#0.2 El Pozo de los Deseos- Amy Ewing

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El Pozo de los Deseos Amy Ewing Trilogía La Ciudad Solitaria 0.2

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Ésta historia corta puede disfrutarse en el blog de Epic Reads en su idioma original, en el siguiente enlace: https://www.epicreads.com/blog/read-a-deleted-scene-from-the-jewel/

Sinopsis

El pozo de los deseos forma parte de una colección de cuentos

infantiles (del mismo nombre) muy populares en la Ciudad Solitaria, sobre todo en el Pantano. Para Violet, siempre ha simbolizado a su padre, ya que solía leérselo cuando volvía del trabajo. El pozo de los deseos cuenta la historia de dos hermanas, dotadas de un deseo cada una tras salvar a un espíritu del agua, y cómo esos deseos cambian sus vidas.

Una vez, en un tiempo muy, muy lejano, había dos hermanas que vivían en un pequeño pueblo junto al mar. La hermana mayor era de pelo negro, con ojos oscuros como el carbón, sombríos y serios. La menor era hermosa, alegre y de risa rápida, con ojos como el fuego, de un ámbar brillante y ardiente. Un día, mientras hacían un recado para su padre, las hermanas se encontraron con un viejo pozo, solitario y olvidado, con sus piedras desmoronadas cubiertas de musgo. Las hermanas se asomaron a sus profundidades, pero no pudieron ver el fondo. "Deberíamos echar una moneda", dijo la hermana menor. "Y ver qué profundidad tiene". "¿Qué importa la profundidad?", preguntó la hermana mayor. "¡Además, eso es un vergonzoso desperdicio de oro! Vamos, papá se enfadará con nosotras si no volvemos pronto". Pero la hermana menor ya había sacado una moneda de su bolsillo. La sostuvo por un momento sobre la abertura del pozo, donde brilló a la luz del sol; luego cayó, girando, en la oscuridad. Las hermanas escucharon, pero no pudieron oír el tintineo de la moneda al caer al agua. No había ningún sonido. "Debe ser muy profundo", dijo la hermana menor en voz baja. "Tonterías", se burló la hermana mayor. "Probablemente esté seco, eso es todo". De pronto, se oyó un bajo estruendo en las profundidades de la tierra y una gruesa fuente de agua brotó del pozo. De esa fuente, salió un espíritu del agua. Su piel reflejaba el arco iris en la luz, como el cristal, y su larga cabellera fluía en ondas doradas a su alrededor. Llevaba un vestido de color azul pálido, y cuando les sonrió, ambas hermanas sintieron que les flaqueaban las rodillas y les temblaba el corazón, pues era la criatura más hermosa que habían visto jamás. "Me habéis despertado de un sueño sin sueños -dijo con una voz tan brillante y dulce como un arroyo burbujeante- y habéis roto el hechizo que me había

lanzado un hombre malvado. Para agradeceros, os concederé un deseo a cada una". La hermana mayor, que siempre había tenido sed de conocimiento y detestaba su vida sencilla en la aldea, habló primero. "Deseo una inteligencia que supere a la de cualquiera en este mundo", dijo, "para poder crear cosas nuevas y maravillosas, y ampliar los límites del aprendizaje". El espíritu del agua tocó con un dedo la frente de la niña, dejando una brillante gota de agua que se tejió en hebras tan finas como la telaraña, creando una delicada corona alrededor del cabello oscuro de la niña. Un momento después, la corona se disolvió. El deseo de la hermana mayor se había cumplido. "¿Y para ti?", preguntó el espíritu del agua a la hermana menor. La hermana menor se quedó pensando un momento, pues estaba bastante satisfecha con su vida y no sabía qué podría mejorarla. "Me gustaría poder hablar con los árboles y las estrellas", dijo tímidamente. "Escuchar la música de los atardeceres, entender el susurro del viento y oír la risa de un arroyo que corre, para poder comprender mejor la tierra, ya que nos da tanto de sí a mí y a mi familia". El espíritu del agua sonrió al oír sus palabras y puso un dedo en el corazón de la hermana menor, y la gota de agua que dejó no cambió de forma, sino que brilló como un diamante, fuerte y puro, hasta que su brillo se volvió abrumador y las hermanas tuvieron que apartar la mirada. Y cuando volvieron a mirar, la gota había desaparecido. El deseo de la hermana menor se cumplió. Las dos hermanas volvieron a casa y enseguida se pusieron a utilizar sus dones. La hermana mayor descubrió que podía leer doce libros de una sola vez y recordarlos perfectamente. Comenzó a tener ideas para nuevos inventos y trabajó incansablemente para crearlos. La gente la consideraba una gran pensadora, le pedía consejo y le pedía oro para crear objetos mecánicos que resolvieran sus problemas o les facilitaran la vida. La hermana menor, por su parte, pasaba mucho tiempo sola, vagando por el bosque y hablando con los árboles, o escuchando el batir de las olas en la orilla, o aprendiendo de las estrellas los secretos de las edades. Y guardaba todas sus palabras en su corazón, y sentía una gran paz en su interior, y estaba contenta con la belleza del mundo.

Las hermanas se hicieron mayores. La hermana mayor se alejó de la aldea, atraída por la vida de la ciudad, bulliciosa de gente, donde sus inventos y consejos eran venerados, y rápidamente se convirtió en una mujer rica de gran importancia. Pero la hermana menor se quedó en la orilla del mar, se enamoró y se casó, y siguió viviendo una vida sencilla. Poco a poco, la hermana mayor empezó a sentir que nunca había suficiente, nunca suficiente oro, nunca suficiente conocimiento, nunca suficiente material para crear los maravillosos inventos que imaginaba. Y una oscuridad creció en su corazón cuando consideró que su hermana tenía un conocimiento que ella misma no tenía, y los celos comenzaron a corroerla. Así que una noche volvió a la aldea. La hermana menor la recibió con los brazos abiertos e insistió en que cenara con ella, su marido y su hija pequeña. Su casa era sencilla pero alegre, al igual que la cena, y la hermana mayor sintió que sus celos se retorcían como una serpiente en su interior, pues ¿cómo podía la hermana menor ser tan feliz cuando no tenía nada? ¿Ni oro, ni joyas, ni admiración? "Quiero pedirte un favor", dijo la hermana mayor. "Por supuesto", respondió la hermana menor. "Cualquier cosa". "Deseo que compartas tu don conmigo", exigió la hermana mayor. "Deseo hablar con las estrellas y reír con los ríos y escuchar las tranquilas palabras del viento". La hermana menor sonrió. "Ven", dijo, y condujo a la hermana mayor al exterior. Las dos hermanas llegaron a la orilla del mar, donde las olas bañaban suavemente la arena. "El espíritu del agua me permitió conversar con el viento, las olas y las estrellas", dijo la menor, "y ése es un don que no puedo compartir. Pero cualquiera puede escucharlos. Escuchad. Siempre nos hablan". Las hermanas permanecieron en silencio durante unos instantes. Pero la hermana mayor no tardó en enfadarse. No oía más que el ruido de las olas en la arena, ¿y qué tenía eso de especial? De repente, tuvo la certeza de que la hermana menor intentaba tomarla por tonta.

"¡Mientes!", gritó y, agarrando una daga de su cinturón, le cortó el cuello a la hermana menor. "Ahora no hay nadie en esta tierra que sepa más que yo". La hermana mayor dejó el cuerpo en la playa y regresó a la ciudad. Pero tal vez, si se hubiera quedado, habría visto cómo las olas limpiaban la herida, y habría oído a los árboles gritar en señal de duelo, y habría escuchado al viento cantar su tristeza por la muerte de la hermana menor, antes de levantar suavemente su cuerpo y colocarlo entre las estrellas.

El Pozo de los Deseos 0.2 Amy Ewing Trilogía La Ciudad Solitaria Novela 0.1 La historia de Sil Novela 0.2 El pozo de los deseos Libro 01 La Joya Novela 1.2 La historia de Garnet Novela 1.5 La Casa de Piedra Libro 02 La Rosa Blanca Novela 2.5 Historia de Ash Libro 03 La Llave Negra

Traducción, corrección y diseño hecho por:

Lady V. de Whitethorn
#0.2 El Pozo de los Deseos- Amy Ewing

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