4- Rigoli - El síntoma y su diagnóstico en las Clínicas

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Curso de Ingreso 2015, 2016, 2017 y 2018 – Carrera de Psicología Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales - UADER Lic. Analía Rígoli EL SÍNTOMA Y SU DIAGNÓSTICO EN LAS CLÍNICAS Lic. Analía Rígoli* El presente trabajo intenta hacer un breve recorrido a través de las diferentes concepciones del síntoma que proponen las Clínicas Médica, Psiquiátrica, Psicológica y Psicoanalítica. De ninguna manera pretende ser un análisis exhaustivo debido al complejo entramado intrínseco a las mencionadas Clínicas, sino sólo una primera aproximación. Desde la Clínica Médica podemos decir que un diagnóstico es llevado a cabo subsumiendo a la persona en un conjunto particular, que a su vez lo encuadra en una regla general de clasificación. Es interesante aquí destacar el significado de la palabra norma, que remite a lo normal. Su etimología quiere decir “escuadra”, aquello que mide y que deja por fuera lo que no entra en dicha medida. Esto es, a determinados síntomas que presenta la persona le corresponderá una determinada categoría. Así, decimos que si una persona presenta sudoración, coloración rojiza del rostro, podemos concluir que está padeciendo de fiebre. Confirmaríamos aún más nuestro diagnóstico si tomamos un termómetro y le medimos la temperatura; estará considerablemente alta. De esto inferimos que el diagnóstico en la Clínica Médica supone una Clínica de la mirada, una enfermedad visible, en la cual la mirada y el fenómeno se hacen coincidir. Entonces, habría, por un lado, un observador, el Médico, quien releva los datos observables, lo que aparece como signo, y por otro un cuerpo que nos ofrece los síntomas. Así, el signo vendría a tener un contenido predictivo, en cuanto nos anuncia lo que ha ocurrido, lo que ocurrirá y lo que está ocurriendo. Por su parte, los síntomas están asociados a una verdad oculta, una verdad que se deja transparentar en la enfermedad1. Por lo tanto, la enfermedad tiene que ser vista para que pueda existir, y además, tiene que poder ser nombrada, tiene que ser enunciable. De esta manera, el lenguaje vendría a ser el medio para llevar esto a cabo, intentando así, hacer de la enfermedad una objetivación. Pero en este intento de nominación de la enfermedad, se crean nombres que se transforman en universales, otorgando al individuo universalidad. Por esto la palabra de la práctica médica subsume un ejemplar, un individuo, en un grupo. Además, en la Clínica Médica se habla de síntoma como algo subjetivo, como un decir del paciente que da cuenta de su dolencia. En cambio, la observación por parte del médico es considerada como objetiva, como Foucault afirma: “La mirada que observa se guarda de intervenir: es muda y sin gesto. La observación deja lugar; no hay para ella nada oculto en lo que se da” 2. Así, el síntoma tendría menos peso que el signo que el médico hace de ese síntoma, al observarlo. Nótese que se habla de individuo y no de sujeto, ya que, como destaca Miller “toda práctica de diagnóstico transforma el individuo en un ejemplar de una clase (...) Es por esta razón que (...) la práctica del diagnóstico repugna (...) a nuestro individualismo contemporáneo” 3. Esto es, un sujeto es aquel que no se define por un diagnóstico, por pertenecer a lo universal, a una regla, si no, precisamente, por ser la excepción a ésta. La regla universal de los sujetos es la ausencia de regla. Por su parte, la Psiquiatría emparentada con la Clínica Médica, plantea también una idea de individuo más que de sujeto, ya que intenta referir a cada individuo a una clase patológica determinada. Esta clasificación, tal como escribe Braunstein, “busca los signos ‘objetivos’ de los trastornos de las funciones psíquicas y desatiende a sus procesos de determinación” 4. De esto se infiere otra razón más por la que la 1

*La Lic. en Psicología Analía Rígoli es egresada de la UADER, Coordinadora del Módulo “Aproximación al campo del objeto de estudio” del Curso de Ingreso de la Carrera de Psicología. Es docente e investigadora en UNER y en UADER. El trabajo ha contado con la colaboración de las Lic. Vanina Dri, Nimsi Harris, Camila Jacobo y el Lic. Emmanuel Zárate. Foucault, M., El Nacimiento de la Clínica, Ed. Siglo XXI, México, 1977. 2 Idem. Pág. 154. 3 Miller, Jacques Alain, Conferencia dictada en la presentación del Instituto Clínico de Buenos Aires, Buenos Aires, 1999. 4 Braunstein, Néstor, Psiquiatría, teoría del sujeto y Psicoanálisis (hacia Lacan), Ed. Siglo XXI, México, 1980, pág. 58-59.

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Curso de Ingreso 2015, 2016, 2017 y 2018 – Carrera de Psicología Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales - UADER Lic. Analía Rígoli Psiquiatría habla de individuo, ya que al prescindir de considerar la determinación de los trastornos, prescinde a su vez de considerar la historia de constitución del sujeto que lo hace singular, “el proceso de sujetación por el cual se particulariza la relación del individuo con el sistema de referencias simbólicas, con la Ley, lugar de su inclusión en cuanto sujeto” 5. Esta ansia clasificadora es heredada de la medicina clasificadora del siglo XVIII, basada en la descripción de los fenómenos tal como aparecen al sentido de la vista. Así, la clasificación psiquiátrica se lleva a cabo desde una postura empirista y descriptivista. El proceso de diagnóstico se logra a partir de observar los síntomas, en cuanto fenómenos; designarlo, transformándolo en un signo, en donde la palabra queda pegada al objeto; describir estos signos y ordenarlos; y finalmente la clasificación que consistirá en el diagnóstico de un trastorno, síndrome o enfermedad. Hay una ilusión de que acumulando clasificaciones se podrá llegar a un conocimiento más acabado de las enfermedades. Por todo lo anteriormente dicho, el síntoma en la Clínica Psiquiatría tiene posibilidad de existir, al igual que en la Clínica Médica, a través de la nominación, por lo que, como se dijo anteriormente, debe ser observado primero en el cuerpo, lugar donde se manifestarán los síntomas. Así, el síntoma sería definido desde el discurso médico como la “manifestación de una alteración orgánica o funcional apreciable solamente por el paciente (por el dolor) o que puede ser comprobada también por el observador, caso en que se considera signo” 6, el cual entonces, sería entendido como un “fenómeno, carácter o síntoma objetivo de una enfermedad o estado que el médico reconoce o provoca” 7. La combinación de los signos hace a la enfermedad o al síndrome, el cual es definido como un conjunto de signos y síntomas coherentes. Inferimos entonces que se transforma el decir subjetivo del paciente en un signo objetivo, mediante “la clasificación nosológica a la cual recurre el profesional para ubicar el conjunto de signos que ha recogido durante el diagnóstico”8. Este referente en la Clínica Psiquiátrica es el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. En español: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). Respecto de la Clínica Psicológica la concepción del síntoma se relaciona a la descripción que realiza el paciente de su dolencia, por lo que es subjetivo. En este sentido convencionalmente sería diferente al signo, que es en lo que se transforma el síntoma al ser nombrado por el observador. El síntoma, entonces, es descripto por el individuo afectado. El observador, al nombrar el síntoma, revela el trastorno, considerado éste más objetivo que el síntoma. Tomemos la conceptualización que realiza la Psicología Sistémica del síntoma, entendido como una metáfora del sistema, en tanto tendrá sentido en el contexto en el que se da. “El contexto es la matriz de significación, es el que le otorga sentido a una conducta anómala, que puede entenderse como coherente de acuerdo a las interacciones que en su seno se desarrollen.” 9. Esta conceptualización nos lleva a pensar que no sería el conflicto en sí mismo lo que definiría la enfermedad, “sino que es el bloqueo de los conflictos y la posibilidad de resolver ese conflicto, físico, mental o social (…) la salud tiene que ver con el continuo accionar de la sociedad y sus componentes para modificar, transformar aquello que deba ser cambiado y permita crear las condiciones donde a su vez se cree el hábito preciso para el óptimo vital de esa sociedad” 10.

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Idem. Pág. 54. AA. VV., Diccionario de Ciencias Médicas, Ed. Ateneo, Buenos Aires, 1988. 7 Idem. 8 Aliani, N., El signo y el síntoma en Psicoanálisis. Ficha de cátedra de Psicolingüística, Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). 2004. 9 De la Cruz,A.“Psicología Sistémica”. Escuela de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). 10 Ferrara, F. A. “Teoría Social y Salud”. Catálogos Editora. 1985. 6

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Curso de Ingreso 2015, 2016, 2017 y 2018 – Carrera de Psicología Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales - UADER Lic. Analía Rígoli Por ejemplo en la “Terapia familiar estratégica” se considera que el síntoma estará relacionado al modo que tiene la persona de comunicarse con los demás, “un síntoma es expresión de un problema y también una solución (aunque a menudo insatisfactoria) para todos los que tienen que ver con él”11. En relación a esto es interesante pensar la conceptualización que realiza la OMS de la salud mental “como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad (…) La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”12. Ahora bien, volviendo a nuestro propósito inicial, se puede pensar que la Clínica Psicológica comparte el proceso de diagnóstico con la Clínica Psiquiátrica, pero sólo en parte, ya que difieren en su basamento conceptual. Así, en la Clínica Psicológica habrá también una observación del síntoma, seguida por su designación. Luego, como se estableció anteriormente, sobreviene la descripción de esta designación y, por último, su clasificación: el diagnóstico. Las Clínicas se diferenciarían en los conceptos en los que están apoyadas sus teorías, ya que la Psiquiatría tiende a buscar un referente en lo orgánico y la Psicología buscará un referente en la conducta del paciente. Así, la observación de los síntomas y de la conducta del paciente será fundamental para el establecimiento del diagnóstico. La Clínica Psicoanalítica parte de una concepción de salud diferente a la que sostienen las anteriores Clínicas, en tanto no promueve la salud como aquello que está en el pasado, y la enfermedad como lo que adviene porque el sujeto se apartó de la norma. La salud dependería de lo que cada sujeto puede hacer con su enfermedad. De este modo, el sujeto iría haciendo un trayecto, guiado por las alternativas que elige. Por esto el diagnóstico en la Clínica Psicoanalítica no puede hacer caso omiso de esta subjetividad que implica la elección de un trayecto en particular. Particular y personal en cuanto a que el sujeto elige desde lo que lo ha determinado como series complementarias 13, desde lo constituyente en él. De esto inferimos que en la Clínica Psicoanalítica no podemos trabajar considerando al paciente como un individuo, ya que, como se mencionó anteriormente, esto implicaría separarlo de su historia de vida, de su contexto, en fin, de sus series complementarias, e incluirlo en una categoría clasificable. El sujeto vendría a ser “efecto que desplaza sin parar, que aparta el individuo de la especie, que aparta lo particular de lo universal y el caso de la regla”14. Así, el método psicoanalítico trata de reconstruir este trayecto que el paciente hizo para construir su discurso, busca “redescubrir al paciente oculto por la mirada objetivadora del clasificador y poder explicar las fuentes de la angustia y el sufrimiento” 15. Por lo tanto, el síntoma es planteado como algo singular y propio de cada sujeto, y como un mensaje, por medio del cual el síntoma habla. Así, puede inferirse que el síntoma en la Clínica Psicoanalítica no es simplemente un dolor que aqueja al paciente, sino que posee un sentido inherente a él, en el cual la verdad del sujeto logra esconderse. Desde este punto de vista, el síntoma podría ser pensado como una metáfora, en cuanto produce sentido. Si pensamos el síntoma como una formación sustitutiva de la satisfacción sexual deformada, que implica el retorno de lo reprimido en el síntoma, de manera disfrazada, tal como Freud lo plantea, se justifica aún más lo anteriormente dicho en cuanto al sentido del síntoma y en cuanto a que éste es particular de cada sujeto. Así, el síntoma aparece como un recurso al cual este sujeto ha echado mano para elaborar su malestar. 11

Madanes, C., “Terapia familiar estratégica”. Ed. Amorrortu. Buenos Aires. 1982. Pág. 38. OMS “Salud mental”, disponible en: http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/ 13 Conceptualización de Freud para explicar la etiología de la neurosis, donde los factores endógenos y exógenos serían complementarios, sin que primen unos sobre otros necesariamente. 14 Miller, J. A., Op. cit. 15 Braunstein, N., Op. cit. Pág. 60. 12

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Curso de Ingreso 2015, 2016, 2017 y 2018 – Carrera de Psicología Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales - UADER Lic. Analía Rígoli Pero para hablar de síntoma en la práctica del Psicoanálisis se debe haber llegado al punto en el que el sujeto haya tomado cierta conciencia de sus síntomas, cuando comienza a reconocerlo como algo extraño a su cuerpo, “como algo que ya no tiene sentido para él” 16. Además, Freud plantea la existencia de un beneficio secundario al síntoma, en cuanto a que es usado para satisfacer algunas tendencias que podrían tener que ver con el placer. “En este beneficio secundario de la enfermedad, que constituye una verdadera incorporación del síntoma al yo, distingue Freud, por una parte, las ventajas obtenidas del síntoma en el terreno de la autoconservación, y por otra parte, las satisfacciones propiamente narcisistas”17. A esta concepción de Freud del síntoma, Lacan agrega, en 1955, que “el síntoma es en sí mismo (...) una significación, es decir, verdad, verdad que toma fuerza” 18. En síntesis, para el Psicoanálisis detrás del síntoma siempre habrá una verdad por develar: el síntoma habla. A modo de breve conclusión de lo desarrollado hasta aquí podemos decir que, teniendo cada Clínica su forma de entender la salud, el síntoma y su respectivo diagnóstico, será relevante que cada profesional pueda plantearse las posibles implicancias de trabajar con una u otra conceptualización. Esto conllevaría la posibilidad de pensar un modo de trabajo interdisciplinario en los ámbitos relacionados a la salud mental. Es el desafío cotidiano del ejercicio profesional en las actuales instituciones. Bibliografía -Aliani, N., “El signo y el síntoma en Psicoanálisis”. Ficha de cátedra de Psicolingüística, Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). 2004. -Braunstein, N., “Psiquiatría, teoría del sujeto y Psicoanálisis (hacia Lacan)”. Ed. Siglo XXI. México. 1980. -De la Cruz, A.“Psicología Sistémica”. Escuela de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). -Evans, D., “Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano”. Ed. Paidós, Buenos Aires. 1997. -Ferrara, F. A., “Teoría Social y Salud”. Catálogos Editora. 1985. -Foucault, M., “El Nacimiento de la Clínica”. Ed. Siglo XXI. México. 1977. -Laplanche, J.; Pontalis, J. B., “Diccionario de Psicoanálisis”. Ed. Paidós, Buenos Aires, Barcelona, México, 1996. -Madanes, C., “Terapia familiar estratégica”. Ed. Amorrortu. Buenos Aires. 1982. -Mazzuca, R., Lombardi, G. y De Lajonquiére, C., “Curso de Psicopatología: Temas Introductorios a la Psicopatología”, Ed. Tekne. Buenos Aires. 1986. -Miller, J. A., Conferencia dictada en la presentación del Instituto Clínico de Buenos Aires. Buenos Aires. 1999. -OMS Concepto de Salud mental, disponible en: http://www.who.int/features/factfiles/mental_health/es/ -V.V.A.A., “Diccionario de Ciencias Médicas”. Ed. Ateneo. Buenos Aires. 1988.

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Mazzuca, R., Lombardi, G. y De Lajonquiére, C. “Curso de Psicopatología: Temas Introductorios a la Psicopatología”. Ed. Tekne. Buenos Aires. 1986. 17 Laplanche, J. y Pontalis, J. B. Diccionario de Psicoanálisis. Ed. Paidós. Buenos Aires. Barcelona, México, 1996. 18 Evans, D., Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano. Ed. Paidós. Buenos Aires. 1997.

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4- Rigoli - El síntoma y su diagnóstico en las Clínicas

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