Naturaleza, alcance y caracterización de la tecnología

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Naturaleza, alcance y caracterización de la tecnología

En esta primera lectura de la materia Tecnología, Humanidad y Modelos Globales vamos a establecer un breve recorrido por el espacio que ocupa la tecnología en nuestras vidas y la organización en sociedad. Pondremos especial foco en entender la consistencia de lo que llamamos tecnología, su relación con la técnica y la ciencia, así como la tensión permanente que se produce con quienes la crean y la aprovechan, los seres humanos organizados en comunidades y organizaciones de distinta índole. Todo ello conduce a la creación de la sociedad del conocimiento en la que vivimos y trabajamos hace ya varias décadas. Buscaremos establecer un marco común y bases conceptuales que nos permitan luego profundizar acerca de las distintas manifestaciones, revoluciones e impacto de la tecnología en la humanidad. Naturaleza de la Tecnología

Técnicas, ciencias y sociedad del conocimiento

Tensión permanente entre tecnología y sociedad

Resistencia a la tecnología, progreso social y tecnología como medio para nes superiores

Referencias

LECCIÓN 1 de 5

Naturaleza de la Tecnología

La humanidad tiene un impulso natural desde sus orígenes mismos: generar condiciones para adaptarse al medio en el que debe vivir y buscar soluciones de forma permanente para sus necesidades de evolución y progreso. Como de alguna forma la corriente filosófica del existencialismo francés proponía: hemos sido arrojados al mundo sin cobertura y desde allí debemos construir nuestra existencia. Eso mismo que aplica en la dimensión más personal y psicológica del ser humano, se traduce en la dinámica de las sociedades y comunidades que habitamos. Debemos construir nuestra existencia, diseñar maneras de convivir y autogenerarnos las soluciones que necesitamos para hacer cada vez más digno y satisfactorio nuestro paso por el mundo. 

Son muchos los instrumentos y las creaciones que la especie humana dispone para este recorrido de tan largo aliento. Pero hay uno que adquiere especial dimensión: la tecnología. Podemos identificar bajo este concepto tan presente en nuestras vidas a ese conjunto de conocimiento condensado para lograr una aplicación concreta para resolver una problemática real. El término, tan usado en nuestras vidas actualmente, proviene del griego tekne (que significa técnica u oficio) y logos (ciencia, conocimiento). 

Es decir, hay tecnología, cualquiera sea el campo, la procedencia y el alcance, siempre que se ha logrado producir y organizar un espacio de conocimiento para el diseño y construcción de instrumentos, herramientas o modelos que permiten algún tipo de acción o movimiento para resolver problemas humanos. El dispositivo con maderas para producir fuego, las ruedas para trasladar personas y mercaderías, los molinos para generar harina, las computadoras para automatizar tareas y tantas otras manifestaciones de esos procesos de generación de conocimiento aplicado constituyen tecnologías que la humanidad ha ido consiguiendo y acopiando desde los tiempos más remotos.

Con el objeto de facilitar el proceso de aprendizaje de estos conceptos vinculados a la tecnología, vamos a tomar el caso de las tecnologías de comunicación o información, comúnmente conocidas como TICs, cuyo proceso de ideación y desarrollo viene de tiempos remotos y permanece en plena evolución hasta nuestros

días bajo el espíritu de resolver crecientes necesidades humanas en materia de producción y circulación de contenidos y conocimientos, cuestión decisiva para la evolución de la humanidad. 

La necesidad de disponer de una estructura con la información y contenidos que los humanos crean y desarrollan en su devenir nos ha acompañado siempre como civilización. La forma que se crea y se comparte conocimiento siempre está muy influida por las tecnologías disponibles para su almacenamiento y comunicación. Siguiendo a Walter Ong (1982), en “Oralidad y Alfabetización”, podemos identificar cuatro grandes fases en el recorrido por satisfacer esas necesidades, a partir de esas herramientas o instrumentos de conocimiento condensado que son las tecnologías en el sentido más amplio del término:

Oralidad: la gran mayoría del tiempo que llevamos en existencia, los hombres nos hemos valido del lenguaje como tecnología evolutiva para construir y entregar información y conocimiento. Fue un instrumento eficaz, pero limitado al depender exclusivamente de la memoria humana y el encuentro físico para su divulgación.

Escritura: de los 50 mil años aproximadamente desde el inicio del Homo Sappiens, recién en el 3500 a.C. pudimos generar tecnologías de escritura para plasmar en algún formato tangible toda la información contenida en la oralidad. El salto tecnológico fue muy significativo, dado que por primera vez el ser humano podía disponer de una memoria externa y artificial para amplificar las capacidades propias.

Imprenta:  un verdadero hito en este proceso de fases. Si bien existen antecedentes de tecnologías previas, similares a la Imprenta, en Roma y China, fue en el Siglo XV cuando un tradicional imprentero alemán llamado Johannes Gutemberg logró crear un dispositivo mecánico para generar impresiones de contenidos. Por primera vez en la historia de la humanidad, el conocimiento proveniente de distintas fuentes y puesto en forma de escritura podía circular y compartirse de forma mucho más potente y expansiva que lo que posibilitaba el mecanismo anterior para editar documentos, que era el trabajo manual de los copistas. La multiplicación fue tal que en solo 50 años se editaron 9 millones de libros frente a los 100 mil que originalmente se calcula que había entre nosotros. Pensemos en ese verdadero hito cultural que, siglos después, significó la Enciclopedia Británica, cuya primera edición data de 1770 y fue por décadas un exitoso canal de difusión del conocimiento en todo el mundo gracias a la tecnología de la Imprenta.

Tecnologías de comunicación propiamente dichas (TICs): bajo este concepto de tanto impacto podemos incluir a un diverso conjunto de dispositivos que hace muchas décadas vienen conformando esta nueva fase de tecnologías disponibles para producir y circular

conocimientos. Algunos de ellos son: fotocopiadoras de gran volumen, archivos de texto transferibles, impresoras de alta capacidad, ordenadores personales en sus distintas versiones y la verdadera herramienta disruptiva que es Internet (4.000 millones de personas ya conectadas a esta red de redes que naciera en los años 70 a raíz de trabajos científicos y de defensa en USA). Todos estos instrumentos tienen en común la capacidad de profundizar la liberación de las personas de pesadas y costosas tareas para la expansión del conocimiento y de bajar la dependencia e intermediación de expertos para ganar autonomía en el acceso a ese conocimiento.

El recorrido por estas fases nos permitirá comprender cuánto más difícil hubiera sido el camino de progreso de la humanidad, si este despliegue de capacidad e ingenio plasmado en tecnologías evolutivas de información y conocimiento no hubiera sido tan eficaz y potente. Como dato final para ilustrar esta reflexión, podemos mencionar que los países con mayores índices de penetración de Internet en la sociedad son también los países que mayores índices de alfabetización tienen, como Noruega, Dinamarca, etc. Tecnologías de información y progreso humano siempre van de la mano en el curso de la historia.

LECCIÓN 2 de 5

Técnicas, ciencias y sociedad del conocimiento

Las creaciones y prácticas tecnológicas se manifiestan en la más absoluta diversidad, tanto en las temáticas o los espacios en los que existen problemáticas a resolver, como en las modalidades o maneras en que las tecnologías intervienen y operan. Usualmente, se utiliza una clasificación básica, pero muy ilustrativa, para reflejar tres grandes tipologías de tecnologías en las que podríamos encuadrar casi todo lo que responde a ese concepto:

T E C N O LO G Í A S D U RA S :

T E C N O LO G Í A S BLA N D A S :

T E C N O LO G Í A S I N T E RM E D I A S :

Provienen de las ciencias más duras o exactas, como la ingeniería, matemática, física o química. En general, se plasman en aplicaciones y productos tangibles para campos como la informática, la bioquímica, la electrónica. Por ejemplo, sensores que generan la vigencia en Internet de las cosas (IoT), computadoras portátiles, autos de manejo autónomo, etc.

T E C N O LO G Í A S D U RA S :

T E C N O LO G Í A S BLA N D A S :

T E C N O LO G Í A S I N T E RM E D I A S :

Se vinculan a las ciencias más humanas, como sociología, psicología o economía. Suelen focalizarse en el desarrollo de mejores prácticas y modelos que permiten resolver problemas y mejorar el funcionamiento de organizaciones, empresas o sociedad en su conjunto. Sus desenlaces suelen ser elementos de mucho valor, aunque generalmente intangibles. Por ejemplo: tecnologías para la creación y expansión de emprendimientos por parte de personas y equipos; tecnologías para mejorar la productividad y la calidad del

trabajo en equipos de personas; tecnologías para la conversación y construcción de empatía entre personas; tecnologías para la organización y gestión del comercio electrónico, etc.

T E C N O LO G Í A S D U RA S :

T E C N O LO G Í A S BLA N D A S :

T E C N O LO G Í A S I N T E RM E D I A S :

Aquellas que se manifiestan en el enorme campo del medio, en el que habitan temáticas y disciplinas con componentes de rigurosidad, aunque sin la exactitud de las ciencias duras. Construcción, industria, herramientas y muchos otros campos específicos integran este espacio de tecnologías intermedias, cuyos productos pueden ser tanto tangibles como intangibles y tienen un enorme impacto en la vida de las personas y las organizaciones. Por ejemplo: tecnología de construcción de viviendas en seco; tecnologías para disposición de espacios y cadenas de trabajo (layout), etc.

En general, las tecnologías que se han ido creando en este incesante devenir, tenían vínculo directo con lo que comúnmente se conoce como técnicas, que no son otra cosa que habilidades de aplicación que la imaginación y la necesidad humana logran desarrollar en cada momento. Es a partir de ese flujo de despliegue técnico que distintas tecnologías como, por ejemplo, la Imprenta mecánica, lograron cobrar vida y expandirse. No todo esfuerzo de creación técnica ha tenido el desenlace de llegar a una nueva tecnología, pero en general ha sido esa vocación por sofisticar el accionar humano a través de técnicas específicas lo que, en etapas tempranas, fue generando las distintas tecnologías de las que como especie humana nos hemos ido apropiando. 

Progresivamente, el espacio de la técnica como origen de las nuevas tecnologías fue siendo reemplazado por la ciencia y la creciente relevancia del método científico que la sustenta. Si bien la ciencia, como actividad humana, tiene antecedentes en la antigüedad griega, es a partir de mediados del Siglo 19 cuando comienza aceleradamente un camino de sistematización y profesionalización. 

Esto se traduce en una constante mejora de lo que se conoce como método científico basado en la comprobación empírica de hipótesis de conocimiento y, consecuentemente, en una vinculación estrecha entre los objetos de estudio de la ciencia y la creación de tecnologías. La técnica cede ante el rigor conceptual y metodológico de la ciencia, que trasciende su estado más puro (ciencia básica) para abordar con fuerte ambición la misión de proveer soluciones tecnológicas concretas a problemáticas de la humanidad.

Figura 1. El método científico

Fuente: Ciencia fácil, s.f., https://bit.ly/2ZkmrEw

Las tecnologías se van haciendo, de esta forma, cada vez más intensivas en conocimiento logrado a través del método científico y a partir de allí se construye la asociación tan potente y natural en nuestros días entre ciencia y tecnología. Juntas, ambas dimensiones, se erigen en causas fundamentales del progreso de las sociedades. Poco a poco, los países con mejor conexión entre ciencia, tecnologías y producción, comenzaron a lograr mejores niveles de crecimiento en distintas actividades e industrias. Es el concepto de Investigación y Desarrollo (I+D) el que sintetiza este proceso, abriendo una creciente perspectiva de inversión por parte de todas las organizaciones que logran diseñar e implementar bienes y servicios para resolver necesidades. Comienzan a proliferar los llamados Centros de Investigación y Tecnología al interior del estado y las grandes empresas. Ello demuestra una atención inédita en el proceso de descubrimiento y generación de nuevas tecnologías. La ciencia, de esta manera ya profesionalizada, deja de ser puramente académica para pasar a ser esencialmente industrial. 

Sería injusto no hacer un párrafo sobre un periodo que fue el verdadero caldo de cultivo para que este florecimiento de la ciencia y su impacto en las tecnologías sucedieran y fueran generando las condiciones para lo que conocemos como primera Revolución Industrial. Y ese periodo no fue otro que el Renacimiento del Siglo 16, también conocido como Iluminismo, basado en el imperio de la razón, la creciente libertad de pensamientos y el fin de los tabúes propios de la organización medieval de la vida y la autoridad. 

Uniendo ese particular periodo de florecimiento de la razón y las artes que nos sacó del letargo propio de ese largo interregno medieval, la aceleración de las técnicas que los humanos lograron implementar y el progresivo auge de la ciencia como generadora de conocimientos y tecnologías, llegamos a lo que habitualmente se conoce como la “sociedad del conocimiento” desde finales del siglo 20. La característica principal de esta sociedad basada en el conocimiento es que el paradigma que explica el progreso es cada vez más la gestión de los conocimientos acumulativos que logramos producir y poner a disposición para ser usados en diversas actividades y proyectos. 

Son innumerables los indicadores que explican la vigencia de esta sociedad del conocimiento, como la duplicación cada 15 años de las revistas científicas en el mundo, la multiplicación de patentes, las nuevas empresas basadas en el conocimiento que surgen de manera constante (startups de base científica) y el acortamiento del tiempo que sucede entre la generación de ciencia básica y su aplicación a nuevas tecnologías (mientras el teléfono demoró 56 años de 1820 a 1876, el transistor necesitó solo 5 años para entrar en fase de efectiva implementación, de 1948 a 1953). Y en este marco, emerge el gran imperativo que tal sociedad conlleva: la formación / educación permanente en virtud de la obsolescencia temprana de todo lo que sabemos y creamos, a partir de la incesante dinámica de hallazgos y creación de nuevo / innovador en cada momento.

Figura 2. Velocidad de adopción de las tecnologías más conocidas

Fuente: Megias, 2012, https://bit.ly/35NGT2T

A tal punto adquiere relevancia la tecnología en el presente y futuro de la especie humana, que, si comparamos su evolución con la de nuestra propia biología, veremos que el verdadero salto cuántico que se ha dado en nuestras posibilidades y progresos viene dado mucho más por las tecnologías que supimos crear y desplegar que por cambios en la biología de nuestro ser. 

Por supuesto que nuestro cerebros y cuerpos se han desarrollado y han cambiado significativamente desde los orígenes, pero no es menos válido afirmar que los cambios disruptivos y los saltos cualitativos en nuestra historia han estado más asociados a la evolución de las tecnologías y, especialmente, a las distintas revoluciones tecnológicas. Más aún, son esas mismas tecnologías que vamos creando las que nos permiten expandir las capacidades humanas funcionando como si fueran verdaderas “mentes extendidas”. Nuestros cerebros, a los que tanto les pedimos y tanto pueden darnos, disponen de un gran y

permanente aliado: la tecnología que los complementa y expande, para producir, diseñar, clasificar, memorizar, etc. 

Siguiendo con el caso de aplicación de los conceptos de la presente lectura a las TICs, podemos comenzar reconociendo la plena vigencia en su evolución desde las técnicas a los desarrollos científicos y al sistema de sociedad del conocimiento que la tecnología ha venido protagonizando. 

El campo de actuación de la ciencia se traduce de forma creciente en nuevos métodos y modelos aplicables a las tecnologías de información y conocimiento. Siguiendo a Richard Susskind y Daniel Susskind en su libro “El Futuro de las Profesiones”, podemos poner claridad en este asunto a través de cuatro aspectos en los que está basada la expansión y desarrollo de las TICs, a partir de los hallazgos científicos en marcha y la estructuración de la sociedad del conocimiento que no para de moldearse en todo el mundo:

Crecimiento exponencial en tecnología de la información:



Los laboratorios de investigación del mundo no han parado de generar nuevos activos para enriquecer las TICs. Un hito sin dudas es la Ley de Moore de 1965, que predijo que la capacidad de procesamiento de los ordenadores se duplicaría cada 2 años a partir de la capacidad constante de aumentar transistores dentro de un chip (por cierto, previsión vigente aún en nuestra actualidad). Muchos otros instrumentos tecnológicos propios del campo TIC siguen la misma dinámica exponencial. Quizás otro de los más significativos sean las tecnologías de conectividad a Internet, en las que el progreso ha venido siendo sostenido y promete un enorme salto con los protocolos 5G que están comenzando a entrar en vigencia en el mundo para soportar todas las personas y artefactos conectados enviando información a la red sin limitaciones ni demoras.

Máquinas cada vez más capaces:



Los dispositivos tecnológicos trascienden la esfera de instrumentos y abordan campos propios de la inteligencia humana y las habilidades cognitivas. Básicamente, las tecnologías que nos permiten producir y compartir información y conocimientos están cada vez más enriquecidas por la inteligencia artificial (que les permiten indagar en (experiencias pasadas de las personas, distinguir patrones y hacer predicciones acerca de requerimientos y necesidades personalizadas), la robótica (máquinas que interactúan con visible

pericia y destreza con el mundo físico) y computación afectiva (a través de técnicas de deep learning, los dispositivos comienzan a detectar y expresar emociones).

Dispositivos cada vez más generalizados:



Básicamente, este campo de evolución científico tecnológica aplicado a TICs hace referencia a la creciente portabilidad y accesibilidad de dispositivos que nos permiten procesar, consumir y co-crear conocimientos. Desde los antiguos artefactos informáticos de gran porte, a los ordenadores personales y la proliferación de móviles inteligentes que disponemos hoy. Todo, potenciado por el fenómeno de Internet de las Cosas (IoT) que hace realidad la llamada computación ubicua al conectar a la red de información y conocimiento a todos los dispositivos vía sensores especializados (autos, relojes, anteojos, etc., todos conectados a la Red y al proceso de TICs).

Seres humanos cada vez más conectados:



Desde las épocas en que nuestras conexiones estaban dadas por la correspondencia física, las reuniones cara a cara y las llamadas telefónicas, la ciencia aplicada a las TICs viene generando una diversidad de dispositivos, plataformas y sistemas que nos permiten comunicarnos, investigar, relacionarnos, compartir, construir comunidades, cooperar, co-crear, competir y comerciar, cada vez con menos restricciones y costos asociados.

LECCIÓN 3 de 5

Tensión permanente entre tecnología y sociedad

Si bien este proceso de desarrollo tecnológico constante de la humanidad tiene un sentido positivo, portador de soluciones y progreso, al amplificar la mirada podremos identificar que no se trata de algo lineal ni exento de dificultades y contratiempos. El proceso de construcción tecnológica siempre conlleva tensiones entre los actores, los valores y las posibilidades concretas de las sociedades en cada momento histórico. Hasta las tecnologías que, luego del paso del tiempo, menos cuestionamientos y contrastes podríamos pensar que han tenido, nos ofrecen evidencias de que efectivamente fueron pensadas, desarrolladas e introducidas bajo circunstancias de deliberación y tensión en sus momentos históricos. Tomemos por caso la bicicleta, como solución tecnológica de movilidad rápida y accesible a mediados del siglo 19. Veremos que esta tecnología, ampliamente validada y aceptada tiempo después, tuvo que vencer prejuicios y una diversidad de críticas en sus primeros pasos, especialmente relacionados a las limitaciones de un artefacto de dos ruedas y los prejuicios que la moral pública de aquellos tiempos tenía sobre la mujer (lo que generaba polémica en torno a su participación como usuaria de esta nueva tecnología de movilidad). 

Los procesos de incorporación social de nuevas tecnologías permiten entender que, en definitiva, la tecnología es un sistema interrelacionado de conocimientos, artefactos, habilidades, recursos naturales, estimaciones económicas, valores éticos, pautas culturales y acuerdos sociales. Todo ello confluye en los procesos de adopción de tecnologías, dándoles el tamiz de verdaderos entramados socio técnicos. Las sociedades y sus actores individuales no constituyen espectadores pasivos de los procesos de innovación tecnológica, sino protagonistas de complejas dinámicas que los impulsan, los condicionan y a veces los combaten.  

De esta forma, peca de reduccionista la visión de la tecnología como una suma de aparatos cada vez más sofisticados e integrados para resolver problemas y satisfacer gustos e inclinaciones de las personas. Estamos ante un fenómeno más complejo y variable, bajo una característica de tensión que siempre se explica por la cantidad de elementos relacionados al desarrollo y adopción de tecnologías por parte de la personas y organizaciones y, especialmente, por las distintas velocidades que suelen tener estos procesos

en distintos sectores (que siempre presentan distintas posibilidades de inicio y distintos niveles de resistencia al cambio). 

La tecnología es una práctica social que, según Pacey (1990)  , tiene tres dimensiones:

D IM E NSIÓN TÉ C NIC A :

D I M E N S I Ó N O RG A N I Z AT I V A :

D I M E N S I Ó N I D E O LÓ G I C A C U LT U RA L:

Conocimientos, capacidades, destrezas técnicas, instrumentos, herramientas y maquinarias, recursos humanos y materiales, materias primas, productos obtenidos, desechos y residuos. Figura 3. Máquina a vapor Fuente: ABC Cultura, 2013, https://bit.ly/36XG9ID

D IM E NSIÓN TÉ C NIC A :

D I M E N S I Ó N O RG A N I Z AT I V A :

D I M E N S I Ó N I D E O LÓ G I C A C U LT U RA L:

Política administrativa y gestión, aspectos de mercado, economía e industria; agentes sociales: empresarios, sindicatos, cuestiones relacionadas con la actividad profesional productiva, la distribución de productos, usuarios y consumidores, etc. (Pacey, 1990).   Figura 4. Dimensión organizativa de la tecnología  Fuente: Oleoshop, 2016, https://bit.ly/36VG34i

D IM E NSIÓN TÉ C NIC A :

D I M E N S I Ó N O RG A N I Z AT I V A :

D I M E N S I Ó N I D E O LÓ G I C A C U LT U RA L:

Finalidades y objetivos, sistemas de valores y códigos éticos; creencia en el progreso, etc.    Figura 5. Dimensión ideológica-cultural de la tecnología  Fuente: Manzaneda Cipriani, 2018, https://bit.ly/34LD2Ca

Solo abordando de forma amplia e inteligente las tres dimensiones en un espacio y tiempo determinado, los procesos de creación y adopción tecnológica suelen ofrecer resultados más homogéneos y sostenibles. Es decir, concibiendo la dimensión técnica como una plataforma innovativa, a partir de la cual puede servirse a la sociedad, es factible y deseable que los aspectos organizativos puedan abordarse y facilitarse en el marco de un sistema de ideas y valores mayoritariamente aceptados en una comunidad. 

En el marco del enfoque sistémico que proponemos, adquiere especial relevancia lo que Leigh Hafrey (experto del Loan School of Management del MIT) llama la danza entre tecnología y cultura, una relación dialéctica entre estas dos actividades humanas que tienen como raíz común al poder de la imaginación de las personas y las comunidades. La tecnología es producida, como vimos, para resolver problemáticas y necesidades humanas, a partir de los códigos y prácticas culturales de cada tiempo histórico. Pero también, son las creaciones tecnológicas, a partir de la búsqueda incesante de la ciencia y la técnica, las que moldean la cultura de las sociedades generando nuevas prácticas, visiones y anhelos. 

Esta dialéctica entre tecnología y cultura puede verse con claridad en distintos momentos de la historia de la humanidad. Por ejemplo, a mediados del siglo 19, la novela gótica de Mary Shelley, Frankenstein, reflejó con maestría ese mundo de la primera Revolución Industrial, en el que el desarrollo científico mostraba un acelerado esplendor y se comenzaba a cultivar un temor generalizado ante la posibilidad de perder el control. Eso generaba severas consecuencias para la condición humana. También encontramos el reflejo de dicha dialéctica en la famosa campaña de lanzamiento de las Mackintosh de Apple de 1984, que interpretaba genuinamente una corriente de pensamiento y sentimiento de ese tiempo previo a la caída del Muro de

Berlín: la libertad a partir de los talentos potenciados y la liberación de restricciones propias de la época industrial. En ese marco, llegaban los ordenadores personales de bello diseño creados por la marca de la manzana para capturar esa revitalizada cultura pro libertad de aquellos tiempos.

Video 1. Comercial Macintosh

YOUTUBE

1984 - subtitulado Comercial Macintosh

1984 - subtitulado Comercial Macintosh Es el video subtitulado del comercial de Apple Computers, para la presentación de la Macintosh... El original fue transmitido en 1984 y esta versión es la del 2004, cuyo único cambio es el ipod en la cintura de la mujer... Video utilizado con fines académicos, no es de mi propiedad. VER EN YOUTUBE 

Fuente: Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=YYfgj5HuLjo

LECCIÓN 4 de 5

Resistencia a la tecnología, progreso social y tecnología como medio para fines superiores

Como ya hemos expresado, es tanto el impacto que suelen generar los desarrollos tecnológicos, que no suelen ser amigos de procesos lineales y homogéneos. No han sido pocos los momentos en la historia de la humanidad y no serán los últimos, en los que sectores sociales tomaron el camino de la resistencia y el activismo en contra de las innovaciones tecnológicas por afectar prácticas, valores o beneficios, al menos a corto plazo, de personas y organizaciones. Es emblemático el caso de los luditas, movimiento que a principios del siglo 19 generó una reacción violenta contra las nuevas maquinarias en los procesos agrícolas e industriales, especialmente contra la expansión de los telares mecánicos que reemplazan el trabajo manual y artesanal, dominante hasta ese entonces. La convicción que los unía era la creencia de que las máquinas degradaban el trabajo humano y, en gran medida, lo hacían prescindible masivamente. La violencia que adoptaron como método generó pánico en terratenientes y comerciantes de la Inglaterra de principios de siglo 19. 

El 12 de abril de 1811, se produjo la primera destrucción de una instalación industrial, cuando trescientos obreros atacaron la fábrica de hilados de William Cartwright en Nottinghamshire y destruyeron sus telares a mazazos. La escalada posterior de este movimiento que públicamente defendía precios justos, salarios adecuados y calidad del trabajo, generó mucho temor y la consecuente decisión del gobierno inglés de combatirlos a través de fuerzas militares y la introducción de la pena de muerte a los responsables de los ataques a las máquinas y procesos industriales.   En definitiva, el miedo y la incertidumbre a las nuevas tecnologías, que requieren cambios de paradigmas y tareas, fue la razón de fondo que inspiró a los famosos luditas y a muchos otros grupos sociales en adelante. 

Es un ejercicio contrafáctico que no deja de ser súperinteresante el preguntarse qué hubiera pasado en la historia de la humanidad si expresiones de miedo y reacción a la innovación tecnológica hubieran triunfado a punto tal de ponerle límites infranqueables a su avance. Todo intento de respuesta debería partir de la evidencia que disponemos y afirmar que siempre, luego de las transiciones propias de la introducción de

nuevas tecnologías, dichos procesos terminan generando bienestar y progreso colectivo, fundamentalmente a raíz de un proceso virtuoso que suele repetirse: nuevas tecnologías mejoran la productvidad de la economía, lo que desencadena crecientes cantidades de bienes y servicios haciendo a su vez crecer la economía de forma agregada o total. Y esto último se traduce en una expansión de la demanda (consumo) y del empleo que se genera para las personas (en cantidad y calidad). El siglo 20 que hace pocos años ha terminado es quizás el fiel testimonio de esta secuencia de extendido impacto positivo en la humanidad. 

Aunque dicho esto y reconociendo la múltiple evidencia que explica por qué el mundo es mucho mejor a partir de la introducción de nuevas tecnologías, no podemos dejar de reconocer que la confianza absoluta en la tecnología suele degenerar en posturas acríticas y en mecanismos de autorregulación de sus progresos, lo que termina afectando la capacidad humana para direccionar y moldear sus beneficios hacia el conjunto de la sociedad.  

De hecho, suele olvidarse que el fundamento central de aquellos luditas que atacaban instalaciones de maquinarias a comienzos de siglo 19 tenía que ver con el incremento de las horas de trabajo de las personas estando encadenados a una máquina, lo que, según ellos, afectaba la libertad y dignidad humana. Incluso, se recuerda que buena parte de los ataques luditas eran direccionados a máquinas cuyos patrones producían objetos de mala calidad, a precios bajos y malos salarios. Será una constante en la historia de la humanidad esta tensión multifacética entre sociedad y tecnología, entre la concepción del “solucionismo tecnológico” como dinámica imparable que suele erigirse en un fin en sí mismo y la concepción siempre actualizada de que solo el bienestar de las personas puede y debe ser el fin de toda innovación tecnológica. 

Una buena manera de sintetizar esta conceptualización y evolución de la tecnología en la tensión permanente con la humanidad es la siguiente tabla de grandes enfoques que la tecnología ha ido desarrollando, que propone el historiador T. Hughes.

ARTEFACTUAL

Definiciones

Las tecnologías son herramientas o artefactos.

COGNITIVO

La tecnología es ciencia aplicada.

SISTÉMICO

La tecnología es un sistema complejo.

ARTEFACTUAL

COGNITIVO

SISTÉMICO

Relación con la sociedad

Determinismo tecnológico.

Determinismo tecnológico producto de comunidades científicas.

Tejido sin costuras. Impulso tecnológico.

Relación con la ciencia

Artefactos industriales.

Conocimiento mediante reglas y leyes.

Conocimientos científicos heterogéneos.

Relación con la innovación

Difusión de la innovación por las máquinas.

La invención y la I+D.

La innovación es social y cultural.

Críticas

Visión de túnel. Utilidad, neutralidad.

Relación más amplia con ciencia y tecnología.

La dicotomía interior y exterior.

Puede interpretarse claramente en el cuadro anterior el recorrido de la tecnología desde una existencia más instrumental hacia una etapa más basada en el conocimiento científico y una más actual de carácter sistémico, en la que emerge el concepto sociotécnico como reflejo exacto de esta multiplicidad de componentes, actores e impactos que entran en juego en todo proceso tecnológico. Es esta categoría de sistema en la que debemos pararnos para profundizar el entendimiento de la tecnología y las enormes oportunidades para el progreso de la humanidad que devienen de ella. 

Todo el entramado que venimos relatando acerca de la tecnología y su tensión con la dinámica social, su interacción dialéctica con la cultura y los movimientos de resistencia que se generan frente a su incesante avance, tienen correlato muy directo en el mundo de las TICs que venimos trabajando como problemática en la presente lectura. 

Son diversos y persistentes los focos de tensión que los desarrollos de las TICs generan en sociedades y comunidades. Por ejemplo, para nombrar solo algunos de alto impacto: la cuestión de la inclusión de conectividad y dispositivos a los colectivos más alejados o vulnerables (siempre en desventaja frente a los más opulentos y urbanos); el conflicto de la pérdida de intimidad que conllevan los procesos de redes y plataformas digitales encabezados por los grandes jugadores del sector (Google, Facebook, Apple y Amazon); el desplazamiento de industrias y empresas tradicionales que se ven superadas en costos y acceso por nuevos jugadores propios del dominio de las TICs; y más recientemente las tensiones que vienen dadas por la sobrecarga de información y contenidos que actualiza la necesidad de analistas y curadores frente a aquel ideal de autonomía total del ser humano en materia de información y conocimientos. 

Por otro lado, es central la continua dialéctica entre TICs y prácticas culturales. Por ejemplo, si tomamos el emergente cultural del aprendizaje a lo largo de la vida en un mundo con cambio acelerado y múltiples disciplinas y necesidades, observamos cómo son las TICs las que claramente pueden ofrecer nuevas oportunidades para que las personas puedan hacer realidad el aprendizaje permanente. Y, al mismo tiempo, vemos cómo el avance de las TICs y otras tecnologías asociadas abonan la velocidad del cambio haciendo cada vez más necesaria la cultura del aprendizaje para toda la vida. Siempre en estos procesos de impacto social se manifiestan y regeneran procesos de resistencia y contratendencias, como voces y movimientos en auge que proponen la revalorización de las relaciones físicas, las comunidades pequeñas o los procesos educativos presenciales. Como siempre, el tiempo y la buena gestión de la tecnología, son los grandes ordenadores de estos procesos sociotécnicos para beneficio de la humanidad. 

En definitiva, siempre lo que hagamos con las tecnologías que inventamos será responsabilidad de personas y sociedades, en el marco de las regulaciones y marcos institucionales que logran darse en el sistema sociotécnico en el que se desarrollan, en permanente interacción con las prácticas y valoraciones culturales de cada momento histórico. Debemos garantizar siempre, como civilización, que la tecnología impulsada por la ciencia y el conocimiento exista para servirnos y ayudarnos a evolucionar, no solo a quienes las protagonizan en sus procesos de creación y apropiación temprana, sino a las mayorías sociales que demandan inclusión y progreso. 

La tecnología como un gran medio para el fin de vivir mejor constituye una fuerza arrolladora que la humanidad puede y debe aprovechar. Para ello, debemos aprender a adoptar la tecnología de forma integral, sin correr detrás de ella como si fuera un fin en sí mismo. Si la convertimos en el más poderoso medio que nos hemos dado y nos podemos dar a futuro, las perspectivas de la humanidad siempre serán florecientes. El mejor indicador para corroborar si estamos caminando en esa dirección es medir, en nuestras

organizaciones, proyectos y comunidades, si estamos invirtiendo la misma cantidad de tiempo que destinamos en las conversaciones relativas a todo lo que podemos hacer con las tecnologías a aquellas concentradas en todo lo que deberíamos hacer para humanizarlas y las razones que fundamentan la urgencia de porqué deberíamos hacerlo. 

En esta carrera incesante de la ciencia y tecnología para proveernos de medios que nos lleven a fines superiores, quizás pocas manifestaciones sean tan reveladoras como la apasionada y sostenida acción por llevar al Hombre al espacio y encontrar oportunidades allí para instalar y expandir la vida humana. Quizás esto refleja con claridad porqué nuestra especie no podría prescindir de la tecnología y la ciencia que la origina. Siguiendo a Stephen Hawking, quizás no podamos asegurar el futuro de la humanidad si no logramos sacarla al Espacio y liberarla de los crecientes riesgos que existen al depender de la salud y estabilidad de nuestro único hogar por el momento, el Planeta Tierra.

Video 1. Peter Diamandis habla sobre Sephen Hawking en Cero G.

TED

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Peter Diamandis: Peter Diamandis habla sobre Sephen Hawking en Cero G

El fundador del premio X Prize Peter Diamandis habla acerca de como ayudó a Stephen Hawking a cumplir su sueño de ir al espacio, volando juntos a la alta atmósfera y experimentando ingravidez en la gravedad cero. VER EN TED 

Fuente: Recuperado de: https://www.ted.com/talks/peter_diamandis_on_stephen_hawking_in_zero_g? language=es#t-112689

LECCIÓN 5 de 5

Referencias

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