumeraverunt omnia ossa mea: non dixit, Fodient, et dinumerabunt. Ipsi vero consideraverunt et conspexerunt me: non dixit, Considerabunt et conspicient. Diviserunt sibi vestimenta mea (Ps 21,17.19): non dixit, divident. Ornnia ista tanquam

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Enarraciones sobre los Salmos

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D i o s son t a n ciertas las futuras c o m o las pasadas. Para nosotros, las cosas q u e pasaron son ciertas; las q u e h a n de acontecer, inciertas. Pues sabemos que, c u a n d o sucedió u n hecho, n o p u e d e acontecer q u e n o haya sucedido. Presenta a u n profeta; a él le es tan cierto el futuro c o m o a ti el pasado. C o m o n o te p u e d e suceder a ti q u e n o se haya c u m p l i d o lo q u e recuerdas q u e se cumplió, así al profeta n o le p u e d e acontecer q u e n o se c u m p l a lo q u e conoce q u e ha d e acontecer. P o r eso narran con toda seguridad como cosas pasadas las q u e son futuras. Luego confiamos e n q u e tú nos salvaste de los que nos afligían (es decir, nos salvarás de los q u e nos afligen) y confundiste a los que nos odiaron (esto es: confundirás a los q u e nos o d i a n ) . 9 [ v . 9 ] . Nos gloriaremos en Dios continuamente. Ved c ó m o mezcla palabras de t i e m p o futuro, para q u e entendáis q u e las palabras q u e se escribieron de t i e m p o pasado predicen sobre el futuro. Nos gloriaremos en Dios de continuo y en tu nombre alabaremos eternamente. ¿De q u é nos gloriaremos? ¿Por q u é alabaremos? P o r q u e nos libraste de todos los q u e nos afligían, p o r q u e nos darás el r e i n o eterno, p o r q u e se c u m p l i r á en nosotros lo q u e dice el salmo: Bienaventurados los que habitan en tu casa, Señor; perpetuamente te alabarán. 10 [ v . 1 0 ] . Siéndonos ciertas estas cosas futuras y t a m b i é n aquellas q u e oímos de nuestros padres c o m o pasadas, ¿qué dice sobre el presente? Mas ahora nos has rechazado y confundido. N o s confundiste n o en nuestra conciencia, sino a n t e la presencia de los hombres. H u b o u n t i e m p o en el q u e eran perseguidos los cristianos, c u a n d o tenían q u e esconderse en todos los lugares, praeterita dkuntur, cum futura sint; quia Deo et futura tam certa sunt, tanquam praeterita sint. Nobis enim ea quae praeterierunt, certa sunt; quae futura, incerta sunt. Novimus enim aliquid accidisse, et non potest fieri ut non acciderit quod accidit. Da prophetam cui tam certum sit futurum quam tibí praeteritum: et quam tibi quod meministi factum, non potest fieri ut non sit factum, tam illi quod novit futurum, non potest fieri ut non fiat. Ideo de securitate dicuntur tanquam praeterita, quae adhuc futura sunt. Hoc ergo speramus. Salvos enim fecisti nos ex affligentibus nos, et eos qui oderunt nos confudisti. 9 [v.9]. In Deo laudabimur tota die. Videte quemadmodum miscet etiam verba futuri temporis, ut intelligas et praeterita quae dicta sunt de futuro esse praedicta. In Deo laudabimur tota die: et in nomine tuo confitebimur in saecula. Quid, laudabimur? quid, conjitebimur? Quia ex ómnibus affligentibus nos eruisti nos, quia regnum perpetuum dabis nobis, quia complebitur in nobis, Beati qui habitant in domo tua, Domine, in saecula saeculorum laudabunt te (Ps 83,5). 10 [v.10]. Haec ergo futura cum certa sint nobis, et illa praeterita cum a patribus nostris audierimus, quid modo? Nunc autem repulisti et confudisti nos. Confudisti, non in conscientia nostra, sed in facie hominum. Erat enim tempus quo affligerentur Christiani. cum ubique fugerent, cum ubique diceretur, Christjanus est, tanquam ad insultationem

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Lamentación por el estado de opresión

Al

cuando dondequiera q u e se decía: Es cristiano, se consideraba como o p r o b i o y befa. Luego ¿dónde está nuestro D i o s , nuestro Rey, q u e envía la salud a Jacob? ¿ D ó n d e está A q u e l q u e hizo aquellas cosas que nos contaron nuestros padres? ¿ D ó n d e está el q u e ha de hacer todo lo q u e nos reveló p o r el Espíritu Santo? ¿Acaso ha cambiado? N o . Para entendimiento de los hijos de Coré fueron hechas estas cosas. D e b e m o s e n t e n d e r p o r q u é quiso q u e padeciésemos todo esto en época intermedia. ¿Qué es todo esto? Mas ahora nos has rechazado y confundido y no sales, ¡oh Dios!, con nuestros ejércitos. Salimos al e n c u e n t r o de nuestros enemigos, y tú n o sales con nosotros; los vemos, prevalecen, y nosotros somos inválidos soldados. ¿ D ó n d e está tu fortaleza? ¿ D ó n d e está t u diestra y tu poder? ¿ D ó n d e está el m a r desecado? ¿ D ó n d e se hallan los perseguidores egipcios sepultados por las olas? ¿Dónde el opositor Amalee, vencido con el signo de la cruz? Y no sales, ¡oh Dios!, con nuestros ejércitos. 11 [ v . l l ] . Nos colocaste detrás de nuestros enemigos. Apareciendo ellos delante y nosotros detrás, siendo considerados nosotros c o m o vencidos y ellos c o m o vencedores. Y los que nos odiaron nos saquearon. ¿ Q u é saquearon o a quiénes arrebataron? A nosotros. 12 [ v . 1 2 ] . Nos entregaste, como ovejas de comida, y nos dispersaste entre las gentes. Somos comidos por las gentes. En éstos están representados los que sucumbieron en los padecimientos, siendo convertidos en c u e r p o de gentiles. La Iglesia llora a éstos c o m o a m i e m b r o s suyos devorados. 13 [ v . 1 3 ] .

Vendiste

a tu pueblo

sin ponerle

precio.

Hemos

et ad opprobrium pertineret. Ubi est ergo ille Deus noster, rex noster, qui mandat salutem Iacob? Ubi est ille qui fecit omnia quae nobis narraverunt paires nostri? Ubi est qui facturus est omnia quae nobis revelavit per Spiritum suum? Numquid mutatus est? Sed in intellectum filiis Core fiunt haec. Aliquid enim intelligere debemus, quare nos ista omnia medio tempore pati voluit. Quae omnia? Nunc autem repulisti et confudisti nos: et non egredieris Deus in virtutibus nostris. Procedimus ad inimicos nostros, et tu nobiscum non procedis: videmus eos, praevalent illi, et nos invalidi sumus. Ubi est illa virtus tua? ubi est dextera et potentia tua? ubi mare siccatum? ubi .¿Egyptii persequentes fluctibus obruti? (Ex 14,21.27) ubi Amalech resistens, in crucis signo superaras? (Ib. 17,11). Et non egredieris Deus in virtutibus nostris. 11 [ v . l l ] . Avertisti autem nos retrorsum prae inimicis nostris: ut quasi illi ante sint, nos retro; illi victores, nos victi deputemur. Et qui nos oderunt, diripiebant sibi: quid, nisi nos? 12 [v.12]. Dedisti nos tanquam oves escarum, et in nationibus dispersisti nos: a nationibus manducad sumus. Hi significantur qui sic passi sunt, ut in Corpus gentium verterentur. Plangit enim eos Ecclesia, tanquam membra sua devorata. 13 [v.13]. Vendidisti populum tuum sine pretio. Vidimus enim

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visto a los q u e entregaste, mas n o lo q u e recibiste p o r ellos. Y no hubo gran gozo en sus algazaras. ¿Acaso cuando h u í a n los cristianos, perseguidos p o r los enemigos idólatras, se j u n t a b a n y clamaban a D i o s con voces de alegría? ¿Por ventura en la Iglesia de Dios se cantaban los himnos q u e suelen cantarse estando en paz, resonar a los oídos de Dios con el dulce canto de la fraternidad? Y no hubo gran regocijo en sus algazaras. 14 [v.14.15). Nos constituíste en oprobio de nuestros vecinos y en la burla y el escarnio de aquellos que nos rodean. Nos colocaste en semejanza (o remedo) entre las gentes. ¿Qué significa en semejanza o remedo? Que, cuando los h o m b r e s maldicientes ofrecen u n a semejanza o presentan u n r e m e d o de aquel a q u i e n detestan, dicen: Así mueras; así seas castigado (como aquél). ¡Cuántas cosas parecidas se dijeron entonces! ¡Así seas crucificado! H o y n o faltan enemigos de Cristo; aquí tenéis a los judíos, los cuales, c u a n d o defendemos a Cristo, nos dicen: M u e r a s c o m o El. N o h u b i e r a n inferido aquella m u e r t e si n o h u b i e r a n t e m i d o en g r a n m a n e r a m o r i r de aquella forma. ¿Pero q u é misterio se encerraría en ella si hubiesen p o d i d o entenderla? C u a n d o a u n ciego se le aplica u n a pomada, n o ve el colirio en la m a n o del médico. Pues así la m i s m a cruz t a m b i é n se levantó en p r o v e c h o de los perseguidores. Por ella fueron m á s tarde curados y p o r ella creyeron en A q u e l a quienes ellos m a t a r o n . Nos colocaste en semejanza entre las gentes, y en movimiento de cabeza entre los -pueblos. Pues m u e v e n la cabeza con el fin de insultar. Hicieron muecas con los labios y movieron la cabeza, dice el salmo 2 1 . Esto hicieron al Señor; esto también se lo hicieron a todos los quos dedisti, non vidimus quid accepisti. Et non fuit multitudo in iubilationibus eorum. Numquid enim quando fugiebant Christiani persequentibus inimicis idololatris, fíebant congregaciones et iubilationes Deo? Numquid concinebantur hymni de ecclesiis Dei, qui solent in pace concini, dulcique concentu fraternitatis Dei auribus personan? Et non fuit multitudo in iubilationibus eorum. 14 £V.14.15]. Posuisti nos in opprobrium vicinis nostris, subsannationem et derisum bis qui in circuitu nostro sunt. Posuisti nos in similitudinem in nationibus. Quid est, in similitudinem? Quando maledicentes homines similitudinem dant de eo quem detestantur: Sic moriaris, sic puniaris. Quanta tune dicta sunt talia? Sic crucifigaris. Hodieque non desunt hostes Christi, illi ipsi Iudaei, contra quos quando defendimus Christum, dicunt nobis: Sic moriaris quomodo ille. Non enim illam mortem intulissent, nisi eo modo morí vehementer exhorruissent; aut quid mysterii haberet, si intelligere potuissent. Caecus quando inunguitur, collyrium in manu medici non videt. Nam crux ipsa et pro ipsis persequentibus facta est. Inde sunt postea sanati, et in eum crediderunt quem ipsi occiderunt. Posuisti nos in similitudinem in nationibus, commotionem capitis in populis: commotionem capitis ad insultandum. Et locuti sunt labiis, et moverunt ctput (Ps 21,8). Hoc Domino, hoc etiam ómnibus

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santos a quienes p u d i e r o n perseguir, encarcelar, ultrajar, entregar, afligir y matar. 15 [ v . 1 6 . 1 7 ] . De continuo tengo a la vista mi ignominia, y la concusión cubre mi rostro por la voz del que recrimina y vitupera. Esto es, p o r la voz d e los q u e m e injurian y m e echan en cara el c r i m e n de adorarte y confesarte; de los q u e m e echan en cara el c r i m e n de aquel n o m b r e p o r el q u e m e son borrados todos mis delitos. Por la voz del que recrimina y vitupera, es decir, del q u e habla contra m í . Por la presencia del enemigo y del perseguidor. ¿Qué sentido tiene esto? Las cosas q u e se n a r r a r o n c o m o pasadas, n o se c u m p l e n en nosotros; las q u e se esperan c o m o futuras, n o aparecen todavía. Las pasadas son haber sacado al p u e b l o con g r a n gloria tuya de Egipto, haberle llevado a través de las naciones, estableciéndole en reino después de expulsar a las gentes. Las futuras son sacar de este Egipto del m u n d o al p u e blo, teniendo a Cristo p o r caudillo apareciendo en su gloria, condenar a los perversos con el diablo al fuego eterno y recibir el r e i n o e t e r n a m e n t e de Cristo con sus santos. Estas son cosas futuras, aquéllas pasadas. Y en m e d i o , ¿qué hay? Tribulaciones. ¿Para qué? Para q u e el alma q u e adora a D i o s manifieste c u á n t o le adore; p a r a q u e se vea si adora gratis a A q u e l de q u i e n recibe la salud g r a t u i t a m e n t e . Si D i o s te dice: ¿Qué m e diste para crearte? Pues si, ciertamente hecho, mereciste algo de m í , n o lo mereciste antes de hacerte. ¿Qué contestaremos a A q u e l q u e p r i m e r a m e n t e nos creó g r a t u i t a m e n t e p o r ser b u e n o , n o p o r q u e hubiésemos m e recido algo nosotros? A d e m á s , ¿qué hemos de decir del s e g u n d o nacimiento, esto es, de la reparación? ¿Por ventura se debe a sanctis eius, quos persequi, quos tenere, quos illudere, quos tradere, quos affligere, quos occidere potuerunt. 15 [v.16.17]. Tota die verecundia mea contra me est, et confusio vultus mei operuit me: a voce exprobrantis et obloquentis: hoc est, a voce insultandum et crimen mihi obiicientium, quia coló te, quia confíteor te: et crimen mihi obiicientium de illo nomine, unde mea omnia crimina delebuntur. A voce exprobrantis et obloquentis, id est, contra me loquentis. A facie inimici et persequentis. Et quis hic intellectus? Quae praeterita dicta sunt, non in nobis fient: quae futura sperantur, non apparent. Praeterita: in magna gloria tua eductus est populus de /Egypto, liberatus a petsequentibus, ductus per gentes, expulsis gentibus collocatus in regno. Quae futura? Educendus populus de ista ¿Egypto saeculi, duce Christo apparente in gloria sua; ponendi sancti ad dexteram, iniqui ad sinistram, damnandi iniqui cum diabolo in aeterna poena; accipiendum regnum a Christo cum sanctis in sempiternum. Haec sunt futura, illa praeterita. In medio quid? Tribuiationes. Quare? Ut appareat animus colens Deum, quantum colat Deum; ut videatur utrum gratis colat eum a quo salutem gratis accepit. Si enim tibi dicat Deus, Quid dedisti mihi ut facerem te? Certe si factus promeruisti me, non me promerueras antequam facerem te. Quid dicturi sumus ei, qui primo gratis nos fecit, quia bonus est, non quia aliquid meruimus? Deinde de ipsa reparatione,

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nuestros méritos que el Señor nos enviase aquella Salud perpetua? N o hay tal cosa. Si nuestros méritos hubiesen influido algo, hubiera venido a condenarnos. No vino a inspeccionar los méritos, sino a perdonarnos los pecados. N o existías, y fuiste hecho. ¿Qué diste a Dios? Fuiste malo, y has sido librado. ¿Qué diste a Dios? ¿Qué cosa no has recibido gratuitamente de él? Con razón se llama gracia, porque se da gratuitamente. Luego de ti se exige que le adores gratuitamente a El; no porque dé cosas temporales, sino porque ofrece las eternas. 16. Pero atiende a las cosas eternas, no sea que pienses mal de ellas, y, pensando carnalmente, no adores gratuitamente a Dios. ¿Pues qué? Si adoras a Dios porque te dio un fundo, ¿no le adorarás también porque te le quitó? Quizá tú dices: Le adoro porque me dará una quinta eterna. Con todo, aún le adoras con mente depravada, pues no le adoras con amor puro, aún ansias recompensa. Quieres tener en la vida futura las cosas que necesariamente dejarás aquí; quieres cambiar el deseo carnal, mas no destruirle. N o se alaba el ayuno en aquel que reserva el estómago para una orgía. Algunas veces son invitados los hombres a un banquete y, queriendo asistir a él con hambre, ayunan. ¿Acaso ha de reputarse este ayuno como ayuno de mortificación y no más bien de sibaritismo? Luego no esperes que Dios te ha de dar lo que aquí te manda que desprecies. Estas cosas esperaban los judíos; por eso se hallaban desorientados en esta cuestión. Ellos esperan la resurrección, pero creen que han de resucitar para gozar de los placeres corporales que aman aquí. Por eso, de secunda nativitate quid dicturi sumus? Merita nostra fecisse ut nobis illa salus perpetua mitteretur a Domino? Absit. Si merita nostra aliquid facerent, ad damnationem nostram veniret. Non venit ille ad inspectionem meritorum, sed ad remissionem peccatorum. Non fuisti, et factus es: quid Deo dedisti? Malus fuisti, et liberatus es: quid Deo dedisti? Quid non ab eo gratis accepisti? Mérito et gratia nominatur, quia gratis datur. Exigitur ergo a te, ut et tu gratis eum colas: non quia dat temporalia, sed quia praestat aeterna. 16. Sed ipsa aeterna vide ne aliter cogites, et cogitando aeterna carnaliter, nihilominus Deum gratis non colas. Quid enim? Si ideo colis Deum, quia dat tibi fundum, non eum culturus es, quia tollit tibí fundum? Sed forte tu dicis: Ideo eum colam, quia dabit mihi villam, non tamen temporalem. Nihilominus adhuc corruptam mentem geris: amore enim casto non colis, adhuc mercedem expetis. Ea enim vis habere in futuro saeculo, quae hic necesse est derelinquas: mutare vis voluptatem carnalem, non amputare. Non laudatur in iüo ieiunium, qui ad luxuriosam coenam servat ventrem suum. Invitantur enim aliquando homines ad coenam magnam, et eum ad eam volunt avidi venire, ieiunant: numquid hoc ieiunium continentiae, et non potius luxuriae deputandum est? Noli ergo talia sperare tibi danda a Deo, qualia hic iubet contemnere. Haec enim sperabant Iudaei, ideo turbabantur in illa quaestione. Nam et ipsi resurrectionem sperant, sed ad tales voluptates corporis se sperant

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cuando se les proponía por los saduceos, que no creían en la resurrección, aquella cuestión sobre la mujer que se había casado sucesivamente con siete hermanos, al preguntarles de quién de ellos sería esposa en la resurrección, claudicaban y no podían responder. Por el contrario, cuando le fue propuesta al Señor esta cuestión, como no se nos promete la resurrección en la que se busquen o reclamen los placeres de este género, sino la resurrección en la que se proporcionarán gozos eternos dimanados de Dios mismo, responde y dice: Erráis por no conocer las Escrituras ni el poder de Dios, porque en la resurrección no se casarán ni las mujeres ni los hombres, pues no comenzarán a morir. Es decir, allí no se busca sucesor, porque nadie morirá. Entonces, ¿qué acontecerá? Serán iguales a los ángeles de Dios. A no ser que tú pienses que los ángeles se recrean con banquetes cotidianos y con el vino con que tú te embriagas, o juzgues que también los ángeles se casan. En los ángeles no se da ninguna cosa de éstas. ¿De qué se gozan? De lo que dice el Señor: No sabéis que los ángeles de Dios siempre ven el rostro de mi Padre? Luego, si los ángeles se gozan de la faz del Padre, para ti apresta tal gozo. ¿Encontrarás otro mejor que el de contemplar la faz de Dios? Teme por tu amor si aún sospechas que hay algo más bello que Aquel por el cual todo es hermoso, que te cautive el corazón, y, por tanto, no merezcas pensar en el de Dios. El Señor se presentó en carne y apareció hombre a los hombres. ¿Cómo apareció? Ya lo dije: hombre a los hombres. ¿Qué cosa extraordinaria aparecía? Carne a la carne. ¿Qué cosa extraordinaria aparecía Aquel de quien se dijo: Le vimos, y no tenía forma ni resurrecturos, quales hic amant. Ideo eum eis proponeretur quaestio illa a Sadducaeis, qui non credunt resurrectionem, de illa midiere quae nupsit septena fratribus sibimet succedentibus, cuius eorum in resurrectione erit uxor, deficiebant, et responderé non poterant. At vero Domino quando est proposita, quia nobis resurrectio talis promittitur, non qua repetantur huiusmodi voluptates, sed qua aeterna de ipso Deo gaudia comparentur, respondit Dominus, et ait: Erratis nescientes Scripturas, ñeque virtutem Dei: in resurrectione enim ñeque nubent, ñeque uxores ducent: non enim incipient mori. Id est, non ibi quaeritur successor, ubi non erit decessor. Et quid erit? Sed erunt, inquit, aequales Angelis Dei (Mt 22,29-30, et Le 20,35.36). Nisi forte putas, quod Angelí epulis quotidianis, et vino quo te inebrias, gaudeant, aut hoc forte arbitraris, quod Angelí uxores habeant. Nihil eorum est apud Angelos. Unde gaudent Angelí, nisi unde Dominus ait: Nescitis quia Angelí eorum semper vident faciem Patris? (Mt 18,10). Si ergo ad faciem Patris gaudent Angelí, ad tale gaudium te praepara: aut si invenís melius quam videte faciem Dei? Vae tali amori tuo, si vel suspicaris aliquid pulchrius, quam est ille a quo est omne pulchrum, quod te teneat, ne illum cogitare merearis. Dominus in carne erat, et apparebat homo hominibus. Qualis apparebat? Iam dixi, homo hominibus. Quid magnum apparebat? Caro carni. Quid magnum apparebat, de quo dictum est: Vidimus eum, et non

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hermosura? ¿Quién n o tenía forma ni hermosura? A q u e l d e quien t a m b i é n se dice: El más hermoso de los hijos de los hombres. C o m o h o m b r e n o tenía forma n i hermosura, p e r o era hermoso p o r lo q u e es superior a los hijos de los hombres. Por tanto, most r a n d o a los ojos de los q u e le veían aquella forma deforme de carne, ¿qué dice? Quien me ama, guarda mis mandamientos, y quien me ama, es amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él. P r o m e t í a q u e El, a q u i e n veían, había de manifestarse. ¿Qué es esto? Lo m i s m o q u e si les dijese: Veis la forma de siervo; la forma de D i o s está oculta; p o r ésta os cautivo, p o r aquélla os salvo; por ésta os n u t r o c o m o a grandes, p o r aquélla os a l i m e n t o c o m o a niños. L u e g o p a r a q u e nuestra fe, p o r la q u e nos purificamos, se preparase para las cosas invisibles, fueron hechas todas estas cosas para entendimiento de los hijos de Coré, a fin de q u e , despojándose los santos de las cosas q u e tenían y aun de la m i s m a vida temporal, n o se interesasen p o r lo eterno atend i e n d o a estas mismas cosas temporales, sino q u e tolerasen p o r el amor p u r o de lo eterno todas estas cosas q u e h a b í a n de soportar t e m p o r a l m e n t e . 17 [ v . 1 8 . 1 9 ] . E n fin, c o m o los hijos de Coré e n t e n d i e r o n esto, ¿qué dicen? Todo esto nos ha sobrevenido, y no te hemos olvidado. ¿Qué significa no te hemos olvidado? No hemos obrado inicuamente contra tu mandamiento ni se volvió atrás nuestro corazón. Y desviaste nuestros senderos de tu senda. H e aquí el sentido: como n o se volvió atrás nuestro corazón, c o m o n o te hemos olvidado, como n o h e m o s o b r a d o inicuamente contra tu testamento (por eso), nos hallamos colocados en grandes tribu-

laciones y persecuciones de p a r t e de las gentes. Desviaste nuestros senderos de tu senda. N u e s t r o s senderos se hallaban en las prosperidades de las cosas temporales, los borraste de t u senda y nos manifestaste cuan estrecha y angosta es la senda q u e conduce a la vida. Y desviaste nuestros senderos de tu senda. ¿Qué quiere indicarnos al decir desviaste nuestros senderos de tu senda? Q u e es c o m o si dijera: Os halláis establecidos en tribulaciones; padecéis sobremanera; perdisteis m u c h a s de las cosas que amabais en este m u n d o , p e r o n o os dejé abandonados en el c a m i n o angosto q u e os enseñé. Buscáis los caminos anchos. ¿Qué os diré? El c a m i n o q u e os m u e s t r o conduce a la vida eterna. Por el q u e pretendéis vosotros caminar vais a la muerte. ¡Qué ancha y espaciosa es la senda que conduce a la perdición, y cuántos son los que caminan por ella! ¡Qué estrecho y angosto es el camino que conduce a la vida, y cuan pocos son los que van por él! ¿Quiénes son estos pocos? Los q u e soportan las tribulaciones; los q u e toleran las tentaciones; los q u e n o desfallecen en todas estas incomodidades; los q u e n o se alegran solamente al t i e m p o de hablar y cuando llega el m o m e n t o de la tribulación, c o m o si el sol hubiera aparecido, se secan c o m o si estuviesen sin raíz, sino q u e tienen la raíz de la caridad, conforme acabamos de oír p o r la lectura del evangelio. T e n , diré, la raíz de la caridad, p a r a q u e , c u a n d o salga el sol, n o te q u e m e , sino q u e te alimente. Todas estas cosas nos han sobrevenido, y no te hemos olvidado, ni hemos obrado inicuamente contra tu testamento ni se volvió atrás nuestro corazón. P e r o c o m o ejecutamos todas estas cosas en m e d i o d e las tribulaciones c a m i n a n d o p o r la senda angosta, desviaste nuestros senderos de tu senda.

habebat speciem ñeque decorem? (Is 53,2). Quis non habebat speciem ñeque decorem? De quo Ítem dicitur: Speciosus forma prae filiis hominum (Ps 44,3). Ut homo, non habebat speciem ñeque decotem; sed speciosus forma ex eo quod est prae filiis hominum. Ideo formam illam deformem carnis ostendens oculis intuentium, quid ait? Qui diligit me, mandata mea. custodit; et qui diligit me, diligetur a Patre meo, et ego diligam eum, et ostendam Mi meipsum (lo 14,21). Quem videbant, ostensurum se illis promittebat. Sed quid est hoc? Quasi diceret, Videtis formam servi, occulta est forma Dei: per hanc vobis blandior, illam vobis servo; hac vos párvulos nutrió, illa grandes pasco. Ergo ut haec fides nostra qua purgamur, ad invisibilia praeparetur, hoc est, quod in intellectum filiis Core facta sunt ista omnia, ut detraherentur sanctis ea quae habebant, detraheretur et ipsa vita temporalis: ut non propter haec ipsa temporalia colerent ipsum aeternum, sed amore illius casto tolerarent haec omnia quae pro tempore paterentur. 17 [v.18.19). Denique quia intellexerunt hoc filii Core, quid dicunt? Haec omnia venerunt super nos, et obliti non sumus te. Quid est, et obliti non sumus te? Et inique non egimus in testamento tito: et non recessit retro cor nostrum: et declinasti semitas riostras de via tua. Ecce est intellectus, quia non recessit retro cor nostrum, quia obliti non sumus te, quia inique non egimus in testamento tuo, positi in magnis tribula-

tionibus et persecutionibus gentium. Declinasti semitas nosPras de via tua. Semitae enim nostrae erant in voluptatibus saeculi; semitae nostrae erant in prosperitatibus temporalium rerum: tulisti semitas nostras de via tua, et ostendisti nobis quam arcta et angusta via est quae ducit ad vitam. Et declinasti semitas nostras de via tua. Quid est, declinasti semitas nostras de via tua? Tanquam diceret nobis, In tribulatione positi estis, multa patímini, multa quae amabatis in hoc saeculo, amísistis: sed non vos dimisi in via, quam angustam vos doceo. Latas semitas quaerebatis: quid vobis dico? Hac itur ad vitam sempiternam: qua vultis ambulare, ad mortem pergitis. Quam lata et spatiosa via est quae ducit ad inteñtum, et multi sunt qui ambulant per eam! Quam arcta et angusta via est quae ducit ad vitam, et pauci sunt qui ambulant per illam! (Mt 7,13.14). Qui sunt pauci? Qui tolerant tribulationes, qui tolerant tentationes, qui in istis ómnibus molestiis non deficiunt; qui non ad horam gaudent ad verbum, et in tempore tribulationis tanquam orto solé arescunt (I 13,20.21.23), sed habent radicem charitatis, sicut audivimus quod modo lectum est in Evangelio (Me 4,16.17.20, et Le 8,13.15). Radicem, inquam, charitatis habe, ut cum sol exortus fuerit, non te urat, sed nutriat. Haec omnia venerunt super nos, et obliti non sumus te; et inique non egimus in testamento tuo; et non recessit retro cor nostrum.

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18 [ v . 2 0 ] . Nos humillaste en el lugar de la debilidad. Luego nos exaltarás en el lugar de la fortaleza. Y nos cubrió con la sombra de la muerte. Esta mortalidad (del cuerpo) es la sombra de la m u e r t e . Pues la verdadera m u e r t e es la condenación con el diablo. 19 [ v . 2 1 ] . Si nos hemos olvidado del nombre de nuestro Dios. Este es el e n t e n d e r de los hijos de Coré. Y si hemos extendido (o elevado) nuestras manos a un dios extraño. 20 [ v . 2 2 ] . ¿No averiguará Dios estas cosas? El conoce los secretos del corazón. Conoce y averigua; si conoce los secretos del corazón, ¿qué hace allí? ¿No averiguará Dios estas cosas? Conoce en sí, averigua a t e n d i e n d o a nosotros. E n efecto, D i o s indaga algunas veces, y dice q u e ha conocido p o r q u e te hizo conocer a ti. T e manifiesta su obra, n o su conocimiento. M u c h a s veces decimos: Está alegre el día, c u a n d o está apacible. ¿Acaso se alegra el m i s m o día? D e c i m o s : Está alegre, p o r q u e nos hace a nosotros alegres. Asimismo, decimos que el cielo está triste. Las nubes n o e x p e r i m e n t a n tales sensaciones; p e r o c o m o los hombres, al ver de esta forma el aspecto del cielo, se entristecen, se dice q u e está triste p o r q u e los entristece. D e igual m o d o , se dice q u e D i o s conoce cuando nos hace conocer a nosotros. Dios dice a A b r a h á n : Ahora conozco que temes a Dios. ¿ N o conocía esto antes? Sí. P e r o A b r a h á n n o se conocía, puesto q u e en la m i s m a tentación se conoció. M u c h a s veces piensa el h o m b r e q u e p u e d e lo que n o p u e d e o que n o p u e d e lo q u e puede. Se le som e t e , por disposición divina, a u n a prueba, y, debido a ella, se le hizo conocer; sin e m b a r g o , se dice q u e conoció Dios lo que

hizo conocer al h o m b r e . ¿Se conocía, por ventura, P e d r o cuando dijo al médico, Permaneceré contigo hasta la muerte? El médico, habiéndole t o m a d o el pulso, conocía q u é se obraba i n t e r i o r m e n t e en el e n f e r m o ; el e n f e r m o lo ignoraba. Se presentó la tentación; el médico c o m p r o b ó el pronóstico y el e n f e r m o falló en su p r e sunción. Luego así conoce y así averigua Dios. Conoce. ¿Por q u é investiga? Por ti; para q u e te veas a ti m i s m o y des gracias al que te hizo. Acaso no indagará Dios estas cosas? 2 1 . El conoce los secretos del corazón. ¿Qué significa conoce los secretos? Las cosas ocultas. Puesto que por ti somos mortificados de continuo, somos considerados como ovejas de degüello. Puedes ver q u e se mortifica al h o m b r e . ¿Por q u é es mortificado? Lo ignoras. Dios lo sabe; es una cosa oculta. Pero m e dice alg u i e n : V e q u e se entrega por el n o m b r e de Cristo, q u e confiesa su n o m b r e . ¿O es q u e los herejes n o confiesan también el n o m bre de Cristo y n o m u e r e n p o r él? N o . ¿Pensáis, diré, que en la m i s m a Iglesia católica n o p u d o suceder o sucede q u e haya algunos q u e padezcan por causa de la gloria h u m a n a ? Si faltase esta clase de h o m b r e s , n o diría el Apóstol: Si entregare mi cuerpo a las llamas y no tuviere caridad, de nada me serviría. Luego p r e suponía q u e p u d i e r a haber h o m b r e s q u e hiciesen esto p o r vanagloria, n o por amor. Por tanto, esto es oscuro. Dios solo ve esto, los h o m b r e s n o p o d e m o s verlo. Sólo p u e d e juzgar él, q u e ve los secretos del corazón. Puesto que por ti somos mortificados de continuo, somos considerados como ovejas de degüello. Y a dije q u e el apóstol San P a b l o adujo este testimonio para exhortar a

Sed quia haec omnia ínter tribulaciones facimus,iam ¡n angusta vía ambulantes, declinasti semitas riostras de via tua. 18 [v.20]. Quoniam humiüasti nos in loco infirmitatis. Ergo exaltabas nos in loco fortitudinis. Et operuit nos umbra mortis. Haec enim mortalitas umbra mortis est. Vera mors est damnatio cum diabolo. 19 [v.21]. Si obliti sumas nomen Dei nostri. Iste est intellectus filiorum Core. Et si expandimus manus riostras ad Deum alienum. 20 [v.22]. Nornie Deas requiret ista? Ipse enim novit occulta coráis. Novit, et requirit: si novit occulta cordis, quid ibi facit? Nonne Deus requiret ista? Novit in se, requirit propter nos. Etenim ideo requirit Deus aliquando, et dicit sibi innotescere, quod facit tibi innotescere. Opus suum tibi dicit, non cognitionem suam. Dicimus plerumque, Laetus dies, quando serenus est: numquid ipse dies gaudet? Sed gaudentem dicimus, quia gaudentes nos facit. Et dicimus, Triste caelum. Non enim est ullus talis sensus in nubibus: sed quia nomines huiusmodi videntes caeli faciem contristantur, triste dicitur, eo quod tristes facit. Sic et Deus cognoscere dicitur, quando cognoscentes facit. Deus dicit ad Abraham: Nunc cognovi quia tu times Deum (Gen 22,12). Ante non cognoverat? Sed ipse Abraham se non cognovit: quia in ipsa tentatione ipse sibi innotuit. Plerumque enim homo putat se posse quod non potest, aut putat se non posse quod potest; accedit ad illum interrogatio ex divina dispensatione, et per interrogationem notus fit sibi; et dicitur Deus cognovisse,

quod illum fecit nosse. Numquid Petrus noverat se, quando dixit medico: Tecum sum usque ad mortem? (Mt 26,35). Medicus noverat, vena inspecta, quid intus ageretur in aegroto; aegrotus non noverat. Venit accessio tentationis; et probavit medicus sententiam suam, perdidit aeger praesumptionem suam. Sic ergo et novit Deus, et requirit. Novit. Quomodo ipse requirit? Propter te, ut tu invenías te, et gratias agas ei qui fecit te. Nonne Deus requiret ista? 21. Ipse enim novit occulta cordis. Quid est, novit occulta? quae occulta? Quoniam propter te mortificamur tota die, deputati sumus velut oves occisionis. Potes enim videre mortifican hominem; quare mortificetur, nescis: Deus hoc novit; res in occulto est. Sed dicit mihi aliquis: Ecce pro nomine Christi detinetur, nomen Christi confitetur. Quare non et haeretici nomen Christi confitentur, et non tamen iam propter ípsum moriuntur? Prorsus in ipsa Ecclesia, dicam, catholica, putatis defuisse aut deesse posse, qui causa humanae gloriae paterentur? Si deessent huiusmodi nomines, non diceret Apostolus: Si tradidero corpus meum ut ardeam, charitatem autem non habeam, nihil mihi prodest (1 Cor 13,3). Sciebat ergo esse posse quosdam qui hoc iactatione facerent, non dilectione. Ideo obscurum est; Deus hoc solus videt, nos non possumus. Ipse solus potest iudicare, qui novit occulta cordis. Quoniam propter te mortificamur tota die, deputati sumus velut oves occisionis. Iam dixi, hinc etiam apostolum Paulum testimonium posuisse ad exhor-

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los mártires a fin de q u e n o desfalleciesen en las tribulaciones soportadas p o r el n o m b r e de Cristo. 22 [ v . 2 3 ] . Despierta; ¿por qué duermes, Señor? ¿A quién dice y q u i é n dice esto? ¿ N o se diría m á s bien que d u e r m e y ronca aquel q u e dice: Despierta; ¿por qué duermes, Señor? T e dirá: Sé lo q u e digo, p o r q u e sé " q u e n o d u e r m e el q u e guarda a Israel". Pero, sin e m b a r g o , los mártires claman: Despierta; ¿por qué duermes, Señor? ¡Oh, Señor Jesús!, fuiste m a t a d o , dormiste en la pasión, p e r o ya resucitaste para nosotros. Sabemos q u e resucitaste p a r a nosotros. ¿Por q u é resucitaste? Las gentes q u e nos p e r s i g u e n te tienen p o r m u e r t o ; n o creen q u e resucitaste. Resucita t a m b i é n para ellas. ¿Por q u é duermes, n o p a r a nosotros, sino para ellas? Si creyesen q u e ya has resucitado, ¿acaso perseguirían a los q u e creen en ti? ¿Por q u é c o n t i n ú a n persiguiendo? Destruye, aniquila a ciertos h o m b r e s q u e creyeron q u e tú eras u n m u e r t o desventurado. A ú n duermes p a r a ellos. D e s p i e r t a p a r a q u e vean q u e resucitaste y descansen. Por fin aconteció que, m i e n t r a s m u e r e n los mártires y dicen estas cosas, d u e r m e n , y despiertan a Cristo, verdaderamente m u e r t o con las m u e r t e s de ellos. P e r o Cristo en cierto m o d o resucitó entre las gentes, pues creyeron q u e resucitó, y así t a m b i é n ellos p o c o a poco se convirtieron a Cristo creyendo y formaron u n g r a n n ú m e r o , al q u e t e m i e r o n los perseguidores, y de este m o d o cesaron las persecuciones. ¿ D e d ó n d e procedió esto? D e q u e Cristo resucitó e n t r e las gentes, el cual antes d o r m í a para las que n o creían en él. Despierta y no nos rechaces para siempre. tandos martyres, ne deficerent in tribulationibus pro nomine Christi susceptis. 22 [v.23]. Exsurge, quare obdormis, Domine? Cui dicit? et quis dicit? Nonne magis dicetur ¡He dormiré, et halare, qui talia loquitur, Exsurge, quare dormís, Domine? Respondet tibi, Novi quid dicam: scio quia non dormit qui custodit Israel (Ps 110,4): sed tamen martyres clamant, Exsurge, quare obdormis, Domine? O Domine Iesu! occisus es, dormisti in passione, iam nobis tesurrexisti. Novimus enim quia nobis resurrexisti. Quare resurrexisti? Gentes quae nos persequuntur, mortuum te putant, resurrexisse non credunt. Exsurge ergo et illis. Quare dormís, non nobis, sed illis? Si enim iam te illi crederent resurrexisse, numquid eos qui in te crederent persequi poterant. Sed quare persequuntur? Dele, occide nescio quos, qui crediderunt in te nescio quem male mortuum? Adhuc eis dormis: exsurge ut intelligant quia resurrexisti, et quiescant. Denique factum est dum moriuntur martyres, et ista dicunt, dormiunt, et excitant Christum veré mortuum dormitionibus eorum; surrexit Christus quodammodo in gentibus, id est, creditus est resurrexisse: ita paulatim et ipsi credendo conversi ad Christum, fecerunt numerum magnum, quem timerent persecutores, et cessaverunt persecutiones. Unde? Quia resurrexit Christus in gentibus, qui illis ante non credentibus dormiebat. Exsurge, et ne repellas usque in finem.

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23 [ v . 2 4 ] . ¿Por qué apartas tu rostro c o m o si n o estuvieses presente, c o m o si te hubieras olvidado de nosotros? Te olvidas de nuestra miseria y de nuestra tribulación. 2 4 [ v . 2 5 ] . Porque nuestra alma se halla postrada en el polvo. ¿ D ó n d e se halla postrada? En el polvo, es decir, el p o l v o nos abate. N o s debilitan aquellos de quienes dijiste: No asi los impíos, no así; sino que serán (aventados) como polvo que levanta el viento de la superficie de la tierra. Nuestra alma se halla tendida sobre el polvo; a la tierra está adherido nuestro vientre. M e parece q u e se expresó la p e n a de mayor humillación q u e p u e de darse, la cual consiste en postrarse y adherir el vientre a la tierra. T o d o el q u e se humilla d o b l a n d o las rodillas, aún p u e d e humillarse m á s ; q u i e n se humilla de tal m o d o q u e adhiere su vientre a la tierra, ya se humilló cuanto p u d o . Si quiere seguir humillándose, ya n o podrá; se enterrará. Luego quizá quiso decir: H e m o s sido humillados demasiado en este polvo, de suerte q u e n o tenemos m o d o de humillarnos m á s ; llegó ya la humillación al s u m o ; venga ya la conmiseración. 25. ¿O es que, hermanos, la Iglesia llora con esta voz a aquellos a quienes los perseguidores persuadieron la iniquidad, de m o d o q u e quienes p e r m a n e c i e r o n firmes en la v i r t u d digan esto: Nuestra alma está postrada en el polvo? Es decir, q u e la frase Nuestra alma está postrada en el polvo se entienda que nuestra alma se halla en p o d e r de este polvo, e n t r e las m a n o s de los impíos y perseguidores, para q u e te i n v o q u e m o s y nos soco23 [v.24]. Quare faciem tuam avertis? quasi non adsis, quasi oblitus sis nostri. Oblivisceris inopiam nostram, et tribulationem nostram. 24 [v.25]. Quoniam humiliata est in pulvere anima nostra. Ubi humiliata est? In pulvere, id est, pulvis nos persequitur. lili nos persequuntur, de quibus dixisti: Non sic impii, non sic; sed tanquam pulvis quem proiicit ventus a ¡ocie terrae (Ps 1,4). Humiliata est in pulvere anima nostra; haesit in térra venter noster. Poenam nimiae humiliationis mihi videtur expressisse, qua quisque quando se prosternit, haeret in térra venter eius. Quisquís enim ita humiliatur ut genua figat, adhuc habet quo humilietur: quisquís autem sic humiliatur ut haereat in térra venter eius, ultra quo humilietur non habet. Si enim ultra voluerit, iam non erit humiliare, sed obruere. Hoc ergo forsitan dixerit: Nimium humiliati sumus in hoc pulvere, ultra quo humiliemur non habemus: iam pervenit usque ad summum humillado, veniat et miseratio. 25. An forte, fratres, eos plangit Ecclesia voce ista, quibus illi qui persequebantur persuaserunt impietatem: ut ilii qui perdurarunt hoc dicant, Humiliata est in pulvere anima nostra? Id est, inter manus pulveris huius, inter manus impiorum et persequentium, Humiliata est in pulvere anima nostra, ad hoc ut te invocaremus, ut dates auxilíum de tribulatione: venter autem noster haesit in térra, id est, consensit im-

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Enarraciones sobre los Salmos

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rras en la tribulación; y la frase Y nuestro vientre está -pegado a la tierra se entienda: que nuestro vientre está de acuerdo con la impiedad de este polvo, y p o r esto se dijo está pegado. Si, cuand o amas y ardes p o r la caridad, con razón dices a D i o s : Mi alma se adhirió a ti; y t a m b i é n : Vara mí es un bien estar adherido a Dios, y te adhieres a D i o s c u a n d o estás de acuerdo con él, n o sin m o t i v o se dijo t a m b i é n de este vientre que está p e g a d o o adherido a la tierra, p o r q u e están representados quienes, n o sop o r t a n d o la persecución, consintieron con los inicuos, p u e s así se adhirieron a la tierra. ¿Por q u é se les llamó vientres? P o r q u e son carnales. P o r tanto, la boca d e la Iglesia son los santos, los espirituales, y el vientre de la Iglesia son los carnales. Así, pues, la boca de la Iglesia está a la vista, y el vientre está oculto, c o m o cosa m á s débil y sensible. Esto lo da a indicar la Escritura en el Apocalipsis, d o n d e dice q u e cierto h o m b r e comió el libro (que tenía el ángel), y era dulce—añade—en mi boca, y amargo en m,i vientre. ¿Qué es esto sino q u e los espirituales e n t i e n d e n los principales preceptos, mas n o los e n t i e n d e n los carnales, y q u e de aquellas cosas q u e se gozan los espirituales, se entristecen los carnales? ¿Qué contiene, hermanos, este libro? Vende lo que tienes y dalo a los pobres. ¡Qué dulce es para la boca d e la Iglesia! Esto se hizo por todos los espirituales. Por el contrario, a cualquier carnal q u e le dijeses: H a z esto, m á s fácilmente se apartará de ti triste, c o m o el rico se apartó del Señor, q u e p o n g a en práctica lo q u e le dijiste. ¿Por q u é se aparta triste? P o r q u e aquel libro es dulce a la boca y a m a r g o al vientre. H a s dado prestado algo de oro y plata; p o n t e en el caso de que puedas perderlo; quizá cometas algún pecado, quizá infieras algún ultraje pietati pulveris huius venter noster; hoc est enim dictum, Haesit. Si enim cum diligis et ardes charitate, recte dicis Deo, Adhaesit anima mea post te (Ps 62,9); et, Mihi adhaerere Deo bonum est (Ps 72,28): tune autem adhaeres Deo, quando consentís Deo: non sine causa dictum est, de ventre isto quod adhaesit in térra, nisi quia illi significantur, qui persecutionem non tolerantes, consenserunt iniquis: sic enim haeserunt in térra. Sed quare dicti sunt venter, nisi quia carnales sunt: ut os Ecclesiae in sanctis sit, in spiritualibus sit; venter Ecclesiae in carnalibus sit? Itaque os Ecclesiae eminet; venter absconditus est, tanquam mollior et infirmior. Hoc signiíicat quodam loco Scriptura, ubi quídam dicit se accepisse librum; et líber ipse dulcís erat, inquit, in ore meo, et amarus in ventre meo (Apoc 10,10). Quid est hoc, nisi quia praecepta summa quae capiunt spirituales, non capiunt carnales; et de quibus gaudent spirituales, contristantur carnales? Liber iste, fratres, quid habet? Vende omnia quae habes, et da pauperibus. Quam dulcís in ore Ecclesiae! Ab ómnibus spiritualibus factum est. At vero carnali cuicumque dixeris, Fac hoc; facilius a te tristis recedit, sicut ille dives a Domino (Mt 19,21.22), quam facit quod dictum est. Quare autem tristis recessit, nisi quia liber ilie dulcís est in ore, et in ventre amarus? Dedisti

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Lamentación por el estado de opresión

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a la Iglesia, quizá te veas forzado a blasfemar. En esta disyuntiva angustiosa de perjudicarte en los bienes o d e q u e b r a n t a r la justicia, se te dice: Pierde más b i e n el dinero que la justicia. P e r o tú, a quien n o te es dulce en la boca la justicia, sino q u e perteneces a aquellos m i e m b r o s débiles a los q u e considera la Iglesia hallarse en el vientre, contristado, eliges en algún t i e m p o p e r d e r algo de la justicia antes que perder u n a m o n e d a de plata, y así te hieres con mayor perjuicio, llenando tu bolsa y dejando vacío tu corazón. Quizá dijo de éstos: Nuestro vientre está pegado a la tierra. 26 [v.26]. Levántate, Señor, ayúdanos. V e r d a d e r a m e n t e , carísimos, se levantó y ayudó. Pues al levantarse, es decir, al resucitar y al ser conocido por las gentes, cesando las persecuciones, t a m b i é n aquellos q u e estaban adheridos a la tierra fueron despegados de ella, y, haciendo penitencia, fueron reintegrados al cuerpo de Cristo, a u n q u e débiles e imperfectos, p a r a q u e se c u m pliese en ellos aquello: Mis cosas imperfectas las vieron tus ojos, y en tu libro todos se hallan escritos. Levántate, Señor, y ayúdanos y sálvanos por tu nombre. Esto es, g r a t u i t a m e n t e ; por ta nombre, mas n o p o r mis méritos; p o r q u e tú te dignaste hacer esto, m a s n o p o r q u e fui yo d i g n o de q u e tú m e lo hicieses. Puesto que aun el m i s m o n o olvidarnos de ti y el n o apartar nuestro corazón ni alzar nuestras m a n o s a dioses extraños, ¿cómo p o d r í a m o s ejecutarlo si tú n o nos ayudases? ¿ C ó m o tendríamos fuerza si tú n o nos hablases y exhortases i n t e r i o r m e n t e sin abandonarnos? Luego ya soportemos las tribulaciones, ya nos alegremos en las nescio quid auri et argenti; ventum est ad hunc articulum, ut nisi perdas, forte aliquod peccatum committas, iniuriam forte ingeras Ecclesiae, blasphemare cogaris: pósito itaque in angustiis, aut damno pecuniae, aut damno iustitiae, dicitur tibi, Perde potius pecuniam, ne perdas iustitiam: tu autem cui non dulcís est in ore iustitia, sed adhuc in illis membris infirmus es, quales in ventre deputat Ecclesia, contristatus eligís aliquando amittere aliquid de iustitia, quam vel nummum de pecunia; et percutis te damno graviore, implens saccellum tuum, et exinaniens cor tuum. Fortassis ergo de illis dixerit, Haesit in térra venter noster. 26 [v.26]. Exsurge, Domine, adiuva nos. Et veré, carissimi, exsurrexit et adiuvit. Namque cum exsurgeret, id est, cum resurgeret, et gentibus innotesceret, cessantibus persecutionibus, etiam illi qui haeserant in térra, eruti sunt de térra, et agentes poenitentiam, redditi sunt corpori Christi, quamvis infirmí, quamvis imperfecti, ut compleretur in eis, lmperjectum meum viderunt oculi tui, et in libro tuo omnes scribentur (Ps 138,16). Exsurge, Domine, adiuva nos: et redime nos propter nomen tuum: hoc est, gratis; propter nomen tuum, non propter meritum meum; quia tu dignatus es faceré, non quia ego dignus sum cui facías. Nam et hoc ipsum quod non sumus obliti te, et non recessit retro cor nostrum, quod non expandimus manus nostras ad Deum alíenum, nisi te adiuvante, unde possemus? nisi te intus alloquente et exhortante, non deserente, unde valeremus? Ergo sive patientes in tribulationibus, sive

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^narraciones sobre los Salmos

prosperidades, sálvanos; n o p o r nombre.

nuestros méritos, sino p o r

SALMO [CANTO

tu

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SERMÓN

1 [ v . l j . Así c o m o he cantado con alegría este salmo con vosotros, así os p i d o q u e le consideréis a t e n t a m e n t e conmigo. Es cántico nupcial, del esposo y la esposa, del rey y el pueblo, del Salvador y de los q u e h a n de ser salvados. Q u i e n se presenta a las bodas con vestido nupcial, buscando el h o n o r del esposo, n o el suyo, oye n o sólo con gusto, lo q u e suele ser más p r o p i o de los h o m b r e s q u e van en busca de festejos ficticios que de espectáculos q u e ofrecen realidades, sino q u e t a m b i é n m a n d a al corazón que allí n o esté demás, sino q u e g e r m i n e , nazca, crezca, se perfeccione y participe. Conviene q u e nosotros seamos los hijos de Coré a quienes se cante lo q u e consigna el título del salmo. Estos eran determinados h o m b r e s ; sin e m b a r g o , toda inscripción de la divina Escritura insinúa algo a los q u e las entienden; y, p o r tanto, n o sólo reclama u n oyente, sino t a m b i é n u n buen entendedor. I n d a g u e m o s el sentido de la palabra hebrea y veamos q u é significa Coré. C o m o todas las palabras empleadas en la Escritura h a n sido interpretadas, p o r lo m i s m o se nos da a entender q u e los hijos de Coré son los hijos del Calvo. N o toméis este n o m b r e a irrisión, formándoos d e él la idea p u e r i l gaudentes in prosperitatibus, redime nos; non propter meritum nostrum, sed propter nomen tuum. PSALMUS

Canto nupcial

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SERMO

1 [v.l]. Hunc psalmum sicut vobiscum cum exsultatione cantavimus, ita nobiscum cum attentione considéreos peto. Cantatur enim de sanctis nuptiis, de sponso et sponsa, de rege et plebe, de Salvatore et de his qui salvandi sunt. Qui cum veste nuptiali venit ad nuptias, gloriam quaerens sponsi, non suam, non solum libenter audit, quod solet esse etiam hominum spectacula quaerentium, non facta exhibentium; sed etiam mandat cordi, quod non ibi vacet, sed germinet, erumpat, crescat, perficiatur, assumatur. Oportet enim nos esse, quibus hoc cantetur, filios Core, quod habet titulus Psalmi. Erant enim isti quídam homines: verumtamen omnis inscriptio Litterarum divinarum aliquid innuit intelligentibus, et non tantum auditorem, verum etiam cognitorem desiderat. Interrogamus enim vim hebraici verbi, quid sit Core: et, sicut se interpretationes habent omnium verborum in Scriptura positorum, renuntiatur nobis, filios Core in-

de los niños, de los cuales leemos en el libro de los Reyes que, ultrajando al santo profeta Elíseo p o r su calvicie y voceando detrás de él, le decían: Sube calvo, sube calvo. Pues a estos niños neciamente locuaces, maldiciéndolos p o r su perversidad el santo profeta, les devoraron los osos q u e salieron de la selva. Esto está escrito y he recordado d ó n d e se consignó. Quienes lo recuerden, lo t e n g a n presente; los q u e n o lo recuerden, lo lean, y los q u e n o lo h a n leído, lo crean. Luego lo q u e aquel hecho prefiguró p a r a el futuro n o nos debe coger de sorpresa. E n aquellos niños están simbolizados los h o m b r e s necios, q u e n o tienen el sentido de la realidad, de los cuales n o quiere el Apóstol que seamos nosotros cuando dice: No seáis niños en la mente. Pero c o m o el Señor nos había invitado a imitar a los niños cuando, t o m a n d o u n niño, le p u s o delante de sí y dijo: Si alguno no se hiciere como este niño, no entrará en el reino de los cielos, allí t a m b i é n el cauto A p ó s t o l en d o n d e disuade de la m e n t e pueril, nos invita también, p o r otra parte, a imitar a los niños, diciendo: No seáis niños en la mente, pero sed niños en la malicia, para que seáis perfectos en el sentir. A q u e l q u e se agrada en imitar a los niños, n o se agrade en imitarlos en la ignorancia, sino en la inocencia. Pues los niños de quienes dije a n t e r i o r m e n t e q u e ultrajaron p o r ignorancia al santo calvo de D i o s y gritaron a sus espaldas: Calvo, calvo, prefiguraron a los h o m b r e s q u e con la m i s m a m e n t e pueril, neciamente, se m o f a r o n del Calvo (llamado así), p o r q u e fue crucificado en el lugar de la Calavera; y c o m o aconteció q u e los primeros fueron devorados p o r los osos, así estos segundos fueron apresados como p o r las bestias, es decir, p o r los demonios; p o r el terpretari filios Calvi. Quod nomen non ad irrisionem accipiatis, ne inveniamur in sensu puerili, quales pueros legimus in libro Regnorum, insultantes Elisaeo sancto prophetae, et clamantes post ipsum: Ascende calve, ascende calve. Tales enim pueros stulte gárrulos, et in suam perniciem maledicentes, exeuntes de silva bestiae comederunt (4 Reg 2,23.24). Hoc scriptum est, et ubi sit scriptum commemoravimus: qui meminerunt, recognoscant; qui non meminerunt, legant; qui non legerunt, credant. Quod ergo illud factum figuravit in futurum, non nos debet apprehendere. Significan sunt enim in illis pueris stulti homines, habentes ignorantiae sensum; quales nos non vult esse Apostolus, ubi dicit: Nolite pueri esse mentibus (1 Cor 14,20). Et quia Dominus invitaverat nos ad imitationem puerorum, quando ante se parvulum posuit, et ait, Nisi quis faerit ut puer iste, non intrabit in regnum caelorum (Mt 18,2.3); ibi quoque Apostolus cautus, ubi revocat a mente puerili, vocat rursus ad imitationem puerilem: Nolite, inquit, pueri effici mentibus, sed malitia parvuli estofe, ut mentibus perfecti sitis (1 Cor 14,20). Quem delectar imitari puerum, non delectet imperitia, sed innocentia. lili vero ex imperitia insultabant sancto Dei calvo, et clamabant post eum: Calve, calve. Factum est ut a bestiis consumerentur: et figuraverunt homines in eadem mente puerili stulte irridentes quemdam calvum; quia in Calvariae loco crucifixus est. Possessi sunt ergo tales velut a

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Enanaciones sobre los Salmos

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diablo y sus ángeles, que ejercen su influjo en los hijos de la incredulidad. Los tales eran niños que, estando de pie ante el leño sagrado, movían la cabeza y decían: Si es el Hijo de Dios, baje de la cruz. Nosotros somos los hijos de El, puesto que somos hijos del esposo y para nosotros se puso a este salmo el título, que reza: Para los hijos de Coré, en favor de las cosas que han de cambiarse. 2. ¿Cómo expondré yo lo que significa en favor de las cosas que han de cambiarse? ¿Qué diré? Esto lo sabe todo el que se cambió. El que oye estas palabras: en favor de las cosas que han de cambiarse, vea lo que era y lo que es ahora. Ante todo, vea al mundo cambiado; ha poco adoraba a los ídolos, y ahora adora a Dios; servía no ha mucho a las cosas que él mismo se hizo, y ahora a Aquel que le hizo a él. Notad cuándo se dijo en favor de las cosas que han de cambiarse. Ahora se estremecen los residuos paganos al verlas cambiadas, y quienes no quieren cambiarse ven las iglesias repletas, y sus templos desiertos; aquí encuentran solemnidad, allí soledad. Se admiran de las cosas cambiadas, léanlas profetizadas. Escuchen al Prometedor y crean al Dador. También cada uno de nosotros, hermanos, se cambia, de hombre viejo, en nuevo, y se hace, de infiel, creyente; de ladrón, caritativo; de adúltero, casto; de malhechor, bienhechor. Luego se nos cante en favor de las cosas que han de cambiarse y comience ya a describir por quién fueron cambiadas. 3. Prosigue: En favor de las cosas que han de cambiarse, a los hijos de Coré para entendimiento. Cántico en favor del amado. El amado fue visto por sus perseguidores, pero no conocido. bestiis, hoc est a daemonibus, a diabolo et angelis eíus, qui operatur in filiis diffidentiae. Tales pueri erant, qui ante sacratum lignum stantes caput agitabant, et dicebant: Si filius Dei est, descendat de cruce (Mt 27,33.3940). Huius nos filii sumus, quia filii sponsi sumus: et nobis inscriptus est psalmus iste, cuius titulus dicitur, Filiis Core, pro his quae commutabuntur. 2. Quid ego exponam quid sit, pro his quae commutabuntw? Quid ego dicam? Hoc omnis mutatus agnoscit. Qui audit haec, Pro his quae commutabuntur, videat quid erat, et quid nunc sit. Et primo ipsum mundum videat commutatum; nuper adorantem idola, modo adorantem Deum; nuper servientem iis quae fecit, modo ei a quo factus est. Pro his quae commutabuntur, videte quando dictum sit. Modo iam residui Pagani mutata expavescunt: et qui nolunt mutari, vident referías ecclesias, templa deserta; hac celebritatem, ibi solitudinem. Mirantur mutata, legant praedicta: aurem accommodent promissori, credant exhibitori. Sed et unusquisque nostrum, fratres, ex vetere nomine in novum mutatur; ex infideli fidelis fit, ex raptore largitor, castus ex adultero, beneficus ex maléfico. Ergo cantetur nobis, Pro his quae commutabuntur: et sic incipiat describí, per quem commutata sunt. 3. Sequitur enim: Pro his quae commutabuntur, filiis Core, in intellectum, Canticum pro dilecto. Nam dilectus lile visus est a persecutoribus

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Canto nupcial

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"Si hubiesen conocido al rey de la gloria, jamás le hubiesen crucificado." El mismo exigía otros ojos para que le conociesen cuando dijo: Quien me ve, ve al Padre. Le cante ya el salmo. Nos alegremos por las bodas, y así estaremos con los que celebran las bodas, con los que son invitados a ellas. Los mismos invitados son la esposa. Pues la esposa es la Iglesia; Cristo, el esposo. Suelen recitar los declamadores a los que se van a casar ciertos versos llamados epitalamios; todo lo que en ellos se canta, se canta en honor del esposo y de la esposa. ¿O es que quizá en estas bodas a las que somos invitados no hay tálamo? ¿Cómo, pues, dice otro salmo: Un el sol puso su tienda, y él como esposo sale de su tálamo? La unión nupcial es la unión del Verbo y la carne; el tálamo de esta unión es el seno de la Virgen. En efecto, la carne se unió al Verbo; de aquí que se dice: Ya no son dos, sino una sola carne. La Iglesia fue tomada del mismo género humano para que la misma carne unida al Verbo fuese la cabeza de la Iglesia y los demás creyentes fuesen miembros de aquella cabeza. ¿Quieres saber quién se presentó a las bodas? Un el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. Se alegre la esposa al ser amada por Dios. ¿Cuándo fue amada? Cuando aún era fea. Todos—dice el Apóstol—pecaron, y necesitan la gloria de Dios; y también: Cristo murió por los impíos. Fue amada fea para que no permaneciese fea. Sin embargo, en realidad no fue amada la fea, porque no fue amada la fealdad, puesto que, si hubiese amado la fealdad, la conservaría. Anuló la fealdad y creó la belleza. ¿A quién vino, qué la hizo? Se presente ya él hablando proféticamente. Salga ya él a nuestro suis, sed non in intellectum. Si enim cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (1 Cor 2,8). Ad hunc intellectum oculos alios quaerebat ipse, cum diceret: Qui me videt et Patrem (lo 14,9). Sonet eum iam Psalmus: gaudeamus in nuptiis, et nos erimus cum iis qui fiunt nuptiae qui invitantur ad nuptias; et ipsi invitati sponsa est. Etenim sponsa Ecclesia est, sponsus Christus. Solent dici ab scholasticis carmina quaedam uxores ducentibus et nubentibus, quae vocantur epithalamia; quidquid ibi cantatur, ad honorem cantatur sponsi et sponsae: an forte et in nuptiis istis, quo invitati sumus, thalamus non est? Et unde dicit alius psalmus: In solé posuit tabernaculum suum, et ipse tanquam sponsus procedens de thalamo suo? (Ps 18,6). Coniunctio nuptialis, Verbum et caro: huius coniunctionis thalamus, virginis uterus. Etenim caro ipsa Verbo est coniuncta: unde etiam dicitur, Iam non dúo, sed una caro (Mt 19, 6, et Eph 5,32). Assumpta est Ecclesia ex genere humano, ut caput esset Ecclesiae ipsa caro Verbo coniuncta, et caeteri credentes membra essent illius capitis. Nam vis videre quis venerit ad nuptias? In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum (lo 1,1). Gaudeat sponsa amata a Deo. Quando amata? Dum adhuc foeda, Omnes enim peccaverunt, ait Apostolus, et egent gloria Dei (Rom 3,23). Et iterum: Etenim Christus pro impiis mortuus est (Ib. 5,6). Amata est foeda, ne remaneret foeda. Non enim veré foeda amata est, quia non foeditas

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encuentro; le amemos, y, si encontramos en él alguna fealdad, no le amemos. El halló en nosotros muchas cosas feas, y nos amósi nosotros encontramos en él alguna fealdad, no le amemos. Porque aún el mismo vestirse de carne, por lo que se dijo: Le vimos, y no tenía forma ni hermosura, si consideras en ello la piedad por la cual lo hizo, también verás que es hermoso. Pero el profeta hablaba en persona de los judíos cuando decía: Le vimos, y no tenía forma ni hermosura. ¿Por qué? Porque no entendieron. Para los que entendieron es sublime hermosura: Y el Verbo se hizo carne. A mí—dice uno de los amigos del esposo—no me suceda gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Poco sería no avergonzarte por ella si no te gloriases también. ¿Por qué no tuvo forma ni hermosura? Porque "Cristo crucificado es escándalo para los judíos, y locura para los gentiles". ¿Por qué tuvo aún también en la cruz hermosura? Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo flaco de Dios, más fuerte que los hombres. Para nosotros los creyentes en todas partes se presenta hermoso el Esposo. Hermoso siendo Dios, Verbo en Dios; hermoso en el seno de la Virgen, donde no perdió la divinidad y tomó la humanidad; hermoso nacido niño el Verbo, porque, aun siendo pequeñito, mamando, siendo llevado en brazos, hablaron los cielos, le tributaron alabanzas los ángeles, la estrella dirigió a los Magos, fue adorado en el pesebre y en todo tiempo fue alimento de los mansos. Luego es hermoso en el cielo y es hermoso en la tierra; hermoso en el seno, amata est: nam si hoc amaret, hoc servaret: evertit foeditatem, formavit pulchritudinem. Ad quaiem venir, et quaiem fecit? Veniat iam ipse in verbis propheticis; ecce ipse sponsus procedat nobis: amemus illum; aut si invenerimus in eo aliquid foedi, non amemus. Ecce ipse invenit multa foeda, et amavit nos: si aliquid foedi invenerimus in eo, non amemus. Quia et hoc ipsum quod carnem indutus est, ut de illo etiam diceretur, Vidimus eum, et non habebat speciem ñeque decorem (Is 53,2); si consideres misericordiam qua factus est, et ibi pulcher est. Sed Iudaeorum personam gerebat propheta, cum diceret: Vidimus eum, et non habebat speciem ñeque decorem. Quare? Quia non in intellectum. Intelligentibus autem, et Verbum caro jactum est (lo 1,14), magna pulchritudo est. Mihi autem absit gloriari, dixit unus amicorum sponsi, nisi in cruce Domini nostri lesu Christi (Gal 6,14). Parum est ut non inde erubescas, nisi etiam et glorieris. Quare ergo non habuit speciem ñeque decorem? Quia Christus crucifixus, Iudaeis quidem scandalum, Gentibus stultitia. Quare autem et in cruce habuit decorem? Quia quod stultum est Dei, sapientius est quam nomines; et quod infirmum est Dei, fortius est quam homines (1 Cor 1,23.25). Nobis ergo iam credentibus, ubique sponsus pulcher occurrat. Pulcher Deus, Verbum apud Deum: pulcher in útero virginis, ubi non amisit divinitatem, et sumpsit humanitatem: pulcher natus infans Verbum; quia et cum esset infans, cum sugeret, cum manibus portaretur, caeli locuti sunt, Angeli laudes dixerunt, Magos stella direxit, adoratus est in praesepi, cibaria mansuetorum (Le 2,8.14, et Mt 2,1). Pulcher ergo in cáelo, pulcher in tetra; pulcher in uteto, pulcher

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hermoso en los brazos de sus padres, hermoso en los milagros, hermoso en los azotes, hermoso invitando a la vida, hermoso no preocupándose de la muerte, hermoso dando la vida, hermoso tomándola: hermoso en la cruz, hermoso en el sepulcro y hermoso en el cielo. Oíd entendiendo el cántico y la flaqueza de su carne no aparte vuestros ojos del esplendor de su hermosura. La suprema y verdadera hermosura es la justicia. N o veréis a un hombre hermoso si notáis que es injusto. Dondequiera que hay un justo hay un hermoso. Luego venga a nosotros para ser contemplado con los ojos de la mente el descrito por cierto profeta panegirista suyo. Ved cómo empieza. 4 [v.2]. Prorrumpió mi corazón una palabra buena. ¿Quién habla? ¿El Padre o el profeta? Algunos entendieron que se trataba del Padre, que decía: Prorrumpió mi corazón una palabra buena, recomendándonos cierto nacimiento inefable. Para que quizá no pensases que se usó de algo por lo cual engendró Dios al Hijo, al estilo como usa el hombre de algo para engendrar a los hijos, a saber, de la cópula, sin la cual no puede el hombre engendrar la prole; para que no penséis, repito, que Dios necesitó de alguna unión para engendrar a su Hijo, prorrumpió—dice— mi corazón una palabra buena. ¡Oh hombre!; hoy tu corazón engendra el pensamiento y no tiene necesidad de esposa. Por el pensamiento producido en tu corazón edificas algo. Así, por ejemplo, el edificio, antes de existir en la realidad, se halla en el pensamiento, y allí está ya lo que has de hacer en aquello por lo que lo has de hacer; es más, alabas ya el edificio inexistente, el edificio que aún no se halla en la realidad, sino en la antelación in manibus patentum; pulcher in miraculis, pulcher in flagellis, pulcher invitans ad vitam, pulcher non curans mortem; pulcher deponens animam, pulcher recipiens; pulcher in ligno, pulcher in sepulcro, pulcher in cáelo. In intellectum audite Canticum, ñeque oculos vestros a splendore pulchritudinis illius avertat carnis infirmitas. Summa et vera pulchritudo iustitia est: ibi illum non videbis pulchrum, ubi deprehendís iniustum: si ubique iustus, ubique decotus. Veniat ergo nobis inspiciendus oculis mentis, descriptus a quodam laudatore suo ptopheta: ecce incipit. 4 [v.2J. Eructavit cor meum verbum bonum. Quis dicit, Pater, an Propheta? Intellexerunt enim quídam Patris personara dicentis, Eructavit cor meum verbum bonum, commendantis nobis nativitatem quamdam ineffabilem. Ne forte putares aliquid assumptum, unde Filium generaret Deus; quemadmodum homo sibi assumit aliquid unde generet filios, coniugium scilicet, sine quo prolem procreare homo non potest: ne igitur putares aliquo coniugio indiguisse Deum, unde Filium generaret, Eructavit, inquit, cor meum verbum bonum. Hodie cor tuum, o homo, generat consilium, nec quaerit uxorem: pet consilium natum ex corde tuo aedificas aliquid; et illa fabrica, antequam stet in opete, stat in consilio; et inest iam quod facturus es, in eo per quod facturus es: et laudas fabricarn nondum existentem, nondum in specie aedificii, sed in prolatione consilii; nec laudat alius consilium tuum, nisi aut indicaveris, aut víderit quod S.Ag. 20

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del p e n s a m i e n t o ; y nadie alaba tu proyecto a n o ser q u e antes se le hubieses m o s t r a d o o viere ya lo q u e hiciste. Luego, si p o r el V e r b o fueron hechas todas las cosas y el V e r b o es de D i o s , contempla el edificio hecho p o r el V e r b o y p o r la obra comp r e n d e el p e n s a m i e n t o . Cuál sea el V e r b o o Palabra p o r el cual fue hecho el cielo y la tierra, y todo el ornato del cielo, la fertilidad de la tierra, la extensión del mar, la difusión del aire, el fulgor de las estrellas y la claridad de la luna. Todas estas cosas se ven; traspasa éstas y piensa en los ángeles, en los p r i n cipados, en los tronos, en las dominaciones, en las potestades: todos éstos fueron hechos p o r él. Luego ¿cómo es que estos seres fueron hechos buenos? P o r q u e fue p r o r r u m p i d a una palabra buena p o r la cual fueron hechos ¡Palabra buena! A esta m i s m a Palabra o V e r b o se le llamó Maestro bueno. A n t e esto la m i s m a Palabra o V e r b o r e s p o n d e : ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. Se le llamó Maestro bueno, y él dice: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno?; y añadió t a m b i é n : Nadie es bueno, sino sólo Dios. Luego él es bueno, porq u e es Dios. Y n o sólo D i o s , sino que con el P a d r e es u n solo Dios. Pues al decir: Nadie es bueno, sino sólo Dios, n o se a p a r t ó de Dios, sino que se u n i ó a El. Prorrumpió mi corazón una palabra buena. Esto es lo q u e dijo Dios P a d r e acerca de su V e r b o b u e n o y de nuestro útilísimo bien, por cuyo solo b i e n p o d e m o s ser buenos de cualquier m o d o q u e lo seamos. 5. Prosigue: Yo declaro mis obras al rey. ¿Aún habla el Padre? Si todavía habla el Padre, investiguemos de q u é m o d o debamos entender, según la verdadera y católica fe, Yo declaro mis obras al rey. Si el P a d r e manifiesta sus obras a su H i j o , fecisti. Ergo si per Verbum omnia, et Verbum de Deo; inspice fabricara factam per Verbum, et ex isto aedificio mirare consilium. Quale Verbum est per quod factum est caelum et térra, et omnis ornatus caeli, omnis fecunditas terrae, diffusio maris, distentio aeris, fulgor siderum, claritas solis et lunae? Videntur haec: transcende et haec; cogita Angelos, Principatus, Sedes, Dominationes, Potestates: omnia per ipsum facta sunt. Unde ergo ista bona facta sunt? Quia eructatum est per quod fierent, Verbum bonum. Ergo Verbum bonum: et ipsi Verbo dictum est, Magister bone. Et ipsum Verbum respondit, Quid me interrogas de bono? Nemo bonus, nisi unus Deus (Mt 19,17, et Me 10,18). Dictum est, Magister bone; et dicit, Quid me interrogas de bono? Addidit etiam, Nemo bonus, nisi unus Deus. Quomodo ergo et ipse bonus, nisi quia Deus? Non solum autem Deus, sed cum Patre unus Deus. Non enim dicendo, Nemo bonus, nisi unus Deus, discrevit se, sed univit. Eructavit cor meum verbum bonum. Dixerit hoc Deus Pater de Verbo suo bono atque benéfico bono nostro, per quod solum bonum uteumque boni esse possumus. 5. Sequitur, Dico ego opera mea regi. Adhuc Pater loquitur? Si adhuc Pater loquitur, quaeramus et hoc quomodo secundum fidem veram et catholicam intelligamus, Dico ego opera mea regi. Si enim Pater dicit opera sua Filio suo regi nostro; quae opera Pater dicturus est Filio,

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nuestro rey, ¿qué obras ha de manifestar el Padre al H i j o , siendo así q u e todas las obras del P a d r e se hacen p o r el Hijo? ¿O es que quizá, en las palabras Yo digo mis obras al rey, la palabra digo significa la generación del Hijo? T e m o q u e n o p u e d a entenderse esto p o r los de corto ingenio. Sin e m b a r g o , lo diré. Siga el q u e pueda, n o acontezca q u e por callarlo lo ignore el q u e puede comprenderlo. Leemos en otro salmo: Habló Dios una vez. Muchas veces habló p o r los profetas, m u c h a s p o r los apóstoles, y hoy habla p o r sus santos, y, sin embargo, dice: Habló Dios una vez. ¿Cómo h a b l ó una sola vez si n o es p o r q u e p r o n u n c i ó una sola palabra? C o m o e n la frase prorrumpió mi corazón una palabra buena e n t e n d í a m o s en ella q u e se declaraba la generación del Hijo, m e parece como si se repitiese esto en el versillo siguiente; de suerte q u e lo q u e dijo: Prorrumpió mi corazón una palabra buena, se repite en lo q u e añade a continuación: Digo. ¿Qué significa digo? Profiero la Palabra. Y ¿de d ó n d e profiere D i o s la palabra, si n o es de su corazón, de su interior? T ú , siendo hombre, sólo dices lo q u e profiere tu corazón; tu palabra, q u e suena y desaparece, n o sale de otra parte, ¿y te admiras de q u e hable D i o s así? P e r o el decir de D i o s es eterno. T ú hablas algo ahora, antes estabas callado. Concedamos q u e todavía n o hablas; pero, c u a n d o comienzas a proferir palabras, r o m p e s , en cierto modo, el silencio y engendras la palabra q u e a n t e r i o r m e n t e n o existía. Dios n o engendra de este m o d o la Palabra o V e r b o . Su decir n o tiene p r i n c i p i o ni fin, y, sin e m b a r g o , dice u n a Palabra. Diga otra Palabra si la que dijo ha pasado. Pero, cuando permanece A q u e l por q u i e n se dice, y t a m b i é n lo q u e se dice y concum omnia opera Patris per Filium facta sint? An forte, Dico ego opera mea regi, ipsum Dico, generationem Filii significat? Vereor ne hoc aliquando a tardioribus non possit intelligi: verumtamen dicam, sequatur qui potest, ne non dicto non sequatur et qui potest. Legimus in alio psalmo dictum: Sernel locutus est Deus (Ps 61,12). Toties locutus est per l'rophetas, toties per Apostólos, hodieque loquitur per sanctos suos, et ait: Semel locutus est Deus. Unde semel locutus est, nisi propter Verbum unum? Sicut autem Eructavit cor meum verbum bonum, intelleximus ibi generationem Filii; veluti repetitio mihi videtur facta in consequenti sententia, ut illud quod dictum erat, Eructavit cor meum verbum bonum, repeteretur in eo quod ait, Dico. Quid est enim, Dico? Verbum profero. Et unde profert Deus verbum, nisi ex corde suo, ex intimo suo? Tu non dicis nisi quod ex corde tuo profers; verbum tuum quod sonat et transit itliunde non profertur: et miraris quia ita dicit Deus? Sed dicere Dei ueternum est. Tu dicis aliquid modo, quia tacebas paulo ante: vel ecce nunc nondum verbum profers; cum autem proferre coeperis, rumpis silcntium quodammodo, et generas verbum quod antea non etat. Non sic Deus genuit Vetbum: dicere Dei sine initio est, et sine fine; et tamen unum Verbum dicit. Dicat alterum, si quod dixit transierit. Cum vero et a quo dicitur manet, et quod dicitur manet; et semel dicitur et non íiuitur; et ipsum semel sine initio dicitur, nec bis dicitur, quia non transit

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tinuamente se dice y no cesa de decirse, también El mismo continuamente se dice sin principio, y no se dice dos veces, porque no pasa lo que continuamente se está diciendo. Luego es lo mismo Prorrumpió mi corazón una palabra buena, que Yo digo mis obras al rey. ¿Por qué se dijo Yo digo mis obras? Porque en el mismo Verbo se hallan todas las obras de Dios. Todo lo que había de hacer Dios en la creación, ya estaba en el Verbo; es más, no existiría la creación a no ser que estuviese en el Verbo; así como, si en ti no estuviese el proyecto del edificio, tampoco existiría el edificio. En el Evangelio se dice: Lo que fue hecho, en El tenía vida. Luego existía lo que fue hecho; pero existía en el Verbo. Allí estaban todas las obras de Dios aunque las obras aún no existían; pero existía el Verbo, y este Verbo era Dios, y estaba en Dios, y era Hijo de Dios, y con el Padre era un solo Dios. Yo digo mis obras al rey. El que entiende al Verbo oiga qué habla y vea junto al Padre al Verbo eterno, en el cual se hallan también las cosas futuras y de El no se apartaron las cosas pasadas. Estas obras de Dios están en el Verbo como siendo el Verbo, como siendo el Unigénito, como siendo el Verbo de Dios. 6. ¿Qué sigue? Mi lengua (es) pluma de escribiente, de escribiente veloz. ¿En qué se asemeja, en qué se parece la lengua de Dios a la pluma de un escribiente? ¿Qué semejanza tiene la piedra con Cristo? ¿En qué se parece un cordero al Salvador? ¿Qué tiene de parecido el león con la fortaleza del Unigénito? Y, sin embargo, todo esto se dijo; y, si no se hubiera dicho, en modo alguno hubiéramos conocido las cosas invisibles, puesto que se dan a conocer por medio de estas visibles. Por tanto, no quod semel dicitur. Hoc est ergo, Eructavit cor meum -verbum bonum, quod est, Dico ego opera mea regi. Quare ergo, Opera mea Meo? Quia in ipso Verbo omnia opera Dei. Quidquid enim facturus erat Deus in creatura, iam in Verbo erat; nec esset in rebus, nisi esset in Verbo: quomodo et in te non esset in fabrica, nisi esset in consilio. Sicut in Evangelio dicitur: Quod factum est in ipso vita erat (lo 1,3.4). Erat ergo quod factum est, sed in Verbo erat: et omnia opera Dei ibi erant, et opera nondum erant: sed Verbum erat, et Verbum hoc Deus erat, et apud Deum erat, et Filius Dei erat, et cum Patre unus Deus erat. Dico ego opera mea regi. Audiat dicentem, qui Verbum intelligit; et videat cum Patre sempiternum Verbum, in quo sunt etiam quae futura sunt, in quo non abierunt et quae transierunt. Haec opera Dei in Verbo, tanquam in Verbo, tanquam in Unigénito, tanquam in Dei Verbo. 6. Quid ergo sequitur? Lingua mea calamus scribae, velociter scribentis. Quid simile, fratres mei, quid habet simile lingua Dei cum cálamo scribae? Quid habet simile petra cum Christo? (1 Cor 10,4); quid habet simile agnus cum Salvatore? (lo 1,29); quid habet leo cum Unigeniti fortitudine? (Apoc 5,5). Dicta sunt haec tamen: et nisi dicerentur, non aliquo modo per haec visibilia ad invisibilem informaremur. Sic ergo humilem similitudinem calami huius, nec comparemus illi excellentíae,

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igualemos la semejanza de esta modesta pluma con aquella excelentísima lengua, ni tampoco la rechacemos por completo. Pregunto: ¿Por qué dijo que su lengua es pluma de escribiente veloz? Por muy velozmente que escriba un amanuense, no puede compararse a la velocidad, de la cual dice otro salmo: Su palabra corre con la mayor velocidad. Me parece, cuanto es capaz de entender la humana inteligencia, que puede tomarse lo dicho: Mi lengua (es) pluma de escribiente por el Padre. Porque lo que dice la lengua, suena y pasa; lo que se escribe, permanece. Cuando dice Dios la Palabra o Verbo, la Palabra o Verbo que se dice no suena ni pasa, sino que continuamente se dice y permanece. Por esto prefirió Dios compararla más bien a la escritura antes que al sonido. Lo que añadió: de escribiente veloz, impulsa a la mente a que entienda. Pero no permanezca ésta embobada contemplando a los copistas o a cualesquiera escribientes veloces; si se detiene en esto, permanece allí sin conocer. Piense velozmente la misma palabra veloz y vea por qué se dijo velozmente. El velozmente de Dios es tal, que no hay nada más veloz. Al escribir, se escribe letra por letra, sílaba por sílaba, palabra por palabra, y no se pasa a la segunda sin haber escrito la primera. No hay cosa más veloz que cuando se habla con tan pocas palabras, que en una sola se contienen todas, y, con todo, no se omite nada. 7 [v.3]. He aquí que ya aquella Palabra o Verbo proferido de este modo, eterno, coeterno desde la eternidad, viene como esposo. Hermosísimo sobre los hijos de los hombres. ¿Y por qué no también sobre los ángeles? ¿Qué quiso manifestar al decir nec tamen respuamus. Quaero enim quate linguam suam calamum dixit esse scribae velociter setibentis? At veto quantumvis velociter scribat scriba, non comparatur illi velocitati, de qua dicit alius psalmus: Usqae in velocitatem currit verbum eius (Ps 147,15). Sed mihi videtut, quantum audet humana intelligentia, et hoc posse accipi ex petsona Patris dictum, Lingua mea calamus scribae. Quia quod lingua dicitut, sonat et transit; quod scribitur, manet: cum ergo dicat Deus Verbum, et Verbum quod dicitur non sonet et ttanseat, sed et dicatut et maneat; scriptis hoc maluit Deus compárate, quam sonis. Quod autem addidit, velociter scribentis, impulit mentem ad intelligentiam: sed non pigta remaneat, respiciendo antiquarios, aut respiciendo qualeslibet veloces notarios; si autem hoc attenderit, temanebit ibi. Ipsum velociter, cogitet velociter; et videat quare dictum sit, velociter. Velociter Dei tale est, ut velocius nihil sit. In Scripturis enim scribitur littera post litteram, syllaba post syllabam, verbum post verbum; nec ad secundum transitur, nisi primo perscripto. Ibi autem nihil velocius, ubi non multa sunt verba, nec tamen aliquid praetermissum est, cum in uno sint omnia. 7 {v.3}. Ecce iam. Verbum illud sic prolatum, aeternum, ab aeterno coaeternum, veniet sponsus. Speciosus forma prae filiis hominum. Prae filiis hominum: quare non et ptae Angelis? Quid voluit dicete, Prae filiis hominum, nisi quia homo? Ne hominem Christum quemlibet ho-

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sobre los hijos de los hombres sino q u e era h o m b r e ? Y para q u e n o pensases q u e el h o m b r e Cristo era cualquier h o m b r e , dice: Hermosísimo sobre los hijos de los hombres. H o m b r e sobre ios hijos de los hombres, y t a m b i é n h o m b r e entre los hijos de los hombres, sobre los hijos de los h o m b r e s ; y, asimismo, n o m b r e de los hijos de los h o m b r e s sobre los hijos de los hombres. Derramada está la gracia en tus labios. La ley fue dada p o r Moisés la gracia y la verdad se estableció p o r Jesucristo. Derramada está la gracia en tus labios. Con razón m e socorrió, p o r q u e m e deleito en la ley de Dios, según el h o m b r e interior. Pero existe otra ley en mis m i e m b r o s q u e se o p o n e a la ley de m i m e n t e y m e tiene cautivo en la ley del pecado q u e existe en mis m i e m b r o s : " ¡ I n feliz h o m b r e yo!, ¿quién m e librará de este cuerpo de m u e r t e ? La gracia de Dios p o r Jesucristo, Señor nuestro." Luego derramada está la gracia en tus labios. V i n o a nosotros con palabra de gracia, con ósculo de gracia. ¿Qué cosa hay m á s dulce que esta gracia? ¿Adonde se encamina esta gracia? "Bienaventurados aquellos a quienes se les p e r d o n a r o n las iniquidades y se les borraron los pecados." Si hubiese venido c o m o juez severo y n o le h u b i e se a c o m p a ñ a d o esta gracia q u e se halla d e r r a m a d a en sus labios, ¿quién confiaría u n tanto en la salvación? ¿Quién n o temería recibir lo q u e se debe al pecador? V i n i e n d o El con la gracia, n o exigió la deuda, sino que p a g ó lo q u e n o debía. ¿Por ventura n o debía el pecador la m u e r t e ? ¿O n o se te debía a ti, pecador, el suplicio? P e r d o n ó tus deudas y p a g ó lo q u e n o debía. ¡Sublime gracia! ¿Por q u é es gracia? P o r q u e se da gratis. P o r eso se te perm i t e dar gracias, m a s n o recompensar, p o r q u e n o puedes. ¿Buscaba q u é retribuir A q u e l que dijo: Qué devolveré al Señor por todos minem putares, ait, Prae filiis hominum speciosus forma. Etiam homo prae filiis hominum; etiam Ínter filios hominum, prae filiis hominum; etiam ex filiis hominum, prae filiis hominum. Diffusa est grada in labiis tuis. Lex per Moysen data est; Gratia et verítas per Iesum Christum facta est (lo 1,17). Diffusa est gratia in labiis tuis. Mérito mihi subventum est, quia condelector legi Dei secundum interiorem hominem. Sed alia lex in membris meis repugnat legi mentís meae, et captivum me ducit in lege peccati, quae est in membris meis. Miser ego homo, quis me liberabit de corpore mortis huius? Gratia Dei per Iesum Christum Dominum nostrum (Rom 7,22.25). Diffusa est ergo gratia in labiis tuis. Venit nobis cum verbo gratiae, cum ósculo gratiae. Quid ista gratia dulcius? Quo pertinet gratia ista? Beati quorum remissae sunt iniquitates, et quorum tecta sunt peecata (Ps 31,1). Si severus iudex veniret, nec afferret istam gratiam diffusam in labiis suis, quis de salute aliquid speraret? Quis non sibi hoc timeret quod peccatori debebatur? Ule veniens cum gratia, non exegit quod debebatur, solvít quod non debebat. N u m enim non peccator debebat mortem? Aut vero tibí peccatori debebatur, nisi supplicium? Debita tua dimisit, et indebita sua exsolvít. Magna gratia. Quare gratia? Quia gratis. Propterea tibi gratias agere licet, referre non licet; non enim potes. Quaerebat ille quid retribueret, et dixit: Quid retribuam Domino

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los beneficios que me dio?; y, c o m o e n c o n t r a n d o algo, dijo: tomaré el cáliz de la salud e invocaré el nombre del Señor. ¿Le indemnizas t o m a n d o el cáliz de la salud e invocando el n o m b r e del Señor? ¿Quién te d i o el cáliz de la salud? Se q u e d ó , pues, con la acción de gracias p o r q u e le faltó la retribución. Encuentra algo que des a D i o s sin haberlo recibido de El, y entonces le darás tú gratuitamente. P e r o ten cuidado, n o sea q u e , mientras buscas algo qué darle y q u e n o hayas recibido de El, encuentres algo: tu p e cado. Este, sin duda, n o le recibiste de El, p e r o t a m p o c o debes dárselo. Esto le dieron los judíos, pues le devolvieron males por bienes. Recibieron de El la lluvia, y n o le dieron frutos, sino las espinas de los sufrimientos. Luego todo el bien que p r e t e n d a s dar a D i o s sólo le encontrarás en ti, p e r o siendo de Dios. Esta es la gracia de Dios derramada en tus labios. Ella te hizo, y gratuitamente. N o había a q u i é n dar antes de hacerte. Pereciste, y te buscó; encontrado, te renovó. N o te i m p u t ó lo pasado y te p r o m e t i ó lo futuro. V e r d a d e r a m e n t e , la gracia está derramada en tus labios. 8. Por esto—dice—te bendijo Dios eternamente. N o s esforzamos aún para q u e todavía p u e d a entenderse c o m o dicho p o r Dios Padre lo siguiente: Por esto te bendijo Dios eternamente. Parece q u e esto debe tomarse, m á s convenientemente, c o m o dicho por el profeta. En los libros santos de la Escritura se e n c u e n t r a n cambios repentinos de personas c o m p l e t a m e n t e imprevistos. Si a l g u n o se fija, advertirá q u e de ellos están llenos las páginas divinas. Por ejemplo, en el salmo 119 se dice: Señor, libra a mi alma de labios inicuos y de lenguas falaces; y a continuación se pro ómnibus quae retribuit mihi? Et invenit quasi aliquid: Calicem salutaris accipiam, et nomen Domini invocabo (Ps 115,12.13). Hoc illi rependis, quia calicem salutaris accipis, et nomen Domini invocas? Quis tibi dedit ipsum calicem salutarem? Remansit in actione gratiarum, nam in relatione defecit. Inveni quid Deo des, quod ab illo non acceperis; et retuleris gratiam. Sed cave ne dum quaeris quid illi retribuas, quod ab illo non acceperis, invenías, sed peccatum tuum. Hoc plañe ab illo non accepisti, sed nec ei daré debes. Hoc dederunt Iudaei, retribuerunt mala pro bonis; acceperunt ab eo pluviam, et fructum non dederunt, sed spinas dolorum. Ergo bonum quidquid volueris in te daré Deo, non te invenís accepisse nisi a Deo. Ipsa est gratia Dei diffusa in labiis. Fecit te, gratis te fecit. Non enim erat cui praestaret antequam faceret. Perieras, quaesivit te; et inventum revocavit te. Praeterita non imputavit, futura promisit. Veré diffusa en gratia. in labiis tuis. 8. Propterea, inquit, benedixit te Deus in aeternum. Laboratur, ut hoc possit intelligi adhuc a Deo Patre dici, Propterea benedixit te Deus in aeternum. Accommodatius videtur hoc accipi ex persona Prophetae. Et mutatíones personaran! repentinae, et omnino ex improviso, inveniuntur in sanctis Scripturarum libris; et si quis advertat, plenae sunt paginae divínae. Domine, libera ammam mettm a labiis iniquis et a lingua dolosa; et statím, Quid detur tibi, aut quid adiiciatur tibi adversus linguam sub-

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escribe: ¿Qué te dará o qué te añadirá por tu lengua mendaz? C o m o vemos, las personas son distintas en cada versillo. E n el p r i m e r o , la persona del q u e p i d e ; en el segundo, la del q u e socorre. Y p r o s i g u e : Saetas agudas de guerrero y ascuas devastadoras. U n a persona se cita al decir: ¿Qué te dará o qué te añadirá?, y otra distinta en las siguientes palabras: ¡Ay de mi!, que mi morada ha sido establecida lejana. El cambio tan frecuente de personas en estos pocos versillos nos advierte el m o d o de entender, p u e s a q u í n o se d e t e r m i n a el m o m e n t o del c a m b i o de personas ni se dice: Esto dijo el h o m b r e , esto Dios, sino q u e las m i s m a s palabras nos dan a conocer q u é cosa pertenece al h o m bre y q u é a Dios. El h o m b r e decía: Prorrumpió mi corazón palabra buena; yo digo mis obras al rey. Lo decía el h o m b r e , lo decía el q u e escribió el salmo, p e r o lo decía en persona de Dios. Comienza a hablar en n o m b r e p r o p i o el salmista c u a n d o escribe: Por eso te bendijo Dios eternamente. D i o s había dicho: Derramada está la gracia en tus labios, a A q u e l que había hecho hermosísimo sobre los hijos de los hombres, al h o m b r e a q u i e n había p r e s e n t a d o c o m o Dios sobre todas las cosas; el eterno al coeterno. Lleno el profeta de cierto gozo inefable y a t e n d i e n d o a lo q u e el P a d r e había revelado acerca d e su H i j o al h o m b r e , p u d o decir estas palabras, t a m b i é n en persona de D i o s : Por eso te bendijo Dios eternamente. ¿Por qué? P o r la gracia. Aquella gracia, ¿adonde se encamina? Al r e i n o de los cielos. El p r i m e r Test a m e n t o p r o m e t í a tierra, y u n o fue el p r e m i o o la promesa de los colocados debajo de la ley y otro el de los establecidos debajo de la gracia; p o r esto la tierra de los cananeos se d i o a los judíos, colocados debajo de la ley, y el reino de los cielos, a los cristianos, colocados debajo de la gracia. Lo q u e pertenecía a los que dolam? Alia illic persona erat, alia híc: ibi petentis, hic subvenientis. Sagittae potentis acutae, cum carbonibus vastatoriis. Alia persona est, Quid detur ubi, aut quid adiiciatur pibi; et in consequentibus fit alia, Heu me! quia incolatus meus longinquus factus est (Ps 119,2.5). In paucis versibus tam crebra mutatio personarum intellectum admonet: non exprimit locum ubi mutatur; non dicitur, Hoc dixit homo, hoc dixit Deus; sed ex ipsis verbis fit nobis intelligere, quid ad hominem pertineat, quid ad Deum. Homo autem dicebat, Eructavit cor meum verbum bonum, dico ego opera mea regi. Homo dicebat, ille dicebat qui scripsit Psalmum; sed ex persona Deí dicebat: incipit dicere et ex sua, Propterea benedixit te Deus in aetemum. Dixerat enim Deus, Diffusa est gratia in labiis tuis, ei quem fecerat speciosum prae filiis hominum, etiam hominem quém Deum ante omnia protulerat, aeternus coaeternum. Impletus est ergo Propheta gaudio quodam ineffabili, et attendens quid Deus Pater de Filio suo homini revelaverit, qui potuit dicere ista et ex persona Dei, Propterea, inquit, benedixit te Deus in aetemum. Quare? Propter gratiam. Illa enim gratia quo pertinet? Ad regnum caelorum. Primum enim Testamentum terram promiserat: et aliud praemium fuit vel promissio sub Lege positorum, aliud sub Gratia: térra Chananaeorum Iudaeis sub Lege

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estaban colocados debajo de la Ley, esto es, el reino y la tierra, pasan; mas el reino de los cielos, q u e pertenece a los q u e están colocados debajo de la gracia, n o pasa. Por tanto, aquí se dice: Te bendijo Dios n o p o r tiempos, sino eternamente. 9. N o faltaron quienes prefirieron tomar todas estas palabras anteriores en persona del profeta. D e suerte q u e p o r lo q u e se dijo: Prorrumpió mi corazón palabra buena, quisieron se entendiese del profeta, c o m o si cantase u n h i m n o , pues todo el q u e recita u n h i m n o a D i o s exhala de su corazón palabra buena, c o m o quien blasfema contra D i o s eructa de su corazón palabra mala; y p o r lo q u e se añadió: Yo digo mis obras al rey, signifícase que la m á x i m a obra del h o m b r e es alabar a Dios. A El corresponde agradarte con su rostro, y a ti alabarle con la acción de gracias. Si tus obras n o alaban a Dios, comienzas a alabarte a ti mismo. Y perteneces a aquellos de quienes dice el A p ó s t o l : Son hombres egoístas. Desagrádate a ti m i s m o y te agrade el q u e te hizo, p o r q u e en El te desagradas lo q u e en ti hiciste. Luego sea tu obra la alabanza de D i o s , p r o r r u m p a t u corazón palabra buena. Di, pues, tus obras al rey, p o r q u e el rey hizo q u e las dijeses y te dio lo q u e ofreces. D a l e de lo suyo; n o pretendas, recibida la parte d e tu p a t r i m o n i o , alejarte y malgastarla con las rameras y apacentar puercos. Recordad esto del Evangelio. Pues t a m b i é n se dijo de nosotros: Había muerto, y revivió; se había perdido, y fue encontrado. 10. Mi lengua (es) pluma de escribiente que escribe velozmente. N o faltaron quienes entendieron q u e el profeta profirió positis, regnum caelorum Christianis sub Gratia positis. Itaque quod per[inebat ad eos qui sub Lege positi erant, regnum, térra illa transiit: regnum caelorum quod pertinet sub Gratia positis, non transit. Propterea hic, benedixit te Deus, non ad tempus, sed in aetemum. 9. Non defuerunt qui omnia etiam superiora verba ex Prophetae persona accipi mallent: et hoc quod dictum est, Eructavit cor meum verbum bonum, ex Propheta voluerint intelligi, veluti dicente hymnum. (Quisquís enim dicit hymnum Deo, eructat cor eius verbum bonum: quomodo qui blasphemat in Deum, eructat cor eius verbum malum.) Ut et illud quod adiunctum est, Dico ego opera mea regi, significare voluerit summum hominis opus non esse, nisi Deum laudare. Illius est specie sua placeré tibi, ad te pertinet eum in gratiarum actione laudare. Opera tua si non fuerint laus Dei, incipis teipsum amare; et pertinebis ad illos de i|iiibus dicit Apostolus: Erunt enim homines seipsos amantes (2 Tim 1,2). Displice tibi, placeat tibi qui te fecit; quia in eo tibi displices quod i n te ipse fecisti. Opus ergo tuum sit laus Dei, eructet cor tuum verbum bonum. Dic ergo opera tua regi: quia ut díceres, rex fecit, et ipse donavit (|uod offerres. Redde illi de suo, ne velis accepta parte patrimonii tui i re longius et prodige perderé in meretrices, et porcos pascere. Hoc recordamini ex Evangelio. Sed etiam de nobis dictum est: Mortuus erat, H revixit; perierat, et inventas est (Le 15,32). 10. Lingua mea calamus scribae, velociter scribentis. Non defuerunt qui sic íntelligerent Prophetam ea dixisse quae scriberet, et ¡deo linguam

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11 [ v . 4 ] . Ciñe tu espada sobre el muslo, ¡oh poderosísimo! ¿Qué significa tu espada? T u palabra. Con esta espada derribó a los enemigos; con esta espada separó al hijo del p a d r e ; a la hija, de la m a d r e ; a la nuera, de la suegra. Pues leemos en el Evangelio: No vine a traer paz, sino espada. Pues habrá en una casa cinco divididos entre sí, dos contra tres, y tres contra dos; es decir, el hijo, contra el padre; la hija, contra la madre; la nuera, contra su suegra. ¿Con q u é espada se hizo esta división sino con la que trajo Cristo? Y p o r cierto, h e r m a n o s , vemos q u e se c u m p l e esto cotidianamente. A u n joven le agrada servir a D i o s , le desagrada al p a d r e ; se opusieron entre sí. Este p r o m e t e la herencia terrena, aquél ama la celestial; el u n o ofrece, el otro elige. N o piense el padre que se comete injuria contra él. Sólo

D i o s es antepuesto a él, y, sin e m b a r g o , litiga con el hijo, q u e quiere servir a Dios. P e r o la espada espiritual q u e separa es más fuerte que la naturaleza carnal q u e u n e . Esto i g u a l m e n t e acontece tratándose de la hija y de la m a d r e ; m u c h o m á s si se trata de la nuera y de la suegra. Pues algunas veces se e n c u e n t r a n en una misma casa nuera y suegra, siendo la u n a católica y la otra hereje. E n d o n d e esta espada entra d e n o d a d a m e n t e , n o t e m o la rebautización; p o r q u e si p u d o separar a la hija de su m a d r e , ¿no p o d r á separar a la nuera de la suegra? 12. Esto, p o r lo general, t a m b i é n acontece en el g é n e r o hum a n o , ya que el hijo se opone al padre, pues en algún t i e m p o fuimos hijos del diablo, y así se dice todavía a los infieles: Vosotros tenéis por padre al diablo. Y ¿de d ó n d e procede toda nuestra infidelidad si n o es del diablo? El n o es p a d r e creándonos, sino que nosotros nos hacemos sus hijos imitándole. Oísteis hace poco cómo el hijo se o p o n e al padre. Se presenta la espada (Cristo); renuncia (el h o m b r e ) al diablo, y se encuentra con otro p a d r e y otra madre. La espada, ofreciéndose para imitación, engendraba p a t a la destrucción. Los dos padres q u e encontramos (Cristo y la Iglesia) e n g e n d r a n para la vida eterna. Se opuso el hijo al padre, se opuso la hija a la m a d r e : la p a r t e del p u e b l o judío que creyó se opuso a la sinagoga. Se opuso la nuera contra su suegra, pues el p u e b l o de los gentiles, q u e creyó en Cristo, se llama nuera, p o r q u e el esposo Cristo es el hijo de la sinagoga. ¿ D e dónde nació el H i j o de D i o s en c u a n t o a la carne? D e la sinagoga. El a b a n d o n ó a su p a d r e y a su m a d r e y se u n i ó a su esposa para ser dos en u n a carne. Esto n o es m e r a conjetura mía,

suam cálamo scribae comparasse. Velociter autem scribentis voluisse dicere, ut significaret ea se scribere, quae velociter ventura erant, ut velociter scribere, velocia scribere intelligatur, id est scribere non tardatura. Non enim tardavit Deus exhíbete Christum. Quam cito evolutum sentitur, quod peractum agnoscitur! Recordare generationes ante te, invenies Adam tanquam hesterno die factum. Ita gesta legimus omnia ab ipso principio: ergo velociter facta sunt. Velociter erit et dies iudicii; praeveni velocitatem ipsius: velociter veniet, velocius tu mutare. Aderit facies iudicis, sed vide quid dicit Propheta: Praeveniamus faciem eius i» confessione (Ps 94,2). Diffusa est gratia in labiis tuis, propterea benedixit te Deus in aetemum. 11 [v.4]. Accingere gladium tuum circa fémur, potentissime. Gladium tuum, quid, nisi verbum tuum? Illo gladio stravit inimicos, illo gladio divisit filium a patre, filiam a matre, nurum a socru. Legimus haec in Evangelio: Non veni pacem mittere, sed gladium. Et erunt in una domo quinqué divisi adversum se, dúo adversus tres, et tres adversus dúos erunt divisi: id est, filius adversus patrem, filia adversus matrem, nurus adversus socrum suam (Mt 10,34.35, et Le 12,51.53). Divisio haec quo gladio facta est, nisi quem Christus attulit? Et revera, fratres, etiam quotidianis exemplis videmus haec. Placet iuveni alicui Deo serviré, displicet patri; divisi sunt adversus se: ille promittit terrenam haereditatem, ille amat caelestem; aliud iste pollicetur, aliud ille eligit. Non sibi putet

pater factam iniuriam; Deus solus illi praefertur: et tamen litigat cum filio volente serviré Deo. Sed fortior est ille gladius spiritualis separans, quam copulans natura carnalis. Fit hoc et de filia adversus matrem, multo magis et de nuru adversus socrum. Nam aliquando in una domo nurus et socrus inveniuntur haeretica et catholica. Et ubi fortiter recipitur iste gladius, rebaptizationem non timemus. Potuit dividí filia adversus matrem suam, et non potest nurus adversus socrum suam? 12. Factum est hoc generaliter etiam in genere humano, divisus est filius adversus patrem. Fuimus enim aliquando filii diaboli. Adhuc infidelibus dictum est: Vos a patre diabolo estis (lo 8,44). Et omnis infidelitas nostra, unde, nisi a patre diabolo? Non ille creando pater, sed nos illum imitando filii. Iam modo videos filium adversus patrem divisum. Venit gladius ille; renuntiat diabolo: invenit alium patrem, invenit aliam matrem. Ule ad imitationem se praebens, generabat in exitium: parentes dúo quos invenimus, in vitam aeternam generant. Divisus est filius adversus patrem. Divisa est filia adversus matrem suam: plebs illa quae de ludaeis credidit, divisa est advetsus Synagogam. Divisa est et nurus adversus socrum suam: plebs de Gentibus veniens, nurus dicitur; quia sponsus Christus filius Synagogae. Unde enim natus est Filius Dei secundum carnem? Ex illa Synagoga. Ule qui dimisit patrem et matrem, et adhaesit uxori suae, ut essent dúo in carne una (Gen 2,24): non coniec-

lo q u e escribía, y p o r eso c o m p a r ó su lengua con la p l u m a del escribiente. D i j o del que escribe velozmente para significar q u e escribía las cosas q u e h a b í a n de venir velozmente, de m o d o q u e el escribir velozmente se entendiera p o r escribir las cosas q u e presto h a b í a n de venir, es decir, n o tardando. Pues n o tardó Dios en mostrar a Cristo. ¡Qué p r o n t o se advierte que ha pasado lo q u e se ve q u e ha finalizado! Recuerda las generaciones anteriores a ti, y te parecerá q u e A d á n fue creado ayer. Así leemos q u e todas las cosas fueron hechas desde u n principio; luego lo fuer o n velozmente. Veloz vendrá el día del juicio; anticípate a su velocidad; vendrá velozmente y te cambiarás m á s velozmente. Se hallará presente el juez, p e r o ve lo q u e dice el profeta: Nos anticipemos a su presencia confesando. La gracia está derramada en tus labios; por eso te bendijo Dios eternamente.

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sino que lo afirma el Apóstol cuando dice: Esto es un gran sacramento, pero yo lo digo en orden a Cristo y a la Iglesia. Cristo en cierto modo abandonó a su padre, aunque no le abandonó por completo hasta llegar a separarse, sino que le abandonó tomando la carne humana. ¿Cómo es que le abandonó? Porque, "subsistiendo en forma de Dios, no juzgó rapiña el ser igual a Dios; pero, sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo. ¿De qué modo se apartó también de la madre? Apartándose del pueblo judío, de la sinagoga, adherida a los ritos antiguos. Esto lo expresó figuradamente cuando dijo: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? El enseñaba interiormente, ellos permanecían fuera. Ved si ahora no se comportan igualmente los judíos. Cristo enseña en la Iglesia; ellos, sin embargo, están fuera. Luego ¿quién es la suegra? La madre del Esposo. La madre del Esposo, Señor nuestro Jesucristo, es la sinagoga. Por tanto, su nuera es la Iglesia, la cual, procediendo de la gentilidad, al no consentir en la circuncisión carnal, se opuso a su suegra. Ciñe tu espada. Cuando expuse estas cosas hablaba del poder de esta espada. 13. Ciñe tu espada, es decir, tu palabra. Sobre tu muslo, ¡oh poderosísimo!, esto es, teniendo junto al muslo la espada. ¿Qué significa junto al muslo? ¿Qué significa el muslo? La carne. De aquí aquello: No faltará príncipe de Judá, ni jefe de su estirpe. Por ventura el mismo Abrahán, a quien se había prometido la descendencia en la que serían bendecidas todas las naciones, cuando envió a su siervo a buscar y traer mujer para su hijo, del que procedería la estirpe santa en la que serían bendecidas tura nostra, sed attestante Apostólo, et dicente: Sacramentum hoc magnum est, ego autem dico in Cbristo et in Ecclesia (Eph 5,32). Dimisit enim patrem quodammodo: non omnino dimisit veluti ad separationem, sed ad susceptionem humanae carnis. Quomodo dimisit? Quia cum esset in forma Dei, non rapinam arbitratus est esse aequalis Deo, sed semetipsum exinanivit, formam serví accipiens (Phil 2,6). Quomodo dimisit et matrero? Gentem Iudaeorum, Synagogam illam haerentem veteribus sacramentis. Ad ipsam figuram pertinet quod ait, Quae est mihi mater, aut qui fratres? (Mt 12,48). Ule enim intus docebat, illi foris stabant. Videte si non modo ita sunt Iudaei. Docet Christus in Ecclesia, illi foris stant. Socrus ergo quid est? Mater sponsi. Mater sponsi Domini nostrí Iesu Christi, Synagoga est. Proinde nurus eius Ecclesia, quae veniens de Gentibus non consensit in circumcisionem carnalem, divisa est adversus socrum suam. Accingere gladium tuum. De potentia huius gladii loquebamur, cum ista diceremus. 13. Accingere gladium tuum, sermonem tuum: circa fémur, potentissime, circa fémur habens gladium. Quid est, circa fémur? quid signifícat de femore? Carnem. Unde illud est: Non deficiet princeps de luda, et dux de femoribus eius (Gen 49,10). Nonne et ipse Abraham, cui promissum erat semen in quo benedicerentur omnes gentes, quando misit servum suum ad quaerendam et ducendam uxorem filio suo, unde veniret illud

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todas las gentes, creyendo firmísimamente que aquel humilde germen había de ser grande, es decir, que había de proceder de los hijos de los hombres, por la estirpe de Abrahán, el Hijo de Dios, ¿no hizo que le jurase de este modo su siervo a quien enviaba: Pon tu mano—le dice—debajo de mi muslo y jura así. Esto es como si dijera: Pon tu mano sobre el altar, o sobre el Evangelio, o sobre la Escritura profética, o sobre algo santo. Pon tu mano, dice, debajo de mi muslo; prestando fe, no reverenciando la torpeza, sino entendiendo la realidad. Por tanto, ciñe tu espada sobre el muslo, ¡oh poderosísimo! Poderosísimo también en lo tocante al muslo, porque lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres. ¡Oh poderosísimo! 14 [v.5]. Con tu belleza y tu adorno, es decir, recibe la justicia por la que siempre eres bello y hermoso. Y encamínate, avanza prósperamente, y reina. ¿No lo vemos? Ya sin duda se cumplió. Observa la tierra. Por ella cabalga; avanzó prósperamente y reina; todas las naciones le están sometidas. ¿Qué era ver esto en espíritu? Lo mismo que palparlo ahora en la realidad. Cuando se predecían estas cosas, aún no reinaba así Cristo, aún no había comenzado su marcha, aún no había avanzado; se predecían, se exponían; ahora ya las palpamos. En muchas de estas cosas tenemos a Dios por dador y en pocas de ellas por deudor. Encamínate, y avanza prósperamente, y reina. 15. Con la verdad, la mansedumbre y la justicia. La verdad fue entregada a la tierra "cuando ella nació de la tierra y la justicia miró desde el cielo". Pues Cristo fue ofrecido en espesemen sanctum in quo benedicerentut omnes gentes; fide tenens in illa veluti humilitate seminis esse magnitudinem nominis, id est Filium Dei venturum ex filiis hominum per semen Abrahae, fecit ipsum servum suum, quem mittebat, ita sibi iutare? Pone, inquit, manum tuam sub femore meo, et sic tura (Gen 12,3, et 24,2.3, et 26,4). Quasi diceret, Pone manum tuam ad altare, aut ad Evangelium, aut ad Prophetam, aut ad aliquid sanctum. Sub femore meo, inquit, pone manum: habens fiduciam, nec reverens turpitudinem, sed intelligens vetitatem. Propterea, Accingere gladium tuum circa fémur, potentissime. Potentissime etiam circa femut: quia quod infirmum est Dei, fottius est hominibus (1 Cor 1,25). Potentissime. 14 [v.5]. Specie taa et pulchritudine tua. Iustitiam accipe, qua semper es speciosus et pulcher. Et intende, et prospere procede, et regna. Nonne videmus? Cette iam factum est. Attendite otbem terrarum; intendit, prospere processit, et regnat; subditae sunt omnes gentes. Quid erat illud videre in spiritu? Quod nunc est expetiri in veritate. Quando dicebantur haec, nondum ita tegnabat Christus, nondum intenderat, nondum processerat: praedicabantur; exhibita sunt, iam ea tenemus: in multis tedditorem habemus Deum, in paucis debitotem. Intende, et prospere procede, et regna. 15. Propter veritatem, et mansuetudinem, et iustitiam. Reddita est veritas, quando veritas de tetra orta est, et iustitia de cáelo prospexit

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ranza al género humano para que fuesen bendecidas todas las generaciones en la estirpe de Abrahán. Se predicó el Evangelio; es la verdad. ¿Dónde está la mansedumbre? Padecieron los mártires; de aquí avanzó sobremanera y se extendió por todas las naciones el reino de Dios, puesto que padecían los mártires y no claudicaban ni se oponían a los tormentos. Manifestando la doctrina de Cristo, nada callaban, estaban dispuestos a todas las cosas, nada rehusaban. ¡Gran mansedumbre! El cuerpo de Cristo hizo esto; lo aprendió de la Cabeza. El fue llevado primero como oveja a la muerte, y, como cordero delante del esquilador, no abrió su boca. A tal punto llegó su mansedumbre, que, pendiendo de la cruz, llegó a decir: ¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen! ¿Cuándo aparecerá la justicia? Vendrá a juzgar, y retribuirá a cada uno según sus obras. Habló verdad, soportó iniquidad, ha de ofrecer justicia. Y te guiará maravillosamente tu diestra. Nosotros seremos guiados con su diestra, El con la suya. El es Dios, nosotros hombres. El fue guiado con su diestra, es decir, con su poder. El poder que tiene el Padre, le tiene también El. La inmortalidad que posee el Padre, la posee El también. Está adornado de la divinidad, de la eternidad y del poder del Padre. Su diestra le guiará maravillosamente, obrando cosas divinas, soportando cosas humanas y derribando con su bondad las maldades de los hombres. Aún es guiado, y en donde aún no lo es, le guiará su diestra. Esto mismo que dio a sus santos, le guía. Te guiará maravillosamente tu diestra. 16 [v.6]. Tus saetas, agudas, poderosísimas. Esto es, tus pa(Ps 84,12). Praesentatus est Christus exspectationi generis humani, ut in semine Abrahae benedicerentur omnes gentes. Praedicatum est Evangelium; veritas est. Quid mansuetudo? Passi sunt martyres, et inde multum processit, et promovit per omnes gentes tegnum Dei: quia patiebantur martyres, nec defíciebant, nec resistebant; dicentes omnía, nihil occultantes; parati ad omnia, nihil recusantes. Magna mansuetudo! Corpus Christi hoc fecit, in capite suo didicit. Ule prior sicut ovis ad occisionem ductus est, et sicut agnus coram tondente se non aperuit os suum (Is 53,7): usque adeo mansuetus, ut pendens in cruce diceret, Pater, ignosce Mis, quia nesciunt quid faáunt (Le 23,34). Quid propter iustitiam? Veniet etiam, ut iudicet, et retribuat unicuique secundum opera sua (Rom 2,6). Dixit veritatem, pertulit iniquitatem, allaturus est aequitatem. Et deducet te mirabiliter dextera tua. Nos dextera ipsius, ipse dextera sua. lile enim Deus, nos nomines. Dextera sua deductus est, id est potentia sua. Etenim potentiam quam Pater habet, habet et ipse, et immortalitatem Patris habet et ipse; divinitatem Patris habet, aeternitatem Patris habet, virtutem Patris habet. Deducet eum mirabiliter dextera eius, faciens divina, patiens humana, malitias hominum sternens bonitate sua. Adhuc deducitur et ubi nondum est, et dextera eius deducit eum. Hoc enim eum ducit, quod ipse donavit sanctis suis. Deducet te mirabiliter dextera tua. 16 fv.6]. Sagittae tuae acutae, potentissimae: verba cor transfigentia,

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labras, que atraviesan el corazón, que excitan el amor. De aquí que se dice en el Cantar de los Cantares: Estoy herida de amor. Afirma que está herida de amor, es decir, que ama, que se abrasa en incendios de amor, que suspira por el esposo, de quien ha recibido la saeta de la palabra. Tus saetas, agudas, poderosísimas. Tus saetas, que atraviesan, que obran, son agudas y poderosísimas. Los pueblos caen a tus pies. ¿Quiénes cayeron? Cayeron los que hirieron. Vemos que los pueblos están sometidos a Cristo; no vemos que cayeron. Por eso explica dónde caen; en el corazón. En él se levantaban contra Cristo, en él caen ante Cristo. Injuriaba Saulo a Cristo: estaba erguido. Habla Cristo; cae, fue derribado; se dio muerte al enemigo de Cristo para que viviese el discípulo de Cristo. La saeta fue lanzada desde el cielo; hirió en el corazón a Saulo; aún no era Pablo, era Saulo; estaba erguido, no postrado; recibió la saeta; cayó en el corazón. Mas no cayó en el corazón al ser postrado en tierra sino cuando dice: Señor, ¿qué quieres que haga? Ahora te dirigías a prender a los cristianos y conducirlos al tormento, y en el mismo instante dices a Cristo: ¿Qué quieres que haga? ¡Oh saeta aguda, poderosísima, la cual recibida derribó a Saulo para que fuese Pablo! Lo que aconteció a Pablo sucedió a los pueblos. Observad, si no, las naciones, vedlas sometidas a Cristo. Los pueblos caen a tus pies en el corazón de los enemigos del rey. Esto es, en el corazón de tus enemigos. Se llama rey a sí mismo, a sí mismo se reconoce por rey. Los pueblos caen a tus pies, en el corazón de los enemigos del rey. Eran enemigos; recibieron tus saetas, y cayeron ante ti. De enemigos se hicieron amigos; murieron los enemigos, viven amorem excitantia. Linde dicitur in Canticis canticorum: Quia vulnerata charitate ego sum (Cant 2,5, et 5,8). Dicit enim vulneratam se esse charitate, id esr, amare se dicit, aestuare se dicit, suspirare sponso, unde accepit sagittam verbi. Sagittae tuae acutae, potentissimae: et transigentes, et efficientes: acutae, potentissimae. Populi sub te cadent. Qui ceciderunt? Qui percussi sunt, et ceciderunt. Populos videmus subditos Christo, cadentes non videmus. Exponit ubi cadunt: in corde. Ibi se erigebant adversus Christum, ibi cadunt ante Christum. Blasphemabat Saulus Christum, erectus erat: supplicat Christo, cecidit, prostratus est: occisus est inimicus Christi, ut vivat discipulus Christi. De cáelo emissa sagitta, corde percussus est Saulus, nondum Paulus, adhuc Saulus, adhuc erectus, nondum prostratus: accepit sagittam, cecidit in corde. Non enim quod prostratus est in facie, ibi cecidit in corde; sed ubi ait: Domine, quid me iubes faceré? (Act 9,6). Modo ibas ad Christianos alligandos et perducendos ad poenam; et modo dicis Christo: Quid me iubes faceré? O sagittam acutam, potentissimam, qua accepta cecidit Saulus ut esset Paulus! Ut ille, ita et populi: gentes attendite, videte subditas Christo. Ergo, Populi sub te cadent, in corde inimicorum regis: hoc est, in corde inimicorum tuorum. Ipsum enim appellat regem, ipsum novit regem. Populi sub te cadent, in corde inimicorum regis. Inimici erant: acceperunt sagittas tuas, ceciderunt ante te. Ex inimicis amici facti sunt: inimici

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los amigos. Esto (se llevó a cabo en atención a lo q u e se escribió) por las cosas que han de cambiarse. Pretendemos entender cada una de las palabras, cada u n o de los versillos; así, p u e s , para q u e nadie d u d e q u e se habla de Cristo, hemos indagado lo q u e dice: Los pueblos caen a tus pies, en el corazón de los enemigos

del rey. 17 [v.7]. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece por los siglos de los siglos. Porque te bendijo Dios eternamente debido a la gracia derramada en tus labios. El trono del reino judaico era temporal, y pertenecía a los que estaban debajo de la ley, no debajo de la gracia; El vino a librar a los que estaban debajo de la ley y a establecerlos debajo de la gracia. Tu trono permanece por los siglos de los siglos. ¿Por qué? Porque aquel primer trono fue del reino temporal. ¿Cómo es que ahora es trono que permanece por los siglos de los siglos? Porque es de Dios. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece por los siglos de los siglos. ¡Oh divinidad de eternidad! Dios no podía tener un trono temporal. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece por los siglos de los siglos. Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Es cetro de rectitud que endereza a los hombres. Los hombres estaban torcidos; se hallaban extraviados; querían gobernarse a sí mismos; se amaban, amaban sus malas acciones; no sometían su voluntad a la de Dios, sino que pretendían inclinar la de Dios a sus concupiscencias. Se aira el pecador y el inicuo contra Dios porque no llueve, y no quiere que Dios se enoje contra él porque resbala y cae. La ocupación casi cotidiana de los hombres es altercar contra Dios, diciendo: Esto debió hacer, esto no lo hizo bien. Tú ciertamente ves lo que haces. mortui sunt, amici vivunt. Hoc est, Pro his quae commutabuntur. Quaerimus intelligere verba singula, versus singulos: ita tamen quaerimus, ut de Christo dici nemo dubitet. Populi sub te cadent, in corde inimicorum regís. 17 [v.7]. Sedes ttia, Deus, in saecula saeculorum. Quia benedixit te Deus in aeternum, propter gratiam diffusam in labiis tuis. Erat autem sedes regni iudaici temporalis, pertinens ad eos qui sub Lege erant, non ad eos qui sub Gratia erant: venit ille ut liberaret eos qui sub Lege erant, et sub Gratia constitueret. Sedes eius in saecula saeculorum. Quare? Quia sedes illa prima regni temporalis fuit. Unde nunc sedes in saecula saeculorum? Quia Dei. Sedes tua, Deus, in saecula saeculorum. O aeternitatis divinitas! Non enim posset Deus sedem habere temporalem. Sedes tua. Deus, in saecula saeculorum. Virga directionis, virga regni tui. Directionis virga est, quae dirigit homines. Curvi erant, distorti erant: sibi regnare cupiebant, se amabant, facta sua mala diligebant; non voluntatem suam Deo subdebant, sed voluntatem Dei ad suas concupiscentias flectere volebant. Irascitur enim peccator et iniquus plerumque Deo, quia non pluit; et non vult sibi Deum irasci, quia fluit. Et ad hoc propemodum sedent quotidie homines, ut disputent contra Deum: Hoc faceré debuit hoc non bene fecit. Tu videlicet vides quid facias, ille nescit? Distortus tu es ¡lie rectus est. Distortum ad rectum quando coniungis? Collineari non

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¿Lo ignora El? Tú estás torcido, El es recto. ¿Cuándo acoplarás lo torcido a lo recto? No puede ser alineado lo uno con lo otro. Si en un pavimento nivelado colocas un madero torcido, no se acopla, no se adhiere, no se adapta al pavimento. El pavimento en toda su extensión está nivelado; pero el madero está torcido, no se ajusta al suelo nivelado. La voluntad de Dios es recta, la tuya torcida; te parece torcida la de Dios porque tú no puedes ajusfarte a El. Encaúzate en ella y no intentes torcerla hacia ti. En vano lo intentarás, pues no podrás. Ella siempre es recta. ¿Quieres unirte a ella? Corrígete. Vara de equidad será la vara del que te rige o gobierna. De aquí que la palabra rey se deriva de regir, y no rige quien no corrige. Por eso nuestro rey es rey de los que rigen o gobiernan. Como el sacerdote está constituido para santificarnos, así el rey para regirnos. Pero ¿qué dice en otro sitio? Con el santo serás santo, y con el varón inocente, inocente; con el elegido serás elegido y con el perverso serás perverso. Mas no porque Dios sea perverso, sino porque los perversos le tienen por perverso a El. Te agrada el bien, Dios es bueno; te desagrada, le consideras a El como malvado. Para ti Dios está torcido; tu torcedura te hace verle así, pues su derechura permanece siempre. Oye lo que se dice en otro salmo: ¡Cuan bueno es el Dios de Israel para los rectos de corazón! 18 [v.8.}. Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Amaste la justicia y odiaste la iniquidad. Aquí tienes el cetro de rectitud: Amaste la justicia y odiaste la iniquidad. Acércate a este cetro sea tu rey Cristo; te rija con este cetro para que no te quebrante. Pues es cetro de hietro inflexible. ¿Qué se dijo en otro salmo? potest. Tanquam si in pavimento aequali ponas lignum curvum; non ¡idiungitur, non cohaeret, non coaptatur pavimento: pavimentum ubique aequale est; sed illud curvum est, non coaptatur aequali. Ergo Dei voluntas aequalis est, tua curva est: propterea tibí curva videtut illa, quia tu illi coaptari non potes: dirige ad illam te, ne illam velis curvare ad te; quia non potes, frustra conaris: illa semper directa est. Vis illi haerete? C.orrigere. Erit virga ipsius qui te regit, virga directionis. Inde et rex a rcgendo dicitur. Non autem regit qui non corrigit. Ad hoc est rex noster rrctorum rex. Quomodo et sacerdos a sanctificando nos, ita et rex a regendo nos. Sed quid ait alio loco? Cum sancto sanctus eris, et cum viro innocente innocens eris, et cum electo electus eris, et cum perverso perversus cris (Ps 17,26.27): non quia per versus Deus, sed quia perversi perversum «uní putant. Placet tibi bonum, bonus est Deus: displicet tibi, quasi pravus est Deus. Curvus est ad te Deus, tua curvatura facit hoc: nam illius rectitudo semper manet. Audi in alio psalmo: Quam bonus Deus Israel rectis corde! (Ps 72,1). 18 [v.8}. Virga directionis, virgas regni tui. Dilexisti iustitiam, et • idisti iniquitatem. Vide virgam directionis, Dilexisti iustitiam, et odisti itiiquitatem. Accede ad istam virgam, sit tibi rex Christus: regat te virga ista, ne frangat te. Virga enim férrea est illa, inflexibilis. Et quid dictum est? Reges eos in virga férrea, et tanquam vas figuli conteres eos

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Los regirás con vara de hierro y como a vaso de alfarero los pulverizarás. A unos gobierna, a otros destruye; gobierna a los espirituales, pulveriza a los carnales. Luego acércate a esta vara. ¿Qué temes de ella? Ella es vara integral: Amaste la justicia y odiaste la iniquidad. ¿Qué temes? Quizá eres perverso, y p o r eso, oyendo q u e tu rey odia la iniquidad, temes. Tienes u n remedio. ¿Qué odia? ¿La iniquidad? ¿Por ventura te odia a ti? ¿Hay en ti iniquidad? Dios la odia; odíala a i t a m b i é n para q u e ambos odiéis u n a m i s m a cosa. Serás a m i g o de D i o s si odias lo q u e él odia, y así t a m b i é n amarás lo q u e ama. T e desagrade e n ti m i s m o tu iniquidad y te agrade su criatura. Eres h o m b r e inicuo. P r o n u n cié dos n o m b r e s ; los dos n o m b r e s son h o m b r e e inicuo. U n o de estos n o m b r e s pertenece a la naturaleza, el otro a la culpa; Dios hizo u n o , el otro tú. A m a al q u e hizo Dios, odia al q u e hiciste tú, p o r q u e t a m b i é n El le odia. V e c ó m o ya empiezas a unirte a El cuando odias lo q u e odia. El pecado ha de ser castigado, p o r q u e la vara de la equidad es la vara de su reino. Pues q u e n o castigue el pecado. N o p u e d e m e n o s de castigarlo. El pecado ha de ser castigado. Si n o hubiese de ser castigado, n o sería pecado. Prevente contra éí ¿ N o quieres que él le castigue? Castígale tú. Por eso El ahora perdona, difiere, d e t i e n e su m a n o , tensa el arco, esto es, amenaza. ¿Vocearía tanto, diciendo q u e ha de herir, si quisiera herir? Si El detiene su m a n o ante tus p e cados, n o la detengas tú. Comienza a castigar tus pecados, p o r q u e n o p u e d e n quedar impunes. H a n de ser vengados o p o r ti o por El. Reconóceles tú para q u e El te perdone. V e d el modelo en aquel salmo de penitencia: Aparta tu rostro de mis pecados. (Ps 2,9). Alios regit, alios conterit: regit spirituales, conterit carnales. Ergo accede ad istam virgam. Quid in ea times? Haec est tota virga: Dilexisti iustitiam, et odisti iniquitatem. Quid times? Sed forte iniquus eras: audis enim regem tuum, quia odit iniquitatem, et times. Est quod facias. Quid odit? Iniquitatem: numquid te? Sed in te est iniquitas? Odit illam Deus, oderis et tu: ut unam rem ambo oderitis. Eris enim Deo amicus, si odisti quod odit. Ita et amabis quod amat. Displiceat in teipso tibi iniquitas tua, et placeat tibi creatura ipsius. Homo enim es iniquus. Dúo dixi nomina; dúo nomina, homo et iniquus: in istis duobus nominibus unum est naturae, alterum culpae; unum tibi Deus fecit, alterum tu fecisti: ama quod Deus fecit, oderis quod tu fecisti, quia et ipse hoc odit. Vide quomodo iam illi incipias coniungi, cum odisti quod odit. Peccatum puniturus est, quia virga directionis est virga regni ipsius. Sed non puniat peccatum? Sed non potest. Puniendum est peccatum: si puniendum non esset, nec peccatum esset. Praeveni illum: non vis ut ipse puniat, tu puni. Ideo enim adhuc ipse parcit, differt, tenet manum, arcum intendit, hoc est minas. Clamaret tantum feriturum se, si vellet ferire? Differt ergo manum a peccatis tuis: tu noli differre. Converte te ad punienda peccata tua, quia impunita esse peccata non possunt. Puniendum ergo erit, aut a te, aut ab ipso: tu agnosce, ut ille ignoscat. Attende exemplum in illo psalmo poenitentiae: Averte faciem tuam a

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¿Acaso dijo "de m í " ? E n otro lugar claramente dice: No apartes ni rostro de mí. Luego aparta tu rostro, p e r o de mis pecados. Es decir, n o te fijes en mis pecados. El fijarse de D i o s es reparar o deliberar. Por eso también se dice q u e , c u a n d o castiga, el juez repara o delibera, es decir, considera con atención, y castiga, porque es juez. T a m b i é n D i o s es juez. Aparta tu rostro de mis pecados. T ú n o le apartes de ellos si quieres q u e D i o s le aparte. Observa c ó m o p r o m e t e esto a Dios en otro s a l m o : Yo reconozco mi delito, y mi pecado siempre está ante mis ojos. N o quiere que esté ante D i o s lo q u e quiere que esté ante sí. La vara de equidad es la vara de su reino. N a d i e se lisonjee demasiado de la misericordia de Dios, pues es vara de rectitud. ¿Pero acaso decimos con esto q u e D i o s no es misericordioso? ¿Quién m á s m i sericordioso q u e El, q u e p e r d o n a de ral m o d o a los pecadores, que n o se preocupa de los pecados pasados de todos los h o m b r e s que se han convertido a El? A m a l e de tal m o d o misericordioso, que quieras q u e al m i s m o t i e m p o sea veraz. La misericordia n o puede despojarse de la justicia, ni la justicia d e la misericordia. Hntre tanto, mientras El espera, tú n o difieras, p o r q u e la vara de h rectitud es ía vara de su reino. 19. Amaste la justicia y odiaste la iniquidad; por eso te ungió, ¡oh Dios!, tu Dios. T e u n g i ó para q u e amases la justicia y odiases la iniquidad. Entiende c ó m o dice: Propterea unxit te Deus, Deus tuus: Por eso te ungió, ¡oh D i o s ! , tu Dios. ¡Oh ni que eres Dios!, a ti te u n g i ó tu Dios. D i o s es u n g i d o por Dios. E n latín parece q u e la p r i m e r a palabra, Deus, esrá en peccatis meis (Ps 50,11). Numquid dixit, A me? Alio enim loco aperte dicit: Ne avertas faciem tuam a me (Ps 26,9). Ergo, Averte faciem tuam. a peccatis meis: nolo videas peccata mea. Quia videre Dei, animadvertere est. Ideo et iudex quod punit, animadvertere dicitur, id est, animum illuc advertere; intendere utique ad puniendum, quia iudex est. Sic est et índex Deus. Averte faciem tuam a peccatis meis. Tu ab ipsis faciem noli avertere, si vis ut Deus ab ipsis avertat faciem suam. Vide quomodo hoc offert Deo in ipso psalmo: Vacinus meum ego, inquit, agnosco, et peccatum meum ante me est semper (Ps 50,5). Hoc non vult esse ante Deum, quod vult esse ante se. Virga directionis, virga regni tui. Nemo sibi inultum de misericordia Dei blandiatur; virga directionis est. Numquid ilidmus, non esse misericordem Deum? Quid misericordius eo, qui parcit tantum peccatoribus, eo qui in ómnibus conversis ad se non curat praeterila? Sic eum dílige misericordem, ut velis esse veracem: non enim misericordia potest illi auferre iustitiam, ñeque iustitia misericordiam. Interim quamiliu ille differt, tu noli differre: quoniam virga directionis, virga regni ipsius. 19. Dilexisti iustitiam, et odisti iniquitatem: propterea unxit te, Deus, Deus tuus. Propterea unxit te, ut diligeres iustitiam, et odires iniquitatem. I!t vide quomodo ait: Propterea unxit te, Deus, Deus tuus. O tu Deus, unxit te Deus tuus. Deus ungitur a Deo. Etenim in latino putatur idem iasus nominis repetitus: in graeco autem evidentissima distinctio est,

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el m i s m o caso que la segunda, Deus tuus; p e r o en griego se ve clara la distinción del caso, u n o es el n o m b r e del q u e es n o m b r a d o y otro el n o m b r e del q u e denomina. Te ungió Dios, es decir: ¡Oh tú q u e eres Dios!, a ti te ungió tu Dios. Esto es c o m o si dijera: T e u n g i ó , p o r q u e eres Dios, tu Dios. T o m a d l o así, e n t e n d e d l o así, puesto q u e así está escrito clarísimamente en griego. ¿Luego q u i é n es el D i o s u n g i d o por Dios? N o s lo d i g a n los judíos. T e n e m o s con ellos la m i s m a Escritura. D i o s es u n g i d o p o r Dios. Oyes q u e u n o es u n g i d o , entiende q u e es Cristo. La palabra Cristo se deriva de crisma; p o r tanto, el n o m b r e Cristo significa unción. E n n i n g ú n otro reino del m u n d o eran u n g i d o s los reyes y los sacerdotes fuera de aquel en el q u e fue profetizado y u n g i d o Cristo, de d o n d e le p r o v i n o el n o m b r e de Cristo. J a m á s en n i n g ú n otro lugar, en n i n g u n a nación, en n i n g ú n reino, existió tal costumbre. Luego D i o s fue u n g i d o p o r Dios. ¿Con qué óleo sino con el óleo espiritual? El óleo visible se da como signo; el óleo invisible, como sacramento; el óleo espiritual se da inter i o r m e n t e . D i o s fue u n g i d o p a r a nosotros y enviado a nosotros. El m i s m o D i o s , p o r la unción, era h o m b r e ; p e r o de tal m o d o era h o m b r e , q u e t a m b i é n era Dios. Y era de tal suerte Dios, q u e n o se desdeñaba de ser h o m b r e ; verdadero h o m b r e y verdadero Dios; en nada mentiroso, en nada falaz, p o r q u e en todo es veraz, en todo es la verdad. Luego es D i o s h o m b r e , y, p o r tanto, D i o s es u n g i d o p o r q u e es h o m b r e D i o s , el cual es Cristo. 20. Esto estaba prefigurado en el hecho de J a c o b una piedra por cabezal para dormir. El colocó una piedra debajo de su cabeza; dormido, tada la cabeza sobre la piedra, vio, estando los

haberse puesto patriarca Jacob t e n i e n d o recoscielos abiertos,

quia unum nomen est quod compellatur, et alterum ab eo qui compellat, Unxit te, Deus. O tu Deas, unxit te Deus tuus: quomodo si diceret, Propterea unxit te, o tu Deus, Deus tuus. Sic accipite, síc intelligite, sic in graeco evidentissimum est. Ergo quis est Deus unctus a Deo? Dicant nobis Iudaei. Scripturae istae communes sunt. Unctus est Deus a Deo: unctum audis, Christum intellige. Etenim Christus a chrismate: hoc nomen quod appellatur Christus, unctionis est. Nec in aliquo alibi ungebantur reges et sacerdotes, nisi in illo regno ubi Christus prophetabatur et ungebatur, et unde venturum erat Christi nomen: nusquam est alibi omnino, in nulla gente, in nullo regno. Unctus est ergo Deus a Deo: quo oleo, nisi spirituali? Oleum enim visibile in signo est, oleum invisibile in sacramento est, oleum spirituale intus est. Unctus est nobis Deus, et missus est nobis: et ipse Deus, ut ungeretur, homo erat: sed ita homo erat, ut Deus esset; ita Deus erat, ut homo esse non dedignaretur: verus homo, verus Deus; in nullo fallax, in nullo falsus; quia ubique verax, ubique veritas. Deus ergo homo, et ideo unctus Deus, quia homo Deus, et factus est Christus. 20. Hoc figurabatur in eo quod lacob lapidem sibi ad caput posuerat, et dormierat (Gen 28,11). lacob patriarcha lapidem sibi ad caput posuerat; dormiens autem illo lapide ad caput pósito, vidit apertis caelis scalam

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una escala q u e llegaba del cielo a la tierra por la cual subían y bajaban los ángeles. A l despertar del sueño, u n g i ó la piedra y se marchó. E n t e n d i ó q u e en aquella piedra estaba representado Cristo; por eso la u n g i ó . V e d desde c u á n d o es a n u n c i a d o Cristo. ¿Qué significa, p r i n c i p a l m e n t e ante los patriarcas, q u e adoraban a u n solo D i o s , la unción de la piedra? Este hecho fue u n hecho figurado y pasó. Pues u n g i ó la piedra, y n o volvió más allí a adorar y a ofrecer sacrificios. Fue representado u n misterio, n o incoado u n sacrilegio. Observad la piedra: La -piedra que reprobaron los constructores, ésta se ha hecho piedra angular. Y c o m o Cristo es la cabeza del varón, la piedra se colocó a la cabeza. Observad el g r a n misterio: Cristo es la piedra. La piedra viva — d i c e San Pedro—desechada por los hombres jue elegida por Dios. La piedra se colocó a la cabeza p o r q u e la cabeza del varón es Cristo, y se u n g i ó la piedra p o r q u e el n o m b r e de Cristo se deriva de crisma, unción. Y se verán, dándose Cristo a conocer, escalas q u e lleguen del cielo a la tierra o de la tierra al cielo, por las que suban y bajen ángeles. ¿Qué significa esto? Lo entenderemos mejor al recordar el testimonio evangélico, proferido por el m i s m o Señor. Sabéis q u e Jacob es el m i s m o Israel. Pues bien, al luchar con el ángel y salir vencedor y ser bendecido p o r aquel a q u i e n venció, se le cambió el n o m b r e , de suerte que se le llamó desde entonces Israel. El p u e b l o de Israel prevaleció contra Cristo crucificándole; sin e m b a r g o , en los q u e creyeron en Cristo fue bendecido por A q u e l a q u i e n venció. P e r o m u c h o s n o creyeron; de a q u í la cojera de Jacob. T e n e m o s , pues, dos cosas: bendición y cojera. Bendición en los q u e creyeron, p o r q u e después a cáelo in terram, et Angelos ascendentes et descendentes: hoc viso evigilavit, unxit lapidem, et discessit. In illo lapide intellexit Christum, ideo unxit. Videte ex quo praedicatur Christus. Quid sibi vult illa unctio lapidis, praesertim apud Patriarchas, qui unum Deum colebant? Factum est autem in figura, et discessum est. Non enim unxit lapidem, et venit illuc semper adorare, et sacrificia ibi faceré. Expressum est mysterium, non inchoatum sacrilegium. Et videte lapidem: Lapidem quem reprobaverunt aedificantes, hic factus est in caput anguli (Ps 117,22). Et quia caput viri Christus (1 Cor 11,3), propterea lapis ad caput. Attendite magnum sacramentum: lapis Christus. Lapidem vivum, ait Petrus, ab hominibus reprobatum, a Deo autem electum (1 Petr 2,4). Et lapis ad caput, quia caput viri Christus (1 Cor 6,3). Et unctus lapis quia a chrismate dictus est Christus. Et videntur scalae, revelante Christo, a térra in caelum, vel a cáelo in terram, et ascendentes et descendentes Angelí (Gen 28,12, et lo 1,51). Quid hoc sit, melius videbimus, cum testimonium evangelicum ab ipso Domino commemoraverimus. Nostis quia lacob ipse est Israel. lili enim cum Angelo luctanti et praevalenti, et benedicto ab eo cui ptaevaluit, nomen mutatum est, ut appellaretur Israel (Gen 32,28): sicut populus Istael praevaluit Christo, ut crucifigeret eum; et lamen in his qui Christo crediderunt, ab ipso cui ptaevaluit, benedictus est. Sed multi non crediderunt, inde claudicatio lacob. Benedictio et claudicatio.

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TI

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vimos que creyeron muchos de aquel pueblo. Cojera en los que no creyeron. Y como los más no creyeron y los menos sí, por eso, para dejarle cojo, le hirió el tendón de su muslo. ¿Qué simboliza el tendón de su muslo? La multitud de su estirpe. Ved las escalas. Cuando el Señor vio a Natanael, dice en el Evangelio: He aquí a un verdadero israelita en quien no hay dolo. Lo mismo se dice de Jacob: Y Jacob era hombre sencillo, sin dolo, que habitaba en tiendas. Recordando esto el Señor, al ver a Natanael, hombre de aquella nación y de aquel pueblo, sin dolo: Ved aquí—dice—un verdadero israelita en quien no hay dolo. Le llamó israelita en quien no había dolo, teniendo puesto el pensamiento en Jacob. Natanael le contesta: ¿De qué me conoces? El Señor le responde: Cuando estabas debajo de la higuera te vi. Es decir, cuando estabas en aquel pueblo establecido debajo de la ley, la cual, como sombra carnal, cubría a aquel pueblo, te vi. ¿Qué significa allí te vi? Allí me compadecí de ti. Natanael, habiendo recordado que había estado realmente debajo de la higuera, admirado, porque pensaba que no había sido visto por nadie cuando estaba allí, confiesa y dice: Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel. ¿Quién dijo esto? El que había oído que era verdadero israelita y que en él no había dolo. Entonces le contesta el Señor: Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, creíste; mayores cosas verás. Hablando a éste al decir mayores cosas verás, habla con Israel, con Jacob; es decir, con aquel que colocó la piedra debajo de la cabeza. ¿Qué cosas más grandes (veréis)? Atended, puesto que la piedra ya está colocada a la cabeza. Continúa: En verdad os digo que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios bajar y Benedictio in his qui crediderunt: nam postea novimus ex illo populo multos credidisse. Claudicado autem in his qui non crediderunt. Et quia plures non crediderunt, et pauci crediderunt, ideo ut fieret claudicatio, tetigit latitudinem femoris eius. Quid est latitudo femoris eius? Multitudo genefis. Videte ergo scalas illas. Dominus quando vidit Nathanaelem in Evangelio ait: Ecce veré Israelita, in quo dolus non est (lo 1,47). Sic enim dicitur de ipso Iacob, Et erat lacob sine dolo habitans in domo (Gen 25,27): hoc recolens Dominus vídens Nathanaelem sine dolo de gente illa et de populo illo, Ecce veré, inquit, Israelita, in quo dolus non est. Appellavit Israelitam, in quo dolus non esset, propter Iacob. Et ille Nathanael, Unde me nosti? Et Dominus, Cum esses sub arbore fici vidi te: id est, cum esses in illo populo sub Lege constitutus, quae carnali umbra illum populum protegebat, ibi te vidi. Quid est, ibi te vidi? Ibi tui misertus sum. Ule autem recordatus quod fuerat etiam sub arbore fici in veritate, admiratus, quia putabat se a nemine visum cum ibi esset, confitetur et dicit: Tu es Filias Dei, tu es rex Israel. Quis hoc dixit? Qui audierat quod verus esset Israelita, et dolus in illo non esset. Et Dominus: Quia dixi tibi, Vidi te sub arbore fici, credidisti; maiora horum videbis. Loquitur cum Israel, cum Iacob, cum illo qui sibi lapidem ad caput posuerat. Maiora h'trum videbis. Quae maiora? Quia iam lapis ille ad caput est. Amen dico vobis, videbitis caelum apertum, et Angelas Dei

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subir sobre el Hijo del hombre. Suban y bajen los ángeles de Dios por esta escala. Se haga esto en la Iglesia. Los ángeles de Dios son los predicadores de la verdad; suban y oigan: En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. Bajen y observen que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Suban para encumbrar a los grandes, bajen para alimentar a los pequeños. Ve a Pablo, que sube al decir: Si hemos sido arrebatados hacia Dios... Contémplale bajando cuando escribe: Si nos hemos moderado, por vosotros ha sido. Mírale subiendo. Hablamos sabiduría entre los perfectos. Mírale bajando. Leche os di a beber, no manjar. Esto se ejecuta en la Iglesia; bajan y suben los ángeles de Dios sobre el Hijo del hombre porque arriba está el Hijo del hombre, es decir, su cabeza, al cual suben con el corazón; y abajo está también el Hijo del hombre, es decir, su cuerpo. Sus miembros están aquí; su cabeza, arriba. Se sube a la cabeza, se baja a los miembros. Cristo está allí, Cristo está aquí. Si únicamente está allí y no aquí, ¿por qué dijo: Saulo, Saulo, por qué me persigues? ¿Quién le molestaba en el cielo? Nadie; ni los judíos, ni Saulo, ni el diablo tentador. Allí nadie le molestaba, pero clama la lengua en la trabazón del cuerpo humano al ser pisado el pie. 21. Amaste la justicia y odiaste la iniquidad; por eso te ungió, ¡oh Dios!, tu Dios. Hemos hablado del Dios ungido, esto es, de Cristo. N o pudo darse a conocer más claramente el nombre de Cristo que diciendo: Dios ungido. Así como eres hermosísimo sobre los hijos de los hombres, así estás ungido con el óleo de la alegría sobre tus copartícipes. ¿Quiénes son sus coascendentes et descendentes super Filium hominis (lo 1,48.51). Angeli Dei ascendant et descendant per scalas illas, fiat hoc in Ecclesia. Angeli Dei annuntiatores sunr veritatis: ascendant et videant, ln principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum. Descendant, et videant, quia Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (Ib. 1,14). Ascendant, ut erigant magnos: descendant, ut nutriant parvos. Vide ascendentem Paulum: Sive mente excessimus, Deo. Vide descendentem: Sive temperantes sumus, vobis (2 Cor 5,13). Vide ascendentem: Sapientiam loquimur ínter perfectos. Vide descendentem: hac vobis potum dedi, non escam (1 Cor 2,6, et 3,2). Hoc fit in Ecclesia: ascendunt et descendunt Angeü Dei super Filium hominis: quia sursum est Filius hominis, ad quem ascendunt corde, id est caput eius; et deorsum Filius hominis, id est corpus eius. Membra eius hic sunt, caput sursum est: ascenditur ad caput, descenditur ad membra. Christus ibi, Christus hic. Nam si ibi tantum, er hic non, unde vox illa: Saule, Saule, quid me persequeris? (Act 9,4). Quis enim illi in cáelo molestus fuit? Nenio, nec Iudaei, nec Saulus, nec diabolus tentator; nemo ibi molestus illi: sed sicut in compage corporis humani pede calcato lingua clamat. 21. Dilexisti iustitiam, et odisti iniquitatem: propterea unxit te, Deus, Deus tuus. Locuti sumus de uncto Deo, hoc est de Christo. Non potuit apertius dici nomen Christi, quam ut diceretur unctus Deus. Quomo-

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partícipes? Los hijos d e los h o m b r e s , p o r q u e el m i s m o H i j o del h o m b r e se hizo p a r t i c i p a n t e de su naturaleza p a r a hacerlos El participantes de su inmortalidad. 22 [v.9.10]. Mirra, ámbar y canela exhalan tus vestidos. D e tus vestidos p r o c e d e n buenos olores. Sus vestidos son sus santos, sus elegidos, toda su Iglesia, a la cual presenta c o m o vestido sin m a n c h a ni arruga. D e b i d o a la m a n c h a o pecado, fue lavado con sangre; por las arrugas fue e x t e n d i d o en la cruz. D e a q u í el b u e n olor, q u e se halla simbolizado en los n o m b r e s de los aromas n o m brados. Oye a Pablo, el m á s p e q u e ñ o , hablar sobre la orla del vestido (de Cristo, q u e son los cristianos), y q u e tocó la mujer que padecía el flujo de sangre y fue curada; óyele decir: Somos el buen olor de Cristo en todo lugar tanto para los que se salvan como -para los que se pierden. N o dijo: Somos el b u e n olor para los q u e se salvan, y el m a l o p a r a los q u e se pierden, sino, p o r lo q u e toca a nosotros, somos el buen olor tanto para los que se salvan como para los que se pierden. Salvarse el h o m b r e p o r el b u e n olor es natural y creíble. P e r o ¿cuál es la causa de perecer p o r el buen olor? Ella es poderosísima; es u n a g r a n verdad, y, si n o p u e d e ser comprendida, sin e m b a r g o , así es. Para q u e supieses q u é difícilmente p u e d e ser entendida, añade a continuación: Y para esto, ¿quién es idóneo? ¿Quién p o d r á c o m p r e n der q u e los h o m b r e s m u e r e n p o r el b u e n olor? Sin e m b a r g o , hermanos, diré algo para que podáis entender. V e d q u e el m i s m o Pablo predicaba el Evangelio; m u c h o s a m a b a n al predicador del Evangelio, m u c h o s le tenían mala voluntad; quienes le a m a b a n do speciosus forma prae filiis hominum, sic unctus, oleo exsultationis prae participibus sais. Qui enim participes eius? Filii hominum: quoniam et ipse Filius hominis particeps factus est mortalitatis illorum, ut faceret eos participes immortalitatis suae. 22 [v.9.10]. Myrrha et gutta et casia a vestimentis tais. Odores boni a vestimentis mis. Vestimenta eius sunt sancti eius, electi eius, tota Ecclesia eius, quam sibi sicut vestem exhibet, sine macula et ruga (Eph 5, 27): propter maculam, abluens in sanguine; propter rugam, extendens in cruce. Inde bonus odor qui significatur nominatis quibusdam aromaos. Audi Paulum illum mínimum, fimbriam de vestimento quod tetigit mulier in fluxu sanguinis, et sanata est (Mt 9,20); audi illum dicentem: Christi bonus odor sumus in omni loco, et in iis qui salvi fiunt, et in iis qui pereunt (2 Cor 2,15). Non dixit, Bonus odor in iis qui salvi fiunt, et malus odor in iis qui pereunt; sed, Quod ad nos attinet, bonus odor sumus, et in iis qui salvi fiunt, et in iis qui pereunt. Salvum fieri hominem bono odore non est improbabile ñeque incredibile: perire autem hominem bono odore, quae ratio est? Magna vis, magna veritas: etsi capi non potest, ita est. Nam ut noveritis quia difficile capitur, statim subiecit: Et ad haec quis idoneus? Quis intelligat homines morí bono odore? Tamen aliquid dicam, fratres. Ecce ipse Paulus praedicabat Evangelium; multi illum amabant praedicatorem Evangelii, multi illi invidebant: qui illum amabant, bono odore salvabantur; qui illi

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se salvaban p o r el buen olor, los q u e le envidiaban perecían p o r el b u e n olor. N o era, p o r tanto, m a l olor p a r a quienes perecían, sino bueno. Le envidiaban con tanto m á s enojo c u a n t o m á s sobresalía con tan extraordinario p o d e r ; nadie envidia al miserable. Era ilustre en la predicación del Evangelio y vivía según la norma de la vara de equidad. Le a m a b a n , pues, quienes en él amaban a Cristo, quienes iban e n pos del buen olor. A m a b a al amigo del esposo la esposa q u e dice en el Cantar de los Cantares: Corremos en pos del olor de tus ungüentos. Los malos, por el contrario, c u a n t o m á s le veían h o n r a d o en la predicación del Evangelio, tanto m á s se retorcían de envidia y se d a b a n a si mismos la m u e r t e p o r el b u e n olor. 2 3 . Mirra, ámbar y canela rezuman tus vestidos desde los palacios de marfil desde los cuales te deleitaron las hijas de los reyes. Elige cualesquiera casas de marfil, grandes palacios, moradas regias: desde ellas deleitaron a Cristo las hijas de los reyes. ¿Quieres entender en sentido espiritual las casas de marfil? T o ma los grandes palacios, las suntuosas m o r a d a s de D i o s , por los mismos reyes q u e gobiernan la carne y s u b y u g a n el tropel de las pasiones h u m a n a s castigando el c u e r p o y sometiéndole a servid u m b r e , por los corazones de los santos, ya q u e p o r éstos le deleitaron las hijas de los reyes. A s í , p u e s , todas las almas q u e los apóstoles e n g e n d r a r o n para D i o s p r e d i c a n d o y evangelizando, son hijas de los reyes. T a m b i é n las iglesias constituidas p o r los apóstoles son las hijas de los reyes. C r i s t o es el Rey de reyes, y los apóstoles, los reyes de los que se dijo: Os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Predicaron la palainvidebant, bono odore peribant. Ideo et pereuntibus non malus odor, sed bonus odor. Ideo enim magis illi invidebant, quia tam bona in illo gratia praevalcbat: nemo enim invidet misero. Erat ergo gloriosus in praedicatione verbi Dei, et vivens secundum regulam illius virgae directionis: et diligebant eum qui in illo diligebant Christum, qui sequebantur honum odorem; diligebat amicum sponsi sui ipsa sponsa, quae dicit in Canticis canticorum, Post odorem unguentorum tuorum curremus (Cant 1,3). Illi autem quanto magis eum videbant in gioria praedicalionis Evangelii et in vita inculpabili, tanto magis invidia torquebantur, et occidebantur bono odore. 23- Myrrha et gutta et casia a vestimentis tuis, a domibus eburneis, i'.v quibus delectaverunt te filiae regum. Domos ebúrneas, domos magnas, domos regales, quasvis elige, delectaverunt inde Christum filiae regum. Vis domos ebúrneas spiritualiter accipere? Magnas domos, et magna tabcrnacula Dei, corda sanctorum, ipsosque reges regentes carnem, subiugantes sibi turbas humanarum affectionum, castigantes Corpus, et servitud subiicientes, accipe: quia inde delectaverunt eum filiae regum. Etenim nmnes animae quae illis praedicantibus et evangelizantibus natae sunt, filiae regum sunt: et Ecclesiae filiae Apostolorum, filiae regum sunt. lile est enim Rex regum: illi autem reges de quibus dictum est, Sedebitis super ihiodecim sedes, indicantes duodecim tribus Israel (Mt 19,28). Praedica-

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bra de la verdad, y e n g e n d r a r o n las iglesias n o p a r a sí, sino para Cristo. A este misterio pertenece lo q u e se escribió en la ley: Si muriere el hermano, tome por mujer el hermano vivo la mujer de su hermano y de ella engendre para el hermano muerto. Tome por mujer la mujer de su hermano y de ella engendre no para sí, sino para su hermano. Cristo dijo: Di a mis hermanos; y t a m b i é n dijo en otro salmo: Anunciaré tu nombre a mis hermanos. Cristo m u r i ó , resucitó, subió al cielo, se ausentó con el cuerpo; los h e r m a n o s t o m a r o n su mujer con el fin de e n g e n d r a r hijos con la predicación del Evangelio; n o p o r sí mismos, sino p o r el Evangelio, en atención al n o m b r e del h e r m a n o . Yo—dice San Pablo—os engendré para Cristo Jesús por el Evangelio. Así, pues, suscitando la estirpe para su h e r m a n o , a cuantos e n g e n d r a r o n n o les llamaron paulinos o petrinos, sino cristianos. V e d si n o es éste el sentido q u e aparece en estos versillos. Al decir desde los palacios de marfil habló de los palacios reales, amplios, hermosos, apacibles, como son los corazones de los santos; y añadió: desde los cuales te deleitaron las hijas de los reyes en tu honor. Las hijas de los reyes son las hijas de tus apóstoles. P e r o añade en tu honor p o r q u e ellos las e n g e n d r a r o n p a r a su H e r m a n o . P o r eso, Pablo, viendo que p r e t e n d í a n ensalzar su n o m b r e aquellos que había engendrado en la fe para su H e r m a n o , exclama: ¿Acaso Pablo fue crucificado por vosotros? ¿ Q u é preceptúa la ley? Q u e lleve el nacido el n o m b r e del difunto. N a z c a para el difunto, se llame como el difunto. Pablo prescribe este legítimo derecho; y a los q u e quieren llamarse c o m o él por haberlos e n g e n d r a d o a verunt verbum veritatis, et genuerunt Ecclesias, non sibi, sed illi. Ad hoc sacramentum pertinet quod scriptum est in Lege: Si mortuus fuerit frater, accipiat uxorem eius frater eius, et suscitet semen fratri suo (Deut 25,5). Accipiat uxorem frater eius, et suscitet semen, non sibi, sed fratri suo. Dixit Christus, Dic fratribus meis (Mt 28,10). Dixit in psalmo, Narrabo nomen tuum fratribus meis (Ps 21,23). Mortuus est Christus, resurrexit, ascendit, absentavit se corpore: susceperunt fratres eius uxorem eius, praedicatione Evangelii generaturi filios, non per seipsos, sed per Evangelium, propter nomen fratris. In Christo enim lesu, inquit, per Evangelium, ego vos genui (1 Cor 4,15). Itaque suscitantes semen fratri suo, quotquot genuerunt, non Paulianos aut Petrianos, sed Christianos nominaverunt. Videte si non iste sensus vigilat et in his versibus. Cum enim diceret, a domibus ebumeis, dixit de regalibus, amplis, pulchris, lenibus, qualia sunt corda sanctorum: subiecit, Ex quibus te delectaverunt filiae regum, in bonore tuo. Filiae quidem regum, filiae Apostolorum tuorum: sed, in honore tuo, quia semen illi suscitaverunt fratri suo. Ideo ipsos quos suscitaverat fratri suo Paulus, cum videret cúrrete ad nomen suum, exclamavit: Numquid Paulus crucifixus est pro vobis? Quid enim ait Lex? Et habeat natus nomen defuncti. Defuncto nascatur, defuncti nomine appelletur. Servat hoc legitimum Paulus: volentes appellari ex nomine suo, revocat: Numquid Paulus pro vobis crucifixus est? Ad

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la fe, les disuade de esto y les dice: ¿Acaso Pablo fue crucificado por vosotros? Atended al difunto ¿Acaso Pablo fue crucificado por vosotros? ¿Y qué? C u a n d o los engendraste, ¿por ventura les pusiste tu nombre? No. Pues dice: ¿Acaso fuisteis bautizados en nombre de Pablo? Te deleitaron las hijas de los reyes atendiendo a tu honor. Retened, conservad estas palabras: debido a tu honor. Pues esto es poseer el vestido nupcial, esto es buscar su honor, su gloria. Entended también por hijas de los reyes las ciudades q u e creyeron en Cristo y fueron fundadas p o r los reyes procedentes de los palacios de marfil, ricos, soberbios, excelsos. Las hijas de los reyes te deleitaron en tu honor p o r q u e n o buscaron la gloria de sus antepasados, sino tu honor. Se m e muestre el t e m p l o de R ó m u l o en Roma con tanto h o n o r con c u a n t o allí m u e s t r o yo el recuerdo o sepulcro de Pedro. ¿Y a q u i é n se h o n r a en P e d r o sino a Aquel que murió por nosottos? Somos cristianos, n o petrinos. Y si hemos nacido debido al h e r m a n o del difunto, sin e m b a r g o , hemos sido llamados con el n o m b r e del difunto. N a c i m o s p o r el hermano, pero nacimos para el difunto. V e a R o m a , contempla a Cartago, atiende a tantas y tantas ciudades hijas de los reyes que deleitaron a su rey en su honor y q u e de todas ellas se constituyó como una sola reina. 24. ¿De qué condición es el h i m n o de bodas? A t i e n d e c ó m o en medio de cánticos repletos de gozo camina t a m b i é n la m i s m a esposa. Hasta ahora se acercaba el esposo, él era descrito, en él se fijaba toda nuestra atención; preséntese ya t a m b i é n la esposa. Asistió la reina a tu derecha. La q u e está a la izquierda n o es reina, pues se hallará a la izquierda aquella a q u i e n se diga: defunctum aspicite, Numquid Paulus pro vobis crucifixus est? Et quid ergo? Quando illos generasti, quid si nomen tuum illis imposuisti? Non. Ait enim: Aut in nomine Pauli baptizati estis? (1 Cor 1,13). Delectaverunt te filiae regum in honore tuo. Tenete, sérvate, in honore tuo. Hoc est habere vestem nuptialem, illius honorem, illius gJoriam quaerere. IntelIigite etiam filias regum, civitates quae crediderunt in Christum, et a regibus conditae sunt; et a domibus ebumeis, divitibus, superbis, elatis. Viliae regum delectaverunt te in honore tuo: quia non quaesietunt honorem patrum suorum, sed quaesierunt honorem tuum. Ostendatut mihi Romae in honore tanto templum Romuli, in quanto ibi ostendo memoriam Petri. In Petto quis honoratur, nisi ille defunctus pto nobis? Sumus enim Christiani, non Petriani. Etsi nati per fratrem defuncti, tamen cognominati nomine defuncti. Per illum nati, sed illi nati. Ecce Roma, ecce Carthago, ecce aliae et aliae civitates filiae regum sunt; et delectaverunt regem suum in honore ipsius; et ex ómnibus fit una quaedam regina. 24. Quale carmen nuptiale? Ecce Ínter cántica hilaritatis plena, proceda et ipsa sponsa. Sponsus enim veniebat, ipse desctibebatur, in illum erat omnis intentio nostra: procedat et ista. Astilit regina a dextris tuis. Quae a sinistris, non regina. Stabit enim quaedam et a sinistris, cui dicetur: Vade in ignem aetemttm. A dextris autem stabit, cui dicetur:

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Vete al fuego eterno. Mas estará a la derecha aquella a quien s;e dice: Venid, benditos de mi Padre; recibid el reino que os está preparado desde el principio del mundo. Asistió la reina a tu derecha vestida de oro, recubierta de variedad. ¿Qué vestido tiene esta reina? Un vestido precioso, variado: la santidad de la doctrina en todas las distintas lenguas. Una es la lengua africana otra la asiria, otra la griega, otra la hebrea, y otras distintas las restantes del mundo; pero todas ellas constituyen la variedad del vestido de esta reina. Como toda la variedad del vestido se armoniza en la unidad, del mismo modo todas las lenguas concuerdan en una misma fe. En el vestido hay variedad, pero no rotura. Ved que aplicamos la variedad a la diversidad de lenguas, y el vestido a la unidad. En la misma variedad, ¿qué simboliza el oro? La sabiduría. Cualquiera que sea la diversidad de lenguas, siempre predica un mismo oro; no diverso, sino de distinto aspecto. Pues todas las lenguas anuncian la misma sabiduría, idéntica doctrina y enseñanza. La variedad se da en las lenguas; el oro, en las sentencias. 25 [ v . l l j . Canta el profeta a esta reina, y la canta de buen grado, y también a cada uno de nosotros si hemos conocido dónde estamos, e intentamos pertenecer a aquel cuerpo, y por la fe y la esperanza continuamos unidos a los miembros de Cristo. El profeta se dirige a nosotros cuando dice: Oye, hija, y ve. Le habla a ella como si fuera uno de los padres porque son hijas de los reyes; y, aunque hable el profeta, aunque hable el apóstol, le hablan como a hija; pues así decimos: Nuestros padres los proVenite, benedicti Patris mei, percipite regnum quod vobis paratum est ab initio mundi (Mt 25,34.41). Astitit regina a dextris tuis, in vestitu deaurato, circumamicta varietate. Vestitus reginae huius quis est? Et pretiosus est, et varius est: sacramenta doctrinae in linguis ómnibus variis. Alia lingua afra, alia syra, alia graeca, alia hebraea, alia illa et illa: faciunt istae linguae varietatem vestís reginae huius. Quomodo autem omnis varietas vestís in unitate concordat, sic et omnes linguae ad unam fidem. In veste varietas sit, scissura non sit. Ecce varietatem intelleximus de diversitate línguarum et vestem intelleximus propter unitatem: in ipsa autem varietate aurum quod est? Ipsa sapientia. Quaelibet sit varietas linguarum, unum aurum praedicatur: non diversum aurum, sed varietas de auro. Eamdem quippe sapientiam, eamdem doctrinam et disciplinam omnes linguae praedicant. Varietas in linguis, aurum in sententiis. 25 [v.ll]. Alloquitur Propheta reginam istam (libenter enim illi cantat), et unumquemque nostrum; si tamen noverimus ubi sumus, et ad illud corpus pertinere conemur, et fide et spe pertineamus uniti in membris Christi. Nos enim alloquitur: Audi, filia, et vide. Alloquitur eam tanquam unus de patribus, quia filiae regum sunt: etsi alloquatur propheta, etsi alloquatur apostolus, tanquam filiam (sic enim dicimus, Patres nostri Prophetae, patres nostri Apostoli: si nos illos ut patres, illi

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fetas, nuestros padres los apóstoles; y, si nosotros los tenemos por padres, ellos nos tienen por hijos; por tanto, una voz paterna habla a la única hija. Oye, ¡oh hija!, y ve. Primero oye, después ve. Vino a nosotros por el Evangelio y se nos predicó lo que aún no hemos visto; pero que oyendo creímos y creyendo veremos, como dice el mismo esposo por el profeta: El pueblo a quien no conocí me sirvió; por oídas me obedeció. ¿Qué significa por oídas? Que no me vio. Le vieron los judíos, y le crucificaron; no le vieron los gentiles, y creyeron. Venga de la parte de los gentiles la reina con vestido de oro, ataviada de variedad. Venga procediendo de los gentiles; venga vestida con todas las lenguas en la unidad de sabiduría y se le diga: Oye, ¡oh hija!, y ve. Si no oyeres, no verás. Oye para que purifiques el corazón con la fe, conforme lo dice el Apóstol en los Hechos de los Apóstoles: Con la je, que purifica sus corazones. Para eso, pues, oímos lo que hemos de creer antes de que lo veamos, para que creyendo purifiquemos el corazón, y así podamos ver. Oye para creer, purifica el corazón con la fe. Y cuando haya purificado el corazón, ¿qué veré? "Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios." Oye, ¡oh hija!, y ve, e inclina tu oído. Oír es poco; oye humildemente. Inclina tu oído. Y olvida a tu pueblo y la casa de tu padre. Existía un cierto pueblo y una cierta casa del padre, en la que naciste; el pueblo de Babilonia, que tenía por rey al diablo. De cualquier parte que venían los gentiles, procedían del padre diablo; pero renunciaron a su padre el diablo. Olvida a tu pueblo y la casa de tu padre. Te ennos ut filios), et vox una paterna alloquitut unicam filiam. Audi, filia, et vide. Prius audi, postea vide. Ventum est enim ad nos cum Evangelio, et praedicatum est nobis quod nondum videmus, et audiendo credidimus, credendo videbimus; sicut dicit ipse sponsus apud Prophetam: Populus quem non cognovi, servivit mihi; in obauditu auris obedivit mihi (Ps 17,45). Quid est, in obauditu auris? Quia non vidit. Viderunt Iudaei, et crucifixerunt: non viderunt Gentes, et crediderunt. Veniat regina de Gentibus in vestitu deaurato, circumamicta varietate: veniat ex Gentibus, veniat circumamicta ómnibus linguis, in unitate sapientiae; dicatur ei, Audi, filia, et vide. Si non audieris, non videbis. Audi ut mundes cor fide, sicut Apostolus ait in Actibus Apostolorum: Vide mundans corda eorum (Act 15,9). Ad hoc enim audimus quod credamus, antequam videamus, ut credendo cor mundemus, unde videre possimus. Audi, ut credas, munda cor fide. Et cum cor mundavero, quid videbo? Beati mundo corde, quia ipsi Deum videbunt (Mt 5,8). Audi, filia, et vide; et inclina aurem tuam. Parum est audi, humiliter audi: Inclina aurem tuam. Et obliviscere popalum tuum et domum patris tui. Erat populus quidam, et domus patris quaedam, in qua nata es, populus Babyloniae, habens regem diabolum. Undecumque venenint Gentes, a patre diabolo venerunt: sed patti diabolo renuntiaverunt. Obliviscere populum tuum et domum patris tui. Foedam te ille genuit, cum peccatricem fecit: pukhram te iste

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g e n d r ó fea al hacerte pecadora, p e r o éste q u e justifica a la i m p í a te engendra hermosa. Olvida a tu pueblo y la casa de tu padre. 2 6 [ v . 1 2 . 1 5 ] . Puesto que codició el rey tu hermosura. ¿Qué hermosura? La q u e El hizo. Codició la hermosura. ¿La h e r m o sura de quién? ¿De la pecadora, de la inicua, de la impía? ¿Seg ú n la que tenía en su p a d r e el diablo y en su pueblo? N o . Sino aquella de la q u e se dice: ¿Quién es esta que sube blanqueada? A n t e r i o r m e n t e n o era blanca, después sube blanqueada. "Si fuesen vuestros pecados c o m o bermellón, c o m o a nieve los blanquearé." Anheló el rey tu hermosura. ¿Qué rey? El Señor, Dios tuyo. V e ya si n o debes abandonar a tu p a d r e y a tu p u e b l o y acercarte a este rey, D i o s tuyo. Es tu Dios, es tu rey. T u rey es t a m b i é n tu esposo. T e casas con el rey D i o s ; por él eres dotada, p o r él engalanada, por él redimida, por él sanada. T o d o lo que tienes p o r lo cual le agradas, de él lo recibiste. 27. Y le adorarán las hijas de Tiro con presentes. A este rey tuyo, a tu Dios, le adorarán con presentes las hijas de Tiro. Las hijas de Tiro son las hijas de los gentiles. A q u í toma la p a r t e p o r el todo. La ciudad d e T i r o , limítrofe a la tierra d o n d e se profetizaba, simbolizaba a los gentiles, q u e h a b í a n de creer en Cristo. D e allí era la Cananea, q u e p r i m e r a m e n t e fue llamada perro. Para que supieses q u e era de allí, dice el Evangelio: Se encaminó a la tierra de Tiro y de Sidón, y he aquí que una mujer cananea natural de aquellos términos salió a su encuentro y gritaba..., y lo demás q u e allí se narra. La q u e p r i m e r a m e n t e era perro j u n t o a su p a d r e y en su pueblo, voceando y acer-

candóse a este rey, fue engalanada creyendo en El. ¿Y q u é m e reció oír? ¡Oh mujer!, grande es tu je. Deseó el rey su hermosura. Y le adorarán las hijas de Tiro con presentes. ¿Con q u é regalos? Así quiere este rey q u e se acerquen a él, p u e s desea llenar sus tesoros; p e r o él dio para llenarlos y para q u e lo sean p o r vosotros. V e n g a n , dice, y le adoren ofreciéndole regalos. ¿Qué significa le adoren ofreciéndole regalos? No escondáis los tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los corroen y donde los ladrones los desentierran y los roban; sino atesoraos tesoros en el cielo, donde ni el ladrón ni la polilla los destruyen. Allí donde se halle tu tesoro estará tu corazón. Venid con regalos. Dad limosna, y todas las cosas serán limpias para vosotros. Acercaos con presentes a A q u e l q u e dice: Prefiero la misericordia al sacrificio. A l t e m p l o q u e a n t e r i o r m e n t e fue sombra del futuro se venía con toros y carneros, con cabritos, con diversos animales aptos para el sacrificio, a fin de q u e en él la sangre fuese u n hecho y significase otro. A h o r a ya la sangre q u e p r e f i g u r a b a n todos aquellos animales ha llegado, p u e s ha llegado el m i s m o rey y quiere otros sacrificios. ¿Cuáles? La limosna. El es el q u e ha de juzgar y él es el q u e tendrá en cuenta los dones d e algunos. Venid—dice—benditos de mi Padre; recibid el reino que os está preparado desde la creación del mundo. ¿Y por qué? Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; estuve desnudo, y me vestísteis; fui peregrino, y me hospedasteis; estuve enfermo y en la cárcel, y me visitasteis. Estos son los dones y los sacrifi-

regenerat qui iustificat impiam. Obliviscere populum tuum, et domum patris tui. 26 [v.12.15]. Quoniam concupivit rex speciem tuam. Quam speciem, nisi quam ipse fecit? Concupivit speciem. Cuius speciem? Peccatricis, iniquae, impiae, qualis erat apud patrem diabolum, et apud populum suum? Non, sed de qua dicitur: Quae est ista quae ascendit dealbata? (Cant 8,5). Antea ergo non erat alba, postea dealbata. Quia si fuerint peccata vestra sicut phoenicium, tanquam nivem dealbabo (Is 1,48). Concupivit rex speciem tuam. Quis rex? Quia ipse est Dominas Deus tuus. Iam vide si non debes dimitiere patrem tuum illum, et populum tuum illum, et venire ad regem istum, Deum tuum: Deus mus est, rex tuus est. Rex tuus, et ipse est sponsus tuus. Regi nubis Deo, ab ¡lio dotata, ab illo decorata, ab illo redempta, ab illo sanata. Quidquid habes unde illi placeas, ab illo habes. 27. Et adorabunt eum filiae Tyri in muneribus. Ipsum regem tuum Deum tuum adorabunt filiae Tyri in muneribus. Filiae Tyri, filiae Gentium: a parte ad totum. Tyrus vicina huic terrae ubi prophetia erat, significabat Gentes credituras Christo. Inde erat illa Chananaea, quae primo canis est appellata. Nam ut noveritis quia inde erat, Evangelium sic loquitur: Secessit in partes Tyri et Sidonis, et ecce mulier Chananaea de finibus Mis egressa clamabat, et caetera quae ibi narrantur. Quae primo canis erat apud patrem suum et in populo suo, clamando et

vcniendo ad istum regem, decora facta credendo in illum, quid meruit nudire? O mulier, magna est fides tua (Mt 15,21.28). Concupivit rex speciem tuam. Et adorabunt eum filiae Tyri in muneribus. Quibus muneribus? Sic ad se vult veniri tex iste, et thesauros suos impleri vult: et ipse donavit unde impleantur, et a vobis impleantur. Veniant, inquit, adorent eum in muneribus. Quid est, in muneribus? Nolite vobis condere thesauros in térra, ubi tinea et rubigo exterminat, et ubi fures effodiunt ct furantur: sed thesaurizate vobis thesauros in cáelo, ubi ñeque fur ñeque linea corrumpit. Ubi enim fuerit thesaurus tuus, illic erit et cor tuum (Ib. 6,19.21). Venite eum muneribus: Date eleemosynas, et omnia munda sunt vobis (Le 11,41). Venite eum muneribus ad eum qui dicit: Misericordiam voló magis quam sacrijicium (Os 6,6, et Mt 9,13). Ad illud rcmplum quod erat ante umbra futuri, veniebatur eum tauris et arietibus, eum hircis, eum diversis quibusque animalibus aptis ad sacríficium, ut in illo sanguine aliud fieret, aliud significaretur. Modo iam ipse sanguis, quem figurabant illa omnia, venit: venit Rex ipse, et ipse muñera vult. Quae muñera? Eleemosynas. Ipse est enim iudicaturus, et ipse muñera imputabit quibusdam. Venite, inquit, benedicti Patris mei, percipite regntim quod vobis paratum est ab initio mundi. Quare? Esurivi, et dedistis inihi manducare; sitivi, et dedistis mihi bibere; nudus fui, et vestistis me; liospes, et adduxistis me; infirmus el in carcere, et visitastis me. Haec sunt muñera in quibus adorant filiae Tyri regem: quia eum dicerent,

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cios con que adoran al rey las hijas de Tiro, puesto que al replicar: ¿Cuándo te vimos....?, Aquel que está arriba y abajo por los que suben y bajan contesta: Cuando a uno de mis pequeñuelos lo hicisteis, a mí me lo hicisteis. 28. Le adorarán las hijas de Tiro con presentes. ¿Quiénes son las hijas de Tiro y de qué modo le adoran con presentes? Lo expuso más claramente al decir: Los ricos del pueblo buscarán tu rostro. Estas hijas de Tiro, que adoran con presentes son los ricos del pueblo, a quienes habla aquel amigo del esposo, Pablo: Manda—dice a Timoteo—a los ricos de este mundo que no se ensoberbezcan ni pongan la esperanza en lo incierto de las riquezas, sino en Dios vivo, que nos da en abundancia todas las cosas para disfrutarlas; diles que se enriquezcan con las buenas obras, que den con buen ánimo y sean limosneros. Le adoren con presentes, pues no los perderán. Coloquen con seguridad sus bienes allí donde siempre los encuentren. Atesoren el fundamento bueno para el futuro a fin de que alcancen la verdadera vida. Adorando con presentes, buscarán tu rostro. Corran a la iglesia y allí depositen la limosna. N o lo hagan fuera de ella, es decir, no lo hagan estando fuera de ella; háganlo perteneciendo a la Iglesia. El rostro de esta esposa y de esta reina se deja ver a los que dan limosna. Por esto aquellos que vendían sus bienes venían con sus presentes buscando el rostro de esta reina, y así lo que traían lo ponían a los pies de los apóstoles. Ardía el amor en la Iglesia. El rostro de esta reina era la Iglesia. El rostro de esta reina era el obsequio de las hijas de Tiro, es decir, de los ricos que adoraban con dones. Los ricos del pueblo buscarán tu rostro. Tanto los que buscan el Quando te vidimus? ille qui et sursum est et deorsum, propter ascendentes et descendentes, Cum uni, inquit, ex minimis meis fecistis, mihi fecistis (Mt 25,34.40). 28. Adorabunt eum filiae Tyri in muneribus. Et quae sunt filiae Tyri, et quomodo adorabunt eum in muneribus, planius illud voluit dicere: Vultum tuum deprecabuntur divites plebis. Hae filiae Tyri adorantes in muneribus, divites sunt plebis, quos ille alloquitur amicus sponsi: Praecipe divitibus huius mundi, non superbe sapere, ñeque sperare in incerto divitiarum; sed in Deo vivo, qui praestat nobts omnia abundanter ad jruendum: divites sint in operibus bonis, fucile tribuant, communicent. Adorent in muneribus; sed non perdunt: securi ponant ubi semper inveniant. Thesaurizent sibi fundamentum bonum in futurum, ut apprehendant veram vitam (1 Tim 6,17.19). Adorando in muneribus, vultum tuum deprecabuntur. Ad Ecclesiam enim concurrunt, et ibi eleemosynas faciunt. Ne extra fiant, id est, ne extra positi fiant, in Ecclesia faciant. Vultus enim sponsae huius et reginae proderit facientibus. Propterea illi qui res suas vendebant, vultum reginae huius deprecantes in muneribus veniebant; et ea quae portabant, ad pedes Apostolorum ponebant (Act 4,34). Fervebat dilectio in Ecclesia, vultus erat reginae Ecclesia, vultus erat reginae obsequium filiarum Tyri, id est, divitum adorantium in muneribus. Vul-

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rostro como el rostro buscado, todos son una esposa, todos una reina; la madre y los hijos a una, en conjunto, pertenecen a Cristo, pertenecen a la Cabeza. 29. Pero como estas obras y estas limosnas se hacen también por jactancia, de aquí que dice el Señor: Guardaos de ejecutar vuestra justicia delante de los hombres para que os vean. Pero como, por otra parte, deben obrar también públicamente, por la faz de la esposa, dice: Brillen vuestras obras delante de los hombres de modo que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos. No para que busquéis vuestra gloria en las buenas obras que hacéis públicamente, sino la gloria de Dios. Y ¿quién sabe—dice— si busco la gloria de Dios o la mía? Aparezco que doy a los pobres; ¿pero quién ve el ánimo con que lo doy? Te baste el que ve; lo ve El, que retribuye. Ama dentro El, que ve el interior. Ama dentro; sea también amado interiormente Aquel que lleva a cabo la misma hermosura interior. No deleites a los ojos externos con el intento de ser visto y alabado; atiende a lo que sigue: Toda la hermosura de la hija del rey es interna. Externamente, sin duda, el vestido es de oro y variado, pero dentro conoce la hermosura el que ama su hermosura. ¿Cuáles son los secretos de la hermosura? Los de la conciencia. Allí ve Cristo, allí ama, allí habla, allí castiga, allí premia. Luego sea tu dádiva oculta, porque toda la gloria de la hija del rey es interna. Con orlas de oro se halla vestida de variedad. La hermosura es interna. Las orlas de oro simbolizan la diversidad de tum tuum deprecabuntur divites plebis. Et qui deprecabuntur vultum, et cuius vultum deprecabuntur, omnes una sponsa, omnes una regina, mater et filii simul totum ad Christum pertinens, ad caput pertinens. 29. Sed quia fiunt ista opera et istae eleemosynae ad iactantiam hominum, inde dicit ipse Dominus: Cávete jacere iustitiam vestram coram hominibus ut videamini ab eis (Mt 6,1). Quomodo autem et publice debent fieri propter vultum sponsae, ait: Laceant opera vestra coram hominibus, ut videant bona jacta vestra, et glorificent Patrem vestrum qui in caelis est (Ib. 5,16): non ut gloriam vestram quaeratis in operibus bonis quae publice facitis, sed ut gloriam Dei. Et quis novit, inquit, utrum gloriam Dei quaero, an gloriam meam? Quia do pauperi, videor: quo animo dem, quis videt? Sufficiat tibi qui videt; ille videt qui retribuet. Intus amat qui intus videt: intus amat, intus ametur qui interiorem facit et ipsam pulchritudinem. Noli quasi oculis exterioribus delectari, quia videris, et quia laudaris; attende quid hic sequatur: Omnis gloria eius filiae regis intrinsecus. Extrinsecus non solum vestís est áurea et varia, sed intus pulchram novit, qui speciem eius amavit. Quae sunt interiora pulchritudinis? Conscientiae. Ibi videt Christus, ibi amat Christus, ibi alloquitur Christus, ibi punit Christus, ibi coronat Christus. Sit ergo eleemosyna tua in occulto; quia omnis gloria eius filiae regis intrinsecus. In fimbriis aureis, circumamicta varietate. Pulchritudo intrinsecus: in S.Ag. 20

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Enarraciones sobre los Salmos

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las lenguas, el esplendor de la doctrina. Pero estas cosas, ¿que aprovechan si falta la hermosura interior? 30. Después de ella son presentadas al rey las vírgenes. Así sucedió. Creyó la Iglesia; se extendió por todas las naciones. ¿De qué modo anhelan ahora las vírgenes agradar al rey? ¿Por qué se estimulan? Porque precedió la Iglesia. Después de ella, las vírgenes son presentadas al rey; a ti son presentadas sus vecinas. Las presentadas no son extrañas, sino vecinas de ella y que la pertenecen. Como dijo al rey dirigiéndose a él, dijo también: A ti son presentadas tus vecinas. 31 [v.16]. Serán presentadas con alegría j gozo; serán conducidas al palacio del rey. La Iglesia es el templo del rey; la misma Iglesia entra en el templo. ¿De qué está construido el templo? De los hombres que entran en el templo. ¿Quiénes son las piedras vivas sino los fieles de Dios? Serán conducidas al templo del rey. Las vírgenes que se hallan fuera del templo del rey son las monjas herejes; sin duda son vírgenes; ¿pero de qué les aprovecha, si no entran en el templo del rey? El templo del rey se halla construido en la unidad, el templo del rey no está en ruinas, no está cuarteado, no se halla dividido. La argamasa de las piedras vivas es la caridad. Serán conducidas al templo del rey. 32 [v.l7J. Para sustituir a los padres te nacieron hijos. Nada más claro. Contemplad ya el mismo templo del rey, porque se habla de él debido a la unidad, extendida por todo el orbe, porque aquellas que quisieron ser vírgenes, si no son condufimbriis autem aureis varietas linguarum, doctrinae decus. Ista quid prosunt, si non sit pulchritudo illa intrinsecus? 30. Ajferentur regi virgines post eam. Veré factum est. Credidit Ecclesia, facta est Ecclesia per omnes gentes. Modo quemadmodum concupiscunt virgines placeré illi regi? Unde incitantur? Quia praecessit Ecclesia. Ajferentur regi virgines post eam: proximae eius ajferentur tibi. Non enim quae afferuntur alienae sunt, sed proximae eius, ad eam pertinentes. Et quia dixit, regi; ad eum conversus dixit, tibi: proximae eius afferentur tibi. 31 [v.16]. Afferentur in hetitia et exsultatione, adducentur in templum regís. Templum regis ipsa Ecclesia, intrat in templum ipsa Ecclesia. Unde construitur templum? De hominibus qui intrant in templum. Lapides vivi qui sunt, nisi fideles Dei? Adducentur in templum regis. Sunt enim virgines extra templum regis, haereticae sanctimoniales: sunt quidem virgines, sed quid proderit eis nisi adducantur in templum regis? Templum regis in unitate est: templum regis non est ruínosum, non discissum, non dívisum. lunctura lapidum viventium charitas est. Adducentur in templum regis. 32 [v.17]. Pro patribus tuis nati sunt tibi filii. Nihil evidentius. Attendite iam ipsum templum regis, quia inde loquitur propter unitatem diffusam toto orbe terrarum: quia illae quae virgines esse voluerunt, nisi

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Canto nupcial

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cidas al templo del rey, no pueden agradar al esposo. Para sustituir a los padres te han nacido hijos. Te engendraron los apóstoles; ellos fueron enviados, ellos predicaron, ellos fueron nuestros padres. ¿Pero acaso podrían permanecer siempre corporalmente con nosotros? Y aunque uno de ellos dijo: Quiero morir y estar con Cristo, porque esto es mucho mejor, pero es necesario por vosotros permanecer en carne, con todo, ¿cuánto tiempo pudo permanecer aquí? ¿Acaso hasta el presente? ¿Acaso hasta el fin? ¿Entonces con su ida quedó desierta la Iglesia? De ninguna manera. En lugar de los padres te nacieron hijos. ¿Qué significa en lugar de los padres te nacieron hijos? Los apóstoles fueron enviados como padres; para sustituir a los apóstoles te nacieron hijos; fueron constituidos los obispos. ¿De dónde nacieron los obispos que hoy se hallan desparramados por todo el mundo? La Iglesia los llama padres; ella los engendró; ella también los estableció en las sedes de los padres. Luego no pienses que estás abandonada porque no ves a Pedro, porque no ves a Pablo, porque no ves a aquellos por quienes naciste; de tu estirpe procede la paternidad. En lugar de tus padres te nacieron hijos; los constituirás príncipes por toda la tierra. Ve cuan extendido está el templo del rey. Conozcan las vírgenes que no son presentadas al templo del rey que no pertenecen a estas bodas. En lugar de tus padres te nacieron hijos; los constituirás príncipes por toda la tierra. Esta es la Iglesia Católica; sus hijos fueron constituidos príncipes sobre toda la tierra; sus hijos sustituyeron a los padres. Reconózcanlo quienes se desgajaron; vengan a la unidad; acerqúense al templo del rey. Dios estableció adducantur in templum regis, sponso placeré non possunt. Pro patribus tuis nati sunt tibi filii. Genuerunt te Apostoli: ipsi missi sunt, ipsi praedicaverunt, ipsi patres. Sed numquid nobiscum corporaliter semper esse potuerunt? Etsi unus ipsorum dixit: Cupio dissolvi, et esse eum Christo multo magis optimum est; manere in carne necessarium propter vos (Phil 1,23-24). Dixit hoc quidem, sed quamdiu hic manere potuit? Numquid usque ad hoc tempus? numquid usque in posterum? Ergo illorum abscessu deserta est Ecclesia? Absit. Pro patribus tuis nati sunt tibi filii. Quid est, Pro patribus tuis nati sunt tibi filii? Patres missi sunt Apostoli, pro Apostolis filii nati sunt tibi, constituti sunt episcopi. Hodie enim episcopi, qui sunt per totum mundum, unde nati sunt? Ipsa Ecclesia patres illos appellat, ipsa illos genuit, et ipsa illos constituit in sedibus patrum. Non ergo te putes desertam, quia non vides Petrum, quia non vides Paulum, quia non vides illos per quos nata es: de prole tua tibi crevit paternitas. Pro patribus tuis nati sunt tibi filii: constitues eos principes super omnem terram. Vide templum regis quam late diffusum est: ut noverint virgines quae non adducuntur in templum regis, non se ad istas nuptias pertinete. Pro patribus tuis nati umt tibi filii: constitues eos principes super omnem terram. Haec est catholica Ecclesia: filii eius constituti sunt principes super omnem terram, iilii eius constituti sunt pro patribus. Agnoscant qui praecisi sunt, veniant

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Emanaciones sobre los Salmos

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su t e m p l o en todo el m u n d o ; en toda la tierra afianzó los cim i e n t o s de los profetas y apóstoles. La Iglesia e n g e n d r ó hijos y los constituyó príncipes, en lugar de sus padres, p o r toda la tierra. 33 [ v . 1 8 ] . Recordarán tu nombre de generación en generación. Por tanto, te alabarán los pueblos. Luego ¿de q u é aprovecha confesar y confesar fuera del templo? ¿ D e q u é sirve rogar y rogar fuera del m o n t e ? Mi voz—dice—clamó al Señor, y me oyó desde su santo monte. ¿Desde q u é m o n t e ? D e s d e el q u e se dijo: No puede estar oculta la ciudad establecida sobre el monte. ¿Desde q u é m o n t e ? Desde aquel q u e vio D a n i e l q u e se acrecentó p r o c e d i e n d o de una piedra p e q u e ñ í s i m a ; desde aquel q u e pulverizó todos los reinos de la tierra y llenó toda la superficie del orbe. A d o r e allí q u i e n desee recibir; pida allí el q u e p r e t e n d a ser oído; confiese en él el q u e quiera ser p e r d o n a d o . Por eso te confesarán los pueblos por los siglos de los siglos. En aquella vida eterna n o h a b r á ya gemidos de pecadores; con todo, n o faltará en las divinas alabanzas de la celeste y eterna ciudad confesión de tan g r a n felicidad. A esta ciudad a la q u e canta otro salmo: Cosas gloriosas dijeron de ti, ciudad de Dios; a esta esposa de Cristo; a esta reina hija del rey y esposa del rey, ya q u e sus príncipes recuerdan su n o m b r e de generación e n generación, es decir, mientras pasa este siglo, q u e se constituye de m u c h a s generaciones; y ya que cuidan d e la caridad m i r a n d o p o r ella, a fin de que, libre de este m u n d o , reine e t e r n a m e n t e con Dios, la confesarán los pueblos p e r p e t u a m e n t e allí con el ad unitatem, adducantur in templum regis. Templum suum Deus ubique collocavit, fundamenta Prophetarum et Apostolorum ubique firmavit. Filios genuit Ecclesia, constituit eos pro patribus suis principes super omnem terram. 33 [v.18]. Memores erunt nominis tui in omni generatione et generatione. Propterea populi confitebuntur tibi. Quid ergo prodest confiten, et extra templum confiteri? Quid prodest precari, et in monte non precari? Voce mea, inquit, ad Dominum clamavi, et exaudivit me de monte sancto suo (Ps 3,5). De quo monte? De quo dictum est: Non potest civitas abscondi supra montem constituta (Mt 5,14). De quo monte? Quem vidit Daniel ex parvo lapide crevisse, et fregisse omnia regna terrarum, et implevisse omnem faciem terrae (Dan 2,35). Ibi adoret qui vult accipere, ibi petat qui vult exaudiri, ibi confiteatur qui vult sibi ignosci. Propterea populi confitebuntur tibi in aeternum, et in saeculum saeculi. Quia et in illa vita aeterna non erit iam quidem gemitus peccatorum, sed tamen in divinis laudibus supernae illius ac perpetuae civitatis non deerit sempiterna confessio tantae felicitatis. Ipsi enim civitati, cui alius psalmus cantat, Gloriosa dicta sunt de te, civitas Dei (Ps 86,3); ipsi sponsae Christi, ipsi reginae filiae regis, et coniugi regis; quia principes eius sunt memores nominis eius in omni generatione et generatione, id est, quamdiu transeat hoc saeculum, quod multis generationibus agitur, gerentes pro illa charitatis curam, ut de isto saeculo liberata in aetenum Deo con-

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Dios, protector de su pueblo

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corazón ostensible y p a t e n t e d e todos al ser i l u m i n a d o con la perfecta caridad p a r a q u e se conozca toda ella por completo, la q u e aquí en m u c h o s de sus aspectos está oculta a sí misma. P o r esto nos amonesta el A p ó s t o l a n o juzgar nada antes de tiempo hasta q u e venga el Señor e ilumine lo oculto de las tinieblas, y manifieste los p e n s a m i e n t o s del corazón, y sea alabado cada uno por Dios. T a m b i é n la m i s m a ciudad santa, en cierto m o d o , se confesará a sí m i s m a cuando los pueblos de q u e consta confiesen a la m i s m a ciudad e t e r n a m e n t e , de suerte q u e n o se ocultará p o r p a r t e alguna ni h a b r á nadie en ella q u e encubra algo en sí m i s m o .

SALMO [DIOS,

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PROTECTOR

DE SU

PUEBLO]

S E R M Ó N AL

PUEBLO

1 [ v . l ] . H a b l é a vuestra caridad algunas cosas en cierto m o d o conocidísimas, en las cuales n o d e b e m o s demorarnos, puesto q u e las cosas q u e sabéis d e b e n c o n m e m o r a r s e b r e v e m e n t e , lintendamos q u e nosotros somos los hijos de Coré. R e c u e r d o i|ue sabéis q u e Coré significa calvicie; y que nuestro Señor Jesucristo, p o r haber sido crucificado en el lugar de la calavera, atrajo hacia sí a m u c h o s , c o m o aquel g r a n o de trigo que, cayendo en tierra, m u e r e , y, si n o m u e r e , n o da fruto; y q u e a los que llevó hacia sí son los llamados hijos de Coré. En todo esto, no obstante, aparece encubierto u n misterio o simbolismo. Por regnet; propter hoc eidem ipsi confitebuntur populi in aeternum, conspiniis et manifestis illie cordibus omnium perfecta charitate luminosis, ut si' universam plenissime noverit, quae hic in multis suis partibus oceulta sibi est. Unde admonemur ab Apostólo nihil ante tempus iudicare, doñee veniat Dominus, et illuminet abscondita tenebrarum, et manifestet cogitaliones cordis, et sit laus unicuique a Deo (1 Cor 4,5). Ipsa enim sancta (¡vitas sibi quodammodo confitebitur, cum populi eius quibus constat, ipsi civitati confitebuntur in aetetnum; ut ex nulla parte se lateat, nullo in se existente cuius aliquid lateat.

PSALMUS

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SERMO AD PLEBEM

1 [v.l]. Iam Charitati Vestrae quaedam sicut notissima loquimur, in quibus immorari non debemus: quia ea quae scitis, breviter cominemorati debent. Filios Core nos esse intelligamus. Commemoro enim vos scientes, Core interptetari Calvitium; Dominumque nostrum, quoniam ni Calvariae loco crucifixus est, adduxisse sibi multos, tanquam illud xriuuim, quod nisi mottificatum esset, solum remaneret (lo 12,24); et

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^.narraciones sobre los Salmos

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lo demás, ignoro quiénes fueron los hijos de Coré en el tiempo en que se cantaban estas cosas. El espíritu es el que debe darnos vida, la letra no debe servirnos de velo que nos la oculte. Entendamos que aquí estamos simbolizados y veamos si lo que sigue, es decir, si el contesto del salmo, puede aplicársenos. Ciertamente descubrimos que nos hallamos aquí simbolizados, si es que estamos unidos a los miembros del cuerpo cuya cabeza está en el cielo, la cual subió allí desde la pasión para llevar consigo a la opulencia a quienes, consiguiendo frutos en el sufrimiento, se hallaban postrados en la indigencia. Se dijo: Salmo para el fin, en favor de los hijos de Coré, atendiendo a las cosas ocultas. Luego esto es oculto. Pero sabéis que Aquel que fue crucificado en el Calvario rasgó el velo para que se descubriesen los secretos del templo. Por tanto, como la cruz de nuestro Señor Jesucristo fue la llave con la que se abrieron las cosas cerradas, creamos que ha de ayudarnos para que se nos manifiesten estas cosas ocultas. Lo que se escribe para el fin, siempre debemos entenderlo por Cristo. Pues el fin de la ley es Cristo en orden a justicia para todo creyente. Se dice que es el fin no porque termina, sino porque perfecciona. Decimos que se terminó el alimento que se comió y que se terminó el vestido que se tejió; el uno, por la consumición; el otro, por el perfeccionamiento. Como cuando hubiéremos llegado a Cristo no tenemos adonde dirigirnos más allá, El mismo es la meta de nuestro fin. Tampoco debemos pensar que al llegar a él debemos esforzarnos algo más para llegar al Padre. Esto lo pensó Felipe cuando dijo a Cristo: Señor, muéstranos al Padre, y nos basta. Al

decir y nos basta intenta conseguir el término de la saciedad y perfección. Pero Cristo le replica: Tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no me habéis conocido? Felipe, quien me ve, ve a mi Padre. Luego en El tenemos al Padre, porque El está en el Padre, y el Padre en El, y El y el Padre son una sola cosa. 2 [v.2]. ¿Qué nos amonesta el que canta aquí, en donde debemos reconocer nuestra voz si es que anhelamos el contenido de esta voz? Dios es nuestro refugio y fortaleza. Hay ciertos refugios en los que no existe fortaleza. Cuando alguno se refugia en éstos, más bien se debilita que se fortalece. Por ejemplo, te diriges a un potentado del mundo para echarte un amigo poderoso. Te parece un amparo. Tantas son las veleidades de este mundo y de tal modo aumentan cotidianamente las ruinas de los potentados, que al alcanzar tal protección comienzas a temer más allí. Antes solamente temías por tu condición; cuando te hayas refugiado a la sombra de tal hombre, recelarás de él. Muchos, habiéndose amparado en tales refugios, al derrumbarse aquellos en los que se ampararon, fueron requeridos también ellos mismos, a los cuales nadie hubiera requerido si no se hubiesen refugiado al amparo de estos hombres. No es tal nuestro refugio. El es la misma fortaleza. Si nos acogemos a él, estamos seguros.

eos qui adducti sunt, appellatos filios Core: hoc in mysterio. Caeterum fuerunt nescio qui filii Core ¡lio tempore, quando ista cantabantur (1 Par 26,1): sed spiritus nos vivificare debet, non littera velare (2 Cor 3,6). Nos ergo hic intelligamus, et videte si ea quae sequuntur, id est, quae habet psalmi ipsius contextus, congruunt nobis: et invenimus hic nos, si tamen inhaereamus membris eius, cuius corporis caput in cáelo est, ex illa passione ascendens, ut eos qui in humilitate iacebant, secum in ubertate adducat, fructum ferentes in tolerantia. Dictum est autem: In finem pro filiis Core, pro occultis, Psalmus. Occultum est ergo; sed ille ipse qui in Calvariae loco crucifixus est, nostis quia velum discidit, ut templi secreta patescerent (Mt 27,51). Proinde quia crux Domini nostri clavis fuit, qua clausa aperirentur; credamus adfuturum eum nobis, ut ista occulta revelentur. In finem quod habet, semper Christum intelligere debemus. Finís enim Legis Christus, ad iustitiam omni credenti (Rom 10,4). Finis autem dicitur, non quia consumit, sed quia perficit. Nam et finitum cibum dicimus qui manducabatur, et finitam tunicam quae texebatur: illud ad consumptionem, hoc ad perfectionem. Quia ergo ultra quo tendamus non habemus, cum ad Christum pervenerimus, ipse cursus nostri finis dicitut. Nec putare debemus, quia cum ad illum pervenerimus, aliquid amplius debemus niti ut et ad Patrem perveniamus. Hoc enim putavit et Philippus, cum e¡ dixit: Domine, ostende nobis Patrem, et

sufficit nobis. Cum dicit, sufficit nobis, finem quaerit satietatis et perfectionis. Et ille, tanto, inquit, tempore vobiscum sum, et non cognovistis me? Phiüppe, qui videt me, videt et Patrem (lo 14,8.9). In illo ergo habemus Patrem, quia ipse in Patre, et Pater in ipso, et ipse et Pater unum sunt (Ib. 10,30). 2 [v.2]. Quid igitur hic admonet qui cantat, ubi vocem nostram agnoscete debemus, si tamen huius vocis affectum habemus? Deus noster refugium et virtus. Sunt quaedam refugia ubi non est virtus, quo quisque cum fugerit, magis infirmatur quam confirmetur. Confugis, verbi gratia, ad aliquem in saeculo magnum, ut facías tibi potentem amicum; refugium tibí videtur. Tanta tamen huius saeculi incerta sunt, et ita potentum ruinae quotidianae crebrescunt, ut cum ad tale refugium perveneris, plus ¡bi timere incipias. Antea enim causae tuae tantum timebas; cum vero ad talem refugeris, et de illo tibi timebis. Multi enim cum ad talia refugia confugissent, cadentibus illis ad quos confugetant, et ipsi quaesiti sunt: quos nemo quaereret, si non ad talia confugissent. Non est refugium nostrum tale, sed refugium nostrum vittus est. Cum illuc confugerimus, fitmi erimus. 3. Adiutor in tribulationibus quae invenerunt nos nimis. Multae sunt tribulationes, et in omni tribulatione ad Deum confugiendum est: sive s¡t tribulatio in te familiari, sive sit in salute corporis, sive de periculo

3. Ayudador en las tribulaciones que nos rodean con demasía. Muchas son las tribulaciones, y en todas ellas debemos acogernos a Dios. Y ya versen sobre asuntos familiares, o se refieran a la salud corporal, o al peligro de los amigos, o a alguna otra cosa necesaria para el sustento de la vida, no debe

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Enarraciones sobre los Salmos

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en absoluto haber otro refugio para el h o m b r e cristiano fuera de su Salvador, fuera de su D i o s , adonde h u y e n d o es fuerte. N o será fuerte en sí m i s m o n i será él m i s m o fortaleza para sí. Sólo A q u e l q u e se hizo su refugio será su fortaleza. Entre todas las tribulaciones, h e r m a n o s carísimos, que soporta el alma h u m a n a , n i n g u n a es mayor q u e el r e m o r d i m i e n t o del pecado. En efecto, si el alma n o está herida y se halla tranquilo el interior del h o m b r e , que se llama conciencia, en cualquier otro lugar q u e hubiese arrostrado tribulaciones, se refugiará en ella, y allí encontrará a D i o s . P e r o si allí, d e b i d o al exceso de la iniquidad, n o hay descanso, c o m o D i o s t a m p o c o m o r a allí, ¿qué hará el h o m b r e ? ¿Adonde se refugiará c u a n d o comiencen a sobrevenirle las tribulaciones? H u i r á del c a m p o a la ciudad; de los lugares públicos, a la casa; de la casa, al dormitorio, y le seguirá la tribulación. D e l d o r m i t o r i o ya n o tendrá adonde huir, si n o es a la recámara de su corazón. Por tanto, si allí hay alboroto, si está invadido p o r el h u m o de la i n i q u i d a d y han p r e n d i d o las llamas de la impiedad, n o p u e d e refugiarse allí; de allí es arrojado, y cuando lo es, lo es p o r sí m i s m o . Y h e aquí q u e a d o n d e p r e t e n d í a refugiarse e n c o n t r ó a su enemigo. D e sí m i s m o , ¿adonde h a b r á de huir? A cualquier p a r t e q u e huyere, se lleva a sí m i s m o en pos de sí; y a d o n d e q u i e r a q u e a sí m i s m o se hubiere llevado de este m o d o , se a t o r m e n t a de p a r t e de sí m i s m o . Estas son las tribulaciones que r o d e a n al h o m b r e con demasía. Sin e m b a r g o , n o son las más acerbas; y en tanto n o lo son en c u a n t o q u e son m e n o s internas. V e d , amadísimos, c ó m o los carpinteros, cuando cortan los árboles, los examinan. A l g u n a s veces ven q u e la parte superficial está c o m o dañada y carcomida; carissimorum, sive de aliqua re ad huius vitae sustentaculum necessaria, omnino aliud refugium non debet esse homini christiano quam Salvator eius, quam Deus eius, quo cum confugerit, fortis sit. Non enim ipse in se fortis erit, aut sibi ipse fortitudo erit; sed ille illi fortitudo erit, qui refugium eius factus est. Verumtamen, carissimi, inter omnes tribulationes humanae animae, nulla est maior tribulatio quam conscientia delictorum. Namque si ibi vulnus non sit, sanumque sit intus hominis quod conscientia vocatur; ubicumque alibi passus fuerit tribulationes, illuc confugiet, et ibi inveniet Deum. Si autern ibi requies non est propter abundantiam iniquitatis, quoniam et ibi Deus non est; quid facturus est homo? quo confugiet, cum coeperit pati tribulationes? Fugiet ab agro ad civitatem, a publico ad domum, a domo in cubiculum, et sequitur tribulatio. A cubículo iam quo fugiat non habet, nisi in interius cubile suum. Porro si ibi tumultus est, si fumus iniquitatis, si flamma sceleris, non illuc potest confugere: pellitur inde; et cum inde pellitur, a seipso pellitur. Et ecce hostem suum invenit, quo confugerat: seipsum quo fugiturus est? Quocumque fugerit, se trahit post se: et quocumque talem traxerit se, cruciat se de se. Ipsae sunt tribulationes quae inveniunt hominem nimis: acerbiores enim non sunt: tanto non sunt acerbiores, quanto non sunt interiores. Videte, carissimi, cum ligna deiiciuntur et probantur

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mas el carpintero mira el corazón del árbol, y, si advierte q u e tiene sano el interior, asegura que ha de d u r a r m u c h o en la construcción. Apenas se preocupa del exterior dañado cuando se da cuenta que está sano el interior. E n el h o m b r e n o hay cosa m á s interior que la conciencia. Luego ¿de q u é le aprovecha al h o m b r e tener sano el exterior y c o r r o m p i d o el interior de la conciencia? Oprimentes, impulsivas, demasiadas, como dice el m i s m o salmo, son las tribulaciones; sin e m b a r g o , t a m b i é n en ellas se hizo ayudador el Señor p e r d o n a n d o los pecados. Sólo el p e r d ó n sana las conciencias de los inicuos. Pues si dice q u e soporta grandes tribulaciones el q u e se reconoce deudor del erario público al tener presente las estrecheces de su casa y ver q u e n o p u e d e pagar; si dice q u e p o r los recaudadores, q u e exig e n en todo momento, soporta grandes tribulaciones y q u e jam á s se ve aliviado si n o es p o n i e n d o la esperanza en la r e m i sión de la deuda terrena, ¿cuántas m á s n o soportará el d e u d o r de las penas emanadas del cúmulo de los delitos si tuviese q u e devolver lo que debe procedente de la mala conciencia, siendo así que, si devolviese la deuda, perecería? El pagar esta deuda consiste en expiar el castigo. Luego nos falta q u e p o d a m o s estar seguros de este p e r d ó n si ya n o es que, recibida esta clemencia, n o volvemos de nuevo a contraer otras deudas. 4. Luego quizá se entiende q u e los hijos de Coré son aquellos a quienes se dice en los Hechos de los Apóstoles q u e habló P e d r o ; los cuales al descender el Espíritu Santo, se a d m i r a r o n q u e todos aquellos sobre quienes descendió hablasen las lenguas a fabris; aliquando in superficie videntur quasi laesa et putria: faber autem inspicit tanquam medullam interiorem ligni, et si sana interius ligna cognoverit, promittit ea in aedificio duratura; nec valde erit de superficie laesa sollicitus, quando id quod interius est sanum renuntiat. Porro homini interius conscientia non invenitur: quid igitur prodest, si quod est exterius sanum est, et putrefacta est medulla conscientiae? Arctae istae, et vehementes omnino, et sicut psalmus ipse ait, nimiae tribulationes sunt: tamen et in his adiutor factus est Dominus dimittendo peccata. Iniquorum enim conscientias non sanat nisi indulgentia. Si enim magnas tribulationes habere se dicit debitor fisci confessus, et intuens angustias rei familiaris suae, cum se videt non posse esse solvendo; propter imminentes omni anno compulsores, tribulationes magnas se pati dicit, nec usquam respirat nisi in spe indulgentiae rerum terrenarum: quanto magis debitor poenarum de abundantia delictorum, quando reddet quod debet de mala conscientia, quando si reddiderit ipse perit? Hoc enim debitum reddere, poenas luere est. Restat ergo ut de ipsius indulgentia securi esse possimus: si tamen accepta indulgentia non rursus ad debita contrahenda redeamus. 4. Isti ergo filii Core fortasse intelliguntur esse illi, quibus locutus est Petrus in Actibus Apostolorum, cum intenti facti essent ad mirabilia adventus Spiritus sancti, cun¡ omnes in quos venerat linguis ómnibus loquerentur. Annuntiavit enim illis Christum, eum qui tanta potuisset

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de todos. Pues en aquella ocasión les anunció a Cristo; a A q u e l q u e había tenido tanto p o d e r enviando el Espíritu Santo. Entonces ellos, p e n s a n d o cuan despreciable había aparecido A q u e l a q u i e n h a b í a n crucificado con sus propias m a n o s cuando fue m a t a d o p o r ellos y cuan poderoso y excelso se hizo ante Dios, puesto q u e llenó del Espíritu Santo a ignorantes e hizo elocuentes las lenguas de los pequeños, c o m p u n g i d o s , dijeron: ¿Qué haremos? Estas eran las grandes tribulaciones q u e los rodeaban. Pues n o se percataron p o r sí mismos de sus pecados, sino que les fueron puestos de manifiesto por la referencia de los apóstoles. Por lo m i s m o , les salieron al paso las tribulaciones, m a s n o salieron ellos al e n c u e n t r o de ellas. C u a n d o el h o m b r e , sin aviso de nadie, considera sus obras y r u e g a a D i o s , ¿qué dice? Tribulación y dolor vino sobre mí, e invoqué el nombre del Señor. U n a es la tribulación de la cual te percatas y otra la que te percata. Sin e m b a r g o , en ambas, ya en la una, ya en la otra, para verse libre de ellas ha de rogarse a A q u e l q u e ayuda en las tribulaciones. P o r q u e t a m b i é n El, al darse de cara con ella, dijo esto: Invoqué el nombre del Señor, y éstos, al hallarse en las tribulaciones, de las que dijeron q u e les h a b í a n sobrevenido, exclamaron: Dios es nuestro refugio y fortaleza, ayudador en las tribulaciones que nos sobrevinieron con demasía. C o m o se hizo su ayudador, p r e g u n t a m o s : ¿ C ó m o se hizo? Compungidos —escribe San Lucas—, dijeron: ¿Qué haremos? Se hallaban com o poseídos de g r a n desesperación. Es tan excelso e inmenso A q u e l a q u i e n nosotros hemos m a t a d o , q u e ¿adonde iremos? Pedro les r e s p o n d e : Haced •penitencia y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y os serán mittendo Spiritum sanctum. lili quem ipsi crucifixerant manibus suis, cogitantes quam contemptibilis esset, cum ab eis occideretur, quam alms et excelsus apud Deum factus esset, qui Spiritu sancto idiotas impleret, et linguas infantium faceret disertas, compuncti corde, dixerunt: Quid faciemus? Istae erant nimiae tribulationes, quae illos invenerant. Non enim ipsi invenerant peccata sua, sed inventa in eis sunt commemoratione Apostolomm. Ideo invenerunt illos tribulationes, non ipsi invenerunt tribulationes. Nam quando sine alicuius admonitione ipse homo considerat factum suum, et rogat Deum, quid dicit? Tribulationem et dolorem inveni, et nomen Domini invocavi (Ps 104,3.4). Alia est ergo tribulatio quam tu invenís, alia quae te invenit. In utraque tamen sive quae te invenit, sive quam tu invenís, ut utramque depellat, ille rogandus est qui est adiutor in tribulationibus. Nam et ille cum inveniret, hoc dixit, Et nomen Domini invocavi: et hi in tribulationibus, a quibus se inventos esse dixerunt, hoc dixerunt, Deus noster refugium et virtus, adiutor in tribulationibus quae invenerunt nos nimis. Sed quia adiutor factus est, unde factus est? Compuncti, inquit, corde dixerunt: Quid faciemus? Tanquam magna desperatione. Ule tantus est, quem nos occidimus, nos ubi erimus? Et Petrus, Agite poenitentiam, et baptizetur unusquisque vestrum in nomine Domini nostri Iesu Christi, et dimittuntur vobis peccata vestra (Act

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perdonados vuestros pecados. En n i n g ú n otro pecado m á s grande p u d i e r o n pensar. ¿Qué mayor p e c a d o p u e d e darse en u n enfermo q u e el de m a t a r al médico? ¿Qué cosa m á s grave p u d o cometer el enfermo que m a t a r a su médico? Pues cuando este pecado es perdonado, ¿qué otro n o lo será? D e A q u e l a q u i e n se dijo: Tú eres mi refugio y fortaleza, recibieron la g r a n seguridad. Se bautice cada uno de vosotros en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Bautizaos en el n o m b r e de A q u e l a q u i e n matasteis, y se os perdonarán vuestros pecados. C o n todo, después conocisteis al médico; bebed ya seguros la sangre q u e derramasteis. 5 [v.3}. Después de recibir tal seguridad, ¿qué dicen? Por eso no temeremos cuando se estremezca la tierra. Poco antes estaban inquietos; de repente se e n c u e n t r a n seguros; de las tribulaciones sin cuento se hallan ahora en g r a n paz. Cristo estaba d o r m i d o para ellos; p o r eso se c o n t u r b a b a n ; fue despertado, conforme ha poco oímos en el evangelio; m a n d ó a los vientos, y enmudecieron. El hallarse Cristo p o r la fe en el corazón de cada u n o , nos da a entender q u e q u i e n se olvida de su fe se turba en su corazón, como nave en m e d i o de la tempestad de este m u n d o . Se turba c o m o si Cristo estuviese d o r m i d o ; p e r o despertado, todo lo calma. En fin, ¿qué dice el m i s m o Señor? ¿Dónde se halla vuestra fe? D e s p e r t a d o Cristo, r e a n i m ó la fe, para q u e lo que ejecutó con la nave lo hiciera con sus corazones. Ayudador en las tribulaciones que nos sobrevinieron con demasía. H i z o esto para q u e reinase allí u n a g r a n calma. 2,4.3738). Nihil enim hoc peccato gravius cogitare potuerunt. Quod gravius peccatum aegri, quam medici interfectio? quid gravius potest aeger faceré, quam si medicum suum occidat? Cum hoc dimittitur, quid non dimittitur? Ab illo ergo cui dictum est, Refugium et virtus, acceperunt magnam securitatem. Baptizetur unusquisque vestrum in nomine Domine nostri lesu Christi: in illius nomine quem occidistis, baptizamini, et dimittuntur vobis peccata vestra. Medicum vel postea cognovistis, iam securi bibite sanguinem quem fudistis. 5 [v.3]. Denique accepta tanta securitate, quid dicunt? Propterea non timebimus, cum conturbabitur térra. Paulo ante solliciti, súbito securi, ex tribulationibus nimiis in magna tranquillitate positi. Dormiebat enim illis Christus, ideo turbabantur: excitatus est Christus, sicut modo audivimus in Evangelio, imperavit ventis, et quieverunt (Mt 8,24.26). Quoniam Christus in cuiusque corde per fidem est, significatum est nobis, quia eius cor tanquam navis in huius saeculi tempestate turbatur, qui fidem suam obliviscitur: tanquam Christo dormiente turbatur; excitato autem Christo, fit tranquillitas. Denique et ipse Dominus quid ait? Ubi est fides vestra? (Le 8,25). Excitatus Christus excitavit fidem: ut quod in navi factum erat, fieret in cordibus eorum. Adiutor in tribulationibus quae invenerunt nos nimis. id egit ut ibi esset tranquillitas magna.

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6. C o n t e m p l a d la calma. Por eso no temeremos cuando se estremezca la tierra y caigan los montes en medio del mar. E n tonces n o temeremos. I n d a g u e m o s cuáles son estos m o n t e s q u e han sido trasladados; y, si pudiésemos encontrarlos, es evidente q u e estaremos seguros. El Señor dijo a sus discípulos: Si tuvieseis je como un grano de mostaza, diréis a este monte; Quítate de aquí y échate al mar, y lo hará. Quizá habló de sí m i s m o al decir diréis a este monte, puesto que se llamó m o n t e , ya q u e así está escrito: Aparecerá en los últimos tiempos el manifiesto monte del Señor. P e r o este m o n t e se halla colocado sobre todos los otros montes, p u e s los apóstoles son m o n t e s q u e llevan sobre sí a este m o n t e . Por eso prosigue Isaías: Habrá un monte en los últimos tiempos, el manifiesto monte del Señor, colocado encima de los montes. Luego sobresale p o r encima de las crestas de todos los m o n t e s y sobre la cima de todos ellos está colocado, puesto q u e son m o n t e s los q u e dan a conocer al m o n t e . En el m a r está simbolizado el m u n d o , y, en comparación de este mar, el p u e b l o judío aparecía c o m o la tierra. Pues se hallaba preservado de la a m a r g u r a de la idolatría, encontrándose como tierra, rodeado c o m o p o r el mar con la a m a r g u r a de los gentiles. La tierra había de turbarse, es decir, aquella nación judía, y los montes trasladarse al m e d i o del m a r ; y p r i m e r a m e n t e el m o n t e excelso, colocado en la cima de los montes. Pues a b a n d o n ó al p u e b l o judío y se dirigió a los gentiles; p o r tanto, se trasladó de la tierra al mar. ¿Por quiénes fue trasladado? P o r los apóstoles, a los cuales se dijo: Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Quítate de aquí y échate al 6. Videte ipsam tranquillitatem: Propterea non timebimus, cum conturbabitur térra, et transferentur montes in cor maris. Tune non timebimus. Quaeramus montes translatos; et si invenire potuerimus, manifestum est quia ipsa est securitas nostra. Dominus quippe dixit discípulis: Si habueritis fidem sicut granum sinapis, dicetis monti huic, Tollere et mittere in mare, et fiet (Mt 17,19). Forte, monti huic, de seipso dixit; dictus est enim mons: Erit in novissimis temporibus manifestus mons Domini. Sed iste mons super alios montes collocatus est: quia et Apostoli montes, portantes montem hunc. Ideo sequitur, Erit in novissimis temporibus, manifestus mons Domini, paratus in cacumine montium (Is 2,2). Transcendit ergo cacumina montium omnium, et in cacumine omnium montium collocatus est; quoniam montes sunt annuntiantes montem. Mare autem signifícat hoc saeculum, in cuius maris comparatione tanquam térra videbatur gens Iudaeotum. Non enim idololatriae amaritudine regebatur, sed erat tanquam árida amaritudine Gentium tanquam mari circumdata. Futurum erat ut turbaretur térra, id est illa ipsa gens iudaea; et transferrentur montes in cor maris, id est primo ipse mons magnus paratus in cacumine montium. Deseruit enim gentem iudaeam, et factus est in Gentibus; translatus est de térra ad mare. Transferentibus quibus? Apostolis, quibus dixerat, Si habueritis fidem in vobis tanquam granum sinapts, dicetis monti huic, Tollere et mittere in mare, et fiet: id est, per fidelis-

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mar, y lo hará. Es decir, p o r vuestra fidelísima predicación sucederá que este m o n t e , esto es, yo m i s m o , sea predicado, glorificado, conocido entre los gentiles, y se c u m p l a lo q u e se profetizó de m í : El pueblo a quien no conocí me sirvió. ¿ C u á n d o se trasladaron los montes? N o s lo diga la Escritura. C u a n d o el apóstol San P a b l o predicaba a los judíos, al desdeñarle su palabra, dice: Fuimos enviados a vosotros, pero como rechazasteis la palabra de Dios, iremos a las gentes. Se trasladaron los m o n tes al m e d i o del mar. Los gentiles ciertamente creyeron a los montes; p o r tanto, estos m o n t e s se hallaron en m e d i o del mar. N o obraron los gentiles c o m o los judíos, de quienes se dijo; Este pueblo me honra de palabra, pero su corazón está lejos de mí. Esto t a m b i é n lo pronosticó el Señor, diciendo por el profeta: Daré mis leyes en sus corazones, aplicándolo al N u e v o Testamento. Estas leyes y preceptos fueron dados a la fe y credulidad de todos los gentiles m e d i a n t e los apóstoles, q u e son los montes trasladados al m e d i o del mar. Entonces nosotros ya n o temeremos. ¿Quiénes n o h e m o s de temer? Los q u e nos arrepintamos de corazón para n o hacernos, c o m o ramos desgajados del árbol, del n ú m e r o de los judíos reprobados. A l g u n o s de ellos creyeron y se u n i e r o n a los apóstoles q u e predicaban. T e m a n los q u e se apartaron de los montes. N o s o t r o s n o nos hemos alejado de ellos, y, cuando se trasladaron al m e d i o del mar, los seguimos. 7 fv.4]. ¿Qué aconteció al ser trasladados los m o n t e s al m e d i o del m a r ? A t e n d e d y contemplad la realidad. C u a n d o se escribieron estas cosas aparecían oscuras, p o r q u e aún n o h a b í a n simam vestram praedicationem fiet ut mons iste, hoc est ego ipse praedicer in Gentibus, glorificer in Gentibus, agnoscar in Gentibus, et fiat quod de me praedictum est, Populus quem non cognovi, servivit mihi (Ps 17,45). Quando autem et illi montes translati sunt? Et hoc indicet nobis Scriptura Dei. Quando Apostolus praedicabat Iudaeis, respuerunt verbum; et ait apostolus Paulus: Ad vos missi eramus, sed quia respuistis verbum Dei, imus ad Gentes (Act 13,46). Translati sunt montes in cor maris. Veré enim Gentes crediderunt montibus, ut in corde maris essent montes illi: non sicut Iudaei, de quibus dictum est, Populus hic labiis me honorat, cor autem eorum longe est a me (Is 29,13, et Mt 15,8). Hoc enim et de Novo Testamento promittit Dominus, per prophetam dicens: Dabo leges meas in cordibus eorum (Ier 31,33, et Hebr 8,10). Hae leges, haec praecepta per Apostólos indita omnium Gentium fidei et credulitati, montes dicti sunt translati in cor maris. Tune nos non timebimus. Qui non timebimus? Illi qui compuncti sumus corde, ne fieremus de numero reproborum Iudaeorum, tanquam ramorum fractorum. Crediderunt enim quídam illorum, et adhaeserunt Apostolis praedicantibus. Timeant ergo illi quos deseruerunt montes: nos a montibus non recessimus; et quando translati sunt in cor maris, secuti sumus. 7 [v.4]. Quid iam sequitur ex eo quod translati sunt montes in cor maris? Attendite et videte veritatem. Haec enim quando dicebantur,

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sucedido; pero ahora, ¿quién no reconocerá que ya se cumplieron? Tienes el libro divino, donde puedes leer estas cosas; tienes el libro del orbe terráqueo, donde las ves. En los códices sólo las leen quienes conocen las letras; en el mundo lee hasta el ignorante. ¿Qué aconteció al ser trasladados los montes al medio del mar? Que se alborotaron y encresparon sus aguas. Cuando se predicaba el Evangelio dijeron: ¿Qué es esto? Este parece ser pregonero de extrañas divinidades. Esto lo dijeron los atenienses. Los efesinos por su parte, ¿con qué alboroto no quisieron matar a los apóstoles cuando armaron tal gritería en el teatro en defensa de su diosa Diana, que vociferaban: Grande es la diana de los efesios? En medio de este oleaje y rugido del mar, no temieron quienes se acogieron a este refugio. Pues el apóstol San Pablo quería entrar en el teatro, pero se lo impidieron los discípulos, porque aún era necesaria su vida en pro de los hermanos. Sin embargo, se alborotaron y encresparon sus aguas, y se estremecieron los montes ante su fortaleza. ¿De quién? ¿Acaso de la del mar o más bien de la de Dios, de quien se dijo: Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro ayudador en las tribulaciones que nos rodearon con demasía? Se estremecieron los montes, es decir, las potestades de este mundo. Unos son los montes de Dios y otros los montes del mundo. Los montes del mundo tienen por cabeza al diablo; los de Dios, a Cristo. Pero por estos montes se estremecieron aquellos montes. Entonces vocearon contra los cristianos cuando se estremecieron los montes rugiendo las olas; se estremecieron los montes, y tuvo lugar un gran movimiento de tierra con un movimiento de aguas. obscura erant, quia nondum contigerant: nunc autem quis iam facta non cognoscat? Líber tibí sit pagina divina, ut haec audias: liber tibi sit orbis terrarum, ut haec videas. In istis codicibus non ea legunt, nisi qui litteras noverunt: ín toto mundo legat et idiota. Quid ergo factum est, dum translati sunt montes in cor maris? Sonuerunt et turbatae sunt aquae eius. Quando praedicabatur Evangelium, Quid est hoc? Peregrinorum daemoniorum videtur iste annuntiator esse (Act 17,18): hoc Athenienses. Ephesii autem quo tumultu occidere Apostólos voluerunt, quando in theatro pro Diana sua tantum strepitum fecerunt, ut clamarent: Magna Diana Ephesia? (Ib. 19,28). ínter quos fluctus et sonitus maris non timebant, qui ad refugium illud confugerant. Denique apostolus Paulus volebat intrare in theatrum, et a discipulis revocatus est, quia necessarium erat adhuc ut in carne maneret propter ipsos. Sed tamen Sonuerunt et turbatae sunt aquae cius: conturbati sunt montes in fortitudine eius. Cuius? Numquidnam maris, an potius Dei, de quo dictum est: Refugium et virtus, adiutor in tribulationibus quae invenerunt nos nimis? Turbad enim sunt montes, id est potestates huius saeculi. Ala sunt enim montes Dei, alii sunt montes saeculi: montes saeculi, quibus caput diabolus; montes Dei, quibus caput Christus. Sed per istos montes turbad sunt illi montes. Tune dederunt voces contra Christianos, quando turbati sunt montes sonantibus fluctibus: et montes sunt turbad, et factus

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Pero ¿a quién acontecieron estas cosas? A la ciudad edificada sobre piedra. Rugen las aguas, se estremecen los montes al ser anunciado el Evangelio. Tú, ciudad de Dios, ¿qué haces? Oye lo que sigue. 8 [v.5]. Las avenidas del río alegran la ciudad de Dios. Cuando se estremecen los montes, cuando se embravece el mar, no abandona Dios su ciudad debido a las avenidas del río. ¿Cuáles son estas avenidas del río? La inundación del Espíritu Santo, de la que decía el Señor: Si alguno tiene sed, venga y beba. Quien cree en mí, ríos de agua viva manarán de su vientre. Luego estos ríos manaban del vientre de Pablo, de Pedro, de Juan y de los demás apóstoles y evangelistas creyentes. Procediendo estos ríos de un solo río, muchas avenidas alegran la ciudad de Dios. Para que no dudéis que esto se refiere al Espíritu Santo, en el mismo evangelio dice el escritor sagrado: y esto lo decía por el Espíritu Santo, que habían de recibir los creyentes en él. Porque aún no había sido dado el Espíritu Santo debido a que Jesús todavía no había sido glorificado. Glorificado Jesús después de la resurrección, glorificado después de la ascensión, vino el Espíritu Santo el día de Pentecostés y llenó a los creyentes, y hablaron lenguas y comenzaron a predicar el Evangelio a los gentiles. De aquí que la ciudad de Dios se alegraba, mientras que se alborotaba el mar con el bramido de sus aguas, mientras que los montes se estremecían cavilando qué hacer y de qué modo apartar de sí la nueva doctrina y arrancar de la tierra la estirpe de los cristianos. ¿Contra quién cavilaban? Contra las avenidas del río que alegraban la ciudad de Dios. De est magnus terrae motus cum motu aquae. Sed cui haec? Civitati illi fundatae super petram. Sonant aquae, turbantur montes, annuntiato Evangelio. Quid tu civitas Dei? Audi quod sequitur. 8 [v.5]. Fluminis ímpetus laetificant civitatem Dei. Cum turbantur montes, cum saevit mate, non deserit Deus civitatem suam per Ímpetus fluminis. Qui sunt isti Ímpetus fluminis? Inundado illa Spiritus sancti, de qua Dominus dicebat: Si quis sitit, veniat et bibat: qui credit in me, ilumina aquae vivae fluent de ventre eius. Ergo haec ilumina fluebant de ventre Pauli, Petri, Ioannis, aliorum Apostolorum, aliorum Evangelistarum fidelium. Haec ilumina cum fluerent ab uno ilumine, multi ímpetus fluminis laetificant civitatem Dei. Nam ut noveritis hoc de Spiritu sancto dictum, in eodem Evangelio consequenter dicit Evangelista: Hoc autem dicebat de Spiritu, quem accepturi erant hi qui in eum erant credituri. Spiritus autem nondum erat datus, quia Iesus nondum erat glorificatus (lo 7,37.39). Glorificato Iesu post resurrectionem, glorificato post ascensionem, die Pentecostés venit Spiritus sanctus, implevit credentes, locuti sunt linguis (Act, 2,4), ptaedicare Evangelium coeperunt Gentibus. Hinc civitas Dei laetificabatur, dum mare turbaretur sonitu aquarum suarum, dum montes conturbarentur quaerentes quid agerent, quomodo novam doctrinam pellerent, quomodo Christianorum genus de térra eradicarent. Contra quem? Contra fluminis Ímpetus laetificantes civitatem Dei.

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aquí se deduce t a m b i é n q u e hablaba del río del Espíritu Santo al decir: Las avenidas del río alegran la ciudad de Dios. ¿Qué sigue? Santificó su morada el Altísimo. Luego si a continuación se consigna la palabra santificación, es evidente que aquellas avenidas del r í o h a n de entenderse del Espíritu Santo, con el q u e se santifica toda alma piadosa que cree en Cristo p a r a hacerse m o r a d o r a de la ciudad de Dios. 9 [ v . 6 ] . Dios está en medio de ella, y no se conmoverá. Enfurézcase el mar, se estremezcan los montes. Dios está en medio de ella, y no se conmoverá. ¿Qué significa en medio de ella? Q u e D i o s está c o m o en u n lugar, rodeándole de los q u e creen en él. ¿Luego entonces Dios está cercado p o r espacios, de suerte q u e las cosas q u e le rodean se hallan extendidas, o c u p a n d o grandes espacios, y él se encuentra cercado en lugar más estrecho? N o hay tal cosa. N o pienses esto de Dios, puesto que n o se halla contenido p o r espacio a l g u n o A q u e l para q u i e n el corazón de los piadosos es su asiento. D e tal m o d o reside Dios en el corazón de los h o m b r e s , que, si los h o m b r e s se apartan de Dios, Dios p e r m a n e c e en sí y n o se aleja de allí, como si ya n o encontrase d ó n d e estar. M á s bien te sostiene p a r a que descanses en El q u e se apoya en ti d e suerte que, si tú te apartas, caiga. Si El se retira, caes tú. Si tú te quitas, El n o cae. ¿Luego q u é significa Dios está en medio? Q u e Dios es igual para todos y n o es aceptador de personas. Así como lo q u e ocupa el m e d i o está a igual distancia de todos los extremos, así Dios se dice q u e es m e d i o q u e mira i g u a l m e n t e p o r todos. Dios está en medio de ella, y no se conmoverá. ¿Por q u é n o se conmoverá? Hinc etiam ostendit de quo ilumine diceret, quia Spiritum sanctum significaba):, Fluminis Ímpetus laetificant civitatem Dei. Et quid sequitur? Sanctificavit íabernaculum suum Altissimus. Si ergo sequitur sanctificationis nomen, manifestum est fluminis illos Ímpetus de Spiritu sancto intelligendos, quo sanctificatur omnis pia anima credens in Christum, ut fíat civis civitatis Dei. 9 [v.6]. Deus in medio eius, et non commovebitur. Saeviat mare, conturbentur montes: Deus in medio eius, et non commovebitur. Quid est, in medio eius? Tanquam Deus in uno loco stet, et circumdent eum qui credunt in eum. Ergo ambitur loco Deus, et lata sunt quae circumdant, in angusto est qui circumdatur? Absit. Nihil tale cogitetis de Deo, qui nullo capitur loco, cui sedes est conscientia piorum: et ita sedes Dei est in cotdibus hominum, ut si homo ceciderit a Deo, Deus in se maneat, non quasi cadat, non inveniendo ubi sit. Magis enim te sublevat, ut in illo sis, quam in te incumbit, ut si te subduxeris, cadat. lile si se subduxerit, cades tu: tu te si subduxeris, non cadet ille. Quid ergo est, Deus in medio eius? Hoc significat quod aequus est ómnibus Deus, et personas non accipit. Quomodo enim illud quod in medio est, paria habet spatia ad omnes fines; ita Deus medius esse dicitur, aequaliter ómnibus consulens. Deus in medio eius, et non commovebitur. Unde non commovebitur? Quia in medio eius Deus. Adiuvabit eam Deus vultu suo. Ule est,

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P o r q u e Dios está en medio de ella. Dios la ayudará con su prC' sencia. El es el ayudador en las tribulaciones que nos sobrevienen con demasía, ha ayudará con su -presencia. ¿Qué significa con st¿ presencia? Con su manifestación. ¿Cómo se manifiesta Dios y advertimos su presencia? Os lo recordaré: conoceréis q u e D i o s está presente p o r las obras. Cuando recibimos alguna ayuda de Dios de suerte q u e n o dudamos en absoluto q u e nos ha sido concedida p o r el Señor, se halla presente a nosotros. La ayudará coft su presencia. 10 [ v . 7 ] . Se perturbaron las gentes. ¿Cómo se perturbaron? ¿Para q u é se perturbaron? ¿Para abatir la ciudad de D i o s , en cuyo centro está Dios; para derribar el tabernáculo santificado, q u e ampara Dios con su presencia? N o . Se c o n t u r b a r o n saludablemente. Pues ¿qué sigue? Y se inclinaron los reinos. Se inclinaron—dice—los reinos; no se levantaron para ensañarse, sino q u e se inclinaron para adorar. ¿Cuándo se inclinaron los reinos? C u a n d o se c u m p l i ó lo que se predijo en otro salmo: Le adorarán todos los reyes de la tierra; todas las naciones le servirán. ¿Qué fue lo q u e motivó el doblegamiento de los reinos? ¿Qué acontecimiento? Oye: Voceó el Altísimo y se conmovió la tierra. Los poseídos de los demonios croaban c o m o ranas de lagunas, tanto m á s alborotadamente cuanto más sórdidamente procedían del lodo y del cieno. Y ¿qué tiene que ver el croar de las ranas con el trueno de las nubes? D e aquí es q u e voceó el Altísimo, y se conmovió la tierra; tronó p o r medio de sus nubes. ¿Cuáles son sus nubes? Sus apóstoles, sus predicadores; p o r ellos tronaba preceptos y relampagueaba milagros. Ellos son nubes, y t a m b i é n adiutor in tribulationibus, quae invenerunt nos nimis. Adiuvabit eam Deus vultu suo. Quid est, vultu suo? Demonstratione sua. Quomodo se demonstrat Deus, et vultum eius videamus? Iam commemoro, didicistis praesentem Deum, didicimus per opera. Quando ab illo aliquid adiutorii accipimus, ita ut omnino non dubitemus a Domino nobis esse concessum, vultus Dei nobiscum est. Adiuvabit eam Deus vultu suo. 10 [v.7]. Conturbatae sunt gentes. Et quomodo conturbatae? utquid conturbatae? Ut deiicerent civitatem Dei, in cuius medio Deus? ut everterent tabernaculum sanctificatum, quod adiuvat Deus vultu suo? Non. Sed iam salubriter conturbatae gentes. Quid enim sequitur? Ut inclinata sunt regna. Inclinata, inquit, sunt regna: iam non erecta, ut saevirent; sed inclinata, ut adorarent. Quando inclinata sunt regna? Quando factum est quod praedictum est in alio psalmo: Adorabunt eum omnes reges terrae, omnes gentes servient ei (Ps 71,11). Quae res fecit ut inclinarentur regna? Quae res, audi: Dedit vocem suam Altissimus, et mota est térra. Arreptitii idolorum tanquam ranae de paludibus personabant, tanto tumul. tuosius, quanto sordidius de luto et coeno. Et quid strepitus ranarum ad tonitrua nubium? Inde enim dedit vocem suam Altissimus, et mota est térra: tonuit de nubibus suis. Quae sunt nubes eius? Apostoli eius, praedicatores eius, de quibus intonabat praeceptis, coruscabat miraculis. Ipsj nubes qui et montes: montes propter altitudinem et firmitatem, nubes

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montes. Montes por la altura y solidez, nubes por la lluvia y la fertilidad. Estas nubes de las que se dijo: Voceó el Altísimo, y se conmovió la tierra, regaron la tierra. Por medio de estas nubes se amenaza a cierta viña estéril y por su esterilidad fueron trasladados los montes al medio del mar. Mandaré—dice—a mis nubes que no lluevan sobre ella. Esto se cumplió en lo que conmemoramos cuando fueron trasladados los montes al medio del mar, cuando se dijo: A vosotros fuimos enviados; pero, porque desechasteis la palabra de Dios, iremos a los gentiles. Se cumplió, pues, mandaré a mis nubes que no derramen lluvia sobre ella. En efecto, el pueblo judío ahora ha quedado, como el vellón seco, en la era. Sabéis que esto aconteció, conforme lo cuenta el libro de los Jueces, obrando Dios un milagro. En una circunstancia, la era estaba seca, y el vellón, humedecido; en otra, seco el vellón y mojada la era. De igual modo, el misterio del Nuevo Testamento no se patentizaba a la nación judía. Lo que sucedió allí en el vellón, aconteció aquí en el velo; el misterio se hallaba oculto en el vellón. En la era, es decir, en todas las naciones, está a la vista el Evangelio de Cristo. La humedad es evidente; a la vista está la gracia de Cristo; no se cubre con velo. Para que saliese agua de allí se exprimió o prensó el vellón. Por presión excluyeron de sí a Cristo, y el Señor por medio de las nubes mojó la tierra, quedando seco el vellón. El Altísimo voceó desde estas nubes para que por esta voz se doblegasen los reinos y le adorasen, 11 [v.8]. El Señor de los ejércitos está con nosotros, el Dios

de Jacob es nuestro defensor. N o cualquier hombre o poder temporal, no el ángel o criatura alguna terrestre o celeste, sino el Señor de los ejércitos está con nosotros; el Dios de Jacob es nuestro defensor. El que envió ángeles, vino después de los ángeles, vino a que le sirviesen los ángeles, vino para hacer a los hombres iguales a los ángeles. Gran benevolencia. Si Dios está con nosotros, ¿quién se nos opondrá? El Señor de los ejércitos está con nosotros. ¿Quién se opondrá al Señor de los ejércitos que está con nosotros? Si Dios, diré, lucha en nuestro favor, ¿quién se nos opondrá? El que no perdonó a su Hijo, sino que le entregó por todos nosotros, ¿cómo es que no nos dio todas las cosas con El? Luego estemos seguros, y en la tranquilidad del ánimo alimentemos, con el pan del Señor, la buena conciencia. El Señor de los ejércitos está con nosotros, el Dios de Jacob es nuestro defensor. Por grande que sea la flaqueza, mira quién te sostiene. Enferma algún hombre, se llama al médico, y el médico le llama su enfermo. ¿Quién le cura? El. Hay gran esperanza de salvación, un gran médico le ha tomado bajo su cuidado. ¿Qué médico? Todo médico, fuera de El, es un simple mortal. Cualquier médico, fuera del médico Dios que se llega al enfermo, puede enfermar al día siguiente. El Dios de Jacob es nuestro protector. Hazte por completo niño pequeño, como los niños que son llevados en los brazos de sus padres. Los que no son tomados son abandonados, los que son tomados son alimentados. ¿Piensas que Dios te sostiene como te sostuvo tu madre siendo niño? Pues no es así; El te sostiene eternamente. Tu voz es la de este salmo: Mi padre y mi madre me abando-

propter pluviam et ubertatem. Irrigaverunt enim terram nubes istae, de quibus dictum est, Dedit vocem suam Altissimus, et mota est térra. De his enim nubibus minatur cuidam vineae sterili, unde translati sunt montes in cor maris: Mandabo, inquit, nubibus meis ne pluant super eam imbrem (Is 5,6). Hoc impletum est in eo quod commemoravimus, quando translati sunt montes in cor maris: quando dictum est, Ad vos missi eramus, sed quia respuistis verbum Dei, imus ad gentes (Act 13, 46): impletum est, Mandabo nubibus meis, ne pluant super eam imbrem. Denique ipsa gens Iudaea modo sic remansit, tanquam velius siccum in área. Nam et hoc nostis contigisse in quodam miraculo. Área sicca erat, velius solum madebat: sed pluvia in vellere non apparebat (Jud 6,37.38). Sic et sacramentum Novi Testamenti non apparebat in gente Iudaeorum. Quod illic velius, hic velum: velatum enim erat sacramentum in vellere. In área vero, in ómnibus Gentibus patet Evangelium Christi: pluvia manifesta est, nuda est gratia Christi; non enim tegitur velamento. Ut autem exiret inde pluvia, expressum est velius. Per pressuram enim a se excluserunt Christum, et Dominus iam de nubibus suis compluit aream, velius siccum remansit. Inde ergo dedit vocem suam Altissimus, de istis nubibus, per quam vocem regna inclinarentur, et adorarent. 11 [v.8]. Dominus virtutum nobiscum, susceptor noster Deus Jacob.

Non quicumque homo, non potestas quaelibet, non denique ángelus, non aliqua creatura, sive terrena, sive caelestis, sed Dominus virtutum nobiscum, susceptor noster Deus lacob. Qui misit Angelos, venit post Angelos, venit ut ei servirent Angelí, venit ut nomines faceret aequales Angelis. Magna gratia. Si Deus pro nobis, quis contra nos? Dominus virtutum nobiscum. Quis Dominus virtutum nobiscum. Si Deus pro nobis, inquam, quis contra nos? Qui Filio suo proprio non pepercit, sed pro nobis ómnibus tradidit illum, quomodo non et cum illo omnia nobis donavit? (Rom 8,31.32). Ergo securi simus, in tranquillitate cordis nutriamus bonam conscientiam de pane Domini. Dominus virtutum nobiscum, susceptor noster Deus lacob. Quantacumque sit infirmitas tua, vide quis te suscipiat. Aegrotat nescio quis, adhibetur medicus; susceptum suum dicit medicus aegrotum. Quis eum suscepit? Ule. Magna spes salutis, magnus medicus eum suscepit. Quis medicus? Omnis medicus praeter illum homo est: omnis medicus qui venit ad infirmum, alia die infirman potest, praeter illum. Susceptor noster Deus lacob. Fac te infantem parvulum omnino, quales a parentibus suscipiuntur. Qui enim non suscipiuntur, exponuntur: qui suscipiuntur, nutriuntur. Putasne sic te suscepit Deus, quomodo infantem te suscepit mater tua? Non sic, sed in aetetnum. Tua enim vox est in illo psalmo: Quoniam pater meus et mater mea

lió

^.narraciones sobre los Salmos

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naron, pero el Señor me tomó. Til Dios de Jacob es nuestro protector. 12 [v.9]. Venid y ved las obras de Dios. ¿Qué hizo el Señor en cuanto a esta protección? Contempla el orbe de la tierra, ven y ve. Si no vienes, no ves; si no ves, no crees; si no crees, estás lejos. Si crees, vienes; si crees, ves. ¿Cómo se acerca uno a este monte? ¿Acaso con pies, acaso con naves, con alas, con caballos? Por lo que toca a distancias, no te preocupes, no te turbes; El viene a ti. En efecto, siendo una piedra pequeña, creció y llegó a ser un gran monte, de suerte que llenó toda la superficie de la tierra. Luego ¿por qué quieres venir a El por tierra, si llenó toda la tierra? Ve que ya vino; despierta. Creciendo, llama a los dormidos, si en ellos no es tan profundo el sueño que se hagan los sordos al venir el monte a su encuentro. Oigan lo que se les dice." Despierta tú que duermes y levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará. Gran cosa fue para los judíos contemplar la piedra. La piedra entonces aún era pequeña; por lo mismo, despreciaron la pequeña piedra; despreciándola, tropezaron, y tropezando, se quebraron. Falta el ser pulverizados. Pues de esta piedra se dijo: Todo el que tropezare sobre esta piedra se hará pedazos, pero sobre quien ella cayere le pulverizará. Una cosa es quebrarse y otra pulverizarse. Ser quebrado es menos que ser pulverizado. Al venir el Excelso, a nadie pulverizará, si no es a aquel que hubiere tropezado en el Humilde. Ahora, antes de que venga (por segunda vez), se presentó abatido a los judíos, y tropezaron en El y se quebraron; vendrá más dereliquerunt me, Dominus autem assumpsit me (Ps 26,10). Susceptor noster Deus lacob. 12 [v.9]. Venite, et viiete opera Domini. lam de hac susceptione quid fecit Dominus? Animadverte orbem terrarum; veni, et vide. Si enim non venis, non vides; si non vides, non credis; si non credis, longe stas: si credis, venis; si credis, vides. Quomodo enim venitur ad montem istum? Numquid pedibus? numquid navibus? numquid pennis? numquid equis? Quantum attinet ad locorum spatia, ne satagas, ne conturberis, ipse ad te venit. Etenim ex lapide parvo crevit, et factus est mons magnus, ita ut impleret universam faciem terrae. Quid vis ergo ad eum per térras venire, qui térras implevit? Ecce iam venit; evigila: crescendo et durmientes pulsat; si tamen non tantus in eis somnus est, qui etiam contra montem venientem obdurescant, sed audiant: Surge qui dormis, et exsurge a mortuis, et illwminabii te Christus (Eph 5,14). Multum enim erat Iudaeis videre lapidem. Lapis enim ille adhuc parvus erat: mérito et parvum contempserunt, contemnendo offenderunt, et offendendo quassati sunt; restat ut et conterantur. Hoc enim de lapide illo dictum est: Qui offenderit in lapidem illum, conquassabit eum; super quem venerit, conteret eum (Le 20,18). Aliud est conquassari, aliud conten: conquassari minus est quam conteri: sed neminem conterit excelsus veniens, nisi quem conquassaverit humilis iacens. Modo enim antequam veniat Dominus noster, humiliter iacuit Iudaeis, et offenderunt in illum,

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Dios, protector de su pueblo

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tarde a juicio, excelso y esplendente, con majestad y poderío; no como débil, para ser juzgado, sino como fuerte, para juzgar; y pulverizará a los que fueron quebrados al tropezar contra El. Pues El es la piedra de tropiezo y de escándalo para los incrédulos. Luego, carísimos, no es de admirar que los judíos no conocieran al que despreciaron como piedra pequeña que se hallaba arrojada a sus pies; pero son de admirar aquellos que ahora no quieren reconocer a monte tan grande. Los judíos, no viendo, tropezaron contra la pequeña piedra; los herejes tropiezan contra el monte. Pues ya creció la piedrecita, ya les mostramos que se cumplió la profecía de Daniel. La piedrecita desgajada del monte se ha hecho un gran monte que llena toda la tierra. ¿Por qué tropiezas en él y no subes a él? ¿Quién es tan ciego que tropiece contra un monte? ¡Parece como si hubiera venido para que tuvieses dónde tropezar y no adonde subir! Venid, subamos al monte del Señor. Isaías nos dice: Venid, subamos. ¿Qué quiere decir Venid, subamos? Venid es creer; subir, aprovechar. Estos no quieren venir ni subir, es decir, no quieren creer ni aprovechar. Ladran contra el monte. Tropezando en él cuantas veces se presenta la ocasión, se quiebran; no quieren subir, eligen siempre tropezar. Les digamos: Venid y ved las obras del Señor, los prodigios que hizo sobre la tierra. Se llaman prodigios porque presagian algo, aquellas manifestaciones milagrosas que se llevaron a cabo cuando creyó el mundo. ¿Qué se originó de allí? ¿Qué presagiaban? 13 [v.10].

Hizo desaparecer las guerras hasta los

confines

et conquassati sunt: veniet postea in iudicio suo clarus atque altus, magnus et potens; non infirmus ut iudicetur, sed fortis ut iudicet, et contetat eos qui conquassati sunt in eum offendendo. Lapis enim offensionis et jpetra scandali non credentibus ipse est (1 Petr 2,8). Ergo, carissimi, non est mirum si Iudaei non agnoverunt quem tanquam parvulum lapidem ante pedes suos iacentem contempserunt: illi mirandi sunt qui adhuc tam magnum montem nolunt agnoscere. Iudaei in lapidem parvum non videndo offenderunt, haeretici in montem offendunt. Iam enim crevit ille lapis; iam dicimus illis, Ecce impleta est prophetia Danielis, Lapis ille qui erat parvus, factus est mons magnus, et implevit universam terram (Dan 2,35). Quare in illum offenditis, et non in illum ascenditis? Quis tam caecus est ut offendat in montem? Quasi ideo ad te venerit ut habeas in quem offendas, et non habeas in quem ascendas. Venite, ascendamus ad montem Domini (Is 2,3)- Isaias hoc dicit: Venite, ascendamus. Quid est, Venite, ascendamus? Venite, est credite; ascendamus, proficiamus. Isti autem nec venire volunt, nec ascenderé, nec credere, nec proficere. Latrant contra montem. Iam in illum toties offendendo quassati sunt, et nolunt ascenderé, semper eligentes offendere. Dicamus illis, Venite, et videte opera Domini, quae posuit prodigia super terram. Prodigia dicuntur, quod aliquid portendant, signa illa miraculorum quae facta sunt quando mundus credidit. Et quid inde factum est, et quid portendebant? 13 [v.10], Auferens bella usque ad fines terrae. Hoc nondum vide-

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Enarraciunes sobre los Salmos

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de la tierra. Esto todavía n o lo vemos c u m p l i d o ; a ú n hay g u e rras; las hay entre las naciones debido a los reinos; las hay e n t r e las sectas, e n t r e los judíos, entre los paganos, entre los cristianos, entre los herejes; hay guerras y a u m e n t a n , luchando unos p o r la verdad y otros p o r la falsedad. A ú n n o se ha c u m p l i d o aparta las guerras hasta los confines del mundo, p e r o se c u m plirá. ¿O es q u e ya se ha c u m p l i d o ? En algunos ya se ha c u m plido; se ha c u m p l i d o en el trigo; en la cizaña a ú n n o se ha cumplido. ¿Qué significa haces desaparecer las guerras hasta el confín de la tierra? Llama guerra la q u e se hace contra Dios. ¿Quién pelea contra Dios? La impiedad ¿Y q u é d a ñ o p u e d e hacer a Dios la impiedad? N i n g u n o . ¿Qué d a ñ o p u e d e causar a una piedra u n vaso arrojado contra ella p o r m u c h a q u e sea la furia con q u e se le arroje? Por el contrario, tanto m á s desperfecto sufre c u a n t o con mayor impulso sea arrojado. Estas guerras eran grandes, eran frecuentes. La impiedad peleaba contra Dios, p e r o se pulverizaron los vasos de barro al p r e s u m i r los h o m b r e s de sí, al confiar demasiado en su p r o p i o poder. Escudándose en esto, dijo J o b de cierto i m p í o : Corrió contra Dios erguida la cerviz defendida con la fortaleza de su escudo. ¿Qué quiere decir erguida la cerviz defendida con la fortaleza de su escudo? Presumir demasiado de su p r o p i a defensa. ¿Por ventura eran estos tales los q u e decían: Dios es nuestro amparo y fortaleza, ayudador en las tribulaciones que nos rodean con demasía? ¿O los que en otro salmo dicen: No confiaré en mi arco ni me salvará mi brazo? C u a n d o a l g u n o reconoce q u e en sí nada vale y q u e n o cuenta con su p r o p i a ayuda, ve q u e sus armas mus esse completum: sunt adhuc bella, sunt ínter gentes pro regno; ínter sectas, ínter Iudaeos, Paganos, Christianos, haereticos, sunt bella, crebrescunt bella; alus pro veritate, aliis pro falsitate certantibus. Nondum ergo completum est, Auferens bella usque ad fines terrae: sed fortasse complebitur. An et modo completum est? In quibusdam completum est: in tritico completum est, in zizaniis nondum completum est. Quid est hoc ergo, Auferens bella usque ad fines terrae? Bella dicit, quibus bellatur adversus Deum? Quis enim bellat adversus Deum? Impietas. Et quid potest faceré Deo impietas? Nihil. Quid facit fictile vas elisum ad petram, quamvis vehementer elidatur? Tanto maiore malo suo venit, quanto maiore Ímpetu venerit. Haec bella magna erant, crebra erant. Contra Deum impietas dimicabat, et vasa fictilia conterebantur: praesumendo de se nomines, de virtute sua multum praevalendo. Cuius rei scutum etiam lob dixit de quodam impio: Cucurrit adversus Deum in crassa cervice scuti sui (lob 15,26). Quid est, in crassa cervice sculi sui? Nimium praesumendo de protectione sua. Numquidnam isti tales erant qui dicebant: Deus noster refugium et virtus, adiutor in tribulationibus quae invenerunt nos nimis? aut in alio psalmo: Non enim in arcu meo sperabo, et brachium meum non salvabit me? (Ps 43,7). Quando quisque cognoscit quia in seipso nihil est, et adiutotium de se nullum habet, arma in illo confracta sunt, bella sedata sunt. Talia ergo bella delevit

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Dios, protector de SU pueblo

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están rotas, y cesa la guerra. La voz del A l t í s i m o salida de las nubes santas, con la q u e c o n m o v i ó la tierra y se r i n d i e r o n los reinos, hizo desaparecer las guerras; las alejó hasta los confines de la tierra. Quiebra el arco, rompe las armas y abrasa los escudos con el fuego. A q u í se n o m b r a n el arco, las armas, los escudos, el fuego; el arco son las insidias; las armas, el ataque manifiesto; el escudo, la vana p r e s u n c i ó n de protección; el fuego con que se q u e m a n estas armas es aquel del cual dice el Señor: Vine a traer fuego a la tierra. D e este fuego dice el salm o : Y no hay quien se sustraiga a su calor. Inflamado este fuego, n o quedará en nosotros a r m a alguna de i m p i e d a d ; necesar i a m e n t e todas se r o m p e r á n , se h a r á n añicos, se reducirán a pavesas. Q u e d a r á s inerme, sin tener ayuda alguna tuya; p e r o c u a n t o más débil estés, n o t e n i e n d o de tu p a r t e a r m a propia, tanto m á s te t o m a r á en sus m a n o s A q u e l de q u i e n se dijo: El Dios de Jacob es nuestro protector. Si te vales p o r ti m i s m o , te encuentras conturbado. Pierde las armas de las q u e presumes; oye al Señor, q u e dice: Tienes suficiente con mi gracia. D i rú t a m b i é n : Cuando estoy débil, entonces soy fuerte. Es voz del Apóstol. H a bía p e r d i d o todas las armas de su fortaleza el q u e decía: Yo no me gloriaré si no es en mis flaquezas. Esto es c o m o si hubiera dicho: " N o corro contra Dios erguida la cerviz defendida con la fortaleza de m i escudo, yo q u e p r i m e r o fui blasfemo, y perseguidor, y funesto; p e r o sé q u e se m e otorgó misericordia para que en m í manifestase Jesucristo toda l o n g a n i m i d a d para ejemplo de los que h a b í a n de creer en él, con miras a la vida eterna." Aparta las guerras hasta los confines de la tierra. C u a n d o nos vox illa Altissimi de nubibus sanctis, qua térra commota est, et inclinata sunt regna: abstulit haec bella usque ad fines terrae. Arcum conteret, et confringet arma, et scuta comburet igni. Arcus, arma, scuta, ignis. Arcus est, insidiae; arma, publica oppugnatio; scutum, vana praesumptionis protectio. Ignis quo ista comburuntur, est de quo Dominus ait: Ignem veni mittere in terram (Le 12,49). De quo igne dicit psalmus: Et non est qui se abscondat a calore eius (Ps 18,7). Fervente igne isto, milla in nobis impietatis arma remanebunt, necesse est ut omnia confringantur, conterantur, comburantur. Remaneas inermis non habens ullum adiutorium tuum: et quanto magis infirmus es, nulla tua arma habens, tanto magis te suscipit, de quo dictum est: Susceptor noster Deus lacob. Valebas enim quasi per te, conturbaris in te. Perde arma quibus praesumebas: audi Dominum dicentem, Sufficit tibi gratia mea. Dic et tu, Quando infirmor, tune fortis sum. Apostoli vox est. Omnia arma sua perdiderat tanquam fortitudinis suae, qui dicebat, Ego autem non gloriabor, nisi in infirmitatibus meis (2 Cor 12,9.10): velut si diceret, Non curro adversus Deum in crassa cervice scuti mei, qui prius fui blasphemus, et persecutor, et iniuriosus; sed ideo misericordiam consecutus sum, ut in me ostenderet Christus lesus omnem longanimitatem in eos qui credituri sunt Mi in vitam aeternam (1 Tim 1,13-16). Auferens bella usque ad fines terrae. Quando autem nos Dominus suscipit, numquid inermes dimittit? Armat

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toma D i o s bajo su a m p a r o , ¿acaso nos despacha inermes? N o s arma, p e r o con otra clase de a r m a m e n t o ; con las armas evangélicas de la verdad, de la continencia, de la salud, de la fe, de la esperanza, de la caridad. T e n d r e m o s estas armas, p e r o n o p r o viniendo de nosotros. N u e s t r a s armas se abrasaron si es que fuimos inflamados con el fuego del Espíritu Santo, del cual se dice q u e quema los escudos con juego. Deseabas ser p o t e n t e p o r ti m i s m o ; Dios te hizo débil para hacerte fuerte p o r El, pues de tu propia cosecha eras flaco. 14 [ v . l l ] . ¿Qué sigue? Quedad libres de cuidados. ¿Para qué? Vara que veáis que yo soy Dios. Esto es, yo soy Dios, n o vosotros. Y o creé y renuevo, yo formé y reformo, yo hice y restauro. Si tú n o te p u d i s t e hacer, ¿cómo p o d r á s restaurarte? Esto n o lo p u e d e contemplar el alboroto p e n d e n c i e r o del alma hum a n a a la cual se dice: Despreocúpate, es decir, r e p r i m e tus ímpetus de discusiones. N o disputes ni pretendas a r m a r t e contra Dios, pues de este m o d o a ú n tienes las armas en tus m a n o s y n o h a n sido devoradas por el fuego. Si fueron quemadas, despreocúpate, pues no tendrás con q u é luchar. Si vosotros, q u e primeram e n t e presumíais de vuestro poder, os hubiereis q u e d a d o libres de cuidados, m e hubierais p e d i d o a m í todas las armas. Vacad, y veréis que yo soy Dios. 15 [ v . 1 2 ] . Seré exaltado entre las gentes, seré exaltado en la tierra. Dije p o c o antes q u e bajo el n o m b r e de tierra estaba simbolizado el p u e b l o judío, y bajo el n o m b r e de m a r , las dem á s naciones. Se trasladaron los m o n t e s al m a r , y se p e r t u r b a ron las gentes y se doblegaron los reinos; voceó el Altísimo, y se conmovió la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosnos, sed alus armis, evangelios, veritatis, continentiae, sahtis, spei, fidei, charitatis. Haec arma habebimus, sed non a nobis. Arma autem quae a nobis habuimus, arserunt: si tamen igne illo Spiritus sancti accensi sumus, de quo dicitur, Et scuta comburet igni. Qui potens in te esse cupiebas, infirmum te fecit Deus, ut fortem te faceret de se, quia infirmabaris de te. 14 [ v . l l ] . Quid ergo sequitur? Vacate. Ad quam lem? Et videte quoniam ego sum Deus. Hoc est, Non vos, sed ego sum Deus: ego creavi, ego recreo; ego formavi, ego reformo; ego feci, ego reficio. Si non potuisti faceré te, quomodo potes reficere te? Hoc non videt tumultus contentiosus animi humani: cui tumultui contentioso dicitur, Vacate, id est, reprimite ánimos vestros a contradictionibus. Nolite argumentan et tanquam armari contra Deum: alioquin vivunt arma nondum illo igne combusta. Si autem combusta sunt, Vacate; quia non habetis unde pugnetis. Si autem vacaveritis in vobis, et a me petieritis omnia, qui primo de vobis praesumebatis, Vacate, et videbitis quoniam ego sum Deus. 15 [v.12]. Exaltabor in gentibus, et exaltabor in térra. Paulo ante dixeram terrae nomine significan gentem Iudaeorum, maris nomine caeteras gentes. Translati sunt montes in cor maris: conturbatae sunt gentes, inclinata sunt regna, dedit vocem suam Altissimus, et mota est tetra.

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Venida de las gentes al reino de Dios

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otros, el Dios de Jacob es nuestro protector. Se obraron milagros entre las gentes; creyeron las gentes; las armas de la presunción h u m a n a se consumieron p o r el fuego. Se descansa en la tranquilidad del corazón para q u e sea reconocido D i o s c o m o el autor de todos sus bienes. Y después de esta manifestación, ¿acaso abandonó al pueblo judío, del q u e dice el A p ó s t o l : Os digo, hermanos, que no seáis sabios en vuestro propio concepto, porque se llevó a cabo la ceguedad en parte de Israel hasta que la plenitud de las gentes haya entrado. Hasta que la plenitud de las gentes haya entrado, quiere decir: mientras q u e los m o n t e s hubieren sido trasladados aquí, y las nubes lloviesen aquí, y el Señor hubiere doblegado los reinos con su voz de trueno. ¿Y q u é sucederá después? Que de este modo todo Israel se salvará. Por eso, observando también el m i s m o orden aquí, dice: Seré exaltado en las gentes y seré ensalzado en la tierra. Es decir, en el m a r y en la tierra, a fin de q u e ya digan todos lo q u e sigue: El Señor de los ejércitos está con nosotros, el Dios de Jacob es nuestro protector. SALMO

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[ V E N I D A DE LAS G E N T E S AL R E I N O D E SERMÓN AL

DIOS]

PUEBLO

1. Dios nuestro Señor difundió la fe en la q u e vivimos y de la que vivimos por los libros santos, p o r las santas Escrituras, de muchas maneras y formas; variando ciertamente el signiDominus virtutum nobiscum, susceptor noster Deus Iacob. Facta sunt miracula in gentibus, impletur fides gentium, ardent arma praesumptionis humanae: vacatur in tranquillitate cordis, ut cognoscatur auctor Deus omnium munerum suorum. Et post istam clarificationem, numquid deserit et plebem Iudaeorum, de qua dicit Apostolus: Dico enim vobis, ut non sitis vobis sapientes, quia caecitas ex parte Israel facta est, doñee plenitudo Gentium intraret? Id est, doñee montes huc transferrentur, nubes hic pluerent, hic Dominus tonitruo suo regna inclinaret, doñee plenitudo Gentium intraret. Et quid postea? Et sic omnis Israel salvus fieret (Rom 11,25.26). Ideo et hic ipsum ordinem servans, Exaltabor, inquit, in gentibus, et exaltabor in ierra: id est, et in mari et in térra; ut iam omnes dicant quod sequitur, Dominus virtutum nobiscum, susceptor noster Deus lacob. PSALMUS

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SERMO AD PLEBEM

1. Dominus Deus noster fidem in qua vivimus, et ex qua vivimus, per Libros sanctos, Scripturas sanctas multipliciter nobis varieque diffudit; sactamenta quidem verborum vatians, fidem tamen unam com-

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Enarraciones sobre los Salmos

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Venida de las gentes al reino de Dios

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ficado oculto de las palabras, pero recomendando una misma fe. Una y la misma cosa se expresa de muchas y diferentes maneras, cambiando, debido al hastío, la misma forma de hablar, pero conservando, por la concordia, una misma fe. Hemos oído cantar este salmo; a él hemos respondido cantando; expongamos las cosas que conocéis. Quizá también os hemos de ofrecer, ayudándonos y concediéndolo el Señor, algún atractivo al recordaos, para que rumiéis o meditéis, las cosas que conocéis de otros diferentes lugares. Porque también ipsa ruminatione, en el mismo rumiar, en el que Dios representa a los animales mundos, quiso insinuar que todo hombre de tal modo debe entregar a su corazón lo que oye, que no sea negligente en reflexionar sobre ello después. De suerte que, cuando oye, sea semejante al que come, y, cuando trae de nuevo a la memoria las cosas oídas y reflexiona con agradable meditación, sea semejante al que rumia. Las mismas cosas se dicen de distinto modo; y, por lo mismo, nos hacen pensar con agrado en las cosas que conocemos y oír las mismas con gusto, puesto que, al cambiarse la forma de expresión, se renueva el asunto antiguo por la manera de hablar. 2 [v.l]. El título del salmo reza así: Para el fin, en favor de los hijos de Coré, salmo de David. También otros muchos salmos llevan por título "en favor de los hijos de Coré", pronosticando un atrayente misterio e insinuando un gran sacramento, por lo que con gusto debemos entender que nosotros nos hallamos representados allí; y, por tanto, también nosotros, que oímos y leemos, nos debemos reconocer en el título y contemplarnos, como en espejo colocado delante de nosotros, quiénes seamos. ¿Quiénes son los hijos de Coré? Existió un hombre 11a-

mado Coré, así se llamó cierto hombre. Sin embargo, cuando se Icen las cosas escritas y nos encontramos con la palabra divina, hablando a algunos que con motivo se entiende que son hijos de aquel hombre que se llamó Coré, el alma piensa en el mislerio con el fin de indagar qué signifique la palabra Coré. Siendo palabra hebrea, no obstante, se pronuncia y traduce en lengua griega y latina. Aconteció ya que muchos nombres hebreos nos fueron interpretados, y así vemos y reconocemos que la palabra Coré se traduce por Calvo. Sobremanera os llamó la atención. Era cosa oscura nombrar a los hijos de Coré; ¿pero acaso no es más oscuro decir los hijos del Calvo? ¿Quiénes son estos hijos del Calvo? ¿Por ventura los hijos del Esposo, puesto que el lis poso fue crucificado en el monte de la Calavera? Recordad el Evangelio y pensad en dónde crucificaron al Señor, y veréis que fue crucificado en el monte de la Calavera. Por tanto, quienes se mofan de su cruz son devorados por los demonios como por bestias. Esto también lo simbolizó cierto pasaje de la Escrimra. Subiendo el profeta Elíseo a Betel, unos mozalbetes, mola ndose de él, le gritaron a su espalda: Sube, calvo; sube, calvo. Kntonces él, no tanto por crueldad como por oculto misterio, hizo que los jovenzuelos fuesen devorados por los osos que salieron ilc entre la selva. Si aquellos adolescentes no hubieran sido despedazados, ¿acaso hubieran vivido hasta ahora? ¿Por ventura no hubieran podido los nacidos mortales perecer también por la fiebre? Sin embargo, si les hubiera sobrevenido la muerte de esta manera, no se hubiera manifestado en ellos un misterio por el que temiesen los posteriores. Nadie se ría de la cruz del Señor. I .os judíos fueron poseídos por los demonios y devorados. Pues-

mendans. Una enim eademque res ideo multis modis dicitur, ut modo ipso dicendi propter fastidium varietur, sed propter concordiam una teneatur. Itaque in hoc psalmo quem cantatum audivimus, cui cantando respondimus, ea sumus dicturi quae nostis: et tamen fortassis aliquam, adiuvante et donante Domino, suavitatem allaturi sumus vobis, quando ea quae alibi et alibi noveratis, etiam commoniti ruminatis. Nam et ipsa ruminatione, in qua significat Deus munda anímalia, hoc voluit insinuare, quia omnis homo quod audit sic debet in cor mittere, ut non piger sit postea inde cogitare: ut quando audit, sit similis manducanti; cum autem audita in memoriam revocat, et cogitatione dulcissima recolit, fíat similis ruminanti. Alio ergo modo eadem dicuntur, et faciunt nos dulciter cogitare quae novimus, et eadem ipsa libenter audire; quia modus dicendi variatur, et res antiqua ipso modo dicendi renovatur. 2 [v.l]. Titulus Psalmi sic se habet: ln finem pro filiis Core, Psalmus ipsi David. Filios istos Core habent tituli Psalmorum etiam alii nonnulli, et indicant dulce mysterium, insinuant magnum sacramentum: ubi et nos ipsos libenter intelligamus, et agnoscamus in titulo nos qui audimus et legimus, et tanquam speculo proposito qui sumus intuemur. Filii Cote qui sunt? Fuit homo quídam Core nomine (Num 16,1), sic enim

vocabatur aliquis homo: vetumtamen cum leguntur quae scripta sunt, et uivcnitur sermo divinus loqui ad quosdam, qui non valde intelliguntur lilii esse illius unius hominis qui vocabatut Cote; recurrit animus ad mysterium, ut quaerat quid significet Cote. Quia enim vetbum hebtaeum isr, dicitur utique et interpretatur in graecam linguam et in latinam lin>:uam. Et factum est iam; multa nomina hebraea interpretata sunt nobis: I-I inspicimus, et invenimus Core interpretan Calvum. Multo magis aticiulistis. Obscurum etat cum dicerentur filii Core, nonne obscurius est • um dicuntur filii calvi? Qui sunt isti filii calvi? An fotte filii sponsi? in mendacio remanebimus. 2 [v.l}. Quia ergo passionem Domini cantat iste psalmus, vide quem titulum habeat: In finem. Finis Christus est (Rom 10,4). Quate dictus est finis? Non qui consumat, sed qui consummet. Consume^ enim, perderé est: consummare, perficere. Finitum enim quidquid d¡s cimus, a fine dicimus. Sed aliter dicimus, Finitus est pañis; aliter dicimus Finita est túnica: finitus est pañis qui manducabatur, finita est tun¡c^ quae texebatur: pañis ergo finitus est ut consumeretur, túnica nni^ est ut perficeretur. Finis ergo propositi nostri Christus est; quia qua^ tumlibet conemur, in illo perficimur, et ab illo perficimur; et haec es^ perfectio nostra, ad illum pervenire: sed cum ad illud perveneris, ultt^

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más allá. Es tu fin. Así como el t é r m i n o de tu c a m i n o es el lugar a donde vas y cuando llegas permaneces en aquel lugar, así el término o fin de tu esfuerzo, de tu designio, de tu empresa, de tu intención, es A q u e l a q u i e n te diriges, al cual, u n a vez q u e hayas llegado, n o desees más, p o r q u e nada hay mejor que El. El nos p r o p u s o u n ejemplo de vida en este m u n d o y nos dará el p r e m i o del vivir en la vida futura. 3. Para el fin; para David, no destruyas la inscripción del título, cuando, huyendo de la presencia de Saúl, se refugió en la ctteva. D i r i g i e n d o la mirada a la santa Escritura, vemos al santo David, rey de Israel, de quien recibió el n o m b r e el Salterio davídico, q u e padeció p o r su perseguidor Saúl, rey del m i s m o p u e blo, conforme lo sabéis m u c h o s de vosotros q u e hojeasteis u oísteis la Escritura. El rey D a v i d fue p e r s e g u i d o p o r Saúl; y, siendo éste ferocísimo y aquél mansísimo, éste envidioso y aquél inofensivo, éste cruel y aquél paciente, éste ingrato y aquél bondadoso, le soportó con tanta m a n s e d u m b r e , que, cuando le tuvo entre sus manos, n o sólo n o le hirió, es más, ni le tocó. D a v i d había recibido potestad del Señor D i o s de matarle si quería, p e r o eligió perdonarle antes que matarle. Sin e m b a r g o , Saúl n o se ablandó por tal beneficio, de suerte que dejara de perseguirle. Pues vemos que, en aquel t i e m p o , Saúl, rey ya reprobado, perseguía a David, rey futuro y designado de a n t e m a n o , p o r lo cual David, h u y e n d o de la presencia de Saúl, entró en la cueva. ¿Pero c ó m o p u e d e aplicarse esto a Cristo? Si todas las cosas q u e entonces sucedían eran figuras de otras venideras, vemos que allí non quaeris; finís mus est. Quomodo enim finis viae tuae locus est quo tendis; quo cum perveneris, iam manebis: sic finis studii tui, propositi tui, conatus tui, intentionis tuae, ille est ad quem tendis; ad quem cum perveneris, ultra non desiderabis, quia melius nihil habebis. Ipse ergo et exemplum nobis vivendi proposuit in hac vita, et praemium vivendi dabit in futura vita. 3. In finem, ne corrumpas ipsi David in tituli inscriptionem, cum fugeret a facie Saül in speluncam. Referentes nos ad sanctam Scripturam, invenimus quidem sanctum David illum regem Israel, ex quo etiam nomen accepit Psalterium Davidicum, persecutorem passum fuisse Saülem regem ipsius populi (1 Reg 24,1-4), sicut multi vestrum noverunt, qui Scripturas vel attigerunt vel audierunt. Habuit ergo persecutorem Saüiem rex David: et cum esset ille mitissimus, ille ferocissimus; ille lenis, ille invidus; ille patiens, ille crudelis; ille beneficus, ille ingratus; pertulit eum tanta lenitate, ut cum eum accepisset in manus, non illum attigisset, non laesisset. Accepit enim a Domino Deo potestatem, ut si vellet, occideret Saülem ipse David; et elegit parcere quam occidere. Ule autem nec tali beneficio victus est, ut desineret persequi. Invenimus ergo illo tempore, quando Saül David persequebatur, regem futurum et praedestinatum rex iam reprobatus, quod fugerit a facie Saül in speluncam ipse David. Quid ergo hoc ad Christum? Si omnia quae tune agebantur,

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está representado Cristo, y de u n m o d o particularísimo. P o r q u e lo q u e se escribió: No destruyas la inscripción del título, n o veo cómo pertenezca a aquel David. Pues n o se había escrito n i n g ú n título p a r a D a v i d q u e quisiera destruir Saúl. P e r o vemos q u e en la pasión del Señor se escribió u n título: Rey de los judíos a fin de q u e tal título diese en cara a los judíos, q u e atentaron contra la vida de su rey. Saúl representaba a los judíos; D a v i d a Cristo. Cristo, c o m o dice el Evangelio apostólico, es lo que sabemos, lo que confesamos: de la estirpe de David según la carne. Según la divinidad, está sobre D a v i d , sobre todos los hombres sobre el cielo y la tierra, sobre los ángeles, sobre todas las cosas visibles e invisibles, p o r q u e todas fueron hechas p o r El, y sin El nada fue hecho. Sin e m b a r g o , se d i g n ó hacerse h o m b r e de la estirpe de D a v i d para venir a nosotros, naciendo de la tribu de David, de la q u e era la V i r g e n María, que concibió a Cristo. El título q u e se escribió fue: Rey de los judíos. Saúl, como dije, representaba al p u e b l o judío, y D a v i d a Cristo; y el título era: Rey de los judíos. Los judíos se irritaron p o r q u e se escribió Rey de los judíos. Se avergonzaron de tener por rey al q u e p u d i e r o n crucificar. N o vieron que aquella m i s m a cruz en la q u e le crucificaron había de estar m á s tarde en la frente de los reyes. A l indignarse p o r el título, se acercaron al juez Pilato, de quien h a b í a n conseguido la m u e r t e de Cristo, y le dijeron: No escribas: Rey de los judíos, sino: El se llamó rey de los judíos. Y como ya se había dicho p o r el Espíritu Santo: Para el fin; no destruyas figurae erant futurorum, invenimus ibi Christum, et multo máxime. Nam illud: Ne corrumpas in tituli inscriptionem, non video quomodo pertineat ad illum David. Non enim aliquis titulus inscriptus erat ipsi David, quem voluit corrumpere Saül. Videmus autem in passione Domini scriptum fuisse titulum, Rex ludaeorum; ut ille titulus exprobraret frontem ipsorum, quod a rege suo manus non abstinuerunt. In illis enim Saül erat, in Christo David erat. Christus enim, sicut dicit apostolicum Evangelium, est, quod novimus, quod confitemur, ex semine David secundum carnem (Rom 1,3, et Mt 1,1): nam secundum divinitatem supra David, supra omnes homines, supra caelum et terram, supra Angelos, supra omnia visibilia et invisibilia; quia omnia per ipsum facta sunt, et sine ipso factum est nihil (lo 1,3): dignatus tamen homo fieri ex semine David ad nos venit; quia de tribu David natus est, unde virgo Maria quae peperit Christum (Le 1,27, et 2,4). Inscriptus itaque titulus ille est, Rex ludaeorum. Saül, ut diximus, populus ludaeorum erat; David Christus erat: titulus ibi, Rex ludaeorum. Indignan sunt Iudaei, quia inscriptus erat titulus, Rex ludaeorum: puduit illos habere regem quem crucifigere potuerunt. Non enim viderunt quia ipsa crux, in qua eum fixerunt, fututa erat in frontibus regum. Cum ergo indignarentur ex illo titulo, adierunt Pilatum iudicem, cui obtulerant occidendum Christum, et dixerunt ad eum: Noli scribere sic, Rex ludaeorum; sed scribe quia ipse dixit se regem esse ludaeorum. Et quia iam cantatum erat per Spiritum sanctum, In finem; ne corrumpas in tituli

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la inscripción del título, les respondió Pilato: Lo que escribí, escribí. ¿A q u é m e sugerís falsedad? Y o n o destruyo la verdad. 4. H e m o s oído q u é quiere decir no destruyas la inscripción del título. O i g a m o s ahora q u é significa huyendo de la presencia de Saúl, se refugió en la cueva. Esto, sin duda, lo hizo David. E n él n o hallábamos q u e se cumpliese la inscripción del título, p e r o si el hecho de la fuga a la cueva. Aquella cueva en la que se ocultó D a v i d simbolizaba algo. ¿Para q u é se escondió? Para ocultarse y n o ser encontrado. ¿Qué significa ocultarse en una cueva? Cubrirse con tierra. El que huye a una cueva se cubre con tierra para n o ser visto. Jesús se cubre con tierra, es decir, con la carne q u e había recibido de la tierra, y se oculta en ella para q u e los judíos n o le reconozcan p o r Dios. Porque, si le hubiesen conocido, jamás hubiesen crucificado al rey de la gloria. ¿Por q u é n o reconocieron o encontraron al rey de la gloria? P o r q u e se había ocultado en la cueva, es decir, mostraba a los ojos la flaqueza de la carne y cubría la majestad de la divinidad en el envoltorio del cuerpo c o m o en concavidad de tierra. Luego ellos, al n o conocerle p o r Dios, le crucificaron c o m o h o m b r e . Sólo p u d o morir y ser crucificado c o m o h o m b r e , p o r q u e sólo p u d o ser conocido por ellos c o m o h o m b r e . Puso delante la tierra a los q u e le buscaban m a l i g n a m e n t e y reservó la vida para los q u e le buscaban rectamente. Luego huyó de la presencia de Saúl, refugiándose en la cueva a t e n d i e n d o a la carne. Si esto lo entiendes de m o d o q u e el Señor huyó a la cueva ocultándose de la presencia de Saúl al ser perseguido y padecer, hasta tal p u n t o se ocultó a los judíos, que, perseguido, m u r i ó . Por m u c h o que se inscriptionem, respondit eis Pilatus: Quod scripsi, scripsi (lo 19,19-22): quid mihi suggeritis falsitatem? Ego non corrumpo veritatem. 4. Audivimus ergo quid sibi velit, Ne corrumpas in tituli inscriptionem. Quid ergo est, Cum fugeret a facie Saül in speluncam? Quod quidem et David ille fecit: sed quia in illo non invenimus tituli inscriptionem, in hoc inveniamus, fugam in speluncam. Figurabat enim aliquid illa spelunca, qua se texit David. Quare autem se texit? Ut occultaretur, et non inveniretur. Quid est contegi spelunca? Contegi térra. Qui enim fugit in speluncam, térra contegitur, nc videatur. Portabat autem terram Iesus, carnem quam acceperat de térra; et in ea se occultabat, ne a Iudaeis inveniretur Deus. Si enim cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (1 Cor 2,8). Quate ergo Dominum gloriae non invenerunt? Quia spelunca se texetat, id est, carnis infirmitatem oculis obiiciebat, maiestatem autem divinitatis in corporis tegmine, tanquam tertae abdito contegebat. lili ergo non cognoscentes Deum, crucifixerunt hominem. Nec morí potuit nisi in homine, nec crucifigi potuit nisi in homine; quia nec teneri posset nisi in homine. Opposuit male quaetentibus terram, setvavit bene quaerentibus vitam. Fugit ergo secundum carnem in speluncam a facie Saül. Quod si et hoc velis accipere, ita Dominum fugisse in speluncam a facie Saül, quia passus est; usque adeo se occultavit Iudaeis, ut et moreretur. Quantumlibet enim saevirent in

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ensañaron los judíos hasta llegar a matarle, a ú n pensaban que podía librarse de la m u e r t e y manifestar con algún milagro que era H i j o de Dios. E n el libro de la Sabiduría había sido profetizado esto: Le condenemos a muerte injame, pues será atendido, según sus palabras. Si verdaderamente es Hijo de Dios, le amparará y le librará de las manos de sus adversarios. Luego, c o m o fue crucificado y n o librado, creyeron q u e él n o era el H i j o de D i o s . (Luego se les ocultó.) Por eso, ultrajando al que estaba p e n d i e n t e en la cruz, m o v i e n d o sus cabezas, le decían: Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz. Salvó a otros y no puede salvarse a sí mismo. D i c i e n d o estas cosas, conforme anota el libro de la Sabiduría, y pensándolas así, se equivocaron, porque los cegó su maldad. ¿Qué extraordinario le era bajar de la cruz a A q u e l que sin dificultad resucitó del sepulcro? ¿Para q u é quiso ser paciente hasta la m u e r t e ? Para huir de la presencia de Saúl, refugiándose en la cueva. Efectivamente, p u e d e tomarse p o r cueva la parte interna de la tierra; y n o hay duda, p o r q u e es evidente y conocido de todos q u e su cuerpo fue colocado en u n sepulcro que estaba cavado en piedra. El sepulcro era la cueva; allí se ocultó de la presencia de Saúl. Los judíos le persiguieron hasta q u e fue colocado en la caverna. ¿Cómo p r o b a m o s q u e los judíos le persig u i e r o n hasta q u e fue colocado en la cueva? P o r q u e , aun m u e r t o y p e n d i e n t e de la cruz, le hirieron con la lanza. P e r o tan p r o n t o c o m o e m b a l s a m a d o fue colocado en la cueva, ya n o hicieron nada en su carne. El Señor resucitó ileso e i n c o r r u p t o de aquella cueva en d o n d e se había refugiado h u y e n d o de la presencia de eum Iudaei, doñee moreretur, adhuc putabant eum posse liberari, et ostendere aliquo miraculo quod Filius Dei esset. Hoc praedictum etat in libio Sapientiae: Morte turpissima condemnemus illum; erit enim respectus Mi ex sermonibus illius. Si enim veré filius Dei est, suscipiet illum, et liberabit illum de manibus contrariorum (Sap 2,20.18). Quia ergo crucifigebatur, et non liberabatur, crediderunt illum non esse Filium Dei. Propterea insultantes pendenti in ligno, et caput agitantes, dicebant illi: Si filius Dei es, descende de cruce. Alios salvos fecit, seipsum salvare non potest (Mt 27,40.42). Ista dicentes, sicut est in ipso libro Sapientiae, haec cogitaverunt et erraverunt; excaecavit enim tilos malitia eorum (Sap 2,21). Quid enim magnum erat de cruce descenderé, cui facile fuit de sepulcro resurgere? Sed quare usque ad mortem voluit esse patiens? Ut fugeret a facie Saül in speluncam. Etenim spelunca, inferior pars terrae potest accipi. Et cette quod manifestum est, et cettum ómnibus, corpus eius in monumento positum est, quod erat excisum in petra. Hoc ergo monumentum spelunca erat: illuc fugit a facie Saül. Tamdiu enim petsecuti sunt illum Iudaei, quoadusque poneretur in spelunca. Unde ptobamus quod tamdiu illum petsecuti sunt, quousque ibi poneretur? Etiam mortuum in cruce pendentem lancea vulnetavetunt (lo 19,34). At ubi involutus curato funere positus est in spelunca, iam nihil habuerunt quod carni facerent. Resurrexit ergo Dominus ex illa spelunca illaesus, incorruptus, quo fugerat a facie Saül; oceultans se impiis, quos

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Saúl. Así se ocultó a los i m p í o s judíos, a quienes prefiguraba Saúl, y se mostró a sus m i e m b r o s . P o r q u e los m i e m b r o s del resucitado fueron tocados p o r sus m i e m b r o s , puesto q u e sus apóstoles le tocaron resucitado y creyeron. V e d q u e de nada sirvió la persecución de Saúl. O i g a m o s ya el salmo, pues ya he hablado bastante, cuanto el Señor se d i g n ó concederme, sobre su título. 5 [ v . 2 ] . Apiádate de mí, ¡oh Dios!; apiádate de mí, porque en ti confía mi alma. Cristo dice en la pasión: Apiádate de mí, ¡oh Dios! D i o s dice a D i o s : Apiádate de mí. El q u e con el P a d r e se apiada d e ti, clama d e n t r o de ti: Apiádate de mí. Efectivamente, aquello que de él clama: Apiádate de mi, es tuyo; de ti lo recibió, p o r librarte se vistió de carne. Clama la carne: Apiádate de mí, ¡oh Dios!; apiádate de mí. Clama el h o m b r e : alma y carne. Pues el V e r b o t o m ó al h o m b r e completo, y todo el h o m b r e fue h e c h o Verbo. N o se piense que n o tuvo alma p o r q u e dice el evangelista: El Verbo se hizo CARNE y habitó entre nosotros. Pues al hombre se le llama carne, conforme lo dice en otro lugar la Escritura: Y verá toda la CARNE la salud de Dios. ¿Acaso verá sólo la carne y allí n o h a b r á alma? T a m b i é n dice el m i s m o Señor sobre los h o m b r e s : Le diste potestad sobre toda carne. ¿Por ventura había recibido potestad sobre sola la carne, y n o principalmente sobre las almas, a las cuales ante todo libraba? Luego allí estaba el alma, allí la carne, allí todo el h o m bre; y todo el h o m b r e con el V e r b o , y el V e r b o con el h o m b r e ; y el h o m b r e y el Verbo, u n solo h o m b r e , y el V e r b o y el h o m bre, u n solo Dios. Diga, p u e s : Apiádate de mí, ¡oh Dios!; apiápraefigurabat Saül, ostendens se autem membris suis. Nam resurgentis membra a membris eius palpata sunt: membra enim eius Apostoli tetigerunt resurgentem, et crediderunt (Le 24,39): et ecce nihil profuit petsecutio Saülis. Audiamus ergo iam Psalmum, quia de titulo eius satis locuti sumus, quantum Dominum donare dignatus est. 5 {v.2j. Miserere mei, Deus, miserere mei, quoniam in te confidit anima mea. Christus in passione dicit, Miserere mei, Deus. Deo Deus dicit, Miserere mei. Qui cum Patre miseretut tui, in te clamat, Miserere mei. Etenim quod de illo clamat, Miserere mei, tuum est: a te hoc accepit, propter te liberandum carne indutus est. Cato ipsa clamat, Miserere mei, Deus, miserere mei: homo ipse, anima et caro. Totum enim hominem suscepit Verbum, et totus homo factus est Verbum. Ne ideo putetut non ibi fuisse animam, quia evangelista ita dicit: Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (lo 1,14). Etenim dicitur caro homo, sicut alio loco dicit Sctiptura, Et videbit omnis caro salutare Dei (Is 40,5; Le 3,6). Numquid caro sola videbit, et anima ibi non erit? Iterum dicit ipse Dominus de hominibus: Sicut dedisti ei potestatem omnis carnis (lo 17,2). Numquid in solam carnem acceperat potestatem, et non máxime in animas, quas primitus libetabat? Ergo ibi erat anima, ibi erat caro, ibi totus homo; et totus homo cum Vetbo, et Verbum cum homine, et homo et Verbum unus homo, et Verbum et homo unus Deus. Dicat etgo, Miserere mei, Deus, miserere mei. Non expavescamus voces pe-

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date de mí. N o nos extrañemos ante la voz del q u e p i d e y da misericordia. Pide p o r q u e da. Se hizo h o m b r e p o r ser misericordioso, p u e s nació n o p o r necesidad d e condición, sino p o r librarnos del estado de necesidad. Apiádate de mí, ¡oh Dios!; apiádate de mí, porque en ti confía mi alma. Oyes orar al Maestro; aprende a orar. O r ó p a r a enseñarnos a orar, padeció para enseñarnos a padecer, resucitó p a r a enseñarnos a esperar la resurrección. 6. Y esperaré bajo la sombra de tus alas hasta que pase la iniquidad. Esto lo dijo el Cristo total; ésta es, p o r consiguiente, nuestra voz. N o pasó ya la iniquidad; aún bulle la iniquidad. El m i s m o Señor predijo la futura exuberancia de la iniquidad: Por haberse acrecentado la iniquidad, se enfriará la caridad de muchos, mas el que perseverare hasta el fin, se salvará. ¿Quién perseverará hasta el fin, hasta q u e pase la iniquidad? El que p e r m a n e c i e r e en el cuerpo de Cristo, el q u e p e r m a n e c i e r e entre sus m i e m b r o s y hubiese a p r e n d i d o de la Cabeza la paciencia de perseverar. T ú pasas, y t a m b i é n tus tentaciones; y, si hubieres sido santo, irás a la vida a la que fueron los santos. Los mártires fueron a la otra vida; si fueses m á r t i r , t a m b i é n irás tú. ¿Acaso p o r q u e tú pasaste de aquí, ya pasó la iniquidad? N a c e r á n otros inicuos c o m o m u r i e r o n otros inicuos. Luego c o m o m u e r e n unos inicuos y nacen otros, así van a la otra vida unos justos y nacen otros. N o faltará hasta el fin de los siglos ni la iniquidad q u e a t o r m e n t e n i la justicia q u e tolere. Y bajo la sombra de tus alas esperaré hasta que pase la iniquidad. Es decir, tú m e proteges tentis misericordiam et exhibentis. Ideo enim petit, quia exhibet: ad hoc enim homo, quia misericors; non ut conditionis necessitate nascetetur, sed ut nos de conditione necessitatis liberaret. Miserere mei, Deus, miserere mei, quoniam in te confidit anima mea. Audis magistrum orantem, disce orare. Ad hoc enim otavit, ut doceret orare: quia ad hoc passus est, ut doceret pati; ad hoc resurrexit, ut doceret sperare resurrectionem. 6. Et in umbra alarum tuarum sperabo, doñee transeat iniquitas. Hoc plañe iam totus Christus dixit: hic est et vox nostra. Non enim iam transiit iniquitas, adhuc fervet iniquitas. Et in fine dixit ipse Dominus abundantiam fututam iniquitatis: Et quoniam abundabit iniquitas, refrigescet charitas multorum; qui autem perseveraverit usque in jinem, hic salvus erit (Mt 24,12). Quis autem perseverabit usque in finem, quoadusque transeat iniquitas? Qui fuerit in Christi corpore, qui fuerit in membris Christi, et a capite didicerit patientiam perseverandi. Transís tu, et ecce transierunt tentationes tuae; et is in aliam vitam in quam ierunt sancti, si sanctus fueris. In aliam ierunt martyres: si martyr fueris, is et tu in aliam vitam. Numquid quia tu transisti hinc, propterea iam transiit iniquitas? Nascuntur alii iniqui, sicut moriuntur alii iniqui. Quomodo ergo alii iniqui moriuntur, et alii nascuntur; sic alii iusti eunt, et alii nascuntut. Usque in finem saecuii nec iniquitas deerit premens, nec iustitia patiens. Et in umbra alarum tuarum sperabo, doñeo

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y, para que no me abrase el fuego de la iniquidad, tú me ofreces una sombra. 7 [v.3]. Clamaré al Dios Altísimo. Si es altísimo, ¿cómo te oirá al clamarle? Por la experiencia nació la confianza, pues dice: Al Dios que me benefició. Si antes de que yo le buscase me favoreció, ¿no me ha de atender al clamarle? Un bien nos hizo el Señor Dios al enviarnos a Jesucristo, nuestro Salvador, para que muriese por nuestros pecados y resucitase por nuestra justificación. ¿Por quiénes quiso morir su Hijo? Por los impíos. Los impíos no buscaban a Dios y ellos fueron buscados por Dios. Luego de tal modo es Altísimo, que no está lejos de El nuestra miseria y nuestros gemidos: Porque cerca está el Señor de aquellos que atribularon su corazón. Clamaré al Dios Altísimo, al Dios que me benefició. 8 [v.4-5]. Envió del cielo y me salvó. Ya se ha declarado que fue salvado el mismo hombre, la misma carne, el Hijo de Dios según lo que tomó de nosotros. El Padre envió (virtud) del cielo y le salvó, envió (virtud) del cielo y le resucitó. Para que sepáis que también el mismo Señor se resucitó a sí mismo; ambas cosas se consignan en la Escritura: que el Padre le resucitó y que El se resucitó. Oíd cómo le resucitó el Padre: según dice el Apóstol, se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz; por lo cual Dios también le sobreensalzó y le dio un nombre que es sobre todo nombre. Oísteis cómo el Padre resucita y exalta al Hijo. Oíd cómo El mismo resucita su carne, pues dice transeat iniquitas: id est, tu proteges me, et ut ab aestu iniquitatis non arescam, tu umbraculum praebebis mihi. 7 [v.3]. Clamabo ad Deum altissimum. Si altissimus est, quomodo audit te clamantem? Nata est experimento fiducia: Deum, inquit, qui benefecit mihi. Si antequam eum quaererem benefecit mihi, clamantem me non exaudiet? Bene enim nobis fecit Dominus Deus mittendo nobis Salvatorem nostrum Iesum Christum, ut moreretur propter delicta nostra, et resurgeret propter iustificationem nostram (Rom 4,25). Pro qualibus mori voluit Filium suum? Pro impiis. Impii autem non quaerebant Deum, et quaesiti sunt a Deo. Sic est ergo ille altissimus, ut non sit ab illo longe miseria nostra et gemitus nostet; quia prope est Dominus his qui obtriverunt cor (Ps 33,19). Clamabo ad Deum altissimum, Deum qui benefecit mihi. 8 [v.4.5]. Misit de cáelo, et salvum fecit me. Iam homo ipse, iam caro ipsa, iam Filius Dei, secundum nostram participationem manifestum est, quia salvatus est, et misit de cáelo Patet, et salvavit eum; misit de cáelo et resuscitavit eum: sed ut noveritis quia et ipse Dominus se resuscitavit; utrumque positum est in Scriptura, quia et Pater illum resuscitavit, et quia ipse se resuscitavit. Audite quia Pater illum resuscitavit: Apostolus dicit, Factus est, inquit, obediens usque ad mortem, mortem autem crucis: propter quod et Deus eum exaltavit, et donavit ei nomen quod est super omne nomen (Phil 2,8.9). Audistis Patrem resuscitantem et exaltantem Filium; audite quia et ipse carnem suam resuscitavit:

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a los judíos bajo el simbolismo del templo: Derribad este templo, y en tres días le levantaré. El evangelista explicó el sentido de estas palabras al añadir: Y esto lo decía del templo de su cuerpo. Luego ahora dice en persona del que suplica, en persona del hombre, en representación de la carne: Envió del cielo y me salvó. 9. Cubrió de oprobio a los que me pisoteaban. Cubrió de oprobio a los que le menospreciaron, a los que muerto le ultrajaron, a los que como hombre le crucificaron, porque no le conocieron como Dios. Ved si se ha cumplido. Ya no lo creemos como venidero, sino como cumplido. Se ensañaron los judíos en Cristo, se ensoberbecieron contra Cristo. ¿En dónde? En la ciudad de Jerusalén. En donde reinaban, allí se ensoberbecieron, allí se engrieron. Después de la pasión del Señor fueron arrojados de allí y perdieron el reino en el que no quisieron reconocer por rey a Cristo. ¿De qué modo fueron cubiertos de oprobio? Vedlo: les dispersó por todas las naciones, sin ser estables y careciendo de residencia fija. Por tanto, son los judíos quienes, para su confusión, llevan de acá para allá nuestros libros. Cuando queremos demostrar a los paganos que Cristo fue profetizado, les presentamos estos escritos. Y para que, como opuestos a la fe, no digan que los cristianos compusieron estos escritos proféticos, de suerte que con el Evangelio que predicamos hemos ideado las profecías por las cuales se ve pronosticado lo que predicamos, les demostramos que todos estos escritos en los cuales fue profetizado Cristo se hallan en los libros de los judíos y todos estos escritos los conservan los judíos. Presentamos los códices de los enemigos in figura templi dicit ad Iudaeos, Solvite templum hoc, et in triduo suscitabo illud. Evangelista autem exposuit nobis quid dicetet: Hoc autem, inquit, dicebat de templo corporis sui (lo 2,19.21). Modo ergo ex persona precantis, ex persona hominis, ex petsona carnis dicit, Misit de cáelo, et salvum fecit me. 9. Dedit in opprobrium conculcantes me. Qui illum conculcaverunt, qui mortuo insultaverunt, qui tanquam hominem crucifixetunt, quia Deum non intellexetunt, dedit eos in opprobrium. Videte si non est factum: non futurum credimus, sed completum agnoscimus. Saevietunt Iudaei in Christum, superbierunt in Christum: ubi? In civitate Ierusalem. Ubi enim regnabant, ibi tumebant, ibi cervices erexerunt. Post passionem Domini eradicati inde sunt; et perdiderunt regnum, in quo tegem Chtistum agnoscere noluerunt. Quemadmodum dad sunt in opptobfium, videte: dispersi sunt per omnes gentes, nusquam habentes stabilitatem, nusquam certam sedem. Proptetea autem adhuc Iudaei sunt, ut Libros nostros portent ad confusionem suam. Quando enim volumus ostendere prophetatum Christum, proferimus Paganis istas Litteras. Et ne forte dicant duri ad fidem quia nos illas Christiani composuimus, ut eum Evangelio quod praedicamus finxerimus Prophetas, per quos praedictum videretur quod praedicamus; hinc eos convincimus quia omnes ipsae Litterae quibus Christus prophetatus est, apud Iudaeos sunt, omnes ipsas

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para confundir a otros enemigos. ¿De qué oprobio están cubiertos los judíos? El judío atesora el códice por el que cree el cristiano. Son nuestros libreros; vienen a ser corno los siervos que acostumbran a llevar en pos de sus señores los códices, de suerte que ellos se fatigan llevándolos y los señores se aprovechan leyéndolos. Con tal oprobio fueron cubiertos los judíos. Así se cumplió lo que tanto tiempo antes fue profetizado. Cubrió de oprobio a los que me pisoteaban. ¿Qué más oprobio, hermanos, que lean este versillo y, ciegos, miren a su espejo? Los judíos se comportan con las santas Escrituras que custodian como se comporta la cara del ciego en el espejo: es vista por otros, ellos no la ven. Cubrió de oprobio a los que me pisoteaban. 10. Preguntabas quizá cuando decía: Envió del cielo y me salvó: ¿Qué envió del cielo? ¿A quién envió del cielo? ¿Envió un ángel para salvar a Cristo, y así por un siervo hizo que se salvase el Señor? Todos los ángeles son criaturas que sirven a Cristo. Los ángeles pudieron ser enviados para agasajar, para servir, mas no para ayudar. Pues está escrito: Y los ángeles le servían; no como misericordiosos a un necesitado, sino como siervos sometidos al Omnipotente. Luego, ¿qué significa envió del cielo y me salvó? Hace poco hemos oído en el siguiente versillo del mismo salmo qué envió del cielo: Envió del cielo su misericordia y su verdad. ¿Y para qué? Para sacar a mi alma de en medio de los cachorros de los leones. Envió—dice—del cielo su misericordia y su verdad. El mismo Cristo dice: Yo soy la

verdad. Envió su verdad para sacar a mi alma de aquí, de en medio de los cachorros de los leones; luego fue enviada su misericordia. Cristo es la misericordia y la verdad: la misericordia compadeciéndose, la verdad retribuyendo. Esto es lo mismo que dije poco antes, a saber, que él se resucitó. Si la verdad resucitó a Cristo y la verdad libró al alma de Cristo de en medio de los cachorros de los leones, entonces fue misericordioso muriendo por nosotros y veraz resucitando para justificarnos. Había dicho que resucitaría, y la verdad no pudo mentir; y como es verdad y veraz, por eso manifestó cicatrices verdaderas, porque soportó verdaderas heridas. Los discípulos las vieron, las palparon; a ellos les fueron mostradas estas cicatrices, y por eso exclamó aquel que metió sus dedos en el corazón herido: ¡Señor mío y Dios mío! Por misericordia murió para él; y, asimismo, por verdad resucitó para él. Envió del cielo su misericordia y su verdad y libró a mi alma de en medio de los cachorros de los leones. ¿Quiénes son los cachorros de los leones? El pueblo bajo, malamente engañado y seducido por los príncipes de los judíos. Estos eran los leones, y aquéllos los cachorros. Todos rugieron, todos le mataron. También hemos de oír aquí ahora en los siguientes versillos la muerte de ellos. 11. Y sacó o libró a mi alma de en medio de los cachorros de los leones. ¿Por qué dices: Y libró a vti alma? ¿Qué habías de padecer para que librase a tu alma? Conturbado, me dormí. Con esto manifestó Cristo su muerte. De David leemos que huyó a la cueva, mas no que se durmió en ella. Un David es el que

Litteras habent Iudaei. Proferimus Códices ab inimicis, ut confundamus alios inimicos. In quali ergo opprobrio sunt Iudaei? Codicem portat Iudaeus, unde credat Christianus. Librarii nostri facti sunt, quomodo solent serví post dóminos códices ferré, ut illi portando deficiant, illi legendo proficiant. In tale opprobrium dati sunt Iudaei; et impletum est quod tanto ante praedictum est: Dedit in opprobrium conculcantes me. Quale autem opprobrium est, fratres, ut hunc versum legant, et ipsi caeci attendant ad speculum suum? Sic enim apparent Iudaei de Scriptura sancta quam portant, quomodo apparet facies caeci de speculo: ab alus videtur, ab ipso non videtur. Dedit in opprobrium conculcantes me. 10. Quaerebas forte cum diceret, Misit de cáelo, et salvum me fecit: Quid misit de cáelo? quem misit de cáelo? Angelum misit, ut salvum faceret Christum, et per servum salvus fit Dominus? Omnes enim Angelí creatura serviens Christo est. Ad obsequium mitti potuerunt Angelí, ad servitium mitti potuerunt, non ad adiutorium: sicut scriptum est, quod Angelí ministrabant ei (Mt 4,11), non tanquam misericordes indigenti, sed tanquam subiectí omnipotenti. Quid ergo misit de cáelo, et salvum fecit me? Modo audimus in alio versu quid de cáelo miserit: Misit de cáelo misericordiam suam et veritatem suam. Ad quam rem? Et eruit animam meam de medio catulorum leonum. Misit, inquit, de cáelo misericordiam suam et veritatem suam: et ipse Christus ait, Ego sum

veritas (lo 14,6). Missa est ergo veritas, ut erueret animam meam hinc de medio catulorum leonum; missa est misericordia. Ipsum Christum invenimus et misericordiam et veritatem; misericordiam nobis compatientem, et veritatem nobis retribuentem. Hoc est ergo quod paulo ante dixi, quia et ipse se resuscitavit. Si enim veritas resuscitavit Christum, et si veritas animam Christi eruit de medio catulorum leonum; ut misericors fuit mori pro nobis, ita verax fuit resurgere ad iustificandos nos. Dixerat enim se resurrecturum, et veritas mentiri non potuit; et quia veritas et verax, propterea cicatrices veras ostendit, quia vera vulnera pertulit. Has cicatrices tenuerunt discipuli, palpaverunt, manifestaverunt sibi; exclamavit qui misit dígitos in compunctum latus, et ait, Dominus meus et Deus meus (Ib. 20,28). Misericordia pro illo mortuus erat, et veritate ad illum resurrexerat. Misit de cáelo misericordiam suam et veritatem suam: et eruit animam meam de medio catulorum leonumQui sunt catuli leonum? Populus ille minutus, male deceptus, male seductus a principibus Iudaeorum: ut illi leones, illi catuli leonum. Omnes fremuerunt, omnes occiderunt. Audituri enim sumus hic et caedem ípsorum, modo in consequentibus versibus psalmi huius. 11. Et eruit, inquit, animam meam de medio catulorum leonum. Quare dicis, Et eruit animam meam? Quid enim passus eras, ut erueretur anima tua? Dormivi conturbatus. Expressit Christus mortem suam. Certe de illo David legimus quod fugerit in speluncam, non tamen quia

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está en la cueva y otro el q u e dice: Conturbado, me dormí. Conocemos su perturbación. N o se c o n t u r b ó él, sino ellos. Pero dijo q u e se c o n t u r b ó conforme al sentir d e los que bramaban, m a s n o a la o p i n i ó n del herido. Ellos pensaron que le h a b í a n conturbado, creyeron que le h a b í a n vencido; p e r o él se d u r m i ó conturbado. T a n t r a n q u i l o estaba éste turbado, que, cuando quiso, se d u r m i ó . N a d i e d u e r m e estando conturbado. Todos los q u e se hallan conturbados, o despiertan o n o p u e d e n conciliar el sueño. Pero él, conturbado, se d u r m i ó . G r a n abyección la del conturbado, g r a n poder el del que d u e r m e (en tales circunstancias). ¿De q u é p o d e r procedía el d o r m i r ? D e l poder que él dio a conocer: Tengo poder para dar mi vida y poder para tomarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la entrego y de nuevo la tomo. Se turbaron ellos y él se d u r m i ó . A d á n fue figura de él cuando Dios le infundió el sueño p a r a formar de su costado a la esposa. ¿Acaso n o p u d o formar a la esposa para el p r i m e r h o m b r e del costado del h o m b r e despierto? ¿O es que quiso que estuviese d o r m i d o para que n o sintiese dolor al arrancarle la costilla? E n fin, ¿quién d u e r m e tan p r o f u n d a m e n t e q u e al arrancarle u n hueso n o despierte? Q u i e n p u d o extraer sin dolor la costilla al d o r m i d o , p u d o extraérsela al despierto. P e r o ¿por q u é quiso hacerlo en el dormido? P o r q u e , d u r m i e n d o Cristo en la cruz, fue formada la esposa de su costado. Al ser herido con la lanza el costado de Cristo p e n d i e n t e de la cruz, brotaron los sacramentos de la Iglesia. Me dormí—dice—conturbado. E n otro salmo declara esto m i s m o cuando dice: Yo me dormí y tomé el sueño. En esto ma-

nifiesta su potestad. Pudiera haber dicho allí: Dormí, c o m o lo dijo en el salmo q u e comentamos. ¿Pero q u é significa: Yo me dormí sino m e d o r m í p o r q u e quise? N o m e obligaron a dorm i r m e sin quererlo yo, sino que por mi voluntad yo m e d o r m í , según aquello: Tengo potestad de dar mi vida y de volverla de nuevo a tomar. Por tanto, aquel salmo prosigue y dice: Yo me dormí y tomé el sueño, y me levanté, porque el Señor me sustentó. 12. Me dormí conturbado. ¿Cómo conturbado? ¿Conturbado por quiénes? Veamos c ó m o delata la mala conciencia a los judíos, que quisieron excusarse de la m u e r t e del Señor. Según dice el Evangelio, le entregaron al juez para n o aparecer criminales. Pero, cuando el juez Pilato les dijo: Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra ley, respondieron: A nosotros no nos es permitido matar a ninguno. ¿ N o es p e r m i t i d o matar, y lo es entregar para matar? ¿Quién, pues, lo mató? ¿Quien, oyendo el griterío, se doblegó, o quien, gritando que fuese m a t a d o , lo consiguió por la fuerza? Testifique el m i s m o Señor p o r q u i é n fue m a t a d o , si por los judíos o por Pilato, que n o quiso matarle, y p o r eso lo azotó, lo vistió de ignominia y, flagelado, lo presentó ante los judíos a fin de que, a lo menos satisfechos con los azotes, n o le forzasen a matarle; mas, viendo q u e perseveraban en su intento, según leemos, se lavó las manos y dijo: Yo soy inocente de la sangre de este justo; por lo cual c o m p r e n d e r á s que, si aquel que cedió al griterío n o fue inocente, m u c h o m e n o s lo

dorrnivit in spelunca. Alius David est in spelunca, alius David est qui dicit, Dormivi conturbatus. Videmus perturbationem ipsius; non illo turbato, sed lilis turbantibus. Turbatum se enim dixit, secundum opinionem frementium, non secundum cedentis conscientiam. Putaverunt se illi turbasse, putaverunt vicisse: ille autem dormivit conturbatus. Tam placatus erat iste turbatus, ut quando vellet, dormiret. Nemo dormit turbatus: omnes qui perturbantur, aut a somno excitantur, aut in somnum vergi non permittuntur. lile autem turbatus est, et dormivit. Magna humilitas perturban, magna potestas doimientis. De qua potestate veniebat quod dormivit? De qua ipse dicit: Potestatem babeo ponendi animam meam, et potestatem babeo sumendi eam: nemo tollit eam a me; sed ego eam pono, et iterum samo eam (lo 10,18). Turbaverunt illi, et dormivit ipse. Cuius typum gerebat Adam, quando immisit ei Deus soporem, ut de latere illi coniugem faceret (Gen 2,21). Num enim non poterat uxorem faceré primo homini etiam de latere vigilantis? aut propterea voluit eum dormiré, ne sentiret cum sibi costa detraheretur? Postremo, quis ita dormit, ut osse sibi convulso non expergiscatur? Qui potuit sine dolore auferre costam dormienti, potuit et vigilanti. Sed quare voluit dormienti facete? Quia dormienti Christo in cruce facta est coniux de latere. Percussum est enim latus pendentis de lancea (lo 19,34), et profiuxerunt Ecclesiae Sacramenta. Dormivi, inquit, conturbatus. Et in alio psalmo manifestat hoc, ubi ait: Ego dormivi, et

somnum cepi. Ibi expressit potestatem suam. Poterat et illic dicere, Dormivi, sicut dixit hic. Quid est autem, Ego dormivi? Id est, quia volui, dormivi. Non illi me in somnum nolentem compulerunt; sed mea volúntate ego dormivi, secundum illud: Potestatem babeo ponendi animam meam, et potestatem babeo iterum sumendi eam. Propterea ibi sequitur et dicit: Ego dormivi, et somnum cepi; et exsurrexi, quoniam Dominus suscipiet me (Ps 3,6). 12. Dormivi conturbatus. Unde turbatus? quibus turbantibus? Videamus quomodo inurat malam conscientiam Iudaeis, volentibus excusare se ab intetfectione Domíni. Nam propterea eum, sicut loquitur Evangelium, iudici tradiderunt, ne ipsi eum occidisse viderentur. Cum enim dixisset eis iudex tune Pilatus, Acápite eum vos, et secundum legem vestram iudicate eum; responderunt, Nobis non licet interficere quemquam (lo 18,31). Interficere non licet, tradere interficiendum licet? Quis autem occidit? Qui audito clamore cessit, an qui clamando ut occideretur extorsit? Ipse Dominus dicat testimonium a quibus occisus est, utrum ab illo Pilato qui nolens eum occidit: unde etiam eum flagellavit, et veste ignominiosa induit, et flagellatum ad eotum oculos produxit, ut saltem poena flagellorum eius satiati, eum occidi non extorquerent. Propterea etiam cum videtet eos perseverare, sicut legimus, lavit manus suas, et dixit: Innocens ego sum a sanguine iusti huius (Mt 27,24). Videris utrum ille innocens, qui vel cessit clamantibus: multo magis tamen illi nocentes, qui clamando eum occidere voluerunt. Sed nos interrogemus et audiamus

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fueron quienes g r i t a n d o quisieron matarle. P r e g u n t e m o s y oigam o s al Señor a quiénes atribuyó su m u e r t e , pues dijo: Conturbado, me dormí. Le p r e g u n t e m o s y d i g a m o s : ¿Cómo te dormiste conturbado? ¿Quiénes te persiguieron? ¿Quiénes te mataron? ¿Acaso Pilato, q u e te entregó a los soldados para suspenderte del leño, para atravesarte con clavos? O í d quiénes: Los hijos de los hombres. D i c e q u e éstos fueron los perseguidores que soportó. ¿Pero cómo le m a t a r o n los q u e n o llevaban armas? ¿Cómo le m a t a r o n los que n o tiraron de espada, los q u e n o se echaron sobre El para matarle? Sus dientes son armas y saetas, y su lengua, espada ajilada. N o mires las m a n o s inermes, sino la boca armada; de aquí salió la espada q u e m a t ó a Cristo, así como también de la boca de Cristo salió la espada q u e m a t ó a los judíos. Pues El t a m b i é n tiene espada de dos jilos. A l resucitar los hirió y los separó de aquellos a quienes hizo sus fieles. Ellos tuvieron la espada mala, El la buena. Ellos las malas saetas, El las buenas. Pues también tiene El buenas saetas; las palabras buenas son las que asaetan el corazón fiel para q u e le ame. Luego unas son las saetas de éstos y otra t a m b i é n la espada de ellos. Los hijos de los hombres (son los perseguidores), y sus dientes son armas y saetas, y su lengua, espada afilada. La lengua de los hijos de los hombres es espada afilada, y sus dientes, armas y saetas. ¿Cuándo le hirieron? C u a n d o gritaron: ¡Crucifica, crucifícale! 13 [ v . 6 ] . Y a ti, ¿qué te hicieron, oh Señor? A h o r a se alboroza ya el profeta. A n t e r i o r m e n t e , el Señor p r o n u n c i ó todos los versillos. Es decir, habló el profeta, p e r o en persona del SeDominum, quibus tribuat mortem suam, quia dixit, Dormivi turbatus. Interrogemus eum, et dicamus: Quoniam dormisti turbatus, qui te persecuti sunt? qui te occiderunt? Numquid forte Pilatus, qui militibus dedit in ligno suspendendum, clavis transfigendum? Audite qui: Filii hominum. Illos utique dicit, quos persecutores passus est. Sed quomodo ipsi occiderunt, qui ferrum non ferebant? Qui gladium non strinxerunt, qui impetum in eum non fecerunt ad occidendum, unde occiderunt? Dentes eorum arma et sagittae, et lingua eorum gladius acutus. Noli attendere inermes manus, sed os armatum: inde gladius processit quo Christus occideretur; quomodo et de ore Christi, unde et Iudaei occiderentur. Habet enim ille gladium bis acutum (Apoc 1,16): et resurgens percussit eos, et divisit ab eis quos faceret fideles suos. lili malum gladium, ille bonum: illi saginas malas, ille bonas. Nam habet et ipse sagittas bonas, verba bona, unde sagittat cor fidele, ut ametur. Ergo aliae istorum sagittae, et alius istorum gladius. Filii hominum dentes eorum arma et sagittae, et lingua eorum machaera acuta. Lingua filiorum hominum machaera acuta, et dentes eorum arma et sagittae. Quando ergo percusserunt, nisi quando clamaverunt: Crucifige, crucifige? (Mt 27,4, et lo 19,6). 13 [v.6}. Et quid tibi fecerunt, o Domine? Exsultet hic Propheta. Superius enim omnes illos versus Dominus loquebatur: Propheta quidem, sed ex persona Domini, quia in Propheta Dominus. Et quando loquitur

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ñor, p o r q u e el Señor estaba prefigurado en el profeta. T a m b i é n , c u a n d o habla el profeta en persona propia, habla el m i s m o Señor p o r el profeta y le sugiere la verdad q u e proclama. Ahora, pues, hermanos míos, oíd al profeta hablar en persona propia. Este profeta vio en espíritu al Señor humillado, golpeado, azotado, herido a puñetazos, abofeteado, escupido, coronado de espinas, suspendido en la cruz; t a m b i é n vio a ION judíos ensañándose, a El tolerando; a ellos saltando de gozo, a El vencido. Pero después de toda aquella humillación y del furor de los judíos le vio resucitado, y vio c ó m o todas aquellas cosas que p e r p e t r a r o n los judíos fueron vanas. Por esto, alborozado c o m o si lo viese ya c u m p l i d o , dice: Seas ensalzado, ¡oh Dios!, sobre los cielos. H o m bre en la cruz y D i o s sobre los cielos. Quédense en la tierra los enfurecidos, t ú estáte en el cielo juzgando. ¿En d ó n d e están los q u e se enfurecieron? ¿En d ó n d e están sus dientei, q u e eran armas y saetas? N o fueron las heridas que causaron como las de las saetas de los niños? E n otro salmo dice esto mismo q u e r i e n d o demostrarles que se ensañaron v a n a m e n t e y qii' se enfurecieron fútilmente, p o r q u e n o p u d i e r o n hacer nada a < listo crucificado en u n instante, el cual resucitó después y se M ntó en el cielo, ya que sus heridas fueron como las causadas poi las saetas de los niños. ¿ D e q u é hacen los niños sus saetas? D e cañas. ¿Y q u é saetas son? ¿Qué fuerza tienen? ¿Qué arco? ¿Qué p u n t e r í a ? ¿Y q u é heridas causan? Seas ensalzado, ¡oh Dios!, sobre los cielos, y tu gloria (se difunda) por toda la tierra. ¿Para q u é eres exaltado, ¡oh D i o s ! , sobre los cielos? N o vemos, hermanos, a D i o s exaltado sobre los cielos, p e r o lo creemos. Q u e *u gloria se halle ex persona sua Propheta, ipse Dominus loquitur per rum, qui ei dictat veritatem quam loquatur. Modo ergo ex persona Proplictae audite, fratres mei. Vidit Dominum in Spititu iste propheta humiliatum, caesum, flagellatum, colaphis peteussum, expalmatum manibns, sputis illitum, spinis coronatum, ligno suspensum; illos saevientes, illum tolerantem; illos exsultantes, illum quasi victum vidit in Spititu: et post illam iam omnem humiliationem, et illorum furorem resurrexisse eum, et illa omnia quae fecerant Iudaei saevientes facta esse inania; et elatus gaudio, tanquam videret fieri, Exaltare, inquit, super cáelos, Deus. Homo in ctuce, et supet cáelos Deus. Remaneant in térra saevientes, tu in cáelo esto iudicans. Ubi sunt qui furebant? ubi sunt dentvs eorum arma et sagittae? Nonne sagittae infantium factae sunt plagae vorum? Alio enim loco psalmus hoc dicit, volens eos ostendere inaniter .incvisse, et inaniter in furias praecipitatos esse: quoniam nihil potuerunt faceré Christo ad horam crucifixo, et postea resurgenti, atque in cáelo sedenti, sagittae infantium factae sunt plagae eorum (Ps 63,8). Quomodo infantes faciunt sibi sagittas? De cannis. Sagittae autem quae? aut quae vires? aut qui arcus? aut qui ictus? aut quod vulnus? Exaltare super cáelos, Deus, et super omnem terram gloria tua. Utquid exaltaris super cáelos Deus? Frattes, exaltatum Deum super cáelos, non videmus, sed ctedimus: super omnem autem tetram gloriam eius non tantum ctedimus, sed

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difundida p o r toda la tierra, n o solamente lo creemos, sino q u e lo vemos. Os r u e g o que observéis la locura q u e invade a los herejes. Ellos, separados de la u n i ó n de la Iglesia de Cristo, reten i e n d o una p a r t e y p e r d i e n d o el todo, n o quieren comunicar con el orbe, en el q u e está difundida la gloria de Cristo. Nosotros los católicos estamos en toda la tierra, p o r q u e comunicamos con toda la tierra, en la cual se halla difundida la gloria de Cristo. Vemos, pues, q u e lo q u e entonces se anunció, ahora está cumplido. N u e s t r o Dios fue exaltado sobre los cielos y su gloria (se halla difundida) sobre toda la tierra. ¡Oh locura herética! Lo que n o ves, lo crees c o n m i g o , y lo q u e ves, lo niegas. Crees que Cristo fue exaltado sobre los cielos, lo cual n o vemos. Y niegas lo q u e vemos, q u e su gloria está difundida p o r toda la tierra. Seas exaltado, ¡oh Dios!, sobre los cielos, y sobre toda la tierra (se difunda) tu gloria. 14 [ v . 7 ] . A h o r a el salmista vuelve a tomar la palabra en boca del Señor, y el m i s m o Señor comienza a narrarnos como consolándonos después de haberse alborozado y haber dicho el profeta: Seas ensalzado, ¡oh Dios!, sobre los cielos, y tu gloria (se difunda) sobre toda la tierra. El m i s m o Señor nos infunde valor, como diciéndonos: Ved. ¿Qué p u d i e r o n hacer c o n m i g o los q u e m e persiguieron? ¿Por q u é nos consuela? P o r q u e también nos lo hacen a nosotros. P e r o nada hacen los que igualm e n t e nos persiguen. Vea vuestra caridad cómo nos habla el Señor y nos exhorta con su ejemplo. Armaron tram-pa a mis -pies y abatieron mi alma. Quisieron como destronarla del cielo y bajarla a la tierra: Abatieron mi alma. Cavaron una fosa delante

de mí y ellos cayeron en ella. ¿Me perjudicaron a m í o se perjudicaron a sí mismos? Dios fue ensalzado sobre los cielos, y su gloria se halla difundida p o r toda la tierra. Vemos el reino de Cristo. ¿En d ó n d e está el de los judíos? C o m o hicieron lo q u e n o d e b í a n hacer, les sobrevino lo q u e debían padecer. Ellos cavaron la fosa, y cayeron en ella. N o perjudicó a Cristo el haber sido perseguido p o r ellos, sino a ellos. Y n o penséis, hermanos, q u e esto les sucedió sólo a ellos; todo el q u e p r e p a r a u n hoyo a su h e r m a n o , necesariamente cae en él. Atended, hermanos, y m i r a d con ojos cristianos para q u e n o os alucinen las cosas visibles. Quizá p o r q u e dije esto se le ocurre ahora a a l g u n o de vosotros q u e quiso defraudar a su h e r m a n o , que quiso prepararle asechanzas, q u e se las p r e p a r ó y las llevó a cabo, q u e el h e r m a n o cayó en ellas y fue despojado de sus bienes, u o p r i m i d o ya p o r tormentos, ya p o r falso testimonio, ya cercado por una infame acusación, y que, por tanto, al aparecer q u e éste fue subyugado y el otro subyugó, q u e éste fue vencido y el otro venció, juzgue falso lo q u e dije, q u e cualquiera q u e p r e p a r a a su h e r m a n o una fosa, él m i s m o cae en ella. Os invito a considerar esto como cristianos p a r a que toméis el ejemplo de las cosas q u e conocemos. Los paganos persiguieron a los mártires, y éstos fueron apresados, maniatados, encarcelados, arrojados a las bestias; unos heridos con la espada, otros q u e m a d o s por el fuego. ¿Vencieron p o r ventura los perseguidores y fueron vencidos los mártires? N o hay tal cosa. ¿Por q u é se ensalza ante D i o s la gloria de los m á r tires, p o r q u é se detesta la fosa de los paganos cavada en la conciencia? Y digo en la conciencia p o r q u e la hoya en d o n d e cae

etiam videmus. Qualem verum vesaniam patiantur haeretici, quaeso ut attendatis. lili praecisi a compagine Ecclesiae Christi, et partem tenentes, totum amittentes, nolunt communicare orbi terrarum, qua diffusa est gloria Christi. Nos autem Catholici in omni térra sumus, quia omni terrae communicamus quacumque gloria Christi diffusa est. Videmus enim quod tune cantatum est, modo completum. Exaltatus est super cáelos Deus noster, et super omnem terram gloria ipsius. O haeretica insania! Quod non vides credis mecum, quod vides negas: credis mecum exaltatum Christum super cáelos, quod non videmus; et negas gloriam eius super omnem terram, quod videmus. Exaltare super cáelos, Deus, et super omnem terram gloria tua. 14 [v.7]. Redit ad verba Domini: et ipse Dominus narrare nobis incipit, tanquam alloquens nos, exsultante etiam Propheta et dicente, Exaltare super cáelos, Deus, et super omnem terram gloria tua. Confirmat nos et ipse, tanquam dicens nobis: Quid mihi faceré potuerunt illi qui me persecuti sunt? Quare autem nos alloquitur? Quia faciunt et nobis. Sed nihil faciunt qui nos similiter fuerint persecuti. Videat enim Charitas Vestra alloquentem nos Dominum, et exhortantem nos exemplo suo. Muscipulam paraverunt pedibus meis, et incurvaverunt animam meam. Voluerunt illam quasi de cáelo deponere, et ad inferiora deprimere: Curvaverunt animam meam. foderunt ante jaciem meam foveam,

et ipsi inciderunt in eam. Mihi nocuerunt, an sibi? Ecce ille exaltatus est super cáelos Deus, et ecce super omnem terram gloria ipsius: regnum Christi videmus, ubi est regnum Iudaeorum? Quoniam ergo fecerunt quod faceré non debuerunt, factum est in illos quod pati debuerunt: ipsi foderunt foveam, et ipsi inciderunt in eam. Quod enim persecuti sunt Christum, Christo non obfuit, sed ipsis obfuit. Et nolite putare, fratres, ipsis solis hoc accidisse. Omnis qui parat foveam fratri suo, necesse est ut ipse incidat in eam. Intendite, fratres mei, christianos oculos habete, nolite decipi visibilibus. Forte enim alicui vestrum, quia hoc dixi, subvenit modo aliquis qui voluit fratri suo fraudem faceré, et voluit ei aliquas insidias machinan, et machinatus est, et implevit, et cecidit frater in insidias eius, et spoliatus est, aut pressus est, sive carcere, sive falso testimonio, sive aliqua nefaria criminatione circumventus: videtur autem iste oppressus, ille oppressisse; iste victus, ille vicisse; et falsum putatur quod diximus, quoniam quicumque foveam paraverit fratri suo, ipse cadit in eam. Interrogo vos tanquam christianos, ut sumatis exemplum de his quae iam novimus. Pagani persecuti sunt martyres, et martyres capti sunt, ligati sunt, in carcerem missi sunt, bestiis subrecti sunt, alii ferro percussi, alii ignibus concremati: vicerunt persequentes, et victi sunt mattyres? Absit. Quaere gloriam martyrum apud Deum, quaere foveam Paganorum in confossa conscientia: ibi est enim fovea

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el i m p í o es la mala conciencia. ¿Piensas q u e n o cayó en la hoya aquel que p e r d i ó la luz de Cristo y quedó ciego? N o hubiese caído en la fosa si la hubiese visto delante de sus ojos. N o sabe por d ó n d e va. Le acontece como a aquel q u e , transitando p o r la vereda, al caer en la fosa, p i e r d e el camino. Veis cómo todos los malhechores q u e se enredaron en el crimen p e r d i e r o n el camino. Pero quizá ya caíste en m a n o s del ladrón, o en m a n o s de algún inicuo o de algún juez c o m p r a d o por él; y tú te hallas en angustias y él se alegra y se alboroza. Y a dije q u e n o mires con ojos paganos, sino cristianos. Ves q u e él se alboroza. Este alborozo es su fosa. Mejor es la tristeza del q u e soporta cosas inicuas q u e la alegría de q u i e n las comete. La alegría del q u e obra inicuamente es fosa; cuando alguno cae allí, p i e r d e los ojos. T e quejas p o r q u e perdiste el vestido, ¿y n o te dueles de aquel q u e perdió la fe? ¿Quién de los dos sufrió mayor perjuicio? V e q u e él mata, tú eres matado. El vive, ¿tú moriste? N o hay tal cosa. ¿En d ó n d e está la fe de los cristianos? ¿En d ó n d e está aquel q u e m u e r e temporalmente? Oiga a su Señor: Quien cree en mi, aunque haya muerto, vive. Luego q u i e n n o cree, a u n q u e viva, está m u e r to. Cavaron la josa delante de mí, y ellos cayeron en ella. Esto sucede necesariamente a todos los malos. 15 [ v . 8 ] . La paciencia de los buenos acepta con agrado la voluntad de D i o s y se gloría en las tribulaciones, diciendo lo que sigue: Preparado está mi corazón, ¡oh Dios!; preparado está mi corazón; cantaré y salmodiaré. ¿Qué m e hizo? M e p r e p a r ó la fosa; m i corazón se halla preparado. El m e p r e p a r ó la fosa para quo cadit impius, in conscientia mala. Putas eum in foveam non cecidisse, qui lucem Christi perdidit et caecitate percussus est? Si non caderet in foveam, videret ante se: nescit qua eat; quomodo qui ambulat in via cum ceciderit in foveam, perdidit viam. Videtis ergo omnes malefactores perdidisse viam, implicatos facinore. Sed iam te tradidit in manus forte latronis, aut in manus alicuius iniusti vel circumventi a se iudicis: et tu in pressura es, ille laetatur, ille exsultat. Noli, iam dixi, noli habere oculos Paganorum: christianos oculos habe. Vides illum qui exsultat: ipsa exsultatio est fovea ipsius. Melior est enim tristitia iniqua patientis, quam laetitia iniqua facientis. Ipsa laetitia iniqua facientis, ipsa est fovea: illuc quisque cum ceciderit, oculos perdit. Te doles, quia perdidisti vestem; et illum non doles, quia perdidit fidem? Quis vestrum graviore damno percussus est? Ecce ille occidit, tu occideris: vivit ille, tu mortuus es? Absit. Ubi est fides Christianorum? ubi est ille qui moritur ad tempus? Audiat Dominum suum: Qui credit in me, licet moriatur, vivit (lo 11,25). Ergo qui non credit, licet vivat, mortuus est. Foderunt ante faciem meam foveam, et ipsi inciderunt in eam. Ómnibus malis necesse est ut hoc contingat. 15 [v.8]. Bonorum autem patientia praeparatione cordis excipit voluntatem Dei, et gloriatur in tribulationibus, dicens quod sequitur: Paratum cor meum, Deus, paratum cor meum; cantabo et psallam. Quid fecit mihi? Paravit foveam, cor meum paratum est. Ille paravit foveam

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Oración confiada en el peligro

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e n g a ñ a r m e , ¿y yo n o p r e p a r a r é m i corazón p a r a sufrir? El m e p r e p a r ó la fosa p a r a abatirme, ¿y yo n o p r e p a r a r é m i corazón para tolerarle? P o r tanto, él se p r e c i p i t ó en ella; yo cantaré y salmearé. Oye c ó m o tenía p r e p a r a d o el corazón el Apóstol, q u e imitó a su Señor: Nos gloriamos—dice—en las tribulaciones, porque la tribulación labra paciencia; la paciencia, probación; la probación, esperanza, y la esperanza no confunde, porque la caridad de Dios se ha difundido en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Se hallaba en m e d i o de aflicciones, de cadenas, de cárceles, de ardides, de h a m b r e , de sed, de frío, de desnudez, de toda clase de trabajos y dolores, y decía: Nos gloriamos en las tribulaciones. ¿Por qué? P o r q u e su corazón estaba p r e p a r a d o . Y , p o r lo m i s m o , cantaba y salmodiaba: Preparado está mi corazón, ¡oh Dios!; preparado está mi corazón; cantaré y salmodiaré. 16 [ v . 9 ] . Levántate, gloria mía. A q u e l que había h u i d o de la presencia de Saúl refugiándose en la cueva (dice): Levántate, gloria mía, es decir, sea glorificado Jesús después de la pasión. Levántate, salterio y cítara. ¿A q u é cosa invita a levantarse? V e o q u e menciona dos instrumentos, p e r o el cuerpo de Cristo es u n o solo. Resucitó una carne, y, sin e m b a r g o , resucitaron dos órganos: el salterio y la cítara. Se d e n o m i n a n órganos todos los instrumentos músicos. N o sólo se llama órgano al i n s t r u m e n t o grande q u e se infla con fuelles, sino a todo aquel q u e se adapta al cántico y es corpóreo, y del cual usa el que canta. Estos instrum e n t o s de los q u e se habla ahora son distintos entre sí. Quiero, en cuanto Dios m e dé a entender, indicaros c ó m o se distinguen ad decipiendum, ego cor non parabo ad perpetiendum? Ule paravit foveam ad opprimendum, ego cor non parabo ad tolerandum? Propterea ille incidet in eam, ego autem cantabo et psallam. Audi cor paratum in Apostólo, quia imitatus est Dominum suum: Gloriamur, inquit, in tribulationibus; quia tribulatio patientiam operatur, patientia probationem, probatio spem, spes vero non confundit: quia charitas Dei diffusa est in cordibus nostris per Spiritum sanctum qui datus est nobis (Rom 5,3-5). Erat in pressuris, in catenis, in carceribus, in plagis, in fame et siti, in frigore et nuditate, in omni vastatione laborum et dolorum (2 Cor 11,27), et dicebat: Gloriamur in tribulationibus. Unde, nisi quia paratum est cor eius? Ideo cantabat et psallebat: Paratum cor meum, Deus, paratum cor meum; cantabo et psallam. 16 [v.9]. Exsurge, gloria mea. Ule qui fugerat a facie Saül in speluncam, Exsurge, gloria mea, glorificetur Iesus post passionem. Exsurge, psalterium et cithara. Quid vocat, ut surgat? Dúo organa video, Corpus autem Christi unum video: una caro resurrexit, et dúo organa surrexerunt. Alterum ergo organum psalterium, alterum cithara. Organa dicuntur omnia instrumenta musicorum. Non solum illud organum dicitur, quod grande est, et inflatur follibus; sed quidquid aptatur ad cantilenam, et corporeum est, quo instrumento utitur qui cantat, organum dicitur. Distincta sunt autem Ínter se ista organa; et voló, quantum Dominus dat, indicare vobis, et quomodo distincta sunt, et quare distincta, et

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y p o r qué; y t a m b i é n p o r q u é se diga a los dos: Levántate. Ya h e m o s dicho q u e resucitó la carne del Señor, y, con todo, se dice ahora: Levántate, salterio y cítara. El salterio es u n ó r g a n o o i n s t r u m e n t o músico q u e tiene cuerdas tensas y se soporta con las manos del q u e toca; p e r o la p a r t e en donde adquieren sonido las cuerdas, es decir, la concavidad o caja de resonancia de m a dera de q u e se halla d o t a d o el salterio y q u e resuena al tacto, p o r q u e recoge el aire, está situada en el salterio en la p a r t e superior. La cítara, p o r el contrario, tiene su caja resonante de madera en la parte inferior. Así, pues, en el salterio las cuerdas adquieren el sonido d e b i d o a la p a r t e superior, y en la cítara, a la inferior. E n esto, pues, se diferencian el salterio y la cítara. ¿Qué cosa nos simbolizan estos dos instrumentos? Pulsa Jesucristo, Señor y Dios nuestro, su salterio y su cítara, y dice: Me levantaré de mañana. Pienso que advertís q u e se trata aquí de la resurrección del Señor. Leamos el Evangelio; notad la hora de la resurrección. M u y de m a d r u g a d a se buscaba a Cristo. Se apareció; fue reconocido; resucitó m u y de m a ñ a n a . Pero ¿en d ó n d e está el salterio? ¿En d ó n d e la cítara? El Señor ejecutó, p o r m e d i o de su carne, dos clases de obras; hizo milagros y sop o r t ó padecimientos. Los milagros p r o c e d í a n de arriba; los padecimientos, de abajo. Los milagros q u e hizo son obras divinas, pero los ejecutó p o r el cuerpo, los llevó a cabo p o r la carne. Luego, o b r a n d o la carne cosas divinas, es salterio. Sufriendo la carne cosas h u m a n a s , es cítara. Al sonar el salterio ven los ciegos, oyen los sordos, se m u e v e n los paralíticos, a n d a n los cojos, curan los enfermos, resucitan los m u e r t o s ; éste es el sonido del quare utrique dicatur, Exsurge. Iam diximus, una caro Domini resurrexít; et dícítur. Exsurge, psalterium et cithara. Psalterium est organum, quod quidem manibus fertur percutientis, et chordas disientas habet; sed illum locum unde sonum accipiunt chordae, illud concavum lignum quod pendet et tactum resonat, quia concipit aerem, psalterium in superiore parte habet. Cithara autem hoc genus ligni concavum et resonans in infetiore parte habet. Itaque in psalterio chordae sonum desuper accipiunt; in cithara autem chordae sonum ex inferiore parte accipiunt: hoc interest inter psalterium et citharam. Quid ergo dúo haec organa nobis figurant? Excitat enim Christus Dominus Deus noster psalterium suum et citharam suam, et dicit, Exsurgam diluculo. Puto quia hic iam agnoscitis Dominum resurgentem. Legimus in Evangelio: videte horam resurrectionis. Quamdiu per umbras quaerebatur Christus? Luxit, agnoscatur; diluculo resurrexit (Me 16,2). Sed quid est psalterium? quid est cithara? Per carnem suam Dominum dúo genera factótum operatus est, miracula et passiones: miracula desuper fuerunt, passiones de inferiore fuerunt. Illa enim quae fecit miracula, divina erant; sed per Corpus fecit, per carnem fecit. Caro ergo divina operans, psalterium est: caro humana patiens, cithara est. Sonet psalterium; illuminentur caeci, audiant surdi, stringantur paralytici, ambulent claudi, surgant aegroti, resurgant mortui: iste est sonus psalterii. Sonet et cithata; esutiat, sitiat, dormiat, teneatur,

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salterio. A l sonar la cítara, Jesús tiene h a m b r e , sed, d u e r m e ; es apresado, azotado, ultrajado, crucificado y sepultado. C u a n d o oyes q u e a u n t i e m p o sonó en la carne algo de arriba y de abajo, entonces observa q u e resucitó u n a sola carne, y en ella reconozcamos el salterio y la cítara. Estas dos clases de hechos llenaron el Evangelio y se predican a las gentes, puesto q u e los milagros y los sufrimientos del Señor se a n u n c i a n al m u n d o . 17 [ 1 0 . 1 2 } . Luego resucitó el salterio y la cítara de m a d r u gada y alaba al Señor. ¿Y q u é dice? T e alabaré, ¡oh Señor!, entre los pueblos y te salmearé entre las naciones, porque ha sido engrandecida tu misericordia hasta los cielos, y tu verdad hasta las nubes. Los cielos están sobre las nubes, y las nubes, debajo de los cielos; y, sin e m b a r g o , las nubes p e r t e n e c e n a este cielo cercano. P e r o algunas veces las nubes descansan sobre los montes, de tal suerte q u e se aglomeran sobre este aire cercano a nosotros. El cielo está arriba, y es la m o r a d a de los ángeles, de los tronos, de las dominaciones, de los principados y de las potestades. Parece q u e quizá debió decirse: T u verdad fue engrandecida hasta los cielos, y tu misericordia, hasta las nubes. Pues, efectivam e n t e , los ángeles alaban a Dios en el cielo, c o n t e m p l a n d o la m i s m a h e r m o s u r a de la verdad sin sombra de visión, sin mezcla alguna de falsedad: ven, aman, alaban sin cansancio. Allí está la verdad; aquí, en nuestra miseria, la misericordia. A l desgraciado debe serle ofrecida la misericordia, puesto q u e en el cielo, en d o n d e n o hay n i n g ú n desgraciado, n o es necesaria la misericordia. Dije esto p o r q u e parece q u e p u d o haberse dicho más c o n g r u e n t e m e n t e : T u verdad ha sido engrandecida hasta los cieflagelletur, irrideatur, crucifigatur, sepeliatuf. Cum ergo vides in illa carne quaedam sonuisse desuper, quaedam de inferiore parte, una caro resurrexit, et in una carne agnoscimus et psalterium et citharam. Et ista dúo genera factótum impleverunt Evangelium, et praedicatur in gentibus; nam et mitacula et passiones Domini praedicantur. 17 [v.10.12]. Ergo surrexit psalterium et cithata diluculo, et confitetur Domino: et quid ait? Confitebor tibi in populis, Domine, et psallam tibi in gentibus: quia magnificata est usque ad cáelos misericordia tua, et usque ad nubes ventas tua. Caeli supra nubes, et nubes infra cáelos: et tamen ad hoc caelum proximum pertinent nubes. Sed aliquando nubes recumbunt in montibus, usque adeo in próximo aere conglomerantur. Caelum autem sursum est, habitationes Angelorum, Sedium, Dominatíonum, Principatuum, Potestatum. Illud ergo forte videatut fuisse dicendum, Magnificata est usque ad cáelos veritas tua, et usque ad nubes misericordia tua. Etenim in cáelo Angelí laudant Deum, videntes ipsam speciem vetitatis, sine ulla calígine visionis, sine interpolatione aliqua falsitatis: vident, diligunt, laudant, non fatigantur. Ibi veritas: hic autem in nostra miseria utique misericordia. Misero enim praebenda est misericotdia. Non enim opus est misericordia sursum, ubi nullus est miser. Hoc propterea dixi, quia videtur congruentius dici potuisse, Magnificata est usque ad cáelos veritas tua, et usque ad nubes

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los, y tu misericordia, hasta las nubes. Por las nubes e n t e n d e m o s los predicadores de la verdad, h o m b r e s que llevan esta carne de tierra, en d o n d e Dios hace brillar el milagro y t r u e n a n sus p r e ceptos. Ellos son las nubes, de las que habla Isaías, en persona del Señor, increpando a cierta viña mala, estéril y llena de espinos: Mandaré a mis nubes que no derramen agua sobre ella; es decir, m a n d a r é a mis apóstoles q u e a b a n d o n e n a los judíos y n o los evangelicen, sino q u e evangelicen en la buena tierra de los gentiles, en donde n o g e r m i n e n espinas, sino uvas. Sabemos q u e las nubes son los predicadores de la verdad: los profetas, los apóstoles, todos los q u e anuncian rectamente la palabra de la verdad y q u e tienen en sí la luz oculta, c o m o la tienen las nubes, p o r lo cual relampaguean. Luego los h o m b r e s son las nubes. Señor, ¿qué quiere decir: Porque ha sido engrandecida tu misericordia hasta los cielos, y tu verdad hasta las nubes? La verdad culmina en los ángeles, p e r o t a m b i é n se la diste a los h o m b r e s y la condujiste hasta las nubes. Los ángeles, estando en el cielo, n o parece que necesiten de misericordia; p e r o como tú te compadeces de los h o m b r e s miserables y dándosela p o r la participación de la resurrección los haces ángeles, p o r eso tu misericordia llega hasta los cielos. Gloria a nuestro Señor, a su misericordia y a su verdad, p o r q u e n o dejó su misericordia de hacernos bienaventurados m e d i a n t e su gracia ni nos p r i v ó de la verdad. P r i m e r a m e n t e , la verdad vino a nosotros encubierta por la carne, y así, mediante su carne, sanó el ojo i n t e r n o de nuestro corazón p a r a q u e después pudiésemos contemplarla cara a cara. D á n dole gracias, digamos con el ú l t i m o versillo del salmo que ya misericordia tua. Nubes enim intelligimus praedicatores veritatis, homines portantes istam carnem caliginosam quodammodo, unde Deus et coruscat miraculis, et tonat praeceptis: et ipsi sunt illae nubes de quibus dicit Isaías ex persona Domini, increpans quamdam vineam malam, sterilem, spinosam, Mandabo nubibus meis, ne pluant super eam imbrem (Is 5,6): id est, mandabo Apostolis meis, ut deserant ludaeos, et non illis evangelizent, sed evangelizent in térra bona Gentium, unde non spinae, sed uvae procedant. Novimus ergo nubes Dei esse praedicatores veritatis, Prophetas, Apostólos, omnes recte proferentes verbum veritatis et habentes in se lumen occultum, sicut habent nubes unde coruscant: homines ergo nubes. Quid sibi itaque vult, Domine, Quia magnijicata est usque ad cáelos misericordia tua, et usque ad nubes ventas tua? Veritas praepollet in Angelis: sed dedisti illam et hominibus, et deduxisti illam usque ad nubes. Sursum misericordia videntur Angeli non indigere; sed quia homines miseros tu miseraris, et praebendo illis misericordiam communicatione resurrectionis Angelos facis, usque ad cáelos est misericordia tua. Gloria Domino nostro, et misericordiae ipsius, et veritati ipsius, quia nec deseruit nos misericordia faceré beatos per gratiam suam, nec fraudavit nos veritate: quia primo veritas carne operta venit ad nos, et sanavit per carnem suam oculum interiorem cordis nostri, ut eam postea facie ad faciem videre possemus (1 Cor 13,12). Agentes ergo illi gratias, di-

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Increpación contra los jueces injustos

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e x p l i q u é : Seas ensalzado, ¡oh Señor!, sobre los cielos, y tu gloria (se difunda) sobre toda la tierra. Esto se lo dijo el profeta muchos años antes. Esto lo vemos nosotros. Luego lo cantemos nosotros también.

SALMO [INCREPACIÓN

CONTRA

57 LOS JUECES

S E R M Ó N AL

INJUSTOS}

PUEBLO

1 [ 1 . 2 ] . Lo que hemos cantado, m á s bien debe ser oído q u e clamado. La verdad se dirige a todos como p r e d i c a n d o al auditorio del g é n e r o h u m a n o , diciendo: Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. ¿A q u é perverso n o le es fácil hablar justicia? ¿O quién, h a b i e n d o sido p r e g u n t a d o sobre la justicia, n o hallándose en juicio, n o responderá fácilmente lo q u e es justo, siendo así q u e la verdad esculpió en nuestros corazones por la m a n o de nuestro Creador: Lo que no quieres que te hagan, no lo hagas tú a otro? A n t e s de darse la ley, a nadie se le p e r m i t i ó ignorar esto que decimos para que así tuviesen m o d o de juzgar aquellos a quienes n o se había dado ley. P e r o para q u e los h o m b r e s n o tratasen de obtener algo que les faltaba, se escribió en tablas lo q u e n o leían en los corazones. T e n í a n escrita la ley, p e r o n o q u e r í a n leer. Era contrario a sus camus cum ipso Psalmo últimos versus, quos iamdudum etiam dixit: Exaltare super cáelos Deus, et super omnem terram gloria tua. Hoc enim ei dixit Propheta ante tot annos: hoc modo videmus nos; hoc ergo dicamus et nos.

PSALMUS SERMO

AD

51 P L E B BM

1 [v.1.2]. Vox quam cantavimus, audienda nobis magis est, quam clamanda. Ómnibus enim tanquam in condone generis humani veritas clamat: Si veré utique iustitiam loquimini, recta indícate, filii bominum. Cui enim iniquo non facile est loqui iustitiam? aut quis de iustitia interrogatus, quando non habet causam, non facile respondeat quid sit iustum? Quandoquidem manu formatoris nostri in ipsis cordibus nostris veritas scripsit: Quod tibi non vis fieri, ne facías alteri (Tob 4,16, et Mt 7,12). Hoc et antequam Lex daretur nemo ignorare permissus est, ut esset unde iudicarentur et quibus Lex non esset data. Sed ne sibi homines aliquid defuisse quaererentur, scriptum est et in tabulis quod in cordibus non legebant. Non enim scriptum non habebant, sed legere noíebant. OpS.Ag. 20

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ojos lo q u e se veían obligados a ver en su conciencia; p o r tanto, oyendo el h o m b r e e x t e r i o r m e n t e la voz d e D i o s , fue i m p e l i d o a penetrar en su interior, según dice la Escritura: Se interrogará sobre los pensamientos de los impíos. D o n d e hay interrogatorio hay ley. P e r o c o m o los h o m b r e s , apeteciendo las cosas externas, se apartaron de sí mismos, se dio la ley escrita; n o p o r q u e n o estuviese escrita ya en los corazones, sino p o r q u e , h a b i e n d o huid o tú de tu corazón, debías ser acogido p o r A q u e l q u e está en todas las partes y devuelto al interior de ti m i s m o . Por tanto, ¿qué clama la ley escrita en tablas a los q u e a b a n d o n a r o n la ley escrita en sus corazones? Volved, prevaricadores, al corazón. Pues ¿quién te enseñó a n o querer q u e alguno se acerque a tu esposa? ¿Quién te enseñó a n o querer q u e nadie te robe? ¿Quién te enseñó a n o querer padecer injurias y todo lo q u e en particular y aun en general p u e d e decirse de esto? Pues hay m u c h a s cosas sobre las q u e , p r e g u n t a d o s los h o m b r e s p o r cada u n a en particular, responden sin titubeos q u e n o las quieren padecer. M u y bien q u e n o quieras sufrir estas cosas; p e r o ¿acaso eres tú el ú n i c o h o m b r e ? ¿ N o vives en la sociedad del g é n e r o h u m a n o ? El q u e fue hecho contigo es tu compañero, y todos fuimos hechos a imagen de Dios, es decir, todos somos hijos de D i o s si n o p u l verizamos p o r los deseos terrenos lo q u e El formó; luego lo que no quieras que se haga contigo, no lo hagas tú a otro. Por el m e r o hecho de n o q u e r e r padecerlo, juzgas q u e es malo, y esto te obliga a reconocer la ley íntima q u e se halla escrita en tu m i s m o corazón. Obrabas, y gritaba e n t r e tus m a n o s (el o p r i m i do). ¿Cómo n o has de verte forzado a volver a tu corazón cuanpositum est oculis eorum quod in conscientia videre cogerentur; et quasi forinsecus admota voce Dei, ad interiora sua homo compulsus est, dicente Scriptura: ln cogitationibus enim impii interrogado erit (Sap 1,9). Ubi interrogado, ibi lex. Sed quia homines appetentes ea quae foris sunt, etiam a seipsis exsules facti sunt, data est etiam conscripta lex: non quia in cordibus scripta non erat; sed quia tu fugitivus eras cordis tui, ab illo qui ubique est comprehenderis, et ad teipsum intro revocaris. Propterea scripta lex quid clamat eis qui deseruerunt legem scriptam in cordibus suis? (Rom 2,15). Redite praevaricatores ad cor (Is 46,8). Quis enim te docuit, nolle accedí ab altero ad uxorem mam? qw s te docuit, nolle tibi furtum fieri? quis te docuit, nolle iniuriam pati, et quidquid aliud vel universaliter vel particulariter dici potest? Multa enim sunt, de quibus singulis interrogati homines, clara voce respondeant, nolle se pati. Age, si non vis pati ista, numquid solus es homo? nonne in societate vi vis generis humani? Qui tecum factus est, socius tuus est; et omnes facti ad imaginem Dei, nisi terrenis cupiditatibus conterant quod ille formavit. Quod ergo tibi non vis fieri, noli alteri faceré. Iudicas enim malum esse in eo quod pati non vis: et hoc te cogit nosse lex intima, in ipso tuo corde conscripta. Faciebas, et clamabatur inter manus tuas: quomodo cogeris rediré ad cor tuum, cum hoc pateris inter manus

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d o padezcas tú esto en las m a n o s ajenas? P r e g u n t o : ¿Es b u e n o el hurto? N o . ¿Es b u e n o el adulterio? Todos gritan: N o . ¿Es b u e n o el homicidio? T o d o s claman a u n a q u e debe ser detestado. ¿Es b u e n o desear los bienes del prójimo? Todos dicen q u e no. Si aún n o confiesas, atiende: se acerca u n o que desea tu hacienda. T e agrade y responde lo q u e quieres. Luego todos los que son interrogados sobre estas cosas responden que n o son buenas. H a b l e m o s de los beneficios, n o sólo de aquellos q u e n o causan u n d e t r i m e n t o , sino t a m b i é n de aquellos por los q u e se ayuda, y, ayudando, se desprende u n o de algo. Se p r e g u n t a a todo aquel q u e tiene h a m b r e : ¿Tienes h a m b r e ? I'ues bien, u n o tiene p a n y le sobra hasta en abundancia; sabe que tú lo necesitas; n o te lo da. T e desagrada el h a m b r i e n t o ; te desagrade también el hartado c u a n d o conoces q u e el otro esiá h a m b r i e n t o . V i e n e u n p e r e g r i n o a tu patria. Necesita hospitalidad; n o se le recibe en casa. Entonces él grita q u e aquella ciudad es i n h u m a na y q u e fácilmente hubiera p o d i d o encontrar hospedaje e n t r e los bárbaros. El advierte la iniquidad p o r q u e la padece. T u quizá n o la percibes; es necesario q u e te sientas tú peregrino y veas c ó m o te desagradaría aquel que n o te prestase lo q u e tú en tu patria n o quieres ofrecer al peregrino. P r e g u n t o a todos: Estas cosas, ¿son verdaderas? Y dicen: Son verdaderas. ¿Son justas? Y contestan: lo son. 2. Pero oíd ya el salmo: Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. M a s no sea la justicia de pico, sino de obras. P o r q u e , si obras de distinta m a n e r a q u e hablas, hablarás bien, p e r o juzgarás mal. Ve si obras del m o d o que juzgas o piensas. Si te p r e g u n t a n : ¿Qué cosa sea m e alienas? Furtum bonum est? Non. Interrogo: Adulterium bonum est? Omnes clamant: Non. Homicidium bonum est? Omnes clamant detestari se. Concupiscere rem proximi bonum est? Non, vox omnium est. Aut si adhuc non confiteris, accedit qui concupiscat rem tuam: placeat tibi, et responde quod vis. Omnes ergo de his rebus interrogati, clamant haec bona non esse. Rursus de beneficiis, non solum de non nocendo, verum etiam de praestando atque tribuendo. Interrogatur omnis anima esuriens, Famem pateris; alius habet panem, et redundat ei ultra sufficientiam, novit te egere, non dat: displicet tibi esurienti; displiceat et satiato, cum alterum esurire cognoveris. Peregrinus tecto indigens venit in patriam tuam, non suscipitur: ille tune clamat inhumanam esse illam civitatem, facile apud barbaros sibi esse potuisse refugium. Sentit iniquitatem, quia patitur: tu forte non sentís; sed oportet ut et te cogites peregrinum, et videas quomodo tibi possit displicere qui tibi non praestiterit quod tu in pattia tua non vis peregrino praestare. Interrogo omnes: Vera sunt haec? Vera. Iusta sunt haec? Iusta. 2. Sed Psalmum audite: Si veré ergo iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hominum. Non sit iustitia labiorum, sed et factótum. Si enim aliter agis quam loqueris, bona loqueris, et male iudicas. Si enim agis quomodo iudicas? Interrogatus quid sit melius, aurum an fides, non usque

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jor, el oro o la fe?, no te creo tan perverso y tan descarriado de toda verdad que respondas que es mejor el oro. Antepones, al ser preguntado, la fe al oro; hablaste con justicia. Oísteis el salmo: Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. ¿Cómo probaré que no hablaste con justicia? Me respondiste que anteponías la fe al oro. Pero se presenta por ahí un amigo que sin testigo te entrega su dinero. Por lo que toca a los hombres, sólo él y tú lo sabéis. Sin embargo, allí hay un testigo que no es visto y él ve. El amigo te entrega el oro en secreto, en tu aposento y quizá sin documento; el testigo presente no se halla allí en el aposento encerrado entre paredes, sino en el aposento de vuestras conciencias. Te entregó el dinero y se marchó; no se lo dio a conocer a ninguno de sus allegados; espera volver y recibir del amigo aquello que le entregó. Como se trata de cosas humanas, murió, pero tiene un heredero, ha dejado un hijo; el hijo ignora lo que poseía su padre, lo que a ti te entregó. Ea, tú, vuelve, torna, prevaricador, al corazón, en donde está escrita la ley: Lo que no quieras para ti, no lo hagas a otro. Piensa que fuiste tú el que lo depositaste, que no se lo dijiste a ninguno de los tuyos, que moriste y has dejado un hijo. ¿Qué quieres que se le entregue de parte de tu amigo? Responde; sentencia la causa. El tribunal del juez está en tu mente; allí está sentado Dios; allí está la conciencia de acusadora y el temor de verdugo. Te encuentras entre asuntos humanos, te hallas en medio de la sociedad; piensa lo que quieras que le sea entregado a tu hijo de parte de tu amigo; advierte lo que te responderá tu conciencia y juzga cómo oyes. Juzga, será la voz que oyes. La voz de la verdad no calla; no mueve los labios, adeo perversus et devius es ab omni veritate, ut aurum melius esse respondeas: praeponis ergo interrogatus auro fidem; locutus es iustitíam. Audisti Psalmum? Si veré ergo iustitiam loquimini, recta indícate, filii hominum. Et ubi probabo non te ita ut locutus es iudicare? Iam teneo responsionem tuam praeponentem auro fidem. Ecce nescio unde amicus venit, et nullo teste aurum commendavit; solus hoc novit, et tu, quantum ad homines attinet. Est ibi alius testis qui non videtur et videt: et ille tibi aurum in secreto et in cubículo tuo, forte remotis ómnibus arbitris commendavit; testis qui adest, non in cubículo adest parietum, sed in cubilibus conscientiarum vestrarum. Commendavit ille atque discessit, nulli suorum notum fecit, rediturum se sperans, et ab amico quod dederat recepturum: ut humana sunt, mortuus est, habet haeredem, reliquit filium; ignorat filius quid pater habuerit, quid tibi commendaverit. Eia tu redi, redi, praevaricator, ad cor, ibi scripta lex est: Quod tibi non vis fieri, alii ne feceris. Teipsum cogita commendasse, nulli tuorum dixisse, mortuum esse, filium reliquisse: quid ei velles a tuo amico praestari? Responde, iudica causara: iudicis tribunal est in mente tua; sedet ibi Deus, adest accusatrix conscientia, tortor timor. In rebus humanis es, in societate humana detineris: cogita quid velles praestari filio tuo ab amico tuo. Novi quid tibi respondeat cogitado tua: sic

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pero vocifera en el interior del corazón. Aplica el oído. Ella esta allí de parte del hijo de tu amigo. Ves quizá vagar a un necesitado sin saber lo que dejó su padre, ni dónde lo colocó, ni a quien lo entregó. Piensa en tu hijo; haz revivir al que desprecias como muerto; piensa que moriste tú para que vivas. Cosa distinta sugiere la avaricia; ordena contra Dios. Dios manda una cosa, la avaricia otra. Una cosa ordenó en el paraíso nuestro Creador, y otra contraria la serpiente seductora. Acuérdate de tu primera caída. Por ella eres mortal, por ella sufres, por ella comes el pan con el sudor de tu rostro, por ella te germina la tierra espinas y abrojos. Aprende por la experiencia lo que no quisiste aprender por el precepto. Pero ¿te vence la codicia? ¿Por qué no mas bien la verdad? ¿Dónde está lo que decías? Ve que piensas negar el oro, ve que piensas ocultarlo al heredero de tu amigo. Hace poco preguntabas qué cosa era más estimable y mejor: ¿el oro o la fe? ¿Por qué dices una cosa y haces otra? ¿No temes esta sentencia: Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres? Ve que me dijiste que la fe era mejor que el oro. N o juzgaste como hablaste; hablaste verdad y juzgas falsamente. Luego, cuando hablabas justicia, no hablabas rectamente, porque, si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. Cuando me respondías sobre la justicia, hablabas llevado de la vergüenza, mas no confesando con rectitud. 3. Pero, si os place, tratemos ya el presente asunto. Dulce es esta sentencia y conocida a los oídos de la Iglesia. Es palabra iudica, sicut audis. Iudica, vox erit. Vox veritatis non tacet; non labiis clamat, sed vociferatur ex corde: adhibe aurem; ibi esto cum filio amici tui. Vides fortasse etiam indigentem vagari, nescientem quid pater eius habuerit, ubi posuerit, cui commendaverit: cogita et filium tuum, fac illum vivere quem contemnis mortuum, te mortuum cogita ut vivas. Sed aliud iubet avaritia, iubet contra Deum; Deus aliud, aliud avaritia; aliud in paradiso conditor noster, aliud de transverso seductor serpens. Veniat in mentem prior casus tuus: propterea mortalis, propterea laborans, propterea in sudore vultus tui panem comedens, propterea spinas et tribuios tibi térra generat (Gen 3,17.18): experimento dísce, quod noluisti praecepto. Sed vincit cupiditas: cur non potius veritas? Et ubi est quod loquebaris? Ecce cogitas aurum negare, ecce cogitas haeredi amici tui prorsus abscondere. Interrogaveram paulo ante quid sit cbarius, et quid sit melius, aurum an fides. Quare aliud dicis, aliud agis? Non times hanc vocem, Si veré iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hominum? Ecce locutus es mihi meliorem esse fidem, et in iudicio tuo melius duxisti aurum. Non sic iudicasti ut locutus es: vera locutus es, et falsa iudicasti. Ergo et cum loquebaris iustitiam, non veré loquebaris: Si enim veré iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hominum. Quando mihi de iustitia respondebas, erubescendo, non fatendo loquebaris. 3. Sed ad causam praesentem iam veniamus, si placet. Vox est enim illa dulcís et nota auribus Ecclesiae, vox Domini nostri Iesu Christí,

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de nuestro Señor Jesucristo y de su Cuerpo. Es palabra de la Iglesia, q u e sufre y peregrina p o r la tierra y vive entre los escollos de los aduladores y calumniadores. N o temerás al que amenaza, si n o amas al adulador. A q u e l de q u i e n es esta palabra atiende y ve a todos los q u e hablan justicia. ¿Quién n o se atreverá a pronunciarla p a r a no ser llamado injusto? Luego, c o m o si oyera la voz de todos y observara el m o v i m i e n t o de sus labios, les gritaba: Si verdaderamente habláis justicia, si n o habláis falsamente, si n o p r o n u n c i a n los labios una cosa y otra el corazón, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. Oye la m i s m a voz en el Evangelio, la cual es semejante a la del salmo: Hipócritas — d i c e el Señor a los fariseos—, ¿cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Haced el árbol bueno, y el fruto será bueno; o haced el árbol malo, y el fruto será malo. ¿Por qué quieres blanquearte, pared de p o d r e d u m b r e ? Conozco tu interior; n o m e engaña tu p i n t u r a ; conozco el antifaz; conozco lo q u e ocultas. Porque no le era necesario—dice el Evangelista—que alguno le diese testimonio del hombre, siendo así que El sabía lo que había en el hombre. Sabía lo que había en el hombre el que hizo al h o m b r e y se hizo h o m b r e para buscar al h o m b r e . Luego vez si no concuerdan entre sí estas palabras: Hipócritas, ¿cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos?; y: Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. ¿Por ventura hablasteis justicia al decir: Maestro, sabemos que eres jtisto y que no eres aceptador de personas? ¿Por q u é encubríais el e n g a ñ o en vuestros corazones? ¿Por q u é mostrabais la imagen et vox corpotis eius, vox Ecclesiae laborantis, peregrinantis in térra, ínter maledicentium et adulantium pericula viventis. Non timebis comminatorem, si non amas adulatorem. Attendit ergo Ule cuius haec vox est, et vidit omnes Joqui iustitíam. Quis enim audet non loqui eam, ne dicatur iniustus? Cum ergo tanquam audiret omnium voces, et intenderet omnium labia, clamabat ad eos: Sz vare utique iusttttam loquimini-, si non falso iustitiam loquimini, si non alíud in labiis perstrepit, aliud celatur in cordibus, recta iudicate, filii hominum. Audi ex Evangelio propriam vocem, eamdem ipsam quae in hoc psalmo est. Hypocritae, ait Dominus Pharisaeis, quomodo potestis bona loqui, cum sitis mali? Aut facite arborem bonam, et fructum eius bonum; aut facite arborem malam, et jructum eius malum (Mt 12,34.33)- Quid te vis dealbare, paries lutee? Novi interiora tua, non fallor tectorio tuo: novi quid praetendas, novi quid tegas. Ñeque enim opus ei erat, ait evangelista, ut quisquam ei perhiberet testimonium de homine: ipse enim sciebat quid esset in homine (lo 2,25). Sciebat quid esset in homine, qui fecerat hominem, et homo facrus erat ut quaereret hominem. Videte ergo si non sequuntur se voces istae: Hypocritae, quomodo potestis bona loqui, cum sitis mali? Si veré ergo iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hominum. Nonne iustitiam locuti estis, quando dixistis: Magister, scimus quia iustus es, et nullius personam accipis? (Mt 22,16). Quare dolum in corde tegebatis? quare imaginen! Caesaris Creatori

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del César a vuestro Creador y borrabais su imagen en vuestros corazones? ¿Por v e n t u r a n o se oyó lo q u e hablabais y se descub r i ó lo q u e juzgabais? ¿Acaso n o crucificasteis a A q u e l a quien llamasteis justo? Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. ¿A q u é oigo vuestra expresión: Sabemos que eres justo, siendo así q u e p r e v e o vuestro juicio: ¡Crucifica, crucifícale!? Si verdaderamente habláis verdad, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. ¿Qué hicisteis ensañándoos contra D i o s , q u e era h o m b r e , y m a t a n d o a vuestro rey? N o p o r q u e le matasteis n o había de ser rey resucitado. Sobre el título colocado en la cruz del Señor, en el cual se escribió: Rey de los judíos, en tres lenguas, en hebreo, en griego y en latín, supo decir el juez h o m b r e : Lo que escribí, escribí. ¿Y Dios no sabría decir: Lo q u e escribí, escribí? Efectivamente es vuestro rey. V i v o es vuestro rey, y m u e r t o también. V e d q u e resucitó y, sentado en el cielo, es vuestro rey. V e d q u e ha de venir. ¡Ay de vosotros, p o r q u e es vuestro rey! ¡Allá vosotros q u e habláis justicia y n o queréis juzgar rectamente, hijos de los h o m b r e s ! ¿ N o queréis juzgar con rectitud? Rectamente seréis juzgados. Vive vuestro rey y ya n o morirá, p o r q u e en adelante la m u e r t e ya no se enseñoreará de El. H e aquí que viene: Volved, prevaricadores, a vuestro corazón. H e aquí q u e viene; corregios antes de que venga, anticipaos con la confesión a su presencia. H e aquí que viene; es vuestro rey. Recordad el título colocado sobre la cruz. Si n o le visteis escrito, sin embargo, subsiste; ahora no se lee en la tierra, p e r o se conserva en el cielo. ¿Piensas q u e aquella inscripción fue destruida? ¿Qué dice el título del presente salmo? vestro ostendebatis, et eius imaginem in vestris cordibus delebatis? Nonne auditum est quid locuti fueritis, et expertum est quemadmodum iudicaveritis? Nonne vos crucifixistis eum quem iustum esse dixeratis? Si veré ergo iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hominum. Utquid audio locutionem vestram, Scimus quia iustus es; cum praevideam iudicium vestrum, Crucifige, crucifige? Si veré ergo iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hominum. Quid enim fecistis saeviendo adversus Deum qui homo erat, et occidendo regem vesttum? Non enim ideo rex non erat futurus, quia occisus est a vobis resurrecturus. In titulo ubi scriptum erat, Rex ludaeorum, pósito super crucem Domini, linguis tribus, hebraica, graeca, latina (Le 23,38), noverat dicere iudex homo, Quod scripsi, scripsi: et Deus non noverat dicere, Quod scripsi, scripsi? Prorsus rex vester est: vivus, rex vestet est; occisus, rex vester est. Ecce resurrexit, et in cáelo rex vester est: ecce venturus est; vae vobis, quia rex vester est. Ite nunc, et loquimini iustitiam, et nolite recta iudicare, filii hominum. Non vultis recte iudicare, recte iudicabimini. Vivit enim ille rex vester, et iam non moritur, et mors ei ultra non dominabitur (Rom 6,9). Ecce venit; redite, praevaricatores, ad cor (Is 46,8). Ecce veniet, corrigimini antequam veniat, praevenite faciem eius in confessione (Ps 94,2). Ecce veniet; rex vester est. Recordamini titulum super crucem. Si non eum videtis scriptum, manet tamen: in térra non legitur, sed in cáelo servatur. Putatis enim illam insetiptionem fuisse corruptam?

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Para el fin, no destruyas la inscripción del título de David. Lueg o n o ha sido destruida aquella inscripción del título. Cristo es vuestro rey, p o r q u e Cristo es rey de todos, por cuanto que de El es el reino y El dom-inará las gentes. Luego, si El es rey, ved q u e antes de venir os dice: T o d a v í a hablo, a ú n n o juzgo; y, si clamo amenazando, es p o r q u e n o quiero herir juzgando. Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. 4 [ v . 3 ] . P e r o ahora, ¿qué hacéis? ¿Por q u é os digo estas cosas? Porque obráis en la tierra iniquidades en el corazón. ¿Quizá sólo obráis iniquidades en el corazón? Oye lo q u e sigue: Al corazón siguen las m a n o s ; las m a n o s sirven a su corazón; se piensa y se hace. Si n o se obra, n o es p o r q u e n o queramos, sino p o r q u e n o podemos. T o d o lo que quieres y n o puedes hacerlo, D i o s te lo i m p u t a p o r ejecutado. Obráis sobre la tierra iniquidades en el corazón. ¿Qué dice a continuación? Vuestras manos urden injusticias. ¿Qué quiere decir urden o eslabonan? Q u e el pecado procede del pecado, y el pecado encamina al pecado p o r el pecado. ¿Qué significa esto? C o m e t i ó (cierto individuo) u n h u r t o ; es pecado; fue visto; entonces intenta m a t a r a aquel que le vio. Se enlazó un p e c a d o a otro pecado. Le p e r m i t i ó Dios, p o r u n oculto juicio, matar a q u i e n quería; advierte q u e otro se dio cuenta, intenta t a m b i é n matarle; p e r p e t r ó u n tercer pecado. Mientras m a q u i n a estos pecados, quizá para n o ser descubierto o p a r a n o ser acusado, puesto q u e ya los cometió, consulta al matemático o al astrólogo; añadió u n cuarto pecado. El astrólogo quizá le da una respuesta adversa y mala; corre al agorero para

q u e apacigüe a los hados. El agorero le responde q u e n o p u e d e calmarlos; busca al hechicero. ¿Quién p o d r á e n u m e r a r toda la concatenación de los pecados? Vuestras manos urden injusticias. C u a n d o urdes, acumulas pecados a pecados. Líbrate de los pecados. N o p u e d o , contestas. D i r í g e t e a aquel a q u i e n dijo el A p o s to: Infeliz hombre yo, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? V e n d r á la gracia de Dios p a r a q u e te deleite la justicia como te deleitaba la iniquidad, y, c o m o h o m b r e q u e has q u e dado libre de ataduras, exclamarás a D i o s : Rompiste mis ataduras. ¿Qué significa rompiste mis ataduras? Perdonaste mis p e cados. Oye c ó m o son ataduras. La Escritura dice: Cada uno está amarrado con las maromas de sus pecados. N o sólo son ataduras, sino t a m b i é n m a r o m a s . Las m a r o m a s se hacen retorciendo fibras. Se dice esto p o r q u e unías pecados a pecados. ¡Ay de aquellos — d i c e Isaías—que arrastran los pecados como largo vestido! ¿Qué otra cosa significa ¡Ay de aquellos que arrastran los pecados como largo vestido!, sino: ¡Ay de aquellos q u e entrelazan la iniquidad con sus manos!? Y c o m o cada u n o se encadena con sus propios pecados, así como t a m b i é n se hiere con ellos, el Señor arrojó a los que indecorosamente traficaban en el t e m p l o h a b i e n d o hecho u n látigo con cuerdas. A h o r a n o quieres r o m p e r tus ataduras p o r q u e n o las tienes p o r tales; es más, p o r q u e te deleitan y te agradan; las sentirás al fin, cuando se diga: Amarradle los pies y las manos y arrojadle a las tinieblas exteriores; allí será el llanto y el rechinar de dientes. T e horrorizas, temes, te das golpes de pecho, confiesa que los pecados son males y q u e la justicia es buena. Si verdaderamente habláis justicia,

Et quid ait titulus psalmi huius? In finem, ne corrumpas ipsi David in tituli inscriptionem. Non ergo corrumpitur illa inscriptio tituli. Rex vester est Christus, quia omnium rex Christus: quoniam ipsius est regnum, et ipse dominabitur gentium (Ps 21,29). Si ergo rex est, ecce, antequam veniat, dicit vobis: Adhuc loquor, inquit, nondum iudico; qui sic clamo comminando, nolo ferire iudicando. Si veré ergo iustitiam loquimini, recta indícate, filii hominum. 4 fv.3]. Nunc autem quid facitis? Quare ista vobis dico? Etenim in corde iniquitates operamini in tetra. Iniquitates forte in corde solo? Audi quid sequitur: et cor suum sequuntur manus, et cordi suo famulantur manus, cogitatur et fit; aut ideo non fit, non quia nolumus, sed quia non possumus. Quidquid vis, et non potes, factum Deus computat. Etenim in corde iniquitates operamini in térra. Quid deinde? Iniquitates manus vestrae connectunt. Quid est, connectunt? De peccato peccatum, et ad peccatum, peccatum, propter peccatum. Quid est hoc? Furtum fecit, peccatum est: visus est, occidere quaerit eum a quo visus est; connexum est peccatum peccato. Permiserit Deus occulto iudicio occidere eum quem voluit occidere; sentit sciri, cmaerit et alterum occidere; connexuit tertium. Dum ea molitur, forte ne inveniatur, aut quia fecit ne convincatur, consulit mathematicum; additum est quartum. Respondet forte aliqua dura et mala mathematicus; curritur ad aruspicem ut expietur: respondet

aruspex non se posse expiare; maleficus quaeritur. Et quis omnia possit numerare quae connectuntur peccata peccatis? Iniquitates manus vestrae connectunt. Quamdiu connectis, ligas peccatum peccato: te solve a peccatis. Sed non possum, inquis. Clama ad illum: Infelix ego homo, quis me liberabit de corpore mortis huius (Rom 7,24). Veniet enim gratia Dei, ut delectet te iustitia, sicut delectabat iniquitas; et homo qui ex vinculis resolutus es, exclamabis ad Deum: Disrupisti vincula mea (Ps 115,16). Quid est, disrupisti vincula mea, nisi, remisisti peccata mea? Audi quia vincula sunt: respondet Scriptura, Criniculis peccatorum suorum unusquisque constringitur (Prov 5,22). Non solum vincula, sed et criniculi sunt. Criniculi sunt, qui fiunt intorquendo: hoc est quod peccatis peccata connectebas. Vae his qui trahunt peccata sicut vestem longam, Isaias clamat. Vae his qui trahunt peccata sicut vestem longam (Is 5,18): quid est aliud, quam vae his quorum manus connectunt iniquitatem? Et quia unusquisque peccatis suis constringitur, sicut et peccatis suis caeditur, Dominus male versantes in templo flagello de resticulis facto exclusit (lo 2,15). Sed non vis modo disrumpi vincula tua, quia non sentís vincula tua; etiam delectant te, et voluptati sunt: senties in fine, eum dicetur, Lígate Mi manus et pedes, et proiicite illum in tenebras exteriores; ibi erit fletus et stridor dentium (Mt 22,13). Exhorrescis, times, pectus tundís; dicís mala esse peccata, bonam esse iustitiam. Si veré

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juzgad con rectitud, hijos de los hombres. Vuestras palabras se manifiestan en vuestra vida; vuestros labios se den a conocer en vuestros hechos. N o entretejáis iniquidad, p o r q u e todo lo que entretejáis se empleará p a r a ataros. N o oyen; sin e m b a r g o , algunos sí. Quienes n o oyen son conocidos de a n t e m a n o . 5 [ v . 4 ] . Los pecadores se apartaron desde la matriz; erraron desde el vientre; hablaron cosas falsas. C u a n d o hablan iniquidades, hablan cosas falsas, p o r q u e la falsedad es iniquidad. Asimismo, cuando éstos hablan justicia, hablan cosas falsas, porq u e profieren una cosa y ocultan otra. ¿Qué significa los pecadores se apartaron desde la matriz? Lo investiguemos diligentem e n t e . Quizá dice esto p o r q u e D i o s conoce de a n t e m a n o a los pecadores aun en el vientre de su madre. Efectivamente, estando en cinta Rebeca y llevando en su vientre gemelos, se dijo: Amé a Jacob y aborrecí a Esaú; y se a ñ a d i ó : Y el mayor servirá al menor. H e aquí u n oculto juicio de D i o s ; pero, sin e m b a r g o , desde la matriz, es decir, desde el origen de su vida, se apartaron los pecadores. ¿ D e d ó n d e se apartaron? D e la verdad. ¿De dónde se apartaron? D e la patria bienaventurada, de la vida feliz. ¿Acaso se apartaron de la m i s m a matriz? ¿Qué pecadores se apartaron de la m i s m a matriz? ¿Pero quiénes h a b í a n de nacer si n o estuviesen allí? ¿O quiénes vivirían hoy, de suerte que p u d i e r a n oír sin razón estas cosas si n o hubiesen nacido? Luego quizá los pecadores se apartaron de d e t e r m i n a d a matriz, en la cual se dolía la caridad, diciendo por el Apóstol: A los que de nuevo doy a luz hasta que Cristo se forme en vosotros. Luego ergo iustitiam loquimini, recta iudicate, filii bominum. In vita vestra inveniantur verba vestra; in factis vestris cognoscantur labia vestra. Nolite ergo connectere iniquitatem; quia vobis ad alligaturam adhibebitur quidquid connectitis. Non audiunt; non omnes tamen: et qui non audiunt praecogniti sunt. 5 [v.4]. Alienati sunt peccatores a vulva, erraverunt a ventre, locuti sunt falsa. Et cum iniquitatem loquuntur, falsa loquuntur; quia fallax est iniquitas: et cum iustitiam loquuntur, falsa loquuntur; quia aliud ore proferunt, aliud in corde obtegunt. Alienati sunt peccatores a vulva: Quid est hoc? Quaeramus diligentius: fortassis enim illud dicit quia Deus praecognovit homines peccatores etiam in uteris matrum. Nam unde cum adhuc praegnans esset Rebecca, et geminos in útero portaret, dictum est: lacob dilexi, Esaü autem odio habui? (Gen 25,23; Mal 1,2.3, et Rom 9,13). Dictum est enim: Maior serviet minori. Occultum ibi iudicium Dei; sed tamen a vulva, id est, ab ipsa origine alienati sunt peccatores. Unde alienati? A veritate. Unde alienati? A patria beata, a vita beata. An forte alienati ab ipsa vulva? Et qui peccatores alienati sunt a vulva? Qui enim nascerentur, si non ibi tenerentur? Aut qui hodie viverent, ut haec sine causa audirent, nisi nascerentur? Forte ergo a quadam vulva alienati sunt peccatores, in qua dolores patiebatur charitas, per Apostolum dicens, Quos iterum parturio, doñee Christus formetur in vobis (Gal 4,19). Exspecta ergo; formare. Noli tibi tribuere

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espera a q u e seas formado. N o te arrogues el juicio q u e quizá n o conoces. A ú n eres carnal; has sido concebido. Por lo m i s m o q u e te llamas cristiano, fuiste concebido p o r cierto sacramento en las entrañas de la m a d r e . Pues el h o m b r e n o sólo nace de las entrañas, sino t a m b i é n es concebido en las entrañas. P r i m e r a m e n t e es concebido en las entrañas para q u e p u e d a nacer después de las entrañas. Por eso se dijo d e M a r í a : Lo que en ella ha sido concebido es del Espíritu Santo. A ú n n o había nacido de ella; sin e m b a r g o , ya había sido concebido en ella. L u e g o son concebidos d e n t r o de las entrañas de la Iglesia algunos niños, y es necesario q u e salgan formados para q u e n o nazcan abortivam e n t e . T e forme la m a d r e , n o te aborte. Si eres paciente, deben retenerte las entrañas maternas hasta q u e seas formado, hasta q u e tengas una firme instrucción de la verdad. P e r o si p o r la impaciencia golpeas o hieres el vientre de la m a d r e , con dolor ciertamente te expulsará, p e r o m á s bien para tu m a l que para el suyo. 6. Los pecadores se apartaron desde la matriz; erraron desde el vientre; hablaron cosas falsas. ¿Erraron desde el vientre p o r q u e hablaron cosas falsas, o m á s bien hablaron cosas falsas p o r q u e erraron desde el vientre? La verdad ciertamente p e r m a nece en el vientre de la Iglesia. T o d o el q u e se a p a r t ó del seno de la Iglesia, necesariamente habla falsedad. D i r é que necesariam e n t e habla falsedad p o r q u e o n o q u i e r e ser concebido, o concebido, la m a d r e lo arroja. D e aquí q u e los herejes vociferen contra el Evangelio; por mencionar a los q u e más nos dolemos de haber sido abortados. Así, pues, les decimos q u e Cristo dijo: Convenía que Cristo padeciese y que resucitase al tercer día eniudicium quod forte non nosti. Carnalis es adhuc, conceptus es: eo ipso quo accepisti nomen Christi, sacramento quodam natus es in visceribus matris. Non enim ex visceribus tantum homo nascitur, sed et in visceribus. Prius nascitur in visceribus, ut possit nasci de visceribus. Propterea dictum est de Maria: Quod enim natum est in ea, de Spiritu sancto est (Mt 1,20). Nondum de illa natum erat, sed iam in illa natum erat. Ergo nascuntur intra viscera Ecclesiae quídam parvuli; et bonum est ut formad exeant, ne labantur. Generet te mater, non abortiat. Si patiens fueris, usquequo formeris, usquequo in te certa sit doctrina veritatis, continere te debent materna viscera. Si autem impatientia tua concusseris latera matris, cum dolore quidem te excutit foras, sed magis tuo malo quam suo. 6. Alienati sunt peccatores a vulva, erraverunt a ventre, locuti sunt falsa. Ideo ergo erraverunt a ventre, quia locuti sunt falsa? An potius ideo locuti sunt falsa, quia erraverunt a ventre? In ventre quippe Ecclesiae, veritas manet. Quisquís ab hoc ventre Ecclesiae separatus fuerit, necesse est falsa loquatur: necesse est, inquam, falsa Ioquatur, qui aut concipi noluit, aut quem conceptum mater excussit. Inde haeretici clamant contra Evangelium: ut de his potius Ioquamur quos dolemus excussos. Recitamus eis: Ecce Christus dixit, Oportebat Christum pati, et

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tre los muertos. Allí reconozco a nuestra Cabeza, allí reconozco a nuestro esposo; reconoce tú t a m b i é n c o n m i g o a la esposa, ve lo q u e sigue: Y que se predicase en su nombre la penitencia y el perdón de los pecados por todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. (Tú, donatista, dices): V e n acá, ven acá. P e r o h e aquí q u e la Iglesia se extiende por todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y o n o digo: V e n aquí; ella vino a ti. Mas éstos, ensordeciéndose al Evangelio e impidiéndonos leer las palabras de Dios, de las que se jactan haber g u a r d a d o del fuego, p e r o q u e intentan borrar con la lengua, hablan las suyas, y hablan cosas vanas. Y así dicen: A q u e l católico e n t r e g ó (los sagrados libros al fuego), y t a m b i é n aquel otro. Pues bien, igualm e n t e digo yo: A q u e l donatista los entregó, y el otro t a m b i é n ; y digo verdad. Pero a m í , ¿qué m e i m p o r t a esto? N i tú m e lees, sacado del Evangelio, a los que nombras ni yo te leo. extraído del Evangelio, a los q u e n o m b r o . Desaparezcan del m e d i o nuestros escritos y se presente en m e d i o el libro de Dios. Oye a Cristo q u e dice, oye a la verdad que habla: Es menester—dice— que se predique en su nombre la penitencia y la remisión de los pecados por todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Ellos dicen: N o oigas esto, sino lo que decimos nosotros. Lo que dice el Evangelio n o lo queremos oír. Los pecadores se apartaron desde la matriz, erraron desde el vientre y hablaron cosas falsas. Nosotros hablamos la verdad p o r q u e la h e m o s oído; hablamos lo q u e dice Dios, n o lo q u e dice el h o m b r e . P u e d e suceder q u e el h o m b r e m i e n t a , p e r o n o p u e d e acontecer q u e m i e n t a la verdad. Por la palabra de la verdad reconozco a Cristo, que es la m i s m a verdad. Por la palabra de la verdad reconozco a la a mortuis resurgere tertia die. Agnosco ibi caput nostrum, agnosco ibi sponsum nostrum: agnosce et tu mecum sponsam, vi de quid sequitur: Praedicari in nomine eius poenitentiam et remissionem peccatorum per omnes gentes, incipientibus ab lerusalem (Le 24,46.47) Huc veni, huc veni. Ecce Ecclesia per omnes gentes, incipientibus ab lerusalem: non dico, Huc veni; ipsa ad te venit. lili autem obsurdescentes adversus Evangelium, et non nos permitientes legere verba Dei, quae se iactant custodisse a flamma et volunt delere lingua, loquuntur sua, loquuntur inania: Ule tradidit, et ille tradidit. Imo et ego dico, Et ille tradidit, et ille tradidit: et verum dico. Sed quid ad me? Nec tu mihi quos nominas ex Evangelio legis, nec ego quos nomino ex Evangelio lego. Auferantur de medio chartae nostrae, procedat in médium Codex Dei. Audi Christum dicentem, audi veritatem loquentem: Praedicari in nomine eius, inquit, poenitentiam et remissionem peccatorum- per omnes gentes, incipientibus ab lerusalem. Non, inquiunt; sed quod nos dicimus audite: quod dicit Evangelium nolumus audire. Alienati sunt peccatores a vulva, erraverunt a ventre, locuti sunt falsa. Nos loquamur vera, quia audivimus vera; quod Dominus dicit, non quod homo dicit. Potest fieri ut homo mentiatur: non potest fieri ut veritas mentiatur. Ex veritatis ore agnosco Christum, ipsam veritatem: ex veritatis ore agnosco Ecclesiam,

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Iglesia, que participa de la verdad. N o m e hable cosas falsas nadie q u e haya errado desde el vientre en las entrañas de la Iglesia. P r i m e r a m e n t e he de ver q u é m e quiere enseñar. V e o q u e se apartó desde la matriz; advierto q u e erró desde el vientre. ¿Qué cosa he de oír de él? Cosas falsas. Erraron desde el vientre, hablaron cosas falsas. 7 [v.5.6]. Su indignación es semejante a la de la serpiente. H a b é i s de oír una gran cosa. Su indignación es semejante a la de la serpiente. Esto es como si dijéramos: ¿ Q u é dijiste? Y sigue: Como a la del áspid, sordo. ¿Cómo sordo? P o r q u e tapa sus oídos. Por tanto, es sordo p o r q u e tapa sus oídos. Que tapa stts oídos, que no oye la voz de los encantadores y del medicamento medicado por el sabio. Esto, c o m o hemos oído, t a m b i é n lo saben los h o m b r e s , los cuales, con el conocimiento que pudieron, a p r e n d i e r o n estas cosas; p e r o lo sabe m u c h o mejor q u e todos los h o m b r e s el Espíritu d e Dios. N o en vano dijo esto, p o r q u e p u e d e ser q u e sea verdadero t a m b i é n lo q u e h e m o s oído decir del áspid. O í d q u é hace el áspid cuando comienza a ser encantado p o r el hechicero q u e le hipnotiza con ciertos cantares adecuados, fuera de q u e emplee otras m u c h a s cosas mágicas. Pero hasta tanto q u e os lo expongo, reparad, hermanos, vuestra atención en esto, q u e ha de ser explicado antes para q u e nadie oiga perplejo. N o siempre que se aduce u n a semejanza en la Escritura se alaba en ella el asunto de q u e trata, sino q u e sólo se aduce allí la semejanza. Pues n o alabó el Señor al juez inicuo q u e n o quería oír a la viuda y q u e n o temía a D i o s ni a los hombres, y, sin e m b a r g o , adujo allí la semejanza. N i alabó al a m i g o perezoso a q u i e n se le p e d í a n tres panes y los dio n o p o r participem veritatis. Nemo mihi falsa loquatur, qui erravit ab útero in visceribus Ecclesiae: primo viderem quid me vellet docere. Video alienatum a vulva, video errasse a ventre, et auditurus sum ab eo, quid nisi falsa? Erraverunt a ventre, locuti sunt falsa. 7 [v.5.6]. lndignatio eis secundum similitudinem serpentis. Magnam rem audituri estis. lndignatio eis secundum similitudinem serpentis. Quasi dixerimus, quid est quod dixisti? sequitur. Sicut aspidis surdae. Unde surdae? Et obturantis aures suas. Ideo surdae, quia obturat aures suas. Et obturantis aures suas, quae non exaudiet vocem incantantium, et medicamenti medicati a sapiente. Sicut audivimus, quod et homines dicunt, qui ea qua potuerunt haec cognitione didicerunt, sed tamen quod Spiritus Dei multo melius ómnibus hominibus novit. Non enim frustra hoc dixit, nisi quia fieri potest ut verum sit etiam illud quod audivimus de áspide. Aspis cum coeperit pati incantatorem Marsum, qui eam quibusdam carminibus propriis evocat, sicut sunt multa etiam mágica, audite quid facit. Sed interim in hoc attendite, fratres: hoc enim praeloquendum est, ne quisquam veluti haesitans audiat: non, undecumque ilatur similitudo, ab Scripturis laudatur ipsa res, sed tantum inde similitudo trahitur. Non enim laudavit iniquum iudicem qui nolebat audire illam viduam, et nec Deum timebat, nec homines reverebatur; et tamen inde simili-

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la amistad, sino p o r el enfado, y, n o obstante, lo adujo en semejanza. Luego de cosas q u e n o d e b e n ser aplaudidas se a d u c e n n o pocas semejanzas conforme a cierta n o r m a . Puesto q u e , si pensáis q u e se d e b e ir a los hechiceros p o r q u e leísteis esto en la Escritura, entonces t a m b i é n ha de irse a los espectáculos teatrales p o r q u e dice el A p ó s t o l : No lucho así como quien hiere el aire, pues luchar a puñetazos es ejercer el pugilato. P o r q u e se trae a q u í la semejanza, ¿nos d e b e n deleitar esta clase de espectáculos? O p o r q u e se dijo: El que contiende en la lucha, se abstiene de todas las cosas, ¿por eso el cristiano debe desear estos certámenes y juegos vanos? E n t i e n d e lo q u e se te dice c o m o semejanza y lo q u e se te amonesta c o m o p r o h i b i d o . Así, p u e s , t a m b i é n a q u í se adujo cierta semejanza de los hechiceros, q u e encantan p a r a sacar al áspid de su tenebrosa caverna. Ciertam e n t e quiere sacarle a la luz; m a s él, a m a n d o sus tinieblas, envolviéndose en ellas, se oculta; se dice q u e , al n o querer salir, rehusando oír las voces con las q u e advierte q u e se le fuerza, pega a la tierra u n o í d o y tapa el otro con la cola, y así, evitando, en c u a n t o puede, el encanto, n o sale a la voz del hechicero. El Espíritu Santo dijo q u e se asemejan a los áspides algunos q u e n o oyen la palabra de Dios, y q u e n o sólo n o obran, sino que n o quieren en absoluto oír para n o obrar. 8. Esto aconteció en los p r i m e r o s t i e m p o s de la fe. El m á r tir San Esteban predicaba la verdad y encantaba a tenebrosas m e n t e s para sacarlas a la luz; mas c u a n d o n o m b r ó a Cristo, a q u i e n ellos n o quisieron oír en m o d o alguno, se taparon—dice tudinem Dominus traxit (Le 18,2): nec illum laudavit pigrum qui tres panes, non propter amicitiam dedit petenti, sed taedio victus; et tamen inde similitudinem dedit (Le 11,8). Et de rebus ergo non laudandis trahuntur secundum quemdam modum nonnullae similitudines. Aut si propterea putatis eundum esse ad Marsos, quia hoc audistis in Scriptura Dei; eundum est et ad spectacula theatri, quia dicit Apostolus: Non sic pugillor, quasi aerem caedens; pugilari enim est pancratium faceré. Iam quia hinc data est similitudo, spectacula ista delectare nos debent? aut quia dixit, Qui in agone contendit, ab ómnibus abstinens est (1 Cor 9,25); propterea agonística ista vana et ludiera debet affectare chtistianus? Attende quid tibi dicatur ad similitudinem, quid moneatur ad prohibitionem. Ita ergo et hic data est quaedam similitudo de Marso, qui incantat ut educat aspidem de tenebrosa caverna: utique in lucem vult educere; illa autem amando tenebras suas quibus se involutans oceultat, dicitur quod cum exire noluetit, recusans tamen audire illas voces quibus se cogi sentit, allidit unam aurem terrae, et de cauda obturat alteram, atque ita voces illas quantum potest evitans, non exit ad incantantem. Huic símiles dixit Spiritus Dei quosdam non audientes verbum Dei, et non solum non facientes, sed omnino ne faciant audire nolentes. 8. Factum est hoc et in primis temporibus fidei. Stephanus martyr ptaedicabat vetitatem, et tanquam tenebrosis mentibus, ut eas in lucem educeret, incantabat: ubi venit ad commemorationem Christi, quem

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la Escritura—sus oídos. Lo que hicieron después lo declara el relato de la pasión de San Esteban. N o eran sordos; se hicieron sordos. C o m o n o tenían abiertos los oídos del corazón, al i r r u m p i r con violencia la palabra en los oídos de la carne forzaban los oídos del corazón, y p o r eso se taparon los del cuerpo y le apedrearon. H e a q u í los áspides, sordos, m á s duros q u e las piedras con q u e a p e d r e a r o n a su encantador. N o escucharon las palabras del encantador y del medicamento preparado por el sabio. ¿Qué es el m e d i c a m e n t o p r e p a r a d o p o r el sabio? Quizá llame m e d i c a m e n t o confeccionado al m e d i c a m e n t o medicinal. ¿O investigaremos a q u í alguna cosa más? Esto es, ¿por q u é siendo ya m e d i c a m e n t o o remedio, t a m b i é n se diga medicinal? Medicam e n t o eran los profetas, m e d i c a m e n t o era la ley, todos los preceptos eran medicamentos, p e r o este m e d i c a m e n t o a ú n n o era medicinal; con la venida del Señor, el m e d i c a m e n t o se hizo medicinal; esta virtud n o p u d i e r o n ofrecerla los m e d i c a m e n t o s anteriores. C o m o n o se curaban con el m e d i c a m e n t o , se hizo medicinal el m i s m o m e d i c a m e n t o con la venida del Señor. Sin e m b a r g o , San Esteban ya encantaba con el m e d i c a m e n t o medicinal, m a s ellos n o quisieron escucharle. D e a q u í q u e se taparon los oídos para n o recibir este m e d i c a m e n t o medicinal, pues hicieron esto al ser n o m b r a d o Cristo. Su indignación fue c o m o la indignación de la serpiente. ¿Por q u é os tapáis los oídos? Esperad, oíd y, si podéis, ensañaos. N o quisieron oír p o r q u e sólo q u e rían ensañarse. Si hubiesen oído, quizá se hubiesen calmado. P e r o su indignación fue como la indignación de la serpiente. illi omnino audire noluerunt, quid de eis Scriptura dicit? quid de illis narrat? Clauserunt, inquit, aures suas. Quid autem postea fecerint, passio Stephani natrata declarat. Non erant surdi, sed fecerunt se surdos. Quia enim aures patentes in corde non habebant, violentia tamen verbi per aures carnis irruens, etiam ipsis auribus cordis vim faciebat: clauserunt et aures corporis, et ierunt ad lapides (Act 7,56.57), Ecce áspides surdae, duriores lapidibus quibus incantatorem suum lapidaverunt: non audierunt vocem incantantis, et medicamenti medicati a sapiente. Quid est medicamentum medicatum a sapiente? Forte medicamentum confectum, dicat medicamentum medicatum. An quaerimus ibi aliquid, quomodo iam si medicamentum est, etiam medicatum sit? Medicamenta etant in Prophetis, medicamenta erant in Lege, praecepta ipsa omnia medicamenta erant; et hoc medicamentum nondum erat medicatum: adventu Domini medicatum est medicamentum; hoc illi ferré non potuetunt. Quia enim non cutabantur medicamento, medicatum est ípsum medicamentum adventu Domini. Iam Stephanus medicamentum medicatum incantabat; hoc illi audire noluerunt: unde medicatum est medicamentum, contra hoc aures clauserunt. Nam ibi hoc fecerunt, ubi nominatus est Christus. Indignatio eorum, sicut indignatio serpentis. Quid aures clauditis? Exspectate, audite; et si potueritis, saevite. Quia nolebant nisi saevite, noluerunt audire. Quod si audirent, forte desaevirent. Indignado eorum, sicut indignatio serpeniis.

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9- Ahora soportamos a estos tales (a los donatístas). A n t e todo, les parecía q u e r e t e n í a n la verdad; p e r o Dios flo cesó, n o descansó de hablar. E n su Iglesia se predica la verdad; en las entrañas de la m a d r e se patentizan sus engaños, pues está al descubierto lo q u e brilla; la ciudad edificada sobre? el m o n t e y que n o p u e d e esconderse está a la vista y es lámpara colocada sobre el candelero, la cual a l u m b r a a todos los que están en casa. ¿En d ó n d e se oculta la Iglesia de Cristo? ¿EA d ó n d e se halla encubierta su verdad? ¿ N o es acaso El el m o n t e que creció procediendo de la p e q u e ñ a piedra, el cual llenó toda la tierra? Por esto se les p r u e b a hasta la saciedad lo q u e decimos y n o tienen q u é o p o n e r contra la Iglesia. ¿Qué les queda p o r decir? ¿Para q u é nos buscáis—dicen—, p a r a q u é nos queréis? Apartaos de nosotros. T a m b i é n dicen a los suyos: N a d i e hable con los católicos, nadie se junte a ellos, nadie los escuche. Su enojo es como el enojo de la serpiente, es decir, como la indignación de la serpiente sorda y que tapa sus oídos y que no oye la v o z de los encantadores y del medicamento, es decir, la voz del m e dicamento preparado por el sabio. ¿Acaso n o se entiende ya de q u é m e d i c a m e n t o se hable c u a n d o n o m b r a la palabra voz? ¿Pero p o r ventura el m e d i c a m e n t o tiene voz? H a y cierto niedicamento q u e posee voz. Llevamos con nosotros el m e d i c a m e n t o ; oíd su voz n o c o m o áspides sordos: Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. Esta es la voz del medicamento y él está preparado por el sabio. Pues ya vino Cristo, que c u m p l i ó la ley y los profetas, q u e consolidó la mis-

m a verdad, la cual encierra toda la ley y los profetas en los dos preceptos del amor a Dios y al p r ó j i m o . 10. Quizá h e m o s de investigar algo sobre lo q u e se dice: q u e el áspid de tal m o d o tapa sus oídos, que u n o le o p r i m e contra la tierra y el otro le tapa con la cola. Esto, ¿qué quiere decir? Por la cola se e n t i e n d e n las cosas posteriores. Luego conviene p o n e r a la cola, o a la espalda, las cosas pasadas para encaminarnos a las q u e se nos p r o m e t e n . Por tanto, n o debemos deleitarnos en nuestra vida pasada ni en la presente. Esto nos lo aconseja el Apóstol, diciendo: ¿Tuvisteis en algún tiempo fruto de las cosas de las que ahora os sonrojáis? N o s aparta del recuerdo de las cosas pasadas para q u e n o volvamos, ansiosos de gozos m u n d a n o s , el corazón a Egipto. ¿Qué dice sobre las presentes? ¿ D e q u é m o d o nos m a n d a despreciarlas? O í d : No pongáis—dice—la mirada en las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. A s i m i s m o , dice sobre la vida presente: Si en esta vida solamente tenemos puesta la esperanza en Cristo (y Cristo no resucitó), somos los más desdichados de los hombres. Olvida,, pues,, las cosas pasadas., con las q u e viviste desastrosamente; desprecia las presentes, con las que vives temporalm e n t e , n o sea q u e , encadenándote, éstas n o te p e r m i t a n llegar a conseguir las futuras. Si te deleita la vida presente, has p e g a d o tu oído a la tierra; si te deleitas con tus costumbres pasadas, a u n q u e ya colocadas atrás, tapaste tu oído con la cola. D e b e s salir a la luz, a b a n d o n a r las tinieblas al oír la voz del medicam e n t o p r e p a r a d o p o r el sabio, para q u e , c a m i n a n d o ya en la luz y

9. Tales etiam istos patimur. Primo sibi veritatem tenere videbantur: non cessavit Deus, non quievit. In Ecclesia sua praedicata gst veritas, in visceribus matris aperta sunt eorum mendacia: patefactum est quod lucet; demonsttata est civitas super montem constituía, quae abscondi non potest, et lucerna posita est super candelabrum, quae lucet ómnibus qui in domo sunt (Mt 5,14.15). Ubi enim latet Ecclesia Chriíti? ubi latet veritas Christi? Nonne ipse est mons qui crevit ex mininflo lapide, et implevit universam faciem terrae? (Dan 2,35). Convincuntur hinc, non habent quod dicant contra Ecclesiam. Et quid eis remansit? Quid nos quaeritis? quid nos vultis, dicunt? recedite a nobis. Dicunt autem et suis: Nemo cum illis loquatur, nemo illis coniungatur, neme ¡Uos audiat. Indignatio eorum, indignatio serpentium: sicut aspidis surdae et obturantis dures sitas, quae non exaudiet vocem incantantium, et medicamenti, hoc est vocem medicamenti, medicati a, sapiente. Nonne hiíic iam intelligitur quale medicamentum, quando vocem dicit? Numcjuid medicamentum habet vocem? Est quoddam medicamentum quod Jiabet vocem. Medicamentum portamus; vocem eius audite, non quomodo áspides surdae. Si veré utique iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hofninum. Vox est medicamenti, et hoc medkaii a sapiente. Iam enim vínit Christus qui impleret Legem et Prophetas (Mt 5,17), qui veritaterA ipsam fir-

maret: in quibus duobus praeceptis tota Lex pendet et Prophetae (Ib. 22,40). 10. An forte quaerimus aliquid et in eo quod dicitur aspis ita aures claudere, ut unam earum in terram premat, alteram cauda oppilet? Quid sibi vult hoc? In cauda, posteriora utique intelliguntur; ergo praeterita, quo iam tergum oportet poneré, ut in ea quae nobis promittuntur intendamus: ergo nec ex praeterita vita nostra, nec ex praesenti delectan debemus. Hoc enim Apostolus monet dicens, Quem ergo aliquando fructum habuistis in bis in quibus nunc erubescitis? (Rom 6,21). Revocat a recordandis cum delectatione praeteritis, et cum quadam concupiscentia fruendi, ne redeamus corde in Aegyptum. Quid de praesentibus? quomodo iubet etiam ipsa contemni? Non respicientibus, inquit, quae videntur, sed quae non videntur. Quae enim videntur, temporalia sunt: quae autem non videntur, aeterna (2 Cor 4,18). ítem de praesenti vita dicit: Si in hac vita tantum in Christo sperantes sumus, miserabiliores sumus ómnibus hominibus (1 Cor 15,19). Obliviscere ergo praeterita, quibus male vixisti; contemne praesentia, quibus temporaliter vivis, ne te alligando, praesentia non permittant pervenire ad futura. Si enim praesens vita te delectat, aurem in térra posuisti: si tuis praeteritis etiam retro labentibus delectaris, aurem de cauda obturasti. Debes ergo iré in lucem, exire de tenebris, audita voce medicamenti medicati a

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alborozándote, digas: Olvidado de lo de atrás, me extiendo a lo de delante. No dijo: Olvidándome de lo de atrás, me deleito con lo presente. Cuando dice: Olvidado de lo de atrás, no tapa su oído con la cola. Cuando dice: Me extiendo a lo de delante, no se ensordeció a estas cosas y a las presentes. Con razón oye, predica, se alboroza su lengua presentando la verdad a la nueva luz una vez que se despojó de la vieja vestidura. Para esto sirve la prudencia de la serpiente que el Señor nos mandó imitar. Pues dice: Sed -prudentes como las serpientes. ¿En qué consiste el ser prudente como las serpientes? En ofrecer nuestros miembros a los golpes, protegiendo la cabeza para que quede intacta. Cristo es la cabeza del varón. Sin embargo, a nosotros nos abruma como el peso de cierta piel y como la ancianidad o vejez del hombre viejo. Oye, si no, al Apóstol, que dice: Desnudaos del hombre viejo y revestios del nuevo. Pero ¿cómo me desnudo —dice—del hombre viejo? Imitando la prudencia de la serpiente. ¿Qué hace la serpiente para despojarse de su vieja camisa o piel? Se contrae y pasa por una abertura estrecha. ¿Y dónde —dice—encontraré tal abertura? Oye: Estrecho y angosto es el camino que conduce a la vida y pocos son los que transitan por él. Le temes, y no quieres transitar por él, porque son pocos los que andan por él. Allí debe despojarse del vestido viejo, pues no puede hacerse esto en otro sitio. Por el contrario, si quieres que te estorbe, te sea gravoso y te deprima el vestido viejo, no transites por el camino estrecho. Si te hallas sobrecargado con cierta inveterada costumbre de tus pecados de la vida pasada, no puedes transitar por él. Como el cuerpo corrupsapiente; ut iam in luce ambulans, et exsultans dicas: Quae retro oblitus, in ea quae ante sunt extentus (Phil 3,13). Non dixit: Quae retro oblitus, et ex praesentibus delectatus. Cum dicit, Quae retro oblitus, non obturavit aurem de cauda; cum dicit, ln ea quae ante sunt extentus, his et praesentibus non obsurduit: mérito audiens, mérito praedicans, mérito exsultat lingua eius, praedicans veritatem in luce nova, deposita vetere túnica. Et ad hoc enim valet astutia serpentis, ad quam nos imitandam Dominus exhortatur. Ait enim: Estofe astuti sicut serpentes (Mt 10,16). Quid est, astuti sicut serpentes? Offer omnia membra tua percutienti, dummodo caput integrum serves. Caput viri, Christus (1 Cor 11,3). Sed gravat quasi pondus corii cuiusdam et quasi senecta veteris hominis. Audi Apostolum dicentem, Exuentes vos veterem hominem, et induentes novum (Col 3,9.10). Et quomodo exuo, inquis, veterem hominem? Imitare astutiam serpentis. Quid enim facit serpens, ut exuat se veterem tunicam? Coarctat se per foramen angustum. Et ubi, inquis, invenio hoc foramen angustum? Audi: Arcta et angusta est via quae ducit ad vitam, et pauci sunt qui ingrediuntur per eam (Mt 7,14). Reformidas eam, et non vis atribulare, quia pauci sunt? Ibi ponenda est vetus túnica, et alibi poni non potest. Aut si vis vetustate impedid, gravari, premi, noli iré per angustam. Si autem gravaris vetustate quadam peccati tui et praeteritae vitae, transiré non potes. Quia etgo

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tibie apesga al alma, es necesario o que los deseos carnales no depriman o que nos desnudemos de las concupiscencia de la carne. ¿Y cómo nos desnudaremos si no vamos por el camino estrecho, si no somos prudentes como las serpientes? 11 [v.7]. Dios pulverizó los dientes de ellos en la boca de ellos. ¿De quiénes? De aquellos en los que la indignación es semejante a la de la serpiente y a la del áspid, que tapa sus oídos para no oír la voz de los encantadores y del medicamento preparado por el sabio. ¿Qué hizo el Señor a éstos? Les pulverizó los dientes dentro de su boca. Esto se ejecutó: se llevó a cabo anteriormente y se lleva a cabo actualmente. Hubiera bastado decir, hermanos míos: Dios pulverizó los dientes de ellos. ¿Por qué añadió en la boca de ellos? Los fariseos, semejantes a la serpiente y al áspid, no quisieron oír la ley, no quisieron oír los preceptos de verdad proclamados por Cristo. Se deleitaban en sus pecados pasados y no querían abandonar su modo de vivir, es decir, los goces terrenos por los eternos. Se tapaban un oído con el deleite de lo pasado, y el otro, con el de lo presente; por eso no querían oír. Porque ¿de dónde proviene aquello: Si le dejamos en paz, vendrán los romanos y nos quitarán el lugar y la nación? N o querían perder el lugar; habían pegado su oído a la tierra, y por eso no quisieron oír aquellas palabras preparadas por el sabio. También se dijo de ellos que eran avaros y amantes del dinero. Toda su vida, aun la pasada, fue descrita por el Señor en el Evangelio. Quien lee el Evangelio con atención, advierte cómo se tapaban ambos oídos. Atienda vuestra caridad. ¿Qué hizo el Señor? Trituró los dientes de ellos en corpus quod corrumpitur, aggravat animam (Sap 9,15): vel cupiditates corporales non premant, vel concupiscentiae carnis exuantur. Unde exuuntur, nisi ieris per angustam, nisi fueris astutus ut serpens? 11 [v.7]. Deus contrivit dentes eorum in ore ipsorum. Quorum? Quibus indignatio est sicut similitudo serpentis, et aspidis obturantis aures suas, ne audiat vocem incantantium, et medicamenti medicati a sapiente. Quid illis fecit Dominus? Contrivit dentes eorum in ore ipsorum. Factum est; hoc primo factum est, et modo fit. Sed sufficeret, fratres mei, ut diceretur, Deus contrivit dentes eorum. Quare, in ore ipsorum? Nolebant audire legem, nolebant audire praecepta veritatis a Christo Pharisaei, similes serpenti illi et aspidi. Praeteritis enim suis peccatis delectabantur, et praesentem vitam nolebant amittete, id est gaudia terrena pro gaudiis aeternis. Unam aurem claudebant ex delectatione praeteritorum, alteram ex delectatione praesentium: ideo nolebant audire. Nam unde est illud: Si dimiserimus eum, venient Romani, et tollent nobis et locum et gentem? (lo 11,48). Utique nolebant perderé locum, ad tetram colliserant aurem suam; et ideo noluerunt audire verba illa medicata a sapiente. Dictum est de illis et quod avari erant et amatores pecuniae: et omnis vita eorum, etiam praeterita, descripta est a Domino in Evangelio. Qui legit diligenter Evangelium, invenit unde illi ambas aures obturabant. Intendat Chantas Vestra: Dominus quid fecit? Con-

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la boca de ellos. ¿Qué significa en la boca de ellos? Q u e para q u e hablasen en contra de sí, D i o s les obligó a dictar sentencia en contra suya p o r su p r o p i a boca. P r e t e n d í a n acusarle p o r el tributo; m a s El n o dijo: Es lícito dar o n o dar el tributo. Q u e ría triturarles los dientes con los q u e deseaban morderle, p e r o quería triturárselos en su m i s m a boca. Si hubiese dicho: Pagúese el tributo al César, le hubiesen acusado diciendo q u e renegaba de la nación judaica haciéndola tributaria. P o r su pecado p a g a b a n tributo a su situación abyecta, conforme les había sido profetizado en la ley. Si nos mandase pagar el tributo, le tendremos — d i c e n — p o r el injuriador de nuestra nación; si nos dice: N o le paguéis, le tendremos p o r contrario a nosotros, afectos al César. T a l proposición sin salida presentaron al Señor para cogerle p o r sus propias palabras. ¿Pero a q u i é n se acercaron? A q u i e n sabía cómo había de pulverizar los dientes de ellos en la boca de ellos. Mostradme la moneda—les d i c e — . Hipócritas, ¿por qué me tentáis? ¿Tratáis sobre el p a g o del tributo? ¿Queréis obrar justicia? ¿Recabáis u n consejo de justicia? Si verdaderamente habláis justicia, juzgad con rectitud, hijos de los hombres. Pero c o m o ahora decís u n a cosa y pensáis otra: Hipócritas, ¿por qué me tentáis? A h o r a m i s m o pulverizaré vuestros dientes en vuestra boca: Mostradme la moneda. Y se la presentaron. El n o dijo: Es del César, sino que les p r e g u n t a : ¿De quién es?, a fin de pulverizar sus dientes en su p r o p i a boca. H a b i e n d o interrog a d o : ¿ D e quién era la imagen y la inscripción?, le respondier o n : Del César. Y a les pulverizó el Señor sus dientes en su propia boca. Y a respondisteis; ya fueron pulverizados vuestros

dientes en vuestra boca. Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. El César busca su i m a g e n : dádsela. Dios busca la suya: devolvédsela. N o p i e r d a el César su m o n e d a p o r vosotros, n o pierda Dios la suya en vosotros. Ellos n o supieron q u é responder. F u e r o n enviados para acusarle y volvieron diciendo que nadie le podía contestar. ¿Por qué? P o r q u e les p u l verizó sus dientes en su m i s m a boca. 12. Parecido a esto es aquello: ¿Con qué poder haces estas cosas? Yo, por mi parte, os pregunto una sola cosa; respondedme. Y les p r e g u n t ó sobre San J u a n , diciéndoles de d ó n d e p r o cedía el bautismo de J u a n : ¿Del cielo o de los h o m b r e s ? , a fin de que, si contestaban algo, su contradicción fuese contra ellos. N o quisieron decir: D e los h o m b r e s , t e m i e n d o q u e los h o m b r e s los apedreasen, puesto q u e tenían a San J u a n p o r profeta. Decir q u e procedía de D i o s lo t e m í a n m u c h o más, p a r a n o verse obligados a confesar q u e El era el Cristo, ya q u e San J u a n le había predicado p o r el Cristo. Acorralados por ambos lados, estrechados por una y otra parte, quienes t r a m a b a n i m p u t a r l e u n crim e n se excusaron con su ignorancia y dijeron: No lo sabemos. C u a n d o le dijeron: ¿Con qué potestad haces estas cosas?, le p r e p a r a b a n una acusación, pues si hubiese dicho: Soy el Cristo, le hubiesen atacado p o r altivo, soberbio y sacrilego. N o quiso decir: Soy Cristo, sino q u e p r e g u n t ó sobre San J u a n , el cual había dicho que Jesús era el Cristo. Ellos n o se atrevieron a censurar a San J u a n t e m i e n d o que el p u e b l o los matase; t a m p o c o se atrevieron a decir q u e J u a n habló verdad p a r a n o verse en la precisión de q u e se les dijese: Creedle. E n m u d e c i e r o n ; dijeron

privit dentes eorum in ore ipsorum. Quid est, in ore ipsorum? Ut ore suo contra se pronuntiarent: coegit illos ore suo in se sententiam dicere. Calumnian volebant ei propter tributum: non dixit ille, Licet reddere tributum, aut, non licet reddere. Et volebat dentes eorum, quibus inhiabant ut morderent, conterere; sed in ore ipsorum volebat. Si diceret, Solvatur Caesari tributum; calumniarentur illi quod maledixisset genti Iudaeorum, eam tributariam faciendo. Ex peccato enim tributum reddebant humiliati, sicut illis in Lege praedictum erat. Tenemus illum, aiunt, maledictorem gentis nostrae, si nos iusserit tributum persolvere: si autem dixerit, Nolite solvere, tenemus eum quod contradixerit nobis devotos esse Caesari. Talenl bicipitem laqueum quasi capiendo Domino posuerunt. Sed ad quem venerant? Qui noverat conterere dentes eorum in ore ipsorum. Ostendite mihi nummum, inquit. Quid me tentatis, hypocritae? De tributo solvendo cogitatis? iustitiam faceré vultis? consilium iustitiae quaeritis? Si veré iustitiam loquimini, recta iudicate, filii hominum. Nunc autem quia alia loquimíni, alia iudicatis, hypocritae estis: quid me tentatis? Nunc conteram dentes vestros in ore vestro: ostendite mihi nummum. Et demonstraverunt eí. Et ille non dicit, Caesaris est; sed interrogat, Cuius est? ut eorum dentes in ore ipsorum conterantur. Quaerente quippe illo cuius haberet imaginem et inscriptionem, illi Caesaris dixerunt. Iam nunc Dominus conteret dentes eorum in ore ipsorum. Iam respondistis, iam con-

triti sunt dentes vestri in ore vestro. Reddite Caesari quae Caesaris sunt, et Deo quae Dei sunt (Mt 22,17-21). Quaerit Caesar imaginem suam; reddite: quaerit Deus imaginem suam; reddite. Non perdat ex vobis Caesar nummum suum: non perdat Deus in vobis nummum suum. Et illi non invenerunt quid responderent. Missi enim erant ut calumniarentur ei: et redierunt dicentes quod nemo possit ei responderé. Unde? Quia contriti erant dentes eorum in ore ipsorum. 12. Inde est et illud: ln qua potestate ista facis? Et ego interrogabo vos unum sermonem; respóndete mihi. Et interrogavit de Ioanne, unde esset baptismus Ioannis, de cáelo, an ex hominibus; ut si quid responderent, contra illos esset. Noluerunt dicere, Ex hominibus, timentes nomines ne lapidarentur ab eis, eo quod Ioannem prophetam haberent: dicere, De cáelo plus formidabant, ne faterentur ipsum Christum, quia Ioannes praedicaverat Christum. Coarctati utrinque, ex hac parte et ex hac parte, qui parabant obiicere crimen responderunt ignorantiam; dixerunt: Nescimus (Me 11,28-33). Calumniam enim praeparabant, quando dixerunt, ln qua potestate ista facis? ut si diceret, Christus sum, quasi arrogantem, superbum, sacrilegum invaderent. Noluit dicere, Christus sum; sed quaesivit de Ioanne, qui dixerat quod ipse esset Christus. Illi non sunt ausi reprehenderé Ioannem, timentes ne a populo occiderentur: non sunt ausi dicere, Verum dixit Ioannes, ne diceretur eis, Credite illi.

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q u e n o lo sabían; ya n o tenían fuerzas p a r a morder. ¿Cómo es q u e carecieron de fuerzas? Y a se os ocurre a vosotros: p o r q u e h a b í a n sido pulverizados sus dientes en su propia boca. 13. El Señor desagradó al fariseo que le invitó al b a n q u e t e p o r q u e se acercó a sus pies la mujer pecadora, y p o r eso m u r m u r ó del Señor, d i c i e n d o en su interior: Si éste fuese profeta, sabría qué mujer se le ha acercado a sus pies. ¡Oh fariseo!, ¿cómo sabes tú, q u e n o eres profeta, q u e ignora Jesús q u i é n es la mujer q u e se le ha p o s t r a d o a sus pies? P o r q u e el Señor se alboroza en el corazón y n o observa los ritos purificatorios de los judíos que e x t e r i o r m e n t e g u a r d a b a n referentes a la purificación de la carne, p o r eso sospechó esto del Señor. Pero el Señor, q u e conocía los pecados de la mujer y oía los pensamientos de su huésped, respondió lo que sabéis. Para n o d e t e n e r m e a q u í hablando largamente, diré que quiso pulverizar los dientes de él en la boca de él. Pues le p r o p u s o esta parábola: Había dos deudores de un usurero; el uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Ni uno ni otro tenían con qué pagarle; mas El perdonó a entrambos. ¿Quién te parece que le amó más? Le p r e g u n t a para q u e Je responda y le responde para pulverizar sus dientes en su boca. R e s p o n d i ó confundido y dejó de hablar. Ella, q u e había entrado en casa ajena, p e r o q u e n o se había acercado a Dios ajeno, recibió la misericordia. El Señor pulverizó los dientes de ellos en la boca de ellos.

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14. El Señor trituró las muelas de los leones. N o sólo las de los áspides. ¿ Q u é diremos de los áspides? Los áspides p r e tenden inocular insidiosamente el veneno, esparcirle por el cuer-

p o y producir la m u e r t e silbando. Clarísimamente se ensañaron las turbas y r u g i e r o n c o m o leones. ¿Por qué bramaron las gentes, y los pueblos meditaron cosas vanas? C u a n d o p o n í a n asechanzas al Señor diciendo: ¿Es lícito dar el tributo al César o no?, eran áspides, eran serpientes; p e r o entonces les fueron p u l verizados sus dientes en su p r o p i a boca. M á s tarde clamaron: ¡Crucifica, crucifícale!; ésta ya n o es lengua de áspid, sino rugido d e león; p e r o t a m b i é n el Señor trituró las muelas de los leones. Quizá con razón n o se añadió a q u í "en la boca de ellos". P o r q u e los q u e insidiaban con capciosas p r e g u n t a s eran vencidos p o r sus propias respuestas; p e r o estos q u e p a t e n t e m e n t e se ensañaban, ¿por ventura h a b í a n de ser vencidos p o r las respuestas? Sin e m b a r g o , les fueron trituradas sus muelas, p u e s Cristo crucificado resucitó, subió al cielo, fue glorificado, es adorado p o r las naciones y p o r todos los reyes. Se ensañen ahora los judíos si pueden. N o se ensañan, p o r q u e el Señor trituró las muelas de los leones. 15. T a m b i é n tenemos una prueba, u n m o d e l o de esto, en los herejes, p o r q u e vemos que ellos t a m b i é n son serpientes sordas d e b i d o a Ja indignación, q u e n o quieren oír el m e d i c a m e n t o p r e p a r a d o por el sabio, y p o r eso el Señor t r i t u r ó sus dientes en su boca. ¡De q u é m o d o se ensañaban en nosotros, ultrajándonos c o m o si fuésemos sus perseguidores, al deponerlos de las sedes! A h o r a pregúntales a ellos: ¿ D e b e n ser depuestos los herejes de las sedes o no? Respondan, pues. D i g a n q u e n o deben ser depuestos. Entonces vuelvan los maximianistas a las sedes. Para q u e n o r e t o r n e n los maximianistas a las sedes, dicen que

Obmutuerunt, nescire se dixerunt: iam morderé non valebant. Unde non valebant? Iam occurrit vobis; contriti erant dentes eorum in ore ipsorum. 13. Pharisaeo displicuit Dominus illi qui ad prandium vocaverat, quod peccatrix mulier accesserit ei ad pedes; et murmuravit adversus eum dicens: Si esset bic propheta, sciret quae mulier illi accessit ad pedes. O tu non propheta, unde seis quod nescierit quae mulier illi accessit ad pedes? Quia non servabat videlicet munditiam Iudaeorum, quae a foris quasi custodiebatur in carne, et exsulabat ex corde, hoc de Domino suspicatus est. Dominus autem qui peccata mulieris noverat, etiam cogitationes hospitis audiebat, et respondit quae nostis. Et ne diu hinc loquar, tamen in ore eius voluit conterere dentes eius. Proposuit enim: Dúo debitares erant ctádctm feneratori: unus quingentos debebat denarios, alius quinquaginta. Non habebant ambo unde redderent; dimisit ambobus. Quis eum plus dilexit? Ad hoc interrogat ille, ut ille respondeat: ad hoc ille respondet, ut dentes eius in ore eius conterantur. Respondit confusus, exclusus est: admissa est illa ad percipiendam misericordiam, quae irruperat in habitaculum alienum, sed non accesserat ad Deum alienum (Le 7,39-50): Contrivit Dominus dentes eorum in ore ipsorum. 14. Molas leonum confregit Dominus. Non tantum aspidum. Quid de aspidibus? Áspides insidióse volunt venena immittete, et spargere, et

insibilare. Apertissime saevierunt gentes, et fremuerunt sicut leones. Quare fremuerunt gentes, et populi meditati sunt inania? (Ps 2,1). Quando insidiabantur Domino, Licet daré tributum Caesari, an non licet? áspides erant, serpentes erant: contriti sunt dentes eorum in ore ipsorum. Postea clamavetunt, Crucifige, crucifige (Mt 27,23, et lo 19,6): iam non est lingua aspidis, sed fremitus leonis. Sed et molas leonum confregit Dominus. Forte hic non vacat quod non addidit, in ore eorum. Insidiantes enim captiosis interrogationibus, cogebantur responsione sua vinci: isti autem qui aperte saeviebant, numquid interrogationibus convincendi erant? Tamen et eotum molae contri tae sunt: ctucifixus resurrexit, ascendit in caelum, glorificatus est Chtistus, adoratur ab ómnibus gentibus, adoratur ab ómnibus regibus. Saeviant modo Iudaei, si possunt. Non saeviunt. Molas leonum confregit Dominus. 15. Habemus et in haereticis hoc documentum et experimentum, quia et ipsos invenimus esse serpentes indignatione obsutdatos, nolentes audite medicamentum medicatum a sapiente: et in ore ipsorum contrivit Dominus dentes eorum. Quomodo saeviebant in nos, reprehendendo quod quasi persecutores essemus, excludendo illos de basilicis? Modo jilos interroga: Debent excludi haetetici de basilicis, an non debent? Respondeant modo. Dicant non deberé: repetunt Maximianistae basílicas. Ne autem repetant Maximianistae basílicas, dicunt débete. Quid est etgo

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deben ser excluidos de ellas los herejes. ¿Qué es lo que decíais contra nosotros? ¿O es q u e h a n sido triturados vuestros dientes en vuestra boca? ¿Qué tenemos q u e ver nosotros con los reyes, dicen? ¿Qué con los emperadores? Allá vosotros—dicen—, q u e os vanagloriáis con los emperadores. Y o t a m b i é n p r e g u n t o : ¿Qué tenéis q u e ver vosotros con los procónsules que enviaron los emperadores? ¿Qué con las leyes q u e contra vosotros dieron los emperadores? Los emperadores de nuestra c o m u n i ó n dictaron leyes contra todos los herejes y ciertamente llaman herejes a los q u e n o son de su c o m u n i ó n , entre los cuales, sin duda, estáis vosotros. Si son leyes verdaderas, sirvan t a m b i é n contra vosotros, herejes donatistas; si son falsas, ¿por q u é h a n de valer (según queréis) contra los herejes de vuestra c o m u n i ó n ? H e r m a n o s , atended u n p o q u i t o y entended lo que dijimos; cuando los donatistas presentaron su causa contra los maximianistas con el fin de que, condenados p o r ellos y declarados cismáticos de su credo, fuesen arrojados de sus sillas, las cuales retenían de antiguo, y, p o r lo mismo, sucedían obispos maximianistas a los muertos, q u e r i e n d o arrojarlos de ellas y necesitando de leyes públicas, acudieron a los jueces, diciendo q u e eran católicos para poder echar a sus herejes. ¿Por q u é te llamas católico para deponer a tus herejes y m á s bien n o te haces católico p a r a q u e n o seas tú también arrojado como hereje? Ahora te finges católico para p o d e r echar a los herejes. El juez no p u e d e juzgar nada m á s q u e sobre sus leyes. Se llamaron católicos; se les a d m i t i ó a sustanciar la causa. Dijeron q u e los maximianistas eran herejes; se hizo el atestado judicial para probarlo y se leyó el concilio Bagaitano. en d o n d e fueron condenados los maximianistas. Se insertó en las quod dicebatis adversum nos? An contriti sunt dentes vestri in ore vestto? Quid nobis et regibus, inquiunt? quid nobis et imperatoribus? Vos de imperatoribus praesumitis. Quaero et ego: Quid vobis ad procónsules, quos miserunt imperatores? quid vobis ad leges, quas contra vos dederunt imperatores? Imperatores communionis nostrae leges adversus omnes haereticos dedecunt: eos utique appellant haereticos, qui non sunt communionis eorum, ínter quos utique et vos estis. Si verae sunt leges, valeant et in vos haereticos; si falsae sunt leges, quare valent contra vestros haereticos? Fratres, paululum advertite, et intelligite quod diximus: quando egerunt causas suas adversus Maximianistas, ut eos a se damnatos et schismaticos suis eiicerent de locis, quae illi loca tenebant antiquitus, et successerant episcopis decessoribus suis; volentes illos inde excludere, egerunt legibus publicis, ad iudices venerunt, dixerunt se catholicos, ut possent excludere haereticos. Quare te dicis catholicum, ut excludatur haereticus, et non potius es catholícus, ne sis exclusus haereticus? Modo catholicus es, ut valeas ad excludendum haereticum. Iudex enim non posset nisi legibus suis iudicare. Dixerunt se catholicos; admissi sunt agere: dixerunt illos haereticos; quaesivit unde probaretur: lectum est concilium Bagaitanum, ubi damnati sunt Maximianistae; in-

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actas proconsulares; se a p r o b ó q u e , condenados los m a x i m i a n i s tas, n o d e b í a n retener las sedes y el procónsul se p r o n u n c i ó seg ú n la ley. ¿Según q u é ley? Según la q u e se había dado contra los herejes. Si contra los herejes, t a m b i é n contra ti, donatista. ¿Por q u é dices contra m í (¡oh A g u s t í n ! ) ? Y o n o soy hereje. Si tú n o eres hereje, son falsas las leyes, p o r q u e fueron p r o m u l g a das p o r los emperadores q u e n o son de tu c o m u n i ó n , y todos los q u e n o son de su credo se llaman herejes p o r sus leyes. N o investigo si son verdaderas o falsas. D e j e m o s a u n lado esta cuestión, si todavía existe. Entre tanto, según tu m o d o de obrar, te p r e g u n t o ahora: ¿Son verdaderas o son falsas? Si son verdaderas, se las crea; si son falsas, ¿por q u é usas de ellas? Dijisre al procónsul: Soy católico, d e p o n al hereje. T e p r e g u n t ó el procónsul: ¿Cómo pruebas q u e es hereje (el maximianista) ? Le presentaste tu concilio; demostraste q u e le habías condenado. El, o ya estando en connivencia contigo o ya n o e n t e n d i e n d o , aplicó la ley c o m o juez, y conseguiste del juez lo q u e n o quieres se consiga de ti. Si el juez aplicó la ley del e m p e r a d o r según tu sugerencia, ¿por q u é tú n o la empleas p a r a corregirte? V e q u e arrojó a tu hereje (de la sede) valiéndose de la ley de su e m p e r a d o r ; ¿por q u é n o quieres q u e te arroje a ti basado en la m i s m a ley? O s contesto con vuestros hechos. O c u p a b a n las sedes los maximianistas, ahora las ocupáis vosotros; los maximianistas fueron arrojados de ellas; subsisten las órdenes de los procónsules, subsisten los memoriales de las actas; se recibe a los alguaciles, se c o n m u e v e n las ciudades, son arrojados los h o m b r e s de sus puestos. ¿Por qué? P o r q u e son herejes. ¿En virtud de q u é ley sertum est Actis proconsularibus, probatum est quod illi damnati non deberent tenere basílicas, et pronuntiavit procónsul ex lege. Ex qua lege? Quae lata est contra haereticos. Si contra haereticos, et contra te. Quare, inquit, contra me? non enim ego haereticus sum. Si tu haereticus non es, falsae sunt illae leges: ab his enim imperatoribus latae sunt, qui non sunt communionis tuae; omnes qui non sunt communionis eorum, legibus suis haereticos vocant. Non quaero utrum verae an falsae; sequestrata illa sit quaestio, si adhuc quaestio est: interina secundum te modo interrogo. Verae leges sunt, an falsae leges sunt? Si verae sunt, credatur eis: si falsae sunt, quare uteris eis? Dixisti proconsuli: Catholicus sum, exelude haereticum. Quaesivit ille unde probaretur haereticus: protulisti concilium tuum, ostendisti quod eum damnavetis. Ule vel connivens, vel non intelligens, usus tamen est lege sicut iudex: et fecisti de iudice quod de te non vis faceré. Si enim iudex usus est lege imperatoris ad tuam suggestionem, cur ea tu non uteris ad tuam correctionem? Ecce eiecit haereticum tuum ex lege imperatoris sui: quare te ex eadem lege non vis ut eiiciat? Replicamus quod fecistis: ecce basilicae tenebantur a Maximianistis, modo a vobis tenentur; exclusi sunt ex eis Maximianistae: exstant iussiones proconsulum, exstant memoriae Gestorum; apparitores accipiuntur, civitates excitantur, pelluntur homines de locis suis. Quate? Quia haeretici sunt. Qua lege pelluntur? Responde: videamus si nondum

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son arrojados? R e s p o n d e . Veamos si aún n o han sido triturados vuestros dientes en vuestra boca. ¿Es falsa la ley? Entonces n o sirve contra tu hereje. ¿Es verdadera? Sirva también contra ti. N o tienen salida. Dios pulverizó los dientes de ellos en la boca de ellos. Por esto, d o n d e n o p u e d e n introducir furtivamente la pérfida m e n t i r a c o m o áspides, r u g e n con descarada violencia c o m o leones. A p a r e c e n y se ensañan las turbas armadas de los circunceliones o de los desalmados vagabundos; causan el estrago o carnicería q u e p u e d e n y tan g r a n d e c o m o pueden. P e r o t a m b i é n el Señor trituró las muelas de los leones. 16 [v.8}. Desaparecieron como agua que corre. N o os aterren, hermanos, ciertos ríos q u e llamamos torrentes; en el invierno se llenan de agua. N o temáis; después de u n p o q u i t o desaparecen; corre el agua; p o r u n t i e m p o hace u n gran ruido; al instante cesa, n o p u e d e subsistir p o r m u c h o tiempo. Muchos herejes ya desaparecieron, corrieron p o r sus arroyuelos cuanto pudieron, se deslizaron, se secó su torrente, apenas queda casi m e m o r i a de su existencia. Desaparecieron como agua que corre. P e r o n o sólo ellos, sino t a m b i é n t o d o el m u n d o hace g r a n ruido t e m p o r a l m e n t e y busca a quién arrastrar. N o os arrastren los impíos y los soberbios, que, al i r r u m p i r y confluir como agua contra las peñas de su soberbia, hacen g r a n ruido. Son aguas de invierno q u e n o p u e d e n subsistir siempre. Es necesario q u e se deslicen y vayan a su lugar, a su p a r a d e r o o término. Y, sin embargo, de este torrente del m u n d o bebió el Señor. Pues padeció aquí, bebió del torrente; bebió en el c a m i n o , p e r o de paso, porq u e n o se d e t u v o en el c a m i n o de los pecadores. ¿Qué dice de El la Escritura? En el camino bebió del torrente; por eso levantó contriti sunt dentes vestri in ore vestro. Falsa lex est? Non valeat in haereticum tuum. Vera lex est? Valeat et in te. Non est quod respondeant; Deus contrivit dentes eorum in ore ipsorum. Ideoque ubi non possunt lubrica fallacia serpere ut áspides, aperta violentia fremunt ut leones. Prosiliunt et saeviunt armatae turbae Circumcellionum; dant stragem quantam possunt, quantamcumque possunt. Sed et molas leonum confregit Dominus. 16 [v.8]. Spernentur tanquam aqua decurrens. Non vos terreant, fratres, quidam fluvii qui dicuntur torrentes; hiemalibus aquis implentur: nolite timere; post paululum transit, decurrit aqua, ad tempus perstrepit, mox cessabit; diu stare non possunt. Multae haereses iam emortuae sunt: cucurrerunt in rivis suis quantum potuerunt, decurrerunt, siccati sunt rivi, vix eorum memoria reperitur, vel quia fuerint. Spernentur tanquam aqua decurrens. Sed non solum ipsi: totum hoc saeculum ad tempus perstrepit, et quaerit quem trahat. Omnes impii, omnes superbi, sonantes ad saxa superbiae suae quasi aquis irruentibus et confluentibus, non vos terreant; hiemales aquae sunt, semper manare non possunt: necesse est decurrant in locum suum, in finem suum. Et tamen de isto torrente saeculi bibit Dominus. Passus est enim hic, ipsum torrentem bibit; sed in via bibit, sed in transcursu, quia in via peccatorum non stetit (Ps 1,1).

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la cabeza. Es decir, p o r eso fue glorificado, p o r q u e m u r i ó ; p o r eso resucitó, p o r q u e padeció. Si n o hubiese querido beber del torrente en el camino, n o hubiese m u e r t o ; si n o hubiese m u e r t o , n o hubiese resucitado; si n o hubiese resucitado, n o hubiera sido glorificado. L u e g o en el camino bebió del torrente; por eso levantó la cabeza. Y a ha sido ensalzada nuestra Cabeza; le seguir á n sus m i e m b r o s . Desaparecieron como agua que corre. Entesó su arco hasta que sean debilitados. Las amenazas de D i o s n o cesan. El arco de Dios son sus amenazas. Se entesa el arco; aún n o hiere. Entesó su arco hasta que sean debilitados. M u c h o s , atemorizados p o r la tensión de su arco, se debilitaron. Por esto se debilitó A q u e l que dijo: ¿Qué quieres que haga? Yo soy—se le dice—Jesús Nazareno, a quien tú persigues. El q u e hablaba desde el cielo entesaba su arco. M u c h o s que fueron sus enemigos se debilitaron, y, convertidos, n o quisieron levantar p o r m á s t i e m p o sus cervices contra la persistencia del arco en tensión. D e este m o d o se debilitó t a m b i é n el que dijo: N o t e m a m o s debilitarnos, p o r q u e , cuando me debilito, entonces soy más poderoso. Asimism o , al pedir q u e le fuese apartado el aguijón de la carne, ¿qué se le respondió? La fortaleza se perfecciona en la flaqueza. Entesó su arco hasta que sean debilitados. 17 [v.9J. Serán destruidos como cera licuada. H a b í a s de decir: N o todos son debilitados como yo hasta creer, pues m u chos perseveran en su pecado y maldad. N o temas nada de ellos: Como cera licuada serán destruidos. N o se levantarán contra ti, pues n o p e r m a n e c e r á n . Por el fuego de sus propias codicias seSed quid ait de illo Scriptura? De torrente in via bibet, propterea exaltabit caput (Ps 109,7): id est, propterea glorificatus est, quia mortuus est; propterea resurrexit, quia passus est. Si nollet bibere in via de torrente, non moreretur; si non moreretur, non resurgeret; si non resurgeret, non glorificaretur. Ergo, de torrente in via bibet, propterea exaltabit caput. Exaltatum est iam caput nostrum: sequantur eum membra sua. Spernentur tanquam aqua decurrens. Intendit arcum suum, doñee infirmentur. Minae Dei non cessant: arcus Dei, minae Dei. Intenditur arcus, nondum ferit. Intendit arcum suum, doñee infirmentur. Et multi infirmad sunt ipsius intentione arcus territi. Nam hinc infirmatus est ille qui dixit: Quid me iubes faceré? Ego sum, inquit, lesus Nazarenus, quem tu persequeris (Act 9,6.5). Qui clamabat de cáelo, arcum tendebat. Multi ergo qui fuerunt inimici, infirmati sunt, et conversi noluerunt erigere diu cervices suas adversus perseverantiam extenti arcus. Nam sic infirmatus est et ille qui ait, ne timeamus infirman: Quando infirmar, tune potens sum. Et cum oraret a se tolli stimulum carnis, quid ei responsum est? Virtus in infirmitate perficitur (2 Cor 12,10.9). Intendit arcum suum, doñee infirmentur. 17 [v-9]. Sicut cera liquefacta auferentur. Dicturus enim eras: Non omnes sic infirmantur, quomodo ego, ut credant: perseverant multi in malo suo et in malitia sua. Et de ipsis nihil timeas: Sicut cera liquefacta auferentur. Non contra te stabunt, non perdurabunt: igne quodam

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rán consumidos. Existe un castigo oculto; de él ha de hablar ahora el salmo hasta el fin. Quedan pocos versillos. Estad atentos. Existe un castigo futuro: el fuego del infierno, el fuego eterno. El castigo o pena futura es de dos clases: o la de los infiernos; en donde ardía el rico aquel que anhelaba le fuese depositada una gota de agua en su lengua por el dedo del pobre a quien había despreciado ante la puerta de su casa, de cuya pena dice: Soy atormentado en esta llama, o la otra que se impondrá al fin, sobre la cual han de oír los colocados a la izquierda: Id al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles. Estas penas serán patentes o al morir o al presentarse los hombres ante Dios al fin del mundo, el día de la resurrección de los muertos. Luego, ¿en esta vida no existe pena alguna, y, por tanto, deja Dios impune los pecados hasta este día? Hay aquí también cierta pena oculta, de la que se trata ahora. Esta es la que quiere recomendarnos el Espíritu de Dios; ésta es la que debemos conocer; ésta es aquella de la que debemos precavernos; ésta es la que debemos evitar, y así no caeremos en aquellas mucho más terribles. Quizá me dirá alguno: Ciertamente hay aquí castigos, cárceles, destierros, tormentos, muertes, diversas clases de dolores y tribulaciones. Sin duda que los hay y que se imponen por disposición de Dios, pero a muchos para prueba, a otros por castigo. También vemos que algunas veces con estas penas o castigos son atormentados los justos, y los perversos se ven libres de ellas; de aquí que tambalearon los pies de aquel que después, congratulándose, dice: ¡Cuan bueno es el

Dios de Israel con los rectos de corazón! Mis pies por poco no se conmovieron, porque envidié a los pecadores al contemplar su paz. Veía la felicidad de los malos, y le atraía el ser malo al contemplar cómo imperaban los malos y les iba bien en todo; cómo abundaban en toda clase de bienes temporales que aún él, como niño, deseaba obtener del Señor. Por eso tambalearon sus pies hasta que vio qué cosa debía esperarse y temerse al fin. Pues dice en el salmo antes citado que intentaba saber esto, pero que le es trabajoso hasta tanto que entre en el santuario del Señor y entienda sus postrimerías. Luego no se trata de las penas de los infiernos ni de aquellas del fuego eterno que tendrán lugar después de la resurrección, ni de estas que soportan indiferentemente en este mundo los buenos y los malos, y muchas veces más gravemente los buenos que los malos; sino de otra pena de la vida presente, de la cual quiso hacer hincapié el Espíritu de Dios. Ahora la diré. Atended, oíd. He de decir lo que sabéis, pero es más dulce cuando se manifiesta por el salmo que se creía oscuro antes de exponerse. Ved que presento lo que ya conocéis; pero como se presenta sacado de donde aún no lo advertíais, acontece que, aun conocido, al ser manifestado, nos deleita como cosa nueva. Oíd la pena de los impíos: Serán destruidos como cera licuada. Dije que esto les acontecerá por sus codicias. El mal deseo es como ardor y fuego. El fuego consume el vestido, y la sensualidad del adulterio, ¿no consume el alma? Cuando habla la Escritura sobre el adulterio, dice: ¿Por ventura alguno retendrá el juego en su seno y no arderán sus vestidos? Llevas

concupiscentiarum suarum peribunt. Est enim hic quaedam poena occulta: de illa dicturus est modo Psalmus usque in finem. Pauci sunt versus: intenti estote. Est quaedam poena futura, gehennae ignis, ignis aeternus. Futura enim poena duas species habet. Aut inferorum est, ubi ardebat dives ille, qui volebat sibi stillam aquae stillari in lingua de dígito pauperis, quem ante ianuam suam contempserat, quando ait: Quoniam crucior in hac flamma (Le 16,24). Et altera est illa in fine, de qua audituri sunt, qui ad sinistram ponendi sunt: Ite in ignem aeternum, qui praeparatus est diabolo et angelis eius (Mt 25,41). Illae poenae manifestae erunt eo tempore, quando exitum fuerit ex hac vita, aut finito saeculo perventum ad resurrectionem mortuorum. Modo ergo nulla poena est, et prorsus impunita sinit Deus peccata usque ad illum diem? Est et hic quaedam poena oceulta; de ípsa modo tractatur. Hanc vult commendare Spiritus Dei: hanc intelligamus, hanc caveamus, hanc evitemus, et in illas multum terribiles non incidemus. Forte dicturus est mihi aliquis: Sunt et hic poenae, carceres, exsilia, tormenta, mortes, diversa genera dolorum et tribulationum. Sunt quidem et ista, et Dei iudício dispensantur; sed multis ad probationem, multis ad damnationem. Videmus tamen aliquando in his poenis iustos affligi, et ab his poenis iniustos esse alíenos: unde nutaverunt pedes illi, qui postea gratulatus ait, Quam bonus Israel Deus rectis cordel Mei autem pene commoti sunt pedes,

quia zelavi in peccatoribus, pacem peccatorum intnens. Viderat enim felicitatem malorum, et delectatus erat esse malus, vídens regnare malos, bene ¡His esse, abundare eos in omni copia rerum temporalium, qualia adhuc ipse parvulus desiderabat a Domino: et nutaverunt illi pedes, usquequo videret quid in finem vel sperandum vel timendum sit. Ait enim in eodem psalmo: Hoc labor est ante me, doñee introeam in sanctuarium Dei, et intelligam in novissima (Ps 72,1.2.3.16.17). Non ergo poenas inferorum, non poenas illius post resurrectionem ignis aeterni, non poenas istas quae adhuc in hoc saeculo promiscuae sunt iustis et iniustis, et plerumque graviores íustorum quam iniustorum: sed nescio quam poenam praesentis vitae vult commendare Spiritus Dei. Advertite, audite hoc me dicturum quod noveratis: sed dulcius est cum in Psalmo ostenditur, qui obscurus antequam ostenderetur, putabatur. Ecce enim profero quae iam noveratis: sed quia inde proferuntur, ubi nondum ea videbatis, fit ut etiam nota tanquam nova delectent. Audite poenam impiorum: Sicut cera, inquit, liquefacta aujerentur. Dixi per concupiscentias suas hoc eis fieri. Concupiscentia mala, quasi ardor est et ignis. Ignis consumit vestem, libido adulterii non consumit animam? De cogitato adulterio cum loqueretur Scriptura ait: Alligabit quis ignem in sinu suo, et vestimenta sua non comburet?

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en tu seno las brasas; se perforará el vestido. Piensas en el adulterio, ¿y p e r m a n e c e r á intacta tu alma? 18. Pocos son los q u e ven estas penas internas. Por eso las recuerda de m o d o especial el Espíritu de Dios. Oye al Apóstol, q u e dice: Los entregó Dios a los deseos de su corazón. H e aquí el fuego ante cuya presencia se derriten c o m o cera. Se desligan de cierta firmeza de castidad, y por eso, yendo en pos de su sensualidad, son llamados disolutos y flojos. ¿Cómo flojos? Sueltos, ¿de qué? D e l fuego d e los malos deseos. Dios los entregó a los deseos de su corazón para que, estando repletos de toda maldad, hagan lo que no conviene. Y e n u m e r a los m u c h o s pecados q u e p r o v i e n e n de este deseo y afirma q u e son penas de sus pecados. Pues dice que la p r i m e r a p e n a o castigo es la soberbia; mejor dicho, n o es pena, puesto q u e la soberbia es el p r i m e r pecado. El p r i m e r pecado es la soberbia; la última p e n a es el fuego eterno o el fuego del infierno, el de los ya condenados. Entre el p r i m e r pecado y la última p e n a se e n c u e n t r a n en m e d i o p e cados y penas. T a n enormes son los pecados q u e se cometen p o r ellos, que, aun siendo detestables, el Apóstol, sin e m b a r g o , los d e n o m i n a p e n a s . Por causa de esto—dice—, Dios los entregó a los deseos de su corazón, a la inmundicia, para que hagan lo que no conviene. Para que n o pensase a l g u n o q u e había de ser torturado tan sólo con las mismas penas con las que ahora se deleita y n o temiese lo q u e ha de acontecer al fin, c o n m e m o r ó la última pena, diciendo que, habiendo conocido la 'justicia de Dios, no le comprendieron, porque quienes hacen estas cosas son dignos de muerte; y no sólo quienes las hacen, sino también

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19. Gestas in sinu prunas, perforatur túnica: gestas in cogitatione adulterium., et integra est anima? (Prov 6,27-29). 18. Sed istas poenas pauci vident: propterea eas máxime commendat Spiritus Dei. Audi Apostolum dicentem: Tradidit illos Deus in concupiscentias coréis eorum, Ecce ignis, a cuius facie tanquam cera liquescunt: solvuntur enim a quadam constantia castitatis: propterea et ipsi euntes in libídines suas, soluti et fluxi dicuntur. Unde fluxi? unde soluti? Ab igne concupiscentiarum. tradidit illos Deus in concupiscentias cordis eorum, ut faciant quae non conveniunt, repletos omni iniquitate. Et enumerar multa quae peccata sunt, et poenas dicit esse peccatorum. Nam dicit primam poenam superbiam: imo non poenam, sed primum peccatum superbiam. Primum peccatum superbia est: ultima poena est ignis aeternus, aut ignis infernus; iam enim damnatorum. ínter illud primum peccatum et hanc ultimam poenam, media quae sunt, et peccata sunt et poenae. Tam multa enim dicit Apostolus fieri ab eis, quae peccata sunt detestabilia; et tamen poenas eas dicit. Propter boc, inquit, Deus tradidit eos in concupiscentias cordis eorum, in immunditiam, ut jaciant quae non conveniunt. Et ne putaret quisquam ipsis poenis tantum se affligi quibus modo delectatur, et non timeret quod venturum est in fine, commemoravit ultimam poenam: Qui cum iustitiam Dei cognovissent, non intellexerunt, inquit, quoniam nui ea agunt, digni sunt marte;

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quienes los aplauden. Quienes hacen estas cosas son dignos de muerte. ¿Qué cosas? Las q u e a n t e r i o r m e n t e e n u m e r ó c o m o penas, pues dice: Dios los entregó a los depravados deseos de su corazón para que hagan lo que no conviene. El ser adúltero es una p e n a ; el ser m e n d a z , avaro, defraudador, homicida, son penas también. P e r o penas, ¿de q u é pecado? D e la p r i m e r a apostasía; de su soberbia. El comienzo del pecado del hombre es el apostatar de Dios; y: El principio de todo pecado es la soberbia. Por eso expuso p r i m e r a m e n t e cuál era el p r i m e r pecado, diciendo: Habiendo conocido a Dios, no le glorificaron o le dieron gracias como a Dios, sino que se desvanecieron en sus pensamientos, y se entenebreció su insensato corazón. Esta p e n a es el entenebrecimiento del corazón. Pero ¿de d ó n d e procedió? De que, diciendo ser sabios, se hicieron necios. ¿Por qué? O p o r q u e decían tener de sí m i s m o s lo que h a b í a n recibido de D i o s , o p o r q u e , si conocieron de q u i é n lo habían recibido, n o glorificaron a A q u e l de q u i e n conocieron q u e lo h a b í a n recibido; esto es, pues, lo q u e significa se dijeron que eran sabios. Y de aquí q u e al instante siguió la p e n a : Se hicieron necios, y se entenebreció su insensato corazón. Diciendo ser sabios, se entenebrecieron. ¿Es p e q u e ñ a esta pena? H a b l a n d o sólo de ella, ¿diremos q u e el entebrecimiento del corazón, la ceguera de la mente, es pena pequeña? Si alguno, al cometer u n h u r t o , p i e r d e en el acto u n ojo, todos dicen: D i o s le castigó justamente. Perdió el ojo del corazón, ¡y se cree q u e D i o s le p e r d o n ó ! Como cera licuada serán destruidos. Cayó fuego

de arriba y no vieron

el sol. Ves cómo in-

non solum qui faciunt, sed etiam qui consentiunt facientibus. Qui ea agunt digni sunt morte: quae? Quae superáis enumeravit in poenis esse: nam tradidit illos Deus, dixir, in concupiscentias cordis eorum, ut faciant quae non conveniunt. Ut adulter sit, iam poena est; ut mendax, ut avarus, ut fraudulenrus, ut homicida, iam poenae sunt. Cuius peccati poenae? Prioris apostasiae, illius superbiae: Initium peccati hominis apostatare a Deo; et initium omnis peccati superbia (Eccli 10,14.15). Propterea ipsum peccatum prius dixit: Qui cum cognovissent Deum, non ut Deum glorificaverunt, aut gratias egerunt; sed evanuerunt in cogitationibus suis, et obscuratum est insipiens cor eorum. Iam ista poena est obscuratio cordis. Sed unde contigit? Dicentes enim se esse sapientes, stulti facti sunt (Rom 1,21-29). Quia a se habere dicebant quod a Deo acceperant; aut si cognoverunt a quo acceperunt, non eum glorificaverunt a quo se accepisse cognoverunt; hoc est, Dicentes se esse sapientes. Et ibi statim poena secuta est: Stulti facti sunt, et obscuratum est insipiens cor eorum-, Dicentes se esse sapientes, stulti facti sunt. Parva ista poena est? Ut de ista sola loquamur, obscuratio cordis, excaecatio mentis parva est poena? Si quis furtum faciens, statim oculum perdidisset, omnes dicerent Deum praesentem vindicasse. Oculum cordis amisit, et ei pepercisse putatur Deus! Sicut cera liquefacta auferentur. 19- Supercecidit ignis, et non viderunt solem. Videtis quomodo dicit

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dica cierta p e n a de entenebrecimiento. Cayó de arriba: fuego de soberbia, fuego h u m e a n t e , fuego de concupiscencia, fuego de indignación. ¿Es g r a n d e el fuego? Sobre el que cayere n o verá el sol. Por eso se dijo: No se ponga el sol sobre vuestro airamiento. Luego, hermanos, temed el fuego de los malos deseos si n o queréis ser derritidos c o m o cera y perecer ante la presencia de Dios. Caerá este fuego de arriba y n o veréis el sol. ¿Qué sol? N o el q u e contigo ven las bestias, y las moscas, y los buenos, y los malos, p o r q u e hace salir su sol sobre los buenos y los malos; sino el otro sol, del cual h a n de decir ellos: N o salió el sol para nosotros. Todas aquellas cosas pasaron como sombras. Luego hemos errado el camino de la verdad y la luz de la justicia no nos iluminó ni nació el sol para nosotros. ¿Por qué? Porque cayó el fuego de arriba y no vieron el sol. Los venció la concupiscencia de la carne. ¿ D e d ó n d e procede esta concupiscencia? A t e n d e d . N a c i s t e de m u g r ó n , con el cual has de vencer. N o te agregues enemigos; vence con el q u e naciste. Con él viniste al estadio de esta vida. C o m b a t e con aquel q u e salió a la palestra contigo. N o habiéndole vencido, ¿por q u é desafías a la caterva de concupiscencias? H e r m a n o s , con el h o m b r e nace la delectación carnal. P e r o el q u e está bien instruido, inmediatam e n t e distingue a su e n e m i g o y le agrede y lucha, y al instante le vence, puesto que es capaz cuando a ú n n o se han multiplicado los enemigos. El q u e n o se p r e o c u p a d e vencer la concupiscencia con la q u e nació, debida a la propagación del pecado, y aún más, excita y desencadena otras m u c h a s sensualidades, difícilm e n t e las vence, y, dividiendo sus fuerzas en p r o p i o perjuicio,

es abrasado p o r su p r o p i o ardor. Así, p u e s , n o pienses q u e sólo existen las penas futuras; contempla t a m b i é n las presentes. Cayó juego de arriba y no vieron el sol. 20 [ v . 1 0 ] . Antes de que la zarza produzca espinas, como a vivientes los devorará en la ira. ¿Qué es la zarza? U n a planta espinosa q u e tiene abundantísimas espinas. P r i m e r a m e n t e es hierba, y, siendo tal, es tierna y hermosa; sin e m b a r g o , de ella han de nacer m á s tarde las espinas. Así ahora deleitan los pecados y n o p u n z a n ; la zarza es aún hierba; sin e m b a r g o , es planta espinosa. Antes de que la zarza produzca espinas quiere decir: A n t e s de q u e aparezcan torturas patentes procedentes de los deleitables placeres y de las sensualidades. Se p r e g u n t e n a sí mismos quienes a m a n algo y n o p u e d e n conseguirlo, y vean si n o son atorm e n t a d o s p o r el deseo; y, si consiguieron lo q u e ilícitamente anhelaban, vean si n o son atormentados por el dolor. Luego cont e m p l e n aquí sus penas antes de q u e llegue aquella resurrección en la que, al resucitar en cuanto a la carne, n o serán cambiados. Pues todos resucitaremos, mas n o todos seremos cambiados. Poseerán, sin duda, la corrupción de la carne, la cual no morirá, y con ella sentirán los dolores, pues de otro m o d o se acabarían los sufrimientos. Entonces aparecerán las espinas de aquella zarza, es decir, todos los dolores y las punzadas de los tormentos. ¿Qué espinas han de soportar aquellos que han de decir: Estos son aquellos a quienes en otro tiempo tuvimos por escarnio? Las espinas del dolor de la penitencia, p e r o tardías e infructuosas, como la infecundidad de las espinas. La penitencia de este t i e m p o es dolor medicinal; la de aquél es dolor penal. ¿ N o quie-

quamdam poenam obscurationis. Ignis supercecidit: ignis superbiae, ignis fumosus, ignis concupiscentiae, ignis iracundiae. Quantus ignis est? Super quem ceciderit, non videbit solem. Ideo dictum est: Non occidat sol super iracundiam vestram (Eph 4,26). Ergo, fratres, ignem malae concupiscentiae tímete, si non vultis liquefieri sicut cera, et perire a facie Dei. Supercadit enim ignis iste, et solem non videbitis. Quem solem? Non istum quem tecum vident et pécora, et muscae, et boni et mali; quia facit solem suum oriri super bonos et malos (Mt 5,45). Sed est alius sol, de quo dicturi sunt illi, Et sol non ortus est nobis; transierunt omnia illa tanquam umbra. Ergo enavimus a via veritatis, et iustiúae lumen non luxit nobis, et sol non ortus est nobis (Sap 5,6.9). Quare, nisi quia supercecidit ignis, et non viderunt solem? Vicit illos concupiscentia carnis. Et ista concupiscentia unde venit? Attendite. De traduce natus es cum eo quod vincas: noli tibi hostes addere, vince cum quo natus es. Ad stadium vitae huius cum illo venisti, congtedere cum eo qui tecum processit. Ipso non victo, quare provocas catervas concupiscentiarum? Delectatio enim carnalis, fratres, cum homine nascitur. Sed qui bene eruditur, cito videt hostem suum, et aggteditur et luctatur, et cito vincit: idoneus est enim nondum crescentibus hostibus. Qui autem illam concupiscentiam, cum qua de peccati propagine natus est, contemnit vincere, et multas adhuc excitat exseritque libídines, difficulter eas superat, et adversus se ipse divisus,

igne proprio concrematur. Ne itaque speres quasi illas solas poenas futuras; praesentes vide, Supercecidit ignis, et non viderunt solem. 20 [v. 10]. Priusquam producat spinas vestras rhamnus, tanquam viventes tanquam in ira combibet eos. Quid est rhamnus? Spinarum genus est, densissimae quaedam spinae esse dicuntur. Primo herba est; et cum herba est, mollis et puchra est: ibi sunt tamen spinae postea processurae. Modo ergo delectant peccata, et quasi non compungunt. Herba est rhamnus, et modo tamen est spina. Priusquam producat spinas rhamnus: priusquam miserarum delectationum et voluptatum manifesta tormenta procedant. Interrogent se qui aliquid amant, et ad id pervenire non possunt; videant si non cruciantur desiderio: et cum pervenerint ad id quod illicite desiderant, attendant si non cruciantur timore. Videant ergo hic poenas suas, antequam veniat illa resurrectio cum in carne resurgentes non immutabuntur. Omnes enim resurgemus, sed non omnes immutabimur (1 Cor 15,51). Habebunt quippe corruptionem carnis in qua doleant, non in qua moriantur; alioqui et illi dolores finirentur. Tune spinae illius rhamni, id est, dolores omnes et compunctiones tormentorum producentur. Quales spinas patientur illi qui dicturi sunt: Hi sunt quos aliquando habuimus in risum? (Sap 5,3). Spinas compunctionis poenitentiae, sed serae et infructuosae sicut spinarum sterilitas. Poenitentia huius temporis, dolor medicinalis est: S.Ag. 20

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res soportar aquellas espinas? Púnzate a q u í con las de la p e nitencia para q u e así hagas lo que se dijo: Me convertí en la desgracia al clavarse la espina. Reconocí mi pecado y no encubrí mi injusticia. Dije: Confesaré contra mí mi delito al Señor; y tú perdonaste la impiedad de mi corazón. H a z l o ahora; c o m p ú n gete ahora, n o te acontezca lo que se dijo de ciertos h o m b r e s abominables. Se apartaron y no se compungieron. V e quiénes se apartaron y no se compungieron. Los veis apartados, mas n o los veis c o m p u n g i d o s . H e aquí q u e están fuera de la Iglesia y q u e n o se arrepienten; es más, se ríen de aquello de lo q u e se apartaron. M á s tarde, la zarza producirá sus espinas. N o quieren ahora c o m p u n g i r s e medicinalmente, después se c o m p u n g i r á n p e nalmente. P e r o t a m b i é n ahora, antes de q u e la zarza dé espinas, caerá el fuego q u e n o les p e r m i t i r á ver el sol; que, aún vivientes, los devorará en la ira de Dios. Este fuego es el de los malos deseos, el de los vanos honores, el de la soberbia, el de la avaricia y el de todo aquello q u e les ciega para n o conocer la verdad, para q u e n o acontezca que, vencidos, vean; para q u e n o sea que aun la verdad los someta. ¿Qué cosa p u e d e haber m á s gloriosa, hermanos, que el ser sometidos y vencidos p o r la verdad? T e venza la verdad queriendo, p o r q u e , forzado, te vencerá. Lueg o el fuego de los malos deseos que cae de arriba, para que n o vean el sol, devora la zarza antes de q u e produzca espinas; es decir, oculta su mala vida antes de q u e aquella vida dé a luz patentes tormentos al fin; p e r o este fuego oculta a la zarza en la ira de Dios. N o es poca pena q u e ahora n o vean el sol ni crean poenitentia illius temporis, dolor poenalis est. Non vis illas pati spinas? Hic compúngete spinís poenitentiae, ut facías quod dictum est: Conversas sum in aerumna, cum configeretur spina. Peccatum meum cognovi, et iniquitatem meam non operui. Dixi: Pronuntiabo adversas me delictum meum Domino; et tu remisisti impietatem cordis mei (Ps 31,4-6). Modo fac, modo compungere; non in te fiat quod dictum est de quibusdam detestabilibus, Discissi sunt, nec compuncti sunt (Ps 34,16). Attendite qui discissi sunt, nec compuncti sunt. Videtis discissos, et non videtis compunctos. Ecce praeter Ecclesiam sunt, et non eos poenitet, ut rideant unde discissi sunt. Producet postea spinas eorum rhamnus. Nolunt modo habere compunctionem medícinalem; habebunt postea poenalem. Sed etiam modo, priusquam producat spinas thamnus, supercecidit ignis qui eos non permittit videre solem, qui eos adhuc viventes in ira Dei combibit: ignis concupiscentiatum malarum, honorum vanorum, superbiae, avaritiae suae; et quidquid eos premit ne cognoscant veritatem, ne victi videantur, ne subiiciat illos vel ipsa veritas. Quid enim glonosius, fratres, quam subiici et vinci a veritate? Superet te veritas volentem; nam et invitum ipsa superabit. Etgo ille ignis concupiscentiatum malarum, qui supercecidit ut non videant solem, combibit thamnum, ptiusquam producat spinas eorum: id est, occultat eotum malam vitam, priusquam pariat eadem vita manifestos in fine cruciatus; sed in ita Dei occultat rhamnum ignis iste. Non enim parva poena est

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q u e de esta vida mala han de brotarles m á s tarde las espinas de los castigos. Vosottos—dice—sois zarza. Y a esta zarza, es decir, a vosotros m i s m o s q u e vivís, esto es, q u e a ú n os halláis en esta vida, antes de que en el último juicio broten las espinas patentes d e vuestras penas, las devorará (el fuego) ahora en la ira; es decir, c o m o engulléndolas, las impedirá aparecer. Según creo, el orden de las palabras se entreteje aquí mejor de este modo: Cayó fuego de arriba y no vieron el sol. Este fuego, cuino en la ira, os devorará a vosotros que sois zarza, como a vivientes, antes de que la zarza germine vuestras espinas. Esto es, M vosotros q u e os halló ser zarza, os devorará antes de morir, antes de q u e la m i s m a zarza produzca espinas después de la m u í a l e en aquella resurrección penal. ¿Por q u é n o dijo "a v i v i e n t t V , sino como a vivientes? P o r q u e esta vida de los impíos es fallí», pues n o viven; les parece q u e viven. ¿Y p o r q u é n o dijo "en In na", sino como en la ira? P o r q u e Dios lleva a cabo estas ce • • on tranquilidad. Pues escribió: Tú, ¡oh Señor de los ejércil< "zgas con tranquilidad. Luego El, cuando amenaza, n o se ai " se perturba, sino que, c o m o si se airase, castiga y hace justicia. i |iie n o quieren corregirse, parece que viven, p e r o n o viven, i ••• • el castigo del p r i m e r pecado y de los q u e añadieron cae sobii • líos, y este castigo se llama ira de Dios, p o r q u e procedió del | n icio de Dios. D e aquí q u e el Señor dice del incrédulo: La (lii de Dios permanece sobre él. Por la ira de D i o s nacemos niiMinles; de aquí q u e dice el Apóstol: Fuimos en otro tiempo, pal ihiluraleza, hijos de la ira, como los demás. ¿Qué significa por naturaleza? Q u e llevamos con nosotros la pena del p r i m e r pecado I'ero, quod modo non vident solem, nec spinas poenatum credunt e» liac vita mala sibi postea processuras. Vos enim, inquit, rhamnus esll», ijiicm rhamnum, id est vos ipsos, viventes, id est adhuc in hac vita loiiniliutos, priusquam in futuro iudicio spinas poenarum vestrarum muniliilm producat, nunc in ira combibit, id est, quasi absorbendo apparerc mili ninfo. Hic ¡taque otdo vetborum, quantum puto, planius ita contcxitur Su/iercecidit ignis, et non viderunt solem: qui ignis tanquam in ira, liiiii/iiam viventes vos rhamnum combibit, priusquam producat spinas veilidi; id est, vos ipsos quos rhamnum invenit, combibit ante mortcm, prlimijnam Ídem rhamnus spinas vestras post mortem in illa poenali rcsuuri llone producat. Quate autem non dixit, viventes, sed, tanquam vivenipi, nisi quia falsa est haec vita impiorum? Ñeque enim vivunt, sed viven1 »¡bi videntur. Et quare non, in ira, sed, tanquam in ira, nisi quia triitn|tlIllus hoc facit Deus? Nam et hoc scriptum est: Tu autem, Domine liilMum, cum tranquillitate indicas (Sap 12,18). Ule ergo et cum minaiui, non irascitut. Ñeque enim petturbatur, sed tanquam irascitur, quia |MIIIÍI et vindicat. Et qui corrigi nolunt, tanquam vivunt, sed non vivunt. Vindicta enim ptimi peccati, et eorum quae addiderunt, manet supet eos: el ipsa vocatur ira Dei, quia de iudicio Dei venit. Unde Dominus de non eredente ait: Sed ira Dei manet super eum (lo 3,36). Cum ira enim Dei mortales nascimur. Unde dicit Apostolus: Fuimus et nos aliquaiidu na-

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si nos convertimos, desaparece Ja ira y se nos da la gracia. ¿ N o quieres convertirte? Añades a ello lo que además tienes p o r nacimiento y como en ira serás devorado en la vida presente. 2 1 . Reconoced, pues, este castigo y alegraos de n o hallaros en él todos los que progresáis, todos los q u e entendéis y amáis la verdad, todos los q u e anheláis m á s en vosotros la victoria de la verdad q u e la vuestra, los q u e n o cerráis vuestros oídos a la verdad con el deleite de lo presente y el recuerdo de lo pasado a fin de n o ser perros q u e volváis al p r o p i o vómito. Todos los que sois así, ved los castigos de aquellos q u e n o obran de este m o d o y alegraos. A ú n n o han e x p e r i m e n t a d o las penas del infierno, aún n o han llegado al fuego eterno. C o m p á r e s e ahora el q u e aprovecha en Dios con el i m p í o ; el ciego, con el q u e tiene el corazón iluminado. C o m p a r a d a dos, al q u e ve y al q u e carece de vista corporal. ¿Y q u é cosa extraordinaria es la visión corporal? ¿Por ventura Tobías tenía ojos corporales? Su hijo sí los tenía, p e r o él no; y, con todo, el ciego mostraba el c a m i n o de la vida a aquel que veía. Luego, c u a n d o veis esta pena, alegraos, p o r q u e n o estáis en ella. Por eso dice la Escritura: Se alegrará el justo ai ver la venganza o castigo; mas n o el futuro; p o r q u e atiende a lo que sigue: Lavará sus manos en la sangre del •pecador. Esto, ¿qué quiere decir? A t i e n d a vuestra caridad. ¿Acaso, al ser heridos los homicidas, d e b e n ir allí los inocentes y lavar sus manos? ¿Qué significa, pues, lavará sus manos en la sangre del pecador? Q u e el justo, c u a n d o ve el castigo del pecador, aprovecha, y así la m u e r t e de u n o le sirve de vida al otro. tura filii irae, sicut et caeteri (Eph 2,3). Quid est natura filii irae, nisi quia portamus nobiscum poenam primi peccati? Sed si convertamus nos, aufertur ira, praebetur gratia. Non vis convertí, addis etiam super id quod natus es: tanquam in ira combiberis in praesenti tempore. 21 [ v . l l ] . Agnoscite ergo istam poenam, et gaudete vos non esse in hac poena omnes qui proficitis, omnes quí intelligitís et amatis veritatem, omnes qui plus in vobis vultis \ictoriam veritatis quam vestram, qui non clauditis adversus veritatem aures vestras, de praesentium delectatione et de praeterítorum recordatione, ne sitis canis reversus ad suum vomitum (2 Petr 2,22). Omnes tales qui estis, videte poenas eorum qui tales non sunt, et gaudete. Adhuc inferorum poenae non venerunt, adhuc ignis aeternus non venit: comparet qui proficit in Deo se modo cum impio, caecum cor cum illuminato corde; compárate dúos, videntem et non videntem in carne. Et quid magnum est visio carnis? Numquid Tobías habebat cárneos oculos? Filius ipsius habebat, et ille non habebat; et viam vitae caecus videnti ostendebat (Tob 4,1). Ergo istam poenam quando videtis, gaudete quia in illa non estis. Propterea dicit Scriptura: Laetabitur iustus, cum viderit vindictam. Non illam futuram; nam vide quid sequitur: Manas suas lavabit in sanguine peccatoris. Quid est hoc? Intendat Charítas Vestra. Numquid quando feriuntur homicidae, debent illuc innocentes iré, et lavare manus suas? Sed quid est, in sanguine peccatoris lavabit manus suas? Iustus quando videt poenam

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Si, pues, corre espiritualmente la sangre d e aquellos que interiorm e n t e m u e r e n , tú, v i e n d o tal castigo, lava allí tus manos, vive l i m p i o a t e n d i e n d o al otro. ¿Pero c ó m o lavará sus m a n o s si es justo? ¿De q u é tiene que lavar sus m a n o s siendo justo? El justo vive de la fe. A los justos se los llama fieles. D e s d e el m o m e n t o q u e creíste, comienzas a ser llamado justo, p u e s se efectuó la remisión de los pecados. Y si de esta vida q u e d a n algunos residuos de pecados q u e n o p u e d e n p o r m e n o s de correr como agua a la letrina del mar, sin e m b a r g o , p o r q u e creíste, c u a n d o vieres a aquel q u e se a p a r t ó c o m p l e t a m e n t e de Dios p o r haber caído en aquella ceguedad y, al caer sobre él fuego, n o viere el sol, tú, q u e ya p o r la fe ves a Cristo, p a r a q u e le veas p o r la visión, puesto que el justo vive de la fe, p o n la m i r a d a en el i m p í o q u e m u e r e y purifícate de los pecados. Así lavarás, en cierto m o d o , tus m a n o s en la sangre del pecador. Luego lavará sus manos en la sangre del pecador. 22 [ v . 1 2 ] . Y dirá el hombre: Luego, si hay fruto para el justo... H e aquí q u e antes de que venga lo q u e se p r o m e t e , antes de que se dé la vida eterna, antes de q u e los impíos sean arrojados al fuego eterno, aquí, en esta vida, hay fruto p a r a el justo. ¿Qué fruto? El gozo en la esperanza, y la paciencia en la tribulación. ¿Cuál es el fruto del justo? El gloriarse en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación labra paciencia; la paciencia, probación; la probación, esperanza; la esperanza no sonroja, porque la caridad de Dios ha sido difundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. Se alegra el borracho, ¿y n o se alegrará el justo? El fruto del justo está en la peccatoris, proficit ipse: et mors alterius valet ad vitam alterius. Si enim spiritualiter sanguis currit de his qui intrinsecus moriuntur, tu videns talem vindictam, lava illie manus tuas; de caetero mundius vive. Et quomodo lavabit manus suas, si iustus est? Quid enim habet in manibus quod lavetur, si iustus est? Sed iustus ex fide vivit (Rom 1,17). Iustos ergo dixit fideles: et ex quo iam credidisti, iam incipis vocari iustus. Facta est enim dimissio peccatorum. Etsi de ista residua vita quaedam peccata tua sunt, quae non possunt nisi tanquam aqua de mari in sentinam influere: tamen quia credidisti; cum videris eum qui omnino aversus est a Deo occidi in illa caecitate, supercadente illo igne non videre solem, tu qui iam per fidem vides Christum, ut videas peí speciem, quia iustus ex fide vivit, attende impium morientem, et putga te a peccatis. Ita lavabis quodammodo manus tuas in sanguine peccatoris. Manus ergo suas lavabit in sanguine peccatoris. 22 [v.12]. Et dicet homo: Si ergo est jructus iusto. Ecce antequam veniat quod promittitur, antequam detur vita aeterna, antequam impii proiiciantur in ignem aeternum, hic in hac vita est fructus iusto. Qui fructus? Spe gañientes, in tribulatione patientes (Ib. 12,12). Qui ftuctus iusto? Gloriamur in tribulationibus: scientes quia tribulatio patientiam operatur, patientia autem probationem, probatio vero spem, spes autem non confundit; quia charitas Dei diffusa est in cordibus nostris per Spiritum sanctum, qui datus est nobis (Ib. 5,3-5). Gaudet ebriosus, et non

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caridad. Aquél es desdichado aun cuando se embriaga, éste es feliz aun cuando sienta hambre y sed. Aquél se embriaga con el vino, éste se alimenta con la esperanza. Luego vea la pena de aquél y vea su gozo y piense en Dios. Quien actualmente le dio tal gozo con la esperanza de la fe, de la caridad y de la verdad de las Escrituras, ¡cuál le tendrá preparado para el fin! El que así le alimenta en el camino, ¡de qué modo le hartará en la patria! Y dirá el hombre: Luego, si hay fruto para el justo... Crean quienes ven y vean y entiendan. Se alegrará el justo al ver la venganza. Si no tiene ojos para verla, se contristará y no se corregirá por ella. Pero, si la viere, contemplará la diferencia que hay entre el ojo entenebrecido del corazón y el ojo iluminado del mismo corazón; entre el consuelo de la castidad y la llama de la sensualidad; entre la seguridad de la esperanza y el temor del crimen. Al ver esto se reconozca y lave sus manos en la sangre del pecador. Progrese basado en la comparación y diga: Hay fruto o utilidad para el justo. Luego hay Dios, que juzga (a los impíos) en la tierra; aún no en aquella vida, aún no en el fuego eterno, aún no en el infierno, sino aquí, en la tierra. He aquí que el rico se viste todavía de púrpura y de finísimo lino y aún come todos los días opíparamente. Aún no produjo la zarza espinas, aún no dice: Soy atormentado en esta llama, pero ya posee la ceguedad de la mente, ya tiene huero el ojo del espíritu. Si un ciego corporal se sienta a su mesa, por espléndida que sea, dices que es desgraciado. ¿Y has de decir que es feliz el ciego que carece de la vista del espíritu, y que, por tanto, no ve el pan, Cristo? Esto sólo lo dice otro ciego. Luego hay gaudet iustus? In charitate est fructus iusto. Miser ille, etiam cum se inebriat: beatus iste, etiam cum esutit et sitit. Illum ingurgitat vinolentia; istum spes pascit. Videat ergo illius poenam, suum gaudium, et cogitet Deum. Qui tale gaudium modo dedit de fide, de spe, de charitate, de veritate Scrípturarum suarum, quale praeparat in finem! In via sic pascit, in patria quomodo saginabit! Et dicet homo: Si ergo est fructus iusto. Credant qui vident, et videant et intelligant. Laetabitur iustus, cum viderit vindictam. Si autem non habet oculos unde videat vindictam, contristabitur, nec corrigetur ex illa. Si autem videt illam, videt quid intersit Ínter contenebratum oculum cordis, et oculum illuminatum cordis; Ínter refrigerium castitatis, et flammam libidinis; Ínter securitatem spei, et timorem facinoris. Cum viderit hoc, discernat se, et lavet manus suas in sanguine ipsius. Proficiat ex comparatione, et dicat, Ergo est fructus iusto: ergo est Deus iudicans eos in térra: nondum in illa vita, nondum in igne aeterno, nondum apud inferos, sed hic in térra. Ecce dives ille adhuc induitur purpura et bysso, et adhuc epulatur quotidie splendide. Nondum produxit spinas rhamnus; nondum dicit, Crucior in hac flamma (Le 16,19.24): sed iam est mentís caecitas, iam oculus mentís exstinctus est. Si caecus oculis carnis ad mensam suam quamlibet opimam discumberet, miserum eum díceres; caecus interius, panem Christum non

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fruto para el justo. Luego hay Dios, que juzga a los impíos en la tierra. 23. Si fui un tanto largo, perdonadme. Os exhorto, en nombre de Cristo, a que penséis para vuestra utilidad las cosas que oísteis. Porque de nada sirve predicar la verdad si el corazón disiente de la lengua, y de nada aprovecha oír la verdad si el hombre no edifica sobre piedra. El que edifica sobre piedra es aquel que oye y obra; el que oye y no obra, edifica sobre arena; el que ni oye ni obra, no edifica nada. Así como el que edifica sobre' arena se edifica la ruina, de igual modo, el que no edifica sobre piedra, al venir la riada, es arrastrado y se queda sin casa. Luego no resta más que edificar, y edificar sobre piedra, esto es, oír y obrar. Nadie diga: ¿A qué voy a la iglesia? Ved que los que van a la iglesia todos los días no hacen lo que oyen. Hacen algo: oír y así podrá acontecer que oigan y obren; pero tú estás tanto más lejos de obrar cuanto huyes de oír. Pero yo—dices— no edifico sobre arena. Aún no te batió el aluvión. ¿Acaso por eso no te ha de arrastrar? ¿Acaso la lluvia no ahogará? ¿Por ventura el viento no talará? Luego debes decir: Vendré y oiré; pero, una vez que hayas oído, obra. Porque, si oíste y no obraste, ciertamente edificaste, pero sobre arena. Luego los que estamos sin edificio, estamos a la intemperie; los que estamos amparados por el edificio construido sobre arena, estamos amenazados de ruina. Resta, pues, que edifiquemos sobre piedra, es decir, que lo que hemos oído lo pongamos por obra. videt, et beatus est? Hoc non dicit nisi pariter caecus. Ergo est fructus iusto: ergo est Deus iudicans eos in térra. 23. Si aliquanto prolixiores fuimus, date veniam. Exhortamur vos in nomine Christi, ut haec quae audistis, ad fructum cogitetis. Quia et praedicare veritatem nihil est, si cor a lingua dissentiat; et audire veritatem, nihil prodest, si homo non super petram aedificet. Qui aedificat super petram, ipse est qui audit et facit: qui autem audit et non facit, aedificat super arenam (Mt 7,24.26): qui nec audit nec facit, nihil aedificat. Sed quomodo qui aedificat super arenam, ruinam sibi aedificat; sic ille qui non aedificat super petram, veniente fluvio, sine domo rapitur. Non est quod faceré, nisi et aedificare et super petram aedificare; id est, et audire et faceré. Nec alius dicat: Utquid procedo ad ecclesiam? ecce qui quotidie ad ecclesiam procedunt, non faciunt quod audiunt. Faciunt tamen ut audiant, sic possunt faceré ut audiant et faciant: tu autem quantum longe es a faciendo, qui tantum fugis ab audiendo? Sed ego, inquit, non aedifico super arenam. Nudum te inventurus est fluvius: numquid ideo te non ablaturus est? numquid ideo pluvia non necabit? numquid venti propterea non abripient? Ergo veniam et audiam. Sed cum audieris, fac. Nam si audieris, et non feceris, aedificasti quidem, sed super arenam. Quia ergo sine aedificio constituti, nudi sumus, in aedificio autem super arenam pósito sub ruina sumus; restat ut super petram aedificemus, et quod audivimus faciamus.

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Enarraciones sobre los Salmos

SALMO

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[ORACIÓN CONTRA LOS ENEMIGOS]

SERMÓN I

Sobre la primera parte del salmo 1 [v.l]. El Salterio acostumbra a encerrar misterios en los títulos de los salmos y decorar el frontispicio del salmo con sublimidad de sacramentos. Pues bien, así como en las fachadas de los predios se coloca un rótulo como anuncio para que quienes hemos de entrar sepamos al leerle qué encierra en su interior o a quién pertenece la casa, o quién habite en ella, así también en este salmo se escribió un sobretítulo que dice: Para el fin, no destruyas la inscripción del título de David, A esto llamé sobretítulo. El Evangelio nos da a conocer cuál sea la inscripción de este sobretítulo que se prohibe destruir. Al ser crucificado el Señor, se escribió por Pilato y se colocó en la cruz el título siguiente: Rey de los judíos. Este fue escrito en tres lenguas, en hebreo, en griego y en latín, lenguas las más principales del orbe. Luego, si fue crucificado el rey de los judíos y los judíos crucificaron a su rey, al crucificarle más bien que matarle le constituyeron rey de las naciones. Por lo que a ellos se refiere, ciertamente perdieron a Cristo, pero no nosotros;, puesto que murió por nosotros y fuimos rescatados con su sangre. Con todo,

PSALMUS SBRMO

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De prima parte Psalmi 1 [v.l]. Sicut solet Scriptura Psalmorum mysteria in titulis poneré, et frontera Psalmi sublimitate sacramenti decorare, ut sdamus quí intraturi sumus, cum tanquam super postem quid intus agatur legerimus, ve! cuius domus sít, vel quisnam sit illius praedii poss^ssor: ita et in hoc psalmo scriptus est titulus de titulo. Habet enim, /» finem, ne corrumpas ipsi David in tituli inscriptionem. Hoc est qu.od dixi, titulus de titulo. Quaenam enim sit tituli huius inscriptio quam corrumpi vetat, Evangelium nobis indicat. Nam cum Dominus crucifigeretur, titulus inscriptus est a Pilato et posiais, Rex ludaeorum, tribus linguis, hebraea, graeca, et latina (Le 23,38): quae linguae toto orbe máxime excellunt. Igitur si rex ludaeorum crucifixus est, et Iudaei regem suum crucifíxerunt; crucifigendo eum etiam regem Gentium fecerunt, magis quam occiderunt. Et quidem quantum in illis fuit, perdiderunt Christum, sed sibi, non nobis; et mortuus est ille pro nobis, et sanguine suo redernit

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Oración contra los enemigos

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no fue destruido el título del salmo, porque El es rey no sólo de los gentiles, sino también de los mismos judíos. ¿Pues qué? Porque se opusieron, ¿pudieron anular el dominio de su rey? Es rey y está sobre ellos. Porque este rey gobierna con vara de hierro, con la cual rige y quebranta: Yo—dice—he sido constituido rey por el Señor sobre Sión, su santo monte, para predicar el mandato del Señor. El Señor me dijo: Tú eres mi Hijo; yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré en herencia tuya las naciones, y en posesión tuya los términos de la tierra. Los gobernarás con vara de hierro y como a vasos de alfarero los quebrarás. ¿A quiénes gobernará, a quiénes quebrará? Gobernará a los obedientes, quebrará a los díscolos. Luego admirable y proféticamente se dijo no destruyas, puesto que también los mismos judíos, aconsejando entonces a Pilato esta destrucción, le dijeron: No escribas: Rey de los judíos, sino: El a sí mismo se llamó rey de los judíos; porque este título—añaden—que has colocado atestigua que El es nuestro rey. Pilato les contestó: Lo que escribí, escribí. Se cumplió, pues, no destruyas. 2. No sólo este salmo lleva la inscripción No se destruya el título, sino también algún otro más, y en todos ellos se anuncia la pasión del Señor. Luego también aquí entendamos que se habla de la pasión del Señor y que nos habla Cristo, cabeza y cuerpo. Siempre o casi siempre que oigamos la voz de Cristo en los salmos, no pensemos que habla sólo aquella cabeza, aquel único Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús, que también, según la divinidad, en el principio era Vernos. Et modo non est corruptus titulus: quia ille rex est, non solum Gentium, sed etiam ipsorum ludaeorum. Quid enim? Quia contradixerunt, ideo regis sui dominationem evertere potuerunt? Rex est et supra illos. Nam ille rex virgam ferream gerir, qua et regit et frangit. Ego, inquit, constituías sum rex ab eo super Sion montem sanctum eius, praedicans praeceptum Domini. Dominus dixit ad me: Filius meus es tu, ego hodie genui te. Postula a me, et dabo tibi gentes haereditatem tuam, et possessionem tuam términos terrae. Reges eos in virga férrea, et tanquam vas figuli conteres eos (Ps 2,6-9). Quos reget? quos conteret? Reget obedientes, conteret resistentes. Ergo, Ne corrampas, oprime et prophetice: quandoquidem et illi Iudaei suggesserunt tune Pilato, et dixerunt, Noli scribere rex ludaeorum, sed scribe, quia ipse se dixit regem ludaeorum; nam iste titulus, inquiunt, confirmavit illum regem nobis. Et Pilatus: Quod scripsi, scripsi (lo 19,21). Et impletum est, Ne corrumpas. 2. Nec iste solus psalmus habet huiusmodi inscriptionem, ut titulus non corrumpatur. Aliquot psalmi sic praenotati sunt (Ps 56-58), sed tamen in ómnibus passio Domini praenuntiatur. Ergo et hic intelligamus Domini passionem, et loquatur nobis Christus caput et corpus. Sic semper, aut ptope semper audiamus voces Christi de Psalmo, ut non solum intueamur caput illud unum mediatorem Dei et homimim, hominem Christum Iesum (1 Tim 2,5); qui etiam secundum divinitafem in prin-

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Enarraciottes sobre los Salmos

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bo, Dios en Dios; Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros, tomando la carne de la estirpe de Abrahán, de la casa de David mediante la Virgen María; sino también el Cristo cabeza y cuerpo, el varón todo íntegro. Pues se nos dice por el apóstol San Pablo: Vosotros también sois cuerpo y miembros de Cristo. Y de Cristo se dice igualmente por el mismo apóstol "que es cabeza de la Iglesia". Luego, si él es Cabeza y nosotros cuerpo, el Cristo total es la cabeza y el cuerpo. Alguna vez oirás palabras que no convienen a la cabeza, y, si no las aplicas al cuerpo, te harán vacilar. Asimismo oirás en otras ocasiones palabras que no se adaptan al cuerpo, y, no obstante, habla Cristo. No ha de temerse que aquí yerre alguno; acomode al instante a la cabeza lo que vea que no se adapta al cuerpo. El mismo, pendiente de la cruz, habló en representación de su cuerpo, diciendo: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me abandonaste? Dios no había abandonado a Cristo, puesto que Cristo no abandonó a Dios. ¿Por ventura Cristo vino a nosotros abandonándole a El o le envió apartándose de El? Mas como el hombre abandonó a Dios, esto es, como Adán, que solía gozarse de la presencia de Dios, al pecar, aterrado por la conciencia del pecado, huyó de su gozo, y como también Dios abandonó a Adán, puesto que primeramente él abandonó a Dios, por haber tomado Cristo la carne de Adán pronunció estas palabras en representación de su carne, ya que entonces fue crucificado, a una con El, nuestro hombre viejo. cipio erat Verbum, Deus apud Deum, quod Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (lo 1,1.14), caro ex semine Abraham, ex semine David de María virgine (Mt 1,1): non ergo illum solum qui est caput nostrum cogitemus, quando audimus Christum loqui; sed cogitemus Christum caput et corpus, totum integrum quemdam virum. Nobis enim dicitur, Vos autem estis corpus Christi et membra (1 Cor 12,27), ab apostólo Paulo. Et de illo dicimt ab eodem Apostólo quia est caput Ecclesiae (Eph 1,22, et Col 1,18). Si ergo ille caput, nos corpus; totus Christus caput et corpus. Aliquando enim invenís verba quae non congruant capiti, et nisi ea coaptaveris corpori, nutabit intellectus tuus: rursus invenís verba quae non apta sunt corpori, et Christus tamen loquitur. Ibi non timendum est ne erret quisque; cito enim pergit ut capiti aptet quod videt cofpori non convenire. Ipse denique in cruce pendens, ex persona corporis locutus est: Deus meus, Deus meus, réspice in me, quare me dereliquisti? (Ps 21,2, et Mt 27,46). Non enim dereliquerat Christum, a quo derelictus non est. Aut vero sic ad nos venit, ut illum desereret; aut sic illum misit, ut ab illo discederet? Sed quia homo desertus est a Deo, Adam ille peccans, qui cum soleret gaudete ad faciem Dei, conscientia peccati detetritus fugit a gaudio suo (Gen 3,8); et vete dereliquit illum Deus, quia ipse deseruit Deum: ex quo Adam Christus cum carnem accepisset, hoc ex persona ipsius carnis ait, quia tune vetus homo noster simul confixus est cruci cum illo (Rom 6,6).

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3. Oigamos, pues, lo que sigue: Cuando Saúl envió (vigilantes) y custodió su casa para matarle. Esto no pertenece a la crucifixión del Señor, sino a su pasión. Pues Cristo fue crucificado, muerto y sepultado. Aquella sepultura fue como su casa, la cual fue custodiada por soldados, que envió la autoridad de los judíos cuando se les proporcionó guardias para proteger el sepulcro de Cristo. Cuenta la historia del libro primero de los Reyes que Saúl envió vigilantes a la casa de David para custodiarla y matar a David. Pero sólo debemos discutir, al exponer el título del salmo, lo que del libro de los Reyes tomó el escritor del salmo. ¿Nos quiso dar a conocer únicamente que envió vigilantes a su casa para custodiarla y matarle ? Pero si David representaba a Cristo, ¿cómo fue custodiada la casa para matar a Cristo, siendo así que Cristo fue colocado en el sepulcro (en la casa) después de haber sido matado en la cruz? Aplica esto al cuerpo de Cristo, porque el matar a Cristo consistía, si hubiera prevalecido la mentira de los guardias, que fueron sobornados para que dijesen que, estando ellos dormidos, vinieron los discípulos de Cristo y robaron su cuerpo, en hacer desaparecer el nombre de Cristo para que no se creyese en Cristo. En esto verdaderamente consiste el querer matar a Cristo; en pretender borrar el recuerdo de su resurrección a fin de presentar como mentiroso al Evangelio. Pero como no pudo Saúl matar a David, tampoco consiguió el poder de los judíos que prevaleciese el testimonio de los guardias dormidos al de los apóstoles despiertos. ¿Cómo fueron aleccionados y embaucados los guardias para hablar de este modo? Os daremos, les dicen los judíos, el dinero que queráis; pero decid que, estando vosotros dormidos, vinieron 3. Audiamus ergo quod sequitur: Quando misil Saül, et custodivit domum eius, ut eum interficeret. Hoc non ad crucem Domini, sed tamen ad passionem Domini pertinet. Crucifixus enim Chrimus, et mottuus, et sepultus est. Erat ergo illa sepultura tanquam dormí»: ad quam custodiendam misit regnum Iudaeorum, quando custodes mlhihiti sunt sepulcro Christi (Mt 27,66). Est quidem histotia in Scriptura Kcgnorum, quando misit Saül ad custodiendam domum, ut interficeret Diivnl (1 Reg 19,11): sed quantum inde sumpsit qui Psalmum scripsit, taniiim debemus discútete cum titulum Psalmi tractamus. Hoc nobis signilii •ne tantum voluit, quia missum est ad domum ut custodiretur, et ille iniciliceretur? Quomodo ergo ad hoc custodita est domus, si David figuliibat Christum, ut Christus interficeretur; quando in sepultura Christuí positus non est, nisi in ctuce interfectus? Refer hoc ergo ad corpus ( liristi; quia interficere Christum erat, tollere nomen Christi ne credcictur in Christum, dum mendacium praevaleret custodum, qui corrupti sunt ut dicerent quia cum dormirent, venerunt discipuli eius, et abstuleruiu eum (Mt 28,13). Hoc est vete Christum velle interficere, nomen resurrrt (ionis eius exstinguere, ut mendacium Evangelio praeferretur. Sed quomodo illud non effecit Saül, ut intetficeret David; sic hoc nec potuit irgnum Iudaeorum efficere, ut plus valeret testimonium custodum dormirnrium, quam Apo-

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sus discípulos y le robaron. V e d la clase de testigos mentirosos q u e presentaron, contra la verdad de la resurrección de Cristo, sus enemigos, prefigurados p o r Saúl. Acusa la perfidia, y presenta testigos dormidos. T e digan lo que sucedió en el sepulcro los que, si estaban dormidos, ¿cómo lo saben? Y , si despiertos, ¿por q u é n o p r e n d i e r o n a los ladrones? Prosiga, pues, el salmista, diciendo: 4 [ v . 2 ] . Líbrame, Dios mío, de mis enemigos y rescátame de los que se levantan contra mí. Esto aconteció a la carne de Cristo y nos acontecerá t a m b i é n a nosotros. Pues n o cesan nuestros enemigos, el diablo y sus ángeles, de levantarse cotidianam e n t e contra nosotros, y de querer burlarse de nuestra flaqueza y fragilidad p o r m e d i o de engaños, sugestiones y tentaciones, y de pretender aprisionarnos con cualesquiera clase de lazos m i e n tras vivimos en la tierra. P e r o clame a D i o s nuestra voz, clame en los m i e m b r o s de Cristo bajo la cabeza colocada en el cielo: Líbrame, Dios mío, de mis enemigos y rescátame de los que se levantan contra mí. 5 [ v . 3 ] . Líbrame de los que obran iniquidad, y de los varones sanguinarios sálvame. Varones sanguinarios fueron aquellos que m a t a r o n al Justo, en q u i e n n o hallaron culpa. Fueron varones sanguinarios p o r q u e , al p r e t e n d e r el extranjero, lavando sus manos, soltar a Cristo, vociferaron: ¡Crucifica, crucifícale! Varones sanguinarios fueron aquellos q u e , al imputarles el crim e n de la sangre de Cristo, respondieron, obligando a beber a sus hijos el c r i m e n : Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuesstolorum vigilantium. Quid enim edocti sunt custodes ut dicerent? Damus vobis, inquiunt, quantum vultis pecuniae; et dicite quia cum dormiretis, venerunt discipuli eius, et abstulerunt eum. Ecce quales testes mendacii contra veritatem et resurrectionem Christi inimici eius per Saül figurati produxerunt. Interroga, infidelitas, testes dormientes; respondeant tibi quid actum sit in sepulcro. Qui si dormiebant, unde scierunt? Si vigilabant, fures quare non tenuerunt? Dicat ergo quod sequitur. 4 [v.2]. Erue me de inimicis meis, Deus meus, et ab insurgentibus super me redime me. Factum est hoc in carne Christi, fit et in nobis. Ñeque enim cessant inimici nostri, diabolus et angelí eius, insurgere super nos quotidie, et illudere velle infirmitati et fragilitati nostrae, deceptionibus, suggestionibus, tentationibus, et quibuscumque laqueis irretire, cum in térra adhuc vivimus. Sed vox nostra vigilet ad Deum, et clamet in membris Christi, sub capite in cáelo constituto: Erue me de inimicis meis, Deus meus, et ab insurgentibus super me redime me. 5 [v.3]. Erue me de operantibus iniquitatem, et de viris sanguinurn salvum me fac. Erant illi quidem viri sanguinurn, qui iustum occiderunt, in quo nullam culpam invenerunt: erant illi viri sanguinurn, quia cum vellet alienígena lotis manibus dimittere Christum, clamaverunt, Crucifige, crucifige: erant viri sanguinurn, quibus cum iam obiiceretur crimen sanguinis Christi, responderunt, propinantes posteris suis, Sanguis eius super nos, et super filias nostros (Mt 27,23.25). Sed nec in eius corpus

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tros hijos. Y n o cesaron de ser varones sanguinarios levantándose contra su cuerpo, p o r q u e t a m b i é n después de la resurrección y ascensión de Cristo soportó persecuciones la Iglesia y precisamente la p r i m e r a que se desencadenó procedió de la nación judía, a la q u e pertenecían nuestros apóstoles. Allí primeram e n t e fue apedreado San Esteban, el cual recibió lo q u e significa su n o m b r e . Pues Esteban significa corona. Con desprecio fue apedreado, p e r o con sublimidad fue coronado. Más tarde desencadenaron entre la gente otras persecuciones los reinos gentiles antes de que se cumpliese en ellos lo que de ellos se había profetizado: Y le adorarán todos los reyes de la tierra; todas las naciones le servirán. B r a m ó la violencia de estos reinos contra los testigos de Cristo, y se d e r r a m ó en abundancia la sangre de m u c h o s mártires, la cual derramada sirvió de semilla, y brotó la mies de la Iglesia con m u c h a m á s pujanza y llenó todo el m u n d o , c o m o ahora lo vemos. Luego Cristo es librado n o sólo c o m o cabeza, sino t a m b i é n como cuerpo, de estos varones sanguinarios. Cristo se libra de los varones sanguinarios, tanto de los q u e existieron c o m o de los que existen y existirán. El Cristo, el q u e precedió, el que es y el q u e ha de venir, se libra de los varones sanguinarios. Cristo es todo el c u e r p o de Cristo. Y todos los q u e ahora son buenos cristianos, y todos los que lo fueron antes que nosotros, y los que lo han de ser después de nosotros, se librarán de los hombres sanguinarios, pues todo el Cristo se libra; por tanto, n o están demás estas palabras: Y sálvame de los varones sanguinarios. 6 [ v . 4 ] . Pues ve que se apoderaron de mi vida. Pudieron prenderle, p u d i e r o n matarle. Se apoderaron de mi vida. P e r o exsurgere viri sanguinurn cessaverunt, nam et post resurrectionem ascensionemque Christi, persecutiones passa est Ecclesia; et illa quidem primo quae effloruit de gente Iudaeorum, de qua et Apostoli nostri fuerunt. Ibi primo Stephanus lapidatus est (Act 7,58), et quod vocabatur accepit. Stephanus enim Corona dicitur. Humiliter lapidatus, sed sublimiter coronatus. Deinde in Gentibus exsurrexerunt regna Gentium, antequam in eis impleretur quod praedictum erat, Adorabunt eum omnes reges terrae; omnes gentes servient ei (Ps 71,11): et fremuit Ímpetus regni illius adversus testes Christi; effusus est magnus et multus martyrum sanguis: quo effuso, tanquam seminata seges Ecclesiae fertilius pullulavit, et totum mundum, sicut nunc conspicimus, occupavit. Ab his ergo viris sanguinurn eruitur Christus, non solum caput, sed etiam corpus. A viris sanguinurn eruitur Christus, et eis qui fuerunt, et eis qui sunt, et eis qui futuri sunt, eruitur Christus, et qui praecessit, et qui est, et qui venturus est. Christus enim est totum corpus Christi: et quicumque nunc christiani boni, et qui ante nos, et qui post nos futuri sunt, totus Chtistus eruitur a viris sanguinurn; nec vacat haec vox, Et a viris sanguinurn salvum me fac. 6 [v.4]. Quia ecce venati sunt animam meam. Potuerunt tenere, potuerunt occidere, venati sunt animam meam. Sed ubi est, Disrupisti

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entonces, ¿cómo se c u m p l e aquello: Rompiste mis lazos? ¿ C ó m o se c u m p l e se rompieron las ataduras, y nosotros fuimos librados? ¿Cómo se c u m p l e aquello con lo q u e bendecimos a D i o s al d e cir: Bendito el Señor, que no nos entregó en presa a los dientes de ellos? Ellos ciertamente persiguieron, p e r o n o dejó caer e n m a n o s de los cazadores el que guarda a Israel. Pues ve que me persiguieron a muerte; sobre mí se echaron los fuertes. N o h e mos de pasar p o r alto, sino que con todo cuidado h e m o s de investigar y dar a conocer quiénes sean estos fuertes envalentonados. ¿Con quiénes son fuertes sino con los débiles, con los inválidos, con los impotentes? Y, sin e m b a r g o , son alabados los débiles y condenados los poderosos. E n t e n d a m o s quiénes son los fuertes. En p r i m e r lugar, el Señor llamó fuerte al diablo c u a n d o dijo: Nadie puede entrar en la casa del fuerte y arrebatarle sus enseres si antes no hubiere amarrado al fuerte. Luego a m a r r ó al fuerte con los lazos de su d o m i n i o y le arrebató sus enseres y los hizo suyos. Todos los inicuos eran enseres del diablo, p e r o creyendo se hicieron utensilios de Cristo. A éstos dice el A p ó s tol: En otro tiempo fuisteis tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor, el cual dio a conocer sus riquezas en los vasos de la misericordia. Luego p u e d e entenderse q u e éstos son los fuertes. P e r o hay entre los hombres algunos que son fuertes con una fortaleza reprensible y condenable: aquellos q u e ciertamente p r e s u m e n , p e r o p r e s u m e n de la felicidad temporal. ¿ N o os parece que fue fuerte este rico del q u e ahora hablaba el Evangelio, puesto q u e se le centuplicó el poder con la abundancia de la cosecha? Perturbado, halló un medio de guardarla: destruir los viejos granevincula mea? (Ps 115,16). Ubi est, Muscipula comminuta est, et nos eruti sumus? Ubi est quod benedicimus Deum, qui non dedit nos in venationem dentibus eorum? (Ps 123,7.6). lili quidem venad sunt, sed in manibus venantium non dimittit qui custodit Israel. Quia ecce venati sunt animam meam: irruerunt super me fortes. Non utcumque ttanseundum est ab his fortibus: diligenter insinuandum est qui sint fortes insurgentes. Fortes, super quos, nisi super infirmos, super inválidos, super non fortes? Et laudantur tamen infirmi, et damnantur fortes. Si intelligantur qui sunt fortes, primo ipsum diabolum Dominus fortem dixit: Nemo, inquit, potest intrate in domum fortis, et vasa eius eripere, nisi prius alligaverit fortem (Mt 12,29). Alligavit ergo fortem vinculis dominationis suae; et vasa eius arripuit, ac vasa sua fecit. Erant enim omnes iniqui vasa diaboli, qui credentes facti sunt vasa Chtisti: quibus Apostolus dicit, Fuistis enim aliquando tenebrae, nunc autem lux in Domino (Eph 5,8), qui notas facit iivitias suas in vasa misericordiae (Rom 9,23). Possunt ergo isti fortes intelligi. Sed sunt in hominibus quidam fortes reprehensibili et damnabili fortitudine, qui praesumunt quidem, sed de temporali felicítate. Non vobis videtur fuisse fortis dives iste, qui nunc ex Evangelio recitatus est, quoniam successit ei regio in opulentia fructuum? Perturbatus consilium reconditionis invenit, ut destructis veteribus apothecis, novas construeret ampliores, eisque completis,

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ros y construirlos nuevos y m á s amplios, y, llenos, decir a su alma: Alma, tienes muchos bienes; come, alégrate y sacíate. ¿A q u é fuerte contemplas ahora? A aquel de q u i e n se dice: He aquí el hombre que no constituyó a Dios por su ayuda, sino que confió en la abundancia de sus riquezas. Pero mira lo fuerte q u e es: Se envalentonó en su vanidad. 7. Existe otra clase de fuertes que p r e s u m e n , n o de riquezas, ni de fuerzas corporales, ni de algún sobresaliente p o d e r temporal, sino de su p r o p i a justicia. Esta clase de fuertes que n o p r e s u m e del cuerpo, de riquezas, de estirpe, de gloria, pues, ¿quién n o ve q u e todas estas cosas son temporales, pasajeras, caducas y aéreas?, sino q u e p r e s u m e de su p r o p i a justicia, ¿debe ser evitada, temida, alejada y n o imitada? T a l fortaleza i m p i d i ó a los judíos entrar p o r el ojo de la aguja y pasar al reino de los cielos. Pues, p r e s u m i e n d o de ser justos, pareciéndoles estar sanos, rechazaron la medicina y m a t a r o n al médico. A tales fuertes, q u e n o están débiles, n o v i n o a llamarlos el q u e dijo: No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Pues no vine a llamar justos, sino pecadores a penitencia. Estos eran los fuertes q u e reprochaban a los discípulos de Cristo p o r q u e su Maestro se acercaba a los pecadores y comía con ellos. ¿Por qué—les d i c e n — c o m e vuestro Maestro con los publícanos y pecadores? ¡Oh fuertes q u e n o tienen necesidad de médico! Esta fortaleza n o es salud, sino locura. N a d i e hay m á s fuerte que los frenéticos, pues son m á s fuertes q u e los sanos; p e r o cuanto mayores fuerzas tienen, tanto más cercanos están a la m u e r t e . Luego nos libre D i o s de imitar a estos fuertes. Y h e m o s de temer q u e alanimae suae diceret: Habes multa bona, anima; epulare, iucundare, sanare (Le 12,16-19). Qualem fortem vides? Ucee homo qui non posuit Deum adiutorem suum, sed speravit in multitudine divitiarum suarum. Vide quam fortis sit: Et praevaluit, inquit, in vanitate sua (Ps 51,9). 7. Sunt et alii fortes, non de divitiis, non de viribus corporis, non de aliqua in tempore praecellenti potentia dignitatis, sed praesumentes de iustitia sua. Hoc genus fortium cavendum, metuendum, aversandum, non imitandum: praesumentium, inquam, non de corpore, non de opibus, non de genere, non de honore; omnia enim ista quis non videat temporalia, fluxa, caduca, volatica? sed praesumentium de iustitia sua. Talis fortitudo impedivit Iudaeos ne per foramen acus intrarent (Mt 19,24). Cum enim de se praesumunt quod iusti sint, et tanquam sani sibi videntur, medicinam tecusaverunt, et ipsum medicum necavetunt. Tales ergo fortes, non infirmos, non venit vocare qui dixit: Non est opus sanis medicus, sed male babentibus. Non veni vocare iustos, sed peccatores in poenitentiam. Isti erant fortes aui insultabant discipulis Christi, quia magister eorum ad infirmos intrabat, et convivabatur cum infirmis. Quare, inquiunt, magister vester cum publicanis et peccatoribus manducat? (Ib. 9,11.13). O fortes quibus medicus opus non est! Fottitudo ista non sanitatis est, sed insaniae. Nam et phreneticis nihil fortius, valentiores sunt sanis: sed quanto maiores vires, tanto mors vicinior.

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g u n o quiera imitarlos. El D o c t o r de la humildad, que participa de nuestra flaqueza y nos da la participación de su divinidad, que descendió para enseñarnos la senda y ser para nosotros el camino, se d i g n ó e n c o m e n d a r n o s de u n m o d o especial su h u m i l dad, y por eso n o desdeñó ser bautizado p o r el siervo, para enseñarnos a confesar nuestros pecados, y debilitarse, para q u e fuésemos fuertes nosotros, q u e r i e n d o m á s bien decir como el Apóstol: Cuando me debilito, entonces soy más fuerte. Luego n o quiso aparecer c o m o fuerte. Pero los q u e quisieron ser fuertes, es decir, los que p r e s u m i e r o n de su fortaleza, c o m o si fuesen justos, tropezaron en la piedra del tropiezo; y así el cordero les pareció cabrito, y c o m o le m a t a r o n como cabrito, n o merecieron ser redimidos p o r el Cordero. Estos son los fuertes que se echaron sobre Cristo r e c o m e n d a n d o su justicia. Oíd a estos fuertes. Cuando algunos naturales de Jerusalén que h a b í a n sido enviados p o r los fariseos p a r a p r e n d e r a Cristo, n o se atrevieron a prenderle, p o r q u e cuando quiso se dejó p r e n d e r el q u e era fuerte, les p r e g u n t a r o n los fariseos: ¿Por qué no pudisteis prenderle? Entonces respondieron los emisarios: Jamás hombre alguno habló así como El. A esto replicaron los príncipes de los sacerdotes, los fuertes: ¿Por ventura algún fariseo o algún doctor de la ley creyó en El? Sólo creyó el pueblo, ignorante de la ley. C o m o veis, se antepusieron a la turba débil q u e corría al médico. ¿Por qué? Porque eran fuertes; y, lo q u e es más grave, p o r su fortaleza arratraron detrás de sí a toda la turba y m a t a r o n al médico de todos. Pero El p o r su m u e r t e confeccionó de su sangre el m e Avertat ergo Deus ab imitatione riostra fortes istos. Timendum est enim ne eos quisque velit imitari. Doctor autem humilitatis, particeps nostraf infirmatis, donans participationem suae divinitatis, ad hoc descendens ut viam doceret et via fieret (lo 14,6), máxime suam humilitatem nobis commendare dignatus est; et ideo a servo baptizari non dedignatus est (Mat 3,13), ut nos doceret confiteri peccata nostra, et infirmari ut fortes simus, habere potius Apostoli vocem dicentis, Quando infirmar, tune potens sum \2 Cor 12,10). Quomodo ergo noluit esse fortis. Isti autem qui fortes esse voluerunt, id est, qui de sua virtute praesumere voluerunt tanquam iusti, offenderunt in lapidem offensionis (Rom 9,32): et haedus visus est eis Agnus, et quia veluti haedum occiderunt, ab Agno redimi non meruerunt. Ipsi sunt ergo fortes, qui irruerunt super Christum, commendantes iustitiam suam. Audite fortes istos. Cura quidam Ierosolfmitae dicerent, missi ab eis ad apprehendendum Christum, et non audentes apprehendere (quia quando voluit, tune apprehensus est, qui veré fortis erat): Quare ergo, inquiunt, non eum potuistis apprehendere? Et responderunt: Nenio unquam hominum sic locutus est, sicut Ule. Et illi fortes: Numquid aliquis Pharisaeorum in illum credidit, aut aliqtiis Scribarum, nisi populas iste nesciens Legem (lo 7,45-49). Praeposuerunt se turbae infirmae ad medicum currenti: unde, nisi quia ipsi fortes erant? et fortitudine sua, quod est gravius, omnem etiam turbam in se traduxerunt, et medicum omníum occiderunt. Sed et ilie eo quod occisus est,

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d i c a m e n t o p a r a los enfermos. Los fuertes se echaron sobre mi. Observad de m o d o especial a estos fuertes y ved si el h o m b r e ha de p r e s u m i r de alguna cosa, siendo así q u e n o debe presum i r de justicia. V e d ya adonde van a parar los q u e p r e s u m e n de riquezas, de fuerzas corporales, de belleza, de la estirpe, de los honores m u n d a n o s , si cae el que h u b i e r e p r e s u m i d o de justicia como si fuera p r o p i a suya. Los fuertes se echaron sobre mí. D e esta clase de fuertes fue aquel q u e , jactándose de sus propias fuerzas, dijo: Te doy gracias, ¡oh Señor!, porque no soy como los restantes hombres, injustos, ladrones, adúlteros; como este publicano. Ayuno dos veces a la semana y doy el diezmo de todo cuanto poseo. C o n t e m p l a al fuerte jactándose de sus propias fuerzas. Por el contrario, m i r a al débil, q u e estaba a lo lejos y de pie, p e r o cerca p o r la humildad. El publicano—dice el Evangelio—estaba de pie a lo lejos y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: ¡Oh Dios!, apiádate de mí, pecador. Os digo—dice J e s ú s — q u e el publicano salió justificado del templo más bien que el fariseo. V e la justicia: Todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado. Se echaron sobre mí estos fuertes, es decir, estos soberbios, que, ignorando la justicia de Dios y q u e r i e n d o establecer la suya propia, n o se sometieron a la justicia de Dios. 8 [ v . 5 ] . ¿Qué sigue a continuación? Ni iniquidad mía, ni pecado mío, Señor. Sin duda, se echaron sobre m í los fuertes, q u e p r e s u m í a n de su p r o p i a justicia; se echaron sobre m í , p e r o n o hallaron pecado en m í . Ciertamente, los fuertes, es decir, aquellos q u e se tuvieron p o r justos, ¿cómo h u b i e r a n p o d i d o perseguir de sanguine suo medicamentum fecit aegroris. Irruerunt super me fortes. Hos máxime fortes adveróte; et videte utrum de ulla re praesumendum sit homini, quando nec de iustitia praesumendum est. Iam videte ubi iaceant praesumentes de divitiis, de viribus corporis, de nobilitate generis, de dignitate saeculi, si qui de ipsa iustitia tanquam de sua praesumpserit, cadit. Irruerunt super me fortes. Ex illis fortibus fuit ille vires suas iactans: Grafías tibi, inquit, ago quia non sum sicut caeteri hominum, iniusti, raptores, adulteri, sicut et Publicanus iste: ieiuno bis in sabhato, decimas do omnium quae possideo. Vide fortem iactantem vires suas: contra vero longe stantem infirmum attende, et humilitate propinquantem. Publicanus autem, inquit, de longinquo stabat, et nec oculos suos audebat in caelum levare, sed percutiebat pectus suum; dicens: Deus, propitius esto mihi peccatori. Amen dico vobis, descendit iustificatus Publicanus ille magis quam ille Pharisaeus. Et vide iustitiam: Quia omnis qui se exaltat, humiliabitur; et qui se humiliat, exaltabitur (Le 18,11-14). Irruerunt isti fortes, id est superbi, qui ignorantes Dei iustitiam, et suam iustitiam volentes constituere, iustitiae Dei non sunt subiecti (Rom 10,3). 8 [v.5]. Quid deinde? Ñeque iniquitas mea, ñeque peccatum meum, Domine. Irruerunt quidem fortes de iustitia sua praesumentes, irruerunt, sed peccatum in me non invenerunt. Nam utique illi fortes, id est velut iusti quare possent persequi Christum, nisi quasi peccatorem? Sed tamen

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a Cristo si no le hubiesen tenido por pecador? Pero vean ellos que son fuertes debido a la fiereza de la fiebre, mas no a la fortaleza de la salud. Vean que son fuertes ensañándose, como si fuesen justos, contra el inicuo. Pero no hay iniquidad en mí, ni pecado, ¡oh Señor! Corrí sin iniquidad y me encaminaba. Al correr yo, los fuertes no pudieron seguirme, y me tuvieron por pecador, porque no vieron mis huellas. 9 [v.6}. Corrí sin iniquidad y me encaminaba. Levántate y ven a mi encuentro y mira. Se dice de Dios: Corrí sin iniquidad y me encaminé. Levántate y ven a mi encuentro y mira. ¿Pues qué? Si no sale a su encuentro, ¿no puede ver? ¿Acaso acontece aquí lo mismo que cuando tú, andando por el camino, llamas y dices al que no pudo conocerte por haber pasado de lejos: Ven a mi encuentro y ve cómo ando, porque, cuando me miras de lejos, no puedes ver mi andar? ¿Por ventura, si Dios no sale a su encuentro, no podrá ver cómo caminaba éste sin iniquidad y corría sin pecado? También podemos tomar estas palabras: Levántate y ven a mi encuentro, por ayúdame. Lo que añadió: y mira, ha de entenderse por hazme ver que corro, hazme ver que camino, conforme al modo de hablar por el que se dijo a Abrahán: Ahora conocí que temes a Dios. Dios dice: Ahora conocí. Y ¿por qué si no es porque ahora te hizo conocer? El hombre se desconoce a sí mismo antes de ser tentado o probado. Así, Pedro, presumiendo, se desconocía a sí mismo; mas negando aprendió con qué fuerzas contaba. En su caída entendió que había presumido falsamente; lloró, y llorando mereció conocer con fruto lo que fue y ser lo que no fue. Luego fue probado illi viderint quam fortes sint immanitate febris, non firmitate sanitatis: viderint illi quam fortes sint, et tanquam iusti contra iniquum saevierunt. Sed tamen ñeque iniquitas mea, ñeque peccatum meum, Domine. Sine iniquitate cucurri, et dirigebar. Illi ergo fortes currentem me sequi non potuerunt: ideo peccatorem putaverunt, quia vestigia mea non viderunt. 9 [v.6]. Sine iniquitate cucurri, et iirigebar: exsurge in occursum mihi, et viie. Deo dicitur, Sine iniquitate cucurri, et dirigebar: exsurge in occursum mihi, et viie. Quid enim? Si non occurrat, videre non potest? Tanquam si ambulares viam, et de longinquo ab aliquo cognosci non posses, clamares ad eum, et diceres: Occurre mihi, et vide quemadmodum ambulem; nam quando de longinquo me attendis, gressum meum videre non potes. Itane et Deus nisi occurreret, non videret quam sine iniquitate iste dirigebatur, et quam sine peccato currebat? Accipere quidem et hoc possumus, Exsurge in occursum mihi, adiuva me. Quod autem addidit, et vide, intelligendum est, fac videri quod curro, fac videri quod dirigor; ex illa figura qua et illud dictum est Abraham: Nunc cognovi quod times Deum (Gen 22,12). Deus dicit, Nunc cognovi: unde, nisi quia nunc te feci cognoscere? Ignotus enim sibi quisque est ante interrogationem tentationis, sicut se Petras ptaesumendo ignorabat, et negando didicit quales vires haberet; in sua ipsa titubatione intellexit falso sese praesumpsisse: flevit (Mt 26,35.69-75); et flendo meruit fructuose nosse quod fuit, et esse

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Abrahán y se conoció. No obstante, se dijo por Dios: Ahora conocí, es decir, ahora te hice conocer. Como decimos: Día alegre, porque nos hace alegres, y asimismo también decimos que la amargura es triste, porque contrista al que la prueba, así también decimos que Dios ve, porque nos hace ver. Luego levántate—dice^—y sal a mi encuentro y mira. ¿Qué significa y mira? Ayúdame, es decir, a ellos, para que vean mi andar y me acompañen y no les parezca perverso lo que es bueno, ni torcido lo que se acomoda al dictamen de la verdad. Porque corrí sin iniquidad y me encaminé. Levántate y ven a mi encuentro y mira. 10. La sublimidad de nuestra Cabeza me aconseja que hable algo en este lugar, porque se debilitó hasta la muerte y tomó la flaqueza de la carne para recoger debajo de sus alas a los polluelos de Jerusalén, como la gallina enferma o debilitada recoge a los suyos. N o conozco, no he observado, no he visto a ave alguna que enferme con los polluelos como la gallina; jamás he advertido esto en ave alguna de las que anidan a nuestra vista; por ejemplo, en los gorriones, que lo hacen en las paredes; en las golondrinas, que anualmente son nuestros huéspedes; en las cigüeñas y en las palomas, que diariamente vemos, y en otra infinidad de aves que anidan junto a nosotros y empollan los huevos y alimentan a los polluelos. ¿A qué se debe esta propiedad de la gallina? Sin duda, hablo de cosa conocidísima y que la tenemos todos los días delante de nuestra mirada, pues vemos cómo enronquece, cómo eriza todo su cuetpo, se le caen las alas, se le marchitan las plumas, y, tocante a los pollitos, no sé cómo quod non fuit. Ergo probatus Abraham, factus est cognitus sibi; et dictum est a Deo, Nunc cognovi, hoc est, nunc te feci cognoscete. Quomodo laetus dies, quod facit laetos; et tristis amatitudo, quod conrristat gustantem: sic videns Deus, videre faciens. Exsurge ergo, inquit, in occursum mihi, et vide. Quid est, et vide? Et adiuva me, id est in illis, ut videant cursum meum, sequantur me, non eis videatur pravum esse quod rectum est, non eis videatut distortum esse quod tenet regulam veritatis: Quoniam sine iniquitate cucurri, et dirigebar: exsurge in occursum mihi, et vide. 10. Aliquid etiam me dicere admonet in hoc loco capitis ipsius nostri sublimitas; quoniam infirmatus est usque ad mortem, et assumpsit infirmitatis carnem, ut pullos Ierusalem colligeret sub alas suas tanquam gallina infirmata cum parvulis. Non enim in aliqua ave hoc aliquando conspeximus, earum etiam quae nidifican! ante oculos nostros, sicut parietum passeres, sicut hirundines tanquam annuae nostrae hospites, sicut ciconiae, sicut aliae atque aliae aves quae ante oculos nostros nidificant, et ovis insidunt, pullos alunt, sicut ipsae columbae quas quotidie videmus; aliquam avem infirmari cum parvulis non cognovimus, non aspeximus, non vidimus. Gallina quomodo hoc habet? Cene notam tem dico, quae in conspectu nostro quotidie versatur: quomodo raucescit vox, quomodo fit hispidum totum corpus? deponuntur alae, laxantur plumae,

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enferma; el amor m a t e r n o le hace enfermar. Luego ¿por q u é quiso el Señor, si n o es p o r esto, compararse en la Sagrada Escritura a la gallina, diciendo: ¡Jerusalén, Jerusalén! ¡Cuántas veces quise recoger a tus hijos como la gallina recoge a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!? P e r o El, que se debilitó por nosotros t o m a n d o nuestra carne, es decir, la carne del gén e r o h u m a n o ; q u e fue crucificado, despreciado, abofeteado, azotado, suspendido en el m a d e r o y herido por la lanza, congregó a todas las gentes c o m o la gallina congrega a sus pollitos. Esto es p r o p i o de la m a t e r n a l enfermedad, n o de la majestad perdida. P u e s siendo Cristo tal, y, p o r tanto, despreciado, y, p o r lo mism o , piedra de tropiezo y de escándalo, por lo cual muchos tropezaron en El; siendo, repito, Cristo tal, sin e m b a r g o , al tomar la carne sin el pecado, se hizo participante de nuestra flaqueza, mas n o de nuestra iniquidad, para q u e p o r lo que participó de nuestra flaqueza destruyese nuestra iniquidad. Por eso corrí—dice—sin iniquidad y me encaminé. Luego ¿cómo n o debe tenerse en cuenta en El q u e es Dios, y sólo ha de considerarse en El lo q u e p o r nosotros se hizo y n o aquello p o r lo q u e nos hizo? Sin duda, debe ser considerado aquello, p o r q u e es u n gran indicio de veneración conocer quién y p o r q u é sufrió p o r ti; n o cualquier p e q u e ñ o por ti grande, sino p o r ti flaco el Sumo. ¿Qué se hizo p o r ti? Se empequeñeció, pues se humilló, haciéndose obediente hasta la muerte. ¿Quién? Óyelo en la m i s m a epístola u n poco m á s arriba: El que, teniendo la forma de Dios, no juzgó rapiña el ser igual a Dios, Luego el Igual a Dios se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo, hecho a semejanza de los et vides circa pullos nescio quid aegrotum, et ea est materna charitas quae invenitur infirmitas. Quare ergo Dominus, nisi propter hoc, gallina esse voluit in sancta Scriptura dicens: Ierusalem, lerusalem, quoties volui congregare filios tuos, tanquam gallina pullos suos sub alas, et noluisti! (Ib. 23,37). Congregavit autem omnes gentes, tanquam gallina pullos suos, qui infirmatus est propter nos, accipiens carnem a nobis, id est a genere humano; crudfixus, contemptus, alapis caesus, flagellatus, ligno suspensus, lancea vulneratus. Ergo hoc maternae infirmitatis est, non amissae maiestatis. Cum ergo talis esset Christus, et ideo contemptus, et ideo lapis offensionis et petra scandali, et ideo multi offenderunt in eum (Rom 9,32, et 1 Petr 2,8): cum talis ergo esset, et tamen carnem sine peccato suscepisset, factus est particeps nostrae infirmitatis, non iniquitatis; ut ex eo quod nobiscum communicavit infirmitatem, solveret nostram iniquitatem. Ideo, Sine iniquitate cucurri, et dirigebar. Quid ergo, secundum id quod Deus est non est agnoscendus, et illud solum in eo considerandum est quod propter nos factus est, non illud quo nos fecit? Plañe etiam illud considerandum est; quia magnum pietatis indi^ cium est nosse quis pro te quid sustinuít. Non quicumque parvus, non pro te magno, sed pro te infirmo ille summus. Quid? Factus parvulus: Humiliavit se, factus obediens usque ad mortem. Quis? supra audi: Qui cum in forma Dei esset, non rapinam arbitratus est esse aequalis Veo.

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hombres y hallado en el hábito como hombre. Y de tal m o d o se anonadó, que t o m ó lo q u e n o tenía sin p e r d e r lo q u e tenía. ¿Cómo se anonadó? Mostrándose de este m o d o a ti, sin m a n i festarte la excelencia que tenía j u n t o al P a d r e ; ofreciéndote ahora la flaqueza y reservándote su claridad para cuando estuvieses purificado. L u e g o el que era igual al Padre, se hizo flaco; y, sin embargo, en esta m i s m a flaqueza d e b e ser reconocido no p o r la visión, sino p o r la fe, a fin de q u e aquello que aún n o p o d e m o s ver, a lo m e n o s lo creamos, y creyendo merezcamos ver lo q u e n o vemos. C o n razón, después de resucitar, dice a M a r í a M a g dalena, a q u i e n p r i m e r a m e n t e se d i g n ó aparecerse: No me toques, porque aún no he subido al Padre. ¿Qué significa esto? Poco después le tocaron las mujeres; p o r q u e , volviendo del sepulcro hacia la casa, al salirles el Señor al encuentro, le adoraron y se abrazaron a sus pies. T a m b i é n los discípulos le tocaron sus cicatrices. Luego ¿qué significa no me toques, porque todavía no he subido al Padre? N o creas sólo de m í lo q u e ves, de suerte q u e tu mirada se q u e d e en el exterior, c o m o tu tacto. ¿Te parezco humilde? Aún no he subido al Padre, de d o n d e bajé a vosotros y de d o n d e jamás m e aparté; a ú n n o subí, puesto q u e n o os abandoné. V i n o sin apartarse y sube sin alejarse. ¿Pero qué significa subí al Padre? D a r s e a conocer q u e es igual al Padre. Nosotros subimos progresando para ver esto, para entenderlo, para que de cualquier m o d o seamos capaces de c o m p r e n Ergo aequalis Deo semetipsum exinanivit, formam serví accipiens,. in similitudinem hominum factus, et habitu inventus ut homo (Phil 2,6-8): et ita exinanivit, ut assumeret quod non erat, non ut amitteret quod erat. Quomodo ergo exinanivit? Quia tibi talis apparuit; quia tibi dignitatem quam apud Patrem habet, non demonstravit; quia tibi nunc obtulit infirmitatem, servavit purgato postea claritatem. lile ergo Patri aequalis, talis est factus: et tamen in ipsa infirmitate agnoscendus est, non visione, sed fide; ut quod videre nondum possumus, saltem credamus, et credendo quod non videmus, etiam videre mereamur. Mérito posteaquam resurrexit, ait Mariae Magdalenae, cui dignatus est primitus apparere: Noli me tangere, nondum enim ascendí ad Patrem (lo 20,17). Quid est hoc? Paulo post eum mulieres tetigerunt. Nam redeuntes a monumento, obviam sibi factum adoraverunt, et pedes eius tenuerunt (Mt 28,9): discipuli etiam cicatrices palpaverunt (Le 24,39). Quid est ergo, Noli me tangere, nondum enim ascendí ad Patrem; nisi, noli quod vides hoc solum me credere, ne et hic remaneat aspectus mus quasi tactus tuus? Humilis enim tibi videor, nondum ascendi ad Patrem, unde et ad vos descendi, et inde non recessi, nondum illuc ascendi, quando vos non deserui. Venit non recedens, ascendit non deserens. Sed quid est quod ascendit ad Patrem? Quando nobis innotescit aequalis Patri. Nos enim ascendimus proficiendo, ut hoc videre, ut hoc intelligere, ut hoc uteumque capere valeamus. Ideo ergo distulit tactum, non abstulit, non repulit, non negavit.

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derlo. Por eso difiere el tocamiento; n o le p r o h i b i ó en absoluto, n o le rechazó, n o le negó, pues dice: Porque aún no subí al Padre. De la cúspide del cielo fue su salida—dice otro salmo—, y su carrera, hasta la cima del cielo. La cima del cielo, es decir, la cima de todas las cosas espirituales, es el Padre. D e aquí q u e su salida y su llegada se extienden hasta la cúspide del cielo. C u a n d o se dice llega hasta la cima, se habla de igualdad. En efecto, cuando c o m p a r a m o s cosas desiguales y acercamos a una cosa p e q u e ñ a otra más g r a n d e para ver c u á n t o se diferencie la una de la otra, si las hallamos desiguales, solemos hablar de esta m a n e r a : N o coincide, n o llega; si son iguales, decimos: Coincide, llega, Luego se dice su llegada hasta la cúspide del cielo porq u e es igual al Padre. T a l quería darse a conocer a los creyentes el que dijo: No me toques. Esto quería q u e fuese garantizado por el Padre a sus creyentes el q u e dijo: Levántate y ven a mi encuentro y mira. Manifiesta q u e soy igual a ti. Y mira. ¿Qué significa y mira? H a z ver q u e soy igual a ti. C u a n d o m e dijo Felipe: Muéstranos al Padre, y nos basta, yo le dije: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no conocéis al Padre? Felipe, quien me ve a mí, ve al Padre; ¿no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en m? Quizá aún n o le cree igual. Levántate y ven a mi encuentro y mira. H a z m e ver, haz q u e te vean; manifiesta a los h o m b r e s nuestra igualdad. N o piensen los judíos que crucificaron a u n h o m b r e . A u n q u e en él sólo fue crucificado lo q u e era h o m b r e , sin e m b a r g o , n o conocieron al q u e crucificaron. "Pues- si le hubiesen conocido, jamás hubiesen crucificado al SeNondum enim, inquit, ascendí ad Patrem. A summo cáelo egressio eius, dicit alius Psa'mus, et occursus eius usque ad summum caeli (Ps 18,7). Summum caeli, id est, summum in ómnibus spiritualibus Pater est: inde excursus eius, et occursus usque ad summum caeli. Occurrit usque ad summum, non dicitur nisi de aequaü. Denique cum aliqua inaequalia comparamus, et aliquid breve ad aliquid magnum applicamus, videre quantum ad quantum sit, si inaequale invenerimus, ita solemus loqui, Non occurrit: si autem aequale sit, Occurrit. Ergo occursus eius usque ad summum caeli, quia aequalis est Patri. Talem se volebat innotescere fidelibus suis, qui dixerat: Noli me tangere. Hoc volebat praestari a Patre fidelibus suis, qui dicebat: Exsurge in occursum mihi, et vide; innotesce quod tibí aequalis sim. Et vide: quid est, Et vide? Fac videri quod tibi aequalis sim. Quamdiu mihi Philippus dicit: Ostende nohis Patrem, et sufficit nobis? Quamdiu ego dicam, Tanto tempore vobiscum sum, et Patrem non nostis? Philippe, qui me videt, videt et Patrem: non credis quia ego in Patre, et Pater in me est? (lo 14,8-11) et adhuc forte non credit aequalem. Exsurge in occursum mihi, et vide. Fac me videri, fac te videri, fac notam hominibus aequalitatem nostram. Non putent Iudaei se hominem crucifixisse. Quamvis in eo non crucifixum sit, nisi in quantum homo erat: tamen non cognoverunt quera crucifixerunt. Si enim cognovissent, Dominum gloriae nunquam crucifixissent

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ñor de la gloria." Para q u e los q u e creen en m í conozcan a este Señor de la gloria: Levántate y ven a mi encuentro y mira. 11. Y tú, Señor, Dios de los ejércitos, Dios de Israel. Y tú, Dios de Israel, q u e sólo eres tenido p o r D i o s de Israel, que únicamente eres tenido por Dios de una sola nación, q u e te adora, cuando todas las otras r i n d e n culto a los ídolos; tú, D i o s de Israel, atiende a visitar todas las naciones. Se c u m p l a la profecía en la cual Isaías, en representación tuya, habla a tu Iglesia, a tu santa ciudad, a la estéril, aquella a la cual se dijo: Muchos más son los hijos de la abandonada que los de la que tiene varón. A ella ciertamente se le dijo: Alégrate, estéril, que no das a luz; suelta tu voz y grita la que no pares, porque muchos más son los hijos de la abandonada que los de la que tiene varón. Más son los de ésta q u e los de la nación judía, q u e tiene varón, q u e recibió la ley; m á s son los de ésta q u e los de la nación q u e tuvo rey patente. Pues tu rey se halla oculto, y, sin e m b a r g o , m á s son tus hijos habidos del esposo oculto. Luego a ella se dice: Más son los hijos de la abandonada que los de la que tiene varón. A continuación añade el profeta: Amplía el lugar de tu tabernáculo, sujeta los pabellones, nada perdones; alarga más tus amarras y clava estacas fuertes; extiéndete más y más a la derecha y a la izquierda. Coloca a la derecha los buenos, y a la izquierda los malos, hasta q u e venga el t i e m p o de la bielda; con todo, posee todas las gentes. Se invita a las bodas a buenos y malos, se llenan las salas nupciales de comensales. A los criados toca invitar, al Señor separar. Extiende más y más a la derecha y a la izquierda. (1 Cor 2,8). Hunc Dominum gloriae ut noverint fideles mei, Exsurge in occursum mihi, et vide. 11. Et tu, Domine Deus virtutum, Deus Israel. Tu Deus Israel, qui non putaris nisi Deus Israel solius, qui non putaris nisi Deus unius gentis quae te colit, cum omnes gentes idola colant, tu Deus Israel, intende ad visitandum omnes gentes. Impleatur ista prophetia, in qua Isaias ex persona tua alloquitur Ecclesiam tuam, sanctam civitatem mam, sterilem illam cuius multi filii desertae, magis quam eius quae habet virum. Ei quippe dictum est: Eaetare, sterilis quae non parís, erumpe et exclama, quae non parturis; quia multi filii desertae, magis quam eius quae habet virum: magis quam gentis Iudaeae quae habet virum, quae accepit Legem; magis quam eius gentis quae habuit evidentem regem. Nam tuus rex latet, et plures tibi filii sunt ex occulto sponso. Ergo ei dicitur: Multi filii desertae, magis quam eius quae habet virum. Deinde adiungit Propheta: Dilata locum tabernaculi tui, et aulas tuas confige; non est quod parcas: extende longius funículos tuos, et palos validos constitue etiam atque etiam in dexteram atque sinistram. In dextera teñe bonos, in sinistra teñe malos (Mt 25,33), doñee veniat ventilabrum (Ib. 3,12): posside tamen omnes gentes. Invitentur ad nuptias boni et mali impleantur nuptiae recumbentium (Ib. 22,9.10): servorum est invitare Domini separare. Etiam atque etiam in dexteram atque sinistram extende. Semen enim tuum haereditabit gentes, et civitates quae desertae

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Tu prole heredará las gentes y poblarás las ciudades desiertas. Desiertas de Dios, faltas de profetas, faltas de apóstoles, faltas del Evangelio; llenas de demonios. Poblarás las ciudades desiertas. No temas a nada ni a nadie, porque prevalecerás; no te avergüences porque hayas sido detestable. L u e g o no te avergüences porque se levantaron contra mí los fuertes. ( ¿ Y cuándo tuvo esto lugar?) C u a n d o se dictaban leyes contra el n o m b r e cristiano, cuand o era una ignominia e infamia ser cristiano. No te avergüences porque hubieres sido detestable, pues te olvidarás de tu confusión; no te acordarás del oprobio de tu viudez. Porque yo soy el Señor que te hago; su nombre es Señor; y el mismo Señor, Dios de Israel, que te libra, será llamado Dios de toda la tierra. Y tú, Señor, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, atiende a visitar todas las gentes. A t i e n d e , repetiré, a visitar todas las gentes. 12. No te compadezcas de ninguno de los que obran iniquidad. A q u í , sin duda, aterra. ¿A q u i é n n o aterra esto? ¿Quién n o temblará al echar una m i r a d a a su conciencia? Porque, aunq u e n o le arguya de impía, m e maravillo q u e n o le arguya de alguna iniquidad, puesto q u e cualquiera q u e comete u n pecado obra iniquidad. Si atiendes, Señor, a las iniquidades, Señor, ¿quién se sostendrá? Sin e m b a r g o , es cierto q u e n o se dijo en vano ni puede carecer o carecerá de sentido: No te compadezcas de ninguno de los que obran iniquidad. P e r o ve q u e se compadeció de Pablo, que p r i m e r a m e n t e , siendo Saulo, obraba iniquidad. ¿Qué bien hizo p a r a que mereciese a Dios? ¿Por ventura n o conducía a sus santos a la m u e r t e ? ¿ N o era portador de cartas de los erant, inhabitabis: desertae a Deo, desertae a Prophetis, desertae ab Apostolis, desertae ab Evangelio, plenae daemoniis. Civitates quae desertae erant inhabitabis. Non est quod metuas; praevalebis enim: nec erubescas quod detestabiüs fueris. Ergo, quia insurrexerunt super me fortes, ne erubescas; quando contra nomen christianum leges ferebantur, quando ignominia et infamia erat esse christianum, Ne erubescas quod detestabilis fueris: confusionem enim in perpetuum oblivisceris; ignominiae viduitatis tuae non eris memor. Quoniam ego sum Dominus qui fació te: Dominus nomen est ei; et qui eruit te, ipse Dominus Deus Israel universae terrae vocabitur (Is 54,1.5). Et tu, Domine Deus virtutum, Deus Israel, intende ad visitandum omnes gentes: intende, inquam, ad visítandum omnes gentes. 12. Non miserearis omnium qui operantur iniquitatem. Hic plañe terruit. Quem non terreat? Quis ad suam conscientiam rediens non contremiscat? Quae etiamsi sibi conscia est pietatis, mirum nisi aliquid conscia sit etiam iniquitatis. Quicumque enim peccatum facit, et iniquitatem facit (1 lo 3,4). Si enim iniquitates observaveris, Domine, Domine, quis sustinebit? (Ps 129,3). Et tamen verum est, nec frustra dictum, nec vacare omnino potest aut poterit, Non miserearis omnium qui operantur iniquitatem. Sed ecce misertus est PauH qui primo Saulus operabatur iniquitatem: quid enim fecit boni, unde promereretur Deum? Nonne sanctos eius ad mortem attrahebat? nonne epístolas a principibus

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príncipes de los sacerdotes q u e le conferían p o d e r p a r a apresar a los cristianos dondequiera q u e los encontrase? ¿ N o fue haciendo esto, dirigiéndose, respirando y anhelando la m u e r t e , conforme lo atestigua de él la Escritura, cuando, llamado con voz sublime desde el cielo, fue arrojado al suelo y levantado, cegado e iluminado, m u e r t o y vivificado, p e r d i d o y hallado? ¿Por q u é merecimiento? Callémonos, hable él: Yo, que primeramente jui blasfemo y perseguidor y maltratador, pero conseguí misericordia. C i e r t a m e n t e q u e p u e d e entenderse no te compadezcas de ninguno de los que obran mal de dos m o d o s : o q u e Dios n o deja en absoluto n i n g ú n pecado i m p u n e , o q u e hay cierta iniquidad que quienes la ejecutan, de n i n g ú n m o d o serán dignos de que D i o s se apiade de ellos. Según estos dos m o d o s de entender hablaré a vuestra caridad cuanto lo p e r m i t a la brevedad del tiempo. 13. T o d a iniquidad, p o r p e q u e ñ a o g r a n d e q u e sea, necesita ser reparada, o p o r el m i s m o h o m b r e haciendo penitencia, o p o r Dios castigándola. P o r q u e t a m b i é n el q u e se arrepiente se castiga a sí m i s m o . Luego hermanos, castiguémonos nuestros p e cados si q u e r e m o s la misericordia de Dios. Pues Dios n o p u e d e apiadarse de n i n g u n o de los q u e cometen iniquidad pasando p o r alto o n o b o r r a n d o el pecado. Por tanto, o los castigas o los castiga. ¿ N o quieres que Dios los castigue? Castígalos tú. P o r q u e tú m i s m o has h e c h o lo q u e n o p u e d e quedar i m p u n e . Sean m á s bien castigados p o r ti, para que así ejecutes lo q u e se escribió en otro salmo: Prevengamos su presencia con la confesión. ¿Qué significa prevengamos su presencia con la confesión? Q u e antes sacetdotum ferebat, ut ubicumque Christianos invenisset, ad poenam raperet? nonne id agens, eo tendens, caedem spirans et anhelans, sicut de illo Scriptura attestatur, de cáelo vocatus est voce sublimi, deiectus, erectus, excaecatus, illuminatus, occisus, vivificatus, perditus, redditus? (Act 9). Quo mérito? Nihil nos dicamus; ipsum potius audiamus: Qui prius fui, inquit, blasphemus, et persecutor, et iniuriosus; sed misericordiam consecutus sum (1 Tim 1,13). Certe, Non miserearis omnium qui operantur iniquitatem, hoc duobus modis intelligi potest: sive quia omnino nulla peccata impunita relinquit Deus; sive quod est quaedam iniquitas, quam qui operantur, omnino eorum Deus non miseretur. Secundum istos dúos modos, breviter quantum temporis sufficit aliquid loquamur Charitati Vestrae. 13. Iniquitas omnis, parva magnave sit, puniatur necesse est, aut ab ipso homine poenitente, aut a Deo vindicante. Nam et quem poenitet, punit seipsum. Ergo, fratres, puniamus nostra peccata, si quaerimus misericordiam Dei. Non potest Deus misereri omnium operantium iniquitatem quasi blandiens peccatis, aut non eradicans peccata. Prorsus aut punis, aut punit. Vis non puniat? Puni tu. Nam et illud fecisti quod impunitum esse non possit: sed a te puniatur potius, ut facías quod in illo psalmo scriptum est, Praeveniamus faciem eius in confessione (Ps 94,2). Quid est, Praeveniamus faciem eius? Antequam ipse attendat ut

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de q u e El i n t e n t e castigar, te prevengas tú y te castigues confesando para q u e El n o encuentre nada que castigar. Porque, cuand o tú castigas la iniquidad, forjas la justicia, y, p o r tanto, Dios se apiadará de ti, ya q u e te encuentra o b r a n d o justicia. ¿Qué significa "te encuentra o b r a n d o justicia"? Q u e odiaste en ti lo q u e odia El y has e m p e z a d o a agradar a D i o s al castigar en ti lo q u e a El le desagrada. Pues n o p u e d e quedar i m p u n e el pecado, p o r q u e es verdad que no te apiadarás de ninguno de los que obran iniquidad. 14. Veamos ya el otro m o d o de entender esta sentencia. H a y cierta iniquidad q u e al ejecutarla a l g u n o n o p u e d e acontecer que Dios se apiade de él. Quizá p r e g u n t é i s : ¿Cuál es? La defensa del pecado. C u a n d o alguno defiende sus pecados, comete gran iniquidad, pues defiende lo que odia Dios. V e cuan perversa, cuan inicuamente obra. Si obra bien, p r e t e n d e imputárselo a sí m i s m o ; si mal, a Dios. D e este m o d o defienden los hombres sus pecados, y lo que es m u c h o peor, basándose en Dios. ¿Cómo es esto? N a d i e hay q u e se atreva a decir q u e es b u e n o el adulterio, el homicidio, el engaño, el testimonio falso; n i n g u n o de los hombres se atreve a decir esto, p o r q u e aun los q u e cometen estos crímenes p o n e n el grito en el cielo cuando se cometen contra ellos. N o encontrarás a u n ser viviente tan perverso, tan desnaturalizado de la sociedad h u m a n a y de la participación de la com ú n sangre de A d á n , a q u i e n le parezca, c o m o dije, b u e n o el adulterio, el engaño, la rapiña o el perjurio. Pero entonces, ¿cómo lo defienden? D i c i e n d o : Si D i o s n o hubiera a u e r i d o , yo n o lo hubiera hecho. ¿Qué quieres q u e haga con m i suerte? Y a pones de panpuniat, tu praeveni confitendo et puni. Non ille inveniat quod puniat. Quia cum tu punís iniquitatem, facis aequitatem. Et ideo tui miserebitur Deus, quia iam te operantem aequitatem invenit Deus. Quid est, operantem aequitatem? Quia hoc in te odisti, quod et ille odit; ut incipias placeré Deo, duna hoc in te punís quod displicet Deo. Nam non potest impunitum relinqui peccatum: quoniam verum est, Non miserearis omnium qui operantur iniquitatem. 14. Sed videamus iam alium modum, quo haec seíitentia possit intelligi. Est quaedam iniquitas, quam qui operatur, non potest fieri ut misereatur eius Deus. Quaeritis forte quaenam illa sit? Ipsa defensio peccatorum. Quando quisque defendit peccata sua, magnam iniquitatem operatur: hoc defendit quod Deus odit. Et vide quam perverse, quam inique. Si quid boni fecerit, sibi vult imputari; si quid malí, Deo. Nam hoc modo defendunt nomines peccata ex Dei persona, quod peius est. Quid est hoc? Nemo est qui audeat dicere, Bonum est adulterium, bonum est homicidium, bona fraus, bonum periurium: nullus prorsus hominum; nam qui etiam illa faciunt, clamant quando patiuntur. Omnino ergo non invenís animam tam perversam, tam extorrem a socíetate generis humani et a participatione communis sanguinis ex Adam, cui videatur bonum esse adulterium, sicut dixi, fraus, rapiña, periurium. Sed quomodo ea defendunt? Si Deus noluisset, non id fecissem. Quid vis faciam fato

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talla a la suerte o al hado; ya recurres a las estrellas. Preguntas: ¿Quién creó y ordenó las estrellas? Dios. Luego defiendes tu p e cado acusando a D i o s . Así, así se excusa el reo inculpando al juez. Sin duda, D i o s n o se apiada de los q u e obran tal iniquidad. No te apiadarás de ninguno de los que obran iniquidad. Persigue sus pecados, castiga, atormenta, haz volver en sí a los que n o se p r e o c u p a n de sí, a los que lo echan todo a la espalda; y se avergüencen de sí para que gocen de ti. No te apiadarás de ninguno de los que cometen iniquidad. 15 [ v . 7 ] . Se convertirán a la tarde. N o sé a q u é i m p í o y q u é tinieblas diga alguna vez que han de convertirse a la tarde. ¿Qué significa a la tarde? Después. ¿Qué significa a la tarde? M á s tarde. A n t e s de haber crucificado a Cristo deberían haber conocido al médico. Por tanto, una vez crucificado, resucitado y subido al cielo, después de haber sido enviado el Espíritu Santo, del que fueron llenos los que estaban reunidos en el cenáculo, y después q u e comenzaron a hablar las lenguas de todas las naciones, se atemorizaron los crucificadores de Cristo y, c o m p u n gidos, recabaron consejo de los apóstoles sobre la salud, y oyer o n : Haced penitencia y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y os serán perdonados los pecados. D e s p u é s de la m u e r t e de Cristo, después del derramam i e n t o de su sangre, os son perdonados vuestros pecados. El quiso m o r i r para r e d i m i r también con su sangre a los derramadores de ella. La derramasteis enfurecidos, bebedla contritos. C o n razón se dice: Volverán a la tarde, y tendrán hambre como perros. Los judíos llamaron perros a los gentiles c o m o a gente meo? Iam quaeris quid sit fatum: curris ad stellas. Quaeris quis fecetít et ordinaverit stellas: Deus est. Ergo ad hoc peccatum tuum defendis, ut Deum accuses. Ideo excusatur reus, ut culpetur iudex. Prorsus talem iniquitatem operantium non miseretur Deus. Non miserearis omnium qui operantur iniquitatem. Persequere, inquit, peccata eorum, puni, compunge, converte illos ante se, qui se ponunt post se; et erubescant de se, ut gaudeant de te. Non miserearis omnium qui operantur iniquitatem. 15 [v.7]- Convertantur ad vesperam. Nescio quos dicit quondam operatores iniquitatis, et quondam tenebras, convertí ad vesperam. Quid est, ad vesperam? Postea. Quid est, ad vesperam? Serius. Ante enim debuerant, antequam Chfistum crucifigerent, medicum agnoscere. Quare iam eo crucifixo, resurgente, in caelum ascendente, posteaquam misit Spiritum suum sanctum, quo repleti sunt illi qui in una domo erant, et coeperunt loqui linguis omnium gentium, expaverunt crucifixores Christi: compuncti sunt de conscientia sua, consilium salutis ab Apostolis petiverunt; audierunt, Agite poenitentiam, et baptizetur unusquisque vestrum in nomine Domini nostri lesu Christi, et dimittentur vobis peccata vestra (Act 2,38). Post occisum Christum, post effusum Christi sanguinem dimittuntur peccata vestra. Ille sic voluit morí, ut sanguine suo etiam effusores eiusdem sanguinis redimeret. Fudistis saevientes, bibite confitentes. Mérito convertantur ad vesperam; et famem patiantur ut canes. Canes

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inmunda. De aquí que también el Señor, cuando le voceaba a su espalda la mujer cananea, no judía, queriendo inclinar la misericordia de Cristo a curar a su hija, El, previendo todas las cosas, conociéndolas todas, pero queriendo patentizar la fe de la mujer, retardó concederla el beneficio y la tuvo suspensa. ¿Cómo la entretuvo? Diciéndole: Sólo he sido enviado a las ovejas que perecieron de la casa de Israel. A Israel; a las ovejas. ¿Y a los gentiles qué? No está bien echar el pan de los hijos a los perros. Luego llamó perros a los gentiles por causa de la impureza. ¿Qué hace aquella mujer hambrienta? N o protestó de estas palabras, más bien soportó con humildad el ultraje, y recibió el beneficio. Pues no debía llamarse ultraje el dicho del Señor. Si algo parecido dice el siervo a su señor, ciertamente es una injuria; pero, si el señor llama a su siervo tal cosa, más bien puede decirse que es un honor. Así es—dice ella—, ¡oh Señor! ¿Qué significa: Así es? Dices verdad, sin duda es cierto, soy un perro. Pero también los perros—añade—comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores. El Señor la responde al instante: ¡Oh mujer!, grande es tu je. Antes la llamó perro, ahora mujer. ¿Por qué llama ahora mujer a la que poco antes llamó perro? Por confesar con humildad y no rechazar lo que por el Señor había sido llamada. Luego los gentiles son perros, y, por lo mismo, hambrientos. Bien les está a los judíos que se reconozcan pecadores; y, aunque sea a la tarde, se conviertan, y pasen hambre como perros. Demasiado saturado estaba aquel que decía: Ayuno dos veces a la semana. Por el contrario, el publicano era perro Gentes Iudaei dixerunt, tanquam immundos. Nam inde et ipse Dominus, cum post eum clamaret Chananaea quaedam mulier, non Iudaea, ad suam filiam curandam convertere volens eius misericotdiam; ille omnia praevidens, omnia sciens, sed fidem eius ostendere volens, distulit beneficium, et eam suspendit. Et quomodo distulit? Non sum, inquit, missus, nisi ad oves quae perierunt domus Israel. Israel, oves: Gentes, quid? Non est bonum, panem filiorum mittere canibus. Gentes ergo canes appellavit, propter immunditiam. Quid autem illa mulier esuriens? Hoc magis non repulit: suscepit humiliter convicium, et meruit beneficium. Ñeque enim et convicium illud dicendum erat, quod a Domino dictum erat. Servus si aliquid tale domino dicat, convicium est: dominus autem cum tale aliquid servo dicit, dignatio potius dici potest. Ita, inquit, Domine. Quid est, ita? Verum dicis, prorsus verum dicis; canis ego sum. Sed et canes, inquit, edunt de micis quae cadunt de mensa dominorum suorum. Et continuo Dominus: O mulier, magna est fides tua! (Mt 15,24-28). Iamdudum canis, modo mulier. Unde iam mulier quae paulo ante canis? Confitendo humiliter, non repeliendo quod a Domino dictum erat. Ergo Gentes canes, et ideo esurientes. Bonum est et Iudaeis, ut agnoscant se peccatotes; et licet ad vesperam, convertantur; et famem patiantur ut canes. Nam male saturatus erat ¡lie qui dicebat: leiuno bis in sabbato. Ule autem publicanus canis erat, famem patiens; et inde beneficium Domini esuriebat, qui dicebat: Propitius esto mibi peccatori (Le 18,12.13). Con-

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que sentía hambre, y por eso ansiaba nutrirse del beneficio del Señor, pues decía: Sedme propicio a mí, pecador. Luego se conviertan también aquéllos a la tarde y padezcan hambre como perros. Anhelen la gracia de Dios; reconozcan que son pecadores; siendo fuertes, háganse débiles; siendo ricos, háganse pobres; siendo justos, reconózcanse pecadores; siendo leones, se conviertan en perros. Se conviertan a la tarde, y padezcan hambre como perros y recorran la ciudad. ¿Qué ciudad? Este mundo, que la Escritura llama en muchos lugares ciudad que rodea. Este mundo, en el cual se incluyen todas las naciones, rodeaba por todas partes a la nación judía. A él se le decían estas cosas y se le llamaba ciudad que rodea. Luego aquéllos, hechos ya perros y teniendo ya hambre, recorrerán la ciudad. ¿Cómo la recorrerán? Evangelizando. Sanio, de lobo, se convirtió en perro a la tarde; es decir, convertido tarde, corrió, desde las migajas que caían de la mesa de su Señor, a su gracia, y recorrió la ciudad. 16 [v.8]. He aquí que habla con su boca, y sus labios son espada. Ved aquí la espada de dos filos, sobre la cual dice el Apóstol que la espada del espíritu es la palabra de Dios. ¿Por qué es de dos filos? Porque hiere con ambos Testamentos. Con esta espada se mataban aquellos animales de los cuales se decía a Pedro: Mata y come. Y sus labios son espada. Pero ¿quién oyó? Hablarán con su boca. Pero ¿quién oyó?, es decir, se indignarán contra los perezosos en creer. Los que poco antes no querían creer, se hastiarán debido a los incrédulos. Esto, hermanos, se da frecuentemente. Tú ves a un hombre que es perezoso antes vertantur ergo et illi ad vesperam: et jamem patiantur ut canes. Desiderent gratiam Dei, intelligant se peccatotes: fortes illi fiant infirmi, divites illi fiant pauperes, iusti illi agnoscant se peccatores, leones illi canes fiant. Convertantur ad vesperam; et famem patiantur ut canes, et circumibunt civitatem. Quam civitatem? Mundum istum, quem quibusdam locis vocat Scriptura civitatem circumstantiae (Ps 30,22.59.11, et 107,11, sec. LXX): id est, quia in ómnibus gentibus undique circumfuderat mundus unam gentem Iudaeorum, ubi talia dicebantur, et appellabatur civitas circumstantiae. Istam civitatem circumibunt illi iam canes facti esurientes. Quomodo circumibunt? Evangelizando. Saulus ex lupo canis factus est ad vesperam, id est, sero conversus, de micis domini sui in gratia eius cucurrit, et circumivit civitatem. 16 [v.8]. Ucee ipsi loquentur in ore suo, et gladius in labiis eorum. Iam ille gladius bis acutus, de quo Apostolus dicit: Et gladium spiritus, quod est verbum Dei (Eph 6,17). Quate bis acutus? Quare, nisi quia ex uttoque Testamento feriens? Hoc gladio mactabantur, de quibus dicebatur Petro: Macla, et manduca (Act 10,13). Et gladius in labiis eorum: quoniam quis audivit? Loquentut in ore suo: Quis audivit? id est, stomachabuntur adversus pigros ad fidem. Qui paulo ante et ipsi credere nolebant, taedium de non credentibus patiuntur. Et veré, fratres, contingit. Vides hominem pigrum antequam sit christianus; clamas ad illum quo-

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de ser cristiano; le exhortas todos los días; p e r o apenas se convierte, al instante quiere que todos sean cristianos y se admira de que n o lo sean. Le ocurrió q u e se convirtió a la tarde, p e r o c o m o está h a m b r i e n t o como el perro, tiene una espada en sus labios y dice: ¿Quién oyó? ¿ Q u é significa quién oyó? ¿Quién creyó lo que anunciamos? Y el poder de Dios, ¿a quién ha sido revelado? Porque ¿quién oyó? N o creyeron los judíos. Se dirigieron a los gentiles y les predicaron. N o creyeron los judíos, y, sin embargo, p o r los judíos creyentes recorría el Evangelio la ciudad y se decía: Porque ¿quién oyó? 17 [v.9J. Y tú, Señor, te burlarás de ellos. ¿Quién oyó? Todas las naciones h a n de ser cristianas, y tú dices: ¿Quién oyó? ¿Qué significa te mojarás de ellos? En nada tendrás a todas las naciones. N a d a se o p o n d r á contra ti, p o r ser facilísimo que crean en ti todas las gentes. 18 [ v . 1 0 ] . Pondré en ti mi fortaleza. Aquellos fuertes cayeron p o r q u e n o colocaron en ti su fortaleza; es decir, los q u e soberbiamente se levantaron y se echaron sobre m í p r e s u m i e n d o de sí mismos. Pero yo pondré en ti mi fortaleza, p o r q u e , si m e aparto, caigo, y, ú m e acerco, m e f o r t a l e z c a Ved, hermanos, Jo que acontece en el alma h u m a n a . D e suyo carece de luz, n o tiene fuerzas. T o d o lo h e r m o s o q u e hay en el alma es fuerza y conocim i e n t o ; p e r o n o es sensata n i se vale p o r sí m i s m a ; ni es luz ni fortaleza de por sí. H a y cierto p r i n c i p i o y fuente de virtud; hay cierta base de sabiduría; hay cierta, por decirlo así, si es que así p u e d e decirse, región de la verdad inmutable, de la cual, si tidie, vix convertí tur: convertatur, et iam vult omnes esse christianos, et miratur quia nondum sunt. Excidit illi quod ad vesperam conversus est: sed quia factus est esuriens sicut canis, haber etiam in labiis gladium; dicit: Quis audivit? Quid est, Quis audivit? Quis credidit auditui nostro, et brachium Domini cui revelatum est? (Is 53,1). Quoniam quis audivit? Non credunt Iudaei: conversi sunt ad Gentes et annuntiaverunt. Iudaei non credebant: et tamen per credentes Iudaeos Evangelium circumibat civitatem, et dicebant, Quoniam quis audivit? 17 [v.9]. Ut tu, Domine, deridebis eos. Quis audivit? Omnes gentes christianae futurae sunt, et vos dicitis, Quis audivit? Quid est, deridebis eos? Pro níhilo habebis omnes gentes: nihil ante te erit; quia facillimum erit ut credant in te omnes gentes. 18 [v.10]. Fortitudinem meam ad te custodiam. lili enim fortes ideo ceciderunt, quia fortitudinem suam ad te non custodierunt: id est, illi qui superne insurrexerunt et irruerunt, de se praesuinpserunt. Ego autem fortitudinem meam ad te custodiam: quia si recedc^ cado, si accedo, fortior fio. Videte enim quid est, fratres, in anima humana. Non habet ex se lumen, non habet ex se vires: totum autem quod pulchrum est in anima, virtus et sapientia est; sed nec sapit sibi, tiec valet sibi, nec ipsa sibi lux est, nec ipsa sibi virtus est. Est quaedam origo fonsque virtutis, est quaedam radix sapientiae, est quaedam, ut ita. dicam, si et hoc dicendum est, regio incommutabilis veritatis: ab hac anima recedens

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se aparta el alma, se entenebrece, y a la q u e , si se acerca, se ilumina. Acercaos a El y seréis iluminados, p o r q u e alejándoos os entenebreceréis. Luego pondré en ti mi fortaleza. N o m e apartaré de ti; n o p r e s u m i r é de mí. Pondré en ti mi fortaleza, porque tú eres, ¡oh Dios!, mi protector. ¿En d ó n d e estaba y en d ó n d e estoy? ¿ D e d ó n d e m e tomaste? ¿Qué iniquidades n o m e perdonaste? ¿En d ó n d e yacía? ¿Adonde fui levantado? D e b o recordar estas cosas p o r q u e en otro salmo se dice: Mi padre y mi madre me abandonaron, pero el Señor me sustentó. Pondré en ti mi fortaleza, porque tú, ¡oh Dios!, eres mi protector. 19 [_v.ll]. Dios mío la misericordia de El se me adelanta. V e d lo q u e significa pondré en ti mi fortaleza; en nada presumiré de m í m i s m o . ¿Qué bien poseía para q u e te apiadases de m í y m e justificases? ¿Qué encontraste en m í ? Sólo pecados. En m í nada era tuyo, sino ú n i c a m e n t e la naturaleza q u e creaste; las demás cosas eran maldades mías q u e borraste. N o m e levanté yo el p r i m e r o para ir a ti, sino q u e tú viniste a m í a despertarme, p o r q u e la misericordia de El se me adelantó. A n t e s de q u e yo hiciera algo b u e n o , la misericordia de El se me adelantó. ¿Qué dirá ante esto el desventurado Pelagío? 20 [v.12.14]. Mi Dios se me mostró en mis enemigos. ¿Qué dice? Q u e d e m o s t r ó la gran misericordia q u e tuvo conm i g o al manifestarme en mis enemigos. Se compare, recogido, a los abandonados, y elegido, a los rechazados; se c o m p a r e el vaso de misericordia a los vasos de ira, y vea q u e de u n a m i s m a masa hizo D i o s a uno vaso de honor, y a otro, de ignominia. tenebratur, accedens illuminatur. Accedite ad eum, et illuminamini (Ps 33,6); quia recedendo tenebramini. Ergo fortitudinem meam ad te custodiam: non a te recedam, non de me praesumam. Fortitudinem meam ad te custodiam, quia Deus susceptor meus es. Ubi enim eram, et ubi sum? unde me suscepisti? quas iniquitates meas dimisisti? ubi iacebam? quo erectus sum? Ergo haec meminisse debeo; quod in alio psalmo dicitur. Quoniam pater meus et mater mea dereliquerunt me; Dominus autem assumpsit (Ps 26,10). Fortitudinem meam ad te custodiam, quia Deus susceptor meus es. 19 [ v . l l ] . Deus meus, misericordia eius praeveniet me. Ecce quid est, Fortitudinem meam ad te custodiam: de me omnino nihil praesumam. Quid enim attuli boni, ut mei miserereris et me iustificares? Quid in me invenisti, nisi sola peccata? Tuum nihil aliud nisi natura quam creasti: caetera, mala mea quae delevisti. Non ego prior ad te exsurrexi, sed tu ad me excitandum venisti; nam misericordia eius praeveniet me. Antequam aliquid boni ego faciam, misericordia eius praeveniet me. Quid hic respondebit infelix Pelagius? 20 [v.12-14], Deus meus demonstravit mihi in inimicis meis. Quid ait? Quantam circa me exhibuerit misericordiam, in inimicis meis mihi demonstravit. Relictis comparet se collectus, et repulsis electus: comparet se vasis irae vas misericordiae; et videat quia ex una massa fecit Deus aliud vas in bonorem, aliud in contumeliam. Quid est, demonstravit mihi

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¿Qué significa me mostró en mis enemigos? Si Dios, queriendo manifestar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de na hechos para perdición, y p o r esto "dio a conocer sus riquezas en los vasos de misericordia", si Dios, repito, soportó a los vasos de ira y dio a conocer sus riquezas en los vasos de misericordia, rectísimamente se dijo: Su misericordia se me adelantó. Mi Dios me mostró en mis enemigos; es decir, Dios m e manifestó la g r a n misericordia que tuvo conmigo en aquellos con quienes n o la tuvo. Si n o se tiene en suspenso al deudor, éste dará m e n o s gracias al q u e le p e r d o na la deuda. Mi Dios me mostró en mis enemigos. 2 1 . ¿Qué dice de estos enemigos? No los mates, para que no se olviden de tu ley. R u e g a p o r sus enemigos, cumple el p r e cepto. ¿Qué significa no te apiades de ninguno de los que cometen iniquidad; y t a m b i é n : No los mates, para que no se olviden de tu ley? ¿Cómo dice q u e n o se apiada de n i n g u n o de los q u e cometen iniquidad, y, p o r otra p a r t e , q u e n o los mata, para q u e n o se olviden de su ley? C i e r t a m e n t e que habló a q u í de sus enemigos. ¿Y qué? ¿Por v e n t u r a sus enemigos obran equidad? Si sus enemigos obran equidad, luego El obra iniquidad. P e r o como El obra equidad, p o r lo m i s m o , el q u e obra equidad, sin duda soporta de los enemigos iniquidad. Por tanto, n o queda m á s r e m e d i o q u e decir q u e quienes son enemigos del justo obran iniquidad. ¿Cómo es q u e p o c o antes decía q u e no se apiadará de ninguno de los que cometen iniquidad y ahora dice de sus enemigos: No los mates, para que no se olviden de tu ley? Luego esto significa: N o te apiadarás de suerte que eches in inimicis meis? Si enim Deus volens ostendere iram, et demonstrare potentiam suam, attulít in multa patientia vasa irae, quae perfecta sunt in perditionem, et propter quid hoc? Ut notas faceret divitias suas in vasa misericordiae (Rom 9,21-23): si ergo vasa irae attulit, in quibus notas faceret divitias suas in vasa misericordiae, rectissime dictum est, Misericordia eius praeveniet me. Deus meus demonstravit mihi in inimicis meis: id est, quantam circa me habuit misericordiam, in illis mihi demonstravit circa quos non habuit. Nisi enim debitor suspendatur, minus agit gratias cui debitum relaxatur. Deus meus demonstravit mihi in inimicis meis. 21. De ípsis auteru inimicis quid? Ne occideris eos, nequando obliviscantur legis tuae. Rogat pro inimicis suis, implet praeceptum. Quid est: Ne miserearis omnium qui operantur iniquitatem; et, Ne occideris eos, nequando ohliviscantur legis tuae? Quomodo non miseretur omnium qui operantur iniquitatem, et quomodo non occidit eos ne obliviscantur legis tuae? Sed hic de inimicis suis dixit. Quid ergo? Inimici eius aequitatem operantur? Si qui ei inimicantur aequitatem operantur; ergo ipse iniquitatem operatur. Sed quia ipse aequitatem operatur, porro qui aequitatem operatur, profecto iniquitatem ab inimicis patitur; restat ut qui iusto inimicantur, iniquitatem operentur. Unde ergo paulo superius, Non miserearis omnium qui operantur iniquitatem; et nunc de inimicis suis, Ne occideris eos, nequando obliviscantur legis tuae? Non ergo miserearis

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en olvido sus pecados y n o matarás a quienes perdonas sus pecados. ¿Qué significa matar? Olvidarse de la ley del Señor. Ln verdadera m u e r t e consiste en caer en el abismo del pecado. Esto puede, sin duda, entenderse t a m b i é n de los judíos. ¿Qué dice de los judíos al decir: No los mates, para que no se olviden de tu ley? N o mates tú a mis enemigos q u e m e m a t a r o n a m í . Subsista la nación judía; sin duda fue vencida por los romanos y destruida su ciudad. N o se p e r m i t e a los judíos vivir en su ciu dad a pesar de ser judíos. Todas estas tierras están sometidas >i los romanos. ¿Quién distingue ya a los pueblos q u e constituyeron el imperio r o m a n o , siendo así q u e todos se hicieron romanos y todos se llaman de este modo? Sin e m b a r g o , los judíos subsisten marcados con u n a señal; y, si fueron vencidos, n o lo fueron hasiii el p u n t o de ser absorbidos p o r los vencedores. N o sin razón gw bó Dios en C a í n u n a señal para q u e nadie le matase despui de haber m a t a d o él a su h e r m a n o . La señal de los judíos es I • circuncisión, los despojos de su ley, la observancia del sábad' la inmolación de la Pascua y la comida de los ácimos. Luego peí manecen los judíos; n o fueron matados; son necesarios a los gen tiles creyentes. ¿Para qué? Para demostrarnos su misericordia c nuestros enemigos. Mi Dios me mostró en mis enemigos. D> muestra su misericordia al acebuche injertado en los ramos coi» tados p o r la soberbia. Ved en d ó n d e yacen los soberbios, ve ell d ó n d e te hallas tú que yacías. N o te ensoberbezcas para qilt n o merezcas ser cortado. ¡Oh Dios mío!, no los mates, para q/it> no se olviden de tu ley. 22.

Dispérsalos

con

tu poder.

Esto ya tuvo perfecto

cuín

eorum, ut occidas peccata eorum: non occidas eos, quorum peccata procediendo del 0; Pide flfSe bi Pero " " m a t e m á t i c o o agorero, nos causaPieH , m i ^ Cat> a Urj ' S l t l embargo, pudiera aparecer que al tr a d y Qll C o r d i a T S° en la Iglesia. Es un penitente, sólo A , g ° h a d e ser encomendado a vuestra ar,,Protecr-!leticia n a a n , ' Pre* - ^ q u í I 1 u i e n v e i s ; ponedle debajo de vuesr] L fist t a d Ie a 7 t e n é i s - conocedle; y por dondequiera que esv de í e s 6 C u idad 0 más hermanos que ahora no están Cü c CS m i s ° lt e s °razó n e«cordia para que este seductor no Cor ^QlOnj >vers¡ó V SC °ponSa- Guardadle vosotros; no se os ^sf 0 s e m e C o n ? n i S u tránsito a fin de que con vuestro tes'íianer S e s í Wcia ' m e q U e é I ciertamente se convirtió al Señor. e I con Sabéj a S e os 0 f ocimiento de su vida cuando de esta c bo s S C Ó r n ° se r e C -t p a f a q u e l e conozcáis y le compadezcáis. P e r v e r s o s e s c n b i ó en los Hechos de los Apóstoles que mnau es decir, que muchos hombres dedicados a los a SUri 0s y a ' to rinaS jj les todo ° e n s e f i a n z a s impías, presentaron a los e u -S S S IÍDros v i ' "3 e se " > Y ° « l o s ^ >' h e c 1 T V l d f u e A J n , e l I a s > Pero n ' ^ ^ P ° r Dios, y ^ ' J e s « c r i s t 0 de A 0 8 Judíos / , ? * * e » a s lo sean en su l u ^ ' 6 D a v , ^ 5 dio N e n María 7 . S U e S t i f P e n ^ i ó nuestro S e o * SaIm a 1U2 a ° S , Que , Cris?" P S" a 1 ' Procediendo de la estirpe Chos añ 0 q s , p r ° f e t ¿ ^ b a n a r P ° r D a v ¡ d fueron compuestos estos ex¡ Spués stieron - T a m b i ¿ C r i s t o > el cual había de venir rnuIo que h K n t C S d e n a c e ^ n " S e P r e d i J ° Por los profetas, q u e * « ? a W a b l a d e aconte " U e S t r ° S e f i o r d ^ a V i r g e n María, todo V lo e Potau. vemos ' ? . / " " ^ o s tiempos, lo cual lo fcem,eStra C plldo; vieron espe™al T ? n ° s alegramos sobremanera, C Ümplid predicha f S , ° > mna ^ P « ¡os santos, q u e n o lo ; a T r 0 - A h o r a lo l e e ^ U e l o c o n t e m p l a r o n en su espíritu c o m o as cosas y I a s ™ nosotros y lo oímos leer; compulsamos esftaüa n c o n S i g n a d a í m ° s cumplidas p o r el orbe del m o d o que se CSt0? ¿Quién no l Cn> k E s c t i t u r a . ¿Quién n o se alegrará p o r q e a eSperar ? ú n n o se h PLEBEM

1 [v.l]. Agnoscenda est vox sanctae prophetiae ex ipso titulo psalmi huius. Inscribitur: In finem, Psalmus David, Canticum leremiae et Ezechielis ex populo transmigrationis, cum incipetent exire. Res quemadmodum gesta sit apud patres nostros tempore transmigrationis Babyloniae, non ómnibus notum est, sed his qui Scripturas sanctas diligenter advertunt, vel audiendo, vel legendo. Captivatus enim populus Israel, ex civitate Ierusalem ductus est ín servitutem Babyloniae (4 Reg 24,25). Prophetavit autem Ieremias sanctus, post septuaginta annos rediturum populum de captivitate, et instauraturum civitatem ipsam Ierusalem, quam devictam ab hostibus planxerat (Ier 25,11, et 29,10). Illo autem tempore fuerunt prophetae, in illa captivitate populi constituti in Babylonia; inter quos erat et Ezechiel propheta. Exspectabat autem ille populus doñee implerentur témpora septuaginta annorum, secundum prophetiam leremiae. Factum est completis septuaginta annis, restitutum est templum quod deiectum erat; et regressa est de captivitate magna pars illius populi. Sed quoniam dicit Apostolus: Haec in figura contingebant

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bien nuestra cautividad y después nuestra liberación. Debemos conocer a Babilonia, en la que nos hallamos cautivos, y a Jerusalen, por cuya vuelta hacia ella suspiramos. También estas dos ciudades, atendiendo al sentido propio, son dos ciudades reales. Jerusalen no se halla ahora habitada por judíos porque después de la crucifixión del Señor se les castigó con gran venganza, y fueron arrancados del lugar en donde con impía libertad, furiosos, se ensañaron contra el médico, por lo cual fueron dispersados por todas las naciones y se dio la tierra a los cristianos, cumpliéndose lo que el Señor les había predicho: Se os quitará el reino y se dará a otra gente que obre justicia. Al ver que muchas turbas seguían al Señor, que predicaba el reino de los cielos y que obraba maravillas, dijeron los príncipes de la ciudad: Si le dejamos, todos irán en pos de El, y vendrán los romanos y nos quitarán el lugar y la nación. Por no perder el lugar mataron a Cristo, y así le perdieron porque le mataron. Aquella ciudad terrena era sombra o figura de la ciudad eterna de los cielos. Cuando comenzó a ser predicada claramente aquella que era la realidad, fue derribada la que era sombra o figura; por eso allí no hay templo ahora, puesto que había sido fabricado prefigurando el cuerpo del Señor. Ahora tenemos la luz; pasaron las tinieblas; sin embargo, aún estamos en cierta cautividad, pues dice el Apóstol: Mientras vivimos en el cuerpo peregrinamos hacia Dios. 2. Conoced lo que significan estas dos ciudades: Jerusalen y Babilonia. Babilonia significa confusión, y Jerusalen, visión in Mis; scripta sunt autem propter nos, in quos finis saeculorum obvenit (1 Cor 10,11); debemus et nos nosse pfius captivitatem nostram, deinde liberationem nostram; debemus nosse Babyloniam, in qua captivi sumus, et Ierusalem, ad cuius reditum suspiramus. Istae quippe duae civitates, secundum litteram reveta duae civitates. Et illa quidem Ietusalem modo a Iudaeis non incolitur. Post crucifixum enim Dominum, vindicatum est in illos flagello magno; et eradicati ab eo loco, ubi impia libértate furiosi adversus medicum insanierant, dispersi sunt per omnes gentes, et data est illa térra Christianis: impletumque est quod eis dixerat Dominus, Propterea auferetur a vobis regnum, et dabitur genti facienti iustitiam (Mt 21,43). Cum autem viderent tune multas turbas iré post Dominum, praedicantem regnum caelorum, et mirabilia facientem, dixerunt principes illius civitatis: Si dimiserimus eum, omnes ibunt post ittum; et venient Romani, et tollent nobis et locum, et gentem (lo 11,48). Ne locum petderent, Dominum occiderunt; et ideo perdirerunt, quia occiderunt. Civitas ergo quaedam illa terrena cuiusdam civitatis aeternae in caelis umbram gerebat; at ubi coepit illa quae significabatur, evidentius praedicari, umbra qua significabatur, deiecta est: propterea ibi modo templum non est, quod fabticatum fuerat in imaginem futuri corporis Domini. Tenemus lucem; umbra transivit: tamen adhuc in quadam captivitate sumus: Quamdiu sumus, inquit, in corpore, peregrinamur a Domino (2 Cor 5,6). 2. Et videte nomina duarum istarum civitatum, Babylonis et Ierusalem. Babylon Confusio interpretatur, Ierusalem Visio pacis. Inten-

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de paz. Poned ahora vuestra mirada en la ciudad de confusión para que comprendáis la de la visión de paz. Soportad aquélla, suspirad por ésta. ¿Cómo pueden conocerse estas dos ciudades? ¿Quizá podemos ahora separarlas una de otra? Están mezcladas; desde el principio del género humano hasta el fin del mundo han corrido y correrán mezcladas. Jerusalen tuvo su origen por Abel; Babilonia, por Caín; más tarde ciertamente se llevó a cabo la edificación material de estas ciudades; Jerusalen en la tierra de los jebuseos, pues primeramente se llamó Jebús. De allí fueron arrojados los jebuseos cuando el pueblo de Dios, librado de Egipto, fue introducido en la tierra prometida. Babilonia fue fundada en el interior de la región de Persia, la cual fue por mucho tiempo capital de las demás naciones. Luego estas' dos ciudades fueron construidas en determinadas épocas para prefigurar a las otras dos ciudades comenzadas a ser edificadas en otro tiempo, y que han de permanecer hasta el fin del mundo, en el cual han de separarse. ¿Cómo podemos darlas a conocer ahora, si están mezcladas? El Señor las dará a conocer al colocar a unos a la derecha y a otros a la izquierda. Jerusalen se hallará a la derecha; Babilonia, a la izquierda. Jerusalen ha de oír: Venid, benditos de mi Padre; poseed el reino que os está preparado desde el origen del mundo. Babilonia oirá: Id al juego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles. Podré, sin embargo, presentar alguna prueba o señal, en cuanto Dios me lo conceda, para que los fieles distingan aun en este tiempo a los ciudadanos de Jerusalen de los ciudadanos de Babilonia. Dos díte nunc civitatem confusionis, ut intelligatis visionem pacis: istam toleretis, ad illam suspiretis. Unde dignosci possunt istae duae civitates? Numquid possumus eas modo separare ab invicem? Permixtae sunt, et ab ipso exordio generis humani permixtae currunt usque in finem saeculi. Ierusalem accepit exordium per Abel; Babylon per Cain: aedificia quippe urbium postea facta sunt. Illa Ierusalem in térra Iebusaeorum; nam primo Iebus dicebatur (2 Reg 5,6, et los 18,28): inde gens Iebusaeorum eiecta est, quando populus Dei liberatus est de Aegypto, et introductus est in terram promissionis. Babylon autem condita est in intimis Persidis regionibus, quae diuturno tempore caput extulit super caeteras gentes. Duae ergo istae urbes certis temporibus conditae sunt, ut manifestaretur figura duarum civitatum olim coeptarum, et usque in finem in isto saeculo mansurarum, sed in fine separandarum. Unde ergo possumus eas modo ostendere, quae permixtae sunt? Ostendet tune Dominus, cum alios ponet ad dexteram, alios ad sinistram. Ierusalem ad dexteram erit; Babylon ad sinistram. Ierusalem auditura est: Venite, benedicti Patris mei; percipite regnam quoi vobis paratum est ab origine mundi. Babylon audituta est: Ite in ignem aeternum, qui paratus est diabolo et angelis eius (Mt 25,34.41). Possumus tamen et aliquid affette, quantum Dominus donat, unde distinguantur pii fideles, etiam hoc tempore, cives Ierusalem a civibus Babyloniae. Duas istas civitates faciunt dúo amores: Ierusalem facit amor Dei; Babyloniam facit amor

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amores constituyeron estas dos ciudades. El amor de Dios constituye la ciudad de Jerusalen; el amor del mundo, la de Babilonia. Pregúntese a sí mismo cada uno qué cosa ame, y se dará cuenta a qué ciudad pertenece; y, si ve que es ciudadano de Babilonia, extirpe en sí la codicia y plante la caridad. Si ve que es ciudadano de Jerusalen, tolere esta cautividad y espere la libertad. Muchos ciudadanos de la santa madre Jerusalen, enredados en las concupiscencias de Babilonia, se habían pervertido, y por esta depravación concupiscible se habían hecho ciudadanos de ella. Muchos permanecen aún enredados y muchos de los que nos han de suceder en la tierra también se enredarán; pero el Señor, fundador de Jerusalen, conoció a los ciudadanos de ella que predesrinó, a los cuales ve que, estando aún bajo la dominación del diablo, sin embargo, han de ser redimidos con la sangre de Cristo. Los conoció anres de que ellos se conocieran a sí mismos. Bajo esta figura se canta aquí el salmo. En su título se nombran dos profetas que estuvieron en aquel tiempo en la cautividad: Jeremías y Ezequiel, y que canraron algunas cosas cuando comenzaron a salir (de la cautividad). Comienza a salir quien comienza a amar. Muchos salen oculramente; los pies de los que salen son los afectos del corazón. Salen, pues, de Babilonia. ¿Qué significa salir de Babilonia? Salir de la confusión. ¿Cómo se sale de Babilonia, es decir, de la confusión? Quienes primeramente estaban mezclados o confundidos con idénticos deseos, comienzan a ser distinguidos por la caridad; y, ya distinguidos o separados, no están confundidos o mezclados. Pues si aún están mezclados por lo que atañe al cuerpo, sin embargo, se distinguen por el santo deseo; y si por la mezcla corporal aún no han salido, por el afecto del corazón comenzaron a salir. Luego oigamos ya, hermanos; saeculi. Interroget ergo se quisque quid amet, et inveniet unde sit civis: et si se invenerit civem Babyloniae, exstirpet cupiditatem, plantet charitatem; si autem se invenerit civem Ierusalem, toleret captivitatem, speret libertatem. Multi enim cives sanctae matris Ierusalem cupiditatibus Babyloniae corrupti tenebantur, et ipsa corruptione cupiditatum tanquam cives inde facti erant; et multi adhuc ita sunt, et multi post nos in hac tetra futuri ita erunt: sed novit Dominus, conditot Ierusalem, quos cives eius praedestinaverit, quos videat adhuc sub dominatu diaboli redimendos sanguine Christi, novit illos ipse antequam se ipsi noverint. Sub hac ergo figura cantatur hic psalmus. In cuius titulo positi sunt etiam dúo ptophetae, qui illo tempore in captivitate fuerunt, lerendas et Ezechiel, et cantabant quaedam, cum inciperent exire. Incipit exire qui incipit amare. Exeunt enim multi latenter, et exeuntium pedes sunt cordis affectus: exeunt autem de Babylonia. Quid est de Babylonia? De confusione. Quomodo exitur de Babylone, id est de confusione? Qui primo confusi erant similibus cupiditatibus, incipiunt chántate distinguí; iam distincti, non sunt confusi. Etsi adhuc corpore permixti sunt, desiderio tamen sancto discernuntur; et proptet permixtionem corporalem nondum exíetunt; proptet affectum cordis exire coeperunt. Iam ergo

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oigamos, y cantemos, y deseemos aquello de donde somos ciudadanos. ¿Qué gozos no se cantarán? ¿Cómo no se renovará en nosotros el amor de nuestra ciudad, de la cual nos habíamos olvidado debido a una prolongada peregrinación? Nuestro Padre nos envió unas cartas desde allí. Dios nos proporcionó las santas Escrituras; con tales cartas excitó en nosotros el deseo de volver, ya que, amando nuestra peregrinación, mirábamos de cara al enemigo y dejábamos de espaldas a la patria. ¿Qué se canta aquí? 3 [v.2]. A ti, ¡oh Dios!, se te debe el himno en Sión. Aquella nuestra patria de la que hemos hablado es también Sión, pues lo mismo es Jerusalén que Sión. Pero debéis conocer el significado del nombre. Como Jerusalén significa "visión de paz", Sión significa "especulación", es decir, "visión y contemplación". Se nos promete un gran espectáculo: el mismo Dios, que creó la ciudad. Hermosa y bella es la ciudad que tiene como cosa más hermosa que ella misma al Creador. A ti, ¡oh Dios!, se te debe el himno, dice. Pero ¿en dónde? En Sión, no en Babilonia. Cuando alguno comienza a renovarse, canta ya con el corazón puesto en Jerusalén, conforme dice el Apóstol: Nuestra conversación se halla en los cielos; y también: Caminando en carne, no militamos según la carne. Ya estamos allí con el deseo, ya hemos lanzado la esperanza, como áncora hacia la tierra para que no naufraguemos, zozobrando, en este mar. Así como decimos con toda razón, cuando la nave tiene afianzada su áncora en el fondo del mar, que ya está en tierra, y, aunque aún fluctúa, sin embargo, en cierto modo, ha sido sacada a tierra al estar defendida contra audiamus, fratres; audiamus, et cantemus, et desideremus unde cives sumus. Et quae gaudia cantantur nobis? Quomodo in nobis reformatur amor civitatis nostrae, quam diuturna peregrinatione obliti fueramus? Sed misit inde ad nos epístolas Pater noster, ministravit nobis Scripturas Deus, quibus epistolis fieret in nobis redeundi desiderium; quia peregrinationem nostram diligendo, ad hostes faciem posueramus, et dorsum ad patriam. Quid ergo hic cantatur? 3 [v.2]. Te decet hymnus, Deus, in Sion. Patria illa est Sion: ipsa est Ierusalem quae Sion; et huius nominis interpretationera nosse debetis. Sicut Ierusalem interpretatur Yisio pacís, ita Sion Speculatio, id est visio et contemplado. Nescio quod nobis magnum spectaculum promittitur; et hoc ipse Deus est qui condidit civitatem. Pulchra et decora civitas, quam pukhriorem habet conditorem! Te decet hymnus, Deus, inquit. Sed ubi? In Sion: in Babylone non decet. Etenim quisque cum coeperit innovari, iam corde in Ierusalem cantat, dicente Apostólo: Conversatio riostra i-n caeüs est (Phil 3,20). In carne enim ambulantes, inquit, non secunium carn-em militamus (2 Cor 10,3). Iam desiderio ibi sumus, iam spem in illam terram, quasi anchoram praemisimus, ne in isto mari mrbati naufragemus. Quemadmodum ergo de navi quae in anchoris est, recte dicimus quod iam in térra sit; adhuc enim fluctuat, sed in térra quodammodo educta est contra ventos, et contra tempestates: sic contra tentationes huius peregrinationis nostrae,

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los vientos y las tempestades, así, afianzada nuestra esperanza en la ciudad de Jerusalén, hace que no seamos lanzados contra las peñas por las tentaciones de este nuestro destierro. Luego quien canta atendiendo a la esperanza, allí canta. Cante, pues, y diga: A ti, ¡oh Dios!, se te debe el himno en Sión, En Sión, no en Babilonia. ¿Pero aún estás aquí, en Babilonia? Aquí estoy, dice este amador y ciudadano. Aquí estoy con la carne, mas no con el corazón. Y al decir, como he dicho, estas dos cosas: aquí estoy con la carne, mas no con el corazón, en donde canto, no canto, pues no canto con la carne, sino con el corazón. Los ciudadanos de Babilonia oyen cantar a la carne, pero el sonido del corazón sólo le oye el Fundador de Jerusalén. De aquí es que el Apóstol, exhortando a los mismos ciudadanos de ella a cantar cánticos de amor y de deseo de regresar a aquella hermosa ciudad, visión de paz, dice (que lo deben hacer) cantando y salmeando al Señor en vuestros corazones. ¿Qué quiere decir cantando en vuestros corazones? Que no cantéis allí en donde estáis, en Babilonia; sino arriba, en donde habitáis. Luego a ti, ¡oh Dios!, se te debe el himno en Sión. En Sión se te debe cantar, no en Babilonia. El que canta en Babilonia es ciudadano de Babilonia, y el himno de Dios no debe cantarse allí. Oye la Escritura: No es hermosa la alabanza en la boca del pecador. A ti, ¡oh Dios!, se te debe el himno en Sión. 4. A ti se te cumplirán los votos en Jerusalén. Aquí prometemos, pero es un bien que cumplamos allí. ¿Quiénes son los que prometen aquí y no cumplen? Los que no perseveran hasta el fin en lo que prometieron. Por eso dice otro salmo: Haced votos y cumplidlos al Señor, Dios vuestro. A ti se te cumplirán los spes nostra fundata in illa civitate Ierusalem facit nos non abripi in saxa. Qui ergo secundum hanc spem cantat, ibi cantat: ergo dicat, Te decet hymnus, Deus, in Sion. In Sion, non in Babylone. Sed modo ibi es adhuc in Babylone? Ibi, inquit, sum; amator iste, et civis iste: ibi sum; sed carne, non corde. Cum autem dúo quaedam dixerim, quia ibi sum carne, non corde; unde canto, non ibi: non enim carne canto, sed corde. Carnem quidem sonantem audiunt et cives Babyloniae; cordis autem sonum audit conditor Ierusalem. Unde dicit Apostolus, exhortans ipsos cives ad amatoria quaedam cántica, et desideria redeundi ad illam pulcherrimam civitatem, visionem pacis: Cantantes, inquit, et psallentes in cordibus vestris Domino (Eph 5,19)- Quid est, cantantes in cordibus vestris? Ne inde cantetis, unde estis in Babylonia; sed inde cántate, unde sursum habitatis. Ergo, Te decet hymnus, Deus, in Sion. In Sion te decet hymnus, non in Babylonia. Qui cantant in Babylonia, cives Babyloniae, etiam hymnum Dei non decenter cantant. Audi vocem Scripturae: Non est speciosa laus in ore peccatoris (Eccli 15,9). Te decet hymnus, Deus, in Sion. 4. Et tibi reddetur votum in Ierusalem. Hic vovemus, et bonum est ut ibi reddamus. Qui autem hic vovent, et non reddunt? Qui non perseverant usque in finem in eo quod voverunt. Unde dicit alius psal-

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votos en Jerusalén. Allí estaremos con todo nuestro ser, es decir, íntegros, en la resurrección de los justos; allí cumpliremos el voto total, no sólo el de nuestra alma, sino también el de la carne ya incorruptible, porque ya no estará en Babilonia, sino que sera ya la carne cambiada en cuerpo celeste. ¿Qué cambio se nos promete? Todos—dice el Apóstol—resucitaremos, pero no todos seremos trocados. El también dijo quiénes han de ser trocados: En un golpe de vista, al sonido de la última trompeta, porque sonará la trompeta, y los muertos resucitarán incorruptos, es decir, íntegros, y nosotros seremos trocados. ¿Cuál ha de ser aquel cambio? El nos lo dice a continuación: Conviene que esto corruptible se revista de incormptibilidad, y esto mortal, de inmortalidad; cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que se dijo: La muerte fue sumida en victoria. ¿Dónde está, ¡oh muerte!, tu aguijón? Ahora, al iniciarse en nosotros los primeros deseos de la mente por los que anhelamos la celestial Jerusalén, otros muchos deseos de la carne corruptible luchan contra nosotros, los cuales no lucharán cuando hubiere sido sumida la muerte en victoria. Vencerá la paz y se acabará la guerra. Cuando haya vencido la paz habrá vencido aquella ciudad que se denomina visión de paz. Y entonces ya no habrá lucha alguna con la muerte. Pues ahora, ¡cuántas luchas no sostenemos con la muerte! De ella dimanan los deleites carnales que nos sugieren tantas cosas ilícitas, en las que no consentimos, pero con las que, no consintiendo, luchamos. Primeramente, la concupiscencia de la carne nos inmus, Vovete, et reddite Domino Deo vestro (Ps 75,12). Et tibi reddetur votum in lerusalem. Ibi enim erimus toti, id est integri in resurrectione iustorum: ibi reddetur votum totum nostrum; non sola anima, sed ipsa etiam caro iam non corruptibilis, quia iam non in Babylonia, sed iam Corpus caeleste immutatum. Qualis mutatio promittitur? Omnes enim resurgemus, ait Apostolus, sed non omnes immutabimur. Qui autem immutabuntur ipse dixit: ln ictu oculi, in novissima tuba: canet enim tuba, et mortui resurgent incorrupti, id est integri, et nos immutabimur. Qualis autem erit illa immutatio, sequitur et dicit: "Oportet enim corruptibile hoc induere incorruptionem et mortale hoc induere immortalitatem: cum autem corruptibile hoc induerit incorruptionem, et mortale hoc induerit immortalitatem, tune fiet sermo qui scriptus est: Absorpta est mors in victoriam. Ubi est, mors, aculeus tuus?" (1 Cor 15, 51-55). Modo enim inchoatis in nobis primitiis mentis, unde desideramus lerusalem, multa ex carne corruptibili contendunt adversum nos, quae non contendent, cum fuerit mors absorpta in victoriam. Vincet pax, er finietur bellum. Quando autem vincet pax, vincet illa civitas quae dicitur Visio pacis. Nulla ergo erit a niorte contentio. Modo cum morte quanta contendimus! Inde sunt delectationes carnales, quae nobis etiam ilücite multa suggerunt: quibus non consentimus, sed tainen non consentiendo contendimus. Primo ergo concupiscentia carnis sequentes duxit nos, postea renitentes traxit nos; deinde accepta gratia ccepit nos

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duce a que la sigamos; después, oponiéndonos, nos arrastra; pero, recibida la gracia, ya no nos induce ni nos atrae, pero aún sigue luchando contra nosotros. Después de la lucha llegará la victoria. Si ahora te ataca, que no te derribe; después, cuando la muerte hubiese sido sumida en victoria, cesará en su combate. Pues ¿qué se dijo? Como último enemigo será destruida la muerte. Cumpliré mi voto. ¿Qué voto? El holocausto. Se llama sacrificio holocáustico aquel en el que toda la ofrenda se consume por el fuego. Se da el sacrificio holocáustico cuando todo se consume. La palabra holocausto está formada de olon, que significa todo, y kausis, quema. El holocausto se quema todo. Nos abrase el fuego, el fuego divino de Jerusalén, y comencemos a arder con el fuego de la caridad hasta que todo lo mortal se consuma y lo que se opone a nosotros se lo ofrezcamos en sacrificio al Señor. De aquí que en otro salmo se dice: Muéstrate benigno, ¡oh Señor!, en tu bondad con Sión para que sean edificados los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás el sacrificio de justicia, las ofrendas y los holocaustos. A ti, ¡oh Señor!, se te debe el himno en Sión y a ti se te cumplirán los votos en Jerusalén. Preguntamos aquí si quizá se nos recomienda el rey de esta ciudad, el Señor y Salvador nuestro, Jesucristo; pero cantemos hasta que lleguemos a evidenciarle. Podría ya decir que El es a quien se dice: A ti, ¡oh Señor!, se te debe el himno en Sión y a ti se te cumplirán los votos en Jerusalén. Pero, si lo dijere, se me creería más bien a mí que a la Escritura, y, por tanto, para que no se me crea, oigamos lo que sigue. 5 [v.3]. Oye—dice—mi oración; a ti vendrá toda carne. También nos dice el Señor que le ha sido dada potestad sobre nec ducere, nec trahere, sed adhuc contendere nobiscum: post contentionem erit et victoria. Modo te etsi oppugnat, non expugnet: postea cum absorpta fuerit mors in victoriam, et pugnare cessabit. Quid dictum est? Novissima inimica destruetur mors (Ib. 26). Reddam votum meum. Quod votum? Quasi holocaustum. Holocaustum enim tune dicitur, quando totum ignis absumit: holocaustum sacrificium est ubi totum consumitur; 5Aov enim totum dicitur, Kaüas, incensio. Holocaustum totum incensum. Arripiat ergo nos ignis, ignis divinus in lerusalem: incipiamus arderé charitate, doñee totum mortale consumatur, et quod contra nos fuerit, eat in sacrificium Domino. Unde alibi dicitur: "Benigne fac, Domine, in bona volúntate tua Sion, ut aedificentur muri lerusalem: tune acceptabis sacrificium iustitiae, oblationes et holocausta (Ps 50, 20.21). Te decet hymnus, Deus, in Sion; et tibi reddetur votum in lerusalem." Quaerimus hic, ne forte Rex nobis ipsius civitatis commendetur, Dominus et Salvator noster lesus Christus: cantemus ergo doñee ad evidentiora perveniamus. Possem enim iam dicere ipsum esse cui dicitur: Te decet hymnus, Deus, in Sion; et tibi reddetur votum in lerusalem. Sed si dicerem, mihi potius quam Scripturae crederetur; et ideo forte non mihi crederetur. Audiamus sequentia. 5 [v.3]. Exaudí, inquit, orationem meam: ad te omnis caro veniet.

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toda carne, no sobre todo hombre. Luego comienza ya a aparecer el Rey cuando se canta: Y a ti vendrá toda carne. A ti—dice— vendrá toda carne. ¿Por qué irá a El toda carne? Porque tomó la carne. ¿Cómo irá toda carne? Tomó del vientre virginal las primicias. Tomadas éstas, les siguen las restantes para completar el holocausto. Luego ¿como toda carne? Todo hombre. ¿Y cómo todo hombre? ¿Acaso todos los que habían de creer se hallaban prefigurados en Cristo? ¿Por ventura también la infinidad de impíos que serán condenados? ¿No mueren en su infidelidad muchos que no creen? Luego ¿cómo entenderemos a ti vendrá toda carne? Dijo toda carne por toda clase de carne. A ti vendrá todo género de carne. ¿Qué significa todo género de carne? ¿Por ventura vinieron los pobres y no vinieron los ricos? ¿Acaso vinieron los humildes y no vinieron los ilustres? ¿Vinieron los hombres y no vinieron las mujeres? ¿Vinieron los ignorantes y no vinieron los doctos? ¿Vinieron los señores y no vinieron los siervos? ¿Vinieron los ancianos y no vinieron los jóvenes? ¿O vinieron los jóvenes y no vinieron los adolescentes? ¿Vinieron los adolescentes y no vinieron los párvulos? ¿Vinieron los párvulos y no se presentaron los niños? En fin, ¿acaso vinieron los judíos, pues los apóstoles eran judíos, y muchos miles de los que primeramente fueron traidores y después creyentes, y no vinieron los griegos? ¿O vinieron los griegos y no vinieron los romanos? ¿O vinieron los romanos y no vinieron los bárbaros? ¿Quién contará todas las gentes que vinieron a Aquel a quien se dijo: Et habemus Dominum dicentem, datam sibi potestatem omnis carnis (lo 17,2). Coepit ergo apparere iam Rex ille, cura diceretur, ad te omnis caro veniet. Ad te, inquit, omnis caro veniet. Quare ad illum omnis caro veniet? Quia carnem assumpsit. Quo veniet omnis caro? Tulit inde primitias ex útero virginali: assumptis primitiis caetera consequentur, ut holocaustum compleatur. Unde ergo, omnis caro? Omnis homo. Et unde, omnis homo? Numquid omnes credituri praenuntiati sunt in Christum? Nonne multi impii qui etiam damnabuntur? Nonne quotidie multi non credentes, in sua infidelitate moriuntur? Secundum quid ergo intelligimus, ad te omnis caro veniet? Omnis caro dixit, omnis generis caro: ex omni genere carnis venietur ad te. Quid est, ex omni genere carnis? Numquid venerunt pauperes, et non venerunt divítes? numquid venerunt humiles, et non venerunt sublimes? numquid venerunt indocti, et non venerunt docti? numquid venerunt viri, et non venerunt feminae? numquid venerunt dominí, et non venerunt servi? numquid venerunt senes, et non venerunt iuvenes? aut venerunt iuvenes, et non venerunt adolescentes? aut venerunt adolescentes, et non venerunt pueri? aut venerunt pueri, et non ajlati sunt infantes? Postremo numquid venerunt Iudaei (nam inde erant Apostoli, inde multa millía primi tradentium, postea credentium), et non venerunt Graeci? aut venerunt Graeci, et non venerunt Romani? aut venerunt Romani, et non venerunt Barbari? Et quis numeret omnes gentes venientes ad

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A ti vendrá toda carne? Oye mi oración: A ti vendrá toda carne. 6 [v.4]. Las palabras de los perversos prevalecieron sobre nosotros y tú perdonarás nuestras iniquidades. ¿Qué significa: Las palabras de los perversos prevalecieron sobre nosotros y tú perdonarás nuestras iniquidades? Que quienes hemos nacido en este mundo hemos encontrado inicuos a quienes hemos oído hablar. Me ayude la atención de vuestra caridad para que pueda explicar lo que siento. Todo hombre dondequiera que nazca aprende la lengua de su nación, o ciudad, o región y se imbuye de su vida y costumbres. ¿Cómo no ha de adorar a las piedras el niño nacido entre paganos, cuando le iniciaron en aquel culto sus padres? Allí oyó las primeras palabras; mamó con la leche el error. Como los que le hablaban eran mayores y el niño que aprendía a hablar era infante, no podía menos de seguir la autoridad de los mayores y tomar para sí como bueno lo que ellos alababan. Pero, convertidos después los gentiles a Cristo, al recordar las impiedades de sus antepasados y decir lo que dijo el mismo profeta Jeremías: Nuestros padres verdaderamente adoraron la mentira; vanidad, que no les aprovechó, repudian ya las opiniones y sacrilegios de sus padres perversos. Pero como se les grabaron tales dictámenes y sacrilegios por dejarse llevar de las insinuaciones de aquellos que con cuanto más tiempo les habían precedido con tanta más autoridad pensaban que debían precederles, queriendo ya regresar de Babilonia a Jerusalén, confiesan y dicen: Las palabras de los perversos prevalecieron sobre nosema cui dictum est: Ad te omnis caro veniet? Exaudi orationem meam: ad te omnis caro veniet. 6 [v.4]. Sermones iniquorum praevaluerunt super nos; et impietates nostras tu propitiaberis. Quid est, Sermones iniquorum praevaluerunt super nos; et impietates nostras tu propitiaberis? Quod nati sumus in hac térra, iniquos invenimus quos loquentes audivimus. Si possim explicare quod sentio, adiuvet me intentio Charitatis Vestrae. Omnis homo ubicumque nascítur, ipsius terrae, vel regionis, vel civitatis linguam discit; illius imbuitur moribus et vita. Quid faceret puer natus inter Paganos, ut non coleret lapidem, quando illum cultum insinuaverunt patentes? Inde prima verba audivit; illum errorem cum Jacte suxit: et quia illi qui loquebantur maiores erant, et puer qui loqui discebat infans erat, unde poterat parvulus nisi maiorum auctoritatem sequi, et id sibi bonum ducere quod illi laudarent? Ergo gentes conversae ad Christum postea, et recordantes impietates parentum suorum, et dicentes iam quod dixit propheta ipse Ieremias, Veré mendacium coluerunt paires nostri; vanitatem quae eis non profuit (Ier 16,19): cum ergo iam hoc dicunt, renuntíant opinionibus et sacrilegiis parentum suorum iniquorum. Sed quia ut inserentur talibus opinionibus et sacrilegiis, persuasiones fecerunt eorum qui quanto aetate praecedebant, tanto auctoritate praecedere deberé putabantur; confitetur iam rediré volens ad Ierusalem de Babylonia, et dicit: Sermones iniquorum praevaluerunt adversus nos. Duxerunt nos mala docentes; cives BabyJoniae nos fecerunt:

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otros. Nos guiaron enseñándonos cosas malas; nos hicieron ciudadanos de Babilonia; abandonamos al Creador y adoramos a la criatura; abandonamos al que nos hizo y adoramos lo que nosotros mismos hicimos. Las palabras de los perversos prevalecieron sobre nosotros: sin embargo, no nos aniquilaron. ¿Por qué? Porque tú perdonarás nuestras iniquidades. Atienda vuestra caridad. Tú perdonarás nuestras iniquidades. Sólo se dice a un determinado sacerdote que ofrece algo por lo que sea perdonada y expiada la impiedad. Se dice que la impiedad se perdona cuando Dios se compadece de ella. ¿Qué significa compadecerse Dios de la impiedad? Ser indulgente con ella y perdonarla. Pero para impetrar el perdón de Dios se hace la propiciación por algún sacrificio. Luego existió cierto sacerdote nuestro enviado por el Señor Dios, el cual tomó de nosotros lo que había de ofrecer al Señor, las santas primicias. Las santas primicias de la carne, según dijimos, tomadas del vientre de la Virgen María. Este fue el holocausto que ofreció a Dios al extender las manos en la cruz y decir: Suba a ti mi oración como el incienso; sea la elevación de mis manos sacrificio de la tarde. Como sabéis, el Señor pendió de la cruz en la tarde. Y fueron perdonadas nuestras impiedades. De otro modo nos hubieran devorado. Las palabras de los perversos habían prevalecido sobre nosotros: los predicadores de Júpiter, de Saturno y de Mercurio nos habían arrastrado. Las palabras de los perversos prevalecieron sobre nosotros. ¿Pero tú qué harás? Tú perdonarás nuestras impiedades. Tú que eres el sacerdote, eres la víctima; tú que eres el oferente, eres la ofrenda. El es el sacerdote que ahora penetró en el interior del velo, en

donde es el único de aquellos que llevan la carne que interpela por nosotros. Prefigurando esto, en aquel primer pueblo y primer templo entraba un solo sacerdote en el sancta sanctorum, quedando el pueblo fuera; y aquel que solo entraba en el interior del tabernáculo ofrecía el sacrificio por el pueblo que permanecía fuera. Si esto se entiende bien, el espíritu vivifica; si mal, mata la letra. Ahora, al leer al Apóstol, oísteis: La letra mata, el espíritu vivifica. Los judíos ignoraron, y aún ignoran, qué cosa se hacía en su pueblo. De ellos se dijo: Al leer a Moisés se les colocó un velo en el corazón. Allí el velo es una alegoría; desaparece la alegoría, y la verdad se manifiesta en ellos. ¿Pero cuándo desaparecerá el velo? Oye al Apóstol: Cuando hayas pasado al Señor, desaparecerá el velo. Luego, mientras no se conviertan al Señor, tendrán sobre su corazón el velo cuando leen a Moisés. El rostro de Moisés brillaba al hablar al pueblo, prefigurando este misterio, y de tal modo resplandecía, que los hijos de Israel no podían mirarle el rostro; lo habéis oído cuando ahora se leía. Y un velo se interponía entre el rostro de Moisés, que hablaba, y el pueblo, que escuchaba sus palabras. Oían a través del velo y no veían su rostro. ¿Qué dice el Apóstol? Que tan intenso era el resplandor de la faz, que no podían los hijos de Israel mirar el rostro de Moisés. Y no le mirarán—añade—hasta el fin. ¿Qué significa hasta el fin? Hasta que entiendan a Cristo, ya que también dice el mismo Apóstol: El fin de la ley es Cristo, en orden a justicia, para todo creyente. Hay un resplandor ciertamente en la faz de Moisés, como en rostro carnal y mortal; ¿pero acaso puede permanecer por mucho tiempo o eternamente? Desapare-

dimisimus Creatorem, adoravimus creaturam; dimisímus eum a quo facti sumus, adoravimus quod ipsi fecimus. Sermones enim iniquorum praevaluerunt super nos: sed tamen non oppresserunt nos. Quare? Impietates riostras tu propitiaberis. Intendat Charitas Vestra. Propitiaberis impietates nostras: non dicitur nisi cuidam sacerdoti offerenti aliquid, unde impietas expietur et propitietur. Impietas enim tune dicitur propitiari, cum propitius fit Deus impietati. Quid est, fieri Deum impietati propitium? id est, ignoscentem et veniam dantem. Sed ut Dei venia impetretur, propitiatio fit per aliquod sacrificium. Exstitit ergo a Deo Domino missus quídam sacerdos noster; assumpsit a nobis quod offerret Domino, ipsas diximus sanctas primitias carnis ex útero virginis. Hoc holocaustum obtulit Deo: extendit manus in cruce, ut diceret, Dirigatur oratio mea sicut incensum in conspectu tuo; elevado manuum mearum sacrificium vespertinum (Ps 140,2). Sicut nosti, quia Dominus circa vesperam pependit in cruce (Mt 27,46): et impietates nostrae propitiatae sunt; alioqui absorbuerant nos: sermones iniquorum praevaluerant super nos; duxerant nos praedicatores Iovis, et Saturni, et Mercurii: Sermones iniquorum praevaluerunt super nos. Sed quid facies? Impietates nostras, tu propitiaberis. Tu sacerdos, tu victima; tu oblator, tu oblatio. Ipse sacerdos est, qui nunc ingressus interiora veli, solus ibi ex his qui carnem gestaverunt, interpellat pro nobis (Hebr 6,19 et 20). In

cuius rei figura in illo primo populo, et in illo primo templo, unus sacerdos intrabat in Sancta sanctorum; populus omnis fotis stabat: et ille qui solus ingrediebatur in interiora veli, offerebat sacrificium pro populo foris stante (Ib. 9,7). Si intelligatur bene, spiritus vivificat: si non intelligatur, littera occidit. Modo cum legeretur Apostolus, audistis: hittera occidit; spiritus autem vivificat. Quid enim ageretur in illo populo, Iudaei nescierunt; sed nec modo sciunt. De illis quippe dictum est: Quamdiu legitur Moyses, velamen super cor eorum positum est. Ibi velamen figura est: sed tolletur figura, et apparebit veritas in eis ipsis. Sed quando tolletur velamen? Audi Apostolum: Cum autem. transieris ad Dominum, auferetur velamen. Dum ergo non transeunt ad Dominum, quamdiu legunt Moysen, velamen habent super cor. Ad hoc sacramentum fulgebat tune facies Moysi, ita ut non possent intendere filii Israel in faciem eius (audistis modo cum legeretur); et velamen erat inter faciem Moysi loquentis, et populum audientem verba. Per velum verba audiebant; faciem non videbant. Et quid ait Apostolus? Ita ut non possent intendere filii Israel in faciem Moysi. Non intendebant, inquit, usque in finem (2 Cor 3,6-16). Quid est, usque in finem? Usque quo intelligerent Christum. Dicit quippe Apostolus: Finís enim Legis Cbristus, ad iustitiam omni credenti (Rom 10,4). Est quidem splendor in facie Moysi, tanquam in facie carnali et mortali: numquid

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cera, sin duda, con la muerte. Por el contrario, el resplandor de gloria de nuestro Señor Jesucristo es eterno. Aquel resplandor era una prefiguración temporal; este de Cristo, lo que significaba aquella figura: la verdad. Leen y no entienden a Cristo. N o extienden la atención hasta el fin porque el velo interpuesto les impide ver el resplandor interior. Ve allí, bajo el velo, a Cristo. Pues nuestro Señor Jesucristo dice: Si creyereis a Moisés, me creeríais a mí, pues él escribió de mí. Perdonados nuestros pecados e impiedades por aquel sacrificio vespertino, pasamos al Señor y se corre el velo. Por eso también, al ser crucificado Jesucristo, se rasgó el velo del templo. Oye mi oración; a ti vendrá toda carne. Las palabras de los perversos prevalecieron sobre nosotros, y tú perdonarás nuestras iniquidades. 7 [v.5-6]. Bienaventurado aquel a quien elegiste y tomaste. ¿Quién fue elegido y tomado por El? ¿Fue alguno elegido y tomado por nuestro salvador Jesucristo? ¿O es El, en cuanto que es hombre, el elegido y tomado según la carne, de suerte que, atendiendo a que es Verbo de Dios, se diga que existía en el principio, conforme dice el evangelista: En el principio era el Verbo, y el Verbo era en Dios, y el Verbo era Dios, puesto que El mismo es el Hijo de Dios, Verbo de Dios, del que asimismo se dice: Todas las cosas fueron hechas por El, y sin El nada fue hecho; y, atendiendo a que es hombre, se diga al Hijo de Dios después de haber tomado la carne, ya que El es nuestro sacerdote: Bienaventurado aquel a quien elegiste y tomaste; es decir, bienaventurado aquel hombre con el que te vestiste, el cual comenzó

en el tiempo y nació de mujer, y se hizo, en cierto modo, templo de Aquel que siempre es eterno y permanece eternamente? ¿O es que más bien el mismo Cristo tomó a un determinado bienaventurado, y no señala en número plural, sino en singular, a quién tomó? Tomó a uno porque tomó la unidad. N o tomó los cismas, no tomó las herejías; ellas por sí mismas constituyen la multitud y sólo es uno el que es tomado. Los que permanecen en la unión de Cristo y son sus miembros constituyen, en cierto modo, un solo varón, del cual dice el Apóstol: Hasta que todos vengamos a parar a la unidad del conocimiento del Hijo de Dios, a ser varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo. Así, pues, se toma a un varón para quien la cabeza es Cristo, porque la cabeza del varón es Cristo. El es aquel varón bienaventurado que no se halla en consejo de impíos ni en lo demás que en el salmo primero se dice. El es el tomado y no está fuera de nosotros, pues estamos en sus miembros; bajo una cabeza somos gobernados, todos vivimos con un mismo espíritu, todos anhelamos una sola patria. Luego veamos si lo que se dice a Cristo se refiere a nosotros y se dice también de nosotros. Preguntemos a nuestras conciencias, examinemos el amor; y, si aún es pequeño y nació ahora, pues quizá germinó ahora en alguno, extirpe con diligencia las espinas que brotan junto a El, es decir, los cuidados mundanos, no sea que creciendo ahoguen el santo germen. Bienaventurado aquel a quien elegiste y tomaste. En El estamos y somos tomados, en El estamos y seremos elegidos. 8. ¿Y qué nos dará? Morará—dice—en tus atrios. En los

diuturnus aut aeternus esse posset? Morte enim succedente, profecto auferretur. Splendor autem gloriae beati Domini nostri Iesu Christi, sempiternus est. Sed illud figura erat temporalis, hoc autem quod illa figura significabatur, veritas. Legunt itaque, et non intelligunt Christum: non perducunt intentionem usque in finem, quia velum oppositum negat eis aspectum splendoris interioris. Et vide ibi sub velo Christum. Ait ipse Dominus noster Iesus Christus: Si crederetis Moysi, crederetis et mihi; de me enim Ule scripsit (lo 5,46). Propitiatis autem peccatis nostris et impietatibus per illud sacrificium vespertínum, transimus ad Dominum, et aufertur velamen: propterea et Domino crucifixo, velum templi scissum est (Mt 27,51). Exaudí orationem meam: ad te omnis caro veniet. Sermones iniquorum praevaluerunt super nos; et impietates nostras tu propitiaberis. 7 [v.5.6]. Beatus quem elegisti, et assumpsisti, Quis est electus ab eo, et assumptus? Aliquis electus a Salvatore nostto Iesu Christo? An ipse secundum carnem, quod homo est, electus et assumptus est? ut tanquam Verbo Dei dicatur quod erat in principio, sicut dicit evangelista, In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum; quia et ipse est Filius Dei, Verbum Dei, de quo etiam dicit, Omnia per ipsum jacta sunt, et sine ipso factum est nihil (lo 1 1-3): ut illi dicatur Filio Dei, quia ipse est sacerdos noster, postea carne assumpta, Beatus quem elegisti, et assumpsisti: id est, ille homo quo

indutus es, qui coepit ex tempore, natus ex femina templum quodammodo illius qui semper in aeternum est, et in aeternum fuit. An potius ipse Christus assumpsit quemdam beatum, et non dicitur ipse quem assumpsit quasi in plurali numero, sed in singulari? Unum enim assumit, quia unitatem assumit. Schismata non assumit, haereses non assumit: multitudinem de se fecerunt; non est unus qui assumatur. Qui autem manent in compage Christi, et membra eius sunt, faciunt quodammodo unum virum, de quo dicit Apostolus: Doñee oceurramus omnes in agnitionem Filii Dei, in virum perfectum, in mensuram aetatis plenitudinis Christi (Eph 4,13). Itaque unus vir assumitur, cui caput est Christus; quia caput viri Christus est (1 Cor 11,3). Ipse est ille beatus vir qui non abiit in consilio impiorum, et caetera quae ibi dicuntur (Ps 1,1): ipse est qui assumitur. Non est extra nos; in ipsius membris sumus, sub uno capite regimur, uno spiritu omnes vivimus, unam patriam omnes desideramus. Videamus ergo quod ad Christum dicitur, utrum ad nos pertineat, et de nobis dicatur: interrogemus conscientías nostras, amorem íllum perscrutemur; et si adhuc parvus est, et modo natus amor iste (forte enim modo in aliquo germinavit), diligenter exstirpet iuxta germinantes spinas, id est curas saeculares, ne crescendo sanctum germen offocent. Beatus quem elegisti et assumpsisti. In illo simus, et assumemur; in illo simus, et electi erimus. 8. Et quid nobis dabit? Inhabitabit, inquit, in atriis tuis. Ierusa-

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de aquella Jemsalén a la cual cantan quienes comienzan a salir de Babilonia. Morará en tus atrios. Seremos colmados de los bienes de tu casa. ¿Cuáles son los bienes de la casa de Dios? Nos representemos, hermanos, alguna casa rica. ¡De cuántos bienes no se halla abastada, cuánta abundancia no hay en ella, cuánta vajilla de oro y de plata hay allí, cuan numerosa servidumbre no tiene, cuánta cantidad de jumentos y animales; en fin, qué atractiva no se nos hace por las pinturas, los mármoles, los artesonados, las columnas, los salones y los techos!; tales cosas se desean por la confusión de Babilonia. Cercena todos estos deseos, ¡oh ciudadano de Jerusalén!; cercénalos. Si quieres regresar a Jerusalén, no te deleite la cautividad. Ya comenzaste a salir. No mires atrás, no te detengas en el camino. N o faltarán aún enemigos que te aconsejen la cautividad y el destierro; no prevalezcan ya sobre ti las palabras de los perversos. Anhela la casa de Dios; desea los bienes de su casa, pero no aquellos que acostumbras a desear o en tu casa, o en la de tu vecino, o en la de tu protector. Otros son, ciertamente, los bienes de aquella casa. No hay necesidad de que señalemos el bien de aquella casa. Le indique aquel que canta al salir de Babilonia: Seremos colmados de los bienes de tu casa. ¿Qué bienes son éstos? Quizá habíamos enderezado el corazón hacia el oro, hacia la plata, hacia las demás cosas preciosas; no busquemos tales cosas; éstas deprimen, no elevan. Luego pensemos ya aquí en aquellos bienes de Jerusalén, de la casa de Dios, del templo del Señor, porque la casa de Dios es el mismo templo del Señor. Seremos colmados de los bienes de tu casa. Santo es tu templo, admirable en justicia. Estos son los bie-

nes de aquella casa. No dijo: Tu santo templo es admirable en columnas, en mármoles, en techos dorados, sino en justicia. Para ver el mármol y el oro tienes ojos externos, para contemplar la hermosura de la justicia los tienes internos. Dentro se halla el ojo con el que ves la belleza de la justicia. Dentro, repetiré, se encuentra el ojo para ver la hermosura de la justicia. Si no existe tal hermosura, ¿por qué se ama al viejo justo? ¿Qué presenta en el cuerpo que deleite a los ojos? Sus miembros están encorvados; su frente, arrugada; su cabeza, encanecida; su flaqueza, agobiada por completo de sufrimiento y dolor. Pero si este viejo decrépito no deleita a tus ojos, quizá deleita tal vez a tus oídos. ¿Con qué voz? ¿Con qué canto? Tal vez, siendo joven, cantó admirablemente; pero todas las cosas desaparecieron con la edad. ¿O es que deleita a tus oídos el sonido de las palabras que apenas pronuncia al hallarse sin dientes? N o obstante, si es justo, si no desea lo ajeno, si da de lo suyo a los pobres, si aconseja bien y obra lo recto, si cree con integridad, si está dispuesto a entregar, por la verdad de la fe, sus miembros cascados, pues muchos mártires también fueron ancianos, ¿cómo es que le amamos? ¿Qué bienes vemos en él con los ojos carnales? Ninguno. Luego hay cierta hermosura de justicia, que vemos con los ojos del corazón, y la amamos y nos enardecemos. ¡Cuánto no fueron amados los hombres en sus martirios cuando las bestias desgarraban sus miembros! ¿Acaso, cuando todas las cosas eran manchadas con sangre, cuando por las dentelladas de las fieras eran arrojadas las visceras, no tenían los ojos de qué horrorizarse? ¿Qué había allí en medio de aquella crueldad de miembros desgarrados digno de

lem illa est, cui cantant qui incipiunt exire de Babylonia: Inhabitabit in atriis tuis. Replebimur in bonis domus tuae. Quae sunt bona domus Dei? Fratres, constituamus nobis aliquam domum divitem; quantis bonis refería sit, quam copiosa sit, vasa quam multa ibi áurea, sed et argéntea; quantum familiae, quantum iumentorum et animalium; ipsa denique domus quam delectet picturis, marmore, laquearibus, columnis, spatiis, cubiculis; et desiderantur talia, sed adhuc ex confusione Babyloniae. Amputa omnia ista desideria, o civis Ierusalem; amputa! si vis rediré, non te delectet captivitas. Sed iam coepisti exire: noli retro respicere, noli remanere in via. Non desunt adhuc hostes qui tibi persuadeant captivitatem et peregrinationem: iam non praevaleant super te sermones iniquorum. Domum Dei desidera, et bona eius domus desidera; sed noli talia, qualia desiderare soles vel in domo tua, vel in domo vicini tui, vel in domo patroni tui. Aliud quiddam est bonum domus illius. Quid opus est ut nos dicamus quae sint bona illius domus? Ipse indicet qui cantat exiens de Babylonia: Replebimur, inquit, in bonis domus tuae. Quae sunt bona ista? Erexeramus fortasse cor ad aurum, ad argentum, et caetera pretiosa: noli talia quaerere; ista premunt, non levant. Hic ergo iam bona illa Ierusalem, bona illa domus Domini, bona illa templi Domini meditemur: quia quae domus Domini, hoc ipsum templum Domini. Replebimur in bonis domus tuae: sanc-

tum templum tuum, mirabile in iustitia. Ista sunt bona domus illius. Non dixit, Templum sanctum tuum, mirabile in columnis, mirabile in marmoribus, mirabile in tectis auratis; sed mirabile in iustitia. Habes foris oculos unde videas marmora et aurum: intus est oculus unde videatur pulchritudo iustitiae. Intus, inquam, est oculus unde videatur pulchritudo iustitiae. Si milla est pulchritudo iustitiae, unde amatur iustus senex? Quid affert in corpore quod oculos delectet? Curva membra, frontem rugatam, caput canis albatum, imbecillitatem undique querelis plenam. Sed forte quia tuos oculos non delectat senex iste decrepitus, aures tuas delectat: quibus vocibus? quo cantu? etsi forte adolescens bene cantavit, omnia eran aetate defecerunt. An forte sonus verborum eius delectat aures tuas, qui verba vix plena enuntiat lapsis dentibus? Tamen si iustus est, si alienum non concupiscit, si de suo quod habet erogat indigentibus, si bene monet, et rectum sapit, si integre credit, si paratus est pro fide veritatis etiam ipsa confracta membra impendere, multi enim martyres etiam senes; unde illum amamus? quid in eo bonum videmus oculis carnis? Nihil. Quaedam ergo est pulchritudo iustitiae, quam videmus oculo cordis, et amamus, et exardescimus; quam multum dilexerunt homines in ipsis martytibus, cum eorum membra bestiae laniarent. Nonne cum sanguis foedaret omnia, cum morsibus belluinis viscera funderentur, non habebant oculi nisi quod horrerent?

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amarse sino la integridad de la hermosura de la justicia? Estos son los bienes de la casa de Dios. Prepárate para saciarte de ellos. Pero para que seas saciado allí cuando llegues, te conviene tener hambre y sed de ellos mientras peregrinas. Ten hambre, ten sed de éstos, porque ellos serán los bienes de Dios. Oye a aquel Rey a quien se dicen estas cosas, que viene para llevarte y que se hizo para ti camino. ¿Qué dice? Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Tu santo templo es admirable en la justicia. Pero no penséis, hermanos, que este templo está fuera de vosotros. Amad la justicia, y vosotros seréis el templo de Dios. 9. Óyenos, Dios, Salvador nuestro. Ahora declara a quién llama Dios. El Salvador es propiamente nuestro Señor Jesucristo. Ahora declara abiertamente de quién había dicho: A ti vendrá toda carne. Óyenos, Dios, Salvador nuestro. Aquel varón que es tomado para ser templo de Dios es uno y también muchos. En persona de uno dijo: Oye, ¡oh Dios!, mi oración; y como el mismo uno consta de muchos, dice ahora: Óyenos, Dios, Salvador nuestro. Oye ya cómo Aquel es anunciado más claramente: Oyenos, Dios, Salvador nuestro; esperanza de todos los confines de la tierra y del mar lejano. Ved por qué se dijo: A ti vendrá toda carne; vendrá de todas las partes. Esperanza de todos los confines de la tierra. N o es la esperanza de un solo rincón, no es la esperanza de sólo Judea, no es la esperanza sólo de África, ni de Hungría, ni del Oriente, ni del Occidente, sino la esperanza de todos los confines de la tierra y del remoto mar. De los mismos confines de la tierra y del mar remoto. Como lo es del mar, por

eso también lo es del remoto. Alegóricamente se llama mar a este siglo, amargo por la sal y alborotado por las tempestades, en donde los hombres se hicieron, por los deseos perversos y depravados, como peces que se devoran unos a otros. Contemplad el mar traicionero, el mar amargo, el mar embravecido por las olas; ved de qué clase de hombres se halla repleto. ¿Quién no desea la heredad con la muerte de otros? ¿Quién no desea el lucro con perjuicio de un tercero? ¡Cuántos no anhelan encumbrarse con la caída de otros! ¡Cuántos no desean que otros vendan sus cosas para comprarlas ellos! ¡Cómo se sojuzgan mutuamente y, si pueden, se devoran, pues como el pez mayor devora al menor, asimismo el mayor es devorado por otro mayor! ¡Oh pez perverso!, buscas la presa en el pequeño; te haces presa del grande. Todos los días acontecen estas cosas; están a la vista; las vemos, las detestamos. N o las ejecutemos, hermanos, porque El es la esperanza de todos los confines de la tierra. Si El no fuese la esperanza del mar remoto, no hubiera dicho a sus discípulos: Os haré pescadores de hombres. Capturados ya en el mar por las redes de la fe, nos gocemos allí nadando todavía dentro de las redes; porque aún se halla enfurecido este mar por las borrascas, pero las redes que nos capturaron serán conducidas a la orilla. La orilla es el fin del mar, luego el arribo tiene lugar al fin del mundo. Mientras tanto, hermanos, vivamos bien dentro de las redes; no salgamos fuera rompiendo la red. Muchos rompieron las redes y constituyeron los cismas; salieron fuera porque dijeron que no podían tolerar dentro de la red a los malos peces capturados, y por esto más bien se hicieron ellos peores peces que aquellos a quienes

Quid ibi erat quod amaretur, nisi quia erat ¡n illa foeditate dilaniatorum membrorum integra pulchritudo iustitiae? Ista sunt bona domus Dei; his te para satiari. Sed ut inde satieris, cum perveneris; hoc te oportet esurire et sitire, cum peregrinaris: hoc siti, hoc esuri; quia ipsa erunt bona Dei. Audi illum regem cui ista dicuntur, qui venit ut te reducat, et se tibi fecit viam (lo 14,6). Quid dicit? Beati qui esuriunt et sitiunt iustitiam, quoniam ipsi saturabuntur (Mt 5,6). Sanctum templum tuum, admirabile in iustitia. Et ipsum templum, fratres, nolite praeter vos cogitare. Amate iustitiam, et vos estis templum Dei. 9. Exaudí nos, Deus, salvator noster. Aperuit modo quem Deum dicat. Salvator est proprie Dominus Iesus Christus. Apparuit modo apertius de quo dixerat: Ad te omnis caro veniet. Exaudí nos, Deus, salvator noster. Ule unus vir qui assumitur in templum Dei, et plures sunt, et unus est. Ex unius persona dixit, Exaudí, Deus, orationem meam: et quia ipse unus ex pluribus constat, modo ait, Exaudí nos, Deus, salvator noster. Audi illum iam apertius praedicari: Exauii nos, Deus, salvator noster; spes omnium finium terrae, et in mari longe. Ecce unde dictum est: Ad te omnis caro veniet. Undique venitur. Spes omnium finium terrae: non spes unius anguli, non spes solius Iudaeae, non spes solius Africae, non spes Pannoniae, non spes Orientis, aut Occidentis; sed spes omnium finium terrae, et in mari longe: ipsorum finium

terrae. Et in mari longe: et quia in mari, ideo longe. Mare enim in figura dicitur saeculum hoc, salsitate amarum, procellis turbulentum; ubi homines cupiditatibus perversis et pravis facti sunt velut pisces invicem se devorantes. Attendite mare malum, mare amarum, fluctibus saevum; attendite qualibus hominibus plenum sit. Quis optat haereditatem, nisi morte alterius? quis optat lucrum, nisi damno alteráis? Quam multi aliorum defectione cupiunt sublimari! quam multi ut emant optant alios venderé res suas! quomodo se invicem opprimunt, et qui possunt devorant! et cum devoraverit unus piscis maior minorem, devoratur et ipse a maiore. O piscis male, praedam vis de parvo; praeda efficieris magno. Quotidie ista eveniunt, ante nos sunt; videmus illa, horreamus illa. Non illa agamus, fratres, quia spes est ille finium terrae. Ule si non esset spes, et in mari longe, non diceret discipulis suis: Faciam vos piscatores bominum (Mt 4,19). Iam in mari capti per retia fidei gaudeamus nos ibi natare adhuc intra retia; quia adhuc mare hoc saevit procellis, sed retía quae nos ceperunt, perducentur ad littus. Littus est finis maris: ergo perventio in finem saeculi. Interím intra ipsa retia, fratres, bene vivamus: non retia rumpentes foras exeamus. Multi enim ruperunt retia, et schismata fecerunt, et foras exierunt, quia malos pisces intra retia captos tolerare se nolle dixerunt; ipsi mali facti sunt potius quam illi quos se non potuisse tolerare dixerunt. Namque illa

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dijeron que n o p o d í a n tolerar. Aquella red capturó peces buenos y malos. Pues dice el Señor: Semejante es el reino de los cielos a una red lanzada al mar, que recoge toda clase de peces, la cual, cuando se ha llenado, es traída a la orilla por los pescadores, y, sentados allí, escogen los buenos, echándolos en las banastas, y arrojan fuera a los malos. Así se hará al fin del siglo. A q u í declara la orilla y el fin del mar. Saldrán los ángeles, y entresacarán a los malos de en medio de los justos, y los echarán en el horno del fuego; allí será el llorar y el crujir de dientes. Ea, ciudadanos de Jerusalén, q u e estáis d e n t r o de la red y sois peces buenos, tolerad a los malos; n o r o m p á i s la red. Con ellos estáis en el mar, mas n o estaréis con ellos en las banastas. El es la esperanza de los confines de la tierra, El también es la esperanza del mar remoto. Remoto p o r q u e es (la esperanza) del mar. 10 [ v . 7 ] . Estableces los montes en su fortaleza. P e r o n o en la de ellos. A p r e s t ó grandes predicadores y los llamó montes; humildes en sí mismos, excelsos en El. Estableces los montes en su fortaleza. ¿Qué dice u n o de estos montes? Nosotros, en nosotros mismos tuvimos respuesta de muerte, para que no confiemos en nosotros mismos, sino en Dios, que resucita los muertos. Quien confía en sí y n o en Cristo, n o es de estos m o n t e s a los q u e El apresta en su fortaleza. Estableces los montes en su fortaleza ceñido de poder. Lo de poder lo entiendo. ¿ Q u é significa ceñido? Quienes p o n e n en m e d i o a Cristo, le ciñen, es decir, le rodean por todas partes. En c o m ú n le tenemos todos, y p o r eso está en m e d i o ; todos los que hemos creído en El le r o d e a m o s ; y como nuestra fe retia ceperunt pisces et bonos, et malos. Dominus dicit: Simile est regnum caelorum sagenae missae in mare, quae congregat ex omni genere; quam cum impleta esset educentes, et secus littus sedentes, elegerunt bonos in vasa, malos autem joras miserunt: sic erit, inquit, in consummatione saeculi. Ostendit littus, ostendit finem maris. Exibunt Angelí, et separabunt malos de medio iustorum, et mittent eos in caminum ignis: ibi erit fletus et stridor dentium (Ib. 13,47-50). Eia, cives Ierusalem, qui intra retia estis, et pisces boni estis, tolérate malos; retia nolite rumpere: cum illis estis in mari; non cum illis eritis in vasis. Spes enim ille finium terrae, ipse spes est, et in mari longe. Longe, quia et in mari. 10 [v.7]. Praeparans montes in fortitudine sua: non in fortitudine illorum. Praeparavit enim magnos praedicatores, et ipsos appellavit montes; humiles in se, excelsos in illo. Praeparans montes in fortitudine sua. Quid dicit unus ex ipsis montibus? Ipsi in nobismetipsis responsum mortis habuimus, ut non fidentes in nobis simus, sed in Deo qui suscitat mortuos (2 Cor 1,9). Qui in se fidit, et in Christo non fidit, non est de his montibus quos ille praeparat in fortitudine sua. Praeparans montes in fortitudine sua, circumcinctus in potentatu. Potentatum intelligo: circumcinctus, quid est? Christum qui in medio ponunt, circumcinctum faciunt, id est undique cinctum. Habemus illum omnes communiter; ideo in medio est: circumcingimus illum omnes qui credimus in illum;

n o se debe a nuestras fuerzas, sino a su poder, por eso está ceñido de su poder, n o de nuestra fuerza. 11 [ v . 8 - 9 ] . Que mueves lo profundo del mar. H i z o esto; se ve q u e lo hizo, pues aprestó los m o n t e s en su p o d e r y los envió a predicar, y fue rodeado en p o d e r í o p o r los creyentes y se conm o v i ó el m a r ; se conmovió el m u n d o y comenzó a perseguir a sus santos. Ceñido de poder, tú que mueves el profundo del mar. N o dijo q u e mueves el mar, sino el profundo del mar. Lo profundo del m a r es el corazón de los impíos. Así c o m o desde el p r o f u n d o o el fondo se m u e v e n con m á s í m p e t u todas las cosas y el fondo contiene a todas, así todo lo q u e se p u s o en m o v i m i e n to por la palabra, p o r las obras, p o r las distintas fuerzas, persig u i e n d o a la Iglesia, se p u s o en m o v i m i e n t o a partir del fondo. Si n o hubiera estado en el corazón la raíz de la iniquidad, n o se h u b i e r a n puesto en m o v i m i e n t o todas aquellas persecuciones contra Cristo. M o v i ó el fondo quizá para agotar el fondo; en ciertos padecimientos agotó el m a r hasta el fondo y le dejó desierto. Pues otro salmo dice q u e convirtió el mar en tierra seca. Todos los impíos y paganos q u e creyeron eran m a r y se hicieron tierra. P r i m e r a m e n t e eran estériles d e b i d o a las aguas saladas, después se hicieron fecundos con el fruto de justicia. Tú que mueves el fondo del mar. ¿Quién soportará el estruendo de sus olas? ¿Qué significa quién soportará? ¿Qué h o m b r e soportará el e s t r u e n d o del oleaje del mar, los imperativos de las potestades del m u n d o ? ¿Pero a q u é se debe q u e se soportarán? A q u e establece los m o n tes en su poder. Luego al decir: ¿Quién soportará?, dice esto: N o s o t r o s mismos n o podríamos soportar aquellas persecuciones et quia fides nostra non de viribus nostris, sed de illius potentia est, ideo circumcinctus in potentatu suo, non nostra fortitudine. 11 [v.8-9]. Qui conturbas fundum maris. Fecit hoc: videtur quid fecerit. Praeparavit enim montes in fortitudine sua; misit illos praedicare: circumcinctus est a credentibus in potentatu; et commotum est mare; commotum est saeculum, et coepit persequi sanctos eius. Circumcinctus in potentatu: qui conturbas fundum maris. Non dixit, Qui conturbas mare; sed, fundum maris. Vundum maris est cor impiorum. Sicut enim a fundo vehementius omnia moventur, et fundus continet omnia; sic quidquid processit per linguam, per manus, per potestates diversas ad persecutionem Ecclesiae, de fundo processit. Si enim non esset radix iniquitatis in corde, non illa omnia procederent adversus Christum. Fundum conturbavit, forte ut et fundum exhauriret; nam in malis quibusdam exhausit mare a fundo, et posuit mare desertum. Dicit illud alius psalmus: Qui convertit mare in aridam (Ps 65,6). Omnes impii et pagani qui crédiderunt, mare erant; térra facti sunt: salsis fluctibus primo steriles; postea iustitiae fructu fecundi. Qui conturbas fundum maris: sonum jluctuum eius quis sufferet? Quid est, quis sufferet? Quis homo sufferet sonum fluctuum maris, iussiones sublimitatum saeculi? Sed unde sufferuntur? Quia praeparat montes in fortitudine sua. Quod ergo dixit, quis sufferet? hoc ait, Nos ipsi per nosmetipsos sufferre illas persecu-

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si El no nos diese la fortaleza. Tú que mueves el profundo del mar. ¿Quién soportará el estruendo de sus olas? 12. Se turbarán las naciones. Se turbarán primeramente ellas. ¿Pero acaso han de turbarse aquellos montes establecidos en la fortaleza de Cristo? Se turbó el mar; se estrelló contra los montes; su bravura fue amansada; los montes permanecieron inalterables. Se turbarán las naciones y temerán todos. Ved que ya temen todos. Todos los que antes se conturbaron, temen ya ahora. No temieron los cristianos, y ya son temidos. Todos los que perseguían temen ahora. Los venció Aquel que se ciñó de poder; así vino a El toda la carne para que ya teman los demás por su corto número. Y los que habitan los confines de la tierra temerán por tus señales o portentos. Los apóstoles hicieron milagros, y por eso temieron y creyeron todos los confines de la tierra. 13. Alegrarás las salidas de la mañana y de la tarde. Es decir, las harás deleitables. ¿Qué se nos promete ya en esta vida? Alegrarás las salidas de la mañana y de la tarde. Tiene sus salidas la mañana, las tiene la tarde. La mañana significa la prosperidad del mundo; la tarde, la tribulación del siglo. Vea vuestra caridad que por una y otra es probada el alma humana: por la prosperidad, para que no se pervierta, y por la adversidad, para que no se abata. La mañana simboliza la prosperidad, porque la mañana es alegre, y, pasada ella, se echa encima la tristeza de la noche. Tristes son las tinieblas al caer la tarde. Por eso al acercarse, por decirlo así, la noche del mundo, se ofreció el sacrificio vespertino. Nadie tema la tarde ni se corrompa de mañana. He aquí que algún individuo te promete tiones non possemus, nisi ille daret fortitudinem. Qui conturbas fundum maris: sonum fluctuum eius quis sufferet? 12. Turbabuntur gentes. Primo turbabuntur: sed illi montes parati in fortitudine Christi, numquid turbati sunt? Turbatum est mare; elisum est in montes: mare fractum est; montes inconcussi manserunt. Turbabuntur gentes: et timebunt omnes. Ecce iam omnes timent: antea qui conturbati sunt, timent iam omnes. Non timuerunt Christiani, et timentur iam Christiani. Omnes qui persequebantur, modo timent. Superávit enim ille qui circumcinctus est in potentatu; sic ad illum venit omnis caro, ut caeteri paucitate ipsa iam timeant. Et timebunt omnes qui inhabitant fines terrae, a signis tuis. Miracula enim fecerunt Apostoli; et inde omnes fines terrae timuerunt, et crediderunt. 13- Exitus mane et vespere delectabis: id est, delectabiles facis. Iam in ista vita quid nobis promittitur? Exitus delectabis mane et vespere. Sunt exitus mane; sunt exitus vespere. Mane significat prosperitatem saeculi; vespere significat tribulationem saeculi. Intendat Charitas Vestra (in utroque enim tentatur anima humana); et prosperitate ne corrumpatur, et adversitate ne frangatur. Ideo autem mane prosperitatem significat, quia mane laetum est, transacta velut tristitia noctis. Tristes autem sunt tenebrae, veniente vespera: ideo veniente quasi mundí vespera, obtulit sacrificium vespertinum. Non ergo timeat unusquisque ves-

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lucro para que obres mal: aquí tienes la mañana. Te sonríe inmensa riqueza: ante ti tienes la mañana. No te corrompas, y tendrás la salida de la mañana. Si tienes salida, no serás aprisionado. La promesa del lucro es como el cebo de la trampa; serás atrapado y no tendrás por dónde salir, serás cogido en la trampa. El Señor tu Dios te dio salida para que no seas atrapado por el lucro cuando te dice en tu interior: Yo soy tu riqueza. N o hagas caso de lo que te promete el mundo, sino de lo que te promete el Creador del mundo. Atiende a lo que te promete Dios a ti que obras justicia y desprecia lo que te promete el hombre para apartarte de la justicia y llevarte a la injusticia. Luego no atiendas a lo que promete el mundo, sino a lo que promete el Creador del mundo, y tendrás salida de mañana, según la palabra del Señor, que dice: ¿Qué aprovecha al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? Pero aquel que prometiéndote riquezas no pudo corromperte ni arrastrarte a cometer la iniquidad, te amenazará con penas, se convertirá en enemigo y comenzará a decirte: Si no hicieres esto, yo lo haré, yo te mostraré lo que es bueno, me tendrás por enemigo. Cuando primeramente te prometía lucro, era mañana para ti, ahora comienza a anochecer, a ser tarde; te entristeciste. Pero quien te dio la salida en la mañana, te la dará en la tarde. Como despreciaste la mañana del mundo debido a la luz del Señor, desprecia así ahora la tarde teniendo en cuenta los sufrimientos del Señor, de suerte que digas a tu alma: ¿Qué más ha de hacerme éste que mi Señor, que padeció por mí? Retendré la justicia y no consentiré en la iniquidad. Se ensañe en la carne. peram, nec mane corrumpatur. Ecce nescio quis, ut facías mali aliquid, promisit lucrum; mane est: arridet tibi ampia pecunia; mane tibi fit. Noli corrumpi, et habebis exitum mane. Si enim habes exitum, non capieris. Sic est enim promissio lucri, quasi esca in muscipula: coarctaris, et non est qua exeas; caperis in muscipula. Dedit autem tibi exitum Dominus Deus mus, ne lucro capiaris, cum tibi dicit in corde: Ego sum divitiae tuae. Noli attendere quod mundus promittit, sed quod promittit Conditor mundi: attende quod tibi promisit Deus facienti iustitiam, et contemne quod tibi promittit homo, ut abducat a iustitia, et adducat ad iniustitiam. Noli ergo attendere quod mundus promittit, sed quod Conditor mundi; et habebis exitum mane per Domini verbum dicentis: Quid prodest homini, si totum mundum lucretur, animae autem suae detrimentum patiatur? (Mt 16,26). Sed ille qui te promísso lucro corrumpere, et ad iniquitatem adducere non potuit, minabitur poenas, et convertet se ad inimicitias, et incipiet tibi dicere: Si hoc non feceris, ego ostendam, ego faciam; habebis me inimicum. Primo cum lucrum promittebat, mane tibí erat: modo iam vesperascit; tristis factus es. Sed qui dedit tibi exitum mane, dabit et vespere. Quomodo contempsisti mane saeculi ex luce Domini, sic contemne et vesperam ex passionibus Domini, ut dicas animae tuae: Quid mihi amplius facturus est iste quam passus est pro me Dominus meus? Teneam iustitiam, non consentiam ad iniquitatem, Saeviat in carne: frangetur muscipula, et

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Se romperán los lazos y volaré a mi Señor, que me dice: No temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma. Pues también me aseguró hablando del cuerpo que no perecerá un cabello de mi cabeza. Almirablemente escribió aquí: Alegrarás las salidas de la mañana y de la tarde. Si no te deleitase la misma salida, no trabajarías por salir de aquí. Te enfrascarías en el prometido lucro si no te deleitase la promesa del Salvador. De nuevo cederías al que tienta y aterroriza si no te deleitase Aquel que padeció primeramente para prepararte la salida. Alegrarás las salidas de la mañana y de la tarde. 14 [v.10]. Visitaste la tierra y la embriagaste. ¿Cómo embriagó la tierra? Tú cáliz embriagante, ¡qué excelente es! Visitaste la tierra y la embriagaste. Enviaste tus nubes y, lloviendo la predicación de la verdad, se embriagó la tierra. La enriqueciste sobremanera. ¿Cómo la enriqueciste sobremanera? El rio de Dios está lleno de agua. ¿Cuál es el río de Dios? El pueblo de Dios. El primer pueblo se llenó de agua, y con él se regó toda la tierra. Oye a Aquel que promete el agua: Si alguno tiene sed, venga y beba. Quien cree en mí, ríos de agua viva manarán de su vientre. Si hay muchos ríos, también hay uno solo, porque, debido a la unidad, muchos son uno. Así como hay muchas iglesias y una Iglesia, muchos fieles y una sola esposa de Cristo, así hay muchos ríos y un solo río. Muchos israelitas creyeron y fueron llenados del Espíritu Santo. De aquí se extendieron por todas las naciones. Comenzaron a predicar la verdad, y del río de Dios, que se llenó de agua, se regó toda la tierra. Preparaste su alimento, porque volabo ad Dominum meum qui mihi ait: Nolite timere eos qui Corpus occidunt, animam autem non possunt occidere (Ib. 10,28). Et de ipso corpore securitatem dedit dicens: Capillus capitis vestri non peribit (Le 21,18). Magnifice hic posuit, Delectabis exitus mane et vespere. Si enim non te delectet ipse exitus, non laborabis exire inde. Mittis caput in lucrum promissum, si non te delectet promissio Salvatoris. Et rursus cedis tentanti, et terrenti, si non te delectet ille qui prior passus est, ut tibí exitum faceret. Exitus mane et vespere delectabis. 14 [v.10]. Visitasti terram, et inebriasti eam. Unde inebriavit terram? Calix tuus inebrians quam praeclarus est! (Ps 22,5). Visitasti terram, et inebriasti eam: misisti nubes tuas, pluerunt piaedicationem veritatis, inebriata est térra. Multiplicasti ditare eam. Unde multiplicasti eam ditare? Eluvius Dei repletas est aqua. Quis est fluvius Dei? Populus Dei. Primus populus repletus est, unde caetera térra rigaretur. Audi illum promittentem aquam: Si quis sitit, veniat et bibé. Qui credit in me, ilumina aquae vivae de ventre eius fluent (lo 7,37 et 38). Si ilumina, et unus fluvius; quia propter unitatem multi unum sunt. Multae Ecclesiae, et una Ecclesia; multi fideles, et una sponsa Christi: sic multa ilumina, et unus fluvius. Crediderunt multi Israelitae, et impleti sunt Spiritu sancto: inde diffusi sunt per Gentes; coeperunt praedicare veritatem, et de fluvio Dei qui impletus est aqua, irrigata est tota térra. Parasti cibum illorum; quia ita est praeparatio tua. Non quia te pro-

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así es tu preparación. Y se le preparaste no porque te merecieron aquellos a quienes perdonaste los pecados, ya que sus méritos no eran buenos, sino por tu misericordia. Puesto que así es tu preparación; por lo mismo, preparaste su alimento. 15 [ v . l l ] . Embriaga sus surcos. Trácense primero los surcos que han de ser embriagados. Se abra con la reja de la palabra de Dios la dureza de nuestro corazón y embriaga sus surcos, multiplica su reproducción. Así lo vemos. Pues creen, y por los que creen, creen otros también, y por éstos creen otros igualmente, ya que no le basta a un hombre que se ha hecho creyente ganar a uno solo. Así se multiplica la simiente. Se arrojan en el surco pocos granos y crecen abundantes mieses. Embriaga sus surcos, multiplica su reproducción; con sus lloviznas se alegrará al nacer. Es decir, antes de que quizá sea capaz de recibir el torrente de agua, se alegrará al nacer con sus lloviznas; es decir, se alegrará con la llovizna conveniente para sí. Para los párvulos y flacos, puesto que no pueden recibir la plenitud de la verdad, destilan algunas cosas de los sacramentos. Oye cómo destila o llovizna para los párvulos cuando comienzan a nacer, esto es, para que los que aún no son capaces de recibir el torrente de lluvia, puesto que acaban de nacer: No pude—dice el Apóstol—hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a párvulos en Cristo. Al decir, como a párvulos en Cristo, ya dice que han nacido, pero que no son idóneos todavía para recibir la abundancia de la sabiduría, de la cual dice: Hablamos sabiduría entre los perfectos. Alégrese con sus lloviznas al nacer y al crecer; una vez fortificado, será capaz de recibir la sabiduría. El niño es alimentado con leche, y así se hace idóneo de manjares fuertes. Por eso meruerunt, quibus peccata donasti: merita iliorum mala erant; sed tu propter misericordiam mam, quia ita est praeparatio tua, ita parasti cibum illorum. 15 [ v . l l ] . Sulcos eius inebria. Fiant ergo primo sulci qui inebrientur: duritia pectoris nostri aperiatur vomere sermonis Dei, Sulcos eius inebria; multiplica generationes eius. Videmus: credunt, et ex credentibus alii credunt, et ex illis alii credunt; et non sufficit uni homini ut factus ipse fidelis unum lucretur. Sic multiplicatur et semen: pauca grana mittuntur, et segetes exsurgunt. Sulcos eius inebria; multiplica generationes eius: in stillicidiis suis laetabitur, cum exorietur. Id est, antequam sit forte idónea capacitati fluminis, cum exorietur, in stillicidiis suis, id est sibi congruis, laetabitur. Parvulis enim adhuc et infirmis stillantur quaedam de sacramentis, quia non possunt capere plenitudinem veritatis. Audi quomodo stillet parvulis dum exoriuntur, id est in recenti ortu minus capacibus. Apostolus dicit: Non potui vobis loqui quasi spiritualibus, sed quasi camalibus, quasi parvulis in Christo (1 Cor 3,1)- Cum dicit, parvulis in Christo, iam dicit exortos, sed nondum idóneos ad capiendam illam uberem sapientiam, de qua dicit: Sapientiam loquimur Ínter perfectos (Ib. 2,6). Laetetur in stillicidiis suis, cum exoritur et augetur; roboratus capiet et sapientiam: quomodo infans nutrí-

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primeramente se hace leche para él aquel manjar que no era idóneo de comer. Se alegrará con sus lloviznas al nacer. 16 [v.12}. Bendecirás la corona del año de tu benignidad. Ahora se siembra, crece lo que se sembró, llegará a ser mies. Pero también ahora el enemigo siembra sobre la semilla la cizaña, y por eso nacen malos entre buenos, es decir, seudocristianos, que tienen caña parecida, pero distinto fruto. Se llama cizaña propiamente la que nace con semejanza de trigo; así tenemos que la cizaña es semejante al trigo, y a la avena, y a otras plantas que tienen el primer tallo casi por completo igual. Sobre la siembra de la cizaña dijo esto el Señor: Mientras los hombres dormían, vino el enemigo y sobresembró cizaña; pero, cuando creció la hierba y produjo el fruto, entonces apareció asimismo la cizaña. Luego vino el enemigo y sobresembró cizaña. ¿Pero qué hizo ésta al trigo? No mata la cizaña al trigo; es más, tolerando la cizaña, crece el trigo. Pues el mismo Señor dijo a los criados que querían arrancarla: Dejad crecer juntos a una y a otro hasta la siega, no sea que quizá, queriendo arrancar la cizaña, arranquéis a un tiempo el trigo; cuando llegue el tiempo de la siega, diré a mis segadores: Recoged primero la cizaña y amarradla en gavillas para quemarla, mas el trigo metedlo en el granero. El término del año es la siega final del mundo. Bendecirás la corona del año de tu benignidad. Al oír la palabra "corona" entiéndela por la gloria de la victoria. Vence al diablo y obtendrás la corona. Bendecirás la corona del año de tu benignidad. De nuevo reco-

mienda la benignidad de Dios, para que nadie se gloríe de sus propios méritos. 17 [v.13]. Y tus campos rebosarán de abundancia. Serán pingües los términos del desierto, y los collados se ceñirán de regocijo. Los campos, los collados, los términos del desierto, son los nombres. Campos por la igualdad. Luego por la igualdad han sido llamados campos los pueblos justos. (Son) collados por el encumbramiento, porque Dios encumbra en El a los que se humillan. Los términos del desierto son todos los gentiles. ¿Por qué? Porque estaban desiertos, pues no había sido enviado a ellos profeta alguno, y, por tanto, eran como desierto, por el que no transita ningún hombre. La palabra de Dios no se había predicado entre los gentiles; los profetas sólo predicaron al pueblo de Dios. Vino el Señor y creyeron los que eran trigo en el pueblo de Israel. Pues entonces dijo el Señor a los discípulos: Vosotros decís que aún está lejos la siega; yo os digo: Alzad los ojos y contemplad el campo, y ved que ya están las mieses en sazón para la siega. Luego entonces se hizo la primera siega; la segunda tendrá lugar al fin del mundo. La primera siega fue la de los judíos, porque fueron enviados a ellos los profetas anunciando al venidero Salvador. Por esto dijo el Señor a sus discípulos: Ved que los campos ya están en sazón para la siega, es decir, los campos de Judea. Otros—dice-—trabajaron, y vosotros entrasteis a repartir con ellos el trabajo. Trabajaron los profetas sembrando, y vosotros entrasteis con la hoz a participar de sus faenas. Se hizo la primera siega, y desde entonces de aquel trigo, a la sazón trillado, se sembró el orbe de la tierra para que naciese otra mies,

tur lacte, et fit idoneus ribo; tamen primo de ipso cibo cui minus idoneus erat, illi lac factum est. In stillicidiis suis laetabitur, cum exorietur. 16 [v.12}. Benedices cotonam anni benignitatis tuae. Seminatur modo, crescit quod seminatur, erit et messis. Et modo super semen superseminavit inimicus zizania; et exorti sunt mali inter bonos, pseudochristiani, similem habentes herbam, sed non parem fructum. Etenim zizania ea proprie dicuntur, quae nascuntur in similitudine frumentorum; sicuti est lolium, sicuti est avena, et caetera talia quae primam herbam prorsus similem habent. Propterea de seminatione zizaniorum hoc dicit Dominus: Venit inimicus, et superseminavit zizania; cum autem crevisset herba, et fructum fecisset, tune apparuerunt zizania. Ergo venit inimicus, et superseminavit zizania: sed quid fecit tritico? Non opprimitur zizaniis frumentum; imo per tolerantiam zizaniorum crescit fructus frumentorum. Ipse enim Dominus dixit quibusdam operariis volentibus eradicare zizania: Sinite utraque crescere usque ad messem, ne forte cum vultis eradicare zizania, eradicetis simul et frumentum; sed in tempore messis dicam messoribus: Colligite primum zizania, et alligate fascículos ad comburendum; frumentum autem recondite in horreum (Mt 13,25-30). Ule est finís anni, messis saeculi. Benedices coronam anni benignitatis tuae, Coronam ubi audis, gloria victoriae significatur. Vince Diabolum, et habebis coronam. Benedices coronam anni benignitatis

tuae. Rursus commendat benignitatem Dei, ne quisquam de suis meritis glorietur. 17 [v.131- Et campi tui replebuntur ubertale. Pinguescent fines deserti, et colles exsultatione accingentur. Campi, colles, fines deserti, iidem ipsi sunt nomines. Campi propter aequalitatem: ergo propter aequalitatem, inde dicti sunt campi, populi iusti. Colles propter erectionem; quia erigit in se Deus eos qui se humiüant. Fines deserti, omnes Gentes. Quare fines deserti? Deserti erant; nullus ad eos Propheta missus erat: sic erant illi quomodo eremus, qua non transit homo. Nullum verbum Dei missum est ad Gentes: soli populo Israel praedicaverunt Prophetae. Ventum est ad Dominum; crediderunt frumenta in ipso populo ludaeorum. Nam dixit tune discipulis: Dicitis quia longe est messis; respicite, et videte quia albae sunt regiones ad messem. Fuit ergo messis prima; erit secunda in ultimo saeculo. Messis prima de Iudaeis; quia mittebantur ad illos Prophetae annuntiantes venturum Salvatorem. Ideo dixit discipulis suis Dominus, Videte quia albae sunt regiones ai messem: regiones utique Iudaeae. Alii, inquit, laboraverunt, et vos in eorum labores intrastis (lo 4,35.38). Laboraverunt Prophetae ut seminarent, et vos cum falce intrastis ad illorum labores. Facta est ergo prima messis; et inde, de ipso frumento quod tune purgatum est, seminatus est orbis terrarum, ut surgat alia messis quae in fine meten-

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Enarraciones sobre los Salmos

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la cual ha de recogerse al fin del mundo. En la segunda sementera se sobresembró cizaña. Ahora se trabaja aquí. Así como trabajaron en la primera sementera los profetas hasta la venida del Señor, de igual modo en la segunda sementera trabajaron los apóstoles y trabajan todos los predicadores de la verdad hasta que al fin del mundo envíe el Señor a sus ángeles a recoger la mies. Luego antes era un desierto, pero engrosaron los confines del desierto. Ved que en donde no se dejó oír la voz de los profetas fue recibido el Señor de los profetas. Se engrosaron los confines del desierto, y los collados se ciñeron de regocijo. 18 [v.14]. Se vistieron los carneros de las ovejas, se sobrentiende de regocijo. Con el mismo regocijo con que se ciñeron los collados, se vistieron los carneros de las ovejas. Los carneros son los mismos collados. Se llaman collados porque sobresalen, y carneros, porque son los conductores del rebaño. Luego los apóstoles, carneros, revestidos de regocijo, se alegran de sus frutos, pues no trabajaron sin motivo, no predicaron sin razón. Vestidos los carneros de las ovejas (de regocijo), los valles abundarán en trigo, y los pueblos humildes ofrecerán trigo en abundancia. Clamarán. Porque abundarán en trigo clamarán. ¿Qué cosa clamarán? He aquí que cantarán himnos. Una cosa es gritar contra Dios y otra cantar himnos, una proferir sacrilegios y otra alabar a Dios. Si voceas sacrilegamente, engendraste espinas; si cantas himnos, abundas en trigo. da est. In secunda messe superseminata sunt zizania; modo hic laboratur. Quomodo in illa prima laboraverunt Prophetae, quousque veniret Dominus; sic in ista secunda laboraverunt Apostoli, et omnes praedicatores veritatis laborant, quousque in finem Dominus mittat in messem Angelos suos. Antea ergo desertum erat; sed pinguescent fines deserti. Ecce ubi Prophetae non sonuerant, Dominus Prophetarum acceptus est. Pinguescent fines deserti, et exsaltatione colles accingentur. 18 [v.14]. Induti sunt arietes ovium: subaudiendum, exsultatione. Qua enim exsultatione colles accingentur, hac induuntur arietes ovium. Ipsi arietes, qui colles. Colles enim, eminentiore gratia; arietes, quia duces gregum. Arietes ergo Apostoli induti sunt exsultatione, gaudent de fructibus suis; non sine causa laboraverunt, non sine causa praedicaverunt. Induti sunt arietes ovium; et convalles abundabunt frumento: et humiles populi multum fructum afferent. Clamabunt: inde abundabunt frumento, quia clamabunt. Quid clamabunt? Etenim hymnum dicent. Aliud est enim clamare adversus Deum, aliud hymnum dicere; aliud clamare sacrilegia, aliud clamare laudes Dei. Si clamas in blasphemia, spinas protulisti; si clamas in hymno, abundas frumento.

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Acción de gracias por una liberación

SALMO

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[ACCIÓN DE GRACIAS POR UNA LIBERACIÓN] SERMÓN AL PUEBLO

1 [v.l]. Este salmo lleva por título Para el fin, cántico del salmo de la resurrección. Cuando se cante un salmo y oigáis "para el fin", entended para Cristo; pues según dice el Apóstol, el fin de la ley es Cristo, en orden a justicia, para todo creyente. Ahora oiréis, en cuanto el Señor se digne concederlo y declararlo, de qué modo se canta aquí la resurrección y de qué resurrección se trata. Ya sabemos los cristianos que se llevó a cabo la resurrección en nuestra Cabeza y que se llevará en los miembros. La cabeza de la Iglesia es Cristo, y los miembros de Cristo, la Iglesia. Lo que aconteció en la cabeza se cumplirá más tarde en el cuerpo. Esta es nuestra esperanza; por esto creemos, por esto continuamos y permanecemos entre la gran maldad de este mundo, consolándonos la esperanza antes de que llegue a ser realidad. Se convertirá en realidad cuando, asimismo, nosotros resucitemos y, cambiados en estado celeste, seamos hechos iguales a los ángeles. ¿Quién se atrevería a esperar esto si la Verdad no lo prometiese? Esta prometida esperanza la consideraban los judíos como suya; gloriándose demasiado de las buenas y justas obras, atendiendo a que habían recibido la ley, y viviendo según ella obtendrían aquí

PSALMUS

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SERMO AD PLEBEM

1 [v.l]. Inscribitur in titulo psalmus iste, In finem, canticum Psalmi resurrectionis. In finem cum auditis, quando Psalmi pronuntiantur, in Christum intelligite; dicente Apostólo: Finis enim Legis Christus, ad iustitiam omni credenti (Rom 10,4). Quomodo ergo hic cantetur resurrectio, et cuius resurrectio, quantum ipse donare et aperire dignatur, audietis. Resurrectionem enim Christiani novimus in capite nostro iam factam, et in membris futuram. Caput Ecclesiae Christus est, membra Christi Ecclesia (Col 1,18). Quod praecessit in capite, sequetur in corpore. Haec est spes nostra: ad hoc credimus, ad hoc duramus, et perseveramus in tanta malignitate huius saeculi, consolante nos spe, antequam spes fiat res. Res enim erit cum et nos resurrexerimus, et in caelestem habitum commutati, aequales Angelis facti fuerimus. Quis hoc sperare auderet, nisi veritas promitteret? Hanc autem spem promissam sibi ludaei tenebant; et de bonis et quasi iustis operibus multum gloriabantur, quod acceperant Legem secundum quam vivendo et hic haberent bona carnalia, et in resurrectione mortuorum taha sperabant de qualibus hic gaudebant. Propterea Sadducaeis, qui negabant futuram resurS.Ag. 20

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los bienes carnales, esperando que habrían de gozar de los mismos en la resurrección de los muertos. Por eso los judíos no podían responder a los saduceos, que negaban la resurrección de la carne, al proponerles éstos la cuestión, que propusieron igualmente al Señor. Sabemos que los judíos no pudieron resolverles la cuestión, porque, al resolvérsela el Señor, quedaron admirados. Los saduceos proponían la cuestión sobre cierta mujer que tuvo siete esposos, no a un tiempo, sino cada uno después de haber muerto el anterior. Existía una ley para la propagación del pueblo, consistente en que, si alguno moría sin haber tenido hijos, el hermano del difunto, si es que éste le tenía, debía tomar por esposa la viuda del difunto para dar sucesión a su hermano. Presentada la cuestión de la mujer que tuvo siete esposos consecutivos, todos muertos, y sin hijos, los cuales para cumplir este deber tomaron a la viuda del hermano por esposa, dijeron preguntando: En la resurrección, ¿de quién de ellos será esposa? Sin duda que los judíos no se hubieran fatigado ni rendido en la resolución de esta cuestión si no hubieran esperado para sí en la resurrección tales cosas cuales en esta vida perseguían. Pero el Señor, que prometió la igualdad con los ángeles, no la corrupción humana de la carne, les contesta: Erráis por no conocer las Escrituras ni el poder de Dios. En la resurrección, ni se casarán los hombres ni las mujeres serán casadas, ni morirán, sino que serán iguales a los ángeles de Dios. Demostró, pues, que donde existe la muerte es necesaria la sucesión y que no deben buscarse sucesores en donde no hay muerte. Por esto añadió ni morirán. Sin embargo, como los judíos retenían, aunque carnalmente, la esperanza de la futura resurrección, se alegraron por la respuesta rectionem, Iudaei responderé non poterant proponentibus quaestionem, quam Domino proposuerunt iidem Sadducaei. Hinc enim intelligimus eos hanc quaestionem solvere non potuisse, quia Domino solvente mirati sunt. Proponebant ergo Sadducaei quaestionem de quadam mullere, quae habuit septem viros; non simul, sed succedentes sibi. Erat enim hoc legis ad populum propagandum, ut qui forte sine liberis defungeretur, frater eius, si haberet, acciperet uxorem eius, ad suscitandum semen fratri suo (Deut 25,5). Proposita ergo illa mullere, quae habuit septem viros omnes mortuos sine liberis, et ad hoc officium implendum ducentes fratris uxorem, dixerunt quaerentes: In resurrectione cuius eorum erit uxor? Procul dubio Iudaei non fatigarentur, non deficerent in ista quaestione, si non talia sibi in resurrectione sperarent, qualia agebant in hac vita. Dominus autem aequalitatem Angelorum promittens, non humanam carnis corruptionem, ait illis: Erratis, nescientes Scripturas, ñeque virtutem Dei. In resurrectione enim ñeque nubent, ñeque uxores ducent: ñeque enim incipient mori, sed erunt aequales Angelis Dei (Mt 22,23-30), et Le 20,27-36). Demonstravit quod ibi sit necessaria successio, ubi doletur decessio: ibi quia decessores non erunt, nec successores quaerentur. Ad hoc enim subiecit: Non enim incipient mori. Verumtamen quia Iudaei tenebant, etsi carnaliter, spem resurrec-

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dada a los saduceos al trabarse la disputa con ellos sobre la delicada y oscura cuestión de la resurrección. Esperaban los judíos la resurrección de los muertos, y creían que sólo ellos habían de resucitar a la vida bienaventurada debido a las obras de la ley y a la justificación de las Escrituras, que sólo ellos tenían, y de las cuales carecían los gentiles. Cristo fue crucificado, y la ceguedad avino en parte a Israel hasta que haya entrado (en la fe) la plenitud de los gentiles, según dice el Apóstol. También se comenzó a prometer la resurrección de los muertos a los gentiles, que creyeron en la resurrección de Cristo. De aquí que este salmo se dirige, contra la presunción y la soberbia de los judíos, en favor de la fe de los gentiles, llamados a la misma esperanza de la resurrección. 2. Ya oísteis, hermanos, de alguna manera, el designio del salmo. En lo que dije, en lo que expuse, se fije vuestra atención; no os aparte de aquí ningún otro pensamiento. Se habla contra la presunción de los judíos, los cuales esperaban para ellos solos la resurrección debido a la justicia de la ley, y, con todo, crucificaron a Cristo, que resucitó el primero y que había de tener como miembros resucitados no únicamente a los judíos, sino a todos los que habían de creer en El, es decir, a todos los gentiles. De aquí es que comienza el salmo y dice: Aclamad a Dios. ¿Quiénes? Toda la tierra. N o únicamente Judea. Ved, hermanos, de qué modo recomienda la universalidad de la Iglesia difundida por el orbe. N o sintáis pesar sólo por los judíos, que negaban esta gracia a los gentiles, sino llorad todavía mucho más por los herejes. Si, pues, hemos de dolemos por los que no se congregaron, tionis futurae, gavisi sunt responsum esse Sadducaeis, cum quibus illis erat de hac ancipiti et obscura quaestione certamen. Tenebant ergo Iudaei spem resurrectionis mortuorum; et solos se ad beatam vitam resurrecturos sperabant propter opus Legis, et propter iustificationes Scripturarum, quas habebant soli Iudaei, et Gentes non habebant. Crucifixus est Christus; caecitas ex parte Israel jacta est, ut plenitudo Gentium intraret (Rom 11,25): hoc Apostólo dicente. Coepit etiam Gentibus promitti resurrectio mortuorum, credentibus in Iesum Christum quod resurrexerit. Inde psalmus iste est adversus praesumptionem et superbiam Iudaeorum, pro fide Gentium ad eamdem spem resurrectionis vocatarum. 2. Quodammodo, fratres meí, animum Psalmi audistis. In hoc quod díxi, in hoc quod proposui, tota vestra suspendatur intentio; hic vos nulla cogitatio avertat: contra praesumptionem dicitur Iudaeorum, qui de iustificationibus Legis sperabant sibi resurrectionem, et crucifixerunt Christum qui primus resurrexit, non membra resurrectura solos Iudaeos habiturus, sed omnes qui in eum credidissent, id est omnes gentes. Inde coepit: lubilate Deo. Qui? Omnis térra. Non ergo sola Iudaea. Videte, fratres, quemadmodum commendetur universitas Ecclesiae toto orbe diffusae; et non solum dolete Iudaeos qui gratiam istam Gentibus invidebant, sed plus haereticos plangite. Si enim dolendi sunt qui collecti non

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¿cuánto más debemos condolernos por los que se separaron estando congregados? Aclamad a Dios toda la tierra. ¿Qué significa aclamad? Prorrumpid en gritos de alegría, si es que no podéis hacerlo de palabra. Pues no se aclama sólo con palabras; también aclama el sonido solo de los gritos de los que se gozan, como si fuese la voz de la cosa concebida, del corazón que concibe y pare la alegría que no puede expresarse con palabras. Aclamad a Dios toda la tierra. Nadie aclame en parte; nadie, volveré a decir, aclame en parte; aclame toda la tierra. Aclame la Católica. La Católica lo ocupa todo. Cualquiera que ocupa parte y se aparta del todo, más bien quiere aullar que aclamar. Aclamad a Dios toda la tierra. 3 [v.2]. Salmead a su nombre. ¿Qué dijo? Que bendigáis su nombre los que salmeáis. Ayer os dije qué sea salmear, y creo que lo recuerde vuestra caridad. Salmear es tomar el instrumento que se llama salterio y concordar el ejercicio de la pulsación de la mano con las voces. Luego, si aclamáis con regocijo para que oiga Dios, salmead también para que vean y oigan los hombres, pero no salmeéis a vuestro nombre. Guardaos—dice San Mateo—de ejecutar vuestra justicia delante de los hombres para que os vean. ¿Por qué nombre dirás salmearé, de suerte que no vean los hombres mis buenas obras? Atiende a lo que se dice en otro sitio: Brillen vuestras buenas obras delante de los hombres, para que vean vuestros buenos hechos, y glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos. Que vean vuestras buenas obras y glorifiquen, no a vosotros, sino a Dios. Porque, si hacéis vuestras buenas obras para ser glorificados, se os responderá con lo que dijo El mismo de ciertos hombres: En verdad os digo que ya recibieron sunt, quanto amplius qui collecti divisi sunt? lubilate Deo, omnis térra. Quid est, lubilate? In vocem erumpite gaudiorum, si non potestis verborum. Non enim verbis iubilatur; sed solus gaudentium sonitus redditur, quasi parturientis et parientis cordis laetitiam in vocem rei conceptae, quae verbis explican non possit. lubilate Deo, omnis térra: nemo iubilet in parte. Nemo, inquam, iubilet in parte: omnis térra iubilet, Catholica iubilet. Catholica totum tenet: quicumque partem tenet, et a toto praecisus est, ululare vult, non iubilare. lubilate Deo, omnis térra. 3 [v.2]. Psallite autem nomini eius. Quid dixit? Psallentibus vobis benedicatur nomen eius. Quid sit autem psallere, heri dixi, et credo meminisse Charitatem Vestram. Psallere, est organum etiam assumere quod psalterium dicitur; et pulsu atque opere manuum vocibus concordare. Si ergo iubilatis quod Deus audiat, psallite etiam quod nomines et videant et audiant; sed non nomini vestro. Cávete enim faceré iustitiam vestram coram hominibus, ut videamini ab eis (Mt 6,1). Et propter cuius nomen, inquies, psallam, ut non videantur ab hominibus opera mea? Attendite alio loco: Luceant opera vestra coram hominibus, ut videant bona jacta vestra, et glorificent Patrem vestrum qui in caelis est (Ib. 5,16). Videant bona jacta vestra, et glorificent, non vos, sed Deum. Nam si propter vos glorificandos facitis opera bona, respondetur

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su salario; y también: De otro modo, no tendréis recompensa delante de vuestro Padre, que está en los cielos. Luego dirás entonces: ¿Deberé esconder mis buenas obras y no hacerlas delante de los hombres? No. Pues ¿qué dice también? Brillen vuestras obras delante de los hombres. Aún me hallo indeciso; por una parre, me dices: Guárdate de hacer tu justicia delante de los hombres; y por otra: Brillen vuestras obras buenas delante de los hombres. ¿A qué atenderé? ¿Qué haré? ¿Qué dejaré de hacer? Es tan cierto que no puede el hombre servir a dos señores que manden cosas opuestas como lo es que no puede obedecer a uno que mande cosas contrarias. El Señor no dice: Mando cosas contrarias. Atiende al fin; te indica el fin; ve, pues, con qué fin obras. Si lo haces para que a ti te glorifiquen, lo prohibe. Si lo haces para glorificar a Dios, lo ordena. Salmead, pues, no a vuestro nombre, sino al nombre del Señor Dios vuestro. Vosotros salmead. Que El sea alabado. Vosotros vivid bien, que El sea glorificado. ¿De dónde os viene el vivir bien? Si le hubierais poseído eternamente, no hubieseis vivido nunca mal; si procediese de vosotros, jamás hubierais dejado de vivir bien. Salmead a su nombre. 4. Dad, gloria a su alabanza. Toda nuestra intención la encamina a alabar a Dios; no nos deja nada para que nos alabemos. Gloriémonos sobremanera en El y nos alegremos. Nos unamos a El, y en El seremos alabados. Cuando se leía ahora al Apóstol, oísteis que decía: Ved, hermanos, vuestro llamamiento; muchos no sois sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; antes bien, Dios escogió lo necio del mundo para confundir a los sabios y eligió Dios lo flaco del mundo para confunquod ipse dixit de quibusdam talibus: Amen dico vobis; perceperunt mercedem suam. Et iterum: Alioquin mercedem non habebitis apud Patrem vestrum qui in caelis est (Ib. 6,2.1). Ergo, inquies, debeo abscondere opera mea, ne faciam coram hominibus? Non. Sed quid ait? Luceant opera vestra coram hominibus. Anceps ergo remanebo: hac mihi dicis, Cávete faceré iustitiam vestram coram hominibus; hac mihi dicis, Luceant opera vestra bona coram hominibus; quid observabo? quid faciam? quid relinquam? Tam non potest homo serviré duobus dominis diversa iubentibus, quam nec uni diversa iubenti. Non, ait Dominus, diversa iubeo. Finem attende, in finem canta; quo fine facías, vide. Si ideo facis ut tu glorificeris, hoc prohibui; si autem ideo ut Deus glorificetur, hoc iussi. Psallite ergo, non nomini vestro, sed nomini Domini Dei vestri. Vos psallite; ille laudetur: vos bene vivite; ille glorificetur. Unde enim habetis ipsum bene vivere? Si aeternum haberetis, nunquam male vixissetis; si a vobis haberetis nunquam non bene vixissetis: Psallite autem nomini eius. 4. Date gloriam laudi eius. Totam intentionem nostram in laudem Dei mittit; nihil nobis relinquit unde laudemur. Gloriemur inde magis, et gaudeamus; illi inhaereamus, in illo laudemur. Audistis cum legeretur Apostolus: Videte vocationem vestram, fratres; quia non multi sapientes secundum carnem, non multi potentes, non multi nobiles, sed

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dir a los fuertes, y eligió Dios lo innoble del mundo y lo que no es como si fuese para desvanecer lo que es. ¿Qué quiso decir con esto? ¿Qué quiso demostrar? Q u e descendió el Señor Dios nuestro, Jesucristo, a reparar al g é n e r o h u m a n o y a dar su gracia a todos los q u e c o m p r e n d i e r o n q u e era gracia suya y n o m é r i t o de ellos, y q u e eligió a los débiles p a r a q u e n i n g u n a persona se gloriase en la carne. Por eso n o eligió a N a t a n a e l . ¿Qué te parece el haber sido elegido el p u b l i c a n o M a t e o estando sentado a la mesa de las alcabalas y el n o haberlo sido N a t a n a e l , de q u i e n test i m o n i ó el Señor, diciendo: He aquí a un verdadero israelita en el cual no hay dolo? Se ve q u e N a t a n a e l era doctor de la ley. N o le eligió n o p o r q u e n o había de elegir doctores, sino p o r q u e , si hubiese elegido en p r i m e r t é r m i n o a los doctores, p e n s a r í a n los mismos que fueron elegidos en atención a su ciencia, y así se alabaría su ciencia y sufriría d e t r i m e n t o la alabanza de la gracia de Cristo. Dios testimonió de él c o m o de buen creyente, en el cual n o había engaño; sin e m b a r g o , n o le t o m ó entre los discípulos, que eligió p r i m e r a m e n t e ignorantes. ¿Y c ó m o sabemos q u e él era p e r i t o en la ley? C u a n d o oyó decir de boca de u n o de los q u e seguían a Cristo: liemos encontrado al Mesías, que significa Cristo, p r e g u n t ó de d ó n d e era; y, habiéndole r e s p o n d i d o q u e de Nazaret, contestó: De Nazaret puede haber algo bueno. Sin duda, el q u e entendió q u e de N a z a r e t podía haber algo b u e n o era docto en la ley y había estudiado a d m i r a b l e m e n t e a los p r o fetas. Sé q u e existe, p e r o n o es a p r o b a d a por los doctos otra entonación en las palabras, p u e s se p r o n u n c i a n c o m o si a p a r e stulta mundi elegit Deus ut confundat sapientes; et infirma mundi elegit Deus ut confundat fortia; et ignobilia mundi elegit Deus, et ea quae non sunt, tanquam quae sunt, ut ea quae sunt evacuentur (1 Cor 1,2628). Quid voluit dicere? quid voluit ostendere? Descendit Dominus Deus noster Iesus Christus reparare genus humanum, et daré gratiam suam ómnibus intelligentibus quia gratia illius est, non merita eorum; et ne quaelibet persona gloriaretur in carne, infirmos elegit. Nam inde non est electus etiam ille Nathanael. Quid enim tibi videtur, ut publicanum in telonio sedentem eligeret Matthaeum (Mt 9,9), et non eligeret Nathanael cui perhibuit testimonium ipse Dominus, dicens: Ucee verus Israelita, in quo dolus non est? Intelligitur ergo Nathanael iste doctus fuisse in Lege. Non quia doctos non erat electurus: sed si ipsos primo elegisset, doctrinae suae mérito se electos putarent; ita illorum scientia laudaretur, et laus Christi gratiae minueretur. Perhibuit testimonium tanquam bono fideli, in quo dolus non erat; sed tamen eum non assumpsit ínter illos discípulos, quos primum idiotas elegit. Et unde intelligimus quod iüe peritus erat Legis? Quando audivit ab uno ex eis qui secuti erant Dominum, dicente, Invenimus Messiam, quod interpretatur Christus, quaesivit unde; et dictum est, A Nazareth: et ille, A Nazaretb potest aliquid boni esse. Procul dubio, qui intellexit quia a Nazareth potest aliquid boni esse, peritus erat Legis, et bene Prophetas inspexerat. Novi esse in illis verbis aliam pronuntiationem; sed a

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cíese q u e desconfiaba, diciendo al oír hablar de Cristo: De Nazaret, ¿puede haber algo bueno?; es decir: ¿Por ventura p u e d e haberlo?; esto es, p r o n u n c i a n d o estas palabras expresando incredulidad. San J u a n prosigue allí y dice: Ven y ve. Estas palabras p u e d e n adaptarse a ambas entonaciones. Si hubieras hablado c o m o si n o hubieses creído: De Nazaret, ¿puede haber algo bueno?, se te r e s p o n d e : Ven y ve lo que n o crees. Si hubieras afirmado: De Nazaret puede haber algo bueno, asimismo se te dice: Ven y ve cuan verdaderamente b u e n o es lo que te anuncio de N a z a r e t ; ven y e x p e r i m e n t a cuan r e c t a m e n t e crees. Sin e m b a r g o , se juzga q u e fue docto en la ley p o r q u e n o fue elegido entre los discípulos p o r A q u e l q u e p r i m e r a m e n t e eligió lo necio del m u n d o . Con todo, el Señor dio g r a n testimonio de él, diciendo: He aquí a un verdadero israelita en quien no hay dolo. M á s tarde, el Señor eligió t a m b i é n oradores, p e r o éstos se h u b i e r a n ensoberbecido si p r i m e r a m e n t e n o hubiese elegido pescadores. T a m b i é n eligió ricos; pero, si p r i m e r a m e n t e n o hubiera elegido pobres, dirían q u e en atención a sus riquezas fueron elegidos. D e s p u é s eligió e m p e radores; p e r o es mejor q u e el e m p e r a d o r al venir a R o m a , deponiendo la diadema, llore ante la t u m b a del pescador q u e el pescador llore ante el sepulcro del emperador. Dios eligió lo flaco del mundo para confundir a lo fuerte; y también eligió lo innoble del mundo y lo que no es como si fuese para deshacer lo que es. ¿Y q u é sigue? El Apóstol concluye: A fin de que no se gloríe hombre alguno delante del Señor. V e d c ó m o nos q u i t ó la gloria para darnos la gloria; nos q u i t ó la nuestra para darnos la suya; nos q u i t ó la vana para darnos la perfecta; nos quitó la vacilante prudentioribus non est approbata: ut quasi desperasse videretur ille, cum audiens dixisset, A Nazareth potest aliquid boni esse? id est, numquid potest? Sic pronuntiando quasi desperaret. Sequitur autem ibi, Veni, et vide (lo 1,41-47). Haec verba, id est, Veni, et vide, utramque possunt pronuntiationem sequi. Si dicas, quasi non credens, A Nazareth potest aliquid boni esse? respondetur, Veni, et vide quod non credis. Rursus si dicas confirmans, A Nazareth potest aliquid boni esse; respondetur, Veni, et vide quam veré sit bonum quod nuntio a Nazareth; et quam recte credas, veni, et experire. Hinc tamen existimatur doctus ille in Lege fuisse, quia non est electus inter discípulos ab illo qui stulta mundi prius elegit; cum tantum ei perhibuerit testimonium Dominus dicens: Ecce veré Israelita, in quo dolus non est. Elegit ergo Dominus postea et oratores; sed illi superbirent, si non prius eligeret piscatores: elegit divítes; sed dicerent mérito divitiarum suarum se electos esse, nisi primo elegisset pauperes: elegit imperatores postea; sed melius est ut Romam cum venerit imperator, deposito diademate, ploret ad memoriam piscatoris, quam ut piscator ploret ad memoriam imperatoris. Infirma enim mundi elegit Deus, ut confundat fortia; et ignobilia mundi elegit, et ea quae non sunt, tanquam a^uae sunt, ut ea quae sunt evacuentur. Et quid sequitur? Conclusit Apostolus: Ut non glorietur coram Deo omnis caro. Videte quemadmodum nobis abstulit gloriam, ut daré glotiam: abstulit nostram, ut daret suam; abstulit inanem, ut daret plenam; abs-

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para darnos la sólida. Nuestra gloria es tanto más fuerte y segura cuanto más apoyada esté en Dios. Luego no te debes gloriar en ti; te lo prohibió la Verdad. Lo que mandó la Verdad es lo que dice el Apóstol: Quien se gloría, gloríese en el Señor. Luego dad gloria a su alabanza. N o imitéis a los judíos, que pretendían atribuir su justificación a sus propios méritos y rechazaban a los gentiles, que se acercaban a la gracia evangélica para que les fuesen perdonados todos los pecados; como si ellos no tuviesen nada en absoluto que hubiera de perdonárseles, esperando, por tanto, ya el salario como si fuesen buenos trabajadores. Y así, estando aún enfermos, se creían sanos, y de aquí acontecía que estaban más gravemente enfermos. Porque, si hubiesen tenido una enfermedad leve, no hubieran matado al médico como frenéticos. Dad gloria a su alabanza. 5 [v.3). Decid a Dios: ¡Cuan dignas de ser temidas son tus obras! ¿Por qué son dignas de ser temidas y no de ser amadas? Oye otra sentencia del salmista: Servid a Dios con temor y ensalzadle con temblor. Y esto, ¿qué quiere decir? Oye al Apóstol: Con temor y temblor perfeccionad la obra de vuestra salud. ¿Por qué con temor y temblor? Escuchad a continuación el motivo: Porque Dios es el que obra en vosotros por benevolencia tanto el querer como el obrar. Luego, si Dios obra en ti, obras bien por la gracia de Dios, no por tus fuerzas. Luego, si te alegras, teme también; no sea que lo que se dio al humilde se le quite al soberbio. Para que sepáis que esto aconteció a los judíos debido a su propia soberbia, puesto que creían que se justificaban por las obras de la ley, y por eso cayeron, dice otro salmo: Estos (contulit nutantem, ut daret solidam. Quanto ergo gloria nostra fortior et firmior, quia in Deo est! Non ergo in te debes gloriari; prohibuit Veritas: sed quod ait Apostolus, hoc praecepit Veritas, Qíii gloriatur, in Domino glorietur (1 Cor 1,29-31). Date ergo gloriam laudi eius. Nolite imitari Iudaeos, qui quasi meritis suis volebant tribuere iustificationes suas, et invidebant Gentibus accedentibus ad gratiam evangelicam, ut peccata omnia donarentur eis; quasi illi non haberent quod sibi donaretur; iam, quasi boni operarii, mercedem exspectantes. Et cum adhuc aegroti essent, sanos se esse putabant, et ¡nde periculosius aegrotabant. Nam si vel mitíus aegrotassent, non quasi phrenetici medicum occidissent. Date gloriam laudi eius. 5 [v.3]. Dicite Deo: Quam timenda sunt opera tua! Quare timenda, et non amanda? Audi aliam vocem psalmi: Servite Domino in timare, et exsultate ei cum tremore (Ps 2,11). Quid sibi hoc vult? Audi vocem Apostoli: Cum timóte, inquit, et tremore v^stram ipsorum salutem operamini. Quare, cum timore et tremore? Subiecit causam: Deus est enim qui operatur in vobis, et velle, et operari, pro bona volúntate (Phil 2,12.13). Si ergo Deus operatur in te, grafía Dei bene operaris, non viribus tuis. Ergo si gaudes, et time; ne forte quod datum est humili, auferatur superbo. Nam, ut noveritis hoc esse factum de ipsa superbia Iudaeorum, quasi se ex operibus Legis iustificantium, et ideo

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fían) en carros, y aquéllos en caballos, como si colocasen la esperanza para su levantamiento en sus propias fuerzas y medios. Pero nosotros—dice—seremos ensalzados en el nombre del Señor Dios nuestro. Estos en carros, aquéllos en caballos; pero nosotros seremos ensalzados en el nombre del Señor, Dios nuestro. Ve cómo aquéllos se vanagloriaban en sí mismos, y éstos en Dios. Por tanto, ¿qué dice el mismo salmo? Les fueron atados los pies, y cayeron; nosotros, por el contrario, nos levantamos y nos pusimos derechos. Oye al mismo Señor nuestro diciendo lo mismo: Yo—dice—vine para que los que no ven, vean, y los que ven queden ciegos. Observa, por una parte, la bondad y, por otra, la malicia. Pero ¿qué cosa es mejor que El? ¿Quién más misericordioso? ¿Quién más justo? ¿Por qué se dice: Los que no ven, que vean? Por la bondad. ¿Y por qué y los que ven queden ciegos? Por la soberbia. ¿Veían y estaban ciegos? No veían, les parecía que veían. Porque observad, hermanos, que, cuando dijeron los judíos: ¿Acaso estamos ciegos?, les dice el Señor: Si estuvieseis ciegos, no tendríais pecado; pero como ahora decís: Vemos, vuestro pecado permanece en vosotros. Viniste al médico, ¿y dices que ves? Sobra el colirio; quedarás siempre ciego. Reconócete ciego para que merezcas ser iluminado. Mira a los judíos, mira a los gentiles; a unos dice: Los que no ven, que vean; y a otros: Vine para que los que ven queden ciegos. Los judíos vieron en carne a nuestro Señor Jesucristo, los gentiles no le vieron; y he aquí que quienes le vieron le crucificaron y los que no le vieron creyeron. Luego ¿qué has hecho, ¡oh Cristo!, a los sobercadentium, dicit alius psalmus: Hi in curribus, et hi in equis, quasi in suis quibusdam passibus et instrumentis ad erectionem suam; nos autem, inquit, in nomine Domini Dei nostri magnijicabimur: Hi in curribus, et hi in equis; nos autem in nomine Domini Dei nostri magnijicabimur. Vide quemadmodum illi extollebantur in se; vide quemadmodum isti gloriabantur in Deo. Propterea quid secutum est? lilis obligati sunt pedes, et ceciderunt; nos autem surreximus, et erecti sumus (Ps 19,8.9). Audi ipsum Dominum nostrum hoc idem dicentem: Ego, inquit, veni, ut qui non vident, videant; et qui vident, caed jiant. Vide in una parte bonitatem; in alia quasi malitiam. Sed quid illo melius? quid misericordius? quid iustius? Quare ergo, qui non vident, videant? Propter bonitatem. Quare, et qui vident, caed jiant? Propter elationem. Et veré videbant, et facti sunt caeci? Non videbant, sed videre sibi videbantur. Nam ecce videte, fratres: cum dicerent ipsi Iudaei, Num sumus caeci? ait Mis Dominus, Si caeci essetis, peccatum non baberetis: modo autem quia dicitis, Videmus, peccatum vestrum in vobis manet (lo 9,39-41). Ad medicum venisti; videre te dicis? Cessabunt collyria; semper caecus remanebis: confitere te caecum, ut illuminari merearis. Atiende Iudaeos; attende Gentes. Qui non vident, videant, inquit: ideo veni, ut qui vident, caeci fiant. Ipsum Dominum nostrum Iesum Christum in carne videbant Iudaei; Gentes non videbant: ecce qui viderunt, crucifixerunt; qui non viderunt, crediderunt. Ergo quid fecisti, o Christe,

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bios? ¿Qué les hiciste? Nosotros gentiles vemos porque tú te dignaste que viésemos y además somos tus miembros. Vemos; ocultaste a Dios y mostraste al hombre. ¿Y por qué esto? Para que se llevase a cabo la ceguedad de -parte de Israel y entrase la plenitud de los gentiles. Para esto escondiste a Dios, y presentaste a las miradas al hombre. Veían y no veían: veían lo que habías recibido y no veían lo que eras; veían la forma de siervo y no veían la forma de Dios. Veían la forma de siervo, por la que el Padre es mayor, y no veían la forma de Dios, por la que oísteis ahora: Yo y el Padre somos uno. Apresaron lo que veían, crucificaron lo que veían; ultrajaron al que veían y no conocieron al que estaba oculto. Oye al Apóstol, que dice: Si le hubieran conocido, jamás hubieran crucificado al Rey de la gloria. Gentiles que habéis sido llamados, ved a los ramos que se desgajaron por el encono; vosotros habéis sido injertados por la bondad y hechos participantes de la grosura del olivo; no os tengáis por más de lo que sois, es decir, no os ensoberbezcáis. Tú no llevas a la raíz, sino que ella es la que te lleva a ti. Más bien temblad al ver cortados los ramos naturales. Los judíos, trayendo su origen de los patriarcas, nacieron de la estirpe de Abrahán. Y ¿qué dice el Apóstol? Pero dirás: Fueron desgajados los ramos para ser yo injertado. Ciertamente, por la infidelidad fueron desgajados. Mas tú—dice—permaneces en pie por la je; no te engrías, teme; porque, si Dios no perdonó a los ramos naturales, tampoco te perdonará a ti. Contempla los ramos desgajados y contémplate a ti injertado. No te tengas en más que los ramos desgajados, sino di a Dios: ¡Cuan dignas de ser temidas son tus obras! Heradversus superbos? quid fecisti? Videmus, quia dignatus es, et membra tua sumus; videmus: abscondisti Deum; obiecisti hominem. Quare hoc? Ut caecitas ex parte Israel fieret, et plenitudo Gentium intraret. Ad hoc abscondisti Deum, et hominem aspectibus obiecisti. Videbant, et non videbant: videbant quod acceperas, et non videbant quod eras: videbant formam setvi, non videbant formam Dei (Phil 2,6.7); formam servi, qua maior est Pater (lo 14,28); non formam Dei, propter quam modo audistis, Ego et Pater unum sumus (Ib. 10,30). Tenuerunt quod videbant, crucifixerunt quod videbant; ínsultaverunt ei quem videbant, non agnoverunt qui latebat. Audi Apostolum dicentem: 5» enim cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (1 Cor 2,8). Ergo Gentes quae vocatae estis, attendite ramos praecisos propter severitatem; vos autem insertos propter bonitatem, et participes factos pinguedinis oleae, non altum sapientes; id est non superbientes. Non enim tu radicem portas, ait; sed radix te. Magis tetreamini, quia videtis amputatos ramos naturales. Iudaei enim per Patriarchas venerunt; de carne Abrahae nati sunt. Et quid ait Apostolus? Sed dicis: Fracti sunt rami, ut ego inserar. Bene; propter infidelitatem fracti sunt. Tu autem, inquit, fide stas; noli altum supere, sed time: si enim naturalibus ramis Deus non pepercit, ñeque tibí parcet. Attende ergo ramos fractos, et te insertum: noli extolli super ramos fractos; sed magis dicito Deo, Quam metuenda sunt opera tua! Fratres, si adversus Iudaeos olim praecisos de

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manos, si no debemos tenernos en más que los judíos desgajados en otro tiempo de la raíz de los patriarcas, sino más bien temer y decir: ¡Cuan dignas de ser temidas son tus obras!, ¡cuánto menos debemos ensoberbecernos ante las recientes heridas de los desgajados! Anteriormente se desgajaron los judíos y fueron injertados los gentiles. De esta injertación se desgajaron los herejes; pero ni ante éstos debemos ensoberbecernos, no sea que merezca ser cortado aquel a quien agrada ultrajar a los cortados. Hermanos míos, cualquier voz que oigáis en este sentido del obispo, os rogamos que la desdeñéis; los que estáis en la Iglesia no ultrajéis a los que están fuera de ella, sino más bien orad para que entren. Poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. Sobre los judíos dijo esto el Apóstol, y así les aconteció. Resucitó el Señor, y muchos creyeron. N o le conocieron cuando le crucificaron; sin embargo, después creyeron en El y les fue perdonado tan enorme crimen. Derramada la sangre del Señor, se perdonó a los homicidas, de suerte que no les llamaré deicidas, porque, si le httbieran conocido, jamás hubieran crucificado al Rey de la gloria. Ahora, al ser derramada la sangre del Inocente, se perdonó a los homicidas, y la misma sangre que derramaron por locura, la bebieron por la gracia. Decid, pues, a Dios: ¡Cuan dignas de ser temidas son tus obras! ¿Por qué deben ser temidas? Porque la ceguedad en parte aconteció a Israel hasta que entrase la plenitud de las gentes. ¡Oh masa de gentiles!, di a Dios: ¡Cuan dignas de ser temidas son tus obras!, y alégrate así para que no temas. N o te gloríes sobre los ramos desgajados. Decid a Dios: ¡Cuan dignas de ser temidas son tus obras! radice Patriarcharum extollere nos non debemus, sed timere potius, et dicere Deo, Quam timenda sunt opera tua! quanto minus non nos debemus extollere adversus recentia vulnera praecisionum? Praecisi sunt ante Iudaei, insertae sunt Gentes: de ipsa insertione praecisi sunt haeretici; sed ñeque contra illos nos extollere debemus, ne forte praecidi mereatur, quem delectat insultare praecisis. Fratres mei, qualiscumque episcopi vox sonuit vobís, rogamus vos ut caveatis: quicumque in Ecclesia estis, nolite insultare eis qui non sunt intus; sed orate potius ut et ipsi intus sint. Potens est enim Deus iterum inserere illos. De ipsis Iudaeis dixit hoc Apostolus; et factum est in eis. Resurrexit Dominus, et multi crediderunt: non intellexerunt cum crucifigerent; tamen postea crediderunt in eum, et donatum est eis tam magnum delictum. Fusus Domini sanguis donatus est homicidis, ut non dicam deicidis; quia si cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent. Modo homicidis donatus est fusus sanguis innocentis; et ipsum sanguinem quem per insaniam fuderunt, per gratiam biberunt. Diáte ergo Deo: Quam timenda sunt opera tua! Unde timenda? Quia caecitas ex parte Israel facía est, ut plenitudo Gentium intraret (Rom 11,17-25)- O Gentium plenitudo, dic Deo, Quam timenda sunt opera tua! et sic gaude ut contremiscas; noli extolli super ramos praecisos. Dicite Deo: Quam timenda sunt opera tua!

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6. En la grandeza de tu poder te mentirán tus enemigos. Te mentirán, dice, tus enemigos para que sea inmenso tu poder. ¿Qué es esto? Oíd con suma atención. El poder de nuestro Señor Jesucristo se manifestó de modo especial en la resurrección, por la que este salmo tomó el título. Resucitado, no se apareció a sus enemigos, sino a sus discípulos. Crucificado, se mostró a todos; resucitado, a los fieles para prometer la resurrección al creyente y a aquel que después quisiera creer. Muchos santos hicieron milagros sin cuento; ninguno de ellos, muerto, resucitó. Y los que fueron resucitados por ellos, lo fueron para morir de nuevo. Atienda vuestra caridad. Recomendando el Señor sus obras, dijo: Si a mí no me creéis, creed a mis obras. También se recomiendan las obras pasadas de los profetas; pues, si no todas, muchas son iguales y del mismo poder. El Señor anduvo sobre las aguas; también mandó andar a Pedro. ¿Por ventura no estaba allí el Señor cuando se dividió el mar para que pasase Moisés con su pueblo? El mismo Señor hacía estas cosas. El que ejecutaba estas cosas mediante su carne, hacía estas otras por la carne de sus siervos. Sin embargo, no hizo por sus siervos, pues El hacía todas las cosas, que resucitase a la vida eterna alguno de los que estaban muertos. Luego como podían decir los judíos cuando el Señor hacía milagros, también hizo estas cosas Moisés, y Elias, y Elíseo; y podían decirlo porque ellos resucitaron muertos e hicieron otros muchos milagros; por eso, cuando se le pidió por los judíos un signo, recomendando el signo especial que en sí solo había de tener lugar, dice: Esta generación depravada y provocadora de la 6. In multitudine potentiae tuae mentientur tibi inimici tui. Ad hoc tibi, inquit, mentientur inimici tui, ut multa sit potentia tua. Quid est hoc? Intentius audite. Potentia Domini nostri Ieusu Christi máxime apparuit in resurrectione, unde psalmus iste titulum accepit. Et resurgens apparuit discipulis suis. Non apparuit inimicis suis, sed discipulis suis (Act 10,41). Crucifixus apparuit ómnibus; resurgens fidelibus: ut etiam postea qui vellet crederet, et credenti resurrectio promitteretur. Multi sancti multa miracula fecerunt; nullus ipsorum mortuus resurrexit: quia et qui ab eis resuscitati sunt, morituri resuscitati sunt. Intendat Charitas Vestra. Commendans Dominus opera sua dixit: Operibus credite, si mihi non vultis credere (lo 10,38). Et commendantur etiam praeterita opera Prophetarum; et si non eadem, tamen multa eadem, multa eiusdem potentiae. Ambulavit Dominus super mare, iussit et Petrum (Mt 14,25.29). Numquid non ibi erat ipse Dominus, quando se divisit mare, ut Moyses cum populo Israel transiret? (Ex 14,21). ídem Dominus illa faciebat. Qui fecit ista per carnem suam, ipse illa faciebat per carnem servorum suorum. Illud tamen per servos suos non fecit (nam ipse omnia faciebat), ut aliquis ipsorum mortuus esset, et resurgeret in vitam aeternam. Quia ergo possent dicere Iudaei, cum miracula faceret Dominus, Fecit haec et Moyses, fecit Elias, fecit Elisaeus: possent sibi ista dicere, quia et illi mortuos resuscitaverunt, et multa miracula fecerunt: propterea cum ab illo signum peteretur; proprium signum commendans quod in se solo futurum erat, ait: Generatio ista

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ira de Dios reclama una señal, y no se le dará otra señal sino la señal de Jonás profeta. Así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del cetáceo, así estará el Hijo del hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. ¿Cómo estuvo Jonás en el vientre del cetáceo? ¿Por ventura no estuvo allí para ser después devuelto vivo? Lo que fue para Jonás el cetáceo, esto \fue el abismo de la tierra para el Señor. Esta fue la señal particular que recomendó, éste es el gran poder. Cosa más poderosa es que se resucite a sí mismo un muerto que no haber muerto. La grandeza del poder del Señor, atendiendo a que se hizo hombre, se manifiesta en la virtud de la resurrección. Esta es la que recomienda el Apóstol cuando dice: No teniendo la justicia mía, que procede de la ley, sino la que es por la fe de Cristo; justicia que viene de Dios fundada en la fe a fin de conocerle a El y al poder de su resurrección. También se recomienda en otro lugar de esta manera: Y, si fue crucificado por parte de la flaqueza, vive por la virtud de Dios. Luego como este gran poder del Señor se manifieste en la resurrección, de la que tomó este salmo el título, ¿qué quiere decir En la grandeza de tu poder te mentirán tus enemigos sino que entiendas que mentirán tus enemigos para que seas crucificado y que eres crucificado para resucitar? Su mentira servirá para poner de relieve tu inmenso poder. ¿Para qué acostumbran a mentir los enemigos? Para disminuir el poder de aquel de quien mienten. A ti, dice, te sucedió lo contrario. Tu poder hubiera aparecido menor si no te hubieran calumniado. prava et amaricans signum quaerit; et signum non dabitur ei, nisi signum lonae prophetae. Sicut enim fuit lonas in ventre ceti tribus diebus, et tribus noctibus; sic erit et filius hominis in corde terrae tribus diebus, et tribus noctibus (Mt 12,39.40). Quomodo fuit lonas in ventre ceti? Nonne ut postea vivus evomeretur? Hoc fuit infernus Domino, quod lonae cetus. Hoc signum proprium commendavit; hoc est potentissimura, Potentius est revixisse mortuum, quam non fuisse mortuum. Magnitudo potentiae Domini secundum quod homo factus est, in virtute resurrectionis apparet. Hanc commendat Apostolus, cum dicit: Non habens meam iustitiam quae ex Lege est; sed eam quae est per fidem Christi, quae est ex Deo iustitia in fide, ad cognoscendum eum, et virtutem resurrectionis eius (Phil 3,9.10). Sic commendatur et alio loco: Et si crucifixus est ex infirmitate, sed vivit in virtute Dei (2 Cor 13,4). Cum ergo ista magna potentia Domini in resurrectione intelligatur, unde titulum psalmus iste accepit; quid sibi vult, In multitudine potentiae tuae mentientur tibi inimici tui, nisi ut sic intelligas: Ideo tibi mentientur inimici tui ut crucifigaris; ideo crucifigeris ut resurgas? Mendacium ergo illorum ad commendandam multam potentiam mam valebit. Quare solent inimici mentiri? Ut potentiam cuiusque minuant de quo mentiuntur. Tibi, inquit, contra accidit. Nam minus appareret potentia tua, si tibi illi non mentirentur,

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7. Observad t a m b i é n en el Evangelio la m e n t i r a de los falsos testigos y fijaos q u e se trata de la resurrección. C u a n d o se dijo al Señor: ¿Qué signo nos das de por qué haces estas cosas?, sin tener en cuenta lo q u e había d i c h o de Jonás, contestó lo m i s m o valiéndose de otra semejanza para q u e conozcáis q u e este signo particular es el q u e se r e c o m e n d ó de m a n e r a ( especial, pues dijo así: Derribad este templo, y en tres días le) levantaré, A lo que contestaron los judíos: Cuarenta y seis años] duró la construcción de él, ¿y tú le reedificarás en tres días? El evangelista, e x p o n i e n d o este pasaje, dice: Y esto lo decía Jesús del templo de su cuerpo. V e d cómo, t o m a n d o semejanza del cuerpo d e b i d o a q u e su carne era t e m p l o en d o n d e residía oculta la divinidad, decía que había de manifestar este p o d e r a los hombres. D e aquí que los judíos veían e x t e r n a m e n t e el templo, p e r o n o veían la divinidad que habitaba interiorm e n t e . D e estas palabras del Señor, falsos testigos urdieron la mentira que contra El dijeron; de éstas precisamente p o r las que, hablando del templo, declaró su futura resurrección. C u a n d o se p r e g u n t ó a los falsos testigos q u é le h a b í a n oído decir, depusieron diciendo: Le hemos oído decir: Destruiré este templo y en tres días le reedificaré. H a b í a n oído decir: En tres días le reedificaré. Pero n o h a b í a n oído decir: Le destruiré, sino: Destruid. C a m b i a r o n una palabra y pocas letras de ella, y bastó para tramar un falso testimonio. Pero ¿a q u i é n cambias las palabras, oh vanidad h u m a n a , oh h u m a n a flaqueza? Cambias la palabra a la Palabra inmutable. T ú cambias tu palabra, p e r o ¿acaso cambias la Palabra de Dios? D e aquí q u e se dice en otro 7. Attendite et ipsum mendacium falsorum testium in Evangelio, et videte quia de resurrectione est. Cura enim Domino dictum esset, Quod signum ostendis nobis, quia ista facis? excepto eo quod dixerat de lona, per aliam similitudinem hoc ipsum Ítem dixit, ut noveritís hoc proprium signum máxime commendatum: Solvite templum, inquit, hoc; et in tribus diebus excitabo illud. Et Mi dixerunt: Quadraginta et sex annis aedijicatum est templum hoc; et tu in triduo excitabis illud? Et evangelista, quid illud esset exponens: Hoc autem, inquit, dicebat Iesus de templo corporis sui (lo 2,18-21). Ecce hanc potentiam suam hominibus se demonstraturum dicebat, unde similitudinem de templo dederat, propter carnem suam quae erat templum latentis intus divinitatis. Unde Iudaei templum foris vídebant; numen intus habitans non videbant. Ex istis verbis Domini concinnaverunt falsi testes mendacium, quod contra eum dicerent, ex his ipsis ubi commendavit resurrectionem suam futuram, loquens de templo. Dixerunt enim falsi testes adversus eum, cum quaereretur ab eis quid illum audissent dixisse: Audivimus eum dicentem, Solvam templum hoc, et post triduum resuscitabo illud (Mt 26,61). Post triduum resuscitabo, audierant: Solvam, non audierant; sed audierant, Solvite. Unum verbum mutaverunt, et paucas litteras, ut falsum testimonium molirentur. Sed cui mutas verbum, o humana vanitas, o humana infirmitas? Verbo incommutabili verbum mutas! Mutas tu tuum

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lugar: Y la iniquidad se mintió a sí misma. ¿Por q u é te m i n tieron o te calumniaron tus enemigos, ¡oh Señor!, a ti, a q u i e n ensalza toda la tierra? En la grandeza de tu poder te mentirán tus enemigos. D i c e n : Destruiré, h a b i e n d o dicho t ú : Destruid. ¿Por q u é dijeron q u e tú habías dicho: Destruiré y n o dijeron \lo que tú dijiste: Destruid? C o n el fin de defenderse de este hiodo ellos, sin tener lugar a defenderse, del c r i m e n de la destrucción del templo, Cristo ciertamente m u r i ó p o r q u e quiso; sin embargo, vosotros le matasteis. Pero ved q u e os concedemos, ¡oh trapaceros!, q u e El m i s m o destruyó el templo. Pues se dijo por el Apóstol: Me amó y se entregó por mí. T a m b i é n se dijo del Padre que no perdonó a su propio Hijo, sino que le entregó por todos nosotros. Pero si el Padre entregó al H i j o y el H i j o se entregó a sí m i s m o , entonces, ¿qué hizo Judas? El Padre obró bien entregando a su H i j o a la m u e r t e por nosotros; Cristo también obró bien entregándose a sí m i s m o por nosotros, p e r o Judas obró mal e n t r e g a n d o al M a e s t r o p o r avaricia. N o se i m p u ta a malicia de J u d a s el habernos proporcionado a nosotros el beneficio de la pasión de Cristo. El tendrá la recompensa de su malicia; Cristo, la alabanza de la gracia. Por tanto, El destruyó el templo; El m i s m o , q u e dijo: Tengo poder para dar mi vida y poder para tomarla de nuevo, nadie me la quitará, sino que yo mismo la entrego y la tomo de nuevo. El destruyó el t e m p l o por gracia suya y por malicia vuestra. En la grandeza de tu poder te mentirán tus enemigos. V e d q u e m i e n t e n ; ved q u e se les da crédito; ve que eres o p r i m i d o , crucificado, ultrajado, verbum; numquid mutas Dei Verbum? Unde alio loco dicitur: Et mentita est iniquitas sibi (Ps 26,12). Quare ergo tibi mentiti sunt inimici tui, o Domine, cui iubilat omnis térra? In multitudine potentiae tuae mentientur tibi inimici tui. Dicent, Solvam; cum tu dixeris, Solvite. Quare te dixerunt dixisse, Solvam; et non dixerunt quod tu dixisti, Solvite? Ut quasi ipsi se a crimine soluti templi defenderent sine causa. Christus enim, quia voluit, mortuus est: et tamen vos occidistis. Ecce concedimus vobis, o mendaces; ipse solvit templum. Dictum est enim ab Apostólo: Qui me dilexit et tradidit semetipsum pro me (Gal 2,20). Dictum est de Patre: Qui proprio Filio suo non pepercit; sed pro nobis ómnibus tradidit illum (Rom 8,32). Si ergo Pater Filium tradidit, et Filius semetipsum tradidit; ludas quid fecit? Pater tradendo Filium ad mortem pro nobis, bene fecit: Christus tradendo seipsum pro nobis, fecit bene: tradendo ludas magistrum pro avaritia sua, fecit male. Non enim quod nobis praestitum est de passione Christi, malitiae Iudae deputabitur: habebit ille mercedem malitiae; Christus laudem gratiae. Prorsus ipse solverit templum; ipse solverit qui dixit: Potestatem habeo ponendi aniínam meam; et potestatem habeo iterum sumendi eam: nemo tollit eam a me; sed ego ipse pono eam a me, et iterum sumo eam (lo 10, 18). Ipse solverit templum gratia sua, malitia vestra. In multitudine potentiae tuae mentientur tibi inimici tui. Ecce mentiuntur, ecce creditur eis, ecce opprimeris, ecce crucifigeris, ecce insultatur tibi, ecce caput agí-

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menospreciado: Si es el Hijo de Dios, que baje de la cruz. He aquí que cuando quieres das tu vida y eres herido en el costado por la lanza, y emanan los sacramentos de tu costado. Eres bajado del leño, y envuelto en lienzos, y colocado en el sepulcro, y se ponen guardias a la puerta de él para que no le roben tus discípulos; llega la hora de tu resurrección, la tierra tiembla, los sepulcros se abren y resucitas oculto y te apareces! manifiestamente. ¿En dónde están ahora aquellos mentirosos? ¿En dónde el falso testimonio de malquerencia? ¿Por ventura no te mintieron en la grandeza de tu poder tus enemigos? 8. Presenta tú también (por testigos) a los guardias del sepulcro; refieran lo que vieron; reciban dinero y mientan también. Hablen estos perversos amonestados por los perversos; hablen sobornados por los judíos, los que no quisieron permanecer íntegros para con Cristo; hablen y mientan también. ¿Qué han de decir? Hablad; veamos; mentiréis también vosotros en la grandeza del poder del Señor. ¿Qué diréis? Estando nosotros dormidos, vinieron sus discípulos y le robaron del sepulcro. ¡Oh necedad verdaderamente dormida! O estabas despierta, y debiste impedirlo, o estabas dormida, y, por tanto, ignoraste lo que se efectuó. Se agregaron éstos también a la mentira de los enemigos. Se aumentó el número de los mentirosos para incrementar la paga de los creyentes, porque en la grandeza de tu poder te mintieron tus enemigos. Luego mintieron; y mintieron en la grandeza de tu poder, pues tú te apareciste, en contra de los mentirosos, a los veraces, y te apareciste a los veraces que tú hiciste veraces. tatur: Si Filius Dei est, descendat de cruce (Mt 27,40). Ecce quando vis animam ponis, et lancea latus percuteris (lo 19,34), et Sacramenta de latere tuo defluunt; deponeris de ligno, involveris linteaminibus, poneris in sepulcro, adduntur custodes ne tollant te discipuli tui; venit hora resurrectionis tuae, térra concutitur, monumenta scinduntur, resurgís occultus, appares manifestus. Ubi sunt ergo illi mendaces? ubi est falsum testimonium malevolentiae? Nonne in multitudine potentiae tuae mentiti sunt tibi inimici tui? 8. Da et illos sepulcri custodes; referant quid viderint: accipiant pecuniam, et ipsi mentianmr; dicant etiam ipsi moniti perversi a perversis, dicant a Iudaeis corrupti, qui in Christo noluerunt esse integri; dicant, mentiantur etiam ipsi. Quid dicturi sunt? Dicite; videamus: mentiemini et vos in multitudine potentiae Domini. Quid dicturi estis? Cum dormiremus nos, venenint discipuli eius, et abstulerunt eum de monumento (Mt 28,13). O veré stultia dormiens! Aut vigilabas; et prohibere debuisti: aut dormiebas; et quid sit gestum nescisti. Accesserunt et ipsi mendacío inimicorum: auctus est numerus mentientium, ut augeretur merces credentium; quia in multitudine potentiae tuae mentientur tibi inimici tui. Ergo mentiti sunt; in multitudine potentiae tuae mentiti sunt: apparuisti contra mendaces veracibus et apparuisti eis veracibus quos tu veraces fecisti.

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9. [v.4). Permanezcan los judíos en sus embustes. A ti, puesto que en la grandeza de tu poder mintieron, te acontezca lo que sigue: te adore toda la tierra y te salmee; salmee a tu nombre, Altísimo. Poco antes eras humilde, ahora Altísimo; humilde entre las manos de los fementidos enemigos, Altísimo sobre ,1a cúspide de los ángeles loadores. Te adore toda la tierra y te Salmee; salmee a tu nombre, Altísimo. 10 [v.5}. Venod y ved las obras del Señor. ¡Oh gentiles, oh naciones lejanas!, abandonad a los mentirosos judíos y venid y confesad. Venid y ved las obras del Señor; El es terrible en los designios sobre los hijos de los hombres. También se llamó El Hijo del hombre, y verdaderamente se hizo hijo del hombre. Era verdadero Hijo de Dios en la forma de Dios y verdadero hijo del hombre en la forma de siervo. Mas no penséis en esta forma de siervo atendiendo al estado o condición de ottos hombres semejantes. El es terrible en los designios sobre los hijos de los hombres. Los hijos de los hombres tramaron el proyecto de crucificar a Cristo. El crucificado cegó a los crucifícadores. ¿Qué hicisteis, hijos de los hombres, urdiendo designios ingeniosos contra vuestro Señor, en el que se ocultaba la majestad y aparecía la flaqueza? Vosotros trazabais el modo de perderle, El el de cegar y de salvar: de cegar a los soberbios y salvar a los humildes; pero de cegar a los soberbios, para que, cegados, se humillasen, humillados, confesasen, y confesos, fuesen iluminados. El es terrible en los designios sobre los hijos de los hombres. Verdaderamente terrible. Ved la ceguedad llevada a cabo 9 [v.4]. Remaneant Iudaei in mendaciis suis: tibi, quia in multitudine potentiae tuae mentiti sunt, fiat quod sequitur: Omnis térra adoret te, et psallat tibi; psallat nomini tuo, Altissime. Paulo ante humillime, modo Altissime: humillime ínter manus mentientium inimicorum; Altissime super verticem laudantium Angelorum. Omnis térra adoret te, et psallat tibi; psallat nomini tuo, Altissime. 10 [v.5]. Venite, et videte opera Domini. O Gentes, o ultimae nationes, relinquite ludaeos mentientes, venite confitentes. Venite, et videte opera Domini: terribilis in consiliis super filios hominum. Filius hominis quidem et ipse dictus est, et veré filius hominis factus est: verus Filius Dei in forma Dei; verus filius hominis in forma servi (Phil 2,6): sed nolite formam istam servi ex aliorum similium condicione pensare; terribilis est in consiliis super filios hominum. Machinati sunt filii hominum consilium ad crucífígendum Christum; crucifixus excaecavit crucifigentes. Quid ergo fecistis, filii hominum, machinando acuta consilia adversus Dominum vestrum, in quo latebat maiestas, et apparebat infirmitas? Vos machinati estis consilia perdendi, ille excaecandi et salvandi; excaecandi superbos, salvandi humiles: ad hoc autem superbos ipsos excaecandi, ut caecati humiliarentur, humiliati confiterentur, confessi illuminarentur. Terribilis in consiliis super filios bomi-

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de parte de Israel. Ved que los judíos, de quienes nació Cristo, se hallan fuera (de la Iglesia). Ved a los gentiles, que eran opuestos a Judea, hallarse dentro de Cristo. El es terrible en los designios sobre los hijos de los hombres. 11 [v.6]. Por tanto, ¿qué hizo con el terror de su designio? Convirtió el mar en tierra seca. Pues prosigue el salmo: Convirtió el mar en tierra seca. El mar era el mundo, era mar amargo por la sal; turbulento, por las borrascas; impetuoso, por las olas de las persecuciones. Ciertamente que el mar se convirtió en tierra seca. Ahora el mundo, que estaba saciado de agua salada, tiene sed de agua dulce. ¿Quién hizo esto? El que convirtió el mar en tierra seca. ¿Qué dice ya el alma de los gentiles? Mi alma, como tierra sin agua, tiene sed de ti. El convirtió el mar en tierra seca. A pie enjuto pasaron el río. Los mismos que se convirtieron en tierra seca siendo antes mar pasaron el río a pie enjuto. ¿Qué es el río? La mortalidad del mundo. Ved el río mundanal; se presentan unas cosas y pasan, y otras suceden a las que pasaron. ¿No acontece esto con el agua del río que brota de la tierra y corre? Todo el que nació conviene que ceda su puesto al que ha de nacer. Todo este orden de cosas caducas que pasan es, sin duda, un río. N o se arroje a este río el alma apasionada, no se meta en él, permanezca estable. ¿Pero cómo vadeará el deleite de las cosas perecederas? Crea en Cristo y pasará a pie enjuto. Pase con aquel por guía, y entonces pasará a pie firme. ¿Qué significa pasar a pie firme? Pasar fácilmente, con entereza. No busque un caballo para num. Veré terribilis! Ecce caecitas ex parte Israel facta est: ecce Iudaei ex quibus natus est Christus, foris sunt: ecce Gentes quae contra Iudaeam erant, in Christo intus sunt (Rom 11,25). Terribilis in consiliis super filios hominum. 11 [v.6]. Propterea quid fecit terrore consilii sui? Convertit mare in aridam. Hoc enim sequitur: Qui convertit mare in aridam. Mare erat tnundus; amarus salsitate, turbulentus tempestate, saeviens fluctibus persecutionum, mare erat: certe in aridam conversum est mare; modo sitit aquam dulcem mundus, qui salsa plenus erat. Quis hoc fecit? Qui convertit mare in aridam. Iam anima Gentium omnium quid dicit? Anima mea velut térra sine aqua tibi (Ps 142,6). Qui convertit mare in aridam. In jlumine pertransibunt pede. lili ipsi qui conversi sunt in aridam, cum essent antea mare, in flumine pede pertransibunt. Quid est flumen? Flumen est omnis mortalitas saeculi. Videte flumen: alia veniunt et transeunt, alia transitura succedunt. Nonne sic fit in aqua fluminis, quae de térra nascitur, et manat? Omnis qui natus est, cedat oportet nascituro: et omnis iste ordo rerum labentium, fluvius quídam est. In istum fluvium non se mittat cupida anima, non se mittat; stet. Et quomodo transibit delectationes rerum periturarum? Credat in Christum, et transibit pede: transit illo duce, pede transit. Quid est, pede transiré? Facile transiré. Non quaerit equum ut transeat; non erigitur

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pasar, no se sirva de la soberbia para pasar; pase humilde y pasará segura. A pie enjuto pasarán el río. 12. Allí nos regocijaremos en El. ¡Oh judíos, que os gloriáis de vuestras obras! Deponed la soberbia; no os gloriéis en vosotros; escoged la gracia, regocijaos en Cristo. Allí, pues, nos regocijaremos, no en nosotros. Allí nos regocijaremos en El. ¿Cuándo nos regocijaremos? Cuando hubiéremos pasado el río a pie enjuto. Se promete la vida eterna, la resurrección; allí nuestra carne ya no será río. Ahora es río mientras es mortal. Ved si se detiene alguna edad. Los niños quieren crecer, y no saben que se acorta o disminuye el tiempo de su vida con los años que pasan. Pues no se añaden años a aquellos que crecen, sino más bien se quitan; como agua de río, que se acerca, sin duda, a su fin, pero se aleja de la fuente. No obstante, los niños quieren crecer para no estar sometidos a los mayores. Ved que crecen pronto; se efectúa el crecimiento y llegan a la juventud. Quienes dejaron ya a un lado la niñez, retengan, si pueden, la juventud; también pasa ésta. Llega la vejez, pero tampoco es perdurable. Desaparece con la muerte. Luego la vida es un río de carne naciente. El que es humilde, fácilmente pasa este río de la mortalidad sin que le arrastre ni le vuelque la concupiscencia de las cosas terrenas; es decir, le pasa a pie enjuto, teniendo por guía a Aquel que primeramente le pasó, que "bebió en el camino del torrente hasta la muerte, por lo que levantará la cabeza". Luego los que pasemos a pie enjuto este río, es decir, los que fácilmente pasemos esta mortalidad deleznable, allí nos regocijaremos en El. Pero ahora, ¿en quién nos regocijamos? ¿En El o en la esperanza de El? Porque, si ahora nos superbia ad transeundum flumen: humilis transit, et tutius transit. In ilumine pertransibunt pede. 12. Ibi iucundabimur in ipso. O Iudaei, de vestris operibus gloriamini: ponite superbiam gloriandi de vobis; sumite gratiam iucundandi in Christo. Ibi enim iucundabimur: sed non in nobis: ibi iucundabimur in ipso. Quando iucundabimur? Cum flumen transierimus pede. Vita aeterna promittitur, resurrectio promittitur; ibi caro nostra iam non erit flumen: flumen enim modo est, quando mortalitas est. Videte si stat aliqua aetas. Pueri crescere volunt; et nesciunt spatium vitae suae annis succedentibus minui. Non enim adduntur anni, sed subtrahuntur crescentibus: sicut aqua fluminis prorsus accedit, sed a fonte recedit. Et volunt crescere pueri, ut careant dominatu maiorum; ecce crescunt, agitar cito, perveniunt ad iuventutem: qui excesserunt pueritiam, si possunt teneant iuventutem; transit et ipsa. Senectus succedit; vel senectus aeterna sit: morte aufertur. Ergo fluvius est carnis nascentis. Hunc fluvium mortalitatis, ne mortalium rerum concupiscentia subvertat et rapiat, facile transit qui humiliter, id est, pede transit, duce illo qui prior transiit, qui de torrente in via usque ad mortem bibit, propterea exaltavit caput (Ps 109,7). Transeúntes ergo pede fluvium istum, id est facile transeúntes mortalitafem istam fluentem, ibi iucundabimur in ipso. Modo autem

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regocijamos, nos regocijamos en esperanza; entonces nos regocijaremos en El. También ahora en El, pero en esperanza; entonces en la realidad. 13 [v.7]. Allí nos regocijaremos en El. ¿En quién? En el que domina con su poder por siempre. Pues nosotros, ¿qué poder tenemos? ¿Y además es eterno? Si nuestro poder fuese eterno, no hubiéramos caído, no hubiéramos cometido el pecado, no hubiéramos merecido la mortalidad penal. El que domina con su poder por siempre tomó voluntariamente aquello por lo que nos derribó nuestro merecimiento. Nos hagamos participantes de Aquel con cuyo poder seremos fuertes. El lo es por el suyo. Nosotros somos iluminados, El es la luz que ilumina; nosotros, si nos apartamos de El, nos entenebrecemos, El no puede apartarse de sí mismo. Con su calor nos calentamos; si nos apartamos de El, nos helamos; si nos acercamos nuevamente, nos calentamos. Luego le digamos que nos proteja con su poder, puesto que nos regocijamos en Aquel que domina con su poder por siempre. 14. Pero este poder no se concede sólo a los judíos creyentes. Los judíos, que se envalentonaron sobremanera presumiendo de su propio poder, después conocieron en virtud de qué poder fueron provechosamente fuertes y algunos de ellos creyeron. Pero a Cristo no basta esto; dio mucho, dio un gran precio; y no debió servir únicamente para los judíos lo que dio. Sus ojos miraron a los gentiles. Sus ojos están puestos en los gentiles. ¿Qué haremos? ¿Murmurarán los judíos? Los judíos dirán: Lo que a nosotros se da, también se da a ellos; a

nosotros se nos da el Evangelio, a ellos también; a nosotros se nos da la gracia de la resurrección, también a ellos se da. Entonces, ¿de nada nos sirve haber recibido la ley, haber vivido en la justificación de la ley, haber observado los mandamientos de nuestros mayores? ¿Esto no vale nada? ¿Se les da a ellos lo que a nosotros? No litiguen ni contiendan. Los que irritan a Dios no serán exaltados en si mismos. ¡Oh carne enteca y corrompida! ¿No eres pecadora? ¿Qué dice tu lengua? Atiende a la conciencia. Todos pecaron, y están privados de la gloria de Dios, dice el Apóstol. Reconócete a ti, ¡oh humana fragilidad! Recibiste la ley para que fueses transgresor de la ley, pues no retuviste y cumpliste lo que recibiste. Por la ley te cupo en suerte no la justificación que manda la ley, sino la prevaricación que tú cometiste. Luego, si abundó el pecado, ¿por qué rehusas la gracia superabundante? N o provoques la cólera, porque quienes irritan a Dios no serán exaltados. Parece como que maldijo al decir: Quienes irritan a Dios no serán exaltados. ¿Qué digo? Serán exaltados, pero no en sí -mismos. En sí mismos se humillen; se exalten en Cristo. "Quien se humilla serán exaltado y el que se exalta será humillado". Quienes irritan a Dios no serán exaltados en sí mismos. 15 [v.8-9]. Bendecid, naciones, a nuestro Señor, Ved que son rechazados los que irritan a Dios, y se les da la razón: unos se convirtieron, otros permanecieron en su soberbia. N o os aterren quienes niegan la gracia del Evangelio a las naciones; ya llegó la semilla de Abrahán, en quien son bendecidas todas las naciones. Bendecid a Aquel en quien sois bendecidas. Ben-

in quo, nisi vel in ipso, vel in spe ipsius? Etsi enim iucundamur modo, in spe iucundamur; tune autem in ipso iucundabimur. Et modo in ipso, sed per spem; tune autem facie ad faciem (1 Cor 13,12). 13 [v.7]. Ibi iucundabimur in ipso. In quo? Qui dominatur in virtute sua in aeternum. Nam nos quam virtutem habemus? et numquid aeternam? Si aeterna esset virtus «ostra, non lapsi essemus, non cecidissemus in peccatum, non meruissemus mortalitatem poenalem. lile volúntate suscepit, quo nos meritum nostrum deiecit, Qui dominatm in virtute sua in aeternum. Eius participes efficiamur, in cuius virtute nos erimus fortes; ille autem in sua. Nos ¡Iluminan; ille lumen illuminans: nos aversi ab illo, contenebramut; ille averti a se non potest. Calore ipsius accendimur; unde recedentes frigueramus, accedentes rursum accendimur. Ergo dicamus ei ut custodiat nos in virtute sua, quia in ipso iucundabimur qui dominatur in virtute sua in aeternum. 14. Sed non hoc solis Iudaeis praestat credentibus. Quia multum se extulerunt Iudaei de virtute sua praesumentes, postea cognoverunt in cuius virtute fuerunt salubriter fortes, et quidam eorum crediderunt: sed non sufficit Christo; multum est quod dedit, magnum pretium dedit, non pro solis Iudaeis debuit valere quod dedit. Oculi eius super Gentes respiciunt. Ergo, Oculi eius súber Gentes respiciunt. Et quid facimus? Murmurabunt Iudaei; dicturi sunt Iudaei: Quod nobis, hoc et

illis; nobis Evangelium, illis Evangelium; nobis gratiam resurrectionis, et illis gratiam resurrectionis: nihil nobis prodest quod nos Legem accepimus, et in iustificationibus Legis viximus, et tenuimus praecepta patrum: nihil valebit hoc; illis quod nobis! Non litigent, non contendant. Qui amaricant, non exaltentur in semetipsis. O caro misera et tabescens, nonne peccatrix es? Quid clamat lingua tua? Attendatur conscientia. Omnes enim peccaverunt, et egent gloria Dei (Rom 3,23). Agnosce te, ínfirmitas humana. Accepisti Legem, ut et praevaricatrix Legis esses; non enim tenuisti et implesti quod accepisti. Accessit tibi ex Lege, non iustificatio quam Lex iubet, sed praevaricatio quam tu fecisti. Si ergo abundavit peccatum, quid invides superabundanti gratiae? (Ib. 5,20). Noli amaricare, quia qui amaricant, non exaltentur. Quasi maledixisse videtur, Qui amaricant, non exaltentur: imo exaltentur, sed non in seipsis. Humilientur in seipsis; exaltentur in Christo. Qui enim se humiliat, exaltabitur; et qui se exaltat, humiliabitur (Mt 23,12). Qui amaricant, non exaltentur in semetipsis. 15 [v.8,9]. Benedicite, Gentes, Deum nostrum. Ecce repulsi sunt qui amaricant; reddita est illis ratio: aliqui conversi sunt, aliqui superbi remanserunt. Non vos terreant qui gratiam evangelicam invident Gentibus; iam venit semen Abrahae, in quo benedicunmr omnes Gentes (Gen 12,3). Benedicite eum in quo benedicimini; Benedicite, Gentes,

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decid, naciones, a nuestro Señor y oíd la voz de su alabanza. N o os alabéis a vosotros mismos, alabadle a El. ¿Qué dice la voz de su alabanza? Que por su gracia somos lo bueno que somos. El dio vida a mi alma. He aquí la voz de su alabanza. El dio vida a mi alma. Luego estaba muerta; estaba muerta en ti. Por eso no debisteis exaltaros en vosotros mismos. Ve que estaba muerta en ti. ¿En dónde vivirá sino en Aquel que dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida? A ciertos creyentes dice el Apóstol: En algún tiempo fuisteis tinieblas, pero ahora luz en el Señor; luego como en vosotros había tinieblas y en Dios luz, por eso había muerte en vosotros y vida en el Señor. El dio vida a mi alma. Ved que dio vida a nuestra alma porque creímos en El. Dio vida a nuestra alma, ¿pero qué es necesario después? Que perseveremos hasta el fin. Y esto, ¿quién lo dará si no es Aquel de quien se escribió a continuación: Y no permitió que resbalasen mis pies? El dio vida a mi alma; El dirige mis pies para que no vacilen, para que no se tambaleen, para que no resbalen. El nos da la vida, El nos hace perseverar hasta el fin para que vivamos eternamente. Y no permitió que resbalasen mis pies. 16 [v.10-12}. ¿Por qué dijiste: Y no permitió que resbalasen mis pies? ¿Qué soportaste o qué pudiste soportar para que flaquearan tus pies? ¿Qué? Oye lo que sigue: ¿Por qué dijiste: No permitió que resbalasen mis pies? Porque soportamos muchas cosas por las que se apartarían del camino nuestros pies si El no los gobernase y no los impidiese resbalar. ¿Cuáles son éstas? Porque nos probaste, ¡oh Dios!; nos quemaste con juego Deum nostrum: et audite vocem laudis eius. N e vos ipsos laudetis; sed ipsum laudetis. Quae est vox laudis eius? Quia gratia ipsius sumus, quidquid boni sumus. Qui posuit animam meam in vitam. Ecce vox laudis eius: Qui posuit animam meam in vitam. Ergo in morte erat; in morte erat in te. Inde est quod non debuistis exaltari ín vobis ipsis. Ecce in morte erat in te: ubi erit in vita, nisi in illo qui dixit, Ego sum via, ventas, et vita? (lo 14,6). Quomodo quibusdam credentibus ait Apostolus: Fuistis aliquando tenebrae; nunc autem lux in Domino (Eph 5,8). Tenebrae ergo in vobis; lux in Domino: sic mors in vobis; vita in Domino. Qui posuit animam meam in vitam. Ecce posuit animam nostram in vitam, quia credimus in eum; in vitam posuit animam nostramo sed quid deinde opus est, nisi ut perseveremus usque in finem? Et hoc quis dabit, nisi de quo consequenter dictum est, ~Et non dedit in motum pedes meos? Ipse posuit animam in vitam, ipse regit pedes, ne nutent, ne moveantur, et dentur in motum; ipse nos facit vivere, ipse perseverare usque in finem, ut in aeternum vivamus. Et non dedit in motum pedes meos. 16 [v.10-12]. Quare hoc dixisti, Et non dedit in motum pedes meos? Quid enim passus es, aut quid pati potuisti, ut moverentur pedes tui? Quid? audi quae sequantut. Quate dixi, non dedit in motum pedes meos? Quia multa passi sumus, de quibus moverentur de via pedes nos-

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como se quema la plata. N o nos quemaste como a heno, sino como a plata. Aplicándonos el fuego, no nos redujiste a ceniza, sino que nos purificaste de inmundicias. Nos quemaste como se quema la plata. Observad cómo se muestra Dios al parecer cruel contra aquellos a quienes dio la vida del alma. Nos hiciste caer en el lazo, no para que, atrapados por él, muriésemos, sino para que probásemos de dónde habíamos sido librados. Colocaste tribulaciones sobre nuestras espaldas. Nos habíamos ensalzado vanamente, éramos soberbios. Y, siendo malamente ensalzados, estábamos encorvados. Para que, estando encorvados, fuésemos enderezados bien: Colocaste tribulaciones sobre nuestras espaldas; pusiste hombres sobre nuestras cabezas. La Iglesia padeció estas cosas en varias y distintas persecuciones; las padeció en cada uno de sus miembros, y ahora también las padece. No hay nadie que pueda decir que en esta vida se halla inmune de estas tribulaciones. Luego hay hombres que también están sobre nosotros, pues toleramos a los que no queremos y hasta algunas veces soportamos a superiores que son peores que nosotros. Si no hay pecados en el hombre, entonces ciertamente el hombre es superior, pues cuantos más tiene un hombre, es tanto más inferior. Es un bien que nos consideremos pecadores, y así toleremos a los que están sobre nosotros, para que de este modo confesemos a Dios que padecemos mereciéndolo. ¿Cómo has de padecer injustamente lo que hace el que es justo? Colocaste tribulaciones sobre nuestras espaldas, pusiste hombres sobre nuestras cabezas. Parece que Dios se ensaña cuando hace estas cosas. N o temas, pues es Padre, y jamás se ensaña para nuestra perdición. Cuando vives mal, si tolera, se aira más. tri, nisi ipse regeret, et eos in motum non daret. Quae sunt ista? Quoniam probasti nos Deas; ignisti nos, sicut ignitur argentum. Non ignisti sicut fersum, sed sicut argentum: adhibendo nobis ignem, non in cinerem convertisti, sed sordes abluisti. Ignisti nos, sicut ignitur argentum. Et vide quomodo saevit Deus in illos, quorum animam posuit in vitam. Induxisti nos in muscipulam: non ut capti moreremur, sed unde liberati expetiremur. Posuisti tribulationes in dorso nostro. Erecti enim male, superbi eramus: male erecti curvad sumus, ut curvati bene erigeremur. Posuisti tribulationes in dorso nostro: imposuisti homines super capita nostra. Haec omnia passa est Ecclesia variis et diversis persecutionibus; passa est hoc singillatim, etiam modo patitur. Non enim quisquam est, qui se ín hac vita ab his tentationibus possit dicere immunem. Etgo imponuntur et homines super capita nostra: toleramus quos nolumus, patimur superiores aliquando quos novímus peiores. Peccata autem si desint, bene superior est homo; quanto autem plura adsunt, tanto est inferior. Et bonum est ut considecemus nos peccatores esse, et sic toleremus impositos super capita nostra; ut et nos Deo confiteamur quia digne patimur. Quid enim indigne pateris quod facit qui iustus est? Posuisti tribulationes in dorso nostro: imposuisti homines super capita nostra. Saevire videtur Deus, cum ista facit: ne metuas; quoniam

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Estas tribulaciones son simplemente azotes de quien corrige para que no sobrevenga la sentencia de la pena de quien castiga. Colocaste tribulaciones sobre nuestras espaldas, pusiste hombres sobre nuestras cabezas. 17. Pasamos por fuego y por agua. Fuego y agua; ambas cosas son peligrosas en esta vida. Sin duda, el agua apaga el fuego, y el fuego seca el agua. Estas dos cosas son las tentaciones, de las que abunda esta vida. El fuego quema, el agua arruina; ambas cosas deben ser temidas: tanto el fuego de la tribulación como el agua de la destrucción. Cuando las cosas con que topamos son angustias y se da alguna de las que se llaman desgracias en este mundo, es como fuego. Cuando se presentan las cosas prósperas y nos rodea la abundancia del siglo, es como agua. Ve no te queme el fuego y te arruine el agua. Permanece firme ante el fuego; conviene que te cue2a. Como vaso de barro, eres arrojado al horno de fuego para que se consolide lo que ha sido formado. El vaso consolidado por el fuego no teme al agua. Pero, si el vaso no hubiere sido consolidado o cocido por el fuego, como tierra se deshace por el agua. N o tengas prisa por ir al agua; pasa por el fuego al agua para que pases también por el agua. Por eso en los sacramentos primero se aplica el fuego catequizando y exorcizando. Porque, si no, ¿cómo es que muchos espíritus inmundos claman: Ardo, si esto no es fuego? Después del fuego del exorcismo se viene al bautismo a fin de que desde el fuego se vaya al agua, y del agua al descanso. Lo que acontece en los sacramentos, lo mismo sucede en las tentaciones de este mundo. La primera que se presenta es la angustia del temor; a Pater est, nunquam sic saevit ut perdat. Quando male vivís, si parcit, plus irascitur. Ómnino istae tribulationes flagella sunt corrigentis, ne sit sententia punientis. Posuisti tribulationes in dorso nostro: imposuisti homines super capita riostra. 17. Transivimus per ignem et aquam. Ignis et aqua, utrumque periculosum est in hac vita. Certe videtur aqua ignem exstinguere, et ignis videtur aquam siccare. Ita et ipsae tentationes sunt, quibus abundat haec vita. Ignis urit, aqua corrumpit: utrumque metuendum; et ustio tribulationis, et aqua corruptionis. Quando sunt res angustae, et aliqua quae infelicitas dicitur in hoc mundo, quasi ignis est: quando sunt res prosperae, et abundantia saeculi circumfluit, quasi aqua est. Vide ne te ignis exurat, ne aqua corrumpat. Fitmus esto adversus ignem; coqui te oportet: tanquam vas fictum mitteris in caminum ignis, ut firmetur quod formatum est. Vas ergo iam igne firmatum aquam non timet; vas autem si solidatum igne non fuerit, tanquam lutum aqua solvetur. Noli festinare ad aquam; per ignem transi ad aquam, ut transeas et aquam. Propterea et in Sacramentis, et in catechizando, et in exorcizando, adhibetur prius ignis. Nam unde plerumque immundi spiritus clamant, Ardeo, si ille ignis non est? Post ignem autem exorcismi venitur ad Baptismum; ut ab igne ad aquam, ab aqua in reffigerium. Quod autem

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continuación, el fuego; después, desaparecido el temor, ha de temerse que la felicidad mundana no nos arruine. Cuando el fuego ya no te haga crujir y cuando ya no te hundas en el agua, sino que flotes, entonces por la enseñanza pasas al descanso; luego, pasando por el fuego y el agua, eres conducido a la quietud. Los símbolos de las cosas que hay en los sacramentos son realidades en la perfección de la vida eterna. Cuando hubiéremos pasado a aquel descanso, carísimos hermanos, no temeremos allí a ningún enemigo, a ningún tentador, a ningún envidioso, a ninguna clase de fuego ni de agua, pues allí habrá perpetuo descanso. Se llama descanso por la quietud. Si dices que es calor, verdaderamente lo es; si dices que es refrigerio, ciertamente lo es. Si entiendes mal la palabra "refrigerio", es decir, si la entiendes por refriamiento, entonces nos entumeceremos allí. N o nos entumeceremos allí, sino que descansaremos. No nos quemaremos allí porque se llame calor, sino que nos enardeceremos en el espíritu. Observa este calor en otro salmo: No hay quien se sustraiga a su calor. ¿Qué dice también el Apóstol? fervientes en el espíritu. Luego hemos pasado por el fuego y por el agua. Y nos condujiste al descanso. 18 [v.13]. Ved que no dejó de hablar no sólo del descanso, pero ni del mismo fuego apetecible, pues dice: Entraré en tu casa con holocaustos. ¿Qué es el holocausto? El sacrificio en el cual se quema todo, pero con fuego divino. Se llama holocausto el sacrificio o la ofrenda que se quema por completo. Unas cosas son las porciones de los sacrificios, y otra el holocausto. Cuando arde todo y todo se consume por el fuego in Sacramentis, hoc in tentationibus huius saeculi: angustia timoris accedit prima, vice ignis; postea ablato timore, metuendum est ne felicitas mundana corrumpat. Cum autem te ignis crepare non fecerit, et in aquam non merseris, sed enataveris; per disciplinan! transís ad réquiem, et transiens per ignem et aquam educeris in refrigerium. Quarum enim rerum signa sunt in Sacramentis, ipsae res sunt in illa perfectione vitae aeternae. Iam cum transierimus ad illud refrigerium, fratres charissimi, nullum ibi timebimus inimicum, nullum tentatorem, nullum invidum, nullum ignem, nullam aquam; perpetuum ibi refrigerium erit. Refrigerium propter quietem dicitur. Nam si dicas, Calor est, verum est: si dicas, Refrigerium, verum est. Si enim refrigerium male accipias, quasi torpescimus ibi. Non autem torpescimus ibi, sed requiescimus: nec quia calor dicitur, aestuabimus ibi, sed fervebimus spiritu. Attende ipsum calorem in alio psalmo: Nec est qui se abscondat a calore eius (Ps 18,7). Quid dicit et Apostolus? Spiritu ferventes (Rom 12,11). Ergo, Transivimus per ignem et aquam: Et eduxisti nos in refrigerium. 18 [v.13]. Attende quia non tantum de refrigerio, sed nec de ipso igne optabili tacuit: Introibo in domum tuam in holocaustis. Quid est holocaustum? Totum incensum, sed igne divino. Holocaustum enim dicitur sacrificium, cum totum accenditur. Aliae sunt partes sacrificiorum; aliud holocaustum: quando totum ardet, et totum consumitur igne divino,

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divino, se llama holocausto; cuando se quema sólo parte, se denomina sacrificio. Todo holocausto es sacrificio, pero no todo sacrificio es holocausto. Anuncia holocaustos; habla el cuerpo de Cristo; habla la unidad de Cristo: Entraré en tu casa con holocaustos. Me consuma por completo tu fuego. No me reserve nada mío; todo sea para ti. Esto se cumplirá en la resurrección de los justos: Cuando esto corruptible se vista de incorruptibilidad y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: La muerte se sumió en victoria. La victoria es como el fuego divino. Cuando absorbe a nuestra muerte es holocausto, pues no queda nada mortal en la carne ni nada culpable en el espíritu. Todo lo que procede de la vida mortal será consumido a fin de que se perfeccione en la vida eterna. Luego éstos serán los holocaustos. 19 [v.14]. Y ¿qué se dará en los holocaustos? Te cumpliré mis votos que distinguieron mis labios. ¿Qué distinción hay en estos votos? Esta: que te acuses a ti y le alabes a El. Que entiendas que eres criatura y El es Creador. Que veas que tú eres tinieblas y El iluminador a quien digas: Tú, ¡oh Señor!, iluminarás mi lámpara. Dios mío, iluminarás mis tinieblas. Porque si hubieses dicho: ¡Oh alma!, por ti y para mí luce mi antorcha, no distinguirías. Si no distingues, no cumples los votos distintos. Cumple los votos distintos; reconócete a ti mudable y a El inmudable; confiesa que sin El no eres nada y que El sin ti es perfecto; que necesitas de El y El no necesita de ti. Dile: Dije al Señor: Tú eres mi Dios, porque no necesitas de mis bienes. No porque Dios te reciba en holocausto, por eso crece

El, ni aumenta, ni se hace más rico, ni se equipa mejor. Todo lo que de ti ejecuta en favor tuyo es un bien mejor para ti que no para El que lo hace. Si distingues estas cosas, cumplirás a tu Dios los votos que distinguieron tus labios: Te cumpliré mis votos qite distinguieron mis labios. 20 [v.15}. Y habló mi boca en mi tribulación. ¡Cuan dulce es muchas veces la tribulación! ¡Cuan necesaria! ¿Qué habló allí su boca en su tribulación? Te ofreceré pingües holocaustos. ¿Qué significa pingües o medulosos? Dentro tendré la caridad; no estará en la superficie; en lo más íntimo del corazón estará lo que amo. Nada hay más interior que nuestra medula. El hueso se halla en nosotros en sitio más interior que la carne, y la medula se encuentra en lugar más interior que los huesos. Todo el que adora superficialmente a Dios, intenta más bien agradar a los hombres, pues, sintiendo otra cosa en su interior, no ofrece holocausto pingüe o meduloso. El que atiende a la medula del sacrificio, ofrece el sacrificio completo, es decir, ofrece holocausto. Te ofreceré holocaustos medulosos con incienso y carneros. Los carneros son los conductores o jefes de la Iglesia. Habla todo el cuerpo de Cristo. Esto es lo que ofrece a Dios. ¿Qué simboliza el incienso? La oración. ¿Con incienso y carneros? De manera particular oran los carneros por el rebaño. Te ofreceré bueyes con machos cabríos. Vemos a los bueyes que trillan y ellos son ofrecidos a Dios. El Apóstol dijo que debía entenderse de los predicadores del Evangelio lo que se escribió: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Por ventura pertenece a Dios el cuidado de los bueyes? Luego estos carneros, estos bue-

holocaustum dicitur; quando pars, sacrificium. Omne quidem holocaustum sacrificium; sed non omne sacrificium hoJocaustum. Holocausta ergo promittit; Corpus Christi loquitur, unitas Christi loquitur: Introibo in domum tuam in holocaustis. Totum meum consumat ignis mus; nihil mei remaneat mihi, totum sit tibí. Hoc autem erit in resurrectione iustorum, quando et corruptibile hoc induetar incorruptione, et moríale hoc induetur immortalitate; tune fiet quod scriptum est: Absorpta est mors in victoriam (1 Cor 15,54). Victoria quasi ignis divinus est: cum absorbet et mortem nostram, holocaustum est. Non remanet mortale aliquid in carne, non remanet aJiquid culpabile in spiritu; totum ex mortali vita consumetur, ut in aeterna vita consummetur: etunt ergo illa holocausta. 19 [v.14]. Et quid erit, in holocaustis? Reddam tibi vota mea, quae distinxerunt labia mea. Quae est distinctio in votis? Haec est distinctio, ut te aecuses, illum laudes; te intelligas creaturam, illum creatorem; te tenebras, illum illuminatorem, cui dicas: Tu illuminabis lucernam meam, Domine; Deus meus, illuminabis tenebras meas (Ps 17,29)Nam quando dixeris, o anima, quia ex te tibi lucet, non distingues. Si non distingues, non reddes vota distincta. Redde vota distincta; confitere te mutabilem, illum incommutabilem: confitere te sine illo nihil esse, ipsum autem sine te perfectum esse; te indigere illo, illum autem

tui non indigere. Clama ad illum: Dixi Domino, Deus meus es tu, quoniam bonorum meorum non indiges (Ps 15,2). Iam eo quod te in holocaustum assumit Deus, non ille crescit, non ille augetur, non ille ditior, non ille instructior fit: tibi est melius quidquid de te pro te facit; non ei qui facit. Haec si discernas, reddis vota Deo tuo, quae distinxerunt labia tua. Reddam tibi vota mea, quae distinxerunt labia mea. 20 [v.15]. Et locutum est os meum in tribulatione mea. Quam dukis est saepe tribulatio! quam necessaria! Quid ibi locutum est os ipsius in tribulatione sua? Holocausta medullata offeram tibi. Quid est, medullata? Intus teneam charitatem tuam; non erit in superficie, in medullis meis erit quod diligo te. Nihil enim interius medullis nostris: interiora ossa sunt carne, medullae interiores sunt ipsis ossibus. Quisquís ergo in superficie colit Deum, magis placeré vult hominibus; aliud autem intus sentiens, non offert holocausta medullarum: cuius autem medullam inspicit, ipsum totum accipit. Holocausta medullata offeram tibi, cum incensó et arietibus. Arietes duces Ecclesiae: totum Corpus Christi loquitur; hoc est quod offert Deo. Incensum quid est? Oratio. Cum incensó et arietibus? Máxime enim arietes orant pro gregibus. Offeram tibi boves cum hircis. Boves invenimus triturantes, et ipsi offemntur Deo. Apostolus de annuntiatoribus Evangelii dixit intelligendum quod scriptum est: Bovi trituranti os non infrenabis. Numquid de

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yes de los que habla aquí, son cosa excelsa. ¿Qué será de los demás carneros y bueyes, de aquellos que saben que tienen pecados^ que quizá cayeron en el camino y que, heridos, fueron curados por la penitencia? ¿Por ventura permanecerán estos así y no serán recibidos en holocausto? N o teman, pues añadió: Y también los machos cabríos. Así dice: Te ofreceré holocaustos medulosos con incienso y carneros. Te ofreceré bueyes y machos cabríos. Por esta adición se salvan los machos cabríos. Por sí no podrán; adicionados, se tomarán con los bueyes. Pues se granjearon amigos con la riqueza de la iniquidad para que éstos los reciban en los eternos tabernáculos. Luego estos cabritos no estarán a la izquierda, porque se granjearon amigos con la riqueza de la iniquidad. ¿Quiénes son los cabritos que se hallarán a la izquierda? Aquellos a quienes se dice: Tuve hambre, y no me disteis de comer; más no los que repararon sus culpas con la limosna. 21 [v.16-17]. Venid, oíd, y hablaré a todos los que teméis a Dios. Acerquémonos, oigamos lo que nos ha de contar. Venid, oíd, y hablaré. Pero ¿quiénes debéis venir y oír? Todos los que teméis a Dios. Si no teméis a Dios, no hablaré. Pues no habrá a quién hablar si falta el temor de Dios. Abra los oídos el temor de Dios para que tenga en dónde y por dónde entrar lo que he de narrar. Pero ¿qué ha de narrar? ¡Cuan grandes cosas hizo Dios a mi alma! Ved que desea narrar. ¿Qué ha de narrar? ¿Quizá hasta dónde se extiende la tierra, cuánto diste el cielo, cuántas sean las estrellas y cuáles las rotaciones del sol y de al luna? Estas criaturas cumplen sus determinados fines. Quienes investigaron con extrema curiosidad estas cosas, descobobus pertinet ad Deum? (1 Cor 9,9). Ergo magni illi arietes, magni boves. Quid reliqui, qui forte conscii sunt aliquomm peccatorum; qui forte in ipso itinere lapsi sunt, et sauciati per poenitentiam sanantur? Numquid et ipsi remanebunt, et ad holocausta non pertinebunt? Ne ipsi timeant, addidit et hircos: Holocausta, inquit, medullata offeram tibí, cum incensó et arietibus: offeram tibi boves cum hircis. Adiunctione ipsa salvantur hirci: per se non possunt; adiuncti bobus accipiuntui. Fecerunt enim amicos de mammona iniquitatis, ut ipsi recipiant eos in aeterna tabernacula (Le 16,9). Ergo isti hirci non erunt a sinistris, quia fecerunt sibi amicos de mammona iniquitatis. Qui autem hirci ad sinistram? Quibus dicetur, Esurivi, et non dedistis mihi manducare (Mt 15,42): non qui peccata sua eleemosynis redemerunt. 21 [v.16-17]. Venite, audite, et narrabo, omnes qui timetis Deum. Veniamus, audiamus quid narraturus est. Venite, audite, et narrabo. Sed qui, Venite et audite? Omnes qui timetis Deum. Si Deum non timetis, non narrabo. Non est quibus narretur, ubi Dei timor non est. Dei timor aperiat aures, ut sit quod intret, et qua intret quod narraturus sum. Sed quid est narraturus? Quanta fecit animae meae. Ecce narrare vult; sed quid est narraturus? An forte quantum pateat térra, quantum distendatur caelum, et quot sint sidera, et quae sint vices solis et lunae?

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nocieron al Creador de ellas. Oíd aquello, entended aquello: ¡Oh los que teméis a Dios! ¡Cuan grandes cosas hizo Dios a mi alma!, y, si queréis, también a la vuestra. ¡Cuan grandes cosas hizo Dios a mi alma! A El clamé con mi boca. Esto dice que se lo hizo a su alma. Con el fin de invocarle con su boca, dice que se lo hizo a su alma. He aquí, hermanos, que éramos gentiles, si no en nosotros, en nuestros antepasados. ¿Y qué dice el Apóstol?: Sabéis que, cuando erais gentiles, os acercabais, conducidos sin chistar, a los ídolos. Diga ahora la Iglesia: ¡Cuan grandes cosas hizo Dios a mi alma! A El clamé con mi boca. Siendo hombre, clamaba yo a la piedra, al sordo madero; yo hablaba a los ídolos, sordos y mudos; pero, restaurada ya en mí la imagen de Dios, clamé a mi Creador. Yo que decía a la esrarua: Tú eres mi padre; y a la piedra: Tú me engendraste, ahora digo: Padre nuestro, que estás en los cielos. A El clamé con mi boca. Con mi boca, no con la ajena. Cuando clamaba a las piedras con la vana palabra de la rradición paterna, clamaba con boca ajena. Cuando clamé a Dios lo que El me concedió, lo que El me inspiró, clamé a El con mi boca y le ensalcé con mi lengua. ¿Qué significa a El clamé con mi boca y le ensalcé con mi lengua? Le prediqué públicamente, le confesé en el secreto de mi corazón. Poco es ensalzar a Dios con la lengua; es necesario ensalzarle con ella pensando en silencio lo que hablas en público. A El clamé con mi boca y le ensalcé con mi lengua. Ve en qué secrero quiere ser irreprensible el que ofrece los holocaustos medulosos. Haced esto, hermanos; imitadle de Ista creatura peragit ordinem suum: qui multum eam curióse quaesierunt, eius creatorem ignoraverunt (Sap 13,9). Illud audite, illud acápite, o qui timetis Deum, quanta fecit animae meae: si vultis, et vestrae. Quanta fecit animae meae. Ad ipsum ore meo clamavi. Et hoc ipsum factum dicit animae suae: ut ad ipsum ore suo clamaret, factum esse dicit animae suae. Ecce, fratres, Gentes eramus, etsi non in nobis, in parentibus nostris. Et quid dicit Apostolus? Scitis, quando Gentes eratis, ad simulacra sine voce quomodo ascendebatis inducti (1 Cor 12,2). Dicat nunc Ecclesia, Quanta fecit animae meae. Ad ipsum ore meo clamavi. Homo ad lapidem clamabam, ad lignum surdum clamabam, simulacris surdis mutis loquebar: iam ¡mago Dei conversa est ad Creatorem suum. Qui dicebam ligno, Pater meus es tu; et lapidi, Tu me genuisti (Ier 2,27); modo dico, Pater noster, qui es in caelis (Mt 6,9). Ad ipsum ore meo clamavi. Ore meo iam, non ore alieno. Quando clamabam ad lapides in vana conversatione paternae traditionis (1 Petr 1,18), ore alieno clamabam: quando clamavi ad Dominum, quod ipse donavit, quod ipse inspiravit, ad ipsum ore meo clamavi, et exaltavi sub lingua mea. Quid est, clamavi ore meo, et exaltavi sub lingua mea. Ipsum publice praedicavi, ipsum in secreto confessus sum. Parum est Deum exaltare lingua; sed et sub lingua, ut quod certus loqueris, hoc tacitus cogites. Ad ipsum ore meo clamavi, et exaltavi sub lingua mea. Vide quam in secreto vult esse integer qui offert holocausta medullata. Hoc agite, fratres, hoc ¡mitamini, ut dicatis, Venite, audite quanta fecit animae meae. Om-

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suerte que digáis: Venid, oíd cuan grandes cosas hizo Dios a mi alma, pues todas las cosas que cuenta se llevan a cabo por su gracia en nuestra alma. Oíd las restantes cosas que dice. 22 [v.18]. Si percibo en mi corazón iniquidad, el Señor no me oye. Considerad ahora, hermanos, cuan fácil, cuan ordinariamente los hombres pudorosos echan en cara las iniquidades a los hombres. Obró mal, obró infamemente, es un hombre malvado. Esto lo dice quizá viendo a los hombres. Mira si no ves en tu corazón la iniquidad, no sea que quizá lo que reprochas en otros, pienses tú hacerlo, y por eso le imputas a él no lo que hizo, sino lo que encontraste en tu corazón. Recapacita; sé juez para ti en tu corazón. Procura que en lo secreto de tu aposento, en el fondo más íntimo de tu corazón, donde estás tú solo y Aquel que también ve, te desagrade allí la iniquidad para que agrades a Dios. N o la mires con ojos benignos, es decir, no la ames, sino más bien mírala con desdén, desprecíala y apártate de ella. Todo lo que prometiere goce para arrastrar al pecado, todo lo que amenazare con tristeza para empujarte a obrar mal, todo ello no es nada, todo ello pasa; es digno de ser despreciado, de ser pisoteado, de no ser tenido en cuenta para aceptarlo. [Algunas veces se sugiere la maldad por medio de pensamientos o por las palabras de los perversos charlatanes, pues las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Desprecíalas tú. Es poco no poner la mirada en el rostro, refrenar la lengua; no pongas la mirada en el corazón, es decir, no ames, no consientas. Es muy común decir mirar (respicio) por amar (diligere). Sobre todo porque decimos a Dios respexit me (me miró; es decir, me amó). ¿Qué significa nia enim quae enarrat, ipsius gratia fiunt in anima nostra. Videte alia quae dicat. 22 [v.18]. Iniquitatem si conspexi in corde meo, non exaudiat Dominus. Considérate modo, fratres, quam facile, quam quotidie nomines erubescentes in hominibus iniquitates accusant: Male fecit, perdite fecit, sceleratus homo est: hoc forte propter nomines dicit. Vide si non in corde tuo conspicis iniquitatem; ne forte quod reprehendis in altero, cogites faceré, et ideo in illum clames, non quia fecit, sed quia inventus est. Redi ad te; intus esto tibí iudex. Ecce in cubículo tuo abscondito, in ipsa vena intima cordis, ubi tu solus es, et ille qui videt, illic tibi displiceat iniquitas, ut placeas Deo. Noli illam respicere, id est, noli illam diligere; sed potius despice, id est, contarme, et avertere ab ea. Quidquid laetum promiserit, ut illiciat ad peccandum; quidquid triste minata fuerit, ut impellat ad malefaciendum, totum nihil est, totum transit; despici dignum est, ut calcetur; non conspici, ut acceptetur. [Suggerit enim aliquando per cogitationes, vel per verba colloquentium malorum. Corrumpunt enim mores bonos, colloquia mala: tu noli ea respicere (1 Cor 15,33). Sed parum est in vultu, parum est in lingua: in corde noli respicere, id est, noli diligere, noli acceptare. N a m respectum pro dilectione poni quotidianum est: primo quia de Deo dicimus, Re-

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me miró? ¿Es que antes no te veía? ¿O es que miraba a lo alto y fue avisado por tus ruegos para que dirigiese sus ojos a ti? Te tenía en su presencia; pero dices: Me miró, es decir, Me amó. También al hombre que te ve y le pides algo le dices para que se compadezca de ti: Mírame. Te ve; y, no obstante, le dices: Mírame. ¿Qué significa mírame? Ámame, atiéndeme, compadécete de mí. Luego no dijo: Si percibo iniquidad en mi corazón, porque no se sugiera en absoluto ninguna iniquidad en el corazón humano. Se sugiere; no cesa de obrar la sugestión, pero no se mire con complacencia. Si miras la iniquidad con complacencia, miras hacia atrás e incurres en la sentencia del Señor, que dice en el Evangelio: Nadie que pone la mano en el arado y mira atrás, es apto para el reino de los cielos. ¿Luego qué debo hacer? Lo que dice el Apóstol: Olvidándome de lo de atrás, me extiendo a lo que está delante. Todas nuestras cosas que pasaron y quedaron atrás eran inicuas. Nadie viene a Cristo procediendo de una vida buena, pues todos pecaron, y creyendo se justificaron. La justicia perfecta sólo tendrá lugar en la otra vida. Sin embargo, para adelantar en la virtud, El inspira y proporciona las buenas costumbres. N o las achaques a tus méritos, no las achaques. Si la iniquidad sugiere, no consientas. Pues ¿qué dice el salmista?] * Si percibo en mi corazón la iniquidad, no me oye el Señor. 23 [v.19]- Por eso me escuchó Dios. Porque no miré en mi corazón la iniquidad. Y atendió a la voz de mi plegaria. 24 [v.20]. Bendito mi Dios, que no apartó mi oración y spexit me. Quid est, Respexit me? Ante enim te non videbat? Aut sursum attendebat, et precibus tuis commonitus est, ut in te oculos mitteret? Videbat te et ante; sed, Respexit me, dicis, Dilexit me. Et homini qui te videt, et rogas eum, dicis, ut misereatur tui, Réspice me. Videt te; et dicis, Réspice me. Quid est, Réspice me? Dilige, attende, miserere mei. Ergo non ideo dixit, Iniquitatem si aspexi in corde meo, quia omnino nulla iniquitas suggeritur cordi humano. Ibi suggeritur, non cessat suggestio; sed non fiat respectio. Si enim respicis iniquitatem, retro aspicis, et incurrís sententiam dícentis Domini in Evangelio: Nemo ponens manum super aratrum et respiciens retro, aptus est regno Dei (Le 9,62). Quid ergo debeo faceré? Quod ait Apostolus: Quae retro oblitas, in ea quae ante sunt extentus (Phil 3,13). Retro enim nostra omnia quae transierunt, iniqua sunt. Nemo ex bono venit ad Christum: omnes peccaverunt; credendo iustificantur (Rom 3,22). Perfecta iustitia non erit, nisi in illa vita; tamen ad provectum, et mores boni ab ipso inspirantur, ab ipso donantur. Noli ergo tua merita computare, noli. Et si suggerit iniquitas, noli consentiré. Quid enim ait?] * Iniquitatem si conspexi in corde meo, non exaudiat Dominus. 23 [v.193- Propterea exaudivit me Deus. Quia iniquitatem non conspexi in corde meo. Et intendit voci orationis meae. 24 [v.20]. Benedictus Deus meus, qui non amovit deprecationem * Lo comprendido entre corchetes falta en buen número de manuscritos de probada nota.

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su misericordia de mí. Retiene el sentido desde d o n d e dijo: Venid, oíd, y hablaré a todos los que teméis a Dios cuan grandes cosas hizo a mi alma, pues ha dicho las cosas q u e oísteis, y al fin concluye: Bendito mi Dios, que no apartó mi oración y su misericordia de mí. Así llega éste q u e habla a la resurrección, en la q u e ya nos hallamos en esperanza. ¿Qué digo? E n la q u e ya estamos, p u e s ésta es nuestra voz. Mientras estamos aquí, p i d a m o s a Dios que n o aparte d e nosotros nuestra oración y su misericordia, es decir, q u e oremos con perseverancia y q u e se compadezca c o n t i n u a m e n t e de nosotros. M u c h o s languidecen en la oración. En el comienzo de su conversión oran con fervor, pero después lo hacen lánguida, fría, negligentemente; lo hacen como si estuviesen seguros. El e n e m i g o vigila, tú duermes. El m i s m o Señor dice en el Evangelio q u e conviene orar siempre y nunca desfallecer. Y nos ofrece la semejanza de aquel juez inicuo q u e n o temía a Dios ni a los h o m b r e s , a q u i e n molestaba todos los días una viuda suplicando q u e la oyese; e, impelido p o r la molestia, el q u e n o se doblegaba p o r la misericordia, cede; y se dice a sí m i s m o : "si n o t e m o a D i o s ni respeto a los h o m b r e s , a lo menos, p o r la molestia q u e m e causa todos los días esta viuda, oiré su causa y la haré justicia. Si el juez inicuo—dice el S e ñ o r — h i z o esto, vuestro Padre, q u e está en los cielos, ¿no hará justicia a sus elegidos q u e c l a m a n a El día y noche? Os digo q u e con presteza juzgará". L u e g o n o desfallezcamos en la oración. Lo q u e h a de conceder, D i o s n o lo niega, aunque difiera. Estando seguros de la promesa, n o desfallezcamos en la oración, pues t a m b i é n esto es i g u a l m e n t e d o n suyo. meam, et misericordiam suam a me. Tenet sensum ab eo loco, ubi ait, Venite, audite, et narrabo vobis, omnes qui timetis Deum, quanta fecit animae meae; et dixit quae audistis, et ad finem ita conclusit: Benedictas Deus meus, qui non amovit deprecationem meam, et misericordiam suam a me. Sic enim pervenit ad resurrectionem iste qui loquitur, ubi iam et nos spe sumus: imo et nos sumus; et nostra vox ista est. Quamdiu ergo hic sumus, hoc rogemus Deum, ut non a nobis amoveat deprecationem nostram, et misericordiam suam; id est, ut perseveranter oremus, et perseveranter misereatur. Multi enim languescunt in orando, et in novitate suae conversionis ferventer orant, postea languide, postea frigide, postea negligenter: quasi securi fiunt. Vigilat hostis: dormís tu. Ipse Dominus praecepit in Evangelio; quia oportet semper orare, et non descere. Et dat similitudinem de illo iniquo iudice, qui nec Deum timebat, nec hominem reverebatur; quem interpellabat illa vidua quotidie ut audiret eam: et cessit taedio qui non flectebatur misericordia; et ait sibi iudex nequam: "Si nec Deum timeo, nec nomines revereor; vel propter taedium quod míhi quotidie facit haec vidua, audiam causam eius, et vindicabo eam. Et ait Dominus: Si iudex nequam hoc fecit, Pater vester non vindicabit electos suos qui ad eum clamant die ac nocte? Ita dico vobis; faciet iudicium eorum cito" (Le 18,1-8). Ergo non deficiamus in oratione. lile quod concessurus est, etsi differt, non aufert:

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Por eso dijo: Bendito mi Dios, que no apartó mi oración y su misericordia de mí. A l ver q u e n o ha sido apartada de ti tu oración, estáte seguro, p o r q u e n o se apartó de ti su misericordia.

SALMO

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[ L O A UNIVERSAL A

DIOS]

SERMÓN DEL P U E B L O

1 [ v . 2 ] . Recordará vuestra caridad q u e los dos salmos, el 102 y 103, ya expuestos, exhortaban a nuestra alma a bendecir al Señor y q u e con piadoso canto decían: Alaba, alma mía, al Señor. Si en ellos se exhortaba a nuestra alma a bendecir al Señor, con razón se dice en éste que se apiade Dios de nosotros y nos bendiga. Bendiga nuestra alma al Señor y q u e D i o s nos bendiga. C u a n d o Dios nos bendice, crecemos, y, c u a n d o bendecimos al Señor, asimismo crecemos; a m b a s cosas nos aprovechan. El n o crece con nuestra bendición ni disminuye con nuestra maldición. Q u i e n maldice al Señor disminuye y q u i e n le bendice crece. P r i m e r a m e n t e o b t e n e m o s nosotros la bendición del Señor, y, p o r consiguiente, es natural q u e nosotros le bendigamos. Su bendición es la lluvia; la nuestra, el fruto. Luego p o r esta bendición nuestra se devuelve como el fruto al Agricultor, Dios, q u e llueve y recoge. C o n t e m o s estas cosas con devoción securi de pollicitatione ipsius non deficiamus orando; et hoc ex beneficio ipsius est. Propterea dixit: Benedictus Deus meus, qui non amovit deprecationem meam, et misericordiam suam a me. Cum videris non a te amotam deprecationem tuam, securus esto, quia non est a te amota misericordia eius.

PSALMUS

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SERMO AD PLEBEM

1 [v.2]. Meminit Charitas Vestra, in duobus psalmis qui iam tractati sunt, exhortatos nos fuisse animam nostram ut benedicetet Dominum, et pió cantu dixisse: Benedic anima mea Dominum (Ps 102,1 et 103,1). Si etgo hortati sumus in illis psalmis animam nostram ut benediceret Dominum; in hoc psalmo recte dicitur: Deus misereatur nostri, et benedicat nos. Benedicat anima nostra Dominum, et Deus benedicat nos. Cum benedicit nos Deus, nos crescimus; et cum benedicimus nos Dominum, nos crescimus: utrumque nobis prodest. Non augetur ille benedictione nostra, nec minuitur maledictione nostra. Qui maledicit Domino, ipse minuitur; qui benedicit Dominum, ipse augetur. Prior est in nobis benedictio Domini, et consequens est ut et nos benedicamus Dominum. Illa pluvia, iste fructus est. Ergo redditur tanquam fructus agricolae Deo, compluenti nos et colenti. Cantemus ista devotione non S

ASÍ.

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fecunda, con voz n o vana, sino con sincero corazón. Clarísim a m e n t e se llamó agricultor a Dios Padre. Pues dice el A p ó s tol: Sois agricultura de Dios, sois edificación de Dios. En las cosas de este m u n d o visible, la vid n o es edificio, y el edificio n o es vid. P e r o nosotros somos viña del Señor p o r q u e nos cultiva para q u e d e m o s fruto y somos edificio de Dios p o r q u e quien nos cultiva habita en nosotros. ¿Qué dice el m i s m o Apóstol? Yo planté, Apolo regó, pero Dios dio el crecimiento. Luego ni quien planta es algo ni quien riega, sino Dios, que da el crecimiento. D i o s da el crecimiento. ¿Pero p o r ventura son éstos agricultores? Se llama agricultor al q u e planta y riega, y el A p ó s tol dijo: Yo planté, Apolo regó. P r e g u n t e m o s : ¿Cómo hizo esto? Y el m i s m o Apóstol responderá: No yo, sino la gracia de Dios conmigo. Luego a cualquier parte q u e mires, ya a los ángeles, ya a los profetas, ya a los apóstoles, Dios es tu agricultor. ¿Entonces, ¿qué somos nosotros? Quizá somos obreros de aquel Agricultor; y esto m i s m o recibiendo las fuerzas de El y por gracia recibida de El. Luego El m i s m o cultiva y da el crecimiento. El h o m b r e agricultor cultiva la viña hasta ararla, limpiarla, prestarla las demás labores q u e p e r t e n e c e n al cuidado del agricultor, p e r o n o p u e d e hacer que llueva p a r a su viña. Y sí quizá p u e d e regarla, ¿de q u i é n recibe este p o d e r ? El c i e r t a m e n t e conduce el agua al canal, p e r o Dios llena las fuentes. E n fin, el h o m b r e n o p u e d e dar el crecimiento a los sarmientos d e su viña, ni formar el fruto, ni cambiar la semilla, ni a t e m p e r a r la época d e la sterili, non inani voce, sed vero corde. Apertissime enim Deus Pater dictus est agrícola. Apostolus dicit: Dei agricultura estis, Dei aedtficatio estis. In rebus huius mundi visibilibus, vitis non est aedificium, et aedificium non est vinea: nos autem vinea Domini sumus, quia colit nos ad fructum; aedificium Dei sumus, quia qui colit nos habitat in nobis. Et quid ait Ídem Apostolus? Ego plantan, Apollo rigavit; sed Deus incrementum dedit. Ergo ñeque qui plantat est aliquid, ñeque qui rigat; sed qui incrementum dat Deus (1 Cor 3,6-9). Ule ergo incrementum dat. Numquid forte isti sunt agricolae? Agricola enim dicitur qui plantat, qui rigat: dixit autem Apostolus, Ego plantavi, Apollo rigavit. Quaerimus unde ipse hoc fecerit? Respondet Apostolus: Non ego autem; sed gratia Dei mecum (Ib. 15,10). Ergo quocumque te verteris; si ve per Angelos, Deus invenies agricolam tuum; sive per Prophetas, ipse est agricola tuus; sive per Apostólos, eumdem ipsum agnosce agricolam tuum. Quid ergo nos? Fortasse operarii sumus agricolae illius, et hoc ipsum ab ipso impartitis viribus, et ab ipso donata gratia. Ipse ergo et colit, et incrementum dat. Agricola autem homo vineam colit hactenus, ut aret, putet, adhibeat caetera quae pertinent ad agricolarum diligentiam; pluere vineae suae non potest. Quod si forte irrigare potest, de cuius potest? Ipse quidem ducit in rivum, sed Deus implet fontem. Postremo in vinea sua incrementum daré sarmentis non potest, formare fructus non potest, modificare semina non potest, témpora gignendi temperare non potest. Deus autem qui omnia potest, agricola noster

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germinación. D i o s , q u e p u e d e todas las cosas, es nuestro agricultor; estemos seguros. Quizá diga a l g u n o : T ú dices q u e D i o s es nuestro agricultor. Con todo, yo d i g o q u e los apóstoles, q u e dijeron: Yo planté, Apolo regó, son agricultores. Si lo dijere yo, nadie m e crea; pero, si lo dice Cristo, ¡ay del q u e n o cree! ¿Qué dice Cristo n u e s t r o Señor? Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; mi Padre es el agricultor. Luego sienta sed la tierra y declare con palabras su sed, p o r q u e se escribió: Mi alma, como tierra sin agua (tiene sed) de ti. L u e g o diga miestra tierra, digamos nosotros m i s m o s deseando la lluvia de D i o s : Dios se apiade de nosotros y nos bendiga. 2. Esclarezca su rostro para con nosotros. Quizá p r e g u n t a r á s q u é quiere decir bendíganos. D e varias maneras q u i e r e n los h o m bres ser bendecidos p o r Dios. U n o s desean ser bendecidos para tener la casa llena de las cosas de esta vida; otros, para retener la salud del cuerpo viéndose libres de enfermedades; otros, si están enfermos, para recobrar la salud; otros, deseando tener hijos, y tal vez contristados p o r carecer de ellos, anhelan ser bendecidos para conseguir posteridad. ¿Quién p o d r á e n u m e r a r los distintos anhelos de los h o m b r e s q u e desean ser bendecidos p o r el Señor Dios? P e r o ¿quién de nosotros ha de decir q u e n o ha sido bendecido p o r Dios o cuando la agricultura le p r o porciona frutos, o c u a n d o la casa de a l g u n o a b u n d a de bienes temporales, o c u a n d o ayuda a la salud del cuerpo o para q u e n o pierda la q u e tiene o para recuperar la perdida? La fecundidad de las mujeres, el casto deseo de los que desean hijos, ¿a q u i é n pertenece si n o es al Señor Dios? El q u e creó cuando est; securi sumus. Forte ait aliquis, Tu dicis agricolam nostrum esse Deum: imo ego Apostólos agrícolas dico, qui dixerunt, Ego plantavi, Apollo rigavit. Si ego dico, nemo credat: si Christus dicit, vae qui non credit. Quid ergo Dominus Christus ait? Ego sum vitis, vos sarmenta, Pater meus agricola (lo 15,5.1). Sitiat ergo térra, et edat voces sitis suae; quoniam scriptum est: Anima mea sicut térra sine aqua tibi (Ps 142,6). Dicat ergo térra nostra, nos ipsi, pluviam Dei desiderans: Deus misereatur nostri, et benedicat nos. 2. Illuminet vultum suum super nos. Quaesiturus eras fortasse quid est, benedicat nos. Multis modis se volunt homines benedici a Deo: alius benedici se vult, ut habeat plenam domum necessariis rebus huic vitae; alius benedici se cupit, ut obtineat salutem corporis sine labe; alius benedici se vult, si forte aegrotat, ut reparet sanitatem; alius desiderans filios, et forte contristatus quod non nascantur, benedici se vult ut habeat posteritatem. Et quis enumeret diversa vota hominum se a Domino Deo benedici cupientium? Quis autem nostrum dicturus est non esse illam Dei benedictionem, si vel agricultura ei fructum ferat, vel domus cuiusque abundet copia rerum temporalium, vel ipsa corporis salus, aut teneatur ne amittatur, aut amissa reparetur? Fecunditas etíam feminarum, et casta vota filies desiderantium, ad quem pertinent nisi ad Dominum Deum? Qui enim creavit quando non erat, ipse pro-

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Gil

nada existía es el que concede la sucesión de la prole que creó. Esto lo ejecuta Dios, esto lo concede Dios. Poco es que se nos diga que estas cosas las ejecuta Dios, las concede Dios. Sólo El las ejecuta, sólo El las concede. ¿Qué sucedería si Dios hiciese estas cosas y asimismo las hiciese alguno que no es Dios? El las hace y sólo El. Sin razón se piden estas cosas a los hombres o a los demonios; cualesquiera cosas buenas que reciban los enemigos de Dios, de El las reciben; y, aun cuando se pidan a otros, al recibirlas, las reciben, sin saberlo, de El. Así como, cuando los hombres son castigados y piensan que son castigados por otros, siéndolo por El, ignorándolo ellos, así también, al ser recreados, colmados de beneficios, salvados, librados, e, ignorándolo ellos, se lo atribuyan a los hombres, a los demonios o a los ángeles, con todo, únicamente lo han conseguido de El, en quien se halla" el poder de todas las cosas. Hemos dicho esto, hermanos, para que todo el que desea también estas cosas terrenas, ya para remediar una necesidad o para curar una enfermedad, no las desee sino de Aquel que es la fuente de todos los bienes y el Creador y restaurador de todas las cosas. 3. Pero unos son los dones que Dios da también a sus enemigos y otros los que únicamente reserva para su amigos. ¿Cuáles son los dones que da a sus enemigos? Los que enumeré. Pues no sólo los buenos tienen las casas abastadas de las cosas necesarias para la vida, ni sólo los buenos son librados de algún peligro o se curan de enfermedades; tampoco únicamente tienen hijos los buenos, o dinero, o las demás cosas convenientes para esta vida temporal y pasajera. Estas cosas las tienen tam-

bien los malos y algunas veces carecen de ellas los buenos. También les faltan a los malos, y unas veces más a éstos que a los buenos; otras, más a los buenos que a los malos. Dios quiso que estas cosas temporales las poseyeran indistintamente ambos, porque si sólo se las hubiese concedido a los buenos, juzgarían los malos que por ellas debía ser Dios adorado; al contrario, si se las hubiese dado sólo a los malos, recelarían los buenos, pero de poca solidez, convertirse, no fuese que quizá les faltasen a ellos. Pues el alma débil todavía flaquea en el reino de Dios; por eso el Señor, nuestro agricultor, debe nutrirla. El árbol que ya resiste con su fortaleza a las tempestades, cuando brotaba de la tierra era hierba. No sólo sabe el Agricultor limpiar y podar los árboles fuertes, sino también proteger con setos a los tiernos en su nacimiento. Por tanto, carísimos, según comencé a deciros, si sólo a los buenos se diesen estas cosas, todos quisieran convertirse a Dios por su recepción; y, si sólo se las diese a los malos, temerían los débiles convertirse para no perder lo que sólo siendo malos tendrían. Luego indistintamente se han dado a los buenos y a los malos. Por otra parte, si sólo se privase de ellas a los buenos, recelarían los débiles convertirse a Dios; si sólo a los malos, se pensaría que ésta era la única pena con que son castigados. Cuando las da a los buenos, se consuela a los caminantes. Cuando las da a los malos, amonesta a los buenos que deseen otros bienes mejores que no tendrán comunes con los malos. En fin, se las quita a los buenos cuando quiere para que se pregunten cómo se hallan de fuerzas y vean quienes tal vez no se conocían a sí mismos, si ya pueden decir: El Señor me lo dio, el Señor me lo

lis successu facit permanere quod condidit. Facit haec Deus, donat haec Deus. Parum est nobis dicere, Facit haec Deus, donat haec Deus; sed solus facit, solus donat. Quid si enim facit haec Deus, sed facit haec et aliquis non Deus? Facit haec, et solus facit. Et sine causa ista petuntur vel ab hominibus, vel a daemonibus: et quaeque bona accipiunt inimici Dei, ab illo accipiunt; et cum ab alus petunt cum accipiunt, nescientes ab illo accipiunt. Quomodo cum puniuntur, et putant se ab alus puniri, nescientes ab illo puniuntur: sic et cum vegetantur, implentur, salvantur, liberantur; etsi hoc nescientes, vel hominibus, vel daemonibus, vel Angelis tribuunt, non habent nisi ab illo, penes quem potestas est omnium. Ad hoc dixerimus haec, fratres, ut quisquís etiam ista terrena forte, vel propter supplementa necessitatis, vel propter aliquam infirmitatem desiderat, nonnisi ab illo desideret, qui est fons omnium bonorum, et creator et recreator universorum. 3. Sed alia sunt dona quae dat Deus et inimicis suis, alia quae non servat nisi amicis suis. Quae sunt dona quae dat inimicis suis? Ea quae numeravi. Non enim soli boni plenas habent domos rebus necessariis; aut soli boni, vel salvi sunt, vel ab aegritudine convalescunt; aut soli boni filios habent, soli boni pecuniam, soli boni caetera apta huic vitae temporali atque transeunti. Habent haec et malí, et alíquando

desunt bonis: sed desunt et malis, et pletumque istis magis quam illis; aliquando illis quam istis potius abundant. Permixta ista temporalia Deus esse voluit; quia si bonis solis ea daret, putarent et mali propter haec colendum Deum; rursus si ea solis malis daret, timerent boni infirmi convertí, ne ista illis forte deessent. Est enim adhuc anima infirma minus capax regni Dei; nutriré illam debet Deus agrícola noster. Nana et quae arbor iam tempestates robore sustinet, cum de térra nasceretur, herba erat. Novit ergo ille agrícola non solum robustas arbores putare atque purgare; sed etiam teñeras in recenti ortu sepire. Propterea, dilectissimi, ut dicere coeperam, si solis bonis darentur ista, omnes propter haec accipienda vellent convertí ad Deum: rursus si solis malis darentur, timerent infirmi, ne cum converterentur, amitterent quod soli mali haberent. Permixte data sunt et bonis et malis. Rursus si solis bonis auferrentur, idem ille timor esset infirmorum, ne converterentur ad Deum: rursus si solis malis auferrentur, ipsa sola poena putaretur qua mali plectuntur. Quod ergo dat ea bonis, consolatur itinerantes: quod dat ea et malis, admonet bonos ut alia desiderent, quae non habent cum malis communia. Rursus bonis aufert ea quando vult, ut interrogent se de suis viribus; et inveniant se, qui forte latebant se, utrum iam possint dicere: Dominus dedit, Dominas abstulit; sicut Domino placuit,

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quitó; como a Dios le agradó, así se cumplió; sea bendito el nombre del Señor. T a m b i é n aquella alma bendijo al Señor y d i o el fruto rociada con el sustento de bendición. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; m e q u i t ó lo que dio, p e r o n o alejó de m í al dador. El alma bendecida y en absoluto sencilla n o se pega a las cosas terrenas ni yace en el suelo con las alas plegadas d e b i d o a la liga, sino q u e , libre p o r la magnificencia de las virtudes, se alegra en las espaciosas auras del cielo sostenida p o r las dos alas del doble a m o r ; y asimismo ve que se le ha q u i t a d o lo q u e pesaba, n o lo q u e la sostenía en el aire, y, por lo m i s m o , dice segura: El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; como a Dios le agradó, así se hizo; bendito sea el nombre del Señor. D i o y q u i t ó ; p e r m a n e c e el q u e dio y q u i t ó lo q u e dio; sea b e n d i t o su n o m b r e . Para esto, pues, se quita a los buenos. P e r o p a r a q u e tal' vez n o diga algún débil: ¿Cuándo p o d r é yo tener tanta virtud como tuvo el santo Job? A d m i r a s la fortaleza del árbol p o r q u e ha p o c o naciste. La que contemplas ahora tan g r a n d e , bajo cuyos ramos y sombra te refrigeras, fue una varita. ¿Temes q u e se te q u i t e n estas cosas cuando seas tal? V e q u e se les quitarán a los malos. ¿Por qué retardas la conversión? Lo que temes p e r d e r siendo bueno, quizá lo has de perder siendo malo. Si lo pierdes siendo bueno, te queda el Consolador, q u e te lo quitó. El arca vacía de oro, p e r o el corazón lleno de fe. E x t e r i o r m e n t e eres p o b r e , p e r o int e r i o r m e n t e eres rico. C o n t i g o llevas las riquezas, q u e n o has de perder a u n q u e salgas d e s n u d o del naufragio. Si quizás, siend o malo, lo has de perder, ¿por q u é n o te e n c u e n t r a b u e n o esta pérdida, ya q u e m u c h a s veces t a m b i é n ves sufrir el daño

a los malos? Con mayor daño son heridos éstos, p o r q u e tienen la casa vacía, y m á s vacía aún su conciencia. Cualquier m a l o q u e hubiere p e r d i d o estas cosas, n o tendrá e x t e r i o r m e n t e lo q u e tenía ni tendrá interiormente d ó n d e descansar. Este huye de d o n d e padeció el daño, de d o n d e se jactaba con la ostentación de sus riquezas ante las miradas públicas; ya n o p u e d e jactarse ante la vista de los hombres n i vuelve a su interior, p o r q u e n o tiene nada. N o imitó a la h o r m i g a ; n o recogió para sí los granos en el verano. ¿Qué dije al mencionar el verano? Q u e era su verano c u a n d o se hallaba en la bonanza de la vida, cuand o le rodeaba la prosperidad del siglo, cuando se hallaba ocioso, cuando era llamado feliz p o r los hombres. Si hubiera oído la palabra de D i o s , hubiera imitado a la hormiga, p u e s hubiera recogido a l i m e n t o y lo hubiera escondido en el interior. Llegará la p r u e b a de la tribulación, se echará encima el invierno del marasmo, la tempestad del temor, el frío de la tristeza, o algún perjuicio o p e l i g r o de salud, o alguna privación de los suyos, o algún deshonor y humillación, siendo entonces el invierno; p e r o la h o r m i g a vuelve los ojos a lo que recogió en el verano, y allí d e n t r o en su escondite, d o n d e nadie la ve, se recrea con la labor del verano. C u a n d o ésta recogía los granos d u r a n t e el verano, todos la veían; c u a n d o se alimenta de ellos en el invierno, nadie la ve. ¿Qué significa esto? Observa a la h o r m i g a de D i o s ; aparece todos los días, se dirige al t e m p l o del Señor, ora, oye la lectura, canta los h i m n o s , m e d i t a lo que oyó, recapacita en su interior y esconde en su corazón los granos q u e recogió en la era. Estas cosas q u e ahora se dicen las p o n e n en práctica quienes oyen doctamente. Todos los ven ir a la iglesia,

ita factum est: sit nomen Domini benedictum (Iob 1,21). Benedixit enim et illa anima Dominum, et reddidit fructus compluta sagina benedictionis. Dominas dedit, Dominus abstulit: subtraxit data; sed non subtraxit datorem. Anima benedicta omnis simplex, non haerens rebus terrenis, nec visco impiicatis pennis iacens, sed exserto nítore virtutum, in geminis alis gemínae dilectionis exsultat in auras liberas; et videt sibi subtractum esse quod calcabat, non ubi incumbebat; et dicit secura: Dominus dedit, Dominus abstulit; sicut Domino placuit, ita factum est: sit nomen Domini benedictum. Dedit, et abstulit; manet qui dedit, et abstulit quod dedit: sit eius nomen benedictum. Ad hoc ergo ista auferuntur bonis. Sed ne quis forte infirmus diceret: Quando ego esse possum tantae virtutis, quantae sanctus Iob? Robur miraris arboris, quia modo nata es: haec magna quam miraris, sub cuius ramis et umbra refrigeraiis, virga fuit. Sed times ne tibí auferantur haec, cum talis fueris? Attende quia auferuntur et malis. Quid te ergo differs a conversione? Quod bonus times amittere, forte malus amissurus es. Si bonus ea perdideris, adest consolator qui abstulit: arca exinanita est auro, cor plenum est fide; foris pauper es, sed intus dives es: divitias tecum portas quas non amitteres, etiamsi de naufragio nudus exires. Quod ergo forte perditurus es malus, cur non bonum te invenit damnum, quando-

quidem vides et malos pati damnum? Sed maiore illi damno feriuntur: inanis est domus, inanior conscientia est. Quisquís malus ista perdiderit, non habet foris quod teneat, non habet intus ubi requiescat. Fugit hic ubi damnum passus est, ubi se ad oculos hominum de divitiarum ostentatione iactabat; iam se in oculis hominum iactare non potest: ad se intro non redit, quia nihil habet. Non est imitatus formicam; non sibi collegit grana, cum aestas esset (Prov 6,6, et 30,25). Quid dixi, cum aestas esset? Cum esset vitae tranqui Hitas, cum esset saeculi huius erga illum prosperitas, quando ei vacabat, quando felix vocabatur ab ómnibus, aestas ipsius erat. Imitaretur formicam, si audiret verbum Dei; colligeret grana, et intus reconderet. Venerat tentatio tribulationis, supervenerat hiems torporis, tempestas timoris, frigus tristitiae, sive damnum esset, sive aliquod salutis periculum, sive aliqua órbitas suorum, sive aliqua exhonoratio et humiliatio; hiems erat: redit fórmica ad id quod aestate collegit; et intus in secreto suo, ubi nemo videt, aestivis laboribus recreatur. Quando sibi ista colligebat aestate, videbant omnes: cum his pascitur hieme, nullus videt. Quid est hoc? Vide formicam Dei: surgit quotidie, currit ad ecclesiam Dei, orat, audit lectionem, hymnum cantat, ruminat quod audivit, apud se cogitat, recondit intus grana collecta de área. Haec ipsa quae modo dicuntur qui prudenter.

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volver de ella, oír el sermón y la lectura, coger el libro, abrirlo y leerlo; todas estas cosas se ven al hacerlas. Esta es la hormiga q u e allana el c a m i n o llevando y g u a r d a n d o el a l i m e n t o a la vista de los espectadores. Llegará algún día el invierno. ¿A q u i é n n o le llega? Sobrevendrá la desgracia, la orfandad, quienes ignoran q u é cosa tenga d e n t r o la h o r m i g a para comer, se compadecerán de ella c o m o de u n ser desgraciado y d i r á n : ¡Desventurado aquel a q u i e n le sobrevino esto o aquello! ¿Qué fortaleza de á n i m o piensas que tiene? ¡Ve c ó m o acabó! M i e n t e fundado en sí m i s m o , se compadece a t e n d i e n d o a sus fuerzas, y se engaña, p o r q u e quiere aplicar la m e d i d a con q u e él m i s m o se m i d e a aquel a quien n o conoce. Ves al q u e ha sufrido u n daño, o al q u e fue humillado, o al q u e fue h e r i d o p o r el abandono, ¿qué piensas de él? Este, dices, hizo algún mal, puesto q u e le sobrevino esto. T a l es el pensar, tal es el sentir de mis enemigos. ¿Ignoras, ¡oh h o m b r e ! , q u e eres para ti tu enem i g o cuando d u r a n t e el verano n o recoges lo q u e éste recoge? La h o r m i g a c o m e ahora d e n t r o los esfuerzos del verano; la pudiste ver c u a n d o recogía, n o la puedes ver comer lo q u e almacenó. H e dicho, hermanos, estas cosas s e g ú n m e concedió el Señor y conforme se d i g n ó sugerir e inspirar a m i flaqueza y debilidad, en cuanto ella es capaz, para d e m o s t r a r por qué da Dios todas estas cosas indiferentemente a los buenos y a los malos y p o r q u é las quita tanto a unos c o m o a otros. ¿Te las dio a t i ? : n o te engrías. ¿Te las q u i t ó ? : n o te abatas. T e mes q u e te las quite; p u e d e quitarlas al b u e n o y al malo; tú que eres b u e n o pierdes lo que es de D i o s , p e r o tienes a audiunt, hoc agunt, et ab ómnibus videntur procederé ad ecclesiam, rediré de ecclesia, audire sermonem, audire lectionem, invenire librum, aperire et legere: omnia ista videntur, cura fiunt. Fórmica illa est conterens iter, portans et recondens in conspectu cernentium. Venit hiems aliquando; cui enim non venit? Accidit damnum, accidit órbitas: caeteri miserantur forte ut miserum, qui non norunt quid intus habeat fórmica quod comedat, et dicunt, Miser ille cui hoc accidit, aut ille cui hoc accidit: quid illí credit animi esse? quomodo confectus est! Metitur ex se, compatitur ex viribus suis, et ideo fallitur; quia mensuram qua se metitur, vult afierre ad eum quem non novit. Vides illum passum damnum, aut humiliatum, aut orbitate percussum: quid credis? Iste aliquid malí fecit, ut hoc illi contingeret. Tale cor habeant, talem animum inimici mei. Ignoras, o homo; veré tu tibi inimicus es, qui per aestatem tibi non colligis quod iste collegit. Modo intus fórmica comedit labores aestatis: sed eam colligentem videre poteras; manducantem videre non potes. Ista, fratres, quantum Dominus dedit, quantum suggerere et imbuere dignatus est infirmitatem et humilitatem nostram, quantum capimus pro modulo nostro, diximus, quare det Deus omnia ista permixta et bonis et malis, et quare auferat et bonis et malis. Dedit tibi; non extollaris: abstulit tibi; non frangaris. Times ne auferat; bono potest auferre et malo: melius ergo bonus quod Dei est amittis, sed Deum

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Dios. T a m b i é n le acontece esto al m a l o ; a él le exhortamos. H a s de padecer desgracias; ¿quién n o ha soportado la desaparición de u n ser querido? Se precipita a l g u n o en el infortunio, le sobreviene de r e p e n t e alguna calamidad; de estas cosas está lleno el m u n d o , n o faltan ejemplos. T e hablo en el verano; n o escasean los granos q u e recoger; m i r a a la hormiga, ¡oh p e rezoso! Recoge, ahora q u e puedes, en el verano, p u e s el invierno n o te p e r m i t i r á recoger, sino sólo comer lo recogido. ¡Cuántos se hallan en la tribulación de tal m o d o , q u e n o les p e r m i t e ni leer, ni oír, ni quizá tolerar en su c o m p a ñ í a a los q u e p u d i e r a n consolarlos! P e r m a n e c e la h o r m i g a en el h o r m i g u e r o ; vea si recogió algo d u r a n t e el verano con lo q u e haga frente al invierno. 4. A h o r a D i o s nos bendice. ¿Por q u é nos bendice? ¿Qué bendición reclama esta expresión: Bendíganos Dios? La bendición q u e reserva p a r a sus amigos; la q u e da sólo a los buenos. N o apetezcáis como cosa g r a n d e lo q u e t a m b i é n reciben los malos; p o r q u e Dios, que hace salir el sol sobre buenos y m a los y llueve sobre justos e injustos, lo da, p o r ser bueno. Pero ¿qué otorga p r i n c i p a l m e n t e a los buenos? ¿Qué especialmente a los justos? Ilumine su rostro para con nosotros. T ú q u e iluminas la superficie del sol para los buenos y los malos, ilumina tu rostro p a r a con nosotros. Los buenos y los malos, j u n t a m e n t e con las bestias, ven la luz del sol. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Ilumine su rostro para con nosotros. D e dos modos p u e d e entenderse esto; los dos han de exponerse. Ilumina, dice, tu rostro para con nosotros; tenes. Sic ergo et ille malus; ipsum hortamur: Passurus es damnum; (quis non passurus est orbitatem?) aliquis casus irruet, aliqua calamitas de transverso, undecumque plenus est mundus, exempla non cessant: loquor tibi in aestate, grana quae colligas non desuní: atiende ad formicam, o piger (Prov 6,6, et 30,25); collige aestate cum potes; hiems colligere te non sinet, sed manducare quod collegeris. Quam multi enim tribulationem ita patiuntur, ut non eis vacet, nec legere aliquid, nec audire aliquid; nec forte admittuntur ad eos qui eos consolentur. Remansit fórmica in caverna; videat si collegit aliquid aestate, quo se avocet hieme. 4. Sed modo quia benedicet nos Deus, quáre benedicet nos? quam benedictionem petit haec vox, Ut benedicat nos Deus? Benedictionem quam servat amicis suis, quam solis bonis dat. Ne pro magno appetas quod et mali accipiunt: quia bonus est Deus, facit illa, qui solem suum facit oriri super bonos et malos, et pluit super iustos et iniustos (Mt 5,45). Quid ergo praecipue bonis? quid praecipue iustis? llluminet vultum suum super nos. Solis huius vultum illuminas super bonos et malos; vultum tuum illumina super nos. Vident istam lucem cum pecoribus et boni et mali: beati autem mundo corde, quoniam ipsi Deum videbunt (Ib. 5,8). llluminet vultum suum super nos. Geminus intellectus est; uterque dicendus est. Illumina, inquit, vultum tuum super nos;

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es decir, muéstranos tu rostro. Pues no ilumina Dios de vez en cuando su rostro como si en algún tiempo estuviese sin luz, sino que le ilumina para con nosotros, de suerte que se nos descubre lo que estaba oculto y se nos manifiesta lo que existía, pero que se hallaba escondido para nosotros; en esto consiste el iluminar Dios. También puede entenderse, sin lugar a duda, ilumina tu rostro para con nosotros, por ilumina tu imagen en nosotros, pues nos grabaste tu imagen, nos hiciste a tu imagen y semejanza, nos hiciste tu moneda; y, por tanto, no debe permanecer tu imagen oscurecida; envía el rayo de tu sabiduría para que disipe nuestras tinieblas y brille tu imagen en nosotros. Conozcamos tu imagen; oigamos lo que se dice en el Cantar de los Cantares: Conócete a ti misma, ¡oh hermosa entre las mujeres! Esto se dice a la Iglesia: Conócete a ti misma. Pero esto, ¿qué quiere decir?: ¡Conócete que has sido hecha a imagen de Dios! ¡Oh alma hermosa de la Iglesia, redimida con la sangre del Cordero inmaculado!, mira lo que vales, piensa lo que se dio por ti. Luego anhelemos y digamos que ilumine su rostro en nosotros. Llevamos su rostro. Como los soldados se dicen rostro del emperador, así cualquier hombre santo es rostro de Dios en su imagen; pero los inicuos no ven en sí la imagen de Dios. Para que sea esclarecido el rostro de Dios en ellos, ¿qué deben decir? Tú, ¡oh Señor!, ilumina mi lámpara; Dios mío, tú iluminarás mis tinieblas. Me hallo en medio de las tinieblas de los pecados, pero el rayo de tu sabiduría disipará mis tinieblas. Aparezca tu rostro, y, si quizá apareciese un tanto

deformado debido a mí, sea reformado por ti lo que por ti fue formado. Luego ilumine o esclarezca su rostro para con nosotros. 5 [v.3]. Para que conozcamos en la tierra tu camino. En la tierra: aquí, en esta vida, conozcamos tu camino. ¿Cuál es tu camino? El que lleva a ti. Conozcamos adonde y por dónde hemos de ir, pues no podemos ignorar estas dos cosas. Te hallas lejos de los peregrinos, pero nos ofreciste el camino por el cual hemos de dirigirnos a ti. Conozcamos en la tierra tu camino. ¿Cuál es su camino, pues hemos deseado conocerle en la tierra? Le hemos de buscar, no forjarle a nuestro capricho. Podemos conocerle por el Evangelio. Yo—dice el Señor—soy el camino. Cristo dijo: Yo soy el camino. ¿Temes errar? Fíjate que añadió y la verdad. ¿Quién yerra estando en la verdad? Yerra el que se hubiere apartado de la verdad. Cristo es la verdad; Cristo es el camino; anda, pues. ¿Temes morir antes de llegar al fin? Yo soy la vida. Yo soy—dice—el camino, la verdad y la vida. Esto es como si dijese: ¿Por qué temes? Caminas por mí, en mí y descansas en mí. ¿Qué quiere decir conozcamos en la tierra tu camino sino conozcamos en la tierra a tu Cristo? Pero que conteste el mismo salmo para que no penséis que debe ser aducido el testimonio de otras Escrituras porque falte aquí. Repitiendo con otras palabras el mismo pensamiento, demostró qué dijo al decir conozcamos en la tierra tu camino, pues, como si tú investigases en qué tierra (le has de conocer) y qué camino, añadió: en todas las naciones tu salud. ¿En qué tierra le has de buscar? Oye: en todas las naciones. Y ¿cuál es el camino que buscas? Escucha: tu salud. ¿Por ventura no es Cristo

ostende nobis vultum suum. Non enim aliquando illuminat vultum tuum Deus, quasi aliquando fuerit sine lumine: sed ¡Ilumina super nos, ut quod nos latebat aperiatur nobis, et quod erat, sed nobis absconditum erat, reveletur super nos, hoc est illuminetur. Aut certe, imaginem mam illumina super nos: ut hoc dixerit, Illumina vultum tuum super nos; Impressisti nobis vultum tuum, fecisti nos ad imaginem et similitudinem tuam (Gen 1,26), fecisti nos nummum tuum; sed non debet imago tua in tenebris remanere; mitte radium sapientiae tuae, expellat tenebras nostras, et fulgeat in nobis imago tua; cognoscamus nos imaginem tuam, audiamus quod dictum est in Canticis canticorum: Nisi cognoveris temetipsam, o pulchra inier mulleres (Cant 1,7). Dicitur enim Ecclesiae: Nisi cognoveris temetipsam. Quid est hoc? Nisi cognoveris ad imaginem Dei te factam. O anima Ecclesiae pretiosa, redempta sanguine Agni immaculati, attende quanti valeas; quid pro te datum sit cogita. Dicamus ergo et optemus, Illuminet vultum suum super nos. Gestamus vultum eius: quomodo dicuntur vultus imperatorum, veré quídam sacer vultus Dei est in imagine ipsius; sed iniqui non cognoscunt in se imaginem Dei. Ut illuminetur vultus Dei super illos, quid debent dicere? X» illuminabis lucernam meam. Domine; Deus meus, illuminabis tenebras meas (Ps 17,29). Sum in tenebris peccatorum; sed radio sapientiae tuae discutiantur tenebrae meae: appareat vultus tuus, et si forte ap-

paret per me aliquantulum deformis effectus, a te reformetur quod a te formatum est. Illuminet ergo vultum suum super nos. 5 [v.3]. Ut cognoscamus in térra viam tuam. In térra, hic, in hac vita, cognoscamus viam tuam. Quid est, viam tuam? Quae ducit ad te. Agnoscamus quo eamus, agnoscamus qua eamus; utrumque in tenebris non possumus. Longe es a peregrinantibus; viam nobis porrexisti per quam redeundum sit ad te: Agnoscamus in térra viam tuam. Quae est via ipsius, quia hoc optavimus, ut cognoscamus in térra viam tuam? Quaesituri sumus eam nos, non per nos discituri. Possumus eam de Evangelio discere: Ego sum via, Dominus ait. Christus dixit: Ego sum via. Sed times ne erres? Adiecif. Et veritas. Quis errat in veritate? Errat qui recesserit a veritate. Veritas Christus, via Christus: ambula. Times ne moriaris antequam pervenias? Ego sum vita: Ego sum, inquit, via, et veritas, et vita (lo 14,6). Quasi diceret, Quid times? Per me ambulas, in me ambulas, in me requíescis. Quid ergo ait, Cognoscamus in térra viam tuam, nisi, cognoscamus in térra Christum tuum? Sed ipse psalmus respondeat: ne putetis ex alus Scripturis adhibendum esse testimonium quod forte hic deest, repetendo ostendit quid dixerit, Ut cognoscamus in térra viam tuam; et quasi tu quaereres, In qua térra, quam viam? In ómnibus gentibus salutare tuum. In qua térra quaeris? Audi: In ómnibus gentibus. Quam viam quaeris? Audi: Salutare tuum.

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tu salud? ¿ Q u é dijo el anciano Simeón? A q u e l anciano, diré, del Evangelio, conservado lleno de años hasta el nacimiento del Verbo, t o m ó en sus m a n o s al n i ñ o Verbo, pues el que se d i g n ó encerrarse en el vientre m a t e r n o , ¿cómo se desdeñaría ser recibido en los brazos del anciano? A q u e l q u e estuvo en el seno de la Virgen, estuvo t a m b i é n en las m a n o s del anciano; aquel q u e apareció débil infante en las entrañas y en los brazos del viejo y q u e v i n o a darnos la fortaleza, puesto que p o r El fueron hechas todas las cosas; y, si todas fueron hechas p o r El, también la m i s m a m a d r e ; v i n o humilde, v i n o en flaqueza, p e r o en flaqueza q u e había de ser cambiada, porque, si fue crucificado, según dice el Apóstol, por la flaqueza, vive por el poder. Pues bien, éste estuvo en los brazos del anciano. Y ¿qué dijo el anciano, q u é dijo congratulándose, p o r q u e ya presto iba a morir, viendo reclinado en sus brazos a A q u e l p o r q u i e n y en q u i e n se hallaba su salud? Ahora, Señor, despacha a tu siervo en paz, porque vieron mis ojos tu salud. Luego bendíganos Dios y se compadezca de nosotros. Ilumine su rostro para con nosotros a fin de que conozcamos en la tierra tu camino. ¿En qué tierra? En todas las naciones. ¿Qué camino? Tu Salud. 6 [ v . 4 ] . ¿Qué sigue, puesto q u e ya se conoce en la tierra el c a m i n o de Dios, p u e s t o q u e ya se conoce en todas las naciones la salud de Dios? Alábente, ¡oh Dios!, los pueblos. Alábente todos los pueblos. A q u í sale al paso u n hereje y dice: Y o tengo mis pueblos en África, y otro, voceando desde otro lugar, dice: Y o los t e n g o en Galacia. T ú en África, aquél en Galacia; yo busco a A q u e l que los tiene en todas las partes.

C i e r t a m e n t e q u e os habéis atrevido a alegraros al oír: Alábente, ¡oh Dios!, los pueblos. P e r o atended al versillo siguiente, que n o habla de p a r t e determinada, pues dice: Alábente todos los pueblos. A n d a d en el c a m i n o con todas las naciones, andad en el c a m i n o con todos los pueblos, ¡oh hijos de la paz, oh hijos de la única Católica!; andad en el c a m i n o ; cantad caminando. Esto lo hacen los viajeros p a r a alivio del trabajo. Cantad en este camino, os lo p i d o por el m i s m o camino; cantad en este camino. Cantad u n cántico n u e v o ; nadie cante aquí cánticos antiguos. Cantad cánticos de amor a vuestra patria; nadie cante cánticos antiguos. Es camino nuevo, viajero n u e v o ; p o r tanto, cante cántico nuevo. Oye al Apóstol, q u e te exhorta al cántico n u e v o : Si alguno es en Cristo nueva criatura, pasaron las cosas viejas. He aquí que se han hecho todas nuevas. Cantad el cántico n u e vo en el c a m i n o q u e conocisteis en la tierra. ¿En q u é tierra? En todas las naciones. Por eso, el cántico n u e v o n o es p r o p i o de u n a sola p a r t e . El q u e canta en una parte, canta el cántico viejo. Cualquier cántico q u e cante, canta el viejo, pues canta el h o m b r e viejo, y entonces se halla dividido, es carnal. En tanto es viejo en c u a n t o q u e es carnal y en tanto es n u e v o en cuanto q u e es espiritual. M i r a lo que dice el Apóstol: N o pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales. ¿Cómo les dem u e s t r a q u e son carnales? Porque uno dice: Yo soy de Pablo; otro: Yo de Apolo. ¿Por ventura no sois carnales todavía? Canta en el espíritu cántico n u e v o en el c a m i n o seguro, así c o m o cantan los viajeros, los cuales m u c h a s veces cantan por la noche. Canta, pues, c o m o cantan los q u e t e m e n a los ladrones, al verte

An forte non est Christus salutare ipsius? Et quid est quod dixit senex ille Simeón; senex ille, inquam, in Evangelio, servatus annosus usque ad infantiam Verbi? Accepit enim senex ille in manibus suis infantem Verbum Dei. Qui et in útero esse dignatus est, in manibus senis esse dedignaretur? Ille in útero virginis, qui in manibus senis; infirmus infans, et intra viscera, et in manibus senis, ad dandam nobis firmitatem, per quem facta sunt omnia; et si omnia, et ipsa mater; venit humilis, venit infirmus, sed indutus ínfirmitate mutanda: quia etsi crucifixus est ex infirmitate; sed vivit ex virtute Dei (2 Cor 13,4). Apostolus ait. Erat ergo in manibus senis. Et quid ait senex ille? quid ait, gratulans quod iam solvendus hinc esset, videns suis manibus contineri a quo et in quo salus eius continebatur? "Iam dimittis", inquit, "Domine, servum tuum in pace; quoniam videmnt oculi mei salutare tuum" (Le 2, 29.30). Ergo, "Benedicat nos Deus, et misereatur nostri: illuminet vultum suum super nos, ut cognoscamus in térra viam mam." In qua térra? "In ómnibus gentibus." Quam viam? "Salutare tuum." 6 [v.4}. Quid sequitur; quia cognoscitur in térra via Dei, quia cognoscitur in ómnibus gentibus salutare Dei? Confiteantur tibi popali, Deus; confiteantur tibi, inquit, populi omnes. Existit haereticus, et dicit, Ego in África populos habeo: et alius ex alia parte, Et ego in Galatia populos habeo. Tu in África, ille in Galatia: ego illum quaero qui

ubique habet. Certe ad istam vocem exsultare vos ausi estis, quoniam audistis, Confiteantur tibi populi, Deus. Audite sequentem versum, quia non de parte loquitur: Confitebantm tibi populi omnes. Ambulate in via cum ómnibus gentibus, ambulate in via cum ómnibus populís, o filii pacis, filii unicae Catholicae; ambulate in via, cántate ambulantes. Faciunt hoc viatores ad solamen laboris. Cántate vos in hac via: obsecro vos per ipsam viam, cántate in hac via: canticum novum cántate; nemo ibi vetera cantet: cántate amatoria patriae vestrae; nemo vetera. Via nova, viator novus, canticum novum. Audi Apostolum hortantem te ad canticum novum: Si qua igitur in Christo nova creatura, vetera transierunt; ecce facta sunt nova (2 Cor 5,17). Canticum novum cántate in via quam cognovistis in térra. In qua térra? In ómnibus gentibus. Propterea et canticum novum non pertinet ad partem. Qui in parte cantat, vetus cantat: quodlibet cantet, vetus cantat, vetus homo cantat; divisus est, carnalis est. Certe in quantum carnalis est, in tantum vetus, et in quantum spiritualis, in tantum novus. Vide quid dicat Apostolus: Non potui vobis loqui quasi spirilualibus, sed quasi carnaubas. Unde illos probat carnales? Cum enim unus dicit, Ego sum Pauli; alter vero, Ego Apollo: nonne, inquit, carnales estis? (1 Cor 3,1.4). Ergo in spiritu canticum novum canta in via secura. Sicut viatores cantant, et plerumque nocte cantant. Formidolosa círcumstrepunt omnia, vel potius non circum-

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rodeado por todas las cosas que gritan (en la noche) temerosamente, o, mejor dicho, que no gritan, sino que se hallan en silencio, y que cuanto están más en silencio, tanto más se las teme. ¿Pero cuanto más seguro no cantas en Cristo? En este camino no hay ladrones si tú, no abandonando el camino, no te echas en sus manos. Canta, diré, seguro el cántico nuevo en el camino que conociste en la. tierra, es decir, en todas las naciones. Ve que no canta contigo el cántico nuevo el que quiso hallarse aparte. Cantad—dice—cántico nuevo al Señor; y prosigue: Cantad al Señor toda la tierra. Alábente, ¡oh Dios!, los pueblos. Encontraron tu camino; te alaben. La acción de cantar es una confesión. La confesión de tus pecados se debe a la gracia de Dios. Confiesa tu iniquidad, confiesa la gracia de Dios. Acúsate a ti, glorifícale a El; censúrate, alábale a El, para que al venir a ti encuentre que has sido tú tu vengador, y así El se muestre tu Salvador. ¿Por qué teméis confesar vosotros que encontrasteis este camino en todas las naciones? ¿Por qué teméis confesar y cantar en vuestra confesión el cántico nuevo con toda la tierra, en toda la tierra, en la paz católica? ¿Temes confesar a Dios porque tal vez te castigue si le confiesas? Si no confesando te ocultas, serás condenado a las claras. Temes confesar tú que, no confesando, no puedes estar oculto. Serás condenado en secreto tú que pudieras ser librado confeso. Alábente, ¡oh Dios!, los pueblos; alábente todos los pueblos. 7 [v.5]. Como esta confesión no conduce al suplicio, prosigue y dice: Alégresen y regocíjense las naciones. Si los ladrones convictos y confesos lloran ante el hombre, alégrense los strepunt, sed circumsilent; et quanto magis silentia, tanto magis formidolosa; cantant tamen et qui latrones timent. Quanto securius cantas in Christo? Non habet via ista latronem, si tu non deserendo viam incidís in latronem. Canta, inquam, securus canticum novum in via quam cognovisti in térra, hoc est in ómnibus gentibus. Vide quia ipsum canticum novum non tecum cantat qui in parte esse voluit. Cántate, inquit, Domino canticum novum; et sequitur, Cántate Domino, omnis térra (Ps 95,1). Confiteantur tibi pofiuli, Deus. Invenerunt viam tuam; confiteantur. Ipsa cantatio confessio est; confessio peccatorum tuorum, et virtutis Dei. Tuam iniquitatem confitere, gratiam Deí confitere; te accusa, illum glorifica; te reprehende, illum lauda: ut et ipse veniens inveniat te punitorem tuum, et exhibeat se tibi salvatorem tuum. Quid enim timetis confiten, qui invenistis hanc viam in ómnibus gentibus? quid timetis confiten, et in confessione vestra cantare canticum novum cum omni térra, in omni térra, in pace catholica? Confiteri times Deo, ne confessum damnet? Si non confessus lates, confessus damnaberis. Times confiteri, qui non confitendo esse non potes occultus: damnaberis tacitus, qui posses líberari confessus. Confiteantur tibi populi, Deus; confiteantur tibi populi omnes. 7 [v.8], Et quia ista confessio non ad supplicium ducit, sequitur, et dicit: Laetentur et exsultent gentes. Si plangunt ante hominem confessi latrones, laetentur ante Deum confessi fideles. Si homo iudicet,

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fieles confesos ante Dios. Si juzga un hombre, la tortura y el temor recaban del ladrón la confesión. ¿Qué digo? Algunas veces el temor encubre la confesión, pero la descubre el dolor. Aquel que llora en los tormentos, teme, confeso, ser matado; por eso soporta los dolores cuanto puede, y, si le venció el dolor, pronuncia con su boca la pena de muerte. Luego jamás está alegre, jamás se regocija; antes de la confesión, el garfio levanta las carnes; al confesar, el verdugo conduce al condenado al suplicio. Por todas partes es desgraciado. Pero se alegren y regocijen las naciones. ¿De qué? De la confesión. ¿Y por qué? Porque es bueno Aquel a quien se confiesa. Precisamente exige la confesión para librar al humilde y condena al que no confiesa porque castiga al soberbio. Luego estás triste antes de confesar; regocíjate después de haber confesado; ya sanarás. Tu conciencia almacenó pus, se hinchó con el tumor; te atormenta, no te permite el descanso. El médico aplica el fomento de la receta y alguna vez saja, aplica la lanceta medicinal para hacer que desaparezca la tribulación. Tú admite la mano del médico; confiesa, que salga fuera por la confesión y corra todo el pus. Regocíjate ya, alégrate ya, porque lo que aún queda, fácilmente se curará. Te confiesen los pueblos, oh Dios!, te confiesen todos los pueblos. Y, puesto que te confiesan, se alegren y regocijen las naciones, porque juzgas a los pueblos con equidad. Nadie te engaña. Se alegre el que ha de ser juzgado, que teme al que ha de juzgar. Previno y preparó su rostro en la confesión, pues cuando viniere, El juzgará a los pueblos en equidad. ¿De qué servirá la astucia del acusador allí en donde la conciencia es el testigo, en donde tú serás también el testigo y exigir a latrone confessionem tortor et timor; imo aliquando confessionem premit timor, exigit dolor: et ille qui plangit in tormentis, timet autem occidi confessus, .portat tormenta quantum potest; et si victus dolore fuerit, profert ad mortem vocem suam. Nusquam ergo laetus, nusquam exsultans: antequam confiteatur, exarat úngula; cum confessus fuerit, damnatum carnifex ducit: miser ubique. Sed laetentur et exsultent gentes. Unde? Per ipsam confessionem. Quare? Quia bonus est cui confitentur: ad hoc exigit confessionem, ut liberet humilem; ad hoc damnat non confitentem, ut puniat superbum. Ergo tristis esto antequam confitearis; confessus exsulta, iam sanaberis. Conscientia tua saniem collegerat, apostema tumuerat, cruciabat te, requiescere non sinebat: adhibet medicus fomenta verborum, et aliquando secat; adhibet medicínale ferrum in correptione tribulationis: tu agnosce medici manum; confitere, exeat in confessione et defluat omnis sanies: iam exsulta, iam laetare; quod reliquum est facile sanabitur. Confiteantur tibi populi, Deus; confiteantur tibi populi omnes. Et quia confitentur, laetentur et exsultent gentes; quoniam iudicas populas in aequitate. Nemo te fallit: gaudeat iudícandus, qui timuit iudicaturum. Praevidit enim, et praevenit faciem eius in confessione (Ps 104,2): ille autem cum venerit, populos in aequitate iudicabit. Quid ibi valebit calliditas accusato-

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presentarás tu misma causa, en donde el juez no necesita de testigos? Te proporcionó un abogado. Por causa de El y por medio de El confiesa, pues El defiende tu causa; es defensor del penitente, demandante de perdón del que confiesa y juez del inocente. ¿Podrás temer con fundamento por tu causa cuando tu juez es tu abogado? Se alegren y regocijen las naciones, porque juzgas a los pueblos con equidad. Ciertamente que podrán temer que su juicio les resulte mal; corríjanse, entregúense a Aquel que ve a los que han de ser juzgados. Corríjanse aquí y no temerán al ser juzgados. Ve lo que dice en otro salmo: ¡Oh Dios!, sálvame en tu nombre y júzgame con tu poder. ¿Qué dice? Si primeramente no me salvas en tu nombre, debo temer al juzgarme en tu poder. Pero si antes me salvas en tu nombre, ¿qué he de temer del que me juzga en el poder, de quien precedió en su nombre la salud? Así dice también aquí: Te confiesen todos los pueblos. Y para que no penséis que debía ser temido algo en la confesión, añade: Alégresen y regocíjense las naciones. ¿Por qué han de alegrarse y regocijarse? Porque juzgas a los pueblos en equidad. Nadie le ofrece un don en contra nuestra, nadie te soborna, nadie te engaña. Luego estáte seguro. ¿Pero qué ha de ser de tu causa? A Dios nadie le soborna; es evidente. Por tanto, quizá ha de ser temido más por lo mismo que no puede ser sobornado en modo alguno. Entonces, ¿cómo has de estar seguro? Atendiendo a aquello que ya se dijo en otro salmo: ¡Oh Dios!, sálvame en tu nombre y júzgame en tu poder. Asimismo dice aquí: Alégrense y regocíjense las naciones, porque juzgas a los pueblos en equidad. Y para que no

teman los inicuos añadió: y gobiernas a las naciones en la tierra. Las naciones estaban depravadas, trastornadas, pervertidas. En virtud de su depravación, torcimiento y perversidad temían al juez que había de venir. Llegó, y su protección se extendió sobre los pueblos misericordiosamente y fueron dirigidos para que anduviesen el camino recto. ¿Cómo temerán al juez que ha de venir quienes primeramente le reconocieron por gobernador? Échense en sus manos; El dirige a las naciones en la tierra. Dirigidas las naciones por El, caminando en la fe, regocijándose en El, ejecutando obras buenas; si por casualidad, puesto que navegas por el mar, entra agua por diminutas hendiduras, por pequeñísimas rendijas, al fondo de la nave, extráela por las buenas obras para que no la llene entrando más y hunda la nave; extráela todos los días ayunando, orando, dando limosna, diciendo con puro corazón: Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Diciendo y haciendo estas cosas, anda seguro, regocíjate, canta en el camino. N o temas al juez, pues antes de ser fiel encontraste al Salvador. Te buscó siendo tú impío para redimirte. Redimido, ¿te abandonará para perderte? Y diriges a las naciones en la tierra. 8 [v.6-7]. Se alegra, se regocija, exhorta, repite los mismos versillos en la exhortación, pues dice: Alábente, ¡oh Dios!, los pueblos; alábente todos los pueblos; la tierra dio su fruto. ¿Qué fruto? Alábente todos los pueblos. Era tierra; estaba llena de espinas, se acercó la mano del extirpador, llegó la hora del llamamiento de su divina virtud y misericordia, y comenzó a alabar la tierra y ya da su fruto. ¿Podría dar su fruto antes

ris, ubi est testis conscientia, ubi tu eris et causa tua, ubi iudex non quaerit testem? Advocatum misit tibi: propter illum, et per illum confitere; age causam tuam, et defensor est poenitentis, et petitor veniae confitentis, et iudex innocentis. Veré timere poteris causam tuam, ubi advocatus mus erit iudex tuus? Laetentur ergo, et exsultent gentes; quoniam iudicas populos in aequitate. Sed timere poterutit ne male iudicentur: dent se corrigendos, dent se dirigendos ei qui videt iudicandos. Hic corrigantur, et non timeant cum iudicabuntur. Vide quid dicat in alio psalmo: Deus, in nomine tito salvum me fac, et in virtute tua iudica me (Ps 53,3). Quid ait? Si non me prius salvas in nomine tuo, debeo timere cum me iudicabis in virtute tua: si autem me prius salvas in nomine tuo, quid timebo iudicantem in virtute, cuius salus praecessit in nomine? Sic etiam hoc loco, Confiteantur tibí populi omnes. Et ne putetis aliquid timendum in confessione, Laetentur, inquit, et exsultent gentes. Quare, laete-ntur et exsultent? Quoniam iuiicas populos in aequitate. Nemo contra nos praemium dat, nemo te corrumpit, nemo te fallit. Ergo securus sis. Sed quid de causa tua? Nemo corrumpit Deum; manifestum est: ne forte ideo magis timendus sit, quia corrumpi nullo modo potest. Quomodo ergo securus es? Secundum illud quod iam dictum est: Deus, in nomine tuo salvum me fac, et in- virtute tua iudica me. Sic et hic: Laetentur et exsultent gentes, quoniam

iudicas populos in aequitate. Et ne timeant iniqui, subiecit: Et gentes in térra dirigís. Pravae erant gentes, et tortuosae erant gentes, perversae erant gentes; mérito pravitatis et distorsionis et perversitatis suae iudicem venientem timebant: venit manus ipsius, extenta est misericorditer in populos; diriguntur ut ambulent rectam viam: quid timeant venturum iudicem, qui primo agnoverunt correctorem? Manibus eius dent se; ipse gentes in térra dirigit. Directae autem gentes, ambulantes in fide, exsultantes in illo, facientes opera bona; et si qua forte, quoniam per mare navigant, intrat aqua per minutissimas cavernas, per rimulas ad sentinam, exhauriendo eam per opera bona, ne plus intrando cumulum faciat, et navem deprimat; exhauriendo quotidie, ieiunando, orando, eleemosynas faciendo, dicendo puro corde, Dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris (Mt 6,12): dicendo ista, ambula securus, et exsulta in via, canta in via. Noli timere iudicem; antequam esses fidelis, invenisti salvatorem. Impium te quaesivit ut redimeret; redemptum deseret ut perdat? Et gentes in térra dirigís. 8 [v.6-7}. Exsultat, gaudet, hortatur, repetit eosdem versus in exhortatione. Confiteantur tibi populi, Deus; confiteantur tibi populi omnes: térra dedit fructum suum. Quem fructum? Confiteantur tibi populi omnes. Terra erat; spinis plena erat: accessit eradicantis manus, accessit vocatio maiestatis eius et misericordiae; coepit térra confiteri, iam dat

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de llover? ¿Podría dar la tierra fruto antes de que descendiese de lo alto la misericordia de Dios? M e lean, dirás, y verán que, rociada la tierra con el agua, d i o su fruto. Oye decir al Señor, q u e hace llover: Haced penitencia, pues se acerca el reino de los cilos. Llueve, y la m i s m a lluvia es trueno; atemoriza. T e m e al q u e truena y recibe al q u e llueve. D e s p u é s de aquella voz de Dios, q u e truena y llueve; después de aquella voz veamos algo q u e nos presenta el Evangelio. H e a q u í la meretriz, la cual, teniendo mala fama en toda la ciudad, e n t r ó en la casa ajena, adonde n o había sido invitada p o r el d u e ñ o , sino que fue llam a d a p o r el invitado; mas n o p o r la lengua, sino p o r la gracia. H a b í a conocido la enferma q u e tenía allí u n sitio en donde sabía q u e se hallaba sentado a la mesa su médico. Entra la pecadora y sólo se atreve a acercarse a los pies. Llora a sus pies, los riega con lágrimas, los limpia con su cabellera y los unge con u n g ü e n t o precioso. ¿ D e q u é te admiras? La tierra dio su fruto. Esto se hizo allí en donde, lloviendo el Señor p o r su boca, se llevaron a cabo las cosas q u e leemos en el Evangelio. Lloviendo p o r sus nubes, p o r los apóstoles, q u e predicaron la verdad: La tierra dio en abundancia su fruto, y la mies llenó ya toda la tierra. 9 [ v . 8 ] . Oye lo que a continuación se dice: Bendíganos Dios, el Dios nuestro; bendíganos Dios. N o s bendiga, como ya dije; nos bendiga c o n t i n u a m e n t e , m u l t i p l i q u e su bendición. Atienda vuestra caridad, puesto que ya antecedió en Jerusalen el fruto de la tierra. Pues desde allí c o m e n z ó a formarse la Iglesia. Allí descendió el Espíritu Santo y llenó a los santos térra fructum suum. Daret fructum suum, nisi ante complueretur? daret térra fructum suum, nisi ante misericordia Dei veniret desuper? Legant mihi, inquis, quod compluta dederit térra fructum suum. Audi compluentem Dominum: Agite poenitentiam; appropinquavit enim regnam caelorum (Ib. 3,2). Pluit, et ipsa pluvia tonitrus est; terret: time tonantem, et excipe pluentem. Ecce post illam vocem tonantis et pluentis Dei; post illam vocem aliquid de ipso Evangelio videamus. Ecce illa meretrix, malam famam habens in civitate, irrupit in alienam domum quo non erat invitata ab hospite, sed ab invitato vocata; non lingua, sed gratia. Noverat aegra habere ibi se locum, ubi medicum suum discunibere sciebat. Ingressa est quae erat peccatrix; non audet accederé nisi ad pedes: flet ad pedes, irrigat lacrymis, tergit crinibus, unguit ungüento (Le 8,37.38). Quid miraris? Terra dedit fructum suum. Ergo hoc factura est, ibi pluente Domino per os suum; facta sunt quae legimus in Evangelio: quo pluente per nubes suas, missis Apostolis, et praedicantibus veritatem, térra amplius dedit fructum suum; et ista seges iam implevit orbem terrarum. 9 [v.8]. Vide quid deinde dicatur: Benedicat nos Deus, Deus noster; benedicat nos Deus. Benedicat, sicut iam dixi; etiam atque etiam benedicat, multiplicet benedicendo. Attendat Charitas Vestra quoniam iam praecessit fructus terrae in Ierusalem. Inde enim coepit Ecclesia:

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congregados en u n o ; obraron milagros y hablaron las lenguas de todas las naciones. Llenos del Espíritu Santo y convertidos m u c h o s de los q u e estaban allí, t e m i e n d o ya a Dios y recib i e n d o el rocío divino, dieron alabando tanto fruto, q u e juntaron en c o m ú n todos sus bienes y los distribuyeron a los necesitados, y vivieron de tal suerte, q u e nadie tenía cosa alguna c o m o propia, sino que todas las tenían en c o m ú n , teniendo, asimismo, u n alma y u n corazón en Dios. Se les había d a d o la sangre del Señor q u e d e r r a m a r o n ; se les había concedido, perd o n a n d o el Señor, q u e aprendiesen a beber lo q u e h a b í a n derramado. G r a n fruto h u b o allí, la tierra dio su fruto, y gran fruto; ó p t i m o fruto. ¿Por ventura aquella sola tierra debió de dar su fruto? Bendíganos Dios, el Dios nuestro; bendíganos Dios. Prosiga bendiciendo, pues la bendición suele tomarse p r o p i a y particularmente por multiplicación o acrecentamiento. Lo p r o bemos p o r el Génesis. A t i e n d e a las obras de Dios. D i o s hizo la luz y separó la luz de las tinieblas; y a la luz la llamó día, y noche a las tinieblas; y n o dijo: Bendijo Dios la luz. La mism a luz retorna, y constituye alternativamente los días y las noches. Llamó cielo al f i r m a m e n t o q u e se halla entre las aguas y las aguas; t a m p o c o se dijo: Bendijo el cielo. Separó el m a r de la seca y dio n o m b r e a a m b o s ; a la árida, el de tierra, y a la r e u n i ó n de las aguas, el de mar. T a m p o c o se dijo a q u í : Bendijo Dios. Se llegó a los seres q u e h a b í a n de tener la v i r t u d de la fecundidad y q u e h a b í a n de traer su origen de las aguas, y a estos seres, q u e están dotados de la m á x i m a fecundidad y multiplicidad, D i o s los bendijo, diciendo: Creced y multiplicaos venit ibi Spiritus sanctus, et implevit sanctos in unum congregatos; facta sunt miracula, linguis omnium locuti sunt (Act 2,1-4). Impleti sunt Spiritu Dei, conversi sunt qui ibi erant; timentes, et suscipientes imbrem divinum, dederunt in confessione tantum fructum, ut omnia sua in commune conferrent, distribuentes pauperibus; ut nemo diceret aliquid proprium, sed essent illis omnia communia, et haberent animam unam et cor unum in Deum (Act 4,32). Donatus enim illis erat sanguis Domini quem fuderant; donatus erat ignoscente Domino, ut iam quod fuderant etiam bibere discerent. Magnus ibi fructus: térra dedit fructum suum, et magnum fructum, et optimum fructum. Numquid térra illa sola debuit daré fructum suum? Benedicat nos Deus, Deus noster; benedicat nos Deus. Adhuc benedicat; benedictio enim in multiplicatione solet máxime et proprie intelligi. Probemus hoc in Genesi: vide opera Dei. Fecit Deus lucem; et divisit Deus Ínter lucem, et tenebras: lucem vocavit diem, et tenebras vocavit noctem. Non dictum est, Benedixit lucem. Etenim eadem lux redit et alternat diebus ac noctibus. Vocavit caelum firmamentum inter aquas et aquas: non dictum est, Benedixit caelum. Discrevit mare ab árida, et nominavit utrumque; aridam, terram, et congregationem aquarum, mare: nec hic dictum est, Benedixit Deus. Ventum est ad ea quae fecunditatis habitura erant semen, et ex aquis existentia. losa enim maximam multiplicationis ubertatem habent; et

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Enarraciones sobre los Salmos

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y llenad las aguas del mar; y los volátiles se multipliquen sobre la tierra. De igual modo, cuando sometió todos los seres al hombre, a quien hizo a su imagen, se escribió: Y los bendijo Dios, diciendo: Creced y multiplicaos y llenad la superficie de la tierra. Luego la bendición sirve para dar la multiplicación o el acrecentamiento y para llenar la faz de la tierra. Oye también en este salmo: Bendíganos Dios, el Dios nuestro; bendíganos Dios. Y ¿cuál es el valor de esta bendición? Que le teman todos los confines de la tierra. Luego, hermanos míos, tan copiosamente nos bendijo Dios en el nombre de Cristo, que llena la superficie de la tierra con sus hijos adoptados para el reino, como coherederos de su Hijo unigénito. Engendró a Uno y no quiso que solamente fuese uno; diré que engendró Uno y no quiso que permaneciese solo El. Le dio hermanos; si no engendrando, le constituyó coherederos adoptando. A El le hizo primeramente participante de nuestra mortalidad, para que creyésemos que podríamos nosotros participar de su divinidad. 10. Veamos cuál sea nuestro precio. Todas las cosas fueron anunciadas con antelación, todas han sido mostradas, el Evangelio se extiende por el orbe. Todos los cuidados del género humano en el tiempo presente dan testimonio de haberse cumplido todas las cosas que se predijeron en la Escritura. Como todas se cumplieron hasta el día de hoy, así han de cumplirse las que aún faltan. Temamos el día del juicio, pues el Señor ha de venir. El que vino humilde, vendrá glorioso; el que vino a ser juzgado, vendrá a juzgar. Reconozcamos al humilde para benedixit ea Dominus dicens. Crescite, et multiplicamini, et replete aquas maris; et volatilia multiplicentur super terram. Sic et cum omnia subiecit homini, quem fecit ad imaginan suam, scriptum est: Et benedixit eos Deus dicens: Crescite et multipücamini, et implete faciem terrae (Gen 1). Ergo benedictio proprie ad multiplicationem valet, et ad implendam faciem terrae. Audi et in hoc psalmo: Benedicat nos Deus, Deus noster; benedicat nos Deus. Et quo valet ista benedictio? Et metuant eum omnes fines terrae. Ergo, fratres mei, sic abundanter in nomine Christi benedixit nos Deus, ut filiis suis impleat universam faciem terrae, adoptatis in regnum suum cohaeredibus Unigeniti sui. Unicum genuit, et unum esse noluit: unicum genuit, inquam, et unum eum noluit remanere. Fecit ei fratres; etsi non gignendo, tamen adoptando fecit ei cohaeredes. Fecit eum participem prius mortalitatis nostrae, ut crederemus nos esse posse participes divinitatis eius. 10. Attendamus pretium nostrum. Praedicta sunt omnia, exhibentur omnia, it Evangelium per orbem terrarum: omnis labor humani generis in hoc tempore testimonium dicit, implentur omnia quae in Scripturis praedicta sunt. Sicut usque ad hodiernum diem omnia eveneruct, sic et quae restant eventura sunt. Timeamus iudicii diem; venturus est Dominus. Qui venit humilis, veniet excelsus; qui venit iudicandus, veniet iudicaturus. Agnoscamus humilem, ut non expavescamus excelsum; amplectamur humilem, ut desideremus excelsum. Desidetantibus enim se,

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Loa universal a Dios

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no temer al potente. Nos echemos en brazos del humilde para desear al poderoso. Vendrá propicio a los que le desean. Y le desean quienes retienen su fe y cumplen sus mandamientos. Aunque no queramos, vendrá. Queramos que venga el que ha de venir, aunque no lo queramos. ¿Cómo demostramos que queremos que venga? Viviendo bien, obrando bien. No nos deleiten las cosas pasadas ni nos retengan las presentes; no tapemos un oído, como el áspid con la cola, y el otro le peguemos a la tierra; no nos detengamos oyendo las cosas pasadas, no nos enredemos con las presentes, impidiéndonos pensar en las venideras; nos extendamos, según dice el Apóstol, a las cosas que tenemos delante y nos olvidemos de las pasadas. Y así, lo que ahora soportamos, lo que ahora lloramos, lo que ahora anhelamos, lo que ahora hablamos, lo que de cualquier parte percibimos y no podemos conseguir, lo alcanzaremos y nos gozaremos en la resurrección de los justos. Se renovará nuestra juventud cual la del águila; quebremos únicamente nuestra vejez sobre la piedra, Cristo. Hermanos, ya sean verdaderas las cosas que dije del áspid y del águila o ya sea más bien un rumor parlero de los hombres que una realidad, sin embargo, son verdad como ejemplos aducidos en la Escritura; y los adujo no sin motivo. Nosotros hagamos todo lo que simbolizan y no nos preocupemos de que sean o no acontecimientos reales. Tú sé tal que pueda ser renovada tu juventud como la del águila. También debes saber que no podrás renovarla si tu vejez no se hubiere pulverizado en la piedra; es decir, que sin el auxilio de la piedra, sin la ayuda de Cristo, no podrás renovarte. Tú no te ensordezcas a la palabra de Dios por el depropitius veniet. lili eum desiderant qui tenuerint fidem eius, et fecerint mandata eius. Nam etsi nolumus, veniet. Velimus ergo veniat, qui veniet etsi nolumus. Quomodo velimus ut veniat? Bene vivendo, bene agendo. Praeterita non nos delectent, praesentia non nos teneant; ne claudamus aurem tanquam de cauda, ne premamus aurem in térra; ne praeteritis retardemur ab audiendo, ne praesentibus implicemur a futura meditando; extendamus nos in ea quae ante sunt, obliviscamut praeterita (Phil 3,13). Et quod modo laboramus, quod modo gemimus, quod modo suspiramus, quod modo loquimur, quod ex quantulacumque parte sentimus, et capere non possumus, capiemus, perfruemur in resurrectione iustorum. Renovabitur iuventus nostra sicut aquilae (Ps 102, 5); tantummodo nos vetustatem nostram ad petram Christum conteramus (Ps 136,9, et 1 Cor 10,4). Sive illa vera sint, fratres, quae dicuntur de serpente, vel quae dicuntur de aquila, sive sit fama potius hominum quam veritas; veritas est tamen in Scripturis, et non sine causa hoc dixerunt Scripturae: nos quidquid illud significat faciamus, et quam sit illud verum non laboremus. Tu esto talis, ut iuventus tua renovari possit sicut aquilae. Et scias eam non posse renovari, nisi vetustas tua in petra contrita fuerit: id est, nisi auxilio petrae, nisi auxilio Christi, non poteris renovari. Tu noli dulcedine praeteritae vitae obsurdescere adversus verbum Dei: noli praesentibus rebus sic teneri et impediri,

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Enarraciones sobre los Salmos

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leite de la vida pasada; n o te r e t e n g a n ni te imposibiliten de tal m o d o las cosas presentes, q u e digas: N o tengo t i e m p o para leer, n o tengo t i e m p o p a r a oír. Esto es pegar el oído a la tierra. N o seas tal. Sé opuesto a lo q u e eres, es decir, olvídate de lo pasado y extiéndete a lo que tienes delante para que quiebres tu vejez contra la piedra. A l p r o p o n é r s e t e algunas otras semejanzas, si las hallas en la Escritura, cree; si te las ofrecen c o m o proferidas p o r r u m o r h u m a n o , n o las des m u c h o crédito, pues tal vez es así o tal vez no. T ú aprovecha; q u e te sirva de salud esta semejanza. ¿ N o quieres obrar conforme a ella? O b r a p o r otra, p e r o obra y espera seguro el reino de Dios para q u e n o se querelle contigo tu oración. Pues tú, ¡oh cristiano!, c u a n d o dices: Venga tu reino, ¿cómo lo dices? E x a m i n a tu corazón. M i r a ; ve que dices venga tu reino. T e grita: Voy. ¿ N o temes? M u c h a s veces he dicho a vuestra caridad que de nada sirve dar a conocer la verdad si el corazón disiente de la lengua y q u e de nada aprovecha oír la verdad si a la audición n o sigue la obra. D e s d e este sitio os h a b l o como desde u n lugar m á s elevado; p e r o Dios, que se hizo indulg e n t e a los humildes, sabe cómo estoy, p o r el temor, a vuestros pies, p o r q u e n o m e deleitan tanto las aclamaciones de los q u e alaban c o m o el fervor de los q u e confiesan y los hechos de los obispos. Ú n i c a m e n t e m e deleito en vuestro aprovechamiento. En estas alabanzas que m e tributáis, p o r las q u e m e ponéis en peligro, sepa librarme quien nos libra de todos los peligros. El q u e a m í y a vosotros nos salva de toda p r u e b a o tentación, se d i g n e reconocernos y coronarnos en su reino. ut dicas, Non mihi vacat legere, non mihi vacat audire. Hoc aurem premere in térra est. Tu ergo talis noli esse: sed esto talis quod contra invenís, id est, ut praeterita obliviscaris, in anteriora te extendas; ut vetustatem mam in petra conteras. Et si quae tibi similitudines datae fuerint; si inveneris in Scripturis, crede: si non inveneris dici nisi fama, nec valde credas. Res ipsa forte ita est, forte non est ita. Tu profice, tibi valeat ad salutem ista similitudo. Non vis per istam similitudinem? Per aliam fac, dum tamen facías; et securus exspecta regnum Dei, ne rixetur tecum otario tua. Tu enim, christiane, quando dicis, Veniat regnum tuum, quomodo dicis, Veniat regnum tuum? (Mt 6,10). Excute cor tuum: vide; ecce, Veniat regnum tuum. Clamar tibi, Venio: non times? Saepe diximus Charitati Vestrae: et praedicare veritatem nihil est, si cor a lingua dissentiat; et audire veritatem nihil est, si non audítionem fructus sequatur. De isto loco quasi sublimiore loquimut ad vos: quam simus autem timore sub pedíbus vestris Deus noverit, qui propitius fit humilibus; quia non nos tam delectant voces laudantium, quam devotio confitentium et facta rectorum. Et quam non delectemur nisi profectibus vestris, in istis autem laudibus quam periclitemur, ille noverit qui nos ab ómnibus periculis liberet, et nos vobiscum ab omni tentatione salvatos in regno suo cognoscere et coronare dignetuf.

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Canto triunfal SALMO [CANTO

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67 TRIUNFAL]

1 [ v . l ] . El título de este salmo n o parece ser de exposición laboriosa, pues sencilla y fácilmente se entiende. Su título es éste: Para el fin. Salmo de cántico para David. E n otros m u c h o s salmos he advertido q u é significa para el fin. El fin de la ley es Cristo para todo creyente en orden a justicia, p e r o el fin q u e perfecciona, n o que destruye. C o n todo, si a l g u n o intenta investigar qué quiere decir salmo de cántico, puesto q u e n o se escribió salmo o cántico, sino una y otra cosa; o q u é diferencia hay entre salmo de cántico o cántico de salmo, ya q u e de este m o d o se intitulan algunos salmos, tal vez lo encuentre, p e r o nosotros lo dejamos p a r a h o m b r e s más agudos y ociosos. C i e r t a m e n t e algunos anteriores a nosotros distinguieron entre cántico y salmo, de suerte q u e dijeron q u e el cántico se profiere con la boca, y el salmo, con ella también, p e r o acompañada de u n i n s t r u m e n t o visible, es decir, se canta con el salterio; y así aparece que el cántico simboliza el conocimiento de la m e n t e , y el salmo, las obras corporales. D e este m o d o , lo q u e se dice en este salmo 6 7 , del que ahora h e m o s e m p r e n d i d o su exposición: Cantad a Dios, salmead a su nombre, de tal m a n e r a lo distinguieron algunos, que cantad a Dios aparezca se dijo por las cosas q u e la m e n t e obra en sí misma, cosas q u e son conocidas p o r D i o s e ignoradas p o r los hombres. Mas c o m o las obras buenas deben ser vistas p o r los

PSALMUS

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1 [ v . l ] . Psalmi huius titulus non videtur esse operosae dísputationis: simplex enim apparet et facilis. Nam ita se habet: In finem, ipsi David Psalmus cantici. In multis autem iam psalmis admonuimus quid sit, ln finem: quoniam finis Legis Christus, ad iustitiam omni credenti (Rom 10,4); finis qui perficiat, non qui consumat aut perdat. Verumtamen si quisquam conetur inquirere quid sibi velit, Psalmus cantici; cur non aut Psalmus, aut Canticum, sed utrumque; vel quid intersit Ínter Psalmus cantici, et Canticum psalmi, quia et sic quorumdam psalmorum tituli inscribuntut; inveniet fortasse aliquid, quod acutiotibus et otiosioribus nos relinquimus. Discreverunt quídam ante nos ínter Canticum, et Psalmum; ut quoniam Canticum ore profertur, Psalmus autem visibili órgano adhibito, id est psalterio, canitut, videatur Cántico significan intelligentia mentís, Psalmo vero opera corporis. Sicut in hoc ¡pso sexagésimo séptimo, quem nunc tractandum suscepimus, illud quod dictum est, Cántate Deo, psallite nomini eius: ita quídam discreverunt, ut, Cántate Deo, dictum videatur, quia ea quae in seipsa mens agit, Deo nota sunt, ab hominibus non videntur; opera vero bona quoniam ideo videnda sunt ab hominibus, ut glorificent Patrem nostrum qui in caelis est (Mt 5,16), mérito dictum sit, Psallite nomini eius, id est diffama-

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Enarraciones sobre los Salmos

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hombres para que glorifiquen a nuestro Padre, que está en los cielos, con razón se añadió salmead a su nombre; es decir, divulgadle para que sea nombrado con alabanza. Esta diferencia, según recuerdo, fue expuesta por mí en otro lugar. Recuerdo haber considerado también las palabras salmead a Dios del salmo 46, y haber dicho que las cosas que visiblemente ejecutamos bien agradan no sólo a los hombres, sino también a Dios. No todas las cosas que agradan a Dios pueden agradar a los hombres, puesto que no pueden verlas. De aquí que sería de admirar si del mismo modo que se leen ambas cosas: cantad a Dios y salmead a Dios, también se pudiera leer en otro sitio cantad a su nombre. Si esto pudiera demostrarse haberse dicho en la Escritura, en vano se trabajó en señalar esta diferencia. A mi modo de ver, estos himnos se llaman más bien, bajo el nombre común, salmos que cánticos; y así dice el Señor: has cosas que están escritas en la ley, en los projetas y en los salmos. También se dice Libro de los salmos, no de los cánticos, pues se consigna: conforme está escrito en el libro de los salmos, siendo así que, según las diferencia indicada, parece que debió decirse Libro de los cánticos, ya que puede haber cántico sin ser salmo y no puede haber salmo sin ser cántico. También pueden existir pensamientos que no sean obras corporales, pero no existe obra buena que no se piense con la mente. Y, por tanto, ambos son cánticos, pero no ambos salmos. Y, sin embargo, como dije, comúnmente se llaman salmos, no cánticos, pues se dice Libro de los salmos y no de los cánticos. Aun cuando se entienda y se discuta el sentido de los tioni eius, ut laudabiliter nominetur. Hanc differentiam alicubi, quantum recoló, etiam ipse secutus sum. Memini autem legisse nos etiam, Psallite Deo (Ps 46,7.8); quia talia quae visibíliter bene operamur, non tantum hominibus, sed etiam Deo placent. Non autem omnia quae Deo placent, etiam hominibus possunt, quia videre non possunt. Unde mirum est si quemadmodum utrumque legitur, et Cántate Deo, et Psallite Deo, ita alicubi legi potest, Cántate nomini eius. Quod si et hoc in Scripturis sanctis díctum invenítur, haec differentia frustra elaborata est. Movet etiam me quod generali nomine magis Psalmi quam Cántica vocantur, ita ut Dominus diceret: Quae scripta sunt in Lege, et Prophetis, et Psalmis de me (Le 24,44); et liber ipse Psalmorum dicitur, non Canticorum: Sicut scriptum est, inquit, in libro Psalmorum (Act 1,20); cum potius secundum istam differentiam, Cántica dici debuisse videantur; quoniam Canticum etiam sine Psalmo esse potest, Psalmus veto sine Cántico esse non potest. Possunt etenim esse cogitationes mentís, quarum non sint opera cotporalia: nullum est autem opus bonum, cuius non sit in mente cogitatio. Ac per hoc utrobique Cántica; non utrobique Psalmi: et tamen, sicut dixi, generaliter Psalmi appellantur, non Cántica; liberque Psalmorum, non Canticorum. Et si intelligantur atque discutiantur sensus dictorum, ubi titulus est tantummodo Psalmi, et ubi

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Canto triunfal

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dichos, allí en donde sólo el título es salmo o únicamente cántico y allí en donde no sea su título salmo de cántico, como éste, sino cántico de salmo, ignoro que pueda demostrarse esta diferencia. Por tanto, nosotros, como nos propusimos, dejando estas cosas a los que pueden discutirlas y a los que tienen tiempo para dedicarse a ellas y para determinar, basados en una firme razón, la diferencia, en cuanto podamos, ayudándonos el Señor, consideraremos y expondremos el texto de este salmo. 2 [v.2}. Levántese Dios y sean dispersados sus enemigos. Ya aconteció, "porque resucitó Cristo, que es Dios sobre todas las cosas, digno de ser bendecido por los siglos", y fueron dispersados sus enemigos, los judíos, por todas las naciones. En el mismo lugar en que llevaron a cabo su encono fueron vencidos, y desde allí dispersados por toda la tierra. Ahora odian, pero temen; y, sobrecogidos por el mismo temor, ejecutan lo que sigue: Y huyan de su presencia los que le odiaron. La huida del alma es el temor. Porque ¿adonde huyen, por la huida corporal, de la presencia de Aquel que en todas partes demuestra la eficacia de su presencia? ¿Adonde iré lejos de tu espíritu y adonde huiré de tu rostro? Luego huyen con el ánimo, no con el cuerpo; a saber, temiendo, no ocultándose. Ni huyen del rostro que no ven, sino de aquel rostro que se ven forzados a ver. Se llamó rostro a su presencia, la cual se manifiesta a través de su Iglesia. De aquí que dijo a sus perseguidores: Dentro de poco veréis al Hijo del hombre venir sobre las nubes. Y así vino sobre su Iglesia, difundiéndola por todo el orbe de la tierra, en el que se hallan dispersos sus enemigos. Vino sobre las nubes, de las cuales dijo: Mandaré tantummodo Cantici, et ubi non Psalmus Cantici, sicut in isto, sed Canticum Psalmi inscriptum est; nescio utrum possit ista differentia demonstran. Proinde sicut coeperamus, relinquentes ista eis qui possunt, et quibus vacat talia discernere, et certa differentiarum ratione definiré; nos quantum adiuvante Domino valemus, huius psalmi textum consideremus atque tractemus. 2 [v.2]. Exsurgat Deus, et dissipentur inimici eius. Iam factum est: exsurrexit Christus qui est super omnia Deus benedictus in saecula (Rom 9,5), et dispersi sunt inimici eius per omnes gentes, Iudaei; in eo ipso loco ubi inimicitias exercuerunt, debellati, atque inde per cuneta dispersi: et nunc oderunt, sed metuunt; et in ipso metu faciunt quod sequitur, Et fugiant qui oderunt eum, a jacte eius. Fuga quippe animi, est timor. Nam carnali fuga, quo fugiunt ab eius facie qui ubique praesentiae suae demonstrat effectum? Quo abibo, inquit ille, a spiritu tuo, et a facie tua quo fugiam? (Ps 138,7). Animo ergo, non corpore fugiunt; timendo scilicet, non latendo; nec ab ea facie quam non vident, sed ab ea quam videre coguntur. Facies quippe eius appellata est praesentia eius per Ecclesiam eius. Unde illis inimicantibus dixit: Amodo videbitis Filium hominis venientem in nubibus (Mt 26, 64). Sicut venit in Ecclesia sua, diffundens eam toto orbe terrarum, in quo dispersi sunt inimici eius. Vcnit autem in talibus nubibus, de qua-

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Enarraciones sobre los Salmos

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a mis nubes que no lluevan rocío sobre la tierra. Huyan de su presencia quienes le aborrecieron. T e m a n ante la presencia de sus santos fieles, de los cuales dice: Cuanto hicisteis a uno de mis pequeñuelos a mí me lo hicisteis. 3 [ v . 3 ] . Como se disipa el humo, se disiparán. Se levanta taron p o r el fuego de su odio, constituyéndose en t u m o r de soberbia; y, p o n i e n d o su grito en el cielo y clamando: ¡Crucifica, crucifica!, apresado, se burlaron; y p e n d i e n t e de la cruz se mofaron; mas c o m o se h i n c h a r o n al vencer, al instante se disiparon vencidos. Como se derrite la cera delante del fuego, así perecieron los pecadores ante la presencia de Dios. A u n q u e quizá estén simbolizados en este lugar aquellos en quienes se q u e b r a n t a 1? dureza del corazón p o r las lágrimas de la penitencia, sin embargo, también p u e d e entenderse p o r la amenaza del juicio futuro, puesto que, al desvanecerse en este m u n d o , c o m o el h u m o , por haberse ensalzado, es decir, p o r haberse ensoberbecido, les sobrevendrá la última condenación al fin, p e r e c i e n d o ante su presencia e t e r n a m e n t e al presentarse El c o m o fuego en su esplendorosa claridad, siendo p e n a p a r a los i m p í o s y luz para los justos. 4 [ v . 4 ] . A continuación prosigue: Y se alegren los justos y se alborocen en la presencia de Dios, y disfruten de alegría; p o r que entonces oirán: Venid, benditos de mi Padre; recibid el reino. Alégrense los q u e trabajaron y alborócense en la presencia de Dios. N o h a b r á vana jactancia de alborozo delante de los h o m bres, sino u n santo alborozo en la presencia de Dios, q u e sin equivocación contempla lo que dio. Disfruten de alegría; n o alborozándose ya entonces con temor, c o m o se hace en este m u n libus dicit: Mandabo nubibus meis ne pluant super eam imbfem (Is 5,6). Eugiant ergo qui oderunt eum, a facie eius: timeant a praesentia sanctorum fideliumque eius, de quibus dicit, Cum uni ex minimis meis fecistis, mihi fecistis (Mt 25,40). 3 [v.3]. Sicut déficit fumus, deficiant. Extulerunt enim se ab ignibus odiorum suorum in superbiae typhum; et ponentes in caelum os suum (Ps 72,9), atque clamantes, Crucifige, crucifige (lo 19,6), capto illuserunt, pendentem irriserunt: et unde victores tumuerunt, mox victi evanuerunt. Sicut fluit cera a facie ignis, sic pereant peccatores & facie Dei. Quanquam fortasse eos hoc loco significaverit, quorum duíitia in poenitentiae lacrymas solvitur: tamen etiam illud intelligi potest, ut futurum iudicium comminetur; quia cum in hoc saeculo sicut furaus se extollendo, id est, superbiendo defecerint, veniet illis in fine extrema damnatio, ut ab eius facie pereant in aeternum, cum in sua claritate fuerit praesentatus, velut ignis, ad poenam impiorum Itimenque iustorum. 4 [v.4]. Denique sequitur: Et iusti iucundentur, et exsitltent in conspectu Dei, et delectentur in laetitia. Tune enim audient: Venite, benedicti Patris mei; percipite regnum (Mt 25,34). Iucundentur ergo qui laboraverunt, et exsitltent in conspectu Dei. Non enim erit exsultationis huius, tanquam coram hominibus, inanis ulla iactantia; sed in conspectu eius qui sine errore inspicit quod donavit. Delectentur iv lae-

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d o mientras la vida h u m a n a sobre la tierra es una continua tentación. 5 [v.5-6]. A continuación se dirige a los q u e dio tan gran esperanza, y, viviendo aquí, les habla y exhorta, diciendo: Cantad a Dios, salmead a su nombre. Ya he hablado de esto lo que m e pareció en la exposición del título. Canta a Dios el que vive para D i o s ; salmea a su n o m b r e el q u e obra p a r a la gloria de Dios. C a n t a n d o ( así, salmeando así, es decir, viviendo y o b r a n d o así, aparejad el camino a Aquel que sube del occidente. Preparad el c a m i n o a Cristo para q u e por los hermosos pies de los evangelizadores le sean accesibles los corazones de los creyentes. El mism o sube del occidente o del ocaso ya sea p o r q u e sólo recibe a aquel q u e se convirtió a El con la nueva vida c u a n d o hubiese dado m u e r t e a la vieja r e n u n c i a n d o a este m u n d o , ya sea p o r q u e sube del ocaso c u a n d o al resucitar convirtió en victoria la destrucción de su cuerpo. Su nombre es el de Señor. P o r q u e si los judíos le h u b i e r a n conocido, jamás h u b i e r a n crucificado al Rey de la gloria. 6. Alborozaos delante de El, ¡oh vosotros a quienes se dijo: Cantad a Dios, salmead a su nombre, preparad el camino a Aquel que sube del occidente; y t a m b i é n : Alborozaos delante de él; como entristecidos, pero siempre alegres! Mientras le preparáis el camino, mientras aprestáis la senda p o r d o n d e ha de venir y p o sea las naciones, habéis de padecer m u c h a tristeza ante la p r e sencia de los h o m b r e s ; p e r o n o sólo n o desfallezcáis; es más, alborozaos; n o en la presencia de los h o m b r e s , sino en la de Dios. titia: non iam exsultantes cum tremore (Ps 2,11), sicut in hoc saeculo, quamdiu tentatio est vita humana super terram (Iob 7,1). 5 [v.5-6]. Deinde se ad ipsos convertit, quibus tantam spem dedit, et hic viventes alloquitur et hortatur: Cántate Deo, psallite nomini eius. Iam hinc in tituli expositione, quod videbatur praelocuti sumus. Cantat Deo, qui vivit Deo; psallit nomini eius, qui operatur in gloriam eius. Ita cantando, ita psallendo, id est, sic vivendo, sic operando, Iter facite ei, inquit, qui ascendit super occasum. Iter facite Christo; ut per speciosos pedes evangelizantium (Is 52,7), pervia sint ei corda credentium. Ipse est enim qui ascendit super occasum: sive quia non eum excipit nova vita se ad eum convertentis, nisi vetus occiderit huic saeculo renuntiantis; sive quia ascendit super occasum, cum resurgendo vicit corporis casum. Dominus enim nomen est ei. Quod illi si cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (1 Cor 2,8). 6. Exsultate in conspectu eius. O vos quibus dictum est, Cántale Deo, psallite nomini eius, iter facite ei qui ascendit super occasum, etiam exsultate in conspectu eius: quasi tristes, semper autem gaudentes (2 Cor 6,10). Dum enim facitis iter ei, dum praeparatis qua veniat, gentesque possideat, multa passuri estis in conspectu hominum tristia: sed vos non solum nolite deficere, sed etiam exsultate; non in conspectu hominum, sed in conspectu Dei. Spe gaudentes, in tribulatione tolerantes (Rom 12,12). Exsultate in conspectu eius. lili enim qui vos in conspectu

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Gozándoos en la esperanza y tolerando la tribulación. Alborozaos en su presencia. Los que os conturban en la presencia de los hombres, se turbarán ante la -presencia de El, padre de los huérfanos y juez de las viudas. Piensan que se hallan abandonados aquellos que muchas veces son separados por la espada de la palabra de Dios, del padre y del esposo, siendo así que, desamparados y privados de la compañía de los suyos, reciben el consuelo "del padre de los huérfanos y del juez de las viudas". De El reciben el consuelo los que le dicen: Mi padre y mi madre me abandonaron, pero el Señor me tomó, y los que esperaron en el Señor perseverando en la oración día y noche, ante cuya mirada se turbarán aquellos perversos enemigos al ver que de nada les sirven sus actos, porque todo el mundo va en pos de El. 7 [v.7]. El Señor se fabrica de los huérfanos y de las viudas, es decir, de los abandonados'por la sociedad de toda esperanza mundana, el templo, del cual dice a continuación: El Señor está en su lugar santo. Cuál sea su santo lugar lo demuestra cuando dice: Dios hace morar en casa a los de un solo modo de ser, es decir, a los unánimes, a los que tienen un solo pensar. Este es el lugar santo de Dios. Después de haber dicho: Dios está en su santo lugar, como si le hubiéramos preguntado en qué lugar, siendo así que El está en todos y no le contiene ningún espacio corporal, a seguida añade: Para que no le busquemos fuera de nosotros mismos, sino más bien para que merezcamos que El se digne habitar en nosotros, que moremos en la casa de unas solas costumbres. Este es el lugar santo de Dios que buscan muchas veces los hombres con el fin de tener un lugar en el que hominum turbant, Turbabuntur a facie eius, patris orpbanorum et iudicis viduarum. Desolatos enim putant, a quibus plerumque gladio verbi Dei, et parentes a filiis, et mariti ab uxoribus separantur (Mt 10,34.35): sed habent consolationem destituti atque viduati patris orpbanorum et iudicis viduarum; habent eius consolationem qui ei dicunt, Quoniam pater meus et mater mea dereliquerunt me; Dominus autem assumpsit me (Ps 26,10): et qui speraverunt in Domino, persistentes in orationibus nocte ac die (1 Tim 5,5); a cuius facie illi turbabuntur, cum viderint se nihil proficere, quoniam totus mundus post eum abiit (lo 12,19). 7 [v.7]. Nam de his orphanis et viduis, id est spei saecularis societate destitutis, Dominus sibi templum fabricat: de quo consequenter dicit, Dominus, in loco sancto suo. Quís enim sit locus eius aperuit, cum ait, Deus qui inbabitare facit unius modi in domo: unánimes, unum sentientes: iste est locus sanctus Domini. Cum enim dixisset, Dominus in loco sancto suo: tanquam requireremus in quo loco, cum ille ubique sit totus, et nullus eum contineat corporalium spatiorum locus, illico subiecit; ne quaeramus eum absque nobis; sed potius unius modi habitantes in domo, mereamur ut habitare etiam ipse dignetur in nobis. Iste est locus sanctus Domini, quem plerique nomines quaerunt, ut habeant ubi orantes exaudiantur. Sint ipsi ergo quod quaerunt; et quae dicunt in cordibus suís, id est in talibus cubilibus suis, compungantur (Ps 4,5),

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orando sean oídos. Sean ellos mismos el lugar que buscan; y lo que dicen en sus corazones, es decir, en sus tales lechos, les compunja, habitando en la casa de unas mismas costumbres para que sean habitados por el Señor de la gran casa y sean oídos dentro de sí mismos. Pues ella es la gran casa, en la cual no sólo hay vasos de oro y de plata, sino también de madera y de barro, y entre éstos, unos son, ciertamente, para honor y otros para contumelia. Si algunos se hubiesen limpiado a sí mismos (dejando de ser vasos de ignominia), habitarán en la casa de una sola costumbre y serán el lugar santo del Señor. Porque así como en un gran palacio no mora en cualquier parte de él su señor, sino en el sitio más honorífico y recóndito, así Dios no habita en todos los que están en su casa, pues no habita en los vasos de ignominia. Su santo lugar son aquellos hombres a quienes hace habitar en la casa de un solo modo de ser o de una sola costumbre. Los que en griego se llaman tropoi (forma de ser), se traducen en latín por modi o mores (modos o costumbres). Tampoco se escribe en el códice griego lo que se escribe en el latín: qui inbabitare facit (el que hace morar), sino sólo habitare facit (hace morar). Luego el Señor habita en su santo lugar. ¿Cuál es este lugar? El Señor se le hace. Pues Dios hace habitar en la casa a los de tm mismo modo de ser. Este es su santo lugar. 8. Para que pienses que edifica este lugar para sí por su gracia y no por los méritos antecedentes de aquellos de quienes le edifica, atiende a lo que sigue: El saca con fortaleza a los amarrados con grillos. Rompe los pesados grillos de los pecados, con los cuales se hallaban impedidos para andar por el camino de los preceptos; los saca, pues, con la fortaleza, de la cual carecían habitantes unius modi in domo, ut a Domino magnae domus tnhabitentur, et apud seipsos exaudiantur. Est enim domus magna, in qua non solum áurea vasa sunt et argéntea, sed et lignea et fictilia; et alia quidem sunt in honorem, alia in contumeliam: si qui autem mundaverint semetipsos a vasis contumeliae (2 Tim 2,20), erunt unius modi in domo, et locus sanctus Domini. Nam sicut in magna hominis domo, non in qualicumque loco eius requiescit dominus eius, sed in aliquo utique secretiore et honoratiore loco: sic Deus non in ómnibus qui in domo eius sunt habitat (non enim habitat in vasis contumeliae); sed locus sanctus eius sunt quos habitare jacit unius modi, vel unius moris in domo. Qui enim TPÓTTOI graece dicuntur, et modi, et mores latine interpretan possunt. Nec habet graecus, Qui inbabitare facit; sed tantum, habitare facit. Dominus ergo in loco sancto suo. Quis est locus iste? Ipse Deus eum sibi facit. Deus enim habitare facit unius moris in domo: hic est locus sanctus eius. 8. Quod autem gratia sua sibi aedíficet hunc locum, non meritis eorum praecedentibus ex quibus eum aedificat, vide quid sequatur: Qui educit compeditos in fortitudine. Solvit enim gravia vincula peccatorum, quibus impediebantur ne ambularent in via praeceptorum : educit autem eos in fortitudine, quam ante eius gratiam non habebant.

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antes de recibir su gracia. Igualmente libra a los que le irritan y que habitan en los sepulcros, es decir, a los muertos p o r completo, a los entregados a las obras muertas. Estos irritan a Dios resistiendo a su justicia. Pues los otros, encadenados, quizá q u i e r e n andar y n o p u e d e n , y, p o r tanto, ruegan a Dios q u e les conceda el poder, y le dicen: Sácame de mis angustias. Oídos p o r El, le dan gracias, diciendo: Rompiste mis lazos. Los provocadores de la ira de D i o s que habitan en los sepulcros se hallan entre aquel género que señala la Escritura en otro lugar, diciendo: La alabanza del muerto perece como si no fuese nada. D e aquí aquello: El pecador, en llegando que llega al abismo de los males, no hace caso. U n a cosa es desear, otra oponerse a la justicia; una, querer librarse del mal, y otra, defender su mal antes q u e confesarle. A unos y a otros libra con fortaleza la gracia de Cristo. ¿Con q u é fortaleza si n o es con la que luchan contra el pecado hasta derramar la sangre? D e ambas clases se constituyen h o m b r e s idóneos, con los q u e se edifica su lugar santo; con los librados, con los resucitados. M a n d a n d o , desató los lazos de la m u j e r a quien Satanás había atado p o r espacio de dieciocho años; y, asimismo, clamando, quebró los lazos de la m u e r t e en Lázaro. El q u e hizo esto en los cuerpos, p u e d e hacer cosas m á s admirables en las cost u m b r e s y hacer habitar en la casa a los de una sola costumbre, librando con fortaleza a los atados, e igualmente a los que irritan a Dios y que habitan en los sepulcros. 9 {v.8-10}. ¡Oh Dios!, cuando salías delante de tu pueblo. La salida de Dios significa la manifestación en sus obras. N o se Similiter amaneantes qui habitant in sepulcris: id est omni modo mortuos, oceupatos in operibus mortuis. Hi enim amaricant resistendo iustitiae: nam illi compediti forsitan volunt ambulare, nec possunt; Deumque precantur ut possint, eique dicunt: De necessitatibus meis educ me (Ps 24,17). A quo exauditi, gradas agunt dicentes: Disrupisti vincula mea (Ps 115,17). Isti autem amaneantes qui habitant in sepulcris, in eo genere sunt quod alio loco Scriptura significat, dicens: A mortuo, velut qui non sit, perit confessio (Eccli 17,26). Unde est illud: Peccator cum venerit in profundum malorum, contemnit (Ptov 18,3). Aliud est enim desiderare, aliud oppugnare iustitíam; aliud a malo liberan velle, aliud mala sua defenderé potius quam faterí: utrosque tamen gratia Christi educit in fortitudine. Qua fortitudine, nisi ut adversus peccatum usoue ad sanguinem certent? Ex utroque enim genere fiunt idonei quibus construatur locus sanctus eius; jllis solutis, illis resuscitatis. Quia et mulieris, quam alligaverat satanás per decem et octo annos, iubendo vincula solvit (Le 13,16); et Lazari mortem clamando superávit (lo 11,43.44). Qui fecit haec in corporibus, potest mirabiliora faceré in moribus, et faceré unius modi habitare in lomo: educens compeditos in fortitudine; similiter amaneantes qui hítbitwnt in sepulcris. 9 [v.8-10]. Deus cum egredereris coram populo tita. Igressus eius intelligitur, cum apparet in operibus suis. Apparet autem non ómnibus,

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presentó a todos, sino a los q u e supieron contemplar sus obras. N o habla ahora de las obras q u e son visibles a todos, c o m o el cielo, la tierra, el m a r y todas las cosas q u e existen en ellos, sino de las obras por las q u e saca con fortaleza a los encadenados, e igualmente a los que irritan a Dios, los cuales habitan en los sepulcros; y los hace habitar en la casa de una sola costumbre. Así sale delante de su p u e b l o , es decir, a presencia de aquellos que e n t i e n d e n esta gracia. D e s p u é s p r o s i g u e : Cuando pasabas por el desierto se conmovió la tierra. El desierto eran las naciones q u e desconocían a Dios. Eran desierto p o r q u e allí n o había sido dada ley alguna p o r Dios, p o r q u e n o había h a b i t a d o profeta q u e hubiese p r e d i c a d o la venida del Señor. Luego, cuando pasabas por el desierto, c u a n d o fuiste predicado a las naciones, se conmovió la tierra, es decir, los h o m b r e s terrenos fueron movidos a la fe. ¿Pero c ó m o se conmovió? Porque los cielos destilaron a vista de Dios. Quizá recuerde aquí a l g u n o el t i e m p o en q u e Dios atravesaba al frente de su p u e b l o p o r el desierto, al frente de los hijos de Israel; por el día, en columna de nube, y d u r a n t e la noche, e n columna de fulgor de fuego; y piense q u e el destilar los cielos a vista de Dios es el llover el m a n á sobre el p u e b l o , y t a m b i é n crea q u e se dijo lo siguiente: Monte Sinaí a vista del Dios de Israel, que segrega lluvia espontánea, ¡oh Dios!, para tu heredad, p o r q u e habló D i o s a Moisés en el m o n t e Sinaí c u a n d o le e n t r e g ó la ley. D e suerte q u e el m a n á sea la lluvia espontánea q u e segregó o p r e p a r ó Dios para su heredad, es decir, p a r a su pueblo, p u e s t o q u e sólo a él le a l i m e n t ó de esta manera y n o a las otras naciones; de m o d o q u e lo que se dice sed eis qui noverunt opera eius intueri. Non enim ea nunc opera dico, quae conspicua sunt ómnibus, caelum, et terram, et mare, et universa quae in eis sunt; sed opera quibus educit compeditos in fortitudine, similiter amaneantes qui habitant in sepulcris, et facit eos unius morís habitare in domo. Sic egreditur coram populo suo, id est coram eis qui istam gratiam eius intelligunt. Denique sequitur: Cum transires in deserto, térra mota est. Desertum erant Gentes, quae ignorabant Deum: desertum etat, ubi lex nulla ab ipso Deo data erar, ubi nulli Prophetae habítaverant, Dominumque esse venturum praedixerant. Cum ergo transires in deserto, cum praedicareris in Gentibus, térra mota est, terreni nomines ad fidem excitati sunt. Sed unde mota est? Etenim caeli distillaverunt a facie Dei. Forsitan hic aliquis recolat illud tempus, quando in deserto Deus transibat coram populo suo, coram filiis Israel, die in columna nubis, nocte in fulgore ignis (Ex 13,21); et hoc esse sentiat quod caeli distillaverunt a facie Dei, quoniam manna pluit populo suo (Ib. 16,13); hoc etiam esse quod sequitur, Mons Sina a facie Dei Israel, pluviam voluntariam segregans, Deus, haereditati tuae, quia in monte Sina locutus est Deus ad Moysen, quando Legem dedit (Ib. 19,18, etc.): ut manna sit pluvia voluntaria quam segregavit Deus haereditati suae, id est populo suo: quia solos eos ita pavit, non et caetetas Gentes: ut quod deinde dicit, Et infírmala est, ipsa baereditas

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a continuación, y se debilitó, se entiende por la misma heredad debilitada, porque murmuraron los israelitas y, hastiados, rechazaron el maná, deseando alimentos de carne y todos los demás con los que acostumbraban a alimentarse en Egipto. Pero si en estas palabras atendemos sólo a la propiedad de la letra y no debe buscarse un sentido espiritual, entonces conviene también que se entienda en sentido material lo que se dice de aquellos que, estando atados y habitando en los sepulcros, fueron sacados con fortaleza. Además, porque si aquel pueblo, a saber, si aquella heredad de Dios, se debilitó rechazando por hastío el maná, no debió añadir a continuación: mas tú la perfeccionaste, sino tú la heriste, ya que, desechando a Dios por aquella murmuración y hastío, le sobrevino un terrible castigo. Pues todos ellos murieron en el desierto y ninguno de ellos mereció entrar en la tierra de promisión, fuera de dos. A un cuando se diga que la heredad perfecta está representada en los hijos de los israelitas, nosotros debemos retener el sentido espiritual de mejor grado. Pues todas las cosas les acontecían a ellos en figura, "hasta tanto que se aproximase el día y fuesen removidas las sombras". 10. El Señor nos abra a los que llamamos y se nos manifiesten los secretos de sus misterios en cuanto se digne concedérnoslo. Los cielos destilaron. En efecto, para que la tierra se conmoviese a la fe, al pasar el Evangelio al desierto de las naciones, los cielos destilaron a vista de Dios. Esto cielos son aquellos de los cuales se canta en otro salmo: Los cielos anuncian la gloria de Dios; y de éstos se dice allí poco después: No hay conversaciones ni discursos de los que no se oigan sus -voces. Por infirmata intelligatur; quoniam murmurantes, manna fastidiosi respuerunt, desiderantes escás carnium, et ea quibus vesci in Aegipto consueverant (Num 11,5.6). Sed in his verbis si proprietas tantummodo litterae, non spiritualis requírendus est intellectus, oportet ut ostendatur secundum proprietatem corporalem, qui tune compediti, quique etiam habitantes in sepulcris educti sunt in fortitudine. Deinde si ille populus, illa scilicet haereditas Dei, fastidio manna respuens infirmata est, non debuit sequi, Tu vero perfecisti eam; sed, Tu vero percussisti eam. Deo quippe offenso per illa murmura atque fastidia, ingens plaga secuta est (Ib. 33). Postremo illi omnes in eremo consternad sunt, nec quisquam eorum, praeter dúos, terram meruit promissionis intrate (Ib. 14,29.30). Quanquam etiamsi dicatur in filiis eorum haereditas illa perfecta, nos sensum spiritualem liberius tenere debemus. Omnia quippe illa in figura contingebant in illis (1 Cor 10,11); doñee aspiraret dies, et removerentur umbrae (Cant 2,17). 10. Aperiat itaque nobis pulsantibus Dominus; et mysteriorum eius, quantum ipse dignatur, secreta pandantur. Etenim ut térra mota esset ad fidem, cum in desettum Gentium transiret Evangelium, caeli iistillaverunt a facie Dei. Hi sunt caeli, de quibus in alio psalmo canitur: Caeli enarrant gloriam Dei. De his quippe paulo post ibi dicitur: Non sunt loquelae ñeque sermones, quorum non audiantnr voces eorum: in

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toda la tierra resuena su voz y por todos los confines del orbe sus palabras. Sin embargo, no debe atribuirse a estos cielos tanta gloria como si por los hombres hubiera venido al desierto de las naciones aquella gracia para que la tierra se moviera a la fe. Pues los cielos no destilaron por sí mismos, sino por gracia de Dios, que, sin duda, habitaba en ellos "y les hacía morar en la casa de unas mismas costumbres". También son ellos los montes de los que se dice: Alcé mis ojos a los montes, de donde me vendrá el socorro. Y para que no apareciese que el salmista había confiado en los hombres, a continuación añade: Mi auxilio procede de Dios, que hizo el cielo y la tierra. A El también se le dice en otro sitio: Tú que iluminas •maravillosamente desde los montes eternos; aunque dede los montes eternos, sin embargo, tú eres el que iluminas. Por lo mismo, así también se dice aquí los cielos destilaron, pero por gracia de Dios. Pues ellos fueron salvados mediante la fe, y no fue esto obra de sí mismos, sino don de Dios, ya que no se salvan por las obras, para que no se ensoberbezca nadie. Somos, pues, hechura de Aquel que hace habitar en la casa de una sola costumbre. 11. Pero ¿qué sigue? Monte del Sinaí a vista del Dios de Israel. ¿Por ventura debe sobrentenderse "destiló", de suerte que lo que llamó cielos hubiera querido designarlo también por monte del Sinaí, así como ya dijimos que llamó montes a los cielos? Aun tomándolo en este sentido, no nos debe inquietar el haber dicho monte y no montes, ya que se dijo allí cielos, y no cielo; pues al escribir en otro salmo: Los cielos cantan la gloria de omnem terram exiit sonus eorum, et in fines orbis terrae verba eorum (Ps 18,2-3). Nec tamen istis caelis tanta gloria ttibuenda est, tanquam ab hominibus illa gratia venerit in desertum Gentium, ut térra moveretur ad fidem. Non enim caeli a seipsis distillaverunt; sed a facie Dei, utique inhabitantis eos, et facientis eos inhabitare unius moris in domo. Ipsi sunt enim et montes, de quibus dicitur: Levavi oculos meos ad montes, ande veniet auxilium mihi. Et tamen ne in hominibus spem posuisse videretur, continuo subiecit: Auxilium meum a Domino, qui fecit caelum et terram (Ps 120,1.2). Ei quippe alio loco dicitur, llluminans tu admirabiliter, a montibus aeternis (Ps 75,5): quamvis a montibus aeternis, tamen illuminans tu. Sic et hic, caeli distillaverunt; sed, a facie Dei. Et ipsi enim salvi facti sunt pet fidem, et hoc non ex seipsis; sed Dei donum est: non ex operibus, ne forte quis extollatur. Ipsius enim sumus figmentum (Eph 2,8-10), qui facit unius modi habitare in domo. 11. Sed quid est quod sequitur, Mons Sina a facie Dei Israel? An subaudiendum est, distillavit: ut quod vocavit caelorum nomine, hoc voluerit intelligi nomine etiam montis Sina; sicut diximus eos vocari montes, qui vocati sunt caeli? Nec in isto sensu moveré debet quod ait, mons; non, montes; cum ibi dicti sint, caeli; non, caelum: quia et in alio psalmo cum dictum esset, Caeli enarrant gloriam Dei; more Scripturae eumdem sensum vetbis alus repetentis subsequenter dictum est: S.Ag. 20

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Dios, y repetir, según costumbre de la Escritura, el m i s m o pensamiento con otras palabras, se dijo a continuación: y el firmamento anuncia las obras de sus manos. P r i m e r a m e n t e dijo los cielos y n o el cielo, y, sin embargo, después n o dice y los firmamentos, sino y el firmamento. Pues bien, en el Génesis se escribe: Y llamó Dios al firmamento cielo. Así, pues, es lo m i s m o decir cielos o cíelo, m o n t e s o m o n t e , c o m o m u c h a s iglesias y una Iglesia. ¿Por q u é se escribió: El monte Sinaí, que engendra para servidumbre, conforme dice el Apóstol? ¿Quizá p o r q u e ha de entenderse q u e la ley fue dada en el m o n t e Sinaí, la cual fue destilada por los cielos a vista de Dios para q u e se conmoviese toda la tierra, y este m o v i m i e n t o de la tierra sería el conturbarse los hombres p o r q u e no p u e d e n cumplir la ley? Si esto es así; esta ley es también la lluvia espontánea que segregó Dios para su heredad, porque n o obró D i o s de este m o d o t o n n i n g u n a otra nación ni la manifestó sus designios como a ella. Segregó Dios esta lluvia espontánea para su heredad dándole la ley. Y se debilitó, o la m i s m a ley o la heredad. P u e d e entenderse q u e se debilitó la ley en cuanto que n o se cumplía; no p o r q u e ella fuese débil, sino p o r q u e constituye débiles a m e n a z a n d o con penas sin ayudar con la gracia. T a m b i é n el Apóstol usó de esta palabra debilidad donde dice: Lo que era imposible para la ley por lo que tenía de flaca a causa de la carne, q u e r i e n d o significar que se c u m p l í a por el espíritu. Sin e m b a r g o , dijo que ella se hallaba debilitada al n o p o d e r ser c u m plida por los débiles. El debilitarse la m i s m a heredad, es decir, el m i s m o pueblo, se entiende, sin oscuridad alguna, p o r habérsele dado la ley, pues la ley se introdujo para que abundase el pecado. Et opera manuum eius annuntiat firmamentum. Prius dixit, caeli; non caelum; et tamen postea non, firmamenta; sed, firmamentum. Vocavit enim Deus firmamentum, caelum (Gen 1,8), sicut in Genesi scriptum est. Ita ergo caeli et caelum, montes et mons, non aliud, sed hoc ipsum: sicut Ecclesiae multae et una Ecclesia, non aliud, sed hoc ipsum. Cur ergo, mons Sina qui in servitutem generat (Gal 4,24), sicut dicit Apostolus? An forte Lex ipsa intelligenda est in monte Sina, quam distillaverunt caeli a \acie Dei, ut térra moveretur? et ipse est terrae motus, cum conturbantur nomines, quia Legem inrplere non possunt? Quod si ita est, haec est et pluvia voluntaria, de qua consequenter dicit, Pluviam voluntariam segregans, Deus, haereditati tuae; quia non fecit sic ulli genti, et iudicia sua non manifestavit eís (Ps 147,20). Segregavit itaque pluviam hanc voluntariam Deus haereditati suae, quod legem dedit. Et infirmata est: vel ipsa Lex, vel ipsa haereditas. Lex infirmata sic accipi potest, eo quod non impleretur: non quod ipsa infirma sit, sed quod infirmos facit minando poenam, nec adiuvando per gratiam. Nam et Apostolus ipso verbo usus est, ubi ait, Quod enim- impossibile erat Legi, in quo infirmabatur per carnem; significare volens quia pet spiritum impletur: tamen ipsam dixit infirman, cum ab infirmis non possit impleri. Infirmata vero ipsa haereditas, id est ipse populus, data sibi Lege, sine ulla ambiguitate intelligitur. Lex enim subintravit, ut

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Lo q u e sigue en el salmo: mas tú la perfeccionaste, se refiere a la ley, p o r q u e , según aquello q u e dijimos, se perfeccionó, es decir, se cumplió. Esto lo atestigua el Señor, diciendo en el Evangelio: No vine a abrogar la ley, sino a cumplirla. D e aquí es que el A p ó s tol, q u e había dicho q u e la ley se debilitó p o r la carne, p o r q u e la carne n o obra lo que se ejecuta p o r el espíritu, es decir, p o r la gracia espiritual, dice t a m b i é n : Para que la justificación de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos según la carne, sino según el espíritu; esto es, pues tú la perfeccionaste, p o r q u e la plenitud de la ley es la caridad, y la caridad de Dios se difunde en nuestros corazones n o p o r nosotros mismos, sino por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. L u e g o esto es tú la perfeccionaste, si se entiende de la perfección de la ley. Si se entiende de la perfección de la heredad, el sentido es m á s fácil. Si se dijo q u e la heredad de Dios se debilitó, es decir, el p u e b l o de D i o s al dársele la ley, p o r q u e se le dio la ley para que abundase el pecado, luego t a m b i é n lo q u e sigue en el salmo: tú la perfeccionaste, se entiende p o r lo que, asimismo, sigue en el Apóstol: adonde abundó el delito sobreabundó la gracia. P o r q u e , al abundar el delito, se multiplicaron las debilidades de ellos y después se aceleraron, ya q u e g i m i e r o n e invocaron para que, ayudándoles D i o s , cumpliesen lo q u e m a n d á n d o l e s n o p o d í a n cumplir. 12. Estas palabras encierran otro sentido que m e parece m á s probable. Pues m u c h o m á s c o n g r u e n t e m e n t e se entiende la m i s m a gracia p o r la lluvia voluntaria o espontánea, puesto q u e se da grat u i t a m e n t e sin preceder m é r i t o a l g u n o de obras antecedentes. Si se abundaret delictum. Quod autem sequitur, Tu vero perfecisti eam, ad Legem ita refertur, quia secundum illud perfecta, id est impleta est; quod Dominus in Evangelio dicit: Non veni Legem solvere, sed implere (Mt 5,17). Unde et Apostolus qui dixerat Legem infirmatam esse per carnem, quia caro non implet quod per spiritum impletur, id est per gratiam spiritualem; ipse Ítem dicit: Ut iustitia Legis impleretur in «obis, qui non secundum carnem ambulamus, sed secundum spiritum (Rom 8,3-4). Hoc est ergo, Tu vero perfecisti eam; quia plenitudo Legis est chantas (Ib. 13,10); et chantas Dei diffusa est in cordibus nostris, non per nos ipsos, sed per Spiritum sanctum qui datus est nobis: hoc est, Tu vero perfecisti eam, si Legem perfecisse intelligatur; si vero haereditatem, facilior est intellectus. Si enim propter hoc dicta est haereditas Dei infirmata, id est populus Dei infirmatus data Lege, quia Lex subintravit, ut abundaret delictum: ergo et quod sequitur, Tu vero perfecisti eam, ex tilo intelligitur quod etiam in Apostólo sequitur, Ubi autem abundavit delictum, superabundavit gratia (Rom 5,5.20). Namque abundante delicto, multiplicatae sunt infirmitates eorum; et postea acceleraverunt (Ps 15,1): quia ingemuerunt, et invocaverunt, ut ipso adiuvante impleretur quod ipso iubente non implebatur. 12. Est in his verbis et alius sensus, qui probabilior mihi videtur. Multo enim congruentius intelligitur ipsa gratia pluvia voluntaria, quia nullis praecedentibus operum meritis gratis datur. Si enim gratia; iam

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da por gracia, ya no es por las obras; de otro modo, la gracia no sería gracia. No soy digno—dice—de ser llamado apóstol, porque perseguí a la Iglesia de Dios; pero por la gracia de Dios soy lo que soy. Esta es la lluvia espontánea. Voluntariamente nos engendró por la palabra de la verdad. Esta es la lluvia espontánea o voluntaria. D e aquí q u e se dice en otro lugar: Nos coronaste con el escudo de tu buena voluntad. Esta lluvia fue la que, al pasar Dios por el desierto, es decir, al ser predicado entre las gentes, destilaron los cielos, p e r o n o p o r sí mismos, sino por la gracia de D i o s , p o r q u e ellos son lo q u e son p o r la gracia de Dios. Y, p o r tanto, el monte Sinaí (es decir, San Pablo), p o r q u e él fue el q u e trabajó más q u e los restantes apóstoles, n o él, sino la gracia de Dios con él, p a r a que destilase m á s a b u n d a n t e m e n t e entre los gentiles, esto es, en el desierto, en d o n d e n o había sido anunciado Cristo, y así no edificase sobre f u n d a m e n t o ajeno, él m i s m o dirá que era israelita de origen, de la tribu de B e n j a m í n ; t a m b i é n había sido e n g e n d r a d o en servidumbre, de la Jerusalén terrena, que sirve con sus hijos, y p o r eso perseguía a la Iglesia. Esto es lo m i s m o q u e recordó él: Así como entonces el que fue engendrado según la carne perseguía al engendrado según el espíritu, así también ahora. Pero alcanzó misericordia, p o r q u e lo hizo ignorándolo, en la incredulidad. N o s a d m i r a m o s de q u e los cielos destilaron a vista de Dios, nos admiremos m u c h í s i m o m á s de que destilase el monte Sinaí, es decir, el q u e p r i m e r a m e n t e perseguía siendo h e b r e o de origen y, según la ley, fariseo. ¿Por q u é nos h e m o s de admirar? N o lo hacía p o r sí mismo, sino conforme escribe: Por la gracia del Dios de Israel, de q u i e n él m i s m o dice: Y sobre el no» ex operibus: alioquin gratia iam non est gratia (Rom 11,6). Non enim dignus sum, inquit, vocari apostólas, quia persecntus sum Ecclesiam Dei: gratia autem Dei sum id quod sum (1 Cor 15,9 et 10). Haec est pluvia voluntaria. Voluntarle quippe genuit ñus verbo veritatis (Iac 1, 18). Haec pluvia voluntaria. Inde alibi dicitur: Scuto bonae voluntatis tuae coronasti nos (Ps 5,13). Istam pluviam, cum Deus ttansiret in deserto, id est, praedicaretur in Gentibus, caeli iistillaverunt: non tamen a seipsis, sed a facie Dei, quoniam et ipsi gratia Dei sunt id quod sunt. Et ideo mons Sina, quia et ipse qui plus ómnibus illis laboravit, non ipse autem, sed gratia Dei cum illo (1 Cor 15,10), ut abundantius distillaret in gentibus, id est in deserto, ubi Christus non erat annuntiatus, ne super alienum fundamentum aedificaret (Rom 15,20); ipse, inquam, Israelita erat ex genere Israel, de tribu Eeniamin (Phil 3,5)-. et ipse ergo in servitutem generatus erat, de lertisalem terrena quae servit cum filiis suis, et ideo persequebatur Ecclesiam. Nam, quod ipse commonuit, sicut tune qui secundum camem generatus est persequebatur eum qui secundum spiritum; ita et nunc (Gal 4,25.29). Sed misericordiam consecutus est quia ignorans fecit in incredulitate (1 Tirn 1,13). Miramur ergo quod caeli distillaverunt a facie Dei: magis miremur quod mons Siria, id est, qui prius persequebatur, Hebraeus ex Hebraeis, secundum legem pharisaeus (Phil 3,5). Quid autem miremur?

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Israel de Dios; y de él dice el Señor: He aquí un verdadero israelita en el cual no hay dolo. Luego D i o s segregó para su heredad esta lluvia espontánea, p e r o n o en virtud de los méritos precedentes de las buenas obras. Y se debilitó: conoció q u e por sí m i s m o n o era nada, pues n o ha de atribuirse lo q u e era a sus propias fuerzas, sino a la gracia de Dios. Conoció lo q u e se dijo: Me gloriaré más bien de mis flaquezas. Conoció lo q u e se dijo: No te engrías, sino teme. Conoció lo q u e se dijo: Da gracia a los humildes. Y se debilitó, mas tú la perfeccionaste, p o r q u e la virtud se perfecciona en la flaqueza. E n verdad q u e algunos códices, tanto latinos como griegos, n o escriben monte Sinaí, sino a la vista del Dios del Sinaí, a la vista del Dios de Israel; es decir, los cielos destilaron delante de Dios; y c o m o si se le p r e g u n t a se: ¿De q u é D i o s ? , dice: A la vista del Dios del Sinaí, a la vista del Dios de Israel. Esto es, delante del D i o s q u e dio la ley al pueblo de Israel. ¿Por q u é destilaron los cielos delante de Dios, delante de este Dios, si n o es p o r q u e así se c u m p l i ó lo q u e se predijo: Dará la bendición el que dio la ley? La ley, con la q u e aterre al q u e p r e s u m e de h u m a n a s fuerzas, y la bendición, con la q u e libre al que espera e n D i o s . " T u , ¡oh D i o s ! , perfeccionaste tu heredad", p o r q u e se debilitó en sí para ser perfeccionada por ti. 13 [ v . l l ] . En ella morarán tus animales. Los tuyos, n o los suyos; los sometidos a ti, n o los libres en sí; los q u e necesitan de ti, n o los que a sí m i s m o s se creen suficientes. A continuación p r o s i g u e : La preparaste, ¡oh Dios!, para el pobre en tu dulNon enim a seipso, sed quod sequitur, a facie Dei Israel; de quo ipse dicit, Et super Israel Dei (Gal 6,16) de quo Dominus dicit, Ecce veré Israelita, in quo dolus non est (lo 1,47). Hanc ergo pluviam voluntariam nullis praecedentibus meritis operum bonorum segregavit Deus haereditati suae. Et infirmata est. Agnovit enim non esse se aliquíd per seipsum; non viribus suis, sed gratiae Dei tribuendum esse quod est. Agnovit quod dictum est: In infirmitatibus meis gloriabor (2 Cor 12,9). Agnovit quod dictum est: Noli altum sapere, sed time (Rom 11,20). Agnovit quod dictum est: Humilibus autem dat gratiam (Iac 4,6). Et infirmata est; tu vero perfecisti eam: quia virtus in infirmitate perficitur (2 Cor 12,9). Quídam sane códices, et latini et graeci, non habent, mons Sina; sed a facie Dei Sina, a facie Dei Israel. Id est, caeli distillaverunt a facie Dei: et quasi quaeretur cuius Dei; a facie Dei, inquit, Sina, a facie Dei Israel; id est a facie Dei qui Legem dedit populo Israel. Quare ergo caeli distillaverunt a facie Dei, a facie huius Dei, nisi quia sic impletum est quod praedictum est: Benedktionem dabit qui Legem dedit? (Ps 83,8). Legem, qua terreat de humanis viribus praesumentem, benedictionem, qua liberet in Deum sperantem. Tu ergo perfecisti, Deus, haereditatem mam; quia infirmata est in se, ut perficeretur abs te. 13 [ v . l l ] . Animalia tua inhabitabunt in ea. Tua, non sua; tibí subdita, non sibi libera; ad te egentia, non sibi sufficientia. Denique sequitur: Parasti in tua suavitate egenti Deus. In tua suavitate, non

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zura. En tu dulzura, n o en la suya. Pues es indigente, p o r q u e se debilitó p a r a ser perfeccionado. Se reconoció indigente p a r a ser llenado. La dulzura, de la cual se dijo en otro sitio: El Señor dará la dulzura y ntiestra tierra dará su fruto, consiste en obrar bien p o r el amor, n o p o r el temor; n o p o r el m i e d o de la pena, sino p o r el deleite de la justicia. Esta es la verdadera y sensata libertad. P e r o Dios p r e p a r ó esto p a r a el p o b r e , n o para el opulento, p a r a q u i e n es afrentosa esta pobreza. D e éstos se dijo en otro sitio: Es escarnio para los ricos y desprecio para los soberbios. Llamó soberbios a los que d e n o m i n ó ricos. 14 {v.12}. El Señor dará palabra, esto es, dará alimentos a los animales suyos q u e habitan en su casa. P e r o ¿qué trabajarán estos animales a quienes se les da la palabra? ¿Qué cosa sino lo q u e sigue: evangelizarán con gran poder? ¿Con q u é p o d e r si n o es con la fortaleza con q u e les 'libró hallándose encadenados? Quizá t a m b i é n señale aquí la virtud con la cual hicieron grandes prodigios los evangelizadores. 15 [ v . 1 3 ] . ¿Quién dará a los evangelizadores palabra con gran poder? El rey—dice—de los ejércitos del Amado. Luego el Padre es el rey de los ejércitos del H i j o . C u a n d o se escribe el A m a d o y no se indica q u i é n es el A m a d o , se e n t i e n d e por antonomasia el H i j o único. ¿Quizá el m i s m o H i j o es rey de sus ejércitos, es decir, de los ejércitos q u e le sirven? P o r q u e dará palabra con gran poder a los evangelizadores el rey de los ejércitos, y del cual se dice: El Señor de los ejércitos es el rey de la gloria. El n o haber dicho rey de sus ejércitos, sino rey de los ejércitos del Amado, es una locución c o m u n í s i m a en las santas Escrituras,

c o m o lo p o d r á advertir cualquiera. Esto aparece p r i n c i p a l m e n t e d o n d e se consigna el n o m b r e p r o p i o p a r a que n o p u e d a dudarse en absoluto q u e es el m i s m o del q u e se habla. T a l m o d o de hablar se encuentra en m u c h o s lugares del Pentateuco; p o r ejemp l o : E hizo Moisés esto y aquello, conforme ordenó el Señor a Moisés, etc., etc. N o dijo, conforme a nuestro m o d o de hablar: E hizo Moisés según le m a n d ó el Señor, sino: E hizo Moisés según mandó el Señor a Moisés. C o m o si u n o fuese el Moisés a q u i e n se m a n d ó y otro el que obró, siendo así q u e es el m i s m o . Estas locuciones difícilmente se encuentran en el N u e v o Testam e n t o . Sin e m b a r g o , aquí la tenemos en lo que dice el Apóstol: Acerca de su Hijo que le nació de la estirpe de David según la carne, que fue predestinado Hijo de Dios en poder según el espíritu de santificación en virtud de la resurrección de los muertos de Jesucristo, Señor nuestro. ( A q u í aparece) c o m o si u n o fuese el H i j o de Dios, que nació de la estirpe de D a v i d según la carne, y otro Jesucristo, nuestro Señor; siendo así q u e es u n o y el mismo. En los libros del A n t i g u o T e s t a m e n t o es frecuente este m o d o d e hablar. Por tanto, c u a n d o aparecen u n t a n t o oscuros algunos pasajes, han de entenderse por otros m á s claros q u e traten del m i s m o asunto. La locución de este pasaje del salmo que ahora e x p o n g o es u n tanto oscura. P o r q u e si se dijese: Jesucristo, rey de los ejércitos de Jesucristo, sería tan clara como aquélla: Obró Moisés conforme ordenó el Señor a Moisés; p e r o como se dijo rey de los ejércitos del Amado n o es fácil q u e suceda que sea rey de los ejércitos el que t a m b i é n es el A m a d o . Luego rey

illius facúltate. Egens est enim, quoniam infirmatus est, ut perficiatur: agnovit se indigentem, ut repleatur. Haec est illa suavitas de qua alibi dicitur: Dominas dabit suavitatem, et térra riostra dabit fructum suum (Ps 84,13): ut bonum opus fíat non timore, sed amore; non formidine poenae, sed delectatione justitiae. Ipsa est enim vera et sana libertas. Sed Dominus hoc egenti paravit, non abundanti, cui opprobrio est ista paupertas; de qualibus alibi dicitur: Opprobrium bis qui abundant, et despectio superbis (Ps 122,4). Hos enim dixit superbos, quos dixit qui abundant. 14 [v.12]. Dominus dabit verbum: cibaria scilicet animalibus suis quae inhabitabunt in ea. Sed quid operabuntur haec animalia, quibus dabit verbum? quid nisi quod sequitur? Evangeliía-ntihus virtute multa. Qua virtute, nisi fortitudine illa in qua educit compeditos? Fortasse etiam virtutem hic dicat illam, qua evangelizantes mirabilia signa fecerunt. 15 [v.13]. Quis ergo dabit verbum evangelizantibus virtute multa? Rex, inquit, virtutum Dilecti. Pater ergo est rex virtutum Filii, Dilectus enim, quando non ponitur quis dilectus, per antonomasiam Filius unicus intelligitur. An virtutum suarum rex ipse Elius; virtutum scilicet sibi servientium? quia virtute multa evangelizantibas dabit verbum rex virtutum, de quo dictum est, Dominas virtutum, ipse est rex gloriae (Ps 23,10). Quod autem non dixit, Rex virtutum suarum, sed,

Rex virtutum Dilecti, locutio est in Scripturis usitatissima, si quis advertat: quod ibi máxime apparet, ubi etíam proprium nomen exprimitur, ut eumdem esse de quo dicitur, dubitari omnino non possit. Qualis et illa in Pentateucho multis locis invenitur: Et fecit Moyses illud atque illud, sicut praecepit Dominus Moysi (Num 17,11, etc., sec. LXX). Non dixit quod usitatum est in locutionibus nostris, Et fecit Moyses sicut praecepit ei Dominus; sed, Fecit Moyses sicut praecepit Dominus Moysi; quasi alius sit Moyses cui praecepit, et alius Moyses qui fecit, cum ídem ipse sit. Tales locutiones in Novo Testamento difficillime reperiuntur. Inde est tamen quod Apostolus ait: De Filio suo, qui factus est ei ex semine David secundum carnem, qui praedestinatus est Filius Dei in virtute secundum Spiritum sanctificationis ex resurrectione mortuorum lesu Cbristi Domini nostri (Rom 1,3.4): tanauam alius sit Filius Dei qui factus est ex semine David secundum carnem, et alius Iesus Christus Dominus noster, cum sit unus atque Ídem. In veteribus autem libris crebra est ista locutio: et ideo quando subobscure fit, ex manifestis sui generis exemplis intelligenda est; sicut hoc loco psalmi huius quem tractamus, subobscure facta est. Nam si diceretur Iesus Christus, rex virtutum lesu Christi, tam aperta esset quam illa, Fecit Moyses sicut praecepit Dominus Moysi: quia vero dictum est, Rex virtutum Dilecti, non facile est ut occurrat ipsum esse regem virtutum, qui est et Dilectus. Rex ergo

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de los ejércitos del Amado p u e d e entenderse como si se hubiera dicho rey de sus ejércitos, p o r q u e t a m b i é n Cristo es rey de los ejércitos, y, asimismo, el A m a d o es el m i s m o Jesucristo. Sin embargo, este sentido n o obliga a tanto, q u e n o p u e d a tomarse en otro, p o r q u e t a m b i é n p u e d e entenderse q u e el P a d r e es rey de los ejércitos de su H i j o amado, a q u i e n el m i s m o A m a d o dice: Todas mis cosas son tuyas, y las tuyas mías. Si a l g u n o p r e g u n t a : ¿Puede D i o s , P a d r e de nuestro Señor Jesucristo, llamarse rey? N o sé q u e a l g u n o se atreva a despojarle d e este n o m b r e , cuand o dice el A p ó s t o l : Honra y gloria al rey de los siglos, inmortal e invisible, único Dios. P o r q u e a u n c u a n d o esto se dijera de la misma T r i n i d a d , en ella está el D i o s Padre. Si n o e n t e n d e m o s carnalmente las palabras ¡Oh Dios!, da tu juicio al rey, y tu justicia al Hijo del rey, i g n o r o a q u é otra cosa se aplicaron si no es a su H i j o . Luego el P a d r e t a m b i é n es rey. D e aquí q u e el versillo de este salmo rey de los ejércitos del Amado p u e d e entenderse de a m b o s modos. Por tanto, después de haber d i c h o : El Señor dará palabra con gran -poder a los evangelizadores, c o m o del m i s m o p o d e r es g o b e r n a d o p o r El y está sometido a A q u e l p o r q u i e n se da, El m i s m o dice: El Señor, que da a los evangelizadores palabra con gran poder, es rey de los ejércitos del Amado. 16. A continuación p r o s i g u e : Del Amado, que divide los despojos para la hermosura de la casa. La repetición de la palabra del Amado se hace para ponderar. Sin embargo, n o en todos los códices se halla esta repetición. Los más cuidadosos la anotan, colocando u n a estrellita q u e se llama asterisco. P o r estas señales virtutum Dilecti, sic intelligi potest, ac si diceretur, rex virtutum suarum, quia et rex virtutum est Christus, et Dilectus est idem ipse Christus. Quamvis non habeat iste sensus tantam necessitatem, ut aliud non valeat accipi: quia et Pater potest intelligi rex virtutum Filii sui dilecti, cui dicit ipse Dilectus, Omnia mea tua sunt, et tua mea (lo 17,10). Quod si forte quaeritur utrum Deus Domini Iesu Christi Pater etiam rex dici possit, nescio utrum quisquam audeat hoc ab eo nomen auferre, ubi Apostolus dicit: Regi autem saeculorum immortali, invisihili, soli Deo (1 Tim 1,17). Quia etsi hoc de ipsa Trinitate dictum est, ibi est et Deus Pater. Si autem non carnaliter intelligimus, Deus, iuiicium tuum regi da, et iustitiam tuam filio regis (Ps 71,2); nescio utrum aliud aliquid dictum est quam, Filio tuo. Rex ergo est et Pater. Unde versiculus iste psalmi huius, Rex virtutum Dilecti, utroque modo intelligi potest. Cum itaque dixisset, Dominus dabit verbum evangelizantibus virtute malta; quia ipsa virtus ab eo regitur, eique militat a quo datur, ipse, inquit, Dominus qui dabit verbum evangelizantibus virtute multa, rex est virtutum Dilecti. 16. Deinde sequitur: Dilecti, et speciei domus dividere spolia. Repetido pertinet ad commendationem: quanquam istam repetitionem non omnes códices habeant, et eam diligentiores stella apposita praenotant, quae signa vocantur asterisci; quibus agnosci volunt ea non esse in interpretatione Septuaginta, sed esse in hebraeo, quae talibus insigniuntur

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se quiere dar a conocer que en d o n d e se hallan falta una palabra en el texto de los Setenta, mas n o en el texto hebreo. Y a se repita o se tome como dicha una vez la palabra dilecti, del A m a do, pienso que ha de entenderse lo q u e sigue: que divide los despojos para la hermosura de la casa, c o m o si dijera q u e divide los despojos del Amado p a r a la h e r m o s u r a de la casa, es decir, q u e h a n de ser divididos los despojos del Amado. Y a q u e Cristo hermoseó la casa, es decir, la Iglesia, dividiendo p a r a ella los despojos (y así la hizo h e r m o s a ) , c o m o es h e r m o s o el cuerpo p o r la distribución de los m i e m b r o s . Se llaman despojos los enseres que se arrebatan a los enemigos q u e h a n sido vencidos. El Evangelio nos da a conocer esto en d o n d e leemos: Nadie entra en la casa del fuerte para arrebatarle sus enseres si primeramente no amarra al fuerte. L u e g o Cristo a m a r r ó al diablo con cadenas espirituales venciendo a la m u e r t e y subiendo de los infiernos al cielo. Le amarró con el sacramento de su encarnación, pues, a p e sar de n o encontrar en El nada d i g n o d e m u e r t e , sin e m b a r g o , p e r m i t i ó q u e le matase, y, a m a r r á n d o l e p o r esto, le arrebató como despojos los enseres. El diablo obraba en los hijos de la incredulidad, de quienes usaba a su arbitrio p o r la perfidia. L i m p i a n do el Señor estos enseres o vasos con la remisión de los pecados, santificando estos despojos arrebatados al enemigo, derribado y atado, los dividió para la hermosura de su casa, constituyendo a unos apóstoles, a otros profetas, a otros pastores y doctores en la obra del ministerio evangélico para edificación del cuerpo de Cristo. Pues a la manera que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y, con ser muchos, todos los miembros del cuerpo son notis. Sed sive repetatur, sive semel dictum accipiatur quod positum est, Dilecti; sic intelligendum puto quod sequitur, et speciei domus dividere spolia, ac si diceretur, Dilecti etiam speciei domus dividere spolia, id est, Dilecti etiam ad dividenda spolia. Speciosam quippe domum, id est Ecclesiam Christus fecit, dividendo illi spolia; sicut speciosum est corpus distributione membrorum. Spolia porro dicuntur quae victis hostibus detrahuntur. Hoc quid sit Evangelium nos admonet, ubi legimus: Nemo intrat in iomum jortis, ut vasa eius diripiat, nisi prius alligaverit fortem (Mt 12,29). Alligavit ergo diabolum Christus spiritualibus vinculis; superando mortem, et super cáelos ab inferís ascendendo: alligavit eum sacramento incarnationis suae, quod nihil in eo reperiens morte dignum, tamen est permissus occidere; ac sic alligato abstulit tanquam spolia vasa eius. Operabatur quippe in filiis diffidentiae (Eph 2,2), quorum infidelítate utebatur ad voluntatem suam. Haec vasa Dominus mundans remissione peccatorum, haec spolia sanctificans hosti erepta prostrato atque alligato, divisit ea speciei domus suae; alios constituens apostólos, alios prophetas, alios pastores et doctores in opus ministerii, in aedificationem corporis Christi (Eph 4,11.12). Sicut enim unum corpus est, et membra multa habet; omnia autem membra corporis cum sint multa, unum est corpus: sic et Christus. Numquid omnes apostoli? numquid omnes prophetae? numquid omnes virtutes? num-

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un cuerpo, así también Cristo. ¿Por ventura todos son apóstoles, todos profetas, todos virtudes, todos tienen el don de curaciones, hablan todos lenguas, todos interpretan? Sin embargo, todas estas cosas las obra un solo y mismo Espíritu, que da en particular a cada uno como quiere. Esta es la hermosura de la casa para la cual divide los despojos a fin de q u e el a m a n t e de ella, ataviado con esta hermosura, exclame: ¡Oh Señor!, amé la hermosura de tu casa. 17 [v.14}. A h o r a en lo q u e sigue se dirige a hablar a los mismos m i e m b r o s con los que constituyó la hermosura de la casa, diciendo: Si durmieseis en medio de las suertes, alas plateadas de paloma, y en sus espaldas, con amarillez de oro. A q u í p r i m e r a m e n t e ha de investigarse el orden de las palabras p a r a ver c ó m o termina el pensamiento, el cual se halla p e n d i e n t e cuando dice: Si durmieseis. Después ha de investigarse si en lo q u e sig u e : alas plateadas de paloma, se halla en n ú m e r o plural o en singular la palabra pennae; es decir, si ha de traducirse p o r alas o p o r ala. El texto griego excluye p o r completo el n ú m e r o singular, puesto que la consignó en plural. Pero n o está claro todavía si ha de traducirse p o r alas, en nominativo, o de este m o d o , en vocativo: ¡Oh vosotras, alas!, de suerte q u e parezca que se habla a la mismas alas. O si h a n de de unirse estas palabras a las anteriores, y así se concluya la sentencia, de m o d o q u e el orden sea este: El Señor dará a los evangelizadores palabra con gran poder si durmieseis en medio de las suertes, ¡oh vosotras, alas plateadas de paloma!; o h a n de unirse a las q u e siguen, de suerte q u e se diga: Si durmieseis en medio de las suertes, las alas plateadas de paloma blanquearán como la nieve en el Selquid omnes dona habent curationum? numquid omnes linguis loquuntur? numquid omnes interpretantur? Omnia autem haec operatur tinus atque idem Spiritus, dividens propria unicuique prout vult (1 Cor 12, 12.29-30.11). Et haec est species domus, cui spolia dividuntur; ut amator eius hac pulchritudine accensus exclamet: Domine, dilexi decorem domus tuae (Ps 25,8). 17 [v.14]. Iam in eo quod sequitur, se ad ipsa membra, de quibut fit species domus, alloquenda convertit, dicens: Si dormiatis inter medios cleros, pennae columbae deargentatae, et inter scapulas eius in viriditate auri. Prius hic quaerendus est ordo verborum quomodo finiatur sententia; quae utique pendet, cum dicitur, Si dormiatis: deinde quod ait, pennae columbae deargentatae, utrum singulari numero intelligendum est, huius pennae; an plurali, hae pennae. Sed singularem numerum graecus excludit, ubi omnino pluraliter hoc positum legitur. Sed adhuc incertum est utrum, hae pennae; an, o vos pennae, ut ad ipsas pennas loqui videatur. Utrum ergo verbis quae praecesserunt finiatur ista sententia, ut ordo sit, Dominus dabit verbum evangelizantihus virtute multa, si dormiatis inter medios cleros, o vos pennae columbae deargentatae: an his quae sequuntur, ut ordo sit, Si dormiatis inter medios cleros, pennae columbae deargentatae nive dealbabuntur in Sel-

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món; esto es, q u e las mismas alas b l a n q u e a r á n si durmieseis entre las suertes. Así se entendería q u e esto se decía a los que, como despojos, son divididos para la hermosura de la casa. Es decir, si durmieseis en m e d i o de las suertes, ¡oh vosotros que sois divididos para la h e r m o s u r a de la casa!, m e d i a n t e la m a n i festación del Espíritu, para ser útiles, de suerte q u e a unos se da por el Espíritu habla de sabiduría; a otro, habla de ciencia según el m i s m o Espíritu; a otro, fe; a otro, gracias de curaciones en el m i s m o Espíritu y los demás dones de q u e habla el Apóstol. Luego, si durmieseis vosotros en m e d i o de las suertes, entonces las alas plateadas de paloma serán blanqueadas como la nieve en el (monte) Selmón. T a m b i é n p u e d e exponerse así: Si vosotros, alas plateadas de paloma, durmieseis en medio de las suertes, por la nieve (os) blanquearéis en el Selmón, s o b r e n t e n d i e n d o hombres, los cuales reciben la remisión ue los pecados m e d i a n t e la gracia. D e aquí q u e también se dice de la m i s m a Iglesia en el Cantar de los Cantares: ¿Quién es esta que sube blanqueada? Esta p r o mesa la recibió de D i o s por el profeta, que dice: Si vuestros pecados fuesen de color de juego, los haré blancos como la nieve. T a m b i é n p u e d e entenderse de m o d o q u e en lo que se dijo alas plateadas de paloma se sobrentienda seréis; de suerte q u e el sentido sea este: ¡Oh vosotros q u e sois divididos, c o m o despojos, para la h e r m o s u r a de la casa!, si durmieseis en m e d i o de las suertes, seréis alas plateadas de paloma, es decir, os elevaréis a las alturas, quedando, con todo, unidos a la constitución o trabazón de la Iglesia. Creo que n o p u e d e entenderse a q u í de m o d o mejor n i n g u n a otra paloma plateada fuera de aquella de la que se dijo: Una sola es mi paloma. Es plateada p o r q u e está adocmon: id est, ipsae pennae dealbabuntur, si dormiatis inter medios cleros: ut illis hoc dicere intelligatur, qui speciei domus tanquam spolia dividuntur; id est, Si dormiatis intermedios cleros, o vos qui dividimini speciei domus, per manifestationem Spiritus ad utilitatem, ut alii quidem detur per Spiritum sermo sapientiae, alii sermo scientiae secundum eumdem Spiritum, alii fídes, alii genera curationum in eodem Spiritu, et caetera (1 Cor 12,7.9): si ergo vos dormiatis inter medios cleros, tune pennae columbae deargentatae nive dealbabuntur in Selmón. Potest et sic: Si vos, pennae columbae deargentatae. dormiatis inter medios cleros, nive dealbabuntur in Selmón, ut subintelligantur homines, qui per gratiam remissionem accipiunt peecatorum. Unde etiam de ipsa Écclesia dicitur in Cántico canticorum: Quae est ista quae ascendit dealbata? (Cant 3,6, sec. LXX). Promissio quippe Dei íenetur, per Prophetam dicentis: Si fuerint peccata vestra tanquam phaenicium, sicut nivem dealbabo? (Is 1,18). Potest et sic intelligi, ut in eo quod dictum est, pennae columbae deargentatae, subaudiatur, eritis; ut iste sit sensus: O vos qui tanquam spolia speciei domus dividimini, si dormiatis inter medios cleros, pennae columbae deargentatae eritis; id est, in altiora elevabimini, compagini tamen Ecclesiae cohaerentes. Nullam quippe aliam melius hic intelligi puto columbam deargentatam, quam illam de qua

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trinada con la divina palabra. Las palabras del Señor se llaman en otro lugar plata purificada, acrisolada siete veces con el fuego de la tierra. C i e r t a m e n t e es u n gran bien dormir en m e d i o de las suertes. Estas suertes las t o m a r o n n o pocos p o r los dos Testamentos; de m o d o q u e el d o r m i r en m e d i o de las suertes sea descansar en la autoridad de los dos Testamentos, es decir, asentir a los testimonios de ambos Testamentos, de m a n e r a que, cuand o p o r ellos se profiera algo y se p r u e b e , t e r m i n e toda controversia en pacífico sosiego. Y si es así, ¿qué otra cosa aparecerá q u e advierten a los evangelizadores con g r a n p o d e r si n o es que entonces el Señor les dará la palabra p a r a q u e p u e d a n evangelizar si d u e r m e n en m e d i o de las suertes? Pues entonces se les da la palabra de la verdad cuando ellos n o a b a n d o n a n la autoridad de ambos Testamentos. Así serán también alas plateadas de paloma, por cuya predicación será conducida hasta el cielo la gloria de la Iglesia. 18. En sus espaldas. Esta es, ciertamente, una p a r t e del cuerp o ; parte situada cerca de la región del corazón en la p a r t e posterior, esto es, en el dorso. Esta p a r t e de aquella p a l o m a plateada dice q u e tiene la amarillez del oro, es decir, el vigor de la sabiduría. N o creo que pueda entenderse otra cosa mejor p o r este vigor que la caridad. ¿Pero p o r q u é ha de estar en el dorso y n o en el pecho? N o m e explico c ó m o se escribió esta palabra en otro salmo, en el cual se dice: Entre sus espaldas te protegerá y esperarás bajo sus alas, siendo así q u e n o podrá ser cubierto debajo de las alas si n o lo fuese p o r el pecho. En latín quizá p o d r á dictum est: Una est columba mea (Cant 6,8). Deargentata est autem, quia divinis eloquiis est erudita: eloquia namque Domini alio loco dicuntur argentum igne examinatum terrae, purgatum septuplum (Ps 11,7). Magnum itaque aliquod bonum est, dormiré Ínter medios cleros: quae nonnulli dúo Testamenta esse voluerunt; ut dormite sit ínter medios cleros, in eorum Testamentorum auctoritate requiescere; id est, utriusque Testamentí testimoniis acquiescere, ut qusndo aliquid ex his profertur et probatur, omnis contentio pacifica quiete finiatur. Quod si ita est, quid aliud admoneri videntur evangelizantes virtute multa, nisi quia tune eis Dominus dabit verbum ut evangelizare possint, si dormiant Ínter medios cleros? Tune enim eis verbum veritatis datur, si auctoritas ab eis duorum Testamentorum non relinquatur: ut ipsi sint et pennae columbae deargentatae, quorum praedicatione in caelum gloria fertur Ecclesiae. 18. ínter scapulas autem: pars est utique corporis; pars est circa regionem cordis, a posterioribus tamen, id est a dorso: quam columbae illíus deargentatae partem in viridítate auri esse dicit, hoc est in vigore sapientiae; quem vigorem melius non puto intelligi posse quam charitatem. Sed quare a dorso, et non a pectore? Quanquam mirer quomodo positum sit hoc verbum in alio psalmo, ubi dicitur, ínter scapulas suas obumbrabit tibi, et sub alis eius sperabis (Ps 90,4), cam sub alis obrumbrari non possit, nisi quod a pectore fuerit. Et latine quidem inter sca-

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entenderse inter scapulas (entre las espaldas), de algún m o d o , p o r la parte anterior y posterior, de suerte q u e tomemos p o r espaldas lo que ocupa la p a r t e m e d i a y principal del cuerpo. E n h e b r e o quizá es dudoso q u e p u e d a entenderse de esta forma. P e r o lo q u e se consigna en griego metafrena sólo significa "partes posteriores", esto es, las espaldas. ¿Acaso se halla allí la amarillez del oro, es decir, la sabiduría y la caridad, p o r q u e allí está, en cierto modo, el origen de las alas o p o r q u e allí se soporta la ligera carga de las alas? C o n todo, ¿qué son las alas sino los dos p r e ceptos de la caridad, en los que se encierra toda la ley y los profetas? ¿Y q u é es la leve carga sino la m i s m a caridad, q u e se perfecciona o completa con estos dos preceptos del a m o r ? Lo q u e contiene el p r e c e p t o de difícil o pesado, es ligero para el amante. Por n i n g ú n otro m o t i v o se e n t i e n d e rectamente que Cristo dijo: Mi carga es ligera, sino p o r q u e da el Espíritu Santo, por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones, para que a m a n d o obremos con libertad lo q u e obra con t e m o r el q u e obra servilmente. N o es a m i g o de lo recto el q u e prefiere, si posible fuese, q u e n o se m a n d e lo q u e es justo. 19- Al n o escribirse: Si durmieseis en las suertes, sino: En medio de las suertes, p u e d e p r e g u n t a r s e q u é signifique en medio de las suertes. Si esto se tradujese más ajustadamente del griego al latín, se diría inter médium clerorum y n o inter -medios cleros (en m e d i o de las suertes), lo cual n o se lee en n i n g ú n traductor latino. Por eso creo que vale tanto lo q u e se escribió: inter medios cleros, c o m o inter médium clerorum. D e aquí q u e yo expondré lo q u e m e parece. Esta palabra médium suele aducirse m u c h a s pulas fortasse aliquo modo ex utraque parte possit intelligi, et ante, et post; ut scapulas accipiamus quae in medio caput habent: et in hebraeo sit fortassis ambiguum, quod possit et hoc modo intelligi; sed quod in graeco est UETácppEvcc, nonnisi a posterioribus significat, quod est inter scapulas. Utrum propterea ibi est auri viriditas, id est sapientia et charitas, quia ibi sunt quodammodo radices alarum; an quia ibi portatur illa sarcina levis? Quid enim sunt vel ipsae alae, nisi dúo praecepta charitatis, in quibus tota Lex pendet et Prophetae? (Mt 22, 40). Quid ipsa sarcina levis, nisi ipsa charitas quae in his duobus praeceptis impletur? Quidquid enim difficile est in praecepto, leve est amanti. Nec ob aliud recte intelligitur dictum, Onus meum leve est (Ib. 11, 30); nisi quia dat Spiritum sanctum, per quem diffunditur charitas in cordibus nostris (Rom 5,5), ut amando liberaliter faciamus, quod timendo qui facit, serviliter facit: nec est amicus recti, quando mallet, si fieri posset, id quod rectum est non iuberi. 19- Quaeri etiam potest, cum non sit dictum, Si dormiatís in cleris, sed, inter medios cleros, quid sit hoc, inter medios cleros. Quod quidem si expressius transferretur ex graeco, inter médium clerorum diceretur; quod in nullo interpretum legi: propterea credo quia tantumdem valet quod dictum est, inter medios cleros, Hinc ergo quid mihi videatur exponam. Saepe hoc verbum ad aliqua connectenda atque pa-

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veces para unir y entrelazar algunas cosas a fin de que no se alejen o difieran entre sí los pensamientos. De este modo escribe la Escritura esta palabra al establecer Dios el Testamento entre El y su pueblo, puesto que lo escrito en el códice latino ínter me et vos (entre mí y vosotros), se consigna en el griego (ana mesón) en medio de mí y de vosotros. También, hablando Dios a Abrahán sobre la señal de la circuncisión, dice: Sea alianza entre mí y entre ti y toda tu estirpe: "inter me et te"; lo cual escribe el texto griego inter médium meum et tuum, et inter médium seminis tui (en medio de mí y de ti y en medio de tu descendencia). Asimismo, al hablar a Noé sobre el arco que ha de colocar sobre las nubes como signo, repite frecuentísimamente esta palabra médium; y así, lo que dicen los códices latinos inter me et vos (entre mí y vosotros), o también.inter me et omnem animam vivam (entre mí y toda alma viviente), u otra frase semejante, escribe el texto griego ana mesón: inter médium meum et vestrum (en medio de mí y de vosotros). También David y Jonatás establecieron entre sí una señal a fin de no disentir en el asunto que traían entre manos, y lo que en latín se dice inter ambos (entre ambos), escribe el griego ana mesón: inter médium amborum (en medio de ambos). Admirablamente aconteció que nuestros traductores en este lugar del salmo no dijeron inter cleros (en las suertes), locución usadísima en latín, sino inter medios cleros (en medio de las suertes), lo cual es como sí hubieran dicho inter médium clerorum, lo que más bien se lee en griego y suele decirse al hablar de las cosas que, como noté, deben guardar conformidad entre sí. Manda, pues, la Escritura que duerman en medio de las suertes quienes o tienen alas plateadas de paloma o aquellos a quienes por esto se les ayuda para que las tengan. canda, ne inter se dissideant, poní solet: sicut testamentum inter se et populum Deo constituente, hoc verbum Scriptura ponit; nam pro eo quod est in latino, inter me et vos, graecus habet, inter médium meum et vestrum. Sic et de signo circumcisionis cum loquitur Deus ad Abraham, dicit, Erit testamentum inter me et te, et omne semen tuum (Gen 17,2.7): quod Graecus habet, inter médium meum, et tuum, et inter médium seminis tui. ítem cum loqueretur ad Noe de arcu in nubibus ad signum constituendum (Ib. 9,12), hoc verbum saepissime repetit: et quod habent latini códices, inter me et vos, vel inter me et omnem animam vivam, et si qua ibi talia dicuntur; inter médium meum et vestrum, invenitur in Graeco, quod est, ávót péo-ov. David quoque et Ionathan signum inter se constituunt, ne aliud opinando dissideant (1 Reg 20,20-23): et quod latine dicitur, inter ambos; inter médium amborum, habet Graecus eodem verbo, quod est, ávct nécrov. Optime autem factum est, ut hoc loco psalmi huius interpretes nostri non dicerent, inter cleros, quod latinae locutioni usitatum est; sed inter medios cleros, tanquam inter médium clerorum, quod potius in graeco legitur, et quod dici solet in eis rebus, ut dixi, quae inter se debeant habere consensum. Iubet ergo Scriptura ut inter medios cleros dormiant, qui

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Por tanto, si estas suertes simbolizan los dos Testamentos, ¿qué otra cosa se nos amonesta si no es que no resistamos a los Testamentos, concordes entre sí; y que asintamos entendiendo y seamos una prueba y señal de la concordia de ellos, cuando percibimos que nada dijo uno en contra del otro, lo que damos a entender con pacífica admiración, como arrebatados por el sopor del éxtasis? ¿Por qué ha de entenderse por la palabra in cleris testamentos, siendo así que este nombre ciertamente es griego y no significa testamento? La razón de esto es porque por el testamento se otorga la heredad, que en griego se denomina kleronomía, y heredero kleronomos. Kleros en griego significa suerte, y las suertes, según la promesa de Dios, se llaman partes de heredad, las cuales fueron distribuidas al pueblo. De aquí es que a la tribu de Leví se le ordenó que no tuviera suerte de heredad entre los hermanos, porque había de sustentarse de los diezmos de las otras tribus. Creo que por esto se llamaron cleros o clérigos los que son ordenados en los grados eclesiásticos, puesto que Matías fue elegido por suerte, el cual fue, según leemos, el primero que ordenaron los apóstoles. Por tanto, debido a la heredad que se otorga por testamento, bajo el nombre de suertes están simbolizados los mismos Testamentos, como si se denominara por aquello que hace lo que se hace. 20. A mí se me ocurre aquí otro sentido, y, si no me engaño, debe ser preferido; esto es, que entendamos, con gran probabilidad, por suertes las mismas heredades. De modo que como la heredad del Viejo Testamento es la felicidad terrena, aunque signivel sunt pennae columbae deargentatae, vel ex hoc eis praestatur ut sint. Porro si isti cleri dúo Testamenta significant, quid aliud admonemur, nisi ut Testamentis inter se consentientibus non repugnemus; sed intelligendo acquiescamus, nosque simus eorum concordiae signum atque documentum, cum alterum adversus alterum nihil dixisse sentimus, et cum pacifica admiratione, quasi ecstasis sopore, monstramus? Cur autem in cleris Testamenta intelligantur, cum hoc nomen graecum sit quidem, sed Testamentum non ita dicatur; haec causa est, quia per testamentum datur haereditas, quae graece appellatur, KAtipovonia, et haeres, KATIPÓVO^OS. KAijpos autem sors graece dicitur, et sortes ex promissione Dei, partes haereditatis vocantur, quae populo sunt distributae. Unde tribus Levi praecepta est non habere sortem inter fratres suos, quod ex eorum decimis sustentaretur (Num 18,20). Nam et Cleros et Clericos hinc appellatos puto, qui sunt in ecclesiastíci ministerii gradibus ordinati, quia Matthias sorte electus est, quem primum per Apostólos legimus ordinatum (Act 1,26). Proinde propter haereditatem quae fit testamento, tanquam per id quod efficitur id quod efficit, nomine clerorum Testamenta ipsa significata sunt. 20. Quanquam mihi et alius hic sensus occurrat, nisi fallor, anteponendus, ut cleros multo probabilius ipsas haereditates intelligamus: ut quoniam haereditas Veteris Testamenti est, quamvis in umbta significativa futuri, terrena felicitas; haereditas vero Novi Testamenti est aeter-

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fique en sombras la futura, y la heredad del N u e v o Testamento es la inmortalidad eterna, p o r eso el d o r m i r en m e d i o de las suertes será n o buscar aquélla apasionadamente y esperar ésta con paciencia. Puesto q u e quienes p o r la felicidad terrena sirven a Dios, o m á s bien p o r ella n o q u i e r e n servirle, al buscar en esta vida y en este m u n d o la felicidad, alejándose de ellos el sueño, n o d u e r m e n . Pues, excitados p o r las vehementes codicias, son empujados al pecado y al c r i m e n y n o tienen descanso alguno al desear adquirirlas y al temer perderlas. Quien me oye — d i c e la Sabiduría—morará en esperanza y descansará sin temor de toda maldad. Esto es lo q u e a m í m e parece que es el dormir en m e d i o de las suertes, es decir, en m e d i o de las heredades: el n o habitar aún en la realidad, sino en la esperanza de la celestial heredad, y el descansar ya de las codicias de la terrena felicidad. C u a n d o llegue lo q u e esperamos, ya n o descansaremos entre las dos heredades, sino q u e reinaremos en la nueva y verdadera, de la cual era sombra la vieja. Por tanto, aun c u a n d o hubiéramos e n t e n d i d o lo que se dijo: Si durmieseis en medio de las suertes, como si se hubiera dicho: Si hubieseis m u e r t o en m e d i o de las suertes, de tal m o d o que la Escritura, según su costumbre, hubiere llamado sueño a esta m u e r t e del cuerpo, n o obstante, esta m u e r t e es óptima, p u e s t o que, refrenando los deseos de las cosas terrenas y perseverando el h o m b r e hasta el fin puesta la esperanza en la heredad celeste, concluirá el ú l t i m o día de esta vida. Quienes d u e r m e n así en m e d i o de las suertes t e n d r á n alas plateadas de paloma o p o r q u e al instante de resucitar serán arrebatados a las nubes para salir al e n c u e n t r o d e Cristo en el aire y vivir na immortalitas; dormiré sit Ínter medios cleros, nec illam iam quaerere ardenter, et adhuc istam exspectare patienter. Nam qui Deo propterea serviunt, vel potius propterea serviré nolunt, dum quaerunt in hac vita et in hac térra felicitatem, ablatus est somnus ab eis, et non dormiunt. Inflammantibus enim cupiditatibus agitad, in flagitia et facinora propelluntur, nec omnino requiescunt; desiderando ut acquirant, metuendo ne amittant. Qui autem me audit, ait Sapientia, inhabitabk in spe, et requiescet sine timore ab omni malignitate (Prov 1,33). Hoc est, quantum mihi videtur, dormiré Ínter medios cleros, id est Ínter medias haereditates; nondum in re, sed tamen in spe caelestis haeredítatis habitare, et a terrenae felicitatis iam cupiditate conquiescere. Cum autem venerit quod speramus, non iam Ínter duas haereditates requiescemus; sed in nova vera, cuius vetus erat umbra, regnabimus. Quapropter etiamsi intellexerimus quod dictum est, Si dormiatis Ínter medios cleros, tanquam si diceretur, Si moriamini Ínter medios cleros, ut istam mortem carnis more suo Scriptura dormitionem vocaverit; haec est mors óptima, ut in cupiditatum cohibitione a terrenis, in spe caelestis haereditatis homo usque in finem perseverans, diem vitae huius ultimum claudat. Sic enim durmientes Ínter medios cleros, erunt pennae columbae deargentatae; ut tempore quo resurgent, rapiantur in nubibus obviara Christo in aera, et semper iam cum Domino vivant (1 Thess 4,

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ya siempre con el Señor, o ciertamente p o r q u e , m e d i a n t e aquellos que m u i e r o n así, cuanto se hallan ya m á s seguros, t a n t o m á s excelentemente se difunde la Iglesia y c o m o con ciertas alas se eleva llena de gloria. N o en vano se dijo: Antes de morir no alabes a hombre alguno. Pues todos los santos de D i o s , desde el principio del g é n e r o h u m a n o hasta el t i e m p o de los apóstoles, puesto q u e t a m b i é n ellos sabían decir: Tú sabes que no deseé el día del hombre; y: Una sola cosa pedí al Señor y ésta buscaré, y desde el t i e m p o de los apóstoles, a partir del cual se manifestó más claramente la diferencia de los dos Testamentos, tanto los apóstoles como los santos mártires y los d e m á s justos, c o m o carneros e hijos de carneros, hasta este t i e m p o d u r m i e r o n en m e d i o de las suertes, despreciando ya la felicidad del reino terreno y esp e r a n d o la eternidad del r e i n o de los cielos q u e aún n o poseían. Y c o m o d u r m i e r o n tan a d m i r a b l e m e n t e , por eso la Iglesia, paloma plateada, ahora vuela con aquellas c o m o alas y es ensalzada con alabanzas, de suerte que, h a b i e n d o sido invitados los posteriores, p o r la fama de aquéllos, a la imitación, mientras asimismo d u e r m e n los demás igualmente, se añaden alas, con las q u e se alaba s u b l i m e m e n t e hasta el fin del m u n d o . 2 1 [ v . 1 5 ] . Mientras el supraexcelso discrimina a los reyes sobre ellas, serán blanqueados como nieve en el Selmón, es decir, mientras el O m n i p o t e n t e ; m i e n t r a s el que sube—como dice el Apóstol—sobre los cielos para llenarlo todo discrimina a los reyes sobre ella, es decir, sobre la m i s m a p a l o m a plateada, pues prosigue el Apóstol y dice: Y también dio a unos ser apóstoles, a otros 16): aut certe, quia per eos qui sic moriuntur, quanto securius, tanto sublimíus Ecclesia diffamatur, et quasi quibusdam pennis excelsae laudis attollitur. Ñeque enim frustra dictum est: Ante mortem ne laudes hominem quemquam (Eccli 11,30). Omnes ergo sancti Dei ab initio generis humani, usque ad tempus Apostolorum (quia et ipsi noverant dicere, Diem hominis non concapivi, tu seis [lee 17,16]; et Unam petii a Domino, hanc requiram [Ps 26,4]), et a tempore Apostolorum, ex quo duorum Testamentorum differentia clarius revelata est, ipsi Apostoli et beati martyres caeterique iusti, tanquam arietes et arietum filii usque ad hoc tempus dormierunt Ínter medios cleros; regni terreni felicitatem iam contemnentes, et regni caelorum aeternitatem sperantes, et nondum tenentes. Et quia tam bene dormierunt, eis velut pennis nunc volitat, et laudibus exaltatur Ecclesia, columba scilicet deargentata; ut hac eorum fama ad imitandum posteris invitatis, dum sic etiam caeteri dormiunt, addantur pennae quibus usque in finem saeculi sublimiter praedicetur. 21 [v.15]. Dum discernit supercaelestis reges super eam, nive dealbabuntur in Selmon: ille supercaelestis, ille qui ascendit super omnes cáelos, ut adimpleret omnia, dum discernit reges super eam, id est super eamdem columbam deargentatam. Sequitur enim Apostolus, ac dicit: Ut ipse dedit quosdam quidem apostólos, quosdam autem prophetas, quosdam vero evangelistas, quosdam autem pastores et doctores. Nam

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profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y doctores. Por tanto, ¿qué otra cosa es discriminar a los reyes sobre ella si no (es obrar en orden al perfeccionamiento de los santos) para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, ya que ella, es decir, la paloma, es el cuerpo de Cristo? Son llamados reyes atendiendo a que gobiernan. ¿Y qué cosa es más excelente que gobernar las concupiscencias de la carne a fin de que no reine el pecado en el cuerpo mortal de los hombres, obedeciendo así a sus deseos, y no presten sus miembros como armas de iniquidad al pecado, sino que se ofrezcan ellos mismos a Dios como vivientes procediendo de muertos, y sus miembros obedezcan a Dios como armas de justicia? Así serán primeramente reyes discriminados de los extraños, porque no llevan su yugo con los infieles; y después, concordando entre sí, serán discriminados o separados por los dones particulares de cada uno. Pues no todos son apóstoles, ni todos profetas, ni todos doctores, ni todos tienen el don de curaciones, ni todos hablan lenguas, ni todos interpretan. Sin embargo, todas estas cosas las obra un solo y el mismo Espíritu, que reparte en particular a cada uno como quiere. Dando el Omnipotente este Espíritu, discrimina a los reyes sobre la paloma plateada. Cuando habló el ángel enviado a la Madre llena de gracia sobre este Espíritu Santo, al preguntarle ésta cómo acontecería lo que le anunciaba había de parir, puesto que no conocía varón, el Espíritu Santo—le responde el ángel—vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo "obumbrabit ubi": te cobijará. ¿Qué significa obumbrabit tibi si no es te hará sombra? De aquí es que estos reyes, al ser discriminados o separados, por la gracia del Espíritu, de nuestro Señor Jesucristo sobre la paloma pla-

teada, serán blanqueados como la nieve en el Selmón. La palabra "Selmón" significa sombra. Pero no serán discriminados o separados por sus méritos o por su propia virtud, porque ¿quién te discrimina o separa? ¿Y qué tienes que no lo hayas recibido? Luego para ser discriminados o separados de los impíos recibieron el perdón de los pecados de parte de Aquel que dice: Si vuestros pecados fuesen rojos como la grana, los blanquearé como la nieve. He aquí de qué modo serán blanqueados como la nieve en el Selmón, es decir, en la gracia del Espíritu de Cristo, por quien los hombres tienen distintos y particulares dones y de quien se dijo lo que conmemoré anteriormente: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud del Altísimo te cobijará, es decir, te hará sombra; por eso lo santo que nacerá de ti se llamará Hijo de Dios. En verdad, por esta sombra se entiende la protección que se presta al ardor de la concupiscencia carnal. De aquí que la Virgen no concibió a Cristo en concupiscencia carnal, sino en creencia espiritual. La sombra se forma por la luz y el cuerpo. Por eso aquello que en el principio era Verbo era luz; y para que se nos convirtiese en sombra del mediodía, el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Es decir, el hombre se juntó a Dios como el cuerpo a la luz, y la sombra de protección cubrió a los creyentes en El. Pero no se dice de aquella sombra: Todas aquellas cosas pasaron como sombra; ni tampoco de aquella de la que dice el Apóstol: Nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en parte de día de fiesta, o de las neomenias, o de nueva luna, o de sábado; todo lo cual es sombra de las cosas fuheras, sino de aquella de la que se escribe: Protégeme bajo la sombra de tus

quid est aliud reges discernere super eam, nisi in opus ministeñi, in aedificationem corporis Christi (Eph 4,10-12); quandoquidem ipsa est Corpus Christi? Dicuntur autem illi reges, utique a regendo: et quid magis quam carnis concupiscentias, ne regnet peccatum in eorum mortali corpore ad obediendum desideriis eius, ne exhibeant membra sua arma iniquitatis peccato, sed exhibeant se Deo, tanquam ex mortuis viventes, et membra sua arma iustitiae Deo? (Rom 6,12 et 13). Sic enim erunt reges primitus discreti ab alienigenis, quia non sunt iugum ducentes cum infidelibus; deinde discreti concorditer Ínter se muneribus propriis. Non enim omnes apostoli, aut omnes propbetae, aut omnes doctores, aut omnes dona habent curationum, aut omnes ünguis loqnuntur, aut omnes interpretantur. Omnia autem haec operatur anus atque idem Spiritus, dividens propria unicuique prout vult (1 Cor 12,29.30.11): quem dando ille supercaelestis, discernit reges super columbam deargentatam. De quo Spiritu sancto cum ad eius matrem gratia plenam missus Ángelus loqueretur, quaerenti quomodo fieret quod paritura nuctiabatur, quoniam non cognoscebat virum: Spiritus sanctus, inquit, superveniet in te, et virtus Altissimi obumbrabit tibi. Quid est, obumbrabit tibi, nisi, umbram faciet? Unde et isti reges, dum gratia Spiritus Domini Christi discernuntur super columbam deargentatam, nive dealbabuntur

in Selmón. Selmón quippe interpretatur Umbra. Non enim meritis aut virtute propria discernuntur. Quis enim te, inquit, discernit? Quid autem habes quod non accepisti? (Ib. 4,7). Ut ergo discernantur ab impiis, accipiunt remissionem peccatorum ab illo qui aif. Si fuerint peccata vestra sicut phoenicium, tanquam nivem dealbabo (Is 1,18). Ecce quomodo nive dealbabuntur in Selmo; in gratia Spiritus Christi, quo eis etiam propria dona discreta sunt: de quo dictum est quod supra commemoravi, Spiritus sanctus supervenid in te, et virtus Altissimi obumbrabit tibi, hoc est, umbram faciet tibi: propterea quod nascetur ex te sanctum, vocabitur Filius Dei (Le 1,35). Umbra porro ista defensaculum intelligitur ab aestu concupiscentiarum carnalium: unde illa virgo Christum non carnaliter concupiscendo, sed spiritualiter credendo concepit. Constat autem umbra lumine et corpore: proinde illud quod in principio erat Verbum, lumen illud verum, ut umbraculum meridianum fieret nobis, Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (lo 1,1.14). Deo scilicet homo, tanquam lumini Corpus, accessit, et in eum credentes umbra protectionis operuit. Non enim de quali umbra dicitur, Transierunt omnia illa tanquam umbra (Sap 5,9); nec de quali umbra dicit Apostolus, fiemo vos iudicet in cibo, aut in potu, aut in parte diei festi, aut neomeniae, aut sabbatorum, quod est umbra futurorum (Col 2,16. 17); sed de quaJi scriptum est, Sub umbra alarrtm tuarum protege me

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alas. Luego, mientras discrimina o separa el Omnipotente a los reyes sobre la paloma plateada, no se ensoberbezcan por sus méritos, no confíen en su propio poder, ya que, como la nieve, serán blanqueados en el Selmón. Por la gracia serán blanqueados bajo la protección del cuerpo de Cristo. 22 {v.16]. A continuación llama a este monte monte de Dios, monte fecundo, monte abundante en queso, o monte pingüe. ¿Qué quiere decir aquí monte pingüe sino monte fecundo? Hay también un monte denominado con este nombre, es decir, con el nombre de Selmón. Pero ¿qué monte debemos entender que se halla designado en las denominaciones monte de Dios, monte fecundo, monte abundante en queso sino el mismo Señor Jesucristo, de quien también dice otro profeta: En los últimos días se ?nanifestará el monte del Señor colocado en la cima de los montes? El es el monte que abunda en queso, en atención a los niños que ha de alimentar como con leche, y el monte fértil, para alimentar y fortalecer con Ja excelencia de sus dones; porque la misma leche, de la que se hace el queso, de manera admirable simboliza la gracia, ya que mana de la exuberancia de las entrañas maternas y por una tierna clemencia se da gratis a los niños. En griego se duda si la palabra "monte" está en nominativo o en acusativo, puesto que en esta lengua la palabra "monte" es del género neutro y no del masculino, como en latín. Por eso muchos latinos no tradujeron montem Dei, sino mons Dei. Pienso que es mejor esta traducción: in Selmón montem Dei, esto es, en el monte de Dios que se llama Selmón, según el sentido que arriba expusimos conforme pudimos.

23 [v.17]. Después de haber dicho el salmo monte de Dios, monte abundante en queso, monte fecundo, nadie se atreva a comparar a nuestro Señor Jesucristo (que es este monte) con los demás santos, los cuales también son llamados montes, ya que se lee en el salmo 35: Tu justicia (es) como los montes de Dios, por lo cual dice el Apóstol que nosotros somos justicia de Dios en El. De estos montes se dice también en el mismo salmo 35: Tú que iluminas maravillosamente desde los montes eternos, atendiendo a que se les dio la vida eterna y a que por ellos se afianzó la eminentísima autoridad de las santas Escrituras, pero iluminando desde ellos Aquel de quien se dice: Tú que iluminas. También se dice de estos montes: Elevé mis ojos a los montes de donde me vendrá el auxilio, y, sin embargo, no procede propiamente mi auxilio de ellos, sino que mi auxilio dimana del Señor, que hizo el cielo y la tierra; pues así uno de estos montes excelso sobremanera, al decir que trabajó más que todos los otros, añade: Mas no yo, sino la gracia de Dios en mí. Por tanto, para que nadie se atreva a comparar el monte más hermoso en belleza que todos los hijos de los hombres a los montes hijos de los hombres, puesto que hubo quienes dijeron que él era Juan Bautista, o Elias, o Jeremías, o uno de los profetas, dirigiéndose a ellos el salmista, dice: ¿Por qué receláis, montes llenos de queso, del monte en el que agradó a Dios habitar? ¿Por qué receláis? Ellos ciertamente son luz, porque se les dijo: Vosotros sois la luz del mundo, pero Cristo es la luz verdadera que ilumina a todo hombre. Ellos son montes, pero hay otro monte mucho más excelso, colocado en

(Ps 16,8). Dum ergo discernit ille supercaelestis reges super columbam deargentatam, non sua merita extollant, non de propria virtute confidant: ni ve quippe dealbabuntur in Selmón; gratia candíficabuntur in protectione corporis Christi. 22 [v.16]. Hunc autem montem consequenter dicit montem Dei, montem uberem, montem incaseatum, vel montem pinguem. Quid hic autem aliud pinguem, quam uberem diceret? Est enim et mons isto nomine nuncupatus, id est Selmón. Sed quem montem intelligere debemus montem Dei, montem uberem, montem incaseutum, nisi eumdem Dominum Christum, de quo et alius propheta dicit: Erit in novissimis temporibus manifestus mons Domini, paratus in cacumine montium? (Is 2,2). Ipse est mons incaseatus, propter párvulos gratia tanquam lacte nutriendos; mons uber, ad roborandos atque ditandos donorum excellentia: nam et ipsum lac, unde fit caseus, miro modo significat gratiam; manat quippe ex abundantia viscerum maternorum, et misericordia delectabili parvulis gratis infunditur. Ambiguus est autem in graeco casus, utrum sit nominativus, an accusativus; quoniam in ea ligua mons neutri generis est, non masculini: ideo nonnulli Latini non interpretati sunt, montem Dei, sed mons Dei. Puto autem melius esse, in Selmón montem Dei, hoc est, in montem Dei qui vocatur Selmón: secundum intellectum quem supra, ut potuimus, exposuimus.

23 [v.17]. Deinde quod dixit, montem Dei, montem incaseatum, montem uberem, ne quis auderet ex hoc Dominum Iesum Christum comparare caeteris sanctis, qui et ipsi dicti sunt montes Dei: legitur quippe, lustitia tua sicut montes Dei (Ps 35,7); unde Apostolus ait, Ut nos simus iustitia Dei in ipso (2 Cor 5,21). De quibus montibus et alio loco dicitur, llluminans tu admirabiliter a montibus aeternis (Ps 75,5); quia vita eis aeterna donata est, et per eos sanctarum Scripturarum eminentissima auctoritas constituta est, sed ¡Iluminante ab eis illo cui dicitur, llluminans tu. hevavi enim oculos meos in montes, unde veniet auxilium mihi: nec tamen auxilium meum ab ipsis proprie montibus; sed auxilium meum a Domino qui fecit caelum et terram (Ps 120,1.2). Unus quippe ipsorum montium multum excellens cum dixisset, quod plus illis ómnibus labora verit: Non autem ego, inquit, sed gratia Dei mecum (1 Cor 15,10). Ne quis ergo auderet etiam montem speciosum forma prae filiis hominum (Ps 44,3) montibus filiis hominum comparare; quoniam non defuerunt qui eum dicerent, alii Ioannem Baptistam, alii Eliam, alii Ieremiam, aut unum ex Prophetis (Mt 16,14); convertit se ad illos, et ait: Utquid suspicamini montes incaseatos, montem, inquit, in quo placuit Deo inhabitare in eoP Utquid suspicamini? Sicut enim lumen illi, quia et ipsis dictum est, Vos estis lumen mundi (Ib. 5,14); sed aliud illud dictum est, Lumen verum, quod illuminat omnem hominem (lo 1,9): sic, montes illi; sed longe alius mons

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la cima de los montes. Estos montes, llevando a aquel m o n t e , son gloriosos; p o r esto dice u n o de ellos: A mí no me acaezca gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo, de suerte que quien se gloría, no se gloríe en sí mismo, sino en el Señor. Luego ¿por qué receláis, -montes llenos de queso, de aquel monte en el que agradó a Dios habitar? Esto lo dice n o p o r q u e n o habite en otros, sino p o r q u e en él habita Dios por sí mismo. En él habita toda la plenitud de la divinidad; n o en sombras, como en el t e m p l o construido p o r Salomón, sino corporalmente, es decir, total y v e r d a d e r a m e n t e : Porque Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo. Ya e n t e n d a m o s esto del Padre, puesto q u e el m i s m o Cristo dice: El Padre, que mora en mí, El hace sus obras, pues yo estoy en el Padre, y el Padre está en mí, ya se entienda la frase Dios estaba en Cristo q u e el V e r b o estaba en el h o m b r e , pues ciertamente el V e r b o estaba en la carne, de tal m o d o q u e p r o p i a m e n t e sólo el V e r b o se hizo carne, es decir, que el h o m b r e se unió al V e r b o en una sola persona, en la de Cristo, diremos: ¿Por qué receláis, montes llenos de queso, del monte en el que se agradó Dios habitar? Y ciertamente de m o d o m u y distinto q u e en los otros m o n t e s q u e recelan de él. Pues, a u n q u e t a m b i é n éstos son hijos de D i o s p o r la gracia de adopción, sin e m b a r g o , n i n g u n o de ellos es U n i g é n i t o , a a u i e n se dice: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos por peana de tus pies. Por tanto, el Señor habitará hasta el fin, es decir, el m i s m o Señor, que es el m o n t e colocado en la cima de los montes, habiparatus in cacumine montium. Montes itaque isti illum montem portando gloriosi sunt: quorum ille unus dicit, Mihi autem absit gloriari, nisi in cruce Domini nostri Iesu Christi, per quem mihi mundus crucifixus est, et ego mundo (Gal 6,14): ut qui gloriatur, non in seipso, sed in Domino glorietur (1 Cor 1,31). Utquid ergo suspicamini montes incaseatos, eum montem in quo placuit Deo habitare in eo? Non quia in alus non inhabitat, sed quia in ipsis per ipsum. In ipso quippe inhabitat omnis plenitudo divinitatis (Coloss 2,9); non umbraliter, tanquam in templo a rege Salomone facto, sed corporaliter, id est solide atque veraciter. Quoniam Deus erat in Christo, mundum reconcilians sibi (2 Cor 5,19). Quod sive de Patre dictum accipiamus, quoniam ipse ait, Pater autem in me manens, ipse facit opera sita; ego in Patre, et Pater in me (lo 14,10); sive ita intelligatur, Deus erat in Christo, Verbum erat in homine: sic erat utique Verbum in carne, ut Verbum etiam caro factum solus proprie diceretur, id est, homo Verbo in unam Christi personam copularetur. Utquid ergo suspicamini montes incaseatos, eum montem in quo placuit Deo inhabitare in eo? Longe utique aliter quam in illis montibus, quorum aliquem etiam hunc suspicamini. Non enim quia et illi per adoptionis gratiam filii Dei sunt, ideo quisquam illorum est Unigenitus cui diceret: Sede ad dexteram meam, doñee ponam inimicos tuos sub pedibus tuis (Ps 109,1). Etenim Dominas inhabitabit usque in finem: id est, illos montes non comparandos huic monti

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tara en los montes, q u e n o deben compararse a este m o n t e , para que, h a b i t a n d o en ellos, los conduzca hasta el fin, esto es, hasta sí m i s m o , para q u e c o n t e m p l e n a D i o s c o m o debe ser contemplado. Pues el fin de la ley es Cristo, en orden a justicia, para todo creyente. Así, pues, agradó a Dios habitar en este m o n t e , al cual le dijo: Tú eres mi Hijo amado, en quien me complací sobremanera, el cual está colocado sobre la cima de los montes. Este m o n t e es el Señor, q u e habita hasta el fin en otros montes, sobre cuya cima se halla colocado. Uno es Dios y uno el Mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús; m o n t e de montes, c o m o santo de santos. D e aquí q u e dice: Yo en ellos y tú en mí. Luego ¿por qué receláis, montes llenos de queso, del monte en el que agrada a Dios habitar? E n fin, este Señor, m o n te a b u n d a n t e en queso, habita hasta el fin en los m o n t e s llenos de queso para q u e sean algo aquellos a quienes dice: Sin mí nada podéis hacer. 2 4 [ v . 1 8 ] . Así se ejecutó lo q u e sigue: Carro de Dios múltiple en decenas de millares. Cada traductor latino tradujo como p u d o la palabra griega mirioplasion; unos, por decem millium multiplex; otros, p o r denum millium multiplex, y otros, por decies millies multiplex, p o r q u e en latín n o p u e d e expresarse con toda propiedad. En griego se dice mil, jilia, y en latín, mille. En griego se dice decenas de millares, miriades, y en latín, plura dena milita. En griego se dice diez mil, mirias, y en latín, decem milita. Por este n o m b r e mirioplasion se significó la inmensa m u l t i t u d de santos y de fieles q u e , llevando a D i o s , forman, en cierto m o d o , el carro de Dios. P e r m a n e c i e n d o en esta m u l t i t u d y rigiéndola, la ipse Dominus inhabitabit, qui est mons paratus in cacumine montium; ut perducat eos in finem, id est in seipsum sicut Deus est contemplandum. Finis enim Legis Christus, ad iustitiam omni credenti (Rom 10,4). Deo itaque placuit habitare in isto monte, qui paratus est in cacumine montium; cui dicit: Tu es Filius meus dilectus, in quo bene complacui (Mt 3,17). Ipse autem mons Dominus est, qui alios montes inhabitabit in finem, in quorum cacumine paratus est. Unus enim Deus, et unus mediator Dei et hominum homo Christus lesus (1 Tim 2,5), mons montium, sicut sanctus sanctorum. Unde dicit: Ego in eis, et tu in me (lo 17,23). Utquid ergo suspicamini montes incaseatos, montem in quo placuit Deo inhabitare in eo? Etenim montes illos incaseatos Dominus iste, mons incaseatus, inhabitabit usque in finem, ut aliquid sint quibus ait: Quia sine me nihil potestis faceré (Ib. 15,5). 24 [v.18]. Ita fit etiam quod sequitur: Currus Dei decem millium multiplex; vel, denum millium multiplex; vel, decies millies multiplex. Unum verbum enim graecum sicut quisque potuit latinorum interpretum transtulit, quod ibi dictum est, uupioirAáaiov. Latine autem satis exprimí non potuit: quoniam mille apud Graecos x í ? u 0 dicuntur, uupiá8£s autem plura dena millia; uupiás quippe una, decem millia sunt. Ingentem itaque multitudinem sanctorum atque fidelium, qui portando Deum fiunt quodammodo currus Dei, significavit hoc nomine. Hanc

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conduce al fin, c o m o si fuese su carro, a u n lugar destinado de antemano. P o r q u e , c o m o dice el Apóstol, cada uno estará en su propio puesto: primero, Cristo; después los que son de Cristo en su advenimiento, y luego, el fin. Esta es la santa Iglesia, la cual está formada p o r los millares de los que se alegran, c o m o dice el salmo. Pues ahora están alegres por la esperanza hasta que sean conducidos al fin, que actualmente esperan con paciencia. Después de haber dicho millares de los que se alegran, añadió adm i r a b l e m e n t e el Señor en ellos. N o nos extrañe de q u e se alegren, pues el Señor está en ellos. C o n v i e n e entrar en el reino de los cielos pasando por medio de muchas tribulaciones; pero el Señor está en ellos. Y, p o r tanto, a u n q u e aparezcan como tristes, siempre están alegres, ciertamente q u e n o en el fin, al cual todavía n o h a n llegado, sino que están alegres en la esperanza, y pacientes en la tribulación, p o r q u e el Señor está en ellos en el Sinai, en el santuario. E n las interpretaciones de los h o m b r e s hebreos vemos que Sinaí significa mandato; t a m b i é n tiene otra significación (medida), p e r o creo que este significado es el m á s conveniente en este sitio. D a n d o la razón de p o r qué se alegren aquellos millares con los q u e se forma el carro de Dios, dice: El Señor está en ellos en el Sinai, en el santuario; es decir, el Señor está en ellos en el m a n d a t o . Este m a n d a m i e n t o es santo según dice el Apóstol, pues escribe: De manera que la ley es santa, y santo el mandamiento, y justo, y bueno. ¿Pero de q u é sirve el m a n d a miento, si el Señor, de quien se dice: Dios es el que por benevolencia obra en nosotros el querer y el obrar, n o estuviese allí? El m a n d a m i e n t o , sin la ayuda del Señor, es letra, q u e mata. Pues immanendo et regendo perducit in finem tanquam currum suum velut in locum aliquem destinatum. Initium enim Christus; deinde qui sunt Christi in praesentia eius; deinde finis (1 Cor 15,23.24). Haec est sancta Ecclesia, quae sunt quod sequitur, Milita laetantium. Spe enim sunt gaudentes, doñee perducantur jn finem quem nunc exspectant per patientiam (Rom 8,25). Mirifice autem, cum dixisset, Millia laetantium, continuo subiecit, Dominus in Mis. Ne miremur quod laetentur; Dominus in Mis. Nam per multas tribulationes oportet nos introire in regnum Dei (Act 14,21): sed, Dominus in Mis. Ideo etsi sunt quasi tristes, semper tamen gaudentes (2 Cor 6,10); ne iam in ipso fine quo nondum venerunt, sed spe sunt gaudentes, et in tribulatione patientes (Rom 12,12), quoniam Dominus in Mis, in Sina, in sancto. In nominum hebraeorum interpretationibus invenimus Sina interpretan Mandatum: et alia quaedam interpretatur; sed hoc puto praesenti loco aptius convenire. Reddens enim causam quare laetarentur illa millia, quibus constat currus Dei, Dominus, inquit, in Mis, in Sina, in sancto: id est, Dominus in illis, in mandato; quod mandatum sanctum est, sicut dicit Apostolus: ltaque Lex quidem sancta, et mandatum sanctum, et iustum, et bonum (Ib. 7,12). Sed quid prodesset mandatum, nisi Dominus ibi esset, de quo dicitur: Deus enim est qui operatur in vobis et velle, et operari, pro bona volúntate? (Phil 2,13). Nam mandatum sine Domini adiutorio littera est occidens

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la ley se introdujo en el mundo para que abundase el delito. Pero c o m o el perfeccionamiento o cumplimiento de la ley es la caridad, por eso se c u m p l e la ley p o r la caridad, no por el temor. P e r o la caridad de Dios se halla difundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. Por esto se alegran aquellos millares. Y en tanto c u m p l e n la justicia de la ley en cuanto q u e son ayudados por la gracia del Espíritu Santo, puesto que el Señor está en ellos en el Sinai, en el santuario. 25 [ v . 1 9 ] . A continuación, dirigiendo la palabra al Señor, añade: Subiste a lo alto, apresaste a los cautivos, tomaste dones entre los hombres. H a b l a n d o el A p ó s t o l sobre esto, lo c o n m e m o r a y lo expone, refiriéndolo a nuestro Señor Jesucristo, de esta m a n e ra: A cada uno de nosotros se da la gracia según la medida de la donación de Cristo; por lo cual—dice—subió a lo alto y llevó cautiva la cautividad, dio dones a los hombres. Y aquel subir, ¿qué es sino que también bajó a las partes bajas de la tierra? El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Luego a Cristo, sin lugar a duda, se dijo: Subiste a lo alto, y llevaste cautiva la cautividad, y recibiste dones entre los hombres. N o inquiete q u e el m i s m o A p ó s tol, c o n m e m o r a n d o este testimonio, n o diga: Recibiste dones entre los hombres, sino: Dio dones a los hombres. Y a q u e él, con autoridad apostólica, habló a t e n d i e n d o a q u e el H i j o es D i o s con el Padre, y conforme a esto dio dones a los hombres, enviándoles el Espíritu Santo, el cual procede del Padre y del Hijo. A t e n d i e n d o a que el m i s m o Cristo se halla en su m i s m o cuerpo q u e es (2 Cor 3,6). Lex enim subintravit, ut abundaret delictum (Rom 5,20). Sed quoniam plenitudo Legis charitas est (Ib. 13,10), ideo per charitatem Lex impletur, non per timorem. Charitas enim Dei diffusa est in cordibus nostris, per Spiritum sanctum qui datus est nobis (Ib. 5,5). Ideo Iaetantur haec millia. Tantum enim faciunt iustitiam Legis, quantum adiuvantur Spiritu gratiae; quoniam Dominus in Mis, in Sina, in sancto. 25 [v.19]. Deinde ad ipsum Dominum locutione conversa: Ascendisti, inquit, in altum, captivasti captivitatem, accepisti dona in hominibus. Hoc Apostolus sic commemorat, sic exponit de Domino Christo loquens: Unicuique autem nostrum, inquit, datur gratia secundum mensuram donationis Christi: propter quod dicit, Ascendit in altum, captivavit captivitatem, dedit dona hominibus. Quod autem ascendit, quid est, nisi quia et descendit in inferiores partes terrae? Qui descendit, ipse est et qui ascendit super omnes cáelos, ut adimpleret omnia (Eph 4,7-10). Christo ergo sine dubitatione dictum est: Ascendisti in altum, captivasti captivitatem, accepisti dona in hominibus. Nec moveat quod Apostolus Ídem testimonium commemorans non ait, Accepisti dona in hominibus; sed, Dedit dona hominibus. Ule quippe auctoritate apostólica secundum hoc locutus est, quod Deus cum Patre Filius. Secundum hoc quippe dedit dona hominibus, mittens eis Spiritum sanctum, qui Spiritus est Patris et Filii. Secundum illud vero quod idem ipse Christus in cor-

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la Iglesia, por lo que sus fieles y sus santos son t a m b i é n sus miembros, y de a q u í q u e se les dice: Vosotros sois cuerpo de Cristo y miembros de su cuerpo, sin duda El también recibió dones entre los hombres. Cristo subió a lo alto y está sentado a la derecha de D i o s Padre; pero, si n o estuviese igualmente en la tierra, n o clamaría desde el cielo: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? D i c i e n d o El: Cuando lo hicisteis con uno de mis pequeñuelos, conmigo lo hicisteis, ¿por q u é d u d a m o s que El recibe en sus m i e m b r o s los dones q u e sus m i e m b r o s recibieron? 26. P e r o ¿qué significa llevaste cautiva la cautividad? ¿Acaso q u e venció a la m u e r t e , la cual tenía cautivos a aquellos en quienes reinaba? ¿O es q u e llamó cautividad a los mismos h o m bres, q u e estaban cautivos bajo el p o d e r del diablo? El misterio de este asunto se encierra en el título de aquel salmo (95), intitulado Cuando se edificaba la casa después de la cautividad, es decir, la Iglesia después de la gentilidad. Llama cautividad a los mismos hombres q u e estaban cautivos. Así c o m o al decir milicia se entienden los q u e militan, así t a m b i é n llama cautividad a la que fue cautivada por Cristo. ¿Por q u é n o ha de ser feliz la cautividad, si los hombres p u e d e n ser cautivados p a r a bien? D e a q u í es q u e se dijo a P e d r o : Desde ahora serás pescador (o cautivador) de hombres. Eran cautivos p o r q u e habían sido apresados y estaban apresados p o r q u e h a b í a n sido subyugados. Sometidos bajo el ligero yugo, fueron librados del pecado, del cual eran siervos, y se hicieron siervos de la justicia de la que estaban desembarazados. D e aquí que también está en ellos el que dio dones a los hompore suo intelligitur, quod est Ecclesia, propter quod et membra eius sunt sancti et fideles eius: unde eis dicitur, Vos autem estis corpas Christi et membra (1 Cor 12,27): procul dubio et ipse accepit dona in hominibus. Christus quippe ascendit in altum, et sedet ad dexteram Patris (Me 16,19); sed nisi et hic esset in terris, non inde clamasset: Saule, Saule, quid me persequeris? (Act 9 A). Cum igitur ídem ipse dicat, Quando uni ex minimis meis fecistis, mihi fecistis (Mt 25,40); quid dubitamus eum accipere in membris suis, quae dona membra eius accipiunt? 26. Sed quid est, Captivasti captivitatem? Utrum quia vicit mortero, quae captivos tenebat in quibus regnabat? an ipsos nomines appelIavit captivitatem, qui captivi sub diabolo tenebantur? Cuius rei mysterium continet etiam titulus illius psalmi, Quando domus aedificabatur post captivitatem (Ps 95,1): id est, Ecclesia post gentilitatem. Ipsos ¡taque homines qui captivi tenebantur appellans captivitatem, sicut militia cum dicitur et intelüguntur qui militant, eamdem captivitatem a Christo captivatam dicit. Cur enim non sit captivitas felix, si et ad bonum homines possunt capi? Unde Petro dictum est: Ex hoc iam homines eris capiens (Le 5,10). Captivati ergo, quia capti, et capti quia subiugati; sub lene illud iugum missi (Mt 11,30), liberati a peccato cuius serví erant, et iustitiae servi facti cuius liberi erant (Rom 6,18). Unde et ipse in illis est, qui dedit dona hominibus, et accepit dona

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bres y recibió dones de entre los hombres. Por eso en esta cautividad, en esta servidumbre, en este carro, bajo este yugo, n o hay millares de gimientes, sino millares de hombres que se alegran, ya q u e el Señor está en ellos en el Sinaí, en el santuario. T a m b i é n se adapta este sentido al otro significado de " m e d i d a " , por el que se traduce la palabra "Sinaí". H a b l a n d o d e los dones de la alegría espiritual q u e arriba mencioné, dice el Apóstol: A cada uno de nosotros se nos dio la gracia conforme a la medida de la donación de Cristo; y a continuación prosigue escribiendo lo que sigue a q u í : Por lo cual—dice— subió a lo alto; llevó cautiva la cautividad; dio dones a los hombres, a u n q u e el salmo escribe recibiste dones de entre los hombres. ¿Pero q u é cosa m á s concorde con esta y con aquella verdad? ¿Qué cosa m á s evidente? 27. ¿Qué añadió después el salmista? Etenirn qui non credunt inhahilare. (Así, pues, los q u e n o creen q u e h a b i t a n ) , o lo que consignan m u c h o s códices: Etenirn non credentes inhabitare (Así, pues, los incrédulos en habitar). P e r o ¿qué otra cosa son los incrédulos sino los que n o creen? N o es fácil entender de quiénes se dijo esto. Pues, c o m o si diera la razón de las palabras anteriores: Llevaste cautiva la cautividad; recibiste dones entre los hombres, añade así: pues los que no creen que habitan, es decir, los incrédulos en habitar. ¿Qué es esto? ¿ D e quiénes se dice? ¿O es que da a conocer de d ó n d e procedía la mala cautividad antes de pasar a la buena? Pues n o creyendo, estaba poseída p o r el e n e m i go, que obra en los hijos de la incredulidad, entre los cuales también estuvisteis vosotros algún tiempo cuando vivíais entre ellos. L u e g o con los dones de su gracia, el q u e recibió dones entre los in hominibus. Ideoque in ista captivitate, in ista servitute, in isto curru, sub isto iugo non sunt millia plorantium, sed millia laetantium. Dominas quippe in illis, in Sina, in sancto. Cui sensui congruit et alia interpretado, qua interpretatur Sina Mensura. Nam de his donis laetitiae spiritualis Apostolus loquens id quod supra commemoravi: Unicuique autem nostrum, inquit, data est gratia secundum mensuram donationis Christi. Ac deinde sequitur quod etiam hic sequitur: Propter quod dicit, Ascendit in altum, captivavit captivitatem, dedit dona hominibus: quod hic est, accepisti dona in hominibus. Quid hac et illa veritate concordius? quid manifestius? 27. Sed quid deinde adíungit? Etenirn qui non credunt inhabitare; vel quod nonnulli códices habent, Etenirn non credentes inhabitare. Nam quid sunt aliud non credentes, nisi qui non credunt? De quibus dictum sit non est facilis intellectus. Tanquam enim ratio redderetur superiorum verborum, cum dictum esset, Captivasti captivitatem, accepisti dona in hominibus; ita subiunctum est, Etenirn qui non credunt inhabitare, id est, non credentes ut inhabitarent. Quid est hoc? de quibus hoc dicit? An illa captivitas antequam transiret in bonam captivitatem, unde fuerit mala captivitas ostendit? Non credendo enim possidebantur ab inimico, qui operatur in filiis diffidentiae, in quibus et vos, inquit, fuistis aliquando, cum viveretis in illis (Eph 2,2.3). Donis

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hombres cautivó esta cautividad. Pues n o creían habitar. D e esto les libró la fe, de m o d o q u e , creyendo, ya habiten en la casa de Dios, hechos ellos mismos casa de Dios y carro de Dios de los millares q u e se alegran. 28 [ v . 2 0 - 2 1 ] . D e aquí q u e q u i e n cantaba estas cosas previéndolas en espíritu, lleno asimismo de alegría, p r o r r u m p i ó en u n h i m n o , diciendo: Bendito el Señor Dios "de die in diem": iodos los días. M u c h o s códices escriben die quotidie. P o r q u e los códices griegos escriben emeran kathemeran. lo cual se expresa con más propiedad traduciéndolo al latín p o r die quotidie (cotidianamente). Creo q u e esta expresión signifique lo m i s m o que de die in diem. Y a que diariamente ejecuta esto hasta el fin; es decir, cautiva la cautividad t o m a n d o dones entre los hombres. 29. Y c o m o guía o conduce aquel carro hasta el fin, prosigue y dice: Nos hará próspero el camino el Dios de nuestras sanidades, nuestro Dios; Dios, que hace salvos. Sobremanera se recomienda la gracia. ¿Quién se salvará si n o cura El? Para que n o se nos ocurra decir: ¿Por q u é m o r i m o s , si nos salvamos p o r su gracia?, añade a continuación: Del Señor es la salida de la muerte. Esto es c o m o si dijera: ¿Por q u é te exacerbas, h u m a n a condición, p o r tener q u e m o r i r ? ; la salida de tu Señor de este m u n d o también fue p o r la m u e r t e . Luego más bien debes consolarte que exacerbarte, puesto q u e también murió el Señor. Por la esperanza hemos sido salvados, y, si lo q u e no vemos esperamos, con paciencia aguardamos. Luego soportemos con paciencia la misma muerte, a ejemplo de A q u e l q u e , a u n n o siendo, por pecado alguergo gratiae suae, qui accepit dona in hominibus captivavit istam captivitatem. Etenim non crecientes erant ut inhabitarent. Nam fides eos inde liberavit, ut iam credentes inhabitent in domo Dei, facti et ipsi domus Dei, et curras Dei millium laetantium. 28 [v.20-21]. Unde qui haec canebat, in Spiritu ea praevidens, impletus etiam ipse laetitia, eructavit hymnum, dícens: Dominas Deus benedictas, benedictas Dominus Deus de die in diem. Quod nonnulli códices habent, die quotidie. Quia sic habent Graeci, fipépav KaSiínEpav, quod verius exprimeretur, die quotidie. Quam puto locutionem hoc significare quod dictum est, de die in diem. Quotidie quippe hoc agit usque in finem; captivat captivitatem, accipiens dona in hominibus. 29. Et quoniam currum illum ducit in finem, sequitur et dicit: Prosperum iter faciet nobis Deus sanitatum nostramm, Deus noster, Deus salvos jaciendi. Multum gratia commendatur. Quis enim salvus esset, nísi ipse sanaret? Sed ne occurreret cogitationi, Cur ergo morimur, si per eius gratiam salvi facti sumus? continuo subiecit, et Domini exitus monis: tanquam diceret, Quid indignaris humana conditio habere te exitum mortis? Et Domini tui exitus non airas quam monis fuit. Potius ergo consolare quam indignare; nam et Domini exitus mortis. Spe enim salvi facti sumus: si autem quod non videmus speramus, per patientiam exspectamus (Rom 8,24). Patienter ergo etiam ipsam mortem feramus, illius exemplo qui, licet nullo peccato esset debitor mortis, et Dominus

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no, deudor de la m u e r t e y siendo Señor, de suerte q u e nadie p u diera quitarle la vida, El m i s m o la e n t r e g ó v o l u n t a r i a m e n t e , m u riendo así de este m o d o . 30 [ v . 2 2 ] . Sin embargo, Dios quebrantará la cabeza de sus enemigos y el cráneo cabelludo de los que caminan en sus delitos, es decir, de los q u e se enorgullecen demasiado, d e los q u e se ensoberbecen hasta el s u m o con sus delitos, p o r los cuales, sin duda, deberían humillarse, diciendo: ¡Oh Señor!, apiádate de mí, pecador. P e r o quebrantará sus cabezas, porque el que se ensalza será humillado. Por esto, a u n q u e m u r i ó el Señor, sin e m b a r g o , c o m o el m i s m o Señor, q u e es D i o s , m u r i ó en cuanto a la carne, por voluntad, n o p o r necesidad, quebrantará la cabeza de sus enemigos; n o sólo la de aquellos q u e habiéndole crucificado se m o f a b a n y le escarnecían m o v i e n d o sus cabezas y diciendo: Si es el Hijo de Dios, baje de la cruz, sino t a m b i é n la de todos los q u e se levantan ensoberbecidos contra su doctrina y se ríen c o m o d e la m u e r t e del h o m b r e . Pues el m i s m o del que se dijo: Salvó a otros y no puede salvarse a sí mismo, es el Dios de nuestras sanidades, y también el Dios que hace salvos. P e r o p o r el ejemplo q u e quiso darnos de h u m a n i d a d y de paciencia y por el decreto de condenación de nuestros pecados, que debía ser borrado con su sangre, quiso morir, para que n o temiésemos esta m u e r t e corporal, sino m á s bien aquella de la cual nos libró p o r ésta. Sin e m b a r g o , mofado y m u e r t o , quebrantará la cabeza de sus enemigos, de los cuales dice: Resucítame y les daré, o bienes por males, sometiendo a sí m i s m o a los creyentes, o justicia por injusticia, castigando a los esset a quo nemo animam tolleret, sed ipse eam a semetipso poneret, etiam ipsius fuit exitus mortis. 30 [v.22}. Verumtamen Deus conquassabit capita inimicorum suorum; verticem capilli perambulantium in delictis suis: id est nimis se extollentium, nimis superbientium in delictis suis; in quibus saltem humiles esse deberent, dicentes, Domine, propitius esto mihi peccatori. Sed conquassabit eorum capita; quoniam qui se exaltat, humiliabitur (Le 18,13-14). Ac per hoc quamvis et Domini sit exitus mortis; tamen idem Dominus, quoniam Deus est, et volúntate, non necessitate, secundum carnem mortuus est, conquassabit capita inimicorum suorum; non solum eorum qui crucifixo illudentes et moventes capita dicebant, Si Filias Dei est, descendat de cruce; sed etiam omnium extollentium se adversus doctrínam eius, et tanquam mortem hominis irridentium. ídem quippe ipse de quo dictum est, Alios salvos jecit, semetipsum non potest salvum faceré (Mt 27,40.42), Deus est sanitatum nostrarum, et Deus est salvos faciendi: sed propter humilitatis et patientiae documentum, et sanguine suo delendum nostrorum chirographum peccatorum, etiam suum esse voluit exitum mortis, ne mortem timeremus istam, sed illam potius unde nos liberavit per istam. Verumtamen illusus et mortuus conquassabit capita inimicorum suorum, de quibus ait, Resuscita me, et reddam Mis (Ps 40,11): sive bona pro malis, dum sibi subdit capita credentium; sive iusta pío iniustis, dum punit capita superbientium.

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soberbios. D e ambos m o d o s q u e b r a n t a r á y pulverizará la cabe2a de los enemigos al destronar de la soberbia o a los corregidos mediante la h u m i l d a d o a los arrojados al abismo del infierno. 31 [ v . 2 3 - 2 4 ] . Dijo el Señor: "Ex Basan convertar": me volveré de Basan; o c o m o escriben n o pocos códices: Ex Basan convertam: los haré volver de Basan. El ciertamente se vuelva para salvarnos; y sobre esto, a n t e r i o r m e n t e se dijo q u e El es el Dios de nuestras sanidades y el Dios que hace salvos. T a m b i é n se dice de El en otro lugar: Vuélvete a nosotros, Dios de los ejércitos; muéstranos tu rostro y nos salvaremos; y t a m b i é n en otro pasaje: Vuélvete a nosotros, Dios de nuestra sanidades. Y El t a m b i é n dijo: Los haré volver de Basan. Basan significa confusión. Luego ¿qué significa los haré volver de la confusión sino q u e q u i e n se avergüenza o confunde de sus pecados, pide la misericordia de Dios para q u e le sean remitidos? D e aquí es q u é aquel publicano n o se atrevía a levantar los ojos al cielo. Considerándose pecador, se avergonzaba, p e r o salió justificado del templo, p o r q u e dijo el Señor: De Basan haré volver. T a m b i é n Basan significa sequedad o sequía. Y m u y bien se entiende que el Señor hace volver de la sequedad, es decir, de la indigencia. Pues quienes se creen que están hartos, n o obstante, están hambrientos, y quienes creen que están llenos, estando vacíos, n o se convierten o vuelven. Bienaventurados los que han hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. El Señor hace volver de esta sequedad, ya q u e estando el alma sedienta, se le dice: Alargué a ti mis manos; mi alma, como tierra seca, tiene sed de ti. A s i m i s m o n o se ve q u e sea u n absurdo lo q u e escriben otros códices: Me volveré de Basan, pues Utroque enim modo conquassantur et confringuntur capita inimicorum, cum a superbia deiiciuntur, sive humilitate correcti, sive in ima tartarí abrepti. 31 [v.23.24]. Dixit Dominus: Ex Basan convertar; vel ut nonnulli códices habent, Ex Basan convertam. Ule quippe convertit ut salvi simus, de quo supra dictum est: Deus sanitatum nostrarum, et Deus salvos faciendi. Ei quippe et alibi dicitur: Deus virtutum, converte nos; et ostende faciem tuam, et salvi erimus (Ps 79,20). ítem alibi: Converte nos, Deus sanitatum nostrarum (Ps 84,5). Ule autem dixit: Ex Basan convertam. Basan interpretatur Confusio. Quid est ergo, convertam ex confusione, nisi quia confunditur de peccatis suis qui pro eis dimittendis precatur misericordiam Dei? Inde est quod ille Publicanus nec oculos ad caelum audebat levare: ita se considerans confundebatur; sed descendit iustificatus, quia dixit Dominus, ex Basan convertam. Basan interpretatur et Siccitas; et recte intelligitur Dominus ex siccitate convertere, id est ex inopia. Nam qui sibi videntur copiosi, cum sint famelici, et pleni, cum sint inanissimi, non convertuntur. Beati enim qui esuriunt et sitiunt iustitiam, quoniam ipsi saturabuntur (Mt 5,6). Ex ista Dominus siccitate convertit: de anima quippe sicca illi dicitur, Extendí manus meas ad te; anima mea velut térra sine aqua tibi (Ps 142,6). Illud quoque non absurde intelligitur, quod habent alii códices,

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se vuelve a nosotros A q u e l que dice: Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ya tengamos en cuenta el significado de confusión de la palabra "Basan", puesto que nuestro pecado siempre está contra nosotros, o el de sequedad, p o r la que deseamos el rocío de A q u e l q u e segregó para su heredad la lluvia voluntaria. Pues por la sequía se debilitó; p e r o aquel q u e se volvió a q u i e n se le dice: Vuelto me diste vida, perfecciona la heredad. Luego dijo el Señor: De Basan los haré volver, los haré volver al profundo del mar. Si los he de hacer volver, ¿por q u é al profundo del mar? Ciertam e n t e el Señor hace volver a El m i s m o cuando saludablemente hace volver, p e r o El n o es el p r o f u n d o del mar. ¿O es acaso u n equívoco la locución latina in profundum, y se escribe para q u e se entienda profunde (profundamente)? N o se vuelve El, sino q u e hace volver a El a los que yacen sumergidos, por el peso de los pecados, en el profundo de este m u n d o , p o r lo q u e vuelto éste, dice: Desde las profundidades clamé a ti, ¡oh Señor! Si n o se escribió haré volver, sino volveré al profundo del mar, se entiende q u e esto lo dijo nuestro Señor p o r q u e se volvería el Señor con su misericordia al profundo del mar a librar t a m b i é n a los pecadores desesperanzados. T a m b i é n he visto en algún códice griego q u e n o se dice in profundum, sino in profundis, esto es, en bithois, lo cual corrobora el p r i m e r significado, p o r q u e t a m b i é n Dios desde allí hará volver a sí a los que claman desde los abismos. Si se entiende q u e El se ha de volver desde allí para librar a éstos, tampoco está fuera de sentido; así, pues, los hará volver o se volverá a librarlos para que se tina su pie de sangre. El profeta dice al m i s m o Señor: Ex Basan convertar. Convertitur enim ad nos etiam ipse qui dicit, Convertimini ad me, et ego convertar ad vos (Zach 1,3): et non, si extra confusionem, cum peccatum nostrum ante nos est semper (Ps 50,5); et extra siccitatem, qua eius desideramus imbrem, qui pluviam voluntariam segregavit haereditati suae. Nam siccitate infirmata est; ipse vero conversus perfecit eam, cui dicitur, Et conversus vivificasti me (Ps 70,20). Dixit ergo Dominus: Ex Basan convertam, convertam in profundum maris. Si convertam, quare in profundum maris? In seipsum quippe convertit Dominus, cum salubriter convertit, et non est utique ipse profundum maris. An fallit forte latina locutio, et pro eo positum est, in profundum, quod est, profunde? Non enim ille se convertit; sed ibi convertit eos qui in profundo huius saeculi iacent demersi pondere peccatorum, ubi conversus ille dicit: De profundis clamavi ad te, Domine (Ps 129,1). Si autem non est, convertam, sed, convertar in profundum maris, hoc intelligitur dixisse Dominum nostrum, quod sua misericordia converteretur etiam in profundum maris, ad eos quoque liberandos qui essent etiam desperatissimi peccatores. Quanquam in aiiquo graeco invenerim, non, in profundum, sed, in profundis, hoc est, h Bu9oi;; quod priorem sensum confirmat, quod etiam ibi Deus convertat ad se de profundis clamantes. Qui et si intelligatur ibi ipse convertí ad liberandos etiam tales, non est incongtuum: et ita eos convertit, vel ad eos libetandos ita convertitur, ut tinguatur pes eius in sanguine. Quod ad

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Se tina tu pie con sangre, es decir, q u e los mismos que se vuelven a ti o aquellos a quienes te vuelves para librarlos a u n q u e hayan sido sumergidos, p o r el peso de su iniquidad, en el profundo del mar, en t a n t o les aprovechará tu gracia en cuanto q u e (como se dijo) donde abundó el -pecado sobreabundó la gracia. Así se convertirán en tu p i e d e n t r o de tus m i e m b r o s para anunciar tu Evangelio y soportarán u n p r o l o n g a d o m a r t i r i o p o r tu n o m b r e hasta llegar a d e r r a m a r la sangre. Así, pues, según creo, se entiende m á s a p t a m e n t e q u e su p i e se tiñó de sangre. 32. A continuación añade: y la lengua de tus perros (los cuales proceden) de los enemigos por él. Llama perros a los mismos que, c o m o ladrando en favor de su Señor, h a b í a n de luchar por el Evangelio hasta derramar la sangre. Pues no se refiere a los perros de los q u e dijo el Apóstol: Guardaos de los perros, sino a los q u e comen de las migajas que caen de la mesa de sus señores. Pues, confesando la cananea ser p e r r o , mereció oír: ¡Oh mujer!, grande es tu je; hágase como quieres. Se trata d e perros q u e son alabados, n o detestados; de perros q u e son fieles a su Señor y que ladran en defensa de la casa contra los enemigos. Pues n o dijo únicamente "de los p e r r o s " , sino de tus perros; ni t a m p o c o dijo q u e fueron alabados sus dientes, sino su lengua, p u e s t o que n o en vano, encerrando u n gran misterio, se le m a n d ó a G e d e ó n tomar sólo aquellos q u e h a b í a n b e b i d o el agua del r í o como los perros, lamiendo; y éstos, entre tanta m u l t i t u d , fueron sólo trescientos. En este n ú m e r o está representada la cruz d e b i d o a la letra T (tan), la cual en los signos de los n ú m e r o s griegos representa el n ú m e r o ipsum Dominum Propheta dicit: Ut tinguatur pes tuus in sanguine: id est, ut ipsi qui ad te convertuntur, vel ad quos liberandos converteris, Iicet in profundo maris onere iniquitatis depressi fuerint, in tantum gratia tua proficiant, quoniam ubi abundavit peccatum, superabuniavit gratia (Rom 5,20). Ut fiant pes tuus inter membra tua, ad annuntiandum Evangelium tuum, et pro nomine tuo diu ducentes martyrium, usque ad sanguinem certent. Sic enim, ut arbitror, convenientius intelligitur pes eius tinctus in sanguine. 32. Denique adiungit, Lingua canum tuorum ex inimicis ab ipso: eosdem ipsos qui usque ad sanguinem fuerant pro fide evangélica certaturi, etiam canes vocans, tanquam pro suo Domino latrantes. Non illos canes, de quibus dicit Apostolus, Cávete canes (Phil 3,2): sed illos qui edunt de micis quae cadunt de mensa dominorum suorum. Hoc enim confessa Chananaea meruit audire: O muüer, magna est fides tua! fiat tibi sicut vis (Mt 15,28). Canes laudabiles, non detestabiles; fidem servantes domino suo, et pro eius domo contra inimicos latrantes. Non enim tantummodo canum dixit, sed canum tuorum; nec eorum dentes, sed lingua laudata est: quoniam non utique frustra, nec sine magno sacramento Gedeon solos eos iussus est ducere, qui fluminis aquam sicut canes lamberent; talesque non amplius quam trecenti in tanta multitudine inventi sunt (Iud 7,5.6). In quo numero crucis signum est propter T litteram, quae in graecis numerorum notis trecentos significat. De tali-

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trescientos. D e tales perros se dice en otro salmo: Se volverán a la tarde y padecerán hambre como perros. T a m b i é n algunos perros fueron vituperados p o r el profeta Isaías, n o p o r ser perros, sino por n o saber ladrar y dormirse. A l decir esto, declaró el profeta que, si hubiesen vigilado y ladrado custodiando a su señor, hubieran sido alabados, c o m o lo son estos de los q u e se dice: La lengua de tus perros. Sin e m b a r g o , el profeta predijo q u e h a b í a n de proceder de los enemigos por la conversión, de la que anteriorm e n t e se hablaba. D e aquí que t a m b i é n dice el salmo 58 antes citado: Volverán a la tarde y padecerán hambre canina. A continuación, c o m o si se le p r e g u n t a s e : ¿Por q u é m e d i o les sobrevino tan g r a n bien, pues se convirtieron en perros de aquel de quien eran enemigos?, se responde en el salmo q u e c o m e n t a m o s : Por él. Pues se lee así: La lengua de tus perros, (que proceden) de los enemigos por él. Es decir, p o r su amor, p o r su misericordia, por su gracia. ¿Pues c u á n d o hubieran p o d i d o conseguir ser perros de El por sí mismos? Siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la m u e r t e de su H i j o . Para esto m u r i ó t a m b i é n el Señor. 33 [v.25}. Vieron (las gentes) tus pasos, ¡oh Dios! Los pasos con q u e anduviste por el m u n d o c o m o recorriendo en aquel carro toda la tierra. Estos pasos y nubes están simbolizados p o r sus santos y fieles en el Evangelio allí d o n d e se dice: De aquí a poco, veréis al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes. N o aplico ahora este pasaje a la venida en la cual se presentará Jesucristo c o m o juez de vivos y muertos, ya q u e dice: De aquí a poco, veréis al Hijo del hombre venir sobre las nubes. Estos pasos tuyos fueron vistos, es decir, se manifestaron al ser revelada la gracia bus canibus et in alio psalmo dicitur: Convertentur ad vesperam, et famem patientur ut canes (Ps 58,15). Nam et quídam canes reprehensi sunt a propheta Isaia, non ideo quod canes essent, sed quod latrare nescirent, et dormitare amarent (Is 56,10). Ubi utique demonstravit, quia si vigilarent et pro domino suo latrarent, laudabiles canes essent: sicut laudantur isti de quibus dicitur, Lingua canum tuorum. Quos tamen Propheta ex inimicis futuros esse praedixit, per illam scilicet conversionem de qua superius loquebatur. Unde et ille psalmus: Convertentur, inquit, ad vesperam, et famem patientur ut canes. Deinde veluti quaerentibus unde hoc illis tantum bonum, ut canes eius fierent, cuius fuerant inimici; responsum est, ab ipso. Sic enim legitur: Lingua canum tuorum ex inimicis ab ipso. Ipsius utique dilectione, ipsius misericordia, ipsius gratia. Nam quando id possent a seipsis? Etenim cum inimici essemus, reconciliad sumus Deo per mortem Filii eius (Rom 5,10): ad hoc et Domini fuit exitus mortis. 33 [v.25]. Visi sunt gressus tui, Deus. Gressus quibus venisti per mundum, tanquam in illo curru peragraturus orbem terrarum; quos et nubes in Evangelio sanctos et fideles suos significat, ubi ait: Amodo videbitis Vilium hominis venientem in nubibus (Mt 26,64, et Me 13,26). Excepto illo adventu in quo erit iudex vivorum atque mortuorum (2 Tim 4,1); Amodo, inquit, videbitis Vilium hominis venientem in nubiS.Ag. 20

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del N u e v o T e s t a m e n t o , p o r la cual se dijo: ¡Qué hermosos son los pies de aquellos que anuncian la paz, que anuncian los bienes! Esta gracia y estos pasos se hallaban ocultos en el Viejo Testam e n t o . M a s , c u a n d o llegó la p l e n i t u d de los tiempos y agradó a D i o s revelar a su H i j o p a r a q u e fuese a n u n c i a d o entre las gentes, vieron tus pasos, ¡oh Dios!, los pasos de mi Dios, del rey que habita en el santuario. ¿En q u é santuario? En su santo t e m p l o ; pues el Apóstol dice: El templo de Dios que sois vosotros es santo. 34 [ v . 2 6 ] . Para q u e se viesen estos pasos precedieron los príncipes junto con los citaristas en medio de las doncellas que tañían los timbales. Los príncipes son los apóstoles. Ellos precedieron; el p u e b l o les siguió. Fueron delante anunciando el N u e v o T e s t a m e n t o junto con los citaristas, siendo glorificado el Señor p o r sus obras buenas y visibles como p o r instrumentos de alabanza. Los mismos príncipes iban en medio de las doncellas que tañían atabales, es decir, (los príncipes) ejercían el glorioso ministerio c o m o ministros y prepósitos en m e d i o de las nuevas iglesias, es decir, en medio de las doncellas que alaban a Dios mortificando su carne; esto es, q u e tocaban los atabales, d a d o q u e los timbales están hechos de cuero seco y extendido. 35 [ v . 2 7 ] . Para q u e nadie t o m e carnalmente estos cánticos y crean p o r estas palabras q u e se trata de coros h u m a n o s y lascivos, prosigue y dice: Bendecid al Señor en las iglesias. Esto es como si dijere: ¿Por qué, c u a n d o oís a las doncellas tañer los timbales, pensáis en deleites carnales? Bendecid al Señor en las iglesias. Por

este místico simbolismo se os dan a conocer las iglesias, puesto q u e ellas son las doncellas ataviadas con la nueva gracia; las iglesias son las timbalistas, espiritualmente sonoras p o r la mortificación de la carne. Luego bendecid en las iglesias al Señor Dios (los de) las fuentes de Israel. D e a q u í se echa de ver q u e p r i m e r a m e n t e eligió a los q u e había de hacer fuentes; p o r q u e de allí (de Israel) fueron elegidos los Apóstoles y ellos fueron los p r i m e r o s q u e oyeron: Cualquiera que bebiere el agua que yo le he de dar, jamás tendrá sed, pues se hará en él una fuente de agua que surta hasta la vida eterna. 36 [ v . 2 8 ] . Allí está Benjamín, el más jovencito, en éxtasis. Es decir, allí está Pablo, el ú l t i m o de los apóstoles, q u e dice: Yo también soy israelita, de la estirpe de Abrahán, de la tribu de Benjamín, arrebatado por c o m p l e t o en éxtasis, siendo la admiración de todos ante el g r a n m i l a g r o de su vocación. El éxtasis es u n enajenamiento de la m e n t e , el cual acontece unas veces p o r miedo, p e r o n o pocas por alguna revelación, q u e rapta a la m e n t e de los sentidos del cuerpo a fin de q u e lo q u e ha de ser m a n i festado se declare al espíritu. D e aquí que p u e d e entenderse lo q u e se escribió aquí, en éxtasis, por lo q u e aconteció en su conversión, pues c o m o se le hubiese dicho desde el cielo a él, perseguidor: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?, al serle quitada la luz de los ojos carnales, respondía al Señor, a q u i e n veía en espíritu, sin que le viesen los que estaban con él, a u n q u e oían la voz del q u e respondía. T a m b i é n p u e d e referirse aquí al éxtasis q u e t u v o en otra ocasión, del q u e , h a b l a n d o él, nos dice q u e supo de un hombre que fue elevado en rapto hasta el tercer cielo, ignoran-

bus. Hi gressus tui visi sunt, id est, manifestati sunt, revelata gratia Testamenti Novi: unde dictum est, Quam speciosi pedes eorum qui annuntiant pacem, qui annuntiant bona! (Rom 10,15). Haec enim gratia et isti gressus latebant in Vetere Testamento: cum autem venit plenitudo temporis, et placuit Deo revelare Filium suum, ut annuntiaretur in gentibus (Gal 4,4), visi sunt gressus tui, Deus; gressus Dei mei, regis qui est in sancto. In quo sancto, nisi in templo suo? Templum enim Dei sanctum est, inquit, quod estis vos (1 Cor 3,17). 34 [v.26]. Ut autem gressus isti viderentur, Praevenerunt principes coniuncti psallentibus, in medio adolescentularum tympanistriarum. Principes sunt Apostoli: ipsi enim praevenerunt, ut populi sequerentur. Praevenerunt, annuntiantes Novum Testamentum; coniuncti psallentibus, de quorum bonis operibus etiam visibilibus, tanquam organis laudis, glorificaretur Deus. Iidem autem principes in medio adolescentularum tympanistriarum, in ministerio scilicet honorabili: nam ita sunt in medio ministri praepositi Ecclesiarum novarum; hoc enim est, adolescentularum: carne edomita Deum laudantium; hoc enim est, tympanistriarum, eo quod tympana fiant corio siccato et extento. 35 [v.27]. Ideo ne quisquam carnaliter ista acciperet, et ex his verbis quosdam luxuriae choros in animum induceret, sequitur et dicit, ln Ecclesiis benedicite Dominum: tanquam diceret, Utquid, cum auditis adolescentulas tympanistrias, lasciva delectamenta cogitatis? In Ecclesiis

benedicite Dominum. Ecclesiae quippe vobis hac mystica significatione monstrantur: Eíclesiae sunt adolescentulae, nova gratia decoratae; Ecclesiae sunt tyfflpanistriae, castigata carne spiritualiter sonorae. ln Ecclesiis ergo benedicite Dominum Deum de fontibus Israel. Inde quippe prius elegit quos fontes faceret. Nam inde sunt electi Apostoli; et hi primitus audierunt: Qui biberit ex aqua quam ego dabo, non sitiet unquam; sed fiet in eo fofis aquae salientis in vitam aeternam (lo 4,13.14). 36 [v.28]. Ibi Benjamín adolescentior in ecstasi. Ibi Paulus novissimus Apostolorum, qui dicit, Nam et ego Israelita sum ex semine Abraham, de tribu Beniamin (Phil 3,5). Sed plañe in ecstasi; expavescentibus ómnibus tam magnum in eius vocatione miraculum. Ecstasis namque est mentís excessus: quod aliquando pavore contingit; nonnunquam vero per aliquam revelationem alienatione mentís a sensibus corporis, ut spifitui quod demonstrandum est demonstretur. Unde intelligi etiam sic potest quod hic positura est, in ecstasi; quia cum ei persecutori dictum esset de cáelo, Saule, Saule, quid me persequeris, adempto lumine oculorum carnalium, respondebat Domino quem spiritu videbat; qui autem cum illo erant, vocem respondentis audiebant, neminem tamen videntes cui loqueretur (Act 9,4-7). Potest hic ecstasis etiam illa eius intelligi, de qua ipse loquens ait, scire se hominem raptum usque in tertium caelum; sive autem in corpore, sive extra Corpus, nescire; sed

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do si fue en cuerpo o sin él; pero que, arrebatado al paraíso, oyó palabras inefables que no es permitido hablar al hombre. Los príncipes de Judá, sus caudillos; los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neptalí, Como en los príncipes estén simbolizados los apóstoles, entre los cuales está Benjamín, el más joven, en éxtasis, por cuyas palabras nadie duda que se señala a San Pablo; y como bajo el nombre de príncipes se designan también en las iglesias a todos los más sobresalientes y dignos de imitación, ¿qué quieren indicar estos nombres de las tres tribus de Israel? Si únicamente se mencionase a Judá, porque de esta tribu procedían los reyes y de la cual traía su origen nuestro Señor Jesucristo según la carne, pensaríamos que en ella se hallaban simbolizados también los príncipes del Nuevo Testamento; pero como se añade: los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neptalí, quizá diga alguno que los apóstoles procedían de éstas y no de otras tribus. Lo que no veo que pueda probarse. Sin embargo, como tampoco encuentro cómo pueda ser refutado y además en este lugar advierto que se recomiendan los príncipes de las iglesias y los caudillos de aquellos que en las iglesias bendicen al Señor, con fundamento admito también esta opinión; pero confieso que me agrada mucho más lo que se da a entender atendiendo a la significación de estos nombres. Estos nombres son nombres hebreos que significan: Judá, confesión; Zabulón, morada de fortaleza, y Neptalí, mi prolongación. Por ellos se nos insinúa a los verdaderos príncipes de las iglesias dignos de conducir, de imitar, y de ser honrados. Los mártires ocupan el lugar más preeminente de la Iglesia y sobresalen por la magnificencia de la santa dignidad. raptum in paradisum audisse ineffabilia verba, quae non Kceret homini loqui (2 Cor 12,2-4). Principes luda, duces eorum; principes Zabulón, principes Nephthalim. Cum Apostólos significet principes, ubi est et Benjamín adolescentior in ecstasi; quibus verbis Paulum significan nemo ambigit; vel nomine principum omnes significentur in Ecclesiis excellentes atque imitatione dignissimi: quid sibi volunt haec nomina tribuum Israeliticarum? Si enim tantum Iudae mentio fieret, quoniam ex hac tribu reges fuerant, ex qua et Dominus Christus secundum carnem (Rom 9,5); ideo ex hac tribu putaremus figuratos etiam principes Testamenti Novi: cum vero adiungit, principes Zabulón, principes Nephthalim; quisquam forsitan dicat ex his tribubus Apostólos fuísse, ex aliis autem non fuisse. Quod licet unde probari hoc posset non videam; tamen, quia nec unde refellatur invenio, et hoc loco principes Ecclesiarum, ducesque eorum qui in Ecclesiis benedicunt Dominum video commendari, non absurde etiam istum sensum probo; sed plus me delectat quod ex istorum nominum interpretatione clarescit. Hebraea quippe sunt nomina; quorum luda, Confessio interpretari dicitur; Zabulón, Habitaculum fortitudinis; Nephthalim, Dilatatio mea. Quae omnia verissimos nobis insinuant principes Ecclesiarum, dignos ducatu, dignos imitatione, dignos honoribus. Martyres namque in Ecclesiis locum summum tenent, atque ápice sanctae dignitatis excellunt. Iam vero in martyrio prima

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Pues bien, lo primero que se da en el martirio es la confesión, y en favor de ella se recibe la fortaleza para soportar todo lo que acontezca; y después de haber sufrido todo, pasados los trabajos, se consigue la prolongación en el premio. Puede también entenderse, dado caso que el Apóstol recomienda principalmente las tres virtudes siguientes: la fe, la esperanza y la caridad, que se hallen representadas: en la fe, la confesión; en la esperanza, la fortaleza, y en la caridad, la extensión o prolongación, ya que es propio de la fe "que se crea con el corazón para justicia y con la boca se confiese para salud"; de la esperanza, fortalecer en la tristeza, que lleva consigo la tribulación proveniente de los sufrimientos: si lo que no vemos lo esperamos, con paciencia aguardamos; de la caridad, la difusión o prolongación, pues, ella es de suyo difusiva; y además porque la perfecta caridad echa fuera el temor, el cual lleva consigo el tormento debido a las angustias o estrecheces del alma. Luego los príncipes de Judá, sus caudillos, que bendicen en las iglesias al Señor, y los príncipes de Zabulón, y los príncipes de Neptalí, que son príncipes de la confesión, de la fortaleza y de la extensión o prolongación, son los príncipes de la fe, de la esperanza y de la caridad. 37 [v.29]. ¡Oh Dios!, manda a tu fortaleza. Esta es el único Señor nuestro, Jesucristo, por quien fueron hechas todas las cosas, y nosotros para El, pues de El leemos que es la fortaleza y la sabiduría de Dios. Pero ¿cómo manda Dios a su Cristo si no es realzándole? Realza Dios su propia caridad en nosotros porque, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros y nos dio con El todas las cosas. Manda, ¡oh Dios!, a tu fortaleza; consolida, ¡oh confessio est, et pro illa quidquid acciderit tolerandi sequens assumitur fortitudo; deinde post omnia tolerata, finitis angustiis, latitudo consequitur in praemio. Potest et sic intelligi, ut quoniam tria haec praecipue commendat Apostolus, fidem, spem, charitatem (2 Cor 13,13), confessio sit in fide, fortitudo in spe, latitudo in charitate. Fidei quippe res est ut corde credatur ad iustitiam, ore autem confessio fiat ad salutem (Rom 10,10). In passionibus autem tribulationum res tristis est, sed spes fortis est: Si enim quod non videmus speramus, per patientiam exspectamus (Ib. 8,25). Latitudinem vero praestat charitatis in corde diffusio: nam consummata charitas joras mittit timorem (1 lo 4,18); qui timor tormentum habet per animae angustias. Principes ergo luda duces eorum qui in Ecclesiis benedicunt Dominum. Principes Zabulón, principes Nephthalim: principes confessionis, fortitudinis, latitudinis; principes fidei, spei, charitatis. 37 [v.29]. Manda, Deus, virtutem tuam. Unus enim Dominus noster Iesus Christus, per quem omnia, et nos in ipso (1 Cor 8,6), quem legimus Dei Virtutem et Dei Sapientiam (Ib. 1,24). Quomodo autem Deus mandat Christum suum, nisi dum eum commendat? Commendat enim Deus charitatem suam in nobis, quoniam dum adhuc peccatores essemus, Christus pro nobis mortuus est (Rom 5,8). Quomodo non et cum illo omnia nobis donavit? (Ib. 8,32). Manda, Deus, virtutem tuam:

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Dios!, lo que has hecho en nosotros. Manda enseñando y consolida ayudando. 38 [v.30-31]- Desde tu templo (que está) en Jerusalén te ofrecerán dones los reyes. Desde tu templo de Jerusalén, que es nuestra madre libre y también ella es tu santo templo, te ofrecerán dones los reyes. Ya se entiendan por reyes los reyes de la tierra, ya los reyes que separa o discrimina el Omnipotente sobre la paloma plateada, te ofrecerán dones los reyes. ¡Y qué dones agradables, qué sacrificios de alabanza! Pero como obstaculizan esta alabanza los que tienen palabras cristianas y sentires contrarios, hágase, por tanto, lo que sigue: Reprime las fieras de caña. Son fieras porque dañan no entendiendo y son fieras de caña porque tuercen por su error el sentido de las santas Escrituras. Por la caña o el cálamo se simboliza tan perfectamente la Sagrada Escritura, como el habla por la lengua, ya que se denomina lengua hebrea, griega, latina o cualquiera otra atendiendo al que habla la que habla. Es muy común en la conversación latina llamar a la escritura estilo, porque se escribe con el estilo o punzón; luego también llamarla cálamo cuando se escriba con cálamo o caña. El apóstol San Pedro dice que los indoctos y ligeros pervierten las Escrituras para su propia perdición. Estas son las fieras de caña de las que se dice aquí reprime las fieras de caña. 39- A ellos también se refiere lo que se añade: Tropel de toros entre vacas de los pueblos para arrojar a los que fueron probados como plata. Al llamarlos toros de dura e indómita cerviz debido a la soberbia, señala a los herejes. Por vacas de los pueblos confirma, Deus, hoc quod operatus es in nobis. Manda docendo, confirma iuvando. 38 [v.30-31]- A templo tuo in lerusalem, tibi offerent reges muñera. A templo tuo in lerusalem, quae est libera mater nostra (Gal 4, 26), quia et ipsa est templum sanctum tuum: ab illo ergo templo tibi offerent reges muñera. Quicumque reges intelligantur; sive reges terrae, sive reges quos discernir supercaelestis super columbam deargentatam; tibi offerent reges muñera. Et quae muñera gratiosa, quam sacrificia laudis! Sed huic laudi obstrepunt, christianum vocabulum habentes, et diversa sentientes. Fiat ergo quod sequitur: Increpa feras calami. Nam et ferae sunt, quoniam non intelligendo nocent; et ferae calami sunt, quoniam Scripturarum sensum pro suo errore pervertunt. Per calamum quippe tam convenienter Scripturae significantur, quam sermo per linguam; secundum quod dicitur lingua hebraea, vel graeca, vel latina, vel alia quaelibet, per efficientem scilicet id quod efficitur. Usitatum est autem in latino eloquio ut scriptura stilus vocetur, quod stilo fiat; ita ergo et calamus, quod cálamo fiat. Dicit apostolus Petrus indoctos et instabiles pervertere Scripturas ad proprium suum interitum (2 Petr 3,16): hae sunt ferae calami, de quibus hic dicitur, Increpa feras calami. 39. De his est etiam quod adiungit: Congregatio taurorum Ínter vaccas populorum, ut excludantur ii qui probati sunt argento. Tauros vocans, propter superbiam durae indomitaeque cervicis; significat enim

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pienso que han de entenderse las almas seductibles, porque fácilmente siguen a estos toros. Pero éstos no seducen a los pueblos en los que hay almas firmes y estables. De aquí que se escribió: En el pueblo firme te alabaré. Únicamente (seducen) a los pueblos en los que se hallen vacas. Estos toros son de aquellos que entran en las casas y llevan cautivas a mujerzuelas cargadas de pecados a montones y que se dejan arrastrar por distintos apetitos; que siempre son discípulas y nunca llegan al conocimiento de la verdad. Lo que dice el mismo Apóstol: Conviene que haya entre vosotros herejías para que se manifiesten entre vosotros los probados, se dice aquí de esta manera: Vara que sean excluidos los que fueron probados como plata; es decir, los que fueron probados con las palabras del Señor, ya que las palabras del Señor son palabras pitras, plata probada con el fuego de la tierra. Lo que aquí dice el salmista: sean excluidos (excludantur), esto es, aparezcan, sobresalgan; lo dice allí el Apóstol cuando escribe que se manifiesten. De aquí es que en orfebrería se llaman exclusores los que saben dar, de una masa informe, forma a los vasos. En las santas Escrituras hay muchos sentidos ocultos y que son conocidos por pocos, los cuales no se reivindican oportuna y aceptablemente, si no es cuando fuerza la necesidad a responder a los herejes, pues entonces quienes descuidaron los estudios de la erudición, echando ahora a un lado la desgana, se desperezan para entender diligentemente a fin de refutar al adversario. ¡Cuántos conceptos de las santas Escrituras sobre Cristo Dios no han sido puestos de relieve contra Fotino! ¡Cuántos sobre el hombre Crishaereticos. Vaccas autem populorum, seductibiles animas intelligendas puto, quia facile sequuntur hos tauros. Non enim populos universos seducunt, in quibus sunt graves et stabiles; unde scriptum est, In populo gravi laudaba te (Ps 34,18); sed in eis populis quas invenerint vaccas. Ex his enim sunt qui penetrant domos, et captivas ducunt mulierculas oneratas peccatis, quae ducuntur variis desideriis; semper discentes, et ad veritatis scientiam nunquam pervenientes (2 Tim 3,6.7). Quod autem ait idem apostolus Oportet et haereses esse, ut probati manifesti fitmt in vobis (1 Cor 11,19); hoc etiam hic sequitur, Ut excludantur ii qni probati sunt argento, id est, qui probati sunt eloquiis Domini. Eloquia quippe Domini, eloquia casta, argentum igne probatum terrae (Ps 11,7). Nam excludantur dictum est, appareant, emineant; quod ait ille, manifesti fiant. Unde et in arte argentaría exclusores vocantur, qui de confusione massae noverunt formam vasis exprimere. Multi enim sensus Scripturarum sanctarum latent, et paucis intelligentioribus noti sunt; nec asseruntut commodius et acceptabilius, nisi cum respondendi haereticis cura compellir. Tune enim etiam qui negligunt studia doctrinae, sopore discusso, ad audiendi excitantur diligentiam, ut adversarii refellantur. Denique quam multi Scripturarum sanctarum sensus de Christo Deo asserti sunt contra Photinum! quam multi de homine Christo contra Manichaeum! quam multi de Trinitate contra Sabellium! quam multi de unitate Trinitatis contra Arianos, Eunomianos, Macedonianos!

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to, contra Manes! ¡Cuántos sobre la Trinidad, contra Sabelio! ¡Cuántos sobre la unidad de la Trinidad, contra los arríanos, eunomianos y macedonianos! ¡Cuántos sobre la Iglesia católica, difundida por el orbe, y sobre la mezcla de buenos y de malos hasta el fin del mundo, la cual no daña a los buenos que viven con los malos en la unidad de sacramentos, contra los donatístas, los luciferianos y otros, dado que los haya y que por el mismo error disientan de la verdad! ¡Cuántos contra los demás herejes, prolijos de conmemorar y enumerar, e innecesario en la presente circunstancia! Sin embargo, si los honorabilísimos defensores no se hubiesen visto forzados por la necesidad a responder a los herejes, hubieran quedado ocultos por completo los sentidos de la Sagrada Escritura o no sobresaldrían de tal suerte, que ellos hubieran hecho aparecer las contradicciones de los soberbios, a los que, como toros, es decir, a los que, no sometiéndose al yugo ligero y suave de la disciplina, señala el Apóstol en donde, al dar normas para elegir al obispo, dijo que sea capaz de exhortar con sana doctrina y de refutar a los que contradicen. Hay muchos que no están sometidos; éstos son toros que por la altivez de su cerviz no soportan el arado y los aneos; son charlatanes y embaucadores de las mentes, a las cuales señaló este salmo con la denominación de vacas. La divina Providencia permite que se congreguen los toros entre las vacas de los pueblos para determinada utilidad, para que sean excluidos, es decir, para que sobresalgan los que son probados como plata. Se permite, pues, que existan herejías para que se manifiesten los probados. También puede entenderse tropel de toros entre vacas de los pueblos de tal modo, que se excluyan de entre las vacas los que fueron probados como plata. Ya que el propósito de los herejes doctos es apartar, es decir, impedir a las

almas que pretenden seducir de que oigan a los que fueron probados como plata, esto es, a los que son capaces de enseñar la palabra del Señor. Ya sea éste o el anterior el sentido verdadero de la palabra "vacas", lo cierto es que prosigue el salmista, diciendo: Dispersa las gentes que quieren las guerras. N o intentan la corrección, sino la disputa. Luego profetiza que más bien ellos, que no quieren corregirse y que procuran dispersar la grey de Cristo, han de ser dispersados. Los llamó gentes no por el origen de la estirpe, sino por la naturaleza de las sectas, en las que afianza el error la serie de la sucesión. 40 [v.32-34]. Vendrán legados de Egipto; Etiopía prevendrá sus manos. Por los nombres de Egipto y de Etiopía simbolizó la fe de todas las gentes, tomando la parte por el todo. Llama legados a los predicadores de la reconciliación. El Apóstol dice: Por Cristo somos embajadores, como si Dios exhortase por medio de nosotros. Exhortamos por Cristo a reconciliarse con Dios. Luego místicamente se profetizó que los futuros predicadores de la paz cristiana no habían de proceder sólo de Israel, de donde fueron elegidos los apóstoles, sino también de las demás naciones. Al decir prevendrá o (extenderá) sus manos, da a entender que prevendrá su castigo por la conversión a El para que les sean perdonados los pecados, no acontezca que sean castigados permaneciendo pecadores. Esto también se dice en otro salmo: Prevengamos su rostro con la confesión o alabanza. Así como por las manos se simboliza el castigo, por el rostro se significa la presencia y manifestación que tendrá lugar en el juicio. Luego como personificó en Egipto y en Etiopía las naciones de todo el orbe de la tierra, añadió a continuación: Para

quam multi de catholica Ecclesia toto orbe diffusa, et de malorum commixtione usque in finem saeculi, quod bonis in sacramentorum eius societate non obsint, adversus Donatístas et Luciferianos aliosque, si qui sunt, qui simili errore a veritate dissentiunt! quam multi contra caeteros haereticos, quos enumerare vel commemorare nimis longum est, et praesenti operi non necessarium! Quorum tamen sensuum probati assertores, aut prorsus laterent, aut non ita eminerent, ut eos eminere fecerunt superborum contradictiones, quos velut tauros, id est iugo disciplinae pacifico lenique non subditos, commemorat Apostolus, ubi talem dixit eligendum ad episcopatum, ut potens sit exhortan in doctrina sana, et contradicentes redarguere (Tit 1,9). Sunt enim multi non subditi, hi sunt taurí elatione cervícis impatientes aratri atque iuncturae: vaniloqui, et mentium seductores; has mentes significavit iste psalmus appellatione vaccarum. Ad hanc ergo utilitatem, Providentia divina permittit tauros congregan inter vaccas populomm, ut excludantur, id est, ut emineant qui probati sunt argento. Ad hoc enim haereses sinuntur esse, ut prohati manifesti fiant. Quanquam et sic possit intelligi: Congregado laurorum inter vaccas populoram, ut ab eis vaccis excludantur qui probati sunt argento. Hanc enim habent intentionem haeretici doc-

tores, ut ab auribus animarum, quas seducere moliuntur, excludant eos, id est, separent eos qui probati sunt argento, id est, qui idonei sunt docere eloquia Domini. Sed sive ille huius verbi, sive iste sit sensus; sequitur: Disperge gentes quae bella volunt. Non enim correctioni, sed contentioni student. Hoc ergo prophetat, ut ipsi potius dispergantur qui corrigi nolunt, qui gregem Chtisti dispergere affectant. Gentes autem appellavit, non propter generationes familiarum, sed propter genera sectarum, ubi series successionis confirmat errorem. 40 [v.32-34]. Venient legati ex Aegypto; Aetbiopia praeveniet manus eius. Aegypti, vel Aethiopiae nomine, omnium gentium fidem significavit, a parte totum; legatos appellans reconciliationis praedicatores. Pro Christo, inquit, legatione fungimur, tanquam Deo exhortante per nos: obsecramus pro Christo reconcilian Deo (2 Cor 5,20). Non ergo de solis Israelitis, unde Apostoli electi sunt, sed etiam de caeteris gentibus futuros praedicatores christianae pacis, hoc modo mystice prophetatum est. Quod vero ait, Praeveniet manus eius, hoc ait, praeveniet vindictam eius; conversione scilicet ad eum, ut peccata dimittantur, ne peccatores permanendo puniantur. Quod etiam in alio psalmo dicítur: Praeveniamus faciem eius in confessione (Ps 94,2). Sicut per manus vindictam, ita per faciera revelationem praesentiamque significat, quae futura est in iudicio. Quia

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Dios los reinos de la tierra. N o p a r a Sabelio, ni para Arrio, ni para D o n a t o , ni p a r a los toros testarudos, sino para Dios los reinos de la tierra. 4 1 . M u c h o s códices latinos, y especialmente los griegos, de tal m o d o ordenan estos versículos, q u e n o es en ellos u n o m i s m o el versículo q u e dice para Dios los reinos de la tierra, sino que colocan la palabra Deo (para Dios) al fin del versículo anterior, y así dicen: Aethiopia praeveniet manus eius Deo, y a continuación sigue otro versillo, diciendo: Regna terrae, cántate Deo, psallite Domino (Reinos de la tierra, cantad a D i o s , salmead al Señor). Existiendo esta división, q u e se basa en la autoridad de muchos códices y en la conformidad con los m á s dignos, m e parece que debe ser recomendada y preferida la q u e a n t e p o n e la fe a las obras, p o r q u e el i m p í o se justifica p o r la fe sin los méritos de las obras buenas, según dice el A p ó s t o l : Al que cree en Aquel que justifica al impío, se le imputa su je a justicia, a fin de q u e después la fe comience a obrar por el amor, ya q u e sólo d e b e n llamarse obras buenas las que se ejecutan p o r la caridad de D i o s . Es necesario q u e anteceda esta fe, para que p o r ella y n o p o r ellas (por las otras) comience aquélla, es decir, la caridad, puesto que nadie obra por la caridad d e Dios si antes n o cree en Dios. Esta es la fe de la cual se dice: En Cristo Jesús de nada vale la circuncisión, de nada el prepucio, sino la je que obra por la caridad. Esta es la fe de la cual se dice a la m i s m a Iglesia en el Cantar de los Cantares: Ven y pasarás por el comienzo de la je. V e n d r á como carro de D i o s en millares de los q u e se alegran, haciendo u n viaje próspero, y pasará de este m u n d o al P a d r e .

Así se hará en ella (en la Iglesia) lo que dice el m i s m o esposo, que pasa de este m u n d o al P a d r e : Quiero que en donde yo estoy, estén éstos conmigo, p e r o p o r el comienzo de la fe. L u e g o c o m o para q u e sigan las obras precede la fe, y n o hay obras buenas a n o ser que anteceda la fe, n i n g u n a otra cosa parece q u e se consignó al decir: Etiopía prevendrá o anticipará sus manos a Dios fuera de q u e Etiopía creerá en Dios. D e este m o d o , Etiopía anticipará o extenderá sus manos, es decir, sus obras. ¿De quién? D e la m i s m a Etiopía, pues en el texto griego n o está oscuro, ya q u e la palabra autes (eius, de ella o suya) está escrita en g é n e r o femenino. Y , p o r lo tanto, sólo se dijo: Etiopía prevendrá o extenderá sus manos a Dios, es decir, al crecer en Dios anticipará sus obras. Pues dice el Apóstol: Saco en conclusión que el hombre se justijica por la je sin las obras de la ley. ¿Por ventura Dios es solamente (Dios) de los judíos? ¿No lo es también de los gentiles? Luego de este m o d o Etiopía, q u e aparece ser la m á s lejana de las naciones gentílicas, se justifica por la fe sin las obras de la ley. A l justificarse, n o se gloría de las obras de la ley ni a n t e p o n e sus méritos a la fe, sino q u e anticipa su fe a sus obras. M u c h o s códices n o escriben manus (manos), sino manum ( m a n o ) , lo q u e vale lo m i s m o , p o r q u e se escribió a t e n d i e n d o a las obras. Y o h u biese preferido que los intérpretes latinos h u b i e r a n traducido así: Aethiopia praeveniet manus suas, vel manum suam Deo (Etiopía prevendrá sus m a n o s o su m a n o a D i o s ) , p o r q u e sería m á s claro q u e lo ciue se escribió, eius (de ella o suya); y p o d r í a haberse h e cho sin faltar a la verdad, p o r q u e en la lengua griega el p r o n o m bre autes p u e d e traducirse n o sólo p o r eius (de ella), sino tam-

ergo per Aegyptum atque Aethiopiam totius orbis gentes significavit, continuo subiunxit: Deo regna terrae. Non Sabellio, non Ario, non Donato, non caeteris tauris cervicatis; sed, Deo regna terrae. 41. Plures autem códices latini, et máxime graeci ita distinctos versus habent, ut non sit in eis unus versiculus, Deo regna terrae; sed, Deo, in fine sit versus superioris, atque ita dicatur, Aethiopia praeveniet manus eius Deo, ac deinde sequatur in alio versu, Regna terrae, cántate Deo, psallite Domino. Qua distinctione, muhorum codicum et auctoritate digniorum consonantia, sine dubio praeferenda, fides commendari mihi videtur, quae opera praecedit: quia sine bonorum operum meritis per fidem iustificatur impius, sicut dicit Apostolus, Creienti in eum qui iustificat impium, deputatur fides eius ad iustitiam (Rom 4,5); ut deinde ipsa fides peí dilectionem incipiat operari. Ea quippe sola bona opera dicenda sunt, «juae fiunt per dilectionem Dei. Haec autem necesse est antecedat fides, ut inde ista, non ab istis incipiat illa; quoniam nullus operatur per dilectionem Dei, nisi prius credat in Deum. Haec est fides, de qua dicitur: In Christo enim lesu ñeque circamcisio aliquid valet, ñeque praeputium; sed fides quae per dilectionem operatur (Gal 5,6). Haec est fides, de qua ipsi Ecclesiae dicitur in Canticis canticorum: Venies, et pertransies ab initio fidei (Cant 4,8, sec. LXX). Venit enim tanquam currus Dei in millibus laetantium, prosperum iter habens, et

pertransiit de hoc mundo ad Patrem (lo 13,1): ut fiat in ea quod sponsus ipse dicit, qui transiit de hoc mundo ad Patrem, Voló ut ubi ego sum, et isti sint mecum (Ib. 17,24); sed ab initio fidei. Quia ergo ut bona opera sequantur, praecedit fides, nec ulla sunt bona opera, nisi quae sequuntur praecedentem fidem: nihil aliud videtur dictum, Aethiopia praeveniet manus eius Deo, nisi, Aethiopia credet Deo. Sic enim praeveniet manus eius, id est opera eius. Cuius, nisi ipsius Aethiopiae? Quia hoc in graeco non est ambiguum: eius quippe ibi feminino genere apertissime positum est. Ac per hoc nihil aliud dictum est, quam Aethiopia praeveniet manus suas Deo, id est, credendo in Deum praeveniet opera sua. Existimo enim, inquit Apostolus, iustificari hominem per fidem sine operibus Legis. An Iudaeorum Deus tantum? nonne et Gentium? (Rom 3,28 et 29). Sic ergo Aethiopia, quae videtur extrema Gentium, iustificatur per fidem sine operibus Legis. Non enim, ut iustificetur, de Legis operibus gloriatur; nec praeponit fidei merita sua, sed fide praevenit opera sua. Plures sane códices non habent, manus, sed, manum; quod tantumdem valet, quoniam pro operibus positum est. Mallem autem latini interpretes sic transtulissent: Aethiopia praeveniet manus suas, vel manum suam Deo; quoniam planius hoc esset, quam quod nunc dictum est, eius: et salva veritate fieri posset, quia in graeca lingua id pronomen aü-ríís, non solum eius, sed etiam suam vel

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Enarraciones sobre los Salmos

67, 42 67, 44

bien por suam vel suas (su o sus). Luego es suam (su), si decimos manum y suas (sus), si decimos manus (manos). Lo que se dice en griego jeira autes, lo cual escriben m u c h o s códices, p u e d e traducirse p o r manum eius; et manum suam (su m a n o ) . Lo q u e más r a r a m e n t e se encuentra en los códices griegos, jeiras autes, p u e d e traducirse al latín p o r manus eius, et ?nanus suas (sus m a n o s ) . 42. A partir de aquí, como si se hubiesen recorrido por la profecía todas las cosas q u e c o n t e m p l a m o s ya cumplidas, se exhorta a alabar a Cristo, y al fin predice su futura venida. Reinos de la tierra, cantad a Dios, salmead al Señor, que sube sobre el cielo de los cielos, hacia el oriente, o c o m o algunos códices escrib e n : que sube sobre el cielo del cielo, hacia el oriente. N o entenderá a u e estas palabras hablan de Cristo quien n o cree en su resurección y ascensión. Se añadió hacia el oriente p o r q u e en la región oriental está el lugar en donde resucitó y desde d o n d e subió al cielo. Luego sobre el cielo del cielo está sentado a la derecha del Padre. Esto es lo m i s m o que dice el Apóstol: El es el que subió por encima de todos los cielos. ¿Qué cielos restan después del cielo del cielo? A éstos p o d e m o s d e n o m i n a r cielos de cielos, así c o m o al firmamento q u e llamó cielo leemos t a m b i é n q u e le llamó cielos en donde se escribió: Y las aguas que están sobre los cielos alaben el nombre del Señor. Y c o m o desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, escucha lo q u e sigue: He aquí que emitirá su voz, voz poderosa. A q u e l que, como cordero ante el esquilador, estuvo sin voz, ved que emitirá su voz; y n o una voz débil, c o m o el que ha de ser juzgado, sino una voz poderosa, c o m o suas potest intelligi: suam ergo, si manum; suas autem, si manus. Nam quod est in graeco, x et P a có^ñ?. quod plures códices habent, et manum eius, et manum suam, potest intelligi: quod vero rarum est in codicibus graecis, yEipás aúTfjs, et manus eius, et manus suas latine potest dici. 42. Hinc iam, velut decursis per prophetiam rebus ómnibus, quas impletas esse iam cernimus, hortatur ad laudem Christi, ac deinde praenuntiat futurum eius adventum. Regna terrae, cántate Deo, psallite Domino; psallite Deo qui ascendit super caelum caelorum ad orientem: vel sicut nonnulli códices habent, Qui ascendit super caelum caeli ad. orientem. In his verbis ille non intelligit Christum, qui eius resurrectionem ascensionemque non credit. Ad orientem vero quod addidit, nonne etiam ipsum locum, quoniam in partibus orientis est ubi resurrexit et unde ascendit, expressit? Ergo super caelum caeli sedet ad dexteram Patris. Hoc est quod dicit Apostolus: Ipse est qui ascendit super omnes cáelos (Eph 4,10). Quid enim caelorum restat post caelum caeli? Ouos et cáelos caelorum possumus dicere, sicut vocavit firmamentum caelum; quod tamen caelum, etiam cáelos legimus, ubi scriptum est: Et aquae quae super cáelos sunt, laudent nomen Domini (Ps 148,4). Et quoniam inde venturas est ad iudicandos vivos et morruos, attende quod sequitur: Ecce dabit vocem suam-, vocem virtutis. lile qui sicut agnus coram tondenle se fuit sine roce (h 53,7), ecce dabit vocem suam: nec vocem infirmitatis, tanquam iudicandus; sed vocem virtutis, tanquam iudicaturus. Non enim Deus occultus, sicut prius, et in hominum iudicio

Canto triunfal

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el que ha de juzgar. N o se ocultará Dios, c o m o en la p r i m e r a venida, y cerrará su boca, c o m o en el juicio de los h o m b r e s , pues vendrá Dios patente; el Dios nuestro, y no callará. Infieles, ¿por q u é desesperáis? ¿Por q u é os mofáis? ¿Qué dice el siervo malo? Mi señor tarda en venir. Ved que emitirá su voz, voz poderosa. 4 3 [ v . 3 5 ] . Dad gloria a Dios. Sobre Israel su magnificencia. D e este Israel dice el Apóstol: Sobre el Israel de Dios. "Pues no todos los que proceden de Israel son israelitas, p o r q u e existe u n Israel según la carne. D e aquí es q u e el m i s m o Apóstol dice: Ved al Israel según la carne, Y t a m b i é n : Y no son hijos de Dios los hijos de la carne, pues sólo son contados por estirpe los hijos de la promesa. Luego cuando su p u e b l o se halle libre de la mezcla de los malos, c o m o masa limpiada por el bieldo, c o m o Israel, en el cual n o hay dolo, entonces será p a t e n t í s i m a sobre Israel su magnificencia, y su poder en las nubes. Pues n o v e n d r á solo al juicio, sino q u e le a c o m p a ñ a r á n los ancianos de su pueblo, a los cuales p r o m e t i ó q u e habían de sentarse sobre tronos para juzgar " a u n a los mismos ángeles". Estas son las nubes. 4 4 [ v . 3 6 ] . Por fin, para que se entendiese de q u é n u b e s hablaba, a ñ a d i ó a continuación: Admirable es Dios en sus santos, el Dios de Israel. Entonces el n o m b r e de Israel tendrá verdadera y completísima realidad, p o r q u e se manifestará lo q u e es: visión de paz, visión de D i o s , porque le veremos como es. El dará a su pueblo poder y fortaleza. ¡Bendito Dios!; a su p u e b l o , que ahora es frágil y débil. Pues tenemos este tesoro en vasos quebranon aperiens os suum; sed Deus manifestus veniet; Deus noster, et non silebit (Ps 49,3)- Quid desperatis, infideles? quid irridetis? Quid dicit servus malus: Tardat Dominus meus venire? (Le 12,45). Ecce dabit vocem suam, vocem virtutis. 43 [v.35]. Date gloriam Deo: super Israel magnificentia eius. De quo dicit Apostolus: Super Israel Dei (Gal 6,16). Non enim omnes qui ex Israel, hi sunt Israelitae (Rom 9,6); quoniam est et Israel secundum carnem. Unde ait: Videte Israel secundum carnem (1 Cor 10,18). Non autem qui filii carnis, hi filii Dei; sed filii promissionis deputantur in semine (Rom 9,8). Tune ergo quando erit sine ulla malorum commixtione populus eius, tanquam massa ventilabro emundata (Mt 3,12), tanquam Israel in quo dolus non est (lo 1,47), tune eminentissima erit super Israel magnificentia eius et virtus eius in nubibus. Non enim solus veniet ad iudicium, sed cum senioribus populi sui (Is 3,14); quibus promisit quod sedebunt super sedes iudicaturi (Mt 19,28), qui etiam angelos iudicabunt (1 Cor 6,3). Hae sunt nubes. 44 [v.36]. Denique ne aliud nubes intelligetentur, secutus adiunxit: Mirabilis Deus in sanctis suis, Deus Israel. Tune enim et nomen ipsum verissime ac plenissime implebitur Israel, quod est Videns Deum; quoniam videbimus eum sicuti est (1 lo 3,2). Ipse dabit virtutem et fortitudinem plebi suae benedictus Deus: nunc fragili et infirmae. Habemus enim thesaurum, istum in vasis fictilibus (2 Cor 4,8). Tune vero, etiam corporum gloriosissima commutatione, ipse dabit virtutem et fortitudinem

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Enarraciones sobre los Salmos

68, I, 1

dizos o de barro. P e r o entonces, p o r el gloriosísimo cambio de los cuerpos, El dará a su pueblo poder y fortaleza. Pues se siembra este cuerpo en flaqueza y se levanta en fortaleza. Luego El dará la fortaleza q u e d i o p r i m e r o a su carne, sobre la cual dice el Apóstol, q u e es la fortaleza de su resurrección. La fortaleza por la que se destruyó a la muerte enemiga. Este salmo ha sido extenso y difícil de entender; pero, en fin, con la ayuda de Dios he terminado. Bendito sea Dios. A s í sea.

SALMO

68

[ORACIÓN DEL PUEBLO

SERMÓN

Sobre la primera

parte del

VEJADO]

I

salmo

1. H e m o s nacido y hemos sido agregados al p u e b l o de D i o s en este m u n d o en el t i e m p o en q u e aquel arbusto del g r a n o de mostaza tiende ya sus ramas y en el t i e m p o en q u e la p e q u e ñ í s i m a levadura fermentó las tres medidas, es decir, todo el orbe ter r á q u e o restablecido p o r los tres hijos de N o é ; p o r q u e del oriente, del occidente, del norte y del m e d i o d í a vendrán los q u e se sentarán a la mesa con los patriarcas, por haber sido expulsados los que nacieron de su carne y n o imitaron su fe. H e m o s nacido p a r a contemplar el esplendor de la Iglesia de Cristo, y h e m o s enconplebi suae. Seminatur enim hoc Corpus in infirmitate; surget in virtute (1 Cor 15,43). Ipse ergo dabit virtutem quam in sua carne praemisit, de qua dicit Apostolus: Virtutem resurrectionis eius (Phil 3,10). Fortitudinem autem, qua inimica destruetur mors (1 Cor 15,26). Quoniam ¡taque prolixum, et ad intelligendum difficilem Psalmum tándem aliquando, ipso adiuvante, finivimus. Benedictus Deus. Amen.

PSALMUS

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SERMO I

De prima parte Psalmi 1. Eo tempore in hoc saeculo exorti sumus et aggregati populo Dei, quo iam olus illud ex grano sinapis tetendit brachia sua; quo iam fermentum illud, quod primo contemptibile fuit, fermentavit tres mensuras (Mt 13,31-33), id est, totum orbem terrarum reparatum ex tribus filiis Noe (Gen 9,19): quoniam ab oriente et occidente et aquilone et austro veniunt, qui recumbent cum Patriarchis, expulsis foras eis qui de illorum carne sunt nati, et eorum fidem non sunt imitati (Mt 8,11).

68, I, 1

Oración del pueblo vejado

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trado a la estéril, a la cual se pronosticó y anunció u n g r a n gozo, p o r q u e había de tener más hijos q u e la q u e tenía varón, de tal forma q u e se olvidó de la afrenta de su viudez. Por eso quizá p o demos admirarnos al oír en alguna profecía las voces de la flaqueza de Cristo o d e la nuestra. T a m b i é n p u e d e suceder q u e apenas nos conmuevan, p o r q u e n o h e m o s aparecido en el t i e m p o en q u e se leían con gusto, c u a n d o llegaba a su colmo la tribulación. Pero, por otra parte, si pensásemos en el c ú m u l o de tribulaciones y nos diésemos cuenta de c u a n estrecho es el c a m i n o por el q u e transitamos, si es que caminamos p o r él, y q u e p o r las aflicciones y tribulaciones se llega al descanso eterno, y q u e la m i s m a que se llama felicidad en las cosas h u m a n a s debe ser m á s t e m i d a q u e la m i s m a desgracia, ya q u e la mayor p a r t e de las veces la desgracia proporciona buen fruto debido a la tribulación, y la felicidad, p o r el contrario, d e b i d o a u n a funesta seguridad, pervierte el alma y da lugar a q u e nos tiente; r e p i t o que, si pensásemos p r u d e n t e y rectamente, c o m o sazonada ya la víctima, q u e la vida h u m a n a sobre la tierra es una continua tentación y q u e nadie está seguro p o r completo, ni debe pensar q u e lo está hasta q u e llegue a la patria, de d o n d e n i n g ú n a m i g o sale y a d o n d e n i n g ú n e n e m i g o entra aun ahora en el m i s m o esplendor de la Iglesia, reconoceríamos las voces de nuestra aflicción, y c o m o m i e m b r o s de Cristo, unidos a nuestra cabeza p o r la trabazón de la caridad, conservada m u t u a m e n t e e n t r e nosotros, hablaríamos sobre los salmos lo q u e aquí encontrásemos que hablaron los mártires anteriores a nosotros, p o r q u e la tribulación es c o m ú n a todos desde el princiAd hanc ergo Christi Ecclesiae gloriam oculos aperuimus; et illam sterilem, cui gaudium indictum atque praedictum est, quod plures filios habitura esset, quam illa quae habebat virum (Is 54,1, et Gal 4,27), iam talem invenimus quae oblita esset opprobriorum et ignominiae viduitatis suae: et ideo possumus forte mirari cum voces humiütatis Christi, vel nostrae, legerimus in aliqua prophetia. Et fieri potest ut minus ex eis afficiamur, quia non eo tempore venimus, quando ista cum sapore legebantur, abundante pressura. Sed rursus si tribulationum abundantiam cogitemus, et in qua ambulemus via cognoscamus (si tamen in illa ambulamus), quam sit angusta (Mt 7,14), et per pressuras atque tribulationes perducat ad réquiem sempiternam; quamque ipsa quae in rebus humanis vocatur felicitas, plus sit timenda quam miseria; quandoquidem miseria plerumque affert ex tribulatione fructum bonum, felicitas autem corrumpit animam perversa securitate, et dat locum diabolo tentatori: cum ergo cogitaverimus prudenter et recte, sicut salita victima, tentationem esse vitam humanam super terram (Iob 7,1), neminemque omnino esse securum, nec deberé esse securum, doñee ad illam patriam veniatur, unde nemo exit amicus, quo nemo admittitur inimicus, etiam nunc in ipsa Ecclesiae . gloria agnoscimus voces tribulationis nostrae; et tanquam membra Christi, compage charitatis subdita capiti nostro, et nos invicem retinentia, dicemus de Psalmis, quod hic dixisse invenerimus martyres qui fuerunt ante nos, quia tribulatio communis est ómnibus, ab initio usque in finem.

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Enarraciones sobre los Salmos

68, I, 2

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Oración del pueblo vejado

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pió hasta el fin. Sin embargo, el salmo que hemos emprendido exponer, y del que me propuse, en nombre del Señor, hablar a vuestra caridad, le veamos simbolizado en el grano de mostaza. Apartemos un tanto el pensamiento del crecimiento del arbusto y de la difusión de sus ramas y de aquella magnificencia en donde descansan las aves del cielo, y oigamos de qué pequeño origen provino al arbusto esta grandeza que nos arrebata. Cristo habla aquí; hablamos a los que conocen que Cristo habla no sólo como cabeza, sino también como cuerpo. Lo sabemos por sus mismas palabras, pues no se permite dudar que Cristo habla aquí. Estas son las palabras terminantes, que en su pasión tuvieron exacto cumplimiento: Me dieron hiél por comida y en mi sed me dieron a beber vinagre. Estas cosas se cumplieron al pie de la letra, y, además, como fueron predichas, así se cumplieron. Habiendo dicho Cristo pendiente de la cruz: Tengo sed, como se le hubiere dado vinagre en una esponja al decir estas palabras, probado, añadió: Todo está consumado, y así, inclinando la cabeza, entregó su espíritu, mostrando de este modo que todas las cosas que fueron pronosticadas se cumplieron en El. N o se permite entender aquí otra cosa. También los apóstoles, hablando de Cristo, adujeron testimonios de este salmo. ¿Quién se apartará del sentir de los apóstoles? ¿Qué cordero no sigue a los carneros? Luego Cristo habla aquí. Y más bien hemos de demostrar dónde hablan los miembros de El, a fin de que mostremos que aquí habla el Cristo total, que no dudar de que Cristo habla. 2 {v.l]. El título del salmo es el siguiente: Para el fin; en

favor de aquellos que han de ser cambiados; para David. Entiende que este cambio ha de ser en cosa mejor. El cambio puede hacerse en mejor o en peor. El de Adán y el de Eva se hizo en peor. Los que, procediendo de Adán y Eva, se unieron a Cristo, fueron cambiados en cosa mejor. Pues así como por un hombre (vino) la muerte, igualmente por un hombre (tuvo lugar) la resurrección de los muertos; y como en Adán mueren todos, así también todos son vivificados en Cristo. Lo que formó Dios, Adán lo cambió, pero en cosa peor, debido a su iniquidad. Lo que obró la iniquidad, lo cambian los creyentes, pero en cosa mejor, mediante la gracia de Dios. El mudarnos en cosa peor se debió a nuestra iniquidad. El mudarnos en cosa mejor no lo hace nuestra justicia, sino la gracia de Dios. Luego imputémonos a nosotros mismos el haber sido mudados en cosa peor; el serlo en cosa mejor es gloria de Dios. Este salmo (habla) en favor de los que han de ser cambiados. Y ¿de dónde procede este cambio si no es de la pasión de Cristo? La palabra pascha (pascua) se traduce al latín por transitus (paso). N o es nombre griego, sino hebreo. En la lengua griega suena pasión, porque padecer se escribe pasjein, pero, examinada la palabra hebrea pascha, significa otra cosa. La pascua recuerda el paso o el tránsito. Esto lo advirtió el evangelista San Juan, el cual, ante la inminencia de la pasión, al celebrar el Señor la cena en la que entregó el sacramento de su cuerpo y sangre, dice: Habiendo llegado la hora en la que Jesús había de pasar de este mundo al Padre. Luego expresó el tránsito de la pasión. Si no hubiera pasado desde aquí al Padre el que vino por causa de nosotros, ¿cómo hubiéramos podido pasar nosotros de

Tamen istum psalmum quem tractandum suscepimus, et de quo loqui Charitati Vestrae in nomine Domini proposuimus, in grano sinapis agnoscamus: paululum ab altitudine oleris et diffüsione ramorum, et ab illa gloria, ubi aves caeli requiescunt, avocemus cogitationem; et haec magnitudo quae nos delectat in olere, quam de parvo surrexerit audiamus. Christus enim hic loquitur (sed iam scientibus dicimus); Christus non solum caput, sed et Corpus. Ex ipsis verbis agnoscimus. Nam quia Christus hic loquitur, dubitare omnino non permittimur. Hic sunt enim expressa verba quae in eius passione completa sunt: Dederunt in escam meam fel, et in siti mea potaverunt me aceto: quando ista et ad litteram impleta sunt, et prorsus quomodo praedicta, sic reddita. Cumque ipse Christus dixisset, Sitio, pendens in cruce, et ad hoc verbum ei acetum in spongia datum esset, quo accepto dixit, Consummatum est, et sic inclinato capite tradidit spiritum (lo 19,28-30), ostendens ista omnia quae praedicta sunt in illo fuisse tune consummata; non licet hic aliud intelligere. Apostoli etiam loquentes de Christo, testimonia ex isto psalmo dederunt. Quis autem deviet a sententiis eorum? aut quis agnus non sequatur arietes? Ergo Christus hic loquitur: magisque nobis demonstrandum est ubi eius membra loquantur, ut ostendamus quia totus hic loquitur, quam dubitandum quod Christus loquatur. 2 [v.l]. Titulus Psalmi est: In finem, pro his qui commutabttntitr,

ipsi David. Nunc commutationem in melius audi: commutatio enim, vel in deterius est, vel in melius. Adam et Eva in deterius; qui ex Adam et Eva Christo adhaeserunt, in melius commutati sunt. Sicut enim per unum hominem mors, ita et per unum hominem resurrectio mortuorum: et sicut in Adam omnes moriuntur, sic et in Christo omnes vivificabuntar (1 Cor 15,21 et 22). Ab eo quod formavit Deus, mutatus est Adam; sed in peius iniquitatis suae: ab eo quod operata est iniquitas, mutantur fideles; sed in melius per gratiam Dei. Ut mutatemur in peius, nostra iniquitas fuit: ut mutaremur in melius, non nostra iustitia, sed gratia Dei praestat. Quod ergo in peius mutati sumus, nobis imputemus: quod in melius commutamur, Deum laudemus. Pro his ergo iste psalmus, qui commutahuntur. Unde autem ista commutatio facta est nisi ex passione Christi? Pascha ipsum latine Transitus interpretatur. Non est enim Pascha graecum nomen, sed hebraeum. Resonat quidem in graeca lingua passionem, quia trauxeív, pati dicitur; sed consukum hebraeum eloquium, aliud indicat. Pascha transitum commendat. Quod admonuit etiam Ioannes evangelista, qui imminente passione, cum veniret Dominus ad coenam qua commendavit sacramentum corporis et sanguinis sui, ita loquitur: Cum autem venisset hora, qua transiret Iesus de hoc mundo ad Patrem (lo 13,1). Expressit ergo transitum Paschae. Sed nisi ipse transiret hinc ad Patrem, qui propter nos venit, nos transiré

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Enarraciones sobre los Salmos

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aquí, q u e n o h e m o s descendido p a r a levantar algo, sino que hemos caído? P e r o El n o cayó, sino q u e descendió para levantar al q u e había caído. Luego se trata de su tránsito y del nuestro: de aquí, al P a d r e ; de este m u n d o , al reino de los cielos; de esta vida mortal, a la eterna; de la vida terrena, a la celeste; de la vida corruptible, a la incorruptible; de la familiaridad de las tribulaciones, a la perpetua seguridad. Por eso el título del salmo es en favor de los que han de ser cambiados. Luego notemos en el texto del salmo el m o t i v o de nuestro cambio, esto es, la pasión del Señor, y nuestra voz en m e d i o de las tribulaciones; la reconozcamos, gimamos. Y así, oyendo, conociendo y g i m i e n d o , nos cambiemos, para q u e se cumpla en nosotros el título del salmo: En favor de los que han de ser cambiados. 3 [ v . 2 ] . Sálvame, ¡oh Dios!, -porque las aguas han penetrado hasta mi alma. Ahora aquel g r a n o de mostaza es despreciado, pues parece que clama con voz paciente. Para nacer es sepultado; después se admirará el m u n d o d e la m a g n i t u d de la planta, de cuya semilla se mofaron los judíos. E n efecto, considerad que la semilla de mostaza es m e n u d í s i m a , oscura, despreciable; así se c u m p l e aquí lo que se dijo: Le vimos, y no tenia forma ni hermosura. D i c e q u e las aguas han p e n e t r a d o hasta su alma p o r q u e aquellas turbas, que designó p o r el h o m b r e d e aguas, de tal m o d o acrecentaron su poder, que dieron m u e r t e a Cristo. Prevalecieron hasta despreciarle, apresarle, atarle, insultarle, abofetearle, escupirle... ¿Hasta qué más? H a s t a matarle. Luego las aguas han penetrado hinc quomodo possemus, qui non propter aliquid levandum descendimus, sed cecidimus? Ipse autem non cecidit; sed descendit, ut eum qui ceciderat sublevaret. Transitus ergo, et illius, et noster, hinc ad Patrem; de hoc mundo ad regnum caelorum, de vita mortali ad vitam aeternam, de vita terrena ad vitam caelestem, de vita corruptibili ad incorruptibilem, de tribulationum conversatione ad perpetuara securitatem. Ideo, Pro his qui commutabuntw; Psalmi titulus est. Causam igitur commutationis nostrae, id est ipsam Domini passionem, nostramque in tribulationibus vocem in textu Psalmi advertamus, cognoscamus, congemiscamus: et audiendo, cognoscendo, congemiscendo, mutemur, ut impleatur in nobis titulus Psalmi, Pro his qui commutabuntur. 3 [v.2]. Salvum me fac, Deus, quoniam introierunt aquae usque ad animam meam. Granum illud est contemptum modo, quod videtur humiles daré voces. In horto obruitur, miraturo mundo oleris magnitudinem, cuius oleris semen contemptum est a Iudaeis. Revera enim considérate semen sinapis minutum, fuscum, aspernabile prorsus; ut ibi impleatur quod dictum est: Vidimus eum, et no» habebat speciem ñeque decorem (Is 53,2). Aquas autem intrasse usque ad animam suam dicit; quia potuerunt illae turbae, quas aquarum nomine significavit, huc usque praevalere, ut occiderent Christum. Praevaluerunt ad contemnendum, ad tenendum, ad ligandum, ad insultandum, ad colaphizandum, ad conspuendum. Adhuc quousque? Usque ad mortem. Ergo introierunt aquae usque ad animam meam. Hanc quippe vitam dixit animam suam, quousque

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hasta mi alma. Llamó alma a esta vida, a la q u e pudieron, ensañándose, acercarse. ¿Pero lo h u b i e r a n p o d i d o conseguir si El n o lo hubiera p e r m i t i d o ? Luego ¿cómo clama de este m o d o , apareciendo q u e soporta alguna cosa contra su propia voluntad, si no es p o r q u e la cabeza simboliza a sus miembros? El padeció porq u e quiso; p o r el contrario, los mártires padecen sin quererlo. Así predijo a San P e d r o su pasión: Cuando llegues a ser viejo, otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras. Por m á s q u e anhelemos unirnos a Cristo, con todo, n o q u e r e m o s morir; y por esto de b u e n a gana o, mejor dicho, p a c i e n t e m e n t e padecemos, ya que n o hay otro m e d i o de adherirnos a Cristo. Si p u d i é r a m o s llegar a Cristo p o r otro camino, es decir, a la vida eterna, ¿quién quisiera m o r i r ? El apóstol San Pablo, explicando en cierto lugar nuestra naturaleza, es decir, la u n i ó n del alma y del cuerpo, y la i n t i m i dad y trabazón de esta unión, dice q u e tenemos una casa n o hecha con manos, eterna en los cielos; es decir, una inmortalidad aparejada para nosotros, con la q u e hemos de revestirnos al fin, c u a n d o resucitemos de entre los m u e r t o s ; y añade que quienes estamos en esta naturaleza actual, no queremos desvestirnos, sino sobrevestirnos, de suerte que lo mortal sea absorbido por la vida. Si p u d i e r a suceder, dice, q u e r r í a m o s hacernos inmortales, de m o d o que, llegando la inmortalidad siendo lo que somos, nos cambiase, de suerte que esto mortal nuestro fuese absorbido p o r la vida sin pasar el cuerpo p o r la m u e r t e , t o m a n d o así al fin la segunda vestidura. A u n q u e pasemos actualmente de los males a los bienes, sin e m b a r g o , este tránsito es u n tanto a m a r g o y tiene la hiél que los judíos dieron a beber al Señor en la pasión; y tiene t a m b i é n illi accederé saeviendo potuerunt. Sed numquid hoc possent, nisi ab ipso permitterentur? Unde ergo tanquam aliquid invitus patiatur sic clamat, nisi quia caput membra sua praefigurat? Passus est quippe ille, quia voluit; martyres vero, etiamsi noluerunt. Petro namque ita praedixit passionem suam: Cum senueris, inquit, alius te praecinget, et feret quo tu non vis (lo 21,18). Quanquam enim Christo inhaerere cupiamus, mori tamen nolumus; et ideo libenfer, vel potíus patienter patimur, quia alius transitus non datur, per quem Christo cohaereamus. Nam si possemus aliter pervenire ad Christum, id est ad vitam aeternam, quis vellet mori? Naturam quippe nostram, id est consortium quoddam animae et corporis; et quamdam in his duobus familiaritatem conglutinationis atque compaginis exponens quodam loco Apostolus, ait habere nos domum non manufactam, aeternam in caelis; id est immortalitatem praeparatam nobis, qua induendi sumus in fine, cum resurrexerimus a mortuis; et ait: In quo nolumus spoliari, sed supervestiri, ut absorbeatur moríale a vita (2 Cor 5,1.4). Si fieri posset, sic vellemus, ait, fieri immortales, ut iam veniret ipsa immortalitas, et modo sicut sumus mutaret nos, ut mortale hoc nostrum a vita absorberetur, non per mortem Corpus poneretur, ut in fine iterum reciperetur. Quamvis ergo a malis ad bona transeamus; tamen ipse transitus aliquantum amarus est, et habet fel, quod dederunt Domino in passione Iudaei, habet acre quiddam toleran-

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cierta acidez que debe ser tolerada, en la cual se hallan representados los q u e le dieron a bebe vinagre. Luego, prefigurándonos y transformándonos en sí, dice: Sálvame, ¡oh Dios!, porque las aguas han penetrado hasta mi alma. P u d i e r o n matar los que persiguieron, p e r o n o tuvieron p o d e r para más. Por eso con antelación nos a m o n e s t ó el Señor, diciendo: No temáis a los que matan el cuerpo y no tienen poder para más cosas; temed a Aquel que tiene potestad para matar el alma y el cuerpo y arrojarlos al fuego del infierno. Despreciamos con el mayor temor las cosas más pequeñas y desdeñamos las cosas temporales p o r el mayor anhelo de eternidad. En este m u n d o , las cosas temporales son dulces, y las tribulaciones amargas; p e r o ¿quién n o beberá la copa de las tribulaciones temporales t e m i e n d o el fuego del infierno y quién n o despreciará la dulzura del m u n d o codiciando la dulzura de la vida eterna? Luego clamemos desde a q u í para q u e seamos librados, n o sea q u e en las aflicciones consintamos en la iniquidad e irreparablemente seamos absorbidos p o r ella. Sálvame, ¡oh Dios!, porque las aguas han penetrado hasta mi alma, 4 [ v . 3 ] . Estoy atollado en el lodo del profundo, y no hay sustancia. ¿A q u é llama lodo? ¿Por v e n t u r a a los m i s m o s que le persiguieron? El h o m b r e fue hecho del lodo. Estos, p e r d i e n d o la justicia, se hicieron lodo del profundo. T o d o el q u e n o consiente a las insinuaciones de los q u e le persiguen y desean arrastrar a la iniquidad, hace oro de su cieno, pues merecerá convertir su lodo en naturaleza celeste y hacerse c o m p a ñ e r o de aquellos de quienes dice el título del salmo: En favor de los que serán cambiados.

Pero, siendo éstos lodo del profundo, encallé en ellos, es decir, m e apresaron, prevalecieron sobre m í , m e mataron. L u e g o me atollé en el lodo del profundo, y no hay sustancia. ¿Qué significa no hay sustancia? ¿Por ventura q u e el lodo n o es una sustancia? ¿O qué, encallando yo, dejé de ser sustancia? ¿Qué significa me atollé? ¿Acaso q u e d ó Cristo adherido de este m o d o ? ¿O es q u e se adhirió, m a s n o c o m o se lee en el libro de J o b : La tierra fue entregada en manos de los impíos? ¿O quizá fue atollado en c u a n t o al cuerpo, p o r q u e p u d o ser apresado y crucificado? Pues, si n o hubiera sido sujetado con clavos, n o hubiera sido crucificado. Luego ¿cómo n o es sustancia? ¿ N o es sustancia el lodo? Entenderemos, si podemos, q u é significa no hay sustancia si prim e r a m e n t e e n t e n d e m o s qué es sustancia. Se llaman sustancias las riquezas. Según esto, decimos: T i e n e o n o tiene sustancia, es decir, tiene hacienda o p e r d i ó su hacienda. ¿Pero h e m o s de creer q u e se dijo no hay sustancia, es decir, n o hay riquezas, c o m o si ahora se tratase de riquezas o de una cuestión de dinero? ¿O es q u e quizá se dijo así p o r q u e el l i m o era pobreza, y n o será riqueza sino sólo cuando participemos de la eternidad? Entonces habrá verdaderas riquezas c u a n d o n o nos falte nada. Puede, p o r tanto, entenderse estoy atollado en el lodo del profundo, y no hay sustancia, a t e n d i e n d o al significado q u e he d a d o a la palabra, c o m o si se dijera: H e caído en la pobreza. P o r q u e m á s adelante se dice en este salmo: Yo soy pobre y afligido. Y el Apóstol dice: Cristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros para que con su pobreza os enriquecieseis vosotros. Luego quizá el Señor, q u e r i e n d o reco-

dum, quo ostenduntur qui eum aceto potaverunt (Mt 27,34). Praefigurans ergo, et transformans in se nos ipsos, hoc ait: Salvum me fac, Deus, quoniam introierunt aquae usque ad animam meam. Potuerunt qui persecuti sunt etiam occidere; sed amplius quid faciant non habebunt. Praemisit enim exhortationem ipse Dominus dicens: Nolite timere eos qui corpus occidunt, et amplius non habent quid faciant; sed eum úmete qui habet potestatem, et corpus et animam occidere in gehenna ignis (Ib. 10,28). Maiore timore minora contemnimus, et maiore aeternitatis cupiditate omnia temporalia fastidimus. Nam hic et deliciae temporales dulces sunt, et tribulationes temporales amarae sunt: sed quis non bibat tribulationis temporalis poculum, metuens ignem gehennarum; et quis non contemnar dulcedinem saeculi, inhians dulcedini vitae aeternae? Hinc ergo ut liberemur clamemus, ne forte in ptessuris consentiamus iniquitati, et veré irreparabiliter sorbeamur: Salvum me fac, Deus, quoniam introierunt aquae usque ad animam meam. 4 [v.5]. Infixus sum in limo projundi, et non est substantia. Quid dicit limum? an ipsos qui persecuti sunt? De limo enim factus est homo (Gen 2,7). Sed isti, cadendo a iustitia, limus profundi facti sunt; quibus persequentibus et ad iniquitatern trahere cupientibus quisquís non consenserit, de limo suo aurum facit. Merebitur enim limus ipsius convertí in habitudinem caelestem, et socius fieri eorum de quibus dicit titulus Psalmi: Pro bis qui commutabuntur. Isti autem eum limus pro-

fundi essent, haesi in illis; id est tenuerunt me, praevaluetunt mihi, occiderunt me. Infixus ergo sum in limo profundi, et non est substantia. Quid est hoc, non est substantia? Numquidnam ipse limus non est substantia? An, ego inhaerendo factus sum non esse substantia? Quid est ergo, Infixus sum? Numquidnam sic haesit Christus? Aut vero haesit, ac non, sicut dictum est in libro Iob, Tena tradita est in manus impii (Iob 9,24). An secundum corpus infixus est, quia teneri potuit, et ipsam crucifixionem habebat? Nisi enim clavis fixus esset, crucifixus non esset. Unde ergo non est substantia? An limus ille non est substantia? Intelligemus ergo, si potuerimus, quid sit, et non est substantia, si prius intellexerimus quid sit substantia. Substantia quippe dicitur et divitiarum: secundum quam dicimus, Habet substantiam, et, Perdidit substantiam. Sed numquid hoc putabimus hic dictum esse, et non est substantia, id est, non sunt divitiae, quasi modo aliquid de divitiis ageretur, aut aliqua quaestio de divitiis haberetur? An forte quia ille ipse limus paupertas erat, et divitiae non erunt, nisi quando aeternitatis participes effecti fuerimus? Tune sunt enim verae divitiae, quando nobis nihil deerit. Potest etiam secundum huius verbi intellectum accipi sensus iste, ut diceretur, Infixus sum in limo profundi, et non est substantia, id est ad paupertatem perveni. Nam hic dicit: Pauper et dolens ego sum; dicit et Apostolus: Quoniam propter vos pauper factus est, eum dives esset, ut ittius paupertate vos ditaremini (2 Cor 8,9)- Ergo paupertatem

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m e n d a r n o s su pobreza, dijo: N o hay sustancia. Pues llegó a la extrema pobreza c u a n d o se revistió de la forma de siervo. ¿Cuáles son sus riquezas? Tener la forma de Dios y no juzgar rapiña el ser igual a Dios. Estas son las riquezas inmensas en extremo. Luego, ¿de d ó n d e se le origina esta pobreza? De que se anonadó a si mismo, tomando la jornia de siervo; y de hallarse en hábito de hombre, humillándose hasta hacerse obediente hasta la muerte, de suerte q u e p o r esto dijera: Las aguas penetraron hasta mi alma. A ñ a d e algo m á s que la m u e r t e . ¿Qué m á s hay que añadir? La ignominia de la m u e r t e . Por eso prosigue: Hasta la muerte de cruz. ¡Suma pobreza! P e r o de aquí d i m a n a n las inmensas riquezas, p o r q u e así como se saturó de pobreza, así nos sació de r i q u e zas con su pobreza. ¡Cuántas riquezas tiene debido a su p o breza para enriquecernos! ¡Cuan ricos nos hará con sus riquezas si nos enriqueció con su pobreza! 5. Estoy atollado en el lodo del profundo y no hay sustancia. La palabra sustancia tiene también otro sentido, aquel q u e expresa q u e somos lo que somos. Este es más difícil de entender aunq u e sea usual. Pero c o m o es una palabra inusitada, necesita de una ligera consideración y exposición. Si atendéis, quizá n o nos esforcemos al tratar de exponerla. El h o m b r e , la bestia, la tierra, el cielo, el sol, la luna, la piedra, el aire, todos son sustancias en lo m i s m o que son. Las naturalezas son sustancias. Dios es cierta sustancia, p o r q u e lo que n o es sustancia no es nada. La sustancia es u n ser. D e aquí que en la fe católica de tal m o d o nos prevesuam volens Dominus nobis commendare, fortasse dixerit, non est substantia. Ad summam enim paupertatem pervcnit, quando formam servi induit. Divitiae eius quae sunt? Qui cum in forma Dei esset, non rapinam arbitratus est esse aequalis Deo. Hae magnae incomparabilesque divitiae. Unde ergo ista paupertas? Quia semetipsum exinanivit formam servi accipiens, in similitudinem hominum factus, et habita inventus ut homo; humiliavit se, factus obediens usque ad mortem: ut diceret, Introierunt aquae usque ad animam meam. Adde super mortem: quid amplius additurus es? Ignominiam mortis. Ideo sequitur: Mortem autem crucis (Phil 2,6.8). Magna paupertas! Sed hinc erunt magnae divitiae; quia sicut impleta est paupertas eius, ita implebuntur et divitiae nostrae de paupertate ipsius. Quantas dividas habet, ut de sua paupertate nos divites faceret! Quales nos factutus est de divitiis suis, quos divites fecit de paupertate sua! 5. Infixus sum in limo profundi, et non est substantia. Intelligitur alio modo substantia, illud quod sumus quidquid sumus. Sed hoc ad intelligendum aliquanto est difficilius, quanquam res usitatae sint: sed quia inusitatum verbum est, indiget commendationis et expositionis aliquantulae; cui tamen si intenti fueritis, fortassis in ea non laborabimus. Dicitur homo, dicitur pecus, dicitur tetra, dicitur caelum, dicitur sol, luna, lapis, mare, aer: omnia ista substantiae sunt, eo ipso quo sunt. Naturae ipsae, substantiae dicuntur. Deus est quaedam substantia; nam quod nulla substantia est, nihil omnino est. Substantia ergo aliquid esse

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nimos contra el v e n e n o de algunos herejes, q u e decimos: El Padre, el H i j o y el Espíritu Santo son una sola sustancia. ¿Qué quiere decir son una sola sustancia? Q u e , p o r ejemplo, si el P a d r e es oro, oro es el H i j o y oro es el Espíritu Santo. Lo q u e es el Padre en c u a n t o q u e es Dios, esto es el H i j o y el Espíritu Santo. El ser Padre n o es ser lo q u e es (es decir, n o es sustancia, sino relación), p o r q u e n o se llama P a d r e p a r a sí, sino para el H i j o ; para sí es D i o s , ya que, p o r lo que es Dios, es sustancia. Y c o m o el H i j o tiene la m i s m a sustancia, sin duda el H i j o es D i o s . P e r o c o m o p o r lo q u e es Padre n o es n o m b r e d e sustancia, sino de relación al H i j o , por eso n o decimos q u e el H i j o es Padre, así c o m o decimos q u e el H i j o es D i o s como es el Padre. P r e g u n t a s : ¿Qué es el Padre? Se te r e s p o n d e : Dios. P r e g u n t a s : ¿Qué es el Hijo? I g u a l m e n t e se te r e s p o n d e : Dios. P r e g u n t a s sin relación a nada: ¿Qué es el P a d r e y el Hijo? D e l m i s m o m o d o se te r e s p o n d e : Dios. H a s p r e g u n t a d o sobre el ser del P a d r e ; Dios, se te ha respondido. H a s p r e g u n t a d o sobre el ser del H i j o ; D i o s , ha sido la respuesta. H a s p r e g u n t a d o sobre el ser del P a d r e y del H i j o ; D i o s y n o Dioses, ha sido la contestación. N o al p a r q u e en los h o m b r e s ; pues p r e g u n t a s q u é sea el patriarca A b r a h á n . H o m b r e , se responde, y se responde a t e n d i e n d o a su sustancia. P r e g u n t a s q u é sea su hijo Isaac, y se r e s p o n d e : H o m b r e . D e la m i s m a sustancia son A b r a h á n e Isaac. Preguntas q u é sean A b r a h á n e Isaac, y n o se contesta: H o m b r e , sino: H o m b r e s . En las personas divinas n o es así. Pues tanta es allí la u n i ó n de sustancias, q u e n o es pluralidad, sino unidad. Si se te dijese: Mira q u e m e has dicho q u e el H i j o es lo q u e es el P a d r e ; p o r tanto, el H i j o es el Padre, respondeest. Unde etiam in Fide catholica, contra venena quorumdam haereticorum sic aedificamur, ut dicamus Patrem, et Filium, et Spiritum sanctum unius esse substantiae. Quid est, unius substantiae? Verbi gratia: si aurum est Pater, autum et Filius, autum et Spiritus sanctus. Quidquid est Pater quod Deus est, hoc Filius, hoc Spiritus sanctus. Cum autem Pater est, non illud est quod est. Pater enim non ad se, sed ad Filium dicitur: ad se autem Deus dicitur. Itaque eo quod Deus est, hoc ipso substantia est. Et quia eiusdem substantiae Filius, procul dubio et Filius Deus. At vero quod Pater est; quia non substantiae nomen est, sed refertur ad Filium, non sic dicimus Filium Patrem esse, quomodo dicimus Filium Deum esse. Quaeris quid sit Pater: respondetur, Deus. Quaeris quid sit Filius: respondetur, Deus. Quaeris quid sit Patet et Filius: respondetur, Deus. De solo Patre interrogatus, Deum responde: de solo Filio intetrogatus, Deum responde: de utroque interrogatus, non déos, sed Deum responde. Non sicut in hominibus. Quaeris quid sit patet Abraham: respondetur, Homo; substantia eius respondetuf. Quaeris quid sit filius eius Isaac: respondetur, Homo; eiusdem substantiae Abraham et Isaac. Quaeris quid sit Abraham et Isaac: non tespondetur, Homo; sed Homines. Non sic in divinis. Tanta enim ibi est substantiae societas, ut aequalitatem admittat, pluralitatem non admittat. Si ergo tibi dictum fuerit, Cum dicis mihi Filium hoc esse quod Pater est, ptofecto et Filius Patet est; respon-

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rías: En c u a n t o a la sustancia, te dije q u e el H i j o es lo m i s m o q u e es el Padre, n o en c u a n t o q u e hace relación a otro. Atend i e n d o a sí, se dice D i o s ; a t e n d i e n d o al P a d r e , se llama H i j o . I g u a l m e n t e , el Padre, a t e n d i e n d o a sí, es D i o s ; con relación al H i j o , es Padre. El Padre, en la relación al H i j o , n o es H i j o , y el H i j o , en relación al Padre, n o es Padre. Por lo que toca al Padre en sí m i s m o y al H i j o en sí m i s m o , lo m i s m o es el Padre que el H i j o ; es decir, Dios. Luego ¿qué significa no hay sustancia? Conforme a este concepto de sustancia, ¿cómo p o d r e m o s entender esta sentencia del salmo: Estoy atollado en el lodo del profundo, y no hay sustancia? D i o s hizo al h o m b r e ; hizo una sustancia; y ¡ojalá hubiera p e r m a n e c i d o como Dios la hizo! Si hubiese permanecido el h o m b r e como D i o s le hizo, n o hubiera atollado en el lodo del profundo aquello q u e - D i o s hizo. E n fin, como el h o m b r e por la iniquidad cayó del ser en que fue hecho, y la iniquidad n o es sustancia, pues n o es una naturaleza creada p o r Dios, sino una perversidad q u e hizo el h o m b r e , p o r eso vino el H i j o de D i o s al lodo del p r o f u n d o y se atolló, y n o había sustancia en la cual se atolló, p o r q u e se atolló en la iniquidad del hombre. Se atolló en el lodo del -profundo, y no hay sustancia. T o das las cosas fueron hechas p o r El, y sin El nada fue hecho. T o das las naturalezas fueron hechas p o r El, p e r o n o la iniquidad, porque ésta n o fue hecha. Las sustancias fueron hechas p o r El y le alaban. La creación q u e alaba a D i o s se c o n m e m o r a toda ella por los tres jóvenes en el h o r n o de fuego, pues el h i m n o de alabanza de los que adoran a D i o s se extiende desde las criaturas terrestres a las celestes o desde éstas a aquéllas. N o p o r q u e estas de: Secundum substantiam tibí dixi hoc esse Filium quod Pater est, non secundum id quod ad aliud dicitur. Ad se enim Deus dicitur, ad Patrem Filius dicitur. Rursusque Pater ad se Deus dicitur, ad Filium Pater dicitur. Quod dicitur ad Filium Pater, non est Filius: quod dicitur Filius ad Patrem, non est Pater: quod dicitur ad se Pater, et Filius ad se, hoc est Pater et Filius, id est Deus. Quid est ergo, non est substantia? Secundum hunc intellectum substantiae, quomodo poterimus intelligere ¡starn Psalmi sententiam: Infixus sitm in limo profundi, et non est substantia? Deus fecit hominem; substantiam fecit: atque utinam maneret in eo quod Deus fecit! Si maneret homo in eo quod Deus fecit, non in illo infixus esset quem Deus genuit. Porro autem quia per iniquitatem homo lapsus est a substantia in qua factus est (iniquitas quippe ipsa non est substantia; non enim iniquitas est natura quam formavit Deus, sed iniquitas est perversitas quam fecit homo): venit Filius Dei ad limum profundi, et infixus est; et non erat substantia in qua infixus est; quia in iniquitate illorum infixus est. Infixus sum in limo profundi, et non est substantia. Omnia per ipsum facta sunt, et sine ipso factum est nihil (lo 1,3). Naturae omnes per ipsum factae sunt: iniquitas per ipsum facta non est, quia iniquitas facta non est. Substantiae illae per eum factae sunt quae laudant eum. Universa creatura laudans Deum, a tribus pueris in camino commemoratur; et a

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criaturas t e n g a n la facultad de alabar, sino p o r q u e todas ellas, bien pensado, excitan a alabanza y el corazón se encamina, al considerar la creación, a cantar u n h i m n o de alabanza al Creador. Todas las criaturas alaban a D i o s , p e r o las q u e hizo El. ¿Por vent u r a observáis que en aquel h i m n o alabe a D i o s la avaricia? Le alaba la serpiente, m a s n o le alaba la avaricia. Allí se n o m b r a r o n todos los reptiles en alabanza del Señor, p e r o n o fue n o m b r a d o vicio alguno. Los vicios d i m a n a n de nosotros y p r o c e d e n de nuestra voluntad y n o son sustancias. En ellos se atolló el Señor cuand o padeció persecución; en los vicios de los judíos, m a s n o en la sustancia de los h o m b r e s , q u e fue hecha p o r El. Me atolló—dice—• en el lodo del profundo, y no hay sustancia. M e atollé y n o encontré lo que hice. 6. He llegado a alta mar, y la tempestad me sumergió. Demos gracias a la misericordia de A q u e l q u e llegó a alta m a r y se d i g n ó entregarse a ser devorado p o r el cetáceo m a r i n o , p e r o que fue devuelto al tercer día. Llegó a alta mar, en donde, h a b i e n d o naufragado nosotros, nos hallábamos sumergidos. Allí v i n o El, y le sumergió la tempestad, p o r q u e allí soportó las olas h u m a n a s , las tempestades, las voces de los q u e d e c í a n : ¡Crucifica, crucifica! Pues al decir Pilato: No encuentro en este hombre causa alguna por la que deba morir, a u m e n t ó la gritería, diciendo: ¡Crucifica, crucifica! Arreció la tempestad hasta ser s u m e r g i d o el q u e había venido a alta mar. Y el Señor, q u e n o sólo n o se h u n d i ó al caminar sobre las aguas, p e r o ni p e r m i t i ó q u e se h u n d i e r a San Pedro, terrenis ad caelestia, vel a caelestibus ad terrena hymnus Iaudantium Deum pervenit (Dan 3,24-90). Non quo cuneta ista habeant sensum laudandi; sed quia cuneta bene cogitata laudem pariunt, et impletur cor consideratione creaturae ad eructandum hymnum Creatori. Laudant omnia Deum, sed quae fecit Deus. Numquid in illo hymno advertistis quod avaritia laudet Deum? Laudat ibi Deum et serpens; avaritia non laudat. Omnia quippe repentia nominata ibi sunt in laude Dei: nominata sunt omnia repentia; sed non sunt ibi nominata aliqua vitia. Vitia enim ex nobis et ex nostra volúntate habemus; et vitia non sunt substantia. In his infixus est Dominus, quando persecutionem passus est; in vitio Iudaeorum, non in substantia hominum quae per illum facta est. Infixus sum, inquit, in limo profundi, et non est substantia. Infixus sum, et non inveni quod feci. 6. Veni in altitudinem maris, et tempestas demersit me. Gratias ipsius misericordiae qui venit in altitudinem maris, et glutiri a marino ceto dignatus est: sed evomitus est tertio die (Mt 12,40). Venit in altitudinem maris, in qua altitudine nos depressi eramus, in qua altitudine nos naufragium passi eramus: venit illuc ipse, et tempestas demersit illum; quia fluctus ibi passus est, ipsos homines; tempestates, voces dicentium, Crucifige, crucifige. Dicente Pilato, Non invenio causam ullam in hoc homine quare occidendus sit, invalescebant voces dicentium, Crucifige, crucifige (lo 19,6). Augebatur tempestas, doñee demergeretur qui venerat in altitudinem maris. Et passus est Dominus Ínter manus Iudaeorum, quod non est passus eum super aquas ambularet (Mt 14,25);

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se s u m e r g i ó en las m a n o s de los judíos. He venido a alta mar, y la tempestad me sumergió, 7 [ v . 4 ] . Me cansé de clamar; enronquecieron mis fauces. ¿ D ó n d e y c u á n d o sucedió esto? P r e g u n t e m o s al Evangelio. E n este salmo vemos expuesta la pasión de nuestro Señor. Ciertamente sabemos q u e padeció, q u e p e n e t r a r o n las aguas hasta su alma, puesto q u e leemos y creemos q u e las del p u e b l o prevalecieron hasta matarle; q u e se s u m e r g i ó en la tempestad, p o r q u e sabemos q u e prevaleció la sedición q u e se levantó para matarle; p e r o q u e se cansó voceando y q u e enronquecieron sus fauces, n o sólo n o lo leemos, sino q u e leemos todo lo contrario, p u e s t o que n o les contestó palabra alguna, a fin de q u e se cumpliese lo q u e se dijo en otro salmo: Me hice como hombre que no oye y que no tiene réplica en su boca; y t a m b i é n lo -que se profetizó p o r Isaías: Como oveja fue conducido al matadero, y como cordero ante el esquilador, así no abrió su boca. Si se hizo c o m o h o m b r e que n o oye ni replica, entonces, ¿cómo se cansó voceando, y enronqueció su garganta? ¿O es que calló p o r q u e estaba ronco, y entonces en vano habría clamado? N o ignoramos, conforme nos dice el salm o , la voz q u e dio en la cruz: ¡Oh Dios, Dios mío!, ¿por qué me abandonaste? P e r o ¿tan fuerte fue esta voz o tan prolongada q u e llegó a enronquecer su garganta? Por largo t i e m p o clamó: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos! Insistentemente gritó: ¡Ay del mundo en cuanto al escándalo! C i e r t a m e n t e q u e clamaba como ronco, y por eso n o le e n t e n d í a n cuando decían los j u d í o s : ¿Qué quod non solum ipse passus non erat, sed nec Petrum pati permiserat. Veni in altitudinem maris, et tempestas demersit me. 7 [v.4]. Laboravi clamans; raucae factae sunt fauces meae. Hoc ubi? hoc quando? Interrogemus Evangelium. Passionem quippe Domini nostri in hoc psalmo cognoscimus. Et quidem passum eum novimus; intrasse aquas usque ad animam eius, quia populi praevaluerunt usque ad raortem eius, legimus, credimus; tempestate illum demersum esse, quia praevaluit seditio ad eum occidendum, agnoscimus: verum et laborasse eum clamando, et raucas factas esse fauces illius, non solum non legimus, sed etiam contra legimus, quia non respondebat eis verbum, ut impleretur quod in alio psalmo dictum est, Factus sum quasi homo non audiens, et non habens in ore suo reiargutiones (Ps 37,15); et quod in Isaia prophetatum est, Sicut ovis ad immolandum ductus est, et sicut agnus coram tondente se, sic non a-peruit os suum (Is 53,7). Si factus est sicut homo non audiens, et non habens in ore suo redargutiones, quomodo laboravit clamans, et raucae factae sunt fauces eius? An ideo iam tune tacebat, quia raucus erat, qui sine causa tantum clamaverat? Et illam quidem eius vocem de psalmo quodam in cruce novimus: Deus, Deas meas, utquid me dereliquisti? (Ps 21,2). Sed quanta illa vox fuit, aut quam diuturna, ut in ea raucae factae essent fauces eius? Diu clamavit, Vae vobis scribae, et Pharisaei (Mt 23,13.14): diu clamavit, Vae mundo ab scandalis (Ib. 18,7). Et revera quomodo raucus clamabat, et ideo non intelügebatur, quando dicebant Iudaei: Quid est

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es lo que dice? Duro es este discurso; ¿quién puede oírle? No sabemos lo que dice. El p r o n u n c i a b a todas las palabras, p e r o para ellos tenía ronca la garganta, p o r q u e n o e n t e n d í a n sus voces. Me cansé de clamar; enronquecieron mis fauces. 8. Desfallecieron mis ojos esperando en mi Dios. N o p e r m i ta Dios q u e se tome esto de la persona de la Cabeza. N o desfallecieron los ojos esperando en su D i o s , en A q u e l en q u i e n estaba Dios reconciliando al m u n d o consigo y en A q u e l que siendo V e r b o se hizo carne y h a b i t ó entre nosotros p a r a q u e n o sólo estuviese Dios en él, sino q u e El m i s m o fuese Dios. Luego n o sucedió esto en El; n o desfallecieron esperando en D i o s los ojos de nuestra Cabeza, sino q u e desfallecieron los ojos de su cuerpo, es decir, de sus miembros. Esta voz es de los m i e m b r o s , esta voz es del cuerpo, n o de la Cabeza. ¿Cómo la encontraremos en su cuerpo, en sus miembros? ¿A q u é decir más, a q u é recordar otra cosa? C u a n d o padeció, c u a n d o m u r i ó , todos los discípulos desconfiaron de q u e El fuese el Cristo. Los apóstoles fueron vencidos p o r el ladrón, el cual creyó, c u a n d o ellos desfallecieron. C o n t e m p l a a sus m i e m bros desconfiando; ve a aquellos dos, de los cuales u n o de ellos fue Cleofás, a quienes después de la resurrección e n c o n t r ó en el c a m i n o h a b l a n d o e n t r e sí, teniendo sus ojos velados, p o r lo cual n o le reconocieron. ¿Cómo p o d r í a n reconocerle p o r la m i r a d a del cuerpo c u a n d o titubeaba la m e n t e ? Acontecía a los ojos del cuerpo cosa parecida a su m e n t e . H a b l a b a n entre sí, y, c u a n d o les p r e g u n t ó de q u é cosa hablaban, respondieron: ¿Tú solo eres forastero en ]erusalén? ¿No sabes cómo Jesús el Nazareno, poquod dicit? Durus est hic sermo; quis potest illum audire? Non scimus quid dicat (lo 6,61, et 16,18). Ule omnia verba dicebat; sed illis raucae fuerunt fauces eius, qui voces eius non intelligebant. Laboravi clamans; raucae factae sunt fauces meae. 8. Defecerunt oculi mei ab sperando in Deum meum. Absit ut hoc de persona capitis accipiatur: absit ut defecerint oculi eius ab sperando in Deum eius, in quo magis Deus erat mundum reconcilians sibi (2 Cor 5,19), et qui Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (lo 1,14), ut non solum Deus in illo esset, sed etiam ipse Deus esset. Non ergo ita; non ipsius capitis nostri oculi defecerunt ab sperando in Deum eius; sed defecerunt oculi eius in corpore eius, id est in membris eius. Haec vox membrorum est, haec vox corporis est, non capitis. Quomodo ergo eam in eius corpore membrisque invenimus? Quid aliud dicam? quid aliud commemorem? Quando passus est, quando mortuus est, omnes discipuli desperaverunt quod ipse esset Christus. A latrone Apostoli victi sunt, qui tune credidit, quando illi defecerunt (Le 23,42). Vide membra eius desperantia; attende dúos illos quos post resurrectionem invenit in via colloquentes secum, quorum unus erat Cleophas, quando detinebantur oculi eorum ne eum agnoscerent. Quomodo enim oculis agnoscerent, a quo mente titubarant? Factum erat aliquid in oculis eorum simile mentís ipsorum. Loquebantur enim inter se, et eum ab eo compellarentur unde loquerentur, responderunt: Tu solus peregri-

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deroso en palabras y en hechos, ha sido matado por los ancianos y príncipes de los sacerdotes? Nosotros esperábamos que El había de redimir a Israel. H a b í a n esperado, p e r o n o esperaban. D e s fallecieron sus ojos esperando en su Dios. Luego El se transfiguró en ellos al decir: Desfallecieron mis ojos esperando en mi Dios. Pero les devolvió esta esperanza cuando les ofreció a palpar sus cicatrices. A l ser tocadas p o r T o m á s , le devolvieron la esperanza perdida y exclamó: ¡Señor mío y Dios mío! Desfallecieron tus ojos esperando en tu Dios; palpaste las cicatrices, y encontraste a tu D i o s ; tocaste la forma de siervo, y reconociste a tu Dios. A éste, sin e m b a r g o , dijo el Señor: Porque me viste creíste; y, presagiándonos a nosotros con la palabra de su misericordia, añade: Bienaventurados los que no ven y creen. Desfallecieron mis ojos esperando en mi Dios. 9 [ v . 5 ] . Se multiplicaron sobre los cabellos de mi cabeza los que me odiaron sin causa. T a n t o se han multiplicado, q u e hasta u n o de los D o c e se adhirió a ellos. Se multiplicaron sobre los cabellos de mi cabeza los que me odiaron sin causa. C o m p a r ó a sus enemigos con los cabellos de su cabeza. C o n razón fueron raídos c u a n d o fue crucificado en el lugar de la Calavera. T o m e n los m i e m b r o s esta voz p o r suya, a p r e n d a n a ser odiados sin m o tivo. Pues si es necesario, ¡oh cristiano!, q u e te odie el m u n d o , ¿por q u é n o haces q u e te odie sin causa, a fin d e que en el cuerp o de tu Señor y en este salmo q u e habla de su c u e r p o reconozcas tu voz? ¿ C u á n d o te odiará gratis el m u n d o ? C u a n d o n o le persigas, y, n o obstante, p o r El seas odiado. Esto es ser odiado

sin motivo, sin causa. Poco es que te odie el m u n d o sin causa; ofrécete a ser odiado devolviéndote males p o r bienes. Se robustecieron mis enemigos, los cuales me persiguieron injustamente. Lo q u e dijo antes: Se multiplicaron sobre los cabellos de mi cabeza, lo repite ahora al decir: Se robustecieron mis enemigos; y lo que añadió a n t e r i o r m e n t e : Los que me odiaron sin causa, lo dice ahora así: Quienes me persiguieron injustamente, porque sin razón o sin causa es lo m i s m o q u e injustamente. Esta es la voz de los mártires a t e n d i e n d o al motivo, n o a la pena. Pues n o es gloria padecer persecución, ser apresado, flagelado, encarcelado, proscrito, m a t a d o ; pero, c u a n d o esto se padece p o r una buena causa, es una gloria. La gloria se halla en la bondad de la causa, n o en la acerbidad de la pena. Pues p o r grandes q u e sean los suplicios de los mártires, ¿acaso p o d r á n igualarse a los suplicios de todos los ladrones, de todos los impíos, de todos los criminales? ¿Pues qué? ¿ T a m b i é n odia el m u n d o a éstos? C i e r t a m e n t e los odia. Pues sobrepasan la m e d i d a de la malicia c o m ú n del m u n d o y en cierto m o d o son ajenos a la m i s m a sociedad de los hombres m u n d a n o s al trastornar la paz terrena, y p o r eso padecen m u c h o s males, y n o sin razón. En fin, observa la voz de aquel ladrón que pendía en la cruz a c o m p a ñ a n d o al Señor, el cual, al ver q u e el otro ladrón crucificado t a m b i é n insultaba al Señor, diciendo: Si eres Hijo de Dios, líbrate de la cruz, le r e p r e n d i ó , diciéndole: Tú no temes a Dios, estando, con todo, en el mismo suplicio que El, a pesar de que nosotros estamos, por cierto, justamente, debido a nuestros crímenes. V e d q u e n o padecía sin razón, pero p o r la confesión arrojó de sí la p o d r e d u m b r e y se hizo ca-

naris in lerusalem? Nescis quae jacta sunt, quomodo lesus Nazarenas, potens in factis et dictis, occisus est a senioribus et principibus sacerdotum? Et nos sperabamus quod ipse erat redempturus Israel (Ib. 24, 13-21). Speraverant, et non sperabant. Defecerunt oculi eorum ab sperando in Deum ipsorum. Ipsos ergo in se transfiguravit dicendo: Defecerunt oculi mei ab sperando in Deum meum. Hanc spem reddidit, quando cicatrices palpandas obtulit; quas cum tetigisset Thomas, rediit ad spem quam perdiderat, et exclamavit: Dominus meus, et Deus meus. Defecerunt oculi tui ab sperando in Deum tuum: palpasti cicatrices, et invenisti Deum tuum; palpasti formam servi, et cognovisti Dominum tuum. Cui tamen ipse Dominus ait: Quia vidisti credidisti. Et nos praenuntians voce misericordiae suae: Beati, inquit, qui non vident et credunt (lo 20„28.29). Defecerunt oculi mei ab sperando in Deum meum. 9 [v.5]. Multiplicati sunt super capillos capitis mei, qui oderunt me gratis. Quam multiplicati? Ut adderent sibi et unum ex duodecim (Mt 26,14). Multiplicati sunt super capillos capitis mei, qui oderunt me gratis. Capillis capitis sui comparavit inimicos suos. Mérito rasi sunt, quando in loco Calvariae crucifixus est. Accipiant membra vocem hanc; discant odio haberi gratis. Iam enim si necesse est, christiane, ut mundus oderit te, quare non facis ut gratis te oderit, ut in corpore Domini tui, et in hoc psalmo de illo praemisso agnoscas vocem tuam? Quomodo fiet ut oderit te mundus gratis? Si nihil cuiquam noceas, et sic odio

habearis: hoc est enim gratis, sine causa. Parum sit tibi sine causa odio haberi, insuper et praesta, ut retribuant tibi mala pro bonis. Confortati sunt inimici mei, qui persequuntur me iniuste. Quod dixit, Multiplicati sunt super capillos capitis mei; hoc postea, Confortati sunt inimici mei: et quod primo, qui oderunt me gratis; hoc postea, qui persequuntur me iniuste. Quod ergo gratis, hoc est iniuste. Ipsa est vox martyrum, non in poena, sed in causa. Non persecutionem pati, non teneri, non flagellari, non includi, non proscribí, non occidi laus est; sed habendo causam bonam, ista pati, haec laus est. Laus enim est in causae bonitate, non in poenae acerbitate. Nam quantacumque fuerint supplicia martyrum, numquid aequantur suppliciis omnium latronum, omnium sacrilegorum, omnium sceleratorum? Quid enim, et hos odit mundus? Odit plañe. Excedunt enim mundi medietatem amplítudine malitiae, et ab ipsa mundanorum quodammodo hominum societate alieni sunt, infestantes pacem etiam terrenam; et patiuntur multa mala, sed non gratis. Denique vide vocem illius latronis cum Domino in cruce pendentis, cum insultaret ex alia parte unus duorum latronum Domino crucifixo, et diceret, Si Filius Dei es, libera te: compescuit illum alter, et dixit, Tu non times Deum, vel quia in eadem damnatione positus es? Et nos quidem recte pro factis nostris (Le 23,39-41). Ecce non gratis: sed confessione effudit ex se saniem, et factus est aptus cibo Domini. Exclusit iniquitatem suam, ac-

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paz del alimento del Señor. A r r o j ó su iniquidad; la manifestó y se vio libre de ella. H e aquí a los dos ladrones; allí t a m b i é n estaba el Señor; ellos se hallaban crucificados; t a m b i é n el Señor. A ellos los odió el m u n d o , p e r o n o sin razón; a Cristo t a m b i é n le odió, p e r o sin causa: Lo que no robé pagábalo entonces. Esto es lo m i s m o que gratis. N o robé, y p a g u é ; n o pequé, y m e atorm e n t a r o n . Sólo El fue así; El ciertamente nada robó. N o sólo n o robó, sino q u e lo que tenía sin haberlo robado, lo anuló en sí para acercarse a nosotros: Pues no juzgó rapiña ser igual a Dios, y, sin e m b a r g o , se anonadó a sí mismo, tomando la forma de siervo. N a d a en absoluto robó. ¿Quién robó entonces? A d á n . ¿Quién robó p r i m e r o ? El q u e sedujo a A d á n . ¿Cómo robó el diablo? Pondré mi trono hacia el aquilón y seré igual al Altísimo. R o b ó lo q u e n o había recibido: ved la rapiña. U s u r p ó el diablo lo q u e n o había recibido y perdió lo q u e recibió; y dio de beber de la m i s m a copa de su soberbia al que quiso engañar. Gustad — d i c e — , y seréis como dioses. Quisieron robar la divinidad y perdieron la felicidad. R o b ó aquél y p o r eso paga éste: Yo —dice—pagaba lo que no robé. El m i s m o Señor, acercándose a la pasión, habla de este m o d o en el Evangelio: He aquí que viene el príncipe de este mundo, es decir, el diablo, y no encontrará nada en mí, es decir, n o encontrará en m í causa de m u e r t e ; pero para que sepáis todos que hago la voluntad de mi Padre, levantaos y vamonos de aquí; y se dirigió a la pasión, a pagar lo que n o había robado. ¿Qué significa y nada encontrará en mí? N i n g u n a culpa. ¿Por ventura el diablo p e r d i ó algo de su casa? D e s cubra Cristo a los raptores: Nada encontrará en mí. Dice que cusavit eam, et caruit ea. Ecce ibi dúo latrones, ibi et Dominus; et illi crucifixi, et ille crucifixus: et illos odio habuit mundus, sed non gratis; et illum odio habuit, sed gratis. Quae non rapui, tune exsolvebam. Hoc est gratis. Non rapui, et exsolvebam; non peccavi, et poenas dabam. Solus enim ipse talis, ipse veré nihil rapuit. Non solum nihil rapuit, sed etiam quod non de rapiña habebat, hoc se evacuavit, ut ad nos veniret. Non enim rapinam arbitratus est esse aequalis Deo; et tamen semetipsum exinanivit, formam serví accipiens (Phil 2,6.7). Omnino non rapuit. Sed quis rapuit? Adam. Quis rapuit primo? lile ipse qui seduxit Adam. Quomodo rapuit diabolus? Ponam sedem meam ad aquilonem, et ero similis Altissimo (Is 14,13). Usurpavit sibi quod non acceperat: ecce rapinam. Usurpavit sibi diabolus quod non acceperat, perdidit quod acceperat; et de ipso cálice superbiae suae, ei quem decipere volebat propinavif. Gústate, inquit, et eritis sicut dii (Gen 3,5). Rápete voluerutu divinitatem, perdiderunt felicitatem. Ule ergo rapuit, et ideo exsolvit. Ego autem, inquit, quae non rapui, tune exsolvebam. Ipse Dominus propinquans passioni, in Evangelio sic loquitur: Ecce venit princeps huius mundi, id est diabolus, et in me nihil inveniet, id est, quare me occidat non inveniet; sed ut sciant omnes quia voluntatem Patris mei jacio, surgite, eamus (lo 14,30): et iit ad passionem, solvere quod non rapuit. Quid est enim, in me nihil inveniet? Nullam culpam. An aliquid perdidit

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nada ha robado atendiendo al pecado; nada t o m ó q u e n o fuese suyo; lo contrario es p r o p i o de la rapiña, de la iniquidad. A r r a n có, sí, al diablo a los que él había robado. Nadie—dice—entra en la casa del fuerte y le arrebata sus enseres si primero no hubiese amarrado al fuerte. A m a r r ó al fuerte y le arrebató sus enseres, p e r o n o los robó, pues te r e s p o n d e : Estos enseres habían desaparecido de m i gran palacio; n o cometí h u r t o ; le deshice. 10 [ v . 6 ] . Señor, tú conociste mi necedad. D e n u e v o habla en representación del cuerpo. P o r q u e ¿qué necedad hay en Cristo? ¿ N o es El la fortaleza y sabiduría d e Dios? ¿O es q u e habla de aquella necesidad suya, de la cual dice el Apóstol: Lo necio de Dios es más sabio que los hombres? Conociste mi necedad, es decir, esto p o r lo cual se burlaron de m í aquellos a quienes les parecía ser sabios. T ú supiste por q u é aconteció: Tú conociste mi necedad. Pues ¿qué cosa m á s semejante a necedad que, estando en su p o d e r echar por tierra con una sola palabra a sus perseguidores, n o obstante, les p e r m i t e q u e le apresen, le azoten, le escupan, le abofeteen, le coronen de espinas y le claven en la cruz? Esto es semejante a necedad; parece cosa necia, p e r o lo necio de Dios es m á s sabio q u e todos los sabios. Cosa necia es al parecer, si a l g u n o ignora el c o m ú n obrar del agricultor, q u e tire el g r a n o en la tierra. A d e m á s se siega con gran trabajo, se transporta a la era, se trilla, se bielda. Sin e m b a r g o , después de innumerables peligros del cielo y de las tempestades, después de tantos trabajos de parte de los campesinos y de tantos cuidados de los dueños, se m e t e el trigo limpio en el granero. Llega el invierno, y lo que estaba limpio se saca del granero y se arroja; parece necedad, p e r o la espede domo sua diabolus? Iste discutiat raptores; nihil apud me inveniet. Tamen nihil rapuisse se dicit, peccatum attendens, nihil usurpasse quod eius non esset; hoc est enim rapinae, hoc iniquitatis: nam ab ipso diabolo extorsit quos ipse rapuerat. fiemo, inquit, in domum fortis intrat, et vasa eius diripit, nisi prius alligaverit fortem (Mt 12,29). Alligavit fortem, et vasa eius diripuit, certe non rapuit; sed respondet tibi: Vasa ista de domo magna mea perierant; non furtum feci, sed furtum recepi. 10 [v.6]. Deus tu scisti imprudentiam meam. Iterum ex ore corporis. Nam quae imprudentia in Christo? Nonne ipse est Dei Virtus et Dei Sapientia? An illam dicit imprudentiam suam, de qua dicit Apostolus: Stultum Dei sapientius est bominibus? (1 Cor 1,25). Imprudentiam meam: hoc ipsum quod in me irriserunt qui sibi videntur esse sapientes. Tu scisti quare fieret: tu scisti imprudentiam meam. Quid enim tam simile imprudentiae, quam cum haberet in potestate, una voce suos persecutores prosternere, ut pateretur se teneri, flagellari, conspui, colaphizari, spinis coronari, ligno affigi? Imprudentiae simile est; stultum videtur: sed stultum hoc superar omnes sapientes. Stultum quidem est: sed et granum quando cadit in terram, si nemo sciat consuetudinem agricolarum, stultum videtur. Labore magno metitur, portatur ad aream, trituratur, ventilatur: post tanta pericula caeli et tempestatum, et labores rustícanorum curamque dominorum, mittitur in horreum frumentum purgatum.

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ranza hace que no sea tal cosa. Luego no se perdonó a sí mismo, porque el Padre no le perdonó, sino que le entregó por todos nosotros. De El también dice el Apóstol: Me amó y a sí mismo se entregó por mí, porque el grano, a no ser que caiga en tierra y muera, no da fruto. Esta es necedad; pero tú la conoces. Si los judíos la hubiesen conocido, jamás hubiesen crucificado al Señor de la gloria. ¡Oh Dios!, tú conociste mi necedad, y mis delitos no te son ocultos. Esto se entiende claramente y sin lugar a dudas de los miembros, pues Cristo no tuvo pecado alguno; cargó con el pecado, pero no le cometió. Y mis delitos no te son ocultos, es decir, te manifesté todos mis pecados y antes de verlos en mi boca los viste en mi pensamiento; viste las heridas que habías de curar. ¿Pero en dónde? Ciertamente que en el cuerpo, en los miembros, en aquellos fieles a los -que se hallaba adherido aquel miembro que confesaba sus pecados. Y mis delitos—dice—no te son ocultos. 11 [v.7]. No se avergüencen por mí los que esperan en ti, ¡oh Señor, Señor de los ejércitos! De nuevo habla la cabeza. No se avergüencen por mí, no se les diga: ¿Dónde está aquel en quien confiabais? N o se les diga: ¿Dónde está aquel que os decía: Creed en Dios, y creed también en mí? No se avergüencen por mí los que esperan de ti, ¡oh Señor, Señor de los ejércitos! No se ofusquen por mí los que que te buscan, ¡oh Dios de Israel! Esto puede también entenderse como dicho por el cuerpo, pero si no tomas su cuerpo por un solo hombre, porque su cuerpo no Venit hiems; et quod purgatum erat, profertur et proiicitur: imprudentia videtur; sed ut non sit imprudentia, spes facit. Non ergo ille pepercit sibi; quia et Pater illi non pepercit, sed pro nobis ómnibus tradidit illum (Rom 8,32). Et de ipso, Qui dilexit me, inquit Apostolus, et tradidit seipsum pro me (Gal 2,20): quia granum, nisi ceciderit in terram ut moriatur, jructum, inquit, non reddet (lo 12,24.25). Haec est imprudentia; sed tu nosti illam: isti autem si cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (1 Cor 2,8). Deus, tu scisti imprudentiam meam; et delicia mea a te non sunt abscondita, Hoc plañe, lucide, aperte, quia ex ore corporis intelligendum est. Delicta nulla Christus habuit; fuit delictorum susceptor, sed non commissor. Et delicta mea a te non sunt abscondita: id est, confessus sum tibi omnia delicta mea; et ante os meum vidisti ea in cogitatione mea, vidisti vulnera quae sanares. Sed ubi? Utíque in corpore, in membris; in illis fidelibus, unde illi haerebat iam membrum illud quod confitebatur peccata sua. Et delicta, inquit, mea a te non sunt abscondita. 11 [v.7]. Non erubescant in me, q_ui te exspectant, Domine, Domine virtutum. Rursus vox capitis, Non erubescant in me: non dicatur illis, Ubi est de quo praesumebatis? non dicatur illis, Ubi est qui vobis dicebat, Credite in Deum, et in me credite? (lo 14,1). Non erubescant in me, qui te exspectant, Domine, Domine virtutum. Non confundantur super me, qui quaerunt te, Deus Israel. Potest hoc et a corpore intelligi, sed si Corpus eius non unum hominem ponas: quia revera non est unus

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es un miembro pequeño, un hombre solo. Su cuerpo consta de miembros. Su cuerpo íntegro o total es toda la Iglesia. Con razón dice la Iglesia: No se avergüencen por mí los que esperan en ti, ¡oh Señor, Señor de los ejércitos! N o sea afligida de esta manera por los perseguidores que se levantan contra mí; no sea pisoteada de este modo por mis envidiosos enemigos, por los murmuradores herejes que se apartaron de mí, porque no eran míos, puesto que, si hubieran sido míos, hubieran, sin duda, permanecido conmigo; no sea abatida de esta forma por los escándalos, de suerte que se avergüencen por mí los que esperan en ti, ¡oh Señor, Señor de los ejércitos! No se ofusquen por mí los que te buscan, ¡oh Dios de Israel! 12 [v.8]. Por ti soporté la afrenta; la vergüenza cubrió mi rostro. No es cosa extraordinaria decir soporté, sino decir por ti soporté. Si soportas porque pecaste, por ti soportas, no por Dios. Pues ¿qué gloria—dice San Pedro—es la vuestra, si pecando sois castigados y lo soportáis? Pero si soportas (afrentas) por haber observado el mandamiento de Dios, ciertamente las soportas por Dios, y tu recompensa permanecerá eternamente, porque soportaste oprobios por Dios. Primeramente los soportó El, para que aprendiésemos nosotros a soportarlos. Y si el que no tenía nada de qué echársele en cara los soportó, ¿cuánto más debemos soportarlos nosotros, puesto que, si no tenemos pecado del que nos acuse el enemigo, sin embargo, tenemos otro que justamente se castiga en nosotros? Te llama algún individuo ladrón, y no eres ladrón; oyes la afrenta; pero si, con todo, no eres ladrón, no eres tal que no tengas algo que desagrade a Dios. ¿Por tanto, si Aquel homo corpus eius, sed exiguum membrum; Corpus autem ex membris constat. Corpus ergo eius plenum, tota Ecclesia. Mérito ergo dicit Ecclesia: Non erubescant in me, qui te exspectant, Domine, Domine virtutum. Non sic affligar ab insurgentibus persecutoribus, non sic obterar ab invidentibus inimicis meis, ab oblatrantibus haereticis qui a me exierunt, quia non erant ex me; nam si fuissent ex me, mecum forsitan permansissent (1 lo 2,19). Non sic eorum scandalis premar, ut erubescant in me qui te exspectant, Domine, Domine virtutum. Non confundantur super me, qui quaerunt te, Deus Israel. 12 [v.8]. Quoniam propter te sustinui exprobrationem, operuit irreverentia faciem meam. Nihil magnum est quod dicitur, sustinui; sed quod dicitur, propter te sustinui. Si enim sustines, quia peccasti; propter te sustines, non propter Deum. Quae enim vobis gloria est, ait Petrus, si peccantes punimini, et suffertis? (1 Petr 2,20). Si autem sustines quia mandatum Dei servasti, veré propter Deum sustines; et merces tua manet in aeternum, quia propter Deum sustinuisti opprobria. Ideo enim prior ille sustinuit, ut nos sustinere disceremus. Et si ille, qui non habebat quod illi obiiciebatur; quanto magis nos qui, etsi non habemus peccatum quod nobis obiicit inimicus, habemus tamen alterum quod digne in nobis flagelletur? Nescio quis te furem dicit, et non es fut: audis opprobrium; non tamen sic non es fur, ut non sis aliquid quod Deo displicet. Porro S.Ag. 20

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que en absoluto nada había robado y que con toda verdad dijo: He aquí que viene el príncipe de este mundo, y nada encontrará en mí, fue llamado pecador, inicuo, Belcebúi, perverso, ¿tú, esclavo, llevarás a mal oír, conforme a tus méritos, lo que oyó el Señor sin merecerlo? El vino para ser tu modelo. Casi como sin causa habría hecho esto si tú no aprovechas. ¿Por qué lo oyó él? Para que tú al oírlo no desfallezcas. Lo oyes tú, y se te cae el alma a los pies; en vano, pues, lo oyó El, ya que no lo oyó por sí, sino por ti. Por ti soporté la afrenta; la desvergüenza cubrió mi rostro. La desvergüenza—dice—cubrió mi rostro. ¿Qué es la desvergüenza? N o confundirse. En fin, parece como un ultraje decir: El hombre es irreverente, desvergonzado, no guarda respeto. La gran irreverencia o desvergüenza del hombre es no avergonzarse. Luego la irreverencia es como un descaro. Conviene que tenga este descaro el cristiano cuando se halle entre hombres a los que desagrada Cristo. Si se avergonzase de Cristo, será borrado del libro de los vivientes. Es necesario que no sientas esta confusión cuando se te ultraja por Cristo; cuando se te dice: Adoras al crucificado, rindes culto a un mal muerto, veneras a un matado, si te avergüenzas entonces, estás muerto. Atiende a la sentencia del que no engaña a nadie: Quien se avergonzare de mí delante de los hombres, también yo me avergonzaré de él delante de los ángeles de Dios. Luego tú procura que haya en ti descaro, no te avergüences cuando oyes una afrenta por Cristo; no te confundas por nada. ¿Qué temes por tu frente, no la armaste con el signo de la cruz. En esto, pues, consiste por ti soporté la afrenta; la dessi ille qui omnino nihil rapuerat, qui verissime dixerat, Ecce venit princeps mundi huius, et in me nihil inveniet, dictus est peccatoi (lo 9,24), dictus est iniquus, dictus est Beelzebub (Mt 10,25), dictus est insanus; tu dedignaris, serve, audire pro meritis tuis, quod Dominus audivit nullis meritis suis? Ule venit ut tibi praeberet exemplum. Quasi gratis hoc fecerit, sic tu non proficis. Quare enim ille audivit, nisi ut tu cum audires non deficeres? Ecce tu audis, et deficis: frustra ergo ille audivit; non enim propter se, sed propter te audivit. Quoniam proper te sustinui exprobrationem, operuit irreverentia faciem meam. Irreverentta, inquit, operuit faciem meam. Irreverentia quid est? Non confundí. Denique quasi vitium videtur, cum dicitur: Irreverens homo est. Magna irreverentia hominis, non illum erubescere. Ergo irreverentia quasi impudentia est. Oportet ut habeat christianus irreverentiam istam, quando venerit inter nomines quibus displicet Christus. Si erubuerit de Christo, delebitur de libro viventium. Opus est ergo ut habeas irreverentiam, quando tibi de Christo insultatur; quando dicitur, Cultor crucifixi, adotator male mortui, venerator occisi: hic si erubueris, mortuus es. Sententiam quippe ipsius vide, qui neminem fallit: Qui me erubuerit coram hominibus, et ego erubescam eum coram Angelis Dei (Le 9,26). Observa ergo tu; sit in te irreverentia, frontosus esto quando audis opprobrium de Christo; prorsus esto frontosus. Quid times fronti tuae, quam signo crucis armasti? Hoc est enim, Propter te sustinui exprobrationem, operuit irreve-

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vergüenza cubrió mi rostro. Por ti soporté el ultraje, y como no me avergoncé de ti cuando por ti me ultrajaban, la desvergüenza cubrió mi rostro. 13 [v.9-10]. Llegué a ser extraño a mis hermanos, y forastero a los hijos de mi madre. He llegado a ser forastero a los hijos de la sinagoga. Pues en su patria se decía de El: ¿Por ventura no sabemos que es hijo de María y de José? Y de aquí que se dice en otro sitio: Este no sabemos de dónde es. Luego he llegado a ser forastero a los hijos de mi madre. Ignoraron de dónde soy, de quiénes procedía mi carne. N o me conocieron como nacido de la estirpe de Abrahán; de aquí que mi carne se acuitaba cuando, poniendo el siervo la mano debajo del mismo muslo, juró por el Dios del cielo. He llegado a ser forastero a los hijos de mi madre. ¿Y por qué esto? ¿Por qué no le conocieron? ¿Por qué le llamaron extranjero? ¿Por qué se atrevieron a decir: No sabemos de dónde es? Porque el celo de tu casa me devoró, es decir, porque perseguí sus iniquidades, porque no soporté pacientemente a los que corregí, porque en tu casa fui en pos de tu gloria, porque castigué en el templo a los cambistas y traficantes. Por esto se escribió: Me devora el celo de tu casa. Por esto es extraño, por esto es forastero, por esto no sabemos de dónde es. Hubieran conocido de dónde era si hubiesen conocido lo que ordenaste. Si yo hubiese encontrado que observaban tus mandamientos, el celo de tu casa no me hubiera devorado. Y las afrentas de los que te ultrajan cayeron sobre mí. El apóstol San Pablo usó también de este testimonio; ha poco se leyó; dice así: Cuanto anteriormente se escribió, para nuestra enseñanza se escribió, a rentia faciem meam. Propter te sustinui exprobrationem: et quia non de te erubui, quando mihi propter te insultabatur, operuit irreverentia faciem meam. 13 [v.9-10]. Alienatus factus sum fratribus meis, et bospes filiis matris meae. Filiis Synagogae hospes factus est. In patria quippe ipsius dicebatur: Nonne nos scimus eum esse filium Mariae et loseph? (Le 4,22). Et unde alio loco: Hunc autem nescimus unde sit? (lo 9,29). Factus ergo sum hospes filiis matris meae. Non scierunt unde sim, de quibus erat caro mea: non me sciebant de femore Abraham natum; unde caro mea oceulta erat, quando sub ipso femore manum servus ponens, iuravit per Deum caeli (Gen 24,9). Hospes factus sum filiis matris meae. Quare hoc? quare non agnoverunt? quare alienum dixerunt? quare ausi sunt dicere: Nescimus unde sit? Quoniam zelus domus tuae comedit me: id est, quia persecutus sum in lilis iniquitates ipsorum, quia non patienter tuli quos corripui, quia quaesivi gloriam tuam in domo tua, quia flagellavi in templo male versantes (lo 2,15); ubi etiam positum est, Zelus domus tuae comedit me. Hiñe alienus, hinc hospes; hinc, Nescimus unde sit. Agnoscerent unde sim, si agnoscerent quod mandasti. Si enim invenirem illos servantes mandata tua, zelus domus tuae non comederet me. Et opprobria exprobrantium tibi ceciderunt íuper me. Hoc testimonio usus est et Paulus apostolus (lecta est modo

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fin de que por el consuelo de las Escrituras -mantengamos la esperanza. Y dijo q u e las afrentas de los que te ultrajan cayeron sobre mí; era la voz de Cristo. ¿Por q u é dijo que te ultrajan? ¿Acaso es ultrajado el P a d r e y n o lo es el m i s m o Cristo? ¿Por q u é los baldones de los que te baldonaron cayeron sobre mí? P o r q u e q u i e n m e conoce, conoce al Padre, p o r q u e nadie ultraja a Cristo si n o es ultrajando a D i o s , p o r q u e nadie honra al Padre sin horar t a m b i é n al Hijo. Las afrentas de los que te ultrajan cayeron sobre mí, p o r q u e dieron en m í . 14 [ v . l l ] . Y afligí con ayuno mi alma, y se me ha convertido en oprobio. Y a en otro salmo hemos recordado a vuestra caridad q u e el ayuno de Cristo es espiritual. A y u n a b a c u a n d o desfallecieron todos los q u e creían en El, p o r q u e sentía h a m b r e de q u e creyesen en El. T a m b i é n sentía sed de esto m i s m o c u a n d o dijo a la mujer: Tengo sed; dame de beber, ya q u e sentía sed de su fe; y t a m b i é n cuando dijo desde la cruz: Tengo sed, anhelaba la fe de aquellos p o r quienes había dicho: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. P e r o ¿qué le ofrecieron los h o m b r e s hallándose en esta sed? Vinagre. Se llama vinagre a lo viejo; con r a z ó n le ofrecieron las obras del h o m b r e viejo, p o r q u e n o quisier o n ser nuevos. ¿Por q u é n o quisieron ser nuevos? P o r q u e n o pertenecieron al título de este salmo, en el cual se dice: Por los que serán cambiados. Luego afligí con ayuno mi alma. Es más, t a m bién rechazó la hiél que le ofrecieron y eligió ayunar antes q u e t o m a r la amargura. N o e n t r a n en su c u e r p o los amargantes o ulipsa lectio), et ait: Quaecumque ante scripta sunt, ut nos doceremur scripta sunt; ut per consolationem Scripturarum spem habeamus (Rom 15,4). Dixit ergo Christi fuisse istam vocem: Opprobria exprobrantium Ubi ceciderunt super me. Quare, tibi? Numquid Patri exprobratur, et non ipsi' Christo? Quare, opprobria exprobrantium tibi ceciderunt super me? Quia qui me cognovit, cognovit et Patrem (lo 14,9): quia nemo exprobravit Christo, nisi Deo exprobrans: quia nemo honorat Patrem, nisi qui honorat et Filium (Ib. 5,23). Opprobria exprobrantium tibi ceciderunt super me, quia me invenerunt. 14 [ v . l l ] . Et cooperui in ieiunio animam meam; et factum est mihi in opprobrium. Ieiunium Christi spiritualiter iam in alio psalmo commendavimus Charitati Vestrae. Ieiunium ipsius erat, quando defecerunt omnes qui in eum crediderant; quia et esuries ipsius erat ut in eum crederetur: quia et sitis ipsius erat, quando dixit mulieri, Sitio, da mihi bibere (Ib. 4,7); fidem quippe ipsius sitiebat. Et de cruce eum diceret, Sitio (Ib. 19,28), fidem illorum quaerebat, pro quibus dixerat: Pater, ignosce Mis, quia nesciunt quid jaciunt (Le 23,34). Sed illi nomines quid propinarunt sitienti? Acetum. Acetum etiam vetus dicitur. Mérito de vetere homine propinarunt, quia novi esse noluerunt. Quare novi esse noluerunt? Quia ad titulum psalmi huius ubi scriptum est, Pro iis qui commutabuntur; non pertinuerunt. Ergo, operui in ieiunio animam meam. Denique respuit etiam fel quod illi obtulerunt: ieiunare elegit, quam amaritudinem accipete. Non enim intrant in Corpus eius

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«ajantes, sobre los cuales se dice en otro salmo: Los que irritan a Dios no se exalten en sí mismos. Luego afligí con ayuno mi alma, y se me ha convertido en oprobio. Se m e convirtió en o p r o b i o el n o convenir con ellos, esto es, el a b s t e n e r m e de ellos. Q u i e n n o consiente con los q u e p e r s u a d e n mal, se abstiene de ellos, y p o r este ayuno merece el ultraje; de suerte q u e es insultado, p o r q u e n o consiente en el mal. 15 [ v . 1 2 ] . Y me puse por vestido cilicio. Y a hemos hablado algo sobre el cilicio; de a q u í aquello del salmo 34: Mas yo, cuando me molestaban, me vestía de cilicio y abatía mi alma con ayuno. Y me puse por vestido cilicio, es decir, les ofrecí m i carne, en la q u e se ensañasen, y les oculté m i divinidad. Les ofrecí el cilicio, q u e era la carne mortal, para que por la semejanza del pecado condenase el pecado en la carne. Y me puse por vestido cilicio, y fui para ellos "in parabolam" (una fábula), es decir, una irrisión. Se d e n o m i n a parábola (fábula) el dicho q u e expresa la semejanza de alguna cosa si de ella se habla mal. Por e j e m p l o : Perezca c o m o aquél. Esto es una parábola, es decir, una comparación y semejanza de ultraje o de maldición. Luego fui para ellos una fábula. 16 [ v . 1 3 ] . Me ultrajaban los que se sentaban a la puerta. A la puerta, es decir, en público. Y salmeaban contra mí los que bebían vino. ¿Pensáis, hermanos, q u e esto aconteció sólo a Cristo? Esto sucede a sus m i e m b r o s todos los días. C u a n d o quizá le es necesario al siervo de Dios p r o h i b i r la embriaguez y las deshonestidades en algún caserío o p u e b l o en d o n d e n o se ha o í d o la paamaricantes, de quibus alio loco psalmus dicit: Qui amaricant, non exaltentur in semetipsis (Ps 65,7). Ergo, operui in ieiunio animam meam; et factum est mihi in opprobrium. Hoc ipsum mihi in opprobrium factum est, quia non illis consensi, hoc est, ab illis ieiunavi. Qui enim non consentit male suadentibus, ieiunat ab ipsis; et per hoc ieiunium meretur opprobrium, ut ideo illi insultetur, quia non consentit ad malum. 15 [v.12]. Ut posui vestimentum meum saccum. Iam et de sacco aliquid diximus, unde illud est, Ego autem eum mihi molesti essent, induebam me cilicio, et humiliabam in ieiunio animam meam. Posui vestimentum meum saccum: id est, opposui illis, in quam saevirent, carnem meam; occultavi divinitatem meam. Saccum, quia mortalis caro erat, ut de peccato condemnaret peccatum in catne (Rom 8,3). Et posui vestimentum meum saccum; et factus sum illis in parabolam; id est in irrisionem. Parábola dicitut, quando datut similitudo de aliquo, quando de illo male dicitur. Sic Ule, verbi grada, pereat quomodo Ule, parábola est; id est comparado et similitudo maledicti. Factus ergo sum illis in parabolam. 16 [v.13]. Adversus me insultabant qui sedebant in porta. In porta, mhil aliud quam in publico. Et in me psallebant qui bibebant vinum. Putatis hoc, frattes, Christo tantummodo contigisse? Quotidie illi in membns eius contingit: quando forte necesse erit servo Dei prohibere ebrietates et luxurias in aliquo vel fundo vel oppido, ubi non auditum fuetit

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labra de Dios, poco es el que canten; es más, comienzan a cantar contra aquel que les prohibe cantar. Comparad ahora el ayuno de aquél y el vino de éstos. Contra mí salmeaban los que bebían vino: el vino del error, el vino de la impiedad, el vino de la soberbia. 17 [v.14]. Mas yo (estaba) con mi oración ante ti, ¡oh Señor! Estaba delante de ti. ¿Pero cómo? Delante de ti orando. Cuando eres maldecido y no sabes qué hacer, cuando te han soltado una sarta de oprobios y no encuentras medio de corregir al que te ultraja, sólo te queda orar. Pero acuérdate y ora también por él. Mas yo con mi oración estaba delante de ti, ¡oh Señor!. Es tiempo de gracia, ¡oh Dios! He aquí que se sepulta el grano; brotará el fruto. Es tiempo de gracia, ¡oh Dios! De este tiempo que conmemora el Apóstol dijeron también los profetas: He aquí ahora el tiempo aceptable, he aquí el día de la salud. Es tiempo aceptable o de gracias, ¡oh Dios! En la abundancia de tu misericordia. Este es el tiempo aceptable o de gracia, en la abundancia de tu misericordia. Si no fuese por la abundancia de tu misericordia, ¿qué haríamos de la multitud de nuestras iniquidades? En la abundancia de tu misericordia. Óyeme según la verdad de tu salud. Como mencionó la misericordia, ahora añade la verdad, porque misericordia y verdad son todos los caminos del Señor. ¿Cómo misericordia? Perdonando los pecados. ¿Cómo verdad? Dando lo prometido. Óyeme según la verdad de tu salud. 18 [v.15]. Sácame del lodo para que no quede atollado. De aquel del que había dicho anteriormente: Me atollé en el lodo verbum Dei, parum est quia cantant, insuper et in ipsum incipiunt cantare, a quo prohibentur cantare. Compárate nunc illius ieiunium, et illorum vinum. Et in me psallebant qui bibebant vinum: vinum erroris, vinum impietatis, vinum superbiae. 17 [v.14]. Ego autem oratione mea ad te, Domine. Ego autem ad te eram. Sed quomodo? Ad te orando. Quando enim malediceris, et quid agas non habes; quando tibí iactantur opprobria, et quomodo corrigas eum a quo iactantur non invenis, nihil tibi restat nisi orare. Sed memento et pro ipso orare. Ego autem oratione mea ad te, Domine. Tempus beneplaciti, Deus. Ecce enim sepelitur granum; exsurget fructus. Tempus beneplaciti, Deus. De hoc tempore et Prophetae dixerunt quod commemorat Apostolus: Ecce nunc tempus acceptabile, ecce nunc dies salutis (2 Cor 6,2). tempus beneplaciti, Deus. In multitudine misericordiae tuae. Hoc est tempus beneplaciti, ln multitudine misericordiae tuae. Nam si non esset multitudo misericordiae tuae, quid nos faceremus de multitudine iniquitatis nostrae? In multitudine misericordiae tuae. Exaudí me in veritate salutis tuae. Quia dixit, misericordiae tuae, subiunxit et veritatem; quia misericordia et veritas universae viae Domini (Ps 24,10). Quare misericordia? Dimittendo peccata. Quare veritas? Reddendo promissa. Exaudí me in veritate salutis tuae. 18 [v.15]. Salvum me jac de luto, ut non inhaeream. De illo de quo supra dixerat: infixus sum in limo profundi, et non est substantia.

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del profundo, y no hay sustancia o consistencia. Por tanto, como ya se explicó esto y lo entendisteis bien, no hay necesidad de volver a explicar lo que oísteis. Aquí dice que ha de ser librado de donde antes dijo que estaba atollado. Sácame del lodo para que no quede atollado. El mismo explica esto, diciendo: Seré sacado de los que me odiaron. Luego éstos son el lodo en donde estaba atollado. Quizá esto sugiere una duda. Poco antes había dicho: Estoy atollado; ahora dice: Sácame del lodo para que no quede atollado, siendo así que, conforme a la sentencia anterior, debería decir: Líbrame, sacándome, del lodo en que me atollé, sin impedir que quede atollado. Luego estaba atollado en cuanto a la carne, no en cuanto al espíritu. Esto lo dice atendiendo a la flaqueza de los miembros. Cuando eres apresado por aquel que te fuerza a cometer la iniquidad, tu cuerpo ciertamente se halla encadenado. En cuanto al cuerpo, estás atollado en el lodo del profundo; pero, mientras no consientas, no te atollas. Si consientes, te atollas. Luego tu oración en estas circunstancias ha de consistir en pedir que no sea encadenada tu alma, como ya lo está tu cuerpo. Se libre en medio de las ataduras. Sea sacado de los que me odiaron y del profundo de las aguas. 19 [v.16]. No me sumerja la tempestad del agua. Ya estaba sumergido, pues tú dijiste: He llegado a alta mar, y añadiste: y la tempestad me sumergió. Le sumergió en cuanto a la carne; mas ahora pide que no le sumerja en cuanto al espíritu. A los que se dijo: Si os persiguieren en una ciudad, huid a otra, se les dijo esto para que no se atollasen ni en cuanto a la carne ni en cuanto al espíritu. Pues tampoco ha de apetecerse el atollarnos en Proinde quia illud expositum bene accepistis, quod hic audiatis expressius non est. Hinc se dicit liberandum, ubi se ante dixit infixum: Salvum me jac de luto, ut non inhaeream. Et exponit hoc ipse: Eruar ex iis qui oderunt me. Ipsi ergo sunt lutum ubi haeseram. Sed hoc forte suggeritut. Paulo ante dixerat, Infixus sum; modo dicit, Salvum me fac de luto, ut non inhaeream; cum secundum sententiam priorem deberet dicere: Salvum me fac de luto ubi haeseram, eruendo me, non agendo ut non inhaeream. Ergo haeserat carne, sed non haeserat spiritu. Dicit hoc ex infirmitate membrorum suorum. Quando forte caperis ab eo qui te premit ad iniquitatem, tenetut quidem corpus tuum; secundum Corpus infixus es in limo profundi: sed quamdiu non consentís, non haesisti; si autem consentís, haesisti. Oratio ergo tua ibi sit, ut quomodo iam tenetur corpus tuum, non teneatur et anima tua, sis liber in vinculis. Eruar ex bis qui oderunt me, et de profundo aquarum. 19 [v.16]. No» me demergat tempestas aquae. Sed iam demersus erat. Veni in altitudinem maris, tu dixisti; et tempestas demersit me, tu dixisti. Demersit secundum carnem, non demergat secundum spiritum. Quibus dictum est, Si vos persecuti fuerint in una civitate, fugite in aliam (Mt 10,23); hoc eis dictum est, ut nec carne haererent, nec spititu. Non enim appetendum est ut haereamus vel carne; sed quantum

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cuanto a la carne, sino que, en c u a n t o podamos, debemos evitarlo. Pero, si nos hubiésemos atollado cayendo en manos de los p e cadores, ya estamos atollados en cuanto al cuerpo, ya estamos atollados en el lodo del p r o f u n d o ; por tanto, sólo nos queda rogar p o r nuestra alma p a r a q u e n o nos atollemos, es decir, p a r a que n o consintamos. Q u e n o nos sumerja la tempestad del agua, para q u e así n o vayamos al p r o f u n d o del lodo. Ni me trague el abismo ni cierre sobre mi su boca el pozo. ¿Qué es esto, h e r m a nos? ¿Qué es lo q u e ruega? G r a n d e es el pozo y la profundidad de la iniquidad h u m a n a ; si alguno h u b i e r e caído allí, cae en el abismo. Pero, sin e m b a r g o , de tal m o d o se encuentra allí, q u e , si confiesa sus pecados a Dios, n o cierra sobre él su boca el pozo, conforme se escribió en otro salmo: Del profundo clamé a ti, ¡oh Señor!; Señor, oye mi oración. Si, p o r el contrario, ejecuta lo q u e en otro pasaje consigna la Escritura: El pecador no hace caso de nada cuando ha llegado al profundo de los males, entonces cierra sobre él el pozo su boca. ¿Por q u é cierra su boca? P o r q u e el pecador cerró antes la suya. Despreció la confesión; m u r i ó ; se c u m p l i ó en él lo que se dice en otro sitio: La confesión del muerto perece como nada. H e r m a n o s , esto ha de temerse g r a n d e mente. Si vieseis a u n h o m b r e q u e cometió iniquidad, se halla sum e r g i d o en el pozo; p e r o si al manifestársela os dijese: Confieso; he pecado, entonces el pozo no ha cerrado su boca sobre él. Si os dijere: ¿Qué m a l he hecho?, al salir defensor de su pecado, sobre él cierra su boca el pozo, y n o tendrá p o r d ó n d e ser sacado. Desdeñada la confesión, n o habrá lugar p a r a la misericordia. Si tú possumus, vitare debemus. Si vero haeserimus, et in manus peccatorum venerimus, iam corpore haesimus; fixi sumus in limo profundi: restat pro anima deprecan ut non inhaereamus, id est non consentiamus; non nos demergat tempestas aquae, ut eamus in profundum limi. Ñeque absorbeat me profundum, ñeque coarctet super me puleus os suum. Quid est hoc, fratres? quid deprecatus est? Magnus est puteus profunditas iniquitatis humanae: illuc quisque si ceciderit, in altum cadet. Sed tamen ibi positus, si confitetur peccata Deo suo, non super eum claudet puteus os suum: ut est in alio quodam psalmo scriptum, De profundis clamavi ad te, Domine; Domine, exaudi vocem mea-m (Ps 129,1.2). Si autem factum in illo fuerit quod alia sententia Scripturae dicit, Veccator, cum venerit in profundum malorum, contemnet (Prov 18,3); clausit super eum puteus os suum. Quare clausit os suum? Quia clausit os illius. Perdidit enim confessionem; veré mortuus est, impletumque in eo est quod alibi dicitur: A mortuo, velut qui non sit, perit confessio (Eccli 17,26). Metuenda ista res vehementer, fratres. Si videris hominem fecisse iniquitatem, mersus est in puteum: quando autem illi dixeris iniquitatem ipsius, et dixerit, Veré peccavi, fateor; non super eum clausit puteus os suum: cum autem videris eum dicere, Quid enim mali feci? factus est defensor peccati sui; clausit super eum puteus os suum, qua eruatur non habet. Amissa confessione, non erit locus mise-

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te haces defensor de tu pecado, ¿cómo será D i o s libertador? Para q u e él sea libertador, sé tú acusador.

SERMÓN

Sobre la última

parte del

II

salmo

I [ v . 1 7 ] . H o y he de exponer la última p a r t e del salmo del q u e os hablé ayer. V e o que es t i e m p o de pagar lo debido, si es q u e la prolijidad n o nos deja t a m b i é n hoy deudores. Por tanto, os p r e v e n g o y p i d o q u e n o esperéis una p r o l o n g a d a extensión en las cosas q u e son evidentes. Así p o d r e m o s detenernos en los p u n t o s q u e lo p i d a la necesidad, y ¡ojalá q u e p o d a m o s completar lo q u e falta para q u e en otros días seamos deudores de otras cosas e i g u a l m e n t e las p a g u e m o s ! Veamos ya las cosas q u e siguen. Después de haber dicho: Ni cierre sobre mí el pozo su boca, sigue nuestro Señor Jesucristo, cabeza y cuerpo, c l a m a n d o en m e d i o de los sufrimientos. R e c o r d é ayer a vuestra caridad el versillo: Ni cierre sobre mí el pozo su boca, a fin de q u e con todo nuestro e m p e ñ o y con la piedad d e la fe evitemos q u e nos sobrevenga esta maldición, p u e s entonces cierra el p o z o su boca sobre el h o m bre, es decir, la profundidad de la iniquidad, c u a n d o el h o m b r e n o sólo yace ya s u m e r g i d o en el pecado, sino t a m b i é n c u a n d o se tapa el acceso o la entrada de la confesión. P e r o cuando el ricordiae. Tu factus es peccati tui defensor; quomodo erit Deus liberator? Ut ergo sit ille liberator, tu esto accusator.

SERMO 11

De posteriore parte eiusdem Psalmi 1 [v.16.17]. Posterior pars psalmi de quo hesterno die locuti sumus Charitati Vestrae, hodie nobis explicanda remanserat. Et video esse tempus reddendi debiti, si tamen eius prolixitas non nos etiam hodie debitores reliquerit. Itaque hoc praeloquor, et peto ne diuturnum sermonem in his quae manifesta sunt exspectetis. Ita enim possumus in obscurioribus necessitate immorari, et fortasse supplere quod debemus, ut alus diebus alia debeamus, aliaque reddamus. Videamus ergo quae sequuntur. Posteaquam dixit, Ñeque coarctet super me puteus os suum; quod hesterno die commendavimus Charitati Vestrae, ut omni animi intentione et fide pietatis caveamus ne hoc maledictum superveniat nobis. Tune enim coarctat puteus super hominem os suum, id est profunditas iniquitatis, quando non solum mersus in peccatis iacet, sed etiam perdit aditum confessionis. Quando autem dicit homo, Peccator sum;

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hombre dice: Soy pecador, la profundidad del pozo se ilumina por algún rayo de luz. Os recordé también que en ciertos sitios debéis conocer que son palabras de la Cabeza las que consigna este salmo; pero las que se digan de tal modo que no puedan convenir a la Cabeza, las debéis de referir al cuerpo. Pues Cristo habla como si fuese uno, y verdaderamente lo es Aquel de quien se dice: Serán dos en una carne. Si son una misma carne, ¿por qué os admiráis que sean una misma voz? Ahora prosigue: Óyeme, ¡oh Señor!, porque es benigna tu misericordia. Da la razón de por qué deba ser oído: porque es benigna su misericordia. ¿Pero no era más razonable que dijera: Óyeme, ¡oh Señor!, para que tu misericordia me sea benigna? Luego ¿por qué dice: Óyeme, ¡oh Señor!, -pues es benigna tu misericordia? Con otras palabras recomendó la benignidad de la misericordia del Señor procedente de su tribulación cuando dijo: Óyeme, ¡oh Señor!, porque soy atormentado. A la verdad, quien dice: Óyeme, ¡oh Señor!, porque soy atormentado, da la razón de por qué ruega para ser oído; pero al hombre colocado en la tribulación le es necesario que sea benigna la misericordia de Dios. Sobre esta benignidad de la misericordia de Dios oye lo que dice la Escritura en otro lugar: Como la lluvia en la sequía, así es de preciosa la misericordia de Dios en la tribulación. A la que allí llama preciosa, aquí la denomina benigna. El pan no es agradable si no precede el hambre. Luego, cuando Dios permite o hace que nos hallemos en alguna tribulación, aun entonces es misericordioso, pues no nos priva del alimento, sino que nos excita el deseo. Así, pues, ¿qué

dice ahora al exclamar: Óyeme, ¡oh Señor!, porque es benigna tu misericordia? N o difieras oírme; estoy en tanta tribulación, que para mí es benigna tu misericordia. Diferías ayudarme a fin de que me fuese dulce tu ayuda; ya no hay razón para que retardes tu ayuda. Mi tribulación ha llegado hasta cierta medida de infortunio; venga tu misericordia para ejecutar la obra de bondad. Óyeme, ¡oh Señor!, porque tu misericordia es benigna. Según la muchedumbre de tus misericordias, mírame, no según la multitud de mis pecados. 2 [v.18]. No apartes tu rostro de tu niño. Es una recomendación de humildad decir de tu niño, es decir, de tu pequeñuelo, porque ya carezco de la soberbia por el ejercicio de la tribulación. No apartes tu rostro de tu niño: ésta es aquella preciosa misericordia de Dios de la que habló anteriormente. Pues en el verso siguiente declara lo que dijo: Porque estoy atribulado, óyeme con prontitud. ¿Qué quiere decir con prontitud? Que no tienes razón para diferir tu ayuda. Estoy atribulado; ha precedido mi aflicción, siga tu misericordia. 3 [v.19]- Atiende a mi alma y rescátala: esto no necesita explicación. Veamos lo que sigue: A causa de mis enemigos, líbrame: ésta es una petición digna de admirarse, de tratarse extensamente y de no saltarla de prisa, sino más bien de explicarla con toda detención. A causa de mis enemigos, líbrame. ¿Qué significa a causa de mis enemigos, líbrame? Para que sean confundidos, para que sean atormentados por mi liberación. ¿Pues que? Si no hubiese quienes debieran ser atormentados por mi libera-

radiatur aliquo lumine etiam profunditas putei. Sequitur ergo, Ínter passiones exclamans Dominus noster Iesus Chrístus, caput et Corpus; sicut commendavimus, ut quibusdam locis, capitis verba cognoscatis; quae autem dicta fuerint ita ut capiti convertiré non possint, ad Corpus referatis. Sic enim ioquitur Christus tanquam unus; quia et veré umis de quo dictum est: Erunt dúo in carne una (Eph 5,31). Si enim in carne una, quid miraris quia et in voce una? Sequitur ergo, Exaudí me, Domine, quoniam suavis est misericordia tua. Hanc causam asseruit quare debeat exaudiri, quia suavis est misericordia Dei. Nonne magis hoc erat consequens ut diceret, Exaudí me, Domine, ut suavis mihi sit misericordia tua? Quare ergo, Exaudí me, Domine, quoniam suavis est misericordia tua. Suavitatem misericordiae Domini de tribulatione sua commendavit alus quodammodo verbis, cum dixit: Exaudí me, Domine, quoniam tribulor. Revera enim qui dicit, Exaudí me, Domine, quoniam tribulor, causam dicit quare se exaudiri roget: sed homini in tribulatione pósito, necesse est ut suavis sit misericordia Dei. De hac suavitate misericordiae Dei videte quid alio loco Scriptura dicat: Sicut pluvia in siccitate, ita speciosa est misericordia Dei in tribulatione (Eccli 35,26). Quod ibi ait, speciosa; hoc ait hic, suavis. Nec pañis dulcís esset, nisi fames praecederet. Ergo et quando Dominus permittit aut facit ut in tribulatione aliqua simus, etiam tune misericors est; non enim alimentum subtrahit, sed desiderium movet. Itaque quid ait modo: Exaudí

me, Domine, quoniam suavis est misericordia tua? Iam noli differre exauditionem; in tanta tribulatione sum, ut suavis mihi sit misericordia tua. Ad hoc ergo subvenire differebas, ut mihi dulce esset quod subveniebas: iam ergo ultra non est quod difieras; pervenit tribulatio mea ad mensuram certam calamitatis, veniat misericordia tua ad faciendum opus bonitatis. Exaudí me, Domine, quoniam suavis est misericordia tua. Secundum multitudinem miserationum tuarum réspice in me: non secundum multitudinem peccatorum meorum. 2 {v.18]. Ne averías faciem tuam a puero tuo. Et haec humilitatis commendatio est, a puero tuo, id est a parvo; quia iam carui superbia per disciplinam tribulationis: Ne averías faciem tuam a puero tuo. Haec est illa speciosa misericordia Dei quam supra dixit. Nam sequenti versu exponit quod dixit: Quoniam tribudor, velociter exaudí me. Quid est, velociter? Iam non est quod difieras: tribulor; praecessit afflictio mea, sequatur misericordia tua. 3 [v.19]. Intende animae meae, et redime eam. Non indiget expositione: videamus ergo quod sequitur. Propter inimicos meos erue me. Haec plañe miranda petitio est, nec breviter perstringenda, nec cursim transilienda; prorsus miranda: Propter inimicos meos erue me. Quid est, Propter inimicos meos erue me? Ut confundantur, ut crucientur liberatione mea. Quid ergo, si non essent illi qui liberatione mea essent cruciandi, mihi subvenid non debuit? et tune tibi acceptabilis est libe-

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ción, ¿no debiera socorrerme, y sólo entonces te sería aceptable la liberación cuando se diese la condenación de otro? Suponte que no hay enemigos que deban ser confundidos o atormentados por tu liberación; entonces, ¿permanecerías así? ¿No serías librado? ¿O es que se escribió a fin de que sirva a tus enemigos para que puedan convertirse ellos también por tu liberación? Pero es de admirar que esto encierre un motivo de súplica. ¿Acaso es librado el siervo de Dios por su Dios y Señor a fin de aprovechar a otros? Entonces, ¿qué sucedería si faltasen aquellos a quienes aprovechase? Entonces, ¿no habría de ser librado el siervo de Dios? Adondequiera que me vuelva, ya al castigo, ya a la liberación de los enemigos, no veo el motivo de esta súplica: A causa de mis enemigos, líbrame; a no ser que entendamos alguna otra cosa; la que, habiéndola yo de decir ayudándome el Señor, El mismo, que habita en vosotros, la dictaminará en vosotros. Existe cierta liberación de los santos oculta, y ésta se lleva a cabo en atención a ellos. Y hay otra pública y manifiesta; ésta se ejecuta en atención a sus enemigos, ya para castigarlos, ya para librarlos. Así, pues, Dios no libró a los hermanos Macabeos de las torturas y del fuego de los perseguidores, con el que, ensañándose el rey Antíoco, quiso valerse del amor de la madre para que, halagándoles a conservar la vida, desistiesen de su propósito y, prefiriendo vivir para los hombres, muriesen para Dios. Pero aquella madre, que ya no era semejante a Eva, sino a la madre Iglesia, a los que con dolor había parido, con gozo los vio morir a fin de verlos vivos; y por esto les exhortó a que eligiesen más bien morir por las leyes paternas del Señor, su Dios, que vivir quebrantándolas. ¿Qué hemos de juzgar aquí, hermanos, sino que fueron tatio, cum fuerit alterius damnatio? Ecce non sunt inimici, qui vel confundantur, vel torqueantur de liberatione tua: sic remanebis? non liberaberis? An ad hoc ut valeat inimicis mis, quo possint et ipsi tua liberatione converti? Sed et hoc mirum est, si habeat aliquam petitionis causam. Numquid enim ad hoc liberatur servus Dei a Domino Deo suo, ut alii proficiant? Quid, si deessent qui proficerent, ille servus Dei non erat liberandus? Quocumque ergo me convertam, sive ad punitionem, sive ad liberationem inimicorum, non video causam petitionis huius, Propter inimicos meos erue me: nisi aliquid intelligamus, quod cum dixero adiuvante Domino, iudicabit in vobis qui habitat in vobis. Est quaedam liberatio sanctorum occulta: haec propter ipsos fit. Est quaedam publica et manifesta: haec propter inimicos eorum fit; sive puniendos, sive liberandos. Nam utique Deus de ignibus persecutoris non liberavit fratres Machabaeos, quibus Antiochus saeviens etiam matrem adhibuit, cuius blanditiis ad amorem vitae converterentur, et amando vivere hominibus, Deo morerentur. At illa mater, iam non Evae, sed matri Ecclesiae similis, quos cum dolore pepererat ut vivos agnosceret, cum gaudio vidit morientes; et ad hoc hortata est ut eligerent potius morí pro paternis legibus Domini Dei sui, quam vivere contra eas. Quid hic credituri sumus, fratres, nisi quia liberati sunt? Sed occulta fuit.

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librados? La liberación de éstos fue oculta. A Antíoco, por quien fueron martirizados, le pareció haber hecho algo que le dictaba, o más bien le incitaba, su crueldad. Por el contrario, los tres jóvenes pública y manifiestamente fueron librados del horno de fuego, porque sus cuerpos salieron ilesos de él y pública fue su liberación. Aquéllos fueron coronados ocultamente, éstos patentemente librados; sin embargo, todos ellos fueron salvados. ¿Cuál fue el fruto de la liberación de los tres jóvenes? ¿Por qué se les dilató su corona? El mismo Nabucodonosor se convirtió al Dios de ellos; y alabó, porque salvó a sus siervos, al que había despreciado cuando los metió en el horno de fuego. Existe una liberación oculta y otra manifiesta. La liberación oculta pertenece al alma; la manifiesta, al cuerpo. Ocultamente es librada el alma, manifiestamente el cuerpo. Por tanto, si es así, reconozcamos en este salmo la voz del Señor, y entonces diremos que pertenece a la liberación oculta lo que dijo arriba: Atiende a mi alma y líbrala. Falta, pues, la liberación del cuerpo. Pues bien; resucitando El, y subiendo a los cielos, y enviando de allí el Espíritu Santo, se convirtieron, creyendo en él quienes se encruelecieron en su muerte, y así, de enemigos, se hicieron amigos por la gracia de Cristo, no por la justicia de ellos. Por eso prosigue diciendo: A causa de mis enemigos, líbrame. Por tanto, atiende a mi ahna se refiere a la liberación oculta, es decir, a la liberación del alma. Y a causa de mis enemigos líbrame, a la manifiesta, esto es, a la liberación del cuerpo. De nada aprovecharía a mis enemigos si hubieras librado sólo mi alma; han de creer que hizo algo más, que se realizó algo más. ¿Qué utilidad hay en mi sanillorum liberatio: denique ipse Antiochus, a quo occisi sunt, visus est sibi aliquid fecisse quod eius crudelitas dictabat, vel potius incitabat (2 Mach 7). At vero tres pueri de camino ignis aperte liberati sunt (Dan 3,49); quia et corpus eorum erutum est, salus eorum publica fuit. lili ergo sunt in occulto coronad, isti in aperto liberati; omnes tamen salvad. Quis autem fructus liberadonis trium puerorum? Quare eorum corona dilata est? Ipse Nabuchodonosor conversus est ad Deum ipsorum, eumque praedicavit, quia eruit servos suos; quem contempserat, cum eos miserat in caminum. Est ergo liberatio occulta; est liberatio manifesta. Liberatio occulta ad animam, liberado manifesta etiam ad corpus pertinet. In occulto enim anima liberatur, in manifestó corpus. Porro si ita est, in hoc psalmo vocem Domini agnoscamus: ad occultam liberationem pertinet quod supra dixit, lntende animae meae, et redime eam. Restat corporis liberatio: quia eo resurgente, et in cáelos ascendente, et spiritum sanctum desuper mittente (Act 1,9, et 2,4), conversi sunt ad eius fidem qui in eius morte saevierunt; et ex inimicis amici facti sunt per illius gratíam, non per iustitiam suam. Ideo secutus est: Propter inimicos meos erue me. lntende animae meae; sed hoc in occulto: Propter inimicos autem meos erue et corpus meum. Nihil enim inimicis meis proderit, si solam animam liberaveris: aliquid se egisse, aliquid se implevisse credituri sunt. Quae militas in sanguine meo, dum

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gre si llego a c o r r o m p e r m e ? Luego atiende a mi alma y rescátala; esto tú solo lo sabes. Después también, a causa de mis enemigos, líbrame, p a r a q u e m i carne n o se corrompa. 4 [ v . 2 0 ] . Tú conoces mi oprobio, mi confusión y mi vergüenza. ¿Qué es el oprobio, la confusión y la vergüenza? El oprobio es lo q u e el e n e m i g o te echa en cara; la confusión, lo que r e m u e r d e tu conciencia, y la vergüenza, lo q u e hace ruborizar el rostro i n g e n u o p o r la i m p u t a c i ó n de u n falso crimen. N o hay crimen, o, si le hay, n o es de aquel a q u i e n se imputa. Sin embargo, m u c h a s veces se ruboriza la debilidad del alma h u m a n a cuando se i m p u t a una cosa falsa, n o p o r q u e se i m p u t ó , sino porque se creyó. Todas estas cosas se dan en el cuerpo del Señor, puesto q u e la confusión n o podía darse en Cristo, ya q u e en El n o había culpa. Se echaba en cara 'a los cristianos el c r i m e n de ser cristianos. Esta era una gloria, y los valerosos le recibían con agrado; y de tal m o d o le recibían, que p o r nada se avergonzaban del n o m b r e de su Señor. ¿Cómo habría de cubrírseles su rostro de vergüenza teniendo a Pablo al frente, que decía: No me avergüenzo del Evangelio, -puesto que es virtud de Dios, en orden a la salud, para todo creyente? ¡Oh Pablo!, ¿no eres t ú t a m b i é n adorador del Crucificado? Poco es para m í , dice, n o avergonzarme de esto; es más, sólo m e glorío de aquello q u e piensa el e n e m i g o q u e m e ruboriza: A mí no me acaezca gloriarme sino en la cruz del nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. A este rostro sólo p o d í a echársele en cara el o p r o b i o , p o r q u e n o podía haber confusión en su a l m a

curada, ni vergüenza en frente tan libre. P e r o c o m o se inculpase a algunos por haber m a t a d o a Cristo, con razón se c o m p u n g i e r o n de su mala acción, y saludablemente se confundieron y convirtieron, de tal suerte q u e p u d i e r o n decir: Tú conociste mi confusión. T ú , Señor, n o sólo conociste m i oprobio, sino t a m b i é n m i confusión; y en algunos t a m b i é n la vergüenza, los cuales, a u n q u e crean en m í , sin e m b a r g o , se avergüenzan de confesarse en público delante de los impíos, p u d i e n d o ante sí m á s la lengua h u m a n a q u e la promesa divina. Vedlos y encomendadlos a D i o s p a r a q u e n o les deje así, sino para que ayudándolos los perfeccione. Pues dijo cierto h o m b r e creyendo y t i t u b e a n d o : Creo, Señor; ayuda mi incredulidad. En tu presencia están todos los que me atormentan. ¿Por q u é siento el oprobio, por q u é la confusión, por q u é la vergüenza? T ú lo sabes. Luego l í b r a m e p o r causa de mis enemigos, pues tú conoces todas estas cosas mías, ellos las ignoran; y como ellos están en tu presencia, i g n o r a n d o estas cosas, n o p u e den ser confundidos o corregidos a n o ser q u e claramente m e libres a causa de mis enemigos. 5 [ v . 2 1 ] . Oprobio y miseria esperó mi corazón. ¿Qué significa esperó? P r e v i o q u e h a b í a n de suceder estas cosas, p r e d i j o estas cosas como futuras. N o vino al m u n d o a otra cosa. Si n o hubiera q u e r i d o morir, tampoco hubiera q u e r i d o nacer; ejecutó ambas cosas p o r causa de la resurrección. D o s cosas eran conocidas al g é n e r o h u m a n o y una desconocida. Los h o m b r e s conocíamos el nacer y el morir, p e r o ignorábamos el resucitar y el vivir e t e r n a m e n t e . Para darnos a conocer lo que ignorábamos

descendo in corruptionem? (Ps 29,10). Ergo, intende animae meae, et redime eam; quod tu solus seis: deinde et propter inimicos meos erue me, ut caro mea non videat corruptionem. 4 [v.20]. T» enim cognoscis opprobrium meum, et confusionem meam, et verecundiam meam. Quid est, opprobrium? quid est confusio? quid verecundia? Opprobrium est quod obiicit inimicus. Confusio est quae motdet conscientiam. Verecundia est quae facit ingenuam frontera etiam de falsi criminis obiectione erubescere. Non est crimen; aut etsi crimen est, non est illius cui obiicitur: sed tamen inf¡imitas humani animi plerumque verecundatur, etiam cum falsum obiicitur; non quia obiectum est, sed quia creditum. Omnia haec sunt in corpore Domini. Nam confusio in illo non poterat esse, in quo culpa non inveniebatur. Obiiciebatur crimen Christianis, hoc ipsum quod Christiani essent. Illa quidem gloria erat: fortes libenter accipiebant, et sic accipiebant, ut omnino de nomine Domini sui non erubescerent. Operuerat enim irreverentia faciem ipsotum, habentium frontem Pauli dicentis: Non enim. erubesco de Evangelio; virtus enim Dei est in salutem omni credenti (Rom 1,16). O Paule, nonne tu es adorator Crucifixi? Parum est, inquit, inde mihi non erubescere; imo hinc solum glorior, unde me putat inimicus erubescere. Mihi enim absit gloriari, nisi in cruce Domini nostri lesu Christi, per quem mihi mnndus crucifixus est, et ego mundo (Gal 6,14). Huic ergo tali fronti opprobrium solum poterat obiici. Nam

nec confusio poterat esse in conscientia iam sanata, nec verecundia in fronte tam libera. Sed cum obiieeretur quibusdam quod Christum interfecerint; mérito compuncti sunt mala conscientia, et salubriter confusi atque conversi, ut possent dicere: Tu cognovisti confusionem meam. Tu ergo, Domine, nosti, non solum opprobrium meum, sed et confusionem meam; in quibusdam et verecundiam, qui quamvis in me credant, publice me tamen coram impiis confiteri erubescunt, plus apud se valente lingua humana quam promissione divina. Videte ergo eos: et commendantur tales Deo, non ut sic relinquat, sed ut eos adiuvando perficiat. Dixit enim et quidam credens, et titubans: Credo, Domine; adiuva incredtilitatem meam (Me 9,23). In conspectu tuo sunt omnes tributantes me. Quare mihi sit opprobrium, tu- nosti; quare confusio, tu nosti; quare verecundia, tu nosti: ergo erue me propter inimicos meos, quia tu nosti ista mea, illi non norunt; ac per hoc, quia ipsi in conspectu tuo sunt, ista nescientes non poterunt vel confundí vel corrigi, nisi manifesté me erueris propter inimicos meos. 5 [v.21]. Opprobrium exspectavit cor meum et miscriam. Quid est, exspectavit? Futura ista praevidit, futura ista praedixit. Non enim venit ad aliud. Si mori nollet, nec nasci vellet: causa resurrectionis utrumque fecit. Dúo enim quaedam nobis in genere humano nota erant, unum autem incognitum. Nasci quippe nomines et mori sciebamus; resurgere et in aeternum vivere nesciebamus. Ut ostenderet nobis quod non nove-

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llevó a cabo las dos cosas q u e conocíamos. A esto vino. Oprobio y miseria esperó mi corazón. ¿Pero la miseria de quién? Esperó la miseria, p e r o m á s bien la de los q u e le crucificaron y persiguieron; de suerte q u e en ellos se hallaba la miseria, y en El la misericordia, ya q u e , compadeciéndose de ellos estando pendiente de la cruz dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Oprobio y miseria esperó mi corazón; y confié que alguno se entristeciese conmigo, y no lo hubo. Luego ¿qué aprovechó el confiar?, esto es, ¿qué aprovechó el predecir, q u é aprovechó el decir vine a esto? V i n o para q u e se cumpliese lo q u e dije: Esperé que alguno se entristeciese conmigo, y no lo hubo; y consoladores, y nos los hallé, es decir, y nos los h u b o . Lo q u e dijo en el versillo anterior: Confié que alguno se entristeciese, esto lo rep i t e en el siguiente al decir: y consoladores. Lo q u e consigna en el versillo anterior: y no lo hubo, lo dice en el siguiente: y no los hallé. Luego n o son proposiciones distintas, sino la m i s m a sentencia anterior repetida. Sí confirmamos esta sentencia, n i n g u n a controversia p u e d e originarse de ello. ¿Por v e n t u r a n o se entristecieron sus discípulos c u a n d o fue conducido a la pasión, cuando fue suspendido del leño, cuando m u r i ó ? Hasta tal p u n t o se entristecieron, q u e María Magdalena, q u e fue la p r i m e r a q u e le vio resucitado, al anunciarles gozosa lo q u e había visto, los e n c o n t r ó llorando. El Evangelio dice estas cosas; n o es una o p i n i ó n mía, n o es una conjetura m í a ; consta q u e se dolieron, consta q u e los discípulos lloraron. T a m b i é n lloraron las mujeres que n o e r a n allegadas a Cristo cuando era llevado al suplicio, a las que volviénramus, suscepit dúo quae noveramus. Ad hoc ergo venit. Opprobrium exspectavit cor meum et mlseriam. Sed miseriam cuius? Exspectavit enim miseriam, sed magis crucifigentium, magis persequentium; ut in illis esset miseria, in illo misericordia. Miseriam quippe illorum miserans etiam pendens in cruce: Pater, inquit, ignosce illis, quia nesciunt quid faciunt (Le 23,34). Opprobrium exspectavit cor meum et miseriam: et sustinui qui simul contristaretur, et non fuit. Quid ergo profuit quia expectavi? hoc est, quid profuit quia praedixi? quid profuit quia dixi ideo me venisse? Ventum est ut impleretur quod dixi: sustinui qui simul contristaretur, et non fuit; et consolantes, el non inveni; hoc est, non fuit. Quod enim superiore versu dixit, Sustinui qui simul contristaretur; hoc sequenti versu, et consolantes. Quod autem superiore versu, et non fuit; hoc sequenti versu, et non inveni. Ergo non altera subiecta, sed superior repetita sententia est. Quam sententiam si retractemus, quaestio nonnulla poterit oboriri. Numquid enim discipuli eius non sunt contristan, quando ductus est ad passionem, quando ligno suspensus, quando mortuus? Usque adeo contristan, ut illa Maria Magdalene, quae primo eum vidit, gaudens lugentibus nuntiaret quid viderit (lo 20,18, et Me 16,9). Evangelium ista loquitur; non nostra praesumptio, non nostra suspicio est; constat doluisse, constat luxisse discípulos. Extraneae mulieres flebant, quando ad passionem ducebatur; ad quas conversus ait:

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dose dijo: Llorad por vosotras, mas no por mí. Entonces, ¿cómo es que esperó q u e a l g u n o se entristeciese con El y n o lo hubo? Indagamos, y encontramos a tristes, a sollozantes y a g i m i e n t e s ; de aquí q u e nos extraña esta sentencia: Confié que alguno se entristeciese conmigo, y no lo hubo; y consoladores, y no los hallé. E x a m i n e m o s con m á s diligencia, y veremos q u e esperó que alg u n o se entristeciese con El, y n o lo h u b o . Aquellos de los q u e h e m o s hablado se entristecían carnalmente, por la vida mortal, q u e había de ser cambiada con la m u e r t e y restablecida con la resurrección; de aquí procedía aquella tristeza. La tristeza debió de ser de aquellos q u e , ciegos, m a t a r o n al médico; que, febricitantes, como frenéticos, perniciosamente injuriaban a A q u e l por q u i e n se les ofrecía la salud. El quería curar, ellos ensañarse; de aquí la tristeza del médico. Indaga a ver si e n c o n t r ó compañ e r o de esta tristeza. N o dijo: Esperé q u e alguno se entristeciese, y n o lo hubo, sino: Esperé que a l g u n o se entristeciese conmigo, es decir, p o r lo q u e yo m e entristecí, y no lo hallé. San P e d r o ciertamente a m ó m u c h o y se arrojó sin dudar a las aguas para cam i n a r por encima de ellas, y a la voz del Señor fue librado; y al ser conducido Cristo a la pasión, llevado de la intrepidez del amor, le siguió; sin e m b a r g o , turbado, le negó p o r tres veces. ¿De q u é procedió? D e q u e le parecía u n m a l morir. Evitaba lo q u e pensaba ser u n mal. Lo que él evitaba, esto afligía al Señor. Antes t a m b i é n había dicho P e d r o al Señor: Aparta de ti tal pensamiento, Señor; Dios te será propicio, no acontecerá esto. Entonces mereció ser llamado satanás después de haber o í d o del m i s m o Señor: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás. L u e g o en la tristeza que tenía el Señor de aquellos p o r quienes oró diciendo: Flete: sed vos, nolite me (Le 23,28). Quomodo ergo sustinuit qui simul contristaretur, et non fuit? Attendimus, et invenimus tristes, et lugentes, et plangentes; unde nobis mira videtur ista sententia: Sustinui qui simul contristaretur, et non fuit; et consolantes, et non inveni. Intendamus diligentius, et videbimus eum sustinuisse qui simul contristaretur, et non fuisse. Contristabantur enim illi carnaliter de vita mortali, quae mutanda fuerat morte, et reparanda resurrectione: hinc erat illa tristitia. De illis enim esse debuit, qui caeci medicum occiderunt, qui tanquam perniciose febrientes phrenetici, faciebant iniuriam ei a quo illis fuerat salus allata. Ule volebat curare, illi saevire: hinc tristitia medico. Quaere utrum invenerit huius tristitiae comitem. Non enim ait, sustinui qui contristaretur, et non fuit; sed, qui simul contristaretur, id est, ex ea re, qua ergo, contristaretur, et non inveni. Petrus certe plurimum amavit, et in fluctus calcandos se sine dubitatione proiecit, et ad vocem Domini liberatus est (Mt 14,29-31): et eum ductum ad passionem, amoris audacia consecutus, tamen turbatus, ter negavit. Unde, nisi quia malum illi videbatur morí? Id enim devitabat quod malum putabat. Hoc ergo et in Domino dolebat, quod ipse devitabat. Propterea et ante dixerat, Absit a te, Domine; propitius tibi esto, non fiet istud: quando meruit audire, Satanás; posteaquam audierat, Beatas es, Simón Bar lona (Ib. 16,17.22.23).

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Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen, n o encontró c o m p a ñ e r o alguno. Y confié que alguno se entristeciese conmigo, y no lo hubo. N o h u b o en absoluto n i n g u n o . Y consoladores, y no los hallé. ¿Quiénes son los consoladores? Los que aprovechan, pues ellos son los q u e nos consuelan, ellos son el consuelo para todos los predicadores de la verdad. 6 [ v . 2 2 ] . Y me dieron hiél por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre. El Evangelio nos indica que esto se cumplió a la letra. P e r o habéis de saber, hermanos, q u e esto m i s m o de n o encontrar consoladores, esto m i s m o de n o encontrar q u i e n se entristeciese conmigo, fue mi hiél, m i amargura, m i vinagre: amargura, p o r causa de la aflicción; vinagre, p o r m o t i v o de su vejez y ranciedad. Leemos en el Evangelio q u e ciertamente le ofrecieron hiél, p e r o en bebida, n o en comida. Sin e m b a r g o , así debe entenderse y así se c u m p l i ó lo q u e aquí fue p r e d i c h o tanto tiemp o antes: Y me dieron hiél por comida. N o sólo en este dicho, sino t a m b i é n en este hecho, debemos indagar el misterio; tratar de averiguar los secretos; entrar, rasgando el velo del t e m p l o , en el santuario; ver allí el sacramento o investigar lo que así se dijo o lo q u e así se hizo. Me dieron—dice—hiél por comida. Lo q u e le dieron n o era comida, era bebida; p e r o se la dieron p o r comida, puesto que ya el Señor había t o m a d o la comida y e n ella echaron hiél. Había t o m a d o la comida suave c u a n d o c o m i ó con sus discípulos la pascua. Allí les ofreció el sacramento de su cuerp o y sangre. En esta comida tan delicada y tan dulce de la unidad de Cristo, la que recomienda el Apóstol, diciendo: Como un solo

pan, asi somos los muchos un solo cuerpo; en esta agradable comida, ¿quién es el q u e ofrece la hiél si n o es el i m p u g n a d o r del Evangelio, al estilo de aquellos perseguidores de Cristo? M e n o s pecaron los judíos crucificando al q u e andaba p o r la tierra q u e quienes desprecian al que se halla ya sentado en el cielo. Luego lo que le dieron los judíos al darle en comida, q u e ya había tomado, a beber aquella amarga bebida, esto m i s m o lo hacen los q u e viviendo m a l escandalizan a la Iglesia. Esto lo hacen los herejes que irritan a Dios; p e r o no se engrían en sí mismos. Ellos arrojan hiél sobre a l i m e n t o tan agradable. ¿Más q u é hace el Señor? N o lo a d m i t e en su cuerpo, en su estómago. E n c e r r a n d o u n misterio, el Señor, al ofrecerle la hiél, la gustó o la p r o b ó , p e r o n o la quiso beber. Si n o los tolerásemos, t a m p o c o los probaríamos o gustaríamos; mas como es necesario tolerarlos, t a m b i é n lo es gustarlos. P e r o c o m o éstos n o p u e d e n formar p a r t e de los m i e m b r o s de Cristo, p u e d e n ser gustados, mas no p u e d e n ser recibidos en el cuerpo. Y me dieron hiél por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre. T e n í a sed, y m e dieron vinagre; es decir, deseaba su fe, y encontré su vejez o ranciedad. 7 [ v . 2 3 - 2 4 ] . Conviértaseles, delante de ellos, su mesa en lazo. El lazo que m e tendieron d á n d o m e tal bebida les sirva de lazo. ¿Por q u é delante de ellos? H u b i e r a bastado decir: Conviértaseles su mesa en lazo. Tales son quienes conocen su iniquidad y obstinadísimamente perseveran en ella; y de tal m o d o persisten en ella, que delante de ellos se les convierte en su p r o p i o lazo. Son demasiado perversos; por eso bajan vivos al infierno. En fin,

Ergo in tristitia quam habebat Dominus de illis pro quibus oravit, Pater, ignosce illis, quia nesciunt quid faciunt, nullum comitem invenit. Et sustinui qui simul contristaretur, et non fuit. Prorsus non fuit. Et consolantes, et non inveni. Qui sunr consolantes? Proficientes. Ipsi enim nos consolantur, ipsi sunt solatio ómnibus praedicatoribus veritatis. 6 [v.22]. Et deierunt in escam meam fel, et in siti mea potaverunt me aceto. Factum est quidem ad litteram, et Evangelium hoc nobis indicat. Sed intelligetidum est, fratres, hoc ipsum quod non inveni consolantes, hoc ipsum quod non inveni qui simul contristaretur, hoc fuit fel meum, hoc mihi amarum, hoc acetum fuit: amarum propter moerorem, acetum propter eorum vetustatem. Namque legimus illi quidem oblatum fel, sicut Evangelium loquitur (Ib. 27,34); sed in potum, non in escam. Verumtamen sic accipiendum et impletum quod hic fuerat ante praedictum, Dederunt in escam meam fel: et in isto ipso facto, non solum in hoc dicto, mysterium requirere debemus, secreta pulsare, velum templi conscissum intrare, videre ibi sacramentum, vel quod ita dictum est, vel quod ita factum est. Dederunt, inquit, in escam meam fel. Non ipsum quod dederunt esca erat; potus enim erat: sed in escam dederunt; quia iam Dominus escam acceperat, et in ipsam iniectum est fel. Acceperat autem ipse escam suavem, quando pascha manducavit cum discipulis suis: ibi sacramentum sui corporis demonstravit (Le 22,19). In hanc escam tam suavem, tam dulcem unitatis Christi, quam commendat Apos-

tolus, dicens, Quia unus pañis, unum corpus multi sumus (1 Cor 10,17); in hanc escam suavem quis est qui dat fel, nisi contradictores Evangelii, tanquam illi persecutores Christi? Minus enim peccaverunt ludaei crucifigentes in térra ambulantem, quam qui contemnunt in cáelo sedentem. Quod ergo fecerunt ludaei, ut in escam quam iam acceperat darent bibendum amarum illum potum, hoc faciunt qui male vivendo scandalum inferunt Ecclesiae: hoc faciunt haeretici amaricantes; sed non exaltentur in semetipsis (Ps 65,7). Dant fel super tam iucundum cibum. Sed quid facit Dominus? Non admittit ad corpus suum. Hoc sacramento ipse Dominus, quando illi obtulerunt fel, gustavit, et noluit bibere (Mt 27,34). Si non eos pateremur, nec omnino gustaremus: quia vero necesse est eos pati, necesse est gustari. Sed quia in mernbris Christi tales esse non possunt, gustari possunt, recipi in corpus non possunt. Et dederunt in escam meam fel, et in siti mea potaverunt me aceto. Sitiebam, et acetum accepi; id est fidem illorum desideravi, et vetustatem inveni. 7 [v.23.24}. Eiat mensa eorum coram ipsis in muscipulam. Qualem muscipulam mihi exhibuerunt, dando mihi talem potum, talis muscipula illis sit. Ouare ergo, coram ipsis? Sufficeret, Eiat mensa eorum in muscipulam. Sunt tales qui iniquitatem suam noverunt, et in ea pertinacissime perseverant: coram ipsis fit muscipula eorum. Perniciosi nimis ipsi sunt, qui descendunt in infernum viventes (Ps 54,16). Denique de persecutoribus quid dictum est? Nisi quia Dominus erat in nobis, fortas-

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¿qué se dijo d e los perseguidores? A no haber estado el Señor con nosotros, quizá nos hubieran tragado vivos. ¿Qué significa vivos? Q u e sabiendo, se consiente con aquellos a quienes n o debemos hacerles caso. Luego delante de ellos se convierte en lazo y n o se corrigen. C o n todo, siéndoles lazo delante de ellos, ¿no caerán? V e d q u e conocieron el lazo y m e t e n el pie y ofrecen el cuello para ser apresados. ¡Cuánto mejor les hubiera sido apartarse del lazo, reconocer el pecado, condenar el error, carecer de amargura, pasar al c u e r p o de Cristo, buscar la gloria de D i o s ! Pero tan poderosa es la presunción, q u e , estando el lazo a la vista, caen en él. Oscurézcanse sus ojos para que no vean; así p r o sigue aquí, a fin de que, c o m o vieron sin tener por qué, se les convierta el ver en n o ver. Conviértaseles, delante de ellos, su mesa en lazo. Conviértaseles, delante de ellos, en lazo: n o son palabras de q u i e n desea, sino de q u i e n profetiza; n o p a r a q u e se cumpla (en ellos), sino p o r q u e había de cumplirse. M u c h a s veces os he recordado esto, y debéis tenerlo siempre presente, a fin de q u e lo q u e dice la m e n t e profetizante en n o m b r e del Espíritu de Dios, n o aparezca ser una imprecación. Se hará, y n o p o d r á m e n o s d e acontecer, q u e les sobrevengan estas cosas a éstos. Y c o m o vemos q u e se dicen p o r el Espíritu Santo que han de acontecer estas cosas a los malos, escarmentemos en cabeza ajena evit a n d o nosotros tales males, pues esto es lo que nos conviene e n t e n d e r y sacar de provecho de los enemigos. L u e g o les sirva a ellos de retribución y de tropiezo. ¿Por v e n t u r a esto es injusto? Es justo. ¿Por qué? P o r q u e es retribución, pues se les da lo que se les debía. Luego les sirve de retribución y de tropiezo, p o r q u e ellos para sí son tropiezo. se vivos absorbuissent nos (Ps 123,2.3). Quid est, vivos? Consentientes illis, et scientes quia eis consentiré non debebamus. Ergo coram ipsis fit muscipula, et non corriguntur. Vel quia coram ipsis est muscipula, non incidant? Ecce norunt muscipulam, et pedem mittunt, et tenenda colla subiiciunt. Quanto melius erat everti a muscipula; peccatum cognoscere, errorem damnare, amaritudine carere, in Corpus Christi transiré, Domini gloriara quaerere! Sed tantum valet animi praesumptio, ut et coram ipsis muscipula sit, et incidant in eam. Obscurentur oculi eorum, ne videant, sequitur hic; ut quoniam sine causa viderunt, fiat illis et non videre. Viat ergo mensa eorum coram ipsis in muscipulam. Coram ipsis fiat in muscipulam, non optantis est, sed prophetantis; non VA fiat, sed quia fiet. Hoc saepe commendavimus, et meminisse debetis, ne quod praesaga mens in Spiritu Dei dicit, malevole imprecan videatur. Fiat ergo; nec potest aliter fieri, nisi ut talibus ista eveniant. Et quoniam videmus per Spiritum Dei dici talia eventura malis; ad hoc in illis haec intelligamus, ut nos talia devitemus: hoc enim nobis prodest intelligere, et ex inimicis proficere. Fiat ergo illis, et in retributione», et in scandalum. Et numquid iniustum est hoc? Iustum est. Quare? Quoniam in retributionem: non enim aliquid illis accideret quod non debebatur. In retri-butionem fit, et in scandalum, quia ipsi sibi sunt scandalum.

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8. Oscurézcanse sus ojos para que no vean y encorva perpeUiamente su espalda. Esto ú l t i m o es consecuencia de lo anterior. P o r q u e aquellos a quienes se les h a n oscurecido los ojos para n o ver, es natural q u e se les encorve el espinazo. ¿Por q u é esto? Porque, al cesar de pensar en las cosas de arriba, es necesario q u e piensen e n las de abajo. El q u e oye b i e n tiene puesto el corazón en lo alto; n o tiene encorvada la espalda. T e n i e n d o erguida su figura, espera colocada su esperanza en el cielo, m á x i m e si envió su tesoro delante, a d o n d e le seguirá su corazón. P o r el contrario, quienes n o q u i e r e n saber nada de la vida futura, ya están cegados y piensan en las cosas de abajo. Y esto es tener el espinazo encorvado, de cuya enfermedad curó el Señor a cierta mujer. Satanás la había t e n i d o atada d u r a n t e dieciocho años, p e r o el Señor, curándola, la enderezó, y p o r q u e lo hizo en sábado se escandalizaron los judíos. C o n razón se escandalizaron al verla enderezada los q u e estaban encorvados. Y encorva para siempre su espalda. 9 [ v . 2 5 ] . Derrama tu ira sobre ellos, y el furor de tu ira los agarre. Esto es claro; pero, sin e m b a r g o , al decir los agarre parece indicar q u e huyen. ¿Adonde h a n de huir? ¿Al cielo? T ú estás allí. ¿Al infierno? Estás presente. N o quieren recibir sus alas p a r a volar derechamente. El furor de tu ira los agarre, es decir, n o los p e r m i t a huir. 10 [ v . 2 6 ] . Quede desierta su morada. Esto ya aparece en público. C o m o dio a n t e r i o r m e n t e a conocer su liberación, n o sólo la oculta, diciendo: Atiende a mi alma y rescátala, sino t a m b i é n la manifiesta en cuanto al cuerpo, a ñ a d i e n d o : A causa de mis ene8. Obscurentur oculi eorum, ne videant; et dorsum illorum semper incurva. Hoc consequens est. Nam quorum oculi fuerint obscurati, ne videant, sequitur ut dorsum illorum incurvetur. Unde hoc? Quia cum cessaverint superna cognoscere, necesse est ut de inferioribus cogitent. Qui bene audit, Sursum cor, curvum dorsum non habet. Erecta quippe statura exspectat spem repositam sibi in cáelo; máxime si praemittat thesautum suum, quo sequatur cor eius (Mt 6,21). At veto qui futurae vitae spem non intelligunt iam excaecati, de inferioribus cogitant: et hoc est habere dorsum curvum; a quo morbo Dominus mulierem illam liberavit. Alligaverat enim eam satanás annis decem et octo; et eam curvatam erexit, et quia sabbato faciebat, scandalizati sunt Iudaei: bene scandalizati sunt de illa erecta, ipsi curvi (Le 13,16). Et dorsum illorum semper incurva. 9 [v.25}. Effunde super eos iram tuam, et indignatio irae tuae comprehendat eos. Plana sunt: sed tamen, comprehendat eos, quasi fugientes agnoscimus. Quo autem fugituri sunt? In caelum? Tu ibi es. In infernum? Ades (Ps 138,8). Pennas suas nolunt recipere, ut volent in directum: Comprehendat eos indignatio irae tuae; non eos permittat effugere. 10 [v.26]. Viat habitatio eorum deserta. Hoc iam in manifestó. Quomodo enim liberationem suam non solum oceultam commendavit dicens, Intende animae meae, et redime eam; verum etiam manifestam

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migos, líbrame; así t a m b i é n predice a éstos ciertas calamidades ocultas de las q u e poco antes se hablaba. P o r q u e ¡cuan poca gente conoce la desgracia del h o m b r e que tiene ciego el corazón! Le faltan los ojos del cuerpo; todos los h o m b r e s le tienen p o r desgraciado. P i e r d e los ojos de la m e n t e , pero, sin e m b a r g o , se ve r o d e a d o de la abundancia de los bienes terrenos; le llaman feliz, p e r o los q u e p e r d i e r o n de semejante m a n e r a los ojos de la m e n t e . Luego ¿qué falta de darse a conocer claramente para que se muestre a todos q u e se v e n g ó de ellos? P o r q u e la ceguedad d e los judíos es castigo oculto, ¿cuál es el patente? Quede desierta su casa y no haya quien habite en sus tiendas. Esto aconteció en la m i s m a ciudad de Jerusalén, en la q u e se creyeron omnipotentes, g r i t a n d o contra el H i j o de D i o s : ¡Crucifica, crucifícale!, y prevaleciendo sobre él, p o r q u e p u d i e r o n matar al que resucitaba a los muertos. ¡Qué poderosos, q u é grandes se creyeron! D e s p u é s sobrevino el castigo del Señor; fue tomada al asalto la ciudad; sometidos los judíos, matados infinidad de miles de hombres. A h o r a a n i n g ú n judío se le p e r m i t e acercarse allí. En donde pudieron gritar contra el Señor, n o les p e r m i t e el Señor habitar. Perdieron el lugar de su furor, ¡y ojalá que conozcan ahora el lugar de su paz! ¿De q u é le aprovechó el decir Caifas: Si le dejamos así, vendrán los romanos y nos quitarán el lugar y la nación? Ved que le m a t a r o n , y El vive, y vinieron los romanos y les q u i t a r o n el lugar y el reino. H a poco oíamos al leer el Evangelio: ¡Jerusalén, Jerusalén! ¡Cuántas veces quise congregar

a tus hijos como la gallina congrega a sus polluelos debajo de sus oíos, y no quisiste! Esto m i s m o se dice aquí en el salmo de este m o d o : Quede tu casa desierta y no haya quien habite en sus tiendas. No haya quien habite, p e r o n i n g u n o de ellos. P o r q u e todos aquellos lugares están llenos de hombres, p e r o vacíos de judíos. 11 [ v . 2 7 ] . ¿Por q u é esto? Porque a quien tú heriste, ellos le persiguieron, y aumentaron dolor al dolor de mis heridas. ¿En qué pecaron persiguiendo al q u e hirió Dios? ¿Qué cosa se les imputa? La malicia. En Cristo se hizo lo q u e convenía. Ciertam e n t e había v e n i d o a padecer y castigó a aquel p o r q u i e n padeció. P o r q u e J u d a s el traidor fue castigado, y Cristo crucificado; p e r o nos r e d i m i ó con su sangre y castigó a Judas p o r su venta. Arrojó el precio de plata con el q u e v e n d i ó al Señor y no se aprovechó del precio por el cual él era r e d i m i d o por el Señor. Esto aconteció en Judas. Pero c o m o vemos que hay cierta medida de retribución en todos y que n o p u e d e p e r m i t i r s e a alguno ensañarse m á s de lo q u e le ha sido concedido, ¿cómo es que añadieron algo ellos? ¿O cuál es esta vulneración del Señor? Sin duda habló en persona de aquel de q u i e n recibió el cuerpo, de q u i e n había t o m a d o la carne, es decir, del género h u m a n o , del m i s m o A d á n , que fue herido el p r i m e r o con la m u e r t e p o r causa de su pecado. Los hombres nacen en este m u n d o , p o r castigo, mortales; por tanto, los perseguidores añaden castigo a este castigo. El h o m b r e n o hubiera m u e r t o aquí si Dios n o le hubiera herido. ¿Por q u é te ensañas tú más en él? ¿Por ventura es poca cosa para el h o m b r e

secundum Corpus, adiíciens, Propter inimicos meos erue me: ita et his futuras quasdam calamitates praedicit occultas, de quibus paulo ante loquebatur. Nam quotusquisque est, qui intelligat infelkitatem hominis cuius cor iam caecum est? Tollantur illi oculi corporis; omnes homines miserum dicunt: petdat oculos mentis, sed tamen circumfluat omni abundantia rerum; felicem appellant, sed qui similiter mentis oculos perdiderunt. Ergo iam quid aperte, ut appareat ómnibus quia vindicatum est in eis? Nam caecitas Iudaeorum, occulta vindicta est: manifesta vero quae? Fiat habitatio eorum deserta, et in tabernaculis eorum non sit qui inhabitet. Factum est hoc in ipsa civitate Ierusalem, in qua sibi visi sunt potentes, clamando adversus Filium Dei, Crucifige, crucijige (lo 19,6); et praevalendo, quia potuerunt occidere eum qui mortuos suscitabat. Quam sibi potentes, quam magni visi sunt! Consecuta est postea vindicta Domini; expugnata est civitas, debellati Iudaei, occisa nescio quot homimim millia. Nullus illuc modo permittítur accederé Iudaeorum; ubi potuerunt adversus Dominum clamare, ibi a Domino non permittuntur habitare. Perdiderunt locum furoris sui: atque utinam vel nunc agnoscant locum quietis suae! Quid profuit illis Caiphas dicendo: Nos si istum dimiserimus sic, venient Romani, et tollent nobis et locum et regnum? (lo 11,48). Ecce et non eum dimiserunt vivum, et ille vivit; et venerunt Romani, et tulerunt eis et locum et regnum. Modo audiebamus, eum Evangelium legeretur: Ierusalem, Ierusalem, quoties volui congregare filias tuos, tanquam gallina pullos suos sub alas

suas; et noluisti! Ecce relinquetur vobis domus vestra deserta (Mt 23,37 et 38). Hoc et hic dicitur: Fiat habitatio eorum deserta, et in tabernaculis eorum non sit qui inhabitet. Non sit qui inhabitet, sed ex numero illorum. Nam loca illa omnia et hominibus plena sunt, et Iudaeis inania. 11 [v.27]. Quare hoc? Quoniam quem tu percussisti, ipsi persecuti sunt, et super dolorem vulnerum meorum addiderunt. Quid ergo peccavetunt, si a Deo percussum persecuti sunt? Quid animo eorum imputatut? Malitia. Nam id in Christo factum est quod oportebat. Pati utique venetat, et punivit per quem passus est. Nam ludas traditor punitus est, et Christus crucifixus est; sed nos redemit sanguine suo, et punivit illum de pretio suo. Proiecit enim pretium argenti quo ab illo Dominus venditus erat, nec agnovit pretium quo ipse a Domino redemptus erat (Ib. 27,5). Factum est hoc in luda. Sed eum videamus mensuram quamdam esse retributionis in ómnibus, nec quemquam posse permitti amplius saevire quam acceperit potestatem; quomodo illi addiderunt, aut quae est ista peteussio Domini? Nimirum ex persona locutus est eius unde corpus acceperat, unde carnem assumpserat, id est generis humani, ipsius Adae qui percussus est primo morte propter peccatum suum (Gen 3,19). Mortales ergo hic homines eum poena nascuntur: huic poenae addunt, quicumque homines fuerint persecuti. Iam enim homo hic moriturus non esset, nisi illum Deus percussisset: quid ergo tu homo saevis amplius? parumne homini est, quod aliquando moriturus est? Pottat ergo unusquisque nostrum poenam suam; huic poenae volunt

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morir? Cada u n o de nosotros lleva su p r o p i o castigo, a éste intentan añadir otro quienes nos persiguen. Esta p e n a (de la m u e r t e ) es castigo del Señor. E n efecto, D i o s hirió p o r sentencia al h o m bre. En el día que tocareis (el fruto del árbol)—dice—moriréis con muerte. D e esta m u e r t e había recibido El la carne, y nuestro h o m b r e viejo fue crucificado con El. En persona de él dijo: A quien tú heriste, ellos le persiguieron, y añadieron dolor al dolor de mis heridas. ¿A q u é dolor? Al dolor de mis pecados ellos añadieron más, pues llamó heridas a sus pecados. P e r o n o atiendas a la Cabeza, m i r a el cuerpo, pues en representación de él se dijo p o r El en aquel salmo en el q u e dio a conocer su voz, puesto que, estando p e n d i e n t e de la cruz, clamó con aquel p r i m e r versillo: ¡Oh Dios, Dios mío!, mírame; ¿por qué me has desamparado?; y a continuación dice allí rriismo: Las voces de mis delitos están distantes de mi salud. Estas son las heridas causadas por los ladrones en el c a m i n o a aquel a q u i e n se le transportó en su jum e n t o ; a quien el sacerdote y el levita, p a s a n d o p o r el camino, encontraron y desdeñaron, y n o p u d o ser curado por ellos; mas p a s a n d o el samaritano, compadeciéndose del herido, se acerca a él y le carga sobre su propio jumento. Samaritano se traduce en latín por cusios (guardián). ¿Quién es el g u a r d i á n sino el Salvador nuestro, Jesucristo? El que resucitó de entre los muertos, ya n o ha de morir, pues n o d u e r m e ni se adormita el q u e custodia a Israel. Y añadieron dolor al dolor de mis heridas,

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Oración del pueblo vejado

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esto? sobre

maldad. ¿Cómo añadirá D i o s iniquidad? ¿Acaso tiene iniquidad que añadir? Sabemos q u e es cierto lo que se dijo p o r el apóstol San P a b l o : ¿Qué diremos? ¿Por ventura hay iniquidad en Dios? De ninguna manera. Luego ¿cómo ha de añadir maldad sobre maldad? ¿Cómo hemos de e n t e n d e r esto? M e ayude D i o s para hablar, y, a t e n d i e n d o a vuestra fatiga, p o d e r hacerlo con brevedad. La iniquidad fue de ellos, p o r q u e m a t a r o n al h o m b r e justo; y a ésta se añadió otra iniquidad: crucificar al H i j o de Dios. Su ensañamiento se dirigió contra el h o m b r e ; pero, si le h u b i e r a n conocido, jamás h u b i e r a n crucificado al Señor de la gloria. Ellos p o r su iniquidad quisieron matarle c o m o h o m b r e , p e r o añadieron iniquidad a iniquidad m a t a n d o al H i j o de Dios. ¿Quién p e r m i t i ó esta maldad? A q u e l q u e dijo: Quizá respeten a mi Hijo; le enviaré. A c o s t u m b r a b a n a m a t a r a los criados enviados a ellos a cobrarles la renta del alquiler y del lucro. Entonces envió al mism o H i j o para q u e le matasen. A ñ a d i ó maldad a la maldad de ellos. ¿Pero esto lo hizo D i o s ensañándose o más bien devolviéndoles su justo merecido? Conviértaseles—dice—en retribución y en tropiezo. Hablan merecido ser cegados cíe tal m o d o , q u e n o conocieran al H i j o de Dios. Y esto lo hizo Dios a ñ a d i e n d o iniquidad a la iniquidad de ellos; n o hiriendo, sino n o sanando. Así como, cuando a u m e n t a s la fiebre, aumentas la enfermedad, n o p r o p o r c i o n a n d o enfermedad, sino n o socorriéndola; así fueron tales, que, al n o merecer ser curados, progresaron en la m i s m a malicia, conforme se dijo: Los malos y perversos irán de mal en peor,

addete qui nos persequuntur. Haec poena percussio est Domini. Dominus quippe sententia percussit hominem: Qua die tetigeritis, inquit, morte moriemini (Ib. 2,17). Ex hac morte carnem susceperat, et vetus homo noster simul crucifixus est cum illo (Rom 6,6). Ex illius voce ¡sta dixit: Quem tu percussisti, ipsi persecuti sunt, et super dolorem vulnerum meorum addiderunt. Super quem dolorem vul.nerum? Super dolorem peccatorum ipsi addiderunt: vulnera enim sua peccata dixit. Sed ne ad caput respicias; ad Corpus adverte, secundum cuius vocem dictum est ab ipso in illo psalmo, in quo vocem suam ostendit, quia eius primum versum de cruce clamavit: Deus, Deus mt>us, réspice in me; quare me dereliquisti? Ibi secutus ait: Longe a salute mea verba delictorum meorum (Ps 21,2). Ipsa sunt vulnera inflicta a latronibus in via, ei quem levavit in iumentum suum: quem sacerdos et Levites transeúntes invenerant et contempserant, a quibus curati noii potuit; transiens autem Samaritanus misertus est eius; accessit, et in iumentum proprium levavit (Le 10,30-34). Samantes latine Custos interpretatur: quis autem custos, nisi Salvator Dominus noster Iesus Christus? Qui quoniam surrexit a mortuis iam non moritutus (Rom 6,9), non dormit ñeque obdormiet qui custodit Israel (Ps 120,4). Et super dolorem vulnerum meorum addiderunt. 12 [v.28}. Appone iniquitalem super iniquitatem ipsorum. Quid est hoc? Quis non expavescat? Deo dicitur: Appone iniquitatem super

iniquitatem ipsorum. Unde apponet Deus iniquitatem? Habet enim iniquitatem quam apponat? Scimus enim verum esse quod dictum est per Paulum apostolum: Quid ergo dicemus? numquid iniquitas est apud Deum? Absit (Rom 9,14). Unde ergo, Appone iniquitatem super iniquitatem? quomodo id intellecturi sumus? Adsit Dominus ut dicamus, et propter fatigationem vestram breviter dicere valeamus. Iniquitas ipsorum erat, quia hominem iustum occiderunt: addita est alia, quia Filium Dei crucifixerunt. Saevire ipsorum tanquam in hominem fuit: sed si cognovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (1 Cor 2,8). lili iniquitate sua tanquam hominem occidere voluerunt: apposita est iniquitas super iniquitatem ipsorum, ut Filium Dei crucifigerent. Quis hanc iniquitatem apposuit? Ule qui dixit: Forte reverebuntur Filium meum; ipsum mittam (Mt 21,37). Solebant enim occidere missos ad se servos, exactores locationis atque mercedis. Misit ipsum Filium, ut et ipsum occiderent. Apposuit iniquitatem super iniquitatem ipsorum. Et haec Deus saeviendo fecit, an potius iuste retribuendo? Fiat enim illis, inquit, in retributionem, et in scandalum. Meriti erant sic excaecari, ut Filium Dei non agnoscerent. Et hoc fecit Deus, apponens iniquitatem super iniquitatem ipsorum; non vulnerando, sed non sanando. Quomodo enim auges febrero, auges morbum, non morbum adhibendo, sed non succurrendo: sic quia tales fuerunt ut curari non mererentur, in ipsa malitia quodammodo profecerunt, sicut dictum est, Mali autem et facinorosi

12 [ v . 2 8 ] . Ponles maldad sobre maldad. ¿Qué es ¿Quién n o se estremece? Se dice a D i o s : Añádeles maldad

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Enarraciones sobre los Salmos

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sentarse contigo, m u c h o s q u e p e n s a b a n q u e h a b í a n de ser colocados a tu diestra, ya h a b í a n caído. Luego así aquí, quienes esperaban que, en p r e m i o a su justicia, se hallaban escritos en el libro de Dios, a los cuales se dice: Escudriñad las Escrituras, ya que vosotros pensáis tener en ellas vida eterna, cuando les fuere dada a conocer su condenación, serán borrados del libro de los vivos, es decir, conocerán q u e n o están allí. El versillo siguiente declara lo que se dijo al escribir: Y no serán escritos con los justos. D i j e q u e conforme a su esperanza serán borrados. A t e n d i e n d o a tu justicia, ¿qué diré? No se hallen escritos.

y se añadió maldad sobre maldad. V no tomen parte en tu justicia. Esto es patente. 13 [ v . 2 9 ] . Sean borrados del libro de los vivos. ¿Pero fueron escritos en él en algún t i e m p o ? N o debemos entender, hermanos, que Dios escriba a u n o en el libro de la vida y le borre. Si el h o m b r e dijo: Lo que escribí, escribí, c u a n d o se trató del título en el q u e se escribió: Rey de los judíos, ¿Dios escribirá a u n h o m b r e y le borrará? Separó; predestinó a todos los que hab í a n de reinar en la vida eterna con su H i j o antes de la constitución del m u n d o . A éstos escribió; éstos se hallan contenidos en el libro de la vida. En fin, ¿qué dice el Espíritu de Dios en el Apocalipsis c u a n d o habla de las futuras tribulaciones que llevará a cabo el anticristo? Consentirán con él todos los que no se hallan escritos en el libro de la 'vida. Por tanto, n o p u e d e dudarse q u e n o han de consentir los q u e están escritos. Pero entonces, ¿cómo han de ser borrados los q u e jamás fueron escritos? Se dijo esto a t e n d i e n d o a la confianza de ellos, p u e s t o que creían hallarse escritos. ¿Qué significa serán borrados del libro de la vida? Constarles q u e allí n o están escritos. Conforme a este m o d o de hablar, se dice en otro salmo: Caerán mil a tu lado, y diez mil a tu diestra, es decir, m u c h o s de los q u e esperaban q u e habían de sentarse contigo y h a b í a n de ser colocados a tu diestra, tropezaron, y serán separados a la izquierda con los cabritos; n o porque a l g u n o de ellos, colocado allí, caiga, o p o r q u e , estando sentado con El, sea arrojado, sino p o r q u e ya h a b í a n tropezado los que pensaban q u e estaban allí; esto es, muchos que esperaban

14 [v.30}. Yo soy pobre y estoy dolorido. ¿Por q u é dice esto? ¿Acaso para q u e conociéramos que, d e b i d o a las aflicciones del espíritu, maldice este p o b r e ? A n u n c i ó muchas cosas que le habían de sobrevenir. Y como si le dijésemos: ¿A q u é tales? N o envíes tantas, r e s p o n d e : Soy pobre y estoy dolorido, M e llevaron a la pobreza y en este dolor m e colocaron; p o r eso d i g o estas cosas. N o es indignación de maldiciente, sino predicción de p r o fetizante. Pues nos había de recomendar para q u e aprendiésemos a ser pobres y a soportar el dolor, algunas cosas q u e dijo después acerca de su pobreza y dolor. Lo m i s m o consigna t a m b i é n el Evangelio: Bienaventurados los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos; y: bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Esto nos lo d e m o s t r ó p r i m e r o El, y p o r eso dijo: Soy pobre y estoy dolorido. Su cuerpo total dice esto. El cuerpo de Cristo en la tierra es p o b r e y está dolorido, p u e s a u n q u e sean cieos los cristianos, con todo, si son cristianos, son pobres; pues,

projiciunt in peius (2 Tim 3,13); et apposita est iniquitas super iniquitatem ipsorum. Et non intrent in iustitia tua. Hoc planum est. 13 [v.29]. Deleantur de libro viventium. Aliquando enim illic scripti erant? Fratres, non sic accipere debemus, quoniam quemquam Deus scribat in libro vitae, et deleat illum. Si homo dixit, Quod scripsi, scripsi, de titulo ubi scriptum erat, Rex Iudaerum (lo 19,22); Deus quemquam scribit et delet? Praecisus est; praedestinavit omnes ante constitutionem mundi regnaturos cum Filio suo in vita aeterna (Rom 8,29). Hos conscripsit; ipsos continet liber vitae. Denique in Apocalypsi quid ait Spiritus Dei, cum de pressuris ab Antichristo futuris loqueretur eadein Scriptura? Consentient Mi, inquit, omnes qui non sunt scripti in libro vitae (Apoc 13,8). Proinde sine dubitatione non erunt consensuri qui scripti sunt. Isti ergo quomodo inde delentur, ubi nunquam scripti sunt? Hoc dictum est secundum spem ipsorum, quia ipsi se scriptos putabant. Quid est, Deleantur de libro vitae? Et ipsis constet non illos ibi esse. Ex hac locutione dictum est in alio psalmo, Cadent a latere tuo miüe, et dena milüa a dextris tuis (Ps 90,7); id est, multi scandalizabuntur, et ex eo numero qui se spetabant sessuros tecum, et ex eo numero qui se sperabant staturos ad dexteram tuam, separati ab haedis sinistris (Mt 25,33): non quia cum ibi steterit aliquis, postea cadet, aut cum sederit cum illo quisquam, adiicietur; sed quia multi casuri erant in seandalum, qui iam ibi se esse putabant; id est, multi qui se sperabant

sessuros tecum, multi qui se speraverant staturos ad dexteram, ipsi casuri sunt. Sic ergo et hic illi qui se sperabant tanquam mérito iustitiae suae in libro scriptos Dei, quibus dicitur, Scrutamini Scripturas, in quibus putatis vos vitam aeternam habere (lo 5,39): cum perducta fuerit damnatio eorum etiam ad cognitionem eorum, delebuntur de libro viventium, id est, non ibi se esse cognoscent. Nam versus qui sequitur, exponit quod dictum est: Et cum iustis non scribantur. Dixi ergo, Deleantur, secundum spem eorum; secundum autem aequitatem tuam quid dico? Non scribantur. 14 [v.30]. Pauper et dolens ego sum. Quare hoc? An ut agnosceremus quod per amaritudinem animi maledicit pauper iste? Multa enim dixit quae illis eveniant. Et quasi ei diceremus, Utquid talia? noli tantum; responden Pauper et dolens ego sum. Perduxerunt me ad egestatem, ad istum dolorem deposuerunt; ideo ista dico. Non est tamen stomachatio maledicentis, sed ptaedictio prophetantis. Nam de paupertate sua et dolore suo quaedam quae posterius dicit, commendatutus est nobis, ut discamus esse pauperes et dolentes. Beati enim pauperes, quoniam ipsorum est regnum caelorum; et, Beati qui lugent, quoniam ipsi consolabuntur (Mt 5,3.5). Hoc ergo ipse prius iam nobis ostendit; et ideo, Pauper et dolens ego sum. Totum Corpus eius hoc dicit. Corpus Christi in hac térra pauper est et dolens. Sed sint divites Christiani. Prorsus si Christiani sunt, pauperes sunt; in comparatione divitiarum

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Enarradones sobre los Salmos

68, II, 16

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Oración del pueblo vejado

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en comparación de las riquezas celestiales que esperan recibir, todo su oro lo tienen por tierra. Soy pobre y estoy dolorido. 15 [v.31}. Y la salud de tu rostro, ¡oh Dios!, me amparó. ¿Por ventura fue abandonado este pobre, siendo así que tú te dignaste sentar a tu mesa al pobre andrajoso? Pero, en fin, a este pobre le amparó la salud del rostro de Dios, en su rostro escondió su pobreza. De él se dijo: Los proteges o escondes en el secreto de tu rostro. ¿Quieres saber cuáles son las riquezas de aquel rostro? Estas riquezas (del mundo) te ofrecen el comer lo que quieras y cuando quieras; aquéllas el no tener hambre jamás. Yo soy pobre y estoy dolorido; y la salud de tu rostro me amparó. ¿Para qué? Para que ya no sea pobre ni tenga dolor. Alabaré el nombre de Dios con cántico y le engrandeceré con alabanza. Ya se dijo que este pobre alaba el nombre de Dios con cánticos y le engrandece con alabanzas. ¿Cuándo se atrevió a cantar sino al ser saciada su hambre? Alabaré el nombre de Dios con cántico y le engrandeceré con alabanza. ¡Inmensa riqueza! ¡Qué piedras más preciosas ofrece del tesoro secreto en alabanza de Dios! Le engrandeceré alabándole. Estas son mis riquezas. El Señor me las dio, el Señor me las quitó. ¿Luego quedé pobre? N o hay tal cosa. Ve las riquezas: Como a Dios le agradó, asi se hizo; sea bendito el nombre del Señor. Ensalzaré el nombre de Dios cantando y le engrandeceré alabándole. 16 [v.32]. Y agradará a Dios. El alabarle le agradará más que el tierno novillo, al que comienzan a salir los cuernos y las pezuñas. Más agradable será el sacrificio de alabanza que el de un

becerro. El sacrificio de alabanza me glorificará y allí está el camino en el que le mostraré la salud de Dios. Inmola a Dios sacrificio de alabanza y cumple tus votos al Altísimo. Luego alabaré a Dios y le agradará más que el tierno novillo al que comienzan a salir los cuernos y las pezuñas. Mucho más le agradará a Dios la alabanza salida de mi boca que las abundantes víctimas ofrecidas en su altar. ¿Por ventura ha de decirse algo sobre los cuernos y las pezuñas de este novillo? El bien instruido y el rico en alabar a Dios debe tener cuernos con los que lance al aire al adversario, y pezuñas con las que hiera la tierra. Sabéis que esto lo hacen los pubescentes novillos y los que van creciendo en arrojo taurino. Es tierno por la nueva vida. Quizá contradice algún hereje; avéntesele con los cuernos. Otro no contradice, pero tiene sabor abyecto de tierra; remuévasele con las pezuñas. Luego más que este novillo te agradará mi alabanza; y te agradará más todavía después de pasar la pobreza y el dolor, cuando te halles en la compañía eterna de los ángeles, en donde no habrá enemigo que deba ser aventado en la lucha ni perezoso que deba ser removido en la tierra. 17 [v.33]. Véanlo los pobres y se alegren. Crean y se alegren en esperanza. Prefieran ser pobres a fin de que merezcan ser saturados, no sea que, eruptando el alimento de la soberbia, se les niegue el pan con el que vivan robustos. Buscad, pobres, al Señor; tened hambre y sed; El es el pan vivo que descendió de los cielos. Buscad al Señor, y vivirá vuestra alma. Buscáis pan para que viva vuestro cuerpo; buscad al Señor, y vivirá también vuestra alma.

caelestium quas sperant, omne aurum suum arenam deputant. Pauper et dolens ego sum. 15 [v.31]. Et salus vultas tui, Deus, suscepit me. Numquíd desertus est pauper iste? Quando tu dignaris pannosum pauperem applicare ad mensam mam? Porro autem pauperem istum salus vultus Dei suscepit; in vulm suo abscondit eius egestatem. De illo quippe dictum est: Abscondes eos in abscondito vultus tui (Ps 30,21). In illo autem vultu quae sint divitiae vultis nosse? Divitiae istae hoc tibí praestant, ut quod vis, quando vis, prandeas; illae vero, ut nunquam esurias. Pauper et dolens ego sum; et salus vultus tui, Deus, suscepit me. Ad quam rem? Ut iam non sim pauper, non sim dolens. Laudabo nomen Dei cum cántico, magnificabo eum in laude. Iam dictum est; pauper iste laudat nomen Dei cum cántico, magníficat eum in laude. Quando auderet cantare, nisi recreatus esset a fame? Laudabo nomen Dei cum cántico, magnificabo eum in laude. Magnae divitiae! Quas gemirías laudis Dei de thc-sauro interiore protulit! Magnificabo eum in laude. Hae sunt divitiae meae. Dominus dedit, Dominus abstulit. Ergo miser remansit? Absit. Vide divitias: Sicut Domino placuit, ita factum est; sit nomen Domini benedictum (Iob 1,21). Laudabo nomen Dei cum cántico, magnificaba eum in laude. 16 [v.32]. Et placebit Deo, hoc quod eum laudabo, placebit, super vitulum novellum, cornua proiucentem et úngulas. Gratius illi erit

sacrificium laudis, quam sacrificium vituli. Sacrificium laudis glorificabit me; et ibi via est in qua ostendam illi satutare Dei. Immola Deo sacrificium laudis, et redde Altissimo vota tua (Ps 49,23.14). Ergo laudabo Deum; et plus ei placebit quam vitulus novellus, cornua producens et úngulas. Amplius ergo placebit Deo laus eius exiens de ore meo, quam magna victima adducta ad aram ipsius. An aliquid de cornibus et ungulis vituli huius dicendum est? Qui bene instructus est, et laude Dei opulentus, et cornua debet habere quibus adversarium ventilet, et úngulas quibus terram excitet. Nostis enim hoc faceré vítulos pubescentes, et in taurinam audaciam grandescentes. Nam ideo novellus est, propter vitam novam. Aliquis ergo haereticus forte contradicit; cornibus ventiletur. Alius non contradicit, sed tamen terrenum abiecte sapit; ungulis excitetur. Ergo super hunc vitulum tibi placebit laudatio mea; iam illa post paupertatem et dolorem in aeterna societate Angelorum, ubi nec adversarius erit in certamine ventilandus, nec piger de térra excitandus. 17 [v.33]. Videant inopes, et laetentur. Credant, et spe gaudeant. Magis inopes sint, ut saturari mereantur; ne cum superbiae saginam ructant, negetur eis pañis quo salubriter vivant. Quaerite Dominum, inopes; esurite, et sitite (Mt 5,6); ipse est enim pañis vivus qui de cáelo descendit (lo 6,51). Quaerite Dominum, et vivet anima vestra. Quaeritis panem, ut vivat caro vestra; Dominum quaerite, ut vivat anima vestra.

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Enarraciones sobre los Salmos

68, II, 20

68, II, 21

Oración del pueblo vejado

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18 [ v . 3 4 ] . Porque el Señor oyó a los pobres. Oyó a los p o bres; n o oiría a los p o b r e s si n o fuesen pobres. ¿Quieres ser oído? Sé p o b r e . Clame tu dolor, tu indigencia, n o tu desdén. Porque el Señor oyó a los pobres y no despreció a sus encarcelados. Al ser ofendido p o r los siervos, los encarceló, p e r o n o despreció a los q u e clamaron de entre los grillos. ¿Cuáles son estas cadenas? La mortalidad, la corruptibilidad de la carne; éstas son las cadenas con q u e estamos ligados. ¿Queréis conocer el peso de estas cadenas? El cuerpo corruptible sobrecarga al alma. C u a n d o los hombres q u i e r e n ser ricos en este m u n d o , buscan andrajos para estas cadenas. Sean suficientes los harapos de las cadenas. Busca sólo lo q u e sea necesario p a r a satisfacer la necesidad. C u a n d o buscas cosas suprefluas, intentas hacer más pesadas tus cadenas. Q u e d e n sólo estas cadenas en tal-cárcel. Baste al día su p r o p i o quebranto. Por esta aflicción clamamos a D i o s : El Señor oyó a los pobres y no despreció a sus encarcelados. 19 [ v . 3 5 ] . Alábenle cielos y tierra, el mar y todos los reptiles (que existen) en ellos. Las verdaderas riquezas d e este indigente consisten en pensar en la creación y alabar al Creador. Alábenle cielos y tierra, el mar y todos los reptiles que existen en ellos. Pues t a m b i é n la creación sola alaba a Dios c u a n d o considerándola se alaba a D i o s . 20 [ v . 3 6 - 3 7 ] . Oye otra cosa. Porque Dios salvará a Sión. Restablece su Iglesia; incorpora a su U n i g é n i t o todas las naciones; n o engaña a los q u e creen en el p r e m i o de su promesa. Porque Dios salvará a Sión, y serán edificadas las ciudades de judea. Estas

2 1 . Se ha t e r m i n a d o el salmo. P e r o n o dejemos en el aire estos dos últimos versillos. N o s a m o n e s t a n algo, para q u e n o acontezca q u e desesperando n o e n t r e m o s en aquella edificación o m o rada. El linaje—dice—de sus siervos la ocuparán. ¿Quiénes son el linaje de sus siervos? Quizá dices: Los judíos, nacidos de A b r a h á n ; p e r o nosotros, q u e n o h e m o s nacido de A b r a h á n , ¿cómo poseerem o s esta ciudad? Sabed q u e n o son linaje de A b r a h á n aquellos judíos a quienes se dijo: Si sois hijos de Abrahán, haced las obras de Abrahán. El linaje de sus siervos son los imitadores de la fe de sus siervos, y éstos la ocuparán. Por fin, el ú l t i m o versillo explica el anterior. Para q u e quizá n o pienses que se dijo refiriéndose sólo a los j u d í o s : El linaje de sus siervos la ocuparán, y, c o m o turbado, digas: N o s o t r o s somos linaje de gentiles q u e adoraron a los ídolos y sirvieron a los demonios, y, p o r tanto, ¿cómo hemos de esperar esta ciudad?, añadió a continuación: y los que aman su nombre morarán en ella. Este es, pues, el linaje de sus siervos: los que aman su nombre. Luego así c o m o sus siervos a m a r o n su n o m b r e , cualquiera que n o ama su n o m b r e , n o se 11a-

18 [v.34]. Quoniam exaudivit pauperes Dominas. Exaudivit pauperes; nec exaudiret pauperes, nisi essent pauperes. Vis exaudiri? Pauper esto: dolor de te clamet, non fastidium. Quoniam exaudivit pauperes Dominus; et compeditos suos non sprevit. Offensus a servís, fecit eos compeditos; sed clamantes de compedibus non contempsit. Quae sunt ístae compedes? Mortalitas, corruptibilitas carnis, compedes sunt quibus ligati sumus. Et vultis nosse istarum compedum gravitatem? Inde dicitur: Corpus quod corrumpitur, aggravat animam (Sap 9,15). Quando nomines in saeculo divites esse volunt, istis compedibus pannos quaerunt. Sed sufficiant panni compedum: tantum quaere, quantum depellendae necessitati satis est. Cum autem superflua quaeris, compedes tuas onerare desideras. In tali ergo custodia vel solae compedes remaneant. Sufficiat diei malitia sua (Mt 6,34). De ista malitia clamamus ad Deum: Quoniam exaudivit pauperes Dominus; et compeditos suos non sprevit. 19 [v.35]. Laudent illum caeli et térra, mare et omnia repentia in eis. Verae divitiae huius pauperis istae sunt, considerare creaturam et laudare Creatorem. Laudent illum caeli et térra, mare et omnia repentia in eis. Et creatura sola ista laudat Deum, cum considerata ea laudatur Deus. 20 [v.36.37]. Audi et aliud: Quoniam Deus salvam. faciet Sion. Reparat Ecclesiam suam: gentes fideles incorporat Unigénito suo; non fraudat credentes in se praemio promissionis suae. Quoniam Deus stdvam

faciet Sion: et aedificabuntur civitates ludaeae. Ipsae sunt Ecclesiae. Nemo dicat: Quando erit istud ut aedificentur civitates ludaeae? O si velís agnoscere structuram, et esse lapis vivus, ut intres in eam! Et nunc civitates ludaeae aedificantur. luda enim Confessio interpretatur. De confessione humilitatis aedificantur civitates ludaeae; ut foris ab eis superbi remaneant, qui confiteri erubescunt. Quoniam Deus salvam faciet Sion. Quam Sion? Audi in sequentibus: Et semen servorum eius obtinebunt eam; et qui diligunt nomen eius inhabitabunt in ea. 21. Psalmus finitus est; sed paululum istos dúos versus non relinquamus: admonent enim nos aliquid, ne desperando in illam structuram non intremus. Semen, inquit, servorum eius obtinebunt eam. Iam ergo, semen servorum eius qui sunt? Forte dicis, Iudaei nati de Abraham: nos autem qui non sumus nati de Abraham, quomodo habebimus istam civitatem? Sed non sunt semen Abrahae illi Iudaei quibus dictum est: Si fUii Abrahae estis, facta Abrahae facite (lo 8,39). Semen ergo servorum eius, imitatores fidei servorum eius obtinebunt eam. Denique ultimus versus superiores exponit. Quasi enim turbatus, ne putares forte hoc de Iudaeis dici, Et semen servorum eius obtinebunt eam, dicens, Nos semen gentium sumus, quae idola coluerunt, et daemonibus servierunt; quid ergo nobis in hac civitate sperandum est? statim subiecit, ut praesumas et speres: Et qui diligunt nomen eius, inhabitabunt in ea. Hoc est enim semen servorum eius, qui diligunt nomen eius. Quia enim servi eius dilexerunt nomen eius; quicumque non diligunt nomen eius,

son las iglesias. N a d i e diga: ¿Cuándo serán edificadas las ciudades de Judea? ¡Oh si quisieses conocer su estructura y ser p i e d r a viva p a r a entrar en ella! T a m b i é n ahora se edifican las ciudades de Judea. J u d á significa confesión. Por la h u m i l d a d d e la confesión se edifican las ciudades d e Judea, p e r o q u e d a n d o fuera de ellas los soberbios, q u e se avergüenzan de confesar. Porque Dios salvará a Sión. ¿A q u é Sión? Óyelo en lo q u e sigue: Y el linaje de sus siervos la ocuparán y los que aman su nombre morarán en ella.

800

Enarraciones sobre los Salmos

69, 1

me linaje de sus siervos. Y quienquiera que ame su nombre, crea que es linaje de sus siervos.

SALMO

69

[INSTANTE PETICIÓN DE SOCORRO]

SERMÓN

1 [v.2]. Demos gracias al grano de trigo que quiso morir y multiplicarse; demos gracias al único Hijo de Dios, Señor y Salvador nuestro Jesucristo, que no se desdeñó tomar nuestra mortalidad para hacernos participantes de su vida. Ved aquí que estaba solo hasta pasar, según dijo en el salmo: Estoy solo basta que pase. De tal modo era singular el grano, que tenía en sí el gran vigor de la multiplicación. ¡En cuántos granos que imitaron su pasión no nos alegramos al celebrar la festividad de los mártires! Como estimáis conocer, puesto que frecuentísimamente lo habéis oído, que muchos miembros de Cristo, unidos, por el vínculo de la caridad y de la paz, bajo una cabeza, el mismo Salvador nuestro, constituyen un solo hombre, y que con frecuencia se oye en los salmos la voz de ellos como si fuese la de un solo hombre, y así grita uno por todos, porque todos se hallan en uno, oigamos ya que padecieron los mártires y fueron probados entre tan inmensa tempestad de odios en este mundo. non se dicant semen servorum eius; et qui diligunt nomen eius, non se negent semen servorum eius.

PSALMUS

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SERMO

1 [v.2]. Gratias grano tritici, quia mori voluit et multiplican (lo 12,25): gratias único Filio Dei Domino et Salvatori nostro Iesu Christo, qui mortem nostram subiré non dedignatus est, ut nos vita sua dignos faceret. Ecce qui singularis erat, doñee transiret, sicut dixit in psalmo, Singularis ego sum, doñee transeam (Ps 140,10): quia sic erat singulare granum, ut in se haberet magnam muhitudinis fecunditatem; in quantis granis passionem eius imitantibus exsultamus, quando natalitia Martyrum celebramus! Multa ergo membra eius, sub uno capite ipso Salvatore nostro charitatis et pacis vinculo colligata, sicut nosse dignamini, quoniam saepissime audistis, unus homo sunt: et ipsorum ut unius hominis vox plerumque in Psalmis auditur; et sic clamat unus tanquam omnes, quia omnes in uno unus sunt. Audiamus ergo quoniam laboraverunt martyres, et Ínter magnas tempestates odiorum in hoc saecu-

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Mas para que no desfalleciesen, no en cuanto al cuerpo, el que algún día habían de abandonar, sino en cuanto a la fe, cediendo a los acerbos dolores de las persecuciones o al amor de esta vida, perdiendo así lo que Dios había prometido, les disipó el Señor el temor no sólo con la palabra, sino también con el ejemplo; con la palabra, diciendo: No temáis a los que matan el cuerpo y no pueden matar el alma; con el ejemplo, ejecutando lo que ordenó de palabra, de suerte que no quiso esquivar las manos de quienes le azotaban, ni las bofetadas de los que le herían, ni las salivas de quienes le escupían, ni la corona de espinas de los que le coronaban, ni la cruz de los que le crucificaban. Ninguna de estas cosas quiso soslayar Aquel a quien ninguna necesidad le obligaba a soportarlas, tolerándolas sólo por aquellos a quienes les era necesario, haciendo así de sí mismo medicamento para los enfermos. Sufrieron los mártires; pero, si no hubiese estado siempre a su lado el que dijo: Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos, sin duda hubieran desfallecido. 2. En este salmo se oye la voz de los atribulados, y, por tanto, también la de los mártires en medio de las torturas de los atormentadores, pero compenetrados con su Cabeza. Les oigamos y hablemos con ellos con el afecto del corazón, ya que no lo hagamos con la imitación del tormento. Ellos ya están coronados. Nosotros aún nos hallamos en peligro, no porque nos acosen las persecuciones que a ellos les acosaron, sino porque quizá nos estrechen peores: las infinitas especies de tantos escándalos. En nuestro tiempo abunda demasiado aquel ¡Ay! con el que clamó el Señor: ¡Ay del mundo por razón de los escándalos! Y porque lo periclitad sunt; non tam corpore, quod quandoque posituri erant, sed ipsa fide, ne deficientes, et forte acerbis persecutionum cedentes doloribus, vel amori vitae huius, amitterent quod promiserat Deus: qui non solum verbo, sed etiam exemplo abstulerat omnem timorem; verbo, dicens, Nolite timere eos qui corpus occidunt; animam autem non possunt occidere (Mt 10,28); exemplo, faciens quod verbo praecepit, ut nec eorum verberantium manus vellet devitare, nec alapas percutientium, nec salivas conspuentium, nec coronam de spinis imponentium, nec crucem interficientium; nihil horum vitare voluit, cui nihil opus erat propter eos quibus hoc opus erat; faciens aegrotis de seipso medicamentum. Laboraverunt ergo martyres; et nisi ille semper adesset qui ait, Ucee ego vobiscum sum usque ad consummationem saeculi (Ib. 28,20), utique defecissent. 2. Est ergo in hoc psalmo vox contribulatorum; et ideo utique martyrum inter passiones periclitantium, sed de suo capite praesumentium. Audiamus eos, et loquamur cum eis ex affectu cordis, etiamsi non similitudine passionis. lili enim iam coronati sunt; nos. adhuc periclitamur: non quia tales nos persecutiones urgent, quales ipsos urserunt; sed fortasse peiores in omnimodis generibus tantorum scandalorum. Nostra enim témpora magis abundant illo Vae quod clamavit Dominus: S./lfí. 20

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seguros? H á g a n s e todos cristianos. ¿Por ventura el diablo también se hará? Luego n o deja de tentar, n o cesa de p o n e r asechanzas. H a sido refrenado y encadenado en los corazones de los impíos p a r a q u e n o se ensañe en la Iglesia y n o haga c u a n t o quiere. R e c h i n a n los dientes de los impíos contra la estimación de la Iglesia y la paz de los cristianos, y c o m o n o p u e d e n hacer nada ensañándose, n o llevan a rastras al anfiteatro los cuerpos de los cristianos, p e r o danzando descaradamente, blasfemando, entregándose a la corrupción, despedazan sus almas. Luego clamemos todos al unísono con estas palabras: ¡Oh Dios!, acude en mi ayuda. Pues necesitamos de continua ayuda en este m u n d o . ¡Cuándo n o la necesitaremos! Sin e m b a r g o , ahora, colocados en m e d i o de la tribulación, digamos de m o d o particular: ¡Oh Dios!, acude en mi ayuda.

se acrecentó la iniquidad, se resjriará la caridad de muchos. El santo Lot n o soportaba persecución corporal de nadie; t a m p o c o se le dijo q u e n o habitase allí; su persecución consistía en las malas acciones de los sodomitas. Luego ahora, sentado ya Cristo en el cielo, ya glorificado, sometidas ya las cervices de los reyes a su yugo y colocada en sus frentes la señal de la cfuz y n o q u e d a n d o ya nadie q u e se atreva a ultrajar p ú b l i c a m e n t e a los cristianos, con todo, g e m i m o s aún entre los instrumentos músicos y los flautistas; todavía los enemigos de los mártires, c o m o ya n o pueden perseguirlos con la gritería y la espada, los persiguen con la disolución de costumbres. ¡Y ojalá q u e ú n i c a m e n t e nos afligiesen los paganos! Sería u n cierto consuelo esperaí q u e los q u e todavía n o h a n sido signados con la cruz de Cristo, q u e lo fuesen y q u e desistiesen de enfurecerse una vez q u e h u b i e r a n sido vencidos p o r su excelencia. P e r o vemos tambiéri q u e quienes llevan en la frente el signo d e la cruz, llevan a u n t i e m p o en la m i s m a frente descaradamente la disolución de costumbres, y así en los días y en las festividades de los mártires n o saltan de gozo, sino q u e danzan con escarnio. Entre estas cosas g e m i m o s ; ésta es nuestra persecución si es q u e reside en nosotros la caridad, q u e dice: ¿Quién enferma que yo no enferme, quién tropieza que yo no me abrase? N i n g ú n siervo de D i o s se halla sin persecuciones. Es certísimo lo que dice el A p ó s t o l : Todos los que desean vivir piadosamente en Cristo, padecerán persecución. Verás de d ó n d e procede, verás cómo. El diablo tiene dos formas. Es león por la violencia y d r a g ó n p o r las asechanzas. Amefiaza el león: es e n e m i g o ; insidia el d r a g ó n : es enemigo. ¿Cuándo estaremos

3 [ v . 3 ] . Se confundan y avergüencen los que buscan mi vida. H a b l a Cristo; ya hable la cabeza o el cuerpo, habla el q u e dijo: ¿Por qué me persigues? H a b l a el q u e dijo: Cuando lo hicisteis a uno de mis pequeñuelos, a mí me lo hicisteis. Conocida es la voz d e este h o m b r e , del h o m b r e total, de la cabeza y del c u e r p o ; y c o m o es conocida, n o la hemos de hacer notar contin u a m e n t e . Se confundan—dice—y se avergüencen los que buscan mi vida. E n otro salmo dice: Miraba a mi derecha y veia, y no había quien me conociese; me quedé sin huida, y no hay quien mire por mi vida. Allí, h a b l a n d o de los perseguidores, dice q u e n o hay q u i e n b u s q u e o m i r e p o r su vida; aquí, que se confundan y avergüencen los que buscan mi vida. Se dolía p o r q u e n o era buscado para ser imitado y g e m í a p o r q u e era buscado para

Vae mundo ab scandalis (Ib. 18,7). Et quoniam abundaviP iniquitas, re¡rigescet chantas multorum (Ib. 24,12). Ñeque enim et Lot ille sanctus, in Sodomis ab aliquo corporalem persecutionem patiebatar, aut dktum illi erat ut non ibi habitaret; persecutio eius, facta mala Sodomitarum erant (Gen 19). Nunc ergo iam Christo in cáelo sedente, iam glorificato, iam subiectis cervicibus regum iugo eius, et suppositis eorum frontibus signo eius; iam nullo remanente qui palam Christianis audeat insultare, adhuc tamen ínter organa et symphoniacos gemimus; adhuc illi inimici Martyrum, quia vocibus et ferro non possunt, eos sua Iuxuria persequuntur. Atque utinam Paganos tantummodo doleremus! esset qualecumque solatium, exspectare eos qui nondum cruce Christi signati sunt, quando signentur, et quando eius auctoritate alligati desiníint furere. Videmus etiam portantes in fronte signum eius, simul in ipsa fronte portare impudentiam luxuriarum, diebusque et solemnitatibus martyrum non exsultare, sed insultare. Et inter haec gemimus, et baec persecutio nostra est, si est in nobis charitas quae dicat: Quis infirtnatur, et non ego infirmor? quis scandalizatur, et non ego uror? (2 Cor 11,29). Nullus ergo servus Dei sine persecutione; verumque est illud quod Apostolus ait: Sed et omnes qui volunt in Christo pie vivere, persecutionem patientur (2 Tim 3,12). Videris unde, videris quomodo; diabolus ille biformis est. Leo est in Ímpetu, draco in insidiis. Leo mitietur, inimicus

est; draco insidicetur, inimicus est. Quando nos securi? Ecce fiant omnes Christiani, numquid et diabolus christianus erit? Tentare ergo non cessat; insidiari non cessat. Infrenatus est atque illigatus in cordibus impiorum, ne saeviat in Ecclesiam, et tantum faciat quantum vult. Fremunt dentes impiorum adversus dignitatem Ecclesiae et pacem Christianorum, et quia non habent quid agant saeviendo; saltando, blasphemando, luxuriando, non impellunt corpora Christianorum, sed lacerant animas Christianorum. Clamemus ergo una voce omnes verba haec: Deus, in adiutorium meum intende. Opus enim habemus sempiterno adiutorio in isto saeculo. Quando autem non! Modo tamen in tribulatione positi máxime dicamus: Deus, in aditttorium meum intende. 3 [v.3]. Confundantur et revereantur qui quaerunt animam meam. Christus dicit: sive caput dicat, sive corpus dicat; ille dicit, qui dixit: Quid me persequeris? (Act 9,4); ille dicit, qui dixit: Cum uni ex minimis meis fecistis, mihi fecistis (Mt 25,40). Nota est ergo vox huius hominis, totius hominis, capitis et corporis: non saepe commendanda, quia nota. Confundantur, inquit, et revereantur qui quaerunt animam meam. In alio psalmo dicit: Considerabam in dexteram, et videbam, et non erat qui cognosceret me: periit fuga a me, et non est qui exquirat animam meam (Ps 141,5). Ibi de persecutoribus ait quia non erat qui exquireret animam eius; hic autem: Confundantur, et revereantur qui

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ser oprimido. Reclamas la vida del justo cuando intentas imitarla, y t a m b i é n la reclamas c u a n d o pretendes quitársela. C o m o de dos m o d o s se busca la vida del h o m b r e justo, se expresó cada u n o de ellos en cada salmo. Allí se duele p o r q u e n o hay q u i e n busque su vida p a r a imitar sus padecimientos. A q u í dice: Se confundan y avergüencen los que atenían contra mi vida. Buscan su vida n o p a r a tener dos. N o buscaban su vida como busca el ladrón el vestido del caminante, pues le m a t a para despojarle y hacerse con su vestido. Q u i e n persigue p a r a m a t a r acaba con la vida, n o se viste. Ellos buscan m i vida, q u i e r e n m a t a r m e . Luego tú, ¿qué les deseas? Que se confundan y se avergüencen. ¿Qué se ha hecho entonces de aquello que oíste de tu Señor: Amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os odian y orad por los que os persiguen? V e q u e eres perseguido, y maldices a los que te persiguen; ¿cómo imitarás los sufrimientos que padeció tu Señor p e n d i e n t e de la cruz, y q u e dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen? El m á r t i r responde a los q u e le dicen tales cosas: M e has p r o p u e s t o por m o d e l o a m i Señor, q u e dice: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Reconoce m i voz p a r a que sea t a m b i é n tuya. ¿Qué dije de mis enemigos? Se confundan y se avergüencen. Y a se ejecutó tal castigo en los enemigos de los mártires. Saulo, que persiguió a Esteban, se confundió y avergonzó. A n h e l a b a la matanza, buscaba a quienes apresar y m a t a r ; p e r o al oír la voz del cielo: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?, fue confundido y derribado; p e r o se levantó para obedecer el q u e se inflamó de ira para perseguir. Esto quaerunt animam meam. Dolebat se non quaeri ad imitandum; gemebat se quaeri ad opprimendum. Quaeris animam iusti, cum imitari cogitas; quaeris animam iusti, cum occidere cogitas. Quoniam duobus modis quaeritur anima hominis iusti, singuli in singulis psalmis expressi sunt. Illic dolet, quia non est qui requirat animam eius ad imitandum passiones eius; hic autem: Confundantur et revereantur qui quaerunt animam meam. Quaerunt animam eius, non ut duas habeant. Non enim sic quaerebant animam eius, quomodo quaerit latro tunicam viatoris: ad hoc occidit, ut exspoliet, ut habeat. Qui autem persequitur ut occidat, excludit animam, non se vestit. Quaerunt illi animam meam; occidere me volunt. Quid ergo tu illis optas? Confundantur, et revereantur. Et ubi est quod audisti a Domino tuo: Diligite inimicos vestros, benefacite bis qui oderunt vos, et orate pro his qui persequuntur vos? (Mt 5,44). Ecce persecutionem pateris, et maledicis eis a quibus pateris: quomodo imitaris passiones praecedentes Domini tui, pendentis in cruce, et dicentis: Pater, ignosce illis, quia nesciunt quid faciunt? (Le 23,34). Respondet talia dicentibus martyr, et dicit: Dominum mihi proposuisti dicentem, Pater, ignosce illis, quia nesciunt quid faciunt; agnosce et vocem meam, ut sit et tua. Quid enim dixi de inimicis meis? Confundantur, et revereantur. Iam facta est talis vindicta de inimicis martyrum. Saulus Ule qui Stephanum persecutus est, confusus est et reveritus. Anhelabat caedes, quaerebat quos attraheiet et necaret: audita desuper voce, Saule,

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es lo q u e los mártires desean a sus enemigos: que se confundan y se avergüencen. Mientras n o se confundan y se avergüencen, por necesidad defenderán sus acciones, les parecerá q u e son algo, p o r q u e apresan, encadenan, castigan, matan, saltan de alegría, ultrajan. D e todos estos hechos se confundirán y avergonzarán en algún tiempo. Si se h a n confundido, t a m b i é n se avergüencen, p o r q u e n o p o d r á n convertirse si n o se hubiesen confundido y avergonzado. Deseemos estas cosas a nuestros enemigos; seguros se las deseemos. V e d q u e dije, y m i l veces diré con vosotros, q u e todos los que aún saltan de gozo y desacreditan y ultrajan a los mártires, se confundirán y avergonzarán, y quizá alguna vez d e n t r o de estas paredes, confundidos, se golpeen sus pechos. 4 [ v . 4 ] . Retrocedan y se sonrojen los que abrigan males contra mí. P r i m e r a m e n t e apareció la violencia de los perseguidores, ahora queda el odio de los malintencionados. Por tanto, en la Iglesia hay diversos tiempos de persecución q u e se suceden unos a otros. T u v o lugar la violencia contra la Iglesia cuand o perseguían los reyes, y c o m o se había anunciado que los reyes h a b í a n de perseguir y creer, c u m p l i d o lo p r i m e r o , se c u m p l i ó a continuación lo segundo. Y sucedió lo que fue natural que se siguiera; creyeron los reyes y se dio paz a la Iglesia, y comenzó a estar la Iglesia en la cima de la estimación aún en la tierra, aún en esta vida. P e r o no falta el b r a m i d o de los perseguidores, ya q u e convirtieron sus violencias en malquerencias. En aquellos pensamientos, c o m o encerrado en el abismo, está atado el dem o n i o ; brama, p e r o n o se desborda. Sobre estos tiempos se dijo Saule, quid me persequeris? confusus et prostratus est, et erectus ad obediendum qui inflammatus erat ad persequendum (Act 7,57, et 9,1.4.6). Hoc ergo optant martyres inimicis suis: Confundantur, et revereantur. Quamdiu enim non confunduntur et reverentur, necesse est facta sua defendant; gloriosi sibi videntur, quia tenent, quia ligant, quia verberant, quia occidunt, quia saltant, quia insultant: de his ómnibus factis aliquando confundantur, et revereantur. Si enim confundentur, et convertentur; quia convertí non possunt, nisi confusi fuerint, et reveriti. Optemus ergo haec inimicis nostris; securi optemus. Ecce ego dixi, et vobiscum dixerim: omnes qui adhuc saltant et cantant et insultant Martyribus, confundantur, et revereantur; aliquando in his parietibus tundant confusi pectora sua. 4 [v.4]. Avertantur retrorsum, et erubescant qui cogitant mihi mala. Primo fuit Ímpetus persequentium; modo remansit malevolentia cogitantium. Prorsus témpora sunt in Ecclesia persecutionis distincta sequentia. Factus est Ímpetus in Ecclesiam, quando reges persequebantur: et quia praedicti erant reges et persecuturi et credituri, impleto uno, utique alterum sequebatur. Factum est et illud quod consequens fuit; crediderunt reges, data pax est Ecclesiae, coepit esse in culmine dignitatis Ecclesia, etiam in hac térra, etiam in hac vita: sed non deest fremitus persecutorum; Ímpetus suos ad cogitationes verterunt. In illis cogitationibus tanquam in abysso ligatus est diabolus; fremit, et non erum-

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a la Iglesia: Verá el pecador y se indignará. ¿Y q u é hará? ¿Lo q u e al principio? ¿Apresar, atar, herir? N o , n o hará esto. ¿Qué hará? Rechinará sus dientes y se repudrirá. El m á r t i r parece airarse contra ellos, y, sin e m b a r g o , el m á r t i r ora p o r ellos. C o m o deseó b i e n a aquellos de quienes dijo: Se confundan y se avergüencen los que buscan mi vida, así ahora desea lo mism o a los q u e se dice: Retrocedan y se sonrojen los que abrigan males contra mí. ¿Para qué? Para q u e n o precedan, sino que sigan. Q u i e n ultraja la religión cristiana y quiere vivir conforme a su consejo, intenta c o m o preceder a Cristo; como si Cristo se hubiera equivocado y hubiera sido desvalido y débil por haber querido o haber p o d i d o padecer a m a n o s de los judíos, y él sea y le parezca ser h o m b r e de g r a n consejo y prudencia porque evitó todas estas cosas: huyó de la m u e r t e , m i n t i ó inic u a m e n t e p o r n o morir, m a t ó a su alma para q u e viviese el cuerpo. D e este m o d o precede a Cristo ultrajándole, como si antecediese a Cristo. Crea a Cristo y le siga. Lo q u e se deseó ahora para los perseguidores que t r a m a b a n males, esto m i s m o lo dijo el Señor a Pedro. En cierta ocasión quiso P e d r o preceder al Señor. H a b l a n d o el Salvador sobre su pasión, p o r la q u e fuimos salvados, y, si n o la hubiera padecido, n o lo hubiéramos sido, Pedro, que poco antes confesó q u e Cristo era H i j o de Dios, y q u e en aquella confesión fue llamado Piedra, sobre la que se edificaría la Iglesia, dice al Señor, que habló poco después de esta confesión sobre su pasión: No hay tal cosa, Señor; séate Dios propicio; no sucederá esto. Poco antes le dice el Señor: pit. Dictum est enim de his tempoiibus Ecclesiae: Peccator videbit, el irascetur. Et quid faciet? Numquid quod primo? Attrahe, liga, percute. Non facit hoc. Quid ergo? Dentibus suis frendet, et tabescet (Ps 111,10). Et his tanquam irascitur martyr; et tamen pro his orat rnartyr. Quornodo enim bene optavit illis de quibus dixit, Confundantur, et revereantur qui quaerunt animam meam; sic et nunc, Avertantur retrorsum, et erubescant qui cogitant mihi mala. Quare? Ut non praecedant, sed sequantur. Qui enim reprehendit christianam religionem, et consilio suo vult vivere, quasi praecedere vult Christum; ut ille videlicet erraverit, et invalidus infirmusque fuerit, qui vel voluerit pati inter manus Iudaeorum, vel potuerit: ille autem cordatus sit cavens ista omnia, declinans mortem, mentiens etiam inique ne moriatur, interficiens animam suam ut vivat corpore, magni consilii ptudentisque sibi videtur. Praecedit reprehendens Christum; veluti antecedit Christum: credat in Christum, et sequatur Christum. Nam quod optatum est modo persecutoribus cogitantibus mala, dixit hoc ipse Dominus Petro. Praecedere quippe quodam loco Petrus voluit Dominum. Loquebatur enim Salvator de passione sua, quam si non suscepisset, nos salvi non essemus; et Petrus qui paulo ante eum confessus erat Filium Dei, et in illa confessione appellatus erat Petra, supra quam fabricaretur Ecclesia, paulo post Domino dicente de futura passione sua, ait: Absit, Domine; propitius esto tibi, non fiet istud. Paulo ante, Eeatus es, Simón Bar lona, quia non

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Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló la carne ni la sangre, sino mi Padre, que está en los cielos; y ahora incontinenti le dice: Vete detrás de mi, satanás. ¿Qué significa vete detrás de mí, satanás? Sigúeme. Quieres precederme, quieres aconsejarme; mejor es que sigas m i consejo; y éste es: vuelve atrás, vete detrás de m í . R e t i e n e al q u e se adelanta para que vuelva atrás; y le llama satanás p o r q u e quería preceder al Señor. Poco antes le llamó bienaventurado, ahora satanás. ¿Por q u é p o c o antes le llamó bienaventurado? Porque no te lo reveló la carne ni la sangre, sino mi Padre, que está en los cielos. ¿Por q u é ahora le llama satanás? Porque no sientes las cosas de Dios, sino las de los hombres. Los q u e deseemos celebrar bien las festividades de los mártires, deseemos imitarlos. N o queramos preceder a los mártires; y, p o r tanto, nos parezca q u e pensamos mejor que ellos p o r q u e evitamos los sufrimientos en p r o de la justicia y de la fe q u e ellos n o evitaron. Luego quienes piensan m a l y alimentan sus corazones con la sensualidad, retrocedan y se sonrojen. O i g a n al Apóstol, q u e dice después: ¿Qué fruto conseguisteis entonces de las cosas de que ahora os sonrojáis? 5. ¿Qué sigue? Apártense al instante avergonzados los que me dicen: Bien, bien. Existen dos clases de perseguidores: los q u e ultrajan y los q u e adulan. M á s d a ñ o hace la lengua del adulador q u e la m a n o del criminal. La Escritura llamó a la lengua fuego. A l hablar la Escritura sobre la persecución, dice refiriéndose a los mártires m a t a d o s : Los probó como oro en el fuego y los recibió como ofrenda de holocausto. Oye cómo la tibi revelavit caro et sanguis, sed Pater meus qui in caelis est: modo repente, Redi post me, Satana. Quid est, Redi post me? Sequere me. Praecedere me vis, consilium mihi daré vis; melius est ut consiJium meum sequaris: hoc est, Redi retro, redi post me. Antecedentem compescit, ut retro redeat; et appellat Satanam, qui vult praecedere Dominum. Paulo ante, Beatus: modo, Satanás. Unde paulo ante, Beatus? Quia non tibi, inquit, revelavit caro et sanguis, sed Pater meus qui in caelis est. Unde modo, Satanás? Quia non sapis, inquit, quae Dei sunt, sed quae sunt hominum (Mt 16,16-23). Qui ergo volumus recte celebrare natalitia martyrum, desideremus imitationem martyrum; ne velimus praecedere martyres, et melioris consilii nobis videri esse, quia evitamus passiones pro iustitia et pro fide, quas ílli non evitaverunt. Ergo illi qui cogitant mala, et in luxuria nutriunt corda sua, avertantur retrorsum, et erubescant. Audiant ab Apostólo postea dicente: Quem autem jructum habuistis aliquando in quibus nunc erubescitis? (Rom 6,21). 5. Quid sequitur? Avertantur statim erubescentes qui dicunt mihi: Euge, euge. Dúo sunt genera persecutorum; vituperantium, et adulantium. Plus persequitur lingua adulatoris, quam manus interfectoris; nam et ipsam caminum dixit Scriptura. Certe cum de persecutione loqueretur Scriptura, dixit: Tanquam aurum in fornace probavit illos, de martyribus interfectis, et sicut bolocausti hostiam accepit illos (Sap 3,6). Audi

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lengua de los aduladores es tal fuego: El oro y la plata se prueban por el juego; pero el varón, por la boca de los que le alaban. La persecución es fuego; la alabanza también. D e ambos te conviene salir p u r o , intacto. T e q u e b r ó quien te ultrajó; te r o m p i s t e en el h o r n o como vaso quebradizo. T e formó la palabra de Dios y v i n o la tentación de la tribulación; lo q u e está modelado conviene q u e sea cocido; si está bien modelado, se acerca al fuego para q u e le dé consistencia. D e aquí que Cristo decía en la pasión: Como vasija de barro, se secó mi fortaleza, ya q u e la pasión y el fuego de la tribulación le h a b í a n dado fortaleza. Por el contrario, si eres alabado p o r los aduladores y lisonjeros y te doblegas a ellos c o m o quien c o m p r a aceite, que n o lleva consigo, al estilo de las cinco vírgenes necias, será fueg o q u e te quiebra la boca de los que te alaban. P e r o n o podemos hallarnos sin estos medios de purificación; es necesario que entremos en ellos y salgamos de allí. P e r m i t a m o s el ultraje de los malvados y perversos; p e r m i t a m o s la lisonja de los aduladores, p e r o salgamos de allí con bien. Pidamos a A q u e l de quien se dijo: El Señor guardará tu entrada y salida, para q u e entrand o íntegro salgas intacto. T a m b i é n dice el A p ó s t o l : Fiel es Dios, el cual no os dejará ser tentados sobre vuestras fuerzas. H e aquí la entrada. N o dijo: N o seréis tentados, pues el q u e n o es tentado n o es probado, y el q u e n o es p r o b a d o n o adelanta. ¿Qué anheló? Fiel es Dios, el cual no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar. Oíste la entrada. Oye lo salida: Con la tentación prepara también la salida para que podáis sobrellequia et lingua adulantium talis est: Probado, inquit, argenti et auri ignis; vir autem probatur per os laudantium eum (Prov 27,21). Ignis ¡lie, ignis et iste; de utroque te salvum oportet exire. Fregit te reprehensor, fractus es in fornace tanquam vas fiedle. Formavit te verbum, et venit tentatio tribulationis: illud quod formatum est, oportet ut coquatur; si bene formatum est, accedit ignis ut firmet. Unde ille dicebat in passione: Aruit sicut testa virtus mea (Ps 21,16). Passio quippe et caminus tribulationis fecerat fortiorem. Rursus si lauderis ab adulantibus et assentantibus, et annuetis eis, veluti emens oleum, non tecum portans, sicu* quinqué vitgines insipientes (Mt 25,3); erit caminus fracturae tuae etiam os laudantium te. Sed sine his non possumus; necesse est ut et intremus in haec, et exeamus inde: intremus in vituperationem aliquam malorum et improborum, intremus et in assentationem aliquam adulatorum; sed exire inde opus est. Rogemus eum de quo dictum est, Custodiat Dominus introitum tuum et exitum tuum (Ps 120,8); ut inttans integer, sic exeas integer. Ait enim et Apostolus: Fidelis est Deus, qui non vos sinat tentari supra quam potestis. Ecce habes ingtessum. Non dixit, Non tentemini: qui enim non tentatur non probatur; et qui non probatur, non proficit. Quid ergo optavit? Fidelis Deus, qui non vos sinat tentari supra quam potestis. Audisti ingressum; audi et exitum: Sed jaciet eum tentatione etiam exitum, ut possitis tolerare (1 Cor 10,13). Ergo et illi avertantur statim erubescentes qui dicunt mihi: Euge, euge.

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varia. Luego apártense al instante avergonzados los que me dicen: Bien, bien. ¿Por q u é m e alaban? A l a b e n a Dios. Y o , ¿quién soy p a r a q u e se alabe algo e n m í ? ¿O q u é cosa hice? ¿Qué t e n g o q u e n o lo haya recibido? Si lo recibiste—dice el Apóst o l — , ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? Apártense al instante avergonzados los que me aplauden. Con este óleo grasiento se u n g i ó la cabeza de los herejes, pues dicen: Y o soy, yo soy; y se les dice: T ú no, el Señor. A c e p t a r o n el Bien, bien; a los aplausos; y c o m o son el Bien bien, se hicieron guías ciegos de ciegos q u e les siguen. C o n voces clarísimas se dice a D o n a t o esta cantinela: Bien, bien; guía excelente, guía preclaro. P e r o él n o dice: A p á r t e n s e al instante avergonzados los q u e m e dicen: Bien, bien; ni quiere corregirlos para q u e d i g a n a Cristo: T ú eres el G u í a excelente, el G u í a preclaro. Por el contrario, o b r ó San Pablo t e m i e n d o el Bien, bien, o la aclamación de los h o m b r e s , p a r a q u e Cristo fuese alabado, n o quiso q u e se le tributasen a él las alabanzas en lugar de a Cristo, y así a los q u e le decían: Yo soy de Pablo, les r e s p o n d i ó con la entrega que de sí tenía en el Señor: ¿Por ventura Pablo fue crucificado por vosotros o habéis sido bautizados en el nombre de Pablo? Luego digan t a m b i é n los mártires en la persecución de los aduladores: Apártense al instante avergonzados los que me dicen: Bien, bien. 6 [v.5}. ¿Y qué acontecerá cuando se aparten y se avergüencen ya los que buscan m i vida o m a q u i n a n males contra m í ; o con perversa y simulada benevolencia quieran halagar para herir? ¿Qué acontecerá cuando hayan sido alejados y confundidos? Se alegrarán y se regocijarán en ti; n o en m í , o en éste, o Quare enim me laudant? Laudent Deum. Quis enim ego sum, ut lauder in me? aut quid ego feci? quid habeo quod non accepi? Si accepisti, inquit, quid gloriaris quasi non acceperis? (Ib. 4,7). Avertantur ergo ítatim erubescentes qui dicunt mihi: Euge, euge. Tali oleo pingue factum est caput haereiicorum (Ps 140,5), eum dicunt, Ego sum, ego sum, et dicitur illis: Tu, Domine. Acceperunt Euge, euge; secuti sunt Euge, euge: facti sunt duces caeci caecorum sequentium (Mt 15,14). Apertissimis vocibus Donato dicuntur ista cantata: Euge, euge, dux bone, dux praeclare. Et non dixit ille, Avertantur statim, et erubescant qui dicunt mihi: Euge, euge; nec eos corrigere voluit, ut Christo dicerent: Dux bone, dux praeclare. At vero Apostolus reformidans Euge hominum, ut veré laudaretur in Christo, noluit se laudari pro Christo; dicentibusque quibusdam, Ego sum Pauli, respondit in libértate Domini, Numquid Paulus crucifixus est pro vobis? aut in nomine Pauli baptizati estis? (1 Cor 1,12.13). Ergo dicant martyres in persecutione etiam adulantium, Avertantur statim erubescentes qui dicunt mihi: Euge, euge. 6 [v.5]. Et quid fit, eum illi avertuntur, et etubescunt omnes; sive qui quaerunt animam meam, sive qui cogitant mihi mala, sive qui perversa et simulata benevolentia, lingua volunt emollire quod feriant; eum fuerint et ipsi aversi et confusi, quid fiet? Exsultent, et iucundentur

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en aquél, sino en el q u e se hicieron luz los que eran tinieblas. Alégrense y regocíjense en ti todos los que te buscan- U n a cosa es buscar a Dios y otra buscar al h o m b r e . Regocíjense los que te buscan. Luego n o se regocijarán los q u e se buscan a sí mismos, aquellos a quienes buscaste antes de que te buscansen. A ú n n o buscaba la oveja del Evangelio al Pastor; se había apartado del rebaño. Entonces el Pastor bajó a ella, la buscó y la cargó sobre sus hombros. ¿Te despreciará, ¡oh oveja!, buscándose a sí, el q u e primero, despreciándose a sí, te buscó, n o buscándose a sí? Luego comienza a buscar a A q u e l q u e p r i m e r a m e n t e te buscó y te cargó sobre sus hombros. H a z lo q u e dice: Mis ovejas oyen mi voz y me siguen. Si buscas a A q u e l q u e p r i m e r a m e n t e te buscó, y te has hecho su oveja, y oyes la voz de tu pastor y le sigues, atiende a lo q u e te da a conocer sobre sí m i s m o y su cuerpo para q u e n o te alejes de El o de la Iglesia, n o sea q u e alguno te diga: Este es Cristo, y n o es Cristo; o ésta es la Iglesia, y n o es la Iglesia. M u c h o s dijeron q u e Cristo n o tuvo carne, y, por tanto, q u e n o resucitó en su cuerpo; desecha estas voces. Oye la voz del m i s m o Pastor, q u e se vistió de carne para buscar la carne perdida. Resucitó y dijo: Palpad y ved, porque el espíritu no tiene carne ni huesos, como me veis a mí que los tengo. Se te manifestó; sigue su voz. T e dio a conocer la Iglesia. Para q u e nadie te engañe, diciendo: A q u í o allí está la Iglesia, dijo que convenía que Cristo padeciese y resucitase al tercer día de entre los muertos y que se predicase en su nombre la penitencia y el perdón de los pecados por todas las naciones, comenzando por in te: non in me, non in illo, aut in illo; sed in quo facti sunt lux qui fuerunt tenebrae. Exsultent, et iucundentur in te, omnes qui quaerunt te. Aliud est quaerere Deum, aliud quaerere hominem. Iucundentur qui quaerunt te. Non iucundabuntur ergo qui quaerunt se, quos prior quaesisti antequam quaererent te. Nondum quaerebat ovis illa pastorem; aberraverat a grege: et descendit ad eam; quaesivit earn, reportavit in humeris suis (Le 15,4.5). Contemnet te, o ovis, quaerentem se, qui prior quaesivit contemnentem se, et non quaerentem se? Iam ergo quaerere eum incipe, qui prior quaesivit te, et reportavit in humeris suis. Fac quod ait: Quae sunt oves meae, vocem meam audiunt, et sequuntur me (lo 10,3). Si ergo quaeris eum qui prior quaesivit te, et ovis facta es eius, et audis vocem pastoris tui, et sequeris eum; vide quid tibi de se ostendit, quid de corpore suo, ne in ipso errares, ne in Ecclesia errares, ne quis tibi diceret: Christus est, qui non est Christus; aut Ecclesia est, quae non est Ecclesia. Multi enim dixerunt carnem non habuisse Christum, et non in corpore suo resurrexisse Christum: noli sequi voces eorum. Audi vocem ipsius pastoris, qui indutus est carne, ut quaereret perditam carnem. Resurrexit, et ait: Pálpate, et videte, quia spiritus carnem et ossa non habet, sicut me videtis habere. Ostendit se tibi; vocem eius sequete. Ostendit et Ecclesiam; ne quis te fallat nomine Ecclesiae: Oportebat, inquit, Christum pati, et resurgere a mortuis tenia die, et praedicari in nomine eius paenitentiam et remissionem peccato-

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Jerusalén. A q u í tienes la voz de tu Pastor; no sigas la voz de pastores extraños, y n o temerás al ladrón siguiendo la voz de tu Pastor. ¿Cómo le seguirás? Si n o dijeres a n i n g ú n h o m b r e Bien, bien, creyendo que se le debe p o r su p r o p i o m é r i t o ; si n o le oyes al aplaudirte, a fin de q u e n o sea u n g i d a tu cabeza con el óleo del pecador. Alégrense y regocíjense en ti todos los que te buscan y digan... ¿Qué dirán los que se alegran? Sea engrandecido siempre el Señor. D i g a n esto todos los q u e se alegran y te buscan. ¿Qué han de decir los q u e a m a n tu salud? Sea engrandecido siempre el Señor. N o sólo sea engrandecido el Señor, sino t a m b i é n siempre. V e q u e te extraviabas y estabas lejos de El; te llamó: Sea engrandecido el Señor. V e q u e te inspiró la confesión de los pecados; confesaste, te p e r d o n ó : Sea engrandecido el Señor. Y a comenzaste a vivir con justicia; ya creo que es casi justo q u e tú t a m b i é n seas engrandecido. A l llamarte a ti, q u e estabas extraviado, debía ser engrandecido el Señor; al perd o n a r t e a ti, q u e confesaste los pecados, debía ser engrandecido el Señor. A h o r a ya, que, oyendo su voz, comenzaste a progresar, q u e has sido justificado, que has llegado a cierto grado de virt u d , justo es q u e t ú t a m b i é n seas e n g r a n d e c i d o alguna vez. Digan: Sea engrandecido siempre el Señor. ¿Eres pecador? Sea engrandecido para q u e te llame. ¿Confiesas ser pecador? Sea engrandecido siempre p e r d o n á n d o t e . ¿Vives con justicia? Sea engrandecido para q u e te rija. ¿Perseveras hasta el fin? Sea engrandecido p a r a que te glorifique. Siempre sea engrandecido el Señor. D i g a n estos los justos, díganlo quienes le buscan. El que rum per omnes gentes, incipientibus ab lerusalem (Le 24,39.46.47). Habes vocem pastoris tui; noli sequi vocem alienorum (lo 10,5): et furem non timebis, si vocem pastoris fueris secutus. Unde autem sequeris? Si nec cuiquam hominum dixeris, quasi eius mérito, Euge, euge: nec eum gratulatione audieris, ne oleo peccatoris pinguescat caput tuum (Ps 140,5). Exsultent, et iucundentur in te, omnes qui quaerunt te; et dicant. Quid dicant qui exsultant? Semper magnificetur Dominus. Dicant hoc omnes qui exsultant et quaerunt te. Quid? Semper magnificetur Dominus, qui diligunt salutare tuum. Non tantum magnificetur Dominus, sed etiam semper. Ecce errabas, et aversus ab eo eras: vocavit te; magnificetur Dominus. Ecce inspiravit tibi confessionem peccatorum: confessus es, dedit veniam; magnificetur Dominus. Iam coepisti iuste vivere; iam puto quasi iustum est ut et tu magnificeris. Etenim eum te vocaret errantem, magnificandus erat Dominus; eum tibi confitenti peccata dimisit, magnificandus erat Dominus: modo iam audiens verba eius coepisti proficere, iustificatus es, pervenisti ad quamdam virtutis excellentiam; dignum est ut et tu aliquando magnificeris. Dicant: Semper magnificetur Dominus. Peccator es; magnificetur ut vocet: confiteris; magnificetur ut ignoscat: iam iuste vivis; magnificetur ut regat: perseveras usque in finem; magnificetur ut glorificet. Semper ergo magnificetur Dominus. Hoc dicant iusti; hoc dicant qui quaerunt eum. Quisquís hoc non dicit, non quaerit eum. Ecce, magnificetur Dominus. Ex-

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no dice esto, no le busca. Ve, sea engrandecido siempre el Señor. Se alegren y se regocijen todos los que le buscan y digan los que aman su salud: Sea siempre engrandecido el Señor. De El dimana la salud de ellos, no de sí mismos. La salud de nuestro Dios es Jesucristo, nuestro Salvador; el que ama al Salvador confiesa que sanó; el que confiesa que sanó confiesa que estuvo enfermo. Luego digan los que aman tu salud: Sea siempre engrandecido el Señor; no su salud, como si ellos se salvasen a sí mismos; no su salud, como si el hombre se salvase por el hombre. No confíes en los príncipes o en los hijos de los hombres, en los cuales no hay salud. ¿Por qué esto? Porque del Señor es la salud, y sobre tu pueblo tu bendición. Luego siempre sea engrandecido el Señor. ¿Quiénes dicen esto? Los que aman tu salud. 7 [v.6]. El Señor sea engrandecido. ¿Tú nunca, en ninguna parte? En El algo, en mí nada. Si en El soy engrandecido lo que soy, El es engrandecido, no yo. Entonces, ¿tú en qué? Yo soy pobre y necesitado. El es rico, El abunda en todo, El de nadie necesita. Ve que es mi luz; mira por quién soy iluminado, puesto que grito: Tú, ¡oh Señor!, iluminarás mi lámpara; Dios mío, iluminarás mis tinieblas. El Señor desata a los encadenados, el Señor endereza a los encorvados, el Señor da sabiduría a los ciegos, el Señor custodia a los forasteros. ¿Y tú qué? Yo soy pobre y necesitado. Yo, como huérfano, estando mi alma como viuda desconsolada y desamparada, busco socorro, confieso siempre mi enfermedad. Yo soy pobre y necesitado. Me han sido perdonados los pecados, comencé a seguir los preceptos de Dios; sin

embargo, aún soy pobre y necesitado. ¿Por qué eres aún pobre y necesitado? Porque advierto una ley en mis miembros que se opone a la ley de mi mente. ¿Por qué eres pobre y necesitado? Porque bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia. Aún tengo hambre, aún tengo sed. Mi saciedad se ha intensificado, no ha desaparecido. Yo soy pobre y necesitado; ¡oh Dios!, socórreme. De aquí es que comenzó el salmo diciendo: ¡Oh Dios!, atiende a mi socorro; ¡oh Dios!, ayúdame. Con razón Lázaro significa el ayudado. El es aquel pobre y necesitado que fue transportado al seno de Abrahán. El simboliza a la Iglesia de Dios, que siempre debe confesar que necesita de auxilio. Esta es la verdad, ésta es la piedad. Dije al Señor: Tú eres mi Dios. ¿Por qué? Porque no necesitas mis bienes. El no necesita nuestros bienes; nosotros necesitamos los de El; por eso es verdadero Señor. Tú no eres verdadero señor de tu siervo; ambos sois hombres, y uno y otro necesitáis de Dios. Si piensas tú que tu siervo necesita de ti para que le des el pan, tú necesitas de tu siervo para que te ayude en las labores; ambos os necesitáis mutuamente. Nadie de vosotros es verdadero señor y nadie verdadero siervo. Oye al verdadero Señor, del cual eres verdadero siervo: Dije al Señor: Tú eres mi Dios. ¿Por qué eres tú Señor? Porque no necesitas de mis bienes. ¿Y tú qué? Yo soy pobre y necesitado. Ve aquí al pobre y al necesitado; le alimente Dios; le levante Dios; le ayude Dios. ¡Oh Dios!—dice—, ayúdame. 8. Tú eres mi ayudador y mi libertador, ¡oh Señor!; no tardes. Tú eres ayudador y libertador. Yo necesito auxilio, ayúda-

sultent et iucundentur omnes qui quaerunt eum; et dicant, Semper magnijicetur Dominus, qui diligunt salutare eius. Ab illo est enim illis salus, non a se. Salutare Domini Dei nostri, Salvator Dominus noster Iesus Christus: quisquís diligit Salvatorem, confítetur se sanatum; quisquís se confítetur sanatum, fuisse se confítetur aegrotum. Dicant ergo, Semper magnijicetur Dominus, qui diligunt salutare tuum: non salutare suum, quasi se ipsi salvent; non quasi salutare hominis, tanquam ab illa salventur. Nolite, inquit, confidere in principes, et in filias hominum, in quibus non est salus (Ps 145,2.3). Quare hoc? Domini est salus, et super populum tuum benedictio tua (Ps 3,9). Ergo, Semper magnijicetur Dominus. Qui hoc dicunt? Q.ui diligunt salutare tuum. 7 [v.6}. Ecce magnijicetur Dominus; nunquam tu, nusquam tu? In illo aliquid, in me nihil: si autem in illo quidquid ego; ille, non ego. Tu ergo quid? Ego vero egenus et pauper sum. Ule dives, ille abundans, ille nullius indigens. Ecce lumen meum, ecce unde illuminor; quoniam clamo: Tu illuminabis lucernam meum, Domine; Deus meus, illuminabis tenebras meas (Ps 17,29). Dominus solvit compeditos; Dominus erigit elisos; Dominus sapientes facit caecos; Dominus custodit proselytos (Ps 145,7). Quid ergo tu? Ego vero egenus et pauper. Ego tanquam pupillus; anima mea tanquam vidua destituta et desolata: auxilium quaero; semper infirmitatem meam confíteor. Ego vero egenus

et pauper. Donata sunt mihi peccata; iam coepi sequi praecepta Dei: adhuc tamen egenus et pauper. Unde adhuc egenus et pauper? Quia video aliam legem in membris meis repugnantem legi mentís meae (Rom 7,23). Unde egenus et pauper? Quia, Beati qui esuriunt, et sitiunt iustitiam (Mt 5,6). Adhuc esurio, adhuc sitio: saturitas mea dilata est; non ablata. Ego vero egenus et pauper; Deus, adiuva me. Unde coepit, Deus in adiutorium meum intende; Deus, adiuva me. Rectissime et Lazaras Adiutus interpretan dicitur; ille egenus et pauper, qui ablatus est in sinum Abrahae (Le 16,22): et gerit typum Ecclesiae Dei, quae semper confiteri debet adiutorío sibi opus esse. Hoc est verum, hoc est pium. Dixi Domino: Deus meus es tu. Quare? Quoniam bonorum meorum non eges (Ps 15,2). Ille non eget nostri; nos egemus ipsius: ideo verus Dominus. Nam tu non valde verus dominus servi tui; ambo homines, ambo egentes Deo. Si autem putas egere tui servum tuum, ut des panem; eges et tu servi tui, ut adiuvet labores tuos: uterque vestrum altero vestrum indiget. Itaque nullus vestrum veré dominus, et nullus vestrum veré servus. Audi verum Dominum, cuius verus es servus: Dixi Domino: Deus meus es tu. Quare tu Dominus? Quoniam bonorum meorum non eges. Quid autem tu? Ego vero egenus et pauper. Ecce egenus et pauper; pascat Deus, sublevet Deus, adiuvet Deus: Deus, inquit, adiuva me. 8. Adiutor et erutor meus es tu, Domine; ne tardaveris. Tu adiutor

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m e ; estoy atado, líbrame. T ú solo libras de las ataduras. N o s rodean los lazos de distintos afanes; p o r todas partes nos desgarran los espinos y las cercas; c a m i n a m o s p o r una senda estrecha; quizá nos recostamos sobre el vallado; digamos a D i o s : Tú eres mi libertador. El q u e nos m o s t r ó el c a m i n o estrecho ordenó q u e le siguiésemos. R e t e n e d , hermanos, este p r e c e p t o : p o r m u c h o q u e viviéremos aquí, p o r m u c h o que hubiésemos adelantado, nadie diga: M e basta; soy justo. Q u i e n lo dijere se para e n el cam i n o ; n o acierta a llegar. D e s d e el m o m e n t o q u e dijere: Basta, se detiene. A t i e n d e q u e al Apóstol n o le basta; ve c ó m o quiere q u e se le ayude hasta q u e llegue; hermanos, dice: Yo no pienso que lo haya conseguido. Y para q u e a nadie le parezca q u e lo consiguió, dice a los tales: Til que piensa que ha llegado a saber algo, todavía no sabe como conviene saber. ¿Qué dice? Hermanos, yo no pienso que lo haya conseguido. Anteriormente había dicho: No que ya haya alcanzado o que ya sea perfecto; y a continuación a ñ a d e : Hermanos, yo no pienso que lo haya conseguido. Si aún n o lo consiguió, es pobre y necesitado; si todavía n o es perfecto, es pobre y necesitado. Con razón dice: Ayúdame, ¡oh Dios! P e r o e n t i e n d e algo, y lo entiende sublimem e n t e . Oye lo q u e dice: Al que sobre todas las cosas puede hacer con exceso 'más de- lo que pedimos o entendemos. Ve que a ú n n o ha llegado, q u e aún n o lo ha conseguido. Y ¿qué dice? Hermanos, yo no pienso que lo haya conseguido; una cosa sí; olvidándome de lo de atrás y extendiéndome a lo de adelante, sigo, según nú propósito, hacia la palma de la celeste vocación. et erutor: indigeo auxilio, adiuva; implicatus sum, eme. Nemo enim eruet de implicationibus, nisi tu. Circumstant nos nexus diversarum curarum; hinc atque inde dilaniamur quasi spinis et sepibus, ambulamus angustam viam; fortasse haesimus in sepibus: dicamus Deo, Tu es erutor meus. Qui ostendit angustam viam (Mt 7,14), fecit ut sequeremur. Haec vox perseveret in nobis, fratres. Quantumcumque hic vixerimus, quantumcumque hic profecerimus, nemo dicat: Sufficit mihi; iustus sum. Qui dixerit, remansit in via, non novit pervenire. Ubi dixerit, Sufficit; ibi haesit. Attende Apostolum, cui non sufficit; vide quomodo se vult adiuvari, doñee perveniat: Fratres, inquit, ego me non arbitror apprehendisse; ne illi sibi viderentur apprehendisse, quibus rursus dicit, Qui se putat aliquid scire, nondum scit quemadmodum oportet scire (1 Cor 8,2). Quid ergo ait? Fratres, ego me non arbitror apprehendisse. Supra dixerat, Non quia iam acceperim, aut iam perfectus sim; et ibi sequitur, Fratres, ego me non arbitror apprehendisse. Si nondum accepit, egenus et pauper est: si nondum perfectus est, egenus et pauper est. Bene dicit: Deus, adiuva me. Sed intelligit aliquid, et excelsius intelligit. Vide tamen quid dicat: Ei autem qui potest super omnia jacere superabundantes quam petimus et intelligimus (Eph 3,20). Vide etgo quia nondum pervenit, nondum apprehendit. Quid ergo ait? Fratres, ego me non arbitror apprehendisse: unum autem, quae retro oblitus, in ea quae ante sunt extentus, secundum intentionem seqrtor ad palmam

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El corre, tú te detuviste. El dice q u e todavía n o es perfecto, ¡y tú ya te glorías de la perfección! Sean confundidos quienes te dicen: Bien, bien. Serás confundido entre ellos si te dices: Bien, bien. El q u e a sí m i s m o se alaba, se dice: Bien, bien. El q u e es alabado p o r otros y consiente, n o lleva consigo aceite; se le apaga la l á m p a r a y se le cierra la puerta. 9- Carísimos, lo q u e nos enseñó este breve salmo, expuesto en m e m o r i a de la festividad de los mártires, es q u e e n t e n d a m o s q u e los mártires padecieron en este m u n d o tribulaciones corporales. N o s o t r o s , p o r m u c h a paz q u e tengamos, es necesario que padezcamos tribulación espiritual. T a m b i é n es necesario que la Iglesia y el conjunto de los fieles g i m a n e n t r e los escándalos, entre la cizaña y la paja hasta q u e llegue el t i e m p o de la siega, del bieldo, de la última bielda, en la cual se separe el trigo de la paja y se meta el trigo en el granero. Mientras llega clamemos: Yo soy pobre y necesitado; ayúdame, ¡oh Dios! Tú, Señor, eres mi ayudador, no tardes. ¿Por q u é se dice no tardes? P o r q u e muchos dicen: La venida de Cristo está lejos. ¿Por q u é decimos no tardes? ¿Ha de venir antes del t i e m p o q u e d e t e r m i n ó para venir? ¿Qué quiere expresar este deseo no tardes? N o m e parezca tarde tu venida. A ti te parece q u e está lejos, n o a Dios, para quien mil años son como un día o tres horas de vigilia. Si tú n o tienes paciencia, te parecerá q u e tarda; y, al parecerte q u e tarda, te cansarás de El, y te asemejarás a los q u e , cansados en el desierto, se apresuraron a pedir a Dios los deleites q u e El les reservaba para la patria; y, al n o dárseles en el casupemae vocalionis (Phil 3,12-14). Ule ergo currit, tu haesisti. Ule dicit nondum se perfectum; et tu iam de perfectione gloriaris! Confundantur qui tibi dicunt: Euge, euge. Confundaris inter illos et tu, quia tu tibí dicis: Euge, euge. Qui enim seipsum laudat, sibi dicit: Euge, euge: qui ab aliis laudatur et consentit, non portat oleum secum; deficiunt faces, clausurus est ille ianuam (Mt 25,3.10). 9- Hoc ergo nos docuit psalmus iste breviter, charissimi, ex admonitione solemnitatis martyrum, ut intelligamus quia martyres tribulationem hic passi sunt corporalem: nos in quantacumque pace simus, necesse est patiamur tribulationem spiritualem; et necesse est ut inter scandala, et zizania, et paleam gemat Ecclesia et illa massa, doñee messis veniat, doñee ventilabrum, doñee veniat ultima venti latió, ut separetur palea a frumento, doñee ad horteum redigatur (Ib. 13,30, et 3,12). Quod doñee fiat, clamemus: Ego vero egenus et pauper sum; Deus, adiuva me: adiutor meus es tu, Domine; ne tardaveris. Quid est, Ne tardaveris? Quia multi dicunt: Longum est ut veniat Christus. Quid ergo, quia dicimus, Ne tardaveris? venturus est antequam statuit venire? Quid sibi vult hoc votum, Ne tardaveris? Ne mihi tardius videatur quod venturus es. Tibi enim longum videtur; non Deo longum videtur, cui mille anni dies unus est, vel tres horae vigiliae (Ps 89,4). Sed tu si non habueris tolerantiam, tardum tibi etit: et cum tibi tardum erit, deflecteris ab eo, et eris similis illis qui in eremo fatigati sunt, et festinavetunt a

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m i n o , con los cuales quizá se pervirtiesen, m u r m u r a r o n contra Dios y se volvieron con el corazón a Egipto. Allí de donde hab í a n sido separados corporalmente, volvieron con el corazón. N o seas tú así; n o seas así. T e m e la palabra del Señor, que te dice: Acuérdate de la mu^er de Lot. Ella en el camino, librada de Sodoma, m i r ó atrás, y en el lugar d o n d e m i r ó q u e d ó convertida en estatua de sal p a r a c o n d i m e n t a r t e o salarte a ti. Se te ha dado un ejemplo para q u e tú tengas valor y n o permanezcas insípido en el camino. M i r a a la q u e se q u e d ó petrificada y pasa. Atiende a la q u e m i r ó atrás; y tú extiéndete hacia adelante, como San Pablo. ¿Qué significa n o m i r a r atrás? Olvidarse de ello, dice. Por tanto, sigue llamando, corriendo hacia la celeste palma, de la cual te gozarás m á s tarde. Pues el m i s m o Apóstol dice esto: Guardada me está la corona de justicia, la cual me dará en aquel día el Señor, justo juez.

SALMO

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[ O R A C I Ó N D E UN J U S T O EN SU A N C I A N I D A D ]

SERMÓN

Sobre la primera

parte del

I

salmo

1. E n todos los libros de la Sagrada Escritura se nos recomienda la gracia de Dios q u e nos liberta para que nosotros nos Deo petere delicias, quas illis in patria reservabat; et cum non darentur deliciae in itinere, quibus forte corrumperentur, murmuraverunt adversus Deum, et redierunt corde in Aegyptum (Ex 16,2, et Act 7,39); unde corpore fuerant separati, corde redierunt. Noli ergo tu sic; noli sic: time verbum Domini dicentis, Mementote uxoris Lot (Le 17,32). Et ipsa in via, iam liberata de Sodomis, retro respexit; ubi respexit, ibi remansit: facta est statua salis (Gen 19,29), ut condiat te. Exemplo enim tibí data est, ut tu cor habeas, non remaneas fatuus in via. Attende remanentem, et transi; attende respicientem retro, et tu in anteriora extentus esto, sicut Paulus. Quid est non respicere retro? Quae retro oblitus, inquit. Ideo sequeris vocatus ad supernam palmam de qua postea glorieris. Quia Ídem Apostolus dicit: Superest mihi corona iustitiae, qttam mihi reddet Dominus in illo die iustus iudex (2 Tim 4,8). PSALMUS SERMO

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De prima parte Psalmi 1. In ómnibus Scripturis sanctis, gratia Dei quae liberat nos commendat se nobis, ut commendatos habeat nos. Hoc in isto psalmo ca-

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entreguemos a ella. Esto se canta en este salmo, del q u e m e he p r o p u e s t o hablar a vuestra caridad. C u i d e el Señor q u e la conciba c o m o se merece y la e x p o n g a c o m o os conviene. Sobremanera m e hace vacilar el amor y el temor de D i o s : el temor de Dios, p o r q u e es justo: el amor, p o r q u e es misericordioso. Si condenase al i m p í o , ¿quién le dirá: Por qué lo hiciste? ¿Cuánta misericordia n o se necesita para justificar al inicuo? D e aquí q u e h e m o s oído al Apóstol, escogido p a r a nosotros, recomendar de m o d o especial la m i s m a gracia, p o r cuya recomendación se echó de enemigos a los judíos, q u e p r e s u m í a n de la ley y se jactaban de ella c o m o amantes de la justicia; sobre los cuales dice: Testifico de ellos que tienen celo de Dios, pero no según el cabal conocimiento. Y como si se le dijera: ¿En q u é consiste tener celo de Dios, mas n o según el cabal conocimiento?, añade a continuación: Porque, desconociendo la justicia de Dios y tratando de establecer la suya, no se sometieron a la justicia de Dios. Vanagloriándose, dice, de sus obras, alejan de sí la gracia; y, p r e s u m i e n d o de su falsa salud, desechan la medicina. Contra éstos ya había dicho el Señor: N o vine a llamar a justos, sino a pecadores a penitencia; pues no necesitan de médico los sanos, sino los enfermos. Este es el perfecto y excelso conocim i e n t o : conocer q u e el h o m b r e p o r sí n o es nada; y todo lo q u e es lo recibe de D i o s y p o r Dios. ¿Qué tienes—dice—que no lo hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no los hubieses recibido? El Apóstol recomienda esta gracia. Por esto mereció echarse de enemigos a los judíos, que se glonitur, de quo cum Vestra Charitate loqui suscepimus. Aderit Dominus, ut sic eam corde concipiam, quomodo dignum est; et sic eam promam, quomodo expedit vobis. Multum enim movet Dei amor et timor: timor Dei, quia iustus est; amor, quia misericors est. Quis enim ei diceret, Quid fecisti (Sap 12,12), si damnaret iniustum? Quanta ergo misericordia eius, ut iustificet iniustum? Ex hoc praelectum nobis et Apostolum audivimus eamdem máxime gratiam commendantem: de cuius commendatione habebat Iudaeos inimicos, velut de Legis littera praesumentes, et tanquam iustitiam suam diligentes atque iactantes; de quibus dicit: 1" estimonium perhibeo illis, quia zelum Dei habent, sed non secundum scientiam. Et tanquam ei diceretur, Quid est enim habere zelum Dei non secundum scientiam? subiecit continuo, Ignorantes enim Dei iustitiam, et suam volentes constituere, iustitiae Dei non sunt subiecti (Rom 10,2.3). Gloriantes, inquit, tanquam de operibus, excludunt a se gratiam; et tanquam de sanitate sua falsa praesumentes respuunt medicinara. Contra tales enim et Dominus dixerat: Non veni vacare iustos, sed peccatores in poenitentiam; non est opus sanis medicus, sed •male babentibus (Mt 9,13.12). Haec est ergo tota scientia magna, hominem scire quia ipse per se nihil est; et quoniam quidquid est, a Deo est, et propter Deum est. Quid enim habes, inquit, quod non accepisti? Si autem et accepisti, quid gloriaris quasi non acceperis? (1 Cor 4,7). Hanc gratiam commendat Apostolus; hinc habere meruit inimicos

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riaban de la letra de la ley y de su p r o p i a justicia. R e c o m e n d a n d o esta gracia en la lectura q u e acabáis de oír, dice así: Yo soy el menor de los apóstoles y que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la Iglesia de Dios. Pero conseguí la -misericordia, porque ignorando obré en la incredulidad. Y p o c o después añade: Palabra digna de fe y de ser aceptada por completo es que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de entre los cuales el primero soy yo. ¿Acaso antes de él n o h u b o pecadores? ¿Qué significa el primero soy yo? Q u e se a n t e p o n í a a todos n o en tiempo, sino en maldad. Pues dice: Mas por eso conseguí misericordia, para mostrar Jesucristo en mí toda longanimidad, para conocimiento de aquellos que han de creer en El en orden a la vida eterna. Es decir, para q u e cualquier pecador e inicuo que desespera de sí y q u e , llevado de un á n i m o impetuoso, hace lo q u e quiere, p o r q u e se considera necesariamente condenado, mire, sin e m b a r g o , al apóstol Pablo, a q u i e n D i o s le p e r d o n ó tanta crueldad y tan g r a n malicia, y de este m o d o , n o desesperando de sí, se convierta a Dios. Dios t a m b i é n recomienda esta misma gracia en este salmo. Examinémosle y veamos si es así, o si qu¡2á, equivocado, lo juzgue yo así. Pienso q u e tiene este sentido y q u e esto es lo q u e nos dice casi en todas sus palabras. Es decir, que nos da a conocer la gracia gratuita de Dios, la cual nos libra a nosotros indignos, n o por nosotros, sino por El. Si esto n o lo hubiese yo indicado, ni os lo hubiese dicho de a n t e m a n o ; cualquier h o m b r e de inteligencia mediocre, oyendo a t e n t a m e n t e las palabras del salmo, lo percibiera. Y quizá p o r las mismas palabras, si pensaba otra Iudaeos, de littera Legis et de sua iustitia gloriantes. Hanc ergo commendans in lectione quae lecta est, sic ait: Ego enim sum minimus Apostolorum, qui non sum dignus vocari Apostólas, quia persecutus sum Ecclesiam Dei (1 Cor 15,9). Sed ideo misericordiam, inquit, consecutus sum, quia ignorans jeci in incredulitate. Deinde paulo post, Fidelis sermo est, inquit, et omni acceptione dignus, quia Christus lesus venit in mundum peccatores salvos faceré, quorum primus ego sum. Numquid ante jllum non erant peccatores? Quid est ergo, primus ego? Antecedens omnes non tempore, sed malignitate. Sed ideo, inquit, misericordiam conseculus sum, ut in me ostenderet Christus lesus omnem longanimitatem, ad informationem eorum qui credituri sunt illi in vitam aeternam (1 Tim 1,13.15.16): id est, ut unusquisque peccator et iniquus iam de se desperans, iam habens quasi gladiatorium animum, ut ideo faciat quidquid vult, quia necessario damnandus est, respiciat tamen ad apostolum Paulum, cui tanta crudelitas, tantaque malitia a Deo donata est; et, non de se desperando, convertatur ad Deum. Hanc ergo gratiam commendat nobis Deus et in isto psalmo; intueamur illum, et videamus an ita sit, an forte ego aliter suspicer. Etenim arbitror hunc eum habere affectum, et hoc ómnibus prope suis syllabis resonare: id est, hoc nobis commendare, gratiam Dei gratuitam, quae nos liberat indignos, non propter nos, sed propter se; ut etiamsi non hoc dicerem, ñeque hoc

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cosa distinta, m u d a s e de parecer y creyese lo que el salmo p r o clama. ¿Qué quiere decir esto? Q u e toda nuestra esperanza resida en D i o s y que n o p r e s u m a m o s nada de nosotros, c o m o si se debiese a nuestras propias fuerzas, n o sea q u e , a p r o p i á n d o n o s lo q u e pertenece a Dios, p e r d a m o s t a m b i é n lo que h e m o s recibido. 2 [ v . l ] . El título de este salmo es como el r ó t u l o que se coloca en el u m b r a l de la casa indicando su destino: Para David, de los hijos de Jonadab, y de los primeros que fueron llevados cautivos. El J o n a d a b que se nos da a conocer por la profecía de Jeremías fue u n varón, el cual m a n d ó a sus hijos q u e n o bebiesen v i n o ni habitasen en casas, sino en tiendas. Por retener y observar el m a n d a t o de su p a d r e merecieron los hijos ser bendecidos p o r Dios. N o les había impuesto D i o s este precepto, sino su p a d r e . P e r o ellos le recibieron como m a n d a m i e n t o de su Señor Dios. Porque, si es cierto q u e D i o s n o les había o r d e n a d o q u e n o bebiesen vino y q u e habitasen en tiendas, sin e m b a r g o , Dios había p r e c e p t u a d o a los hijos que obedeciesen a sus padres. Ú n i c a m e n t e n o deben obedecer los hijos a los padres cuando los padres m a n d a n a sus hijos algo contra lo o r d e n a d o p o r el Señor Dios. Y n o d e b e n airarse los padres c u a n d o se les posp o n e a Dios. Pero, cuando los padres o r d e n a n algo q u e n o va contra Dios, deben ser oídos c o m o si fuese D i o s el q u e ordena, puesto q u e Dios m a n d ó obedecer a los padres. D i o s bendijo a los hijos de J o n a d a b p o r su obediencia y los p r o p u s o c o m o ejemplo a su p u e b l o desobediente, echándole en cara q u e los hijos de J o n a d a b h a b í a n obedecido a su p a d r e y él n o obedeció a su praelocutus essem, quilibet mediocris cordis homo, attente audiens verba eiusdem psalmi, saperet hoc; et forte ipsis verbis, si aliud habebat in corde, mutaretur, et fieret quod hic sonat. Quid est hoc? Ut tota spes nostra in Deo sit, nihilque de nobis tanquam de nostris viribus praesumamus; ne nostrum facientes quod ab iüo est, et quod accepimus amittamus. 2 [v.l]. Titulus ergo est psalmi huius, ut solet titulus indicans in limine quid agatur in domo: Ipsi David filiorum lonadab, et eorum qui primi captivi ducti sunt. lonadab homo fuit quídam, commendatur nobis ex prophetia Ieremiae, qui filiis suis praeceperat ut vinum non biberent, ñeque in domibus, sed in tabernaculis habitarent. Praeceptum autem patris filii tenuerunt et servaverunt, et ex hoc benedici a Domino meruerunt (Ier 35,6-10). Dominus autem hoc non praeceperat, sed pater ipsorum. Sic autem hoc acceperunt, tanquam praeceptum a Domino Deo suo: quia etsi Dominus non praeceperat, ut non biberent vinum, et in tabernaculis habitarent; praeceperat tamen Dominus, ut filii patri obedirent. In ea ergo re sola filius non debet obedire patri suo, si aliquid pater ipsius iusserit contra Dominum Deum ipsius. Ñeque enim debet irasci pater, quando ei praeponitur Deus. Ubi autem hoc iubet pater quod contra Deum non sit, sic audiendus est, quomodo Deus; quia obedire patri iussit Deus. Benedixit ergo Deus filios lonadab propter obedientiam, eosque obiecit inobendienti populo suo, exprobrans quia

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Dios. A l hablar Jeremías sobre este asunto, le trató delante del p u e b l o de Israel para q u e se preparase a ser conducido cautivo a Babilonia, sin oponerse a la voluntad de Dios, y a n o esperar otra cosa fuera de la cautividad. El título de este salmo está dotado de cierto disfraz, p o r q u e , al decir: de los hijos de Jonadab, se añade: y de los primeros que fueron llevados cautivos. Está encubierto n o p o r q u e los hijos de J o n a d a b se contasen en el n ú m e r o de los cautivos, sino p o r q u e ellos, que obedecieron a su padre, eran contrarios a los judíos, q u e h a b í a n de ser llevados al cautiverio. D e este m o d o entendieron los judíos que ellos h a b í a n de ser llevados al cautiverio p o r n o haber obedecido a Dios. A esto se añade q u e J o n a d a b significa el espontáneo o el voluntario del Señor. ¿Qué significa el voluntario del Señor? Q u e sirve a Dios con voluntad placentera. ¿Qué significa el voluntario del Señor? Sobre mí están, ¡oh Dios!, tus votos, que cumpliré en alabanza tuya. ¿Qué significa el voluntario del Señor? Te ofreceré un sacrificio voluntario. Si la enseñanza apostólica ordena al siervo q u e sirva al h o m b r e , su señor, n o como forzado, sino de b u e n grado, y sirviéndole con agrado e x p e r i m e n t e en sí la libertad de corazón, ¿cuánto m á s ha de servirse con entera y absoluta libertad a D i o s , que ve tu m i s m a voluntad? Si tu siervo n o te sirve con buen ánimo, tú p o d r á s ver su acción, su semblante, su porte, p e r o n o su corazón; con todo, dice el Apóstol a los siervos: No sirváis a la vista. ¿Y qué significa no sirváis a la vista? ¿Por ventura ha de ver m i señor de qué m o d o le sirvo interiormente, y por eso dices que no sirva a la vista, y añades: sino como siervos de Cristo? El señor h o m b r e no ve, cum filii Ionadab obedientes essent patri suo, illi non obedirent Deo suo. Cum autem ageret ista Ieremias, id agebat cum populo Israel, ut pararent se ad captivitatem ducendos esse in Babyloniam, et non resisterent voluntan Dei, nec sperarent aliud, nisi quia futuri essent captivi. Videtur ergo inde coloratus titulus huius psalmi, ut cum dixisset, filiorum Ionadab, subikeret, et eorum qui primi captivi ducti sunt; non quia filii Ionadab captivi ducti sunt, sed quia illis qui captivi ducendi erant oppositi sunt filii Ionadab, quia patri obedientes erant; ut intelligerent illi propterea se fieri captivos, quia Deo obedientes non fuerunt. Accedit etiam quia Ionadab interpretatur Domini Spontaneus. Quid est hoc, Domini spontaneus? Deo volúntate libenter serviens. Quid est, Domini spontaneus? In me sunt, Deus, vota tua, quae reddam laudis tibi (Ps 55,12). Quid est, Domini spontaneus? Voluntarte sacrijicabo tibi (Ps 53,8). Si enim disciplina apostólica servum monet ut homini domino suo, non tanquam ex necessitate, sed ex volúntate serviat; et libenter serviendo se in corde liberum faciat; quanto magis Deo tota, et plena, et libenti volúntate serviendum est, qui videt ipsam voluntatem tuam? Nam si servus tibi non ex animo serviat, manus eius, faciera eius, praesentiam eius potes videre; cor eius non potes: et tamen ait illis Apostolus, Non ad oculum servientes. Et quid est, Non al oculum? Quid ergo, visurus est dominus meus quomodo illi serviam, ut dicas

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p e r o el Señor Cristo ve. Luego servid de corazón, con buena voluntad. T a l fue J o n a d a b , es decir, esto significa este n o m b r e . ¿Quiénes son los primeros que fueron llevados cautivos? Los hijos de Israel fueron los primeros, los segundos y los terceros. Pero este salmo n o habla en favor de aquéllos ni habla de aquellos q u e p r i m e r a m e n t e fueron llevados cautivos. E x a m i n a n d o , sondeando, estudiando este salmo en todos sus versillos, te dice otra cosa; n o habla de aquellos sobre los q u e , cayendo n o sé q u é hombres ni cuándo, fueron llevados cautivos de Jerusalén a Babilonia. ¿Qué dice, pues, el salmo? Lo q u e oísteis al Apóstol. N o s recuerda la gracia de D i o s ; nos declara q u e de nuestra p a r t e n o somos nada; nos p o n e de manifiesto q u e lo que somos, lo somos p o r su misericordia, pues lo q u e de nosotros tenemos sólo es el pecado. ¿Por q u é somos cautivos? ¿Y p o r q u é se nos da a conocer la m i s m a gracia del Libertador bajo el n o m b r e de cautividad? Lo declara el Apóstol al decir: Me complazco en la ley de Dios según el hombre interior; mas veo otra ley en mis miembros que se opone a la ley de mi mente que me tiene cautivo en la ley del pecado que se halla en mis miembros. Aquí tienes (en q u é consiste) el ser llevado cautivo. Pues ¿qué recuerda este salmo? Lo q u e a continuación dice el Apóstol: Malaventurado hombre yo. ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? ha gracia de Dios por nuestro Señor Jesucristo. ¿Por q u é se dijo en el título los primeros, pues ya se dijo q u e eran cautivos? E n cuanto creo, ello es claro. Por la semejanza de los hijos de J o n a d a b , vemos q u e toda desobediencia es culpable. Por mihi: Non ad oculum servientes? adiecit: Sed quasi servi Christi- Dominus homo non videt; sed Dominus Christus videt. Ex animo, inquit, cum bona volúntate (Eph 6,6.7). Talis fuit Ionadab; id est, hoc nomen ipsius interpretatur. Qui sunt ergo qui primi captivi ducti sunt? Ducti sunt íilü Israel ca.privi primi, et secundi, et tertii; sed pro his Psalmus, aut de his Psalmus, qui ptimi ducti sunt, non hoc sonat: Ídem ipse psalmus discussus, persctutatus, interrogatus ómnibus versibus suis aliud tibi dicit, non de illis se loqui, qui nomines nescio qui, nescio quando, irruentibus hostibus, in Babyloniam captivi ducti sunt ex Ietusalem. Sed dicit Psalmus, quid, nisi quod audistis ab Apostólo? Commendat nobis gratiam Dei; commendat nobis, quia nos per nosmetipsos nihil sumus: commendat nobis, quia quidquid sumus, illius misericordia sumus; quidquid autem ex nobis sumus, malí sumus. Quare ergo, captivi? et quare nomine captivitatis commendatur ipsa gratia liberatoris? Aperit, ipse dicit Apostolus: Condelector legi Dei secundum interiorem hominem: video autem aliam legem in membris meis repugnantem legi mentís meae, et captivum me ducentem in lege peccati, quae est in membris meis. Ecce habes duci captivum. Quid ergo commendat iste psalmus? Quod sequitur ibi Apostolus: Infelix ego homo, quis me liberabit de corpore-mortis huius? Gratia Dei per lesum Christum Dominum nostrum (Rom 7,22-25). Quare ergo primi? Nam dictum est, quare captivi. Quantum arbitror, et hoc elucet. Quoniam in comparatione fi-

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Enarraciones sobre los Salmos

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la desobediencia fuimos hechos cautivos, p o r q u e A d á n pecó desobedeciendo. T a m b i é n se dijo p o r el Apóstol, y es verdad, q u e todos hemos muerto en Adán, en quien todos hemos pecado. Con razón, pues, fueron los primeros que fueron hechos cautivos; porq u e el p r i m e r h o m b r e , (que procede) de la tierra, era terreno; y el segundo, del cielo, celestial; cual fue el terreno, tales asimismo los terrenos; cual el celeste, tales igualmente los celestes. Como llevamos la imagen del terreno, llevemos la imagen de aquel que es del cielo. El p r i m e r h o m b r e nos hizo cautivos, el segundo nos libró de la cautividad. Así como todos mueren en Adán, así también todos serán vivificados en Cristo. P e r o en A d á n m u e r e n por el n a c i m i e n t o de la carne, en Cristo se libran por la fe del corazón. N o estaba en tu potestad el n o nacer de A d á n , p e r o está en tu p o d e r el creer en Cristo. Si quieres pertenecer al p r i m e r h o m b r e , pertenecerás a la cautividad. Pero ¿a q u é viene decir: Si quieres pertenecer? ¿A q u é viene decir: Pertenecerás? Y a pertenecemos. Pues el Apóstol exclama: ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? O i g a m o s ya al q u e exclama. 3. ¡Oh Dios!, en ti esperaré; Señor, no sea confundido para siempre. Y o estoy confundido; con todo, n o para siempre. Pues ¿cómo n o estará confundido aquel a quien se dijo: ¿Qué fruto obtuvisteis de las cosas de las que ahora os sonrojáis? ¿Qué ha de hacerse para n o ser confundidos para siempre? Acercaos a El, y seréis iluminados y vuestros rostros no se sonrojarán. Estáis confundidos en A d á n . Apartaos de él; acercaos a Cristo, y liorum lonadab omnis inobedientia culpata est. Per inobedientiam autem captivi facti sumus, quia ipse Adam non obediendo peccavit. Dictum est autem ab eodem Apostólo, quod et verum est, quia "omnes in Adam moriuntur, in quo omnes peccaverunt" (Rom 5,12). Mérito et "primi ducti sunt captivi": quia "primus homo de térra terrenus, secundus homo de cáelo caelestis; qualis terrenus, tales et terreni; qualis caelestis, tales et caelestes. Sicut portavimus imaginem terreni, portemus et imaginem eius qui de cáelo est". Primus homo captivos nos fecit; secundus homo nos de captivitate liberavit. Sicut enim in Adam omnes moriuntur, ita et in Christo omnes vivificabuntur (1 Cor 15,47-49.22). Sed in Adam moriuntur per carnis nativitatem; in Christo liberantur per cordis fidem. Non erat in potestate tua ut non nascereris ex Adam; est in potestate tua ut credas in Christum. Quantumcumque ergo ad primum hominem pertinere volueris, ad captivitatem pertinebis. Et quid est, pertinere volueris? aut quid est, pertinebis? Iam pertines: exclama, Quis me liberabit de corpore mortis huius? (Rom 7,24). Audiamus ergo istum hoc exclamantem. 3. Deus, in te speravi; Domine, non conjundar in aeternum. Iam confusus sum; vel non in aeternum! Quomodo enim non est confusus, qui dicitur: Ouem fructum habuistis in his, in quibus nunc erubescitis? (Ib. 6,21). Quid ergo fiet, ne confundamur in aeternum? Accedite ad eum. et illuminamini, et vultus vestri non erubescent (Ps 33,6). Confusi

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ya n o seréis confundidos. En ti esperaré, Señor; no sea confundido para siempre. Si en m í m i s m o m e confundo, n o m e confundiré en ti eternamente. 4 [ v . 2 ] . En tu justicia sácame y líbrame. N o en la mía, sino en la tuya; si en la mía, seré de aquellos de quienes dice el Apóstol que, desconociendo la justicia de Dios y tratando de establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Luego en tu justicia, n o en la mía. P o r q u e ¿cuál es la m í a ? Precedió la iniquidad. C u a n d o soy justo, lo soy por tu justicia, puesto q u e p o r la justicia q u e m e diste soy justo; p o r tanto, es mía siendo tuya, ya q u e por tí m e ha sido dada. Creo, pues, en aquel q u e justifica al i m p í o , para que se i m p u t e m i fe a justicia. D e este m o d o será t a m b i é n justicia m í a ; n o c o m o propia mía, n o como si yo m i s m o m e la hubiera dado, conforme pensaban los que se gloriaban d e ser justificados p o r la letra de la ley, rechazando la gracia. C i e r t a m e n t e q u e se dijo en otro sitio: júzgame, Señor, según mi justicia; p e r o éste n o se gloriaba en su propia justicia. A m í m e llama la atención el Apóstol, d i c i é n d o m e : ¿Qué tienes que no hayas recibido?; di, pues, q u e es tu justicia, p e r o recordando q u e la recibiste, y n o envidies a los q u e la reciben. A q u e l fariseo de la parábola decía c o m o habiéndola recibido de D i o s : Te doy gracias porque no soy como los demás hombres. Te doy gracias; m u y bien. Porque no soy como los demás hombres. ¿Por qué? ¿Porque te deleita ser buen o y q u e otro sea malo? E n fin, ¿qué más añadió? Como los demás hombres, injustos, ladrones, adúlteros, como este publicano. Esto ya n o es ensalzar, sino insultar. Por el contrario, el otro estis in Adam: recedite ab Adam, accedite ad Christum, et iam non confundemini. In te speravi, Domine; non confundar in aeternum. Si in me confundor, in te non confundar in aeternum. 4 [v.2]. In tua iustitia erue me, et exime me. Non in mea, sed in tua; si enim in mea, ero ex illis de quibus ille ait: Ignorantes Dei iustitiam, et suam iustitiam volentes constituere, iustitiae Dei non sunt subiecti (Rom 10,3). Ergo in tua iustitia, non in mea. Quia mea quid? Praecessit iniquitas. Et cum ero iustus, tua iustitia erit: quia iustitia mihi abs te data iustus ero; et sic erit mea, ut tua sit, id est abs te mihi data. In eum enim credo qui iustificat impium, ut deputetur fides mea ad iustitiam (Ib. 4,5). Erit ergo et sic iustitia mea; non tamen tanquam propria mea, non tanquam a meipso mihi data: sicut putabant illi qui per litteram gloriabantur, et gratiam respuebant. Nam dictum est alio loco: ludica me, Domine, secundum iustitiam meam (Ps 7,9). Certe non gloriabatur in sua iustitia. Sed revoca ad me Apostolum: Quid enim habes quod non accepisti? (1 Cor 4,7), et sic dic iustitiam tuam, ut memineris quod acceperis eam, et non eam invideas accipientibus. Nam et ille Pharisaeus, tanquam a Deo recepisset, dicebat: Gratias tibi, quia non sum sicut caeteri homines. Gratias tibi: bene. Quia non sum sicut caeteris homines: quare? Inde enim te delectat quia bonus es, quod alter malus est? Denique quid addidit? Iniusti, raptores, adtdteri, sicut et Pu-

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5 [ v . 3 ] . Sé para mí Dios protector. N o lleguen a m í los dardos del e n e m i g o , p o r q u e yo n o p u e d o p r o t e g e r m e . Y c o m o es poco ser protector, añadió: y (sé) lugar defendido para salvarme. Sé para m í lugar defendido; sé m i refugio. ¿Por q u é huías de él, ¡oh A d á n ! , y te escondías entre los árboles del paraíso? ¿Por q u é temías la mirada de A q u e l ante q u i e n acostumbrabas a gozarte? T e alejaste y pereciste. Estás cautivo, y ve q u e te visita, que n o te abandona; m i r a que deja en el m o n t e noventa y nueve ovejas y busca la oveja p e r d i d a ; y ve q u é dice de la encontrada: Había muerto, y revivió; se había perdido, y fue hallada. V e que el m i s m o Dios, que p r i m e r a m e n t e fue temor de tu huida, se convirtió en lugar de tu refugio. Sé para mí—dice—

lugar defendido para salvarme. N o m e salvaré sino en ti. Si tú n o eres m i descanso, n o p o d r á ser curada m i enfermedad. Lev á n t a m e de la tierra; yazca en ti para enderezarme en lugar defendido. ¿Qué lugar hay m á s defendido? C u a n d o te hallas refug i a d o en aquel lugar, d i m e , ¿a q u é e n e m i g o temes? ¿Quién te acechará y llegará hasta ti? Se dice de cierto i n d i v i d u o q u e desde la cima de u n m o n t e clamaba al pasar el e m p e r a d o r : N o hablo de ti; y que, m i r a n d o el emperador, contestó: N i yo de ti. H a b í a ultrajado al e m p e r a d o r a r m a d o y seguido de poderoso ejército. ¿Desde dónde? D e s d e lugar defendido. Si aquél estaba seg u r o en la c u m b r e del m o n t e , ¿cómo n o lo estarás tú en A q u e l q u e hizo el cielo y la tierra? Sé para mí Dios protector y lugar defendido para salvarme. Si eligiere otro sitio, n o p o d r é salvarm e . Elige, ¡oh h o m b r e ! , si es q u e lo encuentras, otro más defendido. N o hay m a n e r a de huir de El si n o es yendo a El. Si quieres huir de El airado, huye a El aplacado. Porque tú eres mi firmeza y refugio. ¿Qué significa tú eres mi firmeza? Por ti estoy firme y d e b i d o a ti soy fuerte. Porque tú eres mi firmeza y refugio. Para hacerme fuerte p o r ti, pues soy débil de m i p r o p i a cosecha, m e refugiaré en ti. La gracia de Cristo te hace firme e inconmovible contra todas las tentaciones del enemigo. Pues en ti está la h u m a n a flaqueza, en ti está la p r i m e r a cautividad, en ti está t a m b i é n la ley de los m i e m b r o s q u e se opone a la ley de la m e n t e , y q u e p r e t e n d e arrastrarte cautivo a la ley del pecado; todavía el cuerpo corruptible agrava al alma. Por muy firme q u e seas d e b i d o a la gracia de Dios, mientras

blicanus iste. Hoc iam non est exsultare, sed insultare. Ule autem captivus nec oculos ad caelum audebat levare; sed perctiliebat pectus suum, dicens: Domine, propitius esto mihi peccatori (Le 18,11.13). Parum itaque est, ut ilhid quod in te est bonum agnoscas quod a Deo sit, nisi etiam inde non te extollas super iüum qui nondum habet; qui fortasse cum acceperit, transiet te. Quando enim erat Saulus Stephani lapidator (Act 7,59), quam multi erant Christiani quorum erat ille persecutor! Tamen quando conversus est, omnes qui se praecesserant superávit. Ergo dic Deo quod audis in Psalmo: ln te speravi, Domine; non confundar in aeternum: in tua iustitia, non in mea, erue me, et exime me. Inclina ad me aurem tuam. Et haec confessio est humilitacis. Qui dicit, Inclina ad me, confitetur quia iacet tanquam aeger prostratus medico stand. Denique vide quid aeger Ioquitur: Inclina ad me aurem tuam, et salvum me fac. 5 [v.3]. Esto mihi in Deitm protectorem. Non ad me iacula inimici perveniant, ego enim me protegeré non possum. Et parum est, in protectorem; addidit, et in locum munitum, ut salvum facías me. In locum munitttm mihi esto; tu esto locus munitus meus. Ubi est quod ab illo fugiebas, Adam, et te inter paradisi ligna abscondebas? Ubi est quod eius faciem formidabas, ad quem gaudere consueveras? (Gen 3,8). Abiisti, et periisti: captivatus es, et ecce visitaris, et ecce non dimitteris; et ecce dimittuntur nonaginta novem oves in montibus, et quaetitur ovis perdita; et ecce dicitur de inventa ove: Mortuus erat, et revixit; perierat, et inventas est (Le 15,4.24). Ecce ipse Deus factus est locus refugii mi, qui

primo erat metus fugae tuae. In locum munitum, inquit, mihi esto, ut salvum facías me. Non ero salvus nisi in te: nisi tu fueris requies mea, sanari non poterit aegritudo mea. Leva me a térra; in te iaceam, ut surgam in locum munitum. Quid munitius? Cum ad illum locum confugeris, dic mihi quos adversarios formidabis? quis insidiabitur, et perveniet ad te? Nescio quis dicitur de montis vértice clamasse, cum imperator transiret, Non de te loquor: respexisse ille dicitur et dixisse, Nec ego de te. Contempserat imperatorem cum insignibus armis, et exercitu potente. Unde? De loco munito. Si securus ille in alta térra; quomodo tu in eo a quo factum est caelum et térra? Esto ergo mihi in Deum protectorem, et in locum munitum, ut salvum facías me. Ego si mihi alium locum elegero, salvus esse non potero. Elige certe, homo, si inveneris, munitiorem. Non est ergo quo fugiatur ab illo, nisi ad illum. Si vis evádete iratum, fuge ad placatum. Quoniam firmamentum meum, et refugium meum es tu. Firmamentum meum, quid est? Per te sum firmus, et ex te sum firmus. Quoniam firmamentum meum, et refugium meum es tu: ut fiam firmus ex te, sicubi fuero infirmatus in me, refugiam ad te. Firmum enim te facit gratia Christi, et immobilem adversus omnes tentationes inimici. Sed ibi est et humana fragilitas, ibi est adhuc prima captivitas, ibi est et lex in membris repugnans legi mentis, et captivum volens ducere in lege peccati (Rom 7,23); adhuc Corpus quod corrumpitur, aggravat animam (Sap 9,15). Quantumlibet firmus sis ex gratia Dei; quamdiu adhuc portas terrenum vas, in quo thesaurus est Dei,

cautivo no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho diciendo: Señor, apiádate de mí, pecador. Poco es reconocer q u e lo b u e n o q u e hay en ti es de D i o s ; es necesario además q u e n o te a n t e p o n g a s a aquel q u e n o tiene tal bien y q u e quizá c u a n d o le reciba te aventaje. C u a n d o Saulo apedreaba a Esteban había allí m u c h o s cristianos, a los q u e también perseguía; sin e m b a r g o , convertido, antecedió a todos los que le precedían. Luego di a Dios lo q u e oyes en el salmo: En ti esperé, ¡oh Señor!, no sea confundido para siempre. En tu justicia, n o en la mía, sácame y líbrame. Inclina a mí tu oído. Esta es confesión de humildad. Q u i e n dice: Inclina a mí, confiesa que yace, como enfermo, postrado ante la presencia del médico. En fin, ve q u é habla el e n f e r m o : Inclina a mí tu oído y sálvame.

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Enarraciones sobre los Salmos

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Oración de un justo en su ancianidad

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llevas el cuerpo terreno, en el cual está depositado el tesoro de Dios, ha de temerse algo p o r la fragilidad del recipiente. Luego tú eres mi firmeza para q u e sea fuerte en este m u n d o contra todas las tentaciones. Pero, si son muchas y m e p e r t u r b a n , tú eres mi refugio. Confesaré m i flaqueza, siendo t í m i d o como la liebre, p o r q u e estoy lleno de espinas c o m o u n erizo. Pues en otro salmo se escribe: La piedra es refugio de liebres y erizos. P e r o la piedra, dice San Pablo, era Cristo, 6 [ v . 4 ] . Dios mío, líbrame de las manos del pecador. Son pecadores g e n e r a l m e n t e aquellos entre los q u e padece este q u e ha de ser librado de la cautividad; este q u e clama: Malaventurado hombre yo, ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte? La gracia de Dios por nuestro Señor Jesucristo. D e n t r o se halla el enemigo; es la ley q u e está en los m i e m b r o s . T a m b i é n hay enemigos fuera, p o r lo cual clamas a A q u e l a quien se g r i t ó : Limpíame, Señor, de mis pecados ocultos, y de los ajenos perdona a tu siervo. Luego, cuando se dice arriba sálvame, se refiere a tu enfermedad interna, es decir, a tu i n i q u i d a d ; a aquella p o r la cual estás cautivo; a aquella p o r la q u e perteneces al p r i m e r h o m b r e , a fin de q u e clames e n t r e los p r i m e r o s cautivos. Salvado ya de tu iniquidad, atiende a la iniquidad de los extraños, entre quienes es necesario q u e vivas hasta q u e se acabe esta vida ¿Y c u á n d o se acabará? Se acaba para ti (al m o r i r ) ; para la Iglesia se acabará al fin del m u n d o . Luego este ú n i c o h o m b r e q u e es la unidad de Cristo p r o r r u m p e en estos gritos. Es necesario q u e muchos fieles q u e m u r i e r o n se hallen ya en el descanso q u e

ofreció Dios a las almas de los fieles; p e r o todavía hay aquí m i e m b r o s de Cristo: los q u e viven y los q u e más tarde han de nacer. Luego hasta el fin del m u n d o continuará a q u í el h o m bre q u e p i d e ser librado de sus pecados y de la ley de sus m i e m bros, que se o p o n e a la ley de la m e n t e ; después proseguirá g r i t a n d o entre los pecados ajenos, en m e d i o de los cuales es n e cesario q u e viva hasta el fin del m u n d o . Pero se encontrará con dos clases de pecadores; unos q u e recibieron la ley y otros q u e n o la recibieron. N o la recibieron los paganos; la recibieron todos los judíos y cristianos. Luego el n o m b r e de pecador es general: o es transgresor de la ley, si la recibió, o sólo es inicuo sin la ley, si n o la recibió. D e a m b o s géneros habla el Apóstol, y dice: Los que pecaron sin la ley perecerán sin la ley y los que pecaron estando en la ley, serán juzgados por la ley. T ú , que gimes entre ambos géneros, di al Señor lo q u e oyes en el salmo: Dios mío, líbrame de la mano del pecador. ¿De q u é pecador? De la mano del que traspasa la ley y del inicuo. T r a s p a s a n d o la ley, te haces inicuo, p u e s es inicuo el q u e traspasa la ley. T o d o el q u e traspasa la ley es inicuo, p e r o n o todo inicuo traspasa la ley: Donde no hay ley—dice el A p ó s t o l — n o hay transgresión. Los q u e n o recibieron la ley p u e d e n ser llamados malvados, p e r o n o transgresores. A m b o s serán juzgados conforme a sus propios méritos. P e r o yo, q u e q u i e r o v e r m e libre de la cautividad por tu gracia, clamo a t i : Líbrame de la mano del pecador. ¿Qué significa de la mano? D e su poder, para q u e , cuando se ensañe, n o m e arrastre al consentimiento; para que, cuando m e p o n g a

aliquid etiam de ipso vase fictili formidandum est (2 Cor 4,7). Ergo jirmamentum meum es tu, ut firmus sim in hoc saeculo adversus omnes tentationes. Sed si multae sunt, et turbant me, refugium meum tu es. Ad hoc enim confitebor infirmitatem meam, ut sim timidus tanquam lepus, quia spinis plenus tanquam ericius. Et, ut in alio psalmo dicitur, Petra est refugium ericiis et leporibus (Ps 103,18): Petra autem erat Christus (1 Cor 10,4). 6 [v.4]. Deus meus, erue me de manu peccatoris. Generaliter peccatores, Ínter quos laborat iste qui de captivitate iam liberandus est; iste qui iam clamat: Infelix ego homo, quis me liberabit de corpore mortis huius? Gratia Dei per Iesum Christum dominum nostrum (Rom 7,24.25). Intus est hostis, lex illa in membris; sunt et foris hostes: quo clamas? Ad illum, cui clamatum est: Ab occulíis meis munda me, Domine; et ab alienis parce servo tuo (Ps 18,13.14). Ergo, Salvum me fac cum dicitur, ab aegritudine tua dicitur interiore, id est ab iniquitate tua; ab ea qua captivus es, ab ea qua ad primum hominem pertines, ut ínter primos captivos clames. Salvus autem factus ab iniquitate tua, vide iam et de iniquitatibus alienis, Ínter quos tibí necesse est vivere, quousque vita ista finiatur. Et quousque? Ecce finitur tibí: numquid finitur Ecclesiae, nisi in fine saeculi? Iste autem unus homo, unitas Christi, clamat has voces. Necesse est ergo ut multi exeuntes de hoc corpore fideles, iam sint in illa tequie quam praestat Deus spiritibus

fidelium: sed hic sunt adhuc membra Christi; in his qui in hac vita degunt, in his qui postea nascentur. Ergo usque in finem saeculi erit hic iste homo, qui clamat a peccatis suis liberari, et a lege membrorum repugnante legi mentís. Deinde Ínter peccata aliorum, ínter quos necesse est ut vivat usque in finem. Sed dúo habent genera peccatores isti: alii sunt qui Legem acceperunt, alii sunt qui non acceperunt; omnes Pagani Legem non acceperunt, omnes Iudaei et Christiani Legem acceperunt. Ergo genérale nomen est peccator; aut Legis transgressor, si accepit Legem; aut tantummodo iniquus sine Lege, si non accepit Legem. De utroque genere loquitur Apostolus, et dicit: Qui sine Lege peccaverunt, sine Lege peribunt; et qui in Lege peccaverunt per Legem mdicabuntur (Rom 2,12). Tu autem qui ínter utrumque genus gemís, dic Deo quod audis in Psalmo: Deus meus, erue me de manu peccatoris. Cuius peccatoris? De manu Legem praetereuntis et iniqui. Est quidem et iniquus Legem praeteriens; non enim non iniquus qui Legem praeterit: sed omnis Legem praeteriens iniquus est, non omnis iniquus Legem praeterit. Ubi enim non est Lex, ait Apostolus, nec praevaricatio (Rom 4,15). Qui ergo Legem non acceperunt, iniqui dici possunt, praevaricatores non possunt. Iudicantur utrique secundum merita sua. Sed ego qui de captivitate voló liberari per gratiam tuam, clamo ad te: Libera me de manu peccatoris. Quid est, de manu eius? De potestate eius; ne cum saevit, adducat ad consensionem; ne cum insidiatur, persuadeat

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Enarraciones sobre los Salmos

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Oración de un justo en su ancianidad

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asechanzas, no me persuada la iniquidad. Y de la mano del que traspasa al ley y del inicuo. Pregúntale: ¿Por qué intentas ser librado de la mano del transgresor de la ley y del inicuo? N o consientas; si se ensaña, ten paciencia, tolera. ¿Pero quién tolerará si falta el que constituye el lugar fortificado? ¿Por qué digo: Líbrame de la mano del transgresor y del inicuo? Porque no está en mí el ser paciente, sino en ti, que das la paciencia. 7 [v.5-6]. A continuación se declara por qué digo esto: Porque tú eres mi paciencia. Si eres mi paciencia, con razón se añade: Señor, mi esperanza desde mi juventud. ¿Eres mi paciencia porque eres mi esperanza, o quizá más bien ha de decirse que eres mi esperanza porque eres mi paciencia? El Apóstol dice: La tribulación labra la paciencia; la paciencia, la prueba; la prueba, la esperanza, y la esperanza no sonroja. Con razón se dice entonces: En ti esperé, ¡oh Señor!; no sea confundido para siempre. ¡Oh Señor!, esperanza mía desde mi juventud. ¿Desde tu juventud Dios es tu esperanza? ¿No lo es también desde la niñez, desde la infancia? Ciertamente que así lo afirma. Para que no pienses que yo dije: Tú eres mi esperanza desde mi juventud, como si Dios no hubiera sido de provecho a mi infancia y niñez, oye lo que sigue: En ti fui sustentado desde el seno; oye más: Desde el vientre de mi madre tú eres mi protector. Luego dice: Desde mi juventud, porque entonces comencé a esperar. Antes no esperaba en ti aun cuando tú eras el protector que me ibas salvando hasta el tiempo en que aprendiera a esperar en ti. Desde mi juventud comencé a esperar en ti. Desde entonces me armaste contra el diablo, a fin de que, armado en

la ordenación de tu ejército con la fe, la esperanza, la caridad y con los demás dones tuyos, combatiese contra tus enemigos invisibles y oyese al Apóstol, que dice: Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados y las potestades, contra las dominaciones del mundo de tinieblas, contra los espíritus de la maldad. Luego el joven es el que lucha contra estos poderes; pero, aunque sea joven, cae si no tiene puesta la esperanza en Aquel a quien clama: ¡Oh Señor!, tú eres mi esperanza desde mi juventud. 8. Mi cantar siempre en ti. ¿Por ventura durará sólo mi canto desde que principié a esperar en ti hasta el presente? Durará siempre. ¿Qué significa siempre? N o sólo el tiempo de la fe, sino también el de la visión. Ahora, mientras vivimos en cuerpo, nos encaminamos hacia Dios, puesto que caminamos por la fe, mas no por la visión. Llegará el tiempo en que veamos lo que creímos sin haberlo visto; mas, cuando veamos lo que creímos, nos alegraremos, y, cuando ios impíos vean lo que no creyeron, se confundirán. Entonces aparecerá la realidad de lo que ahora es esperanza. La esperanza que se ve no es esperanza. Si lo que no vemos lo esperamos, con paciencia aguardamos. Ahora gimes, ahora corres al refugio para salvarte; ahora, enfermo, llamas al médico. ¿Qué harás cuando recobres la perfecta salud? ¿Qué cuando hubieres sido hecho igual a los ángeles de Dios? ¿Te olvidarás quizá de esta gracia por la que fuisre libertado? De ningún modo. Mi cantar siempre en ti. 9 [v.7]. Como prodigio he sido para muchos. Este, en el

iniquitatem. De manu Legem praetereuntis et iniqui. Responde illi: Quid te quaeris liberari de manu Legem praetereuntis et iniqui? Noli consentiré; sed si saevit, patiens esto, tolera. Sed quis tolerat, si deserat ille qui fit locus munitus? Quare ergo dico: Libera me de manu Legem praetereuntis et iniqui? Quia non est in me ut patiens sim, sed in te qui donas patientiam. 7 [v.5.6]. Denique sequitur quare hoc dico: Quoniam tu es patientia mea. Iam si patientia, recte et quod sequitur: Domine, spes mea a iuventute mea. Ideo patientia mea, quia spes mea: an potius ideo spes mea, quia patientia mea? Tribulatio, ait Apostolus, patientiam operatur, patientia probationem, probatio aatem spem, spes vero non confundit (Ib. 5,3.5). Mérito in te speravi, Domine; non confundar in aeternum. Domine, spes mea a iuventute mea. A iuventute tua, Deus spes tua? Nonne et a pueritia tua, et ab infantia tua? Plañe, inquit. Nam vide quid sequitur, ne hoc putares ita me dixisse, Spes mea a iuventute mea, quasi nihil profuerit Deus infantiae vel pueritiae meae; audi quod sequitur: In te confirmatus sum ex útero. Audi adhuc: De ventre matris meae tu es protector meus. Quare ergo, a iuventute mea, nisi ex quo in te coepi sperare? Ante enim non in te sperabam; quamvis tu fueris protector meus, qui me salvum perduxisti ad tempus quo in te discerem sperare. A iuventute autem mea coepi in te sperare; ex quo

me adversus diabolum armasti, ut in procinctu exercitus mi armatus fide tua, charitate, spe, caeterisque donis tuis confligerem adversus invisibiles inimicos tuos, audiremque ab Apostólo: Non est nobis colluctatio adversus carnem et sanguinem; sed adversus principatus, et potestates, et rectores mundi tenebrarum harum, adversus spiritualia nequitiae (Eph 6,12). Ergo iuvenis est qui pugnat contra ista; sed quamvis iuvenis sit, cadit, nisi ille sit spes eius cui clamat: Domine, spes mea a iuventute mea. 8. In te cantatio mea semper. Numquid ex quo in te sperare coepi usque nunc? Sed, semper. Quid est, semper? Non tantum tempore fidei, sed et tempore speciei. Nunc enim quamdiu sumus in corpore, peregrinamur a Domino; per fidem enim ambulamus, non per speciem (2 Cor 5,6): veniet tempus ut videamus quod non visum credimus; viso autem quod credimus, laetabimur: viso autem quod non crediderunt impii, confundentur. Tune veniet res cuius est modo spes. Spes enim quae videtur, non est spes. Si autem quod non videmus speramus, per patientiam exspectamus (Rom 8,24). Modo ergo gemis, modo in locum refugii curris, ut salvus fias; modo in infirmitate positus medicum rogas: quid, cum acceperis perfectam etiam sanitatem? quid, cum effectus fueris aequalis Angelis Dei? (Mt 22,30); iam forte istam gratiam qua liberatus es oblivisceris? Absit. In te cantatio mea semper. 9 [v.7]. Tanquam prodigium factus sum multis. Hic tempore spei,

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Enarraciones sobre los Salmos

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t i e m p o de esperanza, en el t i e m p o de sollozo, en el t i e m p o de humildad, en el t i e m p o de dolor, en el t i e m p o de flaqueza, en el t i e m p o de dar voces estando encadenado, ¿qué es? A manera de prodigio, he sido para machos. ¿De d ó n d e le viene el ser como prodigio? ¿Por q u é m e ultrajan quienes m e tienen por prodigio? P o r q u e creo lo q u e n o veo. Ellos, siendo bienaventurados en lo q u e ven, se alegran en la bebida, en la sensualidad, en las deshonestidades, en la avaricia, en las riquezas, en las rapiñas, en las dignidades del siglo, en blanquear las paredes de barro; se alegran en esto. Y o voy por camino opuesto, despreciando las cosas pasajeras de la vida y t e m i e n d o las prósperas del m u n d o , h a l l á n d o m e sólo seguro en las promesas de D i o s . Ellos dicen: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos. ¿Qué dices? R e p i t e . Comamos y bebamos. Hazlo. ¿Pero q u é añadiste? Mañana moriremos. Aterraste. N o m e sedujiste. Ciertam e n t e por lo que añadiste m e atemorizaste para n o consentir a tu propósito. M a ñ a n a , dijiste, m o r i r e m o s ; p e r o antes afirmaste: Comamos y bebamos. D e s p u é s de haber d i c h o : Comamos y bebamos, añadiste: porque mañana moriremos. Óyeme, por el contrario, a m í , que digo: A y u n e m o s y oremos, p o r q u e m a ñ a n a m o riremos. Llevando esta vida estrecha y p o b r e , como prodigio he sido para muchos; pero tú eres potente ayudador. T ú , ¡oh Señor!, cuida de m í y d i m e : N o desfallezcas en la vía estrecha; yo pasé antes que tú p o r ella. Y o soy el camino; yo guío, hacia mí g u í o y llevo a m í . Luego, a u n q u e he sido prodigio para muchos, sin e m b a r g o , n o temeré, p o r q u e tú eres poderoso ayudador. tempore gemitus, tempore humilitatis, tempore doloris, tempore infirmitatis, tempore vocis a compedibus, hic ergo quid? Tanquam prodigium factus sum multis. Unde, tanquam prodigium? unde mihi insultant qui me prodigium putant? Quia credo quod non video. lili ením, beati in his quae vident, exsultant in potu, in luxuria, in scortationibus, in avaritia, in divitiis, in rapinis, in saecularibus dignitatibus, in dealbatione lutei parietis; in his exsultant: ambulo autem ego in viam dissimilem, contemnens ea quae praesentia sunt, et timens etiam prospera saeculi, nec alicubi securus nisi in promissis Dei. Et illi: Manducemus et bibamus; eras enim moriemur (1 Cor 15,32). Quid ais? repete. Manducemus, inquit, et bibamus. Age; quid postea dixisti? Cras enim moriemur. Terruisti; non seduxisti. Plañe hoc ipso quod postea dixisti, incussisti mihi timorem ne tibí consentiam. Cras enim moriemur, dixisti; et praecessit, Manducemus et bibamus. Cum enim dixisses, Manducemus et bibamus; adiunxisti, Cras enim moriemur. Audi contra a me: Imo ieiunemus et oremus; cras enim moriemur. Hanc viam tenens arctam et angustam, tanquam prodigium factus sum multis; sed tu adiutor forlis. Adesto, o Domine Iesu, qui mihi dicas: Noli deficere in via angusta; ego prior transii, ego sum ipsa via (lo 14,6), ego duco, in me duco, ad me perduco. Ergo quamvis prodigium factus sum multis; tamen non timebo, quia tu adiutor fortis.

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Oración de un justo en su ancianidad

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10 [ v . 8 ] . Llénese mi boca de alabanza cantando un himno a tu gloria, a tu magnificencia todo el día. ¿Qué significa todo el día? Sin intermisión. E n la prosperidad, p o r q u e consuelas; en la adversidad, p o r q u e corriges; antes de existir, p o r q u e m e creaste; después, p o r q u e m e diste la salud; cuando p e q u é , p o r q u e m e perdonaste; cuando m e arrepentí, p o r q u e m e ayudaste; habiendo perseverado, p o r q u e m e coronarás. Así, pues, llenaré mi boca de alabanza cantando un himno a tu gloria, a tu magnificencia todo el día. 11 [ v . 9 ] . No me deseches en el tiempo de la vejez. T ú eres m i esperanza desde la juventud; n o m e desampares en el t i e m p o de la vejez. ¿Cuándo será el t i e m p o de la vejez? Cuando desfallezca mi vigor, no me desampares. A q u í D i o s te respond e : A n t e s bien, desfallezca tu vigor para que permanezca el m í o en ti, y así puedas decir con el Apóstol: Cuando me debilito, entonces soy potente. N o temas ser a b a n d o n a d o en la flaqueza, en la vejez. ¿Pues qué? T u Señor, ¿no se debilitó en la cruz? ¿Por ventura n o m o v i e r o n ante El, c o m o ante u n h o m b r e sin valimiento e indefenso, prisionero y abatido, sus cabezas los potentados, los toros fuertes, y dijeron: Si es el Hijo de Dios, baje de la cruz? ¿Acaso fue a b a n d o n a d o aquel debilitado? Prefirió n o bajar de la cruz, para que n o apareciese que, m o s t r a n d o su poder, cedía a los ofensores. ¿Qué te enseñó el que, pend i e n t e de la cruz, n o quiso bajar de ella? La paciencia entre los ultrajadores y q u e seas fuerte en tu Dios. Quizá t a m b i é n se dijo en persona de El: Como prodigio he sido para muchos; y tú eres mi poderoso ayudador, personificándole en c u a n t o a la fíalo [v.8]. Repleatur os meum laude, ut hymno dicam gloriam tuam; tota die magnificentiam tuam. Quid est, tota die? Sine intermissione. In prosperis, quia consolaris; in adversis, quia corrigis; antequam essem, quia fecisti; cum essem, quia salutem dedisti: cum peccassem, quia ignovisti; cum conversus essem, quia adiuvisti; cum perseverassem, quia coronasti. Ita plañe repleatur os meum laude, ut hymno dicam gloriam tuam; tota die magnificentiam tuam. 11 [v.9]- Ne proiicias me in tempore senectutis. Spes mea a iuventute mea, ne proiicias me in tempore senectutis. Quod est hoc tempus senectutis? Cum deficiet virtus mea, ne derelinquas me. Respondet hic tibi Deus: Imo vero deficiat virtus tua, ut in te maneat mea; ut dicas cum Apostólo: Quando infirmor, tune potens sum (2 Cor 12,10). Noli timere ne proiiciaris in infirmitate, in ista senectute. Quid enim, Dominus tuus non est infirmatus in cruce? nonne ante illum, tanquam ante hominem nihil valentem, captivatum et oppressum, caput agitaverunt fortissimi, et tauri pingues, et dixerunt: Si Vilius Dei est, descendat de cruce? (Mt 27,39.40). Numquid ille, quia infirmus erat, desertus est; qui maluit non descenderé de cruce, ne non potentiam ostendisse, sed insultantibus cessisse videretur? Quid te docuit pendens, qui descenderé noluit, nisi patientiam inter insultantes, nisi ut sis fortis in Deo tuo? Forte et ex eius persona dictum sit, Tanquam prodigium

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^narraciones sobre los Salmos

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queza, n o en c u a n t o al poder; en cuanto a que El se transfiguró en nosotros t o m a n d o nuestro ser, n o en cuanto a lo q u e El era al bajar. Se hizo p r o d i g i o p a r a muchos. Y quizá (el prodigio) era su vejez, p o r q u e n o sin razón se llama a una cosa vieja p o r lo antigua y el Apóstol dice: Nuestro hombre antiguo fue crucificado con El. Si allí estaba nuestro h o m b r e antiguo, sin duda allí estaba la vejez, p o r q u e lo a n t i g u o es viejo. Sin embargo, c o m o es cierto que se renovará tu juventud como la del águila, resucitó al tercer día y p r o m e t i ó la resurrección al fin del m u n d o . Y a precedió la Cabeza; la seguirán los m i e m b r o s . ¿Por q u é has de temer q u e te abandone, q u e te deseche en el t i e m p o de la vejez, cuando desfallezca tu vigor? T o d o lo contrario; en ti estará su fortaleza c u a n d o la tuya desfallezca. 12 [ v . 1 0 - 1 1 ] . ¿Por q u é d i g o esto? Porque mis enemigos hablaron contra mí y los que acechaban mi vida, juntos, deliberaron, diciendo: Dios le abandonó; perseguidle y prendedle, porque no hay quien le libre. Esto se dijo de Cristo, el cual repent i n a m e n t e se debilitó entre las m a n o s de los enemigos y como inválido fue apresado, n o obstante q u e p o r el inmenso p o d e r de su divinidad, p o r la cual era igual al Padre, resucitó a m u e r t o s . ¿Cómo le h u b i e r a n apresado si n o hubiesen dicho p r i m e r a m e n t e en su corazón: Dios le abandonó? D e a q u í aquellas palabras q u e p r o n u n c i ó en la cruz: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me abandonaste? ¿Luego Dios a b a n d o n ó a Cristo, siendo así q u e Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, y además siendo Cristo D i o s , y D i o s d i g n o de ser bendecido sobre todas las factus sum multis, et tu adiulor fortis: ex persona eius secundum infirmitatem, non secundum potestatem; secundum id quod nos in se transfiguraverat, non secundum id quod ipse descenderat. Factus est enim multis prodigium. Et forte ipsa erat senectus eius; quia ex vetustate non incongrue senectus vocatur, et ait Apostolus: Vetus homo noster simul crucifixus est cum illo (Rom 6,6). Si ibi erat vetus homo noster, senectus ibi erat; quia vetus, senectus. Tamen quia verum est, Renovabitur sicut aquilae iuventus tua (Ps 102,5); resurrexit ipse die tertio, promisit resurrectionem finito saeculo. Iam praecessit caput; membra secutara sunt. Quid times ne derelinquat te, ne abiiciat in tempus senectutis, cum defecerit virtus tua? Imo tune in te erit virtus eius, quando defecerit virtus tua. 12 [v.10-11]. Quare hoc dico? "Quia dixerunt inimici mei mihi, et qui custodiebant animam meam, consilium fecerunt in unum, dicentes: Deus deteliquit eum; persequimini et comprehendite eurn, quia non est qui eruat eum". Dictum est hoc de Christo: ille enim qui potentia magna divinitatis, qua Patri aequalis est, resuscitavetat mortuos, súbito Ínter manus inimicorum infirmus factus est, et quasi nihil valens prehensus est. Quando prehenderetur, nisi illi primo in corde suo dicerent: Deus dereliquit eum? Unde illa vox est in cruce: Deus meus, Deus meus, utquid dereliquisti me? (Ps 21,2). Ergo Deus dereliquit Christum, cum Deus esset in Christo mundum reconcilians sibi (2 Cor 5,19), cum esset et Christus Deus, ex ludaeis quidem secundum carnem, qui est

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cosas, a u n q u e procede, según la carne, d e los judíos? ¿Le aband o n ó Dios? N o hay tal cosa. Aquella voz era la de n u e s t r o h o m b r e viejo, q u e fue crucificado a u n a con El y de cuyo h o m b r e viejo t o m ó El su cuerpo, p u e s t o q u e M a r í a procedía de A d á n . Luego lo q u e ellos juzgaron, El m i s m o lo dijo desde la cruz: ¿Por qué me abandonaste? ¿Por q u é éstos, p a r a su mal, m e creen abandonado? ¿Qué significa: Para su mal, m e creen abandonado? Si m e h u b i e r a n conocido, jamás h u b i e r a n crucificado al R e y de la gloria. Perseguidle y prendedle. T o m e m o s esto, hermanos, m á s confidencialmente, c o m o dicho de los m i e m b r o s de Cristo, y reconozcamos nuestra voz en estas palabras, p o r q u e t a m b i é n El p r o n u n c i ó tales palabras en representación nuestra, n o en la de su p o d e r y majestad; en representación de lo q u e se hizo p o r nosotros, m a s n o en lo q u e en sí era el q u e nos creó. 13 [ v . 1 2 ] . ¡Oh Señor, Dios mío!, no te alejes de mí. Así acontece, pues n o se aleja. Cerca está el Señor de los q u e atribularon su p r o p i o corazón. Dios mío, mírame (y ven) en mi auxilio. 14 [ v . 1 3 ] . Avergüéncense y desfallezcan los que aborrecen mi vida. ¿ Q u é deseó? Que se avergüencen y desfallezcan. Y ¿por q u é lo deseó a los que aborrecen su vida? ¿Qué significa los que aborrecen su vida? Los q u e provocan alguna pendencia. Se llam a n azuzadores los q u e incitan a riñas. Si es así, nos g u a r d e m o s de los q u e se conjuran contra nuestra vida. ¿Qué significa q u e conjuran o azuzan contra nuestra vida? A n t e todo, q u e nos incitan a oponernos a D i o s a fin de q u e D i o s nos desagrade cuansuper omnia Deus benedictas in saecula? (Rom 9,5). Deus reliquit illum? Absit. Sed in vetere nostto vox nostra erat, quia simul crucifixus erat vetus homo noster cum illo; et de ipso vetere nostro corpus acceperat, quia Maria de Adam erat. Ergo quod illi putaverunt, hoc de cruce dixit: Quare me dereliquisti? (Mt 27,46). Quare me isti derelictum putant malo suo? Quid est, derelictum putant malo suo? Si enim congnovissent, nunquam Dominum gloriae crucifixissent (1 Cor 2,8). Persequimini, et comprehendite eum. Familiarius tamen hoc, fratres, accipiamus ex membris Chtisti, et vocem nostram in his verbis agnoscamus: quia et ille tales voces ex persona nostra habuit, non ex potentia et maiestate sua; sed ex eo quod factus est propter nos, non secundum id quod erat qui fecit nos. 13 [v.12]. Domine Deus meus, ne elonges a me. Ita fit, et non elongat omnino. Prope est enim Dominus his qui obtriverunt cor (Ps 33,19). Deus meus, in adiutorium meum réspice. 14 [v.13]. Conjundantur et dejiciant committentes animam meam. Quid optavit? Conjundantur et dejiciant. Quare optavit? Committentes animam meam. Quid est, committentes animam meam? Committentes quasi in rixam aliquam. Committi enim dicuntur, aui rixari provocantur. Si ergo ita est, caveamus committentes animam nostram. Quid est, committentes animam nostram? Primo provocantes nos ut Deo resistamus, ut in malis nostris Deus nobis displiceat. Quando enim rectus es, ut S.Ag. 20

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do estamos rodeados de males. ¿Cuándo serás bueno a fin de que sea bueno para ti el Dios de Israel, el bueno para los rectos de corazón? ¿Cuándo serás bueno? ¿Quieres oírlo? Cuando en el bien que hagas te agrade Dios y en el mal que soportes no te desagrade Dios. Atended a lo que dije, hermanos, y sed cautos con los que aborrecen vuestras almas. Todos los que intentan que os fatiguéis en las aflicciones y tribulaciones, lo ejecutan para que en lo que sufrís os desagrade Dios y salga de vuestra boca esta queja: ¿Qué es esto? ¿Yo qué hice? ¿Luego tú no has cometido ningún mal, tú eres justo y El es injusto? Confieso que soy pecador. N o soy justo—so initio fidei meae, qua me innovasti, docuisti me nihil in me praecessisse, unde mihi dicerem deberi quod dedisti. Quis enim convertitur ad Deum, nisi ab iniquitate? quis redimitur, nisi a captivitate? quis autem potest dicere iniustam fuisse captivitatem suam, quando deseruit imperatorem, et defecit ad desertorem? Imperator enim Deus, desertor diabolus: praeceptum dedit imperator, fraudem suggessit desertor (Gen 2,

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el E m p e r a d o r ; el diablo, el desertor. El E m p e r a d o r d i o u n a orden, el desertor sugirió u n engaño. ¿A q u i é n prestaste oídos al hallarte entre el m a n d a t o y el engaño? ¿Por v e n t u r a es mejor el diablo q u e Dios? ¿Mejor el q u e te e n g a ñ ó que el que te creó? Creíste lo q u e te p r o m e t i ó el diablo, y te encontraste con lo que Dios amenazó. Luego ya el liberado de la cautividad, p e r o aún en la fe, n o en la realidad, c a m i n a n d o en fe, n o en visión, dice: ¡Oh Dios!, tú me enseñaste desde mi juventud. D e s d e el m o m e n t o q u e m e dirigí a ti fui trocado por ti, q u e m e creaste; fui renovado, p o r q u e fui creado; fui reformado, p o r q u e fui formado. D e s d e el instante de m i conversión a p r e n d í q u e n o precedieron méritos míos, sino que m e diste g r a t u i t a m e n t e tu gracia para q u e m e acordase de tu sola justicia. 3. ¿Qué aconteció después de m i juventud? Me enseñaste —dice—desde mi juventud. Luego ¿qué sucedió después de mi juventud? En tu p r i m e r a conversión aprendiste q u e antes de ella n o fuiste justo, sino q u e precedió a ella la iniquidad; mas, borrada la iniquidad, sucedió la caridad. Y , ya renovado en nuevo h o m b r e , en esperanza únicamente, más n o aún en realidad, aprendiste q u e n o precedió bien a l g u n o tuyo y q u e p o r la gracia de D i o s te convertiste al Señor. ¿Quizá convertido tendrás algo p r o p i o , por lo q u e podrás p r e s u m i r de tus propias fuerzas? Los h o m b r e s suelen decir: D é j a m e ya; necesitaba q u e m e mostrases el camino; es suficiente; proseguiré mi camino. P e r o el q u e te muestra el camino, ¿qué dice? ¿ N o quieres q u e te guíe? T ú , si eres soberbio, contestas: N o , gracias; con lo indicado m e sobra; caminaré. Quedaste solo, y por ignorancia, de nuevo te 17, et 3,1). Ubi aures tuae Ínter praeceptionem et deceptionem? Meliorne diabolus quam Deus? melior qui defecit, quam qui te fecit? Credidisti quod promisit diabolus, er invenisti quod minatus est Deus. Iam ergo ex captivitate liberatus, adhuc tamen in spe, nondum in re, ambulans per fidem, nondum per speciem, Deus, inquit, docuisti me ex iuventute mea. Ex quo conversus sum ad te, innovatus a te qui factus a te, recreatus qui creatus, reformatus qui formatus: ex quo conversus sum, didici merita mea nulla praecessisse; sed gratiam tuam mihi gratis venisse, ut memorarer iustitiae tuae solius. 3. Quid deinde post iuventutem? quoniam docuisti me, inquit, ex iuventute mea; quid post iuventutem? In ipsa enim prima conversione tua didicisti quod ante conversionem iustus no fuisti, sed praecessit iniquitas, ut expulsa iniquitate succederet charitas; et renovatus in novum hominem spe duntaxat, nondum re, didicisti quod nihil tui boni praecesserat, et gratia Dei conversus es ad Deum. Iam forte ex quo conversus es, habebis aliquid tuum, et de viribus tuis praesumere debes? Quemadmodum solent homines dicere: Iam dimitte; opus erat ut viam ostenderes, sufficit, ambulabo viam. Et ille qui tibi viam ostendit: Ne forte vis ut deducam te? Tu autem si superbis: Absit, sufficit, ambulabo viam. Dimitteris, et per infirmitatem iterum aberrabis. Bonum erat tibi ut deduceret te, qui prius in via collocavit te. Caeterum nisi et ipse

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desorientas. Bien hubiera sido q u e te hubiese g u i a d o el que te colocó en el camino. E n suma, si El n o te guía, de nuevo errarás el c a m i n o ; dile, p u e s : Guíame, Señor, en tu camino, y andaré en tu verdad. E n t r a r en el c a m i n o es la juventud, es la renovación, es el comienzo de la fe. A n t e s andabas extraviado p o r tus caminos. E r r a n d o p o r parajes llenos de maleza, p o r caminos p e dregosos, herías todos tus m i e m b r o s . Buscabas la patria, es decir, la tranquilidad de tu espíritu, en d o n d e pudieras decir: ¡Qué bien se está aquí!, y lo dijeres seguro, libre de toda molestia, de toda tentación, de toda cautividad; y n o la encontrabas. ¿Qué diré? ¿Vino a ti el q u e te había de mostrar el camino? Sí; vino a ti el m i s m o c a m i n o , y fuiste colocado en él sin preceder ning ú n m é r i t o tuyo, p o r q u e estabas extraviado. Pues bien: desde q u e entraste en él, ¿ya te guías por ti mismo? ¿Ya te a b a n d o n ó el q u e te m o s t r ó el camino? N o , pues dice el salmista: Me enseñaste desde mi juventud y hasta ahora publicaré tus maravillas. Es sorprendente lo que todavía haces c o n m i g o al g u i a r m e y guard a r m e después de h a b e r m e colocado en el camino. Estas son tus maravillas. ¿Cuáles piensas q u e son las maravillas de Dios? ¿Qué cosa m á s admirable entre las maravillas de Dios q u e resucitar a los muertos? Pero dice: ¿Quizá soy yo u n m u e r t o ? Si n o fueses u n m u e r t o , n o se te diría: Despierta tú que duermes y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo. M u e r t o s están todos los infieles, m u e r t o s están todos los perversos; viven en el cuerpo, p e r o están m u e r t o s en el corazón. El q u e resucita a u n m u e r t o en cuanto al cuerpo, le devuelve a la luz visible, le coloca en m e d i o del aire. El que resucita al m u e r t o n o es luz y aire para el resucitado, pues el resucitado comienza a ver c o m o ducat, rursus errabis: dic illi ergo, Veduc me, Domine, in via tua, et ambulabo in vertíate tua (Ps 85,11). Quod autem viam ingressus es, iuventus est, ipsa renovado, et initíum fidei. Antea enim ambulabas per vías tuas vagabundus; errans per silvosa, per áspera, lacerarías ómnibus membris: patriam quaerebas, hoc est stabilitatem quamdam spiritus tui, ubi díceres, Bene est; et securus díceres, quietus ab omni molestia, ab omni tentatione, ab omni postremo captivitate; et non inveniebas. Quid dicam? Venit ad te qui tibi ostenderet viam? Venit ad te ipsa via, et constitutus es in ea nullis mis meritis praecedentibus, quoniam utique errabas. Quid, ex quo ingressus es, iam regis te? iam ille qui viam docuit te, dimittit te? Non, inquit: Docusti me ex iuventute mea; et usque nunc annuntiabo mirabilia tua. Mirabile est enim quod adhuc facis, ut regas me, qui in via posuisti me; et haec sunt mirabilia tua. Quae sunt, putas, mirabilia Dei? Quid mirabilius Ínter Dei mirabilia, quam mortuos suscitare? Numquidnam ego mortuus sum, inquis? Si mortuus non esses, non diceretur tibi: Surge %ui dormís, et exsurge a mortuis; et illuminabit te Cbristus (Eph 5,14). Mortui sunt omnes infideles, omnes iniqui; corpore vivunt, sed corde exstincti sunt. Qui autem suscitat mortuum secundum corpus, reddit eum luci huic videndae, et huic aeri ducendo: non autem suscitator eius ipse illi lux et aet est; incipit videre,

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veía anteriormente. El alma n o es resucitada de este m o d o . El alma ciertamente es resucitada p o r D i o s ; t a m b i é n el cuerpo lo es; p e r o cuando D i o s resucita al cuerpo le entrega al m u n d o , cuando resucita al alma se la entrega a sí m i s m o . Si falta el aire del m u n d o , el cuerpo m u e r e . C u a n d o D i o s resucita al alma, si n o p e r m a n e c e presente el q u e la resucitó, m u e r e . Pues n o la resucita y se desliga de ella para q u e viva por sí misma. C u a n d o Lázaro resucitó a los cuatro días de su m u e r t e , resucitó debido a la presencia del Señor, pues el Señor se acercó corporalmente al sepulcro y exclamó: ¡Lázaro, sal juera! Resucita Lázaro, y sale ligado del sepulcro; después fue desatado y se p a r t i ó d e allí. Resucitó hallándose presente el Señor, p e r o t a m b i é n vivió habiéndose ausentado. A u n cuando le resucitó corporalmente por lo q u e se refiere a lo visible, con todo, le resucitó la presencia de la majestad divina, la cual nunca se a p a r t ó de El. El Señor resucitó a Lázaro p o r la presencia corporal; p e r o al apartarse el Señor de la ciudad o de aquel sitio, ¿acaso n o siguió viviendo Lázaro? El alma n o es resucitada de este m o d o ; D i o s la resucita; pero, si D i o s se aparta, muere. D i r é atrevidamente, hermanos, pero es verdad, que hay dos vidas: una q u e pertenece al cuerpo y otra al alma, y que así c o m o la vida del c u e r p o es el alma, así la vida del alma es Dios. Si se aparta el alma, m u e r e el cuerpo; de igual modo, si se aparta D i o s , m u e r e el alma. En esto consiste su gracia, en que Dios nos resucite y permanezca con nosotros. Luego p o r q u e nos resucita de nuestra vida pasada y renueva, en cierto m o d o , nuestra vida presente, le decimos: ¡Oh Dios!, me quemadmodum videbat antea. Anima non sic exsuscitatur. Anima enim exsuscitatur a Deo; quanquam et corpus exsuscitetur a Deo: sed Deus quando exsuscitat corpus, mundo reddit; quando exsuscitat animam, sibi redit. Si recedat aer mundi istius, moritur corpus; si recedat Deus, moritur anima. Cum ergo animam suscitat Deus, nisi adsit qui suscitavit, suscitata non vivit. Non enim suscitat, et dimittit ut vivat sibi: sicut Lazaras quando resuscitatus est quatriduanus mortuus, suscitatus est corpore per Domini corporalem praesentiam. Accessit enim corporaliter ad sepulcrum; clamavit, Lazare, veni joras: et surrexit Lazarus, processit de sepulcro lígatus; deinde solutus discessit (lo 11,41-44). Resuscitatus est Domino praesente, sed vixit et Domino absenté. Quanquam eum Dominus corporaliter resuscitasset, quantum ad visibilia pertinet: caeterum praesentia maiestatis suae illum suscitavit; qua praesentia nusquam recedit. Interim tamen ad praesentiam visibilem Dominus suscitavit Lazarum; discessit de ipsa civítate Dominus, vel de ¡lio loco: numquid Lazarus non vixit? Non sic anima suscitatur: suscitat illam Deus; moritur si discesserit Deus. Dicam enim audacter, fratres, sed tamen verum. Duae vitae sunt, una corporis, altera animae: sicut vita corporis anima, sic vita animae Deus; quomodo si anima deserat, moritur corpus; sic anima moritur, si deserat Deus. Ipsa est ergo grada eius, ut suscitet, et sit nobiscum. Quod ergo nos suscitat a morte nostra praeterita, et innovat quodammodo vitam nostram, dicimus ei: Deus, docuisti me ex iuventute

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enseñaste desde mi juventud. M a s p o r q u e n o se apartó de aquellos a quienes resucitó para que no mueran al apartarse, le decimos: Y hasta ahora publicaré tus maravillas, p o r q u e , mientras permaneces c o n m i g o , vivo y tú eres la vida de m i alma, la cual m o r i r á si la abandonas. Luego mientras está presente es m i vida; y esto significa Dios -mío hasta ahora. Después ¿qué? 4 [ v . 1 8 ] . Y hasta la vejez y decrepitud. Estas dos palabras sirven para expresar la ancianidad, pero en griego se distinguen. La m a d u r e z o la vejez, q u e sucede a la juventud, tiene u n n o m bre p r o p i o en griego: Présbites (anciano). D e s p u é s de esta vejez o ancianidad se presenta la edad última, q u e en griego se dice geron (decrepitud). C o m o el latín carece de n o m b r e s que distingan estas dos edades, se escribió p o r ambas, c o m p r e n d i e n d o a toda la ancianidad, senecta et senium (vejez y d e c r e p i t u d ) . Sabéis q u e existen estas dos edades. Me enseñaste tu gracia desde mi juventud, y hasta ahora después de m i j u v e n t u d ; publicaré tus maravillas, p o r q u e estás c o n m i g o para que n o muera, tú q u e viniste a resucitarme. Y hasta la vejez y decrepitud; es decir, si hasta el ú l t i m o m o m e n t o de m i vida n o m e acompañases, n o tendría mérito a l g u n o de m i p a r t e ; tu gracia p e r m a n e z c a siempre en mí. Esto lo diría cualquier h o m b r e : yo, tú, aquél; y como esta voz es la de u n solo gran h o m b r e , es decir, la de la unidad, ésta es, p o r lo tanto, la de la Iglesia. Investiguemos, pues, su juventud. C u a n d o v i n o Cristo fue crucificado y m u e r t o ; resucitó y llamó a las gentes; comenzó la conversión, h u b o esforzados mártires de Cristo; la sangre fiel fue derramada, b r o t ó la mies de la Iglesia. Esta es su juventud. Pasados estos tiempos, confiese

la Iglesia y diga: Hasta ahora anunciaré tus maravillas. N o sólo en la juventud, c u a n d o Pablo, P e d r o y los p r i m e r o s apóstoles las publicaron, sino que, pasada ya esta edad, yo m i s m o , esto es, tu unidad, tus m i e m b r o s , tu cuerpo, t a m b i é n dijo: Anunciaré tus maravillas. Después, ¿qué sucederá? Y hasta la vejez y la decrepitud publicaré también tus maravillas, pues hasta el fin del m u n d o p e r m a n e c e r á la Iglesia en él. Si n o hubiera de subsistir aquí en la tierra hasta el fin del m u n d o , ¿a quiénes dijo el Señor: Ved que yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del mundo? ¿Por q u é convenía q u e se consignara esto en la Escritura? P o r q u e h a b í a n de aparecer más tarde enemigos de la fe cristiana que d i r í a n : Los cristianos existirán p o r poco t i e m p o ; después perecerán y volverán los ídolos; volverá lo q u e antes existía. ¿Hasta c u á n d o h a b r á cristianos? Hasta la vejez y la decrepitud, es decir, hasta el fin del m u n d o . C u a n d o esperas tú, ¡oh desventurado infiel!, q u e desaparezcan los cristianos, tú dejas de existir, sin dejarlo los cristianos, pues éstos permanecen hasta el fin del siglo. Y tú, infiel, al terminar tu corta vida, ¿con q u é frente te presentarás al juez a q u i e n viviendo le ultrajaste? Luego desde mi juventtid, y hasta ahora, y hasta la vejez y decrepitud, ¡oh Señor!, no me abandones. N o acontecerá, seg ú n dicen mis enemigos, que esto se reduzca a u n poco tiempo. No me abandones hasta tanto que publique tu brazo (tu p o d e r ) a toda la generación que ha de venir. El brazo (o el p o d e r ) del Señor, ¿a quién se reveló? El brazo o el poder de D i o s es Cristo. N o m e desampares. N o se alegren los q u e dicen: Los crisrianos

mea. Quia vero non recedit ab eis quos suscitat, ne cum recesserit moriantur, dicimus ei: Et usque mtnc annuntiabo mirabilia tua; quia cum mecum es vivo, et animae meae vita tu es, quae morietur si dimittatur sibi. Ergo dum adest vita mea, hoc est Deus meus, usque nunc: quid postea? 4 [v.18]. Et usque in senectam et senium. Dúo ista nomina senectutis sunt, et discernuntur a Graecis. Gravitas enim post iuventutem aliud nomen habet apud Graecos, et post ipsam gravitatem veniens ultima aetas aliud nomen habet: nam -rrpEapú-rris dicitur gravis, et yépwv senex. Quia vero in latina lingua duorum istorum nominum distinctio déficit, de senectute ambos sunt posita, senecta et senium: scitis autem esse duas aetates. Docuisti me gfatiam tuam a iuventute mea; et usque nunc, post iuventutem meam, annuntiabo mirabilia tua, quia mecum es ut non moriar, qui venisti ut surgam; et usque in senectam et senium, id est usque ad ultimum meum, nisi mecum fueris, non erit aliquid meriti mei: gratia tua semper perseveret mecum. Hoc diceret etiam unus homo, tu, Ule, ego: quia veto vox ista unius cuiusdam magni hominis est, hoc est ipsius unitatis; vox est enim Ecclesiae; quaeramus iuventutem Ecclesiae. Quando venit Christus, crucifixus est, mortuus est, surrexit, vocavit gentes; coeperunt convertí, facti sunt martyres fortes in Christo, fusus est sanguis fidelis, surrexit seges Ecclesiae: haec iuventus. Progre-

dientibus autem temporibus confiteatur Ecclesia; dicat: Usque nunc annuntiabo mirabilia tua. Non tantum in iuventute, quando Paulus, quando Petrus, quando primi Apostoli nuntiaverunt; procedente etiam aetate, ego ipse, id est unitas tua, membra tua, corpus tuum, annuntiabo mirabilia tua. Quid postea? Et usque ad senectam et senium annuntiabo mirabilia tua: usque in finem saeculi etit hic Ecclesia. Si enim non hic futura est usque in finem saeculi; quibus Dominus dixit, Ecce ego vobiscum sum ómnibus diebus, usque in consummationem saeculi? (Mt 28,20). Quare ista oportebat ut dicerentur in Scripturis? Quia futuri erant inimici christianae fidei qui dicerent: Ad patvum tempus sunt Christiani, postea peribunt, et tedibunt idola, rediet quod erat antea. Quamdiu erunt Chfistiani? Usque ai senectam et senium; id est usque in finem saeculi. Tu cum exspectas, miset infidelis, ut ttanseant Christiani, transís tu sine Christianis: et Christiani usque in finem saeculi permanebunt; et tu per infidelitatem tuam, cum finietis btevem vitam tuam, qua fronte exies ad iudicem quem cum víveres blasphemasti? Ergo a iuventute mea, et usque nunc, et usque ad senectam et senium, Domine, ne derelinquas me. Non, quomodo dicunt inimici mei, usque ad tempus erit. Ne derelinquas me, doñee annuntiem bracbium tuum generationi omni superventurae. Et btachium Domini cui revelatum est? (Is 53,1). Brachium Domini, Christus. Noli ergo derelinquere me; non gaudeant qui dicunt: Usque ad certum tempus

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sólo existirán u n corto t i e m p o . H a b r á q u i e n anuncie tu poder. ¿A quién? A toda la generación que ha de venir. Luego si a toda la generación q u e ha de venir, ésta permanecerá hasta el fin del siglo, y, t e r m i n a d o éste, n o habrá m á s generación. 5 [ v . 1 9 ] . Tu poder y tu justicia: esto es lo m i s m o que anunciaré a toda generación que ha de venir tu brazo o poder. Y ¿qué ejecuta tu brazo? N u e s t r a liberación gratuita. Esto anunciaré: la gracia a toda la generación q u e ha de venir. D i r é a todo h o m b r e que nace: T ú nada tienes, invoca a D i o s ; los p e cados son tuyos; los méritos, de Dios. A ti se te debe el castigo; y, cuando se te ofrezca el p r e m i o , galardonará a sus dones, n o a tus méritos. D i r é a toda la generación que ha de venir: Procediste de la cautividad, pertenecías a A d á n . D i r é a toda generación q u e ha de venir: Q u e n o a mis fuerzas ni a m i justicia, sino a tu poder y a tu justicia (atribuiré), ¡oh Dios!, hasta lo más alto las maravillas que hiciste. ¿Hasta d ó n d e h a n llegado tu poder y tu justicia? H a s t a la carne y la sangre, es decir, hasta el h o m b r e ? ¿Qué digo? M u c h o m á s : hasta lo más alto (han llegado) las maravillas que tú hiciste. Están e n lo m á s a l t o d e l cielo: en los ángeles, en los tronos, en las dominaciones, en los principados, en las potestades, pues a ti te d e b e n lo que son, a ti te deben el vivir, a ti te deben el q u e vivan en justicia, a ti te deben q u e vivan bienaventuradamente. ¿Hasta dónde han alcanzado tu poder y tu justicia? Hasta lo más alto (han llegado) las maravillas que tú hiciste. N o pienses q u e a sólo el h o m b r e se le dio la gracia de Dios. ¿Qué eran los ángeles antes de ser creados? ¿Qué es el ángel si le a b a n d o n a el que le creó? L u e g o tu erunt Christiani. Sint qui annuntient brachium tuum. Cui? Generationi omni superventurae. Si ergo omni generationi superventurae; usque ad finem saeculi: finito enim saeculo, iam nulla superveniet generado. 5 [v.19]- Potentiam tuam, et iustitiam tuam: hoc est, annuntiem generationi omni superventurae brachium tuum. Et quid praestitit brachium tuum? Liberationem nostram gratuitam. Hoc ergo annuntiem, ipsam gratiam omni generationi superventurae; dicam omni homini nascituro: Nihil es per te, Deum invoca; tua peccata sunt, merita Dei sunt; supplicium tibi debetur, et cum praemium venerit, sua dona coronabit, non merita tua. Dicam omni generationi superventurae: De captivítate venisti; ad Adam pertinebas. Dicam hoc omni generationi superventurae, nullas vires meas, nullam iustitiam meam; sed potentiam tuam et iustitiam tuam, Deus, usque in altissima quae fecisti magnalia. Potentiam tuam et iustitiam tuam, usquequo? usque ad carnem et sanguinem? Imo, usque ad altissima quae fecisti magnalia. In altis caeli sunt; in altis Angeli sunt, Sedes, Dominationes, Principatus, Potestates; tibi debent quod sunt, tibi debent quod vivunt, tibi debent quod iuste vivunt, tibi debent quod beate vivunt, Potentiam tuam et iustitiam tuam, usquequo? Usque in altissima quae fecisti magnalia. Ne putes hominem solum pertinere ad gratiam Dei. Quid erat Ángelus antequam fieret? quid est

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poder y tu justicia; hasta lo más alto (han llegado) las maravillas que tú hiciste. 6. ¡Y se envanece el h o m b r e ! ¡El h o m b r e , q u e para pertenecer a la p r i m e r a cautividad asiente a la insinuación de la serp i e n t e engañosa, q u e le dice: Comed y seréis como dioses! ¡Los hombres serán c o m o dioses! ¿Quién hay semejante a Dios? N a die ni en el abismo, ni en el infierno, ni en el cielo, ni en la tierra, pues tú todo lo hiciste. ¿Por q u é lucha la obra con el Artífice? ¡Oh Dios!, ¿quién hay semejante a ti? Y o , dice el desventurado A d á n , y en A d á n todo h o m b r e , q u e r i e n d o ser perversam e n t e semejante a ti, ve a q u í lo q u e m e dice; por eso te invoco desde la cautividad. Estando bien bajo el b u e n rey, m e hice cautivo bajo la d o m i n a c i ó n del seductor. A ti clamo p o r q u e m e alejé de ti. ¿Y c ó m o m e alejé de ti? Q u e r i e n d o ser p e r v e r s a m e n t e semejante a ti. ¿Pero qué? ¿ N o nos invita Dios a q u e seamos semejantes a El? ¿ N o es El el q u e nos dice: Amad a vuestros enemigos; orad por los que os persiguen; haced bien a los que os odian? Al decirnos esto, nos exhorta a imitar a Dios. ¿Y q u é añade a renglón seguido? Para que seáis hijos de vuestro Padre, que está en los cielos. Y El, ¿qué hace? Ciertamente esto, que salga el sol sobre los buenos y los malos y que llueva sobre los justos y los pecadores. El q u e desea bien a su e n e m i g o es semejante a Dios; y esto n o es soberbia, sino obediencia. ¿Por qué? P o r q u e fuimos creados a imagen de D i o s : Hagamos—dice—al hombre a imagen y semejanza nuestra. Luego, teniendo la imag e n d e D i o s en nosotros, n o tenemos nada ajeno. ¡Y ojalá q u e Ángelus, si deserat qui creavit? Ergo, potentiam tuam et iustitiam tuam, usque in altissima quae fecisti magnalia. 6. Et homo se extollit! et ut pertineat ad primam captivitatem, audit serpcntem suggerentem: Gústate, et eritis sicut dii! (Gen 3,5). Homines sicut dii! Deus, quis similis tibi? Non in abysso, non in inferno, non in térra, non in cáelo; omnia enim tu fecisti. Quid contendit opus cum artifice? Deus, quis similis tibi? Ego autem, ait Adam miser, et in Adam omnis homo, cum voló esse perverse similis tibi, ecce quid factus sum, ut de captivitate ad te clamem: cui bene erat sub rege bono, captivus factus sum sub meo seductore; et clamo ad te, quia cecidi abs te. Et unde abs te cecidi? Cum quaero esse perverse similis tibi. Quid enim? Deus nonne ad suam similitudinem nos vocat? Nonne ipse est qui dicit: Diligite inimicos vestros; orate pro eis qui vos persequuntur; benefacite eis qui vos oderunt? Haec dicens, ad similitudinem Dei nos hortatur. Denique quid adiungit? Ut sitis, inquit, filii Patris vestri qui in caelis est. Quid enim ipse facit? Hoc facit certe: Qui solem suum oriri facit super bonos et malos, et pluit super iustos et iniustos (Mt 5,44.45). Qui ergo bene vult inimico suo, Deo similis est; nec ista superbia, sed obedientia est. Quare? Quia ad imaginem Dei facti sumus: Faciamus, inquit, hominem ad imaginem et similitudinem nostram (Gen 1,26). Non ergo aliquid alienum est, si imaginem Dei tenemus in nobis; utinam eam per superbiam non amittamus! Sed quid est, per superbiam velle

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no la perdamos por la soberbia! Pero ¿en qué consiste querer ser por soberbia semejantes a Dios? ¿Qué hemos de pensar cuando cautivo clama: Señor, ¿quién hay semejante a ti? ¿En qué consiste esta perversa semejanza? Oíd y entended si podéis. Creo que quien me inspiró estas cosas os dará también a vosotros el poderlas entender. Dios no necesita bien alguno. El es el sumo bien y todo bien existe por El. Nosotros para ser buenos necesitamos de Dios. Para serlo Dios no necesita de nosotros, y no solamente de nosotros, pero ni de las maravillas más excelsas que creó, ni de las celestes, ni de la supracelestes, ni de lo que se llama cielo del cielo. Dios no necesita de todo esto para ser mejor, o más poderoso, o más feliz. ¿Pues qué sería todo lo que existe distinto a El si El no lo hubiera creado? ¿Luego qué necesita de ti el que existió antes que tú, y tan poderoso, que, no existiendo tú, te creó? ¿Pero acaso como los padres engendran a los hijos? Los padres engendran por cierta concupiscencia carnal, más bien que crean; pero Dios crea estos engendradores. Si tú creas así (como Dios), di qué ha de parir tu mujer. ¿Por qué he de decir: Di tú? Que lo diga ella, que ignora lo que lleva en su seno. Los hombres engendran a los hijos para su consuelo y para que sean el báculo de la vejez. ¿Acaso creó Dios todas las cosas para ser ayudado por ellas en su vejez? Dios conoce lo que crea y sabe cuál ha de ser, debido a su bondad, y cuál ha de ser, debido a la propia voluntad. Dios conoce y ordena todas las cosas. Para que el hombre sea algo se dirige a Aquel que le creó. Si se aparta de él, se enfría; si se acerca a El, se calienta. Alejándose, se entenebrece; acercándose, se ilumina. De Aquel

que recibió el existir, recibe, junto a El, el ser bueno. En fin, el hijo menor que quiso disponer de su herencia, la cual conservaba para él con todo cuidado su buen padre, se adueñó de ella; marchó a región lejana, se unió a un mal amo y apacentó puercos; pero fue corregido por el hambre el que, soberbio, se separó hartado. Luego todo el que quiera ser de este modo semejante a Dios, esté junto a El y junto a El guarde su fortaleza, conforme está escrito; no se aparte de EL Uniéndose a El, sea marcado como la cera por el anillo; adhiriéndose a El, conserve su imagen, ejecutándose lo que se dijo: Vara mi es bueno estar adherido a Dios; así conservará la semejanza y la imagen conforme a la cual fue hecho. Por el contrario, si el hombre quisiere perversamente imitar a Dios, de suerte que así como Dios, que no tiene quien le haya creado ni quien le gobierne, quisiera usar de su propio dominio o libertad para vivir a su arbitrio; como Dios, a quien nadie ha creado y a quien nadie le gobierna; ¿qué cosa le resta, hermanos, si no es enfriarse, al apartarse del calor; envanecerse, al alejarse de la verdad; y, mudado en peor, desfallecer al huir de Aquel que es el sumo e inconmutable bien? 7. El diablo hizo esto: quiso ser semejante a Dios, pero perversamente. N o quiso estar bajo su dominio, sino levantarse contra El. El hombre colocado bajo el precepto oyó a su Señor, que le decía: No toques. ¿Qué? Este árbol. ¿Qué cualidad tiene este árbol? Si es bueno, ¿por qué no le he de tocar? Y si es malo, ¿por qué está en el paraíso? Precisamente porque es bueno está en el paraíso; pero no quiero que le toques. ¿Por qué no le he de tocar? Porque quiero que seas obediente, no obje-

esse similem Deo? quid putamus, ut exclamaret captivus: Domine, quis similis tibi? quae est ista perversa similitudo? Audite, et intelligite, si potestis: credimus autem quia ipse qui nos posuit haec vobis dicere, dabit vobis etiam posse et intelligere. Deus nullo indiget bono, et ipse est summum bonum, et ab ipso est omne bonum. Ut ergo boni simus, Deo indigemus: ut bonus sit Deus, nobis non indiget, nec nobis tantum, sed usque ad altissima quae fecit magnolia, nec ipsis caelestibus, nec supercaelestibus, nec cáelo caeli quod dicitur, indiget Deus, ut aut melior sit, aut potentior, aut beatior. Quid enim esset quidquid aliud est, nisi ipse fecisset? Quo ergo eget abs te qui erat ante te, et tam potens erat, ut cum tu non esses, faceret te? Numquid quomodo patentes faciunt filios? Per quamdam concupiscentiam camalera geneíant, potius quam creant; istis enim generantibus, Deus creat. Nam si tu ita creas, dic quid tua mulier paritura est. Quid dicam, Tu dic? ipsa dicat, quae quod portat ignorat. Generant tamen homines filios, et ad solatium suum, et ad subsidium senectutis. Numquid ideo creavit haec omnia Deus, a quibus senex adiuvaretur? Novit ergo Deus quod creat, et quale sit per eius bonitatem, et quale futurum sit per propriam voluntatem; novit Deus et ordinavit omnia. Ut autem homo sit aliquid, convertit se ad illum a quo creatus est. Recedendo enim frigescit; accedendo fervescit: recedendo tenebrescit; accedendo clarescit. A quo enim habet ut sit, apud illum

habet ut ei bene sit. Denique filius minor, qui voluit in sua potestate habere substantiam suam, quae illi apud patrem optime servabatur, factus suae potestatis, profectus est in regionem longinquam, haesit principi malo, porcos pavit; fame correctus est qui saturitate superbus abscesserat (Le 15,12-16). Ergo quisquís ita vult esse similis Deo, ut ad illum stet, fortitudinemque suam, sicut scriptum est, ad illum custodiat (Ps 58, 10), non ab illo recedat: ei cohaerendo signetur tanquam ex annulo cera, illi affixus habeat imaginem eius, faciens quod dictum est, Mihi adhaerere Deo bonum est (Ps 72,28); veré custodit similitudinem et imaginem ad quam factus est. Porro autem si perverse voluerit imitari Deum, ut quomodo Deus non habet a quo formetur, non habet a quo regatur, sic ipse velit sua potestate uti, ut quomodo Deus, nullo formante, nullo regente vivat; quid restat, fratres, nisi ut recedens ab eius calore torpescat, recedens a veritate vanescat, recedens ab eo quod summe atque incommutabiliter est, in deterius mutatus deficiat. 7. Hoc diabolus fecit: imitari Deum voluit, sed perverse; non esse sub illius potestate, sed habere contra illum potestatem. Homo autem positus sub praecepto, audivit a Domino Deo, Noli tángete. Quid? Hanc arborem (Gen 2,17). Quid est enim illa arbor? Si bona est, quare non tango? si mala est, quid facit in paradiso? Prorsus ideo est in paradiso, quia bona est; sed nolo tangas. Quare non tango? Quia obedientem te

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tante. Sométete a esto, ¡oh siervo!, y no seas mal siervo. Primero, ¡oh siervo!, atiende al mandato del Señor y después entenderás el consejo del que manda. El árbol es bueno; no quiero que le toques. ¿Por qué? Porque yo soy Señor, y tú eres siervoEsta es la suprema razón. Si es pequeña, ¿te desdeñarás ser mi siervo? Te conviene estar bajo el Señor. ¿Y cómo lo estarás s¡ no estás bajo su mandato? Por tanto, si te conviene estar bajo el Señor y bajo un mandato, ¿qué te habría de ordenar el Señor? ¿Bu sea algo fuera de ti? ¿Te había de decir: Ofréceme un sacrificio? ¿No hizo todas las cosas, entre las cuales te hizo a ti también? ¿Te había de decir: Obsequíame con algo referente al lecho cuando descanso o al baño cuando me lavo? ¿O es que, como Dios, no necesita nada de ti; por lo mismo, no debió mandarte nada? Si debió ordenarte algo para que sintieses que estabas bajo el Señor, lo cual te conviene, debía vedarte alguna cosa, no porque el árbol fuera malo, sino para demostrar tu obediencia. Dios no pudo declarar mejor cuan grande sea el bien de la obediencia sino al vedarte aquello que en sí no era malo. En esto únicamente la obediencia consigue la victoria, en esto solo la desobediencia proporciona el castigo. Es un bien. N o quiero que le toques. Si le tocas, morirás. ¿Acaso el que prohibió comer de aquí hizo desaparecer los otros árboles? ¿No está el paraíso lleno de otros árboles frutales? ¿Qué te falta? N o toques éste; no comas de él. Es bueno, pero la obediencia es mucho mejor. Por tanto, si le tocas, ¿será malo, porque morirás? La desobediencia te sometió a la muerte, porque tocaste el árbol prohibido. Este árbol se llama del conocimiento del bien y del mal, no porque fuesen tales los frutos que pendían de él, sino porque lo voló, non contradicentem. Servi ad hoc, serve; sed noli male, serve. Serve, audi prius Domini iussum, et tune iubentis disce consilium. Bona est arbor. nolo tangas. Quare? Quia Dominus sum, et servus es. Haec tota causa est. Si parva est, dedignaris esse servus? Quid autem tibi expedit, nisi esse sub Domino? Quomodo eris sub Domino, nisi fueris sub praecepto? Porro si expedit tibi esse sub Domino, et sub praecepto, quid tibi iussurus erat Deus? Aliquid enim quaerit abs te? Offer mihi sacrificium, dicturus est tibi? Nonne ipse fecit omnia, in quibus et te fecit? Obsequere mihi, dicturus est tibi; sive ad lectum, cum requiesco; sive ad mensam, cum me rendo; sive ad balneas, cum lavo? Quia ergo millo abs te indiget Deus, nihil tibi debuit iubere? Si autem debuit aliquid iubere, ut te, quod tibi expedit, sentires esse sub Domino, ab aliqua re prohibendus eras; non propter illius arboris malitiam, sed propter tuam obedientiam. Non potuit Deus perfectius demonstrare quantum sit bonum obedientiae, nisi cum prohibuit ab ea re quae non erat mala. Sola ibi obedientia tenet palmam; sola ibi inobedientia invenit poenam. Bonum est; nolo tangas. Non enim non tangendo moriturus es. Nunquid qui hinc prohibuit, alia subtraxit? Nonne est paradisus fructuosis plenus arboribus? Quid tibi deest? Hoc nolo tangas; hinc nolo gustes. Bonum est, sed obedientia melior est. Proinde cum tetigeris, numquid

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que fuese aquel árbol, de cualquier clase que fuese su fruto y semilla, se llamó así atendiendo a que el hombre, no queriendo conocer el bien y el mal por el precepto, lo habría de discernir por la experiencia, de suerte que, tocando lo prohibido, encontrase la pena de muerte. ¿Por qué tocó, hermanos míos? ¿Qué le faltaba? Se me diga qué le faltaba hallándose en el paraíso, en medio de la abundancia, en medio de las delicias, para quien era un inmenso placer la visión de Dios, de cuyo rostro, temiendo después del pecado, huyó como de un enemigo? ¿Qué le faltaba para atreverse a tocar? Que quiso usar de su libertad, y, por tanto, le agradó quebrantar el precepto, a fin de que, no sujetándose a nadie, llegase a ser como Dios, porque Dios a nadie está sometido. ¡Pobre vagabundo, desgraciado presumido, que moriste apartándote del camino de la justicia! Ved que quebrantó el precepto, sacudió el yugo de la disciplina y, corcoveando osadamente, rompió las riendas del gobierno. ¿En dónde se halla ahora? Ciertamente que vocea cautivo: Señor, ¿quién hay semejante a ti? Quise inicuamente hacerme semejante a ti, y me hice semejante a las bestias. Bajo tu dominio, bajo tu precepto, ciertamente era semejante; pero el hombre, colocado en honor, no entendió, y jue comparado a las bestias insensatas y asemejado a ellas. Clama ya, aunque sea tardíamente, desde la semejanza de las bestias en que estás y di: ¡Oh Dios!, ¿quién hay semejante a ti? 8 [v.20-21}. ¡Cuántas y cuan malas tribulaciones me mostraste! Con razón (te las mostró), ¡oh soberbio esclavo!, pues tú arbor illa malum erit, ut moriaris? Sed inobedientia te subiecit morti, quia prohibita tetigisti. Ideo, arbor illa appellata est scientiae dignoscendi boni et malí (Gen 2,17), non quia inde talia quasi poma pendebant; sed quidquid esset arbor illa, cuiuslibet pomi, cuiuslibet fructus esset, ideo sic vocata est, quia homo qui nollet bonum a malo discernere per praeceptum, discreturus erat per experimentum; ut tangendo vetitum, inveniret supplicium. Quare autem tetigit, fratres mei? Quid illi deerat? Dicatur mihi quid illi deerat in paradiso constituto, in media opulentia, mediisque deliciis; cui magnae deliciae erant ipsa visio Dei, cuius faciem quasi inimici timuit post peccatum? Quid illi deerat, ut tangeret, nisi quia sua potestate uti voluit, praeceptum rumpere delectavit; ut nullo sibi dominante fieret sicut Deus, quia Deo nullus utique dominatur? Male vagus, male praesumens, futurus mortuus recedendo a via iustitiae! ecce solvit praeceptum, excussit a cervice iugum disciplinae, habenas regiminis exaltante animositate disrupit; ubi est nunc? Cene captivus clamat: Domine, quis similis tibi? Volui esse perverse similis tibi, et factus sum similis pecori. Sub tua dominatione, sub tuo praecepto veré similis eram: sed homo in honore positus non intellexit; comparatus est iumentis insensatis, et similis factus est illis (Ps 48,13). lam de similitudine iumentorum clama sero, et dic: Deus, quis similis tibi? 8 [v.20-21]. Quantas ostendisti mihi tribulationes multas et malas! Mérito, superbe serve: voluisti enim perverse esse similis Domino tuo,

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q u e habías sido hecho a imagen de D i o s , quisiste ser perversam e n t e semejante a tu Señor. ¿Quieres q u e te vaya bien apartado de A q u e l bien? Dios te dice sin rodeos: Si te apartas de m í y crees que te es u n bien, yo n o soy tu bien. P o r tanto, si El es el bien, y el s u m o bien, y bien p o r sí m i s m o y para sí, y El es nuestro s u m o bien, a p a r t á n d o t e de El, ¿qué serás sino malo? Asimismo, si El es nuestra dicha, ¿en q u é estado se queda el q u e se aparta de El si n o es en la desgracia? L u e g o vuelve a El después de tu infortunio y d i : ¡Oh Señor!, ¿quién hay semejante a ti? ¡Cuántas y cuan malas tribulaciones me mostraste! 9. Fue una lección, una admonición, n o u n a b a n d o n o . Por fin, d a n d o gracias, ¿qué dice? Y vuelto me diste vida y de nuevo me sacaste del abismo de la tierra. ¿Cuándo le sacó anteriormente? ¿Qué quiere decir de nuevo? ¡Oh h o m b r e ! , caíste de la altura; siendo siervo inobediente, te enfrentaste con soberbia a tu Señor. Caíste. Se c u m p l i ó en ti la m á x i m a del Evangelio: Todo el que se exalta será humillado. C ú m p l a s e t a m b i é n en ti: "Todo el que se humilla será ensalzado. Vuelve del abismo. Vuelvo, dice; vuelvo, conozco, ¡oh Dios!, que nadie hay semejante a ti. ¡Cuántas y cuan malas tribulaciones me mostraste! Y vuelto me diste vida y de nuevo me sacaste del abismo de la tierra. O i g o decir: H e m o s e n t e n d i d o ; del abismo de la tierra m e sacaste, m e sacaste de la profundidad y del s u m e r g i m i e n t o del pecado. Pero ¿por qué dices de nuevo? ¿ C u á n d o había sucedido esto antes? Sigamos, n o sea q u e quizá las últimas palabras del salmo nos aclaren lo q u e hasta ahora a ú n n o h e m o s e n t e n d i d o , a saber, p o r qué se dijo de nuevo. Oigamos. ¡Cuántas y cuan malas tribulaqui factus eras ad imaginem Domini tui. Bene tibi velles ut esset recedenti ab illo bono? Prorsus dicit tibi Deus: Si recedis a me, et bene est tibi, ego non sum bonum tuum. Proinde si ille bonus, et summe bonus, et de se sibi bonus, et nullo alieno bono bonus, et ipse nostrum summum bonum; recedendo inde, quid eris, nisi malus? ítem, si ipse est beatitudo nostra, quid erit recedenti, nisi miseria? Redi ergo post miseriam, et dic: Domine, quis similis tibi? Quantas ostendisli mihi tribulationes multas et malas. 9. Sed disciplina fuit; admonitio, non desertio. Denique gratias agens quid dicit? Et conversus vivificasti me, et ie abyssis terrae iterum reduxisti me. Quando enim antea? quid est hoc, iterum? Cecidisti ab altitudine, o homo, mancipium inobediens, superbe adversus Dominum, cecidisti! Factum est in te, Omnis qui se exaltat, humiliabitur: fiat in te, Omnis qui se humiliat, exaltabitar (Le 14,11). Redi de profundo. Redeo, inquit; redeo, agnosco: Deus, qitis similis tibi? Quantas ostendisti mihi tribulationes multas et malas! Et conversus vivificasti me, et ie abyssis teirae iterum reduxisti me. Intelligimus, audio. Reduxisti enim de abyssis terrae; reduxisti a profunditate et submersione peccati. Sed quare, iterum? Quando iam factum erat? Sequamur, ne forte posteriora psalmi ipsius exponant nobis, quod hic nondum intelligimus, quid dixerit iterum. Ergo audiamus: Quantas ostendisti miloi tribulationes multas et

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dones me mostraste! Y vuelto me diste vida y de nuevo me sacaste del abismo de la tierra. ¿ Q u é dice a continuación? Has multiplicado tu justicia, y vuelto me colocaste y de nuevo me sacaste del abismo de la tierra. V e d otro de nuevo. Si trabajábamos p a r a solucionar el p r i m e r de nuevo consignado, ¿quién p o d r á solucionar ahora los dos? La m i s m a palabra de nuevo es en sí m i s m a u n a repetición, y otra vez se consigna otro de nuevo. N o s ayude A q u e l de q u i e n d i m a n a la gracia, nos ayude el brazo o el p o d e r q u e anunciamos a toda generación q u e ha de venir, nos ayude El y c o m o con la llave d e la cruz nos descubra el misterio encerrado. N o e n vano, u n a vez crucificado Cristo, se rasgó el velo del templo, para demostrarnos q u e p o r su pasión quedaron patentes los secretos de todos los misterios. Luego nos ayude A q u e l q u e se j u n t ó a los transeúntes, y desaparecerá el velo. N o s diga Jesucristo nuestro Salvador p o r q u é emitió esta voz el p r o feta: Me mostraste muchas y malas tribulaciones, y vuelto me diste vida y de nuevo me sacaste del abismo de la tierra. A q u í tienes consignada la p r i m e r a vez la palabra iterum (de n u e v o ) . V e a m o s q u é quiere decir, y de este m o d o encontraremos p o r q u é se consignó otro de nuevo. 10. ¿Qué es Cristo? En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio en Dios. Todas las cosas fueron hechas por El, y sin El nada fue hecho. Esto es grandioso, esto es sublime. T ú ¿qué eres? Cautivo. ¿En d ó n d e te encuentras tirado? En la carne; bajo el poder de la m u e r t e . Luego ¿quién es El? ¿Quién eres tú? Y El, ¿qué es después? Y ¿por quién? ¿Qué es El sino lo que se dijo: Verbo o Palabra? Y ¿qué Palabra, n o sea q u e quizá suene y desmalas! et conversus vivificasti me, et de abyssis terrae iterum reduxisti me. Quid deinde? Multiplicaste iustitiam tuam; et conversus consolatus es me, et de abyssis terrae iterum reduxisti me. Ecce alterum iterum. Si hoc iterum solvere laboramus semel positum, quis poterit solvere geminatum? Iam ipsum iterum geminatio est, et rursum positum est iterum. Adsit ille a quo gratia: adsit et brachium quod annuntiamus omni generationi superventurae: adsit ipse, et tanquam clave crucis suae clausum sacramentum aperiat. Ñeque enim frustra, illo crucifixo, velum templi médium scissum est (Mt 27,51), nisi quia per ipsius passionem omnium mysteriorum secreta patuerunt. Adsit ergo ipse transeuntibus ad eum; auferatur velamen (2 Cor 3,16): dicat nobis Dominus noster et Salvator Iesus Christus, quare talis vox Prophetae praemissa est: Ostendisti mihi tribulationes multas et malas; et conversus vivificasti me, et de abyssis terrae iterum reduxisti me. En hoc primum positum est iterum: videamus quid hoc sit, et inveniemus quare alterum iterum. 10. Quid est Christus? In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum: hoc erat in principio apud Deum. Omnia per ipsum facta sunt, et sine ipso factum est nihil. Grande hoc! magnum hoc! Tu quid, captive? ubi iaces? In carne, sub morte. Quis ergo ille? quis tu? et quid ille postea? propter quem? Quis ille, nisi S.Ag. 20

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aparezca? Palabra de D i o s en Dios. Palabra por la cual fueron hechas todas las cosas. Y ¿qué es p o r ti? Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y t a m b i é n : El que a su propio Hijo no perdonó, sino que le entregó por nosotros, ¿cómo con El no nos dará todas las cosas? A q u í tienes q u é cosa es, q u i é n y p o r quién. El H i j o de D i o s es carne p o r el pecador, p o r el perverso, por el desertor, p o r el soberbio, p o r el inicuo imitador de su Dios. El se hizo lo q u e tú eres, hijo del h o m b r e , para q u e nosotros nos hiciéramos hijos de Dios. Se hizo carne. ¿De dónde? D e la Virgen María. ¿ D e d ó n d e procedía la V i r g e n María? D e A d á n . Luego Cristo procede de aquel p r i m e r cautivo, y, p o r tanto, la carne de Cristo se deriva de la masa de la cautividad. Y ¿para qué esto? Para ejemplo. D e ti t o m ó aquello en lo cual m u r i ó p o r ti. T o m ó de ti lo q u e ofrecería para ti, con cuyo ejemplo te enseñase. ¿Qué? Q u e has de resucitar. ¿Cómo lo creerías si n o hubiera precedido u n a muestra de la carne tomada de la masa de tu m u e r t e ? Luego en A q u e l q u e p r i m e r a m e n t e resucitó, resucitamos; p o r q u e , al resucitar Jesucristo, t a m b i é n resucitamos nosotros. N o m u r i ó el V e r b o y resucitó, sino q u e m u r i ó en el V e r b o la carne y resucitó. Cristo m u r i ó en aquello en q u e tú has de morir y Cristo resucitó en aquello en q u e tú has de resucitar. Con su ejemplo te enseñó lo q u e n o debes temer y lo q u e debes esperar. T e m í a s la m u e r t e : m u r i ó . Desconfiabas de la resurrección: resucitó. P e r o m e dirás: El resucitó; ¿mas yo? Fíjate b i e n : El resucitó en lo que t o m ó de ti p o r ti. Luego tu naturaleza te precedió en El y lo q u e t o m ó d e ti ascendió delante de ti; luego quod dietum est, Verbum? Quod Verbum? ne forte sonat et transit? Verbum Deus apud Deum; Verbum per quod facta sunt omnia. Quid propter te? Et Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (lo 1,1.2. 3.14). Qui Filio proprio non pepercit, sed pro nobis ómnibus tradidit illum; quomodo non et cum illo omnia nobis donavit? (Rom 8,32). Ecce quid, quis, propter quem. Filius Dei caro propter peccatorem, propter iniquum, propter desertorem, propter superbum, propter perversum Dei sui imitatorem! Factus ule quod tu, filius hominis, ut nos efficeremur filii Dei! Caro factus: unde caro? Ex Maria virgine (Le 2,7). Unde Maria virgo? Ex Adam. Ergo ex illo primo captivo; et caro in Christo de massa captivitatis. Utquid hoc? Ad exemplum. Suscepit a te in quo moreretur pro te; suscepit a te quod offerret pro te, quo exemplo doceret te. Quid doceret te? Quia resurrecturus es. Unde enim crederes, nisi exemplum carnis praecederet assumptae de massa mortis tuae? Ergo in illo primo resurreximus; quia et Christus cum resurrexit, nos resurreximus. Non enim Verbum mortuum est, et resurrexit; sed in Verbo caro mortua est, et resurrexit. Ibi mortuus est Christus, ubi es tu monturas; et ibi resurrexit Christus, ubi es tu resurrecturus. Exemplo suo docuit quid non timeres, quid sperares. Timebas mortem; mortuus est: desperabas resurrectionem; resurrexit. Sed dicis mihi: lile resurrexit; numquid ego? Sed resurrrexit in eo quod pro te accepit ex te. Ergo natura tua in illo praecessit te; et quod sumptum est ex te, ascendit

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allí t a m b i é n subiste tú. El subió p r i m e r o , y en El nosotros, porq u e su carne es carne del g é n e r o h u m a n o . Luego en su resurrección fuimos sacados del abismo de la tierra. Así, pues, cuando resucitó Jesucristo, nos sacaste del abismo de la tierra. C u a n d o creímos en Cristo, de nuevo nos sacaste del abismo de la tierra. H e aquí el p r i m e r de nuevo. Oye al Apóstol c ó m o debe cumplirse: Si resucitasteis con Cristo, buscad las cosas de lo alto, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios; gustad las cosas de arriba, no las que están sobre la tierra. N o s precedió; ya resucitamos con El, p e r o aún en esperanza. Vuelve a oír esto m i s m o del apóstol San Pablo, q u e dice: Y nosotros mismos también gemimos dentro de nosotros esperando la adopción y la redención de nuestro cuerpo. A ú n gimes, aún esperas. ¿Qué es lo q u e te ofrece Cristo? Oye lo que sigue: Por la esperanza hemos sido salvados, y la esperanza que se ve no es esperanza. Porque lo que uno ve, ¿a qué lo espera? Si lo que no vemos esperamos, con paciencia lo aguardamos. Luego por la esperanza de nuevo hemos sido sacados del abismo. ¿Por qué de nuevo? P o r q u e Cristo nos había precedido. C o m o hemos de resucitar en realidad, y vivimos ahora en esperanza, y caminamos por la fe, p o r eso hemos sido sacados del abismo de la tierra al creer en A q u e l q u e antes q u e nosotros se levantó del abismo de la tierra. Resucitó, pues, nuestra alma de la iniquidad, de la infidelidad, y así t u v o lugar en nosotros c o m o la p r i m e r a resurrección p o r la fe. P e r o si solam e n t e ésta existiese, ¿cómo se cumpliría lo q u e dice el Apóstol: que estamos esperando la adopción de hijos de Dios y la redenante te: ibi ergo et tu ascendisti. Ascendit ergo ille prior, et in illo nos; quia caro illa de genere humano. Ergo et illo resurgente, reducti sumus ex abyssis terrae. Cum itaque resurrexit Christus, de abyssis terrae re~ duxisti me. Cum vero credimus in Christum, de abyssis terrae iterum reduxisti me. Ecce unum iterum. Audi impleri ab Apostólo: Si ergo resurrexistis cum Christo, quae sursum sunt quaerite, ubi Christus est in dextera Dei sedens; quae sursum sunt sapite, non quae super terram (Col 3,1.2). Praecessit ergo ille; iam resurreximus et nos, sed adhuc in spe. Audi hoc ídem apostolum Paulum dicentem: Et ipsi in nobismetipsis ingemiscimus adoptionem, exspectantes redemptionem corporis nostri. Adhuc ingemiscis, adhuc exspectas. Quid ergo est quod tibi praestitit Christus? Audi quod sequitur: Spe enim salvi facti sumus; spes autem quae videtur non est spes. Quod enim videt quis, quid sperat? Si autem quod non videmus speramus, per patientiam exspectamus (Rom 8,23-25). Reducti ergo sumus iterum ab abyssis spe. Quare iterum? Quia iam Christus praecesserat. Sed quia resurgemus in re: modo enim spe vivimus, modo secundum fidem ambulamus: reducti sumus ab abyssis terrae, credendo in eum qui ante nos resurrexit ab abyssis terrae; resuscitata est anima nostra ab iniquitate infidelitatis, et facta est in nobis quasi prima resurrectio per fidem. Sed si sola erit, ubi est quod Apostolus ait: "Adoptionem exspectantes redemptionem corporis nostri?"

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ción de nuestro cuerpo? ¿A qué viene lo que dijo en otro lugar: El cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia. Si el que resucitó a Jesucristo de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Jesucristo de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por el espíritu suyo que habita en vosotros? Luego ya hemos resucitado en la mente por la fe, por la esperanza y por la caridad; pero falta que resucitemos en el cuerpo. Oísteis un de nuevo. Oísteis, asimismo, el otro; el uno, atendiendo a la resurrección de Cristo, que ya tuvo lugar; el otro, a la nuestra, que se halla todavía en esperanza; que aún falta en la realidad, pero que llegará. Multiplicaste tu justicia en los creyentes, en equellos que primero resucitaron en la esperanza. Multiplicaste tu justicia. A la misma justicia pertenece también el castigo, porque es el tiempo de que comience el juicio por la casa de Dios, dice San Pedro; es decir, por sus santos. Dios castiga a todo aquel a quien recibe por hijo. Multiplicaste tu justicia, porque no perdonaste a los hijos, ya que a quienes reservaste la heredad eterna no les dejaste sin corrección o enseñanza. Multiplicaste tu justicia y vuelto me consolaste. Y por el cuerpo, que ha de resucitar al fin, de nuevo me sacaste del abismo de la tierra. 11 [v.22]. Por tanto, yo te alabaré tu verdad con instrumentos de salmo. El instrumento del salmo es el salterio. ¿Qué es el salterio? Un instrumento de madera con cuerdas. ¿Qué simboliza? Entre él y la cítara hay diferencia. Los entendidos en esto dicen que se diferencian en que el salterio tiene la concaubi est quod illo loco dixit: "Corpus mortuum est propter peccatum; spiritus vita est propter iustitiam. Si autem qui suscitavit Christum a mortuis habitat in vobis, qui suscitavit Iesum Christum a mortuis vivificabit et mortalia corpora vestra, per inhabitantem Spiritum eius in vobis"? (Rom 8,10.11). Ergo iam resurreximus mente, fide, spe, chántate; sed restat ut resurgarnus corpore. Audísti unum iterum; audisti alterum iterum: unum iterum, propter Christum praecedentem; et alterum, sed adhuc spe, quod restat in re. Multiplicasti iustitiam tuam: iam in credentibus, iam in illis qui primo resurrexerunt in spe. Multiplicasti iustitiam tuam. Ad ipsam iustitiam pertinet et flagellum; quia tempus est ut iudicium incipiat a domo Dei (1 Petr 4,17), ait Petrus; id est a sanctis eius. Flagellat autem omnem filium quem recipit (Prov 3,12, et Hebr 12,6). Multiplicasti iustitiam tuam: quia iam nec filiis pepercisri; sed quibus haereditatem aeternam servabas, disciplina non deseruisti. Multiplicasti iustitiam tuam; et conversus consolatus es me: et propter Corpus in fine resurrecturum, et de abyssis terrae iterum reduxisti me. 11 [v.22]. Etenim ego confitebor tibi in vasis psalmi veritatem tuam. Vasa psalmi, psalterium. Sed quid est psalterium? Organum ligneum cum chordis. Quid significat? Interest aliquid inter ipsum et citharam: interesse dicunt qui norunt, eo quod concavum illud lignum cui chordae supertenduntur ut resonent, in superiore parte habet psalterium, cithara

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vidad de madera de donde se tienden las cuerdas para que suenen en la parte superior, y la cítara, en la parte inferior. Por tanto, como el espíritu procede de lo alto y la carne de la tierra, parece estar simbolizado por el salterio el espíritu, y por la cítara, el cuerpo. Mas como había hablado de nuestros libramientos o restablecimientos hechos del abismo de la tierra, uno según el espíritu, en esperanza, y otro según el cuerpo, en realidad, oye estos dos: Por tanto, yo te alabaré tu verdad con instrumentos de salterio; esto lo dice por lo que se refiere al espíritu. Por lo que toca al cuerpo escribe: Y te cantaré con la cítara, ¡oh santo de Israel! 12 [v.23-24]. Oye otra vez lo que dice por aquel de nuevo y de nuevo. Se regocijarán mis labios al cantarte. Como suele hablarse de los labios interiores y exteriores del hombre, no sabemos en qué sentido han sido tomados estos labios; mas prosigue el salmista: Y mi alma, que tú redimiste. Pero salvados en esperanza y sacados del abismo de la tierra en fe y en caridad, esperando, sin embargo, todavía la redención de nuestro cuerpo, ¿qué diremos de los labios interiores? Ya dijo: Y mi alma, que tú redimiste. Pero para que no penséis que solamente el alma fue redimida, por la que ahora oísteis un de nuevo, dice a continuación: Y aún también. ¿Qué aún? Y aún también mi lengua; luego ya habló de la lengua corporal. (Y aún también mi lengua) meditará todo el día tu justicia, es decir, eternamente, sin fin. ¿Pero cuándo tendrá esto lugar? Al fin del mundo; con la resurrección del cuerpo y con el cambio en el estado angélico. ¿Cómo se prueba que al decir: Y también mi lengua meditará todo el día tu justicia, se refiere al fin? Por lo que sigue: Cuanin inferióte. Et quia spiritus desuper, caro de térra, significari videtur per psalterium spiritus, per citharam caro. Et quia duas dixerat reductiones nostras ab abyssis terrae; unam secundum spiritum in spe, alteram secundum corpus in re; audi eas duas: Etenim ego confitebor tibi in vasis psalmi veritatem tuam. Hoc secundum spiritum: quid de corpore? Psallam tibi in cithara, sanctus Israel. 12 {v.23-24]. Iterum hoc audi, propter ipsum iterum et iterum. Exsultabunt labia mea, cum psallam tibi. Quia labia solent dici et interioris hominis et exterioris, incertum est quomodo posita sint labia: sequitur ergo, Ut anima mea quam redemisti. Ergo de labiis interioribus salvati in spe, reducti ab abyssis terrae in fide et charitate, exspectantes tarnen adhuc redemptionem corporis nostri, quid dicimus? Iam dixit: Et anima mea quam redemisti. Sed ne solam animam redemptam putares, in qua nunc audisti unum iterum, Adhuc autem, inquit: quid adhuc? Adhuc autem et lingua mea: ergo iam lingua corporis. Tota die meditabitur iustitiam tuam: id est in aeternitate sine fine. Sed quando hoc? Iam in fine saeculi, resurrectione corporis, et immutatione in angelicum statum. Unde hoc probatur quia de fine dicitur, Adhuc autem et lingua mea tota die meditabitur iustitiam tuam? Cum confusi fuerint, et eruhuerint qui quaerunt mala mihi. Quando confundentur, quando

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do fuesen confundidos y avergonzados los que buscan males para mí. ¿Cuándo se confundirán, c u á n d o se avergonzarán si n o es al fin del m u n d o ? D e dos m o d o s tiene lugar la confusión: o creyendo en Cristo o cuando viniere Cristo. P o r q u e mientras está la Iglesia en este m u n d o , mientras g i m e el trigo entre la paja, mientras suspiran las espigas entre la cizaña, mientras se lamentan los vasos de la misericordia entre los de la ira, hechos para contumelia; mientras llora el lirio entre las espinas, n o faltarán enemigos q u e d i g a n : ¿Cuándo morirá y perecerá su nombre?; es decir, ved q u e v e n d r á el t i e m p o en que desaparezcan, y ya n o habrá cristianos; como comenzaron a existir desde u n t i e m p o , así p e r m a n e c e r á n sólo por t i e m p o limitado. Pero, c u a n d o dicen esto, ellos m u e r e n sin intermisión, y la Iglesia pernianece, predicando el poder del Señor a toda la generación que ha de venir. Vendrá el ú l t i m o t a m b i é n Cristo en su esplendor; resucitarán todos los muertos, cada u n o con su causa, y serán separados los buenos a la derecha y los malos a la izquierda, y entonces se confundirán los q u e ultrajaban y se avergonzarán los charlatanes; y así, mi lengua, después de la resurrección, meditará todo el día tu justicia y cantará todo el día tu alabanza cuando hubieren sido confundidos y avergonzados los que buscan males para mí. erubescent, nisi in fine saeculi? Duobus enim modis confundentur; aut cum credent in Christum, aut cum venerit Christus. Nam quamdiu hic est Ecclesia; quamdiu gemit triticum ínter paleas, quamdiu gemunt spicae inter zizania (Mt 3,12, et 13,30). quamdiu gemunt vasa misericordiae inter vasa ¡rae facta in contumeliam (2 Tim 2,20), quamdiu gemit lilium inter spinas, non deerunt inimici qui dicant, Quando morietur, et peribit nomen eius (Ps 40,6); id est, Ecce veniet tempus ut finiantur, et non sint Christiani: sicut coeperunt ex aliquo tempore, ita usque ad certum tempus erunt. Sed cum ista dicunt; et sine fine moriuntur, et permanet Ecclesia, praedicans brachium Dotnini omni generationi superventurae. Veniet et ipse ultimus in claritate sua; resurgent omnes mortui, quisque cum causa sua: separabuntur boní ad dexteram, mali autem ad sinisttam (Mt 25,33); et confundentur qui insultabant, erubescent qui garriebant: et sic lingua mea post resurrectionem meditabitur iustitiam tuam, tota die laudem tuam, cum confusi fuerint, et erubuerint qui quaerunt mihi mala.

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1 [ v . l ] . El r ó t u l o de este salmo se intitula Para Salomón. En él se dicen cosas q u e n o p u e d e n convenir a Salomón, rey de Israel según la carne, si se atiende a lo que de él narra la Escritura; lo cual perfectísunamente p u e d e aplicarse a Cristo. D e a q u í q u e se p r e s u m e con razón q u e el n o m b r e de Salomón se adujo alegóricamente para q u e en él se entendiese Cristo. Salom ó n ciertamente significa pacífico; p o r tanto, tal palabra se adapta con toda verdad y p r o p i e d a d a A q u e l p o r cuya mediación, p a r t i e n d o de enemigos, recibida la remisión de los pecados, nos reconciliamos con Dios. Pues, siendo enemigos—dice el A p ó s tol—, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. T a m b i é n El es aquel pacífico que hizo de ambas cosas una y que derribó el valladar de división, la enemistad en la propia carne; que invalidó la ley de los mandamientos con decretos para crear en sí mismo a los dos en un solo hombre nuevo, haciendo las paces, y que al venir evangelizó paz a los de cerca y a los de lejos. El m i s m o dice en el Evangelio: Mi paz os dejo, mi paz os doy. T a m b i é n p o r otros m u c h o s testimonios se demuestra que el Señor Jesucristo es pacífico; mas n o según la paz q u e conoce y busca este m u n d o , sino según aquella de la cual dice el profeta: Les daré alegría verdadera, paz sobre paz; es decir, q u e a la paz de la reconciliación añade la paz de la inmortalidad. P o r q u e

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1 [v.l]. In Salomonem quidem psalmi huius titulus praenotatur; sed haec in eo dicuntur, quae non possint illi Salomoni regi Israel secundum carnem, iuxta ea quae de illo sancta Scriptura loquitur, convenire: Domino autem Christo aptissime possunt. Unde intelügitur etiam ipsum vocabulum Salomonis ad figuratam significationem adhibitum, ut in eo Christus accipiatur. Salomón quippe interpretatur Pacificus; ac per hoc, tale vocabulum illi verissime atque optime congruit, per quem mediatorem ex inimicis, accepta remissione peccatorum, reconciliamur Deo. Etenim cum inimici essemus, reconcilian sumus Deo per mortem Filii eius (Rom 5,10). ídem ipse est ille pacificus, qui fecit utraque unum, et médium parietem maceriae solvens, inimicitias in carne sua; legem mandatorum decretis evacuans, ut dúos conderet in se in unum novum hominem, faciens pacem: et veniens evangelizavit pacem iis qui longe, et pacem iis qui prope (Eph 2,14-17). Ipse in Evangelio dicit: Pacem relinquo vobis, pacem meam do vobis (lo 14,27). Et multis alus testimoniis Dominus Christus pacificus esse monstratur: non secundum pacem quam novit et quaerit hic mundus; sed illarru pacem de qua dicitur apud prophetam, Dabo eis solatium verum, pafem super pacem (Is 57,19, sec. LXX); cum scilicet pací teconciliationis additur pax im-

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el mismo profeta Isaías dio a conocer donde dice: ¡Oh Señor, Dios nuestro!, danos la paz, pues nos diste todas las cosas, que, después de todos los ofrecimientos que Dios prometió, debemos esperar la última paz, con la cual vivamos eternamente con Dios. La paz completa en absoluto tendrá lugar cuando sea destruida como último enemigo la muerte. ¿Y en quién se cumplirá esto si no es en aquel Pacífico reconciliador nuestro? Pues asi como todos mueren en Adán, así todos serán vivificados en Cristo. Como hemos hallado al verdadero Salomón, es decir, al verdadero Pacífico, veamos a continuación qué nos enseña el salmo sobre El. 2 [v.2]. ¡Oh Dios!, cede tu juicio al rey, y tu justicia al hijo del rey. El mismo Señor dice en el Evangelio: El Padre no juzga a nadie, pues todo juicio le ha dado al Hijo. Esto es lo mismo que ¡Oh Dios!, cede tu juicio al rey. Este rey es también hijo del rey, porque el Dios Padre es ciertamente rey. Pues así está escrito que el rey celebró las bodas de su hijo. Según costumbre de la Escritura, en este versillo se repite lo mismo, porque cuando dijo tu juicio, lo dijo de otro modo, diciendo tu justicia. Y cuando dice al rey, consigna lo mismo al decir al hijo del rey. Esto es al estilo de aquello: El que habita en los cielos se reirá de ellos y el Señor se mofará de ellos, pues lo mismo es el que habita en los cielos que el Señor; como asimismo es igual se reirá de ellos que se mofará de ellos. También se escribió: Los cielos anuncian la gloria de Dios y el firmamento publica las obras de sus manos. La palabra cielos se repite bajo el nombre de firmamento, y la gloria de Dios, bajo las palabras las obras mortalitatis. Nam post omnia reddita quae promisit Deus, novissimam pacem nos exspectare deberé, qua cum Deo vivamus in aeternum, idem propheta ostendit, ubi ait: Domine, Deas noster, pacem da nobis; omnia enim dedisti nobis (Is 26,12, sec. LXX). Pax erit plañe illa perfecta, quando novissima inimica destruetur mors. Et in quo erit hoc, nisi in pacifico illo reconciliatote nostro? Sicut enim in Adam omnes moriuntur; sic et in Christo omnes vivificabuntur (1 Cor 15,26.22). Quoniam ergo invenimus verum Salomonem, hoc est verum pacificum; quid deinde psalmus ipse de illo doceat attendamus. 2 [v.2]. Deus, iudicium tuum regi da, et iustitiam tuam filio regís. Dominus ipse in Evangelio dicit, Pater non iudicat quemquam: sed omne iudicium dedit Filio (lo 5,22): hoc est ergo, Deus, iudicium tuum regi da. Qui rex etiam filius est regis, quia et Deus Pater utique rex est. Ita scriptum est, quod rex fecit nuptias filio suo (Mt 22,2). More autem Scripturae idem repetitur. Nam quod dixit, iudicium tuum; hoc aliter dixit: iustitiam tuam: et quod dixit, regi; hoc aliter dixit, filio regis; sicut est illud, Qui habitat in caelis, irridebit eos, et Dominus subsannabit eos (Ps 2,4). Quod est, qui habitat in caelis; hoc est, et Dominus: et quod est, irridebit eos; hoc est, subsannabit eos. Et, Caeli enarrant gloriam Dei, et opera manuum eius annuntiat firmamentum (Ps 18,2). Caeli repetiti sunt nomine firmamenti; et quod dictum est,

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de sus manos; y el verbo anuncia se repite, diciendo publica. Con profusión usa de estas repeticiones el discurso divino, ya empleando las mismas palabras, ya usando de otras, ya repitiendo la misma sentencia; y de modo particularísimo en los Salmos y en aquel género de discurso que sirve para mover el afecto del alma. 3. A continuación añade: Para juzgar a tu pueblo en justicia, y a tus pobres en juicio. El rey Padre suficientemente da a conocer a su Hijo, a quien le cedió su justicia y su juicio cuando dice: A fin de juzgar a tu pueblo en justicia, es decir, para juzgar a tu pueblo. Tal locución se encuentra en Salomón, en donde escribe: Proverbios de Salomón, hijo de David, a fin de aprender sabiduría y doctrina, es decir: Proverbios de Salomón para aprender sabiduría y doctrina. Así, pues, cede tu juicio a fin de juzgar a tu pueblo es lo mismo que cede tu juicio para juzgar a tu pueblo. Donde dice primero a tu pueblo, lo escribe después, diciendo a tus pobres; y lo que anota primeramente, diciendo en justicia, lo consigna después, escribiendo en juicio, según la costumbre de repetir. En lo cual con toda razón manifiesta que el pueblo de Dios debe ser pobre, es decir, humilde, no soberbio. Pues bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. También Job fue pobre con esta clase de pobreza antes de perder las inmensas riquezas que poseía. Juzgué que debía recordar esto porque hay quienes más fácilmente distribuyen todos sus bienes a los pobres que se hacen pobres de espíritu. Pues, inflados por la vanagloria, piensan que a ellos se les debe atribuir, no a la gracia de Dios, el vivir bien, y, por gloriam Dei; repetitum est, opera manuum eius: et quod dictum est, enarrant; repetitum est, annuntiat. Istae autem repetitiones multum eloquia divina commendant; sive eadem verba, sive alus verbis eadem sententia repetatur: et máxime reperiuntur in Psalmis; et in eo genere sermonis quo animi est movendus affectus. 3. Deinde sequitur: ludicare populum tuum in iustitia, et pauperes tuos in iudicio. Rex Pater regi Filio ad quam rem dedit iudicium suum et iustitiam suam satis ostenditur, cum dicit, ludicare populum tuum in iustitia, id est, ad iudicandum populum tuum. Talis locutio est apud Salomonem: Proverbia Salomonis, filii David, scire sapientiam et disciplinam (Prov 1,1); hoc est, Proverbia Salomonis, ad sciendam sapientiam et disciplinam. Ita, iudicium tuum da, indicare populum tuum; id est, iudicium tuum da, ad iudicandum populum tuum. Quod autem ait prius, populum tuum; hoc ait posteríus, pauperes tuos: et quod ait prius, in iustitia; hoc posterius, in iudicio; more illo repetitionis. Ubi sane demonstrat populum Dei pauperem esse deberé, id est, non superbum, sed humilem. Beati enim pauperes spiritu, quoniam ipsorum est regnum caelorum (Mt 5,3). Qua paupertate etiam beatus Iob pauper fuit, et antequam magnas illas terrenas divitias amisisset. Quod ideo commemorandum putavi, quoniam sunt quídam qui facilius omnia sua pauperibus distribuunt, quam ipsi pauperes Dei fiant. Inflati sunt enim

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tanto, ya no viven bien por muchas buenas obras que les parezca hacer. Piensan que lo tienen debido a sus méritos y se glorían como si no lo hubieran recibido. Son ricos de sí mismos, no pobres de Dios. Están llenos de sí y no necesitan de Dios. Pero dice el Apóstol: Si distribuyere toda mi hacienda a los pobres y entregare mi cuerpo a las llamas, si no tuviere caridad, de nada me sirve. Esto es como si dijese: Si diere a los pobres todos mis bienes y no fuese pobre de Dios, de nada me sirve. La caridad no hincha. Tampoco reside la verdadera caridad de Dios en aquel que es ingrato al Espíritu Santo, por quien se difunde en nuestros corazones su caridad. Y, por tanto, éstos no pertenecen al pueblo de Dios, porque no son pobres, de Dios. Por el contrario, los pobres de Dios dicen: Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las cosas que nos han sido dadas gratuitamente por Dios. De todo lo cual se deduce que, cuando en este salmo se dice a Dios, Padre y rey, atendiendo al sacramento de la toma del hombre por la que el Verbo se hizo carne, da la justicia al Hijo del rey, no quieren estos ricos que se les dé la justicia, sino que creen que la tienen por sí mismos; y así, desconociendo la justicia de Dios y queriendo establecer la suya, no se someten a la justicia de Dios. De este modo no son, como dije, pobres de Dios, sino ricos de sí mismos, porque no son humildes, sino soberbios. Pero vendrá El a juzgar al pueblo de Dios en justicia, y a los pobres de Dios en juicio; y por este juicio separará a sus

pobres, a los que con su pobreza hizo ricos suyos, de los ricos en sí. A El clama, pues, el pueblo pobre y le dice: Júzgame, ¡oh Dios!, y discierne mi causa de la gente no santa. 4. El haber cambiado el orden de las palabras en el mismo versillo cuando dijo: ¡Oh Dios!, cede tu juicio al rey, y tu justicia al hijo del rey, juzga a tu pueblo en justicia, y a tus pobres en juicio, consignando en la primera parte del versillo primeramente el juicio y después la justicia, y escribiendo a continuación, en la segunda, primero justicia y después juicio, manifiesta que más bien llamó al juicio justicia y que nada interesa el orden en que se escriba cuando significan lo mismo. Suele llamarse juicio perverso al que es injusto; pero no solemos decir justicia injusta o inicua, pues si es perversa e injusta, ya no debe denominarse justicia. Por tanto, escribiendo juicio y repitiendo este concepto bajo el nombre de justicia, suficientemente demostró que llamó propiamente juicio a lo que suele llamarse justicia, es decir, lo que no puede entenderse haberse juzgado mal. El Señor demostró que puede haber juicio perverso en donde dice: No juzguéis con parcialidad, sino juzgad juicio justo. Aquí prohibe lo primero y manda lo segundo. Cuando nombra el juicio sin adjetivo alguno, quiere que se entienda siempre el juicio justo, conforme dijo en otro lugar: Habéis dejado las cosas más importantes de la ley: la misericordia y el juicio. Y asimismo lo que dice Jeremías: Adquiriendo riquezas no con juicio; no dice: Adquirís riquezas con perverso e injusto juicio o sin juicio recto

iactantia qua putant sibi esse tribuendum, non gtatiae Dei, quod bene vivunt; et ideo iam nec bene vivunt, quantacumque bona opera faceré videantur. De suo quippe habere se putant, et gloriantur quasi non acceperint (1 Cor 4,7): divites sui, non pauperes Dei; abundantes sibi, non egentes Deo. Sed ait Apostolus: Si distribuero omnia mea pauperibus, et tradidero corpas meum ut ardeam, charitatem autem non habeam, nihil mihi prodest. Tanquam si diceret: Si distribuero omnia mea pauperibus, et pauper Dei non fuero, nihil mihi prodest. Charitas enim non inflatur (1 Cor 13,3.4); nec est vera Dei charitas in eo qui ingratus est sancto Spiritui eius, per quem diffunditur in cordibus nostris charitas eius (Rom 5,5). Et ideo tales non pertinent ad populum Dei, quia non sunt pauperes Dei. Pauperes quippe Dei dicunt: Nos autem non spiritum huius mundi accepimus, sed Spiritum qui ex Deo est, ut sciamus quae a Deo donata sunt nobis (1 Cor 2,12). Nam cum et in isto psalmo, propter suscepti hominis sacramentum quo Verbum caro factum est (lo 1,14), dicatur Deo Patri regi, lusútiam tuam da filio regis; nolunt isti sibi dari iustitiam, sed a semetipsis eam habere confidunt. Ignorantes enim Dei iustitiam, et suam volentes constituere, iustitiae Dei non sunt subiecti (Rom 10,3). Non sunt itaque, ut dixi, pauperes Dei, sed divites sui; quia non sunt humiles, sed superbi. Veniet vero ille iudicare populum Dei in iustitia, et pauperes Dei in iudicio: et eo iudicio discernet a divitibus eorum pauperes suos; sed quos paupertate sua fecit divites suos. Clamat e¡ quippe populus pau-

per: ludica me, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta (Ps 42,1). 4. Quod autem mutato verborum ordine, cum prius dixisset, Deus, iudicium tuum regi da, et iustitiam tuam filio regis, prius ponens iudicium, deinde iustitiam; prius iustitiam posuit, deinde iudicium, dicens, Indicare populum tuum in iustitia, et pauperes tuos in iudicio; magis ostendit iudicium se appellasse iustitiam, nihil intetesse demonstrans quo ordine ponatur, cum idem significet. Solet enim dici iudicium pravum quod iniustum est; iustitiam vero iniquam vel iniustam dicere non solemus. Si enim prava, et iniusta erit; nec iustitia iam dicenda est. Proinde ponendo iudicium, atque iustitiae nomine repetendt>; vel ponendo iustitiam, et eam iudicii nomine repetendo, satis edocet proprie se appellare iudicium quod pro iustitia poni solet, id est, quod in male iudicando intelligi non potest. Ubi enim Dominus dicit, Nolite iudicare personaliter, sed rectum iudicium iudicate (lo 7,24), ostendit esse posse pravum iudicium, cum dicit, Rectum iudicium iudicate: denique illud vetat; hoc praecipit. Cum vero sine ulla adiectione dicit iudicium, continuo iustum vult intelligi; sicut est quod ait: Relinquitis graviora Legis, misericordiam, et iudicium (Mt 23,23). Et illud quod Ieremias dicit: Faciens divitias suas non cum iudicio (Ier 17,11). Non ait, Faciens divitias suas pravo iniustove iudicio, vel non cum iudicio recto aut

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y justo, sino no con juicio, llamando juicio al q u e únicamente es recto y justo. 5 [ v . 3 ] . Reciban los montes paz para el pueblo, y los collados justicia. Los m o n t e s son prominencias grandes, los collados pequeñas. Luego, sin duda, éstos son aquellos de los que habla otro salmo: Los menores con los mayores, o los p e q u e ñ o s con los grandes. Estos montes saltaron de gozo como carneros, y estos collados, como corderillos de ovejas al salir Israel de Egipto, es decir, en la liberación del p u e b l o de D i o s de la servidumbre de este m u n d o . Luego los q u e sobresalen en la Iglesia p o r e m i n e n t e santidad son montes, los cuales son capaces de enseñar a otros al hablar, de tal m o d o q u e instruyen fielmente, y al vivir, de suerte que son imitados con provecho. Los collados son los q u e imitan o b e d i e n t e m e n t e la perfección de aquéllos. ¿Por q u é recibirán los montes la paz, y los collados la justicia? ¿Es q u e quizá n o habría diferencia si se dijera: R e c i b a n los montes justicia para el pueblo, y los collados paz? A e n t r a m b o s es necesaria la justicia y ambos necesitan la paz. Pudiera suceder que la paz fuese denominada, p o r otro n o m b r e , justicia, p e r o la verdadera paz es ésta, n o la q u e establecen entre sí los injustos. ¿O es que ha de entenderse lo q u e se dice: Los montes recibirán la paz, y los collados la justicia, t e n i e n d o en cuenta la distinción? Los que sobresalen en la Iglesia deben m i r a r p o r la paz con vigilante atención, n o sea que p o r su puesto elevado, o b r a n d o con soberbia p r o v o q u e n los cismas, r o m p i e n d o la unidad de la Iglesia. Los collados de tal m o d o les deben seguir obedeciéndoles e imitándolos, que los p o s p o n g a n a Cristo, n o sea q u e , seducidos

por la vana autoridad de los malos montes, p u e s t o q u e les parecen q u e sobresalen, se desgajen de la unidad de Cristo. Por eso se dijo: Reciban los montes paz para el pueblo. Digan, pues: Sed imitadores míos, como yo también lo soy de Cristo. D i g a n asimismo: Aun cuando yo o un ángel del cielo os evangelizase juera de lo que recibisteis, sea anatema. D i g a n t a m b i é n : ¿Por ventura jue Pablo crucificado por vosotros o fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Reciban así la paz para el pueblo de Dios, es decir, para los pobres de D i o s ; deseando n o reinar para ellos, sino con ellos. Y los collados n o d i g a n : Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Pedro, sino q u e todos clamen: Yo soy de Cristo. En esto consiste la justicia: en n o a n t e p o n e r los siervos al Señor ni equipararlos y en elevar de tal m o d o los ojos a los montes de d o n d e les venga el auxilio, que, con todo, n o esperen recibir el auxilio de los montes, sino de D i o s , q u e hizo el cielo y la tierra. 6. P u e d e entenderse m u y bien reciban los montes la paz para el pueblo de tal suerte, q u e e n t e n d a m o s p o r paz la reconciliación p o r la q u e nos reconciliamos con D i o s , ya que los m o n tes la reciben para su pueblo. Esto lo atestigua el A p ó s t o l así: Las cosas viejas pasaron, he aquí que todas han sido hechas nuevas, y todas proceden de Dios, el cual nos reconcilió consigo mediante Cristo y nos dio el ministerio de la reconciliación. A q u í tenéis c ó m o los m o n t e s reciben la paz para el p u e b l o . Como que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo; no imputándoles sus delitos, sino poniendo en nosotros la palabra de reconciliación. ¿En quiénes si n o en los m o n t e s

iusto; sed, non cum ludido: iudicium non appellans, nisi quod rectum ac iustum est. 5 [v.3]. Suscipiant montes pacem populo, et calles iustitiam. Montes maiores sunt, colles minores. Nimirum ergo hi sunt quos alius habet psalmus: Pusillos cum magnis. Isti quippe montes exsultaverunt sicut arietes, et isti colles sicut agni ovium, in exitu Israel ex Aegypto (Ps 113,13-4.1), id est in populi Dei liberatione ab huius saeculi servitute. Excellenti ergo sanctitate eminentes in Ecclesia, montes sunt; qui idonei sunt et alios docere (2 Tim 2,2), sic loquendo ut fideliter instruantur, sic vivendo ut salubriter imitentur: colles autem. sunt illorum excellentiam sua obedientia subsequentes. Quare ergo montes pacem, et colles iustitiam? An forte nihíl interesset, etiamsi ita diceretur: Suscipiant montes iustitiam populo, et colles pacem? Utrisque enim iustitia, et utrisque pax necessaria est: et fieri potest ut alio nomine pax appellata sit ipsa iustitia; haec est enim vera pax, non qualem iniusti Ínter se faciunt. An potius cum distinctione non contemnenda intelligendum est quod ait, Montes pacem, et colles iustitiam? Excellentes quippe in Ecclesia, pací debent vigilanti intentione consulere; ne propter suos honores superbe agendo schismata faciant, unitatis compage disrupta. Colles autem ita eos imitando et obediendo subsequantur, ut eis Christum anteponant; ne malorum montium, quoniam videntur excellere, vana auctoritate seducti,

se a Christi unitate disrumpant. Ideo dictum est: Suscipiant montes pacem populo. Dicant quidem: Imitatores mei estofe, sicut et ego Christi (1 Cor 11,1). Sed rursus dicant: Licet si nos, aut ángelus de cáelo vobis annuntiaverit praeterquam quod accepistis, anathema sit (Gal 1,8). Dicant etiam: Numquid Paulus pro vobis crucifixus est, aut in nomine Pauli baptizati estis? (1 Cor 1,13). Ita suscipiant pacem populo Dei, id est, pauperibus Dei; non illis, sed cum illis regnare cupientes. lili quoque non dicant, Ego sum Pauli, ego sum Apollo, ego vero Cephae; sed omnes dicant: Ego sum Christi (Ib. 12). Haec est iustitia: non anteponere servos Domino, nec aequare; ita levare oculos in montes unde veniat auxilium sibi, ut tamen auxilium suum non sperent a montibus, sed a Domino qui fecit caelum et terram (Ps 120,1.2). 6. Potest et sic convenientissime intelligi, Suscipiant montes pacem populo, ut pacem intelligamus in reconciliatione qua Deo reconciliamur: montes quippe eam suscipiunt populo eius. Hoc Apostolus ita testatur: Vetera transierunt; ecce jacta sunt nova: omnia autem ex Deo, qui reconciliavit nos sibi per Christum, et dedit nobis ministerium reconciliatiónis. Ecce quomodo suscipiunt montes pacem populo eius. Deus enim erat in Christo, mundum reconcilians sibi; non reputans illis delicia eorum, et ponens in nobis verbum reconciliatinis. In quibus, nisi in montibus qui suscipiunt pacem populo eius? Quocirca legati pacis subsequenter adiun-

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q u e reciben la paz para su pueblo? Por eso los legados de la p a z a continuación añaden y dicen: Por Cristo somos embajadores, y como si Dios exhortase por nosotros, os suplicamos por Cristo que os reconciliéis con Dios. Los m o n t e s reciben esta p a z para su p u e b l o , es decir, la embajada y la predicación de su paz; y los collados la justicia, es decir, la obediencia, lo cual constituye, en los h o m b r e s y en toda criatura racional, el origen de toda perfección y justicia. D e este m o d o se nos recuerda la g r a n diferencia q u e existe e n t r e estos dos h o m b r e s ; es decir, entre A d á n , q u e fue el autor de nuestra m u e r t e , y entre Cristo, q u e es al autor d e nuestra salud; p o r q u e como por la desobediencia de un solo hombre fueron constituidos pecadores los muchos, así también, por la obediencia de un solo hombre, serán constituidos justos los muchos. Luego reciban los montes la paz para el pueblo, y los collados la justicia, a fin de q u e , concordando de esta forma u n o y otros, se cumpla lo que está escrito: La justicia y la paz se besaron. Lo q u e consignan otros códices: Reciban los montes y los collados la paz para el pueblo, creo que, escrito así, debe entenderse p o r m o n t e s y collaIos los predicadores de la paz evangélica, t a n t o los anteriores como los posteriores. E n estos códices se prosigue así: En justicia juzgará a los pobres del pueblo. P e r o gozan de m á s autoridad los códices que escriben lo que arriba consignamos: Reciban los montes la paz para el pueblo, y los collados la justicia. Algunos escriben para tu pueblo; otros n o dicen para tu, sino únicamente para el pueblo. 7 [ v . 4 ] . juzgará a los pobres del pueblo y salvará a los hijos de los pobres. M e parece q u e son los m i s m o s los pobres gunt, et dicunt: Pro Christo ergo legatione fungimur, tanquam Deo exhortante per nos; obsecramus pro Christo reconciliari Deo (2 Cor 5,17-20). Hanc pacem suscipiunt montes populo eius, id est, praedicationem legationemque pacis eius: colles autem iustitiam; hoc est obedientiam, quod est in hominibus et in omni rationali creatura omnis iustitiae origo atque perfectio; ita ut duorum hominum, id est, Adam qui fuit caput moitis nostrae, et Christi qui est caput salutis nostrae, haec commendetur magna distinctio: quia sicut per inobedientiam unius hominis, peccatores constituti sunt multi; ita et per obedientiam unius hominis, iusti constituentur multi (Rom 5,19)- Suscipiant ergo montes pacem populo, et colles iustitiam; ut hoc modo utrisque concordantibus, fiat quod scriptum est, Iustitia et pax osculatae sunt se (Ps 84,11). Quod vero alii códices habent, Suscipiant montes pacem populo, et colles: utrosque praedicatores evangelicae pacis intelligendos puto; sive praecedentes, sive subsequentes. In his autem ccdicibus illud sequitur: In iustitia iudicabit pauperes populi. Sed illi magis códices approbantur, qui habent quod supra exposuimus, Suscipiant montes pacem populo, et colles iustitiam. Aliqui autem habent, populo tuo; aliqui non habent tuo, sed tantummodo populo. 7 [v.4]. ludicabit pauperes populi, et salvos faciet filios pauperum. Papperes et filii pauperum iidem ipsi mihi videntur; sicut eadem civitas

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y los hijos de los pobres, c o m o u n a m i s m a ciudad es Sión y la hija de Sión. Pero, si han de entenderse c o m o diversos, entonces t o m a m o s por pobres los montes, y por hijos de los pobres, los collados, siendo los profetas y los apóstoles los pobres, y los hijos de los pobres, los hijos de los profetas y apóstoles, es decir, aquellos q u e aprovechan bajo su autoridad. Lo q u e se dijo arriba, juzgará, y lo q u e se añadió a continuación, salvará, es cierta declaración de c ó m o juzgará. Pues juzgará para salvar (a los buenos), es decir, para separarlos de los q u e ha de destruir y condenar, a quienes dará la salud preparada para ser revelada en el último tiempo. Pues éstos le dicen: No pierdas mi alma con los impíos; y t a m b i é n : júzgame, ¡oh Dios!, y separa mi causa de la gente no santa. H a de notarse q u e n o dice: Juzgará al pueblo pobre, sino: juzgará a los pobres del pueblo. En d o n d e a n t e r i o r m e n t e dijo para juzgar a tu pueblo en justicia, y a tus pobres en juicio, llamó p u e b l o de D i o s a los que den o m i n ó sus pobres; es decir, allí ú n i c a m e n t e trató de los buenos y de los que se hallan en la p a r t e derecha. P e r o c o m o en este m u n d o se apacienta a u n m i s m o t i e m p o a los de la derecha y a los de la izquierda, quienes c o m o corderos y cabritos h a n de ser separados al fin, a t o d o el conjunto conforme está mezclado le llamó bajo el n o m b r e de pueblo. Y c o m o consigna la palabra juicio en buen sentido, es decir, para salvarlos, p o r eso dice: juzgará a los pobres del pueblo, es decir, separará para salvar a los q u e son pobres en el pueblo. Y a explicamos arriba quiénes son los pobres. E n t e n d a m o s t a m b i é n por éstos a los necesitados. Y humillará al calumniador. A q u í n i n g ú n otro se e n t i e n d e meest Sion et filia Sion. Si autem distinctius intelligendum est; pauperes accipimus, montes; filios autem pauperum, colles: velut Prophetas atque Apostólos, pauperes; filios autem eorum, id est, qui sub eorum auctoritate proficiunt, filios pauperum. Quod vero supra dictum est, ludicabit, et postea, salvos faciet, quaedam velut expositio est quomodo iudicabit. Ad hoc enim iudicabit, ut salvos faciat, id est, a petdendis damnandisque discernat, quibus donat salutem paratam tevelari in tempore novissimo (1 Petr 1,5). A talibus quippe illi dicitur, Ne comperdas cum impiis animam meam (Ps 25,9); et, ludica me, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta (Ps 42,1). Considetandum etiam quod non ait, ludicabit pauperem populum; sed, pauperes populi. Supra enim ubi dixit, ludicare populum tuum in iustitia, et pauperes tuos in iudicio, eumdem dixit populum Dei quos pauperes eius; id est, tantummodo bonos et ad dexteram partem pertinentes. Quia vero in hoc saeculo simul dextri sinistrique pascuntur, qui velut agni et haedi in fine separandi sunt (Mt 25,32): totum sicut commixtus est, nomine populi nuncupavit. Et quia iudicium etiam hic in bono ponit, id est, ad salvos faciendos; ideo ait, ludicabit pauperes populi: id est, eos ad salutem discernet, qui sunt in populo pauperes. Iam qui sint pauperes supra exposuimus: hos et egenos intelligamus. Et humiliabit calumniatorem. Nulius melius quam diabolus hic calumniator agnoscitur. Calumnia eius

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jor por calumniador que el diablo. Su calumnia fue: ¿Por ventura Job adora a Dios gratuitamente? Nuestro Señor Jesucristo, ayudando a los suyos con su gracia, le humilla, para que adoren a Dios gratuitamente, es decir, para que se deleiten en el Señor. También le humilló, puesto que, no encontrando el diablo, es decir, el príncipe de este mundo, nada en Cristo, le mató por las calumnias de los judíos, de los que usó el calumniador como de instrumentos suyos, obrando en los hijos de la incredulidad. Le humilló porque Aquel a quien había matado resucitó, y con la muerte le arrebató el reino de muerte, en el que de tal modo ejercía su poder, que por un hombre a quien engañó había arrastrado a todos a la condenación por la muerte. Pero fue humillado, porque si por el delito de uno reinó la muerte por el uno solo, mucho más los que reciben la sobrepujanza de la gracia y la justicia reinarán en la vida por el uno solo Jesucristo, el cual humilló al calumniador, que adujo falsos crímenes, perversos jueces y testigos falsos para condenar al que había sido enviado. 8 [v.5]. Y permanecerá al sol (et permanebit soli) o Y permanecerá con el sol (permanebit cum solé). Algunos de nuestros traductores juzgaron que debía traducirse mejor de esta forma segunda lo que en griego se escribe simparamenei. Si en latín pudiera expresarse con un solo verbo, diríamos compermanebit (compermanecerá); por tanto, como no pudo expresarse la sentencia en latín con un solo verbo o palabra, se dijo Permanebit cum solé (permanecerá con el sol). Lo mismo es compermanebit soli (compermanecerá con el sol) que permanebit cum solé (permanecerá con el sol). No es de admirar que per-

manezca con el sol Aquel por quien fueron creadas todas las cosas y sin el cual nada se hizo; fuera de que esta profecía se consignó contra los que piensan que la religión cristiana ha de permanecer victoriosa en este mundo hasta cierto tiempo y que después ha de dejar de existir. Luego permanecerá con el sol mientras el sol salga y se ponga; esto es, mientras perdure este tiempo subsistirá la Iglesia de Dios, es decir, el cuerpo de Cristo en la tierra. Lo que añade: y antes de la luna, generaciones de generaciones, pudo decirlo de este modo: y antes del sol; esto es, y permanecerá y permaneció con el sol y antes del sol; lo cual se entendería así: con los tiempos y antes de los tiempos. Lo que antecede al tiempo es eterno, y sólo ha de considerarse como verdaderamente eterno lo que no cambia en ningún tiempo, como en el principio era el Verbo. Pero prefirió simbolizar por la luna el aumento y el decrecimiento de los mortales. En fin, cuando dijo: Antes de la luna, queriendo, en cierto modo, dar a conocer por qué causa consignó la luna, dice: Y generaciones de generaciones, esto es como si dijera: Antes de la luna, es decir, antes de las generaciones de generaciones, las cuales pasan por la decesión y la sucesión de los mortales, siendo éstas como los crecimientos y decrecimientos de la luna. Por tanto, ¿qué cosa se entiende mejor por permanecer antes de la luna que preceder por la inmortalidad a todas las cosas mortales? Por lo mismo, convenientemente puede tomarse el estar sentado a la diestra del Padre, humillado ya el calumniador, por permanecer con el sol. De este modo se entiende que es el Hijo el esplendor de la gloria del Padre, como si el Padre fuese el sol, y su esplendor, el Hijo. Esto puede decirse de la sustancia

est: Numquid gratis colit lob Deum? (Iob 1,9). Humiliat autem illum Dominus Iesus, gratia sua suos adiuvans, ut gratis Deum colant, id est, delectentur in Domino (Ps 36,4). Humiliavit etiam sic: quia cum in eo diabolus, id est, ptinceps huius mundi nihil invenisset (lo 14,30), occidit per calumnias Iudaeorum; quibus est usus calumniator tanquam vasis suis, operans in filiis diffidentiae (Eph 2,2). Humiliatus est enim, quia ille quem occiderant resurrexit, et regnum abstulit mortis; cuius ille potestatem ita gerebat, ut ex uno homine quem deceperat, omnes per mortem traheret ad condemnationem. Sed humiliatus est; quoniam si ob unius delictum mors regnavit per unum, multo magis qui abundaotiam gratiae et iustitiae accipiunt, in vita regnabunt per unum Iesum Christum (Rom 5,17), qui humiliavit calumniatotem, falsa crimina, iniquos iudices, falsos testes, ut eum perderent immittentem. 8 [v.5]. Et permanebit soli, vel permanebit cum solé, Sic enim melius interpretandum quidam nostri putaverunt, quod in graeco est autnrapo^EvEí. Quod si latine uno verbo dici posset, compermanebit dicendum esset: ideo quia latine verbum non potest dici; ut saltem sententia exprimeretur, dictum est, permanebit cum solé. Nihil est enim aliud compermanebit soli, quam permanebit cum solé. Quid autem mignum est permanere cum solé ei per quem facta sunt omnia, et sine

quo factum est nihil (lo 1,3); nisi quia haec ptophetia propter eos praemissa est, qui putant religionem nominis christiani usque ad certum tempus in hoc saeculo victuram, et postea non futuram? Permanebit ergo cum solé, quamdiu sol oritur et occidit: hoc est, quamdiu témpora ista volvuntur, non deerit Ecclesia Dei, id est, Christi corpus in terris. Quod vero adiungit, Et ante lunam, generationes generationum: potuit dicere, Et ante solem, id est, et cum solé, et ante solem; quod intelligeretur, Et cum temporibus, et ante témpora. Quod ergo tempus antecedit, aeternum est: et hoc veré habendum est aeternum, quod nullo tempore variatur, sicut in principio erat Verbum. Sed per lunam significare maluit incrementa defectusque mortalium. Denique cum dixisset, ante lunam; volens quodammodo exponere pro qua re lunam posuerit, generationes, inquit, generationum: tanquam diceret, Ante lunam, id est ante generationes generationum, quae transeünt decessione et successione mortalium, tanquam decrementis incrementisque lunaribus. Ac per hoc quid melius intelligitur permanere ante lunam, nisi omnia mortalia immortalitate praecedere? Quod etiam sic non ¡nconvenienter accipi potest, ut quod iam humiliato calumniatore sedet ad dexteram Patris, hoc sit permanere cum solé. Spiendor enim aeternae gloriae intelligitur Filius (Hebr 1,3); tanquam sol sit Pater, et splendor eius Filius eius; sed sicut

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invisible del Creador, mas no de la criatura visible, en la que hay cuerpos celestes; entre los cuales sobresale el sol, del que se tomó esta semejanza; y terrestres, de los cuales se toman también, como semejanzas, la piedra, el león, el cordero, el hombre que tiene dos hijos, etc. Luego, humillado el calumniador, permanece con el sol, porque, vencido el diablo por la resurrección, está sentado a la derecha del Padre, en donde ya no morirá y la muerte ya no se enseñoreará en adelante de El. Permanece también antes de la luna, precediendo, como primogénito entre los muertos, a la Iglesia, que pasa debido a la muerte y a la sucesión de los hombres mortales. Estas son las generaciones de generaciones. ¿O es que quizá se entiende por generaciones aquellas por las cuales somos engendrados mortalmente, y por generaciones de generaciones, aquellas por las que somos engendrados inmortalmente? Entonces ésta sería la Iglesia, a la que El, siendo el primogénito de entre los muertos, antecede, permaneciendo antes de la luna, la cual es figura de la Iglesia. Ciertamente, lo que se dice en griego geneas geneon fue traducido por muchos generationis generationum (de la generación de las generaciones), no generationes; porque geneas es caso ambiguo en griego, y no aparece claramente si es genitivo de singular, tes geneas, a saber, huius generationis (de generación), o acusativo de plural, las geneas, esto es, has generationes (las generaciones). Tal vez se prefirió el sentido anteriormente expuesto, para que, como explicando qué significase la luna, se añadiese generaciones de generaciones (es decir, cosa mudable). 9 [v.6].

Y descenderá

como la lluvia sobre el vellón,

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como llovizna que gotea sobre la tierra. Recordó y advirtió lo que se hizo por el juez Gedeón, teniendo por meta a Cristo. Gedeón pidió un signo al Señor, consistente en colocar un vellón en la era y que lloviendo se mojase él solo, quedando seca la era; también le pidió el signo contrario que, mojándose la era al llover, quedase sólo el vellón seco. Esto simbolizó: que el primer pueblo de Israel fue, como el vellón seco, colocado en la era, es decir, en medio del orbe de la tierra. Por tanto, el mismo Cristo descendió como lluvia sobre el vellón estando aún seca la tierra, y por esto dijo: No he sido enviado sino a las ovejas que perecieron de la casa de Israel. De allí eligió la madre de la que había de tomar la forma de siervo en la cual apareció a los hombres. De allí escogió a los discípulos, a quienes les ordenó esto mismo, diciéndoles: A camino de gentiles no vayáis, ni entréis en ciudades de samaritanos; id primero a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Cuando dice id primero a las ovejas; demostró que después, cuando fuese tiempo de llover sobre la era, también irían a las otras ovejas, que no procedían del antiguo pueblo de israel; de las cuales dice: Tengo otras ovejas que no son de este redil; también tengo que traerlas, para que haya tm solo rebaño y un solo pastor. De aquí que también dice el Apóstol: Digo, pues, que Cristo fue ministro de la circuncisión en pro de la verdad de Dios, para confirmar las promesas de los patriarcas. De este modo descendió la lluvia sobre el vellón, quedando aún seca la era. Pero como prosigue el Apóstol y dice: Mas las gentes glorificarán a Dios por causa de la misericordia, para que, llegando el tiempo, se cum-

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ista dici possunt de invisibili substantia Creatoris: non sicut de ista visibili creatura, in qua sunt corpora caelestia, quorum illustrius eminet sol, de quo haec similitudo adhibita est; sicut adhibetur etiam de terrestribus, petra, leo, agnus, homo habens dúos filios, et caetera. Ergo humiliato calumniatore permanet cum solé; quia victo diabolo per resurrectionem, sedet ad dexteram Patris (Me 16,19), ubi iam non morí tur, et mors ei ultra non dominabitur (Rom 6,9). Et hoc ante lunam, tanquam primogenitus a mortuis praecedens Ecclesiam, mortalium decessione ac successione transeuntem. Ipsae sunt generationes generationum. Aut forte quia generationes sunt, quibus generamur mortaliter; generationes autem generationum, quibus regeneramur immortaliter. Et haec est Ecclesia quam ille antecessit, ut permaneret ante lunam, primogenitus ex mortuis. Sane quod est in graeco yEVEas yevEwv, nonnulli interpretad sunt, non generationes, sed generationis generationum: quia yevsas ambiguas est casus in graeco, et utrum genitivus singularis sit TTJS yevEa;, id est, huius generationis, an aecusativus pluralis TCellatus hic, requievit ibi; quia flagellat omnem filium quem recipit (Hebt 12,6). Sed cui dicis ista? EpuJanti splendide, et induenti se quotidie purpura et bysso. Cui dicis? Qui transiit in dispositionem cordis. Mérito sero dicturus est, Mitte Lazarum; dicat vel fmtribus meis (Le 16,19-31); quando ei non conceditur fructus poecitentiae. Non enim poenitentií, non datur; sed sempiterna erit poe-

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reportará p r o v e c h o alguno. Luego éstos se desbordaron en el consejo de su corazón. 14 [ v . 8 ] . Pensaron, y hablaron malignidad. Los h o m b r e s hablan maldad c o n temor. P e r o éstos, ¿cómo? Hablaron en alto iniquidad. N o sólo hablaron iniquidad, sino a voz en cuello; oyéndoles todos; con soberbia. Y o o b r o y lo manifiesto; percibirás con q u i é n estás; n o te dejaré vivir. T a l vez llegues a pensar esto; n o lo practiques o a los m e n o s retén el m a l deseo d e n t r o de los límites del p e n s a m i e n t o , o, mejor, refrénale en su m i s m o p e n s a m i e n t o . ¿Por qué? ¿Acaso es p o b r e ? Su iniquidad brotará de la abundancia. Hablaron altivamente iniquidad. 15 [v.9]- Pusieron su boca en el cielo y su lengua atravesó por encima de la tierra. ¿Qué significa pasó por encima de la tierra? Lo q u e dijo: Pusieron su boca en el cielo. Pasó por encima de la tierra es lo m i s m o q u e pasaron o traspasaron todas las cosas terrenas. ¿Qué significa traspasar todas las cosas terrenas? Q u e n o piensa que es h o m b r e y q u e p u e d e m o r i r de r e p e n t e cuando habla. Amenaza c o m o si siempre hubiera de vencer. Su p e n s a m i e n t o atraviesa o traspasa la terrena fragilidad. Ignora de q u é envoltura está cubierto, desconoce lo q u e de estos h o m b r e s se escribió en otro salmo: Saldrá su espíritu, y él volverá a su tierra; en aquel día fenecerán todos sus pensamientos. P e r o éstos, n o pensando en su ú l t i m o día, hablan soberbia y p o n e n su grito en el cielo y traspasan la tierra. Si el ladrón encarcelado n o pensase en su último día, es decir, en el ú l t i m o día de su condena, n i n g u n a otra cosa sería para él m á s cruel a pesar de que nitentia et nulla salus post poenitentiam. Ergo isti transierunt ín dispositionem cordis. 14 {v.8]. Cogitaverunt et locuti sunt malignitatem. Sed loquuntur malignitatem homities et cuín timóte, isti autem quomodo? Iniquitatem in altum locuti sunt. Non solum locuti sunt iniquitatem; sed etiam clare, audientibus ómnibus, superbe: Ego fació, ego ostendo; senties cum quo habes, vívete te non sinam. Vel cogitares ea, non etiam effunderes: vel intra claustra cogitationis mala cupiditas coerceretur, vel refrenaret eam intra cogitationem suam. Quare? an forte macer est? Prodiet quasi ex adipe iniquitas eorum. Iniquitatem in altum locuti sunt. 15 [v.9]. Posuerunt in caelum os suum, et lingua eorum transiit super terram. Quid est hoc, transiit super terram? Quod dictum est, Posuerunt in caelum os suum. Hoc est enim, transiit super terram, transeunt terrena omnia. Quid est, transiré terrena omnia? Non se cogitat hominem súbito mori posse, cum Ioquítur; quasi semper victurus minatur: transcendit cogitatio illius terrenam fragilitatem; nescit quali vase coopertus est, nescit quod sctiptum est alio loco de talibus: Exiet spiritus eius, et revertetur in terram suam; in illa die peribunt omnes cogitationes eius (Ps 145,4). Sed isti diem ultimum suum non cogitantes, loquuntur superbiam; et in caelum ponunt os suum, et transcendunt terram. Si ultimum suum diem non cogitaret, id est iudicii sui ultimum diem, latro

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p u e d e h u i r de la cárcel. ¿ A d o n d e huirás tú para n o m o r i r ? A q u e l día es certísimo. ¿Qué duración tiene el t i e m p o q u e al fin ha de llegar a su término? ¿Cuánto dura lo q u e tiene fin p o r m u cho q u e se prolongue? A ñ a d e a esto q u e n o hay tal cosa; n o es perdurable y además es incierto lo que se llama durable. ¿Por q u é n o piensa esto? Porque puso su grito en el cielo y su lengua atravesó por encima de la tierra. 16 [ v . 1 0 ] . Por eso se volverá aquí mi pueblo. Y a Asaf se vuelve aquí. V e a los inicuos abundar en estas cosas, ve a los soberbios, y se vuelve a D i o s y comienza a buscar y a hablar. ¿Pero cuándo? Cuando se encuentren en ellos los días cumplidos. ¿Qué significa los días cumplidos? Cuando llegó el cumplimiento del tiempo envió Dios a su Hijo. La p l e n i t u d o c u m p l i m i e n t o del t i e m p o tuvo lugar c u a n d o vino El a enseñarnos a despreciar las cosas temporales, a n o tener p o r g r a n d e todo lo que a m b i cionan los h o m b r e s malos, a soportar lo q u e t e m e n los h o m b r e s perversos. El se h i z o c a m i n o ; llamó a pensamientos m á s íntimos, d i o a conocer q u é es lo q u e d e b í a pedirse a Dios. V e de q u é p e n s a m i e n t o r e p r i m i d o e n sí y revocante del m o v i m i e n t o i m p e tuoso del á n i m o , se pasa a las cosas reales que d e b e n ser elegidas. Por eso se volverá aquí mi pueblo y se hallarán en ellos los días cumplidos. 17 [ v . l l ] . Y dijeron: ¿Cómo lo supo Dios? ¿Lo conoce por ventura el Altísimo? Observa e n q u é pensamientos se entretien e n . Los perversos son dichosos, pues dicen: Dios n o se preocup a de lo h u m a n o . ¿Acaso sabe lo q u e hacemos? Esto es lo que missus in carcerem, nihil illo esset immanius; et tamen posset effugere. Quo fugis ne moriaris? Certus erit ille dies. Quid est diu quod victurus es? Quantum est diu quod habet finem, etsi diu esset? Huc accedit quia non est: et non est din, et incertum est ipsum quod dicitur diu. Quate hoc non cogitat? Quia posuit in caelum os suum, et lingua eius transiit super terram. 16 [v.10]. Ideo re-aertetur huc populus meus. Iam ipse Asaph revettitur huc. Vidit enim ista abundare iniquis, vidit superbis: redit ad Deum, et incipit quaereie et disputare. Sed quando? Cum dies pleni invenientur in eis. Quid est, dies phni? Cum autem venit plenitudo temporis, misit Deus Filiun suum (Gal 4,4). Ipsa est plenitudo temporis, quando venit ille temporalia docere contemni, non habere magnum quidquid mali liomines cupiunt; pati quidquid mali homines metuunt. Factus est vía, revocavit ad cogitationem intimam, admonuit quid a Deo quaerendum esset. Et vide de qua cogitatione reverbetata in se, et quodammodo revocante fluctus Ímpetus sai, transitur ad vera eligenda. Ideo revertetur fopulus meus huc; et dies pleni invenientur in eis. 17 [ v . l l ] . Et dixerunt: Quomodo scivit Deus, et si est scientia in Altisiimo? Vide per quam cogitationem transeunt. Ecce iniqui felices sunt, non carat Deus res humanas. Veré scit quid agamus? Videte quae

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dicen. Os ruego, hermanos, que no digan los cristianos: ¿Cómo lo supo Dios? ¿Lo conoce por ventura el Altísimo? 18 [v.12]. ¿De dónde procede el que te parezca que Dios no lo sabe y que no tenga conocimiento de ello el Altísimo? El mismo salmista responde: He aquí que son pecadores, y obtuvieron abundantes riquezas en el siglo. Son pecadores y consiguieron en el siglo abundantes riquezas. Confesó que no quería ser pecador con el fin de tener riquezas. El alma carnal vendió su justicia por cosas visibles y terrenas. ¿Qué justicia hay en la justicia que se vende por oro? ¿Es de más valor el oro que la justicia? Cuando alguno no reconoce los bienes ajenos prestados, ¿no se perjudica él en más que aquel a quien se los niega? El primero pierde la fe, el segundo el vestido: He aquí a los pecadores y a los que obtuvieron abundantes riquezas en el siglo. ¿Cómo se ha cerciorado que Dios no lo sabe y que no lo conoce el Altísimo? 19 [v.13]. Y dije: Luego en vano justifiqué mi corazón. Cuando serví a Dios y no conseguí estos bienes y los que no le sirvieron nadan en la abundancia, en vano justifiqué mi corazón y lavé mis manos con los inocentes. Lo hice sin ton ni son. ¿Dónde está la recompensa de mi buena vida? ¿Dónde el premio de mi servicio? Vivo bien y me hallo necesitado; sin embargo, el inicuo se solaza en estos bienes. Y lavé mis manos con los inocentes. 20 [v.14]. Y fui azotado todo el día. Dios me castiga continuamente. Le sirvo bien, y soy castigado; no le sirve el impío, y es honrado. Asimismo se ha suscitado un gran conflicto. Se dicuntur. Rogamus, fratres; iam Christiani non dicant: Quomodo scivit Deus, et si est scientia in Altissimo. 18 [v.12]. Unde enim tibí videtur non scire Deum, et non esse scientiam in Altissimo? Respondet: Ecce ipsi peccatores, et abundantes in saeculo obtinueiunt divitias. Et peccatores sunt, et abundantes divitias in saeculo obtinuerunt. Confessus est quia ideo nolebat esse peccator, ut haberet divitias. Carnalis anima visibilibus rebus et terrenis vendiderat iustitiam suam. Qualis iustitia, quae propter aurum habetur; quasi pretiosius sit aurum quam ipsa iustitia, aut cum quisquam negat res alienas, maius damnum patiatur cui negat, quam ille qui illi negat! Ule perdit vestem, iste fidem. Ecce ipsi peccatores, et abundantes in saeculo obtinuerunt divitias. Inde ergo nescit Deus, et inde non est scientia in Altissimo! 19. [v.13]. Et dixi: Ergo sine causa iustificavi cor meum. Quando servio Deo, et ista non habeo; non serviunt illi, et his abundant: Ergo sine causa iustificavi cor meum, et lavi in innocentibus manus meas. Hoc sine causa feci. Ubi est merces bonae vitae meae? ubi est praemium servitutis meae? Bene vivo, et egeo; et iniquus abundat. Et lavi in innocentibus manus meas. 20 [v.14]. Et fui flagellatus tota die. A me non recedunt flagella Dei. Bene servio; et flagellor, non servit, et ornatur. Magnam quaestioneui sibi fecir. Agtatur anima, transit anima transmita ad contemnenda

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conmueve el alma; el alma, que ha de encaminarse al desprecio de las cosas terrenas y al deseo de las eternas se halla en un momento de crisis. Hallándose en este pensamiento de transformación, fluctúa en medio de cierta tempestad, ella que ha de llegar al puerto. Acontece a los enfermos que soportan una prolongada enfermedad que, hallándose sin esperanzas de recuperar la salud, al momento de acercarse ésta, se encuentran más molestos y agitados, a lo cual llaman los médicos acrecentamiento o momento crítico, por el que se pasa a la salud; en tal instante se siente mayor perturbación, pero conduce a la salud; mayor ansia, pero el remedio está próximo. Esto es lo que acontece aquí al alma. Porque, hermanos, las palabras: ¿Lo conoce Dios?, son peligrosas, funestas y casi blasfemas. Esto es como decir casi; pues no dijo: Dios lo ignora; no dijo: N o hay conocimiento en el Altísimo, sino como preguntando, como dudando, como quien está perplejo. Esto se confirma por lo que dijo anteriormente: Por poco no resbalaron mis pies. ¿Cómo lo conoce Dios? ¿Lo sabrá el Altísimo? Como vemos, no lo confirma, pero esta duda es peligrosa. Mas por este riesgo recobra la salud. Ve ya la salud: Luego en vano jtistifiqué mi corazón, lavé mis manos con los inocentes y fui azotado todo el día y reprendido desde la mañana. La reconvención es una corrección; el que es argüido es corregido. ¿Qué significa desde la mañana? Que no se difiere. Se retarda la reconvención de los impíos, mas no la mía; aquélla será tardía y sin provecho; la mía, desde la mañana. Y fui azotado todo el día y reprendido desde la mañana. 21 [v.15]. Si hablare, hablaré así; es decir, enseñaré así. ¿Qué has de enseñar? ¿Que no hay conocimiento en el Altísiterrena et concupiscenda aeterna. Transitus est ipsius animae in hac cogitatione: ubi fluctuat in quadam tempestate, perventura est ad portum. Et quomodo solent aegri, qui lentíus aegrotant cum sanitas longe est, vicina sanitate plus aestviant: accessionem creticam medici vocant, per quam transitur ad sanitatem; maior ibi aestus, sed ducens ad salutem; maior ibi ardor, sed vicina refectio: sic ergo et hic aestuat. Nam periculosa verba sunt, ftatres, molesta, et pene blasphema, Quomodo scivit Deas? Hoc est et -pene: non dixit, Nescivit Deus; non dixit, Non est scientia in Altissimo: sed quasi quaerens, haesitans, dubitans. Hoc est quod ait paulo ante: Pene effíisi sunt gressus mei. Quomodo scivit Deus, et si est scientia m Altisúmc? Non confirmat; sed ipsa dubitatio periculosa est. Per periculum transit ad sanitatem. Audi iam sanitatem: Ergo in vanum iustificaiit cor meum, et lavi inter innocentes manus meas: et fui flagellatus tata die, et argutio mea in matutinum. Argutio, correptio est: qui arguitur, coiripitur. Quid est, in matutinum? Non differtur. Differtur impioram; mea non differtur: illa sera, vel nuUa est; mea in matutinum. Et fui flagellatus tota die, et argutio mea in matutinum. 21 [v.151- Si diceban, Narraba sic: id est, docebo sic. Quomodo doctutus es? Quia non est scientia in Altissimo? quia non scit Deus?

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mo? ¿Que D i o s n o lo sabe? ¿Quieres proferir este d i c t a m e n : q u e sin razón viven bien los q u e viven con justicia, q u e el h o m b r e justo p e r d i ó el fruto de su esclavitud, q u e D i o s favorece a los malos antes q u e a los buenos o q u e de nadie se p r e ocupa? ¿Quieres decir esto? ¿Quieres contar esto? Se contiene r e p r i m i d o p o r la autoridad. ¿Por q u é autoridad? El h o m b r e alg u n a vez intenta p r o r r u m p i r en estas palabras, p e r o le disuade la Escritura, diciendo q u e se viva siempre bien, q u e D i o s se preocupa de lo h u m a n o , q u e distingue entre el inocente y el i m p í o . Luego al querer éste proferir estas palabras entra d e n t r o de sí m i s m o . ¿Y q u é dice? Si hablare, hablaré así: he aquí que reprobé la estirpe de tus hijos. H a b l a n d o así, r e p r o b é la estirpe de tus hijos; h a b l a n d o así, r e p r o b é la estirpe de los justos. Otros códices escriben: ¿Canté a la estirpe de tus hijos?, es decir, ¿es cierto q u e canté a la de tus hijos?, esto es, ¿a aquella con la q u e estuve en armonía, a la q u e m e ajusté? D i s e n t í de todos si enseño de este modo. Pues canta q u i e n armoniza; q u i e n n o a r m o niza n o canta. ¿ H e de decir cosa distinta de la q u e dijeron A b r a h á n , Jacob, Isaac y los profetas? Ellos afirmaron que D i o s se cuida de las cosas de los h o m b r e s , y ¿yo he de decir que n o se preocupa? ¿Seré m á s p r u d e n t e , m á s sabio q u e ellos? La saludable autoridad le apartó el p e n s a m i e n t o de la impiedad.

sabio, sino q u e comienza a conocer lo que ignoraba. Q u e r í a dárselas de sabio y divulgar q u e Dios n o se p r e o c u p a para nada de los asuntos h u m a n o s . Esta es doctrina perversa e impía, prop i a de los inicuos. Sabed, hermanos, q u e m u c h o s defienden y propalan que D i o s n o se preocupa de las cosas h u m a n a s , q u e todas acontecen f o r t u i t a m e n t e o que nuestras voluntades se hallan sujetas a las constelaciones, que cada u n o obra arrastrado p o r la necesidad de su hado, n o p o r su libre voluntad. Esta doctrina es perversa, es impía. H a c i a ella se encaminaba este de q u i e n se dice que casi se conmovieron sus pies y por poco no resbalaron sus pasos. Se e n c a m i n a b a a este error; pero, c o m o n o cantaba a la estirpe de los hijos de Dios, e m p r e n d i ó conocer y cond e n ó la ciencia q u e tenían, la cual n o se adaptaba a la de los hijos de Dios. O i g a m o s lo q u e dice, puesto q u e e m p r e n d i ó conocer, y fue ayudado; y a p r e n d i ó algo, y nos lo manifestó. Y emprendí—dice—conocer, y me es laborioso. C i e r t a m e n t e es g r a n trabajo conocer c ó m o D i o s se preocupa de las cosas h u m a n a s y cómo les va bien a los malos y sufren los buenos. Esto es u n asunto dificilísimo; por eso me es trabajoso. Parece q u e se m e i n t e r p o n e u n a muralla q u e m e i m p i d e entrar en la ciudadela; pero escucha el salmo: Con mi Dios atravesaré el muro. A mí me es trabajoso.

22 [ v . 1 6 ] . ¿Y cómo sigue? Si hablare, hablaré así: he aquí que reprobé la estirpe de tus hijos. Para n o reprobarla, ¿qué dice? Intenté conocer. I n t e n t ó conocer; Dios le ayudó a conocer. Por ahora, hermanos, evita una g r a n caída al n o p r e s u m i r ya de

2 3 [ v . 1 7 ] . Bien dices que a m í m e es trabajoso, n o a Dios. P o n t e ante D i o s , q u e n o siente trabajo, y t a m p o c o le sentirás tú. El h i z o esto, puesto que explica hasta cuándo sintió este trabajo: Hasta que entré en el santuario del Señor y vi las postrimerías

Hanc sententiam vis proferre, quia sine causa iuste vivunt qui iuste vivunt, quia perdidit homo iustus servitutem suam, quia magis Deus malis favet, aut neminem curat? hoc vis dicere, hoc narrare? Reprimit se, auctoritate compescente. Qua auctoritate? Vult homo aliquando erumpere in istam sententiam; sed revocatur Scripturis dicentibus ut semper bene vivatur, dicentibus quia Deus curat res humanas, quia discernit Ínter pium et impium. Ergo et iste volens iam istam proferre sententiam, revocat se. Et quid ait? Si dicebam, Narrabo sic: ecce generationem filiorum tuorum reprobavi. Reprobavi generationem filiorum tuorum, si narrabo sic: generationem iustorum reprobabo. Sicut et quaedam habent exemplaria: Ecce generationi filiorum tuorum cui concinui? id est, cui filiorum tuorum concinui? id est, cui congrui, cui accommodatus sum? Dissonui ab ómnibus, si dic doceo. Concinit enim qui consonat; qui autem non consonat, non concinit. Aliud dicturus sum quam dixit Abraham, quam dixit Isaac, quam dixit Iacob, quam dixerunt Prophetae? lili enim omnes dixerunt quia curat Deus res humanas: ego dicturus sum quia non curat? Maiorne in me prudentia, quam in lilis? maiorne intellectus in me quam in illis? Salubérrima auctoritas revocavit cogitationem ab impietate. 22 [v.16]. It quid sequitur? Si dicebam, narrabo sic: ecce generationem filiorum tuorum reprobavi. Ergo ne reprobaret, quid fecit? Et suscepi cognoscere. Suscepit cognoscere: Deus illi adsit, ut cognoscat.

Interim, fratres, a magno lapsu revocatur, quando non se iam scientem praesumit, sed suscepit cognoscere quod nesciebat. Iam enim volebat quasi sciens videri, et praedicare nullam esse Deo curam de rebus humanis. Facta est enim ista ¡niquorum nequissima et impia doctrina. Sciatis, fratres, multos disputare, et dicere quia Deus res humanas non curat, quia casibus reguntur omnia, vel quia stellis subiectae sunt voluntates nostrae, quia unusquisque non pro meritis agitur, sed necessitate steliarum suarum: doctrina mala, doctrina impia! In haec iste ibat, cuius pene commoti sunt pedes, et cuius paulo minus effusi sunt gressus; in hunc ibat errorem: sed quia non concinebat generationi filiorum Dei, suscepit cognoscere; et damnavit scientiam in qua iustis Dei non congruebat. Et quid dicat audiamus; quia suscepit cognoscere, et adiutus est, et didicit aliquid et indicavit nobis. Et suscepi, inquit, cognoscere. Hoc labor est unte me. Veré magnus labor, cognoscere quomodo et Deus curet res humanas, et bene sit malis, et laborent boni! Magna vis quaestionis! ideo, Hoc labor est ante me. Quasi stat mihi in facie murus quídam: sed hales vocem psalmi, In Deo meo transgrediar murum (Ps 17,30). Hoc labor est unte me. 23 [v.17]. Verum dicis: labor est ante te; sed ante Deum non est labor: fac te ante Deum ubi non est labor, et nec tibi erit labor. Et fecit hoc; nam dicit quamdiu labor ante se: Doñee introeam in sanctuariíim Dei, et intelligam in novissima. Magna res, fratres. Iam diu laboro,

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de ellos. Esto es admirable, hermanos. Por m u c h o t i e m p o trabajo, dice, y p e r c i b o ante m i presencia u n esfuerzo casi inenarrable, esperando conocer c ó m o D i o s es justo y se ocupa de las cosas h u m a n a s , y n o es inicuo p o r q u e los pecadores y los criminales gocen en la tierra de felicidad, y, p o r el contrario, los inocentes y los q u e sirven a Dios se hallan la mayor p a r t e de las veces asediados de tentaciones y de trabajos. Conocer esto es u n gran embarazo, p e r o hasta que entre en el santuario del Señor. En el santuario d e Dios, ¿qué se te dará para que desentrañes la cuestión? Comprenderé las postrimerías de ellos, n o sus cosas presentes. Y o , dice, desde el santuario de D i o s dirijo la m i rada al fin, traspaso lo presente. T o d o esto q u e se llama h u m a nidad, toda la masa mortal, ha de ser juzgada, ha de ser pesada en la balanza; allí se pesarán todas las obras de los h o m b r e s . Ahora todas ellas están envueltas en nubes, p e r o p o r Dios son conocidos los méritos de cada u n o (de los h o m b r e s ) . Y comprenderé—dice—las postrimerías, p e r o n o p o r m í , p o r q u e para m í es trabajoso. ¿Cómo entenderé las postrimerías? E n t r a n d o en el santuario del Señor. Allí e n t e n d í de q u é m o d o son ahora éstos felices. 2 4 [ v . 1 8 ] . Sin duda, los has colocado en engaños. Como eran falaces, es decir, fraudulentos; como eran mendaces, soportan engaños. ¿Qué significa c o m o eran fraudulentos soportan el fraude? Ellos quieren defraudar al g é n e r o h u m a n o con sus perversidades, luego t a m b i é n ellos soportan el fraude al elegir los bienes terrenos y despreciar los eternos. H e r m a n o s , en lo m i s m o q u e defraudan son defraudados. ¿ N o os dije ya hace tiempo,

hermanos, q u é corazón t i e n e n los que para conseguir lo terreno pierden la fe? ¿Quién sufrió el engaño, aquel a q u i e n se le arrebata lo terreno o este a quien le ha sobrevenido tan g r a n daño? Si vale m á s lo terrenal que la fe, se le causó mayor d a ñ o al p r i m e r o ; pero, p o r el contrario, si la fe excede de m o d o incomparable a todo el valor del m u n d o , al ver q u e el p r i m e r o perdió sólo el vestido, se le dirá al segundo: De qué sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? Luego ¿qué les sucedió? Les colocaste en engaño. Los derribaste al levantarse. N o dijo: Los derribaste p o r q u e estaban en pie, c o m o si después de levantarse los hubiera derribado, sino q u e son derribados por el m i s m o hecho de levantarse. Luego el levantarse de este m o d o es caer. Los derribaste al levantarse (o ensoberbecerse). 2 5 [ v . 1 9 ] . ¡Cómo se derrumbaron de repente! Se admira de ellos v i e n d o sus postrimerías. Se desvanecieron c o m o el hum o , q u e al elevarse se desvanece, así desaparecieron éstos. ¿Cómo dice q u e se desvanecieron? V i e n d o las postrimerías. Se desvanecieron y perecieron por su iniquidad. 2 6 [ v . 2 0 ] . Como sueño del que despierta. ¿Cómo se desvanecieron? C o m o se desvanece el s u e ñ o d e l q u e despierta. Contempla a u n h o m b r e q u e en sueños le parece haber hallado u n tesoro; es rico, p e r o hasta que despierta. Como sueño del que despierta, así se desvanecieron; c o m o sueño del q u e despierta. Este busca el tesoro y n o le encuentra, se halla sin nada en las manos, sin nada en el lecho. Se acostó p o b r e ; se hizo rico en el sueño. Si n o hubiera despertado, continuaría siendo rico; despertó y se halla con la pobreza q u e tenía al acostarse. Así éstos

inquit, et ante faciem meam laborem quemdam quasi inextricabilem video, ut cognoscam quomodo et iustus sit Deus, et res humanas curet, et non sit iniquus, quod peccantes et scelera facientes felicitatem habent in hac tetra; pii vero et Deo servientes in tentationibus plerumque et in laboribus fatigautur: magna difficultas est hoc scire; sed doñee introeam in sanctuarium Dei. In sanctuario enim Dei quid tibi praestatur, ut hanc solvas quaestionem? Et intelligam, inquit, in novissima; non in praesentia. Ego, inquit, de sanctuario Dei intendo oculum in finem; praesentia transgredior. Totum hoc quod vocatur humanum genus, omnis ista massa mortalitatis ventura est ad examen, ventura est ad libram; appendentur ibi opera hominum. Cuneta modo nubes involvit; sed Deo cognita sunt merita singulorum. Et intelligam, inquit, in novissima; sed non a me; nam ante me labor est. Unde intelligam in novissima? Intrem in sanctuarium Dei. Ibi ergo intellexit, et unde modo isti felices. 24 [v.18]. Vemmtamen propter dolositatem posuisti eis. Quia dolosi sunt, id est fraudulenti; quia dolosi sunt, dolos patiuntur. Quid est hoc, quia fraudulenti sunt, fraudem patiuntur? Fraudem volunt faceré generi humano in ómnibus nequitiis suis; fraudem et ipsi patiuntur, ut terrena bona eligant, et relinquant aeterna. Ergo, fratres, in eo quod fraudem faciunt, fraudem patiuntur. Quod iamdudum dixi, fratres; quale Cor habet, qui ut lucretur vestem, perdit fidem? Ule qui tulit vestem

passus est fraudem, an iste qui tanto damno percutitur? Si pretiosior est vestís quam fides, maiore dañino ille afficitur: si autem incomparabiliter fjdes excedit totum mundum, ille videbitur damnum vestís perpeti; huic autem dicitur, Quid prodest homini, si totum mundum lucretur; animae auiem suae damnum paúatur? (Mt 16,26). Ergo quid illis contigit? Propter dolositatem posuisti eis: deiecisti eos dum extollerentur. Non dixit, Deiecisti eos, quia elati sunt: non quasi posteaquam elati sunt, deiecisti illos; sed in eo ipso quod elati sunt, deiecti sunt. Sic enim efferri, iam cadete est: Deiecisti eos dum extollerentur. 25 [v.19]. Quomoio facti sunt in desolationem súbito! Admiratur super eis, intelligens in novissima. Defecerunt: veré quomodo fumus, qui dum cxtollitur, déficit, defecetunt. Quomodo dicit, defecerunt? Quomodo qui intelligit in novissima Defecerunt: perierunt propter iniquitatem suam. 26 fv.20J. Veluti somnium exsurgentis. Quomodo defecerunt? Quomodo déficit somnium exsurgentis. Fac hominem in somnis videre se invenisse thesauros: dives est, sed doñee evigilet. Veluti somnium exsurgentis: sic defecerunt, quomodo somnium evigilantis. Quaeritur igitur, et non est: nihil in manibus, nihil in lecto. Pauper dormierat, dives in somnis factus fuerat; si non evigilasset, dives esset: evigilavit, invenit aetumnam quam dimiserat dormiens. Et isti invenient misetiam quam

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encontrarán la desgracia que adquirieron. C u a n d o despierten de esta vida desaparecerá lo que se tenía c o m o en sueños, como en el sueño del que despierta. Y para q u e n o se dijese: ¿Pues qué? ¿Te parece p e q u e ñ a su fama, su magnificencia, su nobleza, sus cuadros, sus estatuas, sus glorias, el tropel de sus protegidos?, dice el salmo: ¡Oh Señor!, en tu ciudad reducirás a nada su imagen. Así, pues, h e r m a n o s míos, hablando de este pasaje con franqueza o c o m o conviene, p o r q u e cuando os lo comunicamos más b i e n os h e r i m o s q u e os enseñamos; en n o m b r e y en reverencia a Cristo, os exhorto a q u e n o anheléis estas cosas los que n o las poseéis, y los q u e las tengáis, a q u e n o persumáis de ellas. Atended a lo q u e he dicho; n o digo que os condenaréis si las tenéis, sino q u e os condenaréis si p r e s u m í s de ellas, si os vanagloriáis de ellas, si p o r ellas os parece que sois grandes, si p o r ellas despreciáis a los pobres, si p o r una loca vanidad os olvidáis de la condición igual del g é n e r o h u m a n o . Pues entonces es necesario q u e Dios dé el p a g o en las postrimerías y se reduzca en su ciudad a la nada la imagen o la apariencia de éstos. El q u e es rico, lo sea conforme ordena el A p ó s t o l : Manda—dice escribiendo a T i m o t e o — a los ricos de este mundo que no se ensoberbezcan, ni pongan la esperanza en lo incierto de sus riquezas, sino en Dios vivo, que nos da en abundancia todas las cosas para disfrutarlas. Cercena la soberbia de los ricos y da u n consejo. Y c o m o si le respondiesen: Somos ricos; nos p r o h i b e s ensoberbecernos, nos impides jactarnos de la magnificencia de nuestras riquezas, ¿qué haremos de ellas?; hasta ahora nos sabemos q u é hemos de hacer de ellas, añade que sean ricos en buenas obras, sibi comparaverant: cum evigilaverint de hac vita, transit illud quod quasi in somno tetiebatur, veluti somnium exsurgentis. Et ne diceretur: Quid ergo? parva ubi videtur claritas eorum, parva tibí videtur pompa eorum, parvi tibí videntur tituli, imagines, statuae, laudes, cunei clientium? Domine, ait, in civitate tua imaginem illorum ad nihilum rediges. Itaque, fratres mei, libere loquens de hoc loco, vel unde licet; quia quando vobis miscemur, magis vos ferimus quam docemus: in nomine Christi et in timóte eius exhortar vos, ut quicumque ista non habetis, non cupiatis; quicumque habetis, non in eis praesumatis. Ecce dixi vobis: non dico, Damnamini, quia habetis; sed, damnamini, si de talibus praesumatis, si de talibus inflemini, si propter talia magni vobis videamini, si propter talia pauperes non agnoscatis, si generis humani conditionem communem propter excellentem vanitatem obliviscamini. Tune enim Deus necesse est retribuat in novissima, et in civitate sua imaginem talium ad nihilum redigat. Qui autem dives est, hoc modo sit quo praecepit Apostolus: "Praecipe", inquit, "divitibus huius mundi non superbe sapere; ne«jue sperare in incerto divitiarum suarum, sed in Deo vivo, qui praestat nobis omnia abundanter ad fruendum". Abstulit superbiam divitum; dat consilium. Quasi dicerent: Divites sumus; superbire nos prohibes, ¡actare pompas divitiarum nostrarum vetas; quid ergo facturi sumus de istis divitiis? Usque adeo non est quod inde faciant?

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que sean dadivosos y limosneros. ¿Y esto de q u é sirve? Atesoren para sí un buen fundamento para el futuro; así alcanzarán la vida verdadera. ¿En d ó n d e deben atesorar p a r a sí? Allí adonde dirigió éste la m i r a d a al e n t r a r en el santuario de Dios. Se estremezcan todos nuestros hermanos ricos q u e n a d a n en dinero, en oro y plata, en hijos y en honores; se estremezcan p o r lo que se dijo ahora: Señor, en tu ciudad reducirás su imagen a la nada. ¿ N o serán acaso dignos de padecer q u e D i o s en su ciudad les reduzca su i m a g e n a la nada, puesto q u e t a m b i é n ellos redujeron a la nada la i m a g e n de Dios en la tierra? En tu ciudad les reducirás su imagen a la nada. 27 [v.21}. Porque se deleitó mi corazón. D i c e con q u é cosas fue tentado, p u e s a ñ a d e : Porque se deleitó mi corazón y se cambiaron mis ríñones. C u a n d o m e deleitaron estas cosas temporales se c a m b i a r o n m i s ríñones. T a m b i é n p u e d e entenderse de este m o d o : Se deleitó mi corazón en D i o s y se cambiaron mis ríñones, es decir, se transformó m i sensualidad y m e hice todo casto. Se cambiaron mis uñones. Oye cómo. 2 8 [ v . 2 2 ] . Y fui reducido a nada y no lo conocí. Y o mismo q u e digo estas cosas ahora de los ricos y q u e en otro t i e m p o t a m b i é n las deseé, fui reducido a nada cuando casi resbalaron mis pasos. Luego, si yo fui reducido a nada y no lo conocí, n o hay q u e desesperar de aquellos d e quienes yo decía tales cosas. 2 9 [ v . 2 3 ] . ¿ Q u é significa no lo conocí? Como un jumento fui en tu presencia y yo siempre estoy contigo. H a y g r a n difeDivites sint, inquit, in operihus bonis; jacile trihuant, communicent. Et quid prodest hoc? Thesaurizent sibi fundamentum bonum in futurum, ut apprehmdant veram vitam (1 Tim 6,17.19). Ubi debent sibi thesaurizare? Quo misit iste oculum, intrans in sanctuarium Dei. Exhorrescant omnes fratres nostri divites, abundantes pecunia, auro, argento, familia, honoribus; exhorrescant quod modo dictum est: Domine, in civitate tua imaginem illorum ad nihilum rediges. Nonne digni sunt haec pati, ut Deus in civitate sua imaginem illorum ad nihilum redigat; quia et ipsi in civitate sua terrena imaginem Dei ad nihilum redegerunt? In civitate tua imaginem eorum ad nihilum lediges. 27 [v.21}. Quia ddectatum est cor meum. Dicit quibus rebus tentatur: Quk dehctatum est, inquit, cor meum; et renes mei mutati sunt. Quando me delectaverunt temporalia ista, mutati sunt renes mei. Potest et sic intelligi: Quk delectatum est cor meum, in Deum; et renes met mutai sunt, id est, libídines meae mutatae sunt, et castus totus factus sum. Renes mei mutati sunt. Et audi quomodo. 28 [v.22]. Et ego ad nibilum redactus sum, et non cognovi. Ego ille, qui modo ista dico de divitibus, aliquando talia desideravi: ideo et ego ad nihilum redéctus sum, quando pene effusi sunt gressus mei. Et ego ad nihilum redíctus sum, et non cognovi: non est ergo desperandum etde illis, in quos talia dicebam. 29 [v.233- Quid est, non cognovi? Quasi pecus factus sum ad te; et ego senper tecum. Multum ititerest ínter istum et alios. Iste quasi

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rencia e n t r e éste y los demás. Este se hizo como j u m e n t o deseando lo t e r r e n o c u a n d o fue reducido a nada y n o conoció lo eterno. P e r o n o se apartó de su Dios, p o r q u e n o deseó los bienes temporales d e los demonios o del diablo. Y a os recordé q u e hablaba a q u í la sinagoga, es decir, el p u e b l o q u e n o adoró a los ídolos. Fui hecho ciertamente j u m e n t o deseando de m i D i o s bienes temporales, p e r o jamás m e aparté de m i Dios. 30 [ v . 2 4 ] . C o m o a u n c u a n d o m e hice j u m e n t o n o m e aparté de m i Dios, p r o s i g u e y dice: Me tomaste la mano de mi derecha. N o dijo: M e tomaste m i m a n o derecha, sino: Me tomaste la, mano de mi derecha. Si m e tomaste la m a n o de la derecha, la m a n o tiene m a n o . Me tomaste la mano de mi derecha p a r a guiarme. Escribió mano en lugar d e poder. Pues así decimos: Quemquam habere in manu (está en su m a n o ) p o r quod habet in potestate (está en su p o d e r ) , al estilo de c o m o dijo el diablo a Dios acerca de J o b : Aparta tu mano y quítale lo que tiene. ¿Qué significa retira tu mano? D a poder. A l p o d e r de D i o s le llamó m a n o de Dios, conforme se escribe en otro lugar: La muerte y la vida están en manos de la lengua. ¿Por ventura la lengua tiene manos? ¿Qué significa en manos de la lengua? E n el p o d e r de la lengua. ¿Qué quiere decir en el p o d e r de la lengua? Por tu boca serás justificado y por tu boca serás condenado. Luego me tomaste la mano de mi derecha, es decir, el p o d e r de m i diestra. ¿Cuál era su diestra? Yo siempre (estuve) contigo. T e n í a a la izquierda el h a b e r m e hecho j u m e n t o , es decir, el desear las cosas temporales; p e r o m i diestra consistía en estar siempre contigo. M e tomaste la m a n o de esta diestra mía, es pecus factus est desiderando terrena, quando redactus ad nihilum non cognovit aeterna: sed non recessit a Deo suo, quia non illa desideravit a daemonibus, a diabolo. Hoc enim iam vobis commendavi: vox est Synagogae, id est, illius populi qui non servivit idolis. Pecus quidem factus sum, a Deo meo terrena desiderans; sed nunquam recessi ab ipso Deo meo. 30 [v.24]. Quia ergo, quamvis factus pecus, non recessi a Deo meo, sequitur: Tenuisti manum dexterae meae. Non dixit, manum dexteram meam; sed, manum dexterae meae. Si dexterae manus est, manus habet manum: Manum tenuisti dexterae meae, ut deduceres me. Quid posuit, manum? Potestatem. Hoc enim dicimus quemquam habere in manu, quod habet in potestate; quomodo dixit diabolus Deo de Iob: Mitte manum tuan, et tolle quae habet (Iob 1,11). Quid est, mitte manum tuam? Da potestatem. Manum Dei, potestatem Dei dixit; sicut scriptum est alio loco: Mors et vita in manibus linguae (Prov 18,21). Numquid lingua habet manus? Sed quid est, in manibus linguae? In potestate linguae. Quid est, in potestate linguae? Ex ore tuo iustificaberis, et ex ore tuo condtmnaberis (Mt 12,37). Tenuisti ergo manum dexterae meae, potestatem dexterae meae. Quae erat dextera mea? Quia ego semper tecum. In sinistram habebam, quia pecus factus sum; id est, quia terrena in me fuit concupiscentia: sed dextera mea erat, quia semper

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decir, gobernaste m i poder. ¿Qué poder? Les dio el poder ae hacerse hijos de Dios. C o m e n c é ya a ser hijo de Dios p e r t e n e ciendo al N u e v o T e s t a m e n t o . Ve c ó m o sostuvo la m a n o de su diestra: Me condujiste según tu voluntad. ¿Qué significa según tu voluntad? Oye al Apóstol, que fue p r i m e r a m e n t e j u m e n t o deseando las cosas temporales y viviendo según el Viejo Testamento, lo q u e dice: Yo que primeramente fui blasfemo, perseguidor y malhechor, pero alcancé misericordia. ¿Qué significa según tu voluntad? Por la gracia de Dios soy lo que soy. Y con gloria me recibiste. ¿Quién explicará, q u i é n expresará en d ó n d e fue recibido, en q u é gloria? Esperemos esto, p o r q u e se cumplirá en la resurrección; en las postrimerías tendrá lugar: Con gloria me recibiste. 31 [ v . 2 5 ] . Y comenzó a pensar en esta felicidad celeste y a reprocharse a sí m i s m o p o r haberse hecho j u m e n t o y p o r haber deseado los bienes temporales. Porque ¿qué hay para mí en el cielo y qué esperé de ti sobre la tierra? Por vuestra voz veo que habéis entendido. C o m p a r ó el p r e m i o celeste que había de recibir a su anhelo terreno y vio lo que allí se le reservaba, y, recapacitando y ardiendo en deseos de lo inefable, q u e el ojo no vio, ni el o í d o oyó, ni llegó a c o m p r e n d e r el p e n s a m i e n t o del h o m b r e , y n o dijo: Esto o lo otro m e está reservado en el cielo, sino: ¿Qué hay para mí en el cielo? ¿Qué es lo q u e t e n g o en el cielo? ¿ Q u é es? ¿Cuan g r a n d e es? ¿De q u é cualidad? Y c o m o es p e r m a n e n t e lo que t e n g o en el cielo, ¿qué deseo de ti sobre la tierra? T ú te reservas para m í . Lo diré como p u e d o , p e r o dadtecum eiam. Huius dexterae meae manum tenuisti, id est, potestatem rexisti. Quam potestatem? Dedit eis potestatem filios Dei fieri (lo 1,12): coepit esse iam Ínter filios Dei, ad Novum Testamentum pertinens. Vide quomodo retenta est manus dexterae eius. In volúntate tua deduxisti me. Quid est, in volúntate tua? Non in meritis meis. Quid est, in volúntate tita? Audi Apostolum, qui fuit pecus primo terrena desiderans, et secundum Vetas Testamentum vivens; quid ait? Qui primo fui blasphemus, et persecutor, et iniuriosus; sed misericordiam consecutus sum (1 Tim 1,13). Quid est, in -volúntate tua? Graúa Dei sum id quod sum (1 Cor 15,10). Et cum gloria assumpsisti me. Iam quo assumptus est, et in qua gloria, quis explicat? quis dicit? Exspectemus hoc, quia in resurrectione erit; in novissimis erit: Cum gloria assunpsisti me. 31 £v.25]. Et coepit cogitare felicitatem ipsam caelestem, et arguere se, quia pecus fuit, et terrena desideravit. Quid enim mihi est in cuelo, et a te quid volui super terram? Ex voce vestra intellexisse vos video. Compatavit vohmtati suae terrenae praemium caeleste quod accepturus est; vidit quid ibi sibi servaretur, et cogitans, et aestuans in cogitatione cuiusdam rei ineffabilis, quam nec oculus vidit, nec auris audivit, nec in cor hominis ascendit (Ib. 2,9), non dixit, Illud, aut illud mihi est in cáelo; sed, Quid mihi est in cáelo? Quid est illud quod habeo in cáelo? quid est? quantum est? quale est? Et, cum non transit quod habeo in cáelo, a te quid volui super terram? Servas mihi tu: sic dicam

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m e p e r m i s o . C o m p r e n d e d m i intento, el deseo de aclararlo, porque n o hay m o d o de expresarlo. T ú m e r e s e r v a s — d i c e — en el cielo riquezas imperecederas; a ti m i s m o . Y yo recabé de ti lo que tienen los i m p í o s en la tierra, lo q u e poseen los malvados, lo q u e consiguen los delincuentes: dinero, oro, plata, piedras preciosas, a b u n d a n t e s criados y familiares; lo q u e tienen también m u c h o s profanadores, lo q u e tienen m u c h o s h o m b r e s y mujeres del m a l vivir. Estas cosas deseé de m i Dios como cosa g r a n d e sobre la tierra, siendo así que se m e reservaba m i Dios en el cielo. ¿Qué hay para mí en el cielo? D e b e mostrarse q u é sea éste. ¿Y qué quise de ti sobre la tierra? 32 [ v . 2 6 ] . Desfalleció mi corazón y mi carne, /oh Dios de mi corazón/ Luego esto es lo que m e está reservado en el cielo, el Dios de mi corazón y el Dios mío, porción mía. ¿Qué es esto, hermanos? Hallemos nuestras riquezas; elija sus porciones o suertes el g é n e r o h u m a n o . Veamos cómo se despedazan los h o m bres por la diversidad de concupiscencias. Elijan unos la milicia, otros la abogacía, otros las diversas y variadas carreras o ciencias, otros el comercio, otros la agricultura; se a p r o p i e n estas porciones de las cosas humanas, p e r o clame el p u e b l o de D i o s : Mi porción es mi Dios. Y no sea m i porción o m i suerte p o r t i e m p o , sino sea Dios mi porción eternamente. Si tengo oro, a u n q u e lo posea eternamente, ¿qué tengo? Con todo, a u n q u e n o tuviere a Dios por siempre, sino p o r algún t i e m p o , ¡qué gran bien n o tendría! A ñ a d e a esto que m e p r o m e t e a sí m i s m o y p o r siempre. T e n g o este g r a n bien y n o dejaré jamás de tenerle. ¡Inmensa felicidad! Dios es mi porción. ¿Por c u á n t o tiempo? Eternamente. C o m o ve de q u é m o d o le amé, purificó m i corazón. Dios de mi corazón, ut possum, sed date veniam; accipite conatum meum, devotionem nitendi; nam explkandi nulla facultas est: servas, inquit, mihi tu in cáelo divitias immortales, te ipsum; et ego volui a te in térra quod habent et impii, quod habent et mali, quod habent et facinorosi; pecuniam, aurum, argentum, geminas, familias; quod habent et scelerati multi, quod habent multae feminae turpes, multi viri turpes: haec pro magno desideravi a Deo meo super terram, cum servet se mihi in cáelo Deus meus. Quid enim mihi est in cáelo? Ostendere habet ipsum quid. Ut a te quid volui super terram? 32 [v.26]. Defecit cor meum et caro mea, Deus cordis mei. Hoc ergo mihi est in cáelo servatum, Deus cordis mei, et pars mea Deus meus. Quid est, fratres? Inveniamus divitias nostras; eligat sibi partes genus humanum. Yideamus homines cupiditatum diversitate laniari: eligant alii militiam, alii advocationem, alii diversas variasque doctrinas, alii negotiationem, alii agriculturam; istas partes sibi faciant de rebus humanis: clamet populus Dei, Pars mea Deus meus. Non ad tempus pars mea; sed pars mea Deus in saecula. Aurum etsi semper habeo, quid habeo? Deum etsi non semper haberem, quam magnum bonum haberem! Huc accedit quia mihi seipsum promittit, et id me in aeternum habiturum promittit. Tantum habeo, et nunquam non habeo! Magna felicitas! Pars

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Vanidad de la dicha del impío

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Dios porción mía eternamente. Purificó el corazón; ya ama grat u i t a m e n t e a Dios, n o p i d e otra recompensa de El. Q u i e n p i d e a Dios otra recompensa fuera de El, q u e r i e n d o servir a D i o s sólo por ella, estima m á s lo que quiere recibir q u e al m i s m o Dios de q u i e n lo p r e t e n d e recibir. Luego entonces, ¿ n i n g ú n p r e m i o hemos d e recibir de D i o s ? N i n g u n o fuera de El m i s m o . El p r e m i o q u e da Dios es el m i s m o Dios. Esto es lo que ama, esto es lo q u e aprecia; si amase otra cosa, n o sería amor p u r o . Si te apartas del fuego imperecedero, te congelas; comienzas a caerte a pedazos. N o te apartes; será tu destrucción, será tu idolatría. Este q u e habla en el salmo vuelve ya, se arrepiente, elige la p e nitencia y dice: Dios es mi porción. ¡Y c ó m o se deleita en A q u e l a q u i e n eligió p o r su porción! 33 [ v . 2 7 ] . Y he aquí que los que se apartan lejos de ti perecerán. Este se apartó de D i o s , p e r o n o m u y lejos, p o r q u e dice: Casi me hice jumento, mas yo siempre estuve contigo. Aquellos ciertamente se alejaron m u c h o , p o r q u e n o sólo desear o n los bienes temporales, sino q u e los recabaron del d e m o n i o y de los ídolos. Los que se apartan lejos de ti perecerán. ¿Y q u é lleva consigo el apartarse lejos de Dios? Acabaste con todo el que dejándote a ti adultera (yendo en pos de los ídolos). El a m o r p u r o es o p u e s t o a esta fornicación. ¿Cuál es el amor p u r o ? El a m o r que hace al alma amar a su esposo. ¿Qué busca de El? El ser amada de A q u e l a quien a m a . Quizá c o m o eligen los h o m bres yernos o esposos para sus hijas? ¿Quizá eligió riquezas, y ama, p o r tanto, su oro, sus fondos, su plata, su d i n e r o , sus caballos, su s e r v i d u m b r e ? , etc. N o hay tal cosa. Este le a m a a El mea Deus. Quamdiu? In saecula. Quoniam ecce vide quomodo illum amavit; fecit cor castum: Deus cordis mei, et pars mea Deus in saecula. Factum est cor castum; gratis iam amatur Deus, non ab illo petitur aliud praemium. Qui aliud praemium petit a Deo, et propterea vult serviré Deo, carius facit quod vult accipere, quam ipsum a quo vult accipere. Quid ergo? nullum praemium Dei? Nullum, praeter ipsum. Praemium Dei, ipse Deus est. Hoc amat, hoc diligit; si aliud dilexerit, non erit castus amor. Recedis ab igne immortali; frigesces, corrumperis. Noli recedere; corruptio tua erit, fornicatio tua erit. Iam iste redit, iam istum poenitet, iam poenitentiam iste eligit, iam dicit, Pars mea Deus. Et quomodo delectatur in ipso, quem sibi partem elegit! 33 [v.27]. Ecce qui longe se faciunt a te, peribunt. Iste ergo recessit a Deo, sed non longe: quia quasi pecus factus sum, inquit, et ego semper tecum. lili vero longe recesserunt, quia non solum terrena desideraverunt, sed ea a daemonibus et a diabolo petierunt. Qui longe se faciunt a te, penbunt. Et quid est, longe a Deo fieri? Perdidisti omnem qui fomicátur íbs te. Huic fornicationi contrarius est amor castus. Quis est amor castus? A m a t iam anima sponsum suum: quid ab illo quaerit, ab sponso suo quem diligit? Forte quomodo sibi eligunt homines aut géneros, aut sponsos feminae; eligit forte divitias, et aurum eius amat, et f'andos, et aigentum, et pecuniam, et equos, et familiam, et caetera.

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EnarracioftéS Sobre los Salmos

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solo; le ama gratuitamente, porque en El tiene todas las cosas, ya que por El fueron hechas todas. Acabaste con todo el que dejándote a ti adultera. 34 [v.28]. ¿Pero tú qué haces? Vara mí es un bien unirme a Dios. Este es el bien absoluto. ¿Queréis más? Compadezco a los que lo quieren. Hermanos, ¿qué más queréis? No hay mejor cosa que estar unido a Dios cuando le veamos cara a cara. Pero mientras tanto, ¿qué? Como hablo siendo aún peregrino, unirme a Dios es un bien. Mas como ahora me hallo peregrinando y no ha llegado todavía la realidad, pondré en Dios mi esperanza. Mientras no estés unido a Dios, pon tu esperanza en El. ¿Fluctúas? Lanza el áncora a tierra. N o te uniste aún por la presencia; únete por la esperanza. Pondré en Dios mi esperanza. ¿Y qué haces aquí al poner tu esperanza en Dios? ¿Cuál ha de ser tu ocupación? Alabar a quien amas y conseguir amadores para que le amen contigo. Si amases al auriga, ¿no arrastrarías a todos para que le aclamasen contigo? El amante del auriga, en dondequiera se halle, habla de él para que con él también le amen los demás. ¡Gratuitamente son amados los hombres disolutos, y se recaba premio de Dios para amarle! Ama gratuitamente a Dios. No rehuses llevar a Dios a cuantos puedas. Arrastrad hacia El a cuantos podáis, a cuantos le habéis de poseer. El no tiene límites; no pongáis términos en El; cada uno le poseerá por completo y todos le poseeréis por entero. Luego haz esto estando aquí, es decir, cuando pones en Dios tu esperanza. ¿Pues qué sigue? Para anunciar todas tus glorias en los atrios de la hija de Sión. Para cantar todas tus glorias. ¿En dónde? En los atrios de la hija Absit: iste ipsum solum amat, gratis amat; quia in ipso habet omnia, quia per ipsum facta sunt omnia (lo 1,3). Perdidisti, inquít, omnem qui fornicatur abs te. 34 [v.28]. Tu autem quid facis? Mihi autem adhaerere Deo bonum est. Hoc est totum bonum. Vultis amplius? Doleo volentes. Fratres, quid vultis amplius? Deo adhaerere nihil est melius, quando eum videbimus facie ad faciem (1 Cor 13,12). Modo ergo quid? Quia adhuc peregrinus loquor: Adhaereie, inquit, Deo bonum est; sed modo in peregrinatione, quia nondum venit res, Poneré in Deo spem meam. Quamdiu ergo nondum adhaesisti, ibi pone spem. Fluctúas; praemitte ad terram ancoram. Nondum haeres per praesentiam; inhaere per spem. Poneré in Deo spem meam. Et quid hic ages, ponens in Deo spem tuam? Quod erit negotium tuum, nisi ut laudes quem diligis, et facías tecum coamatores eius? Ecce si amares aurigam, non raperes caeteros ut tecum amarent? Amator aurigae quacumque transit loquitur de illo, ut cum illo eum ament et caeteri. Gratis amantur flagitiosi nomines; et a Deo praemium quaeritur ut ametur! Ama Deum gratis; nulli invideas Deum. Rapite eum quotquot potestis, quotquot possessuri estis: non fit angustus; nullos in illo limites facietis; totum singuli possidebitis, et totum omnes habebitis. Ergo hoc fac cum hic es, id est, cum ponis in Deo spem tuam. Quid enim sequitur? Ut annuntiem omnes laudes tuas in atriis filiae Sion. Ut annuntiem omnes

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Desolación del templo destruido

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de Sión, porque alabar a Dios fuera de la Iglesia es cosa inútil. Alabar a Dios y cantar todas sus glorias es poco. Cántalas en los atrios de la hija de Sión. Encamínate a la unión; no dividas al pueblo; lleva a la unidad y constituye una cosa única. Me olvidé del tiempo que he estado hablando. Ya se terminó el salmo. Deduzco por conjeturas el tiempo que prolongué el sermón. Pero no me basto a vuestros deseos; os veo demasiado ansiosos. ¡Ojalá que con la misma ansiedad arrebatéis el reino de los cielos!

SALMO

73

[LA DESOLACIÓN DEL TEMPLO DESTRUIDO]

SERMÓN AL

PUEBLO

1 [v.l.] El título de este salmo es el siguiente: De inteligencia para Asaf. Asaf se traduce en latín por congregatio (congregación o reunión); en griego, por sinagoga. Veamos qué entendió la sinagoga. Primero sepamos qué es la sinagoga, y de aquí comprenderemos qué cosa entendió la sinagoga. Toda reunión se designa con el nombre genérico de sinagoga. De aquí que puede entenderse la palabra sinagoga por reunión de hombres o de animales. Pero la reunión de la que se habla actualmente, no es de animales, pues oímos la palabra inteligencia. Oye lo que se dijo del hombre que, colocado en honor, despreció laudes tuas: sed ubi? In atriis filiae Sion; quia praedicatio Dei praeter Ecclesiam inanis est. Parum est laudare Deum, et annuntiare omnes laudes eius: ln atriis filiae Sion annuntia. Ad unitatem tende, noli dividere populum; sed rape ad uaiira, et fac unum. Oblitus sum quamdiu dixi. Iam finito Psalmo, et ex isto odore coniicio me diuturnum habuisse sermonem: sed studiis vestris non sufficio; violenti estis nimis: utinam ista violentia rapiatis regnum caelorum!

PSALMUS

73

SEKMO AD POPULUM

1 [v.l]. Psalmi huius titulus est: Intellectus Asaph. Asaph latine Congregatio, graece Synagoga dicitur. Videamus quid intellexerit ista synagoga. Nos autem intelligamiis primitus synagogam; exinde intelligemus quid intellexerit synagoga. Omnis congregatio generali nomine synagoga appellatur: et pecorum et hominum potest dici congregatio; non autem hic pecorum congregatio est, quando audivimus intellectum. Nam homo cum in se neglexerit intellectum in honore positus, quid de illo dictum est audi; Homo in honore positus non intellexit; compa-

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Enarraáones sobre los Salmos

73, 1

en sí el e n t e n d e r : El hombre que, colocado en honor, no entendió, fue comparado a las bestias insensatas y se hizo semejante a ellas. Luego c o m o n o se trata de congregación d e animales, n o ha de disputarse p o r largo t i e m p o ni ha de recordarse con e m p e ñ o . C o m o se trata d e congregación de hombres, debemos e n t e n d e r de qué hombres se hable. N o de aquellos ciertamente que puestos en honor, p o r n o entender, fueron comparados a las bestias insensatas y se hicieron semejantes a ellas, sino de aquellos que entienden. Esto lo declara el título del salmo al decir: De inteligencia para Asaf. Luego se refiere a congregación q u e entiende, de la cual hemos de oír la voz. Pero como se d e n o m i n ó especialmente sinagoga la congregación del p u e b l o de Israel, por lo m i s m o , dondequiera q u e oigamos la palabra sinagoga, e n t e n d a m o s sólo en ella el p u e b l o judío. Veamos si habla él en este salmo. Y ¿cuál sea el p u e b l o j u d í o y cuál el de Israel? Pues n o se trata del p u e b l o que es paja, sino g r a n o ; n i del de los ramos desgajados, sino del de los adheridos. No todos los que descienden de Israel son israelitas, sino de Isaac—dice San P a b l o — t e será llamado linaje; esto es, no los que son hijos de la carne son hijos de Dios, sino los hijos de la promesa son los contados como descendencia. Hay ciertos israelitas de los cuales era aquel de q u i e n se dijo: Ved a un verdadero israelita en quien no se encuentra dolo. N o digo que, según esto, es decir, según la carne, t a m b i é n nosotros somos israelitas, a u n q u e ciertamente nosotros somos linaje de A b r a h á n , puesto que el Apóstol hablaba a los gentiles al decir: Luego sois linaje de Abrahán, herederos según la promesa. Por tanto, según ratus est iumentis insensatis, et similis factus est Mis (Ps 48,13). Quia ergo non est pecorum congregado, nec diu disserendum est, nec diligentius commendandum; sed quia hominum est, quorum hominum sit hoc debemus intelligere. Non utique eorum hominum est, qui in honore positi non intelligentes, comparad sunt iumentis insensatis, et símiles facti sunt eis; sed eorum qui intelligunt. Praescribit enim hoc titulus Psalmi, dicens: Intettectus Asapb. Intelligens ergo quaedam congregatio est, cuius vocem audituri sumus. Sed quoniam proprie Synagoga dicta est congregatio populi Israel, ita ut ubicumque audierimus Synagogam, non iam soleamus intelligere nisi populum Iudaeorum; videamus ne forte ipsius vox sit in isto psalmo. Sed qualium Iudaeorum, et qualis populi Israel? Non enim paleae, sed forte frumenti (Mt 3,12); non ramorum fractoruo (Rom 11,17), sed forte confirmatorum. Non enim omnes qui sunt ex Israel, hi sunt Israelitae; sed in Isaac, inquit, vocabitur tibi semen: hoc est, non hi qui filii camis, hi filii Dei; sed filii promissionis deputmtur in semine (Ib. 9,6-8). Sunt ergo quídam Israelitae, ex quibus erat ille de quo dictum est: Ucee veré Israelita, in quo dolus non est (lo 1,47). Non secundum hoc dico, quod et nos Israelitae sumus, quia et n a semen Abrahae sumus; Gentibus quippe loquebatur Apostolus, cum diceret: Ergo semen Abrahae estis, secundum promis-

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Desolación del templo destruido

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esto, somos israelitas todos los que tenemos la fe de nuestro pad r e A b r a h á n . Pero oigamos a q u í la voz de los israelitas del m o d o q u e lo consignó el A p ó s t o l cuando dijo: Porque yo también soy israelita, del linaje de Abrahán, de la tribu de Benjamín. Entendamos aquí lo que dijeron los profetas: Las reliquias se salvarán. Oigamos aquí la voz de las reliquias que h a n de salvarse, a fin d e que hable la sinagoga, q u e recibió el Viejo T e s t a m e n t o y se entregaba a las promesas de la carne, de d o n d e le sobrevino el vacilar de sus pies; pues ¿qué se dice t a m b i é n en otro salmo q u e se intitula de AsafP ¡Cuan bueno es el Señor para los rectos de corazón! Mis pies por poco se conmovieron. Y como si preguntásemos: ¿ D e q u é procedió este tambaleo de tus pies?, añade: Por poco no resbalaron mis pasos, porque envidié a los pecadores al contemplar su paz. C o m o esperaba la felicidad terrena, conforme a las promesas de Dios referentes al A n t i g u o T e s t a m e n t o , al ver q u e los impíos n a d a b a n en ella y q u e quienes n o adoraban a Dios tenían gran p r e p o n d e r a n c i a en las riquezas q u e él esperaba recibir de D i o s , al pensar que sin m o t i v o servía a D i o s , vacilaron sus pies; pues allí dice: He aquí a los pecadores, que abundan en riquezas en el mundo. ¿Luego en vano justifiqué mi corazón? V e d cómo p o r p o c o resbalaron sus pasos, de tal m o d o que el alma se p r e g u n t a a sí m i s m a : ¿Qué utilidad m e r e p o t t ó el servir a Dios? Este n o le sirve, y es feliz; yo le sirvo, y m e hallo en sufrimientos. E n fin, piensa y dice: ¿Cómo es q u e soy feliz? ¿Por qué me h e de juzgar feliz sirviendo a sionem hteredes (Gal 3,29). Secundum hoc ergo omnes Israelitae, qui sequimur vestigia fidei patris nostri Abrahae. Sed illo modo hic intelligamus Israelitarum vocem, quomodo dixit Apostolus: Nam et ego Israelita sum ex semine Abrahae, de tribu Beniamin (Rom 11,1). Hic ergo intelligamus quod Prophetae dixerunt: Reliquiae salvae fient (Ib. 9,27). Reliquiarum itaque salvatarum audiamus hic vocem; ut loquatur Synagoga, quae acceperat Vetus Testamentum, et intenta etat in promissa carnalia; et ex hoc factum est ut nutarent ei pedes. Nam et in alio quodam psalmo, ubi etiam titulus habet Asaph, quid dicitur? Quam bonus Deus Israel rectis corie! Mei autem pene moti sunt pedes. Et quasi diceremus: Unde tibi moti sunt pedes? Paulo minus, inquit, effusi sunt gressus mei, quia zeUvi in peccatoribus, pacem peccatorum intuens. Cum enim secundum piomissa Dei ad Vetus Testamentum pertinentia exspectaret felicitatem terrenam, animadvertit eam abundate apud impios; in his rebus quas exspectabat a Deo, pollere illos qui non colerent Deum; et tanquam sine causa Deo servisset, nutaverunt pedes eius. Ibi enim dicit: Ucee ipsi peccatores, et abundantes in saeculo obtinuerunt áivitias. Numquid in vano iustificavi cor meum? (Ps 72,1.2.3. 12.13). Vídete quemadmodum paulo minus effusi sunt gressus eius, ut iam dicat sibi anima: Quae utilitas, quia servio Deo? Ecce ille non servit, et felix est; ego servio, et laboro. Postremo puta quia ego felix sum; quando et ille felix est qui non setvit, quate me putem ideo S.Ag. 20

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Enarraciones sobre los Salmos

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Dios, siendo así q u e es feliz q u i e n n o le sirve? El salmo del q u e tomé este t e s t i m o n i o precede al q u e estamos comentando. 2. E n b u e n a coyuntura aconteció, p e r o n o debido a nuestro ordenamiento, s i n o a la economía de Dios, q u e oyésemos ahora en el Evangelio: La ley fue dada por Moisés, mas la gracia y la verdad se debió a Jesucristo. Si escudriñamos los dos Testamentos, el N u e v o y el Viejo, vemos q u e n o contienen los mismos sacramentos ni las m i s m a s promesas; sin embargo, tienen m u c h í simos preceptos iguales. Pues no matarás, no fornicarás, no robarás; honra a tu padre y a tu madre; no dirás falso testimonio, no codiciarás el bien ajeno, no desearás la mujer de tu prójimo, t a m b i é n se nos m a n d ó a nosotros. Y q u i e n n o los observare se descarriará y n o será d i g n o en absoluto de subir al m o n t e santo de Dios, del cual se dijo: ¿Quién habitará en tu tabernáculo o quién descansará en tu santo monte? El inocente de manos (es decir, de obras) y el limpio de corazón. Si examinamos los preceptos, vemos que o son todos iguales o apenas hay algunos en el Evangelio que n o consignaron los profetas. Los preceptos son los mismos (en ambos T e s t a m e n t o s ) ; las promesas y los sacramentos son distintos. Veamos p o r q u é los preceptos son los mismos: p o r q u e , según ellos, debemos servir a Dios. Los sacramentos son distintos p o r q u e unos son los sacramentos q u e dan salud y otros los que p r o m e t e n al Salvador. Los sacramentos del N u e v o T e s t a m e n t o dan la salud, los del Viejo p r o m e t e n al Salvador. T e n i e n d o ya lo prometido, ¿por q u é h e m o s de buscar lo q u e se promete? Y a tienes al Salvador. D i g o que tienes ya lo p r o m e t i d o n o p o r q u e hayamos recibido ya la vida eterna, sino p o r q u e v i n o felicem esse quia servio? Ule autem psalmus cuius testimonium produxi, praecedit istum quem nunc in manibus habemus. 2. Opportune autem non ex nostra, sed ex Dei dispensatione factum est, ut modo audiremus ex Evangelio, Quia lex per Moysen data est; Grada et peritas per Iesum Christum facía est (lo 1,17). Si enim discernimus dúo Testamenta, Vetus et Novum, non sunt eadem Sacramenta, nec eadem promissa; eadem tamen pleraque praecepta. Nam, Non occides, Non moechaberis, Non furaberis, Honora patrem et matrem, Non falsum testimonium dixeris, Non concupisces rem proximi tai, Non concupisces uxorem proximi tui (Ex 20,12-17), et nobis praeceptum est; et quisquís ea non observaverit, deviat, nec omnino dignus est qui accipere mereatur montem sanctum Dei, de quo dictum est: Quis habitabit in tabernáculo tuo; aut quis resquiescet in monte sancto tuo? (Ps 14,1). Innocem manibus, et mundo corde (Ps 23,4). Discussa ergo praecepta, aut omnia eadem inveniuntur, aut vix aliqua in Evangelio quae non dicta sint a Prophetis. Praecepta eadem; Sacramenta non eadem, promissa non eadem. Videamus quare praecepta eadem: quia secundum haec Deo serviré debemus. Sacramenta non eadem, quia alia sunt Sacramenta dantia salutem, alia promittentia Salvatorem. Sacramenta Novi Testamenti dant salutem; Sacramenta Veteris Testamenti promiserunt Salvatorem. Cum etgo iam teneas promissa, quid quaeris promit-

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desolación

del templo destruido

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Cristo, que anunciaron los profetas. Se cambiaron los sacramentos; se establecieron otros m á s sencillos, en n ú m e r o menor, m á s saludables, más fecundos. ¿Por qué son distintas las promesas? Porque se p r o m e t i ó la tierra de Canaán, tierra fértil, a b u n d a n t e en frutos, a b u n d a n t e en leche y miel; se p r o m e t i ó u n r e i n o temporal, una felicidad terrena, una familia numerosa, el sometim i e n t o de los enemigos. Todas estas cosas pertenecen a la felicidad terrena. ¿Pero p o r q u é convino p r o m e t e r esto p r i m e r o ? Porq u e lo espiritual no es lo primero, sino lo animal, y después lo espiritual. El primer hombre, que procede de la tierra, es terreno; el segundo, que procede del cielo, es celeste; cual es el terreno, tales son los terrenos, y cual es el celeste, tales son los celestiales. Así como llevamos la imagen del terreno, llevemos la imagen de aquel que es del cielo. El Viejo T e s t a m e n t o pertenece a la imagen del terreno; el N u e v o , a la imagen del celeste. P e r o para q u e nadie piense que el h o m b r e t e r r e n o fue hecho p o r u n o y el celeste p o r otro, D i o s , m o s t r a n d o q u e fue el creador de los dos, quiso ser t a m b i é n el autor de los dos Testamentos, p r o m e t i e n d o en el Viejo cosas terrenas, y en el N u e v o , celestiales. P e r o ¿por c u á n t o t i e m p o eres h o m b r e terreno? ¿Por c u á n t o gustas de las cosas terrenas? ¿Acaso p o r q u e se den al n i ñ o ciertas cosas p r o pias d e la niñez, con las cuales n o a p a r t e la atención de los juegos, por lo m i s m o n o se le han de q u i t a r de las m a n o s cuando llegue a ser mayor p a r a q u e se dedique a otra cosa m á s útil que conviene al adolescente? Sin duda, t ú m i s m o diste a tu hijo nueces tentia, habens iam Salvatorem? Hoc dico, teneas promissa, non quod iam acceperimus vitatn aeternam; sed quia iam venerit Christus, qui per Prophetas praenuntiabatur. Mutata sunt Sacramenta; facta sunt faciliora, pauciora, salubriora, feliciora. Promissa quare non eadem? Quia promissa est térra Chanaan, térra copiosa, fructuosa, affluens lacte et melle; promissum regnum temporale, promissa felicitas saeculi, promissa fecunditas filíorum, promissa subiectio inimicorum (Ex 3,8): haec omnia ad terrenam felicitatem pertinent. Sed quare ipsa primo promitti oportebat? Quia "non primo quod spiíituale est, sed quod anímale; postea", inquit, "spirituale. Primus homo de térra terrenus; secundus homo de cáelo caelestis: qualis terrenus, tales et terreni; et qualis caelestis, tales et caelestes. Sicut porta^imus imaginem terreni, portemus et imaginen! eius qui de cáelo est" (1 Cor 15,46-49). Ad imaginem terreni pertinet Vetus Testamentum; ad imaginem caelestis Novum Testamentum. Sed ne quisquam putaret ab alio factum esse hominem terrenum, ab alio caelestem; ideo Deus ostendens se esse utriusque creatorem, etiam utriusque Testamenti se esse voluit auctorem; ut et terrena promitteret in Vetere Testamento, et caelestia in Novo Testamento. Sed quamdiu prius homo terrenus es? quamdiu terrena sapis? Numquid quoniam puero dantur quaedam puerilia, ludiera quibus ptierilis animus avocetur, propterea grandescenti non ei excutiuntut e manibus, ut aliquid iam utilius tractet, quod granden decet? Verumtamen t u ipse dedisti filio tuo, et nuces párvulo, et cedicem grandi. Non ergo, quia illa quasi ludiera puerorum

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Enarraciones sobre los Salmos

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siendo niño, y el libro siendo grande. Luego n o p o r q u e Dios arrancó de las m a n o s de sus hijos, m e d i a n t e el N u e v o T e s t a m e n to, aquellas cosas q u e eran c o m o juguetes de niños, para darles siendo grandes algo m á s útil, ha de pensarse que El m i s m o n o les dio aquellas primeras. El dio ambas cosas. Pero la ley fue dada por Moisés, y la gracia y la verdad fue hecha por Jesucristo. La gracia, p o r q u e se c u m p l e p o r la caridad lo q u e se m a n d a p o r la ley; y la verdad, p o r q u e se da lo q u e se había p r o m e t i d o . Esto fue lo q u e e n t e n d i ó este Asaf. En fin, todo lo que se había p r o m e t i d o a los judíos desapareció. ¿En d ó n d e está su reino? ¿En d ó n d e el templo? ¿En d ó n d e la unción? ¿En d ó n d e los sacerdotes? ¿En d ó n d e se hallan entre ellos los profetas? Esta nación ya n o tiene nada de estas cosas; ya p e r d i ó las cosas t e m p o rales y aún n o busca las eternas.

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Desolación del templo

destruido

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3. Luego no debes apegarte a las cosas terrenas a u n q u e las dé Dios. Sin embargo, n o p o r q u e n o debemos apegarnos a ellas debemos creer que las da otro fuera de Dios. El las da; p e r o n o debes esperarlas de El como si fueran el s u m o bien, puesto que las da también al malo. Si las diese c o m o u n ú n i c o bien, n o las daría a los malos. P e r o quiso dárselas t a m b i é n a los malos para q u e aprendan los buenos a recabar de El otra cosa que n o da a los malos. Aquellos desdichados que se aplican a las cosas temporales y no se p r e o c u p a n del q u e hizo el cielo y la tierra y del q u e les dio los bienes terrenos, y los libró t e m p o r a l m e n t e de la cautividad de Egipto, y los condujo p o r el m e d i o del m a r Rojo, y sepultó entre las aguas a los enemigos q u e les perseguían; aquellos, repito, q u e n o se p r e o c u p a r o n de q u e les daría, ya grandes, también los bienes celestes, como les dio los terrenos

siendo pequeños, t e m i e n d o perder lo que h a b í a n recibido, mataron a q u i e n se los dio. D e c i m o s estas cosas, hermanos, para que, como h o m b r e s del N u e v o T e s t a m e n t o , aprendáis a n o pegar vuestro corazón a los bienes terrenos. Pues si inexcusablemente se adhirieron a los bienes temporales aquellos a quienes aún n o había sido revelado el N u e v o Testamento, ¡cuánto más inexcusablemente van en busca de las cosas terrenas aquellos a quienes ya han sido reveladas las promesas celestiales en el N u e v o Testamento! Recordad, h e r m a n o s , qué cosa se dijo p o r los perseguidores de Cristo: Si le dejamos libre, vendrán los romanos y nos quitarán el lugar y la nación. Ved cómo, t e m i e n d o p e r d e r las cosas terrenas, m a t a r o n al Rey de los cielos. ¿Y q u é les aconteció? Q u e perdieron t a m b i é n los bienes terrenos, y en d o n d e m a t a r o n a Cristo, allí fueron ellos matados. N o q u e r i e n d o perder la tierra, m a t a r o n al D a d o r de la vida, y, matados, p e r d i e r o n la mism a tierra, lo cual aconteció en el m i s m o t i e m p o en q u e le mataron, para q u e por la misma circunstancia t e m p o r a l fuesen avisados por qué padecieron estas cosas. Pues c u a n d o fue arrasada la ciudad de los judíos celebraban la Pascua, hallándose allí m u chísimos miles de h o m b r e s que se h a b í a n r e u n i d o de la nación judía para celebrar la festividad de la Pascua. Entonces, Dios, por m e d i o d e los malos, p e r o siendo El b u e n o ; p o r m e d i o de los injustos, siendo El justo, de tal m o d o se vengó de ellos, que m u r i e r o n m u c h o s miles de judíos y la ciudad fue arrasada. Esto es lo q u e lamenta e n este salmo el c o n o c i m i e n t o de Asaf; y en el m i s m o llanto, como entendiendo, discierne los bienes materiales de los celestiales, distingue el Viejo T e s t a m e n t o del N u e v o ,

Deus per Novum Testamentum excussit de manibus filiorum, ut aliquid utilius daret grandescentibus, propterea priora illa non ipse dedisse putandus est: ipse utrumque dedit. Sed Lex ipsa per Moysen data est; Gratia et veritas per lesum Christum jacta est (lo 1,17): gratia, quia impletur per charitatem quod per litteram iubebatur; veritas, quia redditur quod promittebatur. Hoc ergo intellexit Asaph iste. Denique omnia quae Iudaeis promissa fuerant, ablata sunt. Ubi est regnum eorum? ubi templum? ubi unctio? ubi sacerdos? ubi iam apud illos Prophetae? Ex quo venit qui per Prophetas praedicabatur, in illa gente iam nihil horum est; iam perdidit terrena, et nondum quaerit caelestia. 3. Inhaerere ergo terrenis, quamvis ea Deus donet, non debes. Verumtamen non quia inhaerere eis non debemus, alium ea daré, nisi Deum, credere debemus; ipse ea dat; sed noli pro magno exspectare ab eo bonum, quod dat et non bono. Nam si pro magno ea daret, malis ea non daret. Ideo autem ea voluit daré et malis, ut discant boni aliud ab eo quaerere, quod non dat et malis. lili autem inhaerentes terrenis miseri, et non de illo praesumentes qui fecit caelum et terram, qui eis dedit et ipsa terrena, qui eos etiam temporaliter de Aegypti captivitate liberavit, qui eos per divisum mare duxit, qui eorum inimicos persequentes fluctibus obruit (Ex 14,22.28); non in illo praesumentes qui

daret utique caelestia grandibus, sicut terrena parvulis dedit, unientes perderé quod acceperant, occiderunt qui dederat. Hace dicimus, fratres, ut homines de Novo Testamento discatis non inhaerere terrenis. Si enim illi inexcusabiliter terrenis inhaeserunt, quibus ipsum Novum Testamentum nondum fuerat revelatum; quanto inexcusabilius terrena sectantur, quibus iam promissa caelestia in Novo Testamento revelata sunt! Nam recolite, fratres mei, quid dictum sit a persequentibus Christum. Si dimiserimus eum, venient Romani, et tollent nobis, et locum, et gentem (lo 11,48). Videte quia timendo terrena perderé, regem caeli occiderunt. Et quid eis factura est? Perdiderunt etiam ipsa terrena; et ubi occiderunt Christum, ibi occisi sunr: et cum terram nolentes perderé, datorem vitae occidetunt, eamdem terram occisi perdiderunt; et eo tempore quo illum occiderunt, ut ex ipso tempore admonerentur quare ista petpessi sunt. Quando enim eversa est rivitas ludaeorum, Pascha celebrabant, et in multis millibus hominum tota ipsa gens convenerat ad illius festivitatis celebrationem. Ibi Deus, pfer malos quidem, sed tamen ille bonus; per iniustos, sed iustus et iuste, ita in eos vindicavit, ut perimerentur multa hominum millia, et ipsa civitas everteretur. Hoc in isto psalmo plangit intellectus Asaph; et in ipso planctu, tanquam intellectus discernit terrena a caelestibus, discernit Vetus Testa-

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para que veas p o r q u é cosas has de pasar, q u é has de esperar, qué abandonar y a cuáles has de adherirte. Comienza así: 4. ¡Oh Dios!, ¿por qué nos rechazaste para siempre? ¿Rechazaste para siempre?; habla en representación del p u e b l o judío, de la congregación q u e p r o p i a m e n t e se llama sinagoga. ¡Oh Dios!, ¿por qué nos rechazaste para siempre? N o censura, sino que p r e g u n t a : ¿Por qué? ¿Por q u é razón, p o r q u é m o t i v o hiciste esto? ¿Qué hiciste? Nos rechazaste para siempre. ¿Qué significa para siempre? Q u i z á hasta el fin del m u n d o . ¿O tal vez nos apartaste de Cristo, el cual es el fin para todo creyente? ¡Oh Dios!, ¿por qué, pues, nos rechazaste para siempre y se enojó tu ánimo contra las ovejas de tu grey? ¿Por q u é te enojaste contra las ovejas de tu grey si n o fue p o r q u e nos adheríamos a las cosas terrenas y n o reconocíamos al pastor? 5. Acuérdate de tu congregación que desde el principio poseíste. ¿Por ventura p u e d e ser ésta la voz de los gentiles? ¿Acaso desde el principio poseyó a los gentiles? Poseyó al linaje de Abrahán, al p u e b l o de Israel, según la carne, nacido de los patriarcas, nuestros padres, de los q u e nosotros nos hicimos hijos, no procediendo de la carne, sino i m i t a n d o la fe. Poseídos p o r Dios desde el principio, ¿qué les sucedió? Acuérdate de tu congregación que desde el principio poseíste. Tú redimiste la vara de tu herencia. Tu m i s m a congregación, la vara de tu herencia, tú la redimiste. A la m i s m a congregación llamó vara de herencia. Volvamos la consideración al p r i m e r hecho, c u a n d o quiso p o seer la m i s m a congregación librándola de E g i p t o (y atendamos) mentum a Novo Testamento; ut videas per quae transeas, quid exspectes, quid relinquas, quibus haereas. Sic ergo coepit. 4. Utquid repulisti nos, Deus, in finem? Repulisti in finem: ex persona populi Iudaeorum, et ex persona congregationis quae proprie Synagoga appellamr. Utquid repulisti nos, Deus, in finem? Non reprehendit, sed quaerit, Utquid, quamobrem, propter quid hoc fecisti? Quid fecisti? Repulisti nos in finem. Quid est, in finem? Forte usque in finem saeculi. An repulisti nos in Christum, qui finis est omni credenti? (Rom 10,4). Utquid enim repulisti nos, Deus, in finem? Iratus est animus tuus super oves gregis tui. Quare iratus es super oves gregis tui; nisi quia tertenis inhaerebamus, et pastorem non agnoscebamus? 5 [v.2]. Memento congregationis tuae, quam possedisti ab initio. Numquid ista potest esse vox Gentium? numquid Gentes possedit ab initio? Sed possedit semen Abrahae, populum Israel etiam secundum carnem natum de Patriarchis, patribus nostris; quorum nos filii facti sumus, non veniendo de carne, sed imitando fidem. lili autem a Deo possessi ab initio, quid eis contigit? Memento congregationis tuae, quam possedisti ab initio. Redemisti virgam haereditatis tuae. Ipsam congregationem tuam, virpm haereditatis tuae redemisti. Hanc ipsam congregationem dixit virgam haereditatis. Respiciamus ad factum primum, quando voluit possidere ipsam congregationem, liberans illam de Aegypto, quod signum dederit Moysi, cum diceret Moyses ei: Quod signum dabo,

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qué signo dio a Moisés cuando le dijo Moisés: ¿Qué señal les daré para que crean que tú me has enviado? Y Dios le dijo: ¿Qué tienes en tu mano? Una vara (respondió Moisés). Arrójala sobre la tierra. La arrojó sobre la tierra y se convirtió en serpiente, y se atemorizó Moisés y se apartó de ella. Y el Señor le dijo: Agárrala por la cola. La cogió y se convirtió de nuevo en vara como antes era. ¿Qué significa esto, pues n o en vano se hizo? P r e g u n t e m o s a la Sagrada Escritura. ¿Qué aconsejó al h o m b r e la serpiente? La m u e r t e . L u e g o la m u e r t e procede d e la serpiente. Si la m u e r t e p r o v i e n e de la serpiente, la vara convertida en serpiente simboliza a Cristo en la m u e r t e . Por eso también, cuando (los hijos de Israel) fueron m o r d i d o s y matados en el desierto por serpientes, D i o s o r d e n ó a Moisés que levantase una serpiente de bronce en el desierto y que amonestase al p u e b l o q u e cualquiera q u e hubiese sido m o r d i d o p o r serpiente, la mirase y sanaría. Así se hacía; así curaban los hombres del v e n e n o inyectado p o r la mord e d u r a de las serpientes: m i r a n d o la serpiente. El ser curados por la serpiente encierra u n g r a n sacramento. ¿Qué significa curar de la serpiente m i r a n d o la serpiente? Salvarse de la m u e r t e crey e n d o en el M u e r t o . Y, sin embargo, se aterrorizó Moisés y huyó. ¿Qué significa el haber huido Moisés de la serpiente? ¿Qué otra cosa, hermanos, si n o es lo q u e sabemos q u e aconteció en el Evangelio? M u r i ó Cristo, y se atemorizaron los discípulos y flaq u e a r o n en la esperanza q u e tenían. ¿Pero q u é se le dijo a Moisés? Toma la cola. ¿Y qué significa la cola? Apodérate de la parte rabera. Esto t a m b i é n fue simbolizado por aquello: Verás mis espaldas. P r i m e r a m e n t e se transformó en serpiente; pero, agaut credant mihi quia tu me misisti? Et Deus ait ad illum: Quid in manu tua portas? Virgam. Proüce illam in terram. Et dimisit virgam in terram, et facta est serpeas; et expavit Moyses, et fugit Moyses ab eo. Et ait illi Dominus: Apprehende caudam eius. Et apprehendit; et reversa est in statum suum, virga facta, sicut antea virga erat (Ex 4,1-4). Quid significat? non enim frustra factum est. Interrogemus Litteras Dei. Quid serpens persuasit homini? Mortem (Gen 3,4.5). Ergo mors a serpente. Si mots a serpente, virga in serpente, Christus in morte. Ideo etiam cum a serpentibus in deserto morderentur et necarentur, praecepit Dominus Moysi, ut serpentem aeneum exaltaret in eremo, et admoneret populum, ut quisquís a serpente morsus esset, illum intueretur, et sanaretur (Num 21,8, et lo 3,14). Sic et fiebat; sic et homines a venenis, morsi a serpentibus, sanabantur intuendo serpentem. Sanari a serpente, magnum sacramentum! Quid est, intuendo serpentem sanari a serpente? Credendo in mortuum salvan a morte. Et tamen expavit et fugit Moyses. Quid est, ab illo serpente fugisse Moysen? Quid, fratres, nisi quod scimus in Evangelio factum? Mortuus est Christus, et expaverunt discipuli, et ab illa spe in qua fuerant recesserunt (Le 24,21). Sed quid dictum est? Apprehende caudam eius. Quid est, caudam? Posteriora comprehende. Hoc significavit et illud: Posteriora mea videbis (Ex 33,23). Primo fíctus serpens, sed cauda retenta facta virga; primo occisus, postea

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erando la cola, se convirtió en vara; así Cristo p r i m e r a m e n t e fue matado, después resucitó. En la cola de la serpiente está representado el fin del siglo, p o r q u e así transcurre la mortalidad de la Iglesia. U n o s vienen, otros van p o r la m u e r t e c o m o p o r la serpiente, puesto q u e por la serpiente se introdujo la m u e r t e ; p e r o al fin del m u n d o , c o m o cola, volveremos a las m a n o s de D i o s y constituiremos el estable reino de Dios, cumpliéndose en nosotros lo dicho: Redimiste la vara de tu herencia. P e r o c o m o ésta es la voz de la sinagoga, la vara r e d i m i d a de la herencia de D i o s aparece más claramente representada en los gentiles, puesto que estaba oculta la esperanza de los judíos, tanto de los q u e h a b í a n de creer c o m o de los que creyeron cuando, enviado el Espíritu Santo, hablaron los discípulos las lenguas de todas las naciones. Entonces creyeron algunos miles de los judíos q u e crucificaron a Cristo, y, c o m o se hallaban cerca de los hechos, de tal m o d o creyeron, que vendieron todo lo q u e poseían y depositaron todo su valor a los pies de los apóstoles. C o m o esto era oculto, había de aparecer m á s claramente la redención de la vara de Dios en los gentiles. (Ahora) explica a q u i é n se refiere lo que dijo: Tú redimiste la vara de tu herencia. N o lo dijo a t e n d i e n d o a los gentiles, en quienes está patente. Entonces, ¿atendiendo a quién? Al monte Sión. T a m b i é n p u e d e entenderse de otro m o d o : Al monte de Sión; por este (monte) en el que moraste, por el m o n t e en d o n d e antes estuvo el pueblo, en d o n d e se edificó el templo, en d o n d e se celebraban los sacrificios, en donde todas las cosas necesarias en aquel tiempo p r o m e t í a n a Cristo. C u a n d o se da una cosa, ya se hace innecesaria la promesa de ella. A n t e s de darse lo que se p r o m e t e es indispensable la promesa para q u e n o se olvide resurrexit. Est etiam in cauda serpentis finis saeculi; quia sic modo mortalitas Ecclesiae ambulat: alii eunt, alii veniunt per mortem tanquam per serpentem, quia a serpente mors seminata est; sed in fine saeculi, tanquam cauda, redimus ad manum Dei, et efficimur stabilitum regnum Dei, ut impleatur in nobis, Redemisti virgam haereditatis tuae. Sed quia Synagogae voi est; redempta autem virga haereditatis Dei magis apparet in Gentibus, oceulta autem spes Iudaeorum, vel eorum qui futuri sunt ut credant, vel eorum qui eo tempore crediderunt, quando misso Spiritu sancto, discipuli omnium gentium linguis locuti sunt (Act 2,4). Tune enim aliquot millia de Iudaeis ipsis Christi crucifixoribus crediderunt; et quia prope inventi erant, ita crediderunt, ut omnia quae habebant venderent, et pretia rerum suarum ante pedes Apostolorum ponerent (Act 4,34). Quia ergo oceultum erat hoc, magisque redemptio virgae Dei clara futura erat in Gentibus; explanat unde dicat quod dixit: Redemisti virgam haereditatis tuae. Hoc dixit non de Gentibus, in quibus manifestum est. Sed unde? Montem Sion. Adhuc et mons Sion potest aliter intelligi. Istum quem inhabitasti in ipso: ubi erat populus ante, ubi itstitutum templum, ubi celebrata sacrificia, ubi omnia illo tempore necessaria, Christum promittentia. Promissio, cum res redditur, iarn fit supetflua. Nam antequam reddatur quod promittitur, r»e-

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de ella aquel a q u i e n se le prometió, y, por lo m i s m o , m u e r a sin esperanza. Luego conviene q u e espere a fin de q u e c u a n d o lleg u e la reciba; p o r eso n o d e b e faltar la promesa. Por este m o tivo n o faltaron las figuras, para que, llegado el tiempo, desapareciesen las sombras al monte Sión, a este en quien habitaste. 6 [v.3]- Levanta tu mano eternamente contra su soberbia. C o m o nos rechazabas para siempre, levanta de igual m o d o tu mano eternamente contra su soberbia. Contra la soberbia, ¿de quiénes? D e aquellos p o r quienes fue arrasada Jerusalén. ¿Y p o r quiénes lo fue? Por los reyes de la gentilidad. C o n razón levantó su mano eternamente contra su soberbia, p o r q u e ellos m i s m o s ya t a m b i é n conocieron a Cristo. El fin de la ley es Cristo, en orden a justicia, para todo creyente. ¡Qué bien les desea! H a b l a c o m o airado, parece que maldice, ¡y ojalá caiga sobre ellos esta maldición! ¿Qué digo? N o s alegremos, en n o m b r e de Cristo, de haberse ya cumplido. Los q u e tienen los cetros en sus manos, ya obedecen al leño de la cruz; ya se ha c u m p l i d o lo que se predijo: Le adorarán todos los reyes de la tierra y le servirán todas las naciones. Y a en las frentes de los reyes es m á s precioso el signo de la cruz q u e la diadema de brillanres. Levanta tu mano eternamente contra su soberbia. ¡Cuántas maldades cometió el enemigo en tus cosas santas! En tus cosas santas, es decir, en tu templo, en el sacerdocio, en todos aquellos sacramentos que en aquel t i e m p o existieron, ¡cuántas maldades cometió el enemigo! Efect i v a m e n t e , entonces obró el e n e m i g o , pues los genriles, q u e entonces ejecutaron estas cosas, a d o r a b a n a falsos dioses, adoraban a los ídolos, servían a los demonios; ellos cometieron infinidad cessaria est ipsa promissio, ne promissum sibi obliviscatur cui promittitur, et non exspectando moriatur. Oportet ergo ut exspectet, ut cum venerit accipiat: ideo non debet deserere promissionem. Propter hoc non deserebantur figurae, ut veniente die, umbrae tollerentur: Montem Sion istum quem inhabitasti in ipso. 6 [v.3]. Eleva manum tuam in superbiam eorum in jinem. Quomodo nos repellebas in finem, sic eleva manum tuam in superbiam eorum in finem. Quorum superbiam? A quibus eversa est Ierusalem. A quibus autem, nisi a regibus Gentium? Bene elevata est manus eius in superbiam eorum in finem; nam et ipsi iam Christum cognoverunt. Finis enim Legis Christus, ad iustititm omni credenti (Rom 10,4). Quam bene illis optat? Quasi iratus loquitur, et maledicere videtur: et utinam eveniat quod maledicit! imo iam in nomine Christi evenire gaudeamus. Iam tenentes sceptrum, subdunmr ligno crucis; iam fit quod praedictum est: Adorabunt eum omnes reges terrae; omnes gentes servient Mi (Ps 71,11). Iam in frontibus regum pretiosius est signum crucis, quam gemma diadematis. Eleva manum tuam in superbiam eorum in jinem. Quanta maligne operatus est inimicus in ¡anctis tais/ In his quae sancta tua erant; id est, ¡n templo, in sacerdotio, in illis ómnibus Sacramentis, quae illo tempore fuerunt, quanta maligne operatus est inimicus! Revera inimicus tune operatus est. Gentes enim tune, quae hoc fecerunt, déos falsos colebant,

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de iniquidades con las cosas santas de Dios. ¿Cómo h u b i e r a n p o dido cometerlas si n o se les hubiera p e r m i t i d o ? P e r o ¿cuándo se les p e r m i t i ó ? C u a n d o aquellas cosas santas, que p r i m e r a m e n te eran promisivas, n o eran ya necesarias, puesto q u e ya se p o seía al m i s m o q u e se había p r o m e t i d o . Luego ¡cuántas maldades cometió el enemigo en tus cosas santas! 7 [ v . 4 ] . Y todos los que te odiaron se gloriaron. Se refiere a los servidores de los demonios, a los servidores de los ídolos. Estos eran entonces los gentiles, q u e arrasaron el t e m p l o y la ciudad de D i o s y se gloriaron. En medio de tu solemnidad. Acordaos de lo que dije: q u e fue arrasada la ciudad de Jerusalén cuando se celebraba la solemnidad de la Pascua, en cuya festividad t a m b i é n los judíos crucificaron a Cristo. Congregados se ensañaron, congregados parecieron. 8 [ v . 4 ] . Enarbolaron sus insignias por señales, y no lo conocieron. Los signos que tenían los colocaron allí, es decir, sus estandartes, sus águilas, sus dragones, las banderas romanas; o también sus estatuas, q u e p r i m e r a m e n t e colocaron en el t e m p l o ; o quizá las insignias, de las q u e oyeron hablar en otro t i e m p o a los oráculos de sus demonios. Y no lo conocieron. ¿Qué n o conocieron? Que no tendrías potestad sobre mí si no te hubiera sido dada de lo alto. N o lo conocieron p o r q u e n o se les concedió el honor de torturar, de tomar, de destruir la ciudad, sino q u e su iniquidad se hizo c o m o catapulta de Dios. Se convirtieron en instrumento de venganza, n o en p o d e r de paz. Pues Dios hizo lo q u e muchas veces hace el h o m b r e . El h o m b r e alguna vez, airado, toma la vara que tiene a m a n o , quizá cualquier sarmiento; simulada adorabant, daemonibus serviebant; operad sunt tamen multa mala in sanctis Dei. Quando possent, nisi permitterentur? quando autem permitterentur, nisi iam sancta illa, primo promissiva, necessaria non essent, cum ipse qui promiserat teneretur? Ergo quanla maligne operatus est inimicus in sanctis tuis! 7 [v.4]. Et gloriad sunt omnes qui oderunt te. Servos attende daemonum, servos simulacrorum; quales tune Gentes erant, quando everterunt templum et civitatem Dei, et gloriati sunt. In medio solemnitatis tuae. Mementote quod dixi, tune eversam esse Ierusalem, cum ipsa solemnitas ageretuí; in qua solemnitate Dominum crucifixerunt: congregad saevierunt; congregad perierunt. 8 [v.5]. Posuerunt signa sua, signa; et non cognoverunt. Habebant signa quae ibi ponerent, vexilla sua, aquilas suas, dracones suos, signa Romana; aut etiam statuas suas, quas primo in templo posuerunt; aut forte signa sua, quae audierant a vatibus daemonum suorum. Et non cognoverunt. Quid non cognoverunt? Quia non haberes in me potestatem, nisi tibi data esset desuper (lo 19,11). Non cognoverunt quia non ipsis honor delatus est, ut affligerent, ut caperent, vel everterent civitatem; sed impietas eorum tanquam securis Dei facta est: facti sunt instrumentum irati, non in regnum placati. Facit enim hoc Deus quod plerumque facit et homo. Aliquando iratus homo apprehendit virgam

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con él castiga al hijo, y después arroja el sarmiento al fuego y teserva la herencia p a r a el hijo. Así Dios algunas veces por los malos instruye a los buenos y mediante la potestad temporal de los que h a n de ser condenados ejerce la instrucción de los que han de ser librados. ¿Pues qué? ¿Pensáis, hermanos, que se castigó de tal m o d o a esta nación que pereciera por completo? ¡Cuántos de ellos creyeron después! ¡Cuántos han de creer todavía! U n a cosa es la paja, otra el trigo; sin e m b a r g o , sobre ambos pasa el trillo; a la una la tritura, al otro le limpia. ¡Cuánto bien nos dio D i o s p o r el m a l de J u d a s el traidor! ¡Cuánto bien no r e p o r t ó a los infieles la perfidia de los judíos! Cristo fue matado para que, estando en la cruz, le mirase aquel que fue mordido p o r la serpiente. Luego así quizá éstos t a m b i é n h a b í a n oído de sus adivinos que debieran ir a Jerusalén y apoderarse de ella; y, p o r tanto, al tomarla y destruirla, se creyeron q u e fue hecho por sus demonios. Colocaron sus insignias por señales, y no lo conocieron. ¿Qué n o conocieron? La salida de lo alto. Si n o hubiera e m a n a d o el m a n d a t o de lo alto, jamás se hubiera p e r m i tido a los encruelecidos gentiles ejecutar tales cosas contra el p u e blo judío. P e r o salió de lo alto, c o m o dice D a n i e l : Desde el comienzo de tu oración salió la palabra. Esto t a m b i é n se lo dijo el m i s m o Señor al ensoberbecido Pilato, el cual p u s o su poder c o m o estandarte y sin conocerlo dijo a Cristo: ¿A mí no me hablas? ¿Ignoras que tengo poder para matarte y para soltarte? M a s el Señor, pinchando al inflado c o m o a una vejiga q u e ha de ser reventada, le dice: No tuvieras potestad sobre mí si no iacentem in medio, fortasse qualecumque sarmentum, caedit inde filium suum; ac deinde proiicit sarmentum in ignem, et filio servat haereditatem: sic aliquando Deus per malos erudit bonos, et per temporalem potentiam damnandorum exercet disciplinam liberandorum. Quid enim? putatis, fratres, quia veré sic data est disciplina illi genti, ut omnino periret? Quanti inde postea crediderunt! quanti adhuc credituri sunt! Alia est palea, aliud frumentum; super utrumque tamen intrat tribuía: sed sub una tribuía aliud comminuitur, aliud purgatur. Quantum bonum nobis Deus praestitit de malo ludae traditoris! De ipsa saevitia Iudaeorum quantum bonum praestitum est fidelibus Gentibus! Occisus est Christus, ut esset in cruce quem attenderet qui esset a serpente percussus (Num 21,8). Sic ergo et isti forte a divinis suis audierant, quia debuerunt iré ad Ierusalem, et capere eam; et cum cepissent atque evertissent eam, dixerunt sibi quod a daemonibus suis factum sit: Posuerunt signa sua, signa; et non cognoverunt. Quid non cognoverunt? Sicut in egressum desuper. Quia nisi desuper egrederetur iussio, nunquam saevientibus Gentibus in Iudaeorum populum talia licerent. Sed egressum est desuper, quomodo dicit Daniel: A principio orationis tuae egressus est sermo (Dan 9,23). Hoc et Dominus ipsi Pilato inflanti se, et ponenti signa sua, signa, et non cognoscenti, et dicenti ad Christum, Mihi non respondes? nescis quia pntesUtem habeo occidendi te, et potestatem. babeo dimittendi te? Et Dominus ad inflatum, tanquam vesicam reflandam

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te hubiera sido dada de lo alto. Lo m i s m o aconteció aquí. Pusieron sus insignias por señales, y no lo conocieron. ¿Cómo n o lo conocieron? Como en la salida de lo alto. C o m o la salida se hizo desde lo alto p a r a q u e se cumpliera esto, ¿por ventura p u d i e r o n ellos conocerlo? 9 [ v . 6 ] . D e s t r u i d a la ciudad, puesto que n o nos agrada detenernos en la venganza de los enemigos, hablemos b r e v e m e n t e de estos versillos, p u e s son claros. Como en un bosque de árboles destrozaron juntos sus puertas con la segur; con hacha y azuela la derribaron. Es decir, de c o m ú n acuerdo y porfiadamente, con hacha y azuela la derribaron. 10 [ v . 7 ] . Abrasaron con juego tu santuario; profanaron el tabernáculo de tu nombre echándole por tierra. 11 [v.8-9]. A una dijeron en su corazón los de su linaje. ¿Qué dijeron? Venid; hagamos desaparecer todas las solemnidades del Señor sobre la tierra. Del Señor el salmista introdujo esta palabra sustituyendo a Asaf, pues n o llamarían aquellos i n h u m a n o s Señor a aquel de quien arrasaban el templo. Venid, hagamos desaparecer todas las solemnidades del Señor sobre la tierra. ¿Qué se dice d e Asaf? ¿Qué de su conocimiento en estas cosas? ¿Qué? ¿No aprovecha de nada la enseñanza dada? ¿ N o se corrige la perversidad de la m e n t e ? Todas las cosas q u e prim e r a m e n t e existían fueron destruidas. En n i n g ú n lugar hay sacerdote, en ninguna p a r t e altar de judíos, en n i n g ú n sitio víctimas, en n i n g ú n paraje templo. ¿Pero n o se conoce n i n g u n a otra cosa q u e haya sustituido a lo q u e desapareció? ¿O habría de pungens: Non haberes, inquit, in me potestatem, nisi data tibi esset desuper (lo 19,10-11). Sic et hic, Posuerunt signa sua, signa; et non cognoverunt. Quomodo non cognoverunt? Sicut in egressum desuper. Quomodo egressus factus fuerat desuper, ut hoc impleretur, numquid sic illi cognoscere potuerunt? 9 [v.6]. Iam percurramus versus istos, eversa Ierusalem, propterea quia et manifesti sunt, et non libet immorari nec in poena inimicorum. Quasi in silva li%norum securibus conciderunt ianuas eius in idipsum; in dolabro et fmctorio deiecerunt eam: id est, conspiranrer, constanter, in dolabro et jráotorio deiecerunt eam. 10 [v.7]. Imenderunt igni sanctuarium tuum; polluerunt in térra tabemaculum nominis tui. 11 [v.8-9]. Dixerunt in corde suo, cognatio eorum in unum. Quid dixerunt? Venite, comprimamus omnes solemnitates Domini de térra. Domini, ex persona huius interpositum est, ex persona Asaphi non enim illi saevientes Dominum appellarent, cuius templum evertebant. Venite, comprimamus omnes solemnitates Domini a térra. Quid Asaph? quid intellectus Ásaph in his? quid? Non proficit, vel disciplina data? mentís pravitas non corrigitur? Eversa sunt omnia quae primo erant: nusquam sacerdos, nusquam airare Iudaeorum, nusquam victima, nusquam templum. Irgo nihil aliud agnoscendum est quod buic decedenti successit? aut veto hoc promissivum signum auferretur, nisi venisset

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desaparecer este signo p r o m e t e d o r antes de que hubiera llegado lo q u e se p r o m e t í a ? L u e g o veamos ahora aquí el conocimiento de Asaf; veamos si sirve d e algo debido a la tribulación. A t e n ded a lo que dice: No hemos visto nuestras insignias, ya no hay projeta y no nos conoce todavía. Ved aquí a los judíos, q u e a sí mismos se dicen q u e aún n o son conocidos, es decir, q u e aún están cautivos, q u e a ú n n o h a n sido librados, q u e esperan todavía a Cristo. Cristo ha de venir sin duda, p e r o v e n d r á c o m o juez; p r i m e r o vino llamando, después vendrá apartando. V e n d r á p o r q u e vino, y es evidente q u e ha de venir, p e r o v e n d r á ya de lo alto. Estuvo delante de ti, ¡oh Israel!; al tropezar sobre el q u e se hallaba en la tierra, te quebraste; para q u e n o seas pulverizad o m i r a al q u e viene de arriba. Pues así se anunció p o r el p r o feta: Todo el que tropezare sobre aquella piedra se quebrará y sobre quien ella cayere será pulverizado. H u m i l d e , quiebra; excelso, pulveriza. Y a n o ves tus señales, ya n o hay profeta, y, sin e m b a r g o , dices: Y no nos conoce aún. N o os conoce p o r q u e n o le conocéis todavía vosotros. Ya no hay projeta y todavía no nos conoce. 12 [ v . 1 0 ] , ¿Hasta cuándo, ¡oh Dios!, nos insultará el enemigo? C l a m a tú c o m o abandonado, c o m o desamparado; clama c o m o e n f e r m o que preferiste m a t a r al médico antes q u e ser curado. A ú n n o te conoce. Ve lo q u e hizo el q u e todavía n o te conoce. Aquellos a quienes no les fue a n u n c i a d o ven y los q u e n o le oyeron entienden, ¿y tú todavía clamas: Ya no hay projeta y aún no nos conoce? ¿Dónde está tu conocimiento? El enemigo irrita tu nombre por siempre. El e n e m i g o irrita tu n o m b r e quod promittebatur? Videamus ergo hic modo intellectum Asaph; videamus si proficit ex tribulatione. Arrende quid di^at: Signa nostra non vidimus, iam non est propheta, et nos non cognoscet adhuc. Ecce isti Iudaei qui se dicunt non agnosci adhuc, id esr, in captivirate adhuc se esse, nondum se liberari, exspectant adhuc Christum. Venturus est Christus; sed veniet ur iudex: primo vocator, postea discretor. Veniet, quia venit, et eum venturum esse manifestum est; sed iam desuper venier. Ante te erat, o Israel! quassatus es, quia offendisri in iacentem; ne conteraris, observa desuper venientem. Ita enim praedictum est per prophetam: Quisquís offenderit in lapidem illum, conquassabitur; et super quem venerit, conteret eum (Is 8,14.15; cf. Le 20,18). Conquassat parvus; conreret magnus. Iam signa tua non vides, iam non est propheta; et dicis, Et nos non agmoscet ádhuc: quia vos non agnoscitis adhuc. Iam non est propheta., et nos non agnoscet adhuc. 12 [v.10}. Vsquequo, Detts, exprobrabit inimicus? Clama quasi dedelictus, quasi desertus; clama tanquam ae^er qui medicum caedere quam curari maluisti: non te agnoscit adhuc. Vide quid fecerit, qui te non agnoscit adhuc. Etenim quibus non est annunriarum de eo, videbunt; et qui non audierunt, intelligent (Is 52.15, et Rom 15,21): et ru adhuc claijias, lam non est propheta et nos non cognoscet adhuc. Ubi est inrellectus tuus? Irittat aiversanus nomen tuum in finem. Ad hoc irritat adversarius nomen ruum in finem, ut iratus corripias, corripiens cog-

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hasta el fin p a r a q u e tú, airado, te corrijas, y, corregido, conozcas siempre o para siempre hasta el fin. Hasta ¿qué fin? H a s t a que conozcas, hasta q u e clames, hasta que, agarrada la cola, llegues al reino. 13 [ v . l l } . ¿Por qué apartas tu mano y tu derecha del interior de tu seno hasta el fin? A q u í tenemos otra señal q u e dio a Moisés. C o m o antes se d i o el signo de la vara, así ahora se da el de la m a n o derecha. D e s p u é s q u e le d i o el signo de la vara le otorgó otro signo. Mira, le dice: Mete tu mano en tu seno, y la metió. Sácala, y la sacó; y se halló blanca, es decir, i n m u n d a . Pues la blancura en la piel es lepra, n o hermosura. La heredad de Dios, es decir, su pueblo, arrojado fuera p o r El, se hizo inm u n d o . ¿Pero q u é es lo q u e se le dice? Vuélvela a meter en tu seno; la metió, y volvió a tomar su propio color. ¿Cuándo haces esto, dice este Asaf? ¿Hasta c u á n d o tienes apartada tu m a n o de t u seno, p e r m a n e c i e n d o fuera i n m u n d a ? Vuélvela a meter, recobre el color, reconozca al Salvador. ¿Por qué apartas tu mano y tu diestra del interior de tu seno hasta el fin? Esto clama el ciego n o entendiendo; y esto q u e hace, lo hace Dios. ¿Pues p o r qué vino Cristo? La ceguedad avino en parte a Israel hasta que haya entrado U plenitud de las gentes, y así todo Israel se salvará. Luego, ¡oh Asaf!, reconoce ya lo q u e antecedió para q u e a lo m e n o s sigas si n o p u d i s t e caminar delante. N o vino Cristo en vano, o e n vano fue matado, o en vano cayó el g r a n o sobre la tierra, sino q u e cayó para brotar multiplicado. La serpiente fue levantada en el desierto para q u e el herido p o r su v e n e n o noscas in finem; aut certe in finem, usque ad finem. Usque ad quem finem? Quousque cognoscas, quousque clames, quousque apprehensa cauda redeatur ad regnum. 13 [ v . l l ] . Vtquid avertis manum tuam et dexteram tuam de medio sinu tuo in finem? Iterum aliud signum quod datum est Moysi. Quomodo enim superius de virga signum, ita et de dextera. Cum enim illud factum esset de virga, dedit Deus alterum signum: Mitte, inquit, manum tuam in sinum tuum, et misit: Produc eam, et produxit; et inventa est alba, id est immunda. Albor enim in cute, lepra est, non candor (Lev 13,25). Ipsa enim haereditas Dei, id est, populus eras íoras ab eo missus, immundus factus est. Sed quid illi ait? Revoca eam in sinum tuum: revocavit, et reversa est ad colorem suum (Ex 4,6.7). Quando hoc facis, ait Asaph iste? Quousque dexteram tuam alienas a sinu tuo, ut foris immunda remaneat? Revoca eam; redeat ad colorem, agnoscat salvatorem. Utquid avertis manum tuam et dexteram tuam de medio sinu tuo in finem? Haec clamat caecus, non intelligens; et hoc Deus facit quod facit. Quare enim venit Christus? Caecitas ex parte Israel jacta est, ut plenitudo Gentium intraret, et sic omnis Israel salvus fieret (Rom 11,25). Ergo iam Asaph agnosce quod praecessit, ut vel sequaris, si praeccdere non potuisti. Non enim frustra venit Christus, aut frustra occisiis est Christus; aut frustra granum cecidit in terram, nisi ut multipliciter surgeret (lo 12,25). Exaltatus est serpens in

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sanase. A t i e n d e a lo q u e sucedió. N o penséis q u e v i n o a n o hacer nada; vino p a r a n o encontrarte malvado cuando venga d e nuevo. 14 [ v . 1 2 ] . E n t e n d i ó Asaf p o r qué el título del salmo dice: De inteligencia para Asaf. ¿Y q u é dice? Y el Dios rey nuestro, (que existe) antes de los siglos, obró la salud en medio de la tierra. P o r esta salud clamamos nosotros: Ya no hay profeta, y no nos conocerá todavía. Por esta salud el Dios nuestro, nuestro rey, q u e existe antes de los siglos, p o r q u e El es en el p r i n cipio V e r b o , p o r el cual fueron hechos los siglos, llevó a cabo la salud en medio de la tierra. Luego el Dios rey nuestro antes de los siglos, ¿qué hizo? Obró la salud en medio de la tierra, y yo clamo todavía c o m o si estuviese abandonado. El obra la salud e n m e d i o de la tierra, y yo q u e d é tierra. Bien entendió Asaf p o r q u é el salmo es de inteligencia para Asaf. ¿Qué salud obró o p o r q u é obró Cristo estas cosas sino para q u e aprendiesen los h o m b r e s a desear lo eterno y a no adherirse siempre a las cosas temporales? El Dios rey nuestro, (que existe) antes de los siglos, obró la salud en medio de la tierra. Mientras clamamos, ¿hasta cuándo, ¡oh Señor!', nos insultará el enemigo para siempre? ¿Hasta c u á n d o se irrita el enemigo? ¿Hasta c u á n d o apartarás t u m a n o del seno? M i e n t r a s clamamos estas cosas, el Dios rey nuestro, (que existe) antes de los siglos, obró la salud en medio de su pueblo, y nosotros d o r m i m o s todavía. Y a están despiertos los gentiles, y nosotros roncamos, y, c o m o si nos hubiera a b a n d o n a d o D i o s , deliramos en el sueño. Y a obró la salud en medio de la tierra. eremo, ut percussum a veneno sanaret (Num 21,9). Attende quod factum est: noli putare vacare quod venit; ne te malum inveniat, cum iterum venerít. 14 [v.12]. Intellexit Asaph, quia in titulo Psalmi, Intellectus Asaph. Et quid ait? Deus autem rex noster ante saecula, operatus est salutem in medio terrae. Hac nos clamamus, Iam non est propheta; et nos non cognoscet adhuc: hac autem Deus noster, rex noster, qui est ante saecula, quia ipse est in principio Verbum, per quod facta sunt saecula; operatus est salutem in medio terrae. Deus ergo rex noster ante saecula, quid fecit? Operatus est salutem in medio terrae; et ego adhuc clamo quasi desertus. Ule operatur salutem in medio terrae; et ego remansi térra. Intellexit Asaph bene, quia Intellectus Asaph. Quare enim ista, aut qualem salutem operatus est Christus; nisi ut discerent homines aeterna desiderare, non semper temporalibus inhaerere? Deus autem rex noster ante saecula, operatus est salutem in medio terrae. Dum nos clamamus, Usquequo, Domine, exprobrabit inimicus in finem? usquequo irritat adversarius? usquequo manum tuam avertis a sinu tuo? Cum haec dicimus, Deus autem rex noster ante saecula, operatus est salutem in medio terrae; et nos dormimus. Iam vigilant Gentes; et nos stertimus, et tanquam nos Deus deseruerit, in somnis deliramus. Operatus est salutem in medio terrae.

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15 [v.13]- Luego Asaf, encamínate al conocimiento. Dinos qué salud obró Dios en medio de la tierra. Al ser destruida vuestra salud o bienestar terreno, ¿qué hizo? ¿Qué prometió? Tú afianzaste el mar con tu poder. Habiendo sido la nación judía separada de las aguas y estando seca, ya que el mar con su amargura eran los gentiles, aquella tierra era bañada por todas partes. He aquí que afianzaste con tu poder el mar y quedó la tierra sedienta de tus aguas. Tú afianzaste con tu poder el -mar; pulverizaste las cabezas de los dragones en las aguas. Trituraste en las aguas las cabezas de los dragones, es decir, la soberbia de los demonios, por quienes se hallaban poseídos los gentiles, puesto CjUe libraste por tu bautismo a aquellos a quienes poseían los demonios. 16 [v.14]. ¿Qué más (hiciste después de triturar) las cabezas de los dragones? Aquellos dragones tienen su príncipe; el primero de ellos es el gran dragón. ¿Qué hizo de él quien llevó a cabo la salud en medio de la tierra? Óyelo: Tú hiciste añicos la cabeza del dragón. ¿De qué dragón? Como entendemos por dragones a todos los demonios que militan bajo el diablo, ¿a qué dragón particular debemos entender que se refiere ahora, a quien ha triturado la cabeza, si no es al mismo diablo? ¿Qué hizo de él? Tú hiciste añicos la cabeza del dragón; es decir, el origen del pecado. Aquella Cabeza fue la que recibió la maldición para que el linaje de Eva espiase la cabeza de la serpiente. Por esto se amonestó a la Iglesia que evitase el comienzo o el origen del pecado. ¿Cuál es el comienzo o el origen del pecado, que es como la cabeza de la serpiente? El principio o el origen 15 [v.131- Iam ergo Asaph corrige te ad intellectum; dic nobis qualem salutem operatus est Deus in medio terrae. Cum illa terrena vestra salus eversa est, quid fecit? quid promisit? Tu confirmasti in virtute tua mure. Tanquam gente Iudaeorum velut árida a fluctibus separata, mate in amaritudine sua Gentes erant, terramque illam undique circumluebant: ecce confirmasti in virtute tua mare, et remansit tetra sitiens imbrem tuum. Tu confirmasti in virtute tua mare: contrivisti capita draconum in aqua. Draconum capita, daemoniorum superbias, a quibus Gentes possidebantur, contrivisti super aquam; quia eos quos possidebant, tu pet Baptismum liberasti. 16 [v.14]. Quid adhuc post capita draconum? lili enim dtacones habent principern suum, et ipse primus est magnus draco. Et de illo quid fecit qui operatus est salutem in medio terrae? Audi: Tu confregisti caput draconis. Cuius dtaconis? Intelligimus dtacones omnia daemonia sub diabolo militantia: quem ergo singularem draconem cuius caput confractum est, nisi ipsum diabolum intelligere debemus? Quid de illo fecit? Tu confregisti caput draconis. Illud est initium peccati. Caput illud est quod accepit maledictum, ut semen Evae observaret caput serpentis (Gen 3,5). Admonita est enim Ecclesia initium peccati devitare. Quod est initium peccati, tanquam caput serpentis? Initium omnis peccati superbia (Eccli 10,15). Conftactum est ergo caput draconis; confracta est

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de todo pecado es la soberbia. Luego se quebrantó la cabeza del dragón, se pulverizó la soberbia diabólica. ¿Y qué hizo de él el que llevó a cabo la salud en medio de la tierra? Le diste por comida a los pueblos etiópicos. ¿Qué es esto? ¿Quiénes son los pueblos etiópicos? Todos los gentiles. Admirablemente están personificados los gentiles en los negros, pues los etíopes son negros. Luego los gentiles fueron llamados a la fe porque eran negros; sin duda, éstos fueron llamados a la fe, pues se les dijo: En otro tiempo fuisteis tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor. Estos ciertamente fueron llamados siendo negros, pero no para que permanecieran negros, pues de éstos está formada la Iglesia, a la cual se le dice: ¿Quién es esta que asciende blanqueada? ¿Qué se hizo de la negra? Lo que se escribió: Negra soy, pero hermosa. ¿Y cómo recibieron éstos por comida a este dragón? Creo que más bien recibiendo a Cristo por comida; pero a Cristo para perfeccionarse con El, al demonio para destruirle en sí mismos. De aquí que aquel becerro a quien adoró el pueblo desleal y apóstata cuando reclamó los dioses de Egipto y desechó al que le libró de la servidumbre egipcia, originó aquel gran sacramento. Pues de tal modo se enojó Moisés contra los que honraron y adoraron al ídolo, que, inflamado del celo de Dios, se vengó temporalmente, atemorizándoles para evitarles la muerte perpetua. Con todo, arrojó al fuego el becerro, le destruyó y le redujo a polvo y le mezcló con agua, la cual dio a beber al pueblo; de este modo se llevó a cabo un gran misterio. ¡Oh ira profética, oh ánimo no alterado, sino iluminado! ¿Qué hizo? Primeramente le arroja al fuego para que perdiese la forma de becerro, después le reduce a polvo para que sea consumido poco superbia diabólica. Et quid de illo fecit, qui operatus est salutem in medio terrae? Dedisti eum in escam populis Acthiopibus. Quid est hoc? Quomodo intelligo populos Aethiopes? Quomodo, nisi per hos, omnes Gentes? Et bene per nigros; Aethiopes enim nigri sunt. Ipsi vocantur ad fidem, qui nigri fuerunt; ipsi prorsus, ut dicatut eis: Fuistis enim aliquando tenebrae; nunc autem lux in Domino (Eph 5,8). Ipsi ptotsus vocantur nigri; sed ne remaneant nigri: de bis enim fit Ecclesia, cui dicitur, Quae est ista quae ascendit dealbata? (Cant 8,5, sec. LXX). Quid enim de nigra factum est, nisi quod dictum est: Nigra sum, et speciosa? (Cant 1,4). Et quomodo acceperunt isti in escam draconem istum? Puto quia magis Christum acceperunt in escam: sed Christum quo se consummarent; diabolum quem consumerent. Nam inde et vitulus ille quem adoravit populus infidelis, apostata, quaerens déos Aegyptiotum, dimittens eum qui liberavit de servitute Aegyptiorum; unde agitatum est illud magnum sacramentum. Cum enim sic irasceretur Moyses colentibus et adorantibus idolum, et zelo Dei inflammatus vindicatet temporaliter, ut a morte sempiterna devitanda terreret; tamen ipsum caput vituli in ignem misit et exterminavit, comminuit, in aquam sparsit, et dedit populo bibere (Ex 32,1-20): sic factum est magnum sacramentum. O ita prophetica, et animus non tnrbatus, sed illuminatus! Quid egit? Mitte in

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a poco. Le arroja al agua hecho polvo y le da a beber al pueblo. ¿Qué significa esto? Q u e los adoradores del d e m o n i o se h a b í a n hecho cuerpo de él, así c o m o los q u e reconocen a Cristo se hacen cuerpo d e Cristo, de suerte q u e de ellos se dice: Vosotros sois cuerpo y miembros de Cristo. El cuerpo del d e m o n i o debía ser consumido, y consumido p o r los israelitas. D e aquel p u e b l o eran los apóstoles, de él era la p r i m e r a Iglesia. Y a P e d r o había de decírsele sobre los gentiles: Mata y come. ¿Qué significa mata y come? M a t a lo q u e son y hazles lo que eres. Por tanto, mata y come; p o r lo m i s m o , pulveriza y bebe; ambas cosas se dieron en el m i s m o misterio, p u e s t o q u e ciertamente y sin duda convenía que el cuerpo que pertenecía al diablo, creyendo, se convirtiese en el de Cristo. Así fue c o n s u m i d o o destruido el diablo al perder sus m i s m o s m i e m b r o s . Esto se prefiguró también en la serpiente de Moisés. P o r q u e , al arrojar los m a g o s sus varas a los pies del faraón, se convirtieron en dragones lo m i s m o q u e la de Moisés, p e r o el de Moisés devoró las varas, convertidas en dragones, de todos aquellos magos. Por tanto, ha de entenderse q u e también se hace ahora esto con el cuerpo del diablo, pues, al ser devorado p o r los gentiles q u e creyeron en Cristo, se hizo alimento de los pueblos etiópicos. T a m b i é n p u e d e entenderse: Le diste por comida a los pueblos etiópicos, q u e ahora todos le muerden. ¿Cómo le m u e r d e n ? V i t u p e r a n d o , motejando, criticando; al estilo q u e se dijo, p r o h i b i e n d o ciretamente, pero, sin e m b a r g o , con toda claridad: Si os mordéis y os devoráis unos a otros, ved no seáis consumidos los unos por los otros. ¿Qué significa os mordéis y os devoráis unos a otros? Litigáis, os des-

acreditáis, os echáis en cara vuestros defectos m u t u a m e n t e . Lueg o ved ahora cómo p o r estos mordiscos es consumido el diablo. ¿Quién n o hay, aun siendo pagano, que, airándose contra su siervo, n o le llame satanás? Observa c ó m o el diablo es dado p o r comida. Esto lo dice el cristiano, lo dice el judío, lo dice el pagano; le adora, y, con todo, le maldice. 17 [ v . 1 5 ] . V e a m o s las cosas restantes. H e r m a n o s , os ruego que atendáis. Con g r a n placer se oyen, p o r q u e oídas se ven ya realizadas en todo el orbe de la tierra. C u a n d o se anunciaban estas cosas, n o existían, p o r q u e entonces se p r o m e t í a n , n o se daban; p e r o ahora, ¡cómo c o n m u e v e n el á n i m o cuando vemos que se han llevado a cabo en el m u n d o las cosas que leemos anunciadas en las Escrituras! Veamos q u é hizo aquel a q u i e n ya entendió Asaf, puesto q u e obró la salud en medio de la tierra. Tú hiciste brotar fuentes y torrentes para que, m a n a n d o el licor de la sabiduría, las riquezas de la fe rociasen la salsedumbre de los gentiles y convirtiesen a todos los infieles p o r este riego en la dulzura de la fe. Tú hiciste brotar fuentes y torrentes. Quizá son aquí cosas distintas fuentes y torrrentes; quizá son una misma cosa, p o r q u e tal vez hubieran sido tan copiosas las fuentes, que h u b i e r a n f o r m a d o ríos. Tú hiciste brotar fuentes y torrentes. Si a t e n d e m o s a que son distintas las fuentes y los torrentes, en unos e n g e n d r a la palabra de Dios fuente de agua que salta hasta la vida eterna; en otros, oyendo esta palabra, mas n o recibiéndola de m o d o q u e v i v a n bien, con todo, al n o dar reposo a la lengua, se constituye en torrente. Se d e n o m i n a n p r o p i a m e n t e torrentes los riachuelos que no llevan agua en todo t i e m p o . Algunas veces se llaman también, f i g u r a d a m e n t e , torrentes los ríos;

ignem, ut prius confundatur forma ipsa; minutatim comminue, ut paulatim consumatur; mitte in aquam, da populo bibere. Quid est hoc, nisi quia adoratores diaboli Corpus ipsius facti erant? Quomodo agnoscentes Christum, fiunt Corpus Christi, ut eis dicatur: Vos autem estis corpus Christi et memha (1 Cor 12,27). Corpus diaboli consumendum erat, et hoc ab Israelitis consumendum. Ex illo enim populo Apostoli; ex illo prima Ecclesia. Et dictum erat Petro de Gentibus: Macta et manduca (Act 10,13). Quid est, Macta et manduca? Occide quod sunt, et fac quod es. Hac, Macta et manduca; hac, Comminue et bibe: utrumque tamen in eodem sacramento; quia oportebat utique, et sine dubitatione oportebat, ut corpus quod erat diaboli, credendo transiret in Corpus Christi. Sic diabolus consumitur amissis membris suis. Hoc figuratum est et in serpente Moysi. Nam fecerunt magi similiter, proiectisque virgis suis exhibuerunt dracones; sed draco Moysi omnium illorum magorum virgas absorbuit (Ex 7,12). Intelligatur ergo et modo corpus diaboli: hoc fit; devoratur a Gentibus quae crediderunt, factus est esca populis Aethiopibus. Ilhd quoque intelligi potest, dedisti eum escam populis Aethiopibus: quia nunc eum omnes mordent. Quid est mordent Reprehendendo, culpando, accusando. Quomodo dictum est, in prohibitione quidem, sed tamen expressum: Si autem mordetis el comeditis invicem; videte ne ab inncem consumamini (Gal 5,15). Quid est, mordetis et

comeditis invicem? Litigatis eum invicem, detrahitis invicem, opprobria obiicitis invicem. Attendite ergo nunc his morsibus consumí diabolum. Quis non iratus servo suo, etiam paganus, dicat illi: Satanás? Vide diabolum datum in escam. Hoc dicit Christianus, hoc dicit ludaeus, hoc dicit Paganus; ipsum adorat, et de ipso maledicit. 17 [v.15]. Videamus ergo reliqua. Fratres, obsecro, intendite: eum magna voluptate audiuntur, quia audita etiam in orbe terrarum cognoscuntur. Haec quando dicebantur, non fuerunt; quia tune promittebantur, non reddebantur; nunc vero qua voluptate afficimur, eum ea quae praedicta legimus ia libro, compleri videmus in mundo! Videamus quid fecerit, quem iam intelligit Asaph, quod operatus est salutem in medio terrae. Tu disrupisti fontes et torrentes: ut manarent liquorem sapientiae, ut manarent divitias fidei, ut irrigarent salsitatem Gentium, ut omnes infideles in fide dulcedinem sua irrigatione converterent. Disrupisti fontes et torrentes. Forte discretum est; forte unum est, quia fontes tam largi fuerunt ut ilumina facerent. Tu disrupisti fontes et torrentes. Si autem ad discretionem: in alus fit verbum Dei fons aquae salientis in vitam aetemam (lo 4,14); alii autem audientes verbum, et non sic habentes ut bene vivant, tamen non tacentes lingua, torrentes fiunt. Torrentes enim dicuntur proprie, qui non sunt perennes: nam aliquan-

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así se dijo: Se embriagarán con la abundancia de tu casa y les darás a beber del torrente de tus delicias; y, sin e m b a r g o , n o se secará jamás este torrente. Se d e n o m i n a n p r o p i a m e n t e torrentes los riachuelos q u e n o llevan agua d u r a n t e el verano, a pesar de q u e con las aguas del invierno se llenan sus cauces y corren. C u a n d o ves a u n h o m b r e creyente q u e ha de perseverar hasta el fin, q u e n o ha de abandonar a Dios en la tentación, q u e soporta todas las molestias en p r o de la verdad, n o en p r o de la falsedad y del error; ¿de d ó n d e crees que le viene tal vigor si n o es de la palabra que constituyó en él la fuente de agua que salta hasta la vida eterna? O t r o , p o r el contrario, recibe la palabra, predica, n o calla, corre, p e r o el verano p r u e b a si es fuente o torrente. Sin e m b a r g o , los dos riegan la tierra p o r A q u e l que obró la salud en medio de la tierra. M a n e n las fuentes, corran los torrentes. Tú hiciste brotar torrentes y fuentes. 18. Tú secaste los ríos de Ethan. Por esto vemos q u e hace brotar las fuentes y los torrentes y q u e seca los ríos, para q u e por allí corran las aguas y se sequen aquí. Seca—dice—los ríos de Ethan. ¿Qué significa Ethan? Es una palabra hebrea. ¿Qué significa? Fuerte, robusto. ¿Quién es este fuerte y robusto del q u e Dios seca los ríos? ¿Quién sino aquel m i s m o dragón? Nadie entra en la casa del fuerte para destruir su ajuar si antes no hubiere amarrado al fuerte. El es el fuerte que, p r e s u m i e n d o de su poder, abandonó a D i o s ; El es el fuerte que dijo: Pondré mi trono al lado del aquilón y seré semejante al Altísimo. D e este m i s m o vaso de perniciosa fortaleza dio de beber al h o m b r e . Q u i sieron ser fuertes los que pensaron que h a b í a n de ser dioses do et transíate dicitur torrens pro fluvio; sicut dictum est: Inebriabuntur ab uberttte domus tuae. et torrente deüciarum tuarum potabis eos (Ps 35,9): non enim ille torrens aliquando siccabitur. Sed torrentes proprie dicuntur fluvii qui aestate deficiunt, aquis autem hiemalibus inundantur et currunt. Vides ergo hominem bene fidelem, perseveraturum usque in iinem, non relicturum Deum in omni tentatione; pro veritate, non pro falsitate et errore, omnes molestias sustinentem: hic unde sic viget, nisi quia verbum factum est in eo jons aquae salientis in vitam aetemam? Alius autem accipit verbum; praedicat, non tacet, currit: sed aestas probat fontem aut torrentem. Tamen ex utroque rigetur térra, ab eo qui operatus est salutem in medio terrae; exundent fontes, currant torrentes: Tu disrupisti fontes et torrentes. 18. Tu siccáiti fluvios Etham. Hac rumpit fontes et torrentes, hac siccat fluvios, ut inde currant aquae, et hinc aquae siccentur. Fluvios, inquit, Etham. Quid est Etham? Verbum enim hebraeum est. Quid interpretatur Etham? Fortis, robustus. Quis est iste fortis et robustus, cuius fluvios siccat Deus? Quis, nisi ille ipse draco? Nemo enim intrat in domum fortis, ut vasa Ulitis diripiat, nisi prius alligaverit fortem (Mt 12,29). Ipse est fortis, de virtute sua praesumens, et Deum deserens; ipse est fortis, qui ait: Ponam scdem meam ad aquilonem, et ero iimilis Altissimo (Is 14,13). De ipso cauce perversae fortitudinis homini

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comiendo del fruto p r o h i b i d o . H e c h o fuerte A d á n es escarnecido: He aquí a Adán, qtie se hizo como tino de nosotros. T a m bién se hicieron fuertes los judíos presumiendo de su justicia, pues, ignorando la justicia de Dios y pretendiendo establecer la suya como fuertes, no se sometieron a la justicia de Dios. V e d c ó m o se le indigestó al h o m b r e su fortaleza, q u e d a n d o enfermo, pobre, apartado a lo lejos, cabizbajo, sin atreverse a levantar los ojos al cielo, dándose golpes de p e c h o y diciendo: Señor, apiádate de mí, pecador. Y a está enfermo, ya confiesa su enfermedad; n o es fuerte, es tierra seca; riégúese con las fuentes y los torrentes. Los que p r e s u m e n de su fortaleza, todavía son fuertes. Seqúense sus ríos; n o progrese la doctrina de los gentiles, de los arúspices, de los agoreros, de las artes mágicas, puesto que se secaron los ríos del fuerte. Tú secaste los ríos de Ethan. Seqúese aquella doctrina e inúndense las m e n t e s con la verdad del Evangelio. 19 [ v . 1 6 ] . Tuyo es el día y tuya es la noche. ¿Quién lo ignora, siendo así q u e El hizo todas las cosas, puesto que por el Verbo fueron hechas todas ellas? A l m i s m o que obró la salud en medio de la tierra se le dijo: Tuyo es el día y tuya es la noche. A q u í d e b e m o s entender algo que se refiera a la salud que se o b r ó en m e d i o de la tierra. Tuyo es el día. ¿Quiénes son éstos? Los espirituales. Y tuya es la noche; éstos son los carnales. Tuyo es el día y tuya es la noche. H a b l e n los espirituales cosas espirituales a los espirituales, pues se dijo: Compaginando las cosas espirituales, hablamos sabiduría con los perfectos. Esta sapropinavit. Fortes esse voluerunt, qui se déos futuros de cibo vetito crediderunt. Factus est Adam fortis cui insultaretur: Ecce factus est Adam tanquam unas ex nobis (Gen 3,5.6.22). Fortes et Iudaei de iustitia sua ptaesumentes: Ignorantes enim Dei iustitiam, et suam iustitiam quaerentes constituere, tanquam fortes, iustitiae Dei non sunt subiecti (Rom 10,3). Videte hominem digessisse fortitudinem suam, et remansisse infirmum, inopem, longe stantem, nec oculos ad caelum levare audentem; sed percutientem pectus suum, et dicentem: Domine, propitius esto mihi peccitori (Le 18,13). Iam infirmus est, iam infirmitatem confitetur; non est fortis: árida térra est; rigetur fontibus et torrentibus. lili adhuc fortes sunt, qui de virtute sua praesumunt. Siccentur ilumina eorum: non proficiant doctrinae gentium, haruspicum, mathematicorum, magicae artes; quoniam siccati sunt fluvii Fortis: Tu siccasti fluvios Etham. Arescat illa doctrina; inundentur mentes Evangelio veritatis. 19 [v.16]. Tuus est dies, et tua est nox. Quis hoc ignorat, quando ipse fecit haec omnia; quia per Verbum facta sunt omnia? (lo 1,3). lili ipsi qui operatus est salutem in medio terrae, illi dicitur: Tuus est dies, et tua est nox. Aliquid hic intelligere debemus, quod pertineat ad ipsam salutem quam operatus est in medio terrae. Tuus est dies. Qui sunt isti? Spirituales. Et tua est nox. Qui sunt isti? Carnales, Tuus est dies; et tua est nox. Loquantur spirituales spiritualia spiritualibus; dictum est enim: Spiritualibus spiritualia comparantes, sapientiam lo-

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biduría n o la perciben aún los carnales, pues se les dice: No pude hablaros como a espirituales, sino como a camales. Luego cuand o los espirituales hablan a los espirituales, un día habla a otro día; p e r o c o m o t a m b i é n las mismos carnales n o callan la fe de Jesucristo crucificado q u e p u e d e n percibir los niños, una noche anuncia a otra noche la ciencia. Tuyo es el día y tuya es la noche. A ti te p e r t e n e c e n los espirituales, y t a m b i é n los carnales; a unos los iluminas con la i n m u t a b l e sabiduría y con la verdad; a otros les consuelas con la manifestación de la carne, como luna que atenúa la oscuridad de la noche. Tuyo es el día y tuya es la noche. ¿Quieres conocer el día? Velo si puedes; eleva tu m e n t e cuanto te sea posible. Veamos si perteneces al día, veamos si ya n o parpadea tu mirada. ¿Puedes c o m p r e n d e r lo que oíste ahora del Evangelio: En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios? T ú n o sabes pensar m á s que en las palabras que suenan y pasan. ¿Puedes percibir ya la Palabra o el Verbo, no el sonido, sino a Dios? A q u í oíste: Y el Verbo era Dios. T ú piensas en estas palabras: Todas las cosas fueron hechas por El; y por El t a m b i é n fueron hechos los q u e hablan. ¿De q u é calidad es este V e r b o o Palabra? ¡Oh carnal! ¿La percibes? Responde. ¿La percibes? N o la percibes; aún perteneces a la noche, te es necesaria la luna para q u e n o m u e r a s en las tinieblas. Efectivamente, ciertos pecadores entesaron el arco para asaetear a los rectos de corazón en la luna oscura. Se oscureció, pues, la carne de Cristo al ser bajada de la cruz y colocada en el sepulcro. Los que le m a t a r o n le ultrajaron. A ú n casi n o había resucitado, y fueron asaeteados los discípulos rectos de corazón, quimur ínter perfectos (1 Cor 2,13.6). Nondum capiunt istam sapientiam carnales: Non potui vobis loqui quasi spiritualibus, sed quasi carnalibus (Ib. 3,1). Ergo cum spirituales spiritualibus loquuntur, Dies diei eructat verbum: cum vero et ipsi carnales non tacent fidem crucifixi Christi, quam possunt capere parvi, Nox nocti annuntiat scientiam (Ps 18,3). Tuus est dies, et tua est nox. Ad te pertinent spirituales, ad te pertinent carnales: illos illustras incommutabili sapientia et veritate; illos consolaris carnis manifestatione, tanquam luna consolans noctem. Tuus est ¿ies, et tua est nox. Vis audire diem? Vide si capis; erige quantum potes mentem tuam. Videamus si pertines ad diem; iam videamus, si non palpitat aspectus tuus. Potes videre quod audisti modo ex Evangelio: h principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum? Non nosti enim tu cogitare verba, nisi quae sonant et transennt. Potes iam capere Verbum, non sonum, sed Deum? Annon ibi audisti: Et Deus erat Verbum? Sed tu ista verba cogitas, Omnia per ipsnm facta sunt: et per ipsum facti sunt et qui verba faciunt. Quale ergo illud Verbum est? Capis, o carnalis? responde; capis? Non capis, adhuc ad noctem pertines; luna tibi necessaria est, ne in tenebris moriaris. Etenim quídam peccatores intenderunt arcum, ut sagittarent in obscura luna rectos corde (Ps 10,3). Obscurata est enim caro Christi de cruce deposita, et in sepulcro posita: et illi qui occiderunt

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pero en la luna oscura. Luego para que n o sólo el día hablara al día, sino q u e también la noche anunciase a la noche la ciencia, ya q u e tuyo es el día y tuya es la noche, se d i g n ó bajar, p e r m a neciendo j u n t o a A q u e l de quien se apartó, y venir j u n t o a aquellos p o r quienes bajó. T e dignaste bajar tú que estabas en este m u n d o , p u e s el m u n d o fue hecho por ti, y el m u n d o n o te conoció. T e n g a la noche su consuelo; tenga, dice, al Verbo hecho carne y que habitó entre nosotros. Tuyo es el día y tuya es la noche. Tú creaste el sol y la luna: el sol, es decir, los espirituales, y la luna, esto es, los carnales. A ú n es carnal, n o se le abandone y será perfeccionado. Tú creaste el sol y la luna: el sol, como a sabio; la luna, como a necio; sin e m b a r g o , no le abandonaste. Pues así está escrito: El sabio permanece estable como el sol, mas el necio se cambia como la luna. Pero ¿acaso p o r q u e el sol p e r m a n e c e , es decir, p o r q u e el sabio permanece como el sol y el necio cambia como la luna, ha de ser a b a n d o n a d o el carnal, el necio? ¿Cómo se c u m p l e entonces aquello que dice el Apóstol: Soy deudor a sabios y a necios? Tú creaste el sol y la luna. 2 0 [ v . 1 7 ] . Tú fijaste todos los términos de la tierra. ¿Por ventura n o los fijó antes cuando creó la tierra? ¿Cómo fijó los términos de la tierra el que llevó a cabo la salud en medio de la tierra? ¿Cómo? D e l m o d o que dice el Apóstol: Por la gracia hemos sido salvados, y esto no por nosotros, sino por dádiva de Dios, no por nuestras obras, para que nadie se vanaglorie. ¿Luego n o eran buenas las obras? lo eran; p e r o ¿de q u é modo? D e bido a la gracia d e Dios. Prosigue; veamos: De El somos heinsultaverunt; et nondum resurrexerat, et sagittati sunt discipuli recti corde, sed in obscura luna. Ergo ut non solum dies diei eructet verbum, sed etiam nox nocti annuntiet scientiam; quoniam tuus est dies, et tua est nox; dignare descenderé, manere apud eum a quo descendis, sed venire ad quos descendis. Dignare descenderé qui in hoc mundo eras, et mundus per te factus est, et mundus te non cognovit. Habeat et nox consolationem suam; habeat, inquit, Verbum caro factum est, et habitavit in nobis (lo 1,1-14): Tuus est dies, et tua est nox. Tu perfecisti solem et lunam: solem, spirituales; lunam, carnales. Adhuc carnalis est, non deseratur, et ipse perficiatur. Tu perfecisti solem et lunam: solem, tanquam sapientem; lunam, tanquam insipientem; non tamen deseruisti. Nam ita scriptum est: Sapiens permanet sicut sol; stultus autem sicut lund mutatur (Eccli 27,12). Quid ergo, quia sol permanet, id est, quia sapiens permanet sicut sol, stultus sicut luna mutatur; adhuc carnalis, adhuc insipiens desetendus est? Et ubi est quod dictum est ab Apostólo: Sapientibus et insitientibus debitor sum? (Rom 1,14). Tu perfecisti solem et lunam. 20 £v.l7]. Tu fecisti omnes términos terrae. Nonne et ante, quando fundavit terram? Sed quomodo fecit términos terrae, qui operatus est salutem in melio terrae? Quomodo, nisi quomodo dicit Apostolus: Grafía autem salv'i facti sumus, et hoc non ex nobis, sed Dei donum est; non ex operibus, ne forte quis extollatur? Ergo non erant opera bona?

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chura, creados en Cristo Jesús para obras buenas. He aquí cómo creó los términos de la tierra el que llevó a cabo la salud en medio de la tierra. Tú jijaste todos los términos de la tierra. Tú creaste el verano y la primavera. Los ardorosos de espíritu son el verano. Tú, diré, creaste a los fervorosos; tú creaste a los noveles en la fe, que son la primavera. Tú creaste la primavera y el verano. N o se vanaglorien como si no hubieran recibido el don de la creación, pues tú los creaste. 21 [v.18}. Acuérdate de esta criatura tuya. ¿De qué criatura tuya? El enemigo ultrajó al Señor. ¡Oh Asaf!, duélete conociendo tu primera ceguedad. El enemigo ultrajó al Señor. A Cristo se le dijo por su nación: Este es pecador; no sabemos de dónde procede. Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés; éste es samaritano. El enemigo ultrajó al Señor y el pueblo insensato maldijo tu nombre. El pueblo insensato, que entonces era Asaf, esto es, sinagoga, pero que todavía no era Asaf de conocimiento. ¿Qué se dice en el salmo anterior? Como jumento, (que carece de entendimiento), me hice delante de ti y yo siempre estuve contigo, porque no me fui a los dioses e ídolos de los gentiles. Aunque no te conoció siendo como jumento, sin embargo, te conoció como hombre, pues dijo: Como jumento, siempre estuve contigo. Y ¿qué sigue en el mismo salmo, en donde también habla Asaf? Me tomaste la mano de mi derecha y me condujiste según tu querer, y con gloria me recibiste. ¿Qué significa según tu querer? No según mi justicia; por tu gracia, no por mis obras. También aquí el enemigo ultrajó al Señor y el pueblo insensato maldijo tu nombre. Luego ¿perecieron toErant; sed quomodo? Gratia Dei. Sequete; videamus. Ipsius enim sumus figmentum, creati in Christo lesu in operibus bonis (Eph 2,8-10). Ecce quomodo fecit términos terrae, qui operatus est salutem in medio terrae: Tu fecisti omnes términos terrae. Aestatem et ver tu fecisti ea. Ferventes spiritu aestas est. Tu, inquam, fecisti spiritu ferventes: tu fecisti et novellos in fide: ver est. Aestatem et ver tu fecisti ea. Non glorientur quasi non acceperint: tu fecisti ea. 21 [v.18]. Memor esto huius creaturae tuae. Cuius creaturae tuae? Inimicus exprobravit Domino. O Asaph, dolé in intellectu pristinam caecitatem mam! Inimicus exprobravit Domino. Dictum est Christo in gente sua, Peccalor est iste; non novimus unde sit: nos novimus Moysen, Mi locutus est Deus; iste Samaritanus est (lo 9,24.29, et 8,28). Inimicus exprobravit Domino; et populus imprudens exacerbavit nomen tuum. Populus imprudms tune Asaph; sed non intettectus Asaph tune. Quid dicimr in superiore psalmo? Quasi pecas factas sum ad te; et ego semper tecum: quia noc iit ad déos et idola Gentium. Etsi non cognovit ut pecus, tamen recognovit ut homo, dixit enim, Semper tecum, quasi pecus: et quid postea ibi in ipso psalmo, ubi Asaph? Tenuisti manum dexterae meae; is volúntate tua deduxisti me, et cum gloria assumpsisii me (Ps 72,23-24). In volúntate tua, non in iustitia mea; dono tuo, non opere meo. Ergo et hic, Inimicus exprobravit Domino; et populus im-

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dos? No. Pues, aunque se desgajaron algunos ramos, sin embargo, permanecen otros en donde el acebuche fue injertado. Permanece también la raíz, y de los ramos desgajados por la incredulidad, algunos fueron recobrados por la fe, pues también el mismo apóstol San Pablo fue desgajado por la incredulidad y restituido a la raíz por la fe. Efectivamente, el pueblo insensato maldijo tu nombre cuando dijo: Si es el Hijo de Dios, baje de la cruz. 22 [v.l 0 ]- ¿Pero qué dices tú, Asaf, afianzado ya en el conocimiento? No entregues a las bestias el alma que te alaba. Ya conozco, dice Asaf, puesto que se dice en otro salmo: Conocí mi pecado y no oculté mi crimen. ¿Por qué? Porque habló Pedro a los israelitas que se maravillaban de que hablase las lenguas de todas las naciones y les dijo: Vosotros matasteis a Cristo, siendo así que por vosotros fue enviado. Y, habiendo oído esto, se compungieron en su corazón y dijeron a los apóstoles: ¿Qué haremos? Manifestádnoslo. Y los apóstoles les dijeron: Haced penitencia y bautícese cada uno en el nombre del Señor Jesucristo, y os serán perdonados vuestros pecados. Luego como por la penitencia se alabó, por eso dice: No entregues a las bestias el alma del que te confiesa. ¿Por qué del que te confiesa? Porque me convertí en la desgracia al clavárseme la espina. Se compungieron en el corazón y se afligieron arrepintiéndose los que se vanagloriaron ensañándose. No entregues a las bestias el alma del que te alaba. ¿A qué bestias sino a aquellas de las que fueron quebradas las cabezas por el agua (del bautismo), pues el diablo" fue llamado bestia, león y dragón? N o entregues, dice, prudens exacerbavit nomen tuum. Omnes ergo perietunt? Absit. Etsi aliqui ex ramis fracti sunt, manent tamen aliqui quo insereretur oleastet (Rom 11,17); et radix manet, et ex ipsis ramis per infidelitatem fractis revocati sunt quídam per fidera: nam et ipse apostolus Paulus per infidelitatem fractus erat, et pe fidem radici restitutus est. Ita plañe populus imprudens exacerbavit nomen tuum, quando dictum est: Si filíus Dei est, descendat de cruce (Mt 27,40). 22 [v.19]. Sed quid tu, Asaph, iam in intellectu? Ne tradideris bestiis animam confitentem tihi. Agnosco, inquit Asaph; quia, sicut in alio psalmo dicitur, Peccatum meum cognovi, et facinus meum non operui (Ps 31,5). Quare? Quia locutus est Petrus mirantibus linguas Israelitis, quoniam ipsi occiderunt Christum, cum ptopter illos missus sit Christus. Hoc audito, compuncti sunt corde, et dixerunt ad Apostólos: Quid ergo faciemus? dicite nobis. Eí Apostoli: Agite paenitentiam, et baptizetur umuquisque vestrum in nomine Domini lesu Cbristi; et dimittentur vobis peccata vestra (Act 2,37.38). Quia ergo per poenitentiam confessio facta est, Ne tradideris bestiis animam confitentem tibi. Quare, confitentem tibi? Quia conversas sum in aerumna, dum configitur spina (Ps 31,4). Compuncti sunt corde; et facti sunt aerumnosi poenitendo, qui fuerant gloriosi saeviendo. Ne tradideris bestiis animam confitentem tibi. Quibus bestiis, nisi quarum capita contrita sunt super aquam? Quia dic-

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al diablo y a sus ángeles el alma del que te alaba. M e devore la serpiente si a ú n g u s t o de las cosas terrenas, si aún deseo lo temporal, si a ú n m e entrego a las promesas del Viejo T e s t a m e n t o revelado ya el N u e v o . C o m o ya depuse la soberbia y n o reconozco m i justicia, sino tu gracia, n o tenga d o m i n i o sobre m í la soberbia de la bestia. No entregues a las bestias el alma del que te alaba y no olvides para siempre las almas de tus pobres. Eramos ricos, éramos fuertes, p e r o secaste los ríos de Ethan (de los fuertes). A h o r a n o establecemos ya nuestra justicia, sino que reconocemos tu gracia. Somos pobres; oye a tus mendigos. Ya n o nos atrevemos a levantar nuestros ojos al cielo, sino que, hiriend o nuestros pechos, decimos: Señor, apiádate de mí, pecador. No olvides para siempre las almas de tus pobres. 2 3 [ v . 2 0 ] . Vuelve los ojos a tu testamento. D a lo que p r o metiste. Poseemos la escritura testamentaria, esperamos la heredad. Ten presente tu alianza, n o la vieja, pues n o reclamo la tierra de Canaán, ni la sumisión de los enemigos temporales, ni la fecundidad de hijos carnales, ni las riquezas de la tierra, ni la salud temporal: Vuelve los ojos a tu testamento, por el q u e prometiste el reino de los cielos. Y a conozco tu testamento; ya entiende Asaf, ya n o es j u m e n t o , ya c o m p r e n d e lo q u e se dijo: He aquí que vendrá tiempo—dice el Señor—, y haré nueva alianza con la casa de Israel, con la casa de ]udá; no según el pacto que hice con sus padres. Vuelve la mirada a tu testamento, porque los entenebrecidos de la tierra están llenos de guaridas de tus est bestia, leo, et draco, ipse diabolus. Noli, inquit, daré diabolo et angelis eius animam confitentem tibi. Devoret serpeas, si adhuc terrena sapio, si terrena desidero, si adhuc in promissis Veteris Testamenti, Novo reveíate, remaneo. Cum autem iam deposuerim superbiam, et iustitiam meam non agnoscam, sed gratiam tuam; non habeant in me superbae bestíae potestatem. Ne tradideris bestiis animam confitentem tibi. Animas pauperum tuorum ne obliviscaris in finem. Divites eramus, fortes eramus; sed siccasti fluvios Etham: iam modo non constituimus iustitiam nostram, sed agnoscimus gratiam tuam; pauperes sumus, exaudí mendicos tuos. Iam non audemus oculos ad caelum levare, sed percutientes pectus nostrum dicimus: Domine, propitius esto mihi peccatori (Le 18,13); Animas pauperum tuorum ne obliviscaris in ¡inem. 23 {v.20]. Réspice in testamentum tuum. Redde quod promisisti: tabulas tenemus, haereditatem exspectamus. Réspice in testamentum tuum; non illud vetus; non propter terram Chanaan rogo; non propter inimicorum temporalem subiectionem, non propter filiorum camalera fecunditatem, non propter divitias terrenas, non propter salutem temporalem; Réspice in testamentum tuum, quo promisisti regnum caelorum. Iam agnosco testamentum tuum; iam intellectus est Asaph, non est pecus Asaph, iam videt quod dictum est: "Ecce dies veniunt, dicit Dominus; et consummabo domui Israel et domui luda testamentum novum, non secundum testamentum quod disposui patribus eorum (Ier 31,31.32). Réspice in testajnentum tuum; quoniam repleti sunt qui obscurati sunt t e m e domorum ¡niquaturn": quia corda habebant iniqua. Pomus nos-

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nulidad, p u e s t o que t e n í a n pervertidos sus corazones. N u e s t r a s casas son nuestros corazones; allí habitan con gusto los limpios de corazón. Vuelve, pues, la mirada a tu testamento, y las reliquias se salvarán, p o r q u e m u c h o s que se entregaron a la tierra se cegaron y se llenaron de tierra. E n t r ó el polvo en sus ojos y se cegaron, y se convirtieron en polvo que arroja el viento sobre la faz de la tierra. Los entenebrecidos por la tierra están llenos de casas de maldad. Entregándose a la tierra, se cegaron aquellos de quienes se dijo en otro salmo: Oscurézcanse sus ojos para que no vean y tengan encorvado siempre su espinazo. Lueg o los entenebrecidos por la tierra están llenos de guaridas de iniquidad, p o r q u e tenían los corazones pervertidos. N u e s t r a s casas, c o m o dijimos arriba, son nuestros corazones. Allí habitamos con agrado si los limpiamos de la iniquidad. Allí está la mala conciencia, la cual arroja al h o m b r e de allí, p o r lo cual se m a n da tomar la camilla a aquel a q u i e n le h a n sido perdonados los pecados diciendo el Señor: Toma tu camilla y vete a tu casa, es decir, toma tu carne y entra en tu conciencia ya limpia. Porque los entenebrecidos por la tierra están llenos de casas de iniquidad. Los entenebrecidos están llenos de tierra. ¿Quiénes son los entenebrecidos? Los q u e tienen corazones perversos; a éstos les dará el Señor el merecido de su corazón. 2 4 [v.21]. No se vuelva avergonzado el humilde. La soberbia es la que confunde a los h o m b r e s . El pobre y el menesteroso alabarán a Dios. Veis, hermanos, cuan dulce deba ser la p o breza; veis q u e los pobres y los menesterosos p e r t e n e c e n a D i o s , trae, corda nostra: ibi libenter habitant beati mundo corde (Mt 5,8). Réspice ergo in testamentum tuum; et reliquiae salvae fiant (Rom 9,27): quia multi qui attendunt ad terram, obscurati sunt, et repleti sunt térra. Intravit in oculos eorum pulvis, et excaecavit eos, et facti sunt pulvis quem proiicit ventus a íacie tenae (Ps 1,4). Repleti sunt qui obscmati sunt terrae domorum iniquarum. Attendendo enim terram obscurati sunt, de quibus dictum est in alio psalmo: Obscurentur oculi eorum ne videant, et dorsum eorum semper incurva (Ps 68,24). Terra ergo repleti sunt qui obscurati sunt tenae domorum iniquarum, quia corda habebant iniqua. Domus enim nostrae, sicut supra diximus, corda nostra sunt: ibi libenter habitamus, si ea ab iniquitate mundemus. Ibi est mala conscientia, quae inde repellit hominem quo iubetur iré portans grabatum suum, cui peccata dimissa sunt, dicente Domino, Tolle grabatum tuum, et vade in domum tuam (lo 5,8): porta carnem tuam, et intra ad sanatam conscieatiam tuam. Quoniam repleti sunt qui obscurati sunt terrae domorum iniquarum: obscurati sunt, repleti sunt térra. lili obscurati, qui sunt? Qui corda iniqua habent: reddit illis Dominus secundum cor suum. 24 [v.21]. Ne avertaiur humilis confusus. Illos enim superbia confudit. Egenus et inops laudabunt nomen tuum. Videtis, fratres, quam debeat dulcís esse paupertas: videtis pauperes et inopes pertinere ad Deum; sed pauperes spiritu, quoniam ipsorum est regnum caelorum

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destruido

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p e r o los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. ¿Quiénes son los pobres de espíritu? Los humildes q u e se estremecen a n t e la palabra de Dios, que confiesan sus pecados, q u e n o p r e s u m e n de sus méritos ni de su justicia. ¿Quiénes son los pobres d e espíritu? Los q u e , al ejecutar alguna obra buena, alaban a D i o s , y, al hacerla mala, se culpan a sí mismos. ¿Sobre quiénes descansará mi espíritu—dice el Señor p o r el p r o f e t a — si no es sobre el humilde, el pacífico, el que teme mis palabras? Luego ya e n t e n d i ó Asaf; ya n o se adhiere a la tierra; ya n o ansia las promesas terrenas del Viejo T e s t a m e n t o : se hizo tu m e n d i g o y tu p o b r e ; tiene sed del agua de tus ríos, p o r q u e los suyos se secaron. C o m o se hizo tal, n o se le defraude en su esperanza. Buscó a Dios con sus manos durante la noche, no sea defraudado. No se vuelva avergonzado el humilde; el pobre y el menesteroso alabarán tu nombre. Confesando sus pecados, ansiando tus riquezas eternas, alabarán tu n o m b r e ; mas n o le alabarán los hinchados con las cosas temporales, los inflados y envanecidos de su p r o p i a justicia. ¿Quiénes, pues, le alabarán? El pobre y el menesteroso alabarán tu nombre. 25 [v.22]. Levántate, ¡oh Señor!, y defiende mi causa. M e veo abandonado p o r q u e aún n o recibí lo q u e prometiste. Y mis lágrimas son pan para mí día y noche, mientras se me dice cada dia: ¿Dónde está tu Dios? Y c o m o n o p u e d o presentar a m i Dios, se m e ultraja como si en vano le siguiera. Y n o sólo el pagano, o el judío, o el hereje m e echa en cara esto, sino algunas veces hasta el h e r m a n o católico frunce el ceño c u a n d o se dan a conocer las promesas de Dios, c u a n d o se anuncia la futura resu-

rrección. Y todavía m á s este mismo, a u n q u e , ya b a ñ a d o con el agua de la salud eterna, llevando ya el sacramento de Cristo, quizá dice: Hasta ahora, ¿quién resucitó? N o he oído hablar a m i padre levantado del sepulcro desde que le sepulté. D i o s dio la ley a sus siervos por cierto tiempo, se entregan a él, p o r q u e ¿quién vuelve de los infiernos? ¿Qué haré a los tales? ¿Les manifestaré lo q u e n o ven? N o p u e d o , ya que D i o s n o debe hacerse visible por causa de ellos. I n t e n t e n esto si les agrada; lo hagan, lo p r o curen; y entonces éstos, q u e n o quieren convertirse en mejores, convertirán a D i o s en cosa peor. Vea el que p u e d a ; crea que existe Dios el q u e n o pueda verle. A u n q u e le vea el que puede, ¿por ventura le ve con los ojos? Le verá con el e n t e n d i m i e n t o , le verá con el corazón. Pues n o intentaba manifestar el sol y la luna el que decía: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. El corazón i m p u r o n o es capaz ni aún para la fe; p o r tanto, n o p u e d e ver lo q u e es incapaz de creer. N o veo, dice; ¿cómo he de creer? ¿Se ve tu alma? Según creo, ¡oh necio!, ¿se ve tu cuerpo? A tu alma, ¿quién la ve? P e r o si ú n i c a m e n t e se ve tu cuerpo, ¿por q u é n o le sepultas? Se a d m i r a p o r q u e dije: Si únicamente se ve tu cuerpo, ¿por q u é n o le sepultas? Y r e s p o n d e : P o r q u e conozco q u e vivo. ¿Cómo sé q u e vives, t ú de q u i e n n o veo tu alma? ¿Cómo conozco que vives? M e responderás: Porque hablo, p o r q u e ando, p o r q u e obro. ¡Oh necio!, por las obras del cuerpo reconozco al q u e vive, y p o r las obras de la creación ¿no puedes tú conocer al Creador? Quizá todavía dice: U n a vez que muera, ya n o seré nada. Este erudito a p r e n d i ó esto de Epicuro; de cierto filósofo delirante o más bien vanidoso y n o sabio, a quien le llamaron puerco los filósofos

(Mt 5,3)- Qui sunt pauperes spiritu? Humiles, trementes verba Dei, confitentes peccata sua; non de suis meritis, nec de sua iustitia praesumentes. Qui sunt pauperes spiritu? Qui quando faciunt aliquid boni, Deum laudant; quando mali, se accusant. Super quem requiescet Spiritus meus, ait propheta, ni» super humilem, et quietum, et trementem verba mea? (Is 66,2). Iam ergo Asaph intellexit; iam terrae non haeret, iam promissa terrena ei Veteri Testamento non expetit: mendicus tuus factus est, pauper tuus factus est; fluvios tuos sitit, quia sui siccati sunt. Quia ergo talis factus est, non fraudetur spe: quaesivit manibus nocte coram te; non decipiatar (Ps 76,3). Ne avertatur humilis confusus: egenus et inops laudabunt nomen tuum. Confitentes peccata sua, laudabunt nomen tuum; desiderantes aeterna promissa tua, laudabunt nomen tuum: non de temporalibus turgidi, non de propria iustitia in superbiam elati et inflati, non ipsi; sed qui? Egenus et inops laudabunt nomen tuum. 25 [v.22]. Exsurge, Domine; iudica causam meam. Desertus enim videor, quia nondum accepi quod promisisti: et factae sunt mihi lacrymae meae pañis die ac nocte, dum dicitur mihi quotidie, Ubi est Deus tuus? (Ps 41,4). Et quia non possum ostendere Deum meum; quasi inane sequar, insultatuí mihi. Nec paganus tantum, vel Iudaeus, vel haereticus; sed aliquando ftater ipse catholicus torquet os, quando promissa Dei praedicantur, quando futura resurrectio praenuntiatur. Et adhuc et ipse,

quamvis iam tinctus aqua salutis aeternae, portans sacramentum Christi, forsitan dicit, Et quis huc resurrexit? et, Non audivi patrem meum de sepulcro loquentem, ex quo eum sepelivi. Deus dedit legem ad tempus servís suis, ad quod se avocent: nam quis redit ab inferís? Et quid faciam talibus? ostendam quod non vident? Non possum: non enim propter illos Deus visibilis debet fieri. Iam id agant, si placet; ita faciant, ita conentur: quia ipsi nolunt convertí in melius, Deum convertant peius. "Videat qui potest, credat qui non potest, esse Deum. Etsi videt qui potest, numquid oculis videt? Intellectu videt, corde videt. Non enim solem et lunam volebat ostendere, qui dicebat: Beati mundo corde, quoniam ipsi Deum nidebunt (Mt 5,8). Immundum autem cor nec ad fidem idoneum, ut quod non potest videre vel credat. Non video, inquit: quid crediturus sum? Anima enim tua videtur, ut opinor! Stulte! corpus tuum videtur; animara tuam quis videt? Cum ergo corpus tuum solum videatur, quare non sepeliris? Miratur quia dixi, Si corpus tantum videtur, quare non sepeliris? Et respondet (sapit enim ad hoc), Quia vivo. Unde scio quia vivis, cuius animam non video? unde scio? Respondebis: Quia loquor, quia ambulo, quia operor. Stulte! ex operibus corporis agnosco viventem; ex operibus creaturae non potes agnoscere Creatorem! Et forte qui dicit, Cum mortuus fuero, postea nihil ero: et

958

Enarraciones sobre los Salmos

73, 25

p o r q u e p u s o el s u m o bien en el placer del cuerpo. A este filósofo q u e se e n t r e g ó a la voluptuosidad carnal, que se revolcó en el cieno de la carne, le llamaron puerco. Quizá de él a p r e n d i ó este erudito a decir: Después q u e m u e r a n o existiré. Seqúense los ríos de E t h a n , perezca esta doctrina de los gentiles, broten los vergeles de Jerusalén; véanlos quienes p u e d a n y crean los corazones q u e n o p u e d a n verlos. Sin duda, todas estas cosas q u e se ven ahora en el m u n d o , c u a n d o obraba D i o s la salud en m e dio de la tierra, cuando se anunciaban aún n o existían. Y, sin e m b a r g o , entonces se predijeron, y ahora, ya hechas, se m a n i fiestan, ¡y aún dice el necio en su corazón: No hay Dios! ¡Ay de los corazones perversos!, p o r q u e igualmente h a n de aparecer las cosas que faltan c o m o aparecieron estas q u e entonces n o existían y se anunciaron c o m o venideras. ¿O es q u e Dios nos ofreció todo lo que p r o m e t i ó , y nos engañó ú n i c a m e n t e en lo tocante al día del juicio? N o estaba Cristo en la tierra, le p r o m e t i ó y le presentó. N o había p a r i d o la Virgen, lo p r o m e t i ó y lo dio a conocer. N o había sido derramada la sangre preciosa con la q u e se destruyese la escritura de la m u e r t e , la p r o m e t i ó y la derramó. A ú n n o h a b í a íes-acitado la c a i n e a la f i d a eterna, lo p r o m e t i ó y lo patentizó. A ú n n o h a b í a n creído los gentiles, lo p r o m e t i ó y se cumplió. Todavía los herejes, armados con el n o m b r e de Cristo, n o luchaban contra Cristo, lo p r o m e t i ó y se cumplió. Todavía n o h a b í a n sido destruidos de la tierra los ídolos, lo prometió y se cumplió. H a b i e n d o anunciado y c u m p l i d o todo esto, ¿mintió ú n i c a m e n t e al referirse al día del juicio? Llegará sin duda, como llegaron estas cosas, p o r q u e t a m b i é n ellas antes Htteras didicit, et ab Epicuro didicit hoc, nescio quo deliro philosopho, vel potius amatore vanitatis, non sapientiae; quem ipsi etiam philosophi porcum nominaverunt: qui voluptatem corporis summum bonum dixit, hunc philosophum porcum nominaverunt, volutantem se in coeno carnali. Ab illo forte didicit iste litteratus dicere, Non ero posteaquam mortuus fuero. Siccentur ilumina Etham; pereant docttinae istae Gentium, pullulent vireta Ierusalem: videant quod possunt; corde credant quod videre non possunt. Certe ista omnia quae per mundum modo videntur, quando operabatur Deus salutem in medio terrae, cum ista dicebantur, nondum erant: et ecce tune praedicta sunt; nunc impleta monstrantur, et adhuc dicit stultus in corde suo, Non est Deus (Ps 13,1). Vae perversis cordibus! quoniam ita ventura sunt quae restant, sicut venerunt ista quae tune non fuerunt, et ventura praenuntiabantur. An veto exhibuit nobis Deus omnia quae promisit, et de solo die iudicii nos fefellit? Non erat Christus in térra; promisit, exhibuit: non virgo peperat; promisit, exhibuit: non erat fusus sanguis pretiosus, quo deleretur chirographum monis nostrae; promisit, exhibuit: nondum resurrexerat caro in vitam aeternam; promisit, exhibuit: nondum crediderant Gentes; promisit, exhibuit: nondum haeretici nomine Christi armati, contra Christum militabant; praedixit, exhibuit: nondum idola Gentium de térra deleta erant; praedixit, exhibuit: ista omnia cum praedixisset

73, 25

Desolación del templo

destruido

959

de llegar eran futuras, y como tales se anunciaron y llegaron. Llegará el día del juicio, hermanos míos. N a d i e diga: N o llegará; o: Vendrá, p e r o está lejos su llegada. Para ti está cerca el llegar a El. Baste el p r i m e r engaño; si n o p u d i m o s cumplir el primer precepto, a lo m e n o s su ejemplo nos sirva de escarmiento. A ú n n o había m o d e l o de caída h u m a n a cuando se dijo a A d á n : Si tocares, morirás con muerte; pero se interpuso la serpiente y dijo: No morirás con muerte. Se creyó a la serpiente, y D i o s fue despreciado. Se creyó a la serpiente, se tocó lo p r o h i bido, y el h o m b r e m u r i ó . ¿Por ventura n o se c u m p l i ó m á s bien la amenaza de D i o s q u e la promesa del enemigo? Así fue sin lugar a duda; lo reconocemos; de aquí es que todos m o r i m o s ; c o m o experimentados, seamos cautos. Pues t a m b i é n ahora n o cesa la serpiente de musitar y decir: ¿Acaso D i o s ha de condenar a tanta gente y ha de salvar a pocos? ¿Qué es esto sino decir: O b r a d contra lo p r e c e p t u a d o ; n o moriréis? Pero c o m o entonces m i n t i ó , i g u a l m e n t e m i e n t e ahora. Si haces lo que sugiere el diablo y desprecias lo q u e m a n d a D i o s , llegará el día del juicio, y te darás cuenta, a u n q u e tarde, q u e es cierto aquello con que a m e n a z ó el Señor, y falso lo q u e p r o m e t i ó el diablo. Levántate, ¡oh Señor!, y defiende mi causa. Moriste y fuiste despreciado. Se m e dice: ¿ D ó n d e está tu Dios? Levántate, ¡oh Señor!, y defiende mi causa. Pues ha de venir a juicio el q u e resucitó de entre los muertos. Fue anunciado como v e n i d e r o ; vino, y fue despreciado por los judíos c u a n d o andaba p o r la tierra, y ahora es despreciad o p o r los falsos cristianos estando sentado en el cielo. Levánet exhibuisset, de solo die iudicii mentitus est? Veniet omnino, quomodo ista venerunt; quia et ista antequam venirent futura erant, et futura prius praenuntiata sunt, et postea venerunt: veniet, fratres mei. Nemo dicat, Non veniet; aut, Veniet, sed longe est quod veniet: sed tibí prope est ut eas hinc. Sufficiat prima deceptio: si non potuimus primo permanere in praecepto, saltem corrigamur exemplo. Nondum erat exemplum casus humani, quando dictum est ad Adam: Morte morieris, si tetigeris; et venit de transverso serpens, et dixit: Non morte morieris. Creditus est serpens, contemptus est Deus; creditus est serpens, tactum est vetitum, mortuus est homo (Gen 2,17, et 3,4.6.19). Nonne impletum est potius quod minatus est Deus, quam quod promiserat inimicus? Sic est certe: agnoscimus hoc; inde omnes in morte: iam vel experti cauri simus. Non enim cessat et modo serpens insusurrare, et dicere: Numquid veré damnaturus est Deus tantas turbas, liberaturus est paucos? Quid est aliud quam, Facite contra praeceptum; non moriemini? sed quomodo tune, sic et nunc. Si feceris quod suggeiit diabolus, et contempseris quod praecepit Deus; veniet iudicii dies, et invenies verum quod minatus est Deus, et falsum quod pollicitus est diabolus. Exurge, Domine, indica causam meam. Mortuus es, et contemptus es; dicitur mihi, Ubi est Deus tuus? (Ps 41,11). Exsurge, indica causam meam. Non enim venturus est ad iudicium, nisi qui exsurrexit a mortuis. Venturus praenuntiabatur; venit, et contemptus est a ludaeis ambulans ¡n térra; contemnitur a falsjs.

960

Enarraciones sobre los Salmos

73, 26

tate, ¡oh Señor!, y defiende mi causa. Porque creí en ti no pereceré; porque creí lo que no vi, mi esperanza no será defraudada; recibiré lo que prometiste. Defiende mi causa. Acuérdate de tus oprobios; de aquellos que te infiere el insensato cotidianamente. Aún es ultrajado Cristo y no faltan cotidianamente, esto es3 hasta el fin del mundo, vasos de ira. Aún se dice: Los cristianos anuncian cosas vanas. Aún se dice: Vana es la resurrección de los muertos. Defiende mi causa. Acuérdate de tus oprobios. Pero de aquellos que te infiere el insensato cada día. ¿Por ventura dice esto el prudente? Se llama prudente el que ve lejos. Si el prudente ve lejos, ve con la fe, porque con los ojos de la carne apenas se ve ordinariamente lo que está delante de los pies. 26 [v.23]. No olvides la voz de los que te invocan. De los que gimen y de los que esperan ya lo que prometiste en el Nuevo Testamento, de los que caminan con la fe. No olvides la voz de los que te invocan. Los que no lo hacen, aún dicen: ¿Dónde está tu Dios? La soberbia de los que te odian suba siempre a ti. No te olvides de la soberbia de éstos. No se olvida, pues castiga o corrige. christianis sedens in cáelo. Exsurge, Domine; iudica causam meam. Quoniam in te credidi, non peream; quia credidi quod non vidi, spe mea non fallar, accipiam quod promisisti; Indica causam meam. Memento opprobriorum tuorum; eorum quae ab imprudente sunt tota die. Adhuc enim insultatur Christo; nec deerunt tota die, hoc est usque in finem saeculi, vasa irae. Adhuc dicitur: Vana praedicant Christiani; adhuc dicitur: Inanis est resurrectio mortuorum. Iudica causam meam: memento opprobriorum tuorum. Sed quorum nisi eorum quae ab imprudente sunt tota die? Numquid prudens hoc dicit? Prudens enim dictus est, Porro videns: si prudens porro videns, fide videtur porro: nam oculis vix ante pedes videtur tata die. 26 [v.23]. Ne obliviscaris vocem deprecantium te. Ingemiscentium, et exspectantium iam quod promisisti de Novo Testamento, et ad ipsam fidem ambulantium, ne obliviscaris vocem deprecantium te. Sed illi adhuc dicunt: Ubi est Deus tuus? Superbia eorum qui te oderunt, ascendat semper úi te: Noli et eorum superbiam oblivisci. Nec obliviscitur: omnino aut punit, aut corrigit.

74, 1

Dios, juez de los enemigos de su pueblo

SALMO

961

74

[Dios, JUEZ DE LOS ENEMIGOS DE SU PUEBLO]

SERMÓN AL PUEBLO

1 [v.l]. Este salmo ofrece la medicina de la humildad a Ja hinchazón de la soberbia y consuela con la esperanza a los humildes. Obra esto para que así nadie presuma vanamente de sí mismo ni desconfíe el humilde del Señor. Existe una promesa de parte de Dios ratificada, segura, fija, inalterable, fiel y que carece de toda sospecha, la cual consuela a los atribulados. Toda la vida humana sobre la tierra es, conforme está escrito, una continua prueba. Y no ha de elegirse la próspera y evitarse sólo la adversa, sino que una y otra deben precaverse con cuidado: aquélla, para que no arruine; ésta, para que no abata; de suerte que cualquier hombre, en cualquier estado que se halle en esta vida, no debe tener otro consuelo sino Dios, ni otro gozo sino sus promesas. Esta vida, por mucha felicidad de que se vea inundada, engaña a muchos; Dios a nadie. Luego como para todo hombre que se convierte a Dios se cambia el deleite, se cambian los placeres, pues no se quitan, sino que se cambian, por lo mismo, aún no poseemos en realidad en esta vida todos nuestros placeres; pero la misma esperanza es tan cierta, que ha de anteponerse a todos los placeres de este mundo, conforme está escrito: Deleítate en el Señor. Mas para que no pienses que ya posees lo que te promete, añade a continuación: y te dará

PSALMUS

74

SERMO AD PLEBEM

1 [v.l]. Psalmus iste tumori superbiae medicinam humilitatis apportat, humiles autem consolatur in spe: hoc agens, ut ne quisquam superbe de se praesumat, ne quisquam humilis de Domino desperet. Est enim promissio Dei rata, certa, fixa et inconcussa, fidelis et omni dubitatione carens, quae consolatur afflictos. Tota enim vita humana super terram, sicut scriptum est, tentatio est (Iob 7,1). Nec quasi prospera eligenda est, et sola adversa devitanda: sed utraque cavenda est; illa ne corrumpat, ista ne frangat; ut unicuique hominum, in quocumque statu rerum in hac vita e^erit, non sit refugium nisi Deus, nec ullum gaudium nisi in promissis eius. Vita enim haec qualibet redundans felicítate multos fallit; Deus neminem. Quia ergo omni homini converso ad Deum mutatur delectado, muntantur deliciae (non enim subtrahuntur, sed mutantur): omnes autem deliciae nostrae in hac vita, nondum sunt in re; sed ipsa spes tam certa est, ut ómnibus huius saeculi deliciis praeponenda sit, sicut scriptum est, Delectare in Domino. Et ne putares te iam habere quod promittit, subiecit statim, Et dabit tibi petitimes S.Ai. 20

31

962

Enarraciones sobre los Salmos

74, 1

los anhelos de tu corazón. Si todavía no posees los anhelos de tu corazón, ¿cómo es que te deleitas en el Señor si no es porque tienes un prometedor seguro que se hizo deudor al prometer? A fin de que permanezca en nosotros la esperanza de esta súplica y seamos colocados en la posesión de lo que Dios nos prometió, dice el título del salmo: Para el fin, no destruyas. ¿Qué significa no destruyas? Manifiesta lo que prometiste. Pero ¿cuándo? Al fin. Se dirija allí la mirada de la mente, al fin. Se dé de paso a todo lo que acaezca en el camino para que se llegue al fin. Alborócense los soberbios con la felicidad presente, engríanse con los honores, resplandezcan con el oro, abunden en familia, rodéense con los agasajos de los protegidos; todas estas cosas pasan; pasan como sombra. Cuando llegue el fin, en el cual gozarán todos los que esperan ahora en el Señor, entonces a aquéllos les sobrevendrá una tristeza sin fin. Cuando los humildes hubieren recibido aquello de lo que ahora se burlan los soberbios, entonces se convertirá en llanto la hinchazón de los envanecidos. Entonces proclamarán lo que sabemos por el libro de la Sabiduría, pues al ver la gloria de los santos, de aquellos que, estando en el mundo, fueron humillados y lo soportaron; de aquellos que al ser ensalzados no accedieron a tal encumbramiento, dirán: Estos son los que en otro tiempo tuvimos por escarnio. Entonces, asimismo, exclamarán: ¿De qué nos aprovechó la soberbia? Y la jactancia de las riquezas, ¿qué nos acarreó? Todas estas cosas pasaron como sombra. Como presumieron de las cosas corruptibles, se desvaneció su esperanza. Por el contrario, nuestra esperanza se convertirá entonces en realidad. Para que la promesa de Dios permanezca íntegra, firme y segura en cordis tui (Ps 3
XX. Escritos homiléticos (6.º. Enarraciones sobre los Salmos (2.º) (BAC, Madrid, 1958-1965)

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