Ayudando a los niños a entender el Evangelio

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Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio

No lo ocultaremos a sus hijos, ino que contaremos a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, su poder y las maravillas que hizo. 5Porque Él estableció un testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel, la cual ordenó a nuestros padres que enseñaran a sus hijos; 6para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer; y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos, 7para que ellos pusieran su confianza en Dios, y no se olvidaran de las obras de Dios, sino que guardaran sus mandamie

Publicado en inglés con el título: Helping Children to Understand the Gospel por Sally Michael, Jill Nelson y Bud Burk Copyright © 2009, 2010 Sally Michael, Jill Nelson y Bud Burk Traducción: Ana Mejía Children Desiring God P.O. Box 2901 Minneapolis MN 55402-0901 www.childrendesiringGOD.org 1-888-346-4700 niñ[email protected] www.niñosdeseandoaDIOS.org Las citas bíblicas son tomadas de La Biblia de la Américas © Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation. Usadas con permiso. www.LBLA.com

Contenidos Prefacio...........................................................................................................................................4 Primera Parte—Preparando a los niños para el Evangelio.................................................................5 Introducción..............................................................................................................................5 El sembrador.............................................................................................................................5 La semilla..................................................................................................................................6 La tierra.....................................................................................................................................7 ¿Cómo sembramos, cuidamos, y cosechamos?...........................................................................7 Etapas de crecimiento..............................................................................................................10 Pensamientos finales...............................................................................................................15 Segunda Parte—Presentando el Evangelio a los niños....................................................................17 El Evangelio que el hombre ha creado......................................................................................17 El Evangelio que salva..............................................................................................................17 Presentando el Evangelio: En su contexto.................................................................................18 Presentando el Evangelio: Intencionalmente.............................................................................18 Presentando el Evangelio: En cada oportunidad, con oración....................................................20 Tercera Parte—Diez verdades esenciales del Evangelio: Una guía devocional para familias.............21 Primera verdad........................................................................................................................22 Segunda verdad.......................................................................................................................24 Tercera verdad.........................................................................................................................27 Cuarta verdad..........................................................................................................................29 Quinta verdad..........................................................................................................................31 Sexta verdad............................................................................................................................34 Séptima verdad........................................................................................................................36 Octava verdad..........................................................................................................................38 Novena verdad.........................................................................................................................41 Décima verdad.........................................................................................................................44 Libros recomendados para lectura adicional...................................................................................48 Recursos de Niños Deseando a Dios..............................................................................................49

Prefacio El contenido de este recurso es un resumen de dos talleres dados en la Conferencia de Niños Deseando a Dios en Minnesota, EEUU en el 2007. Sally Michael presentó el primer taller, titulado “Preparando a los niños para el Evangelio.” Jill Nelson presentó el segundo taller, “Presentando el Evangelio a los niños.” El audio de ambos talleres está disponible en el sitio web de Niños Deseando a Dios (www. niñosdeseandoaDIOS.org) para ser descargado gratuitamente. El contenido de la guía devocional fue tomado de la presentación de Jill Nelson y adaptado para uso familiar por el Pastor Bud Burk, Pastor de Discipulado Infantil y Juvenil en la Bethlehem Baptist Church en Minneapolis, Minnesota.

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La Primera Parte: Preparando a los niños para el Evangelio Introducción Dos macetas de terracota están lado a lado en una esquina soleada del jardín. El mismo jardinero ha cuidado de ambas macetas, plantando al mismo tiempo semillas del mismo paquete en ellas. Cada maceta ha recibido la misma cuidadosa atención—la cantidad de agua adecuada y suficiente luz solar. En una maceta, las semillas han germinado y las plantas están creciendo hacia una madurez plena y saludable. Pero la otra maceta todavía está vacía—las semillas no han producido cosa alguna. ¿Por qué la diferencia? En una maceta, las semillas fueron plantadas en rocas, mientras que en la otra maceta las semillas fueron plantadas en tierra rica y oscura. Al final, el tipo de terreno fue el factor determinante en esta situación, porque Dios ha hecho a las semillas para que crezcan en la tierra y no en las rocas. Y así como Dios ha ordenado ciertas condiciones para que las semillas crezcan, Él también ha ordenado ciertas condiciones para que Su reino crezca: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. 5Otra parte cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; 6pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. 8Y otra parte cayó en tierra buena y dio fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. 9El que tiene oídos, que oiga (Mateo 13:3b-9). Sabemos, por la explicación de la parábola que Jesús da más adelante en el capítulo, que la semilla es la Palabra de Dios y que la tierra es el corazón de la persona. La Palabra de Dios se enseña a todos los que escuchan, pero solo hecha raíz en algunos corazones. Esta parábola es muy instructiva para nosotros mientras laboramos para sembrar las semillas del evangelio en los niños en nuestros salones de clase y hogares. Nos presenta las siguientes preguntas para analizar: • • • • •

¿Quién es el sembrador? ¿Qué es la semilla? ¿Qué tipo de tierra hay en el corazón de los niños? ¿Cómo sembramos, cuidamos y cosechamos? ¿Cómo guiamos a los niños a la salvación y cuáles son las evidencias de la fe salvadora?

El sembrador Nadie puede venir a mí sino lo trae el Padre que me envió (Juan 6:44a). Y todo esto procede de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por medio de Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19a saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación. 20Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios! (2 Corintios 5:18-20).

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Al final, la salvación de los niños está en las manos soberanas de Dios. Él elige a quién Él quiere y llama a los suyos a Sí mismo. A menos que Dios obre en el corazón de un niño, todos nuestros esfuerzos son en vano. Sin embargo, esto no significa que no debamos laborar en este ministerio. Como creyentes tenemos el privilegio de ser los instrumentos de Dios. Somos obreros en la viña de Dios y Dios nos ha “confiado” este gran privilegio y grandiosa responsabilidad (1 Corintios 3:4-9). Debemos trabajar en cooperación con Dios, quien da raíz a las semillas de la verdad del Evangelio que nosotros sembramos en los corazones de los niños. Como sembradores en la obra de Dios, somos llamados a: • Orar por los corazones de los niños, porque si el Espíritu de Dios no obra en ellos, no pueden ser salvos (1 Corintios 3:5-7). • Enseñar la Palabra de Dios diligentemente todo el tiempo, en todo lugar, bajo cualquier circunstancia (Deuteronomio 6:7). • Modelar una vida de fe que evidencie que amamos al SEÑOR nuestro Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y todas nuestras fuerzas (Deuteronomio 6:5).

La semilla Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo (Romanos 10:17). La semilla es el Evangelio: las buenas nuevas de Jesús. Dios ha ordenado que la fe salvadora venga a través de oír el Evangelio a través de la proclamación de la Palabra (Romanos 10:17). Este “oír” es un oír que involucra entender la Palabra y aceptarla como verdadera. Sin un entendimiento y una aceptación del Evangelio, no hay salvación. Al trabajar con niños, a menudo nos engañamos a nosotros mismos pensando que el método que usamos es lo que salva a los niños; que encontramos éxito en las técnicas apropiadas a la edad de los chicos. Si bien queremos que nuestra enseñanza sea apropiada a la edad de los niños, esto no es lo que salva. No es el método sino el mensaje el que salva (Romanos 1:16). Y el mensaje es este: Jesucristo vino para salvar a los pecadores. Aquellos que creen en Él son salvos de la ira de Dios y tienen vida eterna (Juan 3:36). Este Evangelio salva a niños y a adultos por igual. Cuando presentamos el evangelio a los niños, es importante enfatizar que la salvación no está basada en algo que ellos hagan, sino en lo que Jesús ha logrado en la cruz. En la introducción al currículo Firm Foundations (Fundamentos Firmes) Trevor McIlwain lo explica de esta manera: El Evangelio no es el hombre aceptando a Jesús como su Salvador, sino Dios aceptando al Señor Jesús como el único y perfecto Salvador hace dos mil años. El Evangelio no es el hombre entregando su corazón a Jesús, sino Cristo dando Su vida, todo Su ser, en lugar de los pecadores. […] El pecador únicamente debe confiar en lo que ya ha sido hecho a su favor.1 La proclamación del Evangelio comienza con una proclamación de hechos objetivos, pero también requiere una experiencia personal de confianza en Jesús. Necesita haber una aceptación personal de Jesús como Salvador, un recibimiento de Él como Redentor y Señor y una confianza en Su obra completa en la cruz. Esta es la fe salvadora.

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McIlwain, Trevor y Nancy Everson. Firm Foundations: Creation to Christ. (Sanford: New Tribes Mission, 1991), 12.

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La tierra La tierra en la que el mensaje del Evangelio es sembrado es el corazón del niño. Como todos los hombres, los niños nacen con una naturaleza de pecado heredada de Adán. Nadie tiene que enseñarle a un bebé a retorcer la espalda y llorar cuando se le coloca en el asiento para bebés del automóvil; él está actuando conforme a su naturaleza de pecado. Un niño pequeño está expresando su naturaleza rebelde innata cuando patea sus pies con fuerza contra el suelo y grita un desafiante “¡No!” Aún así, a menudo hay una ternura y apertura en los niños a la verdad espiritual que está ausente en muchos adultos. La mayoría de los niños aún no están “endurecidos” por el engaño del pecado (Hebreos 3:13), así que a menudo ellos responden a la enseñanza espiritual animadamente. Les encanta escuchar historias de la Biblia y cantar canciones acerca de Jesús—muchos niños pequeños aún están ansiosos de orar para recibir a Cristo. Algunas veces esta es fe salvadora genuina, pero a menudo es únicamente un interés espiritual. Necesitamos discernir la diferencia entre el interés espiritual y la fe salvadora. El interés espiritual puede ser un paso en el viaje hacia la salvación, pero no es la salvación. Hay conversiones genuinas de niños pequeños, pero muchas veces confundimos el interés espiritual con la fe salvadora. Es fácil confundir la curiosidad infantil con la convicción. El interés espiritual es algo bueno y debemos regocijarnos cuando lo vemos, pero necesitamos reconocer que éste no siempre es fe salvadora. Cuando un niño muestra interés espiritual y un deseo de orar a Jesús, debemos animarle a orar y a “pedirle a Jesús que obre en tu corazón” o a “pedirle a Jesús que te salve de tus pecados.” Estas son buenas oraciones, pero no son evidencia segura de una fe genuina en sí mismas. Debemos animar a los niños pequeños a confiar en Jesús y a recibir a Jesús y a hacer oraciones como estas, pero no darle al niño la seguridad de que es “salvo” cuando ha “hecho” una oración como esta. Una oración particular puede o no puede ser una expresión de una genuina fe salvadora. Necesitamos enfatizar a los niños que la persona que está verdaderamente confiando en Jesús continuará confiando en Jesús y apartándose del pecado. Es difícil discernir en qué tipo de tierra está cayendo la Palabra de Dios cuando es sembrada en los corazoncitos. Muchos niños que profesan conocer a Cristo no son salvos. Un niño puede pensar que es salvo y sus padres pueden pensar que es salvo porque oró una oración. Pero si con el tiempo hay poco interés en las cosas espirituales—si se aburre en la iglesia; si está atraído al mundo—podría ser inconverso aún. Un período de tiempo en el que hubo un interés espiritual no es garantía de que la tierra era fértil. Perseverar en la fe es una señal de una fe genuina. Asumir erróneamente la salvación de un niño basándose en su profesión de fe puede conducir a una negligencia espiritual. Tanto la ley como el Evangelio deben mostrarse continuamente al niño, sin importar qué profesión ha hecho. Un padre que ha asumido que su hijo es salvo no puede continuar orando por la salvación del niño o continuar animando al niño a confiar en Jesús, por el contrario, tratará al niño como un Cristiano a quien solamente le falta mayor santificación. Los peligros de albergar una seguridad falsa en los niños deben ser claramente reconocidos. La labor del sembrador es mantener el Evangelio frente al niño—continuar sembrando la Palabra de Dios en cada oportunidad, desquebrajar los terrones de tierra con disciplina y entrenamiento y regar la semilla con oración incesante.

¿Cómo sembramos, cuidamos y cosechamos? Cuando plantamos semillas, leemos las instrucciones en la parte trasera de los paquetes de semillas. Seguir correctamente las instrucciones ayuda a las semillas a echar raíz y a florecer. De igual manera, los sembradores espirituales hacen bien al escuchar el consejo y la sabiduría que Dios ha dado en Su Palabra. Aunque Él puede obrar a pesar de nuestro error, Dios se deleita cuando sembramos sabiamente. Children Desiring God



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Sembrando con confianza Lo primero que notamos en cualquier paquete de semillas es la fotografía o imagen al frente. Por ejemplo, en un paquete de semillas de judías verdes (también llamadas ejotes o porotos verdes) típicamente hay una imagen de un manojo de sus vainas maduras y rellenitas. Esto nos da la esperanza de un resultado—una gran cosecha de judías verdes frescas. Dios también nos ha dado esperanza para nuestra siembra del Evangelio en los corazones de los niños: Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié (Isaías 55:11). Porque la Palabra de Dios es poderosa, hay una seguridad razonable de que cuando Él nos llama a sembrar el Evangelio, habrá una cosecha de algún tipo. No todo niño será salvo, pero sí hay esperanza de una buena cosecha de nuestras labores (2 Corintios 9:6). Condiciones apropiadas que ayudan al crecimiento Si lanzamos las semillas a la tierra pero ignoramos las condiciones de crecimiento, terminaremos ya sea sin una planta o con una planta poco saludable. En lugar de ello, debemos esforzarnos por desarrollar las condiciones apropiadas para el crecimiento para que la semilla sea más propensa a echar raíz. También debemos ser intencionales al cultivar la tierra cuando sembramos la semilla espiritual. Si queremos que el mensaje del Evangelio sea entendido y aceptado, debemos crear un ambiente en el que el Evangelio pueda florecer. Un niño sin reglas o disciplina tendrá dificultad para aceptar el Evangelio. Él no ha aprendido que las reglas son no-negociables, que hay consecuencias por sus acciones, o que la autoridad debe ser respetada. ¿Por qué debería él creer que Dios es soberano por encima de toda Su creación? ¿O que los Diez Mandamientos son las reglas absolutas de Dios sobre la conducta? ¿O aún que hacer lo malo tiene como resultado el castigo—que necesita un Salvador porque el infierno es real? Tenemos tanto temor de ser etiquetados como “legalistas” o “fundamentalistas” que no les damos a los niños expectativas conductuales o aún estándares morales. En una sociedad que tiene temor de hacer enfadar los frágiles egos de los niños, el concepto de depravación total se pierde. Al abandonar la verdad de nuestra condición pecaminosa e impotente, hemos endurecido la tierra de los corazones de los niños, haciendo que el Evangelio no signifique nada para ellos. Ya que ellos están “bien,” no necesitan un Salvador. Los niños necesitan reglas. Necesitan ver que sus pecaminosos corazones se rebelan contra los estándares y que ellos son incapaces de cumplir con las expectativas de conducta apropiada. Necesitan conocer la ley de Dios para que puedan entender la gracia del Evangelio. Juan Calvino definió la ley como una preparación para el Evangelio. Su función es llamar a la conciencia a juicio y alarmarla con temor.2 Los niños nunca amarán la obra expiatoria de Cristo en la cruz si nunca entienden qué tanto necesitan un Salvador. Debemos estar dispuestos a hacer lo que sea necesario en este mundo físico para que el rescate del Evangelio pueda ser visto como glorioso. Para ese fin, debemos entrenar diligentemente, proveyendo experiencias para reforzar la verdad espiritual. Debemos liderar y estar a cargo—ser valientes y hacer lo difícil, permitiendo que nuestros niños experimenten algo de incomodidad y aun aflicción en este mundo, con la esperanza que ellos experimentarán gozo en el siguiente. Es mejor que el corazón de un niño aprenda una lección, aunque le cause dolor temporalmente, que ignorantemente siga un camino que le lleve al dolor eterno.

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Metzger, Will. Tell the Truth. (Downers Grove: InterVarsity Press, 2002), 62.

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La doble excavación es una técnica de jardinería que ayuda a producir plantas saludables. En ella, el jardinero quita las primeras 12 pulgadas de tierra con una pala y luego afloja la endurecida y escondida tierra inferior con una horca de jardinería, rompiendo los terrones de tierra hasta que está suave para que las raíces crezcan. A veces el corazón de un niño puede tener tierra profundamente compactada también. A veces la superficie es muy suave, floja y flexible, pero la tierra bajo la superficie es dura—rebelde, egoísta e incrustada con amor por el mundo. Se requiere de un cultivo intenso para partir estos duramente compactados terrones de resistencia y apatía. Considere la cuidadosa labor del Reverendo Richard Cecil, un clérigo inglés de los años 1800s, mientras se esforzaba por ayudar a su hija a entender el significado de la fe: Mi pequeña hija estaba jugando un día con unas cuantas bolitas (cuentas), las cuales parecían deleitarla maravillosamente. Su alma entera parecía estar absorbida con sus bolitas. Le dije, “Querida, tienes unas bolitas muy lindas ahí.” “Sí, papá.” “Y pareces estar enormemente complacida con ellas.” “Sí, papá.” “Muy bien, arrójalas al fuego.” Las lágrimas se acumularon en sus ojos. Me miró seriamente, como si debía tener una razón para hacer tan cruel sacrificio. “Bueno, querida mía, haz como quieras, pero tú sabes que nunca te he dicho que hagas algo que yo no pienso que sería bueno para ti.” Ella me miró por un momento más y luego, acumulando toda su fortaleza, su pecho alzándose por el esfuerzo, los lanzó al fuego. “Bien,” dije yo, “ahí déjalas; sabrás más de ellas en otra ocasión, pero ya no hables acerca de ellas ahora.” Algunos días más tarde, le compré una caja llena de bolitas más grandes y juguetes del mismo tipo. Cuando regresé a casa, abrí el tesoro y lo puse frente a ella; ella rompió en lágrimas de gozo. “Estas, mi niña,” le dije, “son tuyas, porque me creíste cuando te dije que sería mejor para ti arrojar esas dos o tres bolitas míseras al fuego. Ahora, eso te ha traído este tesoro.” “Pero ahora, querida, recuerda, mientras tengas vida, lo que es la fe. Hice todo esto para enseñarte el significado de la FE. Tú arrojaste tus bolitas cuando te lo pedí, porque tenías fe en que nunca te he aconsejado hacer algo que no fuera para tu bien. Pon esa misma fe en Dios. Cree todo lo que él dice en su palabra. Sea que lo entiendas o no, ten fe en que él quiere tu bien.”3 Las lecciones profundas duelen, pero son necesarias para que el Evangelio eche raíces profundas en el corazón de un niño. Vivimos en una cultura que estima la comodidad, pero en este aspecto tenemos nuestros valores al revés. Es mucho mejor para el corazón de un niño aprender una lección aunque le cause dolor temporal, para que él pueda un día conocer los eternos deleites de Cristo en el cielo. Entendiendo el proceso de crecimiento Un paquete de judías verdes típicamente indica que las semillas tomarán de 7-10 días en germinar y unos 58 días para que estén listas para la cosecha de las plantas maduras. Cincuentaiocho días parece un tiempo largo para esperar por el fresco producto, pero este crecimiento es un proceso que no puede ser hecho a prisa. Dios tiene Su tiempo para todas las cosas.

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Walker, Charles. Repentance and Faith. (Birmingham: Solid Ground Christian Books, 2006), 18-19.

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Los niños son como plantas—crecen en etapas ordenadas por Dios y es sabio estar atento a esas etapas. Ellos todavía no son adultos y aún no tienen madurez o capacidades de razonamiento adultas (1 Corintios 13:11). Un sembrador sabio conoce las etapas del crecimiento y nutre la planta de acuerdo a las necesidades únicas de cada etapa.

Etapas de crecimiento4 En cada etapa del crecimiento de una planta, el jardinero usa diferentes técnicas para satisfacer las necesidades únicas de la planta. Un retoño y una planta madura reciben tratos muy diferentes. Los niños también deben ser atendidos de manera diferente de acuerdo a las condiciones de sus corazones, su interés espiritual y madurez. Debemos aprender a reconocer las etapas de crecimiento para que podamos cuidar sus corazones fielmente. Las siguientes etapas aquí resumidas fueron descritas (edad, términos clave y nuestro rol) por Art Murphy en su libro The Faith of a Child (La Fe de un Niño.) La etapa del descubrimiento  Edad: desde el nacimiento hasta los cinco años Términos clave: primeras impresiones, sentimientos positivos, establecer bases, experiencias sensomotoras. Nuestro rol: cultivador—preparar la tierra para las semillas que serán sembradas luego Esta etapa es mejor descrita como “el proceso de guardar nueva información. Durante esta primera etapa de la vida, el niño acumula enormes cantidades de información cada día. Esta es la “etapa de recolección de información.” Los niños son como esponjas absorbiendo todo a su alrededor a través de sus sentidos y sus emociones. Están absorbiendo información rápidamente. Esta es la etapa en la que se debe almacenar en los niños un arsenal de historias Bíblicas y versículos de memoria, un fundamento de conocimiento Bíblico y un fundamento de confianza. También, el modelaje debe ser intencional, ya que las emociones que los niños sienten a este punto por Dios, la Biblia y su iglesia formarán las impresiones de las cosas espirituales más adelante en su vida. Los sentimientos que experimenta un niño cuando él está con usted influenciarán su impresión de Dios. Los niños a esta edad creerán lo que usted les diga simplemente porque usted se los dice; esta es la razón por la que es tan fácil hacer que ellos oren “la oración del pecador.” La etapa del discernimiento Edad: de cuatro a ocho años Términos clave: recolectar hechos, explorar la Biblia, curiosidad, hacer preguntas Nuestro rol: sembrador—sembrar las semillas a través de la enseñanza, el modelaje, la observación, las respuestas A diferencia del preescolar, un niño en los años iniciales de primaria o básica comienza a cuestionar las cosas. Empieza a pensar un poco por sí mismo en lugar de solamente absorber lo que se le dice. Las constantes preguntas de “por qué” y “cómo” serán, a veces, muy difíciles o aún imposibles de contestar. Pero las preguntas deben ser bien recibidas.

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Todas las etapas de crecimiento y sus descripciones son tomadas del libro escrito por Art Murphy, The Faith of a Child. (Chicago: Moody Press, 2000), 60-64.

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En esta etapa debemos dar a los niños respuestas Bíblicas para las preguntas que podemos responder y admitir que no sabemos las respuestas a algunas de sus preguntas. Cultive el diálogo. La constante plática de los niños de 4-8 años es una oportunidad importante para corregir ideas equivocadas y para ayudar a los niños a realmente comprender la importancia del Evangelio. Es muy importante asegurarse que para los primeros años de la primaria o básica el niño entienda el Evangelio—no solo que tenga un conocimiento de los hechos. Una verdad que los niños deben entender para poder recibir el Evangelio es su naturaleza de pecado. Necesitamos ayudar a los niños a entender que tienen una naturaleza de pecado interna, no sólo que hacen cosas malas. Esto no es algo que el hombre natural entiende automáticamente. Para poder ver su depravación y su posterior necesidad del Evangelio, los niños deben entender las demandas justas de la ley. Deben conocer los Diez Mandamientos y ver su incapacidad de cumplir con los estándares de actitudes del corazón que Jesús enseñó en el Sermón del Monte para que puedan entender la gracia. En su libro, Whatever Happened to the Ten Commandments? (¿Qué Pasó con los Diez Mandamientos?), Ernest Reisinger escribe: En los días del pasado, los niños aprendían los mandamientos antes que se aprendieran Juan 3:16, porque sólo entonces Juan 3:16 tendría verdadero significado para ellos. De la misma forma, la primera obra de traducción de John Eliot entre los indígenas no fue Juan 3:16, sino uno de los Diez Mandamientos y éstos fueron el tema de su primer sermón. ¿Pensaba John Eliot que los indígenas serían salvos por los Diez Mandamientos? Claro que no, pero los Diez Mandamientos les mostrarían que necesitaban ser salvos—ellos eran transgresores de la ley necesitaban un guardador de la ley para que fuera su sustituto.5 A menudo, aunque no siempre, Dios trae una obra de preparación por la ley para ejercer presión sobre el alma antes de traerla a la fe salvadora. Necesitamos impresionar a los niños una y otra vez con la santidad de Dios y la obediencia perfecta que Dios demanda y confrontarlos con su incapacidad de cumplir las demandas de la ley—necesitan ver que se encuentran en una condición impotente. Preparar la tierra del corazón de un niño para el Evangelio significa ayudar al niño a ver y a sentir la santidad de Dios y la demanda de obediencia perfecta. Un gran error que muchos padres Cristianos cometen es llegar demasiado rápido al Evangelio sin darles a los niños tiempo de entender las implicaciones de la santidad de Dios y su pecado. Sin embargo, el niño necesita tiempo para ver que las decisiones tienen consecuencias—y que necesita sentir esas consecuencias. Él necesita entender que el castigo es una inevitable consecuencia del actuar incorrectamente y que el infierno es muy real. La etapa de decidir Edad: de siete a doce años Términos clave: convicción, lucha, fe, transformación Nuestro rol: cuidador—proveer alimento para que la nueva planta pueda crecer En esta etapa, el niño entiende que el Evangelio tiene implicaciones para él personalmente—él debe ya sea hacer un compromiso personal con Cristo o rechazar al Salvador. La fe salvadora involucra rendir nuestros corazones rebeldes al control de Dios y esto a menudo involucra una batalla que puede estar acompañada de altibajos emocionales y problemas de actitud y conducta. No vemos esta batalla en los niños más pequeños, pero esto es porque ellos no son capaces de sopesar el costo de rendirse; un niño de 7 a 12 años es más capaz de entender qué está en juego al entregar el control.

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Reisinger, Ernest C. Whatever Happened to the Ten Commandments? (Edinburgh: Banner of Truth, 1999), 5.

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Podemos causar un corto circuito en este proceso si asumimos que el interés espiritual de un preescolar es fe salvadora; esto solo prolonga la espera para que ocurra la batalla espiritual necesaria. Sin embargo, es mejor que la rebelión contra Dios sea subyugada cuando alguien es joven y las consecuencias son menos severas, que esperar hasta la adultez cuando el corazón ha sido endurecido por el engaño del pecado y las consecuencias alcanzan más ámbitos. Necesitamos decididamente guiar a los niños a través de esta etapa, animándolos a rendirse a Jesús y a poner su confianza en Él. Aún más, debemos permanecer dependiendo del Espíritu Santo para que guíe a cada niño a través de esta tumultuosa etapa. Esta lucha es difícil, pero es en esta lucha que la fe salvadora personal se experimenta y la transformación comienza. Art Murphy menciona la importancia de esta lucha en su libro The Faith of a Child (La Fe de un Niño), donde escribe que: Durante las etapas de decidir, es obvio que el niño ha pasado de ser curioso a ser convicto. Él ha escogido tener fe personal en lugar de depender de la fe de sus padres o de otros. Él ahora tiene una pasión por agradar a Cristo en lugar de una mera comodidad de saber qué significa ser cristiano.6 Recuerde que la conversión no siempre pasa instantáneamente, pero a menudo involucra un viaje de preguntar, evaluar, luchar y aprender a confiar. La conversión es un proceso. La lucha es buena—la fealdad del corazón humano necesita ser experimentada y lamentada. A menudo en esta etapa, nuestra tentación como adultos es ser impacientes y precipitarnos a resolver la lucha—a “asegurar la salvación para el niño.” Por lo tanto, aquí es donde nuestra fe como sembradores es realmente probada: ¿Confiamos en que Dios guiará al niño hasta el final en victoria? ¿Confiaremos en la soberanía y la bondad de Dios? Es en este momento de espera que nuestra naturaleza de pecado nos tienta a tomar las cosas en nuestras manos y a empujar al niño a hacer un compromiso que él pueda no estar preparado para hacer. Tememos al resultado de la lucha del niño y queremos asegurar el resultado deseado. Pero necesitamos soltarlo—guiarlo, animarlo y apuntarlo hacia Jesús a como dé lugar, pero también soltarlo y dejar que el niño se enfrente a Dios y que Dios trate al niño. No debemos manipular una respuesta. A veces esta lucha puede durar años y puede ser que no veamos resultados inmediatos de la verdad que sembramos. Pero Dios nos llama a ser sembradores fieles a lo largo de la batalla. El Reverendo Edward Payson pacientemente guió a su hija a lo largo de los años de auto-esfuerzo—siempre mostrándole su error y la necesidad de la gracia. Payson registró la lucha de fe de Louisa en el libro The Pastor’s Daughter (La Hija del Pastor). Su padre entendía que el mensaje del Evangelio debe ser experimentado, no sólo contado y por ello él no temía dejar que su hija experimentara sufrimiento, quebranto, enojo, culpa o vergüenza. Él la guió a través de años de tratar de ganarse su salvación “siendo suficientemente buena” para ganarse el favor de Dios—y la confrontaba una y otra vez con su insuficiencia. Pero su voluntad no se doblegaba fácilmente y el resultado de esos años fue el siguiente: En conjunto, el principal beneficio que ella obtuvo de todos estos años de pruebas y decepción fue un mayor conocimiento de la desesperada maldad de su corazón y una convicción más profunda que, en sí misma, ella nunca sería capaz de hacer un tal solo acto santo. Es verdad que estas convicciones no afectaron su corazón, pero convencieron a su entendimiento y conciencia hacia el lado de la verdad.7

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Murphy, Art. The Faith of a Child. (Chicago: Moody Press, 2000), 63. Hopkins, Louisa Payson. The Pastor’s Daughter. (Birmingham: Solid Ground Christian Books, 2004), 136-137.

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Edward Payson permitió que su hija alcanzara el punto de la desesperación. Él incansablemente la confrontaba con su necesidad de un Salvador, pero también continuaba mostrándole la gracia de Dios hacia ella. Y luego un día cuando su padre estaba predicando acerca del amor de Cristo, Louisa (a quien llama María en el libro) escuchó—y respondió. Esta fue la respuesta que Dios en Su gracia le regaló: María se olvidó de sí misma y de su apatía; pensaba únicamente en el Salvador que era de tal manera presentado ante ella; admiración, amor, gratitud y arrepentimiento llenaban su corazón; y cuando su padre dijo que, si fuera necesario, para salvar al hombre Cristo se sometería a todos sus sufrimientos nuevamente, un torrente de lágrimas irrumpió de sus ojos; escondió su rostro en sus manos y estuvo lista para exclamar, “¡Oh, es demasiado— demasiado! ¡Qué amor para alguien tan miserable!”8 En lugar de quejarse que no podía “hacer que su corazón amara a Dios,” ella se preguntaba cómo podría hacer otra cosa sino amarlo. En lugar de pensar que era desafortunada al no ser capaz de obedecer los mandamientos de Dios, ella percibió que era enteramente su culpa que no lo había hecho antes.9 Esta es la verdadera conversión—valen la pena los años de lucha y confusión. La etapa de discipulado Edad: de diez años en adelante Términos clave: establecer hábitos, consistencia, madurez, crecer más profundamente, doctrina Nuestro rol: podador—moldear, animar a la planta en crecimiento Esta etapa sigue después de la conversión y es un período de crecimiento en la fe. La labor del sembrador no termina en esta etapa, pero su rol cambia en materia de carácter y enfoque. La fe joven debe ser dirigida y enseñada por la Palabra, se le debe modelar una vida de fe y debe ser sostenida por la oración. El sembrador se convierte en un podador mientras Dios moldea y lleva la fe hacia la madurez. El fruto: La salvación y las evidencias de la fe salvadora La conversión requiere un entendimiento de los hechos del Evangelio, apartarse de la incredulidad y la rebelión y tornarse al Señor Jesucristo en confianza, rendición y sumisión. Los elementos clave involucrados al aceptar en Evangelio son el arrepentimiento y la fe. Como lo hemos dicho, la conversión es un proceso, no un evento. Probablemente no es importante si la conversión culmina en “una oración” o en una seria de actos de rendición que llevan a una persona confiar en Cristo, lo cual es eventualmente expresado en el bautismo. Lo que sí es importante es que el niño pueda señalar un momento—un período o una estación—en el que se tornó a Jesús en fe. El arrepentimiento verdadero Mientras buscamos evidencias de fe salvadora, necesitamos entender lo que no es y lo que sí es el arrepentimiento. Esto a menudo es lo que confunde a niños y a adultos acerca de las experiencias de llorar y “rechazar el pecado” en la niñez—es fácil confundir el dolor causado por el mundo con el verdadero arrepentimiento.

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Hopkins, Louisa Payson. The Pastor’s Daughter. (Birmingham: Solid Ground Christian Books, 2004), 235. Ibid, 236.

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Todos hemos visto ejemplos del dolor causado por el mundo: un adulto descubierto en una falta moral quien se disculpa y espera que las cosas “vuelvan a la normalidad.” El esposo que espera que una disculpa por la infidelidad debería sanar su relación con su esposa; una oración susurrada rápidamente, pidiendo perdón por un acto de desobediencia. Sin embargo, esta no es la naturaleza del arrepentimiento. En The Child’s Book on Repentance (El Libro para Niños sobre el Arrepentimiento), Thomas Gallaudet examina la diferencia entre la tristeza del mundo y el verdadero arrepentimiento. Él explica que “si el único dolor que sientes por haber hecho lo que Dios te prohíbe hacer, o por no hacer lo que él te manda a hacer, es porque temes al castigo con el que ya ha amenazado a aquellos que quebrantan sus leyes, entonces no tienes verdadero arrepentimiento de tus pecados.”10 En lugar de ello, él escribe: El verdadero arrepentimiento es algo más que una fuerte resolución o propósito de que dejarás de pecar y comenzarás a amar y a obedecer a Dios. Tal resolución será inútil a menos que proceda de un sincero dolor por tus pecados, sabiendo que fueron cometidos contra un sabio, santo, justo y buen Dios.11 Gallaudet describe a la persona verdaderamente arrepentida sintiéndose así: [Él] ha hecho mal al no rendirle a Dios amor y obediencia. Siente que no tiene excusa alguna para no haberlo hecho. Siente que su propia pecaminosidad y voluntad lo han llevado a rehusar hacerlo. Reconoce la gran culpa de su orgullo y obstinación de corazón y lo lamenta verdadera y profundamente. Su voluntad, apaciguada y humillada, se inclina en sumisión a la voluntad de Dios; no como forzada a hacerlo, como cuando un niño se somete a la voluntad de su padre por temor al castigo, sino libre, completa y contentamente desea someterse y confía en que Cristo le ayudará al hacerlo.12 Gallaudet también menciona que “no puedes verdaderamente arrepentirte de tus pecados sin, al mismo tiempo, confiar enteramente en Cristo para el perdón de tus pecados y tu aceptación para con Dios.”13 Aunque no podamos ver la plenitud de lo que Gallaudet describe como arrepentimiento, deberíamos ver las señales básicas de arrepentimiento en el niño que está deseando confiar en Jesús: el niño debería sentir que pecar es una ofensa contra Dios y que la ley de Dios es buena. Más aún, él debería entender que es indigno de perdón y que la inclinación de su corazón es seguir pecando, y luego anhelar la limpieza de su pecado y un corazón puro. Hay preguntas que deberíamos hacernos y respondernos al considerar si un niño está o no listo para aceptar a Cristo con verdadera fe salvadora: • ¿Entiende el Evangelio? ¿Puede narrar el Evangelio y parece entender el significado del mismo? • ¿Puede explicar cómo es salva una persona? ¿Entiende la gracia y parece haber abandonado el esfuerzo propio? ¿Quiere confiar en la obra de Jesús en la cruz para el perdón de sus pecados? • ¿Hay una convicción de pecado? • ¿Expresa el niño afecto por Jesús y un deseo de seguirle?

Gallaudet , Thomas H. The Child’s Book on Repentance (Birmingham: Solid Ground Christian Books, 2005), 86. Ibid., 86-87. 12 Ibid., 90. 13 Ibid., 123. 10 11

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La conversión verdadera ¿Cómo podemos saber si se ha llevado a cabo una verdadera conversión? Al buscar evidencia de una nueva conversión, necesitamos considerar las siguientes preguntas.14 • ¿Tiene el niño una confianza presente en Cristo? Nota: El verbo “cree” en Juan 3:16 es un verbo en el tiempo presente y debería traducirse como “todo el que continúa creyendo en mí.” • ¿Hay evidencia del Espíritu Santo en el corazón del niño? (Romanos 8:15-16). • ¿Hay frutos del Espíritu en la vida del niño? (Gálatas 5:22 y Mateo 7:16-20). • ¿Hay un patrón de crecimiento espiritual en el niño? ¿Evidencia interés espiritual continuo, fe en Jesús continua y una creciente santificación? (2 Pedro 1:5-10).

Pensamientos finales Obviamente, las etapas desarrolladas en este recurso no son experiencias absolutas en la vida de cada niño. Algunas personas vienen al Señor siendo adultas y hay algunos niños quienes ponen su confianza en Jesús para su salvación a una muy temprana edad. Sin embargo, estas etapas son parámetros generales basados en la habilidad de desarrollo del niño para comprender y experimentar los elementos de la fe salvadora. Si bien Dios no está restringido por estas etapas, Él a menudo obra dentro de los “límites” del orden que Él ha creado. El peligro del que tenemos que estar cautelosos es asumir que el niño es salvo porque expresa un conocimiento de Dios y del Evangelio. John Piper notó lo siguiente en una clase para niños acerca del bautismo, “Puedes convertirte en hereje al entender los hechos equivocadamente y puedes convertirte en un hipócrita al tener una experiencia falsa.” Ya sea que el niño entienda los hechos equivocadamente o finja la experiencia, está perdido. A veces, no podremos saber con certeza si la fe es genuina o no. Podemos tener una esperanza razonable de que el niño verdaderamente ha sido convertido, pero si no lo sabemos, deberíamos continuar presentando las verdades del Evangelio—el arrepentimiento y la fe. Deberíamos continuar rogándole al niño a poner su confianza en Cristo. Este es el mismo mensaje para el creyente y el incrédulo por igual: ¡Cree en Cristo! Es un mensaje que anima al incrédulo a arrepentirse y a venir a la fe salvadora y anima a los creyentes a perseverar en la fe. En la parábola de la cizaña (Mateo 13:24-30), Jesús habla de un campo de trigo que es infectado con cizaña. Por un tiempo, el granjero permite que la cizaña y el trigo crezcan juntos. Sin embargo, cuando llega la hora de la cosecha, el granjero instruye a los segadores que los separen. Luego deben quemar la cizaña y recoger el trigo en el granero. Esta misma recolección y separación ocurrirá un día en la iglesia. Como Jesús dice, “Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada” (Mateo 15:13). Sí tenemos hipócritas entre los niños de nuestras iglesias. Para aquellos que piensan que son salvos pero no muestran evidencias de fe salvadora, necesitamos discernir amorosamente si hay evidencias de fe salvadora y desafiarles a examinar sus vidas y corazones. Hemos privado a muchos niños de lucha verdadera—el tipo de lucha que lleva a la conversión. Si le pertenecen a Cristo, Él fielmente traerá esa lucha a sus vidas para traerlos a Sí mismo. La salvación de los niños (y de todos los hombres) es en última instancia la obra de Dios y mientras nosotros sembramos y plantamos, Dios será el que dé el crecimiento (1 Corintios 3:4-9). Es en Su poder para salvar que encontramos nuestra esperanza.

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Estas preguntas son un resumen de: Grudem, Wayne. Teología Sistemática (Miami: Editorial Vida, 2007), 744-754.

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La Segunda Parte: Presentando el Evangelio a los niños Imagine a una familia en Minnesota yendo a dar un paseo en un lago en bote en un hermoso día de verano. Como padres cuidadosos que son, colocan un chaleco salvavidas en cada niño, los mejores que el dinero puede comprar. A los chicos les encantan los chalecos porque tienen diseños y colores infantiles. Los niños ahora están a salvo en el caso improbable de que el bote se hundiera o fuera arrasado por las olas. Pero hay algo que los padres y los niños no han tomado en cuenta. Este lago es muy frío. Aún en el verano, la temperatura del agua se mantiene alrededor de los 13° C. Así que por más maravillosos que parezcan esos chalecos salvavidas, y por más que los padres y los niños se sientan a salvo en caso de que el bote se hundiera, el verdadero peligro permanece imprevisto y no planificado—la hipotermia. En caso de que la familia fuera arrojada al agua y permanecieran florando, eventualmente la temperatura frígida del agua acabaría matándolos.

El Evangelio que el hombre ha creado Desafortunadamente, el “evangelio” que a menudo presentamos a los niños es como esos chalecos salvavidas. Es un evangelio que creemos protegerá y salvará a nuestros niños, pero no es la garantía de seguridad que lo imaginamos ser. Y podría ser que mientras nuestros niños piensan que están seguros rumbo a la vida eterna en el cielo, en realidad continúan su lento pero peligroso “flote” en las mortíferas aguas del infierno. ¿Por qué pasa esto? Porque no es el Evangelio de las Escrituras. ¿Cómo hemos cambiado el verdadero y vivificante Evangelio a un colorido, infantil pero ineficaz chaleco salvavidas? A continuación hay algunas características de este evangelio cambiado y por qué es tan mortífero: Este evangelio cambiado pone al hombre en su centro en vez de a Dios. Presenta un plan en lugar de una Persona. Busca consolar pero no convencer de pecado. Es un mensaje que llama a aceptar a Cristo, pero no al arrepentimiento. Simplemente anima a que se reconozcan hechos verdaderos en lugar de aceptar y someterse a Aquel quien es tanto Salvador como Señor. Esclaviza a los hombres a las obras en lugar de liberarlos para hacer buenas obras. Pero eso no es todo lo que este “evangelio” declara. Pretende salvar por medio de la elección decisiva del hombre en lugar de a través de la gracia soberana de Dios. Promete afirmación en lugar de transformación radical. Exalta al hombre y al deseo de ser amado en lugar de exaltar el amor de Dios mostrado en la persona y obra de Jesucristo, quien es el único que nos acerca a Dios para que podamos experimentar el inmensurable gozo de enaltecerle. ¡Este evangelio sesgado y centrado en el hombre no es buenas nuevas!

El Evangelio que salva Así que, ¿qué es el verdadero Evangelio y cómo lo presentamos de tal manera que sea claramente entendido y aceptado por los niños para que puedan ser salvos? Para comenzar, hay tres temas fundamentales que debemos entender: Primero, Dios es el origen del Evangelio. El mensaje del Evangelio comienza con Dios. Él es la fuente del Evangelio—fue Su plan soberano desde toda la eternidad (2 Timoteo 1:8-10). Cuando presentamos el Evangelio a los niños debemos comenzar con Dios, no con nosotros mismos. Él es tanto el fundador como el fundamento del mensaje. Children Desiring God



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Segundo, Dios es el vehículo del Evangelio. Él mismo es el medio por el cual el Evangelio ocurre y se lleva a cabo. Muchas veces se les presenta a los niños un Evangelio que les da la impresión de que en última instancia su valor y su propia decisión es lo que les salva—pero este no es el caso. El mensaje central y el medio de la fe salvadora está enfocado en la Persona y la obra del Hijo de Dios, Jesús—en Su valor, demostrado en Su perfecta obediencia, Su muerte sustitutiva y Su gloriosa resurrección (1 Corintios 15:1-4). Aún la fe salvadora finalmente ocurre por la obra decisiva de Dios en el corazón humano—es un regalo de Él, para que nadie se gloríe (Efesios 2:1-9). Finalmente, Dios es la meta del Evangelio. El cielo no es la meta final. El perdón de los pecados no es la meta final. Nuestra felicidad no es la meta final del Evangelio. Dios es la meta: que Su grandeza y valor sean atesorados más que nada (Filipenses 3:7-8, 1 Pedro 2:9). El Evangelio existe para acercarnos a Dios para que podamos amarle, atesorarle, disfrutarle, adorarle y confiar en Él para siempre. Y sí, ¡esa meta centrada en Dios y que exalta a Dios resulta en nuestra felicidad eterna y completa! (Salmo 16:11).

Presentando el Evangelio: En su contexto Mantener estos tres temas fundamentales en mente puede ahora ayudarnos a determinar qué elementos clave del Evangelio deben ser presentados, así como la manera en la que los presentamos. El comienzo del mensaje del Evangelio es el texto mismo de la Biblia. Para ser fieles al Evangelio, debemos entender el texto y el contexto del mensaje—es decir, todo el consejo de Dios. A veces, la gente piensa que el Evangelio se encuentra solamente en los escritos del Nuevo Testamento. Sin embargo, el fundamento del Evangelio tiene sus raíces en el Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento, por así decirlo, es el árbol que creció y suplió la madera de la cual la cruz de Jesús fue hecha. Como Pablo le escribe a Timoteo en 2 Timoteo 3:14-15: Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; 15y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. De acuerdo a Pablo, el mensaje del Evangelio incluía la enseñanza del Antiguo Testamento, pues el mismo sirve para darnos “la sabiduría que lleva a la salvación.” El propósito entero del Antiguo Testamento es preparar el escenario para la revelación de las buenas nuevas de Jesús. Revela el carácter de Dios y la desesperada condición de los hombres pecadores y luego anuncia y señala el camino a Jesús. ¡El Antiguo Testamento demuestra por qué el Evangelio de Jesús es tan buena noticia!

Presentando el Evangelio: Intencionalmente Así que, para presentar el Evangelio de una manera que verdadera y precisamente explique las buenas nuevas salvadoras en una forma Dios-céntrica dentro de su propio contexto, debemos ser intencionales en nuestro enfoque. ¿Cuáles son los elementos esenciales del Evangelio que nuestros niños deben entender y aceptar? ¿Y cómo pueden ser presentados de una manera que no sólo es bíblicamente correcta sino también comprensible para los niños? Claramente esta labor no es una tan sola presentación de 15 minutos. En lugar de ello, estamos sugiriendo usar una presentación progresiva de 10 verdades esenciales del Evangelio. Este es el método trazado en la guía devocional familiar que se encuentra más adelante en este recurso. Idealmente, estas verdades debieran ser presentadas lentamente durante un tiempo y luego ser repetidas y explicadas más ampliamente mientras los niños crecen y maduran. Hay cuatro partes para cada devocional mientras presenta una verdad esencial del Evangelio: el pasaje bíblico, la Explicación, la Ilustración y la Implicación. Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio © 2010 Michael, Nelson y Burke

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Pasaje bíblico Cada devocional comenzará con un(os) versículo(s) sugerido(s) que respalden la verdad del evangelio específica que se presenta en la sesión. Por favor tome nota que esta no es una lista comprensiva de pasajes bíblicos de respaldo. En lugar de ello, el versículo clave es cuidadosamente escogido para comunicar las verdades clave del Evangelio y a la vez es lo suficientemente simple para poder explicárselo a los niños. Explicación Esto involucra explicar la verdad clave de manera que sea comprensible a los niños. A menudo la gente ha tendido a cambiar el mensaje del Evangelio para los niños en lugar de simplemente explicar el mensaje. Pero esto es peligroso. Es por eso que los textos bíblicos que se proporcionan son clave. No cambie estas verdades—explíquelas. Sin embargo, evite “sobre-explicar” los conceptos, especialmente con niños pequeños. Mantenga la explicación lo más simple posible. Usted está poniendo un fundamento sobre el cual usted continuará construyendo en el futuro. Mientras los niños crecen y maduran, también lo harán la explicación y la discusión. Asegúrese de enfocarse en explicar palabras y doctrinas bíblicas claves. A menudo, como adultos, usamos términos como “eterno” o “soberano” o “pecado” o “infierno,” y damos por sentado que los niños entienden lo que queremos decir. También, sea muy cuidadoso en cómo define las palabras. Por ejemplo, no defina el “pecado” como “errores.” Esto puede llevar a una tergiversación y a confusión. Los niños a menudo piensan en los errores como cosas que ellos hacen sin querer. Por ejemplo: “Derramé mi leche sin querer.” “Me puse la calceta del color equivocado sin querer.” Los pecados no son errores. El pecado es rebelión contra Dios. El pecado es decirle a tu Rey soberano: “Yo decidiré lo qué es verdadero y correcto— no Tú.” Finalmente, recuerde que los niños pequeños son recolectores de información. Están mucho más dispuestos que los adultos a aceptar la verdad sin cuestionarla, y es por ello que es importante impartir la verdad bíblica a una edad temprana. Es aceptable hablar sobre hechos sin buscar tener una discusión complicada sobre el tema. Incluidas en los devocionales se encuentran verdades profundas y algo abstractas que los niños pequeños podrían no entender a plenitud a este punto. Sin embargo, los niños aún necesitan estar escuchando esas verdades una y otra vez. Mientras crecen y se convierten en pensadores más abstractos, comenzarán a entender más plenamente el significado de esas verdades. Ilustración Involucra demostrar la verdad a través de ayudas visuales concretas, experiencias de la vida, etc. Sin embargo, aunque estas ilustraciones pueden servir para demostrar las verdades en una forma más concreta, no deberían ser directamente comparadas con la verdad bíblica. Cuando use ilustraciones, finalice diciendo algo como lo siguiente: “Esto nos puede ayudar a entender qué significa que…” Esto les ayudará a los niños a separar la analogía limitada de la verdad bíblica. Implicación Las verdades clave presentadas en estos devocionales no son una colección de información impersonal para que nosotros y nuestros niños simplemente las entendamos y reconozcamos. Estas verdades bíblicas tienen implicaciones personales para cada uno de nosotros mientras desafían—aún demandan—que la mente, el corazón y la voluntad respondan. El mensaje del Evangelio es un mensaje personal para cada individuo y cada individuo debe responder a él. Children Desiring God



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Presentando el Evangelio: En cada oportunidad, con oración Aceptar el Evangelio no es simplemente una decisión de una sola vez. Las verdades del Evangelio deberían abarcar toda la vida. Por lo tanto, debemos enseñar el Evangelio diligentemente—cuando nos sentamos en casa o andando por el camino, nos acostamos o nos levantamos (Deuteronomio 6:7). Siempre busque oportunidades para compartir estas verdades. Por ejemplo, quizás sus niños acaban de aprender acerca de David y su pecado concerniente a Urías. Use eso como una oportunidad para compartir la verdad que todas las personas son atroces pecadores, aún el héroe bíblico, el Rey David. Tal como nosotros, el Rey David necesitaba la misericordia de Dios. Tal como nosotros, el Rey David necesitaba a un Salvador. Dios puso el castigo que David merecía sobre Jesús. Después que las verdades del Evangelio han sido presentadas, ore por y con su hijo acerca de su respuesta al Evangelio. Trate de discernir la diferencia si es que están expresando curiosidad espiritual general o verdadero arrepentimiento y fe. Sí, queremos animar a los niños a “hacer una oración,” pero sea cuidadoso de no manipular y presionarlos a dar respuestas que ni entienden ni genuinamente aceptan. Al final, la fe salvadora no es determinada por nuestra presentación del mensaje o la manera en que lo presentamos. Somos llamados a ser fieles y a “familiarizar” a nuestros niños con los escritos sagrados, pero es Dios solamente quien trae la fe salvadora. Podemos preparar la tierra del corazón de un niño. Podemos plantar la semilla del Evangelio. Podemos regar el Evangelio explicando y repasando sus verdades maravillosas. Pero esa semilla del Evangelio yacerá inactiva en el corazón de un niño hasta que Dios, si es Su voluntad, por el poder del Espíritu Santo haga que esa semilla brote en novedad de vida.

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La Tercera Parte: Diez verdades esenciales del Evangelio— Una guía devocional para familias Cómo usar esta guía devocional Prepárese antes de presentar Revise el devocional antes de presentarlo. Cada devocional tiene un listado de consejos útiles que pueden ayudarle mientras lo presenta.

Marque su propio ritmo Por favor no se sienta presionado de añadir más información que la que está aquí, pero por favor tampoco resista alguna avenida fructífera de discusión más allá de esta guía.

Medite en cada verdad Esta es una presentación progresiva destinada a ser completada paulatina, intencional y lentamente. Se le anima a meditar en cada verdad por un período apropiado de tiempo (recomendamos una semana.)

Siga el orden Este devocional ha sido desarrollado de la manera más concisa posible y el orden tiene un propósito. Por lo tanto, simplemente comience con “lo que es verdad” y termine con “lo que esto significa.”

Ore por ayuda Ore para que Dios le dé entendimiento y que Su Espíritu despierte el corazón de su hijo para aceptar Su verdad.

Bendiga a su familia Termine su tiempo juntos orando por su hijo y su familia usando la “Bendición para la Verdad.”

Busque oportunidades Busque momentos oportunos para la enseñanza a lo largo de la semana para aplicar estas verdades a la vida de su hijo.

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Devocional del Evangelio: La primera verdad 1) Primera verdad Dios es el Creador soberano de todas las cosas.

2) Pasajes bíblicos Salmo 19:1, Salmo 22:28, Salmo 24:1 y Isaías 44:24 Lea estos pasajes de las Escrituras, así como cualquier otro pasaje que respalde la verdad que Dios es el Creador soberano de todas las cosas.

3) Explicación Hay un Dios vivo y eterno quien creó todas las cosas. Eterno significa que Dios no tuvo un principio ni tendrá un final. Dios nunca nació; nunca tuvo un cumpleaños. Él siempre ha estado vivo y siempre estará vivo. Dios nunca morirá. Este único Dios eterno lo hizo todo—por Sí mismo. Dios hizo el cielo, las estrellas, el suelo, los árboles, las plantas, los animales y las personas. Dios puede hacer esto porque Él es un Dios todopoderoso. Esto significa que Dios puede hacerlo todo y que nada es demasiado difícil para Él. Ya que Dios lo hizo todo, todo le pertenece a Dios. Dios es el dueño de todas las rocas, árboles, océanos, plantas y personas—¡de todo! Dios también es el Rey soberano sobre todo lo que ha creado. Eso significa que Dios es “el jefe.” Él está al mando. Él es el Rey de Su creación y Él la controla y la gobierna.

4) Ilustración a) Presta atención Dios ha creado todas las cosas y cuando prestamos atención a lo que Él ha hecho, podemos aprender algunas cosas acerca de Dios al observar lo que Él ha creado. Pregunte: ¿Has visto un arcoíris? Es hermoso. Dios lo hizo y Dios es hermoso. ¿Has escuchado truenos? Son poderosos. Dios los hizo y Dios es poderoso. ¿Cuál es tu comida favorita? Sabe muy bien. Dios la hizo y Dios es bueno. ¿No es maravilloso recibir un abrazo de alguien a quien amas, como tus padres que te aman? Dios es amor y Él te ama. Los cachorritos son animalitos muy felices, ¿no crees? Dios los hizo y Dios es el ser más feliz del universo.

b) Es una idea alocada Tomen algunos crayones y papel y dibujen un animal (decidan como familia qué animal dibujar.) Cada persona puede hacer esto, o sólo un miembro de la familia. Terminen el dibujo y luego haga las siguientes preguntas: ¿Qué si los crayones dijeran, “No queremos dibujar un cachorrito”? Es una idea alocada pensar que los crayones puedan decidir. Así como sería alocado que los crayones decidieran qué dibujar, sería insensato creer que podemos pensar o hacer lo que queramos. Dios está a cargo de todo y todo le pertenece a Dios—

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incluyéndonos. Él hizo todas las cosas y es Su derecho únicamente decidir qué hacer y cómo hacerlo.

5) Implicación Dios te hizo. Tú le perteneces a Dios. Dios es tu gobernante.

Ayudas adicionales: La primera verdad Lectura adicional Los siguientes pasajes están diseñados para asistir a la guía devocional proveyéndole a usted oportunidades adicionales para repasar esta verdad a lo largo de la semana. Otros pasajes que pueden ayudar: Génesis 1:1 - 2:3, Job 38, Salmo 19:1-6, Salmo 24 y Isaías 40:12-26 Sugerencias para la oración • Lea el Salmo 19:1-6. ¡Los cielos, más grandes que nosotros, fueron hechos por Alguien más grande que ellos! • ¿Qué podrían hacer para mostrar que honran a Dios como soberano en las rutinas normales de su vida como familia? ¿Qué cosas mostrarían que honran a Dios como soberano cuando van a la escuela o al trabajo, o simplemente lavan los platos? • Dios reina sobre sus vidas, aun en tiempos duros y frustrantes. Cada circunstancia está gobernada por el Dios bueno y soberano. • ¿Cómo podrías honrar a Dios como Creador mientras observas la creación? Piensa en momentos en que la creación está a tu alrededor pero no te das cuenta de su mensaje—como cuando estás viajando en el automóvil (ej. el cielo, los árboles, las aves, las nubes, etc.). ¿Cómo puedes cambiar en tus hábitos de percepción? Una oración de bendición para la primera verdad Que puedas ser contado con aquellos que se maravillan ante la grandeza de Dios Pues Él hizo todas las cosas Él solo extendió los cielos Él solo extendió la tierra por Sí Mismo La tierra y todo lo que hay en ella es del SEÑOR Que puedas proclamar la gloria de Dios, como lo hacen los cielos El reino le pertenece al SEÑOR y Él gobierna sobre todas las naciones Él gobierna sobre ti—que puedas deleitarte en Su reinado Ciertamente, que puedas ser contado con aquellos que se maravillan ante la grandeza de Dios.

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Un mensaje para los padres El libro de Nan Gurley, Twice Yours (Doblemente Tuyo), capturará su corazón con la verdad del Evangelio. Es un libro infantil ilustrado que representa la verdad del Evangelio mostrando a un abuelo y su nieto. Es, puesto simplemente, “una joya” como pocas de su clase. El abuelo terminó la historia y talló el último pedazo de su bloque de madera. Luego le pasó la figura tallada a Cory. Era una cruz. “Esto es para ti, Cory. Te recordará de Aquel quien te hizo y te compró.”15

Devocional del Evangelio: La segunda verdad 1) Repase la verdad previa Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas.

2) Segunda verdad Dios creó a las personas para Su gloria.

3) Pasajes bíblicos Salmo 29:1-2, Isaías 43:6-7 y 1 Corintios 10:31 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad que Dios creó a las personas para Su gloria.

4) Explicación Las personas fabrican cosas para que tengan un propósito especial. Por ejemplo, los automóviles están hechos para conducir; las refrigeradoras están hechas para mantener la comida helada. Estas cosas están hechas de una forma especial para que puedan hacer aquello para lo que fueron hechas. Dios creó a las personas para un propósito especial también, así que Dios creó a las personas de cierta manera. Dios creó a los hombres y a las mujeres y a los niños y niñas a Su imagen y semejanza. Eso significa que Dios creó a las personas para que fueran como Él en ciertas maneras. Dios nos creó diferentes de los animales y de todo lo demás. Por ejemplo, nosotros fuimos creados con mentes que pueden aprender acerca de Dios. Los perros no pueden aprender acerca de Dios. Dios nos creó con corazones que tienen ciertos sentimientos y emociones para que podamos amar a Dios. Las jirafas no conocen ni aman a Dios como nosotros podemos hacerlo. ¿Por qué hizo Dios a las personas a Su imagen y semejanza? ¡Dios nos creó de esta manera para que podamos mostrar cuán grande Él es! Dios nos creó para que podamos conocerle y tener una relación muy especial con Él. Dios quiere que le conozcamos y amemos para que tú y yo podamos decir: “¡Dios es el más grande y el mejor! ¡Yo lo amo más que a nada! ¡Dios me hace más feliz que cualquier cosa o cualquier persona!” ¡Ese es el propósito para el que Dios te creó!

Gurley, Nan. Ilustrado por Bill Farnsworth. Twice Yours. (Grand Rapids: Zonderkidz, 2001), 32.

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Dios quiere que Su pueblo pueda conocerlo y amarlo por siempre. Por eso Dios creó el cielo. El cielo es un lugar para que el pueblo de Dios viva con Él para siempre. ¡Vivir por siempre con Dios es lo máximo!

5) Ilustración a) Reflejando la grandeza de Dios Si es posible, haga esta ilustración de noche. Apague todas las luces en la casa. Luego, ilumine una linterna contra un espejo y apunte el espejo hacia cualquier parte de la habitación. Pregunte, ¿ves la luz brillar a través del reflejo? Mientras girar el espejo, la luz brilla en diferentes lugares. Tú has sido creado para ser como un espejo que refleje o muestre de nuevo que Dios es grande y maravilloso. Hacemos esto al gustosamente confiar, amar y servir a Dios.

b) Real vs. Parecido Reúna algunos camioncitos de juguete y/o un oso de felpa. Úselos como ejemplos durante la siguiente discusión. ¿Son los camiones de juguete camiones reales? No. Sin embargo, sí son como los camiones reales en algunas maneras. Así pasa con las personas y Dios. Nosotros no somos Dios, pero fuimos hechos para mostrar cómo es Dios. ¿Es un oso de felpa un oso real? No. Sin embargo, sí es como un oso real en algunas maneras. Así pasa con las personas y Dios. Nosotros no somos Dios, pero fuimos hechos para mostrar cómo es Dios.

c) Los días festivos y el Cielo Hable acerca de un rato bonito que han tenido como familia (día festivo, vacación, etc.) Eso fue grandioso, ¿no? Luego, explique que vivir con Dios es muchísimo mejor—¡vivir con Dios en el cielo será más maravilloso que cualquier cosa que te puedas imaginar jamás!

d) Hecho a imagen de Dios Hable sobre cómo las personas han sido hechas a imagen de Dios. Los animales no tienen este privilegio especial. Haga las siguientes preguntas: ¿Pueden orar los perros? No. ¿Los perros pueden cantar canciones de alabanza a Dios como lo hacen las personas? No. ¿Los perros pueden abrir la Biblia y leer acerca de Dios? No. ¿Los perros pueden conocer y obedecer a Dios como nosotros? No. Platiquen sobre otras maneras en que las personas expresan su singularidad como portadores de la imagen de Dios.

6) Implicación Dios te creó para conocerlo, amarlo y confiar en Él por sobre todo.

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Ayudas adicionales: La segunda verdad Lectura adicional Lea sobre la visión de Juan en Apocalipsis 4:8-11, 5:1-14 y 19:6-10. Note toda la gloria que Dios está recibiendo de Sus criaturas. Sugerencias para la oración • Lea Isaías 43:6-7. Dios está atrayendo a Sí mismo un pueblo que fue hecho para darle a Él la gloria. ¿Puedes imaginar una multitud de gente tan enorme que no las puedas contar? ¿Puedes imaginarlos a todos alabando y sirviendo a Dios perfectamente, sin pecado? Así es como será en el cielo para el pueblo de Dios. ¿Deseas el cielo? • ¿Sabes de alguien cercano a ti a quien no le interesa dar a Dios la que Él se merece? Ora por él/ ella. Una oración de bendición para la segunda verdad Que puedas glorificar a Dios y por el honor de Su gran nombre, contar de Su grandeza Porque Él es el que dijo: Diré al norte: ‘Entrégalos;’ y al sur: ‘No los retengas.’ Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los confines de la tierra, A todo el que es llamado por mi nombre y A quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho. Dios te ha formado y hecho para Su gloria Que puedas seguir Su plan para tu vida viviendo para Él Que puedas honrar el nombre de Aquel quien te creó; el poderoso nombre de Dios Por lo tanto, ya sea que comas, que bebas, o que hagas cualquier otra cosa Que puedas glorificar a Dios y por el honor de Su nombre, contar de Su grandeza. Un mensaje para los padres El libro de John Piper, Sed de Dios, captura muchos conceptos elevados, uno de ellos siendo nuestro llamado a glorificar a Dios mientras le disfrutamos para siempre. Esto es para lo que hemos sido creados. Sed de Dios es uno de esos libros que puede ser leído una y otra vez. Es una obra que requiere esfuerzo para comprender, así que tómese su tiempo, ya que vale la pena el esfuerzo y le ayuda a iluminar los fundamentos de nuestra fe. La adoración tendrá lugar cuando el Dios que ordenó que la luz brillara en las tinieblas brille en nuestros corazones para darnos la iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo (2 Corintios 4:6). Tenemos que ver y sentir la incomparable excelencia del Hijo de Dios. Incomparable porque en él confluyen la gloria infinita y la humildad más grande, la majestad infinita y la mansedumbre trascendente, la más profunda reverencia hacia Dios y la igualdad con Dios, el mérito infinito del bien y una gran paciencia para sufrir el mal, el supremo dominio y la obediencia plena, la auto-suficiencia divina y la confianza del niño.16

John Piper. Sed de Dios. (Barcelona: Andamio, 2005), 102.

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Devocional del Evangelio: La tercera verdad 1) Repase las verdades previas Primera Verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas. Segunda Verdad: Dios creó a las personas para Su gloria.

2) Tercera verdad Dios es santo y justo.

3) Pasajes bíblicos Levítico 19:2, 37, Deuteronomio 32:4 y Romanos 7:12 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad que Dios es santo y justo.

4) Explicación Dios es tan grande que es diferente a cualquier persona o cualquier cosa. Dios es santo. Eso significa que Dios es perfecto en todo sentido. Dios también es justo—todo lo que Él piensa, dice y hace es correcto. Él nunca hace algo mal. Dios nunca ha pecado y nunca pecará. Ya que Dios es santo y justo, y porque Dios nos ha hecho a ti y a mí para ser como Él, nosotros debemos ser santos y justos también. En la Biblia, Dios nos dio Sus mandamientos santos y justos. Son mandamientos buenos. Por ejemplo, los Diez Mandamientos nos dicen qué tipo de pensamientos, deseos, palabras y acciones son santas y justas. Para ser santas y justas, Dios dice que las personas deben obedecer estos mandamientos, a la perfección, todo el tiempo.

5) Ilustración a) Reglas Use autos de juguete como ilustración. Hable sobre los autos sólo por un minuto. ¿Qué tipo de auto de gustaría conducir? Cuando termine, continúe con la siguiente discusión. ¿Sería correcto que un niño o niña de cuatro años se subiera a un auto y lo condujera? No. No sería seguro para el niño o la niña, ni para otros. La regla que no permite a los niños pequeños conducir autos es una buena regla. Hable sobre los tipos de reglas que hay en su hogar, como que un niño pequeño sostenga la mano de su padre al cruzar la calle. ¿Cuántas reglas puedes mencionar? Estas reglas muestran que papi y mami te aman y quieren protegerte. Son buenas reglas. Hable sobre las reglas del gobierno de su país que están diseñadas para nuestro bien y protección. Las reglas de Dios son aún más buenas. ¡Las reglas de Dios son las mejores! Puede considerar buscar los Diez Mandamientos (Éxodo 20:1-17). Discuta cómo cada mandamiento es perfecto y justo y bueno.

6) Implicación Dios es santo y justo. Los mandamientos de Dios son santos y justos. Debes obedecer los mandamientos de Dios todo el tiempo. Children Desiring God



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Ayudas adicionales: La tercera verdad Lectura adicional Lea la historia de Ana en 1 Samuel 1:1 - 2:2 y note sus palabras finales en el capítulo 2:2. También lea Deuteronomio 31:30 - 32:4 e Isaías 6:1-4. Sugerencias para la oración •• Lea Deuteronomio 32:1-4. Dios es justo, fiel y sin pecado alguno. Pause en silencio por un momento para meditar en esta verdad. Considere volver a leer el versículo 4. •• Considere a Dios. Él es perfectamente santo y justo y Él justamente nos demanda santidad y justicia perfectas. Nosotros no comprendemos realmente el peso de la santidad de Dios. Ruéguele que le dé una percepción espiritual de esta verdad. •• Lea Isaías 6:1-4. ¿Sabía que la palabra “santo” es la única palabra usada tres veces seguidas en la Biblia para describir a Dios? ¡Esto fue hecho para enfatizar su importancia! Una oración de bendición para la tercera verdad Que puedas pensar correctamente acerca de Dios, conociendo quién es Él Él es Santo, Santo, Santo Él es perfecto y sus caminos son perfectos Él es fiel y justo Que puedas pensar correctamente acerca de la ley de Dios y de lo que Él requiere de todas las personas Él requiere santidad de todas las personas Su ley es santa y justa y buena Sí, que puedas pensar correctamente acerca de Dios y acerca de lo que Él requiere de todas las personas. Un mensaje para los padres El libro de A.W. Tozer, The Knowledge of the Holy (El Conocimiento del Dios Santo), es una obra corta pero conmovedora diseñada para animarnos a adorar a Dios en la verdad de quién Él es. A.W. Tozer nos llama a ver a Dios por quién Él es y el resultado de ello nos muestra quiénes somos nosotros, guiándonos hacia el único lugar de esperanza: Jesús. Creo que son muy escasos los errores en la doctrina o en la aplicación de la ética cristiana que no se puedan seguir hasta hallar su origen en unos pensamientos imperfectos e innobles sobre Dios… Todos los problemas del cielo y de la tierra, aunque se nos presentaran juntos y al mismo tiempo, no serían nada comparados con el abrumador problema de Dios: que Él existe, cómo es Él, y qué debemos hacer nosotros, como seres morales, acerca de Él.17

Tozer, A. W. The Knowledge of the Holy. (San Francisco: Harper Collins, 1962), 2-3.

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Devocional del Evangelio: La cuarta verdad 1) Repase las verdades previas Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas. Segunda verdad: Dios creó a las personas para Su gloria. Tercera verdad: Dios es santo y justo.

2) Cuarta verdad El hombre es pecador.

3) Pasajes bíblicos Romanos 3:10-18, 20, 23 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad de que el hombre es pecador.

4) Explicación En la Biblia, las leyes de Dios—incluyendo los Diez Mandamientos—nos muestran que Dios es santo y justo. Y porque Dios es santo y justo, el pueblo de Dios también debe ser santo y justo. Si hemos de vivir con Dios en el cielo por siempre, debemos obedecer todos sus mandamientos perfectamente, siempre. Nunca debemos hacer algo malo. ¿Podemos hacer esto? ¿Has desobedecido alguno de los mandamientos de Dios alguna vez? ¿Cuáles? ¿Lo he hecho yo? Así que los mandamientos de Dios también nos muestran algo más. Nos muestran que no somos santos ni justos. Los mandamientos de Dios nos muestran que no obedecemos a Dios todo el tiempo. Los mandamientos de Dios nos muestran que todos quebrantamos Sus leyes. Eso significa que todos— todas las personas, aún los niños y los bebés—son pecadores. Ser un pecador es lo opuesto a ser santo y justo. El pecado es desobedecer a Dios. ¿Cuándo comenzó tu pecado? Nosotros nacemos con el pecado. Desde el primer momento en el que comenzaste a crecer dentro del cuerpo de tu mami, tenías una naturaleza de pecado; el deseo de pecar (Salmo 51:5). Cuando un pequeño bebé se enoja y encorva su espalda porque su papá lo está colocando en su asiento para niños en el auto, su naturaleza de pecado está actuando. Cuando una niña pequeña patea su pié contra el suelo y dice, “¡NO!” a su mamá, su naturaleza de pecado está actuando. Nosotros recibimos nuestra naturaleza de pecado del primer hombre, Adán, cuando él pecó en el Jardín del Edén. Mostramos que somos pecadores como él por medio de las cosas malas que pensamos, deseamos, decimos y hacemos. Por ejemplo, no siempre amamos a Dios por sobre todo. No obedecemos Su buen mandamiento de honrar a nuestro papá y mamá. A veces mentimos acerca de algo que hicimos y que queremos esconder.

5) Ilustración a) Los dos espejos Encuentre dos espejos, de cualquier tamaño. Ensucie uno de ellos de tal forma que no pueda ver su reflejo. Deje el otro limpio. Tome el espejo limpio y coloque algo hermoso de la creación de Dios (ej. una flor) frente a él. Pregunte, ¿refleja o muestra el espejo (la flor) claramente? Sí. Para eso están hechos los espejos. Children Desiring God



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Esto nos puede ayudar a entender para qué nos creó Dios: debemos ser como espejos que reflejen o muestren cuán hermoso y maravilloso es Dios. Tome el espejo sucio y coloque (la flor) frente a él. Pregunte, ¿puedes ver el reflejo de (la flor) claramente? No. ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado? ¿La flor o el espejo? El espejo cambió y no está haciendo lo que debería hacer. El espejo “no alcanza” lo que está diseñado para hacer. Es como nosotros. Nosotros somos pecadores y nuestras mentes están entenebrecidas (Romanos 1:21). Por ello, no somos capaces de hacer lo que Dios nos creó para que hiciéramos. Nuestro pecado nos impide reflejar o mostrar que Dios es santo y justo. Comprobamos esto al no obedecer los mandamientos de Dios a la perfección.

b) Instinto Haga las siguientes preguntas: Si le dieras a un león una lechuga y un gran pedazo de carne cruda, ¿cuál crees que se comería? ¡La carne! ¿Qué si le das a un conejo una zanahoria y un pedazo de pescado, cuál crees que se comería? ¡La zanahoria! El león y el conejo ambos tienen un deseo incorporado o “innato” por cierto tipo de comida. Nosotros también tenemos un deseo incorporado o “innato.” Nuestro deseo innato es por el pecado. Así como el león nace con el deseo por comer carne, nosotros nacemos con el deseo de pecar contra Dios.

6) Implicaciones Has desobedecido los mandamientos de Dios. Eres un pecador.

Ayudas adicionales: La cuarta verdad Lectura adicional Lea estas tres historias acerca de la pecaminosidad del hombre en Génesis 3:1-7, 6:1-7 y Daniel 5:1-23. También lea Isaías 1:2-4, 1:12-15 y 59:1-3; Romanos 3:10-18, 20, 23 y 1 Juan 1:8. Sugerencias para la oración •• Lea Romanos 3:10-12, 20, 23. Permita que estos versículos enseñan a su tiempo de oración Estas palabras nos pueden resultar familiares, pero ¿tenemos una percepción espiritual de lo que significan? Pida que Dios le dé una percepción de lo que esto significa. •• El salmista dijo en el Salmo 119:128 que él aborrecía todo camino de mentira. Ore para que este odio por el pecado sea real en su corazón también. •• ¿Cómo definiría el pecado? El pecado “no alcanza” la gloria de Dios—es no atesorarlo más que todo, desobedeciendo Sus mandamientos perfectos, cambiando el honor y la gratitud que Él se merece por otras cosas. Una oración de bendición para la cuarta verdad Que puedas pensar correctamente acerca de ti mismo mientras tu razonamiento es guiado por la Palabra de Dios No hay ningún justo a los ojos de Dios Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio © 2010 Michael, Nelson y Burke

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No hay quien busque a Dios No hay quien haga lo bueno—no, ni siquiera uno Si dices que no tienes pecado, te engañas a ti mismo Que puedas estar de acuerdo, en tu mente y en tu corazón, con lo que Dios dice: El hombre es pecador Que Dios pueda usar este razonamiento correcto para Sus propósitos en tu corazón—Sus propósitos son buenos. Un mensaje para los padres El libro de Jeremiah Burroughs titulado The Evil of Evils (El Más Malvado de los Males) es un libro de peso concerniente al pecado. Él es un Puritano, así que a veces se necesitará esfuerzo para leer su obra. Sin embargo, vale la pena. Él tiene una manera de conmover a sus lectores para llamar su atención sobre un punto, y dado este tema, su enfoque es muy apropiado. ¿Cómo ofende el pecado a Dios? La ofensa que cometes hacia Dios al pecar es tan grave que, si los ángeles en el cielo y todos los hombres en el mundo estuvieran dispuestos a soportar miles de años de tormentos en el infierno para compensar esa ofensa, no podría hacerse. Cualquier pecado que cometas ofende tanto a Dios… El pecado profesa lo siguiente, que no hay suficiente bien en Dios para satisfacer el alma.18

Devocional del Evangelio: La quinta verdad 1) Repase las verdades previas Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas. Segunda verdad: Dios creó a las personas para Su gloria. Tercera verdad: Dios es santo y justo. Cuarta verdad: El hombre es pecador.

2) Quinta verdad Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado.

3) Pasajes bíblicos Isaías 59:2, Romanos 1:18 y Romanos 6:23a (Nota: Lea sólo la primera parte de Romanos 6:23 en esta ocasión: “La paga del pecado es muerte…”) Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad de que Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado.

4) Explicación Ya que Dios es santo y justo, Él está en lo correcto al no permitir ni admitir ningún pecado. El pecado, aún cuando sólo sea uno, no es aprobado por Dios. Dios odia el pecado y está muy enojado contra el

Burroughs, Jeremiah. The Evil of Evils (publicado originalmente en el año 1654). (Morgan: Soli Deo Gloria, 1992), 45.

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pecado. Dios está en lo correcto al castigar el pecado. Eso es lo que significa que Dios sea “justo.” Dios ha decidido que el castigo correcto para el pecado es la muerte y el infierno. El infierno es un lugar donde los pecadores experimentarán el gran enojo de Dios para siempre. Debido a que todos los hombres son pecadores, incluyéndonos a ti y a mí, todos merecemos ser castigados por Dios. Dios estaría en lo correcto y sería justo al mandarnos a todos al infierno. ¿Hay algo que podamos hacer para ayudarnos a nosotros mismos? No podemos quitar nuestro pecado tratando de hacer más cosas buenas que malas. Es demasiado tarde para eso, ¿no crees? Ya hemos pecado demasiadas veces. No podemos obedecer a Dios perfectamente, no importa cuánto nos esforcemos por hacerlo. Tenemos una naturaleza de pecado que nos hace querer las cosas equivocadas y nos hace querer hacer cosas malas. No podemos limpiar nuestro pecado. No hay nada que podamos hacer para ayudarnos a nosotros mismos. Ni siquiera mamá o papá te pueden ayudar. Mamá y papá son pecadores impotentes también. No hay algo más terrible que el infierno. Es peor que las palizas o la disciplina, o que tener miedo o que estar separado de mamá y papá para siempre. Nunca podremos ser felices en el infierno, pero somos impotentes para salvarnos a nosotros mismos de ir al infierno. Solo podemos ser felices para siempre si vamos al cielo y vivimos con Dios por siempre, pero los pecadores no pueden ir al cielo. Merecemos ser enviados al infierno. Este es un enorme problema—¡este es tu mayor problema! (Nota: Padres, no se preocupen si sus hijos se sienten mal acerca del pecado. Ninguno de nosotros se siente tan mal como debería. Sentir un profundo pesar por el pecado es una parte muy importante del arrepentimiento verdadero. Usted necesita sentir la profundidad de nuestra condenación ante un Dios santo antes que pueda comenzar a maravillarse por el regalo gratuito de la justificación.)

5) Ilustración a) Cárcel / Prisión Pregunta, ¿por qué tenemos prisiones y por qué están llenas de personas? Dado que las personas cometen delitos—ellos pecan—y deben ser castigados.¿Puedes imaginarte si no hubiera castigo por hacer lo malo? ¿Por qué es correcto que las personas culpables sean castigadas? ¿Qué debería mostrarnos?

b) Las galletas Ayude a sus hijos a preparar una bandeja de galletas y tenga la siguiente discusión: Supón que decides no seguir las instrucciones en la receta, que cambias algo pequeño. Por ejemplo, horneas las galletas por 30 minutos en lugar de 10 minutos. ¿Cómo lucen y saben las galletas después de 30 minutos? ¿Puedes tomar esas galletas quemadas y transformarlas en galletas no-quemadas? ¿Por qué no? ¿Qué sería lo correcto que deberíamos hacer con esas galletas? ¿Por qué? Cuando desobedecemos tan solo uno de los mandamientos de Dios, es parecido a hornear galletas de la manera incorrecta—así como las galletas se ponen negras y feas, nuestros corazones se han entenebrecido con el pecado. Y así como nosotros no diríamos, “Está bien no seguir las instrucciones. Estas galletas están grandiosas de todos modos,” Dios no dirá, “Sólo estaba bromeando cuando te dije que debes obedecerme. No te castigaré en realidad con la muerte y el infierno. Estás bien tal como eres.” Así como nosotros somos no podemos cambiar esas galletas, no podemos cambiar nuestros corazones pecaminosos. Como pecadores, somos aún más indignos que esas galletas quemadas y merecemos algo mucho, mucho, mucho, muchísimo peor que ser arrojados a la basura. Merecemos la muerte y el infierno. Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio © 2010 Michael, Nelson y Burke

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6) Implicación Tú mereces el castigo de Dios de la muerte y el infierno. Eres incapaz de salvarte a ti mismo.

Ayudas adicionales: La quinta verdad Lectura adicional Lea 1 Samuel 13:1-15, una historia para ayudarle a explicar que el hombre peca y que Dios está en lo correcto al castigarle. Lea el Salmo 100 y considere que todo nuestro bien procede de Dios porque Él es bueno, y aún así pecamos. Lea Romanos 1:18-32 y 1 Tesalonicenses 1:8-9 también. Sugerencias para la oración •• ¿Por qué está Dios en lo correcto al castigar el pecado? Hablen sobre ello; luego díganselo a Él en oración. •• Lea el Salmo 100. En silencio, considere la bondad de Dios. Luego, calladamente considere la pecaminosidad del hombre contra la bondad de Dios. Luego, pida en oración que Dios le dé una percepción verdadera de qué significa todo esto. Una oración de bendición para la quinta verdad Que puedas ver claramente la verdad acerca de Dios—acerca de quién es Él Él es santo Él es justo y está en lo correcto al castigar el pecado Que puedas ser bendecido con ojos para ver Que puedas ser bendecido con un corazón tierno que sienta Que puedas dolerte por el pecado Que puedas odiar el pecado Que puedas sentir desesperación por librarte del pecado Que digas la verdad con prontitud: Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado Que Dios haga como a Él le plazca en tu corazón, mientras piensas sobre estas cosas. Un mensaje para los padres El libro de C.J. Mahaney, Jesucristo Nuestro Mediador, es sucinto, claro, conmovedor y lleno de la verdad del Evangelio. Nuestras bibliotecas personales no sólo deberían incluir obras largas y profundas sobre Jesús, sino también obras cortas que son instantáneamente penetrantes. Esta es una obra así—corta y poderosa y quizás aún comprensible para sus hijos, estando bajo su enseñanza y cuidado. Lea cualquier obra por C.J. Mahaney. Él es un hombre que entiende la gracia mejor que la mayoría de las personas. Permítame preguntarle: ¿Con quién se identifica usted más en los sucesos de este oscuro día (la crucifixión)? … Permítame decirle con quién me identifico yo: Con la muchedumbre que gritaba: ¡Crucifícale! Con ellos debiéramos identificarnos todos. Porque apartados de la gracia de Dios allí es donde estaríamos, y si pensamos otra cosa estamos siendo demasiado halagüeños con nosotros mismos.

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A menos que se vea allí, que vea su rostro entre la muchedumbre, lleno de hostilidad, odio y desprecio por el santo e inocente Cordero de Dios, usted no entiende de veras la naturaleza y profundidad de su pecado, ni su necesidad de la cruz.19

Devocional del Evangelio: La sexta verdad 1) Repase las verdades previas Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas. Segunda verdad: Dios creó a las personas para Su gloria. Tercera verdad: Dios es santo y justo. Cuarta verdad: El hombre es pecador. Quinta verdad: Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado.

2) Sexta verdad Dios es misericordioso. Él es bondadoso para con los pecadores que no lo merecen.

3) Pasajes bíblicos Salmo 145:8 y Efesios 2:8-9 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad de que Dios es misericordioso—Él es bondadoso para con los pecadores que no lo merecen.

4) Explicación Dios es santo y justo y Él está en lo correcto al demandar que las personas sean santas y justas como Él. Los mandamientos de Dios nos muestran qué significa ser santo y justo. Los mandamientos de Dios también nos muestran que todos somos pecadores. Debido a que Dios es justo, Él está en lo correcto al castigar a los pecadores, a ti y a mí, con la muerte y el infierno. ¡Este es nuestro mayor problema! Somos incapaces de resolver este problema. ¿Habrá alguien que pudiera ayudarnos? Sí. ¡Dios puede ayudarnos a resolver este problema! Dios es todopoderoso y nada es demasiado difícil para Él. ¿Por qué querría ayudarnos? Porque Dios es un Dios misericordioso. Eso significa que Dios es bondadoso para con pecadores que no merecen Su bondad. La misericordia y la gracia de Dios son como un regalo o presente gratuito. Los regalos son cosas maravillosas que tú no mereces y alguien te los da. Dios les da a los impotentes pecadores el regalo gratuito de Su bondad. Es un regalo gratis de Dios porque no es algo que tú merezcas. Dios se lo da a los pecadores porque quiere hacerlo, no porque Él se lo deba a alguien. No puedes trabajar para obtener la misericordia de Dios ni ganarte la misericordia de Dios, por cualquier cosa que hagas. ¿Cómo muestra Dios que Él es misericordioso para con los pecadores? Una manera en que Dios es misericordioso es siendo paciente con nosotros. Aunque Dios está en lo correcto al estar muy enojado contra el pecado, Dios es lento para enojarse y lento para castigarnos. Dios no hace una rabieta cuando las personas pecan. El enojo de Dios no está “fuera de control.” No nos arroja incesantemente al

Mahaney, C.J. Jesucristo Nuestro Mediador. (Miami: Editorial Vida, 2006), 62-63.

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infierno cuando pecamos. El hecho de que tú y yo aún estamos vivos después de haber pecado contra Dios es una prueba de que Dios es paciente para con nosotros. Este es un regalo gratuito de Su bondad para con nosotros—aunque no merecemos Su bondad. Aunque Dios es paciente, aún debe castigar el pecado, porque Él es un Dios justo. Así que Dios, en Su misericordia, hizo un camino para que el pecado fuera castigado y los pecadores fueran salvos. Dios, en Su gran bondad, hizo un camino para que los pecadores fueran salvos de la muerte y del infierno para que pudiéramos ir al cielo y vivir con Dios para siempre. ¡Esa es la cosa más misericordiosa que Dios podría hacer! Ese es el mejor regalo gratuito que Dios podría jamás dar a los pecadores. ¿Tenía que hacer esto Dios? No. Dios lo hizo porque Él es misericordioso—Él es bondadoso para con los pecadores que no lo merecen.

5) Ilustración a) Regalo sorpresa Sorprenda a su hijo dándole el equivalente a un dólar en la moneda de su país. Pregúntele si eso es algo que él se ganó. No, es un regalo. ¿Por qué le dio usted un dólar? Simplemente por su amor para con su hijo. Es una expresión de bondad—de misericordia. Esto se parece un poco a la misericordia de Dios—es un regalo inmerecido que Él le da a los pecadores.

b) Tarea imposible Dele a su hijo una tarea imposible que hacer en la mañana, algo que esté más allá de su habilidad de hacerlo por sí solo, como mover el sofá. Prométale una moneda si lo hace. Permita que lo intente todo el día. Al final del día, permita que papá lo haga, pero dele la moneda al niño de todos modos. Pregúntele a su hijo si él se ganó la moneda. No, fue un regalo, porque él no cumplió con la tarea. Entonces, ¿por qué se lo dio? Simplemente por su amor por su hijo; es una expresión de bondad— de misericordia. Esto se parece un poco a la misericordia de Dios. Es imposible salvarnos a nosotros mismos a través de nuestros esfuerzos. Pero así como papá vino e hizo lo que tú no podías hacer, Dios, en Su misericordia, hizo un camino para que los pecadores impotentes pudieran ser salvos.

6) Implicación Debes depender de la misericordia de Dios para ser salvo.

Ayudas adicionales: La sexta verdad Lectura adicional Lea Génesis 3. Dios sí castigó a Adán y a Eva, pero Él fue misericordioso y no los mató inmediatamente. Él también les prometió un salvador; en verdad, ¡qué misericordia! También lea el Salmo 28:1-2, 6, Lucas 15:11-32 y 1 Timoteo 1:12-17.

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Sugerencias para la oración Quizás una buena manera de orar sería leer la historia del hijo pródigo (Lucas 15:11-32). Note el corazón bondadoso del padre, no sólo para con un hijo sino para con el otro también. Dios es misericordioso. Que esta historia pueda instruirle en la manera cómo debe orar. Una oración de bendición para la sexta verdad Que Dios te bendiga con grandes expresiones de Su Misericordia, de Su bondad Que Él te visite con Su amor, aunque no hayas hecho nada para merecerlo Que puedas ser como el hijo pródigo Que puedas volverte y encontrarte con tu Padre celestial Que puedas buscar Su rostro y buscar Su misericordia Pues Su bondad es real, pero más allá de nuestra comprensión Que Él pueda mirarte con misericordia, bondad, gentileza y compasión Que puedas conocer la misericordia de Dios, hoy y para siempre. Un mensaje para los padres Altogether Lovely (Todo Codiciable) es un libro que contiene varios sermones de Jonathan Edwards sobre las excelencias de Cristo. Este es uno de esos libros que no debería leer muy rápidamente, ni leerlo tan sólo una vez. Quédese en este libro por el resto de su vida y deléitese en las ricas verdades acerca de Jesucristo, nuestro Rey. ¡Cuán grande felicidad es ser el objeto del amor de Aquel quien es el Creador del mundo, por quien todas las cosas existen, quien ha sido exaltado a la diestra de Dios y hecho cabeza sobre principados y potestades en los lugares celestiales, a quien se le han puesto todas las cosas bajo Sus pies, quien es Rey de reyes y Señor de señores, y es el resplandor de la gloria del Padre! Ciertamente ser amado por Él es suficiente para satisfacer el alma de un gusano de polvo.20

Devocional del Evangelio: La séptima verdad 1) Repase las verdades previas Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas. Segunda verdad: Dios creó a las personas para Su gloria. Tercera verdad: Dios es santo y justo. Cuarta verdad: El hombre es pecador. Quinta verdad: Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado. Sexta verdad: Dios es misericordioso. Él es bondadoso para con los pecadores que no lo merecen.

2) Séptima verdad Jesús es el único santo y justo Hijo de Dios.

Edwards, Jonathan. Compilado por y la edición a cargo de Don Kistler. Altogether Lovely. (Morgan: Soli Deo Gloria, 1997), 98.

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3) Pasajes bíblicos de apoyo Juan 1:1, 14 y 1 Timoteo 1:15 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad de que Jesús es en único santo y justo Hijo de Dios.

4) Explicación ¿Cómo hizo Dios un camino para que el pecado fuera castigado y los pecadores fueran salvados? Lo hizo mandando a Su único Hijo, Jesús, al mundo. Porque Jesús es el Hijo de Dios, Él es completamente Dios. Eso significa que todo lo que es verdad acerca de Dios el Padre, es verdad acerca de Jesús, Dios Hijo. Por ejemplo, Jesús es todopoderoso, así como Dios el Padre es todopoderoso. Es por eso que Jesús pudo hacer cosas como sanar a la gente enferma, hacer que los cojos caminaran, hacer que los ciegos vieran y hacer que los muertos resucitaran. Sin embargo, cuando Dios mandó a Jesús a vivir en esta tierra, Dios también hizo que Jesús se hiciera completamente humano. Es por eso que Jesús nació como un bebé de verdad y creció como lo hacen los niños de verdad y se convirtió en adulto. Ya que Jesús se hizo un ser humano real como tú y como yo, Él sabe cómo se siente tener sueño y hambre. Él entiende cómo es aprender a caminar, a correr, a leer y a escribir. Él sabe cuán difícil puede ser confiar en Dios y obedecerle todo el tiempo. Aunque Jesús se hizo como nosotros en todas estas maneras, fue capaz de hacer algo que nosotros nunca, jamás podríamos hacer: ¡Jesús no pecó ni una sola vez! Ya que Él es el Hijo de Dios, Jesús nació sin una naturaleza de pecado, sin el deseo de pecar. Aún cuando el diablo lo tentó para que pecara, Jesús nunca pecó. ¡Jesús obedeció los mandamientos santos, justos y buenos de Dios siempre! Jesús es santo y justo. ¡Estas son maravillosas noticias para los pecadores!

5) Ilustración a) Haz una lista Con la ayuda de su hijo, llene una página de papel rayado, línea a línea, con una larga lista de pecados. Tómese su tiempo con esto—llene la página completa. Cuando está satisfecho de que la lista está completa, para cada pecado, uno a uno, haga la siguiente pregunta, “¿Hizo esto Jesús?” Responda: No. Mientras responde “No,” tache ese pecado y continúe hasta que todos los pecados hayan sido tachados. Una manera opcional de hacer la ilustración anterior: Use marcadores que puedan borrarse y un espejo grande o una pizarra de marcador para hacer su lista. Borre los pecados cada vez que responda “No.”

6) ¿Qué significa esto? Jesús vino al mundo a salvarte.

Ayudas adicionales: La séptima verdad Lectura adicional Mateo 3:1-17, Mateo 17:1-8 y Juan 1:1-34

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Sugerencias para la oración •• ¿Qué significa que Jesús es santo? Discútanlo y luego díganselo a Él en oración. •• Lea Hebreos 7:26-27. Jesús es el perfecto sumo sacerdote que nunca pecó. Él es santo y justo. Tómese un tiempo para considerar lo que esto significa. Él nunca tuvo una mala actitud—nunca. Nunca hubo siquiera una fracción de segundo en la que existiera el pecado “más pequeño” en Su corazón—nunca. •• Lea Filipenses 2:9-11. ¿Vemos que Dios levanta cuál nombre por encima de todo otro nombre? Alaben ese nombre en oración. Una oración de bendición para la séptima verdad Que Dios haga lo que tenga que hacer en tu corazón para que puedas honrar y alabar el nombre de Jesús Que seas bendecido con una perspectiva correcta del Evangelio Que tu entendimiento de la cruz crezca Y que fortalezca tu adoración hacia Jesús Jesús es santo Que puedas adorarlo Jesús es justo Él está supremamente apasionado por lo que es supremamente glorioso: la gloria de Su Padre Que puedas levantarlo desde lo más profundo de tu corazón Jesús es el único santo y justo Hijo de Dios Que puedas levantar Su santo nombre con la más alta admiración, respeto y honor. Un mensaje para los padres El libro de John Owen, The Glory of Christ (La Gloria de Cristo), es una obra iluminadora que aviva el fuego de nuestro afecto por Jesucristo. Esta cita está tomada de la versión que contiene su obra condensada pero preserva la esencia de su propósito. Aquí tenemos a John Owen hecho accesible para nosotros, pues él debe ser leído. Cristo es la carne, el pan, la comida provista por Dios para tu alma. Y no hay alimento espiritual superior en Cristo que su amor intermediario, y esto deberías desear siempre. En su amor, Cristo es glorioso. Ninguna criatura, ángel u hombre tiene la menor idea del mismo antes que fuera revelado por Cristo. Y después que fue visto en este mundo, es aún absolutamente incomprensible.21

Devocional del Evangelio: La octava verdad 1) Repase las verdades previas Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas. Segunda verdad: Dios creó a las personas para Su gloria.

Owen, John. Resumido por R.J.K. Law. The Glory of Christ, (Carlisle: Banner of Truth, 1994), 56.

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Tercera verdad: Dios es santo y justo. Cuarta verdad: El hombre es pecador. Quinta verdad: Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado. Sexta verdad: Dios es misericordioso. Él es bondadoso para con los pecadores que no lo merecen. Séptima verdad: Jesús es el único santo y justo Hijo de Dios.

2) Octava verdad Dios puso el castigo de los pecadores sobre Jesús.

3) Pasajes bíblicos de apoyo Isaías 53:5, Romanos 5:8, 2 Corintios 5:21 y 1 Pedro 2:24 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad de que Dios puso el castigo de los pecadores en Jesús.

4) Explicación Nuestro problema más grande es que somos pecadores que merecemos ser castigados por Dios por nuestro pecado con la muerte y el infierno. Sin embargo, ya que Dios es misericordioso, Él hizo un camino para que el pecado fuera castigado y los pecadores fueran salvados. ¿Cómo hizo esto? Dios envió a Jesús al mundo para salvar a los pecadores impotentes. ¿Cómo hizo esto Jesús? Jesús es completamente Dios. Él hizo algo que ni tú ni yo ni nadie jamás podría hacer: Jesús obedeció todos los mandamientos de Dios, siempre. Jesús nunca pecó. Él es perfectamente santo y justo. ¿Cómo le ayuda esto a los pecadores? Ya que Jesús es santo y justo y no tiene pecado en Sí mismo, Él fue capaz de ser el sustituto perfecto para los pecadores. ¿Qué es un sustituto? Un sustituto es alguien que toma el lugar de alguien más. Por ejemplo, un maestro sustituto toma el lugar de tu maestro cuando él no está. Una niñera toma el lugar de mamá y papá cuando ellos no están. Jesús actuó como un sustituto para los pecadores, tomando su lugar. ¿Cómo? Jesús estuvo dispuesto a tomar el castigo por todos los pecados de Su pueblo. Jesús recibió de Dios el castigo que Su pueblo merecía. Esto es lo que Jesús hizo al morir en la cruz. Esto es lo que Dios mandó a Jesús a hacer al mundo. Es por eso que Jesús colgó de una cruz, para que Dios, Su Padre, pudiera castigarlo en lugar de castigar a Su pueblo. Cuando Jesús murió en la cruz en lugar de Su pueblo pecador, Él experimentó todo el terrible enojo y odio que Dios tiene contra los pecados de Su pueblo. Jesús no solamente quitó el pecado y el castigo de Su pueblo para que nuestros pecados fueran perdonados, sino que también le dio algo a Su pueblo, algo que tú y yo necesitamos para ir al cielo y vivir con Dios por siempre. ¿Qué le dio Jesús a Su pueblo? ¡Su perfecta justicia! Recuerda, Dios dice que debemos ser santos y justos y que debemos obedecerle todo el tiempo. Jesús siempre obedeció a Dios; Jesús es justo y santo. ¡Cuando Jesús murió en la cruz, Él quitó el pecado y castigo de Su pueblo y les dio Su perfecta justicia! Sin embargo, la muerte de Jesús en la cruz no fue el final de la historia. Después que Jesús murió, fue sepultado. ¿Pero adivina qué? Jesús no se quedó sepultado. Fue resucitado de entre los muertos. ¡Eso significa que Él se levantó de entre los muertos y revivió! La resurrección de Jesús es prueba de que Él ha ganado la batalla sobre el pecado y la muerte y el infierno. ¡Debido a esto, el pueblo de Dios ahora es salvo para que algún día puedan ir al cielo y vivir con Él y disfrutarlo para siempre! Jesús es un salvador que está vivo. ¡No hay otro como Jesús! Children Desiring God



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5) Ilustración a) Dos mochilas Reúna dos mochilas. Coloque la primera mochila en su hijo y lentamente llénela de cosas pesadas hasta que el niño comience a sentirse “agobiado” bajo el peso de cargarla. Coloque un letrero sobre la mochila que diga “MI PECADO.” Explique a su hijo que su pecado es como cargar un bulto muy pesado. Te agobia y es una carga llevarlo. Luego, dé a su hijo un letrero que diga “EL CASTIGO DE DIOS.” ¿Cuál es el castigo correcto para nuestro pecado? La muerte y el infierno. Recuérdele que esto es lo que merecemos a causa de nuestro pecado. Luego, que papá se coloque una etiqueta que diga “JESÚS” y explique que papá hará el papel de Jesús por un momento. Usando la segunda mochila, coloque un letrero en ella que diga “NINGÚN PECADO = SANTO Y JUSTO” y que papá se la ponga. Jesús no tenía pecado alguno en Sí mismo. Jesús era perfectamente justo y santo. Lea y dramatice Isaías 53:2, 2 Corintios 5:21, ó 1 Pedro 2:24 haciendo que papá quite la mochila pesada de la espalda de su hijo. Papá coloca en su lugar su mochila vacía en la espalda del niño. Luego, papá coloca la mochila pesada sobre sí mismo y toma el letrero del “CASTIGO DE DIOS” de manos del niño y lo sostiene él mismo. Esto nos puede ayudar a entender lo que Jesús hizo por los pecadores en la cruz. Él tomó el pecado de Su pueblo y fue castigado en lugar de ellos. Y Él les da a los pecadores Su perfecta justicia. (Él atribuye la justicia de Cristo a los pecadores.)

b) Examen de matemáticas Diseñe un examen de matemáticas difícil para su hijo. Asegúrese que sea imposible responder correctamente a cualquiera de las preguntas. Usted o su esposa hagan el examen con su hijo, pero asegúrese que usted tenga todas las respuestas correctas y que su hijo tenga todas las respuestas equivocadas. Antes de que entregue su examen, indíquele que debe escribir su nombre en el examen. Luego califíquelo: su hijo lo aplaza con un “cero” o una “F.” Su cónyuge obtiene un “cien” o una “A.” Dé un premio a su cónyuge por haber salido tan bien. No le dé un premio a su hijo. Después de devolver el examen y dar el premio, pida que le regresen los exámenes. Tache los nombres y escriba el nombre de la otra persona, intercambiándolos. Dé el examen con un “cien” o una “A” a su hijo. Dé el examen con un “cero” o una “F” a su cónyuge. Tome el premio de su cónyuge y delo a su hijo. Esto nos puede ayudar a entender mejor lo que Jesús hizo por los pecadores en la cruz. Él tomó nuestra incapacidad de obedecer a Dios (nuestras “respuestas equivocadas”) y el castigo que merecíamos (nuestro “cero” o nuestra “F”) y da a los pecadores Su perfecta justicia (las respuestas correctas de papá o mamá) y Su premio (la calificación de “cien” o “A” de papá o mamá, que les ganó el premio.)

6) Implicación Jesús murió en la cruz para ser castigado en tu lugar. Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio © 2010 Michael, Nelson y Burke

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Ayudas adicionales: La octava verdad Lectura adicional Isaías 53 y Gálatas 3:13 Sugerencias para la oración •• Lea Isaías 53 y luego ore. Puede considerar no decir nada después de leer y proseguir directamente a la oración. •• Un peligro para nosotros es que nos acostumbremos a que Jesús sea nuestro sustituto. Ore para que sus corazones sean siempre sensibles a esta verdad. Una oración de bendición para la octava verdad Que tu corazón sienta—mientras piensas acerca de la muerte de Jesús en tu lugar Él se hizo maldición—por ti Él se hizo pecado—por ti Que puedas ver qué tan malo es el pecado, por lo que Dios tuvo que hacer para arreglar este problema Él dio lo mejor de Sí—por ti Él dio a Su Hijo Jesús—por ti Así, que tu corazón siempre se conmueva, cuando escuches estas palabras: Él fue herido por nuestras transgresiones Él fue molido por nuestras iniquidades El castigo, por nuestra paz, cayó sobre Él Y por sus heridas hemos sido sanados. Un mensaje para los padres El libro de Dennis Gundersen Your Child’s Profession of Faith (La Profesión de Fe de Tu Hijo) es de gran ayuda para asistir a los padres que buscan discernir la gracia en el corazón de su hijo. Este libro es práctico, pero también muy perspicaz al exponer las profundas trampas que a menudo se encuentran al buscar la conversión de los niños pequeños. Inste a la centralidad de Cristo, no a la centralidad de una profesión. Uno de los peores errores que pueden cometer los padres es permitir que su hijo se preocupe y angustie acerca de su reputación en la iglesia, si es ya un miembro bautizado o no. En lugar de ello, ¡ínstelo a enfocar toda su atención en conocer a Jesús, su Señor, el único a quien dará cuentas!22

Devocional del Evangelio: La novena verdad 1) Repase las verdades previas Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas.

Gundersen, Dennis. Your Child’s Profession of Faith. (Amityville: Calvary Press, 1994), 50.

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Segunda verdad: Dios creó a las personas para Su gloria. Tercera verdad: Dios es santo y justo. Cuarta verdad: El hombre es pecador. Quinta verdad: Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado. Sexta verdad: Dios es misericordioso. Él es bondadoso para con los pecadores que no lo merecen. Séptima verdad: Jesús es el único santo y justo Hijo de Dios. Octava verdad: Dios puso el castigo de los pecadores sobre Jesús.

2) Novena verdad Dios ofrece el regalo gratuito de la salvación a aquellos que se arrepienten y creen en Jesús.

3) Pasajes bíblicos de apoyo Marcos 1:15, Juan 3:16-17, Hechos 4:12 y Efesios 2:8-9 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad de que Dios ofrece el regalo gratuito de la salvación a aquellos que se arrepienten y creen en Jesús.

4) Explicación Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores de la muerte y del infierno para que podamos ir al cielo y vivir con Dios por siempre. Salvación significa “salvar” a alguien. Por lo que Jesús hizo, Dios ahora quiere dar a los pecadores el regalo gratuito de la salvación. La salvación es como un maravilloso regalo; de hecho, ¡es el mejor regalo que puedas recibir jamás! La salvación es un regalo gratuito porque es algo que tú no mereces y nunca podrías ganar o trabajar por ella. ¡Jesús hizo todo el trabajo por ti! ¿Significa esto que todas las personas son salvas de la muerte y del infierno por lo que Jesús ha hecho? ¿Significa que siempre y cuando conozcas la historia sobre lo que Jesús hizo en la cruz, serás salvo? ¿Cómo podemos tú y yo obtener este regalo gratuito de Dios? Dios da salvación a todo aquel que se arrepiente de sus pecados y cree en Jesús. Cuando Dios decide salvar a un pecador, Él realiza un cambio en su corazón. ¿Qué es este cambio? Es arrepentimiento y fe. Arrepentirse significa que tú entiendes que eres un pecador impotente que merece el castigo de la muerte y el infierno. Te sientes horrible por tu pecado y tu desobediencia a Dios—odias tu propio pecado, tu naturaleza de pecado y el pecado de todo tipo. Quieres alejarte de tu pecado y mirar a Cristo para ser perdonado. Creer el Jesús significa que crees cosas verdaderas acerca de Él. Tú crees que Él es el Hijo de Dios. Tú crees que cuando Él murió en la cruz, Él fue castigado en tu lugar. Tú crees que Él resucitó de entre los muertos y vive ahora en el cielo. Tú crees que solamente Él puede salvarte y llevarte al cielo para vivir con Dios para siempre. Pero creer en Jesús no implica solamente conocer y estar de acuerdo con cosas verdaderas acerca de Él. Por ejemplo, yo puedo creer que alguien es un buen piloto, pero si tengo temor de subirme a su avión y volar con él, estoy mostrando que yo realmente no creo en su habilidad como piloto. Si creo que es un buen piloto, yo debería confiar en su habilidad para volar el avión y no tener temor. Eso es un poco parecido a lo que significa “creer en Jesús.” Significa que tú estás confiando en Él para salvar tu vida. Estás dependiendo de Él. Estás poniendo toda tu confianza en Él. Crees que Él murió en la cruz por ti, no solamente por otras personas. Crees que Él te llevará al cielo para vivir con Dios para siempre. Si estás verdaderamente confiando en Jesús, te arrepentirás de tus pecados y confiarás en Jesús para que te salve. El arrepentimiento y la fe siempre van juntos. Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio © 2010 Michael, Nelson y Burke

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5) Ilustración Nota: Esta ilustración es respecto a la confianza o confiar en alguien. Reúna un silbato, un huevo en su cascarón, un plato pequeño, un premio pequeño (como un caramelo) y un premio más grande (como una bolsa con caramelos). Coloque el plato sobre la mesa y luego coloque el huevo sobre el plato. Dé el premio pequeño a su hijo. Tome el silbato en su mano y haga la siguiente promesa a su hijo: Te daré este silbato para que lo uses. Si suenas el silbato exactamente tres veces, este huevo se romperá y entonces yo te daré este premio más grande y mejor. Esa es mi promesa. Sin embargo, si el huevo no se rompe, no solamente no obtendrás el premio más grande y mejor, sino que también debes devolverme en premio pequeño. Pregúntele, ¿te parece esta una idea ridícula? ¿Se rompen los huevos porque alguien suena un silbato tres veces? Luego pregunta, “¿Crees mi promesa? Si estás seguro de que yo cumpliré mi promesa, ¿qué harás?” Cuando su hijo haga exactamente lo que usted le instruyó hacer y suene el silbato tres veces, tome el huevo y déjelo caer desde más o menos medio metro por encima del plato para que caiga y se rompa. Pregunte a su hijo, “Al final, ¿fue el silbato lo que rompió el huevo? No. ¿Fue el hecho de que tú sonaste el silbato tres veces lo que rompió el huevo? No. ¿Fuiste tú quien rompió el huevo? No. Fue (mamá o papá) quien rompió el huevo en respuesta a tu confianza en que yo cumpliría mi promesa. ¿Y quién te dio el silbato para que pudieras responder a mi promesa? Yo lo hice.” Esto puede ayudarnos a entender mejor la fe verdadera y salvadora. La fe es como el silbato que hacemos sonar tres veces. Es una respuesta de confianza en Aquel quien ha hecho la promesa. Dios ha hecho una promesa: Todo aquel que confíe en Jesús será salvo. La fe es la respuesta de confianza en Aquel que hizo esta promesa. La verdadera fe salvadora no es tener confianza en nosotros mismos para salvarnos (como sería confiar en el silbato mismo o en nuestra habilidad para hacerlo sonar.) Al final, no es NUESTRA fe la que nos salva, como si la fe fuera un tipo de trabajo que hacemos. En lugar de ello, es el objeto de nuestra fe—JESÚS—quien nos salva. Dios salva a los pecadores en respuesta a la confianza de ellos en Jesús. Y así como el silbato le fue dado al niño por su padre, la verdadera fe salvadora es un regalo de Dios. ¡La salvación es solamente por gracia, solamente a través de la fe, solamente en Jesucristo!

6) Implicación Dios te dice que creas en Jesús y que te arrepientas de tus pecados y serás salvo.

Ayudas adicionales: La novena verdad Lectura adicional Isaías 55:1-3, Hechos 26:12-28 y 2 Timoteo 2:22-26 Sugerencias para la oración •• Lea Juan 3:1-21 y úselo como una guía de oración. •• Hable acerca de lo que significa el arrepentimiento y la fe. Por ejemplo, creer que una silla te sostendrá y creer que te sostendrá a tal punto que te sientas en ella son dos cosas diferentes. Children Desiring God



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•• Lea Juan 15:1-5 y pídale a Dios que haga lo que tenga que hacer en su corazón, para que pueda oír a Jesús, amarlo, venir a Él, permanecer en Él, arrepentirse del pecado y creer en Él. (Nota: Si ya se ha arrepentido y ha creído, entonces el fruto de eso será arrepentimiento y fe continuos.) Una oración de bendición para la novena verdad Que puedas unirte a aquellos que se han arrepentido del pecado y han creído en Jesús Que puedas confiar en Él Que puedas permanecer en Él Que puedas escucharlo Que puedas amarlo Que puedas venir a Él Que puedas estar feliz de pertenecerle a Jesús Pues Él es Aquel quien ha sido tu sustituto—un sustituto perfecto Sí, en verdad, que puedas arrepentirte y creer y continuar arrepintiéndote y creyendo Un mensaje para los padres El libro de John Piper Lo que Jesús Exige del Mundo está compuesto de varios capítulos cortos. Los primeros ocho están particularmente dirigidos tanto a la justificación como a la santificación continua. Por ejemplo, él escribe a los perdidos, “escuche a Jesús,” y a los salvos, “continúe escuchando a Jesús.” Es así que aún como padres creyentes instando a sus hijos a la fe, ellos deben estar evaluando sus propios corazones. Por favor, invierta tiempo en leer este libro en su totalidad. Por lo tanto, lo insto en nombre de Jesús a que escuche su Palabra. Haga como María y siéntese a sus pies (Lc. 10:39, 42). No dé la espalda a los mandamientos del Padre, conferidos en el Monte de la Transfiguración: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” (Mt. 17:5). […] No se aborrezca rechazando a quien dijo: “Estas cosas os he hablado [… para que] vuestro gozo sea cumplido” (Jn. 15:11; cp. 17:13). Escuche a Jesús.23

Devocional del Evangelio: La décima verdad 1) Repase las verdades previas Primera verdad: Dios es el Creador soberano de todas las cosas. Segunda verdad: Dios creó a las personas para Su gloria. Tercera verdad: Dios es santo y justo. Cuarta verdad: El hombre es pecador. Quinta verdad: Dios es justo y está en lo correcto al castigar el pecado. Sexta verdad: Dios es misericordioso. Él es bondadoso para con los pecadores que no lo merecen. Séptima verdad: Jesús es el único santo y justo Hijo de Dios. Octava verdad: Dios puso el castigo de los pecadores sobre Jesús. Novena verdad: Dios ofrece el regalo gratuito de la salvación a aquellos que se arrepienten y creen en Jesús.

Piper, John. Lo que Jesús exige del mundo. (Grand Rapids: Editorial Portavoz, 2007), 62.

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2) Décima verdad Aquellos que confían en Jesús vivirán para agradarle a Él y recibirán la promesa de la vida eterna— disfrutando a Dios para siempre en el cielo.

3) Pasajes bíblicos Lucas 9:23, Juan 11:25, 1 Juan 2:15 y Salmo 16:11 Lea estos pasajes de las Escrituras así como cualquier otro pasaje o pasajes que usted sepa respalden la verdad de que aquellos que confían en Jesús vivirán para agradarle a Él y recibirán la promesa de la vida eterna—disfrutando a Dios para siempre en el cielo.

4) Explicación Si quieres tocar el piano o estar en el equipo de baloncesto, ¿esperarías que te tomara una cierta cantidad de tiempo y práctica? ¿Sería algo bueno pensar en esto antes de que comiences tus lecciones de piano o te unas al equipo de baloncesto? ¿Por qué? Porque hay un “costo” involucrado en las decisiones que hacemos. Si quieres tocar bien el piano, te demandará tu tiempo porque tendrás que practicar. Tendrás que dejar otras cosas para poder practicar e ir a tus lecciones. ¿Qué tendrías que dejar para poder tocar bien el piano? ¿Qué tendrías que cambiar para ser un buen jugador de baloncesto? La salvación es un regalo gratuito que Dios te ofrece y se le da a todo el que se arrepiente verdaderamente y está confiando en Jesús. ¡Pero este regalo gratuito te costará tu vida entera! ¿Qué significa eso? Significa que tú debes hacer las cosas a la manera de Jesús en lugar de hacerlas a tu manera. Significa que cada día debes confiar en Jesús y seguirlo por el resto de tu vida—cuando tengas 10, 20, 50 y aún 90 años de edad. Para poder hacer esto, hay cosas que deberás dejar y cosas que necesitarás cambiar. Por ejemplo, necesitarás pasar tiempo orando en lugar de solamente jugando. Necesitarás pasar tiempo leyendo tu Biblia en lugar de solamente mirar televisión. Necesitarás pasar tiempo pensando acerca de Dios en lugar de solamente pensar en tus amigos. ¡Eso es trabajo duro! ¿Has pensado acerca del “costo” de confiar en Jesús? ¿Estás listo para verdaderamente arrepentirte y confiar en Jesús y luego hacer las cosas a Su manera por el resto de tu vida? ¿Aún cuando seas anciano? Dios tiene una promesa para todos los que están confiando en Jesús: Él te dará un Ayudante especial, el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es Dios y vive dentro de cada persona que confía en Jesús. El Espíritu Santo es todopoderoso y está ahí para ayudarte con el duro trabajo de hacer las cosas a la manera de Jesús. El Espíritu Santo comenzará a cambiarte, para que ames, confíes, obedezcas y disfrutes a Dios más y más. Hay un costo al seguir a Jesús, pero Dios ha prometido una enorme recompensa para todos los que confíen en Jesús—una recompensa tan grandiosa y emocionante que es mejor que cualquier cosa que nos podamos imaginar jamás. ¿Qué es? ¡La vida eterna! La vida eterna es vivir para siempre con Dios en el cielo. El cielo es un lugar real donde todos los que están confiando en Jesús irán a vivir algún día. El pueblo de Dios no pecará más. Nuestros cuerpos serán perfectos. Nadie se enfermará más, o morirá, o se sentirá herido o solo. No habrá cosas malas en el cielo. Todo será limpio y perfecto y hermoso, pero todas esas cosas no son la mejor parte del cielo. La mejor parte del cielo es que Dios vivirá ahí con Su pueblo. ¡Finalmente podremos ver realmente a Jesús! No hay nada ni nadie más que sea más maravilloso, grandioso, asombroso, hermoso y emocionante que Jesús. Estar con Jesús nos hará felices para siempre.

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5) Ilustración Use ilustraciones diarias de la vida cotidiana para hablar acerca del gozo en el cielo: Cuando sus hijos miren algo que ellos piensan es grandioso, divertido, maravilloso, etc., recuérdeles que estar con Jesús para siempre serán un millón de veces mejor. Use la anticipación de ver a un amigo o a sus abuelos después de una ausencia larga para hablar del gozo que los hijos de Dios tendrán al ver a Jesús algún día. Será un trillón de veces mejor.

6) Implicación Si estás confiando en Jesús para tu salvación, debes seguirlo. Jesús ha prometido que cuando mueras, Él te llevará al cielo para vivir con Dios y disfrutarlo para siempre.

Ayudas adicionales: La décima verdad Lectura adicional Mateo 25:1-30, Juan 12:20-26 y 1 Juan 2:4-6, 5:1-5 Sugerencias para la oración •• Lea Juan 12:20-26. ¿Por qué se unen aquí la exaltación y la muerte de Jesús? Seguir a Jesús significa ir adonde Él fue. ¿Dónde fue Él? ¿Qué significa eso para Sus seguidores? Encuentre las respuestas en estos versículos. •• ¿Puede imaginarse lo que será oír a su Señor, Jesús, decir “entra en el gozo de tu señor”? (Mateo 25:21-23). Ore por esto, para que pasaría a cada uno de los miembros de su hogar. Una oración de bendición para la décima verdad Que puedas ser contado con aquellos que le pertenecen a Jesús y que lo afirmes Siguiéndolo a Él en vida Siguiéndolo a Él en tu muerte Que puedas vivir y morir por Su causa, y que estés feliz de hacerlo Que seas bendecido al oír estas palabras de tu Salvador y Rey: Entra en el gozo de tu Señor Que confiar y obedecer a Jesús en esta vida sea tu gozo Que no sea una carga sino el gozo de tu corazón Que conozcas la paz al seguirle Que ames a otros mientras le sigues Que los primeros frutos del gozo emocionen ahora tu corazón mientras anhelas el gozo puro y eterno con Jesús en el cielo. Un mensaje para los padres El libro de Charles Spurgeon titulado The Power of the Cross of Christ (El Poder de la Cruz de Cristo) no es un libro para leerlo una sola vez; por el contrario, es para convivir con él. Está lleno de la verdad y el llamamiento del Evangelio. También es muy útil leerlo mientras se prepara para comer y beber la Cena del Señor: es un llamado a recordar y a hacerlo con pasión en su corazón por su Rey. Le ruego que se arrepienta de su pecado, lamente su condición y huya hacia Cristo para su refugio. Y si es su hijo, no le dé tregua al cielo, implore continuamente ante el trono de la Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio © 2010 Michael, Nelson y Burke

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gracia hasta que haya alcanzado una bendición de Dios sobre su vástago. Nunca cese de orar hasta que sus hijos y sus hijas hayan venido a estar a salvo en la Roca de los Siglos y estando ahí asegurados, no necesiten otra roca para esconderlos en el día cuando Cristo venga.24

Spurgeon, Charles. The Power of the Cross of Christ. (Lynnwood: Emerald Books, 1995), 57.

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Libros recomendados para lectura adicional Preparando a los niños para el Evangelio The Child’s Book on Repentance (El Libro para Niños Sobre el Arrepentimiento) por Thomas H. Gallaudet (Solid Ground Christian Books, 2005) ISBN: 978-1599250205 Faith of a Child (La Fe de un Niño) por Art Murphy (Moody Press, 2000) ISBN: 978-0802451460 Feed My Lambs (Alimenta a Mis Corderos) por John Todd (Solid Ground Christian Books, 2005) ISBN: 9781932474732, especialmente los capítulos sobre la fe y el arrepentimiento Lectures to My Students (Cátedras a Mis Alumnos) por Charles Spurgeon (Zondervan, 1979) ISBN: 9780310329114, especialmente el capítulo 13: La conversión como nuestro objetivo. The Pastor’s Daughter (La Hija del Pastor) por Louisa Payson Hopkins (Solid Ground Christian Books, 2004) ISBN: 978-1932474329 Repentance and Faith (Arrepentimiento y Fe) por Charles Walker (Solid Ground Christian Books, 2006) ISBN: 978-1599250649 Tell the Truth (Diga la Verdad) por Will Metzger (InterVarsity Press, 2002) ISBN: 978-0830823222 Teología Sistemática: Una introducción a la doctrina bíblica por Wayne Grudem (Editorial Vida, 2007) ISBN: 978-0829746273, especialmente la Quinta Parte: La doctrina de la aplicación de la redención Your Child’s Profession of Faith (La Profesión de Fe de Su Hijo) por Dennis Gundersen (Calvary Press, 1994) ISBN: 978-1879737235

Presentando el Evangelio a los niños Dios es el Evangelio por John Piper (Editorial Portavoz, 2007) ISBN: 978-0825415883 El Evangelio según Jesucristo por John MacArthur, Rafael C. Debustamente (Casa Bautista de Publicaciones, 2003) ISBN: 978-0311091386 Tell the Truth (Diga la Verdad) por Will Metzger (InterVarsity Press, 2002) ISBN: 978-0830823222

Nota: Los en negrito están disponsibles en español. Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio © 2010 Michael, Nelson y Burke

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Recursos de Niños Deseando a Dios Ayudando a los Niños a Entender el Evangelio es publicado por Niños Deseando a Dios, un

ministerio que existe para equipar el cuerpo de Cristo para transmitir a las próximas generaciones una pasión por la supremacía de Dios en todas las cosas, para el gozo de todos los pueblos a través de Jesucristo. Personas de muchas denominaciones e iglesias en toda América del Norte y el resto del mundo están utilizando los recursos de Niños Deseando a Dios para introducir a los niños, los jóvenes y sus padres la grandeza y la gloria de Dios. Otros planes de estudios de Niños Deseando a Dios incluyen: • Planes de estudio para Escuela Dominical y Escuela Bíblica de Verano para utilizar con los estudiantes de preescolar y primaria. • Recursos para utilizar con el ministerio de los bebés y niños pequeños. • Los recursos para empezar un programa de memorizar la Biblia, incluyendo el “Versículo Espada” y “Mis Primeros Versículos” para utilizar con niños en edad preescolar hasta adultos. • Recursos visuales y de audio descargables gratuitamente para la formación y la fusión de la visión para los maestros, líderes de grupos pequeños, y los padres en www.ninosdeseandoaDIOS.org. • Recursos para padres para enseñar y modelar las verdades de Dios a los niños. • Conferencias para los líderes del ministerio de niños, diseñados para inspirar, animar y equipar a los que enseñan a los niños y los jóvenes.

P.O. Box 2901 • Minneapolis, MN 55402-0901 888.346.4700 • [email protected] www.childrendesiringGOD.org www.ninosdeseandoaDIOS.org

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“El sembrador salió a sembrar…” Así comienza una de las parábolas más conocidas de las enseñanzas de Jesús. Pero, ¿cómo deberían los padres y los maestros aplicar la enseñanza de Mateo 13 mientras crían y enseñan a sus hijos? En este recurso, tres autores exponen los siguientes temas: preparando los corazones de los niños para escuchar el Evangelio; discerniendo las etapas de crecimiento espiritual; comunicando las verdades esenciales del mensaje del Evangelio; y presentando el Evangelio de forma precisa y comprensible para los niños. También se provee el devocional familiar de 10 semanas, Diez Verdades Esenciales del Evangelio, para ayudar a los padres mientras les explican el Evangelio a sus hijos. El Evangelio es la verdad más importante que una generación puede comunicarle a la siguiente y Dios llama a los padres y a los maestros a ser sembradores sabios. Esto requiere prácticas de cultivo, enseñanza y oración correctas, intencionales y llenas de discernimiento, teniendo la esperanza de que Dios, quien da el crecimiento, obrará en los corazones de los niños para que den cosechas de fe al ciento por uno.

Niños Deseando a Dios P.O. Box 2901 Minneapolis, MN 55402-0901

1.888.346.4700 niñ[email protected]

www.niñosdeseandoaDIOS.org
Ayudando a los niños a entender el Evangelio

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