Guía biográfica de la ufología argentina - Roberto Banchs

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ROBERTO BANCHS

GUÍA BIOGRÁFICA de la UFOLOGÍA ARGENTINA Los primeros veinticinco años (1947-1972)

Cefai Ediciones

GUÍA BIOGRÁFICA de la UFOLOGÍA ARGENTINA

ROBERTO BANCHS

GUÍA BIOGRÁFICA de la UFOLOGÍA ARGENTINA Los primeros veinticinco años (1947-1972)

Cefai Ediciones

© 2000 by Roberto Banchs © 2014 by Roberto Banchs Cefai Ediciones [email protected] Diagramación: Sergio Lodise. ISBN Nº 987-98338-0-5 Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

Introducción

La obra que se presenta a continuación documenta la trayectoria de investigadores y divulgadores del intrincado asunto de los platos voladores, u ovnis, que favorecieron –con dedicación y convicciones– a su desenvolvimiento en Argentina. Abarca un período de la historia en que los hechos que le precedieron cambiaron el pensamiento filosófico, político y científico de la humanidad. Comienza en 1947, cuando aquellas extrañas apariciones despiertan el asombro por su carácter novedoso, mientras el rumor y las controversias se extienden por todo el mundo. La finalidad eminentemente informativa de la Guía Biográfica permite ser una fuente de consulta, destinada a los historiadores, sociólogos, periodistas y estudiosos en general. La elaboración de este sucinto, aunque condensado registro, no pretende ser completo, pero es el primer intento en su clase y representa un aporte importante sobre los primeros veinticinco años de la ufología *. Si bien el aspecto biográfico ha encontrado lugar en varias obras, lo ha sido en forma complementaria * Ufología: Estudio sistematizado de las manifestaciones aéreas inusuales conocidas

habitualmente como ovnis. En sentido amplio, creencias y actividades relacionadas con los ovnis. El término fue introducido por el escritor Morris K. Jessup en diciembre de 1955, para referirse a “la ciencia y estudio de los U.F.O.”. Sigla que proviene de “unidentified flying object”, acuñada por el capitán de aeronáutica Edward J. Ruppelt, primer director entre 1952-54 del proyecto Blue Book, y traducida por primera vez al castellano como O.V.N.I. en 1955 por el capitán del ejército argentino Jorge Milberg. En la actualidad, la sigla se emplea en forma sustantivada, dada su generalización, y se mantiene en todo el mundo -sin prurito etimológico- el uso del neologismo ufología. 7

y fragmentaria, disponiéndose de muy pocos antecedentes valiosos: “Tras las huellas de los platillos volantes”, de Carlos Murciano para el diario madrileño ABC (1969), “The Ufo Guidebook”, de Norman J. Briazack y Simon Mennick (1978), “Primer Diccionario Argentino de Ovnilogía”, de Ruth Bär de Gerstel (1988), “Who’s Who in Ufology”, de Robert D. Boyd (1988), “Enciclopedia Ovni”, de Sara Cavallé (1995), y “Diccionario Temático de Ufología”, de Matías Morey Ripoll (1997). En estas páginas encontrará el lector a quienes participaron por entonces en la investigación, el debate y la divulgación, ayudando de algún modo a delinear el cuadro de situación actual. Necesario emprendimiento, pues incluye a las personas que han descubierto y señalado pautas, trazado los caminos a recorrer (con frecuencia divergentes), y difundido los hallazgos y conjeturas que perfilaron la imagen del misterio. Un mejor conocimiento de los hechos y logros, servirá para comprender, juzgar y valorar adecuadamente el fenómeno y a las personas que se han ocupado de profundizar en él. Las nuevas generaciones de ufólogos encontrarán en sus predecesores las ideas preponderantes y las actividades desarrolladas en una época signada por el avizoro de nuevos descubrimientos. En la confección de esta ardua y compleja tarea compilatoria se invirtieron dos años en la consulta personal y epistolar, así como en la investigación periodística y bibliográfica. Para obtener algunos datos fundamentales se recurrió a los propios biografiados, o a sus familiares, aunque la mayoría de las fuentes están dispersas en una abrumadora masa de libros y publicaciones. La manera de apreciar y ponderar la inclusión no es simple, aún cuando el criterio adoptado ha sido el de la consideración pública o su notoriedad. Ocurre que la descripción y la explicación que se adquieren corrientemente sobre determinado asunto, provienen de la comunicación. Es probable que muchos estudiosos permanecieran en el anonimato, o que no hayan trascendido sus esfuerzos, lo que equivale a decir que sus ideas, aun siendo valiosas, no han contribuido –en forma pública y notoria– en las transformaciones que fueron produciéndose en 8

la manera de pensar el tema. El verdadero mérito en ocasiones se halla oculto, ya que se ha estado más concentrado en la tarea de incrementar y fortalecer el entendimiento, que en difundirlo. De cualquier modo, la inclusión en la Guía no otorga mayor prestigio o mérito, sino un reconocimiento a la labor realizada. Será también un homenaje a quienes merecen ser considerados por sus esfuerzos o aportes significativos. El temario biográfico comprende antecedentes personales y educacionales, actuación en la materia durante el período examinado y la opinión acerca del fenómeno de los ovnis, suprimiendo aquellos datos que no sean pertinentes. Se ha evitado también exponer juicios de valor referidos a las actividades y puntos de vista sobre la materia, salvo excepciones debidamente justificadas. Se trata, pues, de un conjunto de datos biográficos no comentados, fundamentalmente objetivo, predominando el criterio de imparcialidad. El lector podrá sorprenderse al hallar, entre los biografiados, algunas personalidades que –lejos de ser consideradas “ufólogos” –, tienen alguna afinidad y asistido desde sus respectivas especialidades en la formación de opiniones, tal el caso de artistas, científicos, militares y periodistas. Han sido incluidos también los extranjeros incorporados definitivamente a la actividad argentina, con años de residencia en el país. En cambio, no están contenidos quienes han sobresalido únicamente por su calidad de testigos o protagonistas de narraciones extraordinarias, pues excedería la tarea propuesta. Asimismo, se consignan sólo los libros u obras mayores de los autores, ya que el detalle completo de informes, monografías, conferencias, folletos, etc., resultaría demasiado extenso y no agregaría datos esenciales. Ordenado alfabéticamemente, prosigue un inventario de los grupos más salientes o conocidos durante los años comprendidos en el presente historial, en razón de sus actividades públicas e investigativas. Se complementa con otro listado, no exhaustivo, de agrupaciones que habrían tenido menor relevancia. Al margen de aquellas cuya actividad pudiere haber sido muy productiva, aunque ignota, la mayoría tuvo una existencia efímera. El capítulo siguiente se ciñe a la labor divulgativa. En primer lugar, contiene un registro del material bibliográfico argentino sobre ovnis 9

publicado hasta 1972, comprendiendo libros, folletos y series de notas periodísticas por autores argentinos, o por extranjeros cuyas obras han sido impresas originalmente en el país. Es pertinente señalar que, a partir de entonces, empieza una continua y amplia difusión, trayendo consigo la proliferación de investigadores de ovnis, y una tendencia mercantilista que contribuyó a trivializar el asunto. Las motivaciones suelen hallarse en las experiencias personales y la lectura, estando la tarea frecuentemente encaminada en el noble propósito de la búsqueda de pruebas que avalen determinada creencia, siguiendo dos corrientes o líneas de interés definidas: la científico-tecnológica y la metapsíquica o espiritualista. Las posiciones frente al problema suelen caracterizarse por la creencia o lisa aceptación de la existencia de los “platos voladores” procedentes de otros mundos, extraterrenales o etéreos, o bien, por la incredulidad o duda acerca de esas afirmaciones, configuradas en el escepticismo y la refutación. Sin juzgar los méritos alcanzados, merecen citarse a los precursores en la investigación de los “platos voladores”, destacados por su labor y profusa actividad pública desde el primer lustro de la década del cincuenta. En la corriente que propende hacia las ciencias como recurso para resolver las múltiples incógnitas que el fenómeno presenta, se destacan Ariel C. Rietti y Cristián Vogt. En la segunda, empleando procedimientos intuitivos o revelaciones de carácter metapsíquicos, mediúmnicos, los hermanos Jorge y Luis N. Duclout, Agapito Millán y Manuel Valverde. El autor tiene la satisfacción de haber participado activamente en este período de inigualable esplendor, nutriéndose del entusiasmo y estímulo intelectual de quienes compartieron el asombro, vencieron prejuicios y aceptaron el desafío de incursionar en el asunto. Antes de entrar de lleno en la obra, desea expresar su gratitud a quienes colaborar en la preparación de este compendio: a los amigos, estudiosos, y especialmente, a los biografiados y familiares de los mismos. Roberto Banchs 10

Guía biográfica

ALBAMONTE, Luis María (n. Buenos Aires, 10/3/1911 - m. 6/2/1982). Conocido en el medio argentino como Américo Barrios. Periodista y escritor en los géneros de novela y cuento. Ha publicado quince libros y es uno de los primeros cultivadores argentinos de la literatura fantástica. Obras: “Diez enigmas con una rosa”, “Los invasores”, “El viajero hechizado”, etc. Desde una audición que tenía en Radio El Mundo, sostuvo en 1948 su creencia en los platos voladores como una realidad extraterrena. Ese mismo año adquiere los derechos de publicación de las investigaciones de Donald Keyhoe y las difunde en El Laborista, donde es director. Su medio de expresión es también el diario Democracia, y la radiofonía. En 1955 inicia un largo exilio, tras el cual funda en 1964, y es director hasta 1979 de la edición matutina de Crónica, de Buenos Aires, donde escribe –entre 1968 y 1969– una larga serie de notas sobre platos voladores. Su opinión: “El escepticismo puede justificarse, porque nunca un terráqueo pudo apresar un plato volador para exhibirlo, ni ha capturado a un venusino o a un marciano. Y la duda puede campear sobre toda la verdad” (11/1964). “Pienso que esos seres que merodean nuestro planeta, provenientes de una civilización muchísimo más avanzada que la nuestra, son de una infinita bondad, dueños de adelantos portentosos, y nos miran apenados por nuestras tremendas imperfecciones” (06/1968). 11

ALDUNATI, Guillermo Edgardo (n. Rosario, SF, 15/5/1947). Trabaja en la actividad comercial, en turismo. Cofundador en 1966 de la AOA Internacional, en Rosario. Desde 1967, con su grupo, edita varios boletines y conduce dos programas radiales. Representante en 1968 de la Saucer and Unexplained Celestial Events Research Society, de Clarksburg, W.Va. En 1970 publica la revista Espacio. En 1971 emprende un itinerario de conferencias, haciéndolo por varias ciudades de los Estados Unidos, seguidas por otras en sus regulares viajes por Norte y Centroamérica. Desde 1986 dirige la denominada “Operación el derecho a saber” (Operation right to know), capítulo argentino. Su opinión: “Los ovnis proceden del espacio exterior; hay cinco posibles áreas de origen que estarían en otro sistema solar” (08/1971). ALEANDRI, Juan Alviero (n. Cecelano, Italia, 9/8/1908 - m. 12/11/1989). Reside en Buenos Aires desde 1915, adoptando la doble nacionalidad. Médico obstetra, UBA. Higienista y psiquiatra. Profesor universitario. Presidente de la Asociación Argentina de Psicosíntesis y director del Instituto de Biopsicosíntesis de la Universidad J. F. Kennedy, nuclea en 1968 a numerosos investigadores de los ovnis y escribe el prólogo del libro de Axel Aberg Cobo “Kosmokratores-Protectores del Espacio”. Estudioso de las fuerzas del espíritu y del pensamiento, en torno a la psicosíntesis o biopsicosíntesis se propone esclarecer los hechos fenoménicos y ectoplasmáticos o ideoplásticos. Principal impulsor y co-organizador en agosto de 1968 del Primer Seminario de Estudio Integral del Fenómeno OVNI, celebrado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Su opinión: “El fenómeno ovni nos incita a la acción, ya que la presencia de seres pensantes dentro de nuestro ámbito, dotados de extraordinarios medios científicos y tecnológicos, nos muestra las enormes posibilidades que la humanidad tiene 12

en su futuro, siempre y cuando nuestra acción nos conduzca racional y justicieramente hacia el mejoramiento integral del ser y la sociedad humanos” (12/1968). ÁLVAREZ LÓPEZ, José (n. Córdoba, 12/8/1914 m. 3/4/2007). Licenciado en Química, UNLP, con estudios de doctorado. Ejerce la docencia universitaria desde 1956 como profesor de Física, y realiza investigaciones en esa área, incursionando en el campo de la física relativista y electrónica. Autor de numerosos artículos técnicos. Coordinador en 1968 del Instituto de Estudios Avanzados, de Córdoba. Egiptólogo, apasionado por la arqueología y secretos tibetanos; escribe tratados de matemáticas y de cabalística, la Atlántida y temas relacionados, asegurando haber logrado descifrar el legendario secreto de la pirámide de Kheops. Publica hasta 1970 ocho libros, entre ellos: “Realidad de Atlántida” (1960), “El enigma de las pirámides” (1965) y “Dioses y robots” (1970). Autor conjunto de “La vida extraterrestre” (1968), expone una tentativa de solución a la tecnología del plato volador, o propulsión utilizada. Propone un sistema que posibilitaría realizar vuelos espaciales con el aporte de la denominada “fuerza de Lorentz” y de la mecánica relativista. Su opinión: “Es menester que el mundo encare con responsabilidad y resolución la necesidad de duplicar en la Tierra los dispositivos usados por los cosmonautas de otros planetas y galaxias” (1968). ÁLVAREZ SOSA, Arturo Felipe (n. S.M. de Tucumán, 12/8/1935). Estudia en la Escuela de Artes y Oficios de los Talleres Ferroviarios de Tafí Viejo, desempeñándose como operario hasta 1957, año en que comienza a ejercer el periodismo. Tiene una larga trayectoria en el diario La Gaceta de Tucumán. Familiariza en 1963 y, especialmente, en 1964 el vocablo “ufo” a tra13

vés de una serie de notas. Escribe además numerosos artículos y realiza indagaciones y reportajes tendientes al esclarecimiento del tema. Continúa publicando en 1985 otra serie de notas para el diario La Tarde, de Tucumán, y ofrece en esos años varias conferencias sobre la materia. Su opinión: “Los ufos nos han llevado a los aspectos más apasionantes de la física moderna. La fantasía viene después que la ciencia y la técnica han consumado su obra” (02/1964). ALLES ZERPA, Fabio Pedro (n. Rosario, Uruguay, 4/12/1928). Conocido en el ambiente artístico como Fabio Zerpa. Reside en Buenos Aires desde 1952. En su país natal abandona los estudios de abogacía por la actuación, formándose en los teatros independientes de Montevideo. Actor teatral, protagoniza centenares de fotonovelas, los radioteatros de El Mundo, telenovelas y numerosos filmes. La curiosidad por los ovnis despierta en 1959, a raíz de una observación aérea sobre Morón-Tigre. En 1964 comienza a transitar de la vida actoral a su pasión por la “ovnilogía”. En 1966 se lanza a través de un ciclo de charlas por Radio Libertad, que continúa en distintas emisoras, debutando en el Teatro Comedia en 1968, al combinar sus charlas con diapositivas, mientras teatraliza –en una función unipersonal– algunos encuentros conocidos. En 1972 se produce “el gran despertar de su vida” cuando empieza a llenar teatros. Afiliado al NICAP norteamericano. Funda en 1973 la organización ONIFE, editando –durante 18 años– la revista Más Allá de la Cuarta Dimensión, además de varios libros. Desde 1976 se presenta como profesor de historia y sociólogo. A través de espectáculos audiovisuales, y audiciones radiales y televisivas, anima el interés popular por los ovnis y temas conexos (hipnosis, parapsicología, predicciones, etc.), convirtiéndose en un notorio divulgador. 14

ANGLADA FONT, Luis (n. Gerona, España, 3/1/1927 - m. Carapachay, BA, 18/4/1981). Su educación básica la recibe de los frailes amaristas, continuando estudios secundarios en Francia. Siendo republicano, halla refugio en la Argentina en 1952, estableciendo su residencia en el Gran Buenos Aires. Su dedicación a los ovnis comienza en 1964/65, mediante la lectura y la documentación. Especialmente interesado en las leyendas y folclore de pueblos y razas ya desaparecidas. Autor del libro “La realidad de los ovni a través de los siglos” (1968), y de la obra inédita “Yo acuso a los extraterrestres”, donde cuestiona contenidos doctrinarios y desarrolla sus ideas acerca del origen extraterrestre del hombre. Por entonces, es uno de los destinatarios de los llamados informes ummitas, asunto en el que ha estado vivamente interesado. En 1970 publica dos artículos en la revista 2001, periodismo de anticipación. Su opinión: “Los discos voladores son máquinas maravillosas que implican un portento de técnica e inteligencia tan elevados, que escapan a la comprensión de los mejores cerebros terrestres existentes en nuestra época” (12/1968). AZCUY, Eduardo Antonio (n. Buenos Aires, 12/4/1926 - m. 14/1/1992). Escritor, poeta y ensayista. Estudioso de la tradición esotérica. Desde 1958 hasta 1976 se desempeña en el área de publicaciones y prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores. En la década del sesenta colabora asiduamente con la Comisión OVNI de la Secretaría de Marina. Tiene ocasión de ver en el radar de un puesto de observación el movimiento de fenómenos aéreos inusuales. Sus artículos sobre ovnis son publicados en Histonium (1957), Planeta (1965), La Nación (1967), 2001, periodismo de anticipación (desde 10/1968) y Mundo Desconocido (1977). Suele emplear los pseudónimos E. Morón, M. Ray, D. Sellers y A. Palmer. Autor de unos quince libros, destácase “El ocultismo y la creación 15

poética” (1966), “Arquetipos y símbolos celestes” y “El legado extrahumano” (ambos de 1976), ahondando en el estudio de los mitos arcaicos y tradiciones religiosas. Su opinión: “No tengo absolutamente duda alguna acerca de la existencia de los ovnis. No se trata de una cuestión de creencias, de fe; esto es una cuestión de información” (07/1965). BANCHS, Roberto Enrique (n. City Bell, BA, 15/7/1952). Arquitecto, UB. Licenciado en Psicología, y doctor en Psicología social, UK. Empieza a interesarse por los ovnis en 1965, acompañando el auge de la astronáutica y el espacio. Crea en 1966 el grupo CIDOANI. Durante 1968 emprende la investigación de la casuística argentina. En 1970 comienza a dar conferencias (Ateneo de Buenos Aires) y organiza un simposio sobre ovnis en Buenos Aires. Por entonces, se interesa en la mecánica de las observaciones. En 1971 participa en audiciones radiales (emisoras Mitre y Belgrano) y finaliza el primer catálogo o cuadro general de avistamientos en Argentina, con un apéndice de la casuística chilena y uruguaya. Cofundador en 1972 del CEFAI. Colabora a través de artículos y notas en diversas publicaciones europeas (Phénomènes Spatiaux, Flying Saucer Review, y otras). Focaliza su estudio en el psiquismo y la conducta humana, situando el asunto en los estamentos académicos mediante la presentación en 1986 de la primera tesis doctoral. Su opinión: “Pretender convertir al fenómeno ovni en una cuestión de credulidad o incredulidad, es inadmisible. Sólo un camino podemos propiciar y es el de la investigación científica” (10/1970). BARAGIOLA, Antonio Manuel (n. Mendoza, Mza., 11/8/1950). Licenciado en Psicología, UNSL, especializado en higiene y seguridad laboral. Profesor interino de psicotecnia en la Escuela de Educación Técnica N° 5. Reticente a las exageraciones, se destaca por un trabajo zonal en la investigación testimonial de varios casos ocurridos durante 1968 en Mendoza, publicando sus encuestas en revistas especiali16

zadas (Espacio, Exo, Stendek/CEI, Lumières dans la Nuit), de las cuales es corresponsal. Presenta en 1977, ante la Universidad de San Luis, la primera tesis universitaria para acceder al grado de licenciatura, titulada “Aspectos Psicológicos de la observación de OVNIs”, referida a la percepción y el testimonio humano. Hacia 1980 se retira del tema, dedicándose al estudio de la kabalah hebrea. Su opinión: “Creo en la existencia de los ovnis y además sostengo que son tripulados. Pero de allí a creer que haya habido contactos con otros seres y más aún, que haya quienes dicen haber viajado en esos aparatos, no creo, ¡no creo!” (09/1969). “Sin duda estamos frente a fenómenos que escapan a nuestra egocéntrica razón (...), que nos impide investigar y la apertura hacia una magnitud dentro de lo cósmico” (08/1972). BARRIOS, Américo. Véase: Albamonte, Luis María. BERTOLLO, Julio Cesar (n. Mercedes, BA, 18/8/1921 - m. 24/12/2010). Capitán de Aeronáutica, pasa a situación de retiro con el grado de comodoro. Uno de los primeros impugnadores que, en 1955, abre el debate en los círculos aeronáuticos, aunque su labor no tiene permanencia. Examina críticamente la cuestión ovni, incluyendo casos de estrellamiento. Su opinión: “Las personas, desde tiempos más remotos, dieron origen a los mitos. La era del tecnicismo actual ha dado también origen a una nueva quimera: el plato volador, que todo el mundo ve, pero que muy pocos pueden asegurar que existe (...). Los platos voladores son una creación del hombre, una muestra de su progreso, de su potencia creadora” (03/1955). BINAGHI PAGÉS, Ángel Carlos Federico (n. Buenos Aires, 8/6/1919 - m. 3/9/1995). Agrimensor, UNLP. Postgraduado de Ingeniero Geodesta y Geofísico, UNC. Especializado en micropulsaciones de magnetismo terrestre, Observatorio del Ebro, España. Autor 17

de “Detección radioeléctrica de los satélites artificiales” (UNC, 1960). Director y fundador del Observatorio Geofísico Hudson, en Buenos Aires. En 1963, junto al pronosticador meteorológico Bernardo Razquin, observa “luces voladoras” anómalas en las cumbres andinas. Investigador de la casuística ovni, recorre el interior bonaerense para recabar denuncias sobre los fenómenos avistados. Lúcido conferenciante sobre la materia. Participa en 1970 del II Simposio sobre ovnis. Su opinión: “Si existen los platos voladores, y yo creo que existen, son sin duda extraterrestres” (04/1967). “Probablemente, si los científicos y estudiosos, si los entendidos y los técnicos capacitados hubieran encarado el estudio de estas cosas, no habrían caído en manos de oportunistas, inexpertos y carentes de la menor base física o psicológica para poder opinar; como consecuencia, el tema, que pudo haber tenido bases firmes desde el primer momento, es motivo de risa y, por lo general, lleva al descrédito a quienes quieren hablar en serio” (07/1968). CAPPELLETTI, Martín Santiago (n. Hurlingham, BA, 8/3/1890 - m. 16/11/1963). Cursa estudios de astronomía y disciplinas del profesorado en física y matemática, los que completa en Alemania entre 1923-25. Incorporado en 1926 a la Dirección de Meteorología, Geofísica e Hidrología, llega a ocupar las jefaturas de Sismología de la División de Geofísica, la Dirección de Investigaciones de Meteorología e Instrucción, y la Subdirección General, ejerciendo interinamente la Dirección General en 1956. Dirige en ese lapso los servicios de sismología, geomagnetismo, y electricidad atmosférica, especializándose en meteorología. Ejerce la dirección de las revistas Urania en 1926 y Meteoros entre 1951/54. Tiene una amplia actuación docente en distintas instituciones. Desarrolla una vasta actividad cultural, mediante artículos y disertaciones sobre temas relacionados. En abril de 1955 ofrece una conferencia titulada “El misterio de los platos voladores”, solicitada por el Departamento de Acción Cultural del Ministerio de Trabajo y Previsión. En 1958/59 integra el 18

Consejo Superior de la UNLP. Su opinión: “La aparición de los platos voladores es el acontecimiento más trascendental de todos los tiempos. Ninguno de los acontecimientos fundamentales ocurridos a la humanidad han conmovido tanto al mundo como estos aparatos desconocidos que hoy constituyen una desconcertante realidad” (04/1955). CASTAGNINO, Magdalena Lombardi de (n. Castrocaro, Italia, 25/8/1920 - m. 2000). Reside en Rosario desde 1923, obteniendo la ciudadanía en 1944. Médica, UNR. Especialidad Anestesista, UNLP. Trabaja en distintos períodos en los Hospitales Sáenz Peña, Freire e Italiano, de Rosario. Su interés por los ovnis comienza con la lectura del libro de Daniel Fry “El incidente de White Sands”, que traduce al castellano y edita en junio de 1969, centrándose en las experiencias de contacto directo. Mediante un detector magnético que hace construir logra ver en dos oportunidades de 1968 “vehículos espaciales” desde corta distancia. Escribe una serie de 30 artículos en Crónica de Rosario de noviembre 1969 a junio 1970 bajo el pseudónimo Edward Thomas. Realiza viajes de investigación por su región. Sostiene las hipótesis que los seres que tripulan las naves –hostiles y benévolos– han convivido con la humanidad a través de todas las edades y que se ven con demasiada frecuencia para suponer que provienen del espacio exterior, por lo cual tendrían bases terrestres y haber resuelto el problema de la invisibilidad. Su opinión: “Creo que cualquiera sea la verdad respecto a la procedencia o a los designios de los ocupantes de los ovnis, un cambio fundamental ha ocurrido. El hombre descubrió que algo importante está desenvolviéndose alrededor de él” (04/1970). CASTIÑEIRA DE DIOS, Eliseo (n. Buenos Aires, 2/9/1926 - m. 31/1/2000). Emplea el pseudónimo Gastón Lenormand. Graduado en Letras, tiene una larga trayectoria en el periodismo y la comunicación institucional. En 1950 se produce su primer acercamiento a la prensa, 19

llevándolo a colaborar con distintos medios. Su vasta carrera periodística comienza en 1953 como redactor de la revista 4 Rumbos, y cuatro años después ingresa a La Razón, donde se desempeña durante 33 años. Autor junto a su colega Andrés Cuello Freyre del libro “Yo estuve en un plato volador” (1955), un relato ficticio con algunos datos reales. Sus artículos sobre los platos voladores –siempre firmados bajo aquel pseudónimo, cuyo personaje encarna– son publicados en las revistas Ahora (08/1958 y 06/1959), Autoclub (06/1962), y otras. En la década del 60 trabaja además como redactor del noticiero televisivo Reporter Esso, que emite Canal 11. También se dedica a la jerarquización de los periodistas, ejerciendo la docencia universitaria y es, en 1972, fundador y presidente de la Unión de Periodistas Profesionales (FAP). Su opinión: “La aparición de los platos voladores es el acontecimiento más trascendental de todos los tiempos, desde las más remotas edades de la humanidad...” (01/1955). COEN, Mario Alberto (n. Buenos Aires, 25/8/1936). Agente de viajes y turismo. Activo conferenciante durante finales del sesenta. Propugna en 1968 la creación de una institución civil, con científicos de valía, que observe los datos totales y los pueda procesar. Su opinión: “Las entidades militares están lógicamente preocupadas por la seguridad, (pero) no dan ninguna información. Una organización civil puede tener las manos menos atadas. Los militares guardan la defensa terrestre, pero esto escapa a lo terrestre. Tengo la certeza de que los ovnis sobrevuelan la atmósfera cercana a nuestro planeta y lo han circunvalado varias veces” (07/1968). COMPLETA, Vinicio (n. Castelli, Italia, 17/12/1929). Radicado en Belén de Escobar desde los 18 años. Empresario de la industria del 20

plástico. Aficionado a la astronomía, inaugura en 1960 junto a su hermano Segisvaldo el Observatorio Astronómico Belén, del cual son propietarios. Se define como interesado en los fenómenos paranormales y un apasionado investigador del enigma ovni, desde 1965. A fin de contribuir en la investigación, idea y fabrica en 1968 un detector de variaciones del campo magnético utilizado para la observación de estos fenómenos, proponiendo –a partir de las mismas– la catalogación y análisis de los rumbos seguidos por los ovnis. Entre 1969 y 1970 es entrevistado en audiciones televisivas y ofrece algunas charlas en ámbitos locales. Ha demostrado sus habilidades en la experimentación e invención de instrumentos y mecanismos que emplean el equilibrio, el magnetismo y elementos de óptica. Su opinión: “Los he visto en varias oportunidades, junto a otros testigos, desde 1957. Inclusive los he detectado. Tengo pruebas suficientes para estar convencido de su existencia” (02/1970). CORRADI MORI, Victorio (n. Parma, Italia, 1/11/1938). Reside en Mendoza desde 1950. Profesor en Literatura, especializado en lenguas clásicas, UNCuyo. En un estudio comparado de mitología adveró la existencia de seres de otros mundos, en otros planos de la realidad. Sin embargo, su interés comienza en 1958, tras la lectura de los libros de Aimé Michel y Carl Jung. Diez años después, se consagra al estudio de los ovnis, abocándose a la investigación de campo y vicepresidiendo el CIEM. A comienzos de la década del setenta, empieza a desplegar en la región de Cuyo una gran actividad a través de audiciones radiales y televisivas. También los diarios locales se hacen eco de sus investigaciones, las que suelen estar respaldadas por colaboradores técnicos. Locuaz y apasionado buscador de fenómenos extra-humanos, afirma en distintas oportunidades contar con documentación que revela dichas presencias. Su opinión: “No cabe duda de las comunicaciones extraterrestres” (09/1968). 21

CHALITA, Carlos (n. El Koura, Líbano, 14/11/1922 - m. Buenos Aires, 6/2/2000). Radicado en el país en 1948. Empleado de Subterráneos de Buenos Aires, ciudad donde reside. Estudioso de la física, especialmente magnetismo y gravitación. Autor de “Teoría de las bulus” (1952), “Cuarenta días junto al Maestro” (1968), “¿Qué hay de verdad sobre los ovni?” (1969), y otros tratados de contenido físico-filosófico. En 1953/54, llevado por conocer el eventual medio de propulsión de los ovnis, recibe autorización del comando táctico de la defensa aérea para que se midiera la gravedad a bordo de un Gloster Meteor. Conforme a sus conclusiones, los ovnis serían astronaves de otros mundos que se mueven “por la desgravitación de sus masas de metales, con campos magnéticos propios, semi-independientes del campo terrestre”. Su opinión: “Considero que esta cuestión de los ovnis, en compensación con el aspecto negativo que tiene al generar una especie de psicosis colectiva, y hasta una cierta aprehensión, está creando una verdadera inquietud popular por conocer mejor la realidad del universo, y en ese sentido contribuye al despertar de las conciencias y al beneficio del hombre en diversas facetas que hacen a su vida” (1969). CHIESA, Carlos Luis (n. Buenos Aires, 15/7/1877 - m. 16/4/1976). Espiritista. Secretario General de la Sociedad “Constancia” –fundada en 1877– por muchos períodos y presidente de la misma desde 1956. Dirige además la revista de la entidad, donde expresa que los platos voladores provienen de diferentes planetas habitados por espíritus de distinto grado de evolución. Secretario de la Confederación Espiritista Argentina, entre 1917 y 1923. Conferenciante y autor de artículos (1957 y s.s.) y folletos doctrinarios: Antropología Trascendente; Instinto, Inteligencia y Alma de los Animales; y otros. Es autor del libro “Naves Celestes Dirigidas”, editado en 1958, donde postu22

la con argumentación literaria la creación espiritual de tales sucesos; entidades capaces de poner en movimiento la Sustancia o Fluido Universal y modelar creaciones celestes, cuyas formas serían vibraciones energéticas condensadas, cumpliendo en ese estado propósitos universales. Su opinión: “Existen mundos que superan en mucho a los conocimientos alcanzados en la Tierra y que poseen Naves Dirigidas Espaciales que surcan y penetran en la atmósfera de otros astros, haciéndose visibles a ellos, llamando la atención de su visita” (11/1958). DAWSON, James. Pseudónimo. Utiliza apellido homónimo al de un astrónomo estadounidense radicado en el país (La Plata y San Juan). El biografiado escribe un claro e instructivo libro de divulgación, en una edición de bolsillo de 96 pg., titulado “¿Vienen de otro mundo los platos voladores?” (1953). Su opinión: “En medio de un caos de conjeturas, cada cual procura encontrar el correcto camino. La actualidad no da tiempo siquiera para elaborar soluciones. Quizá la dé el hombre mismo, o provenga de los platillos. Tal vez desaparezcan para siempre” (10/1953). DEMARÍA, Carlos Alberto (n. Buenos Aires, 13/11/1933). Funcionario bancario. Astrónomo aficionado y fotógrafo. Construye un telescopio de 300 mm. para su observatorio particular. Sus intereses por la astronomía y la astronáutica se extienden a los ovnis y a otros temas afines a la posibilidad de vida extraterrestre. Testigo de la aparición de ovnis en cuatro oportunidades, entre 1968 y 1970. A partir de agosto de 1972 ofrece conferencias y audiovisuales (Teatros Embassy y Santa María del Buen Ayre). También, en instituciones educativas y bancarias, que incluyen el interior del país. Fundador en 1972 del CIFAA y editor en 1974 de la publicación Extraterrestre. Su opinión: “Ante tantas apariciones en todas partes del mundo, creo y tengo la certeza de que realmente existen” (06/1969). “En alguna parte del universo pudo haberse desarrollado una civilización capaz de superar las distancias y 23

llegar a este planeta con esas naves misteriosas que se describen. Sin embargo, ningún caso ha probado su existencia extraterrena” (11/1972). DUCLOUT, Jorge Alberto y DUCLOUT, Napy. Hijos del reconocido ingeniero y tratadista Jorge Duclout y de Valentina Brun de Duclout. Los hermanos Duclout han sobresalido juntamente, entre otras artes, en cinematografía. Jorge Alberto Duclout (n. Buenos Aires, 1903 - m. 12/7/1959) es escritor y editor, técnico en electricidad y fotografía. Miembro del Radio Club Argentino. Conocido experimentador y diseñador, es director en 1928 de la publicación técnica para radioaficionados Ciencia Popular. En 1937 hace montaje fílmico. Aplica en 1948, por primera vez, el sistema de grabación instantánea –o sea, de cinta magnética– en un programa radiofónico. Entre 1952 y 1956 realiza fotografía cinematográfica, incursionando en algunos filmes dirigidos por su hermano. En 1954 efectúa una original experiencia fílmica en tres dimensiones y Ferraniacolor. Simultáneamente, dirige una editorial y es autor de numerosas obras didácticas de variadas disciplinas técnicas. Luis Napoleón Jorge Duclout (n. Buenos Aires, 4/5/1909 - m. 11/7/1962), conocido desde 1936 como “Don Napy”, ejerce desde muy joven el periodismo porteño, es autor de piezas teatrales, se consagra como libretista de Radio El Mundo y, denotando aptitudes para el tema policial enfocado con ritmo de reportaje, se incorpora a la industria del cine como guionista en 1936; realiza una adaptación fílmica en 1944 junto a A. Carma, y es director cinematográfico entre 1950 y 1954. Buceadores del más allá, frecuentan desde 1932 en sesiones metapsíquicas. Su guía era conocido como Don Juan, aunque se comunican en 1935 con un espíritu a quien designan con el sobrenombre Ingeniero. 24

En 1952, ante los nuevos secretos estelares, creen saber por anticipado la aparición de las discutidas naves del espacio. La información disponible la obtienen merced a sus exploraciones durante “experimentos psíquicos”, estableciendo contacto y sintonizando con el Ingeniero. Las experiencias de los Duclout están contenidas en el libro “Origen, estructura y destino de los Platos Voladores” (editado en 1952, y con un apéndice en 1954) y constituye el relato, o mejor, la transcripción con algunos comentarios de las aludidas comunicaciones obtenidas a través de un médium, durante siete reuniones nocturnas realizadas entre el 9 de julio al 6 de setiembre de 1952 en Buenos Aires, grabadas en alambre fonomagnético. Así se anuncia, por primera vez, y con dos años de antelación, el paso de un plato volador sobre esa ciudad la noche del 6 al 7 de setiembre de 1954. ERÚ, Alejandro (n. Buenos Aires, 14/4/1916 - m. 9/2/1969). Profesor de Física, y Psicología y ciencias de la Educación, UNLP. Investigador metapsíquico, se especializa en los fenómenos parapsicológicos. En enero de1965 realiza en su casa una reunión mediúmnica en la cual dos sensitivos dicen recibir, en idioma extraño, un mensaje aparentemente extraterrestres. En 1967 funda en Buenos Aires el Centro Tibetano, donde imparte enseñanzas de yoga y filosofía india. También funda el Instituto Argentino de Cultura Superior y es secretario del Colegio Argentino de Parapsicología. Colabora en la revista Conocimiento de la Nueva Era y, durante años, interviene en la audición radiofónica “Más allá de la Cuarta Dimensión”. Entre 1966 y 1968 articula en sus conferencias a los ovnis con la parapsicología. Su opinión: “Nada se opone a que puedan existir no sólo captaciones telepáticas entre eventuales tripulantes de un plato volador y un sensitivo ubicado en la Tierra, sino también comunicaciones entre habitantes de otros planetas y el nuestro mediante imágenes e ideas sugeridas en forma directa” (05/1967). 25

FALTIS, Ricardo Arturo (n. San Juan, 1901 – m. 1987). Explorador y estudioso de la cordillera. Presidente y fundador de clubes andinos de alpinismo. Archivero de la Dirección de Arquitectura, 1958, y del Instituto Provincial de Vivienda, 1968. Fundador en 1969 de la AIDEFE, pionera de los grupos escépticos. Compila durante años una voluminosa documentación sobre diversos tópicos y es reporteado por distintos medios. Sostiene que su inquietud por el asunto nació como una especie de rebeldía contra dos grupos humanos: el primero, aquel que acepta cualquier cosa por más absurda que sea, fuera de lo común; y el segundo, el que rápido aprovecha el desconcierto reinante. Considera que no hay en la Argentina ningún caso comprobado y la imposibilidad de la existencia de los platos voladores debido a las distancias insalvables. Su opinión: “No hay seres de otros planetas o galaxias que lleguen o hayan llegado a la Tierra” (03/1973). FERNÁNDEZ, Hilario (n. Lugo, España, 1/10/1905 - m. 28/6/1974). Reside en Buenos Aires desde su infancia. Trabaja en la actividad comercial. Ingresa en la Escuela Científica Basilio, en 1932. Conocido como el “Hermano Lalo”, se destaca por su intensa labor y el estímulo de la mediumnidad. Designado Director General Espiritual en junio de 1939, inaugura en los 35 años que dura su gestión 314 filiales. Empeñado en que todos conocieran las enseñanzas de la Escuela, inicia la expresión de la doctrina a través de los impresos. Entre ellos, la primera revista –Espiritismo, luego Idea Nueva–, y la colección de Conferencias sobre “Psicología Mediumnímica”, 1952/1955. Afirma que los médiums de la Escuela han tenido videncias de otros mundos. En marzo de 1960 durante una asamblea solemne que dirige se produce la primera visualización. La comunicación con otros planetas se repite en abril de 1961, bajo su dirección en diálogo con los viden26

tes, mientras la médium Ema Guarriello (n. Buenos Aires, 1917-1996) transmite la palabra del Maestro, convocando a unas 30.000 personas. En abril de 1965 conduce otra multitudinaria reunión. Su opinión: “Estamos en condiciones de afirmar que los platos voladores o naves espaciales, provienen del planeta Marte, ya que Jesús de Nazareth así lo ha revelado en el curso de una videncia” (06/1962). FERNÁNDEZ BRITAL, Oscar (n. Olavarría, BA, 29/1/1930). Abogado, UBA/1964, y doctor en Derecho, en Madrid. Profesor de derecho internacional aeronáutico y de la navegación. Su campo de actuación en el derecho, es la ciencia y la tecnología. Secretario de la Asociación Argentina Interplanetaria. Publica entre 1954 y 1958 numerosos artículos sobre ovnis en la Revista Nacional de Aeronáutica, órgano oficial del Círculo de Aeronáutica, y algunas colaboraciones para los prestigiosos diarios La Prensa (1962) y La Nación (1967). Considerado por aquellos años como uno de los pocos especialistas, analiza con espíritu crítico una vasta documentación. Estudioso de temas aeronáuticos, es galardonado en 1953 por su libro “Alberto Santos Dumont”. Tiene en preparación un libro –jamás publicado– en el que se declara por “el reconocimiento de que son naves espaciales venidas de otros planetas en misión de observación” (05/1956). FERRÁZ, Enrique Luis (n. Pigüé, BA., 1907 – m. Bahía Blanca, 19/7/1980). Agrimensor e Ingeniero Hidráulico y Civil, UNLP. Director de Obras Públicas en las Municipalidades de Bahía Blanca y Cnel. Dorrego, en distintos períodos. Después trabaja en la actividad privada de la construcción. Tiene una prolongada labor docente, siendo profesor en la Universidad del Sur (vinculado desde su creación en 1939, hasta 1979), en la Facultad Regional de la Uni27

versidad Tecnológica Nacional (1963/68), y en el Instituto del Profesorado Juan XXIII (1960/69). Dirige desde 1957 un observatorio astronómico privado, y el Centro Astronómico y Astronáutico de Bahía Blanca. Radioaficionado desde 1961. Inquisitivo, impetuoso y de una gran curiosidad científica, se dedica al estudio de los ovnis desde 1955, siendo asiduo colaborador de La Nueva Provincia, donde publica sus trabajos técnicos y aún sus inquietudes. En 1966 ensaya una teoría para explicar el recurrente pasaje de ovnis en el sur. En agosto de 1968, junto a un grupo de estudiantes, observa extraños fenómenos celestes. Su opinión: “La primera consideración de importancia es que vuelan siguiendo un itinerario patagónico deliberadamente porque encuentran el mejor lugar de entrada y salida de la órbita terrestre, eludiendo el cinturón radiactivo de Van Allen (...)” (09/1968). FERRO, Luis (n. Campo Sampiero, Italia, 27/12/1909 - m. 26/2/1976). Inmigrante italiano, combatió en la segunda guerra mundial. En 1960 concluye a través de un esfuerzo continuo y personal el observatorio astronómico “Adhara”, ubicado en los altos de su casa en San Miguel, BA. Su telescopio particular se convierte en uno de los más grandes de Sudamérica. Por el lugar transitan científicos, docentes, alumnos de las distintas escuelas del partido y medios informativos. Acostumbrado a observar el cielo con su telescopio, registra en numerosas ocasiones el paso de objetos no identificados, siguiendo su trayectoria (11/1964) y llegando incluso a fotografiarlos (12/1965) junto a Benito S. Reyna, quien dirige el observatorio a poco de construirlo. Su opinión: “La ciencia nunca clausura o desecha campos de probabilidad hasta no tener evidencias. Yo, naturalmente, soy o debo tener una actitud escéptica frente a muchos relatos que se hacen sobre los ovnis. La fantasía es siempre muy fecunda y a veces se le agrega el afán de notoriedad. Creo en lo que veo” (08/1965). 28

FRONDIZI, Ricardo Amadeo (n. Paso de los Libres, Ctes., 30/5/1900 - m. 27/6/1973). Nacido en Uruguaiana, es inscripto en aquella ciudad. Radicado en Buenos Aires. Profesor de Inglés, ISPS. Docente universitario. Polígloto y estudioso de la literatura clásica. Se interesa en las teorías relacionadas con la gravitación y el campo magnético, atendiendo la posible aplicación tecnodinámica utilizada en las naves espaciales, además de considerar con atención los propósitos que animarían la presencia de los ovnis. En 1967 funda la Asociación Argentina de Sky Scouts, para el estudio de los seres espaciales, filial de International Sky Scouts, presidida por el británico Brinsley Le Poer Trench. Desde entonces, colabora mediante traducciones y comentarios para boletines ufológicos, argentinos y extranjeros. Publica en noviembre de 1971 en la Revista del Ejército de Venezuela un artículo titulado “La Humanidad y los seres espaciales”. En 1972 funda la versión argentina de la Hermandad Cósmica de la Cruz del Sur (HCCS), homónima de la creada por J. V. Soares en Gravatay, Brasil. Su opinión: “El planeta está siendo visitado por habitantes de otros mundos” (04/1967). “Los ovnis nos observan para invadirnos” (03/1969). GALÍNDEZ, Oscar Agustín del Valle (n. S.F. de Catamarca, 24/12/1944). Abogado, UNC. Reside en Córdoba desde su infancia. Su comienzo en la ufología se produce siendo muy joven, motivado por el interés y estímulo de su padre, Benjamín Galíndez h., compartiendo a la sazón las mismas inquietudes. Secretario del CADIU y jefe de redacción de su órgano de difusión “Boletín de Fenómenos Aéreos” (1967-68). Afiliado al NICAP y a la APRO, de Estados Unidos. Representante oficial de la Flying Saucer Review, de Londres. Expositor permanente del ciclo televisivo “Ovnis: informe especial”, emitido durante junio-julio de 1968, por Canal 10 29

TV de la UNC de Córdoba. También lo es en el ciclo “Cita Espacial” emitido por el mismo canal entre junio y setiembre 1973. En 1968 y 1970 publica varios artículos en la revista Aero-Espacio, además de numerosas colaboraciones periodísticas en publicaciones extranjeras. Autor de los libros “Informe sobre los objetos voladores no identificados” (1968) y “Los ovnis ante la ciencia” (1971). Entre 1974 y 1976 edita y dirige en Córdoba la revista Ovnis, Un desafío a la ciencia. En 1977 se radica en S.S. de Jujuy, desempeñándose como docente y magistrado judicial. Es partidario de que subsiste un fenómeno anómalo que responde a una naturaleza física dotado de un componente parapsíquico. Su opinión: “Hasta tanto no se encuentre otra explicación más convincente, la tesis extraterrestre seguirá apareciendo como la posibilidad científica más aceptable” (10/1968). GAUTO, Miguel Alberto (n. San Juan, 17/8/1945 m. 24/9/1997). Técnico industrial, orientación mecánica. Interesado desde 1961/62 por la astronomía y los ovnis, crea en 1967 el grupo CISO de San Juan. Asesor y corresponsal de varias entidades ufológicas del país. Colabora en la investigación testimonial y más tarde en la divulgación ligada a los medios periodísticos locales, radial y escrita (LV1-Radio Colón en 1976-78 y Diario de Cuyo en 1990). Funcionario desde 1970 en una empresa de aviación comercial en el área administrativo-financiera, se radica en Buenos Aires, destacando su afición por la prevención de accidentes aéreos y por los fenómenos inusuales relacionados con la actividad aeronáutica. Su opinión: “Los casos sin explicación deben ser abordados con legítimo espíritu crítico, mediante una actitud escéptica reflexiva, sin descartar la estimulante posibilidad de manifestaciones extraterrestres” (12/1972). GODOY, Lucrecia Devoto Villegas de (n. Buenos Aires, 16/5/1910 - m. 30/7/2007). Investigadora histórica autodidacta y genealogista. 30

Miembro de varias entidades culturales sanjuaninas. Expone en 1969 la teoría acerca de hechos históricos que aseverarían la existencia de seres de hipotético origen extraterrestre en el continente americano. Su trabajo sigue la línea trazada por el español Eugenio Danyans en su libro de 1967 “Platillos volantes en la antigüedad”, como así también los testimonios provenientes de cartas y crónicas de Indias, de diversos autores. Publica sus hallazgos en el diario Clarín (10/1969) y en la revista 2001 (04/1972). Abocada a la búsqueda de constantes, funda en 1969 la Agrupación X, y participa en 06/1972 de una muestra en Rosario. La falta de pruebas concluyentes determina la declinación de su interés por el tema. Su opinión: “Las versiones y vestigios que los españoles hallaron al descubrir América parecerían atestiguar que este continente fue la morada de los seres venidos de otros mundos” (04/1969). HARVEY, Raymond. Pseudónimo. Autor del libro de divulgación “Platos Voladores y sus tripulantes ultraterrenos” (O.I.R., Buenos Aires, 1955). En apariencias, se trataría de un periodista de la revista “Hechos en el mundo”, de Buenos Aires. Su opinión: “Existen los platos voladores. Están tripulados por seres extraterrenos. No hay peligro alguno para los humanos. Esos seres son bien intencionados” (01/1955). KIRBUS, Federico Burghardo (n. Avellaneda, BA, 6/10/1931). Periodista, escritor e investigador. Director de la página Ciencia y Técnica de La Prensa, de Buenos Aires, donde se desempeña hasta 1976. Autor de numerosos artículos sobre automóviles y libros de arqueología y viajes. Refutador acérrimo de las especulaciones sobre el origen extraterrestre de los ovnis, expone sus fundamentos en artículos periodísticos (La Prensa, Georama) publicados desde 1965, y conferencias ofrecidas durante 1968/69 (Centro de Ingenieros, Hospital de Clínicas, etc.). Aduce que el complejo 31

problema psicosociológico de los platos voladores no es otra cosa que la adaptación moderna de una antigua creencia. Después de aquellos años, abandona el asunto ovni, aunque ocasionalmente escribe en el diario La Nación, donde se ocupa de la sección aerocomercial. Su opinión: “El examen racional de todos los hechos y antecedentes hace parecer muy poco probable la existencia de platos voladores, y menos aún que los mismos provengan de otros planetas u otros sistemas solares” (07/1965). LENORMAND, Gastón. Véase: Castiñeira de Dios, Eliseo. LOBACZEWSKI, Juan Romano Antonio (n. Lwow, Lemberg, Polonia, 25/9/1908 - m. Villa Adelina, BA, 3/6/1989). En 1956 se naturaliza argentino. Ingeniero especializado en metalúrgica y mecánica, Universidad Técnica de Lwow. En Argentina, durante diez años, es superintendente de la producción metalúrgica. En 1963 crea el Club de Estudios UFO. Entre 1965 y 1969 desarrolla investigaciones relacionadas con la temática y brinda conferencias (algunas junto a Alejandro Erú), centrando su interés en las leyes primarias de la naturaleza, facilitadoras de los procesos evolutivos y de trasformación. Escribe seis libros de contenido revelador y profético sobre el hombre del futuro, entre ellos: “Primer libro de la verdad y del amor” (1970), “Prolegómenos de la ciencia cósmica”, y “La segunda venida de Cristo”. Se considera un emisario, misionero e intermediario de una porción de extraterrestres positivos que responden al Cristo solar cósmico, manifestando recibir por vía telepática conceptos científicos. Su opinión: “Los platos voladores están tripulados y su aparición responde a un plan de reconocimiento que concluirá con una aparición masiva” (11/1965). MANCERA, José Nicolás (n. Buenos Aires, 20/12/1929 - m. 29/08/2011). Periodista. Conductor radial y televisivo. Una de las figuras más populares de la televisión argentina durante la década del 60. 32

Tiene su paso por el periodismo escrito en La Razón, Clarín, Noticias Gráficas, Film, Gente de Cine y muchos otros. Crea en Radio Splendid “Pantalla Gigante”, y en TV-Canal 7 presenta los filmes. Ejerce la crítica cinematográfica en los tres medios. Inaugura con peculiar estilo un nuevo formato televisivo como conductor y realizador del primer programa de larga duración (5 horas de audición, luego 7) “Sábados Circulares de Mancera”, que comienza a emitir Canal 9 en enero de 1962 y, dos años más tarde, continuara por el 13 de Buenos Aires hasta abril de 1973, teniendo su máximo apogeo entre 1966 y 1969/72. Elevado a la categoría de símbolo de la televisión y dueño de la tarde del sábado (su programa llega a verse en 26 canales y 50 repetidoras), pasan por su audición –en carácter de primicias y notas de actualidad– todos los testigos estelares e investigadores. Tiene un rol central en la difusión televisiva. Los ovnis ocupan el espectáculo. MARTÍNEZ, Roberto Jorge (n. Buenos Aires, 4/1/1943). Licenciado en Relaciones Públicas, IIRP. Incursiona en el periodismo y la fotografía. Su interés comienza en el marco de la astronáutica, con la lectura de la legendaria revista Más Allá y el desafío por la conquista del espacio. En 1957 se integra al Instituto de Experimentaciones Astronáuticas (IDEA), coexistiendo en 1961 con la CEDAO, a cargo de la sección cohetes. En 1963 funda en Sarandí el Instituto Civil de Tecnología Espacial (ICTE), dentro del cual funciona un grupo destinado al estudio de los “fenómenos aeroespaciales”. En 1965 lleva adelante, junto a Guillermo Hoyos y otros, un intento pionero de comunicación con los ovnis mediante señales luminosas en Puente Cascallares (Merlo, BA). En 1968 es redactor fijo de la revista 2001, donde difunde desde 1969 el “astromodelismo” con su Club 2001 - Cadetes del Espacio, y en 1971 crea la Sociedad Argentina de Cohetería Modelo. Sus inquietudes se ex33

tienden a vida extraterrestre, poder de la mente, y ciencia y tecnología en sus variadas disciplinas. Su opinión: “Los platos voladores existen; son vehículos interplanetarios, y algunos están tripulados. Su existencia es legendaria” (07/1965). MEYNET, Ángel Francisco (n. Santa Fe, 22/7/1933). Astrónomo aficionado, dedicado a la observación y divulgación, dicta numerosas conferencias sobre su especialidad. Presidente y fundador del CODE, de Santa Fe. Hace notar que jamás ha visto naves de otros mundos en las miles de noches destinadas a la observación celeste. Aunque no estuvo abocado directamente a la investigación de ovnis, participa en simposios de ufología y conferencias durante una década, reconociéndose como un ferviente convencido de la vida universal y de la pluralidad de mundos habitados. En junio y julio de 1967 suscribe para la prensa respectivos informes sobre avistamientos realizados por miembros del CODE, de “extraños objetos luminosos”, estableciendo entonces una red permanente de observadores en distintos sectores de la ciudad, equipados con aparatos ópticos para la captación de tales fenómenos. En 1974 colabora con ONIFE, mediante artículos sobre fotografía y astronomía. Autor del libro “El cielo a través del telescopio”. Su opinión: “Los platos voladores siguen dando que hablar sin haberse llegado a una solución respecto al origen de tales aparatos, si realmente de aparatos se trata” (06/1976). MICHALOWSKI, Pablo (n. Bialystok-Ferma, Polonia, 1/6/1934). Reside en Buenos Aires desde 1938. Secretario general, fundador y principal impulsor de la CEDAO, que funciona en el seno del Ateneo Iberoamericano, centenaria institución cultural. A través del mismo, convoca en 1960 y 1961 a las primeras convenciones y debates públicos de agrupaciones dedicadas a los ovnis. Inquieto conferenciante e investigador entre 1960 y 1963. Actuando como organizador y coordi34

nador emprende a comienzos de 1963 la primera expedición (“La Argentina”) hacia el interior del país con el propósito de investigar y determinar el grado de veracidad de las denuncias sobre ovnis, ocasión en que logra fotografiar con R. J. Martínez un raro objeto en Colonia Yeruá, ER. En junio de 1963, en las altas cumbres de la cordillera de los Andes, es testigo en dos ocasiones –junto a B. Razquin y Á. Binaghi Pagés–, de fenómenos luminosos anómalos. Junto a este último, en julio de 1963 visitan la zona de Cnel. Pringles a fin de reunir antecedentes y analizar testimonios, dando a su vez conferencias en Bahía Blanca. Su opinión: “Hay miles de casos concretos que la prensa no ha divulgado. Sabemos que existen, podemos asegurar que no son terrestres. Su amplio conocimiento beneficiará a la ciencia” (06/1961). “Algo existe fuera de nuestro conocimiento, y quizá la incógnita pueda ser develada, con auxilio de la observación y de los círculos científicos que se están preocupando tan intensamente por estos problemas” (07/1963). MILBERG, Jorge (n. Buenos Aires, 11/6/1916 - m. Jesús María, Dpto. Lima, 7/9/1996). Capitán (R) del Ejército Argentino. Arma de Caballería. Retirado en 1947. Traductor del inglés para la Revista Militar sobre temas de ejército, entre 1942 y 1951. Empleado de la compañía de aviación Pan American y colaborador de la Revista Nacional de Aeronáutica, donde publica –entre abril y junio de 1955– una serie de tres artículos titulados “Creer o no creer”, comentando dos libros sobre platos voladores. Lo singular es que ese mismo año de 1955 adopta por primera vez al habla castellana –a propuesta del director de la biblioteca de aeronáutica vicecomodoro Juan José Güiraldes– en esos artículos y en su traducción del libro del mayor (R) Donald E. Keyhoe “Platos voladores del espacio” (Flying saucers from outer space), el 35

vocablo y sigla “OVNI”, objeto volador no identificado, equivalente a la denominación empleada por la Fuerza Aérea Norteamericana “UFO” (Unidentified Flying Object), editado para la Colección Aeronáutica Argentina, de la Fuerza Aérea Argentina. Reconoce que el tema ha ocupado un lugar destacado en sus inquietudes. Fallece en Perú. Su opinión: “De la lectura de los dichos por astrónomos, expertos (...), para citar sólo los más capacitados, surge la evidencia de que estos fenómenos son máquinas extraordinarias, pareciendo indicar que su procedencia es decididamente extraterrestre” (05/1955). MILLÁN, Agapito (n. Bilbao, España, 14/3/1891 m. Buenos Aires, 2/1/1966). Radicado en 1948, reside en Buenos Aires, trabajando en la actividad comercial. Acendrado republicano, identificado con el ideario masónico y la doctrina teosófica. En 1955 fue secretario general de la Misión de Jesús y redactor entre 1952/55 de la revista teosófica Sophía, hasta que fue encargado de reportear a los hermanos Duclout a mediados de 1952, volcándose al entrenamiento mediúmnico y desde 1954 a las denominadas “investigaciones cósmicas”, convirtiéndose en figura prominente de la línea espiritualista. Activo conferenciante y sensitivo. En octubre de 1956, a instancias de la revista Orbe 8, crea el equipo de médiums-radar R. Jordán para entablar comunicación con los navegantes extraterrestres de los platos voladores. Presidente fundador en septiembre de 1957 de la Asociación Universal Metapsíquica (AUM), de Buenos Aires, con filiales en Córdoba y Tucumán. Su fuente de información acerca de las extrañas naves espaciales se basa –según expresa– en la recepción de mensajes de evolucionados seres de otros planetas, los que son transmitidos a los sensitivos de la asociación (revelación telepática). Su opinión: “Las astronaves y sus tripulantes vienen a nuestro planeta en cumplimiento de una ley de amistad universal. Nos ven en peligro, en necesidad de consejo y ayuda, y quieren prevenirnos” (06/1962). 36

MOYANO, Roalde (n. Bahía Blanca, BA, 12/10/1931 - m. 24/3/2005). Suboficial principal de Aeronáutica. Se interesa por estudiar, en forma privada, los orígenes del fenómeno desde mediados de la década del 50. En ese carácter, ofrece una conferencia de prensa en julio de 1966 sobre los ovnis en la Secretaría de Aeronáutica. En 1967 pasa a integrar la flamante División OVNI, perteneciente a la Subjefatura II, del Servicio de Inteligencia de Aeronáutica, cuya creación es impulsada por el comodoro e historiador aeronáutico Santos Domínguez Koch (1926-2008). En 1971 se retira de la investigación ufológica. Su opinión: “Hace cinco siglos, millones de hombres creían que el mundo era plano y que unos elefantes inmortales estaban condenados a sostenerlo (...). Hoy millones de hombres niegan la existencia de los platos voladores, mientras que apenas unos miles afirman haberlos visto” (07/1966). NÚÑEZ, Constantino (n. Buenos Aires, 13/12/1910 - m. 30/1/1984). Capitán de fragata Médico (CFCPME), de la Armada Argentina. Miembro de la Dirección Nacional de Energía Atómica (luego Comisión) y profesor de la Escuela de Guerra Naval en las décadas del 50 y 60. Publica varios artículos sobre temas de su especialidad en la Revista de Publicaciones Navales, desde 1952. Autor del libro “Introducción a la Defensa Nuclear” (1960). Especialista en física biológica y radioisótopos. Preside la comisión naval que, con motivo a la frecuencia de apariciones de ovnis en 1962 sobre la zona de Bahía Blanca, determina a la Marina de Guerra constituir un organismo investigador en la base naval de Puerto Belgrano. En agosto de 1965, actuando como integrante del mismo y junto a otros jefes navales, sigue por radar las maniobras evasivas e infructuosa persecución de un ovni por parte de un avión militar –piloteado por el teniente de navío Federico Machain–, en la base aeronaval de Punta Indio. OJEDA, Nicolás Manuel (n. Rosario, SF, 30/8/1939). Dedicado a la actividad comercial. Empleado judicial. Aficionado a la fotografía. Se interesa por los ovnis en mayo de 1957, a raíz de algunos avistamientos 37

registrados en Rosario, siendo testigo en uno de ellos. La lectura de los libros de M.K. Jessup, D. Keyhoe y los Hnos. Duclout, lo introducen en el tema. Pionero en la investigación rosarina, integra varios grupos. En 1960 funda en Rosario el GRODOV y en 1965 se afilia al NICAP. Luego pasa a las filas de la AOA. Publica en febrero de 1966, a nombre de su grupo observador, una serie de siete notas en el diario La Tribuna, de Rosario, ahondando en los temas del silenciamiento oficial, las desapariciones de aviones, los desastres aéreos y su vinculación con la presencia de platos voladores. En 1968 representa al ignoto y pomposamente denominado Intelligence Service of Aerial Phenomena. Partidario de la hipótesis extraterrestre, asegura haber poseído algunos trozos de platillos estrellados. Su opinión: “Estamos convencidos de que los platos voladores son verídicos y caen dentro del campo científico” (10/1967). OESTERHELD, Héctor Germán (n. Buenos Aires, 23/7/1919 - m. 1978). Geólogo y escritor. Creador máximo de la narrativa de aventuras. Se interesa por la divulgación científica, llevándolo primero al periodismo y a partir de 1950, como narrador de guiones de historieta y relatos de ciencia ficción. Así nacen sus personajes Sargento Kirk, Ernie Pike, El Eternauta, Sherlock Time, Mort Cinder y otros. En 1957 funda la editorial Frontera y publica para la revista Hora Cero Semanal, con dibujos de Francisco Solano López, su historieta mayor: “El Eternauta”, hasta 1959. Es la primera historia de ciencia ficción que se desarrolla íntegramente en Argentina. El relato de la nevada mortal sobre Buenos Aires y la posterior invasión extraterrestre constituye un mito angular de la narrativa. En 1962, El Eternauta tiene su propia revista y allí escribe, novelada, la continuación, inconclusa, de las aventuras del personaje Juan Salvo, héroe colectivo y símbolo de la lucha contra 38

la opresión externa. La segunda parte, hiperpolitizada, se publica entre 1975 y 1977 para la revista Skorpio. Por entonces, se incorpora a la organización Montoneros. El 27 de abril de 1977, durante el régimen militar, es detenido y presuntamente ejecutado en Mercedes en 1978. Su opinión: “Estas dos palabras: platos voladores, fueron la chispa que inició el gran incendio de la histeria colectiva. Todo el mundo empezó a ver cosas en el cielo” (03/1962). PAGANI, Omar Roque (n. Serodino, SF, 13/6/1921 m. Buenos Aires, 22/10/1996). Marino. Capitán de fragata hasta 1967, luego promovido al grado de capitán de navío hasta su pase a situación de retiro. Ingeniero en electricidad, EGN. A mediados de la década del sesenta, constituye un grupo de trabajo para el estudio del fenómeno ovni en el ámbito naval, junto a otros oficiales y colaboradores civiles. Encumbrado investigador, se destaca por buscar antecedentes y dar testimonio de las apariciones. En 1965 coopera con el prestigioso grupo estadounidense NICAP cursando registros de casos de ovnis (reportes, sumarios, etc.). Escribe durante 1965/66 una serie de notas tituladas “El enigma de los OVNI” para el diario El Día, de La Plata. Expuesto al periodismo tendencioso que pone a riesgo su carrera, concede entrevistas (7 Días, Panorama) y ofrece conferencias entre 1966 y 1968 (liceos Militar y Naval, Colegio Alemán de Quilmes, etc.), hasta 1973 inclusive, impulsando tenazmente la investigación oficial. Su opinión: “De este lento y difícil estudio obtuve la certeza de que existen realmente elementos de características desconocidas que se desplazan por los cielos terrestres y que constituyen algo que margina nuestros conocimientos ordinarios” (08/1967). PAGANO, Julio Mario (n. Olavarría, BA, 18/5/1936 - m. 27/3/1994). Perito mercantil y periodista. Subdirector, luego director del diario El Popular de Olavarría. Entusiasta lector con abundante bibliografía sobre el tema ovni, brinda generosamente sus páginas para la divulga39

ción e información de todos los hechos ocurridos en la región. Autor de numerosas notas publicadas en ese matutino durante muchos años. Efectúa no menos de una treintena de reportajes a personas que, de algún modo, tuvieron la experiencia de avistamientos de ovnis, destacándose aquellos producidos durante la oleada de 1968, siendo Olavarría epicentro de una nutrida actividad ufológica. Advierte la constante aparición de ovnis en años bisiestos. PALMA, Eduardo José (n. Buenos Aires, 27/7/1914 - m. Madrid, 14/12/1975). Aviador militar. Comodoro (R) de la Fuerza Aérea Argentina. Subdirector de la Escuela Militar de Aviación de Córdoba. Tras brillante carrera, pasa a disponibilidad en 1955, reincorporado en 1973 y promovido al año siguiente con el grado de Brigadier en situación de retiro. Vicepresidente de una empresa comercial desde 1956, y asesor de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro. Miembro del directorio del Colegio de Árbitros de la Asociación de Fútbol Argentino. En la década del sesenta se afilia al grupo ufológico estadounidense National Investigations Commitee on Aerial Phenomena (NICAP). Conferenciante, sigue con interés el desenvolvimiento del fenómeno. Prologa en 1968 y 1971 dos libros sobre ovnis (Chalita, Galíndez). Su opinión: “Los ovnis son quizá vehículos extraterrestres de origen desconocido, pues sus maniobras y sus tripulantes -o lo que fueren-, insinúan un fenómeno anómalo que ya no puede soslayarse con argumentos ilógicos o faltos de toda base científica” (1971). PELLEGRINI, Armando Vicente (n. Corral de Bustos, Cba., 8/6/1907 - m. 10/9/1995). Reside en La Carlota desde 1918, donde se establece en 1940 con un comercio y se dedica a la vida política. En 1954 comienza a interesarse por radiestesia, telepatía y televidencia, realizando 40

desde 1956 exploraciones del suelo y sobre planos de superficies en cateos de agua. En 1965 investiga los planetas del sistema solar, y en 1967 inicia la difusión referida al espacio universal, en base a procedimientos intuitivos. Por esa vía preanuncia la visita de naves extraterrestres, pero concluye que ellos no admiten vaticinios. En el mismo año conoce y establece una fecunda amistad con Ricardo Frondizi, afiliándose en 1968 a su A. A. de Sky Scouts. Autor de numerosos folletos reunidos desde 1971 bajo el título “Investigaciones del Infinito”, cuyo contenido consiste en reflexiones y mensajes recibidos espontáneamente por conexión cósmica. Su opinión: “Los ufos o platos voladores como se les denomina, son aparatos impulsados por ondas transmisoras y receptoras denominadas cumbres, las que parten directamente del generador solar, núcleo central de los sistemas solares existentes en toda la formación del Universo” (08/1969). PÉREZ ALEMÁN, Antonio Oscar (pseudónimo AGOR) (n. Buenos Aires, 10/5/1908 - m.). Reside en Córdoba desde 1926, donde se desempeña como funcionario administrativo de Salud Pública. Proficuo escritor, publica desde 1958 hasta 1969, una extensa serie de notas sobre los platos voladores iniciada en el diario cordobés Meridiano, y prolongada en Córdoba, de Córdoba, e Impulso, de Mercedes, San Luis, siendo asiduo colaborador del UFO Nachrichten. Su interés por el asunto se remonta a 1948, después de un avistamiento en Villaguay y otras experiencias intuitivas, focalizándose en las fuentes personales y más directas, los “hombres-contacto”. Vinculado al contactado Remo Dall’ Armellina y al grupo dirigido por A. Millán (AUM), funda en 1957 el denominado Campo de la Hermandad Cósmica, en Pajas Blancas, donde dice reunirse como espectador. Preside desde 1958 la AHC de Córdoba, editando en 1967 la revista “Platos Voladores”. Anuncia 41

en varias ocasiones la aparición de naves interplanetarias. Realiza más de 30 audiciones televisivas en el Canal 12 de Córdoba, numerosos programas radiales en varias emisoras, dos exposiciones (1963 y 1966) y conferencias. En 1979 abre un paréntesis a su prolongada tarea periodística. Su opinión: “Creo en los sentimientos pacifistas y fraternales de los visitantes del espacio y que su llegada a la Tierra será muy beneficiosa para la Humanidad” (04/1969). PERISSÉ, Daniel Alberto (n. Temperley, BA, 16/2/1936 - m. Buenos Aires, 27/9/2008). Marino. Teniente de fragata de I.M., pasa a situación de retiro en 1985 con el grado de capitán de fragata. Anteriormente volcado al campo de la parapsicología, es decisiva su experiencia de observación efectuada en la Antártida Argentina, en julio de 1965, oficializada por la Armada a través de dos comunicados que suscribe en su carácter de comandante del Destacamento Naval Decepción. Entre 1966 y 1970 colabora en forma independiente con la Comisión de investigación del fenómeno ovni de la Armada, a cuyo frente se desempeña el C.F. Omar Pagani. Entre 1969 y 1977 da varias conferencias sobre ovnis en ámbitos navales, y escribe desde 1979 algunos artículos sobre el tema en publicaciones ufológicas. A su retiro militar, es activo integrante de la Federación Argentina de Estudios de la Ciencia Extraterrestre (FAECE), entidad que nuclea a investigadores de ovnis. Inclinado hacia la hipótesis extraterrestre, examina el interés que pueden tener las Fuerzas Armadas frente al fenómeno ovni. Su opinión: “Considerado el fenómeno desde el punto de vista estrictamente práctico y filosófico, nuestra posición es la misma que la de Santo Tomás: Ver para creer” (07/1965). PESSINA, Héctor Raúl (n. Cañada de Gómez, SF, 10/01/1932). Reside en Buenos Aires desde 1945. Presidente y fundador en 1962 del Club Argentino de Ficción Científica (CAFC), que funcionó en 42

el Ateneo Iberoamericano de Buenos Aires, donde dispone de una importante biblioteca especializada. Allí participa en las primeras reuniones y conferencias, debates y reflexiones sobre platos voladores y extraterrestres, tratando esta temática en el género de ciencia-ficción. En 1967 preside la  Primera convención de Ciencia Ficción Argentina. Excepcional conocedor de la fantasía científica y el horror en literatura, comics, teatro, cine, TV y video, ha organizado charlas y seminarios, escrito artículos sobre extraterrestres en el cine –en particular, Space opera en Estados Unidos, Japón e Italia– y es traductor de inglés sobre material del género. Se define como fantacientólogo y sintetizador universal. Director desde 1990 de la revista SF-El maravilloso mundo de la ciencia ficción. PINEDA, Jorge Osvaldo (n. Buenos Aires, 1927 m. 5/8/2007). Periodista y redactor. Tiene destacada actuación en el diario El Mundo, de Buenos Aires, donde publica entre 1961 y 1964 –merced a su vivaz interés en el tema– unas largas series de notas sobre platos voladores. Y en 1963 varias colaboraciones para la revista Leoplán. En 1971 es secretario de redacción de “Nuevediario”, programa de noticias de Canal 9 de Buenos Aires. Ese año publica exhaustivos artículos en la revista 2001, periodismo de anticipación, destacando sus análisis sobre los avistamientos masivos argentinos de 1962 y 1967, y la serie sobre prototipos aeronáuticos. En fecha más reciente (08/1985), reexamina críticamente el papel del periodismo frente a las noticias sobre ovnis, y ocupa la secretaría de redacción del diario La Nación, de Buenos Aires. Su opinión: “Sólo el esfuerzo técnico-científico sostenido, orgánico, a escala mundial, con espíritu abierto y sin subterfugios podrá dar respuesta final al angustiante interrogante de si el Hombre es espiado desde otros mundos del Universo” (04/1971). 43

PONZANO, Pablo Gerardo (n. Resistencia, Cho., 22/6/1927 - m. 31/08/2003). Licenciado en Filosofía, UNCba. Radicado en Córdoba desde 1957. Se ha dedicado a la investigación operacional en comunicaciones de masas. Interesado en el fenómeno ovni como objeto de análisis poético y filosófico, pendiendo a la razón. Cofundador del IEA de Córdoba, es autor conjunto del libro “La vida extraterrestre” (1968), donde desarrolla un capítulo medular sobre la Psicosociología del plato volador. Integra en 1968 el comité consultivo de la revista 2001, periodismo de anticipación. Considera al fenómeno un misterio popular, llevado a la categoría de mito tecnológico. Su opinión: “Nada es más consecuente con nuestro hombre actual: no importa el punto de la existencia real o no del plato volador; lo fundamental es la gravitación que este concepto tiene en el hombre, y el valor de su permanencia” (06/1968). RAZQUIN, Bernardo (n. San José, Mza., 9/2/1906 - m. 16/3/1988). Meteorólogo autodidacto, andinista y reconocido estudioso del cielo cordillerano. Siempre cuestionado por sus métodos no ortodoxos para predecir el clima, su falta de títulos académicos no le impide llegar a ser un agudo conocedor de los fenómenos meteorológicos. Durante la década del sesenta interviene en la investigación de algunos casos ufológicos y, como escrutador del cielo mendocino, la prensa local lo convoca asiduamente como consultor y referente de opinión. Sostiene haber visto en varias ocasiones platos voladores: la primera en junio de 1963, en la zona del Cristo Redentor, junto a otros expedicionarios. En mayo de 1969, en Guaymayén, cuando fotografía la estela de un avión a reacción, revelándose a su lado la imagen de un cilindro invertido. En junio de 1986 vuelve a ver en Mendoza lo que juzga “una flotilla de pequeñas aeronaves”. Su opinión: “Claro que creo en los platos voladores. Son mensajes de cualquier planeta donde seguramente hay vida” (12/1972). 44

REY, Secundino (n. Vigo, España, 9/2/1906 - m. Buenos Aires, 13/1/1983). Radicado en 1910, se naturaliza argentino. Ingeniero en Radiotelecomunicaciones, Univ. de Chicago, 1928. Miembro del Círculo Argentino de Inventores y del Ateneo Iberoamericano. Funda en 1928 el Instituto Radio Rey. Desarrolla en 1955 la teoría física del campo unificado, o espacio (Campos U), fundamenta en 1956 la hipótesis de la naturaleza artificial del satélite marciano Fobos (Operación Fobos), difundida en 1959 por el astrónomo soviético Iósif Shklovsky (1916-1985), y patenta numerosos inventos. En 1960 publica sus teorías en la revista O Cruzeiro Internacional. Por esos años, es frecuente orador sobre los enigmas del espacio. En 1963 participa además en audiciones televisivas, manteniendo una posición reflexiva y prudente sobre el asunto. Su opinión: “No se puede negar la existencia de esos platillos que surcan el cielo argentino. Sin embargo, no debemos buscar explicaciones sobrenaturales. Pudiere existir algo nuevo, algo que aún no sepamos qué es. Algo que sea producto terrestre, de la naturaleza misma. ¿Los objetos voladores no pueden formar parte de un proceso físico desconocido, no identificado, por la ciencia actual?. Es una posibilidad que no podemos dejar de lado” (06/1961). REYNA, Benito Segundo (n. Tulumba, Cba., 3/5/1900 - m. Buenos Aires, 3/2/1982). Sacerdote de la Orden Jesuita. Ingresa a la Compañía en 1916 y es ordenado sacerdote en 1934. A partir de 1959 es profesor de matemáticas en el Colegio del Salvador. Entre 1960 y 1964 dirige el Observatorio de Física Cósmica de los jesuitas en San Miguel, dirigiendo seguidamente el observatorio privado Adhara, levantado por Luis Ferro en San Miguel. Desde allí observa y fotografía ovnis en distintas oportunidades. Operator in Regina, Buenos Aires, en 1965. Es conocida su participación en el tema des45

de 1962. Prolífero conferenciante, ilustrado y generoso, tiene gran incidencia en la opinión pública, especialmente durante el segundo lustro de los sesenta por su condición científica y religiosa. De su amistad con el contactado polaco Eustaquio Zagorski, llega a asegurar que los enigmáticos visitantes del espacio proceden de Ganímedes, satélite de Júpiter. Su opinión: “Si la obra creadora de vida intelectual está más expandida, comprueba la majestad del Creador. La Iglesia se regocija con el anhelo del hombre de explorar el Universo” (07/1965). RIETTI, Ariel Ciro (n. Buenos Aires, 27/4/1923 - m. 22/6/2001). Aviador civil e inventor. Secretario en 1952 de la Sociedad Argentina Interplanetaria, presidida por el Ing. Teófilo M. Tabanera, y en 1959 de la Escuela de Astronáutica, impulsando la creación en 1960, en el ámbito de la Fuerza Aérea, de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE). Presidente y cofundador en 1956 de la primera agrupación de alineamiento científico dedicada al tema, la CODOVNI. Tiene activa participación –mediante estudios, entrevistas y conferencias– durante los siguientes quince años. En 1968 construye un detector de perturbaciones geomagnéticas, como sistema de detección de ovnis, poniendo en práctica el proyecto “Magnet”, tendiente a montar equipos de observadores en todo el territorio argentino. A mediados de la década del setenta funda el Laboratorio Solar Argentino, donde desarrolla numerosas inventivas. Su opinión: “Yo me inclino a aceptar la tesis de que se trata de visitas extraterrenas que vienen a ver qué pasa con las frecuentes explosiones provocadas en cada ensayo de bombas atómicas” (02/1957). “Pienso que el hombre no se da cuenta que la Tierra no es el centro del universo. Y creo que así como nosotros vamos rumbo al espacio, otros seres, más inteligentes y evolucionados, vienen también del espacio hacia la Tierra” (11/1968). 46

RIVERA, Dante Rodolfo (n. Cacharí, BA, 30/3/1927). Reside en Olavarría, BA. Trabaja desde 1964 en la Biblioteca Pública “1° de Mayo”. La lectura en 1963 de un artículo del italiano Renato Vesco en Leoplán lo introduce en la cuestión ovni, llevándolo a investigar, incursionando en relatos bíblicos, astrología, metafísica, profecías y espiritismo. En 1968 crea junto a un grupo de caracterizados vecinos la COROVNI, atribuyendo a los fenómenos un origen extraterrestre. Participa de reuniones públicas donde destaca lo remoto de las observaciones y sus comentarios sobre la casuística local son publicados en El Popular, de Olavarría. En 1990 publica el libro “Los ovnis y el futuro de Argentina”, donde difunde una teoría que da esperanzas a los argentinos de un futuro promisorio gracias a los buenos oficios de los visitantes. RODRÍGUEZ, Vicente Cecilio (n. Río Colorado, RN, 22/11/1908 - m. 9/7/1988). Reside en Bahía Blanca, donde trabaja en el transporte y comercialización agrícola. Estudioso de fenómenos metapsíquicos. En 1959 comienza a operar en el ámbito del Grupo de Estudios de Espiritismo Superior, que preside. Su interés despierta en diciembre de 1961, cuando reciben un mensaje mediúmnico anunciando visitas de naves de Marte, viéndose confirmadas en mayo de 1962 por el paso de un objeto sobre Bahía Blanca. Afirma recibir desde entonces “mensajes de diversos planetas de nuestros sistema solar”. Encomendado a la tarea de difundir el asunto, publica numerosos artículos sobre las naves interplanetarias y temas metafísicos en las revistas mexicanas espiritista Voz Informativa entre 1960 y 1971 y del libre pensamiento Renovación, entre 1965 y 1966. Autor de los libros “OVNI-Ciencia de anticipación-Los mensajes telepáticos” (1971), Metafísica de los átomos (1973) y Revelaciones sobre la vida en otros mundos (1975), además de varios folletos. Ahonda durante años en las comunicaciones parapsíquicas y las experiencias con ovnis. Su opinión: 47

“Son naves interplanetarias que se acercan continuamente a la Tierra en su carácter de visitantes pacíficos y con fines de ayuda nos traen el mensaje telepático. El mensaje de paz que esta humanidad necesita comprender y conquistar, aplastando las fuerzas del mal” (11/1971). ROMANIUK, Pedro (n. Médanos, BA, 30/3/1923 - m. 21/2/2009). Aviador civil. Perito en la Junta investigadora de accidentes de aviación. Parapsicólogo, se considera experto dotado. Sus primeros libros son “Naves Extraterrestres y sus incursiones en la Tierra” (1969) y “La Tierra está temblando” (1970), seguidos de otras numerosas obras de carácter cataclístico-apocalíptico, exponiendo sus teorías sobre fenómenos atmosféricos, sísmicos y caída de edificios, en relación directa a la “ciencia extraterrestre”. Postula la necesidad de que el género humano comprenda cuáles son las verdaderas amenazas que se ciernen sobre el planeta –y el sistema solar– a raíz del avanzado desarrollo nuclear. Conferenciante en radio, televisión y salas públicas de todo el país, extiende sus intereses a la piramidalogía, bioenergética y psicotrónica, y medicinas alternativas. En 1971 sienta las bases del Instituto Cosmobiofísico de Investigaciones Extraterrestres, Paranormales y Atómicas, luego Fundación (FICI). Su opinión: “Personalmente creo y entiendo que nada ni nadie logrará detener la Verdad y la Realidad de las naves extraterrestres que nos visitan, ya que seguir negando u ocultando su realidad es lo mismo que pretender negar u ocultar a los rayos del Sol” (01/1970). SARDELLA, Oscar Francisco (n. Buenos Aires, 10/1/1937). Profesor en Física, Matemáticas y Cosmografía, ISPS. Docente de larga trayectoria en el ámbito educativo medio y superior. Profesor de astronomía en el Instituto Normal del Profesorado J. V. González, y de matemática en distintas universidades. Comienza a interesarse por los ovnis en 1960. En esa década colabora en la Comisión OVNI de la Armada, 48

y es miembro del CEFAI en los años siguientes. Dicta conferencias en distintos centros culturales del país. Autor de varios textos sobre física y astronomía elemental. SCHANG, Casimiro Ángel (n. Lobería, BA, 2/8/1895 - m. 7/7/1980). Ingeniero civil. Trabaja en Ferrocarriles, dedicándose luego a las actividades agropecuarias. Su interés por el tema comienza a mediados de la década del 50. Autor de varias notas de lector en periódicos (1963, 1973) y artículos en boletines especializados (1967/68). Representa en 1964 a la Argentina en el entonces creado Comité Asesor Internacional sobre ovnis, que funciona en el seno del CIOVI de Uruguay. En los años sesenta participa en seminarios y dicta conferencias. Su opinión: “La Tierra está siendo visitada en forma metódica y sistemática por ovnis, conocidos mundial y vulgarmente con el nombre de platos voladores” (10/1963). SERANS, Juan Enrique (n. Buenos Aires, 14/9/1914 - m. 6/6/1973). Reside en Bernal desde 1933. Escritor, conferenciante. Secretario del club de letras “Vicente Vaccaro”, y vocal de la Asociación Cultural Sanmartiniana de Quilmes. Estudioso de temas históricos, folclóricos y literarios. Después de haber visto un ovni en 1958, en Santa Fe, se da a la investigación de casos semejantes anotados al correr de los siglos. Participa activamente desde 1964 a través de conferencias en numerosas entidades culturales y en audiciones radiales y televisivas. Analiza las incógnitas que el asunto plantea, y sostiene la existencia de extraterrestres en la antigüedad. Autor del libro inédito “Platos voladores sobre Argentina”. Su opinión: “Los platillos son realmente naves aéreas enviadas desde otros planetas y que, además, están tripuladas por seres 49

de singular inteligencia” (11/1966). “Enumerar lo visto en la antigüedad resta toda posibilidad de que estos objetos en vuelo sean producto de la elaboración humana” (09/1967). SOLARI PARRAVICINI, Benjamín (n. Buenos Aires, 8/8/1898 - m. 12/12/1974). Pintor, escultor y autor de varias obras teatrales. En 1936 tiene “la concreción del llamado de un plano superior” y desarrolla condiciones supranormales. A partir de entonces recibe desde lo cósmico ideas, sensaciones y hasta voces con informaciones premonitorias –a veces, sobre diversos aspectos de los ovnis–, que traduce en forma de psicografías, dibujos y mensajes proféticos. En ellas describe la progresiva decadencia de la humanidad y su final. Afirma poseer facultades mediúmnicas, pero no ser espiritista. En junio de 1967 y junio/julio de 1969 la revista ecléctica espiritualista argentina Conocimiento de la Nueva Era publica cientos de estos mensajes. En 1958 habría tenido dos encuentros con un extraño sujeto vestido con una chaqueta de cristal en pleno centro de Buenos Aires y viajado en un platillo, cuyos pormenores son divulgados en junio de 1968 por el diario La Razón. Sobre su vida se han escrito dos libros, uno en 1972 por S. von Wurmb, y otro (inédito) por su hermano Justino. También se publica en 1988 un trabajo póstumo, con dibujos premonitorios, “El Testamento profético de S.P.”. THOMAS, María Ángela Jane (n. Buenos Aires, 29/12/1937). Traductora de inglés. Trabaja en una empresa naviera. Comienza a interesarse por los ovnis en 1968. Como conferenciante, desde 1970. Colabora mediante traducciones para numerosas publicaciones ufológicas argentinas y extranjeras, norteamericanas y europeas (Flying Saucer Review, UFO-Nyt, UFO Clippings News, MUFON UFO Journal, OVNIS-Un 50

desafío a la ciencia, y otras). De una fecunda amistad con Ruth Bär de Gerstel, acompaña desde 1978 la creación de la Federación Argentina de Estudios de la Ciencia Extraterrestre (FAECE). Luego radicada en los Estados Unidos. TUCCI, Eduardo Aníbal (n. Pehuajó, BA, 30/1/1923 - m.). Teniente Coronel del Ejército Argentino. Arma de Infantería. Retirado de la actividad castrense en 1962, es promovido al grado de Coronel (R) en 1976. Director de una empresa editorial. Junto al periodista Alberto Giordano es autor del documentado libro “Los platos voladores y sus tripulantes” (edics. 1969 y 1975 actualizada). El diario madrileño ABC reproduce en mayo de 1969, a propósito de su libro, un amplio reportaje. Sostiene que una de las claves del problema reside en la actitud oficial, siendo preciso que existiese un ente estatal coordinador que encauce y facilite el esfuerzo de los particulares, a la vez de proporcionar al público información autorizada y responsable. Su alejamiento de la ufología –reconoce– se ve condicionado por las conductas prejuiciosas que entorpecen estudiar el asunto, ante la aparición de personajes faltos de seriedad en sus declaraciones o que las utilizan con fines publicitarios. Su opinión: “El tema de los ovnis dista mucho de ser un caso concluido; por el contrario, yo diría que estamos en sus comienzos. Sin embargo, estoy persuadido de que existe alguna cosa detrás de todo el cúmulo de testimonios recogidos hasta la fecha” (04/1969). TURBAY, Alfredo (n. Monteros, Tuc., 15/12/1913 - m. 25/7/1993). Ingeniero civil, UNT. Piloto aviador civil. Reside en Castelar, BA. Presidente del Aero Club Argentino, y del Círculo de Escritores de Aeroastronáutica. Reconocido como diseñador e ingeniero aeronáutico autodidacta, es profesor en varias escuelas de esa especialidad. Director técnico entre 1943 y 1976 de empresas y talleres 51

aeronáuticos. Autor de numerosos artículos técnicos y conferenciante, es galardonado en 1957 por la Secretaría de Aeronáutica por su contribución a la difusión aeronáutica. En 1962 participa en un debate televisivo sobre platos voladores, y se conocen desde entonces –a través de distintos medios periodísticos– sus puntos de vista refutatorios sobre la cuestión. Su opinión: “Sin ninguna duda: los platos voladores son una de las grandes patrañas de este siglo, con las que se envenena la mente de la inmensa mayoría de la gente” (02/1978). URIONDO, Oscar Adolfo (n. Buenos Aires, 12/5/1929). Profesor en Geografía, ISPS. Bibliotecario en una institución bancaria. Autor de “Objetos aéreos no identificados” (ed. autor, 1965), “El problema científico de los OVNIs” (1968), libros que condensan una selección de artículos periodísticos, y del catálogo “Los aterrizajes de OVNIs en la Argentina” (1972), realizado a través de la cooperación documental de R. Banchs. Cofundador en 1972 del CEFAI, de Buenos Aires. Su opinión: “Con referencia al problema de los ovnis, la procedencia cósmica de los mismos parecería ser la única salida que subsiste en el campo de las posibilidades racionales” (1968). USET, Aníbal Enrique (n. Buenos Aires, 27/12/1939). Fotógrafo y publicitario. Director y productor cinematográfico. Se inicia en 1966 con “El Rey en Londres”. El 7 de agosto de 1968 estrena la película “Che, OVNI”, del género bizarro. Esta comedia o aventura disparatada es el primer filme argentino dedicado al tema. Como artificio publicitario y junto a otras figuras del ambiente artístico, propaga –a modo de avant première– una inverosímil versión que re52

vela la trama de la película, pasando a constituirse en uno de los grandes relatos míticos de la ufología vernácula: el caso Vidal de mayo de 1968 (un matrimonio que circulando en automóvil por la ruta 2 habría sido teletransportado a México por un ovni). Su opinión: “La gente tiene necesidad de creer. Es probable que exista vida en otros planetas, pero me resisto a creer en las apariciones cotidianas, donde les dan características humanas. La ciencia es mucho más rica en imaginación que esas historias” (10/1998). VALVERDE, Manuel (n. Buenos Aires, 10/2/1922 - m. Merlo, SL, 20/4/2001). Autodidacta y universalista de vocación fraterna, crística. Estudioso de fuente espiritualista, tiene una instrucción kardecista. En 1954 es designado secretario general de la sociedad espiritista “Luz y Vida”. En 1955 toma contacto con el médium brasileño Hercílio Maes, autor del libro “La vida en el planeta Marte y los discos voladores” (trad. 1960), e identificado con un maestro de los planos invisibles, conocido como “Ramatís”, que desde el espacio informa sobre la vida en ese planeta. Se declara investigador y estudioso de los “discos voladores”, obteniendo por la vía mediúmnica revelaciones sobre los mismos. Participa en octubre de 1956 del Equipo de Telepáticos “R. Jordán”, el cual integra hasta agosto de 1957. Desde entonces, dicta conferencias sobre el tema en Agrupación Labor, Escuela Misión de Jesús, Sociedad La Luz del Porvenir, Círculo Progreso Espírita, Biblioteca Teosófica, etc. Desde 1965 traduce al castellano los numerosos libros de Maes escritos bajo inspiración de Ramatís, comenzando por los relatos proféticos contenidos en “Mensajes del Astral”. En 1969-79 edita una serie de folletos relacionados. Su opinión: “Los innumerables pasajes que han realizado los visitantes a través de nuestra atmósfera, les permite preparar sus enseñanzas y conocimientos, para que una vez en contacto directo, puedan ilustrarnos y así se cumple en parte una ley cósmica: amaos los unos a los otros como a tí mismo” (01/1957). 53

VARSAVSKY, Carlos Manuel (n. Buenos Aires, 1933 - m. 1/3/1983). Licenciado en ingeniería física, Univ. de Bowlder. Obtiene una maestría y el doctorado en Astrofísica, Univ. de Harvard. Su experiencia docente data de 1955 a 1958, siendo allí profesor titular en astronomía y, de regreso a la Argentina, profesor de física entre 1960 y 1966. Fundador y director hasta 1969 del Instituto Argentino de Radioastronomía, inaugurado en 1964, y presidente de la Asociación Física Argentina. Se desempeña como investigador del CONICET. En 1968 publica la primera edición del libro “Vida en el universo”, donde plantea la posible existencia de otras civilizaciones en el Universo y su eventual comunicación con la Tierra. En esta obra de divulgación incluye consideraciones sobre ovnis, retomando conceptos de conferencias suyas de abril de 1965 y septiembre de 1968. Falleció a los 49 años, en un avión, volando de Nueva York a Buenos Aires. Su opinión: “Admitir que esos objetos luminosos extraños que se ven con cierta frecuencia, tengan necesariamente que ser naves tripuladas provenientes de otros planetas obliga a aceptar una serie de hipótesis sin ningún fundamento físico ni lógico. Hasta tanto no agotemos toda explicación natural, creo preferible no aceptar la explicación de que se trata de naves extraterrestres” (12/1968). VIGNATI, Alejandro (n. San Andrés de Giles, BA, 2/10/1934 - m. Caracas, 3/8/1982). Poeta y periodista. En 1961 reside en Brasil. En 1965 viaja al Perú, donde realiza el guión de un filme cinematográfico. A su regreso a Buenos Aires dirige como secretario de redacción –durante 1968 a 1970– la revista de divulgación científica 2001, periodismo de anticipación, una de las mejores en su género. Incansable viajero, en 1971 se radica en España, donde publica varios libros sobre realismo fantástico, entre los que se destacan “Arde bruja arde”, “El enigma de los templarios”, “Historia de las sociedades secretas”, “Los grandes 54

enigmas del cielo y de la Tierra”, el best-seller “Triángulo mortal de las Bermudas” (1975), y otros. Tras su paso por la Argentina, fallece en Caracas, Venezuela. Su opinión: “El fenómeno ovni es lo imprevisto, lo heteróclito, un canal abierto en el mundo convencional por el que puede irrumpir lo maravilloso. Develar este enigma, adquirir conciencia de que no estamos solos en este planeta, significa naturalmente alterar la tabla convencional de valores; precipitar al hombre hacia un cambio profundo de imprevisibles consecuencias” (06/1969). VILAS, Clemente Estanislao (n. Buenos Aires, 17/5/1923). Ingeniero civil, UBA. Atingente con su formación técnica, sugiere en julio de 1965 un innovador método para el rastreo organizado de los ovnis, según expone en un artículo publicado en el diario La Nación. En esencia propone establecer estaciones de observación y medición sincrónicas mediante teodolitos, las cuales transmitirían la información a una central de coordinación y cómputo, cuyos resultados podrían retransmitirse a un centro astronómico que fotografiara al presunto ovni con un telescopio de gran potencia y a una instalación de radar de largo alcance de alguna de las bases aéreas cercanas. Su opinión: “El método de rastreo de ovnis colaboraría en la aclaración del misterio que nos tiene intrigados a todos” (07/1965). VOGT, José Emilio Cristián (n. Mulhouse, Francia, 23/3/1923). Radicado en Buenos Aires. Licenciado en Derecho y ciencias Políticas, Univ. de París. Corresponsal de la Federación de la industria relojera suiza, y periodista. Empieza a estudiar el tema ovni en 1955. Autor del libro documental “El misterio de los platos voladores” (1956). Cofundador y secretario general de la CODOVNI, y miembro asociado de la Assemblée Mondialiste Interplanétaire, con sede en Lausanne, Suiza. Mantiene contacto con los ufólogos galos más notables y colabora mediante comentarios y traducciones de noticias para las revistas europeas 55

Ouranos, Phénomènes Spatiaux, Le Courrier Interplanétaire, y otras. También como conferenciante, da a conocer en Europa –de manera destacada– la casuística argentina. Asiste a varios congresos y seminarios ufológicos en Argentina y Brasil. Prosigue con interés el desenvolvimiento del tema. Su opinión: “Se da por sentada la existencia de esos objetos y se supone que provienen de otros planetas, aunque no se pudo comprobar. La realidad es que se han tejido muchas fantasías sobre ellos” (06/1961). VON WURMB, Sigurd (n. Buenos Aires, 21/10/1925 - m. 20/2/2007). Ingeniero mecánico, Univ. de Halle, Alemania. Reside en Rosario desde 1960 y, durante 34 años, trabaja en empresas industriales. Su interés por los ovnis se remonta a 1945, al observar “foo fighters” en el frente europeo. Investigador de las antiguas culturas, la parapsicología y especialmente los ovnis. Sobre estos temas da a conocer sus conceptos en revistas alemanas y argentinas. Autor de una serie de cien artículos sobre la materia, publicados entre 1968 y 1970 en el matutino Crónica, de Rosario. Entre 1970 y 1972 participa en varias conferencias en el ámbito de la Municipalidad de Buenos Aires. Además, es autor del libro “Dibujos proféticos: Benjamín Solari Parravicini-Una vida guiada desde el cosmos” (1972). Su opinión: “(Los platillos) no están tripulados sino conducidos por control remoto y, en algunos casos ocupados por robots. Sólo las denominadas naves madres, con forma de cigarro, estarían tripuladas por seres superiores” (03/1972). ZERPA, Fabio. Véase: ALLES ZERPA, Pedro Fabio.

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OTROS INVESTIGADORES - DIVULGADORES –Listado no exhaustivo– Abrego, Edgardo Luis (Bahía Blanca). Cafferatta, Dante Néstor (Buenos Aires). Cisneros, Nerry Humberto (S.M. Tucumán). Cobo, Axel Aberg (Buenos Aires). Colombo, Ángel Antonio M. (San Juan). Correa Llano, José Ignacio (Mendoza). Gainza Paz, Guillermo (Buenos Aires). Guariello, Ema (Buenos Aires). Kon, Alejandro (Buenos Aires). Libert, Samuel Osvaldo (Rosario). Mazzocchi, Armando Antonio (Buenos Aires). Muñoz Cabrera Pizarro, Edgardo (Buenos Aires). Omastott, Andrés Pablo (Corrientes). Orofino, Juan Carlos (Balcarce). Peña, Diego (Buenos Aires). Reinoso, Luis Alberto (Rosario). Remonda, Juan Carlos (Córdoba). Rolff, Carlos H. (Buenos Aires). Rossi, Dora N. Villanueva de (Hurlingham). Sánchez, Roberto Oscar (Ciudadela). Spaggiari, Rubén Amílcar (Bahía Blanca). Vázquez Andreoli, Belisario Alberto (La Plata). Ventayol, Gabriel Juan (Buenos Aires). Villagrán, Francisco (Corrientes). Villegas, Nahuel (Mar del Plata).

Nota: Las ciudades citadas corresponden a su lugar de residencia. 57

NUESTRO AGRADECIMIENTO A: Sr. Mario Biscione, Lic. Juan C. Raad, Sr. Juan Failla, Sra. Cora Di Paola de la Biblioteca Nacional de Aeronáutica, Sr. Amancio Rodríguez de la Asociación Amigos de la Astronomía, Dr. Enrique Jaschek de la Facultad de Astronomía y Geofísica UNLP. Biografiados y familiares de los mismos.

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Agrupaciones ufológicas

AAP: Asociación Argentina de Psicosíntesis. Buenos Aires. Filial de la Psychosynthesis Research Foundation de Nueva York. Presidida por Juan Aleandri, reúne en 1968 a un nutrido grupo de conocidos ufólogos y cambiará su nombre por Instituto de Biopsicosíntesis, siendo su secretario general Livio J.A. Vinardi. Sede: Juncal 2061, 1° B, Buenos Aires. AASS: Asociación Argentina de Sky Scouts, filial de International Sky Scouts, que preside Brinsley Le Poer Trench. Fundada en 1967. Integrantes: Ricardo A. Frondizi, Armando V. Pellegrini, y otros. Sede: Hipólito Yrigoyen 3560, 8°, 24, Buenos Aires. Agrupación X: Buenos Aires. Fundada en 1969. Estudio de constantes como una búsqueda de pruebas de la existencia de naves extraterrestres. Integrantes: Lucrecia D. de Godoy (presidente), Magdalena Cullen, Horacio Luzuriaga Vivot, Alberto Marini, Oscar Uriondo, Lila P. de Harriot y María I. Aguerrondo. Sede: Paraná 1154, Buenos Aires. AHC: Asociación de Hermandad Cósmica. Córdoba. Fundada el 5/7/1958, le fue otorgada personería jurídica en 10/1966, por decreto N° 1.046. Afiliada a la AUM. Presidida por Antonio O. Pérez Alemán (Agor), la integran entre otros: Antonio Carrazán y Remo Dall’ Armellina. Sede: Deán Funes 1564; luego, Mendoza 237, 6° G, Córdoba. 59

AIDEFE: Agrupación Investigadora de Fenómenos Espaciales. San Juan. Fundada el 9/3/1969 por Ricardo A. Faltis. Primer grupo argentino de orientación escéptica. Sede: Avda. L.S. Mart. E 279, San Juan. AIDOVNI: Agrupación Investigadora de OVNI. Buenos Aires. Fundada el 5/7/1965. Miembros fundadores: Norberto Catuegno, Ricardo Chiesa, Rodolfo Solá y Eduardo Monsuárez. Publica el Boletín AIDOVNI entre 1966 y 1968. Grupo que Algunos miembros de AIDOVNI en una reúne a un nutrido número de habitual sesión de los jueves. Al centro, asociados en su sede de la ca- Ricardo Chiesa. lle Viamonte 308, of. 3. Tiene una Filial AIDOVNI en Bahía Blanca, fundada el 28/12/1968, y presidida por Alberto J. Peronetto. AOA Internacional: Asociación de Observadores de Astros. Rosario. Fundada el 31/5/1966, por Guillermo Aldunati, Carlos de Peco y Alberto Bravo. Publicó en 1968 el Boletín de ovnis, en 1968/69 Espacio, ambas en Rosario, y en 1971 la revista Exo, en Corral de Bustos. Sede: Moreno 2763, Rosario.

Los ovnis constituyen un enigma que despierta gran interés en la juventud. Así lo demuestran Bravo, Oliva, De Peco y Aldunati, de la AOA.

AUM: Asociación Universal Metapsíquica de Investigaciones Cósmicas. Buenos Aires. Fundada el 29/9/1957. Integrantes: 60

Agapito Millán (presidente), Camilo R. Cagliani (secretario); Alfonso Figueroa, Carlos Capalbo, Horacio Piancino, Esther A. de Iglesias, y otros. Con anterioridad, algunos de sus miembros constituyen el “Equipo Telepático R. Jordán”, que da origen a la Asociación de sensitivos. Sede: Alsina 1645, G, Buenos Aires.

Los miembros de la AUM, Agapito Millán (derecha) y Camilo Cagliani (segundo, izq.), examinan junto a testigos, el lugar de aterrizaje de un disco volador el 20 de marzo de 1959, en cercanías de Tres Lomas.

CADIU: Círculo Argentino de Investigaciones Ufológicas. Córdoba. Fundado en 1/1967. Integrantes: Benjamín Galíndez h. (presidente), Oscar Galíndez (secretario) y Alberto M. Astorga. Publica en 1967/68 el Boletín de Fenómenos Aéreos, y en 1974/76 la revista Ovnis, un desafío a la ciencia. Dirección postal: Casilla de correos 218, Córdoba. CEDAO: Comisión de Estudios y Difusión de Astronáutica y OVNIs. Buenos Aires. Creada el 9/5/1961 en el Ateneo Iberoamericano, institución que presidía el Gral. Ernesto Florit. Presidente del CEDAO fue Luis María Ricci y secretario general Pablo Michalowski. Otros integrantes: Helvecio Steinberg, Jesús A. Lucero y Carlos Vall. Sede: Lima 383, Buenos Aires.

Reunión de jóvenes investigadores convocada en el Ateneo Iberoamericano, por Roberto Martínez (centro), del ICTE, y Pablo Michalowski (derecha), de la CEDAO.

CEF: Centro de Estudios Físicos. Santo Tomé, SF. Fundado en 1970. Integrantes: Roberto A. Ferrari, Bernardo Molinas, y otros. Estudiantes 61

dedicados a la física, parapsicología y ufología, basados en la investigación y experimentación. Sede: Moreno 1544, Santo Tomé. CEFAI: Centro de Estudios de Fenómenos Aéreos Inusuales. Buenos Aires. Fundado en 1972. Publica varios catálogos de la casuística argentina y boletines. Integrantes: Roberto Banchs, Oscar Uriondo, Oscar Sardella y Milton Hourcade. Dirección postal: Casilla de correos 9, suc. 26, Buenos Aires. CEM: Círculo Enciclopédico Mundial. San Vicente, SF. Fundado el 1/7/1962. Integrantes: Rubén M. Rópolo y Alberto E. Degrati. Abocados a lo que dieron en llamar la Kospaherlogía, novísima disciplina que estudia los “extraños fenómenos aéreos”. Colabora por 1963 en una propuesta radial que consiste en la dramatización de casos. Sede: Urquiza 205, San Vicente.

Rubén Rópolo y Alberto Degrati, del Círculo Enciclopédico Mundial (CEM), especializados en Kospaherlogía.

CIDOANI: Centro Investigador de Objetos Aéreos No Identificados. Buenos Aires. Fundado el 24/6/1966, activo hasta 1972. Integrantes: Roberto Banchs, Domingo Lofranco, Antonio J. Pérez y Horacio Ragucci. Publica entre 1967 y 1972 un Boletín Informativo. En 1970 tiene su sede en el Ateneo de Buenos Aires: H. Yrigóyen 724, 1°, Buenos Aires. CIEM: Centro de Investigaciones Espaciales de Mendoza. Activo en 1968. Integrantes: José Correa Llano (presidente), Victorio Corradi (vicepresidente), José Gómez Miralles, Luis Precerutti y Carmelo Raiti. Sede: Mitre 2482, Mendoza. CIFE: Centro de Investigaciones de Fenómenos Extraterrestres. Bahía Blanca. Fundado en 1971, su actividad se extiende hasta 1975. Inte62

grantes: René F. Baravalle (presidente) y Jorge Piervittori (secretario). Sede: Montevideo 527, Bahía Blanca. Escindido durante 1972 en CORBE y CIFE, sigue Edgardo Abrego (presidente), Osvaldo Anabitarte, y otros. Sede: Dorrego 394, Bahía Blanca. CODOVNI: Comisión Observadora de Objetos Voladores No Identificados. Buenos Aires. Fundada el 5/7/1956. Integrantes: Ariel Ciro Rietti (presidente), Cristián Vogt (director investigación), Roberto Minervini, Horacio Minervini, Samuel Levy y Miguel Sejo. Publica entre 1957 y 1965 un boletín anual de la casuística argentina. Sede: Corrientes 1115, 9°, A; luego, Tucumán 340, 5°, of. 18, Buenos Aires.

Para contribuir a develar el enigma, se crea en julio de 1956 la CODOVNI, según refieren los diarios de la época.

CORBE: Comisión Rastreadora de Bases Extraterrestres. Bahía Blanca, BA. Establecida en 1972 como Estudios de OVNIs (EOVNI), fundada el 17/1/1973. Integrantes: René Baravalle, Eduardo D. Dimieri, Horacio Alaimo y Marcela García. Sede: Amundsen 535, Bahía Blanca. COROVNI: Centro Olavarriense de Rastreadores de OVNIs. Olavarría, BA. Fundado el 20/7/1968. Integrantes: Luis H. Olivera (presidente), Hugo Silvera Landriel, Miguel Amarante, y otros. Su actividad investigativa se extiende hasta 1970. EDOVNI: Estudios de Objetos Voladores No Identificados. Rosario, SF. Fundada en 7/1965. Integrantes: Luis A. Reinoso 63

(director) y Rubén Galvani (asistente). Filial del CIDOANI. Publica en 1968-69 el Boletín Informativo EDOVNI. Sede: Calle 5 N° 69, B° Azcuénaga, Rosario. Equipo de Telepáticos R. Jordán: Grupo de sensitivos fundado en Buenos Aires el 31/10/1956 para la captación de mensajes emitidos desde diversas orbes y astronaves no identificadas. Dirigido por Agapito Millán y Manuel Valverde, lo integra además José Speziale, M.C. Lucchini y Mario Panio. Convertido después en la Asociación Universal Metapsíquica. Sede: A. Díaz 1031, o Alsina 1645, G, Buenos Aires. GENOVNI: Grupo de Estudios Neuquén sobre Ovnis. Neuquén. Activo entre 1968-1972. Integrantes: Ricardo E. Funes (presidente) y Mario A. Basso (vicepres.). Sede: Mtro. Alcorta 476, Neuquén. GIE: Grupo de Investigaciones Espaciales. Punta Alta, BA. Fundado el 23/4/1957, funciona hasta 1964, y en Gral. Roca hasta 1975. Integrantes: Rubén Spaggiari, Oscar Scarpa, y Santos Presti. Sede: 25 de Mayo 588, Punta Alta, BA; luego, San Luis 72, Gral. Roca, RN. GODFE: Grupo Observador de Fenómenos Espaciales. Buenos Aires. Fundado en 1960. Integrantes: Dante N. Cafferatta, Diego Peña y Daniel A. Mosquera. Publica en 1968 un Boletín Informativo sobre ovnis. Sede: Av. Las Heras 2693, 6, Buenos Aires. GRODOV: Grupo Rosarino Observador de Objetos Voladores. Rosario. Fundado en 1960 (bajo otra denominación), disuelta hacia 1970. Fundador y presidente Nicolás Ojeda, secretario Osvaldo Depego, y Omar J. Lampertti. Dirección postal: Casilla de correos 255, Rosario. Grupo ALFA: Buenos Aires. Fundado en 9/1965, desarrolló la actividad pública mediante conferencias en 1968-69. Integrantes: Guillermo Hoyos, Alfredo Vozzi, Rubén Padilla Osvaldo Bettachini y Tamara Hornaechea. Sede: Canalejas 759; luego, Neuquén 1369, Buenos Aires. 64

ICI: Instituto Cosmobiofísico de Investigaciones Extraterrestres, Paranormales y Atómicas. Buenos Aires. Fundado en 1972. Integrantes: Alberto Marini y Pedro Romaniuk. Sede: Alberti 1827, Buenos Aires. ICTE: Instituto Civil de Tecnología Espacial de la República Argentina. Sarandí, BA. Fundado el 2/8/1963. Integrantes: Roberto J. Martínez (director), Guillermo Hoyos, y otros. Activa campaña de difusión de fenómenos aeroespaciales (ovnis) y lanzamientos espaciales. Sede: Cnel. Brandsen 3857, Sarandí, BA. SADIE: Servicio Argentino de Investigaciones Extraterrestres. Monte Grande, BA. Fundado en 10/1972. Integrantes: Florencia Foricher, Emilio Caldevilla, Osvaldo Audisio y Ricardo Fernández. Sede: Vicente López 887 o 1166, Monte Grande, BA.

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OTROS GRUPOS UFOLÓGICOS Y DE TEMAS AFINES

ACIRE: Asociación Civil de Investigación Radio-Espacial. Buenos Aires. Estudio del universo en general, y ovnis. Fundada en 1971. Director: Jorge E. Etchevarne. AIVED: Asociación Investigadora de Vehículos Extraterrestres Dirigidos. Buenos Aires. Fundada en 6/1969. Presidente: Juan Klein. ASEA: Asociación del Sur de Estudios Aero-espaciales. Lanús, BA. Fundada en 10/1968. Ovnis, astronáutica y cohetería. Integrantes: Osvaldo Terragnea y Arnaldo Zemp. CAODE: Centro de Amigos Observadores del Espacio. “1er. Observatorio de la Patagonia (en formación)”. Puerto Madryn, Cht. Estudios de astronomía, astronáutica y fenómenos del espacio. Fundado en 12/1968. Presidente: Pedro A. Gervino; secretario: Elías Liberoff. CEC: Centro de Estudios Cósmicos. Bahía Blanca, BA. Activo en 1968. Director: Amilcar García Díaz. CEFANI: Centro de Estudios de Fenómenos No Identificados. Posadas, Misiones. Fundado en 1967. Activa en 1971. Integrantes: Arcadio Romero, Ítalo Díaz y Alí Broucheau. CEUFO: Club de Estudios UFO. Florida, BA. Activo en 1963. Director: Juan Lobaczewski. CICE: Centro Investigador de Cuerpos Extraños. La Plata. Fundado el 15/12/1969. Director: Carlos A. Bustos Ayré. 66

CICECH: Centro de Investigaciones Científicas y Espaciales Chivilcoy. Observatorio Meteorológico “Cruz del Sur”. Chivilcoy, BA. Fundado el 1/7/1965. Director: Francisco A. Rizzi. Publica desde 1971 boletín El Cosmos. CIDOVNI: Comisión Investigadora de OVNIs. Buenos Aires. Fundada en 6/1968. Integrantes: Fernando Peralta Luna y Alejandro Schang. CIE: Centro de Investigaciones Espaciales. Buenos Aires. Director: Justo A. Quevedo. Dedicado especialmente a la cohetería, tiene en 1967/69 una comisión ovni, integrada por Roberto Martínez, Horacio Ragucci, y otros. CIEP: Centro de Investigaciones Espaciales Privado. Avellaneda, BA. Fundado en 7/1968. Integrante: Hugo Omar Bambara.

CIDOVNI: joven exponente de la pasión investigadora por los ovni.

CIFAA: Centro de Investigadores de Fenómenos Aéreos de Argentina. Creado en 12/1972 por Carlos A. Demaría. En 6/1974 cambia su denominación por CAIFE. Audiovisuales y revista. CIFAD: Comité de Investigación de Fenómenos Aéreos Desconocidos. Buenos Aires. Activo en 1969. Presidente: Ernesto Armanini.

CIE: en un ámbito dedicado a la exploración y ensayos espaciales, Horacio Ragucci despliega sus hallazgos sobre los ovnis. 67

CIFIDE: Centro Investigador de Fenómenos Insólitos del Espacio. Santa Fe. Activo en 1968. Integrante: Víctor E. Jartack. CIMANI: Buenos Aires. Centro Investigador de Manifestaciones Aéreas No Identificadas. Fundado en 12/1968. Integrantes: Oscar Desmonteix, Orlando Coffen y Ricardo Pérez García. CIOVNI: Comisión de Investigación de OVNIs. San Salvador de Jujuy. Fundada en 1958, activa en 1968/69. Integrantes: J. Guillermo Mónaco (presidente), Atilio Dalla Fontana, Héctor Baglio y Julio Cuñado Arias. CIP: Centro de Información Privado. Rosario y Hughes, SF. Fundado el 29/3/1971. Dedicado a reunir información sobre ovnis, magnetismo, astronomía, hechos extraños, etc. Integrantes: Carlos A. Teves y Roberto Bühler. CISO: Comando Investigador Sanjuanino de Ovnis. San Juan. Fundado en 1967. Director: Miguel A. Gauto. CISOVNI: Centro de Investigaciones sobre Ovnis. Buenos Aires. Activo en 1969. Director: Eduardo Lagos. CIVED: Centro de Investigaciones de Vehículos Extraterrestres Dirigidos. Bella Vista, BA. Fundado en 1971. Director: Eduardo F. Bértola. CODE: Centro Observadores del Espacio, Dpto. OVNI. Santa Fe. Dedicado a la astronomía, tiene una comisión ovni. Fundado el 22/8/1962. Ángel Meynet (presidente), Bautista Bernardis (vice), Bernardo Rodrigo, Mariano Holubicki, y otros. COSMOS: Centro Juvenil de Búsqueda de Ovnis. Buenos Aires. Fundado en 1968. Presidente: Anamaría Romerstein. 68

DIOVNI: División de Investigaciones de OVNIs, rama lateral de la Asociación Astromodelística Argentina. Fundada en 1971. Coordinador: Jorge S. Milanese. GIVE: Grupo Investigador de Vida Extraterrestre. La Plata, BA. Fundado en 1972. Integrantes: Héctor Solá, Daniel Zuccarelli y Juan J. Ghione. Grupo DELTA: Bolívar, BA. Fundado por 1965, activo en 1968. Director: Jorge Alberto Herrou. LASER: Agrupación Línea de Avanzada sobre Estudios Relativos de Investigaciones Científicas. Buenos Aires. Activa en 1968. Integrantes: Jorge Salas, y otros. OVNI: Organización Vigías de Naves Interplanetarias. Balcarce, BA. Activa en 1968/69. Director: Jorge R. Trivigno. SM: Sociedad de Meteorodiscología. Mar del Plata. Fundada en 03/1964. Presidente: Miguel A. Espíndola. El auge de los ovnis en la década del ‘60 promovió la creación de numerosos y efímeros grupos juveniles entre 1968 y 1969: CIDAE y CIDENI, Mar del Plata, CIDONI, Necochea, CINET, Buenos Aires, CIOVNI, Rosario, CISPODOVNI, Buenos Aires, CRASOVNI, Alvear/Mar del Plata, y otros.

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Publicaciones

Dedicado a la labor divulgativa, se incluye en primer término un registro de libros y folletos publicados entre 1952 y 1972 en la Argentina por autores argentinos, o por extranjeros cuyas obras han sido impresas originalmente en el país. Puede advertirse que la distribución cronológica de los títulos según sus respectivas fechas de publicación, indica un período de muy escasa producción a partir de 1953 hasta 1968. Desde entonces, se advierte una tendencia ascendente, en particular, tras la gran oleada de 1965 y reforzada por la posterior concentración temporal de ovnis ocurrida en 1968. Procediendo a ordenar el material bibliográfico alfabéticamente por autor, y sus asientos –que están numerados–, se redactaron conforme a las normas técnicas habituales, mencionando apellido y nombre del autor, título y subtítulo del libro; y una sucinta descripción del contenido. En algunos casos, transcribiendo párrafos de la obra para dar cuenta mejor de las características de la misma. Continúa mediante un inventario de conferencias y comunicaciones breves, publicadas desde 1955, en que se tiene registro. El tercer y último segmento del catálogo, comprende una nómina de series de notas periodísticas aparecidas en la prensa gráfica argentina desde 1947, cuyas informaciones e ideas han influido poderosamente en la opinión pública, ateniéndose a la amplia y continuada exposición.

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I. BIBLIOGRAFÍA ARGENTINA SOBRE OVNIS

01. Aber Cobo, Axel Kosmokratores; protectores del espacio. Buenos Aires, Kier, 1968. 41 p. 20 cm. Prólogo del Dr. Juan A. Aleandri. Dibujo de tapa por Benjamín Solari Parravicini. Extracto de contenido: El autor narra una experiencia personal de contacto con dos seres o entidades humanoides procedentes de un planeta de la constelación de Cygnus, encuentro que habría tenido lugar el 27 de enero de 1968, en la playa de Torres, Rio Grande do Sul, Brasil. 02. Álvarez López, José La vida extraterrestre. /por/ José Álvarez López, Antonio Ribera, Pablo Ponzano /y/ Mario Ferrini. Buenos Aires, Kier, 1968. 173 p. 20 cm. Extr. cont. Presenta la posibilidad de que el propio sistema solar sea el producto de una manufactura inteligente y dirigida, un producto creado por civilizaciones lejanas. Aún más, que la vida en la Tierra haya sido desde siempre controlada por los técnicos del espacio. Su interferencia en la evolución explicaría los misterios de la paleontología y el origen del hombre. Para sostener sus ideas, recurren a textos herméticos, sin desestimar otros testimonios recogidos de los mitos religiosos de la antigüedad, especialmente los documentos egipcios y la Biblia. La hipótesis extraterrestre ilumina con nueva luz cuanto misterio de la antigüedad ose desafiar. La tercera parte 72

completa la obra, reuniendo un artículo de cada uno de los autores: El problema de los ovnis. La tecnología del plato volador. La Biblia y los OVNI. Psicosociología del plato volador. 03. Anglada Font, Luis La realidad de los OVNI a través de los siglos. Buenos Aires, Kier, 1968. 380 p. ilus. 20 cm. (Colección Horus). Extr. cont.: El comienzo y núcleo de la obra está formado por leyendas y tradiciones que han subsistido a través del tiempo, considerando que las mismas tienen una íntima relación con la visita e intervención de seres extraterrestres. En la segunda parte expone posibles raptos de personas por parte de los tripulantes de los discos voladores, especulando que sus descendientes son los seres ya aclimatados que hoy nos visitan. Con trazos protagónicos como recurso literario, también se refiere a las bolas de fuego o foo-fighters. Continúa mediante la presentación de algunos casos clásicos de ovnis en el mundo, adquiriendo la convicción de que existen varias civilizaciones que pertenecen a diferentes planetas, considerando prudencial temerlos y “prepararnos para un posible avasallamiento de nuestro mundo”. p. 337. Segunda edición: 1979. 04. Banchs, Roberto Enrique Fenómenos aéreos inusuales; cuadro general de observaciones ovni en la Argentina. Buenos Aires, Centro de estudios de fenómenos aéreos inusuales, 1972. 61 p. 22 cm. Nómina de más de 700 casos que han sido divulgados por la prensa argentina (1947-1971), sumariamente descriptos, con un examen analítico 73

y gráfico de los datos. Se detalla fecha, lugar, hora, características de los fenómenos y fuente de consulta. Es la primera compilación general de informes sobre ovnis realizada en la Argentina. Contiene un apéndice de observaciones en Chile y Uruguay. Segunda impresión, 1973. 05. Chalita, Carlos ¿Qué hay de verdad sobre los OVNI? Prólogo del comodoro E. J. Palma. Buenos Aires, Fabril, 1969. 79 p. ilus. 17 cm. Extr. cont.: El autor se ha propuesto principalmente dar al asunto de los ovnis un enfoque físicofilosófico, para lo cual se orienta hacia el pasado procurando descubrir en los sucesos acaecidos algún indicio revelador del enigma (la gran pirámide de Kheops, la Atlántida), continuando con la exposición de la hipótesis sobre una especie de “colonización” cósmica, o de los mundos, y la concepción del ser superior. Formula algunas reflexiones acerca de la conveniencia de fabricar un vehículo con las características atribuidas a los ovnis y, para concluir, ofrece su punto de vista sobre cómo podría desplazarse un vehículo utilizando principios referidos a la desgravitación de los cuerpos. 06. Chiesa, Carlos Luis Naves celestes dirigidas. Buenos Aires, Constancia, 1958. 91 p. 22,5 cm. Extr. cont.: En base a ideas y principios se ha tejido la argumentación literaria que surge como lección de la doctrina espírita y postulación de la creación espiritual. Para el desarrollo de la idea, el autor propone situarse en el cometa Halley, al cual llamará nave celeste e imagina que habla el Rector de 74

la misma dictando un curso sobre El proceso histórico cometario. Para el autor, los platos voladores que se han presentado y fotografiado en distintas oportunidades y formas, serían naves interastrales. “Ciertamente, en este caso, nos referimos a entidades siderales que han adquirido superlativa conciencia de Dios y su creación: El Universo que ha superado y desechado la estimación de las formas como única realidad del ser”. p. 27. 07. Dall’ Armellina, Remo Mi contacto con seres de otros mundos. Autobiografía. Córdoba, Cóndor, 1966. 196 p. 20 cm. Extr. cont.: Describe las experiencias del autor, desde los 8 años de edad, en permanente vinculación con seres de otros mundos, proponiéndose revelar los conocimientos adquiridos sobre “las naves interplanetarias y sus augustos tripulantes cósmicos”. Narra los episodios sobrenaturales que cambiaron el curso de su vida, llevándolo a conocer el planeta Venus, donde irá a comenzar su aprendizaje como novicio en el camino de la Verdad y otros conocimientos, siendo elegido para cumplir con una misión sagrada para el bien de la Humanidad, como mensajero y ciudadano de ese planeta. En el último capítulo, “Alentemos nuestras esperanzas” (p. 185 y ss.), sintetiza su mensaje de fraternal religiosidad. 08. Dawson, James (pseudónimo) ¿Vienen de otro mundo los platos voladores? Eva Perón, Sapiens, 1953. 96 p. 14,5 cm. (Col. Al alcance de todos). Extr. cont.: Con estilo periodístico y veraz, el autor intenta responder a ese interrogante presentando una visión general de los observadores y observaciones de hechos misteriosos, situándolos en el marco de una época en que todo es posible: 75

el de la postguerra, los desarrollos aeronáuticos, la era atómica y la física relativista. Examina varias teorías sobre la naturaleza de los platos voladores y llega a la conclusión que las respuestas “vendrán del espacio y con el tiempo. Yendo nosotros hacia el enigma o viniendo él hacia nosotros. Y entonces se conocerá recién si el misterio pertenecía únicamente a la ficción o si ésta quedará empequeñecida por los hechos”. p. 96. 09. Duclout, Jorge A. Origen, estructura y destino de los platos voladores. Buenos Aires, Edición de los autores, 1953. 155 p. ilus. fig. 22 cm. (1a. edición registrada el 29 de diciembre de 1952). Cab. port. Jorge A. Duclout y Napy Duclout. Extr. cont.: Extraordinarias revelaciones acerca de los platos voladores. Su origen, estructura, funcionamiento, fechas en que aparecerán, destino, nuevos principios científicos. Transcripción de las grabaciones, sobre alambre, registradas durante experimentaciones psíquicas. Segunda edición, ampliada con los testimonios del pasaje de un plato volador, el 6 de setiembre de 1954: Buenos Aires, América Técnica y Editorial Jorge A. Duclout, 1956. 179 p. ilus. 22 cm. 10. Duclout, Napy Origen, estructura y destino de los platos voladores (véase: Duclout, Jorge A.).

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11. Galíndez, Oscar Agustín Informe sobre los objetos voladores no identificados. Córdoba, Zenón Mariani, 1968. 89 p. ilus. 16,5 cm. Extr. cont.: Apretada síntesis de las múltiples implicancias de esta temática, planteando la necesidad de una investigación científica, arrostrada sin prejuicios y adhiriendo a una posición intelectual. Ante el eventual origen espacial de los ovnis, expone los actuales conocimientos astrofísicos y exobiológicos, y una nómina de recepciones de señales cósmicas; intenta demostrar que las estaciones rastreadoras de satélites han registrado su presencia; formula críticas a los métodos empleados en la investigación oficial de la USAF; presenta un cuadro de interpretaciones acerca de la naturaleza de los ovnis; continúa con el problema de los contactos y, finalmente, se refiere a la investigación oficial y privada en la Argentina. 12. Galíndez, Oscar Agustín Los Ovnis ante la ciencia; implicancias del informe de Colorado. Córdoba, CADIU/Zenón Mariani, 1971. 330 p. ilus. 21 cm. Extr. cont.: Amplia y documentada reseña panorámica cuya finalidad consiste en atenuar los alcances del controvertido informe de la Universidad de Colorado, de contenido negatorio del problema ovni, subrayando aquí sus contradicciones y exponiendo la necesidad de proseguir las investigaciones. El autor estructura la obra siguiendo el esquema primicial, visto en su libro anterior, enriqueciéndolo con varios capítulos (los primeros cinco) y tópicos, además de la consideración más detallada de ciertos aspectos y la utilización de otra metodología expositiva. 77

13. Giordano, Alberto Los platos voladores y sus tripulantes. (véase: Tucci, Eduardo A.) 14. Harvey, Raymond (pseudónimo) Platos voladores y sus tripulantes ultraterrenos. Buenos Aires, Organización Impresora de Revistas (OIR), 1955. 65 p. 19,5 cm. (Col. Hechos reales). Extr. cont.: Recopilación testimonial donde su autor (presentado como investigador y físico), con cierto protagonismo narrativo, abunda en la casuística mundial y en las opiniones, a la vez de introducirse en los posibles métodos de propulsión (magnéticos) e inventivas argentinas. Especula que los platos voladores provienen de Marte y sus tripulantes no se adaptan al medio ambiente terrestre. “Una de las ideas mías, como decía al comienzo de esta conclusión, es la siguiente: Existen los platos voladores. La otra sería: Están tripulados por seres extraterrenos y la última: No hay peligro alguno para los humanos. Esos seres son bien intencionados”. ps. 63/64. 15. Kon, Alejandro La verdad revelada sobre los platos voladores y lo que vendrá. Buenos Aires, N.R. Pinto, 1967. 87 p., sin paginar, ilus. 18 cm. Extr. cont.: Biografía del autor. La verdad revelada sobre los platos voladores. Una experiencia del autor. Lo que vendrá. “En un momento de meditación, donde lo místico se conjuga con lo espiritual, comencé a recibir algunas revelaciones del futuro que aguarda a la Humanidad, así como también vaticinios en torno a un tema que ha conmovido a la Ciencia y a la opinión pública mundial en los últimos años: los platos voladores. 78

Dichas revelaciones son manifestadas por un Maestro de la Sabiduría Cósmica...”. p. 19. 16. Lenormand, Gastón (pseudónimo) Yo estuve en un plato volador. Buenos Aires, Mem, 1955. 205 p. 20 cm. Extr. cont.: Trabajo de recopilación testimonial y documentado, compulsando la opinión de distintas personalidades y narrando episodios clásicos estadounidenses y europeos, expuestos con trama original envuelta en un hálito de fantasía y de emoción. Los últimos capítulos de la obra (cap. XXII, en adelante) contienen el relato fantasioso y pintoresco de un tal Pierre D’ Habereau sobre su encuentro con un plato volador en el Tibet. 17. Miranda, Enrique Visitantes del espacio; hechos concretos y verdades sobre los platos voladores y los satélites artificiales. Buenos Aires, Librería Perlado, 1958. 156 p. ilus. 18 cm. Extr. cont.: El autor relata con estilo coloquial, dialogado, algunos casos de platos voladores observados en el mundo y especialmente en la zona del Río de la Plata, con énfasis en los testigos y en las características inexplicables de los objetos. Se plantean algunas de las dificultades que ofrece la comunicación con seres de otros planetas, asunto que implica la existencia de un lenguaje convencional y, por lo tanto, inteligente. Dispuestos con sencillez, en forma sucinta, expone elementos de juicio que permitan formar una opinión sobre esta “indiscutible presencia, aunque su origen y estructura permanezcan todavía en el terreno de la conjetura científica”. 79

18. Robertson, Frank G. Primer mensaje extraplanetario; ¿invadirán la Tierra extraños seres de otros planetas? Buenos Aires, Bo-Si, 1956. 85 p. 20,5 cm. Extr. cont.: Libro testimonial, asegurando traer un mensaje de gran trascendencia para los hombres de la Tierra. Este Primer mensaje extraplanetario habría sido confiado a un periodista y traducido en su pluma por F. Robertson. Los extraños episodios que se relatan han ocurrido en una granja de Merlo, BA., a partir del 7 de setiembre de 1955, sosteniendo su protagonista que las naves que se ven en el cielo constituyen “la vanguardia de una futura invasión a la Tierra”. 19. Romaniuk, Pedro Naves extraterrestres y sus incursiones a la Tierra. Buenos Aires, Merlín, 1969. 108 p. 18 cm. Extr. cont.: Resulta inútil continuar negando la existencia de las naves extraterrestres y sus incursiones, pues las pruebas forman cúmulo y las versiones y testimonios son dignos de fe. Partiendo de esa base el autor desarrolla su teoría de la “existencia real” de los ovnis con acopio de testimonios y datos acerca de la fuerza natural que utilizarían tales aparatos: la energía cósmica. Dando por cierto que las grandes potencias han capturado platos voladores, comienza por analizar los alcances y posibilidades de la mencionada energía y la manera con que se anula la atracción gravitatoria; explora en las actuales invenciones humanas del género espacial y en la potencialidad nuclear para los transportes del futuro. También ofrece opinión porqué no se ha producido contacto aún con los tripulantes de esas naves y sobre los esfuerzos del hombre por llegar a otros planetas. 80

20. Rodríguez, Vicente Cecilio OVNI; estudios sobre naves interplanetarias. Bahía Blanca, Gráfica del Sur, 1971. 192 p. 20 cm. Extr. cont.: El viaje a la Luna y las incógnitas del siglo XX. El hombre del año 2000: comunicaciones con otros planetas. Comprobaciones sobre la realidad de la existencia extraterrestre de las Naves Interplanetarias. Los OVNI visitan Bahía Blanca. Los apagones provocados por los Platos Voladores. Parapsicología, naves de otros mundos y consejos orientadores. La ciencia a la luz del Espíritu. Jesús de Nazaret y su relación extraterrestre: la realidad de las Naves y sus leyes universales. Gravitación de los cuerpos sobre una cuarta dimensión. Hechos de Apóstoles. La maravilla de la Máquina Humana, comprendida mefísicamente. 21. Rossi, Dora Nelly Villanueva de La verdad del ser y el fenómeno ovni. Buenos Aires, Methopress, 1972. 91 p. 18 cm. Referencia a los ovnis especialmente en los capítulos titulados: El fenómeno ovni. La experiencia del profeta Daniel. Cómo son y de dónde vienen. Lo que el terráqueo debe saber. “La autora ha sido protagonista de experiencias directas, personales con los seres llegados a la Tierra, en este último período indicado para el terráqueo. Por ello todo lo que os diga, revele o indique como puntos guías para vosotros en este camino de comprensión tendrá como única finalidad, anticipar lo que en muy poco tiempo podrá comprobar el hombre por sí mismo”. pág. 63. A la edición le han reimpreso más recientemente como nombre de autor “Donevi Bros”. 81

22. Tucci, Eduardo A. Los platos voladores y sus tripulantes. Buenos Aires, Glem, 1969. 228 p. ilus. 18 cm. (Colección popular Glem book). Cab. port.: Teniente coronel (R.E.) Eduardo A. Tucci - Alberto Giordano. Extr. cont.: Prólogo por Ariel Ciro Rietti. Esta obra de divulgación intenta ser una aproximación objetiva al problema de los ovnis, esbozando un p a n o r a m a actualizado. Parte de la premisa que existen los ovnis y, probablemente, tripulados por seres vivos de una especie desconocida. Expone en prieta síntesis los hechos más significativos y alude a fenómenos quizá colaterales (teletransportaciones, lluvias insólitas, etc.). Present testimonios, examina evidencias y ofrece sugerencias y conjeturas. Concluye exhortando a “las autoridades a quienes compete en cada país el estudio oficial del problema a fin de que lo encaren con la firmeza y decisión que éste requiere y proporcionen al público información autorizada y responsable”, p. 212. Segunda edición actualizada, 1975, 267 p. 23. Uriondo, Oscar Adolfo Objetos aéreos no identificados; un enigma actual. Buenos Aires, Edic. autor, 1965. 155 p. 20 cm. Extr. cont.: Los ovnis son una realidad, aunque no esté probada su existencia. Vuelos y descensos de ovnis se basan en testimonios humanos, que los técnicos no admiten y atribuyen a alucinaciones, impresiones psíquicas, deformaciones visuales, etc. Expone conjeturas e investigaciones, como las realizadas por la USAF, desde el comienzo del rumor. Examina el presunto origen extraterrestre, la pluralidad de los mundos habitados 82

y la posibilidad del viaje interestelar. Recopila noticias de ovnis en Argentina, y las investigaciones oficiales y privadas. Segunda edición: Buenos Aires, Plus Ultra, 1968. 24. Uriondo, Oscar Adolfo El problema científico de los OVNI. Buenos Aires, Plus Ultra, 1968. 174 p. ilus. 20 cm. Extr. cont.: El autor se propone plantear la cuestión desde el punto de vista científico, atenido a que “cuando se trata de hechos insólitos y extraños, como los ovnis, no debe omitirse la consideración de ninguna posibilidad especulativa, por inverosímil que ella parezca a nuestros habituales cánones de juicio”. Expone someramente testimonios visuales y contactos de radar, además de registros gráficos, pasando a un análisis del fenómeno, que incluye la topografía de las manifestaciones, las “olas” de avistamientos, el contenido descriptivo de los informes, la evolución cualitativa del fenómeno y su eventual naturaleza, exponiendo con incredulidad la interpretación psicológica y las hipótesis físicas. 25. Varsavsky, Carlos M. Vida en el universo. Buenos Aires, Carlos Pérez editor, 1968. 123 p. 20 cm. (col. hechos y palabras). Extr. cont.: El Universo. Orígenes de la vida en la Tierra. La posibilidad de vida en el sistema solar. Posibilidad de comunicación extraterrestre. Referencias sobre los ovnis en el capítulo III (La posibilidad de...). El autor resume su opinión respecto a los ovnis: “... admitir que esos objetos luminosos extraños que se ven con cierta frecuencia, tengan necesariamente que ser naves tripuladas provenientes 83

de otros planetas obliga a aceptar una serie de hipótesis sin ningún fundamento físico ni lógico”, p. 123. Segunda edición: Buenos Aires, Centro Editor de América Latina (Col. Fundamental del hombre moderno), 1971. 26. Vogt, Cristián El misterio de los platos voladores. Buenos Aires, La Mandrágora, 1956. 190 p. 18 cm. (colección hechos insólitos). Extr. cont.: Informaciones auténticas sobre el gran enigma del siglo. Panorama general de hechos, teorías e investigaciones relativas al problema de los “platos voladores”. El autor pasa revista a testimonios de diversas índoles, así como los resultados de las comisiones investigadoras militares y científicas de distintos países, y analiza las consecuencias inmediatas y futuras de esta persistencia, llegando a la conclusión de que si bien es imposible documentar con certeza el origen de los platos voladores, es difícil admitir su procedencia terrestre. 27. Yametti, Raimundo Increíbles Revelaciones sobre Platos Voladores. Lanús, Edic. autor, 1964. 82 p. ilus. 21,3 cm. La portada muestra: “Revelaciones Espíritas ante la Ciencia - Conocimientos históricos y futuros a través de 70 mensajes mediúmnicos de Alejandro Volta y otras entidades recibidas por Raimundo Yametti”. Extr. cont.: Destinado a quienes tengan inquietud de conocer la dolorosa marcha de la vida terrenal, contiene las enseñanzas que dan las entidades espíritas –según el autor– a fin de ilustrar el intelecto y despertar la mente, en esta era que se prepara una 84

gran revolución científica, y que conducirá al amor, la fraternidad y la paz mundial. “Los mensajes vertidos por estos seres comunicantes (…), encierran un caudal de conocimientos de gran valor para el presente y el avenir venturoso que nos espera en la Tierra”.

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II. EDICIONES ARGENTINAS DE AUTORES EXTRANJEROS

28. Fry, Daniel William (1908-1992) El incidente de White Sands. Rosario, A-Lan, 1969. 80 p. ilus. 22 cm. Título original en inglés: The White Sands Incident.

Traducción de la Dra. Magdalena L. de Castagnino.

Extr. cont.: El autor es un ingeniero electrónico muy documentado sobre el espacio y viajes espaciales. Narra la experiencia de contacto que tuvo el 4 de julio de 1950, cuando pudo acceder y volar en una cápsula espacial que aterrizó cerca de White Sands, Nueva México. Describe sus pláticas con un extraterrestre llamado Alan y su mensaje de valor universal. Documenta el incidente con varias fotografías de las naves. Explica que ellos intervinieron en el proceso de creación del hombre y que ahora están empezando a establecer nuevos contactos con la especie humana. 29. Jung, Carl Gustav (1875-1961) Sobre cosas que se ven en el cielo. Buenos Aires, Edit. Sur, 1961. 206 p. 20 cm. Título original en alemán: Ein moderner Mythus, Von Dinger, die am Himmel gesehen werde (1958).

Traducción de Alberto Luis Bixio. Extr. cont.: “En las páginas que siguen me ocuparé casi exclusivamente de los fenómenos psíquicos que acompañan a los ufos” (p. 15), advierte el autor, un célebre psicólogo y psiquiatra suizo, cuyas concepciones han influido en la cultura occidental. Su 86

estudio intenta desentrañar un problema esencialmente contemporáneo, el de los platos voladores que miles de seres humanos dicen haber visto en los cielos. Lo formula desde sus teorías de los arquetipos y el inconsciente colectivo. Afirma que no son simples rumores y que se ha visto algo. Jung analiza los diversos relatos, pasa luego a considerar sueños donde se manifiestan estas imágenes, y examina composiciones pictóricas vinculadas a la cuestión.

30. Keyhoe, Donald Edward (1897-1988) Platos voladores del espacio. Buenos Aires, Colección Aeronáutica Argentina. Año 1955, Vol. 40. 266 p. 23 cm. Título original en inglés: Flying saucers from outer Space. Traducción del Cap. (R.) Jorge Milberg. Extr. cont.: Refleja las peripecias por las que atravesó el Mayor (R) Keyhoe para conseguir las informaciones que forman parte de la obra. Además de los relatos extraordinarios acerca de este misterio mundial, impresiona la actitud de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Concluye que los platos voladores provienen de otro planeta y que nos hallamos bajo su constante observación. Aboga por una política de adecuada ilustración pública, advierte sobre la falta de identificación oficial y previene del pánico si aterrizaran. 31. Ramatís La vida en el planeta Marte y los discos voladores.

Buenos Aires, Ed. Kier, 1968. 439 p. 20cm. Título original en portugués: A vida no planeta Marte e os discos voadores (1955). Traducción de la Dra. Margarita Olivares Sabas y el Lic. Luis Guerrero Ovalle. Extr. cont.: Se trata de una obra psicografiada por el médium Hercilio Maes y que fuera dictada por el 87

gran espíritu y maestro llamado Ramatís. Como expresión de una forma superior de vida y sentimiento, el autor describe bellas e interesantes cosas sobre el planeta Marte. En esa vía de espiritualidad, se dan claves sobre el fenómeno OVNI. Varias ediciones. 32. Wilkins, Hugh Percy (1896-1960) Misterios del espacio y del tiempo. Buenos Aires, Colección Aeronáutica Argentina. Año 1956, Vol. 45. 185 p. 23 cm. Título original en inglés: Misteries of Space and Time. Traducción de Norman E. Strasser. Extr. cont.: Temas vinculados a los misterios del universo, incluyendo un capítulo dedicado a los platos voladores, que intitula: “Objetos que se desplazan en el espacio”. Wilkins es astrónomo, especialista en la Luna y el sistema solar. Pero su interés es más vasto. Examina las observaciones realizadas en telescopio, y los fenómenos ópticos. Narra el episodio del que fue testigo en 1954, cuando avista varios objetos extraños en Virginia. Sostiene: “Aquellos que creen que la existencia de los platos voladores en toda su amplitud que el término implica, es decir, que se trata de objetos artificiales producidos por seres inteligentes, deben estar preparados para explicar de dónde vienen” (p. 26).

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III. CONFERENCIAS Y COMUNICACIONES

Cappelletti, Martín S. El misterio de los platos voladores. Conferencia dada en el Salón Pte. Perón de la Caja Nacional de Ahorro Postal, Buenos Aires, el 28 de abril de 1955. Buenos Aires, edic. autor, 1955. 15 p. 22 cm. Millán, Agapito y Manuel Valverde Conferencias sobre platos voladores: 1957. Creación y fines del Equipo de Telepáticos R. Jordán. Ciclo de conferencias. Manuel Valverde Primera conferencia sobre discos voladores. Conferencia pronunciada en la sala de la Biblioteca Teosófica, Buenos Aires, el 6 de enero de 1957. Agapito Millán La verdad sobre los discos voladores. Conferencia pronunciada en el salón de la Rama Teosófica La Búsqueda, Mar del Plata, el 20 de enero de 1957. Buenos Aires, Equipo de Telepáticos R. Jordán, 1957. 16 p. 20,5 cm. Pellegrini, Armando Vicente Investigaciones del infinito. Mensajes recibidos entre el 14/7/1967 y el 17/8/1969 sobre la vida en otros planetas del sistema solar y los UFOS o platos voladores. La Carlota, Pcia. de Córdoba, edic. autor, 1971. 22 p. 23 cm. Pérez Alemán, Antonio Oscar (Agor) Las naves interplanetarias como revelación cósmica; trascendentales entrevistas de George Adamski con seres de Venus y Marte. 89

Compendio de 11 artículos de la serie Platos voladores por las rutas del cielo, firmados por Agor, publicados en el diario Córdoba, de Córdoba, entre el 23/6/1961 y el 6/2/1962. Buenos Aires, Asociación universal metapsíquica, 6/1963. 20 p. ilus. 21 cm. Uriondo, Oscar Adolfo Los supuestos de la actitud científica hacia los OVNI. Comunicación presentada en el 2° Simposio nacional de investigaciones sobre ovnis, organizado por el CIDOANI, reunido en Buenos Aires los días 29, 30 y 31 de octubre de 1970. Buenos Aires, edic. autor, 1971. 16 p. 21,5 cm. Uriondo, Oscar Adolfo Los aterrizajes de OVNI en la Argentina; catálogo sistemático y descriptivo de avistamientos Tipo-I (años 1947-1971). Resumen de 156 casos. Buenos Aires, Centro de estudios de fenómenos aéreos inusuales, 1972. 55 p. 21 cm. Valverde, Manuel La nueva era y las naves interplanetarias. Conferencia ofrecida en la sede de la Asociación Espiritualista “Misión de Jesús”, Buenos Aires, el 5 de octubre de 1957. Buenos Aires, edic. autor, 4/1958. 22 p. 20,5 cm. Valverde, Manuel La vida en el planeta Marte en base a las enseñanzas de “Ramatís”. Conferencia ofrecida en el salón de la “Agrupación Labor”, Buenos Aires, el 19 de junio de 1958. Buenos Aires, edic. autor, 11/1958. 16 p. 20 cm. 90

Valverde, Manuel ¿Hay vida en Marte? Comunicación del Grupo de Trabajo Ramatís. Buenos Aires, Folleto N° 3, 1970. 7 p. 21 cm.

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IV. SERIES DE NOTAS PERIODÍSTICAS

01. ¿Ha sido develado el misterio de los platos voladores? /por/ Prana Maya (pseudónimo). Noticias Gráficas. Buenos Aires. 1° agosto 1947 al 14 agosto 1947. Son 10 notas sin numerar. 02. Objetos no identificados en el cielo /por/ Carlos H. Rolff. El Pueblo. Buenos Aires. 19 agosto 1957 al 23 septiembre 1957. Son 6 notas. 03. La verdad sobre los platos voladores /por/ Agor (pseudónimo). Meridiano. Córdoba. 5 julio 1958 al 20 septiembre 1959. Son 32 notas. Obs.: Titulado de ese modo desde la nota III. 04. Platos voladores por las rutas del cielo /por/ Agor. Córdoba. Córdoba. 23 mayo 1959 al 5 marzo 1963. Son 135 notas numeradas. Obs.: Continúa sin numerar hasta el 23 febrero 1969. Son en total +189 notas. 05. Platos voladores, un abrazo entre los mundos /por/ Jorge O. Pineda. El Mundo. Buenos Aires. 4 octubre 1961 al 10 octubre 1961. Son 6 notas. 06. Cuando los platos voladores aterricen /por/ Jorge O. Pineda. El Mundo. Buenos Aires. 23 julio 1962 al 5 agosto 1962. Son 10 notas. 07. Vida en otros mundos /por/ Jorge O. Pineda. El Mundo. Buenos Aires. 10 septiembre 1962 al 21 septiembre 1962. Son 12 notas. 92

08. Los visitantes del espacio /por/ Agor. Impulso. Mercedes, S. Luis. 22 diciembre 1962 al 23 diciembre 1963. Son +57 notas registradas (y “continuará”). 09. Los visitantes del espacio. Yo estuve en el planeta Venus /por/ Agor. Impulso. Mercedes, S. Luis. 13 diciembre 1963 al 14 enero 1964. Son 20 notas (y “continuará”). Obs.: Paralelo a la serie “Los visitantes del espacio”, utilizado como cintillo en este caso. 10. ¿Platos voladores? /por/ Arturo Álvarez Sosa. La Gaceta. S.M. de Tucumán. 4 febrero 1964 al 13 febrero 1964. Son 8 notas. Obs.: La serie parece continuar con dos notas “¿Ufos en Tucumán?”, sin firma, publicadas el 14-15/06/1964. 11. Proceso a los platos voladores /por/ Jorge O. Pineda. El Mundo. Buenos Aires. 14 junio 1964 a 29 junio 1964. Son 15 notas. 12. El enigma de los OVNI /por/ Omar R. Pagani. El Día. La Plata, BA. 5 diciembre 1965 al 2 enero 1966. Son 6 notas (“casos”). 13. Objetos desconocidos en el cielo /por/ GRODOV. La Tribuna. Rosario, Sta. Fe. 1° febrero 1966 al 7 febrero 1966. Son 7 notas. Obs.: Grupo rosarino observador de objetos voladores, presidido por Nicolás Ojeda. 14. Extraño, muy extraño /por/ Américo Barrios (pseudónimo). Crónica edic. mat. Buenos Aires. 18 agosto 1968 al 23 febrero 1969. Son 112 notas registradas. 93

15. OVNIS: Misteriosos viajeros del espacio /por/ S. von Wurmb Edward Thomas (pseudónimo). Crónica. Rosario, Sta. Fe. 30 noviembre 1968 al 12 diciembre 1970. Son 100 notas. Obs.: Escribe S. von Wurmb hasta la nota 50° (15/11/1969). A partir de la nota 51° (22/11/1969) hasta la n° 80 (13/6/1970), aparecerá con la firma de Edward Thomas (pseudónimo de Magdalena L. de Castagnino). Continúa S. von Wurmb con la nota n° 81 (22/06/1970) hasta concluir en la n° 100, el 12/12/1970. 16. Argentina tierra de ovnis /por/ Marcelo Ray (pseudónimo). 2001, periodismo de anticipación. Buenos Aires. año 2, n° 17, diciembre 1969 a 3a. y última, año 3, n° 19, febrero 1970. Son 3 partes de 8 pág. cada una. 17. 50 padres para los platos voladores /por/ Jorge A. Pineda. 2001, Periodismo de anticipación. Buenos Aires. año 4, n° 34, mayo 1971 a 5a. y última, n° 38, septiembre 1971.

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Anexo La Repercusión Social en Argentina y Sudamérica en 1947

Los “platos voladores” han venido a constituirse en uno de los grandes misterios populares del siglo XX. La historia del mito contemporáneo comienza en los Estados Unidos, el 24 de junio de 1947, cuando el piloto civil Kenneth Arnold avista desde su avioneta nueve objetos reverberantes que, velozmente, pican y suben entre los picos de Mount Rainier, en el estado de Washington (East Oregonian, 25/6). Un periodista interpreta esa descripción y los bautiza flying saucers (platos voladores). El episodio de Arnold permite darle nombre a algo en apariencias innominado que, por ello, parece no haber existido con anterioridad. Por entonces, pocos dudan de la objetividad del relato, interesando vivamente a las autoridades, aún cuando se intenta explicar que los brillantes objetos El primer artículo de prensa reportando la observación de K. Arnold (East Oregonian, 25/6/1947). no eran otra cosa que 95

reflejos de cristales de hielo. Tiempo después, se dijo que Arnold vio en realidad las alas volantes de los prototipos Northrop –un bombardero experimental, secreto de la época– que tenían su base en el desierto de Mojave. Sea como fuere, la historia tiene una extraordinaria difusión y los discos o platilllos se popularizan en todo el territorio norteamericano. Las agencias periodísticas internacionales muy pronto se hacen eco de noticias similares. En 1947 los aparatos de televisión domésticos inundan el mercado de los Estados Unidos. Y el cine presenta seres extraterrestres, dispuestos –como metáfora humana– a apoderarse de la Tierra, poseídos por unos instintos de conquista espacial. Es evidente que el clima social de postguerra y el prometedor desarrollo aeronáutico propician que la noticia que la noticia despertara la imaginación más abigarrada y fuera recibida crédulamente. La humanidad se halla atenta a todo acontecimiento nuevo, y más si proviene del cielo. Después de vivir una guerra mundial en que la aviación desempeña un papel decisivo, no iría a mirar con indiferencia cómo algunos objetos cuyo tamaño con frecuencia comparable a los Ilustración de una imaginaria flotilla de platos volaaviones, surcan la at- dores llegando a la Tierra, que acompaña las primemósfera a altas veloci- ras noticias provenientes de los Estados Unidos, sedades. La prevención y gún la revista Ocurrió. curiosidad como la que existe apenas terminada la guerra, crean el ambiente para que algunos periodistas –intuyendo el problema– facilitaran la difusión de toda clase 96

de noticias sensacionalistas, en coincidencia con los ensayos atómicos que muestran la fragilidad del mundo y de la especie humana. La población empieza a mirar activamente el cielo a la espera que se repitiera aquel fenómeno de naturaleza desconocida, pero que ahora puede ser designado. Al mes ya se registra un alto índice de avistamientos en 40 estados norteamericanos. Ante esa persistencia, el secretario de Defensa James Forrestal, encomienda el 30 de diciembre de 1947 al Air Technical Intelligence Center (ATIC), la creación de un organismo investigador, que recibe el nombre de Project Sign, cuyo propósito es determinar si el problema constituye algún peligro. Al respecto, débase recordar que el clima posbélico está caracterizado por un temor latente –a veces manifiesto– hacia todo aquello que aparece en el cielo, y no es casual que resulte ese país el que mostrara mayor interés en develar el enigma. Por entonces va perfilándose la guerra fría entre la Unión Soviética Hiroshima-Nagasaki, 6 de agosto de y los países democráticos, y el temor 1945. El argumento del peligro atóde que se trate de un arma secreta, mico sostenido por los platillistas pudiere haberse atenuado. Pero no induce a las autoridades a restarle pú- el sentimiento de aniquilamiento que blicamente importancia a los hallaz- mueve al hombre. Aquél ha sido susgos. Pero quizá por esa tendencia de tituido por el desequilibrio ecológico hablar de lo que se teme, muy pronto provocado por la irracionalidad de la se sabe en todas partes y se tejen toda razón humana. En definitiva, subsiste la amenaza de las fuerzas de la natuclase de conjeturas en una sociedad raleza, por el descontrolado ejercicio que ve con asombro e inocultable del poder del hombre sobre la Tierra. temor los efectos devastadores del 97

empleo de la energía atómica. Como nunca antes, la sombra de una conflagración bélica total está presente. Dentro de ese marco se formulan diversas hipótesis acerca de los platos voladores: Acumulación de aire radiactivo debido a las explosiones atómicas, experimentos de transmutación de la energía atómica, propaganda imperialista pro-armamentista, fantasía popular generada por bromistas y embaucadores, globos sondas y meteoritos, aberraciones de la percepción, sugestión colectiva, psicosis despertada por el temor de una nueva guerra, armas secretas experimentales (americanas, alemanas o soviéticas), hasta supuestas entidades astrales y espíritus materializados con mensajes pacifistas. No suele rechazarse la novedad, por fantástica que parezca. Con el correr de los días se especula que podría tratarse de “naves extraterrestres en búsqueda de contacto para advertirnos del peligro atómico”. Esta explicación o conjetura pronto goza de gran número de adeptos, pues viene a coincidir con el sentimiento colectivo, junto al despunte de la aeronáutica y la necesidad de superar la barrera infranqueable de la gravedad terrestre. Así se extrapola el temor puesto en los belicosos invasores (más del lado de lo humano), al beneplácito deseo de recibir a los “hermanos del cosmos”, nuevos mensajeros y guardianes de paz. La formidable magnitud y permanencia alcanzada deriva del hecho que la creencia en tales objetos del des-conocimiento se extiende rápidamente en todos los niveles, de cuya cuenta dan testimonio millones de personas en todo el mundo, manteniendo vivo el interés en el enigma. Acaso los platos voladores sean el caldero de cuantos fenómenos infrecuentes y desusados han acompañado por siempre el pensamiento humano, proponiendo una mirada hacia sí mismo frente a la infinitud del cosmos y, ante su angustiante soledad, la esperanza, el avizoro de un universo palpitante de vida.

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I. LOS PLATOS VOLADORES EN ARGENTINA Casi de inmediato a los fenómenos vistos por Arnold –ignorado por la prensa local– se producen relatos semejantes en distantes lugares del mundo (Australia, Dinamarca, Italia, Japón, y México, entre otros). Los platos voladores se constituyen en el estereotipo cultural de todas las rarezas que aparecen en el cielo. En América del Sur, el rumor visionario se extiende a los pocos días, especialmente, por Uruguay, Chile, Argentina y Brasil. Desde los Estados Unidos, el periodista Walter Winchell, del New York Daily Mirror, exclamaría al mundo: “Ésto, no es un rumor: ¡es un hecho!” (Clarín, INS, 11/7/47). Las primeras informaciones provienen de ese país y narran los sorprendentes encuentros con los inusuales objetos, seguidas de las más variadas explicaciones y rotundas negativas oficiales del ejército y la marina norteamericana, sospechadas de haber perfeccionado un nuevo tipo de aeronave surgida de la posguerra. En los primeros días de julio empieza a rodar en los diarios argentinos la hipótesis del encubrimiento. Antes del mes, se afirma “el misterio de los platos que vuelan”, pese a tomarlo frecuentemente con cierto humor y señalar que algunos relatos son “muy semejantes a los que han ideado los dibujantes de esas encantadoras historietas en que se describen las aventuras de un imaginario héroe del porvenir” (Noticias Gráficas, 8/7/47). En efecto, “el asunto es un plato” –se dice– que permite desplegar la imaginación destructiva del hombre, a la par de volar en una época de escasez y de inflación: “Ya que todo es imaginación, no cuesta nada verlos llenos...”, ironizan los humoristas de la crónica diaria, deslizando la pregunta si no se tratará de un arbitrio propagandístico. Los platos, así vistos, no se alejan de la realidad humana. Pero sean cuales fuere las motivaciones, todos quieren observar tales prodigios. Y ello no se hace esperar. Caso 01. La Plata (Buenos Aires) Julio 11: Los tan comentados platos voladores son vistos en la ciudad de La Plata el viernes 11 de julio de 1947. Al menos, así lo aseguran varios vecinos de la calle 56 y Av. 25, quienes esa noche, alrededor 99

de las 21 horas y durante diez a quince minutos, visualizan “algo parecido a una estrella”, irradiando luces de distinto color, “subía y bajaba”, hasta llegar a la copa de un naranjo. Ante el grito de un sorprendido vecino acuden tres o cuatro más, coincidiendo todos en que, en efecto, estaban frente a un plato volador, el cual termina desapareciendo de pronto hacia el oeste. El caso fue comentado en toda la ciudad, dándole al mismo su propia y personalísima importancia (La Razón, 12/7).

Noticias periodísticas de la primera observación de un plato volador en territorio argentino.

Invasores imaginarios Es que –a decir del diario La Hora (13/7)– “nuestro país no podía escapar a la histeria de los platos voladores (...); no es coincidencia que los hombres de Marte nunca desciendan en países donde la prensa tiene una función educadora (...). Para nosotros hay una explicación interesante, entre las tantas lanzadas a rodar, sobre estos platos voladores. Es la que ha dado el viejo pionero de la aviación norteamericana, Orville Wright: ‘Se trata de crear un clima bélico, de llevar al histerismo de la guerra a las masas, para hacerles creer en pretendidos enemigos internacionales, 100

y moverlas, dóciles, hacia una tercera masacre’. En todos los pueblos hay gente para ser atacada por la histeria; pero los pueblos, en su mayoría, tienen ya los ojos bien abiertos. ¡No hay platos voladores que los arrastren a otra masacre!”, concluye enfáticamente el diario porteño. Los platos voladores no serían, pues, otra cosa que “una creación de la mente febril popular exaltada por las fantasías de la era atómica”. Creación de imaginaciones calenturientas –señala El Laborista– que especulan con catástrofes atómicas y con guerras nuevas de una gran potencia destructiva. La idea de que los “platos voladores” eran parte de la propaganda belicista para agitar a la gente e inducirla a creer en invasores imaginarios, a fin de apoyar la campaña del gobierno norteamericano en materia de armamentos, concita muchos adeptos. Para ellos, resulta sugerente “la gran publicidad dada a las noticias sobre los platillos y la falta de base científica del fenómeno que pretenden haber visto cientos de personas” (La Hora, 10/7). El presidente Harry S. Truman, al tanto de la controversia sobre los platillos voladores, declara que no sabía más que lo visto en los periódicos y compara las informaciones con las publicadas un siglo atrás por The New York Sun anunciando que se había conseguido ver a un hombre que vivía en la Luna mediante un poderoso telescopio (La Prensa, 11/7). También se aduce que “si a un fenómeno físico –como es el de los corpúsculos rojos que se mueven por la retina de los ojos–, se une la psicosis despertada por el temor de una nueva guerra en la que se emplearían armas terribles, llegase a la conclusión que los platos voladores jamás existieron”. De acuerdo a otras opiniones, la falta de información científica seria ha hecho de los platos o discos voladores “un instrumento adecuado para los bromistas y los individuos ansiosos de popularidad a cualquier costo” (Noticias Gráficas, 15/7). Eppur’ si muove El prestigioso diario La Nación de Buenos Aires, adoptando desde un comienzo una postura crítica, publica en su edición del 21 de julio algunas ideas sobre los objetos vistos en distintas partes del mundo: 101

“Los platos voladores: Los platos voladores, de los cuales todavía se habla, han resultado un misterio. Las informaciones sólo permitieron formular conjeturas, pero, no obstante la imprecisión de los datos relacionados con el punto de partida de los mismos y su finalidad, este acontecimiento ha tenido la virtud de llamar la atención. Entre las versiones circulantes, algunas se hallan fuera de toda lógica. Debe descartarse en absoluto que los platos voladores sean proyectiles de guerra. La historia nos enseña que las naciones han guardado celosamente sus inventos militares, por cuanto la sorpresa de su presentación adicionada a los efectos de arma constituyen los factores en que se funda el éxito de su empleo. “Desde el famoso caballo de Troya hasta la V-1, la V-2 y la bomba atómica, los beligerantes rodearon del mayor secreto las iniciativas que debían concurrir, en un determinado momento, al campo de batalla en procura de la decisión. Sería pues, pueril pensar en nuestra época, en la cual los Estados fundan en el resultado feliz de sus múltiples investigaciones militares la supremacía de su futuro potencial bélico, que uno de ellos ofrezca a los demás un material secreto, conocerlo y adoptarlo. La presencia de los platos voladores, como de aquellos otros proyectiles aéreos desconocidos, que hace relativamente poco tiempo surcaron el espacio sobre Finlandia, puede considerarse como uno de los infinitos elementos que sirven para desarrollar lo que ha dado en denominarse la guerra de nervios. Esta puede desencadenarse tanto en la paz como en la guerra, en el terreno de lo político, social, económico o militar. Se trata unas veces de versiones que ostensiblemente se hacen circular referentes a un determinado acontecimiento a producirse, que causará gran daño o pánico. En el campo bélico aparece en forma de anuncios de inventos o materiales que posee determinado país y cuyo poder destructor influirá poderosamente en el desarrollo de un conflicto. La guerra de nervios se desarrolla en todas las actividades; ella se deja sentir mediante la noticia de bombas que se presume estallarán en una reunión política, en la baja de los valores comerciales, en el nuevo proyectil o explosivo destinado a derrumbar ciudades y sacrificar vidas, etc. “Los platos voladores, sean lo que fueren, han desarrollado una acción de esta naturaleza, desde que, lanzada al mundo la noticia de su aparición, dieron lugar a muchos rumores y presagios nefastos”.

La agitada ola platillista En esos días, algunos científicos consultados se inclinan por explicar los fenómenos reportados como instrumentos de meteorología (globos sondas), 102

meteoritos, y hasta acumulación de aire radiactivo flotando de un lado a otro del país (La Prensa, 12/7). Caso 02. Córdoba (Córdoba) Julio 12: A las 23 horas, desde el centro de la ciudad, algunas personas ven desplazarse rápidamente por el firmamento un disco rojo hacia el sudeste. No faltan quienes opinan que la estela que deja era propia de un avión a propulsión a chorro, y otros, que se trataría de un aerolito. Fuera de la controversia, el fenómeno pasa desapercibido para la mayoría (La Razón, 15/7).

Curiosamente, el episodio de Córdoba se convierte en la única noticia de un caso argentino que no menciona la posibilidad que pudiera tratarse de un plato volador. El próximo, ocurrido en Buenos Aires, incluye un comentario más tranquilizador, aunque anima la polémica. Caso 03. Buenos Aires (Capital Federal) Julio 13: Después de comentar que “lo único aceptable hasta ahora es que se trata de globos sondas”, el vespertino Noticias Gráficas, señala que “esta mañana, nomás, una voz masculina nos aseguró, por teléfono, que acababa de pasar, a la altura de (barrio) Villa Crespo, un plato volador”.

El omnipotente dios olímpico Zeus, con sus rayos, lanza desde su morada platillos sobre la Tierra (Crítica, 12/7/1947). 103

El periódico reconoce que “la imaginación tiene mucho que ver en la aparición de los fenómenos que asombran colectivamente (aunque), de todos modos, sigue en pie el fenómeno, lo que da pasto a las conversaciones, los cálculos y las conjeturas”. Junto a ellas, empiezan a generarse testigos locales. “Hay mucha fantasía pero algo de verdad en la aparición de los famosos platos voladores”, parece responder La Razón, del 15 de julio, en el encabezado de un artículo. Caso 04. Buenos Aires (Capital Federal) Julio 15: Tripulantes de un buque polaco anclado en Puerto Nuevo, informan a la Prefectura Nacional Marítima que a unas tres millas de la costa habían divisado un “avión” que parecía precipitarse en el Río de la Plata alrededor de las 10.00 horas, observación compartida por muchos obreros portuarios. Asimismo, en el Ministerio de Aeronáutica se recibe una información de Prefectura del Puerto de Montevideo, en el que se menciona un posible accidente de aviación a unos 50 km. de la costa argentina. Dispuesta una intensa búsqueda de varias horas mediante lanchas y aviones sobre una amplia zona del río, no pudo hallarse rastro alguno del presunto accidente (El Mundo, 31/7/1962).

Escenario donde ocurre la presunta caída en aguas del Río de la Plata, de un avión, ora platillo, el 15/7/1947. 104

Dando pábulo a los más variados comentarios entre los pobladores de Fuerte General Roca, con fecha 17 de julio, se conoce con alguna demora el siguiente episodio: Caso 05. General Roca (Río Negro) Julio 6: El agricultor Mario Talebi, italiano, de 61 años, que trabaja el lote chacra 151 del departamento de General Roca, habría visto el domingo 6 de julio, a las 9 horas, seis de los llamados discos voladores, los que tendrían unos 30 cm de diámetro (La Nueva Provincia, 18/7). Según Clarín, 19/7, el hecho se produjo en la mañana del 18 (posible error), en circunstancia en que el colono se asoma para presenciar la lluvia generosa que caía en los campos de su chacra, teniendo la novedad de hallarse frente a un plato volador surcando el cielo con rumbo hacia el sur.

El caso siguiente es difundido por numerosos medios periodísticos, y se trata de una de las pocas minuciosas noticias producidas durante ese año. Hasta el diario Crítica destaca en esa ciudad a dos redactores y un fotógrafo: Caso 06. Balcarce (Buenos Aires) Julio 18: Alrededor de las 6:08 y en medio de una tormenta, el oficial de policía Juan Félix Goñi advierte un misterioso disco rojo y destellante que, procedente del norte, se agranda al aproximarse al cenit y se pierde como empujado por el viento rumbo al oeste. Llama a sus subalternos, seis o siete agentes, y juntos avistan el disco de regulares proporciones. Momentos más tarde observan una bandada o “manga” compuesta por 50 o 60 discos que se dirigen a gran velocidad con rumbo al sur, similares al anterior (El Liberal, 19/7).

Vecinos que tienen su domicilio en otras zonas cercanas a esa localidad dicen haber observado el mismo y raro fenómeno. “Consideramos llegada la hora –comenta el matutino Clarín (19/7)– de prestarle toda la atención que merece, descartada la posibilidad de que lo visto en Balcarce sea pura alucinación de unos agentes con sueño”. Menos entusiasta y habitualmente escéptico, La Nación (20/7) titula: “Nada confirma que en Balcarce viesen platos voladores”. La mayoría de las crónicas transcriben los hechos con cierta ligereza, picardía o pizca de broma y, en lo posible, dejando deslizar alguna extravagante conjetura sobre un tema del que está todo por decir. Los 105

humoristas gráficos hallan un nuevo objeto para dispensar la sonrisa en los periódicos, y “los platos de moda” aluden a la vajilla, a las papas y tomates; a las irritadas esposas, a los indigentes y proletarios, y al buen gourmet. En ese contexto, complacientes por superar la imaginación de Orson Welles, asoman las naves interplanetarias. Caso 07. Olavarría (Buenos Aires) Julio 20: Dos días después, a las 18 horas, varios testigos observan un cuerpo circular, moviéndose en zigzag con dirección norte-sur durante cinco minutos (La Razón, 22/7). Caso 08. Tartagal (Salta) Julio 20: Y en la misma fecha, alrededor de las 14 horas, se ven sobre esa zona numerosos platos voladores, pudiendo notar que uno de ellos se abre como un ‘capullo’, rompiéndose, y dejando caer en el espacio algo así como copos de algodón, perdiendo sus esparcidos fragmentos. Se asegura que “el raro fenómeno ha conmovido a toda la población, habiendo sido visto por gran número de personas que ahora se han desplazado hacia las calles y lugares abiertos en la esperanza de que la visión vuelva a repetirse” (La Capital, 21/7).

Las crónicas transmiten un clima de expectación, de inquietud y suspenso. Nadie puede deparar qué iría a ocurrir, ni cuándo ni dónde se tendría el privilegio de volver a ver a los platos voladores. Pero ellos estaban aquí y, sin saberlo todavía, habrían de instalarse definitivamente en la cultura popular del siglo XX. Caso 09. Oclayas (Jujuy) Julio 22: Los platos voladores aparecen en esa pequeña localidad jujeña, siendo avistados por dos testigos, quienes aseguran que se trata de “discos de gran luminosidad, que se desdibujan antes de llegar a tierra” (Noticias Gráficas, 1/8). Caso 10. Rosario (Santa Fe) Julio 22: A las 21:50 horas, gente que estaba apostada en la esquina de las calles Maipú y Rioja, logra ver a unos treinta grados sobre el horizonte, “un disco blanco de luz muy viva que pasaba ondulando en zigzag, y que estaba impulsado con una velocidad casi vertical”. Para otros, iba de norte a sur, moviéndose en ondulaciones pronunciadas. La escena duró menos de un minuto y se reprodujo poco después, aunque el disco había decrecido de tamaño y se hallaba a gran altura (Noticias Gráficas, 23/7). 106

Da la impresión que este tipo de fenómenos podrían ser fácilmente explicados, atendiendo su baja extrañeza, más aún si en esas ocasiones se hubiere consultado a los expertos. En cambio, la palabra “plato volador” los define por sí mismos, dejándolos en un gran interrogante del cual se nutre la imaginación del lego y la letra del periodista. Caso 11. Punta Alta (Buenos Aires) Julio 23: La presencia de un disco o estela luminosa se observa a eso de las 7 horas de la mañana y apenas difundida la noticia, se constituye en el comentario obligado de la jornada. Varias han sido las personas que ven la masa luminosa y, a decir de una de ellas, tenía la forma de un arco, dando la impresión de ser un pequeño cometa, de cabeza blanca y cola roja, transformándose en una estela azulada y luego blanca, desapareciendo, más o menos sobre Ciudad Atlántida. Llevaba dirección de norte a sur y al parecer no estaba a mucha distancia de la tierra, produciendo una fuerte luz y cruzaba el espacio a mucha velocidad. Otra de las versiones es suministrada por Alberto O. Sarco, quien da la primera información, manifestando que la parte delantera es como un cuadrado con los colores azul y blanco, de unos 30 cm de lado, en cuyo centro presenta una figura roja, de forma de corazón y la cola, de unos 30 cm, era azul. Dicho observador añade que emite como una luz eléctrica y pequeños rayos (La Nueva Provincia, 24/7). Caso 12. Bahía Blanca (Buenos Aires) Julio 23: Apersonados en la redacción de un matutino local, los marineros Leonardo Leguiza y Raúl Malgor manifiestan haber observado uno de “esos discos andariegos” desde la intersección de las calles Castelli y Roca, esa noche a las 21 horas (La Nueva Provincia, 24/7).

El periódico bahiense introduce al lector en los casos recién citados con el siguiente comentario: “La cuestión de los platos voladores se está poniendo de moda, con la misma popularidad que alcanza todo lo novedoso y fuera de lo común. Desde que por primera vez se dijo que los norteamericanos estaban perplejos por las mismas apariciones de los no menos misteriosos platos bajo el cielo de su país, han empezado a aparecer en las más distantes y opuestas latitudes”. Caso 13. Buenos Aires (Capital Federal) Julio 24: En el barrio Villa Devoto, Dña. Guillermina N. de Baldonedo describe: “Estando en la puerta de mi casa 107

(calle San Nicolás 4236) vi de pronto ante mí en el cielo, por encima de los árboles, una cosa redonda, iluminada y grande (...); parecía una gran luz de bengala”. Luego, el plato se fue alejando y descendiendo hasta desaparecer detrás de unos árboles (Noticias Gráficas, 1/8). Caso 14. Sierras Bayas (Buenos Aires) Julio 24: El vecino Pedro Messina informa que mientras se hallaba jugando al fútbol junto a unos amigos en las afueras de la villa industrial, los improvisados deportistas detuvieron la práctica para contemplar el paso de lo que inicialmente creyeron era un avión. Descartada esa posibilidad, coincidieron en que se trataba de un plato volador, del que tanto habían leído. Era una especie de disco, que volaba a gran altura y brillaba cual si fuere un reflector (El Popular, 27/7).

Mientras la emblemática figura del gobierno justicialista Eva Duarte de Perón realiza una histórica gira europea, que iría a durar dos meses, los periódicos y noticieros radiales alternan las informaciones con episodios platillistas que causan asombro, incredulidad, ansiedad y sarcasmo. Caso 15. Pehuajó (Buenos Aires) Julio 24: Juan Arigues es un viejo poblador que relata, con cierta sorna paisana, haber visto un plato volador. El jueves 24, pasadas las 20:30 horas, salía de su casa cuando nota un raro resplandor en el cielo. De pronto advierte un plato que vuela hacia el norte, a unos sesenta o setenta metros de altura, de coloración clara, con reflejos eléctricos. “Lo distinguí con toda nitidez -asegura-, y no me cabe la menor duda: era un plato” (Crítica, 25/7). Caso 16. Bahía Blanca (Buenos Aires) Julio 24: Horas después, poco antes de medianoche, Juan Domingo Calabresi, hombre profundamente supersticioso, que trabaja como quintero en las inmediaciones del cementerio, se halla en plena tarea rural cuando se siente impresionado por un silbido “que sonó súbito como la noche de la morte”, dijo. Al alzar la vista, ve trece platos voladores que marchan hacia la ciudad y como si descendieran, siguiendo a unos cincuenta metros de altura la línea de la carretera. Calabresi de inmediato se refugia en su casa y monta guardia frente a su ventana, pero no vuelve a avistarlos (Ibíd., 25/7). Caso 17. Mar del Plata (Buenos Aires) Julio 27: El domingo 27 a la una de la madrugada, dos aficionados a la pesca se hallan en una barranca practicando su deporte favorito cuando ven aparecer en el horizonte, mar adentro, “una extraña 108

fulguración, que avanza hacia la costa a gran velocidad y se transforma, vista desde más cerca, en una masa ígnea, compuesta por grandes discos que giran vertiginosamente”. Esa masa despide destellos blancos y azulados, semejantes a las chispas que produce una descarga eléctrica. Al llegar cerca de la costa, cambia de dirección para dirigirse hacia Camet e internarse en la zona que ocupa la Escuela Antiaérea. Según los reportes, allí habría sido vista por dos soldados, quienes declaran a sus superiores que de madrugada -dos horas de diferencia con la indicada por aquellos- ven internarse rumbo a Balcarce tres o cuatro discos voladores (La Capital, 27/7; Noticias Gráficas, 1/8).

El asunto es tratado con mayor seriedad cuando los informes provienen de testigos con alguna preparación técnica o científica, y también, cuando involucra a militares o policías. Tal vez, más allá de poder determinar sus aspectos técnicos, por la sospecha que los platos voladores tendrían que ver con la seguridad. Vale decir, una amenaza para la humanidad, sea de naturaleza cósmica o humana (producto o secuela de la liberación de la energía atómica, nuevas armas secretas, etc.). Caso 18. San Martín (Mendoza) Julio 28: Finalizando el mes, el lunes 28 a las 08:45 horas, estos fenómenos reaparecen en San Martín. Es un disco muy brillante -aseguran-, que marcha a unos cien kilómetros por hora (Caras y Caretas, (12)/1947).

La actividad platillista iría a reducirse, aunque temporalmente, casi tan de súbito cómo se inicia. Las estadísticas señalan que la mayor parte de las denuncias registradas se concentra en el mes de julio, en un lapso de apenas 17 días. Caso 19. Río Cuarto (Córdoba) Agosto 5: “La fiebre de los platillos volantes invade también nuestra ciudad -dice El Pueblo, del 6/8-, ya que ayer tarde se vio en el cielo un objeto redondo a mucha altura, que brillaba y se dirigió hacia el oeste. Numerosos paseantes indicaron a esta redacción que el objeto no emitió ruido; por lo que descartaron se tratara de un avión bombardero”.

Transcurren algunos meses cuando se produce el último informe. Caso 20. Buenos Aires (Capital Federal) Octubre 22: Los maestros y alumnos de la escuela fiscal nº 27 ubicada en Caracas y Álvarez Jonte, en el barrio La 109

Paternal, mientras izaban la bandera, ven durante varios minutos y a gran altura una forma esférica y plana que vuela velozmente rumbo al sudoeste (Hogar, 19/11/48).

Los platos que no volaron Al igual que en otros países, aparecen inventores de platos voladores. Uno de ellos fue Juan Baustista Leone, de la Escuela Nacional de Bellas Artes, quien estando en Mendoza por 1940, idea un artefacto de elevación a hélice, que perfecciona luego, impulsado mediante un cohete. Leone quería abrir nuevos rumbos a la aviación. Este apara- Juan B. Leone con su aparato ideado en 1940 obtuvo proverbial fama en 1947. “El plato volador, to lo presenta en 1944 al que causa el asombro del mundo, sería invento arArsenal de Guerra, pero gentino”, llega a sentenciar La Razón del 24 de comprueba que su interés julio de 1947. se ve disminuido por la existencia de las famosas V-2, con las que Alemania soñó dominar al mundo. El inventor trabajó en su idea de convertir el primitivo “plato” en un avión en forma de fuente que acciona por una hélice central, y con hélices entubadas por expulsión de aire. Tal es el proceso criollo del plato volador que obtuvo su fama en 1947 (La Razón, 24/7). Por su parte, Julio F. Ruiz, mecánico de la Dirección de Correos y Telecomunicaciones, sostiene que “el disco volador es una realidad argentina desde 1941”. El giro-plano consiste en un disco con las propiedades del aeroplano, con propulsión a motor, ascensión vertical y horizontal, timón de elevación y profundidad en el alerón-disco 110

rotativo, asignándole mayor velocidad que los aviones convencionales. También él habría entregado su invento a las autoridades militares para fines pacíficos (Noticias Gráficas, 13/8). Tanto Leone como Ruiz descartan que los platos voladores vistos en los cielos del mundo sean los que ellos han ideado. Lo que está fuera de dudas es que la búsqueda de la forma de plato o disco para las aeronaves se hallaba en su apogeo. Momentos en que se popularizan los famosos platos voladores como una expresión de la nueva tecnología. Las hipótesis en los años cuarenta En la agitada búsqueda por hallar una explicación de los fenómenos –se dice– son delineadas hipótesis que, a las horas, terminan siendo destruidas por otras. Sin embargo, la historia de los platos voladores tiene un origen militar y dataría de 1944, cuando la Real Fuerza Aérea británica creyó hallarse en presencia de una avanzada arma secreta: los foofighters, término utilizado por los pilotos anglosajones para referirse a unas pequeñas y extrañas esferas luminosas que solían acompañar a sus aviones en vuelo. Aún así, a mediados de 1943, cuando numerosos vecinos de Río Cuarto notan la presencia en el cielo de un curioso objeto redondo de color aluminio que se desplaza de sur a norte, a regular velocidad, algunos de ellos piensan que se trataría de armas secretas provenientes de los países del Eje, probándose en latitudes argentinas (El Pueblo, Río IV, 7/43). Todas las presunciones no resultaron azarosas, teniendo en cuenta el pronunciado desarrollo aerospacial que podría definir la guerra, en particular, durante los últimos años. Pero al tiempo en que se acallan las últimas baterías y ceden los secretos militares, no se halla ninguna evidencia que corroborara la presunción generalizada. Recién entonces, comienza a trascender en los niveles populares, y de ahí –tibiamente–, a las esferas científicas, menos herméticas pero algo reservadas por la prudencia que las caracteriza. 111

El fenómeno visto por Arnold en 1947 encuadraba perfectamente con las ideas preponderantes. Él mismo piensa en ese momento que podría tratarse de una nueva avanzada de aviones. Quizás, un arma bélica propulsada con energía atómica. Las sospechas recaen sobre el ejército y la marina norteamericana. Pero muy pronto se extienden a los soviéticos, e incluso a los ingleses y alemanes. Una humanidad saliendo de una guerra, y un pueblo empezando a vivir la paranoia de la invasión comunista y la más fría de todas sus guerras, no miraría con indiferencia cómo presuntas aeronaves surcan los cielos. Tal vez por el miedo a una agresión de una potencia extranjera, lo cierto es que la aviación norteamericana ha reconsiderado varias veces sus puntos de vista sobre los extraños objetos volantes y quizás los únicos en tomar el asunto seriamente. Preocupados por las armas secretas de alguna potencia agresora, es plausible suponer que los platos voladores pudieren ser una amenaza. De hecho, siguieron con legítimo interés –a través de proyectos secretos– el posible desarrollo de la actividad atómica en la Unión Soviética. En los Estados Unidos, fuente primordial de las noticias sobre platos voladores, el tema es tomado dramáticamente. El creciente estado de angustia queda reflejado en numerosas crónicas y comentarios que se transmiten a todo el mundo por las agencias periodísticas. Las mismas empiezan a reproducirse en la prensa argentina durante los primeros días de julio de 1947 (especialmente, después del domingo 6), por cables originados en Portland, San Francisco, Washington, Chicago, Dayton, Nueva York y otras ciudades de ese país. El 9 de julio se publica en varios diarios, a través de la agencia UPI, del día 8, la sucinta noticia del hallazgo de un “platillo volador” caído en un establecimiento ganadero cerca de Roswell, Nueva México (La Prensa, 9/7). Al día siguiente, la agencia Reuter se ocupa de informar que “ha resultado ser sencillamente uno de los globos-sonda usados por las estaciones meteorológicas” (La Nación, 10/7). En cambio, en la Argentina, lejos del flagrar de la guerra, el asunto es tratado en general con ligereza y la broma apagó toda reflexión. Los 112

platillos, por entonces, no son más que una curiosa novedad que concita la atención y dispone a observar el cielo en espera que se repitan esas maravillas. La frase intencionada, el apodo gracioso, opacan de algún modo el fenómeno. Transcurridos los días, los ocultistas y metapsíquicos en tono profético, y los periodistas un poco en broma, echan a rodar que La humanidad que tarda en superar los traumas de guerra, muy pronto ve en los platos voladores la podrían ser vehículos de posibilidad que se trate de mensajes de otros plaprocedencia extraterrestre. netas buscando contacto. Así lo supone Clarín, del “¿Llamados de otros 13/7/1947, mostrando la primera fotografía de los planetas?”, titula en for- ignotos objetos que fuera publicada en los diarios ma interrogativa un artí- argentinos. culo de Clarín, el 13 de julio. Más que nunca, los novelistas reencausan a sus lectores en las asombrosas aventuras y viajes fuera de la Tierra, en platillos voladores. Y la idea prende en el público. En los albores de la fraternidad universal Empieza a configurarse una suerte de conciencia astronáutica expectante sobre presuntos artefactos extraterrestres, basada más en el saber popular que en la escasa información propiciada desde los centros científicos, aún más por la cautela de una época a la defensiva, de silencios y temores mutuos, de armas secretas y de servicios de inteligencia. Se sabe poco sobre los platos voladores, aunque todo el mundo sepa –cualquiera fuere su origen– que están ahí. 113

Los habitantes de otros planetas –aseguran– nos envían mensajes buscando contacto con nosotros. El motivo resultaría el mismo para quienes están convencidos que “los discos o platos voladores son, en realidad, entidades astrales que se han mostrado en determinados momentos y en diversos lugares del mundo a personas que han actuado en ese instante como médium espontáneos”, como afirma un espiritista que utilizaba el seudónimo hindú Prana Maya. “Es fácil suponer –continúa– que se trata de un serio llamado de atención a la humanidad en instantes que se apresta a emprender la guerra atómica que arrasaría la Tierra (...); se trata de un llamado a la cordura: de un mensaje a la razón. Los platos voladores han escrito en el cielo de nuestro planeta el anhelo divino en esta hora crucial del mundo, sintetizado en una sola, expresiva, angustiosa y honradamente determinativa palabra: ¡Paz!” (Noticias Gráficas, 12/8).

Los platos voladores tienen el significado de llamar a la cordura del hombre en momentos que se habla de la posibilidad de la guerra atómica, pudiendo señalar el principio del fin de la humanidad (Noticias Gráficas, 12/08/1947).

Y el llamado es escuchado, finalmente, por contactados que presienten la proximidad de una catástrofe final, asegurando recibir el mensaje de los nuevos enviados, los míticos seres de la luz. 114

Un ejemplo lo ofrece el apodado sensitivo Alejandro Kon, quien dice haber comenzado en 1947 a recibir revelaciones telepáticas de un “maestro de la sabiduría cósmica” procedente del mundo superior espiritual, en torno a los platos voladores y al futuro de la humanidad. Estos objetos que, a decir de Kon, se encuentran en manos generosas “para evitar la destrucción de nuestra humanidad, bloquear los elementos bélicos, así como también neutralizar los explosivos nucleares...” (A. Kon: La verdad revelada..., pg. 19/27). Algunos años después, mensajes de un modo u otro parecido son atribuidos a la denominada hermandad cósmica, y propagados por varios clarividentes y espiritistas. Pero ya en 1947 se publican los comentarios de Mr. Harris Haywater, perteneciente a The Unknown’s School (Escuela de lo Desconocido, o incógnito), de California, quien afirma tener “informaciones fidedignas de varios hermanos” asegurando que los platos voladores “serían mensajeros de otros mundos que se materializan para prevenir al mundo del gran peligro”. Para William Burgmeister, de Oklahoma, los platillos nos advierten de una guerra que se aproxima. “Creo que son mensajes provenientes de Saturno –asegura– (cuyos seres) están angustiados por nuestra suerte” (Crítica, 12/7). La semilla del mesianismo platillista, o hermandades del espacio es arrojada. Para otros, los platillos vistos surcar el cielo del mundo no son espíritus materializados que desean advertir a la humanidad doliente de un grave peligro. Tampoco naves aéreas, ni una nueva arma bélica destinada a superar los instrumentos de destrucción ya existentes, sino parte de una campaña del gobierno norteamericano en materia armamentista*. * No sería casual que en 1950 se haya conocido la opinión favorable del mayor I.M. Donald Keyhoe, quien se convertiría en una de las figuras más encumbradas del movimiento pro-platillista, al afirmar públicamente que “los platos voladores son naves interplanetarias y proceden de otros mundos”. Los etistas se vieron fervorosamente alentados en sus propósitos por esas declaraciones, que fueron seguidas por otras, en letra más pequeña: “Ante la presión pública el Congreso indudablemente autorizaría enormes partidas para investigaciones respecto a viajes interplanetarios, haciendo énfasis en armas especiales contra un posible ataque de los platos voladores” (del libro de D. Keyhoe: Platos voladores de otros mundos, p. 140/147). 115

Por añadidura, la observación de extraños fenómenos y las subsecuentes lucubraciones sobre visitantes extraterrestres que se les atribuyen, servirían para distraer o encubrir accidentes y pruebas de índole militar. Globos y bólidos del espacio sideral Sin embargo, los científicos suelen ver el problema desde otra perspectiva y rara vez son consultados. El Dr. Ramón Enrique Gaviola (1900-1989), director del Observatorio Astronómico de Córdoba, constituye la excepción, aunque sus ideas difieren del sentimiento del público. Para el acreditado astrónomo, “los platos voladores son simplemente globos sondas, de los que se usan en meteorología...” (Crítica, 12/7). La mayoría de los científicos sociales se inclina a pensar que se trata de un fenómeno de sugestión, El eminente científico Ramón E. Gaindividual o colectiva. El tema des- viola es una voz autorizada y de frepierta curiosidad, atención, interés cuente consulta sobre los fenómenos celestes. y el deseo de ver aquello que se dice que es. Lo extraño se convierte en la realización del deseo. Mientras se tejen infinidad de hipótesis, el ensayista Ladislao Szabo del semanario ¡Aquí Está! (28/7) sostiene didácticamente que “los platos voladores son viejos conocidos” –según reza su título–, proponiendo entre la diversidad de conjeturas y con cierta verosimilitud, que los relatos sobre apariciones de platos voladores ofrecen una notable semejanza hasta en sus menores detalles con la descripción de los bólidos, 116

meteoritos y aerolitos provenientes del espacio sideral. Los mismos que en la antigüedad han dado lugar a leyendas y supersticiones, siendo un signo profético y objeto de veneración. II. LOS DISCOS VOLADORES EN CHILE Aunque se conocen algunos registros anteriores a 1947, tras el legendario avistamiento que le diera nombre a los insólitos fenómenos del espacio, Chile tiene su primera aparición dos semanas después de la observación de Mount Rainier. A las 21,30 horas del 7 de julio de 1947, en Algarrobo (Valparaíso), son observados tres inusuales objetos con forma de “lunas” volando de oeste a este, causando gran conmoción. El episodio inaugura una serie de observaciones similares. Según se afirma, el histerismo originado por los supuestos platos voladores ha llegado hasta Chile, pues, conforme a un cable de la agencia de noticias United Press International (UPI), un mecánico de aviación y el jefe mecánico de una línea de ómnibus “han visto dichos aparatos volando sobre el aeródromo de Los Cerrillos”. Al mediodía del 9 de julio, estos testigos aseguran haber visto, aunque inmóvil, un disco ovalado en el cielo (La Ercilla, 15/7). Por su parte, la oficina meteorológica del aeropuerto de Los Cerrillos desmintió la información de prensa (Últimas Noticias, 10/7). Al día siguiente nuevos testimonios aportan elementos para el asombro. En el Parque Cousiño (Santiago) es avistado un objeto circular desplazándose de este a oeste, según La Nación de Santiago del día 11. El mismo periódico chileno reproduce el 12 de julio un documento fotográfico obtenido un par de días antes desde la terraza del Observatorio del Salto, en el Cerro San Cristóbal (Santiago), que pareciera ser la confirmación del paso de discos voladores sobre el territorio andino, aunque su director Julio Bustos Navarrete, señala que “puede corresponder también a un meteorito”. 117

Agrega que ese observatorio ha recibido alrededor de quince informes sobre aparición de estos discos, pero que para tener valor científico “deben ser efectuadas de acuerdo con un estricto control y comprobación”. Aún así, en opinión del astrónomo, constituyen indi- Fotografía de un supuesto “plato volador” obtenida desde el cerro San Cristóbal, Santiago, el 10 de julio de 1947. cios de “una nueva arma aérea de alguna potencia que está realizando experiencias a gran escala, sobre toda la superficie del planeta para reproducir una guerra de secretos y demostrar lo que sería una guerra atómica en el futuro, si estos discos volaran cargados con bombas atómicas o bombas de bacterias o ultravirus”. Aumentando el desconcierto, luego de tan inquietantes declaraciones, la edición del 22 de julio señala que don Julio Bustos Navarrete afirma que “no hay platos voladores, sino meteoritos, vulgares y corrientes, como los que todos han visto desde niños, sin darles otro significado que el que le asigna la creencia popular: mientras dura su luz atravesando el cielo hay que pedir tres cosas”. Y dice que sus 300 observadores desde Arica hasta Magallanes, “demuestran categóricamente que el 98% de los discos voladores son simples meteoritos y el 2% restante han sido casos de sugestión colectiva...”. ¿Precipitado cambio de opinión, o error de los medios informativos? Algo más para el misterio. 118

Efectos psicológicos Del mismo modo a lo que ocurre en los países de la región, Chile recibe numerosos cables de las agencias internacionales de noticias en torno al novedoso fenómeno. En ellos se transfiere la incertidumbre y las controversias desatadas mundialmente, con énfasis en todo cuanto sucede en los Estados Unidos. “Se trata de un invento aún no perfeccionado, o de ilusiones o fantasías?” (8/7), “¿Son llamados del planeta Marte, los discos voladores?” (17/7), se pregunta a modo de encabezamiento de notas La Nación, de Santiago. La primera es tratada con seriedad, la segunda –en franco tono de broma– resulta una publicidad de Sastrería Corona. El 10 de julio el mismo periódico publica una interesante noticia de la UPI, firmada por Paul F. Ellis, en el cual señala que tres hombres de ciencia dicen que la historia que se ha producido en los Estados Unidos a propósito de los “platillos voladores”, podría significar que en caso de una guerra con bombas atómicas o con cohetes contra Estados Unidos, las bajas psicológicas norteamericanas serían mucho más numerosas que las víctimas producidas por las explosiones mismas. En efecto, uno de estos expertos, el doctor Edward Strecker, director del Hospital de Filadelfia para enfermedades mentales y nerviosas, califica a muchas de las informaciones recibidas sobre platillos, de síntomas del estado conocido como receptividad patológica. “Es posible que algunas personas hayan visto algo”, siendo probable que esto les haya conducido a falsas interpretaciones o a ilusiones ópticas. Otro experto en conducta humana, señala que existe cierto tipo de histeria colectiva que está latente en todos los seres humanos y que el asunto de los platillos, podría ser un ejemplo en pequeña escala de lo que pasaría si cayera una bomba en los Estados Unidos, y si verdaderos cohetes –en alusión a los V-1 y V-2–, procedentes de algún país extranjero, empezaran a cruzar zumbando los cielos norteamericanos. El especialista advierte que no sería necesario arrojar bombas atómicas en las grandes ciudades. Tal vez bastarían los efectos psicológicos de las 119

bombas arrojadas en los suburbios, para volver a la nación incapaz de defenderse. Un tercer científico –un famoso astrónomo, que trabajó en la bomba atómica–, dice: “La histeria que vemos ahora, acerca de estas informaciones, no sería nada comparada con la que sucedería si realmente empezaran a caer en este país bombas u otras armas destructivas”. Esos extraños objetos volantes Como si estuvieran ajenos a tanta preocupación, los platos voladores continúan sus incursiones en Chile. De acuerdo a El Mercurio (13/7), el 11 de julio los platos vuelven a aparecer, esta vez, uno por la tarde en Valdivia moviéndose de norte a sur, y otro de forma oval en horas de la noche en Alcones (Colchagua), en dirección oeste. Cercano al mediodía del sábado 12 un objeto discoidal, da la impresión de descender en forma de hoja muerta, hacia el sur del Volcán Calbuco, en Puerto Montt (Llanquihue). Se informa que la población se encuentra alarmada ante estos extraños fenómenos, y que los comentarios van en aumento. El domingo 13, en la comuna “María Pinto”, en Los Potrerillos (Santiago), se observa el lento desplazamiento de un objeto en forma de plato o cilindro truncado sobre la línea del horizonte (Ufo-Chile, nº 3, enero 1968). Ese día los platos voladores también llegan a Santiago, siendo vistos pasar a gran altura y velocidad, dejando tras de sí una luminosa estela. Simultáneamente numerosos personas en el camino que conduce a Puyehue, advierten un meteoro que demora unos veinticinco minutos en cruzar el cielo, de norte a sur. Esta noticia es comunicada a la Dirección General de Carabineros, por el mayor de Carabineros Francisco Riffo Espinoza, testigo del fenómeno junto a su esposa. Muchos son los que aseguran haber estado observando en toda la región raros aerolitos. Las noticias fueron divulgadas por los diarios chilenos La Nación y La Prensa (14,15, 28/7). 120

Los platos voladores son motivo de interés Inquietos por el aumento de las observaciones, los funcionarios de la Embajada de Gran Bretaña solicita del Observatorio del Salto fotografías de los meteoros que han cruzado el cielo chileno, para ser remitidas a Inglaterra. Y a su vez, los aficionados a esta clase de espectáculos celestes son por entonces autorizados a pedir las informaciones e instrucciones que necesiten al mismo Observatorio para no perder el cuadro emocionante que les depare el paso de los platillos. A mediados de julio las noticias sobre avistamientos se incrementan notablemente. El periódico decano de Santiago El Mercurio se hace eco de nuevos testimonios. En la madrugada del 14 de ese mes, entre Temuco y Maquehua (Cautín) un gran disco luminoso es visto desaparecer entre las nubes. Y por la noche, a las 20,20 horas, a la altura de Caldera y Huasco (Atacama), es percibido desde un barco un objeto luminoso de un diámetro aproximado en 5 metros moviéndose en dirección noroeste (El Mercurio, 16/7). El 17 de julio las observaciones recrudecen en la región central, según las noticias publicadas en los diarios La Hora, El Mercurio, y La Nación. Éste intenta describir por esa fecha las expectativas vividas en Chile en torno a los platillos: “La sensación de los últimos días han sido los discos voladores y todos –contagiados tal vez por la noticias venidas de distintas partes del mundo–, miramos el espacio con más frecuencia que nunca, para ver si advertimos el extraordinario fenómeno”. Esa mañana un objeto de apariencia desconocida incursiona en la bahía de Valparaíso. Poco antes del mediodía fueron muchas las personas que logran satisfacer su curiosidad, cuando dos platos voladores de gran luminosidad cruzan sobre la ciudad de Valparaíso. El hecho lo testifican carabineros de la Primera Comisaría de Playa Ancha, el personal del Faro Punta Ángeles, miembros de la oficina meteorológica y funcionarios aduaneros. Pasado el mediodía, el misterioso objeto con forma de globo es fotografiado en San Antonio (Santiago). La ola de reportes sobre observaciones continúa con la registrada el 21 de julio en proximidades de la Estación Cajón (Cautín), en donde 121

el maquinista y el fogonero de un tren de carga describen el veloz descenso “en picada” desde el oeste de un punto brillante en dirección a la máquina, dando la impresión que les iría a chocar, se detuvo en el espacio, para reanudar la maniobra anterior, remontándose finalmente tras una aureola de luz (El Mercurio, 23/7). El 23 de julio, a las 22 horas, en Frutillar (Llanquihue) dos testigos aseguran haber visto un disco de luz platinada y fuerte movimiento ondulante y vertiginoso, hasta perderse en la cordillera tras el volcán Puntiagudo (El Mercurio, 25/7). También el 2 de agosto de 1947, año inaugural de los platillos, habría ocurrido el mítico y fantasioso episodio del Lancastrian Star Dust, avión de pasajeros presuntamente desaparecido por obra de los platos voladores después de sobrevolar los Andes y cuando iba a tomar tierra en el aeropuerto de Santiago, recibiendo de él –según el relato del novelista devenido en ufólogo A. Ribera– la enigmática palabra “Stendec”, antes de desaparecer (A. Ribera: Objetos desconocidos en el cielo, p.65). Un inventor de discos voladores En esos días de julio de 1947 una noticia adquiere gran notoriedad. W.H.S. Ashlin fue un aviador de la primera guerra mundial al servicio de Inglaterra y se atribuye el haber inventado los ahora famosos platos voladores. Según afirma, en 1940 habría ofrecido a su patria el invento con fines bélicos, pero su oferta fue desechada por las autoridades militares británicas. Desairado por semejante actitud, el súbdito británico avecindado en Valparaíso, no dudó en poner en manos del Comandante en Jefe de la Guarnición Militar, del Ejército de Chile, los planos y la fórmula de los platos voladores por especial deferencia de su inventor (La Nación, 19-21/7). Después de estas noticias, el tema decae y la prensa no se hace eco de nuevas apariciones. Cuando se sospechaba que los platillos no 122

volverían a ocupar las primeras planas, tras un silencio de tres años, las observaciones en Chile irán a recrudecer, acompañando –como será costumbre– la ola producida en otras regiones del mundo. III. LOS DISCOS VOADORES EN BRASIL La extensa geografía brasileña, asiento de una cultura en donde lo maravilloso no escapa a lo cotidiano, es el escenario donde se registran algunos de los primeros informes sudamericanos de platos o discos voladores. Dos semanas después de la clásica observación de Kenneth Arnold, el vespertino paulista À Noite informó que los habitantes de Presidente Bernardes, en el interior del Estado de São Paulo, se muestran inquietos a causa de la aparición de discos voladores, los cuales habrían sido vistos el 8 de julio sobre esa localidad ubicada a unos 60 kilómetros del río Paraná. Según varios testigos que dicen haberlos visto pasar a las 14 horas, uno de esos objetos se desplazaba a gran velocidad y altura, siendo su forma de media luna y de coloración aluminio. Otros declarantes lo describen como “un disco en forma de plato blanco, a gran altura” (El Diario, La Paz, 9/7). Un episodio similar ocurre días más tarde. El vespertino mineiro Diário da Tarde recibió una carta firmada por el piloto de aviación Limirio Santos informando que el lunes 14 de julio, a las 21,30 horas, logró observar junto a su copiloto, mecánico de vuelo, comisario y dos funcionarios de Panair, desde el avión PP-PBX, “un disco volador a gran velocidad sobre el Campo da Lagoa Santa, MG, en la dirección este-oeste” (Diário da Tarde, Belo Horizonte, 16/7). Esta observación habría coincidido con las registradas en Florianopolis (Santa Catarina), y en Ipanema, Río de Janeiro (Guanabara). Pero el asombro debió ser mayor cuando se conoció el supuesto incidente protagonizado por un topógrafo y los ocupantes de un platillo. 123

Curiosamente, este es el primer caso de aterrizaje con seres registrado en el mundo, tras el avistaje de Arnold el 24 de junio. El 23 de julio, al oeste de la Colônia GoioBang, Paraná, un grupo de peones pertenecientes a un equipo topográfico huyeron corriendo al oír un silbido profundo y ver un disco en el cielo. Al parecer, sólo es conocida la versión del jefe de la cuadrilla, José C. Higgins, quien –en cambio– habría decidido quedarse. Según su relato, el extraño aparato describió un círculo y aterrizó suavemente a unos 50 m. de distancia. Tenía unos 30 m. de diámetro y 5 m. de altura, y aspecto metálico blanco-ceniza. Hig- Emulado de modo parecido en todo el mundo, el epigins vio por una ventana sodio de Colônia Goio-Bang es el primer caso regisvidriada unas figuras. Se trado de un encuentro con los ocupantes de los discos. trataba de dos personas que también lo examinaban con cierta curiosidad. Transcurridos algunos segundos, una de ellas se dio vuelta, dirigiéndose hacia el interior del aparato, dando la impresión de hablar con alguien. Inmediatamente escuchó un ruido y una puerta se abrió por debajo del anillo del disco. Por allí salieron tres seres vestidos con un mameluco transparente, inflable, que los envolvía por completo. A través del mismo se las veía con camiseta, calzón y sandalias, brillantes. 124

Su apariencia era extraña. Presentaban una voluminosa cabeza calva, ojos grandes y redondos sin pestañas ni cejas, y una mochila o caja metálica en la espalda (detalle que recuerda al caso de Villas Boas de 1957). La estatura superaba los 2 m. y el testigo no pudo precisar su sexo. Hablaban entre sí “en una lengua más bonita y sonora –dice Higgins–, aunque nada entendía”. Sólo retiene dos palabras: Alamo y Orque. Se movían con gran agilidad y ligereza, formando un triángulo a su alrededor. Uno de ellos, que parecía el jefe, empuñando un tubo le hizo gestos indicándole que entrara al aparato. El azorado protagonista se aproximó a la puerta y pudo ver un cubículo, limitado por otra puerta interior. Inquieto, les preguntó adónde querían llevarlo. Comprendiendo su inquietud, uno de ellos trazó en el suelo un punto redondo cercado por siete círculos. Mostrando lo que pareció se trataba del sistema solar, señaló a Urano, como si quisieran indicar que ése era su planeta de origen. Al advertir que la luz solar incomodaba a los visitantes, Higgins tuvo una idea. Se encaminó hacia la sombra y extrajo de un bolso su billetera con el retrato de su esposa, diciéndole mediante gestos que deseaba buscarla. El ocurrente testigo se fue rápidamente del lugar sin ser detenido, y se internó en el mato, donde quedó mirando. Jugaban como niños, dando saltos y arrojando piedras de gran tamaño. Pasada media hora, tras observar detenidamente a los alrededores, entraron al aparato y, tras un nuevo silbido, se dirigió hacia el norte, elevándose hasta desaparecer entre las nubes (Diário da Tarde, 8/8/47). Como ocurrió en los vecinos países, también Brasil reprodujo la noticia de otro “inventor de platillos”. El diario À Noite reveló que Nils Chritensen, espía alemán convicto por los tribunales brasileños, ha alegado ser el “inventor original” de tales ingenios. Afirmó que durante el período de 1939 a 1941, mientras trabajaba en el laboratorio de investigaciones científicas del décimo ejército alemán, inventó los discos voladores como aparatos de observación, pudiendo ser producidos fácilmente y a bajo costo (La Razón, Asunción, 6/11/48). Aquellos pocos instantes que configuraron la casuística brasilera, aún por explorar, no serían más que la presentación de un fenómeno que se 125

enraizará definitivamente en la conciencia, y una preparación para el maravilloso espectáculo que les reservará los años venideros, persuadidos de que fuera de la humanidad existen espíritus libres de todo lazo material, criaturas inteligentes, capaces también de admirar la extraordinaria ordenación del cosmos en esta Tierra. El mito había comenzado. IV. LOS PLATILLOS VOLADORES EN URUGUAY La República Oriental del Uruguay, pese a ofrecer la peculiaridad de ser la nación de más pequeña extensión de Sudamérica, ha sido uno de los primeros países alcanzados por la onda platillista. Según un cable de la agencia AP, fechado en Montevideo el 12 de julio, algunas personas de esta capital afirman haber visto “discos voladores” en las últimas noches (segunda semana del mes), pero ningún establecimiento meteorológico ha hecho anuncio alguno al respecto. Una persona manifestó a The Associated Press que el domingo 6 de julio, en la localidad de Colón, a pocos kilómetros al norte de la ciudad de Montevideo, vio cruzar a gran velocidad algo así como una estrella fugaz de luz un poco amarillenta y de dimensiones un poco mayores que las comunes (La Nación, 13/7). Por su parte, La Tribuna Popular recoge afirmaciones de viajeros llegados de Punta del Este (Maldonado), que aseguran haber visto platos voladores desplazándose hacia el sur. La noticia es difundida también por la agencia United Press, agregando que son varias las personas residentes en el balneario de Punta del Este que los habrían visto. Expresan que en circunstancias en que viajaban en un automóvil vieron discos voladores que se desplazaban vertiginosamente en dirección sur. Añaden que en ese momento fueron ocultados por algunas nubes, pese a lo cual pudieron ver algo como una estela que los discos dejaban por algunos momentos en el cielo (Crítica, 12/7). Como si nadie quisiera quedarse atrás, ni ser menos, Uruguay sumó sus propios testimonios. Fue la gran confusión. Se le llamó la fiebre de los platos voladores. Eran ya parte del mundo. 126

V. CONCLUSIONES La perspectiva histórica propone una mirada templada, alejados en el tiempo y de las circunstancias que rodearon aquellos hechos que conmovieron por su carácter inédito, controversial y desconcertante. Época de posguerra. Situados exactamente entre los V-2 (1944) y los primeros cohetes lanzadores de satélites (1957), entre las primeras explosiones atómicas (1945) y las primeras explosiones termonucleares (1953-1954). Una sociedad que apunta a detener toda investigación en la fabricación de armas de destrucción masiva y que manifiesta –como puede leerse en las crónicas– su natural rechazo hacia la guerra, recién concluida, pero imposible de ser puesta tan pronto en el olvido. Que teme el posible desarrollo de cualquier armamento bélico, sea propio o de un país extranjero, pero que destina más del 90% de la producción aeronáutica a usos militares. El mundo asiste al fortalecimiento de la Unión Soviética y en los Estados Unidos cunde la paranoia de la invasión comunista. Se produce el desarrollo de la energía atómica y crece la amenaza del empleo de la bomba atómica frente al peligro de un nuevo invasor. Hay un clima de sospecha, preludio de la denominada guerra fría. Fantasmagoría de una conflagración total. Junto a ella, dulces sueños de conquista del espacio. Parcialmente alejada de la traumática contienda, Sudamérica recibe una profusa información emitida indiscriminadamente. La realidad mundial aparece moldeada por la prensa a través de las agencias extranjeras de noticias. Estas relatan las inusuales experiencias, e intentan transferir las impresiones. Los relatos empiezan a adquirir cierta credibilidad a la luz de las crónicas y opiniones periodísticas, pero toman una significación emocional diferente, por cuanto el contexto social actual, histórico y valorativo no es el mismo. En Argentina la presencia de los “platos voladores” plantea un desafío a la imaginación, para la cual cabe una infinidad de posibilidades acerca de su naturaleza. Sin embargo, pueden sintetizarse en las siguientes: a) un fenómeno físico ordinario (astros, meteoritos, globos), 127

b) un fenómeno psicológico (contagio o infición psíquica, y mixtificación), c) una novedad técnica perfeccionada (aeronave de alguna potencia extranjera), y d) un signo de otro mundo (extraterreno, intraterreno o de ultratumba). Cualquiera fuere la hipótesis a que se adhiera, los platillos no llegan a despertar el temor, la inquietud y la sospecha observada en otras latitudes. El tema es tratado con mayor liviandad y humor. Un humor que, en la Argentina, lleva a evocar al “plato” con el alimento, la tierra, con la pobreza y la opulencia. Los platos no logran despegar de esa realidad. Curiosamente (al igual que los demás países sudamericanos), el caso de Arnold no fue difundido apenas ocurrido, aunque sí lo fueron numerosos informes producidos inmediatamente después, en particular, originados en los territorios norteamericano y europeo. Diecisiete días después del novísimo fenómeno de Arnold –que inauguró la llamada era moderna del platillo–, se conoció la primera noticia de un avistamiento en la Argentina, cuando fueron vistos “platos voladores” en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires. No hubo temor, sino asombro, y las más disímiles opiniones, envueltas en cierto aire festivo y polémico. Alternado con reportes provenientes de distintas partes del planeta, se produjeron casi veinte informes argentinos de “la novedad de la época”. Por entonces, no se tenía una clara noción qué eran los platos voladores, más allá de una rareza en el cielo. Los periódicos contribuyeron con sus relatos y fotografías a formar una idea más definida (p. ejem., un título de La Razón, 12/7, reza: “Así son los famosos platos del día que tanto dan que hablar”, presentando dos imágenes –una fotográfica y otra artística– de los platillos). No obstante, la concepción del fenómeno (entendido como un conjunto de la más prosaica y heterogénea naturaleza) no estaba dominada por una determinada idea preponderante. Aunque la hipótesis inicial –sostenida en los Estados Unidos– se inclinaba inexorablemente por las armas secretas. Los fenómenos reportados como “platos voladores” involucra a un conjunto –como dice M. Borraz– muy proteico y heterogéneo, esto es, cambiante de formas e ideas, de diversa naturaleza. No realizamos una 128

investigación específica, vale decir, de cada uno y todos los informes reportados, pues –transcurridos cincuenta años– resultaría una tarea poco alentadora. Sin embargo, ateniéndonos a las crónicas periodísticas, no es difícil inferir en la mayoría de los casos la vana y fútil naturaleza de los fenómenos descritos. Se desprende que, por lo habitual, se trataría de cuerpos y fenómenos astronómicos, meteorológicos y físicos ordinarios. El medio social estaba expectante y se comenzaba a hablar de las naves extraterrestres, o vehículos interplanetarios procedentes de algún lugar del Universo. Aunque la ciencia-ficción despuntaría en forma organizada recién hacia 1953 con la revista Más Allá y los clásicos de la cinematografía norteamericana, en 1947 asomaban algunas novelas de autores célebres. En efecto, los novelistas trataron a menudo, en sus temas, los viajes fuera de la Tierra. Jonathan Swift, Julio Verne, H.G. Wells, entre otros, iniciaron a sus lectores en las asombrosas aventuras del más allá. Entre éstas, destacamos a Robur el conquistador de J. Verne, y La guerra de los mundos de H.G. Wells, seguida por la recordada

El 30 de octubre de 1938, Orson Welles (1915-1985) y el Teatro Mercurio, bajo el sello de la CBS, adaptaron el clásico La guerra de los mundos, novela de ciencia ficción de H.G. Wells, a un guion de radio. 129

transmisión radiofónica de octubre de 1938, que causó el pánico de millones de norteamericanos *. Mucho antes que los platos voladores hicieran su aparición en 1947, existía incluso una cantidad de novelas y cuentos de circulación masiva donde se los describía. Aunque los lectores habituales de ciencia-ficción eran una minoría –dice P. Capanna–, se había escrito el argumento básico que luego otros se ocuparían de difundir como relatos reales.

* En el otoño de 1938, una adaptación a la radio de la famosa novela de H.G. Wells,

radiada desde Nueva York, provocó el terror de millones de norteamericanos que tomaron por cierta la imaginaria invasión de nuestro planeta por los marcianos. Hadley Cantril, y otros sociólogos de la Universidad de Princeton, emprendieron la investigación sobre las causas y formas de este pánico colectivo, el primero estudiado científicamente. El excepcional trabajo fue publicado en español -verdadera rareza literaria- con el título: La invasión desde Marte - Estudio de la Psicología del pánico (Madrid, 1942, 240 págs.). 130

Al parecer, fueron los metapsíquicos y ocultistas, ligados a la Escuela Espírita Argentina, a la Fraternidad de los Rosacruces, Escuela Basilio, y otros nucleamientos con ideas gnósticas y herméticas, quienes hicieron notar que se trataba de maestros superiores, sociedades secretas y, con cierta predilección, seres provenientes de otros planetas, siendo Marte el favorito. A esta opinión, desde luego, contribuyen los mismos periódicos, dispuestos la mayoría de ellos a publicar cualquier noticia, por disparatada que sea. La singular explicación satisfizo al público. Los países considerados en este estudio –Argentina, Chile, Brasil y Uruguay– son los que presentan en la región sudamericana una casuística medianamente significativa y aquellos que propician un mayor caudal de información respecto a las noticias sobre discos o platos voladores. No obstante, para esta época los periódicos de Puerto Rico –principalmente El Mundo– se hacen eco de la oleada que acontecía en Estados Unidos, y pronto produjeron noticias locales, inauguradas el 9 de julio en San Juan cuando se vieron pasar “cuatro platillos luminosos en dirección sur”. La opinión preponderante fue que esos platillos volantes eran globos meteorológicos. En Venezuela, un cable de la agencia UP fechado el 11/7 indica que cientos de pobladores del sur de Caracas dijeron haber visto “platillos voladores”, pero el Estado Mayor de Venezuela, en un comunicado dado esa misma tarde negó la existencia de tales platillos, expresando que se trata de una simple fantasía. De manera similar, en la misma fecha otro parte de noticias de la UP, proveniente de Santiago, señala que oficialmente el gobierno chileno también ha negado que hayan sido avistados en el país los famosos “platos voladores”. Expuestos a los cables de las mismas agencias periodísticas, el panorama revela una fisonomía similar. La respuesta, y retroalimentación de noticias (casos y comentarios locales), se constituyen en los matices de una estructura ofrecida por el país donde se originó todo, confiriéndole: a) un nombre (flying saucer, plato volador), b) una performance o capacidad de ejecución (discos que vuelan a alta velocidad y con gran maniobrabilidad), c) un origen (armas secretas, naves extraterrestres) y, d) una finalidad dentro de la cultura (amenazante, angelical). El esquema deductivo podría sintetizarse del siguiente modo: Si los platos 131

voladores son naves (primera hipótesis), y estas no son norteamericanas ni soviéticas, no es nadie conocido. Así, pues, son los extraterrestres. Los “cazadores de platillos” –antecesores de los ufólogos– no irían a caracterizarse por la imparcialidad. Proceden a sentar su hipótesis de la procedencia extraterrestre, para pasar después a demostrarla. Se está a un paso de: Creer para ver, cercano a la religiosidad. Pero como en todos los casos, excepciones siempre las hubo. Por ello, atendiendo al aspecto polémico del tema, el autor no se ha propuesto fijar una posición dogmática, a favor o en contra, sobre el origen y naturaleza de estos objetos, sino, limitarse a intentar reconstruir el panorama platillista argentino y de los demás países sudamericanos en 1947 dentro del contexto mundial. Es decir, indagando los orígenes de un fenómeno –ante todo psicológico social– de actualidad, que continúa perdurando tras varias décadas. Prácticamente, nos hemos abocado a la compilación, análisis y comentarios de los informes publicados en la prensa de ese año, hito fundamental en la historia de los platos voladores. Se trata de una magna tarea, cuya importancia es señalada por Bill Covach, ex editorialista de The Washington Post, cuando sostiene que: “el periodismo es la primera versión de la historia”. Aquel que hace una impronta de los hechos más salientes, acrisolando bajo su prisma los pensamientos, sentimientos y valores de la sociedad. Así visto, lejos de pretender agotar las conclusiones, se despliega entonces la posibilidad de continuar su estudio mediante una actitud crítica, y la propuesta de indagar el tema desde otras perspectivas o vías de investigación. De ellas devendrá, a fin de cuentas, un conocimiento más amplio y profundo acerca del hombre, de su capacidad de asombro frente al maravilloso universo que le rodea.

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Bibliografía: Banchs, Roberto E. Fenómenos aéreos inusuales - Un enfoque biopsicosocial. Leuka, Buenos Aires, 1994. Cantril, Hadley, y colab. H. Gaudet y H. Herzog. La invasión desde Marte Estudio de la Psicología del pánico. Revista de Occidente, Madrid, 1942. Capanna, Pablo. Contactos extraterrestres. Edit. Claretiana, Buenos Aires, 1993. Keyhoe, Donald E. Platos voladores de otros mundos. Populibros La Prensa, México, 1955. Kon, Alejandro. La verdad revelada sobre los platos voladores y lo que vendrá. Ed. autor, Buenos Aires, 1967. Ribera, Antonio. Objetos desconocidos en el cielo. Libr. Edit. Argos, Barcelona, 1961. Robiou Lamarche, Sebastián. Manifiesto OVNI de Puerto Rico, Santa Domingo y Cuba. Edit. Punto y Coma, San Juan, P. Rico, 1979.

133

Índice

pág. Introducción...........................................................................................7 Guía biográfica.....................................................................................11 Agrupaciones ufológicas.....................................................................59 Publicaciones.......................................................................................71 I. Bibliografía argentina sobre ovnis...............................72 II. Ediciones argentinas de autores extranjeros….......….86 III. Conferencias y comunicaciones..................................89 IV. Series de notas periodísticas........................................92 Anexo La repercusión social en Argentina y Sudamérica en 1947 ………………………………....…95 I. Los platos voladores en Argentina…………...........…99 II. Los discos voladores en Chile …...…......………….117 III. Los discos voadores en Brasil…………….……..….123 IV. Los platillos voladores en Uruguay………...………126 V. Conclusiones………………………………..………127

Roberto Banchs documenta en esta obra, tras ardua y compleja tarea compilatoria, un condensado registro biográfico no comentado, objetivo e imparcial, de quienes -dando fe, evidencia o testimonio- participaron activamente en la investigación, el debate y la divulgación de los platos voladores durante los primeros 25 años de la ufología argentina. Incluye un inventario de las agrupaciones existentes. También describe el material bibliográfico publicado, cuya nómina comprende libros, folletos y series de notas. En un anexo, examina el contexto social en el que surgen los platos voladores, atendiendo la repercusión pública y periodística que tuvieron las noticias durante 1947 en Argentina y otros países sudamericanos. Proponiéndose informativa y fuente de consulta, la Guía Biográfica de la ufología argentina, representa un aporte importante para la historiografía temética destinada a historiadores, sociólogos, periodistas y estudiosos en general que deseen indagar con hondura la génesis de un fenómeno que irrumpe en la cultura del siglo XX.

Cefai Ediciones
Guía biográfica de la ufología argentina - Roberto Banchs

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