Cómo doblar tu velocidad de lectura en una tarde, Curso de Lectura Rápida - José Vergara

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Contents Índice Consigue tu Libro Gratis Introducción Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente? Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido? Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura Capítulo 4. Mejora tu Comprensión Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización) Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura Capítulo 8. Mentalidad necesaria para la Lectura Rápida Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro Capítulo 10. Conclusión Únete al grupo Valoración Colección de Productividad

Partes del libro Introducción Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente? Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido? Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura Capítulo 4. Mejora tu Comprensión Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización) Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura Capítulo 8. Mentalidad necesaria para la Lectura Rápida Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro Capítulo 10. Conclusión

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Introducción ¿Cuántas cosas más podrías hacer a lo largo del día si completases todo tu material de lectura en la mitad de tiempo? ¡Felicidades! Al tener este libro en tus manos, has dado un paso muy importante para mejorar tus habilidades lectoras. Como probablemente no has tenido ningún tipo de formación en técnicas de lectura desde que empezaste el colegio, ahora tienes la oportunidad de aprender algo nuevo sobre como leer de forma más efectiva y eficiente. Si es la primera vez que entras en contacto con la Lectura Rápida, este libro te ayudará a dominar las bases de esta técnica. Simplemente con esta guía y siguiendo los ejercicios, podrás leer, al menos, el doble de rápido. Conforme sigas practicando las técnicas seguirás aumentando tu velocidad de lectura. Antes de empezar a leer, piensa qué significaría para ti el poder leer el doble de rápido. ¿Serías capaz de ahorrar mucho tiempo? ¿Qué harías con ese tiempo extra? ¿Lo usarías para leer aún más o para hacer otras cosas? ¿Qué otras cosas harías? ¿Piensas que te ayudaría en tu trabajo el hecho de leer el doble de rápido que el resto de trabajadores? ¿Qué tipo de impacto crees que tendría en tu vida? Si, después de haber respondido a estas preguntas, todavía te sientes atraído ¡te felicito! Estás dando el primer paso hacia el Tú del futuro, el cual leerá más rápido, será más productivo, y recordará más de las cosas que lee. Estos son los beneficios que vas a obtener con este libro: Leer el doble de rápido Mejorar tu comprensión Recordar mejor la información Ahorrar tiempo Ganar confianza y sentirte más en control de la sobrecarga de información Disfrutar más de la lectura Ahora, sigue leyendo y descubre cómo leer más rápido. Vas a encontrar este libro tremendamente útil, siempre que practiques lo que aquí se enseña ¡Empecemos! Materiales que vas a necesitar para la lectura rápida: bolígrafo o lápiz

rotulador para subrayar papel calculadora cronómetro tarjeta en blanco material de lectura que te sea familiar (libro, revista, periódico...) ¿Qué quieres sacar en claro de este libro? Esto quizá te resulte sorprendente, pero ahí va: la lectura efectiva NO empieza al coger el libro para leerlo. Vas a multiplicar la efectividad de tu lectura al dedicar, simplemente, 3 minutos antes de empezar a leer para decidir lo que te trajo a este libro específicamente. Necesitas establecer objetivos o metas para ese libro y decidir lo que quieres aprender de ese material. Al darte cuenta de lo que quieres saber antes de empezar a leer, tu mente se va a concentrar en encontrar la respuesta a esas preguntas, y será mucho más fácil reconocer la información útil cuando la veas. Simplemente hazte, antes de empezar a leer, estas dos preguntas: ¿Por qué estoy leyendo este libro? ¿Qué quiero aprender de este libro?

Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente? “Lo que se puede medir, se puede manejar y, por tanto, se puede mejorar” (Peter Drucker). El primer paso, antes de que empieces a mejorar tu velocidad de lectura, es saber a qué velocidad lees actualmente. Así que vamos a comprobarlo. Tu velocidad de lectura se mide en palabras por minuto (PPM). Para saber tu velocidad actual, simplemente tienes que leer durante un minuto y, a continuación, contar cuantas palabras leíste durante ese periodo. Mientras lees, asegúrate de ir a una velocidad a la que te sientas a gusto, en la que todavía puedas comprender lo máximo posible. Simplemente sigue tu velocidad normal, no trates de ir más rápido o más lento. Cuando hayas acabado de leer, necesitarás contar el número de líneas que has leído y multiplicar ese número por 15 (la media de palabras por línea en este ejemplo). Si quieres estar completamente seguro, cuéntalas de una en una. Normalmente lo que haremos será calcular el “número de líneas multiplicado por la media de palabras por línea” para que sea más cómodo. Pero si quieres contarlas de una en una, me parece perfecto. ¿Preparado? Para realizar los ejercicios vas a necesitar un cronómetro (cualquier smartphone trae uno de serie). Ajusta tu cronómetro en un minuto y empieza a leer. Cuando hayas acabado, calcula tu velocidad de lectura y anótala en un papel. ¡Preparados, listos, YA! ¡Hazlo Simple! Lo has visto muchas veces; ya sea a la hora de perder peso o al aprender algo nuevo (como la lectura rápida). La gente siempre está buscando la mejor dieta, la pastilla mágica que les hará perder peso… Y lo gracioso es que, en esos primeros momentos, lo único que tienes que hacer es comer menos y hacer más ejercicio. Tan simple como eso. ¿Cuál es la relación de este ejemplo con la lectura rápida? Muy simple. Lo que estoy intentando reflejar aquí es que, al principio de tu aprendizaje, no necesitas complicar las cosas. Todo lo que tienes que hacer es lo que te enseño aquí, e intentar ser un 80% de lo bueno que quieras ser. Por ejemplo: si tu objetivo final es leer 100 páginas en una hora, conténtate con leer 80 páginas por hora en un principio. Ya irás progresando con el

tiempo. Olvídate de ser un perfeccionista; concéntrate en la mejora constante. No necesitas complicarte la vida buscando la solución perfecta a un problema porque, en esos primeros momentos, todo lo que necesitas es dar un pequeño giro de tuerca a lo que estabas haciendo previamente. No confundas esto con que quiero que seas un conformista. Simplemente digo que, al principio, el hecho de tratar de ser un perfeccionista sólo va a conseguir que te agobies porque no puedes conseguir lo que querías; y eso probablemente haga que lo acabes dejando. Concéntrate en mejorar constantemente. Imagínate una bola de nieve que cae desde la cima de una montaña. Al principio tiene un determinado tamaño y va a descender lentamente; pero conforme sigue bajando va haciéndose más grande y desciende más rápido, hasta que al final es una fuerza imparable. Así es como tienes que ver el hecho de aprender una nueva actividad o de cambiar un determinado hábito. No puedes pretender que la bola de nieve vaya a la misma velocidad cuando está empezando que cuando está llegando al final. Por eso es por lo que, al principio, necesitas hacer la adquisición de esta nueva habilidad tan simple como sea posible. A lo largo del camino, ya se irá complicando, pero no necesitas preocuparte por eso en estos momentos. Todo lo que tienes que hacer ahora es practicar, al menos, 20 minutos al día y seguir los ejercicios que se indican en el libro. Quiero dejar claro que con la lectura rápida estamos tratando de cambiar un determinado comportamiento. Estás intentando pasar de leer durante años subvocalizando, leyendo palabra por palabra y retrocediendo cada vez que olvidas algo; a no tener que hacer ninguna de estas cosas, simplemente con la ayuda de un bolígrafo y con un movimiento de tus ojos más rápido. Esto no es algo que vaya a cambiar de la noche a la mañana; va a llevar tiempo. Por eso sé que el hacerlo más simple al principio no va a hacer daño. Tienes que pensar a largo plazo. Si te estuviese pidiendo que hicieses mucho ahora, o que le dedicases 3 horas al día, lo dejarías en un par de días. Lo que intento conseguir es que, al ir poco a poco, vayas descubriendo el proceso y te sientas cómodo con él. El hecho de que te sientas cómodo va a hacer que te guste más, y eso hará que poco a poco le vayas dedicando más tiempo. Conforme le vayas dedicando más tiempo, leerás mucho más

rápido. ¿No era ése el plan? Al principio, concéntrate en el 20% de actividades que te van a dar el 80% de los resultados. En este caso, ese 20% sería no volver la vista hacia atrás cuando lees, y aprender a mover los ojos más rápido. Simplemente dominando estas dos habilidades vas a doblar tu velocidad de lectura. Por eso, al principio de cualquier nueva actividad o hábito que quieras cambiar, tienes que HACERLO SIMPLE. Lo más importante para la lectura rápida es no volver hacia atrás y mover los ojos más rápido Mi relación con la Lectura Rápida La primera vez que oí hablar de la lectura rápida fue en el libro de Ramón Campayo “Desarrolla una Mente Prodigiosa”. Aprendí la técnica de lectura rápida que el autor explicaba en ese libro y la estuve usando durante un año. La verdad es que leí muchísimo más rápido y me gustaba bastante. Al año siguiente, recuerdo que en una clase de Francés en la Alliance Française de Granada, tenía una compañera de clase (creo recordar que su nombre era María), que tenía un libro de Tony Buzan y me comentó que era alguien que tenía una visión distinta y muy interesante sobre técnicas de aprendizaje, así que, cuando llegué a mi casa me metí en internet a buscar información sobre Tony Buzan. Vi que tenía varios libros de algo llamado Mapas Mentales, pero vi que también tenía uno llamado “El Libro de la Lectura Rápida”. Como era un lector voraz, y me intrigaba la idea de ser capaz de leer muy rápido, decidí hacerme con ese libro. En esa época (el año 2008) Amazon todavía no había llegado a España, así que me metí en Agapea.es y lo pedí. Cuando me llegó y empecé a leerlo sentí un subidón de adrenalina. Estaba leyendo el libro y haciendo los ejercicios, y veía que iba mejorando poco a poco. Recuerdo que una vez que devoré el libro, era hora de ponerme a practicar con un libro de verdad. Todavía me acuerdo de que libro era, “La Casa de la Playa”, de James Patterson. Aunque parezca difícil de creer, todavía me acuerdo de la trama del libro y, no es porque el libro fuese tan bueno que mereciese ser recordado para siempre, sino porque fue un momento que marcó mi vida.

Empecé a leer el libro y me acuerdo que en ese primer momento use la técnica más simple, el pasar el boli de línea en línea una por una, lo más rápido que puedas y sin volver hacia atrás. Leí ese libro (unas 350 páginas) en algo más de 3 horas. La sensación fue que iba volando sobre el libro. No podía creer que leyese tan rápido y que me estuviese enterando de lo que leía al mismo tiempo. El caso es que, si lees 100 páginas en una hora, es mucho más probable que te acuerdes de lo que pasaba al principio que si lees 50 páginas por hora, puesto que lo tienes más fresco en tu mente. El caso es que no me podía creer lo rápido que estaba leyendo, y una vez que acabé, me di cuenta de que era una nueva persona. Algo que ahora, después de 6 años, me parece tan normal, en aquel momento fue una experiencia que supe que me había cambiado. Sentía una sensación de superioridad difícil de explicar, una sensación de ser más capaz; básicamente, me sentía como si tuviese superpoderes. Luego, con el tiempo, fui experimentando con las distintas técnicas de lectura rápida. Al principio cuesta un poco (es lógico, estas aprendiendo una nueva habilidad; como montar en bici), pero luego, una vez que la dominas, merece la pena. Hoy en día, la técnica que más uso es la de zigzag. Digamos que sería como marcar una Z. Vas leyendo una línea, cuando llegas al final pasas la siguiente como si fuese el palo de una Z, y la tercera línea la vuelves a leer de manera normal. Es la que uso cuando leo una novela o un libro de ficción. Cuando leo algún libro de no-ficción, normalmente me hago las preguntas sobre qué quiero aprender del libro y porqué, y luego voy escaneando el libro hasta encontrar la información. Hoy en día la lectura rápida para mí es simplemente lectura, puesto que es mi manera de leer y me sale de un modo muy natural, no necesito pensar en ello. De vez en cuando viene bien pensar en ello y darte cuenta de las técnicas que no usas y que te ayudarían a leer todavía más rápido. La lectura rápida para mí es muy importante porque, como buen yonqui de la información y de buenas historias que soy, el ser capaz de leer muchísimo más rápido y de comprender y recordar la información que

quiero, es un regalo que ninguna cosa material puede igualar. Ése es el regalo que te quiero hacer con este libro. Te estoy dando el mapa del tesoro y las indicaciones para llegar a él. Lo único que tienes que hacer es seguir las instrucciones y allí estará esperándote. VELOCIDAD MEDIA DE LECTURA Ahora que has terminado ¿cuántas palabras leíste? La velocidad media de lectura suele ser entre 150-250 PPM. ¿Leíste más? ¿Leíste menos? ¿En la media? No hay ningún problema si tu velocidad estuvo por debajo de la media. Mientras sigas leyendo el libro y completando los ejercicios, tu puntuación en la primera prueba sólo será una historia que contarás a tus nietos alrededor de una hoguera. Si puntuaste por encima de la media, recuerda que vas a seguir mejorando tu velocidad a lo largo del libro. Y no sólo vas a mejorar la velocidad de lectura, sino también la comprensión y la retención de lo que lees. Antes de continuar, sólo quiero recordarte que la velocidad media (150-250 PPM) está basada en material de dificultad media. Si estás leyendo un texto muy técnico, tu velocidad de lectura bajará. Por otro lado, si lees algo como un libro infantil, con letras grandes y párrafos cortos, tu velocidad de lectura aumentará. Dependiendo del tipo de material que leas, tu velocidad oscilará entre las 100-300 PPM. Lo que vas a conseguir siguiendo estos ejercicios es alcanzar un nivel superior. Tienes que tener en cuenta que otros factores pueden afectar a tu velocidad de lectura. Por ejemplo: si estas distraído, o cansado, tu velocidad de lectura disminuirá bastante. También te tienes que dar cuenta de que la velocidad de lectura se mide en PPM (palabras por minuto). Esto sería muy útil si leyésemos en distintas tandas de un minuto. Pero, como normalmente leemos durante más tiempo, eso va a suponer que la velocidad media durante ese tiempo (supongamos que son 20 minutos) será menor de 250PPM; ya que no mantenemos la misma velocidad durante cada minuto. A medida que leemos, nos cansamos más; y cuanto más nos cansamos, más lento leemos.

Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido? Comprensión vs. Retención Antes de empezar es necesario aprender a distinguir entre estos dos términos. Muchas veces son confundidos y pueden dar lugar a malentendidos. Comprensión se refiere a lo que entiendes del material que lees. Esto es distinto de la retención, que es la cantidad de información que recuerdas después de haber leído y comprendido el texto. Ambos son distintos pero suelen ser confundidos. La comprensión se basa en el entendimiento del texto en el momento en el que lees (en otras palabras, que entiendes lo que lees). Retención es lo que recuerdas después de leer. El nivel de comprensión dependerá no sólo de tu velocidad de lectura, sino también del conocimiento que previamente tuvieses de la materia. Por ejemplo, imagina que estás leyendo “Rebelión en la Granja” (George Orwell). Si, antes de leerlo, estás al tanto del contexto histórico en el que se escribió el libro (La Revolución Rusa), probablemente serías capaz de enlazar la historia con lo que estaba pasando en el mundo en ese momento. Pero, en caso de que sea un niño el que lea el libro, sería capaz de comprender las palabras; pero el nivel de entendimiento sería bastante distinto al de un adulto con un mínimo conocimiento de Historia. Ahora que ya sabes tu velocidad de lectura y sabes diferenciar entre comprensión y retención, es hora de empezar a mejorar tu capacidad lectora. Barreras mentales comunes al leer Probablemente tengas una serie de barreras mentales (o creencias que te limitan) sobre la lectura. Estas barreras te frenan y hacen que no leas de forma más rápida y eficiente. Si quieres leer más rápido, necesitas deshacerte de estos pensamientos antes de poder seguir avanzando. Probablemente nunca antes te has planteado la naturaleza de tu habilidad lectora. La mayoría de la gente piensa que leer conlleva mucho tiempo, pero esto no es necesariamente cierto. Según lo que quieras leer, tardarás más o menos. La mayoría también piensa que para retener la información necesitas leer lo más lento posible y repetir las frases, para no perderte ni una sola palabra del texto. Esto no es verdad. No deberías olvidarte de que leer es una habilidad, como tocar la guitarra o jugar al fútbol. Como cualquier otra habilidad, puede ser mejorada. Lo primero que tienes que reconocer es que leer es una habilidad adquirida,

no algo con lo que naciste. Como en cualquier deporte, habrá gente que lo pille más rápido que otros, pero el hecho es que tú puedes mejorar drásticamente tu velocidad de lectura y comprensión con la práctica. Si quieres progresar con tu velocidad de lectura, necesitas deshacerte de estas barreras mentales. Barrera Mental #1: cuanto más rápido leo, menos comprendo y retengo. Necesito ir más lento para poder comprenderlo mejor. A no ser que leas poesía (en cuyo caso la lectura rápida no tiene mucho sentido), el leer lentamente es simplemente un signo de mala concentración. NUNCA es un signo de mejor comprensión. Los lectores lentos tienen poca concentración, lo que conlleva una mala comprensión. Los lectores rápidos están más enfocados y comprenden mejor los materiales de lectura, ya que están más concentrados mientras leen. La habilidad de concentrarte te permitirá leer más rápido a la vez que mejoras tu comprensión. Barrera Mental #2:necesito leer todas y cada una de las palabras del texto para poder comprenderlo Esto tampoco es verdad. Al menos la mitad de las palabras que lees no aportan ningún tipo de contenido al texto; sólo están ahí por razones gramaticales. Son como el pegamento que mantiene todo junto, pero no son importantes por sí solas. Perder tiempo y energía en leer estas palabras te impedirá mejorar tu velocidad de lectura y tu comprensión. Evitan que te concentres en las palabras que de verdad dan sentido al texto y te distraen de lo que es verdaderamente importante. Ser capaz de deducir a qué palabras debemos prestar atención forma parte de convertirte en un lector más rápido y eficiente. Debemos empezar a construir esta habilidad reconociendo que no todas las palabras necesitan ser leídas cuidadosamente. Si quieres ser un lector eficiente, necesitas reconocer que algunas palabras deben ser casi pasadas por alto; les debemos prestar menos atención. Si de verdad quieres pasar al siguiente nivel, necesitas cambiar tu percepción de lo que lees. A partir de este momento, vas a concentrarte en ideas, no en simples palabras. Si pasas mucho tiempo en cada

pequeño detalle y pierdes de vista el texto como un todo (si ves el árbol pero no ves el bosque), no vas a ser capaz de mejorar tu velocidad de lectura. Barrera Mental #3: comprendo poco porque no puedo recordar lo que leo Estamos mezclando la velocidad con el tocino. No ser capaz de recordar el texto que acabas de leer es un problema de memoria, no de comprensión. Con la práctica, cuanto mejor te concentres, más fácil te será recordar lo que lees; pero la mejor técnica para recordar lo que lees es la “repetición espaciada”. La repetición espaciada significa la repetición múltiple, a lo largo del tiempo, del material de lectura que quieres recordar. Aunque eso no significa que tengas que volver a leerlo todo cada vez que quieras recordar algo. Puedes hacerlo simplemente tomando notas de lo que lees, y luego revisando esas notas. Algunas personas tienen este problema porque no se concentran y siempre quieren saber lo que pasa antes de que haya pasado. Es como la gente que está en el cine viendo una peli y, cuando sólo lleva 5 minutos, empieza a preguntarte ¿quién es este? ¿Y quién es este otro? Y todo tipo de preguntas de las que tú, que también llevas viendo la película durante 5 minutos, no tienes ni idea. “Por qué no te callas un ratito y prestas atención? Lo mismo, incluso te enteras de qué va la peli”. Imagínate que tuvieses que rebobinar una película cada vez que te olvidas de algo. En vez de dos horas tardarías 8, y probablemente te cansarías de verla antes de que terminase. Aunque suene extraño, esto es lo que hacemos con los libros. Barrera Mental #4: debería poder entender y recordar todo lo que leo a la primera A no ser que seas un prodigio, probablemente no vas a recordar todo lo que lees, y mucho menos a la primera. No importa lo rápido que leas, no vas a comprender y a recordar todo a la primera. El que puedas recordar el texto se consigue con la repetición. Como expliqué antes, esto no significa que tengas que volver a leerlo todo cada vez; simplemente tienes que coger notas de lo que lees. La comprensión se puede conseguir a la primera sin muchos problemas, aunque a veces, cuando estás leyendo sobre una materia con la que no

estás familiarizado, a lo mejor necesitas releerlo para poder comprenderlo. La clave de la retención a largo plazo es tomar notas al margen, subrayar las palabras clave, hablar con alguien sobre el tema... Cualquier cosa que refuerce en tu mente la información que has adquirido durante tu lectura. Barrera Mental #5: no necesito mejorar mi capacidad lectora, ya leo suficientemente bien Como mencioné anteriormente, leer es una habilidad como cualquier otra, y a través de la “práctica deliberada” puedes mejorarla. No importa si empiezas leyendo más lento o más rápido; en ambos casos vas a mejorar tu velocidad y tu comprensión siguiendo este método. La mayoría de las personas no imaginan de lo que pueden ser capaces a través de la “práctica deliberada”. 3 obstáculos al leer Para poder leer más rápido, necesitas cambiar la forma en la que lees actualmente. Ahora que ya conoces las barreras mentales que te impiden leer más rápido, tienes que alejarte de ellas como de la peste. Lo que comentamos anteriormente eran barreras mentales (excusas que te pones a ti mismo para justificar el no hacer nada); ahora vas a aprender los hábitos que tienes que te impiden leer más rápido. Son muy comunes, todos los tenemos (o hemos tenido), y son los que hacen que leas muchísimo más lento de lo que puedes. Es como intentar correr los 100 metros con diez kilos en cada pierna. Se puede hacer, pero no vas a hacer muy buen tiempo; y las probabilidades de frustrarte, o de cansarte, son bastante altas. Obstáculo #1: Fijación Consiste en fijar tus ojos en todas y cada una de las palabras de cada página (no querrás perderte una preposición, esto podría ser letal para tu comprensión del texto ¿no?). Esto es algo que estoy seguro que haces al leer, enfocas tu vista en la primera palabra, luego pasas a la segunda... y así hasta el final del libro. No te preocupes que no es nada raro, simplemente lo haces porque así es como te enseñaron a leer. Esta es la forma en que empezaste a leer y, en ese momento, quizá fuese esa la forma más inteligente de empezar; pero, después de un tiempo leyendo así, deberían enseñarte otras formas ¿no crees? ¿Te imaginas a Cristiano Ronaldo haciendo el mismo tipo de entrenamiento que

un niño de 6 años que empieza a jugar al fútbol? Cuando tienes 6 años y empiezas a jugar te enseñan de una forma, y luego esa forma va evolucionando a lo largo del tiempo. Parece una tontería, pero esa es la forma en que nos enseñaron. Una vez que sigues creciendo y leyendo, te quedas estancado, ya que sigues usando la misma técnica que usabas al empezar a leer en la escuela. Lo que deberían haber hecho, en su lugar, es enseñarnos nuevas formas de mejorar nuestra velocidad y nuestra comprensión lectora. ¿Cómo arreglar este hábito de la “fijación”? Lo que se hace es coger grupos de palabras a la vez, en vez de ir una por una. ¿Cómo es esto posible? Muy simple, usando tus ojos de la forma en que pueden, y deben, ser usados; usando tu visión periférica (la misma que usas cuando conduces, practicas un deporte, caminas...). Esto es algo muy normal en cualquier otra actividad que realizamos, pero parece que nos hemos olvidado de ella a la hora de leer. Ahora mismo lo que hacemos es usar, en vez de nuestra visión periférica, nuestra visión de túnel (enfocando una palabra, luego la siguiente... y así hasta el final de los tiempos). Esta forma de enfocar tu vista hace que tu lectura sea aburrida y, a la vez, agotadora. Probablemente notas molestias cuando llevas leyendo un buen rato, y esto es porque tu cerebro, que puede ir a 1000 km/h, va a 10 km/h. Me juego lo que quieras a que no notas este tipo de cansancio en la vista cuando vas caminando por el parque o estás jugando al tenis. ¿Por qué? Porque no estás enfocando tu vista en una cosa pequeña (como una palabra) sin ningún tipo de guía que te ayude a ahorrar esfuerzos (como un bolígrafo). Si sigues leyendo de esta forma (con la visión de túnel) no vas a conseguir leer muy rápido. Pero no te preocupes, a través de la práctica deliberada conseguirás eliminar este hábito progresivamente. Obstáculo #2: Regresión Éste es el que te va a costar más trabajo eliminar. En realidad, nunca lo vas a poder eliminar del todo, simplemente tienes que concentrarte en hacerlo lo menos posible. Probablemente lo haces siempre que lees. Has estado leyendo durante un par de minutos y te das cuenta de que se te olvidó lo que el personaje principal estaba haciendo o porqué había llegado a ese sitio; así que das un salto atrás hacia lo que acabas de leer, y empiezas a leer de nuevo. La regresión consiste en volver hacia atrás y releer partes del texto que ya has leído. Si eres una persona normal, probablemente pasas la tercera parte del

tiempo que lees yendo hacia atrás y releyendo partes del libro. Esto significa que, por cada 30 minutos que lees, 10 minutos te los pasas volviendo hacia atrás y releyendo. Como puedes suponer, una vez que reduzcas este hábito vas a leer muchísimo más rápido. Y, una vez que sabes cómo leer más rápido, no necesitas volver hacia atrás para ver lo que ha pasado. Como ya he explicado, éste es el hábito más difícil de controlar. Yo todavía lo hago de vez en cuando. De lo que la gente no se da cuenta es de que no necesitas releer algo que no te quedó claro, ya que en el 99.99% de los casos el tema va a volver a salir en el texto, siempre que sigas hacia delante con tu lectura. No tengas miedo y sigue adelante, te prometo que tus dudas van a ser resueltas a lo largo del libro. La regresión puede ser debida a una comprensión pobre; falta de concentración; falta de interés; pobre vocabulario del lector; porque el autor no es claro al explicar los conceptos... Si sigues hacia delante con tu lectura, resolverás tus dudas y ahorrarás mucho tiempo en la lectura del libro. Obstáculo #3: Subvocalización Este es el hábito por el cual decimos las palabras en voz alta en nuestra cabeza. Aquí es donde necesitas dejar de leer palabra por palabra y empezar a tomar fotos mentales de grupos de palabras. Este método de subvocalización te lo enseñaron también cuando empezaste a leer. Aprendiste a leer pronunciando las palabras en alto. Después de un tiempo de práctica, te enseñaron a leer esas palabras pero para ti mismo, en tu cabeza. ¿Por qué te está impidiendo la subvocalización convertirte en un lector más rápido? Porque la velocidad a la que tu mente puede ir es muchísimo mayor que tu capacidad de leer palabra por palabra. Si lees palabra por palabra en tu mente, tu velocidad de lectura va a ser la misma que tu velocidad al hablar. E, incluso si dudas de lo que digo, no necesitas leer una palabra en voz alta, o dentro de tu cabeza, para entender lo que dice. Piensa en ello, cuando lees en voz alta, hay dos actividades que tienen lugar en tu cerebro. Una parte de tu cerebro está intentando comprender el texto, los conceptos... mientras que, al mismo tiempo, la otra parte de tu cerebro se está concentrando en pronunciar las palabras. Estas dos actividades mentales trabajando al mismo tiempo están impidiendo a la otra que funcione al 100% de su capacidad. Dicho de otro modo, decir las palabras en voz alta no te ayuda necesariamente a comprenderlas mejor. ¿No te ha pasado alguna vez que has tenido que salir a leer enfrente de toda la

clase y, al finalizar, no sabías lo que habías leído? Tu mente es como un lienzo en blanco en ese momento y no puedes recordar nada. Esto te pasó porque te estabas concentrando en leer y en pronunciar, no en comprender el texto. Si quieres hacer ambos a la vez tienes que trabajar extra. El problema con la subvocalización es que te impide leer más rápido de lo que hablas. Tu velocidad mental es mucho más rápida que tu velocidad al hablar. Por eso es por lo que necesitas deshacerte de la subvocalización para poder leer más rápido. No te preocupes, incluso si encuentras esto difícil de creer, no necesitas “leer en voz alta” las palabras dentro de tu cabeza. Tu cerebro reconoce y comprende las palabras en el momento en que entran dentro de su campo visual (en el momento en que las ve). Tu objetivo aquí es reducir al máximo el número de veces que dices las palabras en alto dentro de tu cabeza. Olvídate de la perfección ahora, nunca lo vas a hacer perfecto. Sólo preocúpate de reducir el número de veces que lo haces.

Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura Anteriormente has aprendido sobre los comportamientos que te están impidiendo leer más rápido. Ahora vas a saber qué hacer para poder mejorar tu velocidad de lectura. Asegúrate de que sigues las instrucciones y recuerda que, como con cualquier otra habilidad, cuanto más practiques de forma deliberada, más mejorarás. Usa un bolígrafo para leer más rápido Esto es muy fácil de hacer. Simplemente coge un bolígrafo, o un lápiz, y úsalo para guiarte de una línea a la otra. El bolígrafo te va a servir para enfocar lo que estás leyendo y, mientras muevas el bolígrafo por la línea, los ojos lo seguirán. Si no te sientes cómodo usando un bolígrafo, puedes usar la mano. Ya sé que esto es lo que tus profesores te dijeron que no hicieras cuando eras pequeño porque para “leer bien” había que leer en voz alta y sin usar la mano. Y, sin embargo, cuando usabas la mano para ayudarte leías bastante más rápido (me pregunto quién sería el primer “iluminado” que dijo que no se debía leer usando la mano). Incluso sigues usando la mano para guiarte cuando buscas en las Páginas Amarillas, en un diccionario, en un mapa... Recuerda, usamos el bolígrafo porque queremos que haga de guía para nuestros ojos. Nuestros ojos seguirán el movimiento del bolígrafo alrededor de las líneas. ¿Por qué hacemos esto? Pues porque, si no usásemos un bolígrafo como guía, tus ojos tendrían que gastar mucha más energía concentrándose en la línea, eliminando todo lo que la rodea. ¿Por qué? Porque hay muchas cosas que atraen tu atención al mismo tiempo. Mientras escribo esto puedo, incluso con el ordenador delante mía, ver a mi gato sentado en el sofa a mi derecha; puedo ver el ratón y la lámpara; una libreta a mi izquierda, la puerta, también a mi izquierda, la papelera... ¿Por qué te cuento esto? Para que veas que, si no tienes una guía (como, por ejemplo, un bolígrafo) que te ayude a enfocar tus ojos en una dirección concreta, tus ojos van a estar mirando muchas cosas al mismo tiempo. Y tendrán que usar más energía para poder concentrarse sólo en una línea del libro. Por eso este simple truco te va a ayudar a leer más rápido y a ahorrar energía. ¿No es maravilloso? No sólo vas a leer más rápido sino que, al ahorrar energía, vas a poder hacerlo durante más tiempo. Practica con el bolígrafo, úsalo para guiarte por las líneas. Pasa el bolígrafo

por cada línea, concentrándote en mirar la punta del bolígrafo. No te preocupes en un primer momento por la comprensión. Ahora mismo estás aprendiendo una nueva habilidad, que es el mover los ojos más rápido mientras te ayudas del bolígrafo. Simplemente úsalo en una página y lee cada línea en medio segundo. Acostúmbrate y mueve tus ojos más rápido a la vez que sigues la dirección del bolígrafo. Leer más rápido practicando ejercicios Además de usar el bolígrafo, vamos a empezar a practicar para que así puedas aprender a aumentar tu velocidad de lectura. Tu objetivo aquí es leer más rápido de lo que normalmente lees. Esto es el comienzo, así que quiero que te concentres en la velocidad, no en la comprensión. No te preocupes, vas a dominar ambas con la práctica; pero, al principio, es como tratar de montar dos bicicletas al mismo tiempo. Quizá puedas hacerlo, pero vas a conducir ambas mucho más despacio. Ahora mismo vas a practicar la velocidad, céntrate sólo en la velocidad y, con todo lo que has ido aprendiendo hasta ahora, vas a ir más rápido de lo normal. No te preocupes si notas que te centras más en unas palabras que en otras, esto es algo normal. Algunas palabras se te van a quedar pegadas en la mente, algunas las vas a pasar de largo o, quizás, no las entiendas individualmente. Esto es algo que debes esperar. También debes esperar que tu comprensión, al principio, baje drásticamente (entre 0 y 20%). ¿Por qué voy a leer más rápido si no lo voy a entender mejor, dices? Porque lo que estamos haciendo ahora mismo es entrenar tus ojos para que se muevan y vean más rápido; y para que se acostumbren a ello. Estás entrenando tus ojos para que estén cómodos viendo grupos de palabras a la vez. Ya sabes que, para poder leer más rápido, tienes que ser capaz de ver más rápido. Este ejercicio está diseñado para entrenar tus ojos de modo que sean capaces de ver más en menos tiempo. No te vuelvas loco/a con la comprensión ahora mismo, solo estamos entrenando la velocidad, ¿ok? En lo que te tienes que concentrar es en ver las palabras tan rápido como puedas. Hay 3 tipos de habilidades que usamos cuando leemos: velocidad, comprensión y retención (o memoria). Para que puedas leer más rápido, necesitas mejorar cada una de estas habilidades. No podemos trabajar en todas a la vez. Necesitamos trabajar cada una individualmente y después unirlas todas cuando leamos con el objetivo de comprender el texto.

Instrucciones para el siguiente ejercicio: Vas a leer durante 3 minutos. Supongamos que lees 1000 palabras. A continuación vas a intentar leer la misma cantidad (1000 palabras) en menos tiempo. En este caso, en 2 minutos y 40 segundos. Después sigues intentando bajar el tiempo, esta vez a 2 minutos y 25 segundos. Recuerda, el objetivo de este ejercicio es conseguir que tus ojos lean más rápido de lo que están acostumbrados; no te preocupes por la comprensión ahora mismo. ¡IMPORTANTE! Para dominar la lectura rápida, no tienes que leer las palabras en tu cabeza, sólo tienes que VERLAS. Lo que haces es tomar fotos mentales de grupos de palabras. En este ejercicio, el hecho de volver a leer la misma cantidad en menos tiempo va a forzar a tus ojos a moverse más rápido. Recuerda que buscamos velocidad, no comprensión (eso vendrá después). Vamos a ello. Recuerda: Usa un bolígrafo, o tu mano Visualiza las palabras, no las leas Siempre hacia adelante Concéntrate en grupos de 3 o más palabras Olvídate de la perfección, irás mejorando con la práctica Multiplica el número de líneas que lees por 15 (número medio de palabras por línea) Ejercicio: Entrenamiento de Velocidad Lee lo máximo que puedas en 3 minutos Vuelve a leer la misma cantidad de palabras en 2 minutos y 40 segundos Vuelve a leer la misma cantidad de palabras en 2 minutos y 25 segundos Vuelve a leer la misma cantidad de palabras en 2 minutos y 12 segundos Textos sacados del blog http://tubusinesscoach.es/poder-metas/ y http://tubusinesscoach.es/como-ganar-1-hora-dia/ A veces sentimos que queremos conseguir algo, no podemos evitar el

cosquilleo interior pensando en lo mucho que queremos conseguirlo y nos ponemos a ello como locos; y, sólo un par de días después, perdemos nuestra concentración (no sabemos a dónde se fue) y empezamos a buscar nuevos objetivos. Y seguimos repitiendo el mismo comportamiento una y otra vez. Una y otra vez. Así hasta el fin de los días. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué crees que vas de un lado a otro, como pollo sin cabeza? Probablemente conoces a alguien que haga esto. Probablemente lo has visto una y otra vez repitiendo este comportamiento, siempre con nuevas ideas, y siempre dejándolas al cabo de un par de días. Quizás hasta lo conoces demasiado bien, como si fueras tú mismo… ¿Por qué hacías esto? Porque no tenías un Objetivo claro, definido, con las acciones a tomar y con un plazo determinado para conseguirlo. Todos hemos oído al menos una vez en nuestras vidas la importancia de tener objetivos, pero ¿a cuánta gente conoces que de verdad tengan objetivos claros y definidos, con una serie de acciones a seguir y con un plazo que cumplir? Baja drásticamente el número de personas que conocías ¿no crees? Si quieres mejorar, necesitas establecerte objetivos que conseguir. Mucha gente, especialmente los PESIMISTAS, se quejan de sus vidas todo el rato; pero, si les preguntas cuáles son sus objetivos en la vida y por qué creen que no los han conseguido todavía, te miraran como si acabases de aterrizar en una nave espacial, y a continuación se seguirán quejando sin haber contestado a tu pregunta. ¿Cómo puedes ser infeliz en tu vida si ni siquiera sabes lo que quieres conseguir en tu vida? “Si no sabes a dónde quieres ir, cualquier camino te llevara allí” Una meta es simplemente un objetivo que quieres conseguir. Tener una meta hace que enfoques tu mente en un determinado objetivo y te olvides de lo que sea superfluo e innecesario, enfocándote solo en oportunidades y las actividades que tienes que realizar para conseguir ese objetivo. “Una meta es un sueño con un plazo determinado para cumplirlo” Necesitas establecer metas si de verdad quieres ser productivo y eficiente. Sin metas, lo único que haces es perder tu tiempo.

Lo bueno de establecer metas es que, como con todo en la vida, después de un tiempo haciéndolo te vuelves más eficiente. Cuando tienes una oportunidad de hacer algo, puedes compararlo con tu lista de metas a conseguir y así decidir si merece la pena hacerlo o no. Imagina que tu objetivo para el 2014 es hablar chino fluido. Y, en el mes de junio, te llega una oferta para apuntarte a una academia de francés al lado de tu casa en la que el primer mes es gratis. ¿Qué deberías hacer? ¿Deberías dejar de estudiar chino y ponerte con el francés? ¿Deberías estudiar los dos a la vez? ¿O, quizás, deberías olvidarte del francés y seguir con el chino, con el que llevas ya 6 meses y que es el que de verdad quieres aprender a hablar para final de año? Si tu objetivo era aprender a hablar chino, deberías concentrarte en ello y olvidarte del francés. Mucha gente contestaría que se pueden hacer los dos, pero eso es como conducir dos bicis a la vez (con una pierna en cada bici), es posible, pero la velocidad que llevarías seria mucho menor, y a la mínima que pilles un bache probablemente te caigas. Si coges sólo una bici vas a llegar muchísimo más rápido a donde quieres llegar. Desglosando tus metas Tienes que ser específico. Si dices, “quiero aprender portugués en los próximos 3 meses” ¿qué significa “aprender” en ese sentido? ¿Quieres decir que quieres ser capaz de mantener una conversación fluida en portugués? ¿O que quieres ser capaz de estudiar en una universidad portuguesa? “Aprender” portugués es una meta muy poco específica. Por otro lado, si tu objetivo fuese “quiero ser capaz de ir a Lisboa y moverme por la ciudad sin necesidad de ningún interprete” o “quiero ser capaz de mantener una conversación sobre fútbol con mi amigo Joao”; eso es una meta específica, y será mucho más fácil conseguirla puesto que, una vez que sabes lo que quieres, es más fácil desglosar esta meta en pequeñas acciones que necesitas realizar para conseguirla. Tienes que comprender que no puedes controlar el resultado final de tus acciones, pero sí puedes controlar las actividades que son necesarias para conseguir el resultado deseado. Dos personas que siguen el mismo plan no consiguen los mismos resultados; pero las actividades que deben realizar para alcanzar estos resultados son las

mismas. La importancia de los plazos “No existen las metas irreales, solo los plazos irreales” Si tu objetivo era hablar mandarín, y quieres conseguirlo en una semana, lo más probable es que falles miserablemente. Después de haber fallado, estarás frustrado porque no fuiste capaz de conseguirlo, pensarás que eres un fracasado y dejarás de establecerte metas. ¿Cuál era el problema de la meta “hablar Mandarín en una semana”? No era la meta en sí, sino el plazo que te diste a ti mismo para conseguirla. No era un plazo realista. Con más tiempo para conseguir esa meta, habría sido probable que la consiguieras. Cuando estableces tus metas tienes que apuntar alto, pero no tan alto que ya antes de empezar sabes que no lo vas a poder alcanzar. Pasos a seguir. ¿Qué puedes hacer? Piensa en 1 meta que quieres conseguir en este mes (escribir un blog, leer 3 libros, aprender 100 palabras en inglés...) ¿Por qué quieres conseguir estas metas? ¿Cuál es el beneficio que buscas? ¿Qué acciones son necesarias para alcanzar esta meta? Escribe sólo la primera acción que necesitas (comprar un libro, escribir en Word...). Cada día, justo después de levantarte, escribe tu meta para ese día. Por ejemplo, si tu objetivo es aprender chino, to objetivo para ese día es aprender 5 verbos en chino. En un mes, tienes 4 semanas y media. Eso son unos 20-22 días entre semana. Unas 20-22 pequeñas acciones que puedes tomar para conseguir tu objetivo en un mes (y eso que no contamos los fines de semana). Es simple, ¿no crees? Cuando estableces una meta y la descompones en pequeñas acciones, se hace mucho más llevadero el conseguirlas. Escribe tu progreso en una libreta o en un documento Word Es importante que, al final de la semana, compruebes lo que

has hecho durante la semana y así puedas ver lo que está funcionando y lo que no, y porqué. Simplemente hazte estas preguntas y escribe la respuesta a mano: 1.

¿Cuál fue el momento más importante de la semana? (ej.: Aprendí 30 verbos en Chino)

2.

¿Cuáles fueron los obstáculos o qué no funcionó? ( ej.: No se me da muy bien la pronunciación en Chino porque no sé diferenciar los tonos)

3.

¿Cómo puedo mejorar lo que no funcionó? (ej.: Puedo ver vídeos en YouTube sobre como pronunciar los tonos en Chino)

Esto es todo lo que necesitas para ser más productivo y conseguir hacer cosas. Escoge 1 meta que quieres alcanzar y sigue los pasos que te he explicado anteriormente. Ya al final de la primera semana verás que has hecho más en una semana que en el mes anterior (en el que no tenías metas claras). Y, si sigues con ello, al final del primer mes no creerás lo mucho que has cambiado. Si hay un día, dos días, o una semana en la que no sigues con tus objetivos (por el motivo que sea), no los abandones. Simplemente sigue por donde lo dejaste y sigue hacia delante. El fracaso es algo que debes esperar. A mí me ha pasado muchas veces que empiezo y luego hay una semana en la que no hago tanto como debería. Sigue moviéndote, sigue hacia adelante. Y verás lo mucho que cambias en un mes. Es curioso cómo, cada vez que le cuento a alguien que entreno 6 días a la semana, su respuesta (solo el 99% de las veces) es “¡qué bien! ¡Ojala yo pudiera hacer lo mismo!”. ¿En serio? Y ¿por qué no lo haces? ¿No tienes 45 minutos libres cada día? ¿Estás intentando decirme que, desde el momento en que te levantas hasta que te acuestas, has estado ocupado/a todo el día? ¿En serio? Un caso parecido. Cuando estaba en la universidad tenía un compañero de piso (que trabajaba como abogado) que siempre estaba diciendo (con los hombros caídos y en tono cansado): “estoy tan ocupado. Ojalá pudiera clonarme a mí mismo”. Pero el caso es que (a lo mejor esto es

pura coincidencia), cada vez que lo veía estaba hablando por teléfono (con amigos, nada de negocios), mirando fotos en Facebook, viendo pelis en el portátil... Pero, como estaba sentado en el escritorio mientras hacía esto, supongo que se debería considerar “trabajo”, ¿verdad? Intento ser tan productivo como puedo; por eso cuando hablo con alguien que tiene este tipo de actitud (el 90% de las personas) me hierve la sangre. La gente pierde tanto el tiempo que es hasta vergonzoso. Y lo mejor es que, si intentas explicarles como ser más productivos, siempre te responderán con una excusa, o mejor aún, te dirán “ sí, la verdad es que debería hacer lo que dices” (y después nunca lo hacen). Eso es lo que David Schwartz, autor de “The Magic of Thinking Big”, llamo “excusitis”. Esto es una enfermedad que tiene mucha gente y que les hace crear excusas para cualquier cosa. Esta es una lista de cosas en las que la gente pasa mucho tiempo y que no les da ningún tipo de beneficio: Ver la Tele (a no ser que veas Breaking Bad). Ver la tele una hora al día para despejarte, ver una serie... está bien; pero verla desde que llegas a tu casa hasta que te acuestas o, mejor aún, “ponerla de fondo” mientras intentas hacer otras cosas, es una pérdida de tiempo. Facebook: todos sabemos que es muy divertido ver fotos de gente que ha engordado con el paso de los años, pero tampoco te tienes que pasar la tarde con eso. Whatsapp. Por qué no puedes dejar pasar el tiempo sin responder un whatsapp. ¿Por qué tienes que responder al momento? ¿Cuándo fue la última vez que respondiste un whatsapp a la hora y perdiste tu trabajo o dinero como consecuencia? ¿Cuándo ha sido la última vez que contestaste un whatsapp al momento y ganaste dinero? YouTube Ver las noticias o leer el periódico. Si lo que quieres es mejorar, tienes que empezar a diferenciar entre

prioridades. Tienes tiempo de hacer cualquier cosa que quieras, pero tienes que priorizar unas y dejar otras de lado. Si, por ejemplo, no quedaste con un amigo para tomar algo, pero te tiraste media hora viendo las noticias, luego fotos en Facebook, después te metiste en YouTube... no se trata de que no tuvieses tiempo, se trata de que tus prioridades eran otras. ¿Qué es más importante para ti? ¿Pasar tiempo con tus amigos, entrenando...? ¿O viendo fotos en Facebook? Tus prioridades no se basan en tus palabras, sino en tus acciones. Si dices que odias tu trabajo y que quieres cambiar, pero nunca echas un CV ni hablas con nadie en una ETT, entonces tu prioridad no es cambiar de trabajo. Tu prioridad es quejarte y seguir como estás. Tan simple como eso. Mucha gente se ofende cuando les digo esto, y entonces empiezan a mentirse a sí mismos diciendo que es que no han tenido tiempo.... Y así llegan a los 40 con trabajos que odian y despotricando de sus jefes; en vez de echar la culpa al verdadero responsable (ellos mismos). Si hablas en serio cuando dices que quieres tener tiempo para las cosas que DE VERDAD quieres hacer, sigue leyendo. ¿Cuáles son las 3 actividades que te hacen perder más el tiempo? Escríbelas en una libreta. ¿Por qué crees que te hacen perder el tiempo? ¿Qué harías con el tiempo extra que ganarías cada día? Por ejemplo: yo solía perder 30 minutos leyendo el periódico online. ¿Qué hice para dejar de perder el tiempo? Me puse una aplicación en Google Chrome que no me deja acceder a esas websites. ¿Cómo puedes hacer esto? Imagina que quieres dejar de ver tanta tele. ¿Qué tipo de obstáculos puedes usar? Puedes hacer algo tan simple como poner el mando a distancia bastante lejos de la tele y en un sitio de difícil acceso (siempre que la tele no tenga botones para cambiar de canal); o puedes desenchufar el cable de la tele y esconderlo en un armario. Parece una tontería, pero pensemos un momento. Antes de hacer esto, simplemente tenías que coger el mando, sentarte en el sofá, y empezar a ver la tele. Ahora, cada vez que quieras ver la tele tienes que ir a por el cable, abrir el armario, coger el cable y volver a conectarlo; después

ya podrías sentarte en el sofá a ver la tele. ¿Crees que esto afectaría en algún modo al tiempo que pasas viendo la televisión cada día? Si todavía tienes dudas (y hablas inglés), déjame que te enseñe este experimento que Brian Wansink (autor de Mindless Eating) realizó con secretarias y chocolatinas. http://www.discovergoodnutrition.com/2011/04/is-your-workplacemaking-you-fat/). Puedes ver que, simplemente poniendo las chocolatinas a metro y medio (poniendo un pequeño obstáculo) las secretarias comieron la mitad de chocolate. Un pequeño giro de tuerca que ayuda a las secretarias a consumir la mitad de calorías cada día y perder algo de peso. Entonces ¿qué tienes que hacer para evitar tus 3 actividades que más te hacen perder el tiempo? Piensa porqué quieres dejar de realizar estas actividades ¿Qué vas a hacer con el tiempo extra? Pon obstáculos SIGUIENTE PASO: DESPUÉS DE FINALIZAR UN EJERCICIO Ahora que has finalizado el primer ejercicio de velocidad, vas a volver a comprobar tu velocidad de lectura. Lee el siguiente texto a la máxima velocidad que puedas, dentro de un nivel que sea cómodo para ti. Recuerda seguir las siguientes recomendaciones: Usa un bolígrafo, o tu mano Visualiza las palabras, no las leas Siempre hacia adelante Concéntrate en grupos de 3 o más palabras Olvídate de la perfección, irás mejorando con la práctica Listo, ajusta tu cronometro a 1 minuto y empieza a leer el siguiente texto. Cuando hayas terminado, calcula tu velocidad de lectura multiplicando el número de líneas que leíste por 15 (número medio de palabras por línea). Texto sacado del blog http://tubusinesscoach.es/paradoja-opciones/

A lo mejor sólo me pasa a mí, pero cada vez que voy a hacer la compra y no llevo una lista, tan pronto como me pongo a mirar las diferentes opciones me empieza a entrar un cosquilleo por la espalda y una sensación de nervios. Veo muchos tipos diferentes de carne, huevos, de esto y de lo otro... ¿Qué pasa si escojo éste? éste tiene buena pinta, pero... no, espera, este otro pone que es 90% libre de grasas, quizá debería elegir ése... Justo aquí es cuando empiezo a sentirme abrumado. ¿Te suena familiar? Pienso que es algo fascinante el hecho de que, en un sitio en el que tienes miles de productos a tu disposición, donde hay muy pocas limitaciones sobre las opciones a escoger, en vez de sentirte libre y disfrutar de la experiencia, empiezas a ponerte nervioso, a ir de un lado a otro, volviendo hacia atrás a por cosas que olvidaste, y cuando tienes que optar por un producto donde tienes que elegir entre 4 posibles opciones empiezas a sentirte paranoico. Esto es por lo que, cuando leí “The Paradox of Choice”, me di cuenta de lo equivocado que había estado toda mi vida. Siempre pensé que el hecho de tener la libertad de elegir lo que quieras te haría más feliz, pero, al parecer, es todo lo contrario. Tener tantas opciones no nos hace más felices, nos hace miserables. ¿Por qué? Porque siempre estamos cuestionando nuestras acciones. ¿Qué pasa si elijo este en vez de ese otro? ¿Sería mejor? ¿Pero, qué pasa si me equivoco? ¿Qué pasa si fracaso? Para evitar estas confrontaciones contigo mismo cada vez que tienes que elegir entre muchas opciones, lo mejor que puedes hacer es limitarte a ti mismo. Limitar el número de opciones que tienes para que, al final, solo tengas que elegir entre dos opciones. ¿Por qué? ¿Por qué, si vivo en una sociedad libre debería limitar mis opciones? Ésa es una buena pregunta. Antes que nada, no estoy sugiriendo que te vayas a vivir a Corea del Norte para así no tener que elegir nada. Lo que estoy diciendo es que, si quieres ser feliz y tomar mejores decisiones, tienes que limitar tus opciones y elegir entre las dos mejores. Tienes que ser un escogedor ( decidir y escoger una opción), no un recolector (alguien que abre la puerta a 1000 opciones pero que no escoge ninguna). Necesitas eliminar las deliberaciones que no son importantes. Lo único que consiguen es hacerte perder tu tiempo y tu energía, y eso es

algo que nunca recuperaras. ¿Qué es lo que quieres? ¿Cuál es tu objetivo? Concéntrate en esas áreas donde tus decisiones importan. Satisface más, maximiza menos Podemos relacionar esto con el perfeccionismo. Muchos de nosotros tratamos de ser perfectos en distintas facetas de nuestras vidas y, aunque en algunos casos esto te lleve a ser mejor (como en los deportes); en otros simplemente hará tu vida más miserable. Necesitas decidir qué áreas de tu vida quieres maximizar y, al mismo tiempo, necesitas aceptar cuando algo es lo suficientemente bueno en ciertas áreas de tu vida. Por ejemplo, hablemos de las relaciones. Todos nosotros, cuando tenemos novia/o, empezamos a ver a nuestros amigos como si tuviesen el Secreto de la Felicidad Eterna. Empezamos a envidiarlos y a pensar que, si nosotros también estuviésemos solteros, estaríamos siempre de fiesta, ligando con tías impresionantes, y esto y lo otro. Pero, tan pronto como cortamos con nuestras novias, nos damos cuenta de que la vida que pensábamos que iba a solucionar todos nuestros problemas y a hacernos más felices, únicamente nos hace más miserables. Nos damos cuenta de que hemos cambiado el estar con nuestra novia, alguien que nos conoce íntimamente, con la que teníamos planes, íbamos la cine, nos acurrucábamos en la cama... por salir un sábado por la noche para encontrar a una chica fácil que se venga con nosotros y que, al día siguiente, no significará nada y, tan pronto como se haya ido, te dejara contigo y con tu soledad y tus miserias de nuevo. En este caso, en el momento en que dejamos a nuestras novias lo que estamos intentando es maximizar nuestras vidas. Lo estamos haciendo porque pensamos que vamos a disfrutar más y porque queremos más, más de la vida, queremos exprimir todo hasta la última gota cada día.. Y al final, ¡sorpresa!, cuando llevamos solteros una semana queremos volver con nuestra ex. ¿Por qué estoy despotricando sobre este tema? Porque, en este caso, habríamos estado mucho mejor si hubiésemos tenido la mentalidad de “satisfacer” en vez de la mentalidad de “maximizar”. Deberíamos haber pensado, “mi relación va muy bien, tengo una novia que me quiere; tenemos planes en común; nos encanta pasar tiempo juntos, pero a la vez cada uno tiene sus propios proyectos...” Entonces te habrías dado cuenta de

que esa parte de tu vida estaba satisfecha. No necesitabas más que eso. Necesitabas seguir mejorando esa relación día a día, no buscar otra nueva. El perfeccionismo, en este caso, sólo te trajo miseria. Esto no significa que no puedas ser perfeccionista en otras áreas de tu vida (como en tu vida profesional, en los deportes...); pero tienes que recordar que tratar de maximizar todas y cada una de las distintas áreas de tu vida solo conseguirá hacerte miserable. Eso es por lo que necesitas elegir qué áreas de tu vida quieres maximizar y que áreas de tu vida necesitas satisfacer. ¿Cómo seguir usando este patrón restrictivo para ser más feliz? Mantente fiel a lo que compras normalmente. No trates de cambiar cada producto que compras cada vez que vas el supermercado. No caigas en la trampa de comprar algo simplemente porque es nuevo y mejorado. Si tu iPad 3 satisface toda tu necesidad, no necesitas comprarte el nuevo iPad Air. Lo único que conseguirás será tener el mismo tipo de comportamiento en cada área de tu vida y, más tarde o más temprano, querrás un nuevo coche, una nueva tele, una nueva casa, una nueva novia... No te rasques a no ser que te pique de verdad. No trates de arreglar algo que funciona bien y satisface tus necesidades Otra cosa importante que puedes hacer es: Haz tus decisiones irreversibles, de modo que no tengas que volver a pensar en ellas. Sé Agradecido: Pon una libreta al lado de la cama y, cada mañana, escribe 5 cosas por las que estas agradecido (tu novi@, tu trabajo, tu familia, tus amigos...) Arrepiéntete menos: Adopta la mentalidad de “satisfacer” Reduce el número de opciones

Practica la gratitud, se agradecido por las cosas que tienes Anticipando la adaptación Controla las expectativas. Si es tu cumpleaños y sabes que tus padres quieren regalarte un coche, y llevas dos meses pensando en ese coche que tus padres te van a regalar, y en tu mente es un BMW; no importa lo que hagan tus padres o el dinero que se gasten, si no te dan ese BMW en el que estabas pensando, vas a estar decepcionado y cabreado. Tus padres te podrían haber regalado un par de camisas, pero no, se gastaron el dinero y te regalaron un coche nuevo, y aun así ¿tú estás decepcionado? ¿No es increíble? Es por esto por lo que necesitas controlar tus expectativas, no porque no quieras las mejores cosas en la vida; sino porque tú no puedes controlar factores externos o lo que hacen terceras personas. Tienes todo el derecho del mundo a pensar que te vas a comprar el BMW con tu dinero, porque eso es algo que controlas tú. Pero el tratar de controlar las acciones de terceras personas o el basar tu felicidad en ello te va a hacer bastante infeliz (como el basar tu felicidad en que tu equipo de fútbol gane o pierda, algo que escapa totalmente de tu control). Por esto precisamente necesitas controlar tus expectativas, porque, si no, vas a estar pensando que la gente va a actuar de una manera determinada y, cuando no sea así, vas a llevarte una gran desilusión. Limita las comparaciones sociales No trates de competir con tu vecino: Céntrate en lo que te hace feliz Céntrate en lo que da sentido a la vida Aprende a amar las restricciones. No porque te vayan a hacer sentir miserable, sino porque te ayudarán a ser más feliz. Expansión perceptual Si te concentras en el centro de la pantalla del ordenador, todavía puedes percibir y registrar lo que hay a los lados de la pantalla. Entrenar la visión periférica para que registre la información de forma más efectiva puede incrementar la velocidad de lectura más de un 300%.

Los lectores no entrenados usan hasta la mitad de su campo periférico en márgenes al moverse de la primera palabra a la última, gastando un 25-50% del tiempo de lectura leyendo márgenes sin contenido. Para ilustrar este ejemplo, usemos esta línea: “Érase una vez, los estudiantes disfrutaban leyendo cuatro horas al día”. Si hubieses sido capaz de comenzar la lectura en “vez” y acabarla en “4”, habrías eliminado 5 palabras de 11 posibles, con lo que doblarías tu velocidad de lectura. El concepto es fácil de implementar y combinar con el seguimiento y ritmo que has ido practicando con el bolígrafo. 1) Técnica (1 minuto): Coge ahora un libro, revista… que quieras leer. Usa el bolígrafo para moverte sobre cada línea, a una velocidad de 1 segundo por línea. Empieza con la primera palabra de la línea y acaba con la última palabra de la línea. No te preocupes por la comprensión. Mantén cada línea a un máximo de 1 segundo, e incrementa la velocidad con cada página que pases. Lee, pero bajo ninguna circunstancia deberías tardar más de 1 segundo por línea. 2) Técnica (1 minuto): Usa el bolígrafo para moverte sobre cada línea a una velocidad de 1 segundo por línea (como máximo). Empieza por la segunda palabra de cada línea y acaba en la penúltima palabra de cada línea. 3) Velocidad (3 minutos): Empieza al menos por la tercera palabra de cada línea y acaba, al menos, en la antepenúltima palabra de cada línea. Repite la técnica, dejando para cada línea medio segundo como máximo. Puede que no comprendas nada al principio, lo que es de esperar. Mantén la velocidad y la técnica; estás acondicionando tus reflejos perceptivos, y esto es un ejercicio de velocidad diseñado a facilitar estas adaptaciones a tu sistema. No disminuyas la velocidad. Medio segundo por línea durante 3 minutos; enfoca la vista en la punta del bolígrafo y concéntrate en mantener

la técnica y en la velocidad. Concéntrate en el ejercicio, no dejes a tu mente divagar. 4) Calcula tu nueva velocidad de lectura (PPM) Lee con un cronómetro durante 1 minuto. Lee a la máxima velocidad que puedas para comprender lo que lees. Multiplica el número de líneas por el número medio de palabras por línea para determinar tu nueva velocidad de lectura (en PPM).

Capítulo 4. Mejora tu Comprensión “La mejora del vocabulario es, singularmente, el factor más importante en el aumento del nivel de la inteligencia de los seres humanos” La mejora de nuestra comprensión al leer va a basarse en estos factores: La cantidad de vocabulario que conocemos Nuestro conocimiento de los tipos de párrafos que existen La concentración que tengamos al leer VOCABULARIO El hecho de conocer el tipo de vocabulario usado en el texto va a determinar la comprensión del mismo. Si estamos leyendo un texto con muchos tecnicismos que desconocemos, nuestra comprensión del texto va a ser menor y la velocidad con la que leamos el texto también va a disminuir. Cuanto más familiarizados estemos con el vocabulario usado en el texto, más comprenderemos del mismo y más rápido podremos leer. Por eso cuando estamos aprendiendo un nuevo idioma nos va a costar usar las técnicas de lectura rápida. Podremos leer más rápido al no usar la subvocalización, la fijación y al evitar la regresión; pero hay técnicas más avanzadas (que verás más adelante) que no debemos usar porque, al no tener un gran vocabulario en ese idioma, no vamos a comprender lo que leemos. Lo mismo les pasa a los niños pequeños; les podemos ayudar a que eviten los errores como la regresión, fijación… Pero hasta que no tengan un dominio del vocabulario más amplio, las técnicas más avanzadas de lectura rápida no les van a servir de mucho. TIPOS DE PÁRRAFOS El conocer la estructura de los párrafos te va a ayudar a aumentar tu velocidad y comprensión de la lectura. Párrafos Explicativos Son aquellos en los que el escritor se dedica a explicar un determinado concepto o punto de vista. Normalmente son muy fáciles de reconocer y, con suerte, fáciles de entender. Párrafos Descriptivos Normalmente contienen una expansión de ideas sobre una materia que

ha sido introducida previamente. Párrafos de Enlace Son aquellos que unen otros párrafos. Como tales, normalmente contienen información clave, puesto que resumen el contenido de lo que ha sido explicado previamente y de lo que sigue a continuación. Si tienes conocimiento previo del tema, lo más fácil es que pierdas más tiempo con los párrafos de enlace; y pases más rápido los párrafos descriptivos y explicativos. Si no tienes conocimiento previo del tema, es mejor dedicarle tiempo a los párrafos explicativos y de enlace; los párrafos descriptivos los puedes pasar más rápido, puesto que están elaborando información sobre una idea explicada previamente. CONCENTRACIÓN Cuando quieres leer rápido, necesitas estar concentrado. No importa si es lectura rápida o cualquier otra actividad, si no estás concentrado estarás perdiendo el tiempo. Este es el motivo por el que vamos a hablar de las mayores distracciones y las mejores maneras de concentrarse. ¿Por qué es importante la concentración? La concentración te ayuda a: 1. 2. 3. 4.

Ser más productivo Mejorar tu calidad de vida Conseguir más en menos tiempo Acceder a una profunda reserva de energía (como estás haciendo más en menos tiempo, vas a tener más energía una vez que terminas)

Si de verdad te quieres concentrar y llegar a un estado de práctica profunda, necesitas estar centrado en la tarea. Hay estudios que prueban que, una vez que estás inmerso en una actividad, y te distraes (ya sea porque el teléfono suena, alguien te interrumpe...) te va a llevar al menos 15 minutos volver a ese estado de concentración, suponiendo que vuelvas a él. Eso significa que, si simplemente te distraes porque el teléfono suena durante 10 segundos, habrás perdido, al menos, 20 minutos. ¿Te imaginas si estás en un sitio donde te distraes todo el tiempo porque suena el teléfono, las notificaciones del whatsapp, tus compañeros hablando...? En un lugar así, es imposible concentrarse y hacer nada de forma adecuada. No importa cuánta gente diga que puede trabajar así. Una cosa es que puedas

trabajar, y otra que la productividad sea la misma. La productividad nunca va a ser igual a la que conseguirías si trabajases en un ambiente libre de distracciones. Hay muchos factores que mejoran o reducen tu velocidad de lectura. Aquí vas a aprender cuáles son y cómo puedes mejorarlos para conseguir leer lo más rápido posible: Lugar e intensidad de la luz Esto es muy importante, dado que la posición y la intensidad de la luz van a afectar la manera en que lees el libro, y esto afectará a la velocidad con la que eres capaz de leer. Tu lámpara debe estar situada en el lugar contrario a la mano que usas para leer. Si usas la derecha, pon la lámpara a la izquierda. En mi caso, como soy zurdo, me pongo la lámpara a la derecha. Esto me ayuda a tener más claridad, al evitar las sombras que se darían al estar mi mano entre la luz y el libro (si la lámpara estuviese situada a la izquierda). La intensidad va a afectar a la claridad con la que puedes ver las letras. Si la luz es demasiado fuerte, te va a perjudicar porque no vas a poder ver bien las letras debido al brillo. Lo mismo pasa con una luz pobre, no puedes ver bien las letras y, como consecuencia, tu velocidad de lectura se ve afectada. Disponibilidad de materiales Es importante que tengas a mano los materiales que vas a necesitar, para no tener que estar interrumpiendo constantemente tu lectura al tener que levantarte. Si haces esto, estarás obstaculizando tu estado de “flow”, tu velocidad de lectura y tu comprensión. Confort físico Lo importante aquí es tener un balance. Necesitas sentarte con la espalda y el cuello rectos. Si te inclinas hacia atrás más de 90 grados, tu cerebro activa el “modo sueño”, y tu concentración y estado de alerta se ven bastante disminuidos. Si estás leyendo y te inclinas hacia delante, te vas a hacer daño en la espalda y, una vez que esto pase, tu concentración caerá también. Como decía mi profesor Mr. Maxwell, “tu capacidad de aprendizaje está proporcionalmente relacionada con la capacidad de permanecer sentado confortablemente”. Una vez que empiezas a notar molestias en la espalda, cuello... ya no prestas tanta atención, porque tu concentración

está en tu dolor, no en la lección (o, en este caso, en el libro). Altura de la mesa y de la silla Si la silla está muy alta o muy baja, tus piernas van a sentirse incómodas. Lo mismo pasa con tu escritorio. Tu silla debería permitirte mantener tus piernas a 90 grados para que sea confortable. Tu mesa debería permitirte apoyar los codos sin elevar o bajar tus hombros. Distancia entre los ojos y el material de lectura Para poder leer rápidamente, el libro necesita estar a unos 50 centímetros de tus ojos. Si está más lejos, va a ser difícil ver las letras claramente. Si está más cerca, te va a ser difícil tomar la fotografía mental que necesitas para la lectura rápida. Postura La espalda y el cuello deben estar rectos. Si no haces esto, el dolor de tu cuello y/o de tu espalda vendrá pronto y te distraerán de la lectura; y, como consecuencia, tu velocidad de lectura disminuirá. Interferencias: cansancio, ruido, problemas de salud... Huye de las personas cuando te quieres centrar en hacer algo, cuando quieres alcanzar ese estado de “flow”. Una vez que estás concentrado, cada vez que alguien te distrae, tardas al menos 15 minutos en volver a ese estado de concentración (si es que vuelves). Piénsalo. Simplemente una pequeña pausa porque tu teléfono sonó o porque alguien te preguntó algo sin importancia, y habrás desperdiciado al menos 20 minutos. Por eso es por lo que necesitas estar concentrado durante 25, 30, 40 minutos, sin nadie que te moleste. Ya tendrás tiempo durante el descanso para hablar con la gente; pero durante tus sesiones de lectura, tienes que estar concentrado para conseguir ese estado de “flow” y sacar el máximo rendimiento posible a tu tiempo. Escucha a tu cuerpo también. Si sabes que estás muy cansado, tu concentración y tu velocidad de lectura van a ser malas. Si eres una persona mañanera, lee por la mañana. Si eres un ave nocturna, lee por la noche. Todos estos factores van a influenciar tu habilidad de leer rápidamente, de comprender los materiales, y de alcanzar ese estado de “flow” necesario para llegar el siguiente nivel.

Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización) Usar un subrayador de forma eficiente A la hora de usar los rotuladores para resaltar la información importante, la mayoría de la gente los usa mal. Usan los rotuladores para colorear el libro. Ven un párrafo que les interesa, y proceden a colorear todo el párrafo. Si queda algún espacio en blanco, lo rellenan. Después ven que el color sobresale un poco por los márgenes, así que, para que quede todo uniforme, se dedican a colorear los márgenes también. Hemos pasado de estar leyendo y buscando información importante a estar coloreando el libro (una actividad totalmente pasiva en la que no vamos a aprender nada). Esta actividad de colorear distrae mucho y es una pérdida de tiempo. Esto se debe a que el colorear pospone el aprendizaje. Si necesitas aprender esa información para un examen, entonces estás usando los rotuladores de un modo muy ineficiente. Antes o después tendrás que volver a leer todo el párrafo, tratando de descifrar porqué lo subrayaste en un principio. Si quieres usar los subrayadores de forma efectiva, subraya sólo las palabras clave. Es muy raro que tengas que subrayar más de una frase. Las palabras clave son las que tienen más sentido en la frase o en el párrafo. Si cada vez que usas un rotulador sientes la necesidad de colorear todo el párrafo, usa las notas al margen. La única vez que debes subrayar todo el párrafo es cuando necesitas documentar una cita. Escribir notas en el margen Crear notas al margen es a menudo más fácil y efectivo que subrayar. Con el bolígrafo, dibuja una flecha que vaya desde la frase o palabra clave al margen; lee el párrafo entero para asegurarte de qué es lo importante; y, a continuación, con tus propias palabras y tan brevemente como sea posible, escribe una nota en el margen. Puedes usar las notas al margen para resumir lo que dice el párrafo, o porque esta idea la quieres relacionar con otras. Crea una nota que te haga recordar porqué era importante este párrafo. Si primero subrayas y luego creas una nota al margen, tardarías más tiempo al principio al crear las notas, pero luego vas a pasar menos tiempo repasándolas porque se te van a quedar mejor. Tomar notas en un folio Tomar notas lleva un poquito más de tiempo pero es muy útil para aprender

material con el que no estás familiarizado o para documentar el libro. Puedes poner el título de cada capítulo en el margen izquierdo del folio, y luego desarrollarlo en el lado derecho; puedes usar mapas mentales… Lo que te sea más cómodo. Lo que estás haciendo es poner la información más importante del libro en tus propias palabras. Esto funciona muy bien para libros de no-ficción. Para libros de ficción, el tomar notas se usa para crear un sistema que te ayude a estar al tanto de los personajes, la trama, los conflictos… Este sistema puede ser tan simple como coger una tarjeta en blanco en el que pongas los nombres de los personajes y alguna característica, y luego usarlo como marca-páginas. Esto no suele ser necesario si lees el libro de una vez; pero si dejas la lectura para los fines de semana va a ser muy útil, ya que llegas al libro con la información clave de cada personaje. Del otro modo sería muy difícil para ti recordar todos los personajes y la trama del libro. Esto te ayudará a reducir tu frustración al tener que ir hacia atrás y encontrar quién era quién y qué pasó. Repetición espaciada La repetición espaciada es una técnica de aprendizaje que incorpora crecientes intervalos de tiempo entre repasos de un material que has aprendido previamente; buscando aprovechar el efecto espaciado (efecto por el cual las personas recordamos o aprendemos mejor las cosas cuando las estudiamos de un modo espaciado a lo largo del tiempo; en vez de repetirlas muchas veces en un espacio corto de tiempo). Por ejemplo, si quieres recordar información para un examen, es mejor empezar a estudiar un mes antes, luego repasas la información al día siguiente, luego a los dos días, a los 3, a la semana… Usar la repetición espaciada (estudiar a intervalos en espacios más largos de tiempo) es mejor que estudiar el día antes de un examen. Así que, para resumir, estos son los pasos necesarios para recordar la información: 1. 2. 3.

Subrayar las palabras clave Tomar notas al margen: explicando el concepto en tus propias palabras o relacionándolo con otras ideas Tomar notas en un folio: si es un texto importante que contiene

información que quieres recordar 4.

Repetición espaciada: cada cierto tiempo, repasa las notas que ha tomado

Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida Una cosa que probablemente no sabías sobre tus ojos es que éstos ven adecuadamente cuando se concentran (fijan la vista) en el objeto al que están mirando. Probablemente crees que tus ojos ven mientras se mueven pero, en realidad, es de la otra manera; el movimiento hace que la imagen sea borrosa, difuminada. Mucha gente, cuando se les pide que describan el modo en que sus ojos se mueven durante la lectura, dicen que sus ojos se mueven con fluidez sobre cada línea, parándose un momento al final antes de ir al principio de la siguiente línea. Aparentemente, parece como si fuese un movimiento fluido y constante (aunque mucha gente admite que vuelve hacia atrás con alguna palabras). Lo que no entienden es que, de hecho, el proceso de lectura es bastante diferente a lo que ellos piensan; porque los ojos se fijan en la información escrita solo cuando está inmóvil (quieta). Los ojos hacen saltos cortos y constantes. Estos saltos llevan el ojo de un punto de fijación a otro punto de fijación, normalmente algo más de una palabra cada vez. Para concluir, el ojo no se mueve fluidamente sobre las líneas; al contrario, se mueve en pequeños saltos de izquierda a derecha, parándose sólo momentáneamente para fijarse en una o dos palabras; para, a continuación, seguir repitiendo el mismo proceso. Mientras los ojos se están moviendo y parando una y otra vez, la información es absorbida solamente durante las pausas. Estas pausas son las que te llevan más tiempo, por lo que queda claro que, para mejorar tu velocidad de lectura, debes pasar menos tiempo en cada pausa. Buen lector vs. Mal lector Un mal lector hace casi el doble de pausas (o fijaciones). Sus pausas extra son causadas por el hecho de que, a menudo, relee palabras leídas anteriormente, algunas veces incluso volviendo al párrafo o a la página anterior, para asegurarse de que lo ha entendido todo correctamente. Estos saltos hacia atrás (o regresiones) son los que causan el gran número de fijaciones de un lector pobre. Cada vez que hace una pausa está perdiendo más tiempo, y esto obviamente hace su velocidad de lectura más lenta. El buen lector ha conseguido dos cosas:

No está yendo hacia atrás mientras lee Ha alargado sus saltos de un grupo de palabras a otro. Ahora es capaz de ver 3 palabras cada vez. Si, por ejemplo, asumimos que cada fijación nos lleva el mismo tiempo, y (simplemente nos lo imaginamos para este ejemplo) el tiempo que pasamos en cada fijación es medio (1/2) segundo, podemos ver que el tiempo total de lectura (del buen lector que lee dos palabras por salto) para 8 palabras es 1/2+1/2+1/2+1/2=2 segundos. Por otro lado tenemos el lector pobre. Él, para la misma cantidad de palabras, va a tardar 1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2 +1/2 +1/2+ 1/2+1/2= 8 segundos (4 veces más de lo que el buen lector tarda). Después de este ejemplo, puedes ver que es obvio que tenemos que eliminar las regresiones y los saltos hacia atrás. La mejor manera de hacer esto es empezando a incrementar la percepción de nuestro campo visual. Diferencias entre leer por encima, ojear, y saltar Leer por encima Se refiere a echar un vistazo al libro en busca de pistas que nos ayuden a entender su significado Hazlo cuando estés buscando la idea principal o ideas de un texto. Debes leer por encima cuando tu propósito es: Sacar las principales ideas de una gran cantidad de material Comprobar si un párrafo puede saltarse Encontrar material que necesita ser leído más a fondo Obtener una idea general del texto, sin la necesidad de leer concienzudamente todo el material Ojear o escanear Úsalo cuando estés buscando algo específico, una pieza de información especial. Saltar Se refiere a dejar algo sin leer. Haz esto si el texto es innecesario, repetitivo, o simplemente está de relleno.

Para saber si debes usar una de estas técnicas (leer por encima, ojear o saltar) lo mejor que puedes hacer antes de empezar a leer es: Identificar el propósito de esa lectura; ¿por qué quieres leer el texto? Realizar una vista preliminar de todo lo que leas Superar tu miedo a perder información si te saltas parte del texto

Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura Todos lo hemos vivido. Nos damos cuenta un día de que, sin saber cómo han llegado hasta ahí o quién los compró, tenemos un montón de libros y revistas esperando a ser leídos. Y ese montón se ha ido acumulando y haciendo mayor con el paso del tiempo. Nuestra intención era leerlo todo “un día de estos”; así que, ¿qué hicimos en lugar de leerlos todos? No leímos ninguno. Ni una sola página. Y cada vez que miramos a esa esquina en la que están amontonados, un escalofrió recorre nuestra espalda de arriba abajo y una gota de sudor se derrama por tu frente. La perfección es tu enemiga ¿No es extraño? Ése es uno de los problemas con el perfeccionismo; cuando eres un perfeccionista, si no puedes hacer algo de modo perfecto, no lo vas a hacer. Por eso la perfección, la mayoría de las veces, se convierte en una excusa para la inacción. Y eso es un error porque, al no hacerlo, al menos de forma más pobre al principio, no recibes la información que necesitas de esos libros. Si eres un perfeccionista, no vas a hacer cosas, porque te sientes fatigado antes de empezar. Si, por ejemplo, te concentrases en leer sólo el 20% de los materiales (el 20% más importante) vas a ser muchísimo más productivo que siendo un perfeccionista (y no haciendo nada). “Cualquier cosa que merece la pena hacerse, merece la pena hacerse pobremente (al principio)” Por eso es por lo que necesitas usar la regla del 80/20 con tu pila de libros. Antes de seguir, veamos cuáles son tus contribuciones personales a tu pila de lectura y cómo podemos clasificarla: Ya lo leeré después. Lo más seguro es que no leas nada de nada. Si estoy leyendo, eso significa que no estoy trabajando. Eso es una tontería. Necesitas leer para poder coger nuevas ideas que te harán progresar en tu negocio o en tu trabajo. Si no lees, no tienes ningún tipo de ventaja sobre un analfabeto. Piénsalo. 3. Tengo que leer todo lo que recibo. ¿Por qué? No necesitas leer todo. Necesitas leer las cosas más importantes para ti, las cosas que te harán crecer (y, en tu tiempo libre, las cosas sobre las que quieres leer). 4. Tengo que recordar todo lo que leo. Nadie recuerda todo lo que lee. Simplemente necesitas recordar los puntos más importantes, tomar 1. 2.

notas, y usar tu capacidad de análisis para ver cómo las puedes aplicar en tu vida. 5. Lo necesito para mi desarrollo profesional o personal. Eso es una buena intención. Pero, una vez más, no necesitas leer todos los libros ni todas las páginas de cada libro para obtener la información que necesitas. ¿Cómo reducir tu lista de material para leer? Cancela tus suscripciones. ¿Es verdaderamente importante que lo leas? ¿Te va a hacer crecer, o es algo que de verdad te gusta leer? Si la respuesta es NO, cancélalo. Vista preliminar para todo. Esto te ayudará a ahorrar tiempo al ver si el material de verdad merece la pena. Fotocopia o recorta artículos. No necesitas leer o mantener toda la revista. Si hay un artículo que de verdad te gusta, córtalo y guárdalo en un archivo. Tira el resto de la revista. De ese modo ahorrarás bastante espacio. Usa Post-its. Para recordarte las cosas más importantes que leer. Ten una libreta a mano y escribe el índice. Esto te ayudará a centrarte en la estructura del libro y ver qué es lo más importante para ti, y lo hará todo más fácil cuando tomes notas. Tira el correo basura. Todo lo que te haga perder el tiempo, tíralo. Ni siquiera lo abras. Tan simple como eso.

Capítulo 8. Mentalidad Necesaria para la Lectura Rápida 9 DIRECTRICES PARA UNA LECTURA CRÍTICA Estas 9 directrices para una lectura crítica te ayudarán a convertirte en un mejor lector. Normalmente tenemos muchas presunciones generalizadas sobre los libros (una de ellas el que, si algo está escrito en un libro, debe ser verdad). Pero nada más lejos de la realidad. Estas directrices te ayudarán a desarrollar tu pensamiento crítico y a mejorar la forma en la que ves y absorbes las ideas de otras personas. 1.

Sé abierto respecto a nuevas ideas No pases todo el tiempo en tu castillo sin ningún contacto con el mundo exterior. Exponerte a nuevas ideas te ayudará a ver las cosas de un modo distinto y a tener una mayor comprensión de las cosas que ya conoces; y también te dará la energía necesaria para tener tus propias ideas creativas. 2. No discutas sobre cosas de las que no sabes No hay cosa que me dé más coraje que la gente que habla de todo y que necesita dar su opinión sobre cualquier asunto; incluso aunque no tienen ni pu”{{a idea de lo que hablan. Es como ver los programas en la tele en los que los tertulianos, famosos por acostarse con alguien “famoso”, lo mismo te comentan los cuernos que le puso uno a otro que la situación en Oriente Medio. Si no sabes de lo que estás hablando, este es el mejor consejo que te puedo dar: Mantén la boca cerrada. Y escucha. Obviamente, cuando hay una discusión cada persona tendrá un punto de vista distinto. Simplemente oye lo que dicen y fíjate en lo que te parece más coherente; y, si estás interesado en la materia, cuando llegues a casa métete en internet y busca artículos sobre el tema, o cómprate un libro sobre el tema en Amazon. De ese modo, la próxima vez podrás unirte a la discusión y aportar una nueva perspectiva. 3. Saber cuándo necesitas más información A veces conoces la materia de un modo superficial, así que puedes tener una idea general de lo que la gente comenta a tu alrededor. Pero sabes que necesitas más información para poder aportar tus opiniones a la discusión. 4. Sé consciente de que la gente tiene diferentes ideas respecto al significado de las palabras

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Conoce la diferencia entre algo que debe ser verdad y algo que quizás sea verdad No es lo mismo “La reina Sofía está embarazada” que “La reina Sofía quizás esté embarazada””. La primera establece algo que es completamente cierto. La segunda está basada en rumores, que quizá sean ciertos, quizá no. Cuando leas, ten cuidado a la hora de determinar que algo es absolutamente cierto (cuando la verdad es que quizá sea cierto, quizá no). Esto te ayudará a evitar tener un punto de vista erróneo sobre una materia. Huye de las generalizaciones rápidas “Las mujeres no saben cómo leer los mapas”, “los hombres no saben escuchar...”. Esas son generalizaciones que, incluso aunque en algunos casos puedan ser ciertas, no significa que siempre lo sean. Si generalizas en muchas situaciones, tu punto de vista sobre el mundo va a ser muy limitado y eso va a afectar a la forma en que ves la vida, la forma en que absorbes las ideas de otros, y la forma en que te relacionas con otras personas. Cuestiona cualquier cosa que no tenga sentido Si no tiene sentido para ti, a lo mejor no es correcto. Sólo porque algo esté escrito en un libro, no significa que sea cierto. Separa las emociones de la lógica Por ejemplo, si estás leyendo un libro sobre la Historia de la ETA, y tu padre era Guardia Civil, probablemente vas a tener unos sentimientos bastante fuertes sobre lo que estás leyendo. Y esas emociones no te van a dejar ver las ideas que están expuestas en el libro (ya sean ciertas o no). Por eso es por lo que necesitas separar, en la medida de lo posible, tus emociones cuando estás leyendo sobre una materia que te puede afectar personalmente. Esto no es algo fácil de lograr, pero te ayudará a comprender mejor y más objetivamente las cosas. Desarrolla tu vocabulario para poder comprender a otros y para hacer que te comprendan a ti.

Aumentar tu vocabulario te ayudará a expresar mejor tus ideas y a ser capaz de comunicarte mejor con la gente. 10 COSAS QUE NO TE ENSEÑARON EN EL COLEGIO

Cada vez que vuelvo la vista atrás a la época en que estaba en el colegio, pienso en la cantidad de tiempo perdido. Con todas las horas que pasamos en esas clases, y después de tantos años, la mayoría de la gente no sabe ni leer ni escribir correctamente. Entonces ¿a qué han dedicado varios años de su vida? En mi opinión es vergonzosa la relación entre el tiempo empleado y los resultados obtenidos. Y el hecho es que, cuando el tema sale en una conversación, todo el mundo trata de culpar a otros, “es el gobierno”, “no, son los profesores”, “no, son los padres; si enseñasen a sus hijos en su casa no tendríamos tantos problemas”... La cosa es que, al final (sorpresa sorpresa) nadie tiene la culpa de nada y el sistema escolar sigue siendo lo que es. Una absoluta pérdida de tiempo. No estoy diciendo que la educación no sea necesaria, ni mucho menos; lo que quiero decir es que con el actual sistema perdemos un montón de tiempo, de recursos, y de dinero. Si, después de haber pasado unos 8 años en el colegio, un niño no sabe leer correctamente ¿qué ha estado haciendo exactamente las miles de horas que ha estado dentro de ese edificio llamado colegio? ¿Alguien me lo puede explicar? De todos modos, el objeto de este post no es empezar una conversación que no nos lleva a ningún lado, puesto que “nadie es responsable” por ello... Mi objetivo aquí es darte un indicio de las 10 cosas que no te enseñaron en el colegio, y que deberían haberte enseñado. No te las enseñaron por dos posibles razones (no sé cuál de las dos me hace sentir peor): Porque no quisieron Porque no sabían cuáles eran ni cómo hacerlo (por desconocimiento) Pienso que probablemente sea la segunda opción. La cosa es que, si los maestros no saben estas simples reglas de lectura ¿qué tipo de personas están enseñando a tus hijos? ¿Qué pueden aprender tus hijos de ellos? Ahí te dejo con el enigma. Volviendo a las 10 cosas que no te enseñaron en el colegio, aquí van. Todas son muy importantes y, si las eludes, lo haces bajo tu cuenta y riesgo: 1. 2. 3.

No tienes que leer todas las palabras de un libro No tienes que leer en voz alta o leer hacia dentro palabra por palabra Debes usar tus dedos para ayudarte a enfocar la parte por la que vas leyendo

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No necesitas comprender exactamente todo lo que lees No tienes que recordar todo lo que lees La calidad es mejor que la cantidad (si puedes obtener la información que necesitas leyendo sólo 20 páginas ¿por qué deberías leer las otras 200?) Lee por encima, ahorrarás tiempo Escribe y toma notas en tus libros Sólo tienes que leer lo que es importante para ti, no todo lo que puedas La velocidad es importante CREDOS DE LA LECTURA RÁPIDA

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15.

Aceptaré que soy humano y capaz de cometer errores Estaré al tanto del movimiento de mis ojos cuando estoy leyendo Haré que mis ojos se fijen en las palabras más importantes del texto Recordaré la relación entre el conocimiento previo de un tema y la comprensión lectora Leeré en un lugar tranquilo y sin distracciones Leeré sin escuchar música de fondo (quizá algo de música clásica, sin letra) Siempre sabré mi objetivo antes de empezar a leer un libro de noficción No leeré algo relacionado con el trabajo o la Universidad con la tele de fondo Leeré los informes o el material de estudio en un escritorio o en una mesa Leeré material de ocio dondequiera y siempre que quiera Reevaluaré la luminosidad de la habitación antes de leer y la ajustaré para que sea beneficiosa para mis ojos Estaré pendiente de las distracciones tanto físicas como mentales antes de empezar a leer. Trataré de relajarme cuando tenga mucho material que leer Recordaré la diferencia entre ojear y saltar información Seré capaz de eliminar información que no es necesaria sin sentirme culpable

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Estaré pendiente de mi velocidad de lectura y la cambiaré según mis objetivos y el conocimiento previo que tenga sobre el tema. 17. Reevaluaré lo que considero, de verdad, material técnico 18. Disfrutaré más de la lectura Acabamos de hablar sobre los credos de la lectura rápida. En esta ocasión, vamos a hablar de la lectura y los credos de la gestión del tiempo. En otras palabras, cómo encontrar tiempo para poder leer. Aquí van: 1. 2. 3. 4. 5.

Encontraré tiempo para leer Resistiré la tentación de coger el teléfono mientras leo Resistiré la tentación de comprobar mis emails Escucharé podcasts y audiolibros para mi desarrollo profesional Evitaré sesiones maratonianas de lectura, tomando descansos cortos y frecuentes (cada 40 minutos, toma 5 minutos de descanso) 6. Si llega a mis manos información práctica, inmediatamente tomaré nota de ello en el libro o en una libreta 7. Crearé un sistema de referencias para realizar un seguimiento de importante información práctica Ésta es una lista muy interesante de preguntas que te puedes hacer a ti mismo para llegar al siguiente nivel de la Lectura Rápida. No te preocupes si no las usas todo el tiempo (yo no lo hago), pero de vez en cuando vienen bien cuando necesitas extraer tanta información como puedas de un libro, informe... Cuando lees No-Ficción, tu objetivo es: Justificar que lo que ya sabes es preciso Aprender algo nuevo Distinguir los hechos de la ficción Cambiar tu modo de pensar si se demuestra que estabas equivocado Ver que el autor llega a una conclusión Desafiando al autor: Quizás el autor no ha desarrollado un argumento sólido o su

planteamiento parece débil Ten un escepticismo sano sobre los motivos del autor para escribir lo que ha escrito Preguntas sobre el autor: ¿Tiene experiencia en la materia? ¿Es hombre o mujer? ¿Afecta esto a su punto de vista? ¿Cómo afecta la experiencia del autor a su interpretación de los hechos? ¿Cuál es la intención del autor? ¿Es el autor objetivo, no influenciado por las emociones o los prejuicios? O subjetivo? Preguntas sobre el contenido ¿Cuál es el público al que va dirigido el libro? ¿Qué es lo que está diciendo literalmente el autor en el texto? ¿Qué es lo que está intentando decir, o que está dando a entender? ¿Qué quiere decir esto? ¿Están los argumentos basados en hechos o en anécdotas? ¿Son los argumentos y las conclusiones consistentes? Preguntas sobre ti mismo ¿Estoy familiarizado con el trabajo de este autor? Si lo estoy, ¿de qué manera me influencia esto? ¿Soy más, menos objetivo? ¿Qué opino de la lectura? ¿Concuerda la información con lo que conozco del tema? ¿En qué se diferencia? ¿Cómo afecta esto a lo que necesito saber, o como lo puedo usar? Al final, recuerda que todos los autores intentan influenciar nuestros pensamientos de un modo o de otro (yo, por ejemplo, trato de influenciarte para que leas más rápido).

Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro ¿Por qué quiero mejorar? (Ejemplo) Quieres mejorar porque vas a conseguir un ascenso; más dinero; o tener más poder en la toma de decisiones de tu empresa. ¿Qué herramienta está siendo más eficaz? En este caso, la herramienta más eficaz para ti es la lectura rápida, porque es la que te va a llevar un paso más allá del resto de tus compañeros y te va a convertir en la persona más productiva de tu empresa. Pasos Maestros: Decide lo que de verdad quieres y qué es lo que está evitando que lo consigas Consigue un efecto máximo: asocia un dolor masivo si no cambias ya, y un placer masivo si cambias Ya. Interrumpe un comportamiento limitador Crea una nueva y poderosa alternativa Condiciona un nuevo patrón hasta que es consistente; después refuérzalo Pruébalo ¿Qué es lo que de verdad quiero? Quiero aprender la lectura rápida para poder ser el mejor en mi trabajo Consigue un efecto máximo: si no hago esto, voy a tener que competir con mucha gente que es mejor que yo en otras cosas; y las posibilidades de seguir en el mismo puesto durante muchos años es algo demasiado doloroso para pensarlo siquiera. Interrumpe un patrón limitador: puedes leer 2 veces más rápido de lo que lees actualmente. Sin ningún tipo de duda. Crea una nueva y poderosa alternativa: voy a ser el mejor en mi campo. Voy a ser imparable. Continúa entrenando y aprendiendo lectura rápida hasta que hayas adquirido la habilidad Pruébalo: ya estás comprobando la lectura rápida y, si has ido practicando los ejercicios del libro, sabes que funciona.

¿Cómo conseguir la maestría? “Al final, el dinero y el éxito duraderos llegan no a aquellas personas que se concentran en alcanzar sus metas, sino a aquellas que se enfocan en alcanzar la maestría y satisfacer su propósito en la vida”. Para poder ser un Maestro, primero tienes que ser un aprendiz. La “Fase de Aprendizaje” (para aprender cualquier habilidad) es esta: 1. 2. 3.

Observación profunda (Modo Pasivo) Adquisición de habilidades (Modo de Práctica) Experimentación (Modo Activo)

Aprender cualquier tipo de habilidad te prepara para llegar a ser un maestro. Cuando entras en el mundo de la Lectura Rápida, tu misión es aprender y absorber tanto como puedas. Para ese propósito, debes intentar volver a un estado de niñez, en el que te sientes inferior, vulnerable; y debes sentirte a gusto. Entras en un nuevo mundo en el que no eres un experto, así que necesitas ser humilde, aceptarlo, y empezar a absorber tanta información como puedas. Cuando elijas una nueva habilidad que aprender: 1.

La habilidad que elijas debe ser realística (si quieres aprender a volar como un pájaro, lo tienes difícil) 2. Debes deshacerte de tu sensación de confort y seguridad (cuando estés aprendiendo lectura rápida, te vas a sentir incomodo al principio porque no vas a entender la mayoría de lo que lees). Lo que separa a los Maestros de los demás es, normalmente, algo muy simple. Cuando estamos aprendiendo una nueva habilidad, solemos llegar a un punto en el cual nos frustramos; lo que estamos aprendiendo parece fuera de nuestro alcance. Si nos dejamos llevar por esos sentimientos, inconscientemente dejamos de creer en nosotros mismos, justo antes de abandonar. Para poder llegar a ser un Maestro, recuerda estas 3 reglas: 1.

Resiste la tentación de ser amable contigo mismo. Se tu peor crítico, reconoce tus debilidades. 2. Resiste la tentación de levantar el pedal de tu concentración. Te

entrenas a ti mismo para concentrarte en la práctica con el doble de intensidad, como si fuese la realidad multiplicada por dos. Te das a ti mismo fechas límite arbitrarias, siempre presionándote más allá de tus límites. 3. Al final, tus cinco horas de trabajo intenso y concentrado son el equivalente de 10 horas de trabajo para la mayoría de la gente. Ama el aprender por sí mismo A través de una intensa absorción de la Lectura Rápida durante un periodo de tiempo, llegarás a entender todas las partes que lo componen. Cuando te conviertes en un Maestro, ganas una sensación intuitiva del todo. Literalmente ves o sientes la dinámica. Cuando te conviertas en un Maestro, habrás alcanzado una forma de inteligencia superior gracias a todo tu esfuerzo, tu conocimiento, y el desarrollo de tus habilidades analíticas. La clave de conseguir este nivel superior de inteligencia es hacer tu tiempo de estudio cualitativamente rico. No solo absorbes información- la internalizas y la haces tuya encontrando la manera de poner este conocimiento en práctica. La Maestría no depende de ser un genio o del talento. Depende del tiempo y la intensidad aplicada a una actividad. Y recuerda, la práctica deliberada a lo largo del tiempo no puede fallar, sólo puede producir resultados

Capítulo 10. Conclusión 1. La Lectura Lineal es ineficiente-no tienes que leer cada palabra para poder extraer la información que quieres Tu meta, cuando estás leyendo un libro de no-ficción, no debería ser leer cada palabra de cada página; tu objetivo debería ser extraer la información útil del material. La lectura lineal (leer palabra por palabra) es muy ineficiente. Para poder mejorar tu velocidad de lectura deberías hacer un tipo de lectura no-lineal. Esto significa saltar párrafos, tomar notas, referencias y ojeadas rápidas. Repito: el objetivo no es leer el 100% de las palabras en el texto; tu objetivo es extraer toda la información relevante que va a serte útil. Esto va a llevar algún tiempo. No leer todas las palabras de un libro se parece a no comerse toda la comida en el plato. Estamos acostumbrados a comernos toda la comida y, normalmente, debe ser algo realmente malo para que dejes tu plato sin terminar. Una vez que comprendas que la lectura no-lineal es lo que debes hacer, vas a leer mucho más rápido, y recuerda: deja el libro en la estantería una vez que has obtenido la información que querías de él. #2. Elige tus batallas: edita sin compasión tu pila de libros sin leer ¿Tienes, por casualidad, varios libros o documentos esperando ser leídos? Entre los documentos, email, libros... tu pila de lectura se está convirtiendo en un monstruo. Necesitas tener prioridades y elegir los materiales más críticos primero. Imagínate que fuese una sala de Urgencias, donde los doctores primero identifican a los pacientes que necesitan ayuda urgente; los demás pueden esperar. Un infarto va a tener prioridad sobre un caso de indigestión. Puedes aplicar los mismos principios a la lectura; quizá tengas una larga lista de materiales para leer, pero algunos documentos van a tener prioridad sobre otros. Tienes que ser claro con respecto a lo que quieres conseguir, para poder ser efectivo a la hora de escoger el material de lectura. Necesitas tomarte 5 minutos primero para definir tus objetivos (¿qué información quieres extraer del documento?). De este modo será mucho más fácil decidir si ciertos materiales de lectura te ayudarán a conseguir lo que quieres. #3. Preguntas antes del Contenido: el poder de las Metas

Esto quizá te resulte sorprendente, pero ahí va: la lectura efectiva NO empieza al coger el libro para leerlo. Vas a multiplicar la efectividad de tu lectura al pasar, simplemente, 3 minutos antes de empezar a leer para decidir lo que te trajo a este libro específicamente. Necesitas establecer objetivos o metas para ese libro y decidir lo que quieres aprender de ese material. Al darte cuenta de lo que quieres saber antes de empezar a leer, tu mente se va a concentrar en encontrar la respuesta a esas preguntas; y será mucho más fácil reconocer la información útil cuando la veas. Simplemente hazte, antes de empezar a leer, estas dos preguntas: ¿Por qué estoy leyendo este libro? ¿Qué quiero aprender de este libro? #4. Condicionamiento: los beneficios de un vistazo rápido Condicionamiento significa, en este caso, “programar” tu cerebro para que se dé cuenta de ciertas cosas sobre su entorno. Por ejemplo, piensa en un tiempo en el que querías comprarte el Audi A5. De repente, sólo veías Audi A5 por la carretera. Si esto te ha pasado, entiendes lo que quiere decir condicionamiento. No fue que la gente se diese cuenta de que ya no querían más sus Ford y sus Mercedes, y se comprasen todos Audi A5. Es simplemente que tu cerebro estaba buscando Audi A5 por las calles y estaba filtrando los otros coches como irrelevantes. Tu cerebro estaba enfocado sólo en encontrar Audi A5, por eso te diste cuenta cuando aparecieron a tu lado. El condicionamiento pasa inconscientemente, pero puedes ayudar a provocarlo. Al establecer metas u objetivos antes de empezar a leer, básicamente le estás diciendo a tu cerebro que filtre el resto de las cosas para que así te puedas centrar en lo que te interesa. Este hábito de condicionamiento te va a dejar leer mucho más rápido (si estás muy familiarizado con el condicionamiento, puedes ojear todo el libro hasta que tu cerebro reconoce algo como importante para ti). Mientras ojeas, te darás cuenta de que tus ojos se paran en las partes del texto relacionadas con lo que estás buscando. Más trucos de nivel avanzado: la Tabla de Contenidos y el Índice. La tabla de contenidos te da información sobre la estructura del libro, el contenido y el orden. El índice es básicamente un mapa con los términos clave del libro. Cuando quiera que encuentres un término que no conoces con un gran

número de citaciones, probablemente será importante (así que escríbelo en una lista de términos esenciales antes de empezar a leer). Simplemente con que establezcas tus metas previamente, y con la ayuda del condicionamiento, vas a sentir que vuelas por el libro. #5. El pensamiento es más rápido que la palabra Probablemente el mayor obstáculo para leer más rápido es la subvocalización (leer en tu cabeza en voz alta). El primer paso para eliminarlo es darte cuenta de que lo haces. Darte cuenta de que puedes comprender el material sin subvocalizar va a incrementar tu velocidad de lectura dramáticamente. #6. Tus ojos pueden absorber más información de la que crees Tus ojos son una de las máquinas más perfectas que existen. Tus ojos pueden fácilmente asimilar más de una palabra cada vez. En vez de hacer esto, deberías absorber grupos de entre 3-5 palabras cada vez. Esto incrementará tu velocidad de lectura y mejorará tu comprensión. #7. Toma notas para una mejor comprensión y retención Leer no es una actividad pasiva (como ver la televisión). Es un proceso mental activo que resultará en todo tipo de inesperadas conexiones y entendimientos, así que mejor que estés preparado para capturarlos antes de que los olvides. No dudes en escribir mientras lees. Tomar notas va a reforzar lo que has aprendido y creará un archivo de tus pensamientos para futuras referencias. #8. Elimina distracciones para mejores resultados Para poder leer rápidamente debes estar concentrado y enfocado. Si tu teléfono está sonando, estás recibiendo whatsapps cada 2 minutos, o tienes a gente alrededor interrumpiendo todo el rato, no vas a conseguir nada. Mejor encuentra un lugar donde te puedas concentrar durante periodos de tiempo más largos. #9. Desafía al autor-recopila tus preguntas y objeciones Recopilar tus pensamientos mientras vas leyendo es una oportunidad increíble de involucrarte con el autor y otros lectores y hablar sobre el libro. Una vez que has hecho un esquema de tus pensamientos con respecto a ese libro, te vas a encontrar en un lugar donde puedes tener interesantes discusiones sobre el libro con otras personas (y hoy en día, a través de Twitter, a lo mejor incluso puedes hablar con el autor).

#10. Leer no es suficiente- Concéntrate en APLICAR lo que lees Tu objetivo al leer no-ficción no es leer una buena historia, lo que quieres es leer algo útil, práctico. Tu lectura no va a dar beneficios hasta que no apliques lo que aprendas. Después de leer un libro de no-ficción, debes ser capaz añadir 3 cosas que hacer a tu lista de tareas. La Lectura Efectiva de No-Ficción es una Habilidad- Los dividendos son enormes Recuerda que la lectura efectiva de no-ficción es una habilidad. Lleva algún tiempo y práctica el poder aprenderlo; pero una vez que lo haces, vas a incrementar tu velocidad y productividad enormemente. Supongo que a estas alturas querrás poner en práctica lo que acabas de aprender, así que, aquí va un reto para ti. Coge el libro que quieres leer y date a ti mismo una hora (no más). Tienes que seguir estos pasos: Escribe en papel: ¿Por qué estoy leyendo este libro? Escribe en papel: ¿Qué quiero aprender de este libro? Echa un vistazo al libro Toma notas Elimina las distracciones (encuentra un buen sitio donde puedas concentrarte) Desafía al autor (escribe en papel tus ideas mientras lees). Después de hacer esto, dime qué piensas del experimento y cuéntame que tal te fue. Mándame un email a [email protected], con el encabezado “Libro de Lectura Rápida”; y cuéntame cómo te ha ido, cómo has mejorado, y cuáles son los principales problemas con los que te encuentras.

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