Lynn Hagen & Stormy Glenn - Tripulación Lady Blue 01 - Al Final de la línea

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End of the Line Lynn Hagen y Stormy Glenn Lady Blue Crew Libro Nº 1

End of the Line Lynn Hagen y Stormy Glenn Lady Blue Crew Libro Nº 1

Agradecimientos Agradecemos a todas las personas que reasignaron tiempo con su familia y amigos para hacer posible este trabajo.

Traducción: Soraya

Corrección: Liliana Jennifer

Recopilación y Revisión Final: Mayuli

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End of the Line Lynn Hagen y Stormy Glenn Lady Blue Crew Libro Nº 1

Argumento Giovanni Gallardo se encuentra prófugo. Con sólo una mochila en sus manos, se sube a una nave espacial para llegar lo más lejos de la tierra como le sea posible. Cuando llega a End of the Line, las cosas van abajo rápidamente. Remy Vystal es el comandante de la Lady Blue. Expulsado de la Fuerza de Élite por algo que no hizo, Remy y tripulación viaja por la galaxia aceptando misiones para sobrevivir. Cuando descubre a un polizón a bordo, la diversión recién empieza. Remy ha encontrado a su compañero en el pequeño ser humano, pero Giovanni, Gigi, es más de lo que la tripulación piensa. Al descubrir el secreto de Gigi, la tripulación debe luchar para mantenerlo vivo. Mantener a salvo a Gigi del replicador de comida que está poseído puede ser más fácil que mantenerlo seguro contra el único hombre que ha ofrecido una recompensa por sus cabezas.

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Capítulo 1 End of the Line... Giovanni Gallardo negó con la cabeza. Cuando dijeron: “End of the Line” no estaban bromeando, pensó mientras miraba por la portilla. La nave en la que se subió estaba encallada en el puerto espacial de un planeta atrasado. Era seguro el final de la línea. Era prácticamente el final del universo. Las naves espaciales no querían volar más allá de este punto, a menos que el piloto estuviera totalmente loco. Giovanni no era un piloto, pero tampoco estaba tan seguro que no estuviera loco. Tenía que estar fuera de su mente para llegar al borde del universo conocido con la esperanza de comenzar una nueva vida lejos de la Tierra. ¿Y en algún lugar del infierno llamado End of the Line? ¿Qué clase de nombre era para una ciudad? Por supuesto, no era una gran ciudad, y era un poco escalofriante, pero aún así. ¿De quién era esta mierda? ¿De todos los lugares a los que pudo elegir para establecerse, tenía que elegir este? Sí, estaba definitivamente loco. Pero los tiempos desesperados requerían medidas desesperadas. No había nadie en la Tierra que se le ocurre buscarlo aquí, al menos eso esperaba. Mezclarse con la población local era la mejor esperanza para Giovanni de no ser descubierto, pero al ver a los habitantes del planeta que se escabullían en todo el puerto espacial, tenía sus dudas. Nunca había visto a algunas de las especies exóticas caminar, y mucho menos escuchar sus descripciones. Giovanni tenía la esperanza de viajar tan lejos de la Tierra y de su antiguo propietario como pudiera y lo pudo conseguir. Había pensado que venir a este planeta sería la mejor opción. Pero en serio comenzó a re-meditar su plan. No había nadie aquí para ayudarle, y tampoco en la Tierra. Sin embargo, este lugar era mucho más allá de extraño, ni siquiera él parecía destacarse. Hombres con piel azul y antenas bebían líquido con espuma verde en lo que parecía ser un bar al aire libre. De pie junto a ellos, estaba una persona con la cabeza plana. Giovanni parpadeó. El hombre, por lo menos creyó que era un hombre, literalmente, tenía la cabeza plana. Él se llevó una copa en la boca y la tomó sin derramar una gota. Los ojos de Giovanni se abrieron por el shock cuando descendió de la nave espacial. Agarró con fuerza su pequeño bolso mientras miraba con ojos muy abiertos todo lo que pasaba. Esto definitivamente no era la Tierra.

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Los Aliens eran segregados en la Tierra. Ellos no con la población en general. Sólo se les permitía interior de las zonas rojas. Giovanni había visto sobre todo en la video-pantalla y en las revistas. visto uno en persona. Estaba asombrado de la variedad.

se mezclaban estar en el unos pocos, Nunca había

— ¡Hey, cuidado!, — gritó alguien cuando Giovanni paso a través de él. — Lo siento. — Giovanni rápidamente dio marcha atrás, de atravesarlo. Tenía que ver a dónde iba. No estaba cuáles eran las costumbres de los Aliens, después conocido a un solo Alien en su vida. ¿Podría toparse con cometer una ofensa mortal?

por miedo seguro de de haber alguien y

Se puso rígido y agarró más firmemente el bolso que tenía a su lado cuando la cosa resopló y un humo azul salió de su… ¿hocico? Giovanni estaba replanteándose haber escapado de la Tierra y el plan que parecía seguro se venía abajo con cada paso que daba. Podía haber saltado del sartén y caer directo al fuego. La gente estaba empezando a voltearse y mirarlo. Giovanni se sentía como un bicho bajo un cristal. Quería mezclarse. Sentía como destacaba como un pulgar adolorido. Apretó su bolso y bajó la cabeza mientras hacía una retirada precipitada y trataba de encontrar algún agujero negro para ocultarse dentro. Tanto como él había esperado ser capaz de ocultarse en este planeta, si mucha gente lo veía, podían contarle a Drake. Una vez que eso ocurriera, aunque estuviera escondido en el borde del universo, nadie lo salvaría. Giovanni encontró contra la pared, en pequeño en medio de le diera de comer. estaba escondido.

un escondite pequeño entre dos grandes cajas el fondo del muelle de carga. Apretó su cuerpo ellas, por una vez agradecido que Drake apenas Casi nadie sería capaz de llegar a donde él

El espacio era estrecho, pero lo ocultó de las miradas indiscretas. Si pudiera permanecer oculto por un tiempo, podía trabajar con el resto de su plan. En este momento no tenía ninguno. Su pensamiento sólo había estado en escapar. Más allá de eso, no tenía ni idea. Giovanni sabía que necesitaba un trabajo o alguna manera de ganarse la vida. Ser un esclavo sexual del jefe mayor de Nueva Chicago no era exactamente algo que poner en un currículum. Bueno, a menos que planeara vender su culo en la calle, y tenía realmente la esperanza de evitar eso. Estaba harto de ser usado y abusado y no poder decir que no. Quería probar algo diferente, como el libre albedrío.

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Giovanni agarró su bolso con fuerza contra su pecho y se agachó entre las dos cajas de madera. Por ahora, este parecía el lugar más seguro donde estar. Además, había tenido un largo viaje. Estar en una nave espacial llena de gente no era precisamente algo que fuera cómodo. No podía recordar la última vez que había dormido, y estaba agotado. Tal vez, por unos minutos, pudiera descansar un poco. Podía decidir qué hacer con el resto de su vida una vez que durmiera un poco. Con ese pensamiento en mente, Giovanni cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el lateral de la caja. Tal vez cuando se despertara las cosas serían un poco mejor porque, hasta ahora, End of the Line era casi tan malo como la Tierra. *** Giovanni se despertó con una sacudida. Sus ojos se agrandaron mientras miraba alrededor, por un momento sin saber donde estaba. A medida que sus ojos se acostumbraron a la oscuridad se acordó dónde estaba. Simplemente no podía entender qué lo había despertado. Se arrastró hasta el borde de las cajas y se asomó. El muelle de carga parecía desierto. El bar exterior que había estado previamente lleno con los clientes estaba cerrado. Paredes metálicas de gran tamaño, como las puertas de una jaula, fueron bajadas delante de la entrada, y ni una sola luz brillaba desde el interior. El muelle también estaba libre de personas... y de otras formas de vida Aliens. Las luces eran tenues, lo que le daba al muelle una sensación extraña. También estaba tranquilo. A Giovanni normalmente le gustaba la tranquilad, pero esto era demasiado tranquilo. Había una sensación de pesadez en el aire, una sensación casi expectante, como si algo fuera a suceder. Lo que fuera a suceder era tan intenso que Giovanni podía sentirlo en sus huesos. Su instinto fue correr lejos y correr rápido. No sabía en qué dirección hacerlo. Echó un vistazo a las grandes puertas en el extremo del muelle de carga y se preguntó si podría llegar a ellas antes de ser descubierto. Porque sabía que iba a ser descubierto. No tenía el tipo de suerte que le permitiera alejarse sin ser visto. Sólo no sabía quien lo estaría buscando. No era como si el muelle de carga estuviera siendo vigilado. Por lo que él sabía, no había ninguna ley en este planeta. Esa era una de las principales razones de por qué había venido aquí. No podía ser detenido por nada, ni siquiera por escapar de Drake. En la Tierra, era propiedad de Drake. Cualquier persona que lo atrapara lo regresaría de nuevo, derechito a las manos del hombre. Aquí,

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nadie sabía de Drake. Hizo una mueca. Esperaba que nadie supiera de Drake. Giovanni tenía casi decidido correr hacia las puertas al otro lado del muelle de carga cuando oyó pasos. Rápidamente se deslizó hacia atrás entre las dos cajas y esperó no ser visto. El miedo punzó por todo su cuerpo cuando cuatro hombres muy grandes caminaron a la vista. Estaba seguro que jamás había visto hombres tan grandes. Y él estaba asumiendo que eran hombres. Al menos parecían hombres. Estando donde estaba, Giovanni no iba a asumir una maldita cosa. Sus rasgos faciales eran los de los humanos, pero había algo en ellos que le decía que podría estar equivocado. Su manera de vestir era lo primero que mostró que eran diferentes. No mucha gente en la Tierra se vestía todo de negro. Los Terrícolas tendían a usar colores más brillantes, si querían ser vistos. Estos hombres, obviamente, querían mezclarse para ocultarse. Giovanni supo de inmediato cuando dos de los hombres se fueron a esconder detrás de unas cajas con las pistolas desenfundadas. Un momento después, tres hombres se adelantaron desde el otro lado del muelle de carga. Estos hombres se veían como si fueran gente de la Tierra. Bueno, al menos uno de ellos lo hacía. Y se vestía como Drake, todo de lujo. Giovanni le odió a simple vista. No sabía lo que estaba pasando entre los miembros del pequeño grupo, pero no quería saber nada de ello. Giovanni comenzó a escanear su área inmediata para averiguar si había una vía de escape. Había una pequeña porción de un pasadizo en el extremo de una de las cajas. Era pequeño, pero él ni siquiera estaba seguro que entrara por la pequeña abertura. Cuando oyó gritos que indicaban el inicio de una pelea, Giovanni supo que tenía que intentarlo. No sabía que estaba pasando afuera, pero escuchó algo que golpeó en el aire. Rápidamente se asomó por la esquina, justo a tiempo para ver un pequeño cuadro donde uno de los hombres volaba por los aires cayendo al suelo, y deslizarse por el piso hasta a dar a pocos centímetros donde él se encontraba. Fue entonces cuando la verdadera diversión hombres que estaban escondidos salieron de comenzaron a disparar. Todos los demás volaron la cubierta se llenó de disparos de Phasers que Giovanni no era estúpido. Era hora de irse.

comenzó. Los dos sus posiciones y escapando, porque llenaban el aire.

Una de los mayores defectos de Giovanni era su curiosidad incurable. Le había metido en problemas más de una vez. No le

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ayudó ni un poquito cuando sus ojos se posaron en una pequeña caja negra que estaba en el suelo a pocos centímetros de su escondite. No podía soportar no saber lo que estaba dentro de la brillante caja negra. Sus dedos le picaban por las ganas de agarrarlo y ver que tenía adentro. Giovanni rápidamente miró alrededor para asegurarse que nadie lo estaba mirando. Cuando se aseguró que todos ellos estaban muy concentrados en el tiroteo entre sí, avanzó hacia adelante y agarró la caja antes de volver corriendo entre las dos grandes cajas. Metió la caja en su bolsa y se dirigió a la pequeña abertura entre la caja y la pared. Giovanni tuvo que sostener su bolso lejos de su cuerpo y aguantar la respiración mientras se escurría entre las cajas, pero con un poco de maniobra y un montón de esfuerzo, finalmente se deslizó a través de la abertura. Giovanni no se encontraba en mejor posición de la que había estado antes. Todavía estaba escondido detrás de una gran caja. Sólo que esta vez no había otra caja para protegerlo en el otro lado. Era sólo un muelle de carga abierto, sin nada en el suelo donde poder esconderse. Y una rampa abierta que conducía a una nave. Giovanni miró con asombro el lado de la caja. Miró la rampa retráctil obviamente hecho. Era probable que no otra.

la rampa abierta y luego se asomó por rampa y luego alrededor de la caja. La conducía hacia una nave. Eso era un fuera su mejor opción, pero no había

Arriesgar su culo no parecía ser lo mejor a hacer puesto que la pelea se acercaba. Giovanni se quedó sin aliento cuando la explosión de un disparo perdido de un phaser aterrizó a pocos centímetros de su cabeza. Esto lo alentó a seguir el camino que no le agradaba. Agarró su bolso apretado contra su pecho y corrió hacia la rampa abierta. Se dio la vuelta y cayó de golpe cuando golpeó una mampara de metal. Rápidamente se puso de pie y corrió un poco por el largo pasillo y las escaleras. No tenía idea de a dónde iba, pero estaba lejos de los disparos. Lo que parecía una gran ventaja. Ahora sólo tenía que encontrar un lugar para esconderse, hasta que cesaran los combates y pudiera escapar. Giovanni frenéticamente escaneo cada habitación y llegó a un lugar escondido. Tenía que hacer cualquier cosa por mantenerse a salvo. Cuando oyó pasos que se acercaban hacia él, se encontró con el primer cuarto y corrió hacia él. Parecía un cuarto para una sola

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persona, o al menos eso pensaba. Oh, ¿a quién diablos le importa? No había ningún tipo de explosiones phaser aquí, así que se fue hacia ese refugio. No había una cama que pudiera ver, pero había ropa esparcida por el suelo y una silla. Se veía como un dormitorio, menos la cama. Cuando los pasos se acercaban, Giovanni entró en el armario que se encontraba cerca. No era grande, pero él tampoco lo era. Abrió la última puerta de una fila de armarios y se lanzó rápidamente en el interior de la pequeña abertura, cerrando la puerta tras él. Había suficiente espacio para él, que se hizo un ovillo y se acostó. Giovanni contuvo el aliento cuando los pasos se detuvieron justo fuera de la habitación en la que estaba; dejó escapar un suspiro de alivio cuando comenzaron a caminar de nuevo, esta vez alejándose de él. Agarró su bolso en el pecho y apoyó la cabeza sobre su brazo, preguntándose cómo diablos iba a salir del lío en el que estaba metido. ¿También se preguntó líos? Era como si la frente, marcada en su Le parecía seguirle a ahora en algún maldito

cómo se podía meter cada vez más en estos palabra problemas estuviera tatuada en su culo e inyectada en su torrente sanguíneo. dondequiera que iba, primero con Drake y puerto espacial. No podía escapar de ella.

Giovanni cerró los ojos por el terrible agotamiento. Estaba tan cansado y sentía que no había dormido en mucho tiempo, tal vez allí pudiese dormir un poco. Cuando un ruido suave comenzó a sonar en torno a él, Giovanni estaba demasiado cansado para preocuparse. El armario comenzó a vibrar, agitando suavemente a Giovanni, incitándolo a dormir. Después se preocuparía de escapar. *** Blade entró en su cuarto, una marca de quemadura en la que sólo le hubiese rozado, no estaba resultando ser uno

enojado como el infierno porque tenía manga de su mejor camisa. Era posible pero la camisa estaba arruinada. Este de sus mejores días.

Había bajado a la plataforma de carga a explorar el área porque tenía una reunión con un cliente potencial, sólo para descubrir que había sido un montaje. ¡Hijos de puta! Dejó caer su phaser sobre la mesa, cerca de la puerta, y se quitó la camisa, aventándola hacia la pila de ropa sucia, antes de caminar hacía la fila de armarios para agarrar otra. Sus pasos vacilaron cuando olió algo diferente en el aire. Respiró hondo y sus ojos recorrieron la habitación. Uno por uno, empezó a abrir los armarios frente a él. Sus sentidos de coyote le dijeron que algo estaba fuera de lugar. Gruñó bajo en su garganta

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mientras caminaba por la línea, el aroma cada vez era más fuerte con cada paso que daba. Cuando su mano se apoyó en la última alacena, Blade supo que lo que olía estaba dentro. Blade retrocedió y regresó a la puerta para agarrar su phaser de la mesa, donde lo había dejado caer cuando entró en su cuarto. Quienquiera que se escondiera, estaba a punto de aprender que no era de buena educación hacerlo a bordo de otra nave. Blade se deslizó en silencio de nuevo hacia el armario, con el arma en una mano mientras con otra alcanzaba el mango de la puerta. Una sonrisa se dibujó en su rostro. Tal vez su día estaba mejorando. Enrollando sus dedos alrededor del mango, sacudió la puerta abierta para encontrar... ¿un ser humano? ¿Qué carajo? El chico estaba dormido con una bolsa apretada contra su pecho. Blade se le quedó mirando un momento antes de cerrar el armario. Su comandante tenía que ver esto. Blade enfundó el arma cuando salió de su habitación para ir en busca de Remy. Él no tenía ni idea de qué hacer con el ser humano. No es como si tuviera un montón de experiencia con ellos, pero sabía que en su mayoría eran inofensivos y frágiles. Por lo menos el chico escondido en su armario parecía que no podía ni patear el culo de una roca, y mucho menos el de la Fuerza Elite. — Hey, Remy. Te necesito en mi cuarto, — le dijo Blade a Remy cuando lo vio subiendo las escaleras desde el piso inferior. El comandante volvió la cabeza para mirar a Blade. — Iba hacer un buen día hasta que duro muy poco. — Muy divertido. Ja, ja y ja, — gruñó Blade cuando se volvió sobre sus talones y se dirigió a su habitación y hacia el polizonte. — Está bien, ¿Qué pasa?, — preguntó Remy cuando se unió a Blade. — Tienes que ver esto, — dijo Blade mientras daba un paso atrás a su habitación y señaló el único armario que permanecía cerrado. — Genial, ahora si me sigues, te habitación ordenada y limpia parece.

puedo

mostrar

lo

que

una

Remy se rió entre dientes cuando empezó a salir. — No, no es el lío de mi ropa. Mira el armario, — susurró Blade señalando hacia el armario. — Míralo. Remy no parecía impresionado, pero cruzó la habitación y lo abrió. Blade dio un salto hacia atrás en estado de shock cuando su comandante gruñó y de repente cambió a su tercera forma. Él era ahora por lo menos treinta centímetros más alto, se asemejaba a un

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hombre lobo caminando sobre dos piernas. Sus uñas eran largas y negras, su hocico alargado. Blade miró las extrañas y pequeñas orejas en la cabeza de Remy. Se sorprendió al ver la manera en que temblaba cuando su comandante olió el aire. ¿Qué demonios estaba pasando aquí?

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Capítulo 2 Remy gruñó al sentir el más dulce aroma inimaginable llenando sus sentidos. No sabía lo que era, pero lo quería. Quería rodar en él, chuparlo, y llenar sus sentidos con él. Y entonces quería follarlo. — ¿Qué diablos, hombre? Remington gruñó cuando se dio la vuelta y se agachó delante de la pequeña figura escondida en el armario. Movió sus garras y mostró los dientes advirtiendo que mantuviera su distancia. Sabía que el hombre que estaba ante él, con una expresión de asombro en su cara, era un amigo, pero en este momento, Blade representaba una amenaza para el territorio de Remy. — ¡Amigo, has perdido tu maldita mente!— Blade estalló mientras retrocedía. Remy inclinó la cabeza hacia atrás y rugió tan fuerte como pudo. Él advertía a esta amenaza y la distancia que tenía que tener con el muchacho del armario. Si eso no funcionaba, amigo o no, Blade iba a morir. Todos los instintos en el cuerpo de Remy le estaban diciendo que tenía que proteger al pequeño hombre. Remy frunció el ceño cuando Blade de repente salió corriendo de la habitación y la puerta se cerró con un zumbido suave. Lógicamente, Remy sabía que lo que estaba haciendo no era correcto. No debería ser una amenaza para su amigo. Pero la lógica no jugaba un papel importante en cómo Remy sentía en ese momento. Se dio la vuelta y se puso en cuclillas el suelo junto a las puertas del armario. Inclinó ligeramente cabeza mientras trataba de entender por qué sentía la necesidad cuidar y proteger al hombre dormido delante de él.

se en la de

La mano con garras de Remy temblaba mientras lentamente se acercó para acariciar con la parte posterior de los nudillos la pálida mejilla. Oh, tan suave. La respiración de Remy estaba atrapada en su garganta por la forma tan suave y sedosa que sentía en la piel del hombre. Tenía la necesidad de frotar todo su cuerpo contra el pequeño hombre. Una imperiosa necesidad inundaba a Remy. Su polla le dolía por el deseo de hundirse en el delicado cuerpo del hombre. La agonía de negarse a sí mismo lo rodeaba de dolor. Apelaba a una pizca de control para no hacerle daño. Sin embargo, quería tomar al hombre, pero eso lo despertaría, y eso no lo iba a hacer. Si el hombre estaba durmiendo, tenía que

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velar esa necesidad y cuidarlo, pues él estaba antes que sus propias necesidades. Las necesidades de su angelito eran primero. Remy agarró una manta de la pila arrugando la nariz cuando el aroma de Bueno, eso no lo haría. Remy no iba alguien más cubriera al hombre. Tiró la

en la esquina. La olió, Blade llenó sus sentidos. a dejar que el aroma de manta a la distancia.

Sacó su propia camisa por la cabeza y con cuidado cubrió al pequeño. Una vez que estuvo suficientemente cubierto, Remy se dejó caer al suelo y se apoyó contra la pared. Acarició suavemente con su mano el pelo rubio arenoso del hombre y esperó a que su ángel se despertara. — Um, bueno, Remy, ¿está todo bien? Remy se puso tenso, gruñendo bajo su garganta cuando oyó a alguien hablar desde la puerta. Se dio la vuelta, mostrando los dientes a quien se atrevió a inmiscuirse. Crank rápidamente retrocedió, con las manos en un gesto de sumisión. — Oye, cálmate, Remy, — dijo Crank. — Sólo quería asegurarme que estabas bien. Blade se está volviendo loco, gritando acerca de algún polizonte en su habitación y está perdiendo la cabeza. — ¡Mío!, — Remy gruñó cuando él mismo se coloco entre el pequeño ser humano y el miembro de su tripulación que estaba en la puerta. — Eso está bien, hombre, lo que sea. Remy sabía que estaba actuando irracionalmente. Simplemente no podía dejar de hacerlo. Lo único que tenía sentido en su cabeza era proteger al hombre oculto detrás de él. Por lo menos, tenía sentido para él. Una vez que Crank se retiró de la habitación, Remy volteó hacia su ángel. Sus rasgos eran delicados y serenos mientras dormía. El ser humano parecía que necesitaba comer un poco y darse un buen baño caliente. Algo que con mucho gusto le daría Remy. El pequeño ser humano bostezó mientras sus ojos se abrían. Pudo ver la curiosidad y el miedo inyectado en los ojos dorados más hermosos que jamás había visto. Remy esperaba con gran expectación, cuando el ser humano tomó su bolsa y la puso contra el pecho y trató de empujarse más atrás en el pequeño armario. Remy sabía que su tercera forma tenía que infierno a su pequeño ángel, por lo que se movimientos fueran lentos y con propósito.

asustar aseguró

— Mi nombre es Remy, — dijo en voz baja, posible para mantener el gruñido en mínimo.

haciendo

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como el que sus todo

lo

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El hombre hizo un gesto de reconocimiento, pero aún no dijo ni una palabra. Remy se estaba carcomiendo el cerebro por no saber el nombre del hombrecillo. La lujuria estaba estrellándose contra él, haciendo temblar su cuerpo miserablemente, pero Remy se obligó a controlarse. — ¿Te gustaría salir de ahí?, — preguntó mientras se deslizaba hacia atrás, tratando de parecer menos intimidante. Fue una tarea difícil, teniendo en cuenta que había crecido unos buenos treinta centímetros de su tamaño normal de dos metros veinte de altura. Tenía que parecer como Goliat a este ser humano. — No te haré daño. Lo prometo, — habló con una paciencia que nunca supo que tenía. Remy era el comandante de su propio barco, el líder de las cuatro criaturas más inteligentes y letales. No tenía un solo hueso paciente en todo su cuerpo… hasta ahora. Sus orejas temblaron cuando el ser humano se dio la vuelta lentamente y dejó que sus piernas colgaran del armario. Remy se sorprendió al ver lo pequeño que era realmente aquel hombrecillo. Por lo menos, esperaba que el pequeño humano fuera un hombre. Si no lo era, Remy estaba en problemas. Los ojos de su ángel le miraron con recelo mientras salía del armario y se quedó con el bolso de aspecto andrajoso en sus manos. — ¿Tienes hambre?, —le preguntó Remy. Frunció el ceño cuando los ojos del hombre se agrandaron. Esto no iba bien. — No, — respondió el pequeño hombre, pero Remy pudo oír el ruido en su estómago. No estaba seguro de por qué el chico le estaba mintiendo, pero sabía que tenía que comer. Remy iba hacerse cargo de todas las necesidades y deseos de su angelito. — Dime tu nombre ángel. — Remy se arrodillo, haciendo todo lo posible para estar al nivel de los ojos de su ángel. — G-Giovanni Gallardo, — por fin respondió. — Un gran nombre para un hombre tan pequeño. ¿Qué tal si te llamo Gigi? ¿Te gustaría eso?, —preguntó Remy cuando el cariño retumbó en su pecho. Una vez más el deseo lo golpeó como un tren de carga, por lo que su pene creció de tamaño. Esperaba que el hombre no estuviera prestando atención. Remy estaba tratando de ganarse su confianza, y que no estuviera tan asustado como en el armario. El pequeño ser humano le miró como si estuviera dándole vueltas a la idea antes que sus hermosos ojos dorados brillaran. — Puedo vivir con eso.

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Remy se rió entre dientes, el sonido vibrando en su pecho. Los ojos de Gigi se abrieron de nuevo, y agarró su bolso con más fuerza. — Estás a salvo aquí, Gigi. Te lo prometo. No te haré daño. — Oh bien. — Vamos ángel, — dijo Remy, cuando se puso de pie y le tendió la mano. — Vamos a ir a buscar algo de comer. La mano de Gigi en la de Remy temblaba vacilante. Cuando Gigi le dirigió una leve sonrisa, Remy se sintió como el hombre más grande del planeta. No le importaba que la sonrisa se tambaleara un poco y que Gigi todavía pareciera asustado. Su ángel le había sonreído. Remy mantuvo un apretado pero suave agarre en la mano de Gigi cuando lo sacó de la sala de Blade, por el pasillo hacia el comedor. Ardía en deseos de hacerle preguntas. Quería saber todo acerca de su angelito. Tenía miedo de asustarlo. Tendría que andar con cuidado. — ¿Qué te gusta comer, Gigi? — Cualquier cosa, — susurró Gigi. — ¿Cuál es tu comida favorita?, — Remy intentó de nuevo. — Cualquier cosa. Remy casi gruñó. Podía ver que Gigi tenía nervioso, pero necesitaba algo con qué trabajar.

miedo

y

estaba

— ¿Te gusta el filete? Gigi parpadeó. — ¿Filete real? ¿Al igual que un filete de una vaca? Remy frunció el ceño. ¿Había algún otro tipo de carne? — Sí. Los ojos de Gigi se abrieron aún más. — ¿Tú tienes carne de vaca de verdad? — Sí. — Remy estaba muy confundido. — ¿Tienes vacas? ¿Vacas reales? — Bueno, no a bordo de la nave, pero podemos conseguir una si lo deseas. Remy no creía que los ojos de Gigi pudieran ser más grandes de lo que ya eran. Que equivocado estaba. Él también estaba un poco sorprendido cuando el miedo desapareció de los ojos de Gigi y el hombre comenzó a saltar en sus pies.

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Pura lujuria atravesó a Remy con el conocimiento que de repente su compañero era un ser energético. Remy sólo podía esperar que la exuberancia actual de Gigi se vertiera sobre su vida sexual, ¡maldita sea! Si Gigi estaba tan emocionado por la carne, Remy no podía esperar para ver cómo reaccionaría en la cama. — ¿Tienes perros de verdad y gatos y caballos y…? — Woa, más despacio. — Remy se rió entre dientes. — No tenemos ningún animal vivo a bordo de la nave, pero podría considerar el tener uno o dos si realmente quieres un animal. Sin embargo, sería tu responsabilidad cuidar de él. — ¿Puedo tener un perro?, — Gigi le susurró con temor. — Nunca he visto a un cachorro de carne y hueso. No podemos tenerlos en la Tierra. Bueno, sí, pero tienes que tener un montón de créditos para tener uno, y yo no… Gigi repentinamente cerró la boca y bajó los ojos. — ¿Gigi?, — Remy se agachó y levantó la cara del hombre, haciendo todo lo posible para mantener sus uñas largas fuera de su ángel. — Puedes decirme lo que quieras. No tengas miedo. — ¿Puedo irme ahora? — ¿Irte?, — Remy movió su mano hacia la ventana de ojo de buey. — ¿Ir donde, Gigi? Estamos en el espacio. La sangre dejo de drenar en la cara de Gigi mientras corría hacia la ventana y miró hacia fuera. — ¿Estamos en el espacio?, — Gigi susurró. Parecía desesperado, cuando miró por encima del hombro. — Pero yo sólo tenía créditos suficientes para llegar a End of the Line. No te puedo pagar. Remy sonrió. Los créditos eran la menor de sus preocupaciones. — Tú no tienes que pagarme bienvenido a bordo de mi nave.

nada,

Gigi.



eres

más

que

— ¿Nave?, — Gigi se mareo con la noticia. — ¿Esta es tu nave? — Así es. La comparto con mi equipo, pero es mi hogar. — Remy respiró profundo, esperando no tener tanto deseo por él y el dulce aroma de Gigi invadió sus sentidos. — Eres bienvenido a quedarte todo el tiempo que quieras. Gigi inclinó ligeramente su cabeza e hizo un gesto delicioso frunciendo su ceño. — ¿Por qué? — ¿Por qué?, — Remy tragó saliva mientras frenéticamente buscaba una respuesta. Sabía que Gigi estaba asustado y no quería añadir más a eso, pero no quería mentirle tampoco. — Porque necesitamos

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otro miembro de la tripulación. Cinco es un número de mala suerte. ¿Qué puedes hacer? Remy se dio unas palmaditas en la espalda por la gran verdad a medias. Era verdad sobre el número de mala suerte, pero ni él ni los miembros de su equipo daban una mierda a las supersticiones. *** Gigi se encogió de hombros mientras miraba por la ventana otra vez. Lo único que sabía hacer bien era algo que no estaba dispuesto a hacer más. Se estrujó el cerebro para pensar en algo que podía ofrecer a este gran... lo que fuera. Oyó al hombre grande que estaba de pie detrás de él y suspiró mientras se volvía hacia él. ¿Qué podía hacer? — Yo puedo cocinar, — dijo mientras su cabeza cayó sobre sus hombros, mirando para arriba con sus ojos gris humo. — ¿Necesitas un cocinero? Si tú me consigues las vacas, y tienes los ingredientes correctos, entonces puedo hacer muchas cosas con ellas. Gigi saltó ligeramente cuando un ruido sordo que provino del pecho de Remy. Era aterrador y fascinante, todo al mismo tiempo. Los ojos de Gigi dieron un rápido vistazo a la gran polla que tenía la criatura entre las piernas. Remy podía estar acostumbrado a caminar desnudo con sus partes y piezas por fuera, pero Gigi no. Podía sentir el sudor en su frente y se apresuró a mirar sus zapatos. Si Remy había planeado usar su polla en él, Gigi estaba en un mundo de problemas. — Siempre podemos usar un cocinero. — Remy le sonrió, y el cerebro de Gigi hizo cortocircuito. — Vamos a ir al comedor y conseguir que comas primero. — De acuerdo. Gigi siguió a Remy en lo que él había llamado un comedor. El lugar estaba impecable. No había nada desordenado y parecía que se podía comer hasta en el suelo. Dejó la bolsa en una de las mesas, e hizo una mueca cuando se dio cuenta de lo sucia que estaba en comparación con el acero inoxidable brillante de la mesa. — ¿Qué te gustaría ponerle a tu carne, Gigi?, —le preguntó Remy mientras se acercaba a una maquina de comida que estaba en la pared del fondo. Tan pobre como Gigi había sido, ni siquiera podría imaginarse ver una maquina del futuro. Sin embargo, no iba a quejarse. Remy estaba tranquilo sobre el estado de polizonte y no trato de echarlo de patitas a la calle por la ventanilla de aire más cercana.

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— Papas. ¿Tienen papas frescas?, — preguntó mientras su estómago gruñía de acuerdo. — No estoy muy seguro de eso, pero voy a ver qué podemos hacer aquí. — Remy jugó con los botones, golpeando la pequeña caja un par de veces. Gigi no era ningún experto, pero estaba bastante seguro que no se debía abusar de los aparatos. Se sentó en el banco de acero, mientras esperaba por una comida que no había tenido en mucho tiempo. La carne era como el oro en Nueva Chicago. Estaba realmente sorprendido que esta nave tuviera carne por el aspecto mismo. Había notado un par de cosas en el camino al comedor, que parecían estaban necesitadas de reparación. — Aquí tienes. — Remy trajo la bandeja y la puso sobre la mesa. Gigi tragó saliva, preguntándose si se ofendería Remy si se negaba a comer. La carne todavía tenía sangre corriendo por ella, y las patatas parecían verdes alrededor de los bordes. Sólo mirar la comida hizo que su estómago se revolviera. — ¿Qué pasa?, —preguntó Remy con las cejas reunidas en un ceño. — Es carne. — Me gusta la mía cocida, no todavía mugiendo. — Gigi miró a Remy, esperando una bofetada en la cara que solía acompañar a su boca ligera. Para su sorpresa absoluta, Remy se rió entre dientes. ¿Se rió entre dientes? Gigi no estaba seguro de cómo manejar eso. — Parece como si todavía estuviera pastando en el campo, ¿no?, — Remy recogió la bandeja y la tiró en la papelera de reciclaje compacto. — Vamos a intentarlo de nuevo. — ¿Tienes una cocina?, —preguntó Gigi vacilante. Hasta ahora, el gran hombre no se había enojado con él. Gigi quería que siguiera siendo así, siempre que pudiera. Él no era estúpido. Tarde o temprano, Remy le iba hacer pagar lo justo. Lo sabía. Cada gran hombre que había conocido le gustaba meterse con los más débiles como él. Gigi no tenía ninguna razón para creer que Remy fuera diferente. — Creo que se podría llamarse cocina. — Remy señaló una puerta en la pared del fondo. — Realmente no la uso mucho. El contenedor de comida es más fácil, ya que ninguno de nosotros sabe cocinar. Gigi decidió aventurarse más lejos. — ¿Tienes algún alimento no producido a partir de un contenedor? — ¿Uh...? — Está bien, voy a ver lo que puedo hacer.

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Gigi se dirigió al contenedor y comenzó a apretar botones. Estaba realmente esperando que las cosas salieran bien, porque nunca había visto una máquina de comida en la vida. No estaba seguro de lo que iba a terminar haciendo. Después de varios intentos y un par de cosas que no pudo identificar, Gigi tenía una colección de verduras y dos filetes crudos en sus manos. Remy lo seguía mientras caminaba hacia la cocina, la cual se notaba que no había sido usada y el mostrador parecía intacto de cualquier uso La primera orden del día era ver lo que tenía para cocinar. El equipo de cocina parecía ser viejo pero en buen estado. Había platos limpios en el armario y un estante lleno de especias. Gigi sonrió más a Remy. — Puedo trabajar con esto, pero si quieres que continúe con la cocina, vamos a tener que tener suministros. Obtener la comida del contenedor sólo debería ocurrir en casos de emergencia. Es necesaria una verdadera comida para mantener los músculos fuertes y el cuerpo sano. Gigi se rió entre dientes cuando Remy asintió con la cabeza. La forma en que las cejas del hombre se juntaron en un ligero ceño, pintaban un panorama totalmente diferente. Remy no tenía ni idea de lo que Gigi estaba hablando. Gigi sabía que el hombre... mmm... criatura, lo averiguaría cuando probara la comida… Hecha en casa siempre era mejor. No pasó mucho tiempo para que Gigi hubiera rociado con especias los filetes y los cocinara a la parrilla. Podía ver a la nariz de Remy con espasmos, cuando los volteó y luego fue a cortar las verduras. Gigi decidió asar los vegetales y hacer puré de patatas. Quería impresionar a Remy con sus habilidades. Tan delgado como era, quería este trabajo. Mientras los cubitos de papas hervían y asaba los vegetales, Gigi se apoyó en el mostrador y esperó. Sus ojos se posaron en el hombre alto apoyado en la pared junto a la puerta. No quería mirar, pero no podía evitarlo. El hombre estaba desnudo. Y caliente. Y dulce como el infierno. ¿Me estoy fijando en el tamaño de su pene? De repente, Gigi se sintió enrojecer. Él rezó para que su rostro no estuviera brillante de vergüenza mientras se alejaba. Lo había visto una vez antes en la otra habitación, pero quería una mirada rápida y a la distancia. ¿No era educado verdad? Pero sólo era rápido. Gigi, una vez más, se encontró a sí mismo mirando

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por encima. Bueno, no era para pasar el rato allí. En realidad, su polla empezó a espesarse y aumentar mientras miraba a Gigi. Los ojos de Gigi se quebraron cuando oyó un gruñido leve. Se ampliaron considerablemente más cuando vio a Remy mirándolo. Oh diablos, había sido capturado mirando in fraganti. Gigi se retorció las manos rápidamente y se apartó de nuevo. — Lo siento, — murmuró. — Eso fue muy grosero. Acabo de… ¿no tienes ropa que te puedas poner? Distrae mucho que estés parado allí desnudo, — dijo mientras agitaba una mano detrás de él ante la forma desnuda de Remy. — ¿Te distraigo al estar aquí de pie desnudo? Se escuchaba diversión en la voz de Remy. Gigi no podía dejar de mirar al hombre. A pesar del deseo que tenía ante sus ojos, Gigi se encontró a sí mismo mirando hacia abajo, a la polla del hombre. Gigi pensó que iba a morir de vergüenza cuando Remy flexionó sus piernas y su polla rebotó hacia arriba y abajo. Sintió que su cara ardía mientras le daba la espalda al hombre desnudo. No debería estar mirando. Él no lo permitiría. No podía suceder. Hizo que su propia polla se endureciese y le doliera, y eso no iba a pasar. Necesitaba ese trabajo. No tenía la necesidad de joder con su jefe. — Hey, Remy, ¿qué es ese maravilloso olor?, — gritó una voz desde la otra habitación. — Por un minuto, casi estaba pensando que tenías comida de verdad por aquí. Gigi se dio la vuelta y se estremeció cuando Remy gruñó y se volvió hacia el que estaba en la otra habitación. Parecía un energúmeno de mierda. Remy gruñó. ¿Qué demonios fue eso? Gigi no tenía ninguna experiencia con los gruñidos. No sabía cómo reaccionar. Drake gritó. Gigi no podía entender por qué estaba intrigado por Remy cuando gruñía. Drake estaría gritando asustado como la mierda. Gigi miró por un momento, un pequeño recordándole que estaba cocinando.

ruido

que

chisporrotea

— La comida está casi hecha, — comentó cuando el silencio se hizo incómodo. *** Blade entró en el comedor, siguiendo el delicioso aroma. Tank, Colt, y Crank fueron detrás de él. — Mierda. Creo que es comida de verdad.

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— ¿Cómo?, — preguntó Colt mientras inhalaba profundamente. — Esa cocina no ha sido usada en años. Diablos, se me olvidó que estaba allí. Blade ignoró al especialista en armas cuando se atrevió a acercarse. Después de lo que había visto antes, no quería correr ningún riesgo. Remy parecía estar en algún tipo de modo de protección hacia el polizonte, y él no iba a tener los cojones para entrar allí, ni siquiera por comida de verdad. — Al diablo con esto, quiero algo de lo que tiene ese olor. — Tank corrió por delante de ellos hacia la cocina. Colt, Crank, y Blade se quedaron congelados cuando el sonido de ollas y cacerolas sonaron por todas partes. Hubo un grito o dos, seguido por lo que sonaba como un cajón lleno de utensilios golpeando el suelo. El gruñido de dolor que le siguió tuvo a todos ellos en expectativa con una mueca de dolor. — ¿Alguien más quiere ir a ver qué se está cocinando?, —preguntó Blade a los dos hombres que estaban de pie detrás de él. — Sólo si tú vas en primer lugar, — Crank lo desafió. — Puedo parecer loco, pero para que conste, no lo soy. — Bien, — resopló Blade y se volvió hacia Colt. — ¿Y tú? — Cuando los cerdos se vean volando fuera de la ventana del portal, so animal, — se quejó Colt. Los tres esperaron a ver qué iba a pasar. Caminaron unos pocos pasos hacia Tank cuando cayó de las puertas dobles de cromo, una olla en la cabeza y la ropa hecha jirones en varios lugares. — Filete, están cocinando carne, — dijo antes de caer de bruces en el suelo. — Maldita sea. No creo que Remy vaya a compartir, — Crank se quejó, sonando descontento por la declaración. — Uh, Tank, ¿quién está pilotando la nave?, — preguntó Blade que dio un paso más cerca de la cocina, mirando a Remy cuando le dio con el pie al hombre caído. — Auto, — fue un murmullo del piloto. — Pensé que el piloto automático no funcionaba, — dijo Colt mirándose entre los tres. La pregunta quedó en el olvido cuando Remy irrumpió a través de las puertas dobles en su tercera forma. Blade todavía no podía creer el puto miedo que el comandante hacía emanar. Había visto el cambio de Remy antes, pero la atención del hombre se dirigía

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siempre a otra parte. Esta vez, estaba dirigida directamente a él y a los demás. — ¿Alguien más quiere un filete?, — gruñó Remy. Su gran mandíbula se abría y cerraba, y rechinaban sus dientes. — Porque yo estaría más que encantado de alimentarlos. Blade fue el primero en voltear y correr. Podría ser un tipo duro en todos los sentidos de la palabra, pero incluso él no era tan estúpido como para tomar la carne ofrecida. Colt tragó saliva. — No, gracias. Corrió y ayudó a Tank ponerse de pie, lo que no era una tarea fácil ya que el hombre era el más grande de todos ellos. Él pasó un brazo alrededor de la cintura de Tank y se apresuró hacia la puerta. — Paz a todos. — Crank fue detrás de ellos mientras luchaban para salir de las puertas del comedor. Blade cayó sobre la pared cuando la nave dio un ligero descenso. — Lleven a Tank al puente antes que nuestros culos empiecen a caer, — gritó Blade a Colt.

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Capítulo 3 — Muevan el culo hacia el puente. Remy gruñó al ver a su equipo que se escabullían para salir del comedor. No esperó una respuesta mientras caminaba de vuelta hacia la cocina. Gigi se inclinó para recoger los utensilios caídos, así que Remy estaba comprobando que el culo del hombrecillo estuviera bien. Y que ese pequeño culo estaba muy bien. Su polla se elevó más por los pensamientos tortuosos de hundirse profundamente en el culo apretado del hombre. Se le nubló la mente. Se preguntó cómo se pondría Gigi si tuvieran sexo en la cocina. Había un tablero, una superficie plana delante de ellos. Claro, la mayoría de la gente lo llamaba mesa de trabajo, pero Remy lo calificó como un oasis para poner al pequeño hombre hacia abajo y tener una exquisita ración de sexo con él. Sus ojos se encontraron con Gigi cuando se enderezó y colocó los utensilios en la mesa. Le fascinaba la idea de su oasis. — La comida debe estar lista pronto. Tengo unas cuantas verduras que recalentar, — Gigi le informó cuando pasó por encima de una olla en el suelo, como si fuera nada del otro mundo. Esto intrigó a Remy. Si pegarle a uno de sus miembros de la tripulación sacándolo de culo no perturbó al pequeño, entonces ¿qué otras cosas su angelito estaba acostumbrado a ver? Remy suspiró profundamente mientras se apoyaba en el mostrador, haciendo su mejor esfuerzo para no lanzarse sobre Gigi, porque su cerebro estaba hecho una mierda. Este calor que recorría su cuerpo era un hijo de puta. Remy despreocupadamente movió la pierna, con la esperanza de aliviar algunas de las molestias de tener su polla como un mástil. No sirvió de nada. De hecho, hizo que su polla se posara en la parte inferior de la barra, y un gemido se escapara de sus labios. Gigi se dio la vuelta y lo miró con una espátula en la mano, la grasa cayendo al suelo mientras su boca estaba ligeramente abierta. Remy no estaba seguro de cuánto tiempo más podría resistir. — Voy a ir a sentarme a la mesa. Remy se sintió ridículo cuando dio marcha atrás y señaló por encima del hombro con el pulgar. Corría de un hombre al que podía aplastar como a un insecto. Sin embargo, él todavía estaba en marcha.

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— ¿Está todo bien, Remy?, — preguntó Gigi. — ¿No quieres que te cocine la cena?1 Remy quedó sin aliento. — ¿Qué acabas de decir?— Agradecería al hombrecito si había oído correctamente. — Yo dije, ¿si no quieres que cocine la cena? Remy suspiró. Él se estaba volviendo un maldito loco. — No, todo está bien ángel, — dijo con un poco de decepción. — Entonces, ¿por qué estás tan enojado?, — Gigi frunció el ceño. — ¿Hice algo malo? — No, no, por supuesto que no. Es sólo que… Remy se frotó el puente de la nariz con el índice y el pulgar, mientras sus pensamientos se hicieron cargo. Es sólo porque cada vez que te miro todo lo que puedo pensar es en follarte. Sí, eso estaría bien. Gigi probable saliera corriendo de la habitación. — No, no lo haré. Remy se calmó y luego parpadeó lentamente levantando la cabeza. Gigi se quedó allí, con la cara roja y mirándolo fijamente a los ojos. Remy volvió a parpadear. — ¿Qué no harás, ángel? — No voy a correr si quieres follarme. Remy casi se atragantó con la lengua. No sabía que decir, se le trababan las palabras en la boca, no podía formar ninguna oración. Su polla, por otra parte, no tenía ningún problema en dar una respuesta. Su polla comenzó a palpitar, gotas de líquido preseminal lentamente bajaban por la cabeza de hongo, goteando por los lados. ¡Oh dioses, si que estaba jodidamente caliente! Ahora que la oferta estaba delante de él, no estaba tan seguro que debería de aceptarla. Estaba haciendo todo lo posible para hacerse cargo de este pequeño hombre, y follarlo debía ser lo segundo en la lista, alimentarlo lo primero. — ¿Por qué no comes primero?, — lo dijo con una cara seria, lo que le sorprendió en su actual estado de excitación. Tal vez se estaba volviendo loco. — Si eso es lo que quieres. — Gigi dio la espalda a Remy al tiempo que cogía la olla de la estufa. 1

En el original dice “Don’t you want me to cock your dinner”. El sonido de “cocinar” y “polla” es similar. Por lo que se puede interpretar como si le preguntara si desea su polla para la cena

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Remy tuvo que salir de allí antes que de cambiar de parecer y dejara que todo el duro trabajo de Gigi se perdiera. Él se retiró de las puertas dobles, con una inspiración constante, una vez que el pequeño hombre ya no estuvo en su punto de mira. ¿Qué diablos le pasaba? Era como si fuera un novato cachorro impúber, sin control sobre su cuerpo. Remy se sentó y aulló cuando sintió el frío acero en su cuerpo desnudo. Esto iba a ser brutal. Gigi empujó a través de las puertas con dos grandes bandejas en la mano y una sonrisa de satisfacción en su rostro. Remy supo que había tomado la decisión correcta, cuando el orgullo y la tranquilidad iluminaron la cara de Gigi. — Están calientes, así que ten cuidado, — advirtió el ángel de sus sueños. — Voy a ir a buscar algo de beber para nosotros. Remy asintió mientras inclinaba su cabeza hacia un lado y veía el desfile del buen culo alejándose de él. ¿Había un vaivén adicional en las caderas de Gigi? Remy metió la mano bajo la mesa y agarró la base de su polla, contando hasta diez. Cuando eso no funcionó, contó hasta veinte. Liberó su erección y rápidamente puso una sonrisa en su cara cuando Gigi volvió a entrar en el comedor con dos vasos de lo que parecía ser té helado. Deseaba que fuera una bebida fuerte. Necesitaba una justo ahora. — Aquí tienes. — El pequeño hombre le dio uno de los vasos a Remy. — Gracias. Remy hizo una mueca cuando su voz se quebró. Cogió el tenedor y notó su mano temblorosa. Rápidamente se metió el tenedor lleno de comida en la boca, mirando a Gigi tomar un bocado. Gimió cuando Gigi lo hizo. Él sabía que el pequeño hombre gruñía por la comida, Remy no. — ¿Cómo está?, — preguntó Gigi mientras masticaba y tragaba la comida. — Malditamente perfecto, — gimió Remy, — putamente perfecto. Gigi parpadeó. — ¿Estás hablando de la comida?— A Gigi se le subió un rubor en las mejillas cuando pinchó sus verduras. — Eso también, — admitió Remy con una sonrisa lobuna. El tenedor cayó de su mano y resonó sobre la mesa cuando Gigi abrió mucho la boca, su lengua lamiendo el tenedor antes que sus labios se cerraran alrededor de sus dientes. Su polla le dio un

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latido profundo cuando se movía la boca de Gigi, masticar de Gigi, ¡lo estaba haciendo tan bien!

imitando

el

— Come. — Gigi señaló el plato de Remy con el tenedor. — Apenas has tocado la tuya. Oh, si que la había tocado y justo en ese momento la estaba tocando bajo la mesa. Con su mano libre, Remy tomó el tenedor con dificultad, forzando a sus ojos a mirar a su plato y no en la pícara tentación que tenía frente a él. — Entonces, ¿cómo fue que supe que querías follarme?, — preguntó Gigi en una actitud tranquila. El tenedor de Remy cayó de nuevo. — ¿Uh...? — Quiero decir, que sin lo mencioné, pero sé que frunció el ceño e inclino labios no se movieron. ¿Es

duda te mostraste sorprendido cuando yo lo he oído claro como el día. — Gigi la cabeza a un lado. — Sin embargo, tus algún tipo de conversación diferente?

— Yo no un alien. — ¿En serio?, — Gigi subió sus cejas como sorprendido mirando a Remy. — Entonces explícame sobre la piel, las orejas puntiagudas, y la polla de veinticinco centímetros, que se ve como si necesitara mis dos manos para poder envolverla, porque no tenemos pollas como esa en la Tierra. Remy sabía que su cara estaba roja. Podía sentirlo. Demonios, no le sorprendería si su cuerpo no se había vuelto una sombra oscura de vergüenza. Tragó saliva y buscó algo que discutir, excepto el tamaño de su pene. — ¿Eres de la Tierra, entonces? La indignación en el rostro de Gigi se le escapó cuando el hombre bajó la cabeza para mirar hacia su plato. Remy se arrepentía de no haber mantenido la gran boca cerrada. Simplemente no entendía por qué Gigi tenía tanto miedo que se supiera que era de la Tierra. Mucha gente era de la Tierra. No era una gran cosa. Él prefería hablar de su vergonzosa erección que ver esa mirada asustada en el rostro de su ángel. — Así que, ¿te gustan las pollas grandes? La cabeza de Gigi subió rápidamente. Se quedó boquiabierto por un momento antes que un color suave llenara su rostro y asintiera con la cabeza. — Sí, — le susurró Gigi. — Es bueno saberlo.

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Remy mentalmente se dio una palmada en la espalda por cambiar de tema y conseguir que el horrible terror se alejara de la cara de Gigi. Él iba a averiguar de una manera u otra a lo que Gigi le tenía miedo, pero no hoy. Hoy tenía otras ideas en su mente. Ideas en las que participan las grandes pollas, estrechos agujeros, y un montón de alucinante sexo. Remy sonrió y tomó el tenedor de nuevo. Cortó su carne y le dio otro mordisco, masticando con cuidado. Se aseguró de mantener los ojos fijos en el plato y no en el hombre exquisito sentado frente a él. Sabía que la carne tenía buen gusto, pero por el momento le sabía a aserrín. — ¿Estás jugando contigo mismo debajo de la mesa? Remy se congeló. al escuchar a Gigi más hasta llevarlo apretó su polla con

Eso era exactamente lo que estaba haciendo, y hablar de ello hizo crecer su polla cada vez cerca de un orgasmo de proporciones épicas. Él fuerza para evitar el disparo.

— Um... — Puedo ver tu mano en movimiento, y sé que en la cocina. Estabas tan duro como una roca. hombros y Remy levantó la vista. — No es Quiero decir, si quieres jugar contigo mismo, solo preguntaba.

estás desnudo. Te vi — Gigi se encogió de importante para mí. ese es tu asunto. Yo

— Uh... — Remy frunció el ceño. — ¿Gracias? Gigi dio otro bocado a la comida. Miró hacia arriba mientras masticaba. Cuando empezó a agitar el tenedor, Remy supo que estaba en problemas. — Por supuesto, si me vas a joder, prefiero que esperes. Vi lo duro que estabas en la cocina, y prefiero tener una polla dura en mi culo que una suave, ¿sabes? — Gigi movió su tenedor un poco más. — Le agrega un poco más de emoción cuando el follador está erecto al momento de echar un polvo. Remy parpadeó. Su cabeza estaba empezando a dolerle, bueno, ambas. Una por negarse a sí mismo la felicidad que era el cuerpo de Gigi y la otra confundida como el infierno porque sus palabras lo volvían loco. Las únicas cosas que realmente entendió de todo eso, fueron polla dura y follar. Tal vez el truco era mantener a Gigi tan ocupado que no pudiera hablar, mientras conseguía lo que quería, al mismo tiempo. — Voy a comer hasta el último pedazo de esta carne, así que si quieres que mantenga las manos fuera de mi polla, entonces te

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sugiero que juegues con ella, la chupes, o cabalgues en ella. Caray, yo no soy tan exigente. Remy comenzó a toser cuando Gigi sonrió y se deslizó bajo la mesa. Un momento después, la cabeza de su polla estaba envuelta y húmeda como en seda caliente. Remy dejó caer su tenedor y se apoderó de los bordes de la mesa de metal, cuando Gigi comenzó a lamerlo. Abrió las piernas, y Gigi se acercó más. Oh diablos, él iba a morir, aquí mismo, en el comedor de su propia nave. Y no podía importarle menos. Su brazo giró completamente, y los platos volaron por la habitación, haciéndose añicos contra la pared, cuando Remy dejó caer la mano bajo la mesa y agarró por los brazos a Gigi. — Mueve el culo hasta aquí. Gigi se reía mientras subía en el regazo de Remy y luego en la mesa. Él movió su hermoso y redondeado culo en la cara de Remy. Remy gruñó mientras enroscaba los dedos en la pretina de Gigi y daba un tirón, triturando el material con sus afiladas garras. Remy sacudió la mano derecha, concentrado en retraer las garras, por lo menos un poco. Estaba ansioso de hundirse en lo más profundo de Gigi, pero no quería dejarle una cicatriz de por vida, deliberadamente. Remy se echó hacia atrás, permitiendo que un hilo de saliva se escapara de su boca y cayera entre los pliegues del culo del hombrecillo. Su saliva actuaría como un relajante y prepararía al humano para su enorme polla. Remy agradecía a los dioses que su especie tuviera esta habilidad, porque si no, habría tenido que encontrar otra manera, y por el momento, la paciencia no era una virtud en su libro. — Santo infierno, ¿qué es eso?, — jadeó Gigi mientras miraba por encima del hombro. — Lubricante natural. Sólo relájate, Gigi. — Remy no estaba seguro de cómo podía estar diciéndole esto cuando él mismo estaba lejos de sentirse relajado. La necesidad de tomarlo rápidamente, para reclamar, y dominar, estaba aumentando fuertemente. Remy tuvo que tomar una respiración profunda para aplacar las ansias y así no herir al humano. Sus colmillos se extendieron aún más cuando agarró la base de su pene y lentamente se hundió dentro. Sus ojos se pusieron en blanco y tuvo ganas de aullar. Aunque Gigi parecía entusiasmado con el sexo, él trataba de no asustar al hombre. Remy puso sus manos en los costados de Gigi, cuidando que sus uñas no le hicieran daño, cuando su cadera comenzó a mecerse adentro y afuera. Su cuerpo se estremecía de la restricción que

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estaba usando para ser suave. Estaba tratando de follar al pequeño hombre, no ponerlo a través de la mesa. Sus piernas comenzaron a temblar porque su instinto de lobo le exigía tomar a Gigi más fuerte. — ¡Más duro, Remy! Fóllame, como quieres, — suplicó Gigi. Remy tuvo que sacudir la cabeza. La lujuria se estaba construyendo en una niebla cegadora que pronto le haría olvidar que estaba sosteniendo a un ser humano frágil debajo de él. Tenía que concentrarse en ir lento y tranquilo, incluso si su ángel acababa de pedir lo que su forma de lobo quería. Remy empujó hacia adelante con lentitud. No se había hundido todo hacia adentro. El miedo de lastimar a Gigi le hizo detener. El sudor comenzó a salir por todo el cuerpo y las manos le temblaban. Su raza estaba acostumbrada a follar como locos. La cantidad de control que estaba forzando a su cuerpo a utilizar le estaba pasando factura, pues le dolía cada centímetro de esfuerzo. — Maldita sea, — gruñó Gigi mientras golpeó de nuevo en la polla de Remy, tomando los veinticinco centímetros en el culo. Un bramido de placer surgió del pecho de Remy cuando Gigi gritó su nombre. Si él podía soportarlo, Remy no era nadie para negárselo. Su lobo aulló de acuerdo, el sonido haciendo eco en todo el comedor. Sacó las caderas hacia atrás y se estrelló contra Gigi, un gruñido subió por su pecho. Remy levanto a Gigi con sus brazos, el pequeño hombre se dio la vuelta y puso sus manos alrededor de su cuello mientras rebotó en la polla de Remy. — Sí, claro, — gritó Gigi. — Más duro, más rápido. Remy pasó un brazo alrededor de su angelito y sus caderas chocaron, dándole a Gigi exactamente lo que estaba pidiendo a gritos. Podía sentir el hormigueo arañando su camino hasta la columna vertebral mientras Gigi se aferraba al cuello. — ¡Eres mío!, — declaró Remy, sus cojones apretados a su cuerpo. — Eres mío, ¿Me entiendes? — Lo que quieras, simplemente no dejes de joderme, — gritó Gigi. Remy se inclinó hacia adelante, poniendo de nuevo a Gigi sobre sus manos y rodillas mientras le cubría la espalda y hundía sus colmillos en la carne blanda. Se sorprendió con la acción. Morder a alguien al tener relaciones sexuales era reclamarlo como su pareja. Realmente había perdido el juicio, pero el impulso era tan fuerte que no pudo luchar contra él. Gimió cuando absorbió sangre de Gigi en su boca. ¿Había probado algo más dulce en su vida? Remy

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se retiró y selló la herida con su lengua, en tanto su polla pistoneaba dentro y fuera del estrecho canal de Gigi. —

Me vengo, — exclamó Gigi cuando su agujero comenzó a pulsar.

Remy gritó una vez más a medida que expulsaba su simiente, enterrándose más duro y profundo. Él quería derramar su semilla en el cuerpo de Gigi para que cualquier persona con una pizca de sentido pudiera decir que el hombre había sido reclamado. Gigi cayó sobre la mesa, su respiración estaba entrecortada. — Eso fue un delicioso postre. — Por cierto, estás contratado. — Remy lamió las marcas de los dientes, su cuerpo temblaba por el orgasmo más profundo que había tenido en su vida. — ¿Será porque puedo cocinar o porque soy un buen pedazo de culo? — Estás contratado, porque puedes cocinar. Eres mío, porque me permitiste reclamarte. — Remy se rió entre dientes cuando golpeó el culo desnudo de Gigi. — Y eres un buen pedazo de culo. Remy se puso serio rápidamente cuando Gigi se movió libre. Sabía que su ángel no tenía idea de lo que acababa de pasar entre ellos, y él no tenía ni idea de cómo explicarle lo que estaba sucediendo al modo cavernícola o sea yo Tarzán y tu Jean. — ¿A dónde vas ángel?, — preguntó cuando Gigi saltó de la mesa. — No sé tú, pero yo no voy a ser atrapado con el culo desnudo al aire, si tus amigos vuelven aquí. Remy gruñó y se puso de pie. Acechó a Gigi a través de la habitación cuando el hombre empezó a recoger su ropa y tirar de ellas poniéndoselas, bueno, lo que podía. El resto estaban en jirones. — Nadie va a verte desnudo, excepto yo. — Ah. — Gigi rodó sus ojos. — Por eso es que quiero vestirme. La cabeza de Remy empezó a doler de nuevo y, esta vez, no en el buen sentido. — Vas a volverme loco, ¿no? — Si quieres coger este culo, entonces tienes que acoger el paquete completo también. — Podría ponerte una mordaza, — gruñó Remy. —. Cierto. — Gigi abrazó el cuerpo de Remy y bajó los ojos hacia su polla. — Pero entonces, ¿cómo voy a darte sexo oral? — Uh...

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— Acéptalo cariño, — dijo Gigi mientras palmeaba el pecho de Remy. — Estas atrapado por mí.

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Capítulo 4 Gigi sonrió al ver a Remy se volvían lentamente a los tan grande como una letrina garras ni dientes afilados, tan largo.

dormir. Los rasgos fieros del hombre de alguien algo humano. Todavía era de ladrillos, pero al menos no tenia ni orejas puntiagudas ni el cabello

Bueno, las orejas eran lindas. Los dientes filosos no tanto Estaba acurrucado al lado de Remy, cuyos brazos más-largos-quela-vida lo envolvían fuertemente, aún dormido. Cada vez que Gigi trataba de moverse, los brazos se apretaban a su alrededor. Supuso que iba a estar aquí por un tiempo, o al menos hasta que el hombre despertara. Gigi todavía no estaba seguro qué tipo de especie alienígena era Remy, pero sabía que el hombre era fuerte y poderoso y posesivo como el infierno. Si alguien podía mantenerlo a salvo de Drake, Remy era el hombre indicado para hacerlo. Además, el hombre follaba como un sueño húmedo hecho realidad, con un juego de cables propulsores y una batería pegada al trasero. Gigi nunca había sido jodido tan completa y apasionadamente en su vida, pero planeaba disfrutar de la enorme verga del hombre otra vez antes de la puesta de sol. Una polla grande y un hombre que sabía qué hacer con ella era el cielo en el libro de Gigi. No ofendía que Remy fuera precioso. Demonios, todos los hombres en la nave parecían magníficos. Simplemente no tenían ningún interés para Gigi. Él tenía sus ojos puestos en Remy y solo Remy. Gigi abrió la boca y miró hacia abajo, cuando Remy dio un pequeño gruñido, entonces se puso más cerca de su nariz. Gigi frunció el ceño. ¿Remy estaba tratando de olfatearlo? ¿Que... extraño? Gigi no podía decir que era asqueroso, pero tampoco era excitante. Era sólo extraño. Remy hurgó durante unos minutos, presionando su nariz cada vez más cerca. Gigi saltó cuando de repente una mano muy grande agarró su polla y sus testículos. Él gimió y apoyó la cabeza en la almohada cuando su polla se interesó en esa mano, poniéndose erecta. ¡Maldita sea! Unas pocas horas y su libido ya estaba entrenada para el toque de ese hombre. Muy pronto estaría siguiendo a Remy alrededor como un perrito perdido en busca de un regalo, un muy buen regalito de veinticinco centímetros.

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— ¡Hey!, — gritó Gigi cuando le levantaron de pronto en y le pusieron sobre el cuerpo de Remy. Aterrizó con las las rodillas a cada lado del gran cuerpo de Remy. Todo el los pulmones salió de Gigi mientras miraba entre su cuerpo Remy y vio al hombre sonriéndole.

el aire manos y aire de y el de

— Oh diablos, — se quejó Gigi cuando Remy con mucho cuidado se chupaba los dedos y los llevó en el culo de Gigi. La quemadura fue intensa, pero olvidada en un instante cuando Remy se tragó su polla hasta la raíz. Gigi no sabía si retroceder y presionarse sobre los dedos de Remy o ir hacia adelante y conducir su polla en la boca caliente del hombre. — ¡Oh, sí!, — gritó Gigi cuando un placer intenso pululaba por él. — ¡Jódeme el culo! ¡Chúpame la polla! Gigi se quedó sin aliento cuando oyó que un estruendo profundo vino del pecho de Remy. Miró de nuevo. Por alguna razón no se sorprendió al ver que las orejas puntiagudas volvieron a crecer. Gigi tragó saliva. — Me vas a joder con esa enorme polla de nuevo, ¿no? Cuando Remy sonrió alrededor de su polla, Gigi casi dejó de respirar. Remy tenía unos dientes grandes. Enormes dientes. Dientes gigantescos. Dientes afilados. Dientes puntiagudos. Remy tenía jodidos dientes en la boca justo al lado de la polla de Gigi. Gigi entrecerró los ojos. — Muerdes mi polla, y te alimento con tus bolas en el desayuno. Súbitamente, Gigi fue arrojado y empalado en la polla de Remy con un solo movimiento. Sus ojos se cruzaron, cuando estuvo casi lleno con la polla de Remy. Jadeaba mucho y se aferró a los hombros de Remy, cuando trató de llevar vida a los pulmones inhalando aire. — Debes… debes advertir a un hombre antes de hacer eso. — Y tú no debes amenazarme, pequeño. — Remy gruñó. — Soy mucho más grande que tú. Gigi inclinó la cabeza hacia atrás para mirar a los ojos de color gris humo de Remy. — ¿Y? — Y puedo joderte y a travesarte hasta la pared. Se le abrieron los ojos a Gigi. Se lamió los labios. — ¿¡Por favor!?

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Los ojos de Remy se le oscurecieron cuando gruñó y rodó hasta el borde de la cama. Gigi se rió y agarró al corpulento hombre cuando se puso de pie, con Gigi todavía clavado en su polla. Se inclinó, acariciando la cabeza con su barbilla y lamiendo una línea a través de la garganta del hombre. — Me pregunto cuánto tiempo podrás caminar conmigo en tu polla. El pecho de Remy retumbaba cuando se rió entre dientes. — ¿Por qué no lo averiguamos? Gigi parpadeó sorprendido. Él sólo estaba bromeando pero… — Oh sí, diablos, — gritó cuando Remy empezó a caminar alrededor de la habitación, y después trotó. En cada rebote la polla de Remy iba más profunda en el culo de Gigi. Las manos de Remy se apoderaron de las mejillas del trasero de Gigi, manteniéndolo apretado. Cuanto más rápido iba Remy, más excitado estaba Gigi. Estaba bastante seguro que había dejado de respirar por completo, cuando Remy lo presionó contra su verga y se estrelló contra él. Los ojos de Remy se oscurecieron cuando recorrió a Gigi con la mirada, enfocándose en la piel suave entre el cuello y el hombro. Gigi parpadeó, luego inclinó la cabeza hacia atrás, dando acceso a Remy. Remy rugió y se empujó dentro del apretado canal de Gigi. Al mismo tiempo, sus dientes se hundieron en el hombro de él. Gigi gritó y se vino, su leche salpicando entre ellos. Sintió, pulso a pulso, el líquido caliente que lo llenó, hasta que empezó a gotear entre las mejillas de su culo. Gigi cerró los ojos y recostó la cabeza sobre el pecho de Remy, mientras trataba de respirar otra vez, parecía imposible. Remy camino por la habitación y lo bajo a la cama. Gimió en señal de protesta cuando Remy se alejó hasta que sintió que el hombre lo acarició con su mano bastante grande a un lado de su cara. — Ssshhh, ángel, ya vuelvo. Fiel a su palabra, Remy regresó en un momento. Gigi abrió los ojos cuando sintió pasar algo húmedo entre las mejillas de su trasero. Su rostro enrojeció cuando se dio cuenta que Remy lo limpiaba. — Nadie había hecho eso antes, — murmuró Gigi. — Es mi deber necesidades.

y

mi

derecho

atenderte

y

Gigi ladeó la cabeza. — ¿Tu deber y tu derecho? ¿Qué significa eso? 35

ver

por

todas

tus

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— Significa, ángel, que eres mío ahora. Yo te reclamé. Como tal, tengo el deber de velar por tu salud y tu seguridad. También es mi derecho como tu pareja. Nadie puede tocarte, alimentarte, o cuidar de ti, no sin mi permiso, solo yo. — Me suena como a tu mascota. — No, ángel, mascota.



rió

Remy.

— Tú

definitivamente

no

eres

mi

— Entonces, ¿qué soy yo? — Mi compañero. ¿Qué más necesitas saber, además de eso? Sólo asegúrate que ninguno de los miembros de la tripulación te toque. Si dejan un olor en ti, puedo matarlos. — Remy tiró el paño hacia una pequeña puerta, al tiempo que dio la vuelta. — ¿Estás listo para conocer a mi equipo? Por supuesto que no, pero Gigi no iba a expresar sus temores en voz alta. Si iba a ser parte de este equipo, entonces más vale llegar a conocerlos. Además, ¿quién sabía qué grado de protección necesitaría si Drake lo encontraba algún día? *** Tank miro hacia Remy cuando llegó al puente. Todavía estaba enojado como el infierno por el incidente de la cocina. Su cabeza todavía le dolía. Tank centró su mirada frente a él e hizo caso omiso a su comandante. Bueno, tanto como cualquiera podía pasar por alto al tipo. Hizo una mueca cuando una mano se posó en su hombro. Tanto por ignorarlo. — Lamento lo de antes. Yo no estaba dispuesto a compartir mi carne, — dijo Remy, cuando se puso de pie al lado de Tank. Tank lanzó un gruñido. Sabía que no podía enfadarse mucho. Él no era un ser rencoroso. — Sí, sí. Ahora vete antes que tu feo culo trate de darme un beso. — ¿Que pasó, Comandante?, — preguntó Colt detrás de ellos. Tank estaba curioso también, pero no iba cedía eso a alguien más en caso que Remy pregunta.

a entrometerse. Le se enojase por la

— No estoy seguro. Pero estoy mucho mejor ahora. — Él se rió entre dientes mientras agitaba al polizón a su lado. El pequeño ser humano se escabullía por el puente y casi se arrastró a lado de Remy. Así de cerca estaba. — Todo el mundo escuche, este cocinero, — dijo Remy con orgullo.

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es

Gigi.

Es

nuestro

nuevo

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Tank se preguntó si había algo más que eso, pero no preguntó. Una patada en el culo al día era suficiente para él. — Bienvenido a bordo, Gigi. — Tank sonrió al pequeño polizón. — Gracias, — respondió Gigi mansamente. — Soy Colt. — El cambia forma de clase halcón extendió la mano. — Me alegro que estés a bordo. Gigi se acercó y estrechó la mano de Colt. — Gracias. Colt señaló a sus espaldas. — Y el coyote que está allí es Blade. Es el mejor luchador mano a mano de los alrededores. Gigi hizo un saludo tímido a Blade. — Soy Crank. — Le saludó el experto en demoliciones mostrándole una mano a la que le faltaba el dedo meñique. — Pero me puedes llamar chiflado. Tank se rió cuando Gigi ladeó la cabeza en confusión. El hombrecito se iba a llevar la sorpresa de su vida si se unía a la tripulación. Todos ellos tenían un perverso sentido del humor, que el humano pronto iba a descubrir. — Métete con él y te vuelo las pelotas, — advirtió Remy a Crank cuando su brazo cubrió el hombro de Gigi. Tank se rió entre dientes. El pobre hombre parecía a punto de derrumbarse bajo el peso del musculoso brazo de Remy. — Muy bien, señoras, vuelvan a sus deberes, — mientras tomaba asiento, tirando de Gigi a su regazo.

ordenó

Remy

Tank vio a su comandante cuando Remy mimaba de nuevo a Gigi y un estruendo profundo sonó en el pecho de Remy. Ni siquiera estaba seguro que su jefe estuviese al tanto de lo que estaba haciendo. Remy se sentó allí explicando lo que tenían que hacer en el puente mientras su mano se movía lentamente hacia arriba y hacia abajo por la espalda de Gigi. Tank miró sobre su hombro al resto de la tripulación, advirtiendo que ellos también estaban viendo a Remy. Tank se encogió de hombros cuando Blade le miró. Hizo un movimiento circular con su dedo alrededor de su sien. Cuando Remy miró a su alrededor, la mano de Tank cayó rápidamente mientras sonreía a su comandante. Remy rodó los ojos mientras volvía su atención hacia el pequeño hombre en su regazo. Podía oír a los demás riéndose disimuladamente detrás de él, y Tank tuvo que luchar para mantener una expresión seria.

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*** Remy estaba haciendo todo lo posible para que su compañero se sintiera como en casa. Y ésta era su casa ahora. No había forma que Gigi se fuera de su lado nunca. Podía ver a la tripulación mirándolos con confusión, pero Remy los ignoró. Él no iba a bromearse con ellos como lo hacía normalmente. A su equipo le encantaba gastar bromas para pasar el tiempo y lanzar dardos el uno al otro. Pero los instintos de protección de Remy estaban al máximo nivel, y no iba a permitir que una sola burla afectase a su compañero. — ¿Estamos cerca de Nebular Nueve?, — preguntó Remy cuando Gigi se retorció un poco en su regazo. No había querido follar a su ángel dos veces en un día. Remy sabía que su pene era demasiado grande para su compañero humano, pero no había manera que se controlara cuando estaba en el calor de apareamiento. Él quería follarlo de nuevo en el puente, pero luego tendría que matar a su equipo por ver el culo desnudo de su compañero. Remy era bueno piloteando, pero no podía volar solo la nave. — Debemos estar llegando a su atmósfera exterior en unas pocas horas, — dijo Tank con un toque de humor en su voz. Remy le lanzó una mirada seca, y Tank, asustado, volteó su cabeza para mirar hacia delante. Podía ver ahora que estaba luchando una batalla perdida. Sus hombres iban a ser quienes eran, no importaba lo que él dijera. — ¿Aún de tocar asiento. vez... y

no has tenido contacto con Borjan? — Remy no podía dejar a su compañero. Se obligó a permanecer arraigado a su Sí se marchaba del puente, iba a follar a Gigi otra otra vez... y otra vez.

— Traté de contactar con él en la radio, pero no ha respondido todavía. Después de lo que ocurrió en End of the Line, estoy jugando cauteloso. Remy asintió con la cabeza. — No atracamos hasta que lo alcances. Si me encuentro con una trampa más hoy, alguien va a morir. Inmediatamente lamentó sus palabras cuando su compañero se puso rígido en su regazo. Remy pasó las manos sobre la espalda de Gigi, haciendo todo lo posible para calmar a su ángel. — Voy a seguir intentando, Comandante, — dijo Tank al golpear el botón de comunicación del panel de control frente a él. — ¿Vamos de nuevo a End of the Line?, — preguntó Blade mientras revisaba los paneles de control sobre su cabeza. — Ese es el único

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lugar que vende las cargas explosivas que necesita Crank para el trabajo de explosión en el Beta Cinco. Remy odiaba que hubiesen sido expulsados por la fuerza elite de la Federación. Eso hacía que conseguir un equipo fiable y suministros fuera casi imposible. A menudo tenían que negociar en el mercado negro para conseguir lo que necesitaban. No fue su culpa que capturasen a un general vendiendo armas al enemigo. La mierda golpeó el ventilador rápidamente, y cinco de ellos fueron despedidos con baja deshonrosa. Alguien tenía que ser el chivo expiatorio, y no fue el General precisamente. Después de eso, no hubo ninguna esperanza de unirse a cualquier fuerza militar respetable. Estaban fuera de la ley por las normas de la Federación de Planetas Unidos, pero Remy y su equipo hacían todo lo posible para mantenerse en el buen camino. A veces no tenían más remedio que involucrarse en actividades ilegales para poner comida sobre la mesa y las pilas de combustible en su nave. Pero ser independiente de cualquier régimen militar les dio la libertad de escoger y elegir con quienes realizar negocios. A Remy le gustaba la libertad de hacer negocios con quien quisiera, pero si alguna vez les capturaran operando como una fuerza elite, entonces pasarían el resto de sus vidas tras las rejas hasta su muerte, si es que lograban llegar ante un tribunal. Había un montón de gente ahí afuera que tenían ganas de verlos fuera del negocio. Es por eso que había que tener cuidado con quienes hacían contratos. Un crédito era un crédito, pero había un cuidadoso control de antecedentes que se realizaba siempre. A pesar que no siempre recibían la información correcta, como lo probaba el último trabajo fallido. Remy acarició la espalda de Gigi y se preguntó si su suerte finalmente estaba cambiando. Después de todo, su compañero le acaba de caer del cielo a su regazo; y Remy tenía toda la intención de mantenerlo allí. — Tengo a Borjan en mi enlace COM, y él dice que todo esta bien allí, — informó Tank a Remy después que hablara con su cliente. — Bien. Todavía quiero explorar alrededor un poco antes de ir a tierra. No quiero tener ningún riesgo. — Especialmente con su compañero sentado en su regazo. Remy sabía que sus días de descuido estaban acabados. Tenía una pareja para cuidar ahora. Mataría a cualquiera que considerara como una amenaza para su pequeño ángel. — Entendido. — Tank asintió mientras conducía por un camino que los llevaría hacia el lado opuesto del planeta.

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Llegar desde atrás era una buena manera de ver quien estaba esperando. Remy no confiaba en nadie, excepto en los hombres que estaba con él en la nave, ni siquiera en alguien con quien había hecho negocios antes. — Reduce la velocidad a una hélice. Quiero echar un vistazo, — aconsejó Remy a su piloto. — No hay necesidad de apresurarse. — Comprendido, comandante. El resto de la tripulación estaba arriba, empujando phasers en fundas y cuchillos en sus vainas. Remy se levantó, poniendo de pie a su compañero. — Necesito que tomes asiento ahí y te pongas el cinturón, ángel. Pase lo que pase, no te desabroches. Esto puede convertirse en un viaje lleno de baches. Sus dedos trazaron el lado de la cara de su compañero, y luego dio un paso atrás para que Gigi pudiera hacer lo que le mandó. Su compañero se veía aterrorizado, pero no le dio ningún problema. Remy se sentía orgulloso de cómo Gigi estaba intentando todo lo posible ser valiente. Una vez que Gigi estaba seguro con la correa, Remy se sentó de nuevo y se puso su cara de jugador. — Que empiece el rock 'n'roll, niños. — Hoorah, — gritó su tripulación. Remy generalmente sentía la misma fiebre de batalla como la que su tripulación estaba experimentando en ese momento. Pero ahora que su compañero se encontraba a bordo, lo único que sentía era angustia y miedo. Si algo le sucedía a Gigi, Remy no estaba seguro de lo que iba a hacer. Es cierto que acababa de encontrar al pequeño hombre, pero Gigi ya se había colado en su nave y en su corazón. Miró a su compañero. Gigi le dio una sonrisa valiente, pero vacilante. Remy le guiñó un ojo antes de mirar hacia delante. Podía ver las montañas del extremo sur del planeta aparecer por la pantalla. Los terrenos yermos se veían hacia adelante. Por desgracia, eso era exactamente hacia dónde se dirigían, el corazón de los páramos. — Y aquí vamos. — Tank gruñó. — Colt, — llamo Remy, — Mantén un ojo vigilante por cualquier rastreador. Si alguien está en nuestra cola, me gustaría saber de él antes que ellos. — Copiado, Comandante. Remy acaba de tener un presentimiento, y por lo general confiaba en sus instintos. Le habían salvado el pellejo más de una vez. El

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suyo gritaba que su huida de End of the Line fue sólo el comienzo. Había más problemas que les esperaban adelante. — Colt, cuando toques tierra, quiero que te deslices fuera y explores el área. Con suerte, nadie sabe cuántas personas tenemos a bordo. Si puedes mantenerte oculto, entonces podríamos tener una ventaja si la necesitáramos. — Lo haré, Comandante. Remy asintió con la cabeza. — Tank, te quedas a bordo con Gigi. Mantenlo a salvo mientras averiguo si hemos sido traicionados o no. — Tú lo has sido. Remy se dio la vuelta y miró fijamente a Gigi. — ¿Qué? — El tipo con el que te vas a encontrar, — dijo Gigi sobriamente. — Él tiene un montón de hombres armados escondidos en el almacén donde se supone que van a reunirse. Remy parpadeó. — Uh, ¿cómo sabes eso, ángel? Realmente le gustaría saber, ya que no habían alcanzado aún el almacén. Remy le miró fijamente. ¿Era Gigi un espía enviado a reducirlos? Incluso mientras pensaba eso, Remy desestimó la idea. Gigi era su pareja. Tenía que confiar en su pareja. Gigi frunció el ceño. — ¿Puedes echar un vistazo? Yo sé que están ahí. — Estabilízanos, Tank, y mantennos a ese nivel, — dijo Remy cuando se levantó de su asiento y se acercó a Gigi. — Crank, quiero que busques cualquier cosa fuera de lugar, lecturas vitales, dispositivos de EM, armas de energía, pilas de combustible, cualquier cosa. —Estoy en ello, comandante. Remy podía sentir los temblores de Gigi cuando se puso de rodillas delante de él y le agarró las manos. Trató de no parecer amenazante mientras sonreía al hombrecillo. — Ángel, aún no hemos explorado. ¿Cómo sabes que alguien está esperando por nosotros? — No sé. — Gigi se encogió de hombros y miró hacia otro lado. — Acabo de saberlo. Remy realmente deseaba poder dejar las cosas así. Podía ver que Gigi estaba nervioso. Él quería más que nada poder consolar a su

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compañero ahora, pero realmente necesitaba saber cómo Gigi sabía que alguien podría estar esperando por ellos. Remy agarró la barbilla de Gigi entre sus dedos y giró la cara del hombre hacia él. — Por favor, ángel, lo necesito saber. Gigi miró indeciso por un momento y luego le susurró: — Yo puedo sentirlos. Las cejas de Remy se alzaron. — ¿Tú puedes sentirlos? Gigi asintió con la cabeza. — Siento frío, me congelo. Y se siente nauseabundo. — ¿Qué es exactamente lo que se siente nauseabundo, Gigi? — Los hombres que te esperan. — Gigi frunció el ceño. — No puedo explicarlo exactamente. Es sólo este gran sentimiento de maldad. — ¿Podrían ser nervios? Gigi meneó la cabeza. — No, siento una clara diferencia entre cada uno. Hay alrededor de ocho en total. Cuatro están en las vigas. Dos están en el techo. Y dos más están de pie en medio de la bodega. Todos ellos se sienten fríos, excepto uno de los hombres en el techo. Él se siente caliente y no repulsivo. — Bien, entonces. — Por alguna extraña razón, Remy creyó en Gigi. Apretó las manos de Gigi y luego las soltó cuando se puso en pie. — Parece que tenemos un grupo de recibimiento esperando para darnos la bienvenida a Nebular nueve, niños. Estén preparados para ellos. — ¿Tu me crees?, — susurró Gigi. Remy miró hacia atrás, sorprendido por la expresión incrédula en el rostro de Gigi. Él ahuecó la mano en torno a ese bello rostro y sonrió. — Por supuesto que te creo, cariño. — Nadie nunca me creía antes. — Bueno, yo sí. — Yo también. — Crank dijo, captando la atención de Remy. — Puedo verlos ahora en el escáner, y están exactamente en donde tu pequeño ángel dijo que estarían, los ocho. — ¡Maldita sea!, — Remy se frotó la parte posterior de su cuello. — Tenemos la sorpresa de nuestro lado, niños. Podemos ir,

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pero ustedes saben merece la pena?

lo

que

estamos

enfrentando.

¿Nuestra

carga

— Realmente necesitamos esas partes Remy, — dijo Tank. — Los motores necesitan una reparación, están peor que yo. Es una buena nave, pero aún necesita mantenimiento de vez en cuando. Remy miró a su alrededor al resto de sus hombres. — ¿Todos de acuerdo? Todos asintieron. — Está bien, entonces, vamos. Tank, traza un camino que nos lleve detrás de ellos. El aterrizaje fuera de la vista no será una opción una vez que lleguemos a las tierras baldías. Nos verán acercarnos a una milla de distancia. Quiero ir fuerte y rápido. Vamos a tierra, obtenemos nuestra carga, y salimos de allí. — ¿Y yo qué?, — preguntó Gigi. — Tú eres mi as en la manga, ángel. — Remy fue a un panel lateral cerca de la puerta y agarró un comunicador personal. Volvió y lo colocó en la oreja de Gigi. — Esto te permitirá hablar directamente con cualquiera de nosotros. Si tu instinto cambia en algo, quiero que nos lo hagas saber. Creo que podrías ser capaz de ver cosas que nosotros no. Gigi parecía aturdido, como si nunca hubiese pensado que alguien le creería. Tenía la boca un poco abierta, pero asintió con la cabeza rápidamente cuando sus ojos se ampliaron, dominando su rostro. — Quiero que te quedes en la nave. Tank te mantendrá a salvo hasta que yo vuelva, y luego podemos ir a hacer la cena juntos. Gigi arrugó la nariz. — ¿Mugiendo la vaca? Remy se rió entre dientes. — O el cacareo de gallina. Gigi se rió, era la reacción que Remy estaba buscando. Remy le acarició la mano y después volvió a su silla. Él envió un guiño al pequeño Gigi y se volvió hacia el video en pantalla, rezando para que no estuviera cometiendo el mayor error de su vida al aterrizar. — Bueno, Tank, llévanos adentro.

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Capítulo 5 Cuando bajó la rampa retráctil, Crank fue el primero en salir. Sus sentidos de puma estaban recogiendo los aromas que Gigi había dicho. Por suerte, tenía unas cuantas sorpresas para estos cabrones. Él acarició el chaleco, sintiendo que los RK05 estaban cómodamente donde los había puesto. Sólo uno de esos bebés volaría todo el almacén, y Crank había planeado dejar atrás un poco como agradecimiento para los hijos de puta. Colt fue el siguiente en salir, su potente blaster amartillado sobre su hombro, y listo para negociar. Crank estaba bastante seguro que Colt era el maldito mejor francotirador de este lado de la galaxia. No escocía que Colt amara mostrar sus habilidades. Además, existía la costumbre de tener un blaster cargado al participar en los tratos del mercado negro, por lo que estos cretinos no pensarían tanto en él sí acontecía que se presentará así. Crank encubrió la salida de Colt con su cuerpo, cuando el cambia forma halcón se deslizó hacia un lado de la nave y se subió encima tendiéndose completamente detrás de uno de los escudos deflectores. Infiernos, tenían a unos cuantos apuntándoles en estos momentos. Crank lo podía sentir en sus huesos. Blade salió con más cuchillos encima que una fábrica de Ginsu. El hombre era una bestia cuando se trataba de un combate cuerpo a cuerpo. Sí arrojara unos cuchillos allí, el enemigo no tendría una oportunidad. Había salvado el culo de Crank más de una vez. Remy salió al último, tomando la iniciativa y camino directamente al corazón de la trampa, actuando casual, como si él no fuese consciente de lo que estaba pasando. Crank amaba eso acerca de su comandante. Él podía sentir miedo, pero nadie que lo mirara lo sabría nunca. — Borjan, encantado que pudieras acudir a la reunión. — Remy le dio la mano, mientras Crank escaneaba la zona. Todos tenían sus comunicadores personales y en funcionamiento. Sin embargo, había cosas que un buen par de ojos podían detectar mejor que un comunicador. — Los dos en el techo se están moviendo más cerca, — advirtió la voz de Colt en el enlace. — ¿Por qué estás tan sorprendido, Comandante? Un trato es un trato. — La sonrisa de Borjan era fría, y sus ojos estaban vacíos y oscuros. — Ahora, si me siguen adentro, podemos hacer nuestro negocio.

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Crank y Blade siguieron a Remy al interior del almacén. Los ojos de Crank buscaron de inmediato a los cuatro que se encontraban en las vigas. Y allí estaban, sentados cómodamente, fuera de la vista, o así lo creían. — ¡Salgan de ahí!— Sonó la voz de pánico de Gigi en los enlaces. — Ellos tienen más entrando en movimiento detrás de la bodega. Estarán allí en diez minutos o menos. Bueno, entonces, necesitaban hacer y terminar esta reunión dentro máximo de cinco minutos. No había manera que se fueran con las manos vacías. Crank estaba bastante seguro de su nave no lograría llegar de nuevo a End of the Line en su estado actual. — Muéstrame cortesías.

lo

que

tienes.



Remy

no

perdió

el

tiempo

en

Crank sabía cómo todos los demás que tenían que comprar y correr. No podría ser considerado de mala educación ya que todo esto estaba muy mal. — ¿Por qué la prisa?, — preguntó Borjan mientras caminaba lentamente hacia la parte posterior del almacén. — Ha pasado mucho tiempo que no te veo Comandante. ¿No se pueden recordar los viejos tiempos? — No tenemos ningún viejo tiempo más, — dijo Remy. — Vamos a ver lo que tienes, o me voy. — Muy bien, — suspiró Borjan pero aún caminaba más lento que el gato muerto de Crank. Crank estaba empezando a sentir un ambiente divertido, parecía que incluso iba hacer peor de lo que Gigi había previsto. Los pelos de la nuca se le pusieron de punta. Él sabía que ellos eran observados, pero esto era algo más. Blade debió leer su mente porque agarró a Borjan en menos de un nanosegundo. — Se muere si alguno de ustedes pendejos mueven tan solo un dedo, — gritó Blade cuando él agarró su cuchillo y lo acercó a la garganta del baboso hijo de puta. Crank parpadeó, luego sacó su phaser. Al parecer, no era el único que sintió la vibración. Después todo lo que sucedió fue en un segundo. Crank se apresuró pasando a Borjan e instaló un par de RK05s. Remy salió disparado hacia adelante y tomó lo que era necesario para reparar la nave. Crank se unió a Blade, mientras se alejaban escudándose con Borjan. Crank arrojó los créditos en el suelo del almacén. Podían estar involucrados en las transacciones del mercado negro, pero la Fuerza Elite no era ladrona. Ellos

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pagaban por todo lo que sea necesitaban. No eran una banda de ladrones. — No se saldrán con la suya. — Les gruñó Borjan. — Hay una precio enorme por sus cabezas, y tarde o temprano, no serán capaces de usar la fuerza para escapar. Planeo ser el primero en atraparlos. Para que lo sepas. Crank observó a Blade tirar del hijo de perra hacia la nave. Asintió con la cabeza cuando vio a Colt deslizarse hacia abajo y apuntar su pistola al almacén. Crank podía ver que todo el mundo sabía que estaban en un lodo de mierda, y que estaban esperando el infierno fuera de allí. — Muévanse, retráctil.



gritó

Colt

cuando

se

acercaron

a

la

rampa

Una vez que la tripulación estuvo a bordo, Blade empujó a Borjan al suelo y se despidió con la mano cuando la rampa de salida se cerraba. Tank los tuvo en el aire en menos de diez segundos, los phasers impactando en su casco. Crank corrió a lo largo del puente junto con todos los demás. — Salgamos de este infierno, — gritó Remy mientras corría hacia el puente. — Y arréglalo antes que terminemos siendo blancos fáciles en el espacio. — Dame sólo un segundo comandante. — Crank corrió hacia la pantalla y pulsó el botón con la mano. — Tres, dos, uno... ¡sí!, — gritó Crank, bailando alrededor de la bodega viendo el resplandor de las explosiones. Crank sonrió mientras la nube en forma de hongo que salía del depósito desapareció de su vista. Se volteó y tomó la caja que sostenía Remy. — Me encantan las cosas que explotan. — Él se rió entre dientes mientras se alejaba del puente. Qué maldita carrera. *** Gigi no estaba seguro de lo que se suponía debía hacer. Todo el mundo estaba trabajando en su labor asignada, y él estaba sentado sobre su culo, haciendo girar los pulgares. Le encantaba la forma en que el equipo se unía y trabajaba como una máquina bien engrasada. Él sólo quería ser parte de eso. Gigi desabrochó su hebilla y se deslizó de su asiento. Se acercó a Remy lentamente mientras miraba a la tripulación trabajar en la nave, y Tank los llevaba tan lejos de Nebular nueve como era posible. — ¿Puedo ayudar?, — le preguntó. Remy giró su asiento en torno a él y le acarició los muslos. Eso no era lo que Gigi tenía en

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mente, pero sin embargo se sentó. Nunca diría que no a ser abrazado en el regazo de Remy. Él no era tan tonto. — Me gustaría ayudar. — Ha sido una gran ayuda ya, Gigi. — Sabes lo que quiero decir. Dame algo que hacer. — Los ojos de Gigi se estrecharon cuando Remy movió las cejas. — No eso. Me refiero a trabajo real. Algo que no implique mi culo y tu polla. Remy se rió entre dientes. — ¿De verdad quieres ponerte a trabajar? Gigi asintió con entusiasmo. — Cocina a los chicos una buena comida casera, algo delicioso para los niños que están en crecimiento. — ¿Cómo es eso una ayuda? — ¿Has visto la porquería que comemos? Créeme, será de ayuda. Gigi no sabía cómo, pero estaba dispuesto a hacerlo. No era como si supiera reparar un casco o trabajar en el sistema de comando. Él ni siquiera sabía lo que debería buscar a menos que hubiera un agujero enorme en frente de él. Gigi desafió a Remy dándole un beso rápido y saltó de su regazo y corrió a través de la nave hasta llegar al comedor. Se imaginaba lo que iba a hacer y cuánto debía usar de cada ingrediente que necesitaría. Entonces se acercó al replicador de alimentos que estaba en ruinas. Gigi cruzó mentalmente los dedos mientras tomó lo que de la plataforma. El replicador cayó con una vibración. hacia atrás cuando comenzó a fallar y salían chispas. cremoso de color blanco comenzó a salir de él. Cuando cayó al suelo, comenzó a hincharse haciendo burbujas. en una sustancia similar a la espuma y comenzó rápidamente.

necesitaba Gigi saltó Un líquido el líquido Se coaguló a crecer

Gigi chilló y corrió. — Remy, — gritó a todo pulmón mientras corría de vuelta por dónde había llegado. Podía oír el replicador zumbando detrás de él mientras corría por el pasillo y las escaleras hasta el puente de mando. — ¡Remy! — ¿Qué?, — gritó Remy mientras corría del puente al pasillo. Atrapó a Gigi en sus brazos y miró alrededor buscando donde estaba el peligro. — ¿Qué es, ángel? — El replicador trató de comerme. Gigi miró cuando Remy parpadeó hacia él.

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— ¿El replicador trato de comerte? Gigi asintió rápidamente y señaló el pasillo. Remy suspiró y puso Gigi a un lado. Él comenzó a ir por el pasillo, Gigi caminaba sobre sus talones. Gigi se detuvo cuando llegaron a las puertas del comedor. Brincaba nerviosamente de un pie a otro mientras se mordía el labio inferior. — Tal vez no deberías ir allí, — dijo Gigi. — Tal vez debería ir Tank o algo así. — Tank era incluso más grande que Remy. Podía detener un despegue espacial. — Gigi, el replicador no va a hacerme daño. Remy abrió la puerta y entró. La siguiente cosa que Gigi supo fue que Remy resbaló y cayó en la espuma blanca. Su corazón tronó en el pecho cuando Remy desapareció totalmente de la vista. — ¡Tank!, — gritó Gigi a todo pulmón nuevamente, mientras iba corriendo de vuelta por el pasillo. Gigi gruñó cuando se encontró en una esquina chocando con Tank. Rebotó y cayó sobre su trasero. — ¿Cuál es la prisa, Gigi? — El replicador de alimentos se comió a Remy. Las cejas de Tank se dispararon. — ¿Perdón? Gigi se puso de pie y tomó la mano de Tank, entonces tiró de él por el pasillo hacia el comedor. Se detuvo de nuevo cuando llegó a las dos grandes puertas de metal y señaló. — El replicador de alimentos trató de comerme. Remy entró, y ahora se ha ido. — Tank comenzó a dar un paso adelante, pero Gigi cogió de la mano. — Espera, ¿no deberías tener algún tipo de arma? — Estoy seguro que voy a estar bien, Gigi. Gigi se mordió los labios y empezó a saltar otra vez cuando Tank abrió la puerta y entró. Gigi alcanzó a ver solo un parpadeo de blanco y Tank se había ido, absorbido por lo que sea que estaba en la habitación. Gigi no quería correr ningún riesgo en esta ocasión. — ¡Colt! ¡Crank! ¡Blade!— gritó lo más fuerte que pudo y se alejó de las puertas de comedor. — ¡Ayuda! ¡Emergencia! ¡Ayuda! Los tres hombres llegaron corriendo por todos lados con sus phasers. Gigi les indicó el lugar. Colt frunció el ceño y entró primero, Crank y Blade sobre sus talones. El miedo comenzó a llenar a Gigi cuando desaparecieron de la misma manera que Remy y Tank.

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Ahora estaba sólo. Él era el único que quedaba para salvar a todos del replicador de alimentos. Y no tenía idea de qué hacer. Gigi se mordió el pulgar por un momento hasta que una idea le golpeó. Corrió por el pasillo hasta el pequeño armario de almacenamiento, fuera de la sala de estar. Recordaba haber visto una cuerda cuando Remy había sacado el comunicador personal para que lo utilizase. Gigi agarró la cuerda y volvió corriendo al comedor. Ató un extremo alrededor de la mampara y el otro extremo alrededor de su cintura. Si se perdía dentro de la sala de espuma blanca, por lo menos sería capaz de encontrar su camino de regreso. Pensó con esperanza. Gigi respiró profundo dándose valor luego entró al comedor. Fue recibido por un gran muro de espuma blanca. Gigi se dejó caer de rodillas y comenzó a buscar a Remy y sus hombres. El miedo le llenó el pecho y trono su corazón. Tenía que salvar a Remy. Oh, sí, y a la tripulación. — ¿Remy? ¿Estás vivo? — ¿Gigi? — ¿Remy?, — Gigi se sentó y buscaba en la blancura cegadora a su hombre. — Remy, ¿dónde estás? — Sólo tienes que seguir el sonido de mi voz, ángel. Estoy por aquí. Gigi empezó a gatear, moviéndose más rápido y más rápido hacia la voz de Remy. — ¿Remy? — Estoy aquí, ángel, un poco más. Gigi sintió una pierna gruesa y musculosa. Él se agarró de ella y la siguió hasta que pudo ver la cara de alguien. — Tú no eres Remy. Tank se rió entre dientes. — No, pequeño, no lo soy. — ¿Dónde está Remy? — Matando al replicador. Gigi frunció el ceño. — Te dije que el replicador estaba tratando de comerse a Remy. — Y la próxima vez te voy a creer. — Tank se rió entre dientes mientras se limpiaba la espuma de su frente. — Confía en mí.

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— ¿Hay alguien más con vida? — Estoy aquí, — Crank decía de alguna parte de la izquierda de Gigi. — Estoy perdido, — dijo Colt detrás de Gigi. — No puedo ver nada, — dijo Blade, — así que no estoy seguro de donde estoy. El ruido de zumbido se detuvo de repente, y la sala quedó en silencio. Gigi apretó el brazo de Tank un poco más fuerte. — Esto es realmente espeluznante, — susurró. — Creo que Remy lo mató, — le susurró de nuevo Tank. — ¿Ángel?, — lo llamaba Remy. — Estoy aquí. Un momento después, Gigi se sintió abrigado en los brazos de Remy. Se inclinó de nuevo en el fuerte abrazo del hombre, la cabeza hacia atrás para mirar a Remy. — ¿Hay alguien en el espacio, a quien entregar esto? *** Remy salió de la ducha, preguntándose cómo se las arregló para sacar la espuma blanca de sus orejas, por no hablar de sus innombrables. Iban a tardar días, quizás meses, en limpiar el comedor. Tenía que haber una forma mejor de además de reparar con cinta adhesiva y no funcionaba más. Remy se estremeció matar a la bestia mecánica y salvar a quería hacer nunca más.

hacer las cosas por aquí, un clip. Ese pequeño truco al pensar en cómo tuvo que todos. Eso era algo que no

— ¿Estás limpio ángel?, — le gritó en la ducha. Gigi había tratado de tontear mientras estaban allí, y Remy estaba dispuesto, hasta que encontró espuma blanca en... se estremeció. — Tan limpio como puedo estar. La próxima vez ustedes me creerán cuando diga que un aparato está tratando de comerme. Remy se rió entre dientes mientras pasaba su toalla sobre el pelo mojado de Gigi. — Tengo que decir, que algunas de las cosas más extrañas salen de tu boca, y la parte escalofriante es que siempre son verdad. Gigi tocó con su dedo índice su sien. — Un cerebro roto siempre sabe.

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Las manos de Remy se calmaron, la toalla se aquieto en la mitad de su trayectoria cuando se quedó mirando a su compañero. — ¿Por qué piensas que tu cerebro está roto, ángel? Remy no creía que alguna vez hubiera escuchado a alguien referirse a su cerebro como roto. ¿Qué era exactamente lo que su compañero quiso decir? Remy no creía que el cerebro de Gigi estuviese roto. Era brillante en su opinión. — Nada, — contestó Gigi mientras contemplaba sus manos juguetear.

fruncía

los

labios

y

Remy tiró la toalla y tomó las manos de Gigi. — Háblame, ángel. Te lo dije antes, puedes hablar conmigo sobre cualquier cosa. ¿Qué quisiste decir con que tu cerebro estaba roto?— El pecho de Remy se apretó cuando vio las lágrimas que Gigi estaba luchando por esconder de él. — Sólo que pienso de manera diferente de los demás, eso es todo. De alguna manera Remy sabía que no era todo, pero él no iba a sacarle la verdad a su compañero si no estaba listo para decírselo. Remy condujo a su compañero del cuarto de baño a su cama. Tomó asiento y luego tiró a Gigi a su lado. — No voy a presionarte para que me digas algo que no quieres, pero quiero que recuerdes que estás seguro en esta nave. Gigi asintió mientras sus dedos estaban entrelazados entre sí. — Está bien, ¿podemos cambiar el tema? Remy no quería, pero empujó el asunto de lado por ahora. Él llegaría al fondo de la angustia de Gigi de una manera o de otra. — ¿A qué tema quieres cambiar ángel? — A Remy le gustó mucho el brillo en los ojos de Gigi. Su compañero le dio una sonrisa malvada cuando se deslizó en la cama. — Te daré tres pistas, pero estoy seguro que sólo necesitas una, — bromeó Gigi mientras palmeaba la polla engrosada. — ¿Política?, — Remy hizo una broma de la suyas. — Remy. — Gigi hizo un mohín mientras el pulgar frotó la cabeza en forma de hongo, el brillante líquido pre-seminal impregnado por todas partes. Remy podía sentir la prolongación de sus caninos cuando el aroma de la esencia de su compañero fluyó de su cuerpo. Gruñó bajo en su pecho mientras subía a la cama y bajó la cabeza, deslizando la lengua a través de la polla de su compañero y los dedos, lamiendo el líquido claro y gimiendo su aprobación.

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— Lo has adivinado correctamente. — Gigi gimió y separó las piernas abiertas. — Ahora tú consigues el premio. — Premio. — Remy repitió luego cubrió su boca alrededor de la polla de su pareja. Rodeó su lengua alrededor de la polla de Gigi, dando un prolongado lametón por un lado y luego de vuelta hasta el otro. Gigi gimió y cayó aún más sobre la espalda. Los gemidos sensuales que emitía la boca de Gigi tenían a la polla de Remy creciendo y engrosándose, lista para hacer que su ángel gritara a las estrellas. Era una sinfonía para los oídos de Remy mientras su lengua alargada envolvía la polla de Gigi. — R-Remy, ¿cómo hiciste eso? La risa de Remy era profunda cuando su lengua se deslizó alrededor del eje de Gigi antes de bajar al saco de su compañero. A Remy le encantaba tener tres formas. Tenía la capacidad de hacer que cualquier parte de su cuerpo creciera a su antojo, incluyendo la lengua. Era algo que estaba muriendo por mostrar a su pequeño ángel. — ¿A quién le importa? Simplemente no te detengas. — Gigi enganchó las manos detrás de sus rodillas y apretó sus piernas contra su pecho, su cabeza se movía de un lado a lado a medida que pequeños gemidos escapaban de sus labios. Remy dejo que su saliva goteara por las bolas de Gigi y vio como se perdía en su agujero fruncido. Su lengua lamía el saco y la polla de su compañero al mismo tiempo que extendía la mano y acariciaba su propio eje endurecido. Estaba tratando de ir despacio, pero tenía la sensación que era una batalla perdida. — Si me tratas como a lana de vidrio voy a darte una patada fuera de esta cama Remy, — su ángel le amenazó. ¡Señor, sí, señor! Remy pensó con una sonrisa. Él se echó hacia atrás y luego plantó las rodillas detrás de los muslos de Gigi. — Ten cuidado con lo que pides, ángel, — advirtió cuando alineó los veinticinco centímetros de polla en el agujero de Gigi. — Porque podrías conseguirlo. — Empujó a través de la barrera con su última palabra, tocando fondo de un solo impulso. — La próxima vez voy a recordarlo, — gritó Gigi cuando sus puños agarraron las mantas. Remy se detuvo, temiendo perjudicara a su ángel.

que

su

pequeña

muestra

de

poder

— Si no te mueves, vas a volver con la espuma, — decía Gigi con los dientes apretados. Había una desesperación en la voz de Gigi que Remy no podía negar.

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Remy dejó que el aire que tenía en sus pulmones saliera, cuando tomó a su compañero con golpes rápidos y profundos. Cada embestida era más fuerte que la anterior. Remy dejó caer los brazos mientras lamía un largo camino de un lado a otro en el cuello de Gigi. Su compañero volvió la cabeza, dando a Remy lo que buscaba. Remy hundió sus colmillos en la carne, sintiendo el vínculo entre ellos cada vez mayor. Los cambiadores de lobo muerden a sus compañeros durante las relaciones sexuales para demostrar el dominio, y también fortalecía su vínculo cada vez que se realizaba la práctica. Llegaría el punto que él y Gigi se sentirían como uno. Sabrían el pensamiento del otro y lo que sintiesen. También marcó a Gigi, dándole el aroma de Remy. Ningún otro cambia forma osaría a acercarse a su pareja. No con la difusión del olor de Remy en la piel de Gigi. Remy gruñó mientras lamía la herida, sellándola cuando su cabeza cayó hacia atrás y un rugido hizo eco a través de su cuarto. Su mano alrededor de la polla de Gigi, ordeñándole hasta que gritó su nombre. Remy levantó su mano mientras jadeaba por aire y lamía la semilla de su compañero hasta que su mano estaba limpia otra vez. No se cansaba de probar el magnífico sabor de su compañero. Remy sacó su polla blanda y se tendió junto a su compañero. Gigi miró aturdido, con los ojos vidriosos y una gran sonrisa en su rostro. — Desde que llegaste primero, — Gigi murmuró, — puedes limpiar el comedor. Remy gimió cuando su cabeza cayó a la almohada. ¿De qué servía ser comandante si no podía ordenar a su hombre que limpiara el comedor para él? Remy se rió para sus adentros mientras se quedó dormido, acurrucando a su ángel a su lado. *** Colt se paró en el puerto espacial mientras miraba la hoja de inventario. Se rió cuando vio que Gigi había añadido una larga lista de compras a sus diligencias. El principal objetivo aquí era obtener las cargas explosivas que Crank necesitaba para que todos pudieran recibir el pago. — ¿Todo en orden?, — preguntó Krull a Crank. — Parece que sí. Voy a tener que llevar esta caja a mi barco, — dijo mientras pagaba por las cargas explosivas. Crank asintió, y Blade y Colt levantaron las cajas y se la llevaron a bordo. Él y Krull se dieron la mano cuando Crank se alejó en busca de las provisiones de la lista de Gigi.

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Entró en el área de mercado de alimentos, estantes llenando cada pasillo. Los olores eran deliciosos, pero la multitud lo puso inquieto. Después de lo que dijo Borjan en Nebular Nueve, Crank no estaba muy emocionado de estar en público, donde estaba expuesto a la mierda de cualquiera. Cualquier imbécil aquí con dos dedos de frente se apuntaría a la posibilidad de cobrar la recompensa sobre sus cabezas. Crank sabía que había un precio por sus cabezas, pero no se había dado cuenta que era tan alto, que incluso sus clientes estaban tratando de cogerlos. Trataban con un grupo asesinos, pero tenía que haber algún tipo de honor. Por lo menos la Fuerza de Elite consideraba el honor en sus tratos. Lástima que los demás no lo hicieran. A Crank no le importaba en qué siglo, especie, estaban, los créditos eran la raíz de todo mal.

o

planeta

Tocó la tablilla de inventario para marcar lo que ya había comprado mientras compraba las cosas de la lista de Gigi. Llegó al punto que no podía llevar los paquetes más tiempo sin que la pila amenazara con caerse. Crank vio a un hombre joven de piel azul, de pie junto a uno de los puestos. — Oye, tú, ven acá. — El joven corrió hacia Crank, con una mirada expectante en su rostro delgado y azul. Por los harapos que llevaba, Crank supo que era un vagabundo de End of the Line. — Te voy a dar cinco créditos, si cargas estos alimentos hasta mi nave. El rostro del joven se iluminó con la cantidad que Crank estaba ofreciendo. — Sí, señor. Crank le dio el número de muelle de carga y le entrego los paquetes al ansioso tipo. Pero antes que el vagabundo pudiera irse, Crank gruñó una advertencia. — Si estás pensando en robar mi comida, créeme cuando digo que voy a buscarte hasta el borde del universo para encontrarte. El hombre negó con la cabeza. — Puedo ser un vagabundo, pero no soy un ladrón. Y si usted no lo ha descubierto todavía, estamos en End of the Line. — El hombre movió la mano alrededor. —… Al borde del universo. — No olvides el punto más allá de aquí mocoso, — le advirtió Crank y levantó la mano a la que le faltaba el meñique. Tuvo que reprimir una sonrisa. Había que darle el crédito al tipo, tenía bolas.

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El vagabundo tragó saliva mientras su rostro palideció, agarro firmemente los paquetes. — Voy hacia su nave ahora mismo. Crank asintió y se apartó para que se le ha pagado. Sus brazos Crank finalizó la comprobación de llevó a cabo nuevamente la tarea, vez.

que el hombre pudiera hacer lo se sentían más ligeros cuando la lista. En el momento en que sus brazos estaban llenos otra

— Gigi mejor que seas un infierno de cocinero por hacerme pasar por todo este apuro, — se quejó Crank mientras caminaba hacia su nave. — Disculpe. ¿No es usted uno de los miembros de la tripulación de la Lady Blue?

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Capítulo 6 Gigi sonrió al ver al hombre azul que traía toda una tienda de comestibles y que lo apilaba en los estantes de la cocina. El hombre era meticuloso, lo que era un rasgo interesante en alguien tan joven. Precisamente, estaba ordenando las cosas en las estanterías por orden alfabético. Gigi no podía superar el hecho que la piel del hombre era realmente azul. Sabía que Crank le había pedido que trajera los comestibles a la nave, pero después de ver el triste estado de la ropa del hombre, Gigi decidió darle unos cuantos créditos más, si el hombre ayudaba a ponerlos en los estantes. — ¿Es esto todo?, — preguntó el hombre mientras se volvía para mirar a Gigi, y la bolsa vacía la tenía en sus manos. — Dime tú. — Gigi se rió entre dientes mientras tomaba la bolsa. — Has traído las cosas aquí. — Eso es todo lo que el hombre me dio. — Entonces creo que eso es todo. — ¿Hay algo más que quiera que yo haga? Gigi arqueó una ceja. — ¿Puedes cocinar o limpiar? El joven se frotó las manos mientras miraba alrededor de la cocina. — Yo puedo limpiar. — Estás contratado. Las cejas del hombre se dispararon. — ¿Contratado? Gigi sonrió ante la mirada asombrada en el rostro del joven. Él se adelantó y le tendió la mano. — Hola, soy Gigi. Esta es mi cocina. — Eh, eh. — Extendió la mano azul hacia la mano pálida de Gigi. — Soy Pax... er... Paxton Chambers. Yo prefiero Pax. — Hola, Pax. — Gigi sonrió. — ¿Tienes familia, Pax? Las cejas oscuras de Pax fruncieron el ceño. — ¿Qué tiene eso que ver con la limpieza? Gigi rápidamente levantó las manos.

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— Nada, nada, me preguntaba si había alguna razón por la que no podías salir de End of the Line. ¿Tienes obligaciones aquí que te impidan salir? — No — ¿Estás interesado en un puesto de trabajo a bordo de una nave espacial? No puedo ofrecer una gran cantidad de créditos, pero tendrás alojamiento y comida gratis. — ¿Mi propia habitación? — Sí. Gigi podía ver la vacilación de Pax. Él quería el trabajo, y mucho, pero también era cauto. Gigi no sabía muy bien cómo tranquilizar al hombre. Algo le dijo a Gigi que tener a Pax a bordo sería una buena cosa. Gigi quería que esto ocurriera. — ¿Cuáles serían mis deberes?, — preguntó Pax. — Principalmente la limpieza. Yo cocino para cinco miembros de la tripulación muy grandes. Esto significa un montón de platos sucios. Podría utilizar tu ayuda. Otros deberes pueden ser ayudar a mantener la nave unida y en orden. — ¿Pero tendré mi propia habitación? — Sí. — Gigi frunció el ceño. Pax parecía ser insistente en ese punto. De pronto cayó en cuenta cuando Pax se mordió el labio inferior, y quiso averiguar algo. — Se te asignará tu propia habitación con un candado. No se permitirá el acceso a nadie sin tu permiso, excepto el comandante. — ¿El comandante?, translúcido.



la

cara

de

Pax

palideció

a

un

azul

— Su nombre es Remy. — Gigi movió su mano en el aire. — Esta es su nave. Él tiene acceso a todas las habitaciones en la nave, pero no entrará en tu cuarto, a menos que sea una emergencia. Desde luego, no va a entrar en tu habitación para nada. Gigi se cruzó de brazos sobre el pecho y entrecerró los ojos ante la mirada pensativa de Pax. — Y el comandante me pertenece a mí. Si pones un dedo sobre él, te voy a empujar por una exclusa de aire. La cara de Pax enrojeció y una pequeña risa vino de él. — Entendido. Gigi sonrió. — Entonces, ¿quieres el trabajo? — ¿Está seguro que está bien?

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— Esta es mi cocina, — dijo Gigi. — Si yo quiero contratar a alguien para que me ayude, entonces lo haré. Además, no están para discutir conmigo. A ellos les gusta demasiado la comida casera. — ¿No se puede simplemente usar un replicador de alimentos? — Nosotros no usamos replicadores de comida en esta nave. — Gruñó Gigi. Y nunca lo volverían a usar, si Gigi tenía algo que decir al respecto, se negaba a ser comido por un aparato. Los ojos de Pax se abrieron como platos. — De acuerdo. Gigi se sonrojó. Odiaba los replicadores había ninguna razón para sacarlo en Pax.

de

comida,

pero

no

— Lo siento. Tuve una mala experiencia con un replicador de alimentos recientemente. La maldita cosa trató de comerme. Pax frunció el ceño, mirando confundido. — Ellos pueden hacer eso, supongo. Gigi se rió entre dientes. — Venga, voy a presentarte al comandante, y luego podemos conseguir que te establezcas. ¿Hay algo que necesites buscar? No estoy seguro de cuánto tiempo estaremos aquí, así que si hay algo, ve y búscalo. — No, no realmente. — Pax se encogió de hombros, mirando lejos. — No tengo mucho. — Sí, yo tampoco cuando me uní, sólo una bolsa. — Eso es más de lo que tengo, — resopló Pax. Gigi miró a Pax, mientras caminaban por el pasillo hacia el puente. El hombre no era más alto que él, tal vez unos cinco centímetros. Tenía el pelo negro y ondulado que parecía enrollarse en su rostro, y un flequillo colgando sobre sus ojos como si quisiera esconderse de todo el mundo. Gigi no podía imaginar por qué. Los ojos de Pax eran del azul más intenso que jamás había visto. Eran los ojos perfectos para su piel de color azul pálido. Gigi vio como Pax se escondía cuando llegaron al puente. Se cernió alrededor de la entrada, cuando Gigi caminó dentro. Gigi inmediatamente buscó en el cuarto hasta que sus ojos aterrizaron en su dios del sexo. Sonrió y se dirigió a su compañero. — Remy. — Sólo ver a Remy hizo que Gigi se sintiera mejor. Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de ese magnífico hombre y apoyó la cabeza contra su espalda. — Te extrañé. Remy se rió entre dientes y se estiró para acariciar a Gigi.

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— Sólo han desayuno.

pasado

un

par

de

horas

ángel.

Me

viste

en

el

— Aun así te extrañé. Gigi se puso de puntillas para recibir el beso que sabía iba a venir, cuando Remy se dio la vuelta. Remy siempre lo besaba. Personalmente, Gigi pensaba que su lobo era un poco adicto a los besos. Por suerte, Gigi no tenía ningún problema con eso. Él podría ser adicto también. — ¿Conseguiste desempacar todo, ángel?, — preguntó Remy cuando levantó la cabeza unos minutos más tarde. — Uh, sí. — Gigi se mordió los labios y miró por encima del hombro. — Y he contratado a alguien para que me ayude en la cocina. Las cejas de Remy se dispararon. Un gruñido bajo comenzó a retumbar en su pecho cuando levantó la vista y vio a Pax de pie junto a la puerta. — ¿Contrataste conmigo primero?

a

una

persona?—

Gigi

asintió.



¿Sin

hablar

Gigi se inclinó hacia atrás. — Lo necesitamos, Remy. No sé por qué. Sólo sé que lo hacemos. Remy se quedó pensando por un momento y luego bajó la mirada, las cejas se juntaron cuando frunció el ceño. — ¿Estás seguro, ángel? Gigi volvió a asentir. — Estoy seguro. — Está bien, si tú lo dices, pero todavía quiero revisarlo. — Remy miró con recelo a Pax. — Se podría dar un baño y cambiarse de ropa, también. — Le dije que tendría su propia habitación, Remy. — Gigi tragó saliva. — Es importante para él. — Estoy seguro que podemos arreglar algo sobre eso. El corazón de Gigi golpeó duro en el pecho mientras miraba a Remy. — Gracias por creerme. — Siempre te creeré, ángel. — Remy sonrió y tocó la punta de la nariz de Gigi con el dedo. — Ahora, vamos a ir al encuentro de tu nuevo amigo.

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Gigi se volvió y le hizo señas al hombre de aspecto asustado. — Pax, este es el comandante, Remy. Remy, este es Pax, mi nuevo ayudante de cocina. *** Pax podía sentir sus labios temblorosos mientras sonreía a la persona más grande que había visto jamás. Se sentía temblar de pies a cabeza. No podía recordar alguna vez que tuviera tanto miedo. Y, sin embargo, se sentía seguro al mismo tiempo. No podía explicarlo, pero lo sentía. — Hola, — dijo, luego tragó saliva cuando los ojos ahumados de color gris del hombre grande cayeron sobre él. Maldita sea, el hombre era grande. — Bienvenido a bordo, Pax. — Le sonrió el comandante, pero no trato de estrechar su mano. Pax no estaba seguro de si se sentía aliviado o decepcionado. Quería ser parte de este equipo, pero él no podía entender por qué. Cuando dos hombres aparecieron en el puente, tal vez debería haber pensado en esto antes de aceptar tomar el trabajo. Los hombres grandes eran simplemente aterradores. Pax se hizo a un lado cuando uno de los hombres se acercó demasiado. Vio al tipo de cerca, asegurándose que sus manos no violaran su espacio personal. El hombre le sonrió y dio un paso atrás. — Soy Tank, el piloto. Pax pasó la mano por la camisa hecha jirones antes de estrechar la mano tendida. — Pax. Soy el nuevo ayudante de cocina. — Él se inclinó y le susurró. — Tengo mi propia habitación. — Saltó cuando Tank soltó una carcajada en pleno auge. — Esa es una buena cosa. Bienvenido a bordo, Pax. — Tank se río cuando se sentó al timón. Pax se quedó esperando a Gigi y que le dijera algo o que le diera algo que hacer. Él no quería ir a pasear por la nave cuando no conocía a todos, a pesar que se estaba muriendo por explorar. — Gigi te marcharse.

mostrará

todo,



dijo

el

comandante

antes

de

Pax miró la espalda grande del comandante por un momento antes de recordar la advertencia de Gigi. Muy pronto desvió su mirada. No era que estuviera interesado en Remy. Estaba asombrado de lo grande que era el comandante, lo grande que todos ellos eran.

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Pax dio una mirada a los miembros de la tripulación y se apresuró a seguir a Gigi. Sus ojos se agrandaron mientras caminaban por los pasillos. No era una nave enorme, pero lo suficientemente grande como para perderse en el caso que no supiera la ubicación de los ambientes. Pax tendría que aprender. — Remy va a buscar una habitación para ti. — Con un candado, — Pax le recordó. — Con un candado, — confirmó Gigi. Pax se preguntaba si todavía estaba durmiendo porque, honestamente, no podía ser real. Nunca había recibido una oferta de trabajo antes. No como esta. Esperaba que no le despidieran y lo dejaran en el planeta más cercano. No mucha gente le gustaba estar cerca de él con sus caprichos, y esperaba que estos hombres tuvieran un montón de paciencia. Él no iba a ser demasiado condescendiente en estos momentos. ¿Por qué molestarse si le iban a dejar en algún lugar cuando vieran que él no estaba a la altura de las expectativas de la tripulación? Hasta entonces, él tendría su habitación cerrada con llave, y podía manejar cualquier cosa. Por ahora. *** Remy vio como Gigi y Pax abandonaron el puente. No estaba tan seguro de tener un extraño a bordo, pero su compañero no se había equivocado todavía. Gigi podía haber dicho que lo necesitaba aquí, pero Remy todavía iba a mantener un ojo sobre él. Levantó la vista y frunció el ceño cuando Crank irrumpió en el puente, lo vio, y luego se dirigió directamente hacia él. Crank siempre tenía un brillo en su rostro cuando visitaba End of the Line, hasta ahora. Remy pensó que era debido a las visitas de los burdeles locales, pero no estaba seguro. Lo que lo confundió a él era la mirada de enojo en el rostro de su experto en armas. Remy se enderezó cuando Crank se acercó. — ¿Qué pasa? Crank pasó la mano por la mandíbula mientras miraba alrededor del puente. — Me enteré cabezas.

por

qué

hay

una

recompensa

Esto captó la atención completa de Remy. — Adelante.

61

grande

por

nuestras

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Ninguno de ellos sabía por qué había una gran recompensa por ellos. Todo lo que sabían era que lo había, lo que era muy extraño teniendo en cuenta que se habían estado moviendo alrededor de este sector del espacio por más de una década sin ningún problema, bueno, ningún problema importante de todos modos. — Un tipo se me acercó en el mercado. Dice que su nombre es Drake y sabe que Giovanni está con nosotros a bordo. Él tuvo el descaro de decirme que iba a suspender la recompensa si le devolvemos lo que es de su propiedad. — ¿Ha dicho cual es su propiedad? — Remy tenía un mal presentimiento sobre esto. De alguna manera sabía que no le iba a gustar lo que Crank estaba a punto de decirle. — Sí, — Crank gruñó. — Gigi. Un gruñido desgarró la garganta de Remy. Su instinto protector se disparó a un máximo histórico. — ¿Y por qué no está aquí en frente de arrancar sus entrañas?, — gritó Remy a Crank.



para

que

pueda

— Se escondió en la multitud antes que pudiera tenerlo en mis manos. Sin embargo podemos averiguar quién es, — dijo Crank vacilante. — ¿Cómo?, — estalló Remy. —Lo dejaste ir. — Pregúntale a Gigi. — Tank, toma el timón. — Gruñó Remy y abandonó el puente. Quería saber por qué alguien estaba buscando a su ángel y por qué alguien quería a Gigi lo suficiente como para poner una recompensa sobre sus cabezas. — Gigi. — Gritó Remy cuando entró en el comedor. La cabeza de Gigi apareció, pálida cuando vio a Remy. — ¿Qué? ¿Qué pasa? — ¿Quién es Drake? — Remy supo que Gigi sabía de quién estaba hablando, cuando el hombre se puso blanco como una sábana y comenzó a alejarse, moviendo la cabeza. — ¿Gigi? — ¿Dra-Drake? encontró?

¿Él

está

aquí?,



susurró

Gigi.



¿Cómo

me

— ¿Quién es, Gigi? Los ojos de Gigi eran enormes, llenos de más miedo de lo que Remy había visto nunca. — Él... él es mi maestro. ***

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Gigi se estremeció y retrocedió cuando los ojos de Remy se volvieron completamente negros y dio un grito antinatural cuando él cambió de forma. Había visto a su compañero en su forma cambiada, pero esto era algo nuevo. Esto era algo aterrador. — ¿Re-Remy?, — susurró Gigi. No conocía esta nueva criatura. Remy no se parecía a Remy, ni siquiera en su forma cambiada. En esta nueva forma era una furia. Sus garras habían crecido a una extensión excesiva, volviéndose negras. La piel que cubría su cuerpo parecía erizada y en puntas, no suave y lujosa, como normalmente era. Pero los dientes filosos fueron lo que más asustó a Gigi. Esos no eran los mismos colmillos que se habían hundido en su carne, reclamándolo. Estos colmillos estaban destinados a rasgar la carne del cuerpo de una persona. — ¡Oh, mierda!, — jadeó Crank. — Se ha vuelto salvaje. — Todo el mundo aléjense retrocedía hasta la puerta.

de

Gigi,



gritó

Blade

mientras

— ¿Por qué?, — preguntó Gigi, mirando a de los miembros de la tripulación. Todos ellos lo observaban como si le hubiera crecido una segunda cabeza. — ¿Qué está pasando? — No hagas ningún movimiento brusco, Gigi, — dijo Blade. — Remy necesita olerte para asegurarse que no hayas sido reclamado por nadie. ¡Y hagas lo que hagas, no corras! Gigi asintió con la cabeza y tragó saliva mientras Remy lo acechaba por la habitación. No había ninguna consciencia en los ojos de Remy, ningún signo de cordura. Se había entregado por completo a su lado animal. No era más que bestia pura. Un gruñido bajo retumbó por la habitación cuando Remy avanzó. Gigi contuvo el aliento mientras Remy llegó a una corta distancia de él. Estaba aterrorizado, pero solo tenía que creer que la bestia que estaba de pie ante él todavía tenía algún indicio que era su compañero. Remy volvió a gruñir y fue hacia Gigi. Sus garras sujetaba la piel de Gigi con una intensidad dolorosa. Gigi gimió cuando Remy lo acerco y comenzó a oler su cuello. Remy le podría arrancar el cuello en cualquier momento, y él lo sabía. — Remy, — susurró Gigi. Le agarró el lado de la cara y levantó la cabeza del hombre. Gigi tragó saliva y vio el brillo de la locura en los ojos negros de Remy. — Te quiero, Remy, — susurró luego inclinó la cabeza hacia atrás sumisamente. Remy volvió a gruñir, luego atacó. Gigi gritó cuando los dientes afilados de la bestia se hundieron en el cuello. Podía sentir a

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Remy tomando tragos profundos de su sangre. Por primera vez desde que había conocido a Remy, le dolió más de lo que le trajo placer. Gigi apretó los dientes y trató de no alejarse cuando las lágrimas de dolor brotaban de sus ojos. Los ojos de Remy eran un poco menos intensos cuando levantó la cabeza un minuto más tarde. Gigi se hundió en los brazos de Remy y trató de no dejar que el temor lo venciera. No protestó cuando Remy lo cogió, sólo apoyó su cabeza sobre el pecho de Remy. Remy dio la vuelta y gruñó a los demás en la sala. Gigi le acarició el pecho para calmar a la bestia. No sabía si serviría de algo, pero Remy no ataco a nadie, así que pensó que si servía. Se llevo a Gigi del comedor por el pasillo a su cuarto. Gigi no sabía qué iba a pasar cuando llegaron a sus habitaciones, pero estaba un poco confundido cuando Remy lo llevó a la habitación, le arrancó la ropa, y luego lo abrazó en la cama. Esperaba ser violado o mordido de nuevo. No esperaba que Remy lo mantuviera suavemente y le estuviera acariciando cada centímetro de su cuerpo. La lengua que le lamía era muy rara, pero Gigi no podía controlar que su cuerpo fuese lamido de un extremo a otro, como tampoco pudo controlar el ser mordido. Poco a poco, Remy empezó a volver a su estado normal, parecido al humano. Gigi dejó escapar un suspiro de alivio cuando Remy frotó la cabeza contra él. Gigi miró a través de sus pestañas, no sabiendo lo que iba a encontrar, la loca bestia o un compañero amoroso. Estaba casi asustado de averiguarlo. Remy frunció las cejas mientras acariciaba con la mano el lado de la cara de Gigi. — Háblame de Drake. *** — ¡Mierda!— Blade pasó la mano por su cabello cuando el alivio corrió a través de él. — Pensé que iba a matarnos a todos nosotros. — Nunca le he visto perder el control de esa manera antes, — dijo Crank. — Eso fue una mierda algo aterradora… — Si Gigi no hubiera estado aquí todos nos hubiéramos muerto, — dijo Tank. — Si Gigi no hubiera estado aquí, — masculló Crank cuando pisó por la habitación y se sentó en una mesa de metal, — no habríamos estado en esta posición en primer lugar. Remy se volvió loco a causa de Gigi.

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Blade frunció el ceño. No le gustaba cómo estaba culpando Crank de todo esto a Gigi. El hombre era extraño, pero él seguía siendo uno de los tripulantes. — Remy se volvió loco porque pensó que su territorio estaba siendo amenazado, nada más. — ¡Correcto!, — gruñó Crank y movió su mano hacia la puerta doble de metal. — Y Gigi es su territorio. — Uh... pensé que Gigi era el compañero del comandante, — dijo Pax. Blade se dio la vuelta para mirar al nuevo miembro de la tripulación. El hombre lucía asustado a morir. Blade no podía culparlo. Ver al comandante volverse salvaje no era algo que quisiera volver a experimentar. Él sabía que los cambiantes tenían instintos posesivos, pero nunca había visto a nadie volverse tan loco por su compañero. Blade sabía que había buscado a su compañero, tanto como Remy lo había hecho, pero esperaba que nunca se volviera loco por él. Un compañero satisfacía una necesidad. Ellos nunca debían ser tan importantes para gobernar sus acciones. — Gigi es el compañero del posición donde el reclamo de señaló hacia la puerta donde Lo que acabas de ver fue compañero.

comandante, pero Gigi se puso en una Remy sobre él fue amenazado. — Blade los dos hombres acababan de pasar. — la recuperación de Remy sobre su

— Él no hará daño a Gigi, ¿verdad? Blade se encogió de hombros. — No sé. Nunca he visto al comandante así antes. — Bueno, ¿no debería alguien ir a ver?, — preguntó Pax. — Adelante, — rió Blade. — No voy cerca a su cuarto hasta que salgan y sé que es seguro. No soy tan estúpido. A Pax se le juntaron las cejas. Él se mordió el dedo pulgar por un momento mientras miraba hacia la puerta. Cuando volvió a mirar a Blade, parecía preocupado. — Alguien debe… — ¡Mío! Blade se dio la vuelta para ver a Colt en la puerta. Los ojos azules naturales del hombre se habían oscurecido. Garras crecieron de sus dedos mientras miraba a través de la habitación a Pax. La esquina de los labios de Colt comenzó a curvarse de nuevo, cuando gruñó.

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Blade se puso rígido cuando Colt gritó y empezó a cruzar la habitación hacia Pax. — ¡Mío! — ¡Mierda! — Blade puso los ojos en blanco. — No de nuevo.

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Capítulo 7 Remy acarició la cara bajo control. La sola tocando a Gigi había alrededor de tres metros

de su ángel cuando su respiración volvió idea de Drake o cualquier otra persona hecho que Remy quisiera matar a todos de su compañero.

— ¿Estás de nuevo conmigo?, — preguntó Gigi tenso mientras daba la vuelta en los brazos de Remy. Remy podía ver el miedo en los ojos de su ángel, y quería consolar al hombre, pero necesitaba llegar al fondo de las cosas primero. — ¿Cómo terminaste con un maestro, Gigi?, — preguntó Remy mientras rodaba sobre la espalda y entrelazaba los dedos detrás de su cabeza. Gigi tenía un maestro y eso era inquietante. Había que tener en cuenta que si se vende a sí mismo o su familia lo vende antes de su edad adulta, el día de la entrega se volvió legal la venta de la persona. Podía sentir sus garras comenzando a alargarse de nuevo cuando la ira lo lleno. Cualquier respuesta le iba a partir, y Remy lo sabía. Cuando su compañero no le respondió, Remy miró de forma congelada a su compañero. Su ángel no movía ni un solo músculo. — ¿Ángel? — Mi familia, — un suave susurro llegó a él. Remy cerró los ojos. Su mandíbula apretada tan fuerte que él juró que se iba a romper los dientes. ¿Cómo diablos puede una familia vender a uno de sus miembros? Remy nunca entendería los lazos familiares, teniendo en cuenta que había sido un hijo único con un solo padre para criarlo. Él no fue cercano con su padre. De hecho, su padre le había dado la espalda a Remy cuando fue vetado por el servicio. Su padre era un embajador de la Federación de los Planetas Unidos y no podía soportar la vergüenza que su hijo trajo sobre el nombre de la familia. No tenía cálidos sentimientos cuando pensaba en la Gigi sólo consolidó su convicción que la familia es una tripulación era diferente. Eran una raza diferente que su lado y morían por los demás. Eso es de lo que se familia.

familia, y mierda. Su luchaban a trata una

— Siento que los miembros de tu familia sean unos cretinos, — dijo Remy.

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Gigi se puso rígido y luego levantó la cabeza y miró a Remy. — Tú no los conoces lo suficientemente bien como para llamarlos así, — había una chispa de ira en sus ojos. Remy se sorprendió. — ¿Cómo puedes dar la cara por ellos si te vendieron? Suma dos mas dos, Gigi, y ni siquiera pueden ser cuatro. En este momento todo lo que veo es igual a cero, que es como veo a tu familia. — No sabes que pudo impulsarlos a hacerlo. Así que, ¿cómo puedes recostarte aquí y sólo juzgarlos? — Gigi rodó de la cama y se puso de pie, con las manos a los costados. — Prueba un poco de empatía. — ¿Empatía?, — preguntó Remy cuando su boca se abrió ligeramente en incredulidad. — Voy a mostrar empatía contigo, no con los miembros de tu familia que te vendieron por unos cuantos créditos. — Se levantó de la cama y se dirigió a su armario, sacando un par de jeans y se los puso. — ¿Sabes qué? — ¿Qué? — Remy se volteó y miró a su compañero. — Yo... tú... no importa. Gigi salió de la habitación, dejando a Remy de pie en plena ebullición. ¿Cómo demonios defiendes a una familia que vende a uno de los suyos? Remy no podía y no quería ver la lógica detrás de ello. Gigi necesitaba despertar y oler la mierda con que su familia lo alimentó. Remy salió de la habitación en pos de su compañero. Él quería saber por qué su compañero podía defender a esos monstruos. Caminó por el comedor y se dio cuenta cómo todo el mundo estaba mirando del uno al otro con incredulidad. Hizo caso omiso de su puertas dobles hacia la ollas por todos lados, estuviera tan cabreado, se

equipo cuando se abrió paso entre las cocina. Su compañero estaba golpeando su nariz pequeña echaba humo. Si no le habría visto sexy.

No, no es sexy, estaba loco. Concéntrate. — Si entras en mi cocina escupiendo mierda, te voy a golpear en la cabeza con una sartén, — advirtió Gigi, mientras tomaba un conjunto de pinzas. Remy se alejó de las tenazas. De alguna manera sabía que su ángel podría convertirlas en un arma letal. — Dime la verdad, ángel. No sabes por qué lo hicieron, y eso es de lo que se trata, ¿verdad?

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Gigi estrelló otra olla en la estufa y luego llegó a estar tan quieto como una estatua, de espaldas a Remy. Esperó, dando a la vez tiempo a su compañero para que ordenase sus pensamientos. Su corazón sufrió cuando Gigi hizo un leve encogimiento de hombros. — Ellos tenían que tener sus razones, — dijo Gigi a la estufa. — No fue porque no me quisieran, ¿verdad? El corazón de Remy le dolía al cruzar la habitación y presionar el pecho contra la espalda de su ángel. Pasó un brazo sobre los hombros de Gigi cuando su compañero se relajó contra él. Una mano se movió hacia la cadera de Remy, mientras sostenía a su compañero. — Para ser honesto, no puedo decirte por qué lo hicieron. Sin embargo, yo te amo. Recuerda eso ángel. Gigi resopló un momento y luego levantó el brazo y usó su mano para limpiar su cara. — Drake es implacable. Él es egoísta y me tenía como la posesión que ha comprado. Él me llamó su juguete y dijo que si alguna vez trataba de huir, me haría pagar muy caro. Si él me ha rastreado, entonces no se detendrá ante nada para que yo vuelva. No le gusta perder. — Yo tampoco, ángel. No voy a perder a mi compañero, por lo que Drake puede besar el culo de la tripulación. Tendrá que pasar por todos nosotros antes llegar a ti. Gigi se mordió el labio inferior cuando miró a Remy. — ¿Podemos cambiar de tema? Al menos por ahora. Estamos lejos del planeta, así que tenemos tiempo para descansar, ¿no? Yo puedo cocinar la cena para todo el mundo, y Pax me puede ayudar. Remy se inclinó y besó a su ángel en la sien. — Voy a ir a buscarlo. — Remy le dio unas palmaditas en el culo a Gigi cuando se dio media vuelta y entró al comedor. Su tripulación seguía de pie mirando atónitos. — Relájense, fue sólo un pequeño malentendido, — explicó a sus hombres. Cuando nadie se movió, Remy reparó en todos. Crank y Blade estaban mirando entre Colt y Pax. Pax estaba parado a un lado temblando como una hoja, y Colt había desenvainado sus garras. ¿Qué demonios está pasando aquí? — Pax, Gigi te necesita en la cocina. — Observó al hombre de piel azul asentir con la cabeza. Sus ojos eran redondos como los platos de la cena cuando se deslizó por la pared hacia la cocina. Colt gruñó y dio un paso hacía Pax, no permitiendo que la distancia se interpusiera entre ellos.

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— ¿Alguien me quiere decir qué está pasando?, — preguntó Remy mientras observaba a Colt y Pax hacer una rutina de baile hasta que Pax llegó a la puerta de la cocina y corrió a través de ella. — Creo que Colt se contagió de una enfermedad en End of the Line. Ves las pequeñas plumas que salen de él, — señaló Crank mientras sus dedos hicieron un giro delante de él. — Tal vez deberíamos encerrarlo y evitarle a Pax el dolor de cabeza. — ¿Qué tiene que ver Pax...? Oh, mierda. — Remy se quejó. Justo lo que necesitaba, más problemas. ¿Por lo que Remy podía ver, el pequeño asistente se asustaba con su propia sombra, y Colt era su compañero? ¿Colt? El halcón que había dicho una vez que los compañeros eran como una enfermedad de Paktillian. Si estas atrapado, te mueres. ¿Ese Colt? Ahora él tenía que ver a Pax correr, perseguido por Colt, y a Gigi interponerse entre los dos con una espátula y un juego de pinzas. Si esta mierda seguía, iba a tener que dejar de atracar en los planetas y salvarlos a todos de un dolor de cabeza. *** Gigi estaba sujeto en su asiento mientras la nave atracaba. Este era un planeta completamente nuevo que nunca había visto antes. La emoción zumbaba a través de él ante la perspectiva de salir y explorar Paktil. Él sabía que Drake estaba a su caza, pero no había manera que descubriera donde estaban en estos momentos. — ¿Vienes?, — preguntó Gigi a Pax con entusiasmo. — Depende. ¿He hecho un trabajo bastante decente para ti? Gigi no estaba seguro de lo que estaba diciendo Pax. El hombre era estrafalario como el infierno y no tenía sentido la mitad del tiempo. Pero él le iba a dar su cuota. — ¿Estás bromeando? Tú haz hecho un trabajo ayudarme a alimentar a estos hombres de Neandertal.

increíble

al

— ¡Hey!, — grito Tank. — Sin ánimo de ofender, — dijo Gigi de espalda. — Ok. Gigi miró a Pax. — Entonces, ¿vas a venir? Tienes que venir, por favor, — le rogó, mientras arrastraba la última palabra. El hombre de tez azul vivía en su habitación si no estaba ayudando en la cocina, y Gigi quería que saliera por un rato. — Está bien. — Pax cerró un ojo ligeramente. — Pero es mejor que no me dejes.

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Sí, el hombre era extraño como el infierno, pero a Gigi le gustaba. — Te lo prometo, ahora vamos. Él se desabrochó el cinturón de seguridad cuando los propulsores se quedaron en silencio. Había estado buscando un catálogo Paktillian y se estaba muriendo de la emoción por un conjunto de sartenes que había visto. ¡Podían cocinar una vaca y una gallina a la vez! Bueno, quizás no al mismo tiempo, pero estaban muy bien y Remy se comprometió en comprar el juego para él. Gigi fue prácticamente corriendo por la rampa retráctil, cuando una mano se posó en su hombro y tiró de él. — Reduce la velocidad, ángel. Las cacerolas no van a ninguna parte, y tienes que ser un poco más cauteloso. Gigi puso los ojos en blanco mientras su cuerpo se desplomó. — Bien, — soltó. — Voy a ir más despacio y a ser más cauto. — Remy estaba en un estado de ánimo asesino. Él no quería ir más despacio. Gigi quería esas cacerolas. Remy se inclinó y puso un beso ardiente en sus labios, dejando a Gigi con mareos mientras seguía detrás de su compañero. La nube de lujuria se disipó cuando salieron de la nave. Gigi gritó y bailó alrededor de su compañero a medida que la música flotaba a sus oídos. Parecía que había una especie de festival en marcha, y Gigi empezó a hacer el Cha-Cha-Cha. Pax camino junto a él riendo. El hombre lucía como si quisiera bailar también, pero no lo hizo. Es una pena, Gigi estaba teniendo el momento de su vida. La tripulación tenía que reunirse con alguien para una compra, por lo que Tank fue asignado como el guardia oficial. Gigi miró a Remy irse con su equipo cuando él y Pax atravesaron la multitud. Tank les gritaba que redujeran la velocidad o que los iba a transportar de vuelta a la nave. No en esta vida. Llegaron a un stand que vendía pinchos Orillian. Compró uno para él y otro para Pax. Olían deliciosos. La carne se cayó del pincho cuando Gigi tomó un pedazo de ella. Gigi se detuvo cuando cerrándole el paso.

un

hombre

se

disparó

delante

de

él,

— Vi que bajaron de aquella nave. ¿Tienes algún tornillo suelto? Yo soy tu hombre. ¿Tienes los cables cruzados? Puedo descruzártelo. Déjame mostrarte lo que puedo hacer.

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— Vuelvan de una puta vez. — Tank gruñó mientras colocaba su cuerpo entre Gigi y el tipo. Pax estaba un poco detrás de él, mirando al alrededor de Gigi con los ojos grandes y curiosos. — Hey, amigo, yo no pretendía hacer daño. Yo acabo de preguntarle al chico si tenia algún tornillo suelto. Por cierto, ¿Alguno de sus tornillos están flojos? Yo puedo arreglarlo. — Movió las cejas a Tank. — ¿Cuál es el nombre de su señor? — Los únicos tornillos sueltos por aquí son los tuyos. Ahora, vete de una puta vez, — advirtió Tank al tipo de nuevo. Esta vez, Gigi oyó el veneno en la alerta de Tank. — Me llaman Livewire. Si hay un cable de alta tensión expuesto... no realmente... bueno... de cualquier forma, puedo arreglarlo. Si tienen una mota en la espalda. — Livewire empujó sus caderas hacia delante. — Yo puedo quitar el polvo de ella. Gigi y Pax se rieron al ver al hombre animado. Tank, al parecer, no pensaba que era gracioso. No estaba sonriendo. — Yo sé cómo tocar a mi Lady Blue, — se jactó el piloto cuando los tres se alejaron. Gigi miró sobre su hombro. El hombre estaba corriendo hacia otra persona, evidentemente, corriendo la misma línea de la forma en que sus caderas se movían. Se volvió hacia Pax. — ¿Tienes algún tornillo suelto?, — empujo sus caderas. Pax se rió de Gigi, sus intensos ojos azules brillaban. Trató de no mirar, pero Pax se veía bien cuando sonreía. El hombre necesitaba hacerlo más a menudo. La mirada asustada no se ajustaba a su cara como lo hacía esa sonrisa. — Es inofensivo. — ¿Cómo lo sabes?, — preguntó Gigi mientras seguía riendo. — Debido a que era de color azul, — declaró Pax con la mayor naturalidad. Gigi sabía que el tipo era raro, pero que no creía que fuera daltónico. Pax era el que tenía la piel azul. — Uh, no, no lo era. — Sí, lo era. El aura a su alrededor era de color azul. Eso quiere decir que era agradable u honorable. Todavía no puedo descifrar cual, — dijo Pax como suponiendo que Gigi tenía que saber de qué demonios estaba hablando. Gigi le caminar.

puso

una

mano

en

el

— ¿De que aura hablas?

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brazo

de

Pax,

deteniéndolo

al

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Pax se encogió de hombros y sus ojos moviéndose rápido alrededor del festival. Gigi se dio cuenta que Pax se había puesto incómodo, pero necesitaba saber. Este hombre estaba alrededor de sus muchachos, necesitaba asegurarse que su tripulación estaba a salvo. — ¿De que aura hablas, Pax?, — insistió otra vez. Pax rebotó en un pie mientras se retorcía las manos. — Todo el mundo tiene una. No soy un bicho raro. No me mires así. Tú tienes una también. Es de color rosa. Eso me dice que eres de fiar, aunque un poco extraño. — ¿El equipo tiene una aura...? Pax asintió con la cabeza. — Remy tiene una de color azul oscuro que me dice que es honorable o agradable. Tank tiene una naranja que me dice que es divertido. Crank es de color amarillo, por lo que es travieso, y Blade es de color verde, lo que significa que es amigable. — ¿Qué pasa con Colt? — Hey, globos. — Pax hizo una pausa, esquivando la pregunta de Gigi. — Uh, está bien. — Obviamente, Pax no quería hablar de Colt en este momento. Gigi lo dejó ir por ahora, pero iba a averiguar de qué color era Colt. Por lo que Remy le dijo, Colt y Pax eran compañeros. Si no tenía una buena aura, entonces la tripulación, o por lo menos Remy, necesitaba saberlo. — ¿Estás listo para obtener tus cacerolas, ángel?, — preguntó Remy mientras caminaba detrás de Gigi. Miró a Pax, pero el hombre estaba absorto en los globos. — Sí. — Sonrió hasta su compañero. — Muéstrame el camino. Remy se rió entre dientes, mientras ponía la mano sobre la espalda de Gigi y lo guiaba a través del festival. La música era alegre, y todos parecían estar pasando un buen rato. Gigi saltó de alegría cuando se acercaron al stand de comercio de cacerolas exhibidas para que todos las vieran. Quería el conjunto de color gris oscuro. Coincidían con los ojos de su pareja. Gigi pronto se olvidó de las nieblas porque Remy le hacia olvidar todo. *** Pax vio a Gigi saltar y rebotar cuando el comandante le compró un juego de ollas grises. Gigi era muy extraño. Había stands de joyas, ropa hecha de la más fina seda Trillian, el tesoro de los mundos exóticos, y sin embargo una serie de ollas fue lo que hizo a Gigi delirantemente feliz.

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Tenía que ser el aura rosada alrededor de Gigi. visto una tan viva antes, y había estado viendo que era pequeño. Gigi le intrigaba, pero no lo para que el comandante estuviera enojado por cerca.

Pax nunca había las auras desde suficiente como estar demasiado

Pax nunca olvidaría a la criatura en la que Remy se había convertido. Todavía tenía el mismo color de niebla, sólo más oscuro. Él no estuvo realmente asustado del comandante, sólo fue cauteloso. El resto de la tripulación parecía bastante bien, a excepción de Colt. No tenía un color. Era la falta de color en Colt lo que preocupaba más a Pax. Nunca había conocido a nadie que no tuviera una niebla de color. Hasta que él supiera lo que significaba, Pax permanecería lo más lejos de Colt como pudiera, sin importar lo mucho que deseaba estar cerca del hombre. Pax pagó un globo, entonces se encaminó hacia el stand de las cacerolas. Sus pasos vacilaron cuando se dio cuenta que no podía ver a Gigi o a Remy. Pax se dio la vuelta, el miedo atrapándolo cuando no los vio. El pánico empezó a aparecer cuando Pax corrió entre la multitud para tratar de encontrar a sus nuevos amigos. Corrió y corrió y corrió. Cuando no los pudo encontrar en el mercado, Pax corrió hacia la bahía de acoplamiento. Aun cuando los perdió, podría esperarlos en la nave. Hizo caso omiso de los gritos de enojo cuando tropezó con una persona tras otra. Tenía que llegar al barco. La nave representaba seguridad, un lugar para esconderse del mundo. Se juró a sí mismo que nunca la dejaría de nuevo. Iba a encerrarse en su habitación y sólo iba a salir cuando necesitase ir a trabajar. Haría cualquier cosa si con tal de no quedarse atrás, no otra vez. Pax respiró profundamente y se dejó caer de rodillas cuando llegó al espacio vacío en la bahía de acoplamiento en el que Lady Blue debería haber estado. No había nave, sólo un gran espacio abierto. Las lágrimas llenaron los ojos de Pax, el globo se escapo de su mano cuando se dio cuenta que su mayor temor se había vuelto realidad, y justo cuando había comenzado a creer en el sueño. Se había quedado atrás. Pax resopló y se secó los ojos. Muy bien. Lo habían dejado antes. Podía hacer frente a esto, en verdad podía. Pero no podía explicar el profundo dolor que sentía en el pecho al pensar en no volver a ver a la tripulación de la Lady Blue de nuevo. Él nunca había experimentado eso antes. — Bien, bien, bien, ¿qué tenemos aquí?

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Pax saltó cuando alguien le agarró por detrás y tiró de él a sus pies. Sus ojos se abrieron cuando él se echó atrás teniendo un buen vistazo del aura negra y enojada que rodeaba al hombre que le sostenía por los brazos. Esto no era bueno. El hombre exudaba pura maldad. — Sí, — dijo el hombre mientras miraba a Pax de arriba a abajo, — creo que eres lo que yo he estado buscando. Tú vas a ser perfecto. — ¿Perfecto?, — chirrió Pax. — ¿Perfecto para qué? El hombre sonrió. — Cebo. *** Gigi tarareaba para sí mismo, y sacaba cada olla fuera de su envoltorio y con mucho cuidado los puso en el estante. Estaba tan emocionado por probar su nueva sartén que había prometido a Remy una cena especial. Incluso había comprado los artículos que necesitaba antes de abandonar el mercado. Gigi agarró las ollas que iba a necesitar y las puso sobre el mostrador. A continuación, se dirigió a la despensa y sacó los alimentos que necesitaba. Él continuó tarareando una melodía mientras cortaba las verduras y las agregó a una olla grande. Miró a su alrededor, sabiendo que estaba olvidando algo. Gigi giró alrededor de un círculo luego giro de nuevo. ¿Qué era lo que faltaba? — ¿Pax?, — llamo a Gigi. — Hey, Pax, ¿podrías venir aquí un minuto? Gigi hizo una pausa, frunciendo el ceño cuando Pax no entró en la cocina. Gritó el nombre del hombre de nuevo cuando entró en el comedor. Cuando no hubo respuesta, Gigi salió del comedor y el pasillo a la sala asignada a Pax. — Hey, Pax, ¿estás ahí?, — llamo Gigi fuera a la puerta. — ¿Pax? Gigi comenzó a preocuparse cuando Pax no le respondió. Algo no estaba bien. Gigi se volvió y corrió por el pasillo hacia la escalera que conducía al puente. Él no tenía acceso a la sala de Pax, a menos que el hombre lo dejara entrar. — Remy, creo que algo le sucede a Pax, — dijo mientras corría hacia el puente. — Él no está respondiendo a su puerta, y no puedo encontrarlo en ninguna parte. Colt gruñó y salió corriendo de la habitación. Gigi casi saltó fuera del camino cuando el hombre pasó corriendo junto a él. Se volvió para preguntar a Remy lo que estaba pasando, pero su

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compañero salio corriendo por la puerta después de Colt. Gigi puso los ojos en blanco, y fue corriendo detrás de los dos hombres. Él llegó a la puerta de Pax cuando Remy consiguió abrirla y Colt pisó adentro. Colt retrocedió. Gigi se pegó a la pared cuando vio que los ojos llenos de rabia del halcón se posaron en él por un momento y luego Colt se fue corriendo por el pasillo nuevamente. — ¿Qué demonios?, — desaparecer de la vista.

Gigi

susurró

mientras

miraba

a

Colt

— Pax no está en su habitación, — dijo Remy, mientras caminaba de vuelta al pasillo. — ¿Qué quieres decir con que Pax no está en su habitación?, — replicó Gigi cuando él se acercó y miró en la habitación vacía. — ¿Dónde diablos está? — No sé. — Remy comenzó a sacudir la cabeza. — Pero si no lo encontramos, Colt va a ser un problema. — Pero… — Si no encontramos a Pax, podríamos perder a Colt.

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Capítulo 8 Remy se precipitó hacia el puente. Estaban a una hora de la verdad para llegar a Beta Cinco y conseguir realizar el trabajo para el cual Crank había sido contratado, pero no iban a dejar a un hombre detrás. Pax tenía que estar en el planeta. No estaba en ningún otro lugar dentro de la nave. — Date la vuelta, Tank. Parece ser que uno de los miembros de nuestro equipo se olvidó subir. Remy se inclinó sobre el panel de control, mirando hacia el espacio. Estaba enfadado consigo mismo por no hacer un registro de los tripulantes antes de despegar. Gigi le había distraído con sus divagaciones y agradecimientos por sus sartenes. — Maldita sea. Golpeó la parte posterior de los nudillos en los paneles de control. Si algo le sucediera a Pax... Remy no iba a permitir que los pensamientos negativos entraran en su cabeza ahora mismo. El tipo azul probablemente estaba todavía dando vueltas, inconsciente al hecho de ser olvidado. — Vamos a atracar de nuevo para que podamos encontrar a Pax, — ordenó Remy, mientras caminaba por el puente. Si perdían a Pax, perderían a Colt. Esto era inaceptable para él. No había perdido un miembro de la tripulación aún, y no iba a empezar ahora. Remy se dirigió a la sala de armas y se ató un phaser en el muslo antes de caminar hacia la rampa retráctil. Levantó las manos y las plantó en la pared sobre su cabeza mientras esperaba que Tank aterrizara. Colt dio un paso al lado de él, mientras esperaba en silencio al lado de Remy. Remy quería decir algo a su francotirador, pero ¿qué podía decir? ¿Lo siento, me olvidé de tu compañero? Eso sería como una bofetada en la cara, por lo que Remy se quedó quieto. Cuando la nave tocó tierra, Remy se enderezó, a la espera que la rampa bajara. Crank y Blade se unieron a ellos, todos saliendo para ir en busca de un miembro de la tripulación desaparecido. Remy quería maldecir cuando vio que el lugar había ganado un público aún mayor. ¿Qué tan difícil puede ser encontrar un hombre azul? Al parecer, muy difícil, ya que no veían ni sus cabellos. — Separémonos para que podamos cubrir más terreno. Prendan sus enlaces. Si lo encuentran, que todo el mundo lo sepa de inmediato. — Remy se sentía como una mierda cuando Colt sólo se alejó, con su mandíbula apretada.

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Se dirigió de vuelta al stand de globos donde vio a Pax por última vez. — Disculpe, ¿ha visto a un joven de color azul con el cabello grueso, ondulado, negro y flequillo largo que ocultan sus ojos? Tiene una cicatriz en su mejilla izquierda y mide más o menos un metro setenta. — Lo siento señor. Hay demasiados clientes como para prestar atención a una sola persona. — El vendedor se disculpó. — Voy a estar atento observando para usted. Si lo veo, le voy a decir que lo buscan. Remy le dio las gracias y se dio la vuelta, observo a la multitud de la fiesta. La mayoría de la gente de aquí tenía más de un metro ochenta de altura, por lo que encontrarlo iba a ser un trabajo muy difícil. — Vi que bajaste de aquella nave. ¿Tienes algún tornillo suelto? Yo soy tu hombre. ¿Tienes los cables cruzados? Puedo descruzarlos. Déjame enseñarte lo que puedo hacer. Remy se paró en seco y se quedó mirando al hombre chiflado delante de él. — Piérdete, — gruñó antes de bordear el extraño y continuar su búsqueda. El hombre saltó de nuevo al frente de Remy. — ¿Busca al pequeño hombre azul que vino aquí con usted? Remy agarró la parte delantera de la camisa del hijo de puta, curvando los dedos alrededor de la tela y levanto al hombre un poco con los pies en el aire. — ¿Dónde está? — Remy frunció sus labios hacia atrás y le enseñó los colmillos, dejando al extraño saber que no estaba de humor para jugar con el. El hombre negó con la cabeza, parecía imperturbable. — Contrátame, y te diré lo que sé. — Dime lo que sabes, y aun conservaras tus entrañas. — La amenaza retumbó en su pecho y vibró en su garganta mientras se miraban uno al otro. — Puedo estar desesperado por trabajar, pero no soy realmente un idiota. — El hombre dejó caer el acto loco a medida que su voz se estabilizó en un timbre profundo. — No te voy a joder. Yo sé lo que vi, y te diré tan pronto como me contrates como tu mecánico. Soy muy bueno en lo que hago, pero todo el mundo por aquí actúa como si su mierda no apestara.

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— Te voy a contratar como mi mecánico si la información sale bien y consigo a Pax de regreso. Remy no podía creer que estaba siendo chantajeado en la contratación de otra persona de la calle sin haberlo investigado completamente. ¡Debía estar perdiendo su toque! Él asintió con la cabeza mientras bajaba al desconocido. — Muéstrame el camino. Le siguió al tiempo que abrió la conexión COM y transmitió el mensaje al resto de los miembros de su tripulación. En cuestión de segundos Colt estaba a su lado, Blade y Crank también estuvieron rápidamente. — Conozco a ese pelmazo. — Gruñó Crank. — Se acercó a mí la primera vez que estuvimos aquí. Se llama a sí mismo Livewire. — Bueno, Livewire vio lo que pasó a Pax. Así que lo seguimos y conseguimos un nuevo miembro de la tripulación. Colt gruñó a Remy. Remy sabía que Pax era más que un miembro de la tripulación para el halcón, pero ahora no era el momento de corregir posiciones o estatus. Eso se discutiría una vez que Pax volviera en la Lady Blue. — Allí. — Livewire señaló a un pequeño edificio. — Un tipo lo llevo hacia allí hace una hora. Antes que Remy pudiera idear un plan, Colt cambió y voló hacia el edificio en ruinas. — A la mierda, — masculló Remy. — Vamos dentro. Los cuatro hombres, Livewire entre ellos, se distribuyeron cuando Remy hizo señas con su mano a Crank y Blade para tomar el lado sur del edificio. Remy mantuvo a Livewire con él, porque si esto era una trampa, mataría al tipo donde se encontraba. Blade señaló con dos dedos a dos hombres que vio en el interior del edificio. Remy asintió su comprensión mientras retiraba su phaser de la funda del muslo. Nadie tomaba a uno de sus hombres, y tenía la intención de enseñar una lección a quien había hecho esto. Colt voló alrededor del edificio antes de aterrizar y luego desapareció a través de una ventana vieja y rota. Remy inclinó la cabeza hacia atrás y aspiró profundamente, oliendo a los dos hombres y a Pax. Podía oler una gran cantidad de miedo también, y lo que olía como odio puro. La fuerza del odio quemaba sus fosas nasales. Él adivinaba el miedo que venía del miembro de su tripulación. Lo que realmente quería saber era quien podía odiar a Pax tanto

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como para créditos.

secuestrarlo.

Esa

era

la

pregunta

del

millón

de

Blade y Crank se deslizaron por una ventana del primer piso mientras que Remy y Livewire se deslizaron alrededor de la parte de atrás del edificio por una puerta oxidada que estaba medio colgando de sus bisagras. Remy vio a un hombre caminando con un blaster sobre su hombro, fumando un cigarro fino. Dios, esa mierda olía horrible. Los sentidos cambiantes altamente desarrollados de Remy se sintieron ofendidos por la mala costumbre. El hombre iba a morir por su adicción. Vio que Colt se deslizó detrás del hombre y le cortó el cuello con un movimiento suave. El hombre cayó al suelo. Colt tenía una mirada salvaje en sus ojos que le hacía parecer un loco. Remy lo sería también sí algo le pasaba a su ángel. Los cinco buscaban en el edificio, siguiendo el aroma de Pax hasta llegar a una puerta del tercer piso. Nadie estaba seguro de lo que iban a encontrar, pero afortunadamente Remy no olía nada de sangre. Le hizo una señal para que fueran rápidos y fuertes, tomando por sorpresa a quienes estaban adentro. Cuando se apresuraron a la sala, Remy estaba perturbado de encontrar sólo a Pax ocupándola. Colt se disparó hacia su compañero, que estaba inconsciente en el suelo con sus muñecas atadas a la espalda. Un frío miedo recorrió su espina dorsal cuando Remy se dio cuenta de lo que estaba pasando. Abrió su enlace, tratando de alcanzar a Tank, pero lo único que consiguió fue estática. Remy salió corriendo de la habitación y bajó las escaleras mientras su corazón estaba atrapado en su garganta. La Blue Lady se encontraba en el muelle de embarque con Tank sólo para defenderla. El que había hecho esto no estaba tratando de llegar a Pax. Ellos estaban tratando de llegar a Gigi. *** Gigi se sentó en el puente con Tank, preocupado más allá de lo posible. Pax temía quedarse atrás, ¿y que habían hecho? Lo dejaron atrás. Quería darse una patada en culo por no darse cuenta que el hombre no estaba a bordo después de prometer que no lo dejaría atrás. Su asistente le iba a odiar por esto. Gigi se mordió el pulgar mientras sus ojos miraban continuamente hacia el puerto espacial, como si la constante vigilancia fuera a hacer que apareciera con Pax caminando junto a ellos. — Lo van a encontrar, — Tank trató de tranquilizarlo. — Son buenos en lo que hacen.

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— Pero, ¿y si no?, — preguntó Gigi mientras miraba una vez más fuera de la ventanilla, aún sin ver a su equipo. — No se puede pensar así, Gigi. Piensa en positivo. Gigi no podía estar más tiempo aquí. Estaba demasiado agitado y necesitaba calmar los nervios. Se fue del puente para vagar por los pasillos, haciendo su mejor esfuerzo para calmarse y pensar en positivo como Tank había sugerido. No era fácil. Gigi se dirigió hacia el comedor y luego por dos tramos de escaleras a la bodega de carga. Gigi acababa de bajar la escalera, cuando oyó un ruido en la parte posterior de la nave. Su corazón se aceleró mientras corría por la rampa retráctil. Su tripulación estaba de vuelta, y esperaba que Pax estuviera con ellos. Gigi no era capaz de volver allí lo suficientemente rápido. Al doblar la esquina, no había nadie allí. — ¿Qué demonios? — Gigi sabía a ciencia cierta que había oído pasos. Él no estaba imaginando cosas. Tanto como él quería a Pax de vuelta, su mente no lo estaba inventando. Gigi se dirigió hacia la rampa, buscando alrededor el origen del ruido. Tal vez Colt volvió aquí en primer lugar y había llevado a Pax a la bahía médica. ¿Qué tal si Pax estaba herido? Gigi corrió hacia las escaleras y luego se dirigió en la dirección de la enfermería, rezando para que Colt estuviera siendo cauteloso, y Pax no hubiese resultado herido en realidad. Su corazón tronó se encontró cara detenerse, pero directamente a las

cuando giro una de las esquinas del pasillo y a cara con su peor pesadilla. Gigi intentó no fue lo suficientemente rápido. Corrió manos de Drake.

— ¡Te tengo mi pequeña mierda!, — gritó Drake mientras agarraba por el pelo a Gigi. — Me gasté un montón de tiempo y dinero siguiendo tu estúpido culo, y tú vas a pagar por ello todos los días del resto de tu vida, Giovanni. Gigi escupió en la cara de Drake. Él no tenía intención de ir a ninguna parte con el psicópata. Drake podría matarlo aquí antes de poner un pie fuera de la nave. Drake gruñó y lanzó a Gigi contra la mampara. Gigi gruñó al golpear el metal y se deslizó hasta el suelo. Joder, se lesionó. Antes que pudiera averiguar exactamente el daño, Drake alzó la mano y le golpeó en la cara. Sangre roja brillante salió de la boca de Gigi cuando se le partió el labio. Gigi se limpió la boca con el dorso de su mano y luego miró arriba hacia Drake. — Que te jodan, Drake. Yo no voy a ninguna parte contigo.

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— Parece que mi pequeña mascota olvidó que soy su señor, — dijo Drake mientras golpeaba a Gigi de nuevo. Gigi trató de arrastrarse, su cabeza daba vueltas, y su cuerpo estaba adolorido. — Parece que tengo que enseñarte tu lugar de nuevo. Gigi recordaba cuando había ido con Drake y las cosas que le habían hecho para enseñarle cual era su lugar. Él no estaba ansioso de experimentarlas de nuevo. La vena cruel que corría a través de Drake era una de los principales motivos por los que Gigi había escapado. Forzaría a Drake a matarlo antes que someterse nuevamente. Gigi había experimentado lo que era la vida lejos del monstruo. Había experimentado el amor y la risa, la aceptación y la libertad. Él no iba a volver al oscuro mundo que había vivido antes. No lo haría. Gigi se negó a renunciar a todo lo que había ganado desde que conoció a Remy. Se puso de pie y se echó a correr. Oyó el rugido de Drake detrás de él cuando el hombre lo persiguió. El pecho de Gigi empezó a doler mientras corría tan rápido como podía. No sería capaz de mantener el ritmo durante mucho tiempo. Se quedaría sin aliento pronto. — Vas a lamentarlo cuando te atrape, Giovanni, — gritó Drake. — Deja de correr, y lo podría hacer fácil para ti. Gigi levantó el dedo medio detrás mientras corría, burlando a Drake. Oyó el alarido de rabia y sabía que no estaba ayudando a su situación. Si Drake le capturaba, lo que era más probable era que Gigi lo pagaría muy caro. No podía ser debilitado por el hombre otra vez. Había vivido demasiado tiempo esa vida. La que tenía ahora era mucho mejor. Le dio el valor para seguir corriendo de Drake. Gigi corrió hacia el único lugar que podía pensar y que estaba en su cabeza, el comedor. Corrió a través de las puertas dobles y metálicas hacia la pared del fondo. Golpeó un montón de botones en el replicador de alimentos y esperaba que golpear los correctos. Mientras corría hacia la cocina, el replicador de alimentos comenzó a girar y chispear. Gigi sonrió al tiempo que tocaba las puertas de la cocina y pasó a través de ellas. Podría reconsiderar su opinión sobre la exasperante máquina. — ¿Qué carajo? Gigi se rió cuando oyó gritar a Drake desde el comedor. Agarró un montón de ollas, cuchillos y utensilios, básicamente cualquier cosa que pudiera tener en sus manos. Gigi se agachó detrás de uno de los contadores y miro a las puertas dobles entre él y Drake.

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Contuvo la respiración cuando la puerta empezó a abrirse, mordiéndose los labios para no reírse cuando vio una pared de espuma blanca de varios centímetros de altura. Sí, él definitivamente estaba cambiando su opinión sobre el replicador de alimentos. Sólo necesitaba encontrar a alguien para ponerlo de nuevo en perfectas condiciones, y la maldita cosa podía quedarse. — Giovanni, te lo juro, si no traes tu culo de mierda aquí, — dijo Drake mientras empujaba por las puertas dobles: — te voy a vender al primer hombre que me encuentre. Gigi comenzó a tirar las ollas y sartenes hacia la puerta en el segundo en que Drake caminó a través de ellas. Drake maldijo y se agachó, con las manos delante de su cara mientras esquivaba los platos. Gigi sólo continuó lanzando cosas. Cuando se le acabaron los platos, empezó a lanzar cuchillos y utensilios a Drake. — ¡Fuera!, — gritó Gigi. — Lárgate de aquí. Yo no voy contigo. No me puedes llevar. — ¡Giovanni! Gigi golpeó. tirando filetes

sonrió cuando escuchó el grito de Drake cuando algo lo Un punto para el esclavo sexual. Gigi renovó su ataque, todo lo que no había clavado a Drake. Incluso cogió los de la despensa y los tiró.

Drake traspasó otra vez las puertas. Gigi hizo una pausa, con un melón en la mano, y esperó a ver si el hombre volvía dentro. Pasaron varios segundos. Gigi comenzó a ponerse nervioso cuando no oyó nada. Drake no hacia ruido. Ni siquiera estaba maldiciendo. Gigi sabía que había golpeado a Drake con varios elementos diferentes. El hombre debería de estar amenazándolo por lo menos, pero él no decía ni pío. Gigi dio un paso cauteloso hacia las puertas y luego otro y otro. Empujó la puerta entreabierta y se asomó por la pequeña ranura. La habitación estaba llena de espuma blanca, pero sólo hasta la cintura. Si Drake estaba en la habitación, Gigi le habría visto. Gigi se inclinó y tomó uno de los cuchillos en el piso. Dejó caer el melón y agarró con fuerza el cuchillo en la mano, se deslizó lentamente fuera de la cocina. Gigi miró la espuma creciendo a medida que cuidadosamente se dirigía a las puertas que daban al pasillo. Justo cuando llegó a las puertas grandes, se abrieron. Gigi gritó y comenzó a balancear el cuchillo. Puro pánico lo llenó cuando alguien lo agarró y le arrancó el cuchillo de la mano. Gigi volvió a gritar y comenzó a luchar. Arañó y mordió cualquier pedazo de carne que pudiera alcanzar. Sus dientes castañearon cuando fue asido y sacudido.

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— Gigi. Gigi dejó de luchar cuando se dio cuenta que estaba siendo sujetado por Remy. De pie detrás de Remy estaban Tank, Crank, y Blade. Colt estaba cerca de la puerta con Pax sostenido fuertemente en sus brazos. — Remy. — Gigi saltó a los brazos de Remy y se subió lo más que pudo sobre el gran cuerpo del hombre. Remy se hizo cargo, levantándolo en sus brazos. Gigi se aferró a Remy hasta que su respiración se calmó. — Ssshhh, ángel, te tengo, — le susurró Remy, mientras sus manos le acariciaron la espalda a Gigi. Se echó hacia atrás y tomó el lado de la cabeza de Gigi. — ¿Qué pasó con tu cara, ángel? — ¡Drake! ¿Dónde está Drake?, — preguntó Gigi cuando su pánico regresó. Levantó la cabeza y echó una rápida mirada alrededor. — Él estaba aquí. ¿Dónde se fue? — No lo sé, cariño. No vi a nadie cuando llegamos a bordo. — Él estaba aquí, te lo juro. — Yo te creo, cariño. — Remy volteó y miró a los miembros de la tripulación. — Quiero que la nave sea registrada de arriba a abajo, hasta el último rincón. No dejen nada sin remover, sin importar lo extraño que pueda parecer. Busquen en todas partes. Blade, Tank, y Crank despegaron, la silbante puerta se cerró tras ellos. Gigi miró, vio a Pax y el alivio le llenó cuando Pax le sonrió y saludó con la mano. — Pax, yo estaba muy preocupado por ti, — dijo Gigi rápidamente. — Pensé que estabas detrás de nosotros. No tenía ni idea que no estabas en la nave. ¿Puedes perdonarme? Pax señaló a la destrucción detrás de Gigi. — Te perdono si limpias este lío porque esto se extiende más allá de las líneas de mi trabajo. Gigi sonrió y apoyó la cabeza contra el pecho de Remy. — Hecho. *** Remy deslizó un nudillo por el rostro de su ángel. La rabia le inundó al ver el verdugón rojo y enronchado. Podía sentir el calor de la ofensa, mientras acariciaba suavemente con los dedos la marca que estaba seguro que se convertiría en un moretón. — Estoy bien, — susurró Gigi, su voz áspera con necesidad. Miró hacia arriba, sus ojos color oro estaban ardientes con las nubes de la excitación, que se transformaban en el color ámbar que Remy había llegado a amar y asociaba con el deseo de su pareja.

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Para Remy era necesario reafirmar su derecho sobre su compañero. Gigi había sido tocado por otro hombre, y Remy necesitaba lavar ese olor y reemplazarlo con el suyo. Remy salió del comedor directamente a su cuarto. Una vez que entró, puso a su ángel abajo en su cama. — Desnúdate. — Sus ojos se fijaron en los dedos de su ángel, mientras Gigi se sacó la camisa sobre su cabeza. Remy cerró los ojos y respiró hondo, tratando de aferrarse a su control sólo por un poco más de tiempo. Remy se desabrochó los pantalones y los empujó fuera de su cuerpo sensible, se quito la camiseta mientras miraba a su compañero desnudarse. Se palmeó la polla, a la espera que su ángel, terminara de desnudarse. No tuvo que decir una palabra. Gigi se inclinó hacia adelante y tomó la polla de Remy en la boca. — Tómalo con calma ángel, — exclamó Remy cuando su compañero intentó devorarlo. Él pasó la mano por el cabello suave, rubio arena, dejando a su ángel saber lo contento que estaba. Esos ojos color ámbar lo miraban cuando le hacían el amor con los labios hinchados amamantando la cabeza de su polla. Remy gimió cuando vio que los labios de Gigi estaban húmedos. Remy silbó cuando su ángel cambió la técnica y su lengua se deslizó hacia arriba y hacia abajo de su polla. ¡Maldita sea! Tenia que detener a su ángel antes que perdiera el poco control que poseía. — De manos y rodillas, ángel. *** Gigi podía oír el chasquido leve en la voz de Remy. No quería soltar la gran polla. Se centró en el placer de Remy. Una necesidad tan profunda que casi le tenía abrumado. Gigi quería lloriquear de la emoción al escuchar los gritos de placer de los labios de Remy. Remy puso sus manos sobre la cabeza mientras obedecía el pedido de Remy.

de

Gigi,

abrazándolo

— Ponte de manos y rodillas, — repitió Remy. Una onda de luz patinó sobre su piel mientras se volvía y se puso en posición. Gigi gimió cuando la mano grande de Remy agarró una de las mejillas de su culo y empezó a amasarla. — Me habías asustado a muerte, que algo muy malo te hubiera pasado, ángel. Gigi se estremeció cuando sintió que la saliva de su toco su agujero. Cerró los ojos y sus labios se abrieron dedo se deslizó dentro de él y rozó por encima de su Gigi trató desesperadamente de pensar en lo que Remy

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compañero cuando un próstata. le había

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dicho, pero sus células cerebrales no entendían nada. Estaban demasiado ocupadas tomando el placer que su compañero le estaba brindando. Su frente golpeó el colchón cuando Remy sacó su dedo y lo reemplazó con una polla muy grande. Quería correrse, Dios, quería correrse, pero Gigi estaba decidido a hacer que esto durase el mayor tiempo posible. Él se agarró a la pequeña cantidad de control que se le escapaba y la mantuvo en él con mano de hierro. Remy se enterró tan profundamente que Gigi podría jurar que se volvían una sola persona, sin principio ni fin. Sus dedos se curvaron en las sabanas cuando Remy abrió más las piernas, separándolas con las rodillas. — Esto es mío, ángel. — Sus dedos tocaron las caderas de Gigi, como esposas de seguridad declarando su posesividad. — Tuyo, — Gigi aceptó de buena gana cuando él se echó hacia atrás para acoplarse con el ritmo de Remy. La piel chocando se hizo eco de aplausos en la habitación, cuando Gigi abrió sus ojos, luchando contra su orgasmo. Era muy difícil cuando la polla de Remy se deslizaba sobre su punto dulce en cada maldito golpe. Gigi sabía que su voluntad se había ido cuando Remy se inclinó hacia delante y hundió sus colmillos en su marca de apareamiento. Ni siquiera tenía que tocar su pene. El acto de reclamo de su compañero tenía a Gigi gritando a los dioses cuando su semilla brotó en la explosión palpitante, una tras otra. — Remy, — gritó mientras se mecía de nuevo en sus manos y rodillas, golpeando el culo tan duro como pudo contra la polla de Remy. Remy lamió la herida para cerrarla mientras gritaba tirando de Gigi hacia su eje, chasqueando mecánicamente la cadera. Olas de éxtasis se estrellaron a través de Gigi cuando sintió palpitar la polla de Remy en su culo, derramando su semilla en el interior del canal de Gigi. Remy se mantuvo en su lugar por un momento, mientras sus manos se deslizaron sobre la espalda de Gigi. Cuando su compañero se desprendió, Gigi gimió y se derrumbó sobre la cama. Remy le siguió y lo acercó a su lado. — Nunca más, ángel, — susurró. — No más golpes. No más amenazas. No sufrirás un ataque más. Mi corazón no lo puede soportar. Gigi sonrió cuando dio unas palmaditas en el pecho grandote de Remy. — Voy a tratar de hacer lo mejor posible, amor.

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Capítulo 9 Remy se apoyó contra la pared del comedor mientras veía a Livewire siguiendo un ritmo con el pulgar. No estaba seguro de si el hombre de hecho les ayudó o si era parte de toda la operación para secuestrar a Gigi. Su equipo ya había crecido por dos, y tener uno más como miembro de la tripulación no les haría daño económicamente. El detalle estaba en que Remy no estaba seguro de si se podía confiar en el hombre. Dos compañeros estaban a bordo, y como comandante y la mitad de una pareja, Remy tenía que ser muy cuidadoso y asegurarse cien por ciento antes de acceder a la contratación del mecánico o matarlo. En este punto, estaba bastante bien con una u otra opción. — ¿Me vas a interrogar, me vas a contratar, o me vas matar?, — preguntó Livewire prosiguiendo con el tamborileo del pulgar. — Esta espera por saber causa estragos en los nervios. Remy no le hizo caso mientras trataba de armar las piezas del rompecabezas. Tenía que averiguar la lealtad de Livewire antes que estuviera de acuerdo con nada. — Él es azul, — declaró Pax cuando se puso de pie junto a la puerta de la cocina. — El azul es bueno. Remy fue informado que Pax veía auras, pero no tenía tiempo para darse el lujo de averiguar de qué diablos estaba hablando el hombre. Gigi tenía confianza en Pax, y Remy confiaba en Gigi. Por lo tanto, ¿podría Remy confiar en Livewire? Remy se apartó de la pared, pasándose la mano por la barba crecida de dos días. — Voy a contratarte, pero si pones un meñique fuera de lugar, terminas en la esclusa de aire y te conviertes en parte del profundo espacio, — dijo Remy, la advertencia era clara. — ¿Entendido? Livewire asintió con la cabeza y se dirigió hacia las puertas del comedor. — Y ahora, déjame mirar bajo la falda de Lady Blue. — Oh, no. — Sonrió maliciosamente Remy. — Tu primera tarea es en esta sala. Livewire se volteo y frunció el ceño ante Remy. — Es un comedor. ¿Qué podría estar mal aquí? Remy señaló el replicador de alimentos. 87

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— La actitud del Sr. Comida. — Tuvo que reprimir una sonrisa cuando su ángel se rió detrás de él. Remy se cruzó de brazos sobre el pecho y levantó una ceja en el desafío. — Muéstrame lo bueno que eres, Livewire. El mecánico puso los ojos en blanco mientras se acercaba al replicador. —Es pan comido. — Pronuncio cada ¡Prepárense para ser sorprendidos!

palabra

con

confianza.



Remy se sorprendería si Livewire era capaz de arreglar el replicador y dejara de echar espuma por la boca. No tenía muchas ganas de volver a utilizarlo desde que Gigi empezó a cocinar alimentos frescos. Era un adicto a la comida de su compañero. Esto era más como una prueba para ver lo bueno que era el hombre en realidad. La cosa era anticuada y tenía que ser echada fuera, pero él quería medir las destrezas de Livewire y ver los resultados finales. Toda la tripulación, con excepción de Tank que volaba la nave, se sentó a ver trabajar al mecánico su magia. — Yo trabajo mucho mejor si no tengo seis pares de ojos haciendo un agujero en mi espalda, — se quejó Livewire mientras quitaba los paneles frontales. — Somos un equipo. Acostúmbrate a eso, — dijo Remy cuando él dio unos pasos hacia la puerta de la cocina. Si la espuma comenzara a salir a borbotones, estaría fuera de allí. Podía sentir los dedos de su ángel en la parte trasera de su camisa, mientras todo el mundo miraba a su posible nuevo mecánico contemplar con confusión el enredo de cables expuestos. — ¿Qué fue eso que brotaba?, — dijo Crank en broma. — ¿Vas a arreglar esa cosa? Los ojos de Livewire demoliciones de Remy.

se

estrecharon

mirando

al

experto

en

— Si puedo arreglar esta mierda, voy a quedarme. — Tremendo— dijo Gigi detrás de Remy. Remy sonrió mientras miraba a Livewire desenredar los cables de uno en uno. Livewire maldijo y retiró la mano cuando uno de los cables le sacudió. Remy se rió en voz baja. Él apostaría su último crédito que Livewire iba activar la maldita máquina y terminaría cubierto de crema blanca. — ¿De qué edad es esta cosa?, — preguntó Livewire. — Venía con la nave, — dijo Remy. — Creo que es un equipo original.

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— ¿Qué pasó con él? — Me mordió. — No, en serio. — Livewire miró sobre su hombro. — Esto ha sido reconectado. Me sorprende que no volara la nave entera cuando trataron de usarla. Nada esta donde se supone que debe estar. — Como he dicho, — dijo Remy, — vino así. — Tío, esta máquina está realmente dañada. — Livewire resopló y se volvió hacia el replicador de alimentos. Empezó a tirar de los cables, quitando cosas. Pieza tras pieza cayó al suelo hasta que todo lo que quedaba del replicador era la cáscara. Remy no sabía qué pensar cuando Livewire de repente se sentó en el suelo, cogió su bolsa, y la puso más cerca. Abrió la bolsa y sacó una botella de líquido de color púrpura y un paño. — ¿Tienes un tazón? — ¿Un tazón?, — preguntó Remy. — Sí, tengo que limpiar estas piezas. Tienen tanta porquería sobre ellas que me sorprende que el replicador funcionara en absoluto. Remy se volteó cuando sintió un codazo suave de Gigi. Sonrió cuando su compañero le entregó un recipiente de metal pequeño. — Gracias, cariño. — Remy llevó la taza a través del cuarto y la puso en el suelo al lado de Livewire y cruzó de nuevo hacia donde estaba Gigi. Livewire vertió una gran cantidad de líquido de color púrpura en el recipiente y después comenzó a colocar las piezas en el recipiente de metal de una en una. Ponía una pieza, la dejaba en remojo durante un momento y luego la retiraba, sustituyéndola por otra. Cada pieza que sacó de la taza, la limpiaba con el paño en la mano hasta que brillara. Incluso limpio los cables. Por último, Livewire se puso de pie y comenzó a poner todo en el replicador. Remy no entendía ni la mitad de lo que el hombre estaba haciendo, pero no era un mecánico. Había una razón por la que no funcionaba en los motores de la nave o partes de computadoras. Él era pésimo en eso. Como comandante le iba mucho mejor. — Y listo, — dijo Livewire cuando puso el panel en su lugar. Se dio la vuelta y miró a todos. — ¿Quién tiene hambre? — Yo no. Remy sacudió la cabeza. No iba experimentar primero. De ninguna manera, no señor. Había visto lo que la máquina podía hacer, y no

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confiaba en ella, incluso si Livewire sí. Además, él preferiría comer la comida de Gigi. Colt, Crank, y Blade negaron con la cabeza. Colt gruñó. Pax y Gigi hicieron una rápida huida a la cocina. Livewire puso los ojos en blanco. — Está bien, yo lo voy a probar. Livewire se volvió hacia la máquina y pidió lo que él quería. Remy se preparó, listo para agarrar a su compañero y salir cuando escuchará iniciar a la máquina. Parpadeó cuando lo único que escuchó fue un pequeño sonido zumbando, y un momento después, un gran vaso de leche y un plato de galletas se materializaron en la bandeja debajo de la máquina. Livewire cogió el vaso y el plato y se lo llevó a la mesa. Se sentó y empezó a sumergir sus galletas en la leche y comer cada una. Para el momento en que lo terminaba, el resto de los chicos fueron acercándose, sus ojos miraban a Livewire cuando llevaba la última galleta a la boca, y se lamió los labios. Livewire cogió el vaso de leche y se lo bebió todo y luego dejó el vaso sobre la mesa. Se limpió la boca con el dorso de la manga, luego juntó las manos mientras miraba a todo el mundo. — ¿Algo más que ustedes deseen probar? — Tenía una sonrisa satisfecha en su rostro con un brillo de orgullo en sus ojos. Remy se rió entre dientes mientras se apartó de la puerta de la cocina y se dirigió hacia el pasillo. — Estás contratado, por ahora, Livewire. Tank te asignara un cuarto y te dará una lista de tareas. — ¡Hey!— Gigi salió como cañón de la cocina y plantó sus manos sobre sus caderas. — ¿Quiere decir esto que ya no soy más el cocinero? — No, ángel. — Remy señaló hacia el replicador recién reparado. — Esto significa que puedes utilizar el duplicador de alimentos para ayudarte en la cocina. Todavía espero comidas caseras hechas en mi cocina. — Oh. — La cara de Gigi se coloreó. — Yo prefiero tanto alimento fresco, como pueda conseguir, pero habrá ocasiones en las que no pueda comprar o intercambiar cualquier cosa. Ahí es cuando se necesitara el replicador. Hasta entonces, piensa en el replicador como una herramienta, al igual que la estufa y el estante de especias. — Bueno, eso tiene sentido.

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Remy se rió entre dientes cuando Gigi se fue a la cocina. Un momento después oyó ruidos metálicos de cacerolas. Sabía que su ángel estaba satisfecho por qué su lugar en la nave estaba seguro. Se le oía tararear. — Tank, traza una ruta hacia Beta Cinco, — dijo Remy a través del enlace COM ubicado en su oreja cuando llegó a las puertas de salida del comedor. — Todavía tenemos trabajo que hacer allí. — Remy, todavía necesito esos detonadores, — dijo Crank. — Sí nunca los tengo, no puedo hacer el trabajo sin ellos. — Maldita sea. — Remy frotó su mandíbula mientras trataba de pensar en cualquier otro lugar donde podría recoger algunos detonadores. Con un precio a sus cabezas, el número de personas a las que podían recurrir se había reducido significativamente. — ¿Qué es un detonador? Remy levantó la mirada para ver a Gigi en la puerta. — Es algo que Crank utiliza para detonar explosivos. Hace que exploten. Crank se rió de la cara de confusión de Gigi. — Es un tubo pequeño, de aspecto delgado y plateado del tamaño de mi dedo meñique, — rió Crank mientras sostenía su mano. — Bueno, si yo tuviera un dedo meñique. Gigi frunció el ceño. — ¿Un tubo plateado delgado? Crank asintió con la cabeza. — Eso no sería por casualidad lo que estaban tratando de comprar en End of the Line cuando nos conocimos, ¿verdad?, — Gigi hizo una mueca y levantó las manos delante de él, sobre un pie de distancia. — ¿Una caja negra pequeña con doce tubos plateados delgados dentro? — Sí, ¿Cómo lo sabes?, —preguntó Crank. Remy frunció el ceño cuando el rostro de Gigi se sonrojó. — ¿Gigi? — Yo lo podría haber recogido y puesto en mi bolsa cuando estaba tratando de escapar del tiroteo que estaban teniendo con los hombres en el muelle. Las cejas de Remy se dispararon. — ¿Tú tienes los detonadores? A Gigi le temblaron los labios cuando levantó las esquinas.

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— ¿Tal vez? *** Tank vio a Remy tomar la silla de comando cuando Livewire llegó y se puso de manos y rodillas y se arrastró bajo el mando con sólo su mitad inferior visible. Tank reprimió una sonrisa cuando el culo de Livewire empezó a moverse. — Supongo que lo estamos manteniendo, — preguntó Tank a Remy, pero sus ojos permanecían clavados en la forma de menear de Livewire. Esperaba como el infierno que el mecánico supiera lo que estaba haciendo. Hacia un mal recorte y podría tomar un vuelo en picada de caída libre o la Lady Blue se iba derechito a la muerta en el espacio. Las manos de Tank se apartaron de la consola cuando el piloto automático apareció en la pantalla un par de veces delante de él y luego se mantuvo constante. ¡Maldición! Estaban de vuelta en los tiempos modernos. Tank no tenía que estar encadenado en la pantalla de la consola. La mano de Livewire apareció detrás de él cuando tiró un par de cables en el suelo a sus pies. Tank se quedó mirando el macramé de los cables y se preguntó si era una buena cosa. — ¿Cuánto tiempo va a pasar antes de llegar a Beta Cinco?, — preguntó Remy, atrayendo la atención de Tank lejos del mecánico bajo el timón. — Una hora comandante, — respondió Tank cuando oyó un chisporroteo y una maldición por debajo de sus piernas. Tank deslizó sus piernas un poco a la izquierda. El temor a ser golpeado le hizo deslizarse unos buenos centímetros. — Buen trabajo Livewire, — dijo Remy cuando la comunicación de la pantalla parpadeó y luego pasó por el proceso de reinicio, desplazando los datos por la pantalla del monitor. — No hemos tenido trabajando a ese bebé en millones de años. — ¿Cómo diablos despegó del puerto espacial?, Livewire bajo el control de mando de Tank.



se

quejó

— Con mucho cuidado, — rió Tank. Su pierna derecha se sacudió cuando sintió algo pinchando a su tobillo. — ¡Cuidado ahí abajo! — Saca ese tronco de árbol de mi maldito camino entonces, — gritó Livewire hacia Tank. — Esta lo suficientemente apretado aquí abajo, sin la interferencia de tu cuerpo. — El piloto automático está activado. ¿Por qué no te vas a comer algo del replicador?, — rió Remy detrás de él.

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— Hasta que él, — dijo Tank, apuntando a la espalda meneándose, — salga de allí abajo, yo no voy a hacer nada. — Mierda, — dijo Blade lentamente a medida que se inclinó hacia adelante, con los ojos pegados a la ventana en frente de ellos. Su dedo apuntó. — Mira. Tank y Remy voltearon la cabeza para ver una nave del tamaño de la suya frente a ellos y luego hizo un giro de unos ciento ochenta grados. Las dos naves se colocaron frente a frente. La comunicación de la pantalla parpadeó, y luego un hombre con ojos rojos y pelo muy corto negro apareció burlándose de ellos. — Hola, señores. Remy se sentó recto, igualando el desprecio del hombre. — Yo soy el comandante Remington Vystal. Ustedes están en mi camino, y estoy haciendo la oferta una sola vez de retirarse y dejarnos pasar. La risa del hombre era fría y carente de humor. — Soy muy consciente de quién es usted, Comandante. También soy consciente que tiene algo que me pertenece a bordo de su barco. Si lo devuelve, todo será olvidado. Estoy haciendo esta oferta una sola vez, como tan elocuentemente ha dicho usted. Tank empujó su pie contra Livewire mientras sus ojos se quedaron pegados a la pantalla. Quería reír y la alzar los brazos cuando a los pocos segundos la leyenda “Phasers en línea” cruzó su panel de control. Le encantaba cuando los miembros de la tripulación podían leer la mente del otro. Livewire sacó su mano debajo del timón, dando a Tank un pulgar hacia arriba. — ¿Eres Drake?, — gruñó Remy cuando sus caninos florecieron. — Te voy a dar Gigi cuando el infierno se congele. — Remy hizo a Tank un ligero movimiento de cabeza. Eso era todo lo que necesitaba Tank. Deslizó su mano y pulsó la pantalla táctil en el panel de control. Los phasers giraron y se cargaron a plena potencia. Deslizando su dedo hacia la derecha, pulso el botón que tenia al lado del panel de control. El cañón disparó ráfagas desde la Lady Blue, golpeando los escudos de Drake. No le hizo ningún daño real, pero ganó tiempo suficiente para que Tank se lanzara debajo de la nave de Drake y atacará las hélices, disparándoles al pasar, haciendo todo lo posible para sacarlos fuera de ahí. *** Gigi se agarró desesperadamente de la barra cuando la nave voló de repente. Sus ollas y sartenes se salieron del mostrador,

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estrellándose contra el suelo. Gigi rápidamente tomó la cacerola antes que sufriera una caída también. Pax se apresuró a guardar el tazón grande de puré de papas, pero terminó en el suelo con el. — Que rayos, — gritó Gigi cuando voló hacia atrás y chocó contra la pared. Obviamente, la nave estaba usando los propulsores para ganar velocidad, pero Gigi no podía entender por qué. Puesto que Gigi tenía los detonadores, todos se dirigían a Beta Cinco para un trabajo. ¿Por qué necesitarían una velocidad tan alta? Él se puso de pie y vio el asado en el suelo junto a Pax. Tanto para una comida recién hecha. Podrían utilizar el duplicador, después de todo. — ¿Estás bien?, — preguntó al cruzar el cuarto y ayudar a su asistente a levantarse. El pobre hombre tenía puré de papas con ajo en toda su ropa y su pelo. — Ve a tomar una ducha mientras voy a ver lo que está pasando. — ¿Qué ruinas.

pasa

con

el

desorden?,



señaló

Pax

con

la

cena

en

— Vamos a limpiar después de averiguar por qué nuestro equipo está actuando como si hubieran perdido la cabeza. Gigi dejó a Pax en la cocina cuando salió del comedor y se dirigió al puente. Un caos total fue lo que vio cuando entró. La tripulación estaba gritando instrucciones de ida y vuelta, mientras que Remy se paseaba por la pequeña área. — ¿Qué está pasando, Remy?, — preguntó Gigi cuando se acercó a su compañero. Se quedó sin aliento cuando vio el video en pantalla y reconoció la nave. Su dedo temblaba al tiempo que señalaba hacia la pantalla. — ¡Esa es la nave de Drake! — Nos imaginamos que fuera, ángel, cuando bloqueó nuestra nave y nos amenazó, — dijo Remy cuando pasó una mano por el pelo de Gigi. — No te preocupes. Hemos estado en situaciones más complicadas que esta. Gigi miró a la pantalla de nuevo, preocupado que no pudieran salir de esta difícil situación. Drake era implacable y no se detendría ante nada para traerlo de vuelta. — Lo siento, — susurró hacia sus manos. — ¿Por qué, ángel? — Por traer a mis problemas a bordo de tu nave. Involucrar a estos hombres era la última cosa que Gigi había querido hacer. Habían sido más que amables, y odiaba que Drake fuera ahora su problema también. Él se iría llevándose sus

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problemas espacio.

con

él,

pero

era

bastante

difícil

de

hacerlo

en

el

Su cabeza fue levantada cuando un nudillo fue plegado debajo de su barbilla. Remy estaba mirándolo fijamente, con un toque de ira en sus ojos. — Nuestra nave. Tú eres una parte de este equipo ahora. Cuando uno de nosotros tiene un problema, todos tenemos un problema. Empieza a pensar en nosotros como una unidad, Gigi. Gigi se dio cuenta que Remy no le hablaba con cariño como su compañero le había hablado antes. Remy debía estar muy molesto. Él asintió para que Remy viera que había entendido el mensaje, pero sus ojos miraron hacia atrás a la pantalla. La nave que estaba atrás de ellos estaba ganando. — ¿Qué vamos a hacer?, — se preguntó lanzaron a su compañero. — No se detendrá.

mientras

sus

ojos

se

— Deja eso para nosotros, ángel. — Remy le guiñó un ojo y luego liberó la barbilla de Gigi. — Esto es lo que hacemos. Y lo hacemos muy bien. Gigi exhaló un suspiro de alivio porque Remy no estaba enojado con él. Pero aún tenían el problema que Drake los perseguía. Las palabras estaban en la punta de la lengua para decir a la tripulación que si se iba en silencio, no tendrían que estar involucrados, pero sabía que eso sólo podría molestar a Remy de nuevo. Además, le gustaba ser parte de este equipo y preferiría morir antes de volver a la existencia vacía y solitaria que tuvo con Drake. Ser un esclavo sexual era suficientemente horrible. Ser el esclavo sexual de Drake, era una pesadilla a la que Gigi no quería volver. Gigi cuadró los hombros finalmente, aceptando el hecho que eran un equipo y que tenían que empezar a actuar como si fuera una parte de la tripulación, en lugar de un polizonte. Llegó el momento de derrotar a este cretino. — ¿Qué quieres que haga, comandante?, — preguntó Gigi con acero en su voz. Los labios de Remy hicieron una sonrisa. — Necesito que vayas y hagas una gran cena de celebración con todos los detalles. — ¿Cena de celebración?, —preguntó Gigi como si lo desinflaran. Miró a Remy con confusión. ¿Qué podrían estar celebrando en Lady Blue?

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— Sí, una cena de celebración. — Sonrió Remy. — Vamos necesitar una cena de celebración cuando derrotemos a Drake.

a

— Oh. — Gigi rió y aplaudió antes de presionar la punta de sus dedos contra sus labios. — Yo puedo hacer eso. Una cena de celebración entonces tendrás. Gigi salió corriendo del puente para limpiar el desorden de la cocina y empezar a preparar la cena de celebración más grande que jamás había creado. Él sabía que ser cocinero no era mucho para ser parte del equipo que luchaba por su supervivencia, pero todos tenían que comer, ¿verdad?

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Capítulo 10 — Comandante, estamos llegando a Kulak, — dijo Tank. — ¿Quieres que vire? Remy frunció el ceño mientras consideraba sus opciones. Por lo general se mantenía alejado de Kulak. Además del hecho que se trataba de un planeta bastante hostil, también era el lugar de procedencia de Crank. Quien rehusaba pisar de nuevo el planeta desde el día en que había partido años atrás. Pero se estaban quedando sin opciones. No importaba lo rápido que volara o las maniobras de locos que hicieran, habían sido incapaces de librarse de la nave de Drake. Estaban llevando la nave a sus límites. Si no se detenían muy pronto, y recargarcaban los propulsores, iban a quemar las pilas de combustible y todo el mundo sería un blanco fácil. — ¿Crank?, — preguntó Remy. Él no quería exigirle a Crank que aterrizaran en su hogar natal, pero Remy tenía que preguntarle. Parecía que era su única opción. — ¿Cómo te sientes acerca de esto? — No les va a gustar, — dijo Crank después de un minuto de silencio. — Incluso podrían entregarnos a Drake sólo por el gusto de hacerlo, especialmente si se enteran que estoy a bordo. — ¿Cuáles son planeta, Tank?

nuestras

posibilidades,

si

no

entramos

a

este

A Remy realmente no le gustó el gesto que se dibujó el rostro de Tank. Incluso Livewire lo notó. Se sentó en el suelo junto a los pies de Tank sacudiendo la cabeza. Remy suspiró y se dejó caer en su silla. — ¿Opciones? ¿Alguien? — Si aterrizamos en Kulak, — dijo Crank, — vamos a ser capaces de recargar los propulsores, pero si somos atrapados rompiendo sus fronteras territoriales, los Kulakians nos entregarán a Drake o nos colgaran ellos mismos. No son conocidos como un pueblo pacífico. — Tank, — preguntó Remy. — Si seguimos a treinta minutos. atrevo. Cualquier la cabeza. — Ella

este ritmo, los propulsores se quemaran en otros He empujado a Lady Blue lo más lejos que me maniobra más y podría sacudirla. — Tank negó con realmente necesita un descanso, comandante.

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Remy asintió con la cabeza. Él sabía que ellos estaban con la mierda hasta el cuello. Parecía que sólo tenían dos opciones, y las dos de ellas eran peligrosas. A veces realmente apestaba ser el comandante. — Está bien, quiero la nave bloqueada. Tank, encuentra agujero agradable para escondernos. ¿Crank, alguna sugerencia?

un

Crank pulsó una serie de botones de la consola hasta que un mapa del planeta apareció en su pantalla. Pulsó otro botón y una luz se disparó creando un holograma imaginario del planeta. Crank sacudió la imagen con el dedo y le dio la vuelta. — Aquí, — dijo mientras señalaba a un lugar en el mundo holográfico. — Este valle está muy lejos de las áreas pobladas. O al menos lo estaba la última vez que estuve aquí. El valle esta lo suficientemente escondido como para que seamos capaces de evitar ser detectados, incluso desde el espacio. — Bueno, Tank, traza una ruta hacia el valle, — dijo Remy. — Crank, quiero que tú y Blade nos aprovisionen de armas y municiones en caso que recibamos a algún visitante cuando estamos en tierra. Quiero todo moderado. No usen energías o fuerzas innecesariamente. — Remy saltó de su silla y fue hacia la puerta. — Comandante, ¿a dónde vas? — Gigi y Pax deben saber lo qué está pasando. Por mucho que yo quiero mantenerlos ocupados haciendo la cena, la cocina tiene que ser cerrada hasta que se recarguen los propulsores. Mientras menos potencia usemos, menos posibilidades tendremos ser detectados. *** — Gigi. Gigi rodó sus ojos sacudiendo la cabeza.

cuando

oyó

gritar

a

Remy.

Miró

— Se podría pensar que podría venir aquí y decirme quiere, en vez de gritar a través de la mitad de la nave.

a lo

Pax, que

Pax se rió. Gigi sonrió mientras se secaba las manos, tiró la toalla en el mostrador, y luego salió de la cocina. Remy acababa de entrar al comedor cuando él salió. — ¿Porque gritas? — Apaga la cocina, ángel. Gigi abrió la boca sorprendido. — ¿Qué? — Necesito que apagues todos los aparatos electrónicos, todo lo que necesita energía.

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Gigi movió su mano hacia la cocina. — Pero tú me acabas de decir que cocine una cena para celebrar. Remy arqueó una ceja. — Y ahora te digo que desconectes todo. — ¿Por qué? — Gigi. — Está bien, — dijo Gigi cuando escucho la advertencia en la voz de Remy. Con los hombros caídos, se dio la vuelta y volvió a la cocina. Él comenzó guardando toda la comida que había sacado para la cena de celebración. — ¿Qué estás haciendo?, — preguntó Pax. — Remy quiere que desconecte todo. — Pero, pensé… — Yo también, pero al parecer me equivoqué. Gigi se quejó para sí mismo cuando guardó el último de los alimentos y comenzó a lavar los platos. No le gustaba hacerlo. Por suerte, habían llegado a limpiar todo, por lo que no era un gran lío guardar las cosas. Gigi terminó con el último plato al tiempo que Pax desconectó la última de las máquinas. — ¿Y ahora qué?, — preguntó Pax. Gigi se encogió de hombros. Cruzó los brazos sobre el pecho y se apoyó en el mostrador. Realmente no tenía ni idea de lo que debería hacer ahora. — Tu cuestionamiento es tan bueno como el mío. Pax hizo una mueca. — ¿Quieres ir al puente y saber qué está pasando? — Creo que el puente es el último lugar en el que tenemos que estar. Sólo estaríamos en el medio del camino. Pax frunció el ceño. — ¿Quieres volver a tu habitación y jugar a las cartas? — No juego a las cartas. — Gigi rió. — Yo no sé cómo se juega, incluso si lo hiciera. Drake no nos dejaba jugar. — ¿Nosotros?, — preguntó Pax. — ¿Había más de uno de ustedes? Gigi se puso serio al instante. — Sí, a Drake le gusta mantener las cosas bonitas alrededor. Tiene una cuadra completa de esclavos sexuales. — Suena como un verdadero imbécil. 99

a

su

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— Drake es... es difícil de entender. Él puede ser bueno en un momento y un monstruo cruel al siguiente, dependiendo de su estado de ánimo. Él utiliza la bondad como una bendición y la tortura para el entretenimiento. — Maldita sea, — susurró Pax. — Si es tan horrible, ¿por qué te quedaste? — Yo era de su propiedad. No tenía permitido dejarle. Intenté escapar un par de veces, pero siempre fui capturado y devuelto. Demonios, incluso la ley me devolvía a él. En la Tierra, cuando tienes dueño, no tienes voz ni voto en lo que te pase. Drake podía hacer lo que quisiera conmigo, y yo no podía hacer nada al respecto. — ¿Cómo terminaste con él? Gigi suspiró. Remy había hecho la misma pregunta, y Gigi había evadido la respuesta. Ahora sabía que probablemente debería haber hablado las cosas con Remy. Sólo no habían habido tenido tiempo. Sino estaban siendo perseguidos por un loco, estaban viajando a completar su próximo trabajo. Nunca parecía haber tiempo suficiente para sentarse y hablar. Si lo hubiera habido, Gigi podría haber sido capaz de decirle a Remy que se había dado cuenta que su familia lo había vendido como esclavo. Era algo que Gigi no había querido enfrentar antes, pero después de experimentar todo lo que Remy le daba, Gigi aprendió lo que era el verdadero amor. Y no se vende a los que amas por un poco de créditos. — Mi padre me vendió a Drake. Estuve con Drake por casi cinco años antes que me escapara la última vez. — ¿Es por eso que Drake está tratando tan duro para llevarte de regreso?, — preguntó Pax. — ¿Debido a que le perteneces? — Para ser honesto, no estoy seguro. Siempre supe que Drake era algo egoísta, pero nunca pensé que vendría por mí desde tan lejos. Le di un poco de problemas. Yo creía que él estaría feliz de deshacerse de mí. — Gigi se encogió de hombros. — No es como si hubiera pagado tantos créditos por mí en primer lugar. — ¿Realmente te compró? Gigi asintió con la cabeza. — Pagó 300 créditos fríos y duros por mi culo. Pax deslizo un dedo sobre el brillante mostrador mientras miraba a la pared del fondo. — Por lo menos sabías por qué, — susurró.

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Gigi inclinó la cabeza hacia un lado mientras miraba al hombre de aspecto frágil. No estaba seguro de lo que significaban las palabras de Pax, pero algo le dijo a Gigi que Pax la pasó peor que él. ¿Cómo? No podía poner el dedo en la llaga, pero su instinto le gritaba que prestara atención. — ¿Qué quieres decir con que sabía por qué, Pax? Gigi investigo un poco, con la esperanza que Pax finalmente se abriera. Él sabía que a Pax le gustaban las puertas cerradas y la sensación de seguridad. La mayoría de la gente le gustaba sentirse seguro, pero Pax iba más allá de la normalidad. Gigi hundió una mano en su pelo cuando Pax no le respondió. Pax comenzó a salir, pero Gigi lo tomó del brazo. — No voy a decirle a nadie, te lo prometo. Haciendo una respiración profunda, a regañadientes Pax dio la vuelta y miró a los ojos de Gigi. — Desde que recuerdo yo vivía sin nadie que me cuidara. Yo no estaba buscando a alguien que me cuidara, pero hubiera sido mejor que… Maldita sea, la mente de Gigi quedó congelada cuando finalmente registró las implicaciones de las palabras de Pax. — Te vendiste a ti mismo, ¿no? — Pax trató de tirar del brazo, pero Gigi mantuvo un férreo control. — Yo no te estoy juzgando, lo juro. Gigi soltó el brazo de Pax, cuando tiró otra vez. El hombre de tez azul se acercó a la ventanilla, mirando hacia el cielo negro. Bueno, estaba siendo esquivo. Gigi no lo iba a presionar. — Me encantaría jugar a las cartas, si estás dispuesto a enseñarme, — dijo Gigi con una gran sonrisa. — Tal vez me resulte tan bueno que pueda jugar contra el equipo y llevarme sus créditos. Esto trajo una sonrisa en Pax. — Podríamos hacer doble equipo y luego ir de compras. Gigi rió, contento de ver que el estado de ánimo sombrío de Pax se había ido. Él todavía tenía preguntas, pero podía esperar. *** A Crank no le gustaba esto para nada. Él estaba de vuelta en su mundo natal, y los viejos sentimientos comenzaron a aflorar, sentimientos que preferiría haber mantenido enterrados. Se preguntó si Blay todavía estaba aquí. La ira de Crank se disparó y sus dientes de atrás rechinaron, al pensar en el hombre que lo había traicionado. 101

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— ¿Estás con nosotros?, preocupación en sus ojos.



preguntó

Remy

con

un

toque

de

Crank asintió. Él entrecerró los ojos ante el sol radiante que brillaba alrededor de su planeta natal y luego se concentró en sus manos. Él no iba a permitir que sus pensamientos fueran por un camino lleno de baches. Sería peligroso para todo el mundo a bordo si continuaba pensando al respecto. — Tengo lecturas de vida. Dos para ser exactos, y se están acercando, — dijo Colt desde el otro lado del puente. — Las lecturas de vida están alrededor de dos kilómetros de distancia. — Quiero todo apagado y que todos permanezcan en silencio, — ordenó Remy desde la silla del comandante. — ¿Todo? — preguntó Livewire desde el suelo. Crank casi sonrió cuando Tank disparó su pie y le dio un codazo a Livewire, apretando su cara al mecánico. — Todo, — confirmó Remy. — Voy a ir a decirle a Gigi y a Pax. — Livewire se levantó y caminó fuera del puente. Crank vio de cerca que las dos lecturas de vidas cerraban rápidamente la brecha entre ellos y la nave. Esto no era bueno. El sudor comenzó a correr por las sienes, cuando las dos formas estaban más cerca que el infierno y luego viraron en otra dirección. Quería dar un suspiro de alivio, pero esperaría a hacerlo una vez que abandonaran este planeta. Remy lo miró, y Crank levantó dos dedos apuntando en la dirección de los dos formas se habían ido. Remy asintió con la cabeza. Crank sabía que la espera era la parte más difícil. Tener que sentarse sobre su culo y no hacer absolutamente nada estaba empezando a desentrañar sus nervios. Era un luchador, le encantaba volar la mierda. Estar sentado y esperando a ser descubierto iba contra todo lo que le habían enseñado. — Las lecturas de vidas se han ido, — dijo Crank, finalmente cuando el monitor apareció vacío. — Bien, — comentó Remy. — Esperemos que no tengamos visitantes, mientras que los propulsores se refrescan.

más

Una sonrisa cruzó el rostro de Tank mientras se echó a reír. Crank sabía que el hombre estaba loco, pero ahora no era el momento para finalmente confirmarlo. — Acabo de pensar en algo, — rió Tank.

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— ¿Tenemos que saber que se te ocurrió?, — preguntó Remy con una sonrisa. — Estoy levantando la mano y diciendo infiernos ¡no!, — dijo Blade cuando levantó sus dos manos en el aire. Crank puso los ojos en blanco. Podía ver que todos iban a entrar en esto. Tuvo que admitir, que estos tipos sabían cómo aliviar un estado de ánimo oscuro. — Adelante, — alentó Colt al piloto. — Tenemos que salir, ¿verdad? Tenemos que quitarnos a Drake del culo, ¿no? — Ve al grano, — gruñó Remy. El puente entero vio como Tank se levantó y salió. — Te lo dije. — Blade levantó las manos. — Te dije que no queríamos saber. Tank volvió con Livewire pisándole los talones. Vieron que Livewire se arrastró entre las piernas de Remy y se deslizó bajo el timón. Remy levantó una ceja hacia Tank. — Miren y aprendan, señoras, — guiño Tank. — Lo tengo, — gritó Livewire de debajo de la cabeza. — Sólo denme unos segundos más. Crank se inclinó hacia adelante, preguntándose lo que estos dos estaban tramando. Se quedó sin aliento cuando una voz computarizada inundó el puente. — “Encubrimiento encendido”. — ¡Eres un puto genio! — gritó Remy. — Hemos estado sin él por tanto tiempo que me olvidé que teníamos ese pequeño encanto. — ¡Joder si!, — Crank levantó su brazo y se mordió el labio inferior. — Sácanos pronto de aquí Tank. — El Sr. Genio esta en ello, — rió entre dientes. — Oh Dios, ahora si que va a tener un ego más grande del que ya tiene, — gimió Blade. — Señores, tenemos el despegue, — anunció Tank mientras la nave se elevó y consiguieron irse de ese infierno. — Podemos repostar en Beta Cinco. Es el planeta más próximo. — Me parece bien. — Remy dio unas palmaditas en el hombro de Tank y luego miró a Livewire, que estaba deslizándose de debajo del timón. — Ve a revisar las celdas de combustible y asegúrate que están estables.

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— En ello estoy, comandante, — dijo Livewire saliendo como un resorte. *** Remy se sentó en el sillón del comandante en el centro del puente y sonrió para sus adentros. Lady Blue finalmente estaba teniendo las reparaciones que necesitaba después de tanta negligencia involuntaria. Todavía no podía creer que él ganó a su bebé en un juego de cartas contra un montón de Vykillians. Se rieron cuando le entregaron la nave. Ahora Remy era el que sonreía. Lady Blue era robusta y fiable, y ella siempre los había sacado de muchas situaciones difíciles. Ahora que Livewire era una parte de la tripulación, iba a brillar como un diamante pulido. El intercomunicador de Remy sonó en el oído. Aún llevaba una sonrisa cuando presionó el dispositivo para hablar. — Remy. — Ellos no se andaban con ceremonias como si todo fuera formal. Un poco de libertad en el uso de los nombres le recordaba a su tripulación que eran una familia. — Soy Livewire. Te necesito en la sala de ingeniería. — Estoy en camino. — Remy miró a su piloto. — Tienes el timón. — Entendido. — Tank asintió con la cabeza. Remy caminó por el pasillo y luego tomó las escaleras hasta el piso inferior, donde se encontraba la sala de ingeniería. Había pasado un buen tiempo desde que había estado allí. Hizo una mueca por el lamentable estado en que parecía estar su nave. — Por aquí, — gritó Livewire desde algún lugar en el frente. Remy siguió la voz del miembro de su tripulación hasta que vio a Livewire de pie junto al sistema de propulsión. — ¿Qué pasa? Livewire tenía una mano apoyada en la pared y movía la cabeza. — No podemos llegar hasta Beta Cinco, Comandante, — señaló a la consola de la pared que decía que quedaba quince por ciento de energía en el núcleo. Remy maldijo cuando puso sus manos sobre sus caderas. ¿Y ahora qué?

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Capítulo 11 — Puedo arreglarlo, te juro que puedo hacerlo, — dijo Livewire rápidamente asegurándole al comandante. Quería hacer consciente a Remy del problema, no hacerse ver inepto en su trabajo. — ¿Qué debemos hacer? — Apaguemos todo lo que no necesitamos en estos momentos. Vamos a necesitar todo el poder que nos queda para llegar a Beta Cinco. Será arrastrarse como un caracol, pero vamos a lograrlo. El aterrizaje va a ser un poco difícil. — Joder si ese no era el eufemismo del año. Tendrían suerte si no se hacían añicos con la atmósfera de Beta Cinco. — Haz lo que tengas que hacer, Livewire. Podemos negociar por nuevas células de combustible una vez que lleguemos allí, — dijo Remy cuando comenzó a alejarse. Livewire aún tenía que expresar su preocupación por llegar hasta allí, pero ese puente podía esperar hasta que fuera necesario cruzarlo. Por fortuna el hijo de puta no se derrumbó a sus pies. — Lo haré. — Sonrió al comandante y luego dio la espalda a Remy, soplando una respiración larga. Livewire empezó a desconectar partes de la nave que estaban desocupadas o que no necesitaban la energía en esos momentos. Una mente rápida era lo que necesitaban, y un maldito milagro. Sabía que tenía un trabajo de maravilla en Beta Cinco que los mantendría con créditos por un tiempo. El único problema era llegar hasta allí. Livewire salió de la sala de ingeniería, corrió por las escaleras de dos en dos a la planta superior. Tenía una idea, pero iba a requerir alguna charla persuasiva de su parte. Pulsó el del cuarto alrededor, sonrisa en

timbre para que Gigi y Pax supieran que estaba fuera de Pax. Livewire silbó mientras esperaba. Miró a su para asegurarse que nadie estaba mirando. Puso una gran su cara cuando la puerta se abrió y Gigi lo miró.

— ¿Está todo bien?, — preguntó Gigi con recelo. Podía ver que Pax se inclinó hacia un lado y miraba de Gigi a él. Livewire no estaba seguro de por qué el hombre de piel azul parecía aterrorizado, así que se quedó en el pasillo. — Calma. Sólo necesito pedirles un favor. — Livewire puso sus manos detrás de su espalda y cruzó los dedos. — Está bien, dinos.

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Livewire apartó las manos detrás de su espalda y las cruzó sobre el pecho, cambiando su peso en la pierna izquierda. No estaba seguro de cómo hacer la pregunta sin que pareciera una locura. — Uh, necesito alimentos.

que

se

arrastren

dentro

del

replicador

de

El ojo derecho de Gigi se cerró una fracción de segundos y tembló por un momento mientras miraba a Livewire, y luego una carcajada escapó de sus labios. — Muy bueno, Livewire. Me tomaste el pelo por un momento. — Cuando Livewire no se rió con Gigi, la boca del hombre se abrió con sorpresa. — ¿Hablas en serio? Livewire dio un pequeño guiño y vio al compañero del comandante sacudir las manos delante de su cuerpo. — Por supuesto que no. Sea cual sea los tornillos que se te han perdido en tu cerebro, ve a buscarlos. — Déjenme explicarles antes de ir con todos esos “¡oh Livewire, no puedo hacerlo”. — Livewire puso su voz más cuando imito a Gigi.

no!, alta

— Yo no sueno como eso, — gruñó Gigi. — Lo que sea. ¿Quieres escuchar, o vas a mantener tu protesta quejándote?— Argumentó Livewire. — No tenemos una eternidad para debatir en esto. Gigi dejó escapar un suspiro. — Bien, dime por qué quieres que meta el culo en el replicador de alimentos. — ¿Cuánta resistencia pondrá Remy a desmontar tus moléculas? — Amigo, deshazte del polvo Paktillian. Se está comiendo las células de tu cerebro, — dijo Gigi cuando dio un paso atrás. — Si te acercas a mí, voy a patear tu lamentable trasero. — Hubo una clara advertencia en la voz del compañero del comandante. — Está bien, — dijo Livewire, levantando una mano. — Tal vez no estoy diciendo esto bien. Tenemos poco poder restante en la nave como para hacer un aterrizaje seguro. Ahora lo que estoy proponiendo es que cuando nos acerquemos a Beta Cinco, yo use el replicador como un transportador. Se basan en la misma tecnología. Separaran y vuelven a juntar la materia. La tuya para ser más precisos. Gigi dejó de retroceder y ladeó la cabeza. — Continua, estoy escuchando.

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Bueno, Livewire tenía la atención que Afortunadamente, no había perdido la atención de Gigi.

necesitaba.

— Si yo reconecto el replicador de alimentos, lo puedo utilizar como un transportador. Tú vas hasta Beta Cinco, compras algunas nuevas células, me llamas, y entonces yo podría enviar traerte con seguridad. Bastante simple. — Y, ¿cómo transportador?

cambiar

el

replicador

de

alimentos

en

un

Livewire sonrió mentalmente, era un genio. De vez en cuando una idea brillante se le venia a su cerebro. — Fácil, sólo realineo la matriz de conversión de energía. — Brillante, jodidamente brillante. Debería conseguir una estrella de oro por esto. O al menos, otro plato de galletas y leche. — Y que me pasaría si este brillante plan tuyo no funciona, — preguntó Gigi, mientras él y Pax seguían Livewire al comedor. — Detalles, detalles, detalles. Deja de preocuparte tanto. — Livewire no podía pensar en fallar. — Vamos a llevarte allí y traerte de vuelta antes que nadie sepa que te has ido. — No me gusta esto. — Pax saltaba de un pie a otro frente al replicador al que Gigi estaba subiendo. — ¿Por qué no puede ir uno de los otros miembros de la tripulación? — Porque no caben en el replicador de alimentos, — declaró Livewire como si fuera obvio. — Ahora un paso atrás mientras yo trabajo mi magia. Gigi subió y abrió la puerta con la mano. — Te dije que esta maldita cosa me iba a comer, — refunfuñó antes de golpear la puerta para cerrarla. Livewire miró a Pax y sonrió con fuerza. — Era sólo una broma, verdad. Él dio la vuelta y levantó las cejas al máximo. Él oró que Gigi estuviese bromeando. *** Remy entró en el comedor en busca de su compañero. Pensó que Gigi estaba en la habitación de Pax, pero la habitación estaba vacía. Vio a Livewire de pie junto al replicador de alimentos, meciéndose sobre sus talones y silbando, sus ojos se abrieron con sorpresa mirando a todas partes. Algo no estaba bien. — ¿Alguno de ustedes ha visto a Gigi?, — preguntó, mirando desde el mecánico a Pax. Pax se quedó pasmado y el sudor brillaba sobre

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sus cejas, sus ojos miraban a sus zapatos. Remy se acercó a Pax, notando que su cuerpo estaba un poco tembloroso. — ¿Pax? — Yo dije que no debería hacerlo. Fue idea de Livewire, — se lamentó Pax. Se refirió al mecánico. — Te lo juro, yo estaba en contra desde el principio. — ¿Contra qué?, — Gruñó Remy cuando volvió Livewire. — ¿Contra qué?, — gritó esta vez.

su

atención

a

— Livewire empujó a Gigi en el replicador de alimentos, — gritó Pax. — ¿Qué hiciste que?, — seguramente él no escuchó eso bien. No había forma que su compañero estuviese dentro del replicador de alimentos. Él irrumpió en la habitación y tiró de la puerta abierta, casi haciendo volar las bisagras. La caja estaba vacía. — ¿Dónde diablos está?, — miró a Livewire como si fuera a matarlo. — En Beta Cinco, — dijo Livewire con incertidumbre en su voz. — ¿Y por qué iba a estar en Beta Cinco? ¿Por qué no iba a estar en la nave? — ¿Fue a comprar unas piezas?, — respondió Livewire mientras retrocedía. Remy aullaba, su tercera forma emergió mientras caminaba por la habitación hacia Livewire. — Tráelo, — gritó Remy, mientras tomaba los cables colgando del duplicador de alimentos y los arrancó de la pared. Estaba enfurecido. — Y-yo no puedo. Él tiene que llamarme para que pueda traerlo. — Livewire gritó cuando Remy lo cogió por la parte delantera de su camisa, levantándolo de los pies y coloco su hocico contra la nariz de Livewire. — Y como arrancaste los cables que lo traerían de vuelta, tendremos que hacer un aterrizaje de emergencia. — Si algo le ha sucedido a mi compañero, estás muerto. — Remy tiró al mecánico por el aire. Él salió del comedor y se dirigió hacia el puente, Pax corriendo detrás de él. — ¡Santa Mierda!, — gritó Blade cuando Remy entró en el puente, gruñendo a todo el mundo. — ¡Beta Cinco, ahora! — Pero…— Tank comenzó a protestar, pero Remy lo interrumpió. — Mi compañero está en Beta Cinco. ¡Llévame allí ahora! Golpeó con su puño el respaldo de su silla de comandante. Toda la tripulación se le quedó mirando con incredulidad absoluta antes que el puente cobrara vida, todo el mundo luchando

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por hacer lo que mandaba. Remy se pasó los dedos con garras sobre su cabeza cuando se le hizo un nudo apretado en el estómago. — ¿Dónde vamos aterrizar en el Beta Cinco?, — Tank tragó saliva cuando le preguntó, mirando a Remy de reojo. Joder, la cabeza de Remy empezó a dolerle. — No sé, — dijo sin poder hacer nada. — No tengo una puta idea. *** Las Moléculas de Gigi se volvieron a juntar en una especie de callejón. Miró a su alrededor, preguntándose dónde demonios había aterrizado. Era extrañamente tranquilo por aquí, poniéndole carne de gallina. Gigi cogió el dobladillo de su camisa mientras se dirigía desde el callejón a la calle principal. Podía hacer esto. Todo lo que tenía que hacer era comprar una pieza y luego llamaría a Livewire. ¿Qué tan difícil puede ser? Gigi eludió a un hombre con tentáculos que sobresalían de su cabeza. La vista era muy extraña.... Ahora sí que sobresalía como un pulgar dolorido. ¿Por qué diablos tenía siempre tenía que dejar que lo involucraran en estupideces? ¿Cuando iba a aprender? Había sonado lógico cuando Livewire se lo explicó. Pero dudo del plan mientras miró a su alrededor a los escaparates, confundido acerca de a dónde ir. Se acercó a un hombre semi-normal que llevaba una toga azul como traje. — Disculpe. ¿Sabes dónde puedo comprar las pilas de combustible? El hombre le sonrió amablemente y luego empezó a hablar en un idioma que Gigi no entendía. — Gracias de todos modos. — Caminó alejándose con la sensación de frustración. No se suponía que sería tan difícil. — Psst. Gigi miró a un hombre apoyado sobre el hombro contra un edificio de ladrillo. Sus manos estaban en los bolsillos delanteros mientras sus ojos recorrían el cuerpo de Gigi. Sentimientos familiares le hicieron sentir asqueroso y sucio de nuevo, se volvió hacia otro lado y empezó a alejarse. Una lluvia ligera y fría comenzó a caer, haciendo sentir a Gigi solo. Extrañaba a Remy y quería volver a la nave. Todo lo que tenía era una fina camisa, pantalones y un viejo y desgastado par de zapatos. No estaba vestido para este clima. — Usted debería salir de la lluvia, — un hombre lo llamó desde la puerta de lo que parecía ser una taberna. — Venga y consiga algo caliente para beber.

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Su ropa estaba empezando a mojarse, y su pelo estaba empapado por la lluvia. Contra su mejor juicio, Gigi entró. El desconocido le sonrió mientras caminaba detrás de la barra y comenzó a mezclar algo que tenía volutas de humo frente a la taza. Gigi cogió la taza que le ofrecieron, sus manos se calentaron al instante mientras tomaba un pequeño sorbo. Su cuerpo comenzó a calentarse con sólo esa pequeña cantidad. — Gracias. — Gigi le dio una sonrisa vacilante cuando él miró a su alrededor. — Es nuevo por estos lares, ¿cierto? — preguntó el extraño mientras limpiaba una jarra de la barra con un trapo. Gigi lo estudió por un momento. El hombre no era un premio de belleza, pero tenía ojos amables. — ¿Es tan obvio?, — dio una sonrisa sincera a un lado de su boca antes de tomar otro sorbo. — Un poco. — Rió el desconocido. Puso la taza en el estante detrás de él y agarró otra, puliéndola mientras miraba a Gigi. — Sabes, estas calles no son hospitalarias para un neófito como tú. Debes volver por dónde has venido. Sólo es un consejo de amigo. De acuerdo con el extraño, Gigi miró su taza humeante. Él quería tanto a su compañero que podía sentir la separación hasta lo más profundo de sus huesos. — Sólo necesito unas pilas de combustible. ¿Puede usted decirme dónde podría encontrar alguna? El desconocido lanzó el trapo a la barras por encima del hombro mientras se apoyaba en el mostrador. — ¿Para que las necesita? Duh. ¿Para qué más se las necesitaba? Gigi no lo dijo en voz alta a pesar que lo pensó. — Mi nave. El hombre asintió con la cabeza, dando a Gigi una sonrisa. — Tengo unas cuantas en la trastienda. Yo estaría dispuesto a desprenderme de ellas por un precio. — Por supuesto. ¿No había siempre pretendiera créditos. confiaba en nadie, retorció un poco en conversación.

un precio? Gigi sólo esperaba que el hombre Había sido amable hasta ahora, pero Gigi no aunque tuviera la mirada noble. Gigi se su asiento, cada vez más incómodo con la

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— Cálmate, humano. Estoy hablando de créditos, nada más. — El extraño le habló con calma por lo cual Gigi pudo relajarse. — ¿Cuánto?, — preguntó Gigi, cuando puso su taza abajo. Tenía cien créditos en el bolsillo delantero y rezó para que fueran suficientes. Livewire había estado tan absorto con su ingenioso plan que se habían olvidado de los créditos. Gigi tendría que pagar por las pilas de combustible. — Cien créditos cada una. Incluso te doy una bolsa para llevarlos. — El extraño se enderezó y cogió la taza olvidada, comenzando su ritual de limpieza. — Entonces voy a necesitar una sola. — Gigi sonrió y levantó su taza, inclinándola hacia el hombre. — De acuerdo. Sígueme. El extraño puso la taza en el estante de arriba con las demás y puso el trapo en la barra hacia abajo, caminado lejos de Gigi. Gigi se bajó de un salto y le siguió a una trastienda que se asemejaba a una zona de almacenamiento. No podía creer su suerte. Dentro de una hora estaría de vuelta en los brazos de su compañero, y todo estaría bien en su mundo. Gigi se sintió mareado ante la perspectiva de estar en los brazos de su fuerte compañero. Remy le haría el amor completo. — Aquí tienes. — El extraño sopesó la pila de combustible en forma de cilindro y la puso sobre unas cajas. Santo Infierno. Gracias a Dios que sólo podía permitirse una. ¡La cosa era descomunal! ¿Qué diablos habría estado pensado Livewire para enviar a su pequeño culo aquí para cargar estos contenedores de diez toneladas? Gigi entregó los créditos y tomó la bolsa, el extraño le deslizo la pila de combustible en el interior. Gigi trató de girar alrededor de su espalda la correa de la bolsa sobre sus hombros y maldita sea cayó cuando el peso del cilindro se estrelló contra su espalda. El desconocido se echó a reír. — Déjame ayudarte. Le agarró las correas y se las sostuvo para que Gigi deslizara sus brazos. Gigi supo el momento en que el desconocido le puso la bolsa. El peso en su espalda casi lo tiró de rodillas. — Ten cuidado. — El forastero se rió entre dientes mientras palmeaba a Gigi en su hombro, casi haciéndole besar el suelo. Gigi gruñó mientras reajustaba las correas a una posición más cómoda.

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— Gracias por su ayuda. Gigi extendió su mano, la mano grande y fornida del extranjero le acaparó cuando aceptó el apretón. — En cualquier momento. Mi nombre es Ryan. Ven a verme otra vez si necesitas cualquier otra cosa, jovencito. — Gracias. Gigi salió de la trastienda de la taberna. Se sacó el comunicador de su bolsillo y se lo puso en la oreja. Pulso el enlace COM, esperando que Livewire lo contestara. — Misión cumplida, — afirmó con orgullo cuando sonó el otro extremo, lo que indica que Livewire estaba en la línea. — No muevas un músculo de mierda mientras leo tus coordenadas. Gigi tragó saliva cuando escuchó la voz dura como el acero de Remy. Tanto como extrañaba a su compañero, no estaba tan seguro de querer volver a verlo ahora mismo. — Está bien, — susurró. — ¿Te has hecho daño? — No. Y rezó para que ese estado no fuera a cambiar cuando Remy pusiera sus manos sobre él. Su pareja nunca mostró un lado cruel, pero por otra parte, Gigi nunca había hecho algo tan irresponsable y estúpido. Seguía metiendo la pata con su hombre. ¿Es que él nunca iba a hacer las cosas bien? — Vamos a entrar en la atmósfera en diez minutos, y espero que estés exactamente donde se leen tus coordenadas. — Sí, señor, — el viejo término honorífico salió de su boca y su cuerpo comenzó a temblar. Odiaba la sensación que se estaba produciendo en ese momento. Era la misma que sentía cuando molestaba a Drake y sabía que iba a ser castigado por ello. La bilis se le subió por la parte posterior de la garganta, mientras caminaba hacia la taberna y esperaba apoyado contra la pared de ladrillo. Sabía que no debería sentirse de esta manera. Gigi sabía en su corazón que Remy nunca le haría daño. Sin embargo, no impidió que temiera estar ante los ojos de su compañero esta vez. Se sacó la pieza COM de la oreja y la metió en el bolsillo mientras esperaba allí en el aire frío y lluvioso. — Veo que él te ha dejado aquí para vender tu culo. Eso no va a ser necesario, — gruñó una voz oscura, cruel y familiar al lado de Gigi. — Tu culo me pertenece a mí.

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Capítulo 12 Remy se ató el cinturón en su regazo, mientras sus manos se apoderaron de los apoyabrazos de la silla del comandante. Había ido a su habitación para vestirse después de regresar a su forma humana y sintió un vacío en el interior mientras miraba a la sala desierta. La nave no parecía la misma sin su compañero a bordo. — Agárrense. Esto se va a poner difícil, — advirtió Tank cuando entraron a la atmósfera de Beta Cinco. Remy sintió como si mucha mierda cayera sobre él a la vez que no era capaz de respirar. Miró a su derecha para ver a Crank aferrándose con los nudillos blancos a la pequeña consola frente a él. Lady Blue comenzó a temblar incontrolablemente, cuando sobrepasó la atmósfera exterior. Sonidos de advertencia sonaron y las luces rojas empezaron a parpadear en varias consolas cuando la nave descendió. Remy rogó que llegaran allí en una sola pieza. Gigi lo necesitaba, y él no podía defraudar a su compañero. — Hemos perdido nuestro escudo, — gritó Tank a través del ruido caótico que llenaba el puente. Remy apretó la mandíbula cuando la nave cayó en picada hacia el planeta. Todo lo que necesitaban eran sus propulsores para aterrizar. Eso era todo lo que necesitaban. — Estamos sobrecargados, — advirtió Tank cuando algunas luces parpadearon en la consola y algunas se apagaron. Remy tragó saliva cuando la mitad del panel de la consola se apagó. Podrían no salir con vida en esta ocasión. La realidad lo golpeó duro. Pensó en la cara sonriente de Gigi, los ojos de color ámbar intenso, y el hermoso cabello rubio arenoso. Remy pensó en lo bueno que su compañero se había sentido en sus brazos, simplemente sosteniendo al pequeño contra su pecho. Las cejas de Remy formaron un ceño fruncido, cuando pensó en su compañero ahí afuera por su propia cuenta, tal vez para siempre. Las luces parpadearon cuando el puente de la nave se sacudió tan fuerte que los dientes le castañearon. Remy pensó en la cara de su ángel la primera vez que lo descubrió en el armario. La sonrisa de orgullo que lució cuando cocinó su primera comida en la Lady Blue. Tenían que sobrevivir a esto. Remy no estaba dispuesto a dejar a su compañero sólo en el frío y oscuro universo.

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— ¡Prepárense!, — gritó Tank mientras la nave chocó contra la superficie dura, rebotó, y luego se deslizó dos millas a lo largo de la planicie arenosa. Cuando por fin se detuvieron, Remy estuvo a punto de llorar de alivio. No perdió tiempo en desabrocharse su cinturón y ponerse de pie. — Colt, vienes conmigo. Crank, tú y Blade encárguense del trabajo que tenemos pendiente aquí. Tank y Livewire quiero hagan todas las reparaciones posibles. Cuanto antes nos encarguemos de todo, más pronto podremos largarnos de aquí. Remy salió del puente y se dirigió a la sala de armas cubierta inferior. Él se armó con dos sincronizadores, tres de RK05s, y algunas cosas más. Colt hizo lo mismo antes de hacia la rampa retráctil y alejarse de Lady Blue en busca compañero.

en la plazas correr de su

*** Gigi puso sus manos frente a él para evitar golpear su rostro contra el suelo de cemento cuando se derrumbó. El peso de la pila de energía en su espalda lo impulsó hacia adelante después que Drake le dio un fuerte empujón. Las palmas de las manos de Gigi se rasparon con el cemento al tiempo que reprimía un grito. Él soportó el ardor y el sangrado de sus manos limpiándose en el pecho. Estaban en una especie de hangar privado. La nave de Drake estaba allí, y parecía que estaban haciendo algunas reparaciones. Esperaba que las reparaciones necesarias fueran muy importantes. Eso le compraría algún tiempo. — Si mueves un maldito músculo, te voy a disparar y me ahorrare la molestia de perseguirte. Ya me has costado bastante. — ¿Por qué?, — Gigi tuvo el valor de preguntar. — ¿Por qué has venido a través de la galaxia a buscarme? Si te he causado más problemas de los que valgo. Pensé que estarías encantado de deshacerte de mí. La cara de Drake se mantuvo estoica, pero Gigi alcanzó a ver la sorpresa en los ojos del bastardo. Su risa era baja y amenazante cuando se puso en cuclillas delante de Gigi. — Realmente no lo sabes, ¿verdad? Oh, esto es magnifico. El temperamento de Gigi refulgió cuando el hijo de puta se rió de él. — ¿Puedes decirme que sucede? Vivir con Remy y ser parte de una familia de verdad debe haber hecho más cosas buenas por Gigi de las que se dio cuenta. Claro, él tenía un miedo impresionante, pero su espina dorsal parecía una

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baqueta. Él había vivido junto a hombres de verdad que luchaban con honor, y a Gigi le gustaba pensar que algo de eso se le había contagiado. Era eso o se había chiflado por completo. — Muchacho, ¿tienes alguna idea de quién eres? ¿Alguna maldita pista? — Por mucho que me gustan los trabalenguas, prefiero jugarlos con alguien que tenga una pizca de inteligencia. — Gigi miró a los ojos devora-alma de Drake cuando el hombre cruzó la distancia y le dio una bofetada con la mano abierta a través de la cara. — Estoy empezando a cansarme de ser golpeado, Drake. — Gigi se sobó la boca con la mano y luego escupió una pequeña cantidad de sangre en el suelo. Se pasó la lengua por los dientes mientras sonrió al muy cabrón. — ¿Es eso todo lo que tienes? — ¿Tú, pequeño...?, — Drake levantó la mano otra vez. Gigi alzó la barbilla en desafío a la espera del próximo golpe. No dejaba de doler, pero no iba a permitir que Drake supiera lo asustado que estaba. — Eres un jodido Magi, pequeña mierda. Eres parte de una de las razas más raras de tu clase. Tu sangre se remonta del siglo IV A.C. Puedes leer las estrellas y manipular el destino de lo que predicen las estrellas. El idiota de tu padre ni siquiera era consciente de ello. Tu madre venía de los Magi y te dio su línea de sangre. Lástima que murió al dar a luz y se llevó el secreto con ella. — Drake se puso de pie y frunció los labios hacia Gigi. — Tu padre te vendió por sólo 300 créditos. Dime, Giovanni. ¿Cómo te sientes al saber que tu familia no te quería? — Drake, te necesito aquí, — gritó alguien desde la dirección de la nave de Drake. Drake entrecerró los ojos a Gigi, señalándole con un dedo cruel. — Veo lo qué estás haciendo, muchacho. No va a funcionar. Te necesito en plena forma para lo que tengo planeado para tu culo fugitivo. No voy a estropear tu cara, así que deja tranquila la insolente lengua. Gigi gruñó a Drake antes que el hijo de puta girara sobre sus talones y se alejara en dirección a su nave. Gigi estaba sorprendido de enterarse de quién era. Aunque él no estaba tan seguro. Confiar en lo que salía de la boca de Drake era una apuesta riesgosa. Podría ser cierto, o podría ser un montón de estiércol. Lo sacó de su cabeza por el momento. Gigi tenía cuestiones más urgentes en qué pensar. Gigi se inclinó hacia un lado y se aseguró que nadie lo observara mientras sacaba el enlace COM de su bolsillo y apretaba

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el botón para iniciar una conexión. Él lo deslizó nuevamente en el bolsillo y luego se sentó con la espalda recta. Todo lo que tenía que hacer era esperar a que uno de los miembros de la tripulación leyera sus coordenadas. Mientras tanto, Gigi se recostó contra la pared del hangar y rezó para que su compañero llegara a él a tiempo antes que la nave de Drake fuera reparada y se lo llevaran fuera de este planeta. *** Remy golpeó la conexión COM. — Remy. — Comandante, acabo de recibir una llamada del enlace COM de Gigi, pero él no ha dicho nada, — informó Livewire en su oído. — Lee sus coordenadas, y dámelas. Remy le hizo señas a Colt para que parara. Ambos esperaron en las calles de Beta Cinco mientras Livewire leía las coordenadas de Gigi. — Lo tengo, — dijo Livewire, luego recitó las coordenadas de Gigi. — He encontrado su ubicación con el ordenador, y me dice que Gigi se encuentra en un antiguo hangar aproximadamente a diez minutos de tu ubicación. Remy arrojó unos créditos a un conductor de transporte de espera, mientras él y Colt se subieron. Le dio al conductor la dirección hacia donde se dirigían. — Esa es una parte mala de la ciudad, — la voz áspera del conductor les advirtió. — Les llevaré cerca, después están por su cuenta. — Sólo lléveme lo más cerca posible. Voy a caminar desde allí. — Remy gruñó mientras se sentaba de nuevo. — Su cuello, — dijo el conductor mientras se alejaba de la parada de autobús. — ¿Crees que es Drake?, — preguntó Colt mientras miraba por la ventana lateral. Remy sabía que Colt estaba tratando con un montón de cosas en este momento. Pax era el compañero de Colt, y el pequeño chico azul tenía miedo de estar cerca de él. Remy no podía imaginarse estar cerca de Gigi y ser incapaz de tocarlo. Remy empuñó sus manos mientras esperaba que el taxi lo llevara junto a su compañero. Quienquiera que lo retuviera, y tenía la sensación que él sabía quien era, iba a respirar a través de múltiples agujeros cuando hubiera terminado con él. Remy todavía

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estaba por la tontería que impulsó Livewire, pero de alguna manera entendía un poco el razonamiento detrás de ello. Más o menos. Tal vez. En realidad no. Quería estrangular al hombre. — Aquí están. Lo siento, muchachos, pero no voy más allá de esto. El lugar que buscan esta justo sobre aquella colina. — El conductor señaló a una baja elevación de a la derecha de ellos. — Buena suerte, — dijo como si no fueran a regresar. Remy y Colt salieron de la nave pequeña y se dirigieron hacia su compañero. Les tomó cerca de ocho minutos caminar a través de la arena caliente y subir por la cresta rocosa. Remy había perdido el equilibrio un par de veces, pero finalmente llegó a la cima. Ellos se tendieron agachados mientras Remy avistaba el viejo hangar. Estaba oxidado como el infierno y tenía una zona de matojos extraviada. Lo que era nuevo era la nave estaba parada en el interior. Remy la reconoció por la persecución del día anterior. Drake. Remy gruñó bajo mientras observaba a los mecánicos trabajar en la nave. No podía evaluar cuántas personas había allí, pero en este punto en realidad no le importaba una mierda. Su único objetivo era conseguir a su compañero de manera segura y matar a los bastardos que tomaron a Gigi. — ¿Listo?, — le preguntó Colt en voz baja. Remy asintió con la cabeza cuando dos de ellos ascendieron por la cresta y comenzaron el lento descenso por el otro lado. Tenían que tener cuidado que nadie los viera. El elemento sorpresa estaba de su lado hasta el momento, y Remy quería mantenerlo de esa manera. Una vez que llegaron a la cima, Remy y Colt arrastraron su culo al lado del hangar, colocando la espalda contra la culebrilla oxidada y escucharon por un momento. Los sonidos de las herramientas neumáticas silbaban en todo el hangar y unas cuantas gritaban, pero Remy no escuchó nada que les indicara que alguien estaba cerca. Se arrodilló y miró a través de una teja que faltaba para ver a su compañero con la espalda contra la pared del hangar. Remy quería gritar a su ángel, pero contuvo sus palabras. Tenía que llegar a Gigi antes que supieran que estaban allí.

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— Joder, — gruñó Colt segundos presionara en la nuca de Remy.

antes

que

un

objeto

duro

— Me alegro que pudiera unirse a nosotros, comandante. — El placer es mío, Drake. *** Pax se mordió el pulgar mientras contemplaba a Livewire en la sala de ingeniería. Realmente no quería estar solo, por eso se le pegó como una sombra al mecánico. — ¿Puedes pasarme una “media pulgada”? — ¿Una media pulgada de qué?, — preguntó Pax mientras miraba alrededor del cuarto de ingeniería. No estaba seguro de lo que el tipo estaba hablando, pero estaba dispuesto a ayudar, así su mente estaría tranquila y no pensaría en Gigi o en Colt. Livewire se rió entre dientes, mientras señalaba al suelo. — Una llave de media pulgada. Pax se arrodilló mientras recogía las herramientas de color plateado. Leyó cada una de ellas hasta que encontró la que Livewire necesitaba. — ¿Es esta? Livewire la tomó de su mano y se volvió a su trabajo. — Esa es. Pax se sentó en el suelo y jugó con las herramientas que le rodeaban. Él las alineó por orden de tamaño, y luego las alineó de nuevo hasta que deletreó el nombre de Colt. — ¿Livewire? — ¿Sí, amigo? Gruñó el mecánico mientras empujaba su brazo en una franja de espacio entre dos muros paralelos. Parecía un ajuste muy apretado, y la cara de Livewire mostraba concentración. Pax no estaba seguro de si debía distraer al mecánico. — Estoy escuchando. Pax cogió las herramientas con la punta de su dedo mientras pensaba en lo que él quería decir. Él no estaba muy seguro, pero estaba cansado de estar confundido. — ¿Qué significa ser “compañeros”? — Tienes que decirme exactamente qué es lo que me quieres preguntar Pax, — dijo Livewire cuando él apretó los dientes, tiró

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del brazo mientras maldecía pulgada en el suelo.

y

golpeó

la

herramienta

de

media

Pax se arrastró y la recogió, para devolverla a Livewire. — Gracias. — El mecánico lo agarró y luego metió el brazo y volvió a entrar. — Adelante, estoy escuchando. Pax volvió a sentarse en su trasero mientras cruzaba las piernas. Él nunca había tenido a nadie en quien confiar antes, y no estaba seguro de cómo lo haría. Las palabras estaban mezcladas en su cabeza, por lo que era difícil para él formar alguna frase que tendría sentido. — Colt me confunde. Livewire detuvo la mano mientras miraba a Pax. — Eso puede suceder. Pero tan difícil como suena, tienes que confiar en el destino. El sabía lo que estaba haciendo cuando los enlazo a los dos. Ahora no estoy diciendo que debes bajar la guardia y salir a correr a sus brazos, aunque estoy seguro que a Colt no le importaría, sino que le des una oportunidad. Él no parece un mal tipo. — Supongo. Pax puso las herramientas alrededor mientras intentaba darle más sentido a todo. ¿Cómo alguien como Colt podría quererlo? El halcón era grande, fuerte y valiente. Se merecía un compañero honorable. No alguien como Pax. Estaba aterrorizado de no estar a la altura. Pax pensó en la hermosa cabellera rubia de Colt, que parecía tener una mente propia, y esos esplendidos ojos azules que parecían ver a través de él. Pax corría cada vez que veía a través de Pax entonces sabría de manejar. Quería que Colt lo viera que debería haber brillado sobre mejor.

Colt. Si el halcón podía ver a su vergüenza. Pax no lo podría bajo una luz diferente, la luz él si hubiera tenido una vida

— Las cosas saldrán bien, amigo. Pax asintió con la cabeza, aturdido, preguntándose si las palabras de Livewire realmente se harían realidad o si Colt descubriría su desgracia y correría lo más lejos posible. *** Gigi se quedó sin aliento cuando vio a Remy y Colt entrar en el hangar. Drake estaba caminando detrás de su compañero con un phaser apuntando a su cuello. El miedo y la ira hicieron un nudo en su garganta y estomago a medida que sus ojos siguieron a su compañero.

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— Tenemos compañía, muchacho. — Drake pronuncio palabra con desprecio. — ¿Qué debo hacer con ellos?

la

última

Gigi sabía que era una pregunta con trampa. Tenía miedo de abrir la boca. Cualquier cosa que dijera sería manipulada y usada en su contra. Drake era así de demente. El hombre hizo una fortuna manipulando a los demás. ¿Por qué debería Gigi ser diferente? — Veo que te estás convirtiendo un muchacho inteligente. — Drake se echó a reír, pero sin humor. — Tengo un juego que podemos jugar para pasar el tiempo hasta que mi nave este lista. Puro miedo oscuro se extendió Drake. Su pulso empezó a latir de la cara de Drake. El hombre nunca de tarjetas, pero ahora tenia un Algo que Gigi no había visto nunca

por Gigi con las palabras de forma violenta por la mirada en había tenido una baraja completa destello de locura en sus ojos. antes.

— ¿Q… qué tipo de juego? — Levántate, — le mando Drake. Gigi miró a los ojos de Remy cuando se puso de pie. La mandíbula de su compañero estaba cerrada mientras observaba cada movimiento que hacia Gigi. Podía ver el amor brillando en los ojos de su compañero, pero estaba mezclado con miedo. La necesidad de correr hacia su compañero era fuerte, pero Gigi se contuvo. Gigi instintivamente extendió sus manos cuando Drake le lanzó algo. ¿Por qué en esta vida Drake le daría un phaser? Le dio la vuelta en sus manos mientras trataba de averiguar lo que el hijo de puta estaba planeando. — Tiene suficiente carga para una explosión, — dijo Drake mientras apoyó la mano en el hombro de Remy, el phaser todavía pegado al cuello de Remy. — Puedes usar un tiro para disparar a este tipo que está aquí, — dijo, asintiendo con la cabeza hacia Colt, — o yo mato al comandante. — ¿Por qué?, — exclamó Gigi. Los labios de Drake se fruncieron con una mueca de desprecio. — Para mostrar a todos, incluyéndote, que tengo un control completo sobre ti. Harás lo que yo diga, cuando lo diga, sin dudar, de aquí en adelante. Gigi se quedó mirando el phaser en su mano y luego a Colt, rogando con los ojos a alguien que le dijera qué hacer. Él no era tan astuto como para imaginar un plan en el acto. Gigi necesitaba a alguien que le diera una señal, algo. — Decídete, — dijo Drake en advertencia.

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— Ya esta decidido. — Gigi solución posible a todo esto.

solo

podía

pensar

en

una

única

— Yo sabía que ibas a pensar como yo, — se rió de alegría Drake. — Adelante, dispara. Gigi miró a Colt. El halcón cuadró los hombros y le dio un asentimiento a Gigi. No hubo una sola onza de miedo en los ojos del hombre. Se quedó allí con valentía, enfrentando a la muerte como un guerrero. El respeto de Gigi para el hombre creció a pasos agigantados. Él miró a su compañero, haciendo todo lo posible para transmitir sus sentimientos con los ojos. — No, — susurró Remy cuando sus ojos se abrieron con el terror. — No, ángel. — Tengo que hacerlo, — dijo Gigi mientras colocaba el phaser en su cabeza. — ¡No!, — gritó Remy, cuando líneas de trazando un patrón de terror en su rostro.

tensión

aparecieron

Gigi ahogó un grito, cuando el dedo aplicó la más mínima presión sobre el gatillo. Su respiración parecía solidificarse en la garganta. — ¿Estas jodidamente loco?, — gritó Drake a Gigi. — Quita ese maldito phaser de tu cabeza. Los ojos de Remy estaban trabados con los Gigi, y luego bajaron al suelo. Las pestañas de Gigi bajaron, luego subieron, diciéndole a Remy que entendía. Más rápido de lo que Gigi se había preparado, Remy se tiró a la derecha y Gigi dio la vuelta al phaser en su mano, disparando directamente a Drake. Remy se arrancó de las garras de Drake y saltó sobre Gigi, ambos golpeando el suelo. Drake golpeo el piso de cemento, su cuerpo sin vida inmóvil. Colt tomó el phaser de la mano de Drake y dio una patada al bastardo, pero Drake no se movió. — ¡Pensé que nunca entenderías la farsa!, — gritó histéricamente Gigi a Remy. — Te tardaste demasiado. — Ssshhh, — susurró Remy el suave sonido apaciguante junto al oído de Gigi mientras lo acunaba en sus fuertes brazos — Se acabó. — Pensé… — Gigi sollozó. — Colt, ve a buscar las pilas de combustible de la nave de Drake y cualquier cosa que puedas tomar. Si alguien te da algún problema, trata con ellos. — Sí, comandante. — Colt asintió y se alejó para obtener las pilas. 121

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Remy tomó a Gigi y lo llevó en sus brazos, saliendo del hangar con Gigi abrazado fuertemente contra su pecho. Remy lo llevó al lado del hangar y luego lo bajó a sus pies. — Yo te necesito, cariño. — Reclámame, — dijo Gigi. — también te necesito. Remy asintió y cargó a Gigi. Gigi envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Remy mientras se aferraba al hombre que le había robado el corazón. La boca de Remy cubría con avidez la de Gigi cuando intentaba devorarlo. Las manos de Gigi rompían la ropa de Remy, deseando sentir la piel de su compañero con las puntas de sus dedos. Remy tiró de la camisa, sin interrumpir la conexión. — Te amo, — respiró Gigi contra los labios de Remy. — Lléname, reclámame. Remy gruñó y Gigi sintió rasgarse la parte trasera de sus pantalones. El aire frío beso su culo cuando Remy lo volteó, dejando un hilo de saliva que goteo hacia abajo por el pliegue del culo de Gigi. Remy lo empujó y rápidamente liberó su polla. Los movimientos de su compañero eran desesperados, a medida que alineaba su polla y se hundía profundamente en el culo de Gigi. — Remy, — gritó Gigi cuando envolvió con sus brazos el cuello de Remy, aferrándose a su espalda. — Fóllame duro, Remy. Recuérdame que yo te pertenezco. La cabeza de Gigi cayó hacia atrás, golpeando el hangar mientras jadeaba y maullaba. Los movimientos de Remy se convirtieron casi en salvajes, profundizando con cada impulso. Gigi se unió a sus embestidas, casi con el mismo frenesí con que Remy lo reclamaba, marcándolo. Gigi inclinó la cabeza, Remy no espero ni un segundo mientras hundía sus colmillos profundamente en el cuello de Gigi. Gigi gritó mientras su polla explotó. Su cabeza le daba vueltas con la idea que estaba de regreso en los brazos de su compañero, donde tenía previsto permanecer por un tiempo muy largo. Remy lamió la herida y la cerró y luego echó atrás la cabeza, gritando en voz alta mientras su polla daba los últimos pulsos en el culo de Gigi, la semilla caliente llenándolo. Gigi apoyó la cabeza sobre el hombro de Remy, inhalando el aroma que era únicamente de Remy. — Ahora, ¿cómo se supone que debo volver a la nave con el culo colgando fuera de los pantalones?, — bromeó Gigi. — Con mucho cuidado, — rió Remy. — Mucho, mucho cuidado, cariño.

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— Drake dijo que yo era Magi. Dijo que yo vengo de una larga estirpe de ellos. Remy acarició el cuello de Gigi, su lengua trazando una ruta desde la mandíbula al oído. — Vamos a resolver las cosas a medida que avancemos. No hay necesidad de preocuparse de eso por ahora. Gigi besó el lado del cuello de Remy, agradecido por un compañero fuerte y amoroso. Remy aceptaba todo lo que Gigi le lanzaba, y volvía por más. — Te amo, Remy. Remy sonrió. — Yo también te quiero, cariño. ¿Había algo más que decir? *** Colt estaba en el pasillo, mirando por la ventanilla a las estrellas. Crank y Blade habían completado el trabajo de la explosión en Beta Cinco. Parecía que habían pasado años luz desde que el polizonte fue encontrado y sus vidas habían cambiado para siempre. Livewire y Tank habían llevado a Lady Blue fuera del planeta hacia el espacio. Con las cinco pilas de combustible que habían confiscado de la nave de Drake, tenían combustible para viajar por un largo tiempo. Se habían apropiado incluso de algunos otros materiales que les evitaba tener que aterrizar por un buen tiempo. Los ojos de Colt se quedaron mirando hacia delante cuando sintió, más que ver, a Pax dirigiéndose en su ruta. No estaba seguro de lo que iba a hacer con su pareja. Lo primero en su lista era llegar a conocer un poco mejor al pequeño hombre de piel azul. Su camino iba a estar lleno de baches, pero Colt sabía que eventualmente las cosas se arreglarían. Hasta entonces, todo lo que podía hacer era mellar poco a poco las defensas de su compañero y esperar que algún día Pax le diera suficiente confianza para dejarlo entrar en su vida. Pax se detuvo cuando pasó por el lado de Colt. Dudó por lo que parecía ser eterno. El halcón contuvo la respiración y mantuvo la vista al frente y al centro. Su compañero se acercó a él con cautela y luego se paró junto a él, mirando por el mismo ojo de buey. Una sonrisa tiró de los labios de Colt cuando Pax deslizó dos dedos en la palma de la mano de Colt. Él curvó los dedos alrededor

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de su compañero mientras miraba corazón que iban a estar bien.

las

FIN

124

estrellas,

sabiendo

en

su
Lynn Hagen & Stormy Glenn - Tripulación Lady Blue 01 - Al Final de la línea

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